Corkyviolet - Cuando Volvió A San Antonio ...su Vida Juntas

Corkyviolet - Cuando Volvió a San Antonio ...SU VIDA JUNTAS
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PRIMERA TEMPORADA (La historia de Silvia con Pepa.) Cuando Pepa volvió a San Antonio, sus encuentros fueron de lo más normales, salvo el primero en el que se saludaron nerviosas por lo sucedido años atrás. Las reuniones familiares eran otro cantar, Don Lorenzo no perdía ocasión para intentar recordarle el pasado, pero si su intención era avergonzar a Pepa, el efecto era todo lo contrario. D.L: Después del zipi-zape que montó usted en la comunión de mi Sarita, drogando a mi hija y montando un número lésbico, ahora toca integración familiar no¿?. Pepa: No me va a negar que tengo buen gusto para las mujeres.. D.L: La madre que la parió – tirando la servilleta sobre la mesa y haciendo el gesto de levantarse para irse. Lola: Venga Papa, deja el tema, ya vale... Silvia: Eramos unas crias.. Pepa: No se preocupe Don Lorenzo, digo yo que en Madrid encontraré alguna mujer que me guste sin necesidad de recurrir a la familia – sonriendo y guiñando un ojo a Silvia Paco: Pepa, venga ,tú también no lances pullas para cabrear a Don Lorenzo.. Más tarde cuando se iba para casa Silvia se disculpó con Pepa por las palabras de su padre. Pepa: No pasa nada Pelirroja, con 18 años temía a tu padre y a muchos como él, pero ahora con 28 he aceptado lo que soy y lo que me digan personas como él no me afecta. Pasadas 2 semanas, Pepa salía hacía la zona del aparcamiento de la comisaria, era bastante tarde, normal si tenemos en cuenta que se estaba poniendo al día, al cruzar la última puerta se dio de bruces con Silvia. Pepa : Pelirroja!!, a donde vas con tanta prisa.. Silvia: Perdona Pepa, me he dejado unos informes que quería revisar en casa Pepa vió para su reloj, las 21:15. Pepa : tú no tenias el turno de mañana¿?. Silvia: sí. Pepa : y sales a estas horas y todavía te vas a llevar trabajo a casa¿?. Silvia: bueno es que... Pepa agarró a Silvia por el brazo con la intención de hacerla dar la vuelta. Pepa : Tengo una idea mejor, yo también llevo aquí demasiadas horas, además en 2 semanas todavía no me has invitado a tomar algo... – puso cara de pena. Silvia : es que... Pepa : No te voy a dejar entrar otra vez, tú verás... – le dijo cubriendo la puerta con todo su cuerpo. Silvia : vale... pero adonde vamos. Pepa : Jaja, mirala a ella que mona, pero si tú eres la que vive aquí? – caminando con ella hacia su coche – bueno esta claro que si haces estos horarios y tienes estas costumbres tu vida social habrá descendido notablemente. Silvia : Oye!! que sabes tú de mi vida social¿? Pepa : Nada en absoluto, pero durante la cena tienes tiempo de ponerme al día – abrió la puerta del copiloto e inclinando levemente la cabeza y moviendo el brazo le dijo – la princesa puede tomar asiento en mi humilde carroza. Silvia :Que tonta eres. Pepa: si,si, pero por tu sonrisa deduzco que te ha gustado el detalle... Se fueron hacía la zona de la plaza mayor. Mientras Pepa con las manos en los bolsillos andaba con total tranquilidad, Silvia tenía unas pocas de dificultades con los adoquines, al final optó por engancharse al brazo de la morena, que no hiciese el más mínimo comentario asombró a Silvia, desde luego estaba acostumbrada a llevar mujeres del brazo. Pepa: Perdona – y salio corriendo, Silvia comprobó que iba detrás de un globo, al que dio alcance con facilidad, despues con el globo en la mano cruzó la calle, en frente una mujer estaba intentando consolar a una niña de unos 2 añitos sentada en su sillita, evidentemente la dueña del globo. Pepa: No llores más guapa, atamos el globo aquí para que no se escape si¿?. La niña paro en seco sus lágrimas y se quedo viendo con los ojos grandes como platos el globo, la madre agradeció el gesto a Pepa, cuando volvió a su altura. Silvia: Eres siempre así¿? Pepa: Como¿?. Silvia: yo no me he dado cuenta de que se le escapaba el globo y creo que no hubiera salido a por el. Pepa: Yo no suelo ir con los ojos viendo el suelo, y no me gusta ver a las mujeres llorando. Silvia: A las madres o las hijas¿?. Pepa: La mama no estaba llorando... Entraron en un local de tapas y mientras cenaban Pepa la interrogó sobre los 10 años sin verse. Pepa : Me asombra tu capacidad para elegir a la persona equivocada. Silvia : Perdona¿?. Pepa : Venga Silvia, apenas conozco a Lucas y a Montoya pero desde luego no son tu media naranja. Silvia : Por eso me he separado de ellos no te parece¿?. Pepa: No te enfades era solo un comentario. Silvia: De alguien que cuantas relaciones serías ha tenido¿?. Pepa: Ninguna, y lo digo con orgullo, verás Silvia - Y le contó sus primeras experiencias con hombres y el número casi indecente de mujeres con las que había estado – La diferencia es que yo no he pensado que fueran el amor de mi vida, simplemente lo pasaba bien. Silvia: Antes no eras así de superficial.... Pepa: Yo soy feliz así, me parece que tú no puedes decir lo mismo. Silvia: No todos tenemos una piedra por corazón, nos vamos¿?. Pepa posó su mano sobre la de Silvia. Pepa: Perdona, no pretendía hacerte daño. Silvia: Pues haberte ahorrado el comentario, me ha dolido.. Pepa: Has cambiado un montón en estos 10 años... Silvia: Ja quién fue a hablar, la dama de hie.. Pepa: Deja que me explique, por favor – hizo una pausa - te recuerdo tímida, muy lista, con un montón de chicos a tu alrededor, pero siempre con una sonrisa en esa cara tan bonita que tienes, y no solo riendo con las payasadas que yo te decía o hacía. Silvia con aire melancólico: En estos 10 años me imagino que he dejado de ser una niña, la madurez es lo que tiene y a veces no tienes suerte con las personas con las que te cruzas. Para quitarle hierro al momento Pepa comento: Bueno, pero reir no se te ha olvidado verdad¿?. Silvia esbozó una sonrisa – Ves, a eso me refiero, porque no sacas a pasear más a menudo esa sonrisa¿?. Silvia: Será que no todo el mundo sabe hacerme reir. Pepa: Yo sigo siendo muy payasa con lo cual conmigo por favor sigue siendo un público agradecido vale¿? Salieron del restaurante y agarradas deshicieron el camino hacia el coche. Silvia observó que entre la gente con la que se cruzaban algunas personas se les quedaban viendo, mientras pensaba en la razón se cruzaron con un chico que gracioso les dijo: Me dejais un hueco entre vosotras. Pepa: No hacemos obras de caridad. Chico: Que pena, entre 2 bombones así estaría en el cielo, chao guapas... Pepa: Chao simpático – notó cierto rubor en Silvia – bueno cariño, viendo la hora que es mejor nos vamos para mi casa no¿?- el rubor pasó a rojo intenso y cuando su boca empezaba a abrirse para decir algo, Pepa se paró y riéndose la abrazó – es broma, que cara has puesto,jajaja, estabas buscando palabras amables para rechazarme¿? Silvia: Eres...disfrutas poniéndome nerviosa. Pepa: Ah, te pongo nerviosa... Silvia: Pepa... Pepa: Vale, vale..es que me resulta divertido, no te tenses, no te tiraría nunca los tejos. Silvia: eh¿?, Pepa: Oye que no es porque no me parezcas guapa, pero que seas hetero es un problema. Silvia: Gracias, tu rechazo ha sido muy elegante. Pepa: práctica... Silvia: Un poco sobrada no. Pepa: un poco sí, todo fachada, venga te llevo a casa. Cuando llegaron a casa Pepa se bajó y la acompañó hasta la puerta, se abrazaron, y le susurró al oído- buenas noches guapa, me lo he pasado muy bien - y le dio un beso en el cuello, se dio media vuelta y arrancó el coche cuando Silvia entraba en el ascensor, ella se tocó la zona del cuello donde había recibido el beso, y entonces recordó que era así como Pepa la saludaba o se despedía cuando eran crías, su explicación había sido. - Pelirroja todo el mundo te besa en la mejilla, incluido tu santo padre.., además en el cuello dá como calambre y me gusta. Se lo había pasado muy bien con ella, tan a gusto y eso que la sacaba de sus casillas cuando quería, pero la hacía sentirse viva, llevaba mucho tiempo apagada, sin ganas. En ese momento sin darse cuenta empezó a enamorarse de Pepa. Desde luego en el apartado de conocer mujeres Pepa no perdió el tiempo, pasado un mes de esa primera cena familiar. Curtis: Vaya, vaya, menudo bombón..- levantándose en dirección a una rubia Kike: Limpiate las babas por lo menos para ir a atender...- se quedó a mitad de frase, curtis y sus patillas ya estaban pegaditos a la rubia. Curtis: Buenos días señorita...en que puedo ayudarla¿? Ana: Hola soy Ana, podría avisar a Pepa de que estoy aquí¿?. Curtis: Si como no, tome asiento por favor – hay que joderse con Pepa, menudo monumento. Pepa estaba en una reunión con Silvia y Montoya, sobre un caso por sobredosis. Unos toques en la puerta los interrumpió. Curtis : Disculparme chicos –dirigiendo la vista hacia Pepa - “ Ana “ pregunta por ti, yo me encargo de entretenerla, si estas ocupada.. Pepa : Va a ser que no, tú de todos los hombres de ahí abajo eres el que más peligro tienes, lo dejamos hasta mañana¿?. Montoya y Silvia a la vez : si claro. Mientras salía. Pepa: Venga Curtis y cuidadito como la miras que te corto los huevos. Cuando se cerró la puerta. Montoya: Me lo ha parecido a mí o ha sonado a algo más que amenaza de amiga. Silvia: Vaya, tú como siempre tan despistado Gonzalo, Pepa es gay. Montoya : Ahora lo entiendo.. Silvia: Entender que... Montoya: Bueno la he invitado un par de veces y como siempre me decía amablemente que no.. Silvia: Te pensabas que era por trabajar juntos no¿?. Montoya: Si, no sé porque era tímida. Silvia: Tímida Pepa, hay Gonzalo que ciego estas a veces.. Bajando por las escaleras. Curtis: Tu amiga no tendrá amigas para mí. Pepa: No sé curtis en el gimnasio hay muchas mujeres. Curtis: Vas a su mismo gimnasio¿?. Pepa: No, yo solo entré a preguntar, ella es monitora y me enseñó las instalaciones, pero no me quedé porque de lo que ví solo me gustó ella. Cuando Silvia volvió al laboratorio tenía una caja alargada y cerrada encima de la mesa. Todos los objetos pasaban por escaner antes de ser introducidos en la comisaría, así que tranquila abrió el paquete. Era un precioso ramo de rosas rojas sin nota, de quién sería¿?, en su mente aparecieron 2 posibles candidatos. Le sonó el móvil era Lola. - hermana, mañana te pasas por aquí a desayunar¿?. Silvia: si claro, pasa algo¿?. Lola : no pero hace tiempo que no hablamos y así te llevas unos tuppers para ti y papa. Silvia : vale nos vemos mañana. Lola : no trabajes mucho. A la mañana siguiente despues de desayunar con Lola se fue a la comisaria, cuando estaba entrando se encontró con Pepa. Silvia: Buenos días. Pepa : Hola Pelirroja, te veo muy guapa. Silvia : Gracias tu pareces... Pepa : Dormida, si, te tomas un café conmigo¿?. Silvia : Acabo de desayunar... Pepa: Pues entonces solo compañía mientras me lo tomo yo. Le abrió la puerta y juntas se fueron a la sala de café, era temprano y todavía no habían llegado los demás. Pepa: Una cosa, tú porque le cuentas a Montoya que soy gay. Silvia: Perdona, es que.. Pepa: Estabas celosa porque tu ex me tiraba los trastos no¿?- le dijo en tono de risa. Silvia sonriendo : Si lo sé, no le quito de su error, para que siguiese insistiendo. La conversación se interrumpió cuando llegó Montoya, se fueron todos a una de las salas. Montoya: Ha llamado Marcos – viendo para Pepa – lo has visto en alguna ocasión es el forense de la comisaria más cercana a la nuestra. Pepa: Como para no conocerlo, es la lapa que va detrás de Silvia, es mono pero bastante gilipollas en mi opinión, perdón, tú y el – viendo para ella hace un gesto con las manos como para dar a entender si hay roce. Silvia: No Pepa, pero mi vida privada no es asunto de la comisaria. Pepa: Ja, pues eso díselo a él. Silvia: Por¿?. Pepa: Bueno se comenta que sois algo más que colegas y me da que los rumores los alimenta Marquitos. Silvia: Esto es increíble.. Montoya: Bueno, tu lío con Marcos ya lo acla... Silvia: Uy que coño, que yo no tengo ningún lío con Marcos. Montoya: Vale, vale, el caso es que vendrá hoy por este asunto, ha aparecido otro cadáver en su zona y quiere cotejar contigo las sustancias encontradas en ese cuerpo por si coincide con el nuestro. Pepa: Entonces habría consumido la misma mierda y estaríamos ante una partida adulterada de heroína, joder. Montoya: Si, podría haber más muertos si no averiguamos quien la vende y la sacamos de la circulación. Pepa: Curtis se ha movido por las calles dando la voz de alarma, pero todavía no ha conseguido averiguar quien le vendía a nuestro fiambre. Dieron por finalizada la reunión a la espera de los datos que pudiese aportar la visita de Marcos. Silvia estaba en su oficina cuando llegó él. Marcos: Holaaaa – con su mejor sonrisa. Silvia: Hola Marcos – le dijo un poco cabreada. Marcos: UY! Quien te ha puesto de mala leche. Silvia dudó en decirle que eran sus supuestos comentarios, pero como tampoco estaba seguro lo dejó pasar. Marcos: Menudo ramo de rosas – dijo mientras se acercaba a ella - pero si sigues cabreada es que no tiene ninguna posibilidad, cuando vas a aceptar que soy el hombre de tu vida. A Silvia le sorprendió saber que no había sido él. Silvia: Marcos, ya te he dicho que no voy a salir contigo. Marcos: Ni siquiera un café, una cervecita... Silvia: No, no soy tu tipo creeme. Marcos: Yo creo que sí – y su mirada recorrió su cuerpo de arriba abajo – en cuanto consiga estar a solas contigo fuera de aquí, caerás rendida a mis pies. Silvia: Bueno que datos traes. Estuvieron durante un par de horas cotejando pruebas, y realizando el informe pertinente. Marcos: Listo, me merezco un café por lo menos. Silvia: Venga vamos. Cuando llegaron estaban en la sala Curtis, Kike, Pepa, Rita y Povedilla charlando animadamente alrededor de una mesa alta. Marcos se dirigió a otra – nos ponemos mejor aquí. A Silvia no le hizo mucha gracia pero tragó. Rita : Mira, mira, jose luis como se le arrima – dando un codazo a povedilla. Povedilla: que, como¿?. Rita: Que si que se le acerca a la menor oportunidad, pobrecilla.. Curtis: Este le está comiendo la oreja y desplegando sus mejores sonrisas para llevarse a la inspectora al catre. Pepa: Eh! ya esta bien no..que Silvia ya es mayorcita para saber lo que se hace. Rita: Uy!!, que va cariño, que nuestra Silvia esta agobiadita con este tio, que me lo ha dicho a mí, que no para de decirle que no y él venga a insistir y a insistir, que es un pesado. Povedilla: Hombre señorita miranda – ajustándose las gafas – que ahora bien mirado, que me estoy fijando, un poco de acoso si que hay no, porque mire, mire como a él se le van los ojos al escote de la inspectora Castro y como la toca el brazo, y mire, mire como nuestra inspectora pone media sonrisa de compromiso y niega con la cabeza, que digo yo... No acabó la frase porque se dio cuenta de que Pepa se había ido hacia la mesa que ocupaba Silvia y Marcos. Pepa:Hola que tal por aquí chicos. Marcos: Bien, Pepa verdad¿?, pues muy bien. Pepa: Ah si¿?, pues fijate que desde allí – señalando su mesa con los demás que la veía con los ojos abiertos como platos – no lo parece, te digo lo que parece¿?. Marcos: Como¿?. Pepa: Pues “ parece “ básicamente que te estas echando encima de una compañera de trabajo, no sólo “parece “ que miras donde no debes, sino que tambien “ parece “ que tocas donde no debes, y por las reacciones de ella “ parece “ que no le gusta. Así que te sugiero que te relajes para que no “ parezca “ que la estas acosando, me he explicado. Marcos: Te estas pasando, insinuando Pepa: A ver Marquitos – pasándole un brazo por los hombros – te estoy dando la oportunidad de que cambies tu actitud, sino te denuncio por acoso a una compañera, denuncia que seguro Silvia no tendrá inconveniente en firmar. Silvia: Pepa..no creo que sea necesario verdad Marcos. Marcos sacándose el brazo de Pepa de encima : Esta claro que me he equivocado contigo – viendo para Silvia – si me disculpais me voy. Silvia: Te has pasado...pero gracias Pepa: Pelirroja a veces eres demasiado dulce. Silvia: Tu desistes al primer no?. Pepa: Siempre. Silvia: Y si te equivocas y solo era timidez?. Pepa: Entonces seguramente esa mujer volverá. Cuando llegaron todos otra vez a sus puestos salió Don Lorenzo de su despacho y gritó hacia abajo ¡¡¡MIRANDA A MI DESPACHO!!! Mariano escupiendo un trozo de donuts: joder Paco que has hecho ahora. Paco líbido y mordiendo su pañuelo : yo? Nada – levantándose de su silla. DL: PACO USTED NO!! , SU HERMANA!!. Cuando entró en el despacho Don Lorenzo daba vueltas alrededor de su silla no sabiendo si sentarse o no. DL: El Inspector Marcos Garcia ha venido a quejarse formalmente de usted. Pepa: Será hijo de puta... D.L: Miranda!!! Me ha dicho que le ha faltado como superior suyo que es..usted es anormal?o... Pepa: Ja, que cabrón.. D.L: No me toque los huevos!!! Pepa: Yo a usted no le toco nada, pero el listo este a su hija si pudiese... D.L: Como¿? Explíquese despotenciada. Pepa: Que se lo explique su hija que seguro que le puede dar más detalles – y se fue. En el despacho de Silvia. D.L: Hija que coño ha pasado con Marcos Garcia. Silvia: Mierda... Le contó a grandes rasgos la insistencia de Marcos. D.L.: Pero hija, el chico solo quiere salir contigo... Silvia: Papa!, el caso es que yo no quiero salir con él y hoy en la cafeteria Pepa y los demás pues han intervenido. D.L: Si se ha propasado entonces.. Silvia: Dejalo Papa, me imagino que ya le ha quedado claro que no estoy interesada en sus atenciones. Se marchó contrariado. El móvil de silvia sonó anunciando un sms “ me haces cia cenando delante d un plato d pasta, no puedes decir q no, te espero a l 21 en el parking “. Cuando Silvia salió Pepa ya estaba apoyada en el coche muy macarra esperándola, al verla sonrió. Silvia: Que es eso de que no te puedo decir que no. Pepa: Aguantando a ese pesado me parecería mal que a mi me dijeses que no a una cena. Silvia: Depende de tus intenciones... Pepa: Pelirroja no coquetees conmigo que soy débil de voluntad. Silvia: Pues entonces cena con tu “ Ana “. Pepa: Joder la verdad es que a una no la pueden venir a buscar al trabajo. Silvia: Ja, me vas a decir que es sólo una amiga. Pepa: Pues no te lo digo.. venga vámonos a cenar.. Silvia: Ya sabes lugares por Madrid.. Pepa: Que remedio, si espero por ti... Hizo el mismo gesto de abrirle la puerta y salieron hacia el centro. Pepa había reservado en un italiano cerca del Teatro Real. La cena estuvo muy animada y cuando Pepa comenzaba a ver para el reloj. Silvia: Si nos tenemos que ir porque se te hace tarde, nos vamos. Pepa: Si se hace tarde. Silvia se desilusionó viendo que se acababa tan pronto la velada. Al salir se giró para dirigirse hacia la zona donde habían aparcado el coche. Pepa la agarró por la cintura. Pepa: che,che para donde vas¿?. Silvia: al coche. Pepa: Se hace tarde, pero para realizar una visita nocturna por Madrid.. Silvia: Como¿?. Pepa: Venga – le dijo cogiéndola de la mano – la primera etapa es el Palacio Real. Silvia no entendía nada pero se dejó llevar. En la entrada había un grupo de unas 20 personas, y una mujer con uniforme. Guía: Buenas noches señoras/es, pueden entregar sus pases cuando vayamos a entrar, les darán una identificación y luego haremos un tour en autobús abierto y por ultimo entraremos en el Prado. Durante la visita la guía les comentó numerosas anécdotas del Palacio, recorrieron buena parte del interior y de los jardines y Silvia cerca de Pepa no perdía detalle. Guía: Ahora subiremos al autobús, por favor acomódense donde quiera, recorreremos los principales puntos de interés, el alumbrado les gustará y les hará ver los monumentos con otra perspectiva. Pepa acercándose al oido de Silvia una vez sentadas: Te lo estas pasando bien¿?. Silvia: Muy bien, no sabía ni que existían estas rutas. Pepa: Me alegro, tienes frío. Silvia: No estoy bien. Durante el recorrido el autobús fueron comentado lo bien que se veía, todo, y que distinto parecía, Puerta del Sol, Cíbeles, Cólon, la Puerta de Alcala, la de Toledo, escucharon anécdotas del parque del retiro de la fabrica de moneda, del edificio de correos, etc. Se bajaron para recorrer el Prado. Guía: Bueno llegados a este punto, pueden seguir conmigo si quieren una información más detalla de los cuadros o ir por su cuenta si lo que quieren es observar con ojos inocentes. Les sugiero para los que sea la primera vez que hagan esto último, de esta forma en una segunda ocasión cuando escuchen de algún guía la explicación de un cuadro, podrán estar de acuerdo o no con él, y comprobar si lo que pretendía el pintor lo han sentido. Pepa: Has venido alguna vez al Prado¿?. Silvia: Me da vergüenza decirlo pero no. Pepa: Pues entonces, hagamos caso a la guía y descubramos con ojos inocentes los cuadros. Empezaron a recorrer los pasillos y a observar los cuadros, pepa iba haciendo bromas en ocasiones o comentarios más serios en otros momentos. Pepa: pelirroja me parece que en la antigüedad no erais muy populares. Silvia: nos quemaban en la hoguera por brujas con lo cual como para pintarnos. Pepa : si fueran tan guapas como tu yo no lo dudaría. Silvia: me ves con buenos ojos. Pepa: me parece que eres tú la que no ve para el espejo. Eran ya l 7 a.m. cuando volvieron al punto de partida. Guía: espero que hayan disfrutado de la visita y que repitan. Pepa: pelirroja vamos a desayunar al bar de Lola -viendo el reloj - ya habrá abierto. Como Silvia pareció dudar. Pepa: si no quieres que nos vean los compañeros de la comisaría... Silvia: no, no, no es eso, es que como tengo el día libre espero que no me den la vara, venga vamos. Cuando llegaron Lola se sorprendió. Lola: pero de donde venís con esa cara de felicidad. Entre Silvia y pepa que se interrumpían constantemente, le contaron la visita nocturna. Pepa : bueno y que tal si me pones una tosta con jamoncito, por cierto y Julián que no le veo. Lola: pero Silvia no te lo ha contado. Ante la negación de cabeza. Lola: pues aquí mi hermana que es una heroína.. Silvia: Lola por favor. Lola: Julián estaba cortando jamón y no sé en que estaría pensando el chico, pero el cuchillo se le resbalo y se corto en la muñeca, empezó a sangrar y Silvia que estaba aquí le hizo los primeros auxilios hasta que llego la ambulancia, si no fuera por ella se nos desangra. Silvia: no fue para tanto. Lola: se lo dijo el medico de la ambulancia a Julián, me llamo, que te diese las gracias. Mientras desayunaban en la barra para hacer compañía a Lola, esta observaba a su hermana que no borraba de su cara la sonrisa de la felicidad. Pepa: bueno yo me tengo que ir, vuestro padre me ha puesto guardia esta noche, te llevo hasta casa. Silvia: me quedo con Lola, yo hoy libro. Pepa: que bien nos trata papi eh. Silvia: oye que llevo 4 días seguidos con turnos de 12 horas. Pepa: lo sé,lo sé, era para picarte un poquito. Apenas había desaparecido pepa por la puerta cuando Lola dijo. - hermana que estas haciendo, parecías el risitas con pepa. Silvia: ay Lola que exagerada, me lo paso bien con ella, que tiene de malo. Lola: nada, nada. Al día siguiente Silvia encontró en su oficina otro paquete, lo abrió y en esta ocasión si había nota. " Sé que te han gustado, pero ya deben estar marchitas ". Se le dibujo una enorme sonrisa y mientras cambiaba el nuevo ramo para el jarrón, levanto la vista y la vio pasar, iba en esta ocasión acompañada por rita de camino a la sala de café, siempre a la misma hora desde que se había incorporado, a no ser que algún caso la mantuviese de patrulla en las calles, y siempre estuviera Silvia haciendo lo que fuese, sus ojos dirigían su mirada a la ventana para verla pasar, sin embargo ni una sola vez pepa había hecho el mismo gesto hacia el interior de su oficina...y se pregunto en que momento empezó a enamorarse de ella... ( Ella se lo pregunta ahora nosotras sabemos cuando ) Durante las 3 semanas siguientes estuvo muy atareada con autopsias, a pepa apenas la vió un par de veces, ella estaba en la calle con curtis, montoya y compañía intentando coger a una banda de camellos. Había escuchado comentarios sobre pepa y una nueva acompañante, morena pero igual de guapa que la ya agua pasada Ana. Su móvil vibró avisando de la llegada de un sms. "Dime que no tienes que trabajar este fin de semana". Silvia contesto "no, por que?". Nuevo sms "sorpresa, mañana te recojo, lleva una muda pasaremos una noche fuera". Llego el sábado y pepa recogió a Silvia en casa. A pesar de las preguntas no le desvelo su destino. Llegaron a atocha y pepa compro unos billetes, subieron a un tren de cercanías. Pepa: pelirroja no nos vamos al fin del mundo, tranquila. Al cabo de una hora Pepa anuncio que se bajaban. Estaban en Aranjuez. Al salir Silvia observó que había un montón de gente, se paró ante un cartel. "Bienvenidos a la recreación de la liberación ante los franceses". Pepa: vamos al hotel, tenemos que cambiarnos. Silvia : cambiarnos.. Pepa riendo se llevo a Silvia de la estación. Ya en el hotel, entró en una de las habitaciones, sobre la cama había un vestido de mesonera. Pepa: esta es tu habitación. Silvia viendo el vestido: pretendes que me disfrace?. Pepa: claro, ya veras, será divertido. Silvia: como me vas a convencer.. Pepa: porque yo también me voy a disfrazar, a que tienes curiosidad?. En media hora vuelvo. Silvia fue hacia la puerta y al abrirla un oficial francés le hizo un saludo militar. Silvia: o sea que yo voy de mesonera española y tu de oficial francés en plena ocupación... Pepa: nuestro amor es imposible en cualquier época - dijo sonriendo, Silvia sonrió también. Silvia: y ahora?. Pepa: me han dicho que vayamos al palacio, es donde empiezan los actos. La verdad es que llamaban la atención, un guapo y alto oficial francés y de su brazo una no menos guapa mesonera pelirroja. Enseguida las eligieron para formar parte de los distintos bandos y tuvieron que separarse, de todas formas no estaban muy lejos y de vez en cuando se buscaban con la mirada. Un chico también vestido de oficial francés le pregunto. - la guapa pelirroja es amiga tuya? Pepa: si, cuando todo esto acabe me va a matar, con lo tímida que es. Chico: me llamo Marc, tranquila mi hermana esta a su lado, y esta bastante loca así que como mínimo se reirá de sus tonterías. Chica: oye es amiga tuya la chica que esta al lado del oficial francés rubio. Silvia: pues si, como lo has sabido?. Chica: Él es mi hermano y me esta haciendo señas, soy Carme. Silvia: encantada. Carme: si es una indiscreción perdona, pero, sois algo mas? Silvia: pues no, bueno, compañeras de trabajo y concuñadas, por? Carme: me gusta, me la presentas?. A Silvia no le doy tiempo porque en ese momento se acercaban pepa y el chico. Marc: me llamo Marc y me he quedado prendado de vuestra belleza, linda mesonera. Silvia se puso toda colorada. Carme: Silvia si que eres rápida ligando - volviéndose hacia Pepa - tendré yo la misma suerte con este guapo oficial. Me llamo Carme. Pepa: soy Pepa, el nombre no es muy francés. Marc: os venís a comer con nosotros?. Pepa viendo para Silvia: si? Ella asintió. Marc y Carme venían con otros amigos que no se habían disfrazado y por eso no habían participado en los actos, pero habían estado por las calles y aprovecharon para reservar en un restaurante. Después de las presentaciones, Marc se sentó al lado de Silvia y Carme procuro hacerlo con Pepa, era un grupo muy divertido y se lo pasaron muy bien, bromearon con que en situación de ocupación las mesoneras españolas se enamoraran de oficiales franceses. Por la tarde volvieron a formar parte de otras representaciones, pero en esta ocasión si estuvieron por parejas, Marc se fue con Silvia hacia una especie de mesón y Carme y Pepa hacia una cárcel. Cenaron todos junto otra vez, Silvia y Pepa cada vez mas apartadas ya que ambos hermanos desplegaban todos sus encantos con ellas. Uno de los amigos le comento a Marc. - me parece que tu hermana tiene plan para el resto de la noche Silvia se fijo que efectivamente Carme estaba cada vez mas cerca de Pepa, Marc se acercó a ella para decirle algo al respecto. En ese momento Carme le dijo a Pepa. - mi hermano parece que tiene a Silvia encandilada Pepa pudo comprobar como se decían cosas al oído. Carme : nos vamos a dar una vuelta a solas?. Pepa parecía pensar algo, finalmente dijo : les avisamos por lo menos no?. Y se acerco a Silvia. Pepa: Silvia te importa si doy una vuelta. Silvia : no, ve diviértete - se lo dijo intentando que su voz no transmitiese decepción. Pasadas las horas y cuando Marc empezaba a insistir Silvia le rechazo y se fue al hotel. Eran las 12 a.m cuando sonó un mensaje. " estas despierta?, si es así me haces llamada perdida y voy hasta ahí". A los 5 minutos Pepa estaba en su habitación, tenia unas ojeras de no haber dormido demasiado. Silvia: veo que te lo has pasado bien. Pepa: y tu oficial francés ?. Silvia: No tengo ni idea, aquí no ha dormido. Pepa: yo creía que te gustaba.. Silvia: conociéndolo de un día?, hasta ese punto no. Pepa sonrió, pero no dijo nada, por lo que Silvia dedujo que ella si había tenido algo más. Tomaron un desayuno tardío en la estación mientras esperaban la salida de su tren. Cuando subieron al tren y se acomodaron Pepa comento. - bueno esto se ha acabado, espero que te lo hayas pasado bien - muy bien, pero me hubiera gustado pasar mas tiempo contigo Pepa: si me lo hubieras dicho no me habría ido con Carme. Silvia : la próxima vez lo haré, puedo?. Lo que le pedía era apoyarse en su hombro. Pepa: tienes sueño? - ante el gesto afirmativo de Silvia - ven, tranquila si se te cae la babita yo te la limpio. Silvia: yo no me babo cuando duermo. Pepa: ah! Yo eso no lo sé, en una horita te cuento - y la acerco hacia ella. Llegaron a la hora de comer, pero ambas estaban cansadas para ir a comer a casa de Lola y Paco la paella de los domingos. - nos vemos en comisaría - se dijeron como despedida. El día había transcurrido de forma tranquila, ni rastro de pepa, le mando un sms para comer con ella, pero le contesto con un escueto " no puedo". Se fue a los vestuarios y cuando se estaba quitando la bata y cogiendo el bolso apareció una muy sudada Pepa. " Ya te vas?". Silvia: pues si, de donde vienes?. Pepa: del gim, no sabia que teniais una sala tan completa. Me esperas?. Silvia: iba al bar a junta Lola. Pepa: a ti también te ha freído a sms para que le cuentes el fin de semana no?. Silvia: si, sarita le contó que te había ayudado a organizarlo y quiere ver las fotos, no se cree que yo haya estado. Pepa: me ducho rápido y vamos juntas. En cuanto llegaron, Lola las acaparo, apenas tuvo Silvia tiempo de saludar a Julián y preguntarle por la muñeca. - como nueva, me ha curado muy bien, gracias Sarita - titas que tal en Aranjuez?. Les contaron todo con pelos y señales. Pepa gesticulaba y cogía a Silvia para dar mayor énfasis a las narraciones. Pepa: Lola y mientras yo estaba sufriendo en una cárcel, aquí la pelirroja ligando con un francés. Silvia: no la creas, que te hable ella de la mesonera que le daba de beber. Pepa: yo?, pero si tu estabas muy atenta con el oficial, como era lo de la mano.. Para la gente del bar que no podía escuchar la conversación, las miradas y gestos de pepa hacia Silvia parecían indicar tonteo. Tomaron algo de cenar y después de un par de horas. Pepa: yo me retiro chicas, estoy muerta. Cuando estaba acercándose al coche noto un movimiento detrás de ella, al girarse evito que un encapuchado le pinchase con una navaja, esta sin embargo le rasgo el costado. Con un rápido gesto le golpeo en el brazo y la navaja cayo de su mano. Pepa: hijo puta, ahora veras. Intento golpearlo otra vez pero el tío se escurrió y se agarro a ella, ambos cayeron primero sobre el capo y luego al suelo, el encapuchado sobre ella. " Aléjate de mi novia, sorra". Pepa le dio una patada en los huevos, y entonces el tío se giro a un lado y salió corriendo. Pepa se retorció buscando su pistola y medio incorporándose disparo al aire." alto!! policía". Pero el tío no se paro y desapareció por un callejón. En apenas 2 minutos salieron la gente del bar y de algunos pisos. Lola: pepa!! Que te ha pasado?. Silvia: estas sangrando, déjame ver. Entraron en el bar y mientras Silvia examinaba la herida, pepa contaba lo sucedido, omitiendo lo que el encapuchado había dicho. Silvia : lo mejor es ir al hospital a que te den unos puntos. Pepa: ni hablar, no ha sido nada.. En ese momento llegaron paco, mariano y don Lorenzo. Don Lorenzo: miranda! Que ha pasado?, a quien demonios ha disparado?. Paco: hermana estas bien?. Pepa: estoy bien paco, don Lorenzo, no tengo ni idea, solo sé que alguien ha intentado apuñalarme. Lola ahogo un grito y paco mordió su pañuelo. Mariano : la navaja ya la han encontrado debajo de un coche. Don Lorenzo: todo el mundo para comisaría, Silvia quiero las huellas de esa navaja. En cuanto llegaron a comisaría se fueron a una sala. Don Lorenzo: y bien miranda, quien ha podido ser, alguien relacionado con sus últimos casos de drogas?. Pepa: no lo creo comisario. Don Lorenzo: a no? Y eso?. Pepa dudando: el tío me dijo algo cuando estábamos forcejeando. Don Lorenzo: que coño le dijo. Pepa:"aléjate de mi novia, zorra". Todos se quedaron atónitos. Mariano por lo bajo le decía a paco. - se va a liar paco, se va a liar Silvia se la quedo mirando y don lorenzo en su línea exploto. - en la cama de quien se ha metido usted!, descerebrada. Pepa se levanto bruscamente de la silla: dígamelo usted. Don Lorenzo sin bajar la voz: alguien intenta matarla, usted misma ha disparado en plena calle y esa es su respuesta?, con quien esta liada!. Silvia vio como la herida de pepa volvía a sangrar: se acabo! - grito, todos se giraron pepa estas sangrando otra vez, vamos a la sala de autopsias para que pueda darte unos puntos, son las 2 a.m., mañana seguimos con esto. No espero replica y don Lorenzo dejo que saliesen de la sala. Silvia: súbete a la camilla y levántate la camiseta. Pepa hizo lo que le decía, Silvia no veía para ella, se limito a acercarse de forma muy profesional y comenzó a suturar la herida. Pepa no aguanto mas el silencio: tu también piensas lo mismo que tu padre?, que me he metido en cama ajena.. Silvia levanto la cabeza y con voz calmada dijo: Yo no juzgo lo que haces con tu vida personal - pepa quiso bajarse de la camilla - no te muevas, aun no he acabado. Pepa: no estoy con nadie desde hace meses - Silvia ponía una gasa para proteger la herida - Silvia por favor, tienes que creerme. Silvia aparto la silla de la camilla y vio para pepa : si tu me lo dices me lo creo, pero entiende que parezca raro. Pepa: desde que he llegado a esta comisaría soy la protagonista de la mayoría de los cotilleos, y te aseguro que la mayoría son eso cotilleos sin fundamento. Se bajo de la camilla y se fue, al salir de la sala se cruzo con don Lorenzo. Pepa: si no le importa, me voy para casa. Don Lorenzo: mañana a las 9 reunión urgente, no falte. Al día siguiente Silvia estaba con su padre. Silvia : las huellas que había en la navaja no han sido identificadas, no es nadie que tengamos fichado. Don Lorenzo: en 10 minutos a la sala. Rita se acercaba a Silvia que salía del despacho con un paquete en las manos. Rita: otro, le han mandado otro ramo. Silvia: y tu como sabes..joder sois.. Rita: señorita castro no se enfade, pero es difícil no enterarse de estas cosas. Silvia vio a su alrededor, todos estaban atentos, menos pepa que acababa de llegar con paco y mariano. Rita seguía esperando con el paquete en las manos. Silvia : si tanta ilusión te hace ábrelo, rita. Así como quito la tapa su cara cambio y la expresión fue de desagrado. - pero esto que eh? Silvia se acerco y todos los demás. En el paquete había los restos de lo que habían sido rosas amarillas, ahora hechas trizas y mustias, había una nota, todos se habían dado cuenta pero nadie la cogía. Silvia extendió la mano y desdoblo la nota. La leyó " yo quería hacerte feliz y sin embargo tu no apartas los ojos de ella". Mariano pegado a paco: paco tu hermana y Silvia.. Pepa que estaba al lado: cállate mariano. Don Lorenzo veía para su hija y para pepa. Pepa vio para Silvia, se notaba preocupación en su mirada. Entonces entro el forense marcos garcía con Montoya. Pepa se fue hacia él : Donde estabas ayer por la noche. Marcos: y a ti que te importa. Pepa le agarro por la chaqueta : me importa si intentas matarme. Montoya intentado que lo soltase: pepa por favor, suéltale. Paco: conteste a la pregunta. Marcos: a que viene esto. Don Lorenzo: agente miranda! Inspector conteste por favor. Quitándose las manos de pepa de encima y alisándose el traje. Marcos: ayer salí a cenar con mi ayudante. Pepa se quedo mirando a Silvia: Quién entonces?. Silvia : porque me lo preguntas a mí?. Pepa: porque algún pretendiente.. Don Lorenzo: miranda a la sala, montoya, paco, Silvia vosotros también. Inspector garcía le atenderá mariano. Pepa apenas espero a que entraran todos: cuantos ramos has recibido?. Silvia: tres con este. Pepa: y porque no has dicho nada. Silvia : decir que. Pepa: que un chalado te estaba enviando flores. Poco a poco habían ido subiendo el tono y acercándose. Silvia con desesperación: no pensé que fuera un chalado vale?. Don Lorenzo: pepa, Silvia sentaos por favor - lo dijo con un tono tan amable que las desconcertó a ambas - Silvia hija, hay un loco por ahí suelto que quiere hacerte daño. Pepa: disculpe, que ha querido matarme a mí. Don Lorenzo: si miranda, y si no lo cogemos quizás lo intente con Silvia. Era cierto, hasta ese momento pepa había estado a la defensiva primero, pues creía que había sido un ataque personal y después había atacado a Silvia creyendo que le había ocultado algo que podía haberla puesto en peligro. Montoya: creo que deberíamos repasar tanto el asalto como los distintos envíos, con lo que hayáis podido hacer juntas, a lo mejor encontramos similitudes, esta claro que os conoce. Don Lorenzo comenzó el interrogatorio, primero con pepa, salieron a la luz, la primera cena, primer envío de rosas, la visita nocturna, segundo envío, y por ultimo el fin de semana en aranjuez, el asalto y el ultimo hasta ahora envío. Después montoya interrogaba a Silvia, intentaban averiguar un posible pretendiente rechazado, pero ella no facilitaba las cosas. Silvia con aire cansado: no lo sé Gonzalo, no sé quien ha podido enviarme las flores, no me pidas que piense a quien he dicho que no. Montoya: porque no te acuerdas o porque serian demasiados. Silvia acuso el golpe bajo: Siento no ser tan sociable como tu. Pepa: Gonzalo desde cuando una mujer se tiene que disculpar por decir que no. Don Lorenzo: vale, esta bien, que tenemos hasta ahora. Paco consulto las notas que había escrito durante ambos interrogatorios. Paco: esta claro que os conoce, pero no tanto como para saber la verdadera relación que os une, por lo tanto los encuentros son esporádicos y con lo que ve y escucha en esos momentos, imagina lo demás. De repente pepa dijo: en el bar - como todos la estaban viendo aclaro - nos conoce del bar, siempre acabamos allí contándole nuestras cosas a Lola. Paco: pues estamos listos porque la mayoría son polis. Don Lorenzo: me importa una mierda lo que sean, quiero informes de todos los habituales. Paco: eso nos llevaría meses.. Montoya: que lo ha cabreado?.. Paco: que pepa se acerque a Silvia. Don Lorenzo : Que insinúa Montoya?. Montoya : pues que si en el bar se muestran cariñosas volverá a cabrearse. Don Lorenzo se quedo viendo para su hija: os veis capaces?. Ambas se vieron y dudosas asintieron. Pepa: y a Lola que le vamos a contar?. Paco: hombre yo creo que hay que decirle la verdad o por lo menos parte Silvia : dile solo que hay un acosador, y que vamos a provocar que se delate. Don Lorenzo: Montoya a partir de hoy quiero un escolta para cada una. Pepa: en mi caso no es nece.. Don Lorenzo : en los 2! estamos!. Montoya que sean discretos, no vaya a pensarse ese chalado que también son pretendientes. Montoya : ok, ahora mismo me pongo a ello. Se levantaron todos excepto Silvia y pepa, cuando se quedaron a solas pepa se giro hacia ella, tenia algo que preguntar desde hacia horas. Pepa: pensabas que las flores te las había enviado yo verdad?. Silvia asintió, para que mentirle. Pero hablar de eso, en ese momento no le apetecía en absoluto. Pepa: porque no lo has dicho? - antes de que Silvia hablase se dio cuenta de que no quería escuchar la respuesta - mejor no me lo cuentes, me lo imagino. Silvia: no es lo que piensas.. Pepa se levanto para irse y cuando llegaba a la puerta Silvia : me gustaba pensar que eran tuyas. Pepa se paro, no se dio la vuelta, bajo la cabeza como reteniendo lo que había escuchado : Ojalá lo hubieran sido - y se fue. Por la mejilla de Silvia resbaló una lagrima y un pensamiento en voz alta escapo de su boca: porque es tan difícil... Al día siguiente Pepa llego casi corriendo al bar : Lola necesito que le des un recado a Silvia, hemos quedado en comisaría a las 10, pero me han llamado de Sevilla y tengo que ir urgentemente. Lola que ya había sido advertida por paco de lo que pasaba le pregunto : como no le mandas un sms. Pepa: son las 6 Lola, no quiero que se despierte y al leerlo se preocupe y después no sé cuando podré llamarla. Lola: cuando venga se lo digo vete tranquila. Julián se acerco a pepa: toma pepa un bocadillo del jamoncito que a ti te gusta para el viaje. Pepa: gracias Julián. Durante todo el día Silvia espero noticias de pepa, sabia que el motivo era la celebración de un juicio, había testigos protegidos y por eso la fecha del juicio se había desvelado con tan poca antelación, la seguridad de los testigos era primordial. Le había enviado un sms, pero no había recibido respuesta, desde la conversación en la sala no habían vuelto a hablar. El tema del acosador la estaba afectando, saber que alguien te quiere hacer daño deliberadamente no era fácil de asimilar. Se fue para casa no sin antes avisar a curtis, hoy seria él su sombra. Eran casi la 1 am cuando le sonó el móvil. Pepa: hola, es un poco tarde... Silvia: hola, tranquila no me he acostado todavía.. Pepa: no puedes dormir?. Silvia admitió: estoy un poco nerviosa. Pepa: pelirroja, te conozco y seguro que le estas dando vueltas al porque a ti?. Silvia : tan mala soy?, tan de quicio puedo sacar a alguien?. Pepa: ey, ese alguien esta chalado, es así de sencillo, y tú eres su obsesión. Silvia quería cambiar de tema: que tal la herida? Pepa: me la acabo de revisar, no he vuelto a sangrar. Silvia: Dentro de unos días quitamos los puntos, cómo va el juicio?. Pepa: esta siendo una pesadilla, todo el mundo esta muy nervioso por los testigos pero bueno.. Silvia : Cuándo vuelves? Pepa: esperaba volver mañana pero lo dudo - hubo un silencio en la línea- pelirroja ?. Silvia : nada, nada - eso es lo que dijo, pero no era lo que pensaba " necesito hablar contigo, que estés a mi lado, necesito decirte lo que estoy sintiendo por ti ". Pepa: te mando un sms cuando suba te parece?. Silvia : vale. Pepa: Quién esta contigo?. Silvia : curtis esta abajo. Pepa sonreía cuando hablo: si te pide subir con una excusa le rechazaras verdad?. Silvia : celosa?. Pepa: claro. Silvia también sonreía, le gustaba cuando tonteaba con ella. Pepa: bueno, te dejo dormir, que sueñes con los angelitos princesa. Silvia : vuelve pronto vale?. Pepa: un beso. Al día siguiente se refugio en las autopsias y las pruebas periciales para hacer más llevadera las horas, sobre todo después de recibir un sms de pepa que le decía que se retrasaba otro día más. No verla ningún momento hacia eterna la jornada de trabajo. Se dio cuenta de que estaba tensa, de que la soledad del laboratorio o de su despacho la ponía de los nervios, incluso su padre había notado algo cuando en menos de 3 horas había ido a su despacho 5 veces con temas que se podían consultar por teléfono. Don Lorenzo quiso tranquilizarla pero Silvia necesitaba solo la presencia de una determinada persona. Pepa estaba poniendo al día a Lola en el bar. Lola: y has avisado a mi hermana de que volvías?. Pepa: le he enviado un sms, me dijo que entraba a las 9, que se pasaría por aquí antes para desayunar juntas, me imagino que no tardara. Estaba sentada en un taburete y se balanceaba inquieta esperando que llegase, el bar estaba bastante lleno y alguno podía ser el desequilibrado, así que tenían que empezar a representar su farsa. Lola: hermana, ya era hora, pepa lleva aquí por lo menos media hora esperándote. Silvia se acercaba con una media disculpa: me deje unos papeles y tuve que volver a por ellos - la verdad es que estaba tan nerviosa que había tardado una eternidad en vestirse. Pepa giro el taburete para ponerse de frente y cuando Silvia estuvo a su altura, abrió los brazos, sus manos se posaron en las caderas de Silvia y se incorporo ligeramante: hola cariño - le dio un pico en la boca - y sé sento otra vez, pero sin quitar las manos. Silvia se acerco más a ella ( ahora o nunca pensó ), le acaricio la mejilla derecha: te he echado mucho de menos - puso sus manos a ambos lados de la cara de pepa y la besó, no era un leve roce de labios, era más intenso, pepa tardo un segundo en reaccionar, la atrajo completamente hacia ella y respondió al beso. Silvia estaba entre el hueco de las piernas de pepa, sentía sus manos posadas en el inicio del culo atrayéndola, Silvia tenia las suyas en la nuca de pepa queriendo que el beso no acabase todavía. Notaron una vibración y al segundo el sonido de un móvil. Pepa separo ligeramente su boca: mierda, lo siento. Silvia pegada a ella sonrió: contesta. Pepa metió la mano en el bolsillo, con la otra mantenía a Silvia contra su cuerpo. Pepa: joder acabo de llegar, que pasa ahora?..si señor, en 5 minutos estoy ahí. Silvia : que pasa?. Pepa: era tu padre, tengo que ir con él a la comisaría de marcos garcía, ha metido a asuntos internos en nuestro rifi rafe. Silvia : te acompaño hasta la comisaría. Pepa: no desayunas?. Lola que se había quedado sin habla mientras las veía besándose: tomar estos croissants y los comeis por el camino. Salieron del bar, apenas eran 5 minutos de trayecto. Curtis las seguía de forma discreta, el también había visto la escena, sus pensamientos eran distintos " joder con pepa, la inspectora se la ha tirado a los morros como si quisiera comerla". Pepa intentando dar un tono profesional: Te has fijado si algún cliente nos veía?. Silvia sonrió: todos, incluida mi hermana y curtis con la boca abierta. Pepa también sonrió: no me extraña..pensaba que en cualquier momento vería un cuchillo volando en nuestra dirección. Silvia : no parecía que estuvieses pensando.. Pepa casi se atraganto con el croissant: vale, lo admito, solo pensaba que besas muy bien. Silvia se quedo un poco cortada, la sinceridad de pepa siempre la cogía por sorpresa, en la puerta de la comisaría estaba don Lorenzo. - que!, venimos de paseo romántico Pepa: no señor, para eso tendría que llevar cogida de la mano o la cintura a su hija.. Don Lorenzo: es usted... Ande tire para el coche. Pepa girándose hacia Silvia: me das un beso de buena suerte? - viendo para don Lorenzo - es por si nos ve el acosador. Don Lorenzo: la madre que la pario, la espero en el coche. Silvia con una mano le agarro la cara y le dio un pico: estas disfrutando con esto verdad?. Pepa la abrazo en un impulso y al oído le dijo: es que sabes muy bien.. Ten cuidado vale?. Silvia entró acompañada de curtis a comisaría y a este le faltó tiempo para contarle a kike y los demás la escena del bar y la de la puerta. En el coche con don Lorenzo pepa no dejaba de pensar en el beso. Don Lorenzo: miranda alguna novedad. Pepa: no señor. Don Lorenzo: con asuntos internos deje que hable yo primero. Pepa iba a protestar pero decidió quedarse callada, ante esa actitud don Lorenzo pregunto: se puede saber en que demonios estaba pensando cuando se encaro con él. Pepa lo soltó sin mas: en Silvia, me importa mucho - viendo que el comisario no lanzaba uno de sus santos cojones siguió - no quiero que nadie le haga daño. Don Lorenzo fue directo al grano: que pretende con mi hija. Pepa: yo no.. Don Lorenzo la interrumpió: mi hija es una mujer sentimentalmente inestable.. Pepa que se esperaba algo así: no voy hablar de Silvia con usted.. Don Lorenzo: ah no?, pues yo si - pepa siguió en su actitud, no se iba a enzarzar en una discusión - inestable, por eso usted desde que ha vuelto ha actuado como una amiga, alguna cena, las visitas etc, - hizo una pausa - se cree que no me he dado cuenta de que Silvia pensaba que usted le habia enviado las flores?. Había sido evidente para Pepa y estaba claro que para mas gente. Pepa comenzaba a sentirse incómoda: a donde quiere ir a parar. Don Lorenzo: miranda, mi hija le importa más que una simple amiga, y esta esperando que ella también sienta lo mismo..- Pepa parecía querer puntualizar algo don Lorenzo con un gesto con la mano no la dejo hablar - a Silvia se le nota en la cara y en su actitud cuando es feliz, y estos 2 días que no ha estado usted, ha vuelto a ser una persona centrada única y exclusivamente en su trabajo, estaba otra vez gris. Ha sido muy inteligente, después de mi discurso la primera cena que compartimos, no ha buscado el enfrentamiento conmigo. Pepa tenia claro que de haberlo hecho, Silvia habría estado a la defensiva, después de todo era su padre.. Don Lorenzo: como policia se ha ganado mi respeto, y le aseguro que no soy la misma persona de hace 10 años, lo único que quiero es ver feliz a mis hijas. Pepa estaba sorprendida por el discurso, después de todo don Lorenzo no era tan mal tipo. Don Lorenzo: ya hemos llegado, miranda, usted y yo no hemos tenido esta conversación, estamos?. Pepa: Sí señor. Silvia después de varias horas en el laboratorio fue a buscar a rita para comer algo, le informaron de que tenia una llamada. La cogió desde uno de los teléfonos de allí mismo. Voz con tono amenazante: puta!. Silvia que creía no haber escuchado bien: perdone?. Voz: eres una puta. Silvia levanto la vista y sus ojos se cruzaron con Montoya, este se dió cuenta de que algo pasaba: rápido kike, localizar la llamada que está recibiendo Silvia. En 2 segundos se levantó bastante revuelo, unos miraban para la forense y otros hacia Montoya y kike que también hablaba por otro teléfono, Gonzalo se acerco a Silvia, esta mantenía el auricular tapado, con un gesto Gonzalo le indicó que siguiese con la conversación. Silvia : perdone pero ha debido... Voz: no me tomes el pelo, puta, tú y la bollera os vais a enterar. Silvia : no sé de que me habla. Voz cada vez mas cabreada: zorra me has roto el corazón. Silvia : te conozco?. Voz riendo: quieres que te diga mi nombre?, no soy tan estúpido. Silvia :no sé para que llama. Voz: si no eres mía no lo vas a ser de nadie, os voy a cortar en pedacitos.. Silvia nerviosa: lo que esta diciendo es muy grave. Voz: entonces no te digo lo que estuve a punto de hacer cuando le comías la boca a esa cerda. Fin de la conversación. Montoya : kike tenemos algo?. Kike: posición concreta no ha dado tiempo, pero la señal era de aquí cerca. Montoya : curtis y compañía peinar en un radio de 2 km las cabinas - se acerco a Silvia y le quito el auricular de la mano para colgarlo - estas bien?. Silvia : eh?, si,si, no me esperaba que llamase. Montoya : esta más loco de lo que pensábamos. Silvia : mucho más.. En ese momento llegó un agente con un paquete, se notaba que ya había sido abierto. Agente : inspectores, hemos recibido esto hace unos minutos, deberían verlo. Montoya levantó la tapa, al momento su cara y la de Silvia reflejaron desagrado. Era un corazón. Silvia: es de cerdo. Había una nota que había sido introducida en un sobre de plástico, seguramente por los agentes que habían abierto el paquete para proteger alguna huella. Montoya leyó la nota. "me has arrancado el corazón y yo haré lo mismo con vosotras". A Silvia le afecto más de lo que esperaba la llamada y el paquete, a pesar de la conversación posterior con Gonzalo se sentía inquieta, ser la víctima la estaba poniendo de los nervios, intentó trabajar pero aunque pasaron varias horas su mente volvía una y otra vez a la voz y al corazón. Mejor se iba para casa.. Pepa llegó al bar esperando encontrarse con Silvia, estaba buena parte de la comisaría pero ni rastro de la pelirroja, después de estar toda la mañana con asuntos internos, tuvo que llevar a don Lorenzo al aeropuerto pues había recibido una llamada que lo reclamaba con urgencia en Barcelona. Don Lorenzo : he avisado a Lola de que me quedo a dormir allí, el teléfono de Silvia esta apagado. Cuando volvía de barajas hubo un accidente en la m-30 y primero estuvo ayudando a las unidades que hasta allí se desplazaron y después se comió un atasco de casi 2 horas. Llamó a Silvia, el móvil seguía desconectado, hablo con comisaría y se entero de todo lo sucedido. Pepa: Lola dime el numero de casa de tu padre. Después de varios tonos contestaron. Silvia : Sí. Pepa: hola, ya me he enterado, estas bien?. Silvia : bueno.. acabo de salir de darme un baño pero no consigo quitarme su voz de la cabeza. Pepa: tienes el móvil desconectado. Silvia : uy! Es verdad me quede sin batería y después de lo sucedido me he olvidado de cargarlo. Pepa: tu padre ha tenido que ir a Barcelona, se quedará hasta mañana. Silvia no lo pensó ni un segundo: vienes a hacerme compañía?, no quiero estar sola toda la noche. Pepa: claro, estoy ahí en 2 minutos. Llego con povedilla y primero saludaron a curtis. Pepa: todo tranquilo?. Curtis:sin problemas. Pepa: me voy a quedar con Silvia, si queréis podéis iros. Povedilla : señorita pepa, perdone usted, pero mejor nos quedamos porque si don Lorenzo se entera nos corta los san.. Curtis: cojones. Pepa se fue al telefonillo. - me abres guapa?. Silvia se puso una bata por encima del camisón y fue a abrir la puerta. Pepa apareció en la puerta con una amplia sonrisa, fue hacia ella, necesitaba estar entre sus brazos. Pepa dejó en el suelo las bolsas cuando vio que Silvia se acercaba, cuando la tuvo entre sus brazos. - ey, pequeña, que pasa?. Silvia no quería contestar, no sabría por donde empezar, se quedo callada. Pepa: he tardado un poco, tu hermana es tremenda, se ha empeñado en que me trajese unos tupperware, no me habías dicho que no sabias cocinar?.. Silvia sonrió. Pepa: le he dicho a Lola que te enseñe, sino no me caso contigo. Silvia deshizo el abrazo, se sintió incomoda. Pepa ante el cambio de actitud se apresuro a decir: era una broma, no quería.. Silvia: entra en casa anda.. Pepa cogió las bolsas y la siguió hasta la cocina, tenia la sensación de haber hablado demasiado. Silvia : no tengo mucha hambre, estaba viendo la tele en la habitación. Parecía que Pepa no sabia que decirle. Silvia se acerco a ella. Silvia : perdona - le cogió el brazo - esto me esta afectando. Pepa: lo vamos a coger.. Silvia : también estoy hecha un lío contigo. Pepa: sobre que?. Silvia: realmente no lo sabes?. Pepa: prefiero que me lo digas tú. Silvia : pepa.. Pepa: que?. Silvia : sería más sencillo hablarte de lo que siento si tú.. Pepa la interrumpió : las amigas tienen claros sus sentimientos. Silvia : entonces esta claro que siento algo más que amistad por ti. Pepa: eso es un problema?. Silvia : es nuevo para mi. Pepa: lo nuevo no tiene porque ser malo. Silvia : no pienso que este mal, es que.. - se estaba desesperando, no era fácil explicárselo - no fingía cuando te bese en el bar. Pepa: me di cuenta, y cuando respondí tampoco fingía. Silvia alzo los brazos con afirmación - le he dado muchas vueltas y pienso que esperas a que me acerque a ti para corresponder. Pepa: yo sé que me gustan las mujeres, así que es normal que te deje espacio y tiempo para averiguar lo que te gusta a ti. Silvia : yo te gusto?. Pepa: creía que era evidente. Silvia : me dijiste que ante un no siempre desistías. Pepa sonrió: y si me equivocaba esa persona volvería.. Silvia : entonces cuando me has invitado a cenar, a.. Pepa: estaba ligando contigo.. Silvia se acercó y le paso las manos por el pelo, se abrazo a ella: me gusta que ligues conmigo, pero no sé si seré capaz de dar pasos hacia a tí. Pepa: desde que he llegado te has echado en mis brazos 2 veces..- Silvia se movió para deshacer el abrazo- no, no, espera - la retuvo junto a ella, la hablaba cerca del oído - esto es lo que me frena, tienes el primer impulso, pero cuando eres consciente de lo que estas haciendo te apartas. Silvia: tienes que ayudarme, porque no quiero huir de ti. Pepa: vale, las esposas son una opción - un poco de broma no vendría mal pensó. Silvia : no es práctico, vemos la tele un rato?. Pepa: venga. Si, mejor lo dejaban en ese punto. La cama estaba hecha y encima Silvia tenia varios cojines y una manta, se acomodó sobre todo aquello. Pepa se mantenía de pie al lado. Silvia : no puedes estar como amiga aquí conmigo?. Pepa sonrió : preciosa, puedo mantener mis hormonas controladas – ,ja, ja se rió su mente - pero esa manta es mini, me va a cubrir media pierna. Silvia : abre el armario en la balda de arriba hay una grande. Pepa hizo lo que le indicaba, se quito los zapatos y los calcetines, se subió a la cama retiro la mantita y cubrió a Silvia y a ella misma con la grande. Pepa: muy bien que hay en la tele?. Silvia buscó en varias cadenas. Pepa: ahí, ahí, deja esa película, me encanta. Silvia: Quo Vadis? Pepa: El es un general romano que se enamora de una esclava cristiana - como Silvia la veía con cara rara – que? es muy bonita, al final acaban juntos – así, así Pepa, con indirectas a lo mejor la convences, su mente estaba graciosa. Se acomodaron y comenzaron a ver la película. Al cabo de un par de horas se quedaron dormidas, el cansancio había podido con ellas. Pepa se despertó y en un primer momento dudó sobre donde estaba, la tele seguía encendida, Silvia estaba prácticamente subida a su lado derecho abrazándola y con la cabeza posada entre su hombro y su cuello, mejor no pensar en ello, pero no era de piedra y esa cercanía la estaba excitando, intentó coger el mando para apagar la tele, tenia que salir de esa cama, se movió lentamente. Silvia incorporándose ligeramente : nos hemos quedado dormidas. Pepa: si, te mueves? Voy a la cocina tengo hambre. Silvia se movió y para sacarse de encima apoyo su mano en el pecho de Pepa, notó su corazón latiendo a mil por hora y vió para ella. Se estaba dando cuenta de su excitación, Pepa comenzó: Estabas encima de mí.. me he despertado.. estoy aquí como tu amiga.. no pretendo aprovecharme de la situación.. joder pensó, no le salían las palabras para quitarle importancia. Silvia : provoco esta reacción en ti?. Pepa: Silvia, yo no pretendo.. Silvia : estoy sintiendo que se te va a salir el corazón del pecho. Pepa confesó: no puedo evitarlo. Silvia todavía medio abrazada se acercó, comprobar como la simple cercanía había excitado tanto a Pepa, le hizo sentir que todo era más simple y más fácil de lo que pensaba, por eso se dejó ir y la besó , poco a poco el beso se fue volviendo más apasionado, más urgente, Silvia había iniciado el camino y seguía adelante, se puso a horcajadas, sin separar sus bocas se movió ligeramente para quitarse la bata, se tumbo sobre Pepa, notaba las manos de Pepa primero apoyadas en su cadera, luego sobre su culo, y después subiendo por su espalda. Pepa se irguió y se quedó sentada con Silvia sentada sobre ella. Pepa: quieres que pare?. Silvia : podrías?. Pepa con una sonrisa: con gran dificultad, pero no quiero precipitar nada.. Silvia la calló con un beso: me muero de ganas de que sigas tocándome. Se besaron otra vez. Pepa bajó sus manos desde el cuello de Silvia hasta sus hombros, sus lenguas jugaban a entrelazarse, en ningún momento cerró los ojos, era la primera vez de Silvia y quería que fuese perfecto, a cada movimiento veía para ella, si hubiese un gesto de incomodidad pararía al segundo, no sabia como, pero se pararía. Viendo para Silvia, suavemente le deslizó los tirantes del camisón a los lados. Mientras sus manos acariciaban sus brazos, bajó la vista hacia los pechos que se habían quedado al descubierto, paró sus manos y un segundo después, vio para Silvia, ella con ligera vergüenza esperaba, Pepa sonrió: no admirar tu belleza seria imperdonable, eres preciosa. Las manos de Pepa volvieron a los hombros y fueron bajando a cada uno de los senos, su boca busco el cuello de Silvia. Después sus labios y su lengua siguieron la ruta iniciada por sus manos, Silvia atraía por la nuca a Pepa, la invitaba a quedarse allí cuanto quisiera, Pepa ahora que no tenia contacto visual, se guiaba por los gemidos de Silvia, se tomó su tiempo rozando con sus labios los pechos de la pelirroja, atrapando con mordiscos sus pezones erectos, a causa de la excitación que estaban experimentando. Silvia notaba que su corazón bombeaba con locura, notaba su sexo húmedo, abultado y excitado, sentada sobre Pepa el roce con sus vaqueros la estaba volviendo loca. Pepa le quitó el camisón y con un ágil movimiento tumbo a Silvia y se puso encima de ella. Se besaron con pasión mirándose a los ojos y sonriendo. Pepa : puedo? - había metido la mano por el lateral de la tanga de Silvia, su intención era quitársela, pero quería su permiso. Silvia movió afirmativamente la cabeza, se besaron y Pepa se fue retirando hacia abajo a medida que sus manos quitaban la última prenda que llevaba puesta. Segundos después notó como Pepa poco a poco se acercaba a su sexo. Besos en su barriga, en la cara interior de los muslos, como pasaba las manos por debajo de su culo y la alzaba ligeramente y como una lengua húmeda rozaba sus labios mayores, el contacto fue fugaz pero un escalofrío de placer recorrió todo su cuerpo, Pepa esperó unos segundos y volvió a repetir el gesto, esta vez la exploración de la lengua fue mayor, pero se volvió a retirar. Silvia: dios!, no pares..- susurro. Pepa sonrió: impaciente. Su boca y su lengua volvieron al sexo de Silvia, jugaron con sus labios y chuparon ese botón mágico, hasta que lo notó cada vez mas duro. Silvia no aguantaba más, primero sus manos se habían agarrado a las sábanas, ahora estaban en la cabeza de Pepa, no se le fuese a ocurrir moverse de allí, entonces notó los espasmos previos al orgasmo, Pepa también notó como se estremecía. Silvia gimió mientras su cuerpo se agitaba como si en su interior circulase la electricidad, tiro de Pepa hacia arriba. Silvia todavía jadeante: pepa me he... Pepa la silenció, poniéndole un dedo en los labios : sshh, lo sé me he dado cuenta, - con una sonrisa siguió hablando - esto no se ha acabado todavía - la besó en la frente - te dejo descansar un rato, date la vuelta. Silvia levanto las cejas. Pepa: confía en mi. Se dió la vuelta y Pepa se quitó la camiseta y el sujetador, Silvia notó la presión que hizo el cuerpo de Pepa sobre ella, con todo lo larga que era la cubrió completamente, comenzó a besarla por la nuca, su pelo suelto le hacia cosquillas, notaba sus manos acariciándola. Silvia : que gusto... Pepa: me alegro- siguió lentamente cubriendo cada centímetro de piel con besos y poco a poco fue desplazando su cuerpo hacia su izquierda, su mano derecha bajó hasta la cadera y con una ligera presión separo las piernas de Silvia. Su objetivo era nuevamente su sexo. Pepa hablándole al oído : cari.. Silvia: no me pidas permiso, quiero sentirte dentro. Estaba muy mojada, los dedos de Pepa jugaron primero en el exterior de su sexo y suavemente introdujo uno de ellos. La postura excitaba muchísimo a Silvia, notaba el cuerpo de Pepa pegado a ella, comenzó a moverse y Pepa se acomodó a su ritmo, introdujo un segundo dedo por lo que la presión en el interior fue mayor, incrementaron el ritmo. Silvia hundió la cabeza en la almohada y se dejo ir en un nuevo orgasmo. Se puso boca arriba quería verla, el placer que le estaba dando era increíble. Abrazadas nuevamente se besaron. Silvia : me estás matando..- notó la mano de Pepa - me parece que ya no me quedan fuerzas para más. Pepa presionó su clítoris y la respuesta del cuerpo de Silvia fue muy distinta a lo que le había dicho. Pepa: decías?.. Silvia : nada, nada - Pepa seguía con los vaqueros puestos pero Silvia se las arregló para llevar su mano hacia su sexo. Ambas caderas se movían al compás que marcaban las manos, sus cuerpos bañados de sudor se movían coordinados. Pepa vió para Silvia, quería ver su cara en el momento de mayor placer, ella misma empezaba también a correrse, cuando dejaron de agitarse Pepa se bajó ligeramente para apoyar su cabeza en el pecho de Silvia, esta la abrazó contra ella. Pepa recogió la manta y las tapó a ambas, se quedaron en silencio y disfrutando de esa calma maravillosa después de alcanzar el climax, sólo se escuchaban sus respiraciones que volvían poco a poco a su ritmo normal. Pepa : Quién esta de mi parte?, tu ángel o tu demonio?. Silvia: Como? Pepa: pensaba que tu silencio era porque estabas escuchando sus argumentos. Silvia sonrió y le acaricio el pelo: eres muy payasa... Pepa: pues entonces me pongo seria –pausa para tomar aire - creo que es mejor que me vaya. Silvia no se lo esperaba , Pepa subió hasta ponerse a su altura. Pepa: Silvia, no he dicho que no quiera quedarme. Silvia: entonces .. Pepa: y si mañana cuando me despierte has cambiado de opinión sobre lo que acaba de pasar?. Silvia: Me has hecho el amor como nadie en mi vida.... Pepa la besó con ternura : soy una mujer, aquí en tu cama y fuera de ella, tarde o temprano pensarás en ello. Silvia sabía que era cierto, no había ángel ni demonio, pero sí discrepancias entre cabeza y corazón. Silvia: Cómo puedes irte de mi cama con la posibilidad de que me arrepienta?. Pepa: Quizás porque confío en mis posibilidades, quizás porque confío en tu buen criterio, quizás simplemente porque quiero creer.. Silvia: Que sientes por mí?. Pepa con mucha dulzura: No estas preparada para escucharlo, solo te diré que para mi no ha sido un simple polvo fruto de un calentón, acostarme contigo no era un objetivo, yo quiero más de ti, pero no ha escondidas.. Pepa leyó a través de sus ojos, su miedo: Tranquila, no te pido que salgas y se lo cuentes a todo el mundo, me basta con que hoy reflexiones y mañana quieras estar conmigo así otra vez. Silvia se fue hacia sus labios, la besó con determinación y cuando el deseo empezaba a surgir otra vez. Pepa: no voy a poder salir de tu cama si seguimos así. Silvia: Solo quería que te llevases un buen sabor de boca. Pepa sorprendida: pelirroja.... Silvia: qué? – con inocencia. Pepa: que me estas provocando – el comentario hizo que Silvia sonriese – voy al baño un momento – y salió de la cama. Mientras, Silvia se puso el camisón. Pepa: me acompañas?. Silvia: Sí. Ya en la puerta, se abrazaron, ambas queriendo retener esos segundos de conexión, se despidieron con un último beso. Silvia volvió a la habitación creyendo que no sería capaz de pegar ojo, se tapó con la manta, notó en el ambiente olor a Armani code, era el perfume de Pepa, y su último pensamiento fue para ella. Pepa esperó a que cerrase la puerta y se fue hacia el ascensor, mientras bajaba el miedo llegó a su cabeza. “ Ojalá no se arrepienta “. Cuando Pepa llegó hasta los chicos. Pepa: Jose Luis nos vamos? Curtis: Pepa ha habido un problema. Povedilla: si un ligero contratiempo. Pepa: Ha aparecido por aquí?. Povedilla: No, más bien se ha entretenido con tu coche.. Pepa: Que coño le ha pasado a mi coche?. Curtis: Pues que el sujeto, ha roto las ventanas y ha metido 2 cócteles molotov. Pepa: La madre que lo parió, y vosotros porque no habéis intervenido?. Povedilla: Nos avisaron por la emisora, señorita Pepa el coche lo dejamos bastante alejado de aquí, pero se conoce que nos ha seguido, y claro no nos pareció buena idea ausentarnos de la vigilancia.. Curtis: Cuando nos avisaron el coche ya estaba en plena ebullición, acercarse pa na era tontería. Pepa: Cuando coja a ese cabrón me lo cargo. Llamaron a un coche patrulla que vino a recoger a Pepa y Povedilla, dejando a Kike con Curtis. Sonó el despertador, Silvia se fue a la ducha y mientras el agua se llevaba los besos y las caricias con las que la había cubierto Pepa, pensó en ella, por la noche se había dormido plácidamente con su recuerdo y ahora por la mañana antes de sonar la alarma, soñaba con ese ángel y ese demonio que discutían, con Silvia delante sobre lo que ella sentía, las consecuencias, etc. Avisó a Curtis de que bajaba. Silvia: Curtis, me llevas a casa de mi hermana?, por favor. Curtis: Claro, inspectora. La había avisado por teléfono con un escueto “ me esperas en casa tengo que hablar contigo “. Lola abrió la puerta y Silvia se echó en sus brazos. Lola: Hermana que pasa?, el acosador te ha molestado?, no me asustes por dios!, Silvia se apartó: Prométeme que no me vas a juzgar, y que me vas a escuchar. Lola asintió y la hizo sentarse. Silvia no sabía como empezar, se frotaba la cara con las manos, se quedaba viendo para Lola, y cuando iba a decir una frase se interrumpía como si las palabras no fuesen las adecuadas. Lola: cariño, tiene algo que ver con el beso que os habéis dado Pepa y tú en el bar. Silvia puso cara de sorpresa, y después de resignación, asintió. Lola: Te gusta Pepa?. Silvia: si Lola, me gusta... Lola: vienes hasta aquí solo para eso?, para decirme que te gusta?. Silvia: esta noche me he acostado con ella. Lola se quedó sin habla, no por la revelación en sí, sino por como lo dijo, directamente, sin rodeos, y por lo que su cara reflejó al decirlo. Lola: cariño.. poniendo una mano sobre la suya . Silvia: ha sido perfecto Lola, me ha hecho sentir en una montaña rusa, he descubierto a mis 28 años que soy multiorgásmica, que.. Lola con las manos en alto: Hala, hala!, no me des detalles hermana, que quieres ponerme los dientes largos.. Silvia se rió. Lola: y Pepa donde esta ahora?. Silvia se ensombreció un poco: No se quedó a dormir... Lola: Ah! Ese es el problema?. Silvia: no, no, se hubiera quedado, pero temía mis dudas por la mañana y se fue para que yo pudiera pensar y aclararme. Lola: Y has venido a que yo te diga si puedes o no enamorarte de una mujer?. Silvia: He venido a decirte que – hizo una pausa - que la quiero, que me digas que te parece bien, y que me apoyes para decírselo a Papa. Lola: no te reconozco hermana - como vio en Silvia una cara de desilusión, le agarró las manos y siguió enseguida - en el buen sentido, cariño, cuando vienes con ella eres otra, ahora mismo te has sentado y en 5 minutos me has dicho que estas enamorada y yo que voy a hacer ante eso?, pues alegrarme por ti, porque ya es hora de que tú también seas feliz, y por papa no te preocupes. Silvia : lola..que estamos hablando de papa.. Lola: he hablado con él hace unos días... Silvia :de que? Lola: también se ha dado cuenta de que has cambiado, él tampoco es el mismo de hace años. Silvia estaba aliviada, sorprendida y feliz, hablar con Lola siempre resultaba fácil, tendría que hablar con su padre. Pepa se fue directa a la sala de tiro, había coincidido con Montoya en la entrada, tenían reunión en una hora, lo que menos le apetecía era encontrarse con Silvia rodeada de toda la comisaría, allí por lo menos estaría tranquila durante un rato... o no?. Llevaba pegando tiros apenas 5 minutos cuando le tocaron el hombro. Se giró bruscamente y apunto estuvo de darle con la culata al intruso. Paco, el intruso, con las manos levantadas para protegerse: pepa, que soy paco. Pepa: joder paco casi te abro la cabeza. Paco: que haces aquí sola?. Pepa: pegar tiros. Paco: contra alguien en particular?. Pepa: estoy haciendo tiempo para la reunión. Paco: yo te hago compañía, y si quieres que hablemos de algo?. Pepa que sabia de la poca facilidad de su hermano para preguntarle, fue directa al grano. Pepa: me estoy escondiendo de Silvia. Paco visiblemente nervioso. Pepa: no me preguntas porque?. Paco dudando: hermana, yo.., sabes que estoy aquí para lo que me quieras contar. Se apoyaron en una mesa mientras veían hacia los carteles con forma de hombres, contra los que habitualmente disparaban. Pepa no sabía que contarle exactamente, por lo menos no hasta hablar con Silvia, después de todo, lo sucedido debía quedar entre ellas. Pepa: que tienen las mujeres Castro para que nos gusten tanto Paco?. Paco dando vueltas a su pañuelo: que, que tienen?, pues, son inteligentes, guapas. Pepa: Hay muchas así paco, porque nosotros nos hemos empeñado en Lola y Silvia?. Paco se acercó a su hermana y la rodeó con el brazo: No lo sé Pepa, no lo sé. Pepa: sabes, estoy convencida de que hay un gen en mi cuerpo que lleva el nombre de Silvia, y su función es recordarme que ella es mi destino, no hay razones que me permitan explicarlo, es lo que siente mi corazón y es lo piensa mi cabeza – seguía mirando al frente. Paco se quedó mirando a su hermana, porque a él no se le ocurrían esas cosa tan bonitas?, aunque bien pensado, si eso saliese de su boca, Lola pensaría que ya había vuelto a esnifar por accidente alguna partida incautada de coca. Silvia entró en la comisaría con cara de absoluta felicidad, hoy era un día maravilloso y nada, ni nadie se lo iba a estropear, se fue hasta el despacho de su padre. Estaba reunido con Montoya. Silvia: Buenos días Gonzalo – este correspondió a su saludo con un hola, recorrió la mesa de su padre hasta ponerse a su altura y se agachó para darle un beso en la mejilla – buenos días Papa. Don Lorenzo primero se quedó, como decirlo, parado, después retuvo esa maravillosa forma de desearle su hija los buenos días. Silvia: quería hablar contigo. Don Lorenzo: buenos días hija, hablamos después?, ahora estamos repasando los puntos a exponer para la reunión de dentro de 15 minutos – todo bien? Silvia: si, todo muy bien, vale, hablamos después – y se marchó. Montoya: Mírela, ayer desquiciada por el acosador, y hoy feliz como una perdiz. Don Lorenzo: Montoya, a lo nuestro, no sé me disperse, que no acabamos.. Rita entró en la sala de tiro: Pepa?, que subas a junto de Silvia para que te quite los puntos, que os quedan 10 minutos para la reunión. “ Para que me quite los puntos? “, desde luego no es muy buen comienzo pensó Pepa: vale Rita, ya subo contigo, Paco nos vemos en la sala. Estaba en frente de la puerta, se tomo unos segundos para respirar, “vamos Pepa, confía en ella “ Pepa: Se puede? Silvia: Pasa Pepa, te puedes sentar en esta silla?, y te levantas un poco la camiseta vale?. El alma de Pepa fue con ella arrastrándose hasta sentarse en la silla, “ va a actuar como si no hubiera pasado nada? “. Silvia se acercó como siempre muy profesional, unas pinzas quirúrgicas en una mano y una gasa con betadine en la otra por si al quitar algún punto sangraba. Silvia se sentó y estudiando por donde empezar dijo: Lista? Pepa por la postura estaba con la cabeza justo encima de la de Silvia, venían a ella el perfume de su pelo, y el recuerdo de la noche, “ no me hagas esto “ – si –acertó a decir. Entonces Silvia levantó la cabeza y le dio un pico – Te ha dolido?. Pepa sin saber muy bien si había sido su imaginación o realmente Silvia la había besadoel beso?. Silvia riendo y mostrando un trocito de hilo: no tonta, el punto. Pepa: me los vas a sacar todos así?. Silvia: si tú quieres... Pepa: es tu método habitual...? Silvia: mis pacientes habituales son muertos, pero obviando ese pequeño detalle, los besos sólo te los doy a ti. Pepa sin todavía estar muy segura: pelirroja, desde que he entrado por la puerta has actuado como si ayer no hubiese pasado nada entre tú y yo. Silvia le puso las manos a ambos lados de la cara sonriendo: sólo estaba fingiendo, no me he arrepentido de nada, te lo aseguro – le dio un beso – es más se lo he dicho a Lola. Cada una sentada enfrente de la otra y Pepa sin poder apartar los ojos de ella: me has hecho pasar el peor rato de mi vida. Silvia: ja,ja, esto no es nada, ya verás cuando me cabrees. Pepa: yo no voy a hacer nada que te cabree – la besó. Silvia sin querer apartarse, pero con resignación : venga que aún te tengo que quitar 6 puntos más y ya casi es la hora de la reunión. Pepa la soltó con mucha pereza. Después de una breve exposición de los hechos sucedidos en los últimos meses hasta el día de ayer Montoya finalizó con una conclusión tajante: Tenemos que actuar ya, hay una persona incontrolada en las calles y en cualquier momento sus acciones podrían lesionar a civiles. Don Lorenzo: Muy bien Gonzalo, alguna idea en particular?. Montoya: Mi idea es tenderle una trampa en el bar, hacemos que se crea que Pepa y Silvia estarán solas y sin vigilancia y esperamos preparados para que se vaya a por ellas. Pepa: Ok, por mi parte no hay problema, pero no creo que sea necesaria la presencia de Silvia. La reacción de Silvia no se hizo esperar: a no? Y porque? Pepa: eres forense. Silvia: también soy policia Pepa: no eres agente de campo, además es a mí a quien intenta hacer daño, yo soy su blanco. Se estaban calentando otra vez Paco seguía todas las intervenciones, pero no se quería meter en el medio de la discusión entre su hermana y su cuñada. Silvia: Y yo su cebo, sólo le interesas porque te acercas a mí. Montoya: Ahí lleva razón Silvia. Pepa le dirigió una mirada fulminante a Gonzalo: es un riesgo innecesario que estemos 2 agentes. Don Lorenzo: Basta Ya!!, Gonzalo!, dinos como tienes pensado enfocarlo. Montoya: En el bar se quedarán Pepa y Silvia a cerrar, dejaremos caer que hemos quitado la vigilancia temporalmente pues tenemos que cubrir una urgencia, sin muchos detalles por si el desequilibrado pertenece a nuestra comisaría. Apostaremos francotiradores en los alrededores y en cuanto intente entrar en el bar lo atrapamos. Silvia: tenemos sus huellas en el cuchillo por lo que podremos acusarlo de intento de asesinato. Don Lorenzo: cuando piensas que es buen momento?. Pepa quiso protestar: Comisar.. Don Lorenzo: Miranda!, se acabó!, está claro que el anormal este sólo actúa cuando hay entre ustedes acercamiento, Gonzalo quiero que el plan sea perfecto, pongo en tus manos la vida de 2 agentes. Montoya: Si señor, necesito la unidad de Paco. Paco: lo que haga falta, nos dices lo que quieres y nos ponemos a ello. Fin de la reunión. Montoya y Paco se fueron a organizar toda la logística para la operación y Silvia se fue para el laboratorio, parece que Pepa no había tardado mucho en cabrearla. Cuando ya era hora de irse, Pepa se acercó al laboratorio, abrió la puerta y se encontró a Silvia haciendo algo con una pipetas, ésta la miró pero no le dijo nada y siguió con su trabajo. Pepa se puso justo detrás de Silvia, se acercó hasta tocar su cuerpo, sus manos se posaron a cada lado de la encimera y le habló: creo que deberías invitarme a cenar por el numerito de la sala?. Silvia sin moverse: yo?, tú has querido echarme del caso. Pepa: pero no lo he conseguido verdad?. Silvia: Sigo estando cabreada contigo. Pepa: entonces te invito yo a cenar a casa – le dio un beso en el cuello. Silvia se dio la vuelta : porque lo has hecho?, porque has intentado sacarme del caso, porque estamos juntas?. Pepa: No, sigo pensando que de las 2 tú eres la guapa forense y yo la policia de campo. Silvia: Si va a ser un problema.. Pepa la agarró de las manos: No tengo ningún problema en trabajar contigo. Silvia cedió al fin: que me vas a hacer de cena?. Pepa con una sonrisa: te vienes conmigo y lo averiguas – le dio un beso. Silvia: espérame en mi coche voy a despedirme de mi padre. Silvia entra decidida a la oficina de su padre, éste está revisando unos papeles, levanta la vista y se queda esperando a que su hija llegue a su lado, se dan un beso. Don Lorenzo : ya te vas hija?. Silvia : Sí. Don Lorenzo : nos vemos en casa entonces. Silvia :no papá, voy a casa de pepa - esperó la reacción, pero no hubo, su padre simplemente veía para ella - por eso te dije antes que quería hablar contigo. Se apoyó en la mesa y alzo una mano hacia su padre que este recogió con ambas manos, era un gesto que les salía de forma automática como sellando que tanto uno como otra estaban ahí dispuestos a escuchar. Silvia : quiero, necesito que no te alejes de mí y que aceptes los cambios de mi vida. Don Lorenzo : estas segura de los pasos que estas dando?. Silvia :solo sé que quiero darlos con ella. Don Lorenzo : y sabes hacia donde hija? Silvia : no me importa, siempre que el camino lo haga junto a pepa - abrazó a su padre muy fuerte - lo entiendes?. Don Lorenzo : entre tu seguridad y que no quiero que rita siga viniendo a mi despacho, no me queda más remedio. Silvia : rita? Su padre le contó que había encargado a povedilla que le informase de sus movimientos con pepa y no tardó rita demasiado en sentarse en su despacho y comenzar a darle unas charlas, primero sobre el amor, luego sobre mujeres, por último sobre Pepa y ella. Don Lorenzo : me estaba volviendo loco - deshaciendo el abrazo - ve, mañana es un día importante, quien os acompaña?. Silvia: aitor y curtis, hasta mañana. Llegando a la altura de pepa, le lanzó las llaves y se acercó a ella. Silvia: conduces tú, vale? - le dió un pico. Pepa sorprendida y encantada a partes iguales: estoy deseando ver como les dices a esos 2 - viendo para curtis y aitor - que te vienes a mi casa. Silvia : después de hablar con mi padre, eso es pan comido - se fue hacia ellos - me quedo en casa de pepa, nos seguís?. A curtis y aitor no les salían las palabras, se vieron entre ellos, la vieron a ella y con la cabeza asintieron. Pepa ya sentada al volante : seremos su tema de conversación toda la noche. Silvia : así no se aburrirán. Pepa: nosotras seguro que tampoco – con una mirada cargada de mucha intención. Silvia : primero tendrás que conquistarme con la cena. Pepa con una sonrisa: eso esta hecho. Cuando llegaron Pepa le hizo un pequeño tour por el piso: no es muy grande pero me lo quedé cuando ví la terraza - y la llevó afuera - unos 50 mts, el cenador y el resto del mobiliario me lo dejó la antigua dueña, las flores son mías. Silvia con intención de quedarse sentada en el balancín: me avisas cuando esté lista la cena.. Pepa: ja,ja, guapa, tú y yo vamos a hacer la cena - la cogió por la mano y entraron en la cocina - primero haremos berenjenas rellenas de langostinos, después una lasaña vegetal y de postre.. Silvia : me estas tomando el pelo. Pepa: no, venga al lío - le puso un delantal y saco varios ingredientes de la nevera - tú te encargas de cortar la berenjena, en rodajas finas, podrás?. Se la quitó de la mano: seguro que sí. Pepa puso un par de claras y unas aceitunas de picoteo y cada una enfrascada en su tarea cuando Pepa preguntó sin poder aguantarse más: me vas a contar como ha ido con tu padre?. Silvia: resulta que tienes toda una defensora de tus virtudes en la comisaría - le contó los detalles de la conversación. El ambiente en la cocina era relajado, Pepa pasaba cerca de Silvia, bien para coger un cuchillo y con la mano libre la tocaba, bien en busca de un trapo, y pegaba su cuerpo al de ella. Silvia : estas intentando algo?. Pepa con inocencia : yo?, la cocina es pequeña pelirroja. Silvia : no tanto, lista. Pepa con picardía y acercándose: al tenerte tan cerca, se me van solas las manos - le dio un beso - ves, ahora ha sido la boca, que no ha podido resistirlo. Silvia también quiso jugar al te toco porque te tengo cerca, empezó dándole una aceituna mientras Pepa tenía las manos ocupadas pelando langostinos. Tenía que preparar una mixtura y le preguntaba a Pepa donde estaban las cosas, así cuando buscaba la harina se apoyo en ella o cuando cogía sal pasaba cerquita. Silvia se sorprendió de sentirse tan cómoda, que todo fuera tan natural entre ellas, mientras echaba a cocer las placas de pasta le pregunto: quieres tener hijos?. Pepa: mierda!. Silvia : menuda respuesta. Pepa viendo intermitentemente para un dedo y para Silvia: la exclamación ha sido porque me he cortado. Silvia se acercó para examinar la herida: te ha puesto nerviosa la pregunta? - viendo el dedo - no ha sido nada. Pepa: nerviosa yo?, – cogiéndola de la cintura – desde hoy estoy segura de que me voy a casar contigo y de que vamos a tener unos niños pelirrojos preciosos. La respuesta dejó a Silvia sin habla. Pepa: te pone “ nerviosa “ mi respuesta? – Silvia sigue viendo para ella – tranquila, te daré tiempo para que te hagas a la idea. – le dió un beso y se fué hacia los fogones a controlar la pasta. Silvia se quedó allí viendo para ella, no sabiendo si tomarse en serio la respuesta, y sorprendida porque le gustaba la idea. Mientras dejaban la lasaña gratinando en el horno, pusieron la mesa y con hambre atacaron las rodajas de berenjenas rellenas de langostinos, que había pasado por la sartén después de rebozarlas. Pepa: Te han salido muy bien cariño – con una gran sonrisa – vino?. Silvia: Gracias, si por favor, que me ves?, estoy haciendo algo mal?. Pepa: No, al contrario, me fijo en el cuidado que pones al quitar el palito que sujeta el langostino. Con el segundo plato, la conversación se centró en temas banales, como antiguos casos de Sevilla, cosas sucedidas en casa de Paco y Lola, etc, parecía que había un tema tabú entre ellas, y era el de las antiguas relaciones de Pepa, ni Silvia preguntó, ni Pepa dejó caer algún comentario, en lo que sí no había tabú era en las miradas que se cruzaban, o como se tocaban las manos cuando comentaban algo en particular. A la hora del postre Pepa no la dejó acompañarla a la cocina: te dije que era sorpresa, te quedas aquí sentadita. Al poco rato le llegó el sonido de la termomix y en 5 minutos apareció Pepa con 2 copas de las que se utilizan para el helado rellenas de lo que parecía una crema de color rojorosa. Se sentó pegada a Silvia. Esta en cuanto tuvo su copa delante y antes de meter la cuchara preguntó: que es? Pepa: prueba. Silvia: a lo mejor no me gusta. Pepa: si que te gusta, es una fruta y algo más – como parecía que Silvia no se decidía cogió la cuchara y cogiendo un poco de la crema, se la dió a probar. Silvia saboreo el contenido en su boca: son fresas con que?. Pepa la besó y con su lengua recorrió la boca de Silvia: Umm, si, son fresas, fresas congeladas para ser más exactas. Silvia con una sonrisa: eso ya lo he dicho yo – Pepa le dió una segunda cucharada y la volvió a besar. Pepa: creo que lo segundo es leche condensada. Silvia cogió su cuchara y le dió a Pepa, y mientras esta saboreaba también la besó: si creo que tienes razón, es leche condensada. Se tomaron los postres de la misma forma hasta el final, por lo que la temperatura sexual entre ambas subió varios grados. Silvia mientras se besaban: dime que ahora no toca fregar. Pepa: deberíamos - se levantó y con ella a Silvia, la sentó en la mesa – pero me parece que nos apetece más hacer otras cosas- se volvieron a besar. Silvia enroscaba con sus piernas a Pepa y está empezaba a desabrocharle la camisa. Silvia: nos vamos a llenar de restos de comida. Pepa sin esfuerzo la levantó de la mesa: que te parece la cama? – se besaron. Silvia: buena elección. Y así enroscada en Pepa, y sin dejar de besarse la llevó hasta la habitación. Cayeron en la cama echas un lío de piernas y brazos enlazados, sus bocas se buscaban constantemente. Tal y como habían entrado no les había dado tiempo a encender una luz, pero la habitación no estaba a oscuras, ya que por la persiana no bajada completamente, entraba claridad de las farolas de la calle. Silvia susurrando: dímelo. Pepa viendo para ella : te quiero - la besó - con locura. Se quitaban la ropa mutuamente a ritmo vertiginoso, por lo que en segundos se quedaron desnudas. Silvia : déjame encima. Pepa se puso boca arriba, y dejó que llevase la iniciativa, verla tan segura la excitaba mucho. Entonces Silvia subió por su cuerpo, había visto el cabecero de barrotes de forja y se le ocurrió que era un buen lugar para agarrarse, Pepa la dejó ir. Silvia situó sus piernas dobladas a ambos lados de la cabeza de Pepa y fue bajando hasta que notó que con su lengua Pepa llegaba a su sexo. Bajaba y subía cuando no aguantaba más el placer que sentía. Pepa con sus largos brazos la sujetaba por la cadera para que no se escapase o subía hasta sus pechos. Silvia quería correrse como la noche anterior, pero no en soledad, así que modificó su posición hasta el 69. Pepa que estaba muy caliente apenas resistió un par de acometidas de la lengua y la boca de Silvia, aun así no descuido sus atenciones y notó como ella también se corría. Silvia se bajó y Pepa fue a su encuentro. Pepa: pelirroja me has mentido - estaba boca abajo y le paso un brazo por la espalda. Ella se giró : en que?. Pepa: Tú has estado antes con una mujer. Silvia sonrió y le paso la mano por la cara: solo he repetido lo que hiciste tú ayer. Pepa le besó la mano : entonces repitamos alguna más - la giró y se puso encima de ella, la besó. Silvia : en que estas pensando?. Pepa: en que quiero volver a estar dentro de ti - y esta vez no pidió permiso. Silvia comenzó a moverse: más adentro- jadeando por el gusto que notaba - pégate a mí. Pepa se acomodó a su izquierda, dejando hueco suficiente para la llegada de la mano de Silvia, se veían, se besaban, y se movían en respuesta a lo que sus manos hacían. Pepa: cariño, tócame fuera. Silvia hizo lo que le pedía: no voy a aguantar mucho más. Pepa tenía en su boca uno de sus pechos: solo una cosa. Silvia rogando: Pepa?. Pepa: suelta todo el aire cuando te estés corriendo y aguanta sin respirar, será más intenso. Silvia estaba subiendo esa maravillosa cima que era el punto álgido del placer, al quedarse sin aire en sus pulmones, sintió que se le iba la cabeza como si se fuera a desmayar. Escuchó como Pepa también exhalaba y al cabo de unos segundos tomaba aire. Silvia: Dios! Casi me desmayo. Pepa se quito de encima pero se quedó a su lado, su mano derecha seguía en el cuerpo de Silvia acariciando su pecho, notando como su respiración volvía a un ritmo normal y bajando hasta el ombligo: sé primeros auxilios – esperaba una sonrisa por el comentario pero el gesto indicaba otra cosa – me cuentas que piensas?. Silvia: que sabes muchas cosas.... Pepa sabía que tarde o temprano saldría el tema de sus otras relaciones, por eso lo primero era no perder el momento de intimidad, acababan de hacer el amor y estaban desnudas una al lado de la otra, con la mano con la que la estaba acariciando la atrajo hacia si. Pepa: mi experiencia te hace sentir insegura? Silvia: antes de mí ha habido muchas muj.. Pepa la interrumpió: ser tu primera vez ha sido importante para mí, pero lo que quiero es ser tu última relación – hizo una pausa -yo no pienso en quien te ha enseñado lo que sabes, o con quien has estado antes, me volvería loca.. Silvia: tú no dudas sobre si me das lo que necesito?. Pepa: por tus reacciones dentro y fuera de la cama creo que te doy justo lo que quieres, salvo que estés fingiendo. Silvia: no lo hago te lo prometo. Pepa : tú crees que yo sí lo hago?. Silvia: no, pero yo soy más inexperta. Pepa: la experiencia se consigue con práctica no lo sabías?. Silvia vió para ella con una sonrisa : yo siempre he sido muy trabajadora. Pepa: genial – se besaron. Silvia más tranquila, apoyaba su cabeza en el pecho de Pepa, comenzó a disfrutar del momento post-coito, pues Pepa seguía acariciándola y jugando con su pelo. Silvia: si sigues haciendo eso me dormiré. Pepa: duérmete, yo seguiré disfrutando un poco más de tu cuerpo. Pasados unos minutos y cuando creía que ya se había dormido. Silvia: Pepa?. Pepa: Dime. Silvia: Te quiero. Pepa sonrió: con locura?. Silvia: si – se quedaron dormidas. Eran las 3 am cuando Pepa se despertó, había tenido una pesadilla, no recordaba bien el contenido pero había dejado en ella una sensación de pérdida absoluta, Silvia dormía plácidamente a su lado, intentando no despertarla se levantó y desnuda como estaba, fue a la cocina y bebió un poco de agua, recogió las cosas de la cena en un intento de que su cabeza olvidase el mal rato pasado. Cuando volvió a la cama se pegó a Silvia que estaba en posición fetal. Silvia casi en sueños: que fría estas?. Pepa : tú muy calentita – ella misma también se estaba calentando, pegarse a un cuerpo desnudo y caliente era un gusto, su mano derecha tocó un pecho de Silvia. Silvia: a donde has ido?. Pepa: Tenía sed – su mano se fue hacia abajo y jugó con el vello púbico de Silvia. Ya más despierta Silvia preguntó: y ahora que tienes?. Pepa le dió un mordisco en el cuello : hambre de ti – deslizo su brazo izquierdo por debajo de ella, y con la mano derecha llegó a su sexo, notando su humedad, en respuesta Silvia echó el culo hacia atrás pegándose completamente a Pepa – me parece que no soy la única con hambre. Comenzó a besarla por el cuello y la espalda, con su mano izquierda jugaba con un pezón de Silvia y con su mano derecha empezó a estimular su clítoris, se movió para que Silvia a su vez la pudiese tocar. En escasos 5 minutos se corrieron. Silvia acarició desde atrás la cabeza de Pepa, que seguía muy pegada a ella: te sueles despertar a menudo? Pepa : algunas noches 2 veces. Silvia: si es para esto no me importa que me despiertes- Pepa la agarró fuerte. A las 8:00 sonó el despertador, bueno más bien música, Pepa la dejó sonar, se movió ligeramente para acercarse a Silvia que todavía estaba profundamente dormida. Con un dedo recorrió las facciones de Silvia, empezó bajando desde su entrecejo hasta los labios, los dibujó y después desde la mandíbula subió hacia la oreja y otra vez a la frente, le dio un beso en cada ojo. Pepa susurrando: princesa hay que levantarse – le dio un pico, nada. Sus dedos bajaron hacia el cuello y desde ahí recorrieron el hombro, el brazo y la mano, se la besó. Silvia: me vas a despertar siempre así- abriendo ligeramente los ojos. Pepa: si tuviéramos tiempo lo habría hecho de otra forma. Silvia llevó su mano hacia la boca de Pepa: sabes que eres muy activa sexualmente? Pepa: te voy a confesar una cosa – se acercó y le dio un pico – estoy por encima de la media española. Silvia sonrió: también estas por encima de la media en chulería. Pepa se abrazó a ella: es mi forma de ser. Silvia: adoro tu forma de ser – le dió un beso. Pepa: me alegro, nos duchamos juntas? – cruzó los dedos – prometo sujetar mi líbido. La promesa la cumplió, aunque no paró de hacer el ganso con ella en la ducha, hasta el punto de que casi se resbalan y acaban en el suelo. Silvia: me dejas algo para ponerme? Pepa: claro, lo que quieras, aunque mis camisetas no le van a gustar un pelo a tu papa. Silvia: me paso por casa y me cambio. Pepa: pero primero desayunamos vale?. Silvia: con el tema de las comidas eres un poquito histérica no?. Pepa: perdona pero este 1,80 no se alimenta del aire, y menos cuando hace ejercicio – se agarró a Silvia y la besó – tú ya me entiendes no?. Antes de bajar llamaron a Aitor y Curtis para avisarles, también hablaron con Gonzalo, ya estaba todo listo para la trampa de la noche, pero desde ahora tocaba poner el cebo. Montoya: Lola está avisada, así que os seguirá la corriente en todo, los chicos en cuanto lleguen dejaran caer que por la noche estaréis solas. Llegaron al bar cogidas de la mano. Lola encantada de verlas entrar tan felices: pero bueno y esos alardes. Pepa: que alardes? – viendo para sus manos enlazadas – por esto? – se acercó a la barra para besar a Lola – se lo explicas tú?. Lola se apoyó en la barra para besar a su hermana : hola cariño, que me tienes que explicar. Silvia le dió un pico a Pepa: pues que es normal que mi chica me lleve de la mano no? – le acarició la cara. Lola veía a su hermana que estaba en una nube de felicidad y a Pepa volando a su alrededor. Sin embargo en otra parte del bar, una persona sujetaba con firmeza una pistola de forma disimulada, su cabeza le decía “ saca la pistola y pégales un tiro aquí mismo delante de toda esta gente “, sin embargo consiguió controlar sus ganas y se dirigió al baño, quizás si dejaba de verlas conseguiría serenarse. No había nadie en el de caballeros y en cuanto cerró la puerta de uno de los baños, descargó toda su rabia y agresividad contra el inodoro, la tapa salió volando y la cisterna quedó destrozada, en unos segundos volvió a salir como si nada hubiera sucedido, nadie se dió cuenta de su visita al baño. Lola: bueno por la tarde os podéis quedar a cerrar?, es que Sarita se ha ido de fin de semana con Lucas y hoy tengo clase de pintura. Silvia: Tranquila Lola, nosotras nos quedamos. Pepa: Si, cuando acabe el turno sobre las 20:00 horas, nos venimos por aquí vale?. Pasaron por casa de Silvia para que se cambiase la ropa por un atuendo más formal, y desde ahí hacia comisaría. Cuando llegaron se notaba una calma tensa, por lo menos en aquellos que iban a participar en el operativo. La primera reunión la tuvieron a las 10:00. Montoya explico donde estaría situada la furgoneta con el equipo de escucha, donde los francotiradores: llevareis los micros y los pinganillos para que todos oigamos y escuchemos que pasa. Paco: normalmente el bar se cierra sobre las 22:30, cuando los del turno de tarde se van después de tomarse una cervecita. Silvia: hemos quedado con Lola sobre las 20:00. Paco: bien yo os acompañaré hasta las 22 aprox, y luego me iré con la excusa de ir a buscar a Lola. Don Lorenzo: a partir de ese momento y cuando no quede nadie en el bar, activamos micros y atentos a quien intente entrar. Montoya : en la furgoneta estaremos Kike y yo. En comisaría Aitor y Rita comprobarán si hay algún movimiento sospechoso, también estarán Mariano y Don Lorenzo simulando una reunión, luego se vendrán a la furgoneta junto con Paco, Curtis patrullará con un coche camuflado. A Pepa le tocó quedarse en comisaría, no se podían arriesgar a que pasase algo en las calles y tener que desmantelar todo el operativo, así que después de quemarse las cejas en el ordenador se fue a buscar 2 cafés, para llevarle uno a Silvia que estaba haciendo una autopsia. En la sala estaba sentado a solas Don Lorenzo. Pepa: señor Don Lorenzo: Miranda. Pepa: le importa si le acompaño mientras me tomo un café. Don Lorenzo: adelante. Pepa se sirvió y se sentó: ese tío no se va a dejar coger tan fácilmente Don Lorenzo: ya se ha enterado de lo del water no?. Pepa: Paco me lo ha dicho hace un momento. Don Lorenzo: se está desequilibrando y eso es bueno para nosotros, porque cometerá un error. Pepa: pero también se esta volviendo más agresivo. Don Lorenzo se levantó: confíe en el equipo. Pepa: si señor – se quedó sola. No quería seguir pensando más en el tema por ahora, recogió un segundo café y se fue a hacer compañía a Silvia. Tuvieron otra reunión a las 17:00, la misma información, ampliada con el incidente del water, y otra vez a esperar para ponerse en acción. A las 20:15 llegaron Pepa y Silvia al bar, ya no llevaban a ninguna de sus sombras. Lola estaba nerviosa: bueno niñas, cerráis entonces vosotras no? Silvia: vete tranquila Lola, luego vendrá Paco a echarnos una mano. Pepa: y cuando se vaya a buscarte, nos vamos a hacer una cenita romántica la pelirroja y yo – se besaron. Lola: pues sí que la cuidas tú bien, esos genes no los tiene tu hermano. Se quedaron solas, atendiendo a la gente y conversando con compañeros de trabajo, después llegó Paco y poco a poco se fueron relajando. Detrás de la barra eran un show, Pepa sirviendo cañas y haciendo como diría Lola alardes de su relación con Silvia. Paco: hermana, la vas a gastar de tanto agarrarla y besarla. Pepa se apoyó en la barra: paco, tú deberías hacer lo mismo con Lola, ya nos ha dicho en 2 ocasiones que cada día eres menos cariñoso. Ahora fue Silvia la que la abrazaba por detrás y le plantaba un beso en la mejilla. Paco ya con el pañuelo desgastado de tanto morderlo : si es que al final la gente no se va a querer ir. No era verdad, sólo había una persona que no paraba de fijarse en cada gesto, en cada mirada, en cada roce, y sin que nadie se percatase se fue del bar. ----Eran las 22:40 cuando Silvia ponía el cartel de cerrado y simulaba que pasaba la llave, se pusieron los micros y Kike comenzó las pruebas de sonido. Kike: Silvia me oyes?. Silvia: perfectamente. Kike: Pep. Pepa dió un bote: ostias! – y se quitó el pinganillo, viendo para Silvia – joder menudo pítido casi me deja sorda. Silvia: Kike puedes bajar el volumen. Kike: si, parece que algo se ha acoplado, voy a probar con los demás todos respondieron sin problemas – dile a Pepa que se lo ponga otra vez. Kike: Pe.. Pepa otro bote: a la mierda!- quitándose el pinganillo – no me lo pongo más, me esta dejando frito el oído. Kike dentro de la furgoneta con Montoya pegado a su cogote: no lo entiendo, se ha debido de estropear el auricular. Montoya: pues ahora no hay tiempo para hacer cambios – hablando por el walkie – Silvia, el micro de Pepa funciona así que tú le trasmites lo que nosotros digamos estamos?. Silvia: ok – se lo contó a Pepa. Desde la furgoneta comprueban por las cámaras como se ven salir varios coches de policia de la comisaría. Antes de preguntarse que pasa, se pone Rita en contacto: han dado aviso de varios alunizajes en la calle de las joyerías, han pedido refuerzos desde central. Montoya: atentos que puede ser una maniobra de distracción. En esos momentos llegaron a la furgoneta Mariano y Don Lorenzo: Montoya esto no me gusta. En el bar Silvia le comentaba las últimas novedades a Pepa: no me prometiste una cena romántica?. Pepa: estas de broma no?. Silvia: tengo hambre de verdad, traes pan de la cocina y cortamos un poco de jamón y nos hacemos unos bocadillos. En la furgoneta Kike seguía atento a las cámaras, todo seguía tranquilo. Montoya, Don Lorenzo y Mariano en la parte delantera, intentaban averiguar con Rita si se sabía algo más de los alunizajes. Kike: Llega una mujer por la calle. Montoya se levantó para acercarse a las cámaras. Era una mujer de pelo negro rizado, y llevaba algo en las manos, de hecho veía para abajo de vez en cuando como controlando por si se caía algo de los recipientes. Montoya y Kike a la vez: Lola?. En el bar Silvia había convencido a Pepa para que entrase en la cocina por algo de pan y paté, cuando escucho el nombre de su hermana por el pinganillo se giró para verla. Silvia por el micro: a que nos trae unos tupper para que no pasemos hambre?. Montoya y Kike al escuchar esto se quedaron sin habla. En el momento en que Don Lorenzo y Mariano iban también para las cámaras entró Paco hablando por el móvil. En el bar. Silvia : Pepa no busques nada, viene mi hermana con comida – se fue hacia la puerta. Lola estaba casi ya en la puerta del bar. En la furgoneta. Paco: todo bien cariño, te llamo cuando acabe. Don Lorenzo: cariño?, con quien estas hablando?. En el bar. Pepa se había agachado para coger el paté, medio escuchó a Silvia, tiró lo que tenía en la mano y salió corriendo de la cocina. En la furgoneta. Paco nervioso pues no entendía porque todos veían para él: con Lola. Todos se preguntaron lo mismo, entonces quien coño es esa mujer?. En el bar. Pepa a la altura de la barra: no abras Silvia! – y empezando a quitar su arma. Silvia escuchó lo mismo por el pinganillo. Demasiado tarde. Todo sucedió muy rápido. La persona que creían era Lola, empujó la puerta, Silvia demasiado cerca se golpeó con ella y cayó al suelo, el intruso entró en el bar y agachándose la cogió y le apuntó en la cabeza. Pepa siguió todos los movimientos con el arma pero no podía disparar, a riesgo de darle a Silvia. Pepa: quieto! si te mueves te pego un tiro. El intruso se giró hacia Pepa, mantenía la pistola cerca de Silvia: antes se lo pegaré yo a ella. En la furgoneta todos se quedaron blancos, habían escuchado a Pepa y también al hombre. Montoya fue el primero en reaccionar: francotiradores informar. Se escuchó: no es posible un blanco limpio, está agachado y sobre la inspectora Castro. Dentro del bar. El intruso se quitó la peluca al tiempo que Pepa murmuraba: Julián.. En la furgoneta. Don Lorenzo: el de los embutidos es el pirao?, me cago en su puta madre! – viendo para Montoya – quiero toda la información de ese cabrón. Dentro del bar. Silvia estaba sentada en el suelo, tenía el labio partido del cual salía bastante sangre, mantenía la vista fija en el arma que la apuntaba. Pepa viendo para ella : sil, estas bien?. Julián se giró bruscamente sin mover la pistola : Cállate! No le dirijas la palabra. El primer impulso de Pepa con el arma en alto fue pegarle un tiro, pero el segundo que necesitaba para apuntarle a la cabeza le podría dar tiempo a él para disparar. Mejor sería intentar una conciliación. Pepa: está sangrando, le has partido el labio. Julián: la culpa es tuya – viendo otra vez para Pepa – tira el arma. Pepa no hizo el menor gesto. Julián con la pistola tocó la cabeza de Silvia : Tírala o le pego un tiro ahora mismo. Se escuchó el ruido sordo de un arma que cae al suelo. En la furgoneta. Paco: No te desarmes!. En el bar. Pepa enseñando las manos: ya está, he hecho lo que me pedías. Julián: dale una patada hasta aquí – así lo hizo, él recogió el arma – cierra las cortinas, no quiero que nos vean desde la calle. Pepa mientras se dirigía a la ventana le echó un vistazo a Silvia, seguía callada, “ mírame, todo va a salir bien “, era lo que intentaba que sus ojos le transmitiesen, Silvia captó su mirada y se relajó un poquito. Julián: aléjate, no te quiero cerca – separó el arma de la cabeza de Silvia y le habló – porque me has hecho esto?. Silvia no sabía muy bien que contestar: no te entiendo Julián. Julián: Llevo años aquí, hablamos siempre que vienes – hizo una pausa, buscaba las palabras adecuadas - entre nosotros había algo especial, te preocupabas por mi, incluso me salvaste la vida, – su cara cambió y con rabia miró hacia Pepa, entre dientes soltó – y entonces llega ella y te olvidas de mí. Pepa pensó “ vamos a ver como reaccionas “ : tienes a Silvia a tus pies, pero sabes, no le llegas a la suela de los zapatos - “ venga caliéntate “ – y hombre entre tú y yo no hay color, a escasos 2 me... En la furgoneta escucharon un tiro. Paco comiéndose el pañuelo : Jesús!. En el bar. Julián: Cállate!! – la bala había ido en la dirección de Pepa, pero bastante alejada de su posición. Pepa se agachó por instinto, Silvia no entendía su actitud, para que lo alteraba?. Silvia: Julián por favor cálmate. Julián viendo para Silvia : pues que se calle, esto es entre tú y yo. Pepa pensando el siguiente movimiento, “ que te crees tú eso imbécil “. En la furgoneta, todos atentos a la conversación. Mariano: Tu hermana está chalada Paco, porque le provoca?, le va a pegar un tiro. Don Lorenzo dándole vueltas a lo que había oído: nos esta diciendo sus posiciones. Paco: que ? Montoya comentó: con las cortinas los francotiradores no ven donde están.. Don Lorenzo: Silvia está en el suelo y Pepa a 2 metros. Montoya: quiere que tiren a ciegas? Don Lorenzo: en cuanto nos diga la posición de él, sí, kike dale más audio a los micrófonos – así lo hizo el pobre, con todos detrás de él estaba tenso como la cuerda de una guitarra, que no fallase ningún aparato, por favor. Paco: pero Don Lorenzo, eso es muy peligroso. Don Lorenzo: Paco, ese cabrón está zumbao y Pepa desarmada, nosotros no podemos entrar, así que como crees que podemos ayudarlas. En el bar Julián daba pequeños pasos siempre muy pegado a Silvia. Pepa: Julián, aún podemos arreglar esto. Julián gritando: Te he dicho que no quiero hablar contigo!. En la furgoneta. Montoya había hablado con los francotiradores, en cuanto les dieran una posición abrirían fuego. Don Lorenzo: Lo que no sabemos es hacia donde esta apuntando. Mariano: tal y como se pone cuando le pica Pepa, hacia ella. El dato era muy revelador, todos comprendieron que Pepa no sólo intentaba darles las posiciones, sino también provocar que Julián estuviese apuntando a un blanco más alejado que Silvia, por si acaso a la hora del tiroteo los francotiradores erraban los primeros tiros y él tuviese la oportunidad de efectuar algún disparo. En el bar. Pepa: pues deberías – tal y como esperaba Julián se le quedó con cara de interrogación – por ejemplo, donde estás eres un blanco fácil. Julián : me tapan las cortinas, no podrán dispararme los cabrones que tenéis ahí fuera.. Pepa: pero hay luz y por las sombras se te puede adivinar- no era cierto, las cortinas eran demasiado tupidas, pero eso él no lo sabía – pégate a la pared de la izquierda, te tapará la tragaperras y tendrás la barra para protegerte por si entran por detrás. En la furgoneta. Paco: la tragaperras, la tragaperras, no es cierto, no le tapa del todo. Montoya: explícate Paco. Paco: si se pone en la pared de la izquierda, pero no completamente pegado a la tragaperras, y hacia la barra, desde la derecha podrían disparar en un radio de 2 metros, Silvia está en el suelo y Pepa en el otro extremo. En el bar. Julián: Silvia, ayúdame?. Silvia: Haz lo que te dice, es el mejor sitio – como confiaba en ella se movió. Julián: ves como te preocupas por mí. Silvia: no quiero que te hagan daño – quizás podía conseguir que se entregase, hizo el amago de incorporarse. Julián: No te levantes! – seguía apuntándola, viendo para Pepa nervioso – no os mováis ninguna. Silvia: yo sólo quiero que hablemos Julián, seguro que podemos buscar una solución. Pepa no quería que Silvia se acercase, ahora estaban todos en la posición correcta, sólo había que dar el toque de gracia para que volviese a descontrolarse. En la furgoneta escuchaban con tensión. Don Lorenzo: preparados?. Montoya a los francotiradores: prepárense, a nuestra señal abran fuego. En el bar. Pepa: déjalo Silvia, este tío es patético – lo tenía en frente de ella, los separaban unos 4 metros. Julián: no hables de mí como si no estuviese – se movió ligeramente, prestando más atención a Pepa y alejándose de la posición de Silvia. Pepa: no tienes nada en lo que Silvia se pueda fijar – ya sólo le prestaba atención a ella – y no tienes ni puta idea de cómo conquistar una mujer. Silvia veía para Pepa lo estaba haciendo otra vez, veía que Julián se estaba encendiendo. Pepa: Porque la sigues apuntando?, ella no tiene la culpa de haber caído en mis brazos. Julián: La has corrompido, ella no es así. Pepa: Tienes razón Julián, pero soy yo y no tú quien disfruta de sus abrazos, de sus labios, soy yo.... Cuando parecía que iba a mover la pistola en la dirección de Pepa. Julián: Te dejará por mí!!, a que sí Silvia? – Silvia asintió con la cabeza. “No, no, no”, Pepa veía para Silvia, intentaba decirle que no se metiese en la conversación. Pepa: nunca será tuya Julián, no mientras yo siga aquí, no podrás alejarla de mí - vió como poco a poco la pistola se alejaba de la trayectoria de Silvia, “ seguro que no es buen tirador, tengo una oportunidad, seguro que la tengo “ pensaba – salvo que me pegues un tiro - giró totalmente la pistola en dirección a Pepa, y estaba a punto de apretar el gatillo. Entonces nada sucedió como estaba previsto, todo fue tan rápido y tan lento a la vez, que parecía que no estaba sucediendo de verdad. Silvia gritó : no la mates!! Julián volvió a girarse y al ver sus ojos llenos de lágrimas, comprendió que le había mentido, que nunca se iría con él, que era a Pepa a quien quería: ahora llorará ella por ti. Pepa gritó: Disparar!! – y tirándose al suelo, rodando, se sacó una pistola que llevaba escondida en el tobillo, escuchó un tiro- NO!!!!! Quién disparó primero?, sería difícil de decir, del arma de Julián salió una bala, Pepa vació su cargador en dirección a él y las ventanas reventaron con el impacto de los disparos de los francotiradores. Todos salían de la furgoneta mientras Montoya gritaba por el Walkie: alto el fuego!! Alto el fuego!!. En el bar. Pepa se levantó automáticamente, lo que estaba viendo delante de sus ojos la hizo reaccionar, sin pensar que los francotiradores le pudieran dar con alguna bala, Silvia estaba en el suelo inmóvil y en un charco de sangre, corrió hacia ella. No, no, no, le había dado Julián antes de caer abatido, le había pegado el tiro prometido, Pepa se quitó el chaleco y presionó la herida : llamar una ambulancia!!!! Cuando Don Lorenzo y Paco llegaron la imagen era dantesca, todo destrozado y lleno de cristales rotos, Julián acribillado a balazos en una esquina y Pepa sujetando el cuerpo ensangrentado de Silvia. Pepa: Paco!! Un médico!!, noto que respira – agachándose – Sil?, respira, sigue respirando cariño, aguanta mi amor. Llegaron los del Samur, Don Lorenzo y Paco tuvieron que ayudar para que Pepa la soltase, se la llevaron a un aparte y cuando vió salir la camilla, tuvo la misma sensación de pérdida absoluta que sintió con la pesadilla de esa noche, con eso había soñado, con perder a Silvia, con sentirse vacía si algo le pasaba a ella, quiso ir tras la camilla. Don Lorenzo agarrándola : no puedes ir en la ambulancia Pepa, vamos en el coche patrulla – entre Paco y él la llevaron hasta el coche. En el pasillo del quirófano donde operaban a Silvia de urgencia estaban Paco, Don Lorenzo y Lola sujetando de la mano a Pepa. Ella veía hacia el techo y por su cara bajaban de vez en cuando lágrimas. Llegó Montoya y el resto del equipo, hablaron primero con Don Lorenzo y con Paco. Montoya se acercó a Pepa y ella en cuanto lo vió se levantó. Montoya: Pepa lo siento mucho. Pepa se encaró con él: Lo sientes?, te dije que no tenía que estar en el operativo, dijiste que estaría todo controlado – le agarró por las solapas de la chaqueta – el hijo puta pasó delante de tus narices, joder! - hizo que chocara contra la pared. Gonzalo se dejó hacer estaba abatido solo murmuraba: lo siento Pepa, lo siento. Paco y Don Lorenzo acudieron en su ayuda Paco: suéltalo, hermana, él no ha tenido la culpa, suéltalo por favor - le quitaron a Pepa de encima. Pepa: sal de mi vista Gonzalo – y comenzó a golpear la pared – ese tiro era para mí, tenías que dispararme a mí cabrón! Lola conteniendo como podía su propio llanto se fue hacia ella y la abrazó, consiguió que se volviese a sentar y poco a poco la fue calmando. Lola: ya cariño, ya, tranquilízate. Curtis y Kike se llevaron a un descolocado Montoya. Los minutos de espera se convirtieron en horas y las horas se hicieron eternas. Nadie se movía de aquel pequeño pasillo, las miradas de todos se dirigían constantemente, hacia la puerta que los separaba del quirófano donde operaban a Silvia, esperaban ver salir a alguien, que ese alguien les diera noticias, y deseaban que esas noticias fueran buenas. Pasadas 4 horas apareció una figura vestida de verde que se quitaba la mascarilla a medida que avanzaba hacia ellos. Ninguno quiso preguntar, se levantaron y esperaron en silencio con las manos unidas. Cirujano: lo primero que quiero decirles es que hemos sacado la bala que tenía alojada la paciente en la espalda y que sigue con vida. Lola ahogó un grito y el cirujano le dió un apoyo simbólico al poner su mano en su brazo: también he de decirles que la bala en su trayectoria ha hecho bastante daño, por lo que la consecuencia en una primera valoración puede ser de parálisis de ambas piernas – ante las caras de todos prosiguió rápidamente – insisto, es una primera valoración , apoyada en el estado en que hemos encontrado la zona, con daños importantes en terminaciones nerviosas. Don Lorenzo: esta fuera de peligro?. Cirujano: su vida no corre peligro, pueden estar tranquilos, es una mujer fuerte y la lesión aún siendo muy grave no ha afectado a órganos vitales. Don Lorenzo: Cuando podremos saber el alcance de su lesión con mayor certeza? Cirujano: Tenemos que esperar primero a que la paciente despierte de la sedación, después de unos días y viendo la evolución de la zona le haremos las pruebas oportunas. Pepa : puedo verla? – esa era su única preocupación, sobre lo demás no quería pensar, por lo menos por ahora. Cirujano: La hemos trasladado a la UVI, como mucho puedo permitirles el paso al anexo, la separación es de cristal lo que les permitirá verla. Lola: si por favor. Cirujano: una cosa más, esta sobre una camilla especial, boca abajo, tendrá que estar así unos días, hasta que la mejoría de la herida nos permita darle la vuelta. Pepa: me esta diciendo que lo primero que va a ver cuando se despierte es el suelo? – su voz llevaba consigo angustia. Cirujano: no, la mantendremos sedada durante todo ese tiempo, lo que se conoce como un coma inducido. Pepa en tono de ruego: no quiero que se despierte sola, podremos estar con ella en ese momento?. Cirujano: Tranquila, lo coordinaremos de forma que primero sea trasladada a una habitación normal y después iremos levantando la sedación. Lola: Muchas gracias doctor – agarrándole el brazo. Cirujano: si me acompañan les llevaré con una enfermera que les guiará a las salas de la UVI. En silencio recorrieron primero con el cirujano y después con la enfermera el camino que les llevó hasta la sala y todos vieron callados como Silvia yacía boca abajo cubierta de cables, a su lado varias máquinas controlando sus constantes vitales, una que conocían todos marcaba el ritmo de su corazón, un ritmo seguro y constante, efectivamente era una mujer fuerte. Pepa sintió como se le grabada en lo más profundo de su alma, ver a Silvia de esa forma, apoyó su frente en el frío cristal y volvieron a brotar las lágrimas. SEGUNDA TEMPORADA (La historia de Pepa con Silvia.) Pepa sintió como se le grabada en lo más profundo de su alma, ver a Silvia de esa forma, apoyó su frente en el frío cristal y volvieron a brotar las lágrimas. Continuacion..... Durante un tiempo indeterminado permanecieron en silencio, el primero que habló fue Don Lorenzo: tenemos que irnos a descansar.. Pepa: Yo me quedo... Lola acercándose: Pepa, cariño, aquí no puedes hacer nada. Pepa: Aquí puedo verla.. Lola: Ya has oído al médico, tenemos que darle tiempo para que mejore y la puedan trasladar a una habitación, ahí podrás estar con ella todo el tiempo que quieras. Pepa viendo para Lola: necesito estar aquí Lola, por lo menos hasta que se me quite la sensación de haberla perdido. Paco interviniendo en la conversación: vamos a hacer una cosa, Lola, te llevo a casa y a usted también Don Lorenzo, luego vengo y me quedo con Pepa, y ya mañana nos vamos nosotros a descansar. Pepa: prefiero estar sola Paco, mañana hablamos vale?. No les quedó más remedio que estar de acuerdo, porque Pepa se había vuelto a girar hacia el cristal y estaba claro que de allí por ahora no se iba a mover. Durante la noche varias enfermeras pasaron por su lado, le dejaron una silla y se preocuparon por si necesitaba algo, alguna intentó convencerla de que se fuera tranquila para casa, pero todas obtenían respuestas parecidas. Pepa: necesito verla, saber que respira, la última vez que la tuve en mis brazos se le iba la vida sin yo poder hacer nada. Ya estaba amaneciendo y eso se reflejaba en un mayor tráfico de personal, en la UVI todo indicaba que tocaba el aseo de los pacientes. Al poco rato apareció una enfermera: que te parecería poder entrar un momento?. Pepa: Como?. Enfermera: estamos con el aseo de los pacientes, pero a Silvia como su operación es muy reciente no lo haremos hasta mañana – en la mano llevaba varias prendas – si te pones todo esto, te dejamos entrar 2 minutos. Le tembló todo el cuerpo y torpemente se puso las prendas, pantalón, casaca, guantes, mascarilla, gorro y fundas de los zapatos. De esa guisa y con paso vacilante fue al encuentro de Silvia, al lado de su cama se paró, tumbada boca abajo, la espalda cubierta con una sábana que ocultaba la herida, los brazos extendidos de los que salían varios cables, su cabeza de lado, y su pelo rojo que le caía por el rostro. Ya no lloró, no salieron más lágrimas, su cuerpo se negó a sentir más dolor, nacía en ella la esperanza, la esperanza de verla salir de esa cama, y con ese pensamiento positivo se acercó poco a poco a ella, inclinó su cabeza, apartó un poco su pelo y le dio un beso en el cuello. Los pitidos de la máquina se aceleraron levemente, apenas unos segundos. Enfermera: yo diría que se ha dado cuenta de que estas aquí. Volvieron al pasillo y Pepa quitándose las prendas, dibujó una pequeña sonrisa. Pepa: muchas gracias. Enfermera: de nada, aunque no nos está permitido dejar pasar a familiares, nosotras estamos convencidas que a veces cosas como estas hacen que mejore un paciente. Se quedó sola otra vez pero no por mucho tiempo, aparecieron Paco, Lola y Don Lorenzo, les contó lo sucedido y todos se emocionaron, Lola se abrazó a ella. Lola: ves cariño, se pondrá bien, ya estas más tranquila. Pepa: Si Lola, me voy a casa, necesito dormir un poco, vuelvo en una horas, me llamáis si pasa al.. Don Lorenzo: váyase ya miranda, que al final se va a caer aquí mismo del agotamiento. Pepa llegó a casa, fue directa al dormitorio y después de descalzarse se tumbó en la cama, se quedó frita en segundos y soñó con Silvia, con un futuro con ella. Los días siguientes transcurrieron con la misma rutina, Pepa pasaba largas horas en el pasillo y tuvo más ocasiones de entrar a la UVI, inició con Silvia un juego, la besaba en un lugar distinto cada vez, siempre esperando obtener su premio, una aceleración de pitidos. Pasados 4 días el cirujano les citó en su despacho. Cirujano: vista la evolución de la herida, trasladaremos a Silvia a lo largo de hoy a una habitación y comenzaremos a levantar la sedación. Don Lorenzo: las secuelas?. Cirujano: las pruebas de actos reflejos realizadas con la paciente sedada resultan ambiguas, pero entra dentro de lo normal por el daño en la zona. Pepa: cuando despertará?. Cirujano: bueno no todos los pacientes reaccionan igual a los efectos de la sedación, algunos lo hacen escasamente a las 2 horas y otros se quedan varios días en un estado de semiinconsciencia hasta que finalmente despiertan. A última hora de la tarde entraban todos en tropel a la habitación donde había sido trasladada Silvia. Pepa: me quedo con ella hasta que se despierte. Paco: hermana mejor establecemos unos turnos no?. Pepa: Paco, no me lo quiero perder vale?, yo me quedo aquí en este sillón cama y entre vosotros os turnáis. Don Lorenzo: miranda porque no tengo ganas de discutir con usted en estas circunstancias, pero sepa que es una cabezona. Pepa: si, si lo que usted diga pero me quedo. Pasó la noche despierta, viendo para Silvia, estudiando su rostro, cada una de sus facciones, cogiendo su mano, jugando con sus largos dedos. Pepa: no pienses que me estoy aprovechando de ti. Por la mañana llegaron Lola y Paco. Paco al fijarse en la ojeras de Pepa: hermana no has pegado ojo, verdad?, si ya sabía yo que ese sillón era muy pequeño, con lo larga que tú eres, pobrecilla. Pepa: Paco, estoy bien Lola: se ha des... Pepa: que va, no me ha funcionado el beso Lola, el cuento creo que era menti.. Llegó Don Lorenzo, se había retrasado por unos asuntos en la comisaría. Don Lorenzo: buenos días como está. Lola: todavía dormidita como una ángel. Don Lorenzo se giró hacia Pepa: le he conseguido un permiso de una semana. Pepa sorprendida, ni siquiera había pensado en el trabajo, ni como solucionarlo para estar con Silvia más tiempo: gra, gracias Don Lorenzo. Don Lorenzo quitándole importancia: nada, nada, sino la iba a tener que suspender por ausencia del puesto de trabajo. Lola: has desayunado hija. Pepa: no. Lola: ven conmigo y nos tomamos algo en la cafetería. Don Lorenzo: ve tu también Paco ya me quedo yo con mi hija. A Pepa no le hacía mucha gracia pero ante la insistencia no tuvo mas remedo que rendirse. Perdón un corte imprevisto. Don Lorenzo se quitó la chaqueta y daba vueltas buscando donde dejarla, “ en el sillón no que vienen estos y seguro que se me sientan encima y la arrugan, en el armario mejor “. Cuando se giró otra vez hacia la cama de su hija, ella estaba despierta con los ojos viendo en su dirección. Don Lorenzo corrió a su lado: hija, cariño, como te encuentras – la voz contenida y haciendo esfuerzos para que las lágrimas no saliesen. Silvia: Pepa....- con un hilillo de voz desesperado. Don Lorenzo: tranquila, hija, esta bien – pausa – subiéndose por la paredes de preocupación por ti.. Silvia poco a poco: cuanto llevo así. Don Lorenzo: casi 6 días - Silvia hizo un gesto de dolor – te duele cariño, llamo a una enfermera. Silvia: no tranquilo cuéntame que pasó.. Cuando llegaron a la habitación Lola, Paco y Pepa, se frenaron en seco viendo la estampa. Silvia despierta hablando con Don Lorenzo. Pepa: Pelirroja, ya sabía yo que me ibas a hacer esto – se acercaba a ella – mira que despertarte cuando yo no estoy – viendo para Don Lorenzo – le advierto que voy a besar a su hija, lo digo por adelantado para que no nos monte una escena- le guiñó el ojo a Silvia. Don Lorenzo: Es usted una descarada! Lola: Papaaa.. Silvia levantó una mano en dirección a Pepa y esta la recogió al vuelo con las suyas, de que me suena ese gesto?, pensó Don Lorenzo Pepa dejó un suave beso en los labios de Silvia: Pelirroja, no te vuelvas a adjudicar una bala si no sabes como esquivarla. Silvia: ese era tu plan?, esquivar el tiro que te iba a pegar?. Pepa se irguió y haciendo un gesto con las manos de arriba abajo: mírame, ni un rasguño. Lola pasó por delante y le dio un achuchón a su hermana: Ay! Cariño, nos has tenido preocupados - Paco también le dio un beso. Don Lorenzo: bueno, Paco, Lola, me acompañáis a tomar un café. Pepa se quedó viendo para el comisario, intentaba que se quedasen solas?, si es que en el fondo su suegro la apreciaba... Silvia: me subes un poco la cama? – así lo hizo – siéntate aquí conmigo si?. Pepa: no crees que es un poco pronto para que me meta en tu cama?. Silvia sonrió ligeramente: solo quiero hablar.. Pepa: Ah! Vale, también me gusta conversar contigo...pero pensaba que tu padre ya te había contado to.. Silvia: hay una pregunta que no le he hecho. Pepa supo hacia donde quería ir: porque me la has reservado para mí?. Silvia: porque no me mentirás.. – Pepa asintió e intento reunir fuerzas – no puedo mover las piernas, que me pasa?. Pepa: la bala te ha dañado zonas nerviosas y musculares en la espalda – la cogía de la mano. Silvia: permanentes? – pregunta directa, con los ojos puestos en Pepa, quería la verdad. Pepa comiéndose por dentro su propia desesperación: no lo sabrán hasta que te hagan pruebas y estudien los resultados. Silvia con su mano libre se limpió unas lágrimas que caían de su rostro, salvo por ese detalle encajó serenamente la noticia, Pepa sin embargo se estaba viniendo abajo, la abrazó para que no lo viese: te vas a recuperar.. Llamaron a la puerta, mientras Pepa volvía a su posición original recuperando la compostura, por la puerta entraron el cirujano y 2 enfermeras. Cirujano: Buenos días Silvia, que tal has despertado?. Silvia: bien doctor. Cirujano: algún dolor.. Silvia: no solo un molesto hormigueo. Cirujano: eso está muy bien – vio en dirección a Pepa – nos disculpa por favor, le vamos a hacer una primera exploración. Pepa salió de la habitación. Llegaron los demás y al ver a Pepa fuera de la habitación. Don Lorenzo: están haciéndole pruebas? Pepa: Una primera exploración.. Lola con las manos en gesto de rezo cerca de su cara: Ay! Por dios que salga bien. Después de casi una hora salieron de la habitación, el cirujano se fue hacia ellos. Don Lorenzo: como ha ido?. Cirujano: bueno, no ha notado nada de lo que hemos intentado con sus piernas – consciente de que no estaba dado buenas noticias – pero tiene una persistente sensación de hormigueo en toda esa zona, lo que me hace pensar que sus piernas intenta despertar, habrá que tener paciencia. Pasado un mes. Paco: a ver Lucas, tu coges por ahí de acuerdo?, Don Lorenzo usted por arriba. Estaban subiendo a Silvia con su silla por la corrala. Lola y Sara dirigían, Pepa no estaba, todos sabían el porqué. Unos días antes. Pepa: a casa de tu hermana?. Silvia: claro, siempre hay gente, con mi padre sola será difícil en mi situación. Pepa: yo ni siquiera entro como opción?. Silvia lo había barajado, pero no le parecía buena idea: no creo que sea buena idea empezar a vivir contigo en mi estado. Pepa: y se puede saber porque?. Silvia: porque necesito la ayuda de más de una persona, y hacer ir y venir a Lola de un lado para otro no me parece bien. Pepa no tuvo más remedio que aceptarlo, pero no le gustó la costumbre que estaba adquiriendo Silvia de tomar decisiones sin ni siquiera hablarlas con ella. Cuando ya estaba todo organizado, la habitación con Sara, movidos los muebles para que la silla pudiese pasar sin problema y la cena casi lista, llegó Pepa. Silvia estaba en el salón y todos con la excusa de poner la mesa y ayudar con la cena, se quedaron en la cocina o se iban al comedor. Pepa se acercó a ella, se puso casi de rodillas para darle un beso. Silvia la agarró muy fuerte de la nuca, necesitaba un beso intenso. Silvia: pensé que al final no venías, se te ha pasado el enfado?. Pepa: estoy dolida, no enfadada – para quitarle hierro al asunto – pero se me pasará, tu sigue besándome así. Tuvieron una cena como siempre de lo más alborotada, Pepa no sé quedó a dormir, Sarita en un aparte le había insinuado que ella se iba a casa de Lucas y les dejaba la habitación. Pepa: gracias cariño, pero o mucho me equivoco o tu tía necesita espacio, siento que mi presencia en determinados momentos la pone tensa.. Pasaron casi 2 meses en la misma rutina, Silvia en casa de Lola y Paco, yendo y viniendo de rehabilitación, y Pepa intentando ganar terreno en su acercamiento, ambas hacían grandes progresos. Silvia en reha ya se levantaba en un andador, aunque por casa continuaba con la silla, el siguiente gran salto serían 2 muletas. Pepa también avanzaba en sus aproximaciones, Silvia esperaba con ansia que llegase, la acompañaba a reha, o iba por casa antes o después del turno y estaban charlando, o viendo la tele, incluso habían bajado otra vez al bar y con pena se despedía de ella por la noches, pero todavía no había conseguido hacerla cambiar de idea sobre irse a vivir con ella, el tema del aseo personal era intocable. Cuando Pepa llegaba Silvia siempre estaba lista, no había forma de que ayudase a Lola a bañarla, vestirla, etc. Eso la estaba minando por dentro y una noche cuando se iba Lola la acompañó con la excusa de tirar la basura. Bajando las escaleras. Lola: dale tiempo. Pepa: no entiendo porque no me deja ayudarte en su aseo.. Lola: esta insegura. Pepa: Lola, ya la he visto desnuda... Lola: yo creo cariño, que no quiere que veas hasta que punto está limitada.. Tuvieron otra bronca cuando Silvia decidió volver a casa de su padre, en reha empezaba a andar con muletas y en breve aparcaría la silla, irse a casa de su padre suponía no tener la ayuda constante de varias personas, sin embargo Lola continuaba siendo su ayuda para el aseo. Pepa continuó sus visitas esta vez a casa de Don Lorenzo, no se iba a dar por vencida, de hecho esa noche tenía un plan. Al salir de comisaría se encontró con Montoya, hacía meses que habían cambiado el turno y apenas se veían de lejos. Gonzalo titubeó, pero aun así : Hola Pepa, como esta Silvia?. Pepa : lo sabes muy bien, sé que la visitas cuando yo no estoy, ella me lo ha dicho – en un principio parecía que había resentimiento – oye – pausa – siento mucho lo que te dije, no estaba en mi mejor momento. Gonzalo agradeció el gesto: no te disculpes Pepa, lo entiendo, pero gracias por decirlo. En casa con Silvia estaban Lucas y Sara cenando algo delante de la tele en el sofá, llegó Pepa. Sara: Tita!, tita! – saltando hacia ella – la tía ya anda sola con muletas – Pepa vio para ella que sonreía – la hemos ido a buscar a reha y allí estaba dando pasitos. Lucas de broma : un poco torpe, eso sí per.. Silvia le había tirado un cojín. Pepa se acercó a ella y le dio un beso : te mereces un premio. Silvia queriendo curiosear en la bolsa que traía Pepa: me lo traes ahí?. Pepa quitando la bolsa de su alcance: eh,eh, curiosa, todo a su tiempo, os dejo un momento, necesito ir al baño. Cuando volvió al salón, Sara y Lucas se levantaron : bueno nosotros nos vamos – se despidieron de Silvia. Hubo un cruce de miradas entre ellos y Pepa, que pasó inadvertido para ella. Pepa se tiró en el sofá despreocupadamente, pegadita a ella, Silvia sin embargo, miró su reloj. Silvia : Mi padre, ya debería haber llegado, no lo has visto en la comisaría?. Pepa : Sí, me ha dicho que no viene a dormir – Silvia se quedó viendo para ella como no entendiendo – y Lola tampoco vendrá. Silvia: La broma no me hace gracia. Vale, toca convencerla. Pepa girada completamente hacia ella y con voz calmada: no estoy de broma, estoy yo aquí para lo que necesites. Silvia se estaba poniendo nerviosa, cogió el móvil y marco el número de Lola, apagado, el de su padre lo mismo. Pepa que callaba mientras veía lo que hacia contestó: les he dicho que apagaran el móvil a todos, bueno a Mariano no, pero no creo que quieras que te venga él a ayudar. Silvia vio para ella, ya no estaba nerviosa, sino que empezaba a cabrearse: te dije que no quiero que me ayudes en el aseo. Pepa pensando “ te puedes cabrear lo que quieras “ : si, me lo has dicho varias veces, lo que no me ha quedado claro es el porque. Silvia: porque no! – en un tono más alto de voz. Pepa “ quiero que lo sueltes “: no sabes darme otra respuesta?, no eres una niña para ponerte así de tonta. A Silvia no le gustó el comentario y no pensó en las palabras, en si eran adecuadas o no: no soy una niña, soy una mujer, pero a lo de tonta le puedes añadir tullida – a Pepa le desagradó la palabra, que hubiera elegido esa y no otra, dejaba bien claro lo limitada que se veía – , me vas a poner tú también la compresa?, no lo sabes?, pues sí, a veces sin querer se me escapan unas gotitas – Pepa lo sabía, en el hospital directamente le habían puesto un pañal, pero cada vez le pasaba con menos frecuencia – no quiero que tengas que cuidarme! – lloraba descontroladamente. Pepa se puso delante de ella, con gran ternura le puso las manos en la cara, limpiando sus lágrimas: tú no querrías cuidarme a mí? – pausa - yo me quiero reír contigo, pero también quiero soportar tus penas. Silvia captó el mensaje alto y claro“ así de sencillo, así de simple, todo se resume a lo que uno hace por amor “ : me da vergüenza que tengas que desvestirme, o ayudarme a lavarme por donde no llego.. Pepa: déjame probar?, quizás te encuentres más cómoda de lo que piensas, por favor.. Silvia: no puedes conmigo tú sola.. Pepa sonrió: sabes que si puedo – “recuerda ese momento pasado “ pensó - venga es sólo un baño. Silvia se enganchó a su nuca, no dijo nada pero fue suficiente para Pepa, la cogió en brazos y fue camino al baño. Pepa: pelirroja abre la puerta. El baño estaba completamente decorado con velas aromáticas, sonaba enya en un mp3 portátil, había 2 sillas, una al lado de la bañera y otra con un pijama y ropa interior. Pepa puso a Silvia en la silla vacía, se arrodilló ante ella: por ahora voy bien? – le volvieron a caer unas lágrimas, estaba emocionada, así que Pepa cambió de tema – ha sido un acierto que comprase las velas grandes...de las pequeñas con lo que he tardado en convencerte ya no habría ni rastro. Silvia : y sí no hubiese querido venir contigo?. Pepa: Le dejo todo este lío a tu padre por haber tenido una hija tan terca – se giró hacia la bañera y abrió el agua, en el fondo había una mezcla de sales y bombas de jabón – como te gusta el agua?. Silvia: caliente..- empezó a quitarse la ropa, la camiseta y el sujetador, mientras Pepa le sacó los tenis, Silvia se apoyó en sus piernas y Pepa le ayudó con el pantalón de chándal y las bragas, le quitó los calcetines, probó el agua. Antes de cogerla en brazos para meterla en la bañera: Lista?. Silvia asintió, con cuidado la dejó dentro. Pepa se puso de rodillas sobre la alfombra, le dio la esponja y después apoyó las manos en el borde de la bañera : se está bien ahí dentro?. Silvia : Sí muy bien. Pepa: Lo que te voy a pedir no es muy profesional en una enfermera, pero.. – pausa – me dejas entrar contigo?. A Silvia le gustaba mucho que jugase con ella: si me frotas la espalda?. Pepa: hecho - en segundos se quitó la ropa, se ató el pelo en una cola y se puso detrás, pegó su espalda a la pared de la bañera y recostó a Silvia sobre ella – a que con Lola y tu padre el baño no es así?. Silvia llevó su mano hacia atrás y acercó la cabeza de Pepa, esta la besó en la mejilla: no, ni se le parece. Pepa le cogió la esponja y desde su posición le enjabonó los brazos, el cuello y el pecho: te lavo la cabeza?. Silvia asintió, estaba muy cómoda, la media luz que proyectaban las velas y la suave música casi instrumental, ayudaba a crear una atmósfera íntima. Pepa disfrutaba con sus dedos entre el pelo de Silvia, primero aplicando el jabón, después aclarando y ahora dándole crema suavizante y peinando con cuidado para que no se le enredase: me encanta este color – le besó la cabeza. Cuando el agua comenzaba a enfriarse Pepa salió primero y se puso el albornoz de Silvia, cubrió la silla con una toalla grande y la sacó de la bañera, le ayudó a secarse y después a ponerse el pijama. Mientras Silvia se secaba el pelo, Pepa vació la bañera y apagó el mp3, las velas estaban casi consumidas y como llevaban sus propios recipientes no se molestó en apagarlas. La volvió a coger en brazos : a la camita- captó que Silvia se puso un poco tensa. La dejó sentada sobre el colchón y se quedó parada delante de la cama., como pensando en algo. Pepa: oye pelirroja, para que lado duermes?. Silvia: en el derecho. Mientras Silvia se acomodaba en su lado de la cama, Pepa se quitó el albornoz y desnuda se metió en la cama. Todos sus movimientos parecían cotidianos, como si llevase años desnudándose delante de Silvia o metiendose con ella en una cama. Silvia estaba de lado en posición fetal y Pepa se pegó a ella, hundió su cara en el pelo de Silvia y suspiró. Pepa: estás bien?. Silvia : si – bien estaba, pero.. Pepa le habló en un susurro, muy cerca del oído, queriendo que sus palabras la hiciesen relajarse en sus brazos: cariño, sé que todavía no es el momento, sólo quiero dormirme contigo en mis brazos. Silvia callaba, pero en realidad si quería hacerle una pregunta. Pepa: sé lo que estas pensando, y la respuesta es que si, que deseo más que nada hacer el amor contigo, pero esperaré. Silvia: como eres capaz.. Pepa: pelirroja, en la soledad de mi cama tú eres mi inspiración. Silvia se escandalizó de forma teatral, pues le hizo gracia el recurso gramático que había utilizado: no te creo. Pepa: no me serás de las que piensan que masturbarse es sólo cosa de hombres. Silvia: Pepa! – no tiene ningún prejuicio pensaba. Pepa: Que!, vale no sigo, no te vayas a escandalizar. Silvia: No es verdad, me estas tomando el pelo. Pepa: sabes que no te miento, mejor dejamos el tema vale?. Silvia: Porque?. Pepa: De repente tienes ganas de hablar?. Silvia: más bien de escucharte. Pepa pegándose más a ella: Vamos a dejarlo aquí, porque no quedaría bonito que me calentase y después me tuviese que desahogar yo solita contigo al lado - Silvia se rió. Silvia: Te quiero, lo sabes verdad? – A Pepa le sorprendió el cambio de registro, desde el tiroteo no se lo había vuelto a decir: lo sé, yo también te quiero. Silvia: Siento haberte hecho pasar tan malos ratos estos meses – la dejó hablar - no pretendo hacerte daño a propósito, pero hay momentos en los que sólo puedo pensar en mí. Pepa: Lo entiendo, aunque a veces no al momento y por eso me cabree. Silvia se dio la vuelta, se besaron y abrazadas se quedaron dormidas. Después de esa primera noche poco tiempo paso hasta que Silvia se fue a vivir con Pepa. Por culpa de una bala quizás no disfrutaron de los inicios de un romance, tales como nervios previos a las primeras citas, cenas o fines de semana románticos, etc, si comprobaron lo fácil que les resultaba vivir juntas, pero, era real o condicionado por las circunstancias?. Pepa apenas hacía trabajo de campo, se enterró en una rutina de oficina y papeleo que le permitía llevar a Silvia a reha, y estar en casa cuando ella llegaba por la noche, después de comer en casa de Lola y de asistir por la tarde a la piscina. Paradójicamente en esta segunda fase de su recuperación los dolores eran mayores. La explicación era sencilla, sus músculos y su sistema nervioso estaba despierto completamente y respondía ante los esfuerzos, era como tener agujetas pero a lo bestia. Las visitas que recibía en casa eran espaciadas, dependía de si a Silvia su cuerpo le daba un respiro, y poco a poco Pepa aprovechó esos momentos para salir a correr, era otro síntoma al que no prestaba atención, pero que evidenciaba hasta que punto se sentía encerrada y buscaba aire. Pero todo esto no pasaba desapercibido para Silvia, dentro de su terapia de recuperación estaba la consulta del psicólogo, era imperativo para un agente herido evaluar si estaba en condiciones de volver al servicio activo. En realidad Pepa victima también de una experiencia traumática, debería haber asistido, pero su psicólogo viendo que no sacaba nada en claro con ella y como iba a desempeñar tareas de oficina, decidió que lo mejor era que se reincorporase y seguir una vigilancia a medida que entrara en operativos . Silvia hablaba y hablaba con su terapeuta, ser una desconocida le permitía exponer serenamente sus miedos, dudas, los cambios de su vida, y como su situación influía en la de los demás, no había un vínculo emocional que le pusiese un nudo en la garganta y la imposibilitase expresarse. También ella se asfixiaba en una atmósfera de protección, su portátil, el correo y el messenger se convirtieron en su válvula de escape.´ Muchos fueron los antiguos compañeros o amigos de facultad que la llamaron y se preocuparon por lo sucedido, con quien mas contacto mantenía era Pedro, compañero de facultad que ahora ejercía de médico rural en un pueblo perdido en el pirineo. Silvia: Pedro me ha dicho que porque no me voy unos días a rodearme de naturaleza. Pepa que estaba de espaldas haciendo la cena se giró: dile que no eres clara, ni yo heidi. Silvia : a que viene esa respuesta?. Pepa: no sabe cuales son tus limitaciones?, porque entonces no entiendo su invitación. Silvia : él sólo me ha dicho que a lo mejor me venía bien un cambio de aires. Pepa: todavía andas con la ayuda de 2 muletas, porque no te das mas tiempo y te lo planteas cuando puedas ir con una?. Como siempre Pepa había saltado en un primer momento, pero casi de inmediato había propuesto una solución conciliadora y la discusión se acababa antes de empezar. En el siguiente mes, poco a poco Silvia fue hablando más de Pedro, le enseñó a Pepa fotos del pueblo, de la clínica , lo habló con su terapeuta y esta la animó a irse. Silvia estaba sentada en el sofá: voy a aceptar la invitación de Pedro. Pepa llegaba con una bandeja desde la cocina, la hubiera tirado al suelo, joder ya estamos otra vez: sigues con 2 muletas , no quedam.. Silvia : no, tú me dijiste que esperase y eso he hecho. Pepa: que esperases a mejorar... Silvia : pero no mejoro.. Pepa: es cuestión de tie.. Silvia : quiero recuperar mi vida anterior cuanto antes. Pepa: no ves que no es cuestión de lo que nosotras queramos?.. - estaba levantando la voz - es tu lesión quien marca el ritmo. Silvia también gritó: nos estamos asfixiando, yo te tengo encerrada en casa todo el día, y todos me cubrís cualquier mínima necesidad. Pepa: joder! - no encontraba nuevos argumentos. Silvia : cabreate!, lo prefiero - Pepa se la quedó mirando -en todo este tiempo ni una vez nos hemos peleado. Pepa: que quieres decir..- bajando la voz. Silvia: vivimos en una burbuja, no es real. Pepa levantando una mano para que la dejase hablar: espera, espera, me dices que te quiero, o que te trato de distinta forma por como estás?. Silvia : sé que me quieres y yo te adoro, pero nos hemos quedado en el día del disparo, vivimos juntas pero no hablamos de futuro - pausa - planes para mañana o para dentro de 9 meses - Pepa comenzaba a entender - quiero tener, quiero... No podía seguir, era cierto, estaban juntas pero no había proyectos de futuro, no se habían ido a vivir juntas para probar como resultaba la convivencia de cara a formar una familia, las circunstancia lo habían propiciado. Pepa se arrodilló a su lado, le cogió las manos y con mucho amor: sil, cariño, han pasado 10 meses – pausa – ya puedes andar con muletas, pero todavía es pronto para pensar en otras cosas no crees?. Silvia aguantaba la mirada hacia Pepa, por ahora controlaba sus emociones: yo si lo pienso. Pepa no lo entendía, no habían hablado de hijos, porque no era el momento, porque ahora no se daban las mejores condiciones, o simplemente porque tampoco llevaban tanto tiempo como para plantearse esos cambios, eso intentó explicarle: si no hubiera pasado nada, tu y yo llevaríamos 10 meses de relación, quizás ni siquiera viviríamos juntas. Silvia: quizás sí y nos estaríamos planteando ser una familia. Pepa: no sabía que era tan importante para ti. Silvia: pienso en ti y en mí dentro de un año, y me veo y la idea de seguir tan incapacitada me.. Pepa: no me he olvidado de la idea de casarme contigo y de tener unos niños pelirrojos muy monos. Silvia atrajo a Pepa y la besó, como hacía tiempo que no lo hacía, puso todo el amor del mundo en ese beso y le dijo: déjame echarte de menos. Y Pepa se rindió, con lágrimas en los ojos aceptó sus deseos, porque la quería más que a nadie en este mundo y porque haría por ella ese y todos los sacrificios que le pidiese. Silvia lo tuvo todo organizado en apenas una semana, el resto de la familia apenas se creía lo que iba a hacer y se creían menos que Pepa lo hubiera aceptado, pero nadie hizo el menor comentario. Silvia en el sofá: Pepa, ven ya para aquí, deja de dar vueltas. Pepa en el pasillo de un lado para otro de las maletas de Silvia: estoy comprobando si lo llevas todo – acercándose para sentarse a su lado – que sepas que te he puesto la peor ropa interior que tienes. Silvia sonrió, por fin había vuelto un poco del humor de su chica : sé que no estas celosa porque vaya a vivir con Pedro – le dio un pico - ni lo más mínimo. Pepa : celosa no, pero si me pones los cuernos que sepas que será con alguien muy inferior a mí. Era su última noche juntas hasta dentro de varias semanas, así que mejor reirse. Silvia: ya es tarde, nos vamos a la cama?. Pepa la agarró y se la llevó en brazos, cada vez le resultaba más fácil levantarla : hazme el favor de comer un poquito, estas en los huesos – la dejó sobre la cama. Se estaba incorporando pero Silvia la atrajo hacia ella y la besó. Pepa gratamente sorprendida: me equivoco si pienso que el beso ha sido sexual. Silvia: totalmente sexual – e hizo que Pepa se situase sobre ella. Pepa la besó con pasión, había esperado meses a que Silvia estuviese receptiva, a que le hiciera alguna señal que le indicase que quería hacer el amor, y no necesitaba preguntar si estaba segura, era evidente. En segundos la atmósfera entre ellas fue puro sexo, se desnudaron con prisa, mandaba Pepa pues Silvia no estaba en condiciones de hacer determinados movimientos, pero eso no era obstáculo para que encontrasen una postura placentera. Pepa se lanzó a sus pechos y los devoró con ansia, estaban muy pegadas notando sus cuerpos, Silvia la reclamaba hacia su boca constantemente, Pepa cuando su lengua se retiraba, le mordió el labio inferior. Silvia: Ummmm, me gusta..- la dejó ir hacia su sexo. Cuando estaba a punto, Pepa la abrazó desde abajo, sujetando ambos lados de su espalda, Silvia se agitó pero no sintió dolor en la herida, pues el abrazo de Pepa impedía cualquier movimiento brusco. No le dejó respiro, volvió a subir por su cuerpo, se pusieron de lado viéndose las caras, siguieron besándose, Pepa pasó un brazo por el hueco de la cintura de Silvia y le agarró el culo atrayéndola hacia ella, situó una pierna entre el colchón y Silvia que estaba medio subida a ella, su otra pierna se quedó en medio de las de Silvia, y con su mano derecha llegó a su sexo, está utilizó el mismo hueco creado entre ellas para llegar al centro de Pepa. Silvia se movía al ritmo que le marcaban sus caricias, pero con muy poco recorrido, pues otra vez Pepa la había agarrado de tal forma que la mantenía lo más pegada posible a ella. Notó los dedos de Pepa en su interior y también su pulgar jugando con su clítoris, ambas zonas se excitaron y tuvo un orgasmo pleno, mientras Pepa respondía de igual modo cuando su excitación llegó al límite. Se quedaron así varios minutos, Silvia medio tumbada sobre Pepa, y esta recorriendo con sus manos cada curva de su cuerpo. Pepa: Sil.. Silvia la interrumpió: mi amor..., no digas nada.., solo abrázame – y se apretó contra ella – Pepa calló. A la mañana siguiente y mientras Silvia todavía dormía, Pepa hizo el desayuno, comprobó por enésima vez que estaba todo preparado y yendo al salón vio que el portátil de Silvia estaba en el sofá. Pepa: que cabeza al final se lo dejará aquí.. Lo recogió y de paso comprobó la papelera para vaciarla, sólo había 2 papeles arrugados, dejó el portátil en el pasillo junto al resto del equipaje y se llevó los papeles a la bolsa de basura, por que abrió uno de ellos, quién lo sabe?, quizás porque cuando tenemos un papel entre las manos siempre nos pierde la curiosidad de saber que es, y esa curiosidad a medida que leía fue apretando su corazón con fuerza, no podía, no quería creerlo, por primera vez en su vida no supo que hacer y no hizo nada. T4- Aeropuerto de Madrid, puerta de embarque del puente aéreo Madrid-Barcelona. Silvia se despedía o más bien se le echaban encima todos, y ella aguantaba como podía los envites, apoyada en las 2 muletas que eran sus fieles compañeras desde hacia meses. Lola: hermana no sé porque no me has dejado prepararte algo. Silvia: y donde lo llevo Lola?, con las muletas es un lío, ya me pesa bastante el bolso y es pequeño. Don Lorenzo: hija, estás segura de que Pedro estará allí. Silvia: Sí papá, le he mandado un mensaje con la hora del vuelo, ya ha hablado con la policía de allí y le dejaran pasar a la zona de equipajes para que me pueda recoger la maleta. Paco, Sara y Lucas simplemente la abrazaron y le desearon buena suerte. Sara: tita, ya nos contarás, cuando puedas claro, porque ese pueblo remoto no tiene ni cobertura. Silvia: tranquila cariño, os escribiré cartas vale? - se giró hacia Pepa que pacientemente esperaba su turno. Los demás de forma discreta se separaron para dejarles un poco de intimidad. Pepa la besó y se abrazó a ella: eres capaz de irte sin más? – dijo con resentimiento. Silvia en tono bajo, pegada a ella: venga Pepa, ya lo hemos hablado, me vendrá bien un tiempo allí. Pepa deshizo el abrazo: he leído la carta – como Silvia se la quedó viendo continúo – me dices que no te acompañe, que serán unas semanas, y te comprometes a ayudar en la clínica de Pedro durante 6 meses. Silvia: necesito no depender de ti, y tú necesitas volver al trabajo a pleno rendimiento. Pepa: Y eso cuando lo hemos hablado?. Don Lorenzo se acercó al comprobar que algo pasaba: Silvia la gente ya está embarcando, que pasa?. Pepa: perdone Don Lorenzo pero no es asunto suyo. Como todo parecía indicar que le iba a contestar de mala manera. Silvia: Papá déjanos un momento. Su padre volvió a donde estaban los demás, pero estos lógicamente notaron que algo pasaba. Pepa: cuando pensabas decírmelo, o mejor como?, porque en esa mierda de pueblo no hay cobertura, que recibiría una carta dentro de una semana?. Silvia: por eso no te lo dije, sabía que te pondrías así. Pepa: esto es la ostia!. Silvia: baja la voz, por favor. Pepa: te vas a un puto pueblo a que a despeñarte?. Silvia: necesito valerme por mí misma y si me caigo, levantarme yo sola. Pepa: lo de anoche que fue un regalo de despedida?, por que no quieres que vaya contigo?. Silvia: porque contigo no avanzo, me cuidas tanto que no consigo deshacerme de estas malditas muletas – desde luego no era la mejor forma de explicarlo, o simplemente Pepa no estaba en el estado receptivo correcto porque malinterpretó la respuesta, ya que se sintió como si ella fuera la culpable de que Silvia siguiese dependiendo de las muletas. Pepa: vete a la mierda!, no me llames, no me escribas, porque no pienso contestarte. Silvia: pepa por favor, no me he explicado bien. Pepa: sólo hablaré contigo cuando vuelvas – y se fue golpeando un cartel de publicidad – mierda!. Pepa: quiero entrar en el caso de las valijas de coca. Don Lorenzo: hecho. Pepa: no puede neg!! - un momento me ha dicho que si? - gracias señor - y se fue de su despacho tan deprisa como había entrado. Don Lorenzo pensó si había hecho bien, su nieta Sarita estaba en ese operativo, así que quien mejor que su tía para cubrirle las espaldas. Los primeros meses fueron horribles, Pepa no era capaz de dormir, se había acostumbrado a abrazar a Silvia contra ella y a amanecer con ella medio encima suya. Antes salía a correr para tomar aire cuando Silvia recibía visitas, ahora se ponía las zapatillas y se iba simplemente por no estar sola entre 4 paredes. De vez en cuando recibía un sms de Silvia, siempre el mismo " te quiero, volveré, te lo prometo ". Hacia una semana que le había llegado otra carta, no respondió ni a una cosa ni a otra, seguía enfadada con ella. Después de mucho insistir Lola, acepto ir a cenar a casa. Sara: la tita me ha escrito diciendo que esta bien, pasando frío, pero que el pueblo es precioso y la gente muy maja. Lola: si, ya ha ayudado a Pedro en alguna cosilla de la clínica. Pepa se levantó de la mesa. Paco: a donde vas hermana?. Pepa: me voy, no me apetece escuchar las aventuras de Silvia en los Alpes, uy perdón, quise decir en los Pirineos. Lola: pero cariño, porque no hablas con ella?, te ha llamado desde Barcelona, y nos ha dicho que te escribe pero tú no le contestas, ella te.. Pepa la interrumpió: me mintió y no pienso perdonárselo, solo hablaré con ella cuando la tenga delante. Lola: se razonable Pepa, Silvia pregunta por ti, sabe que ha hecho mal en mentirte pero.. Pepa: esto va para todos, no quiero que le escribáis hablándole de mi, de si hoy estoy triste o ayer me tome unas cañas con los chicos.. Don Lorenzo : miranda, usted no me dice de que puedo hablar con mi hija. Pepa vio para él: muy bien pues cuéntele que estoy muy cabreada con ella, que me ha dejado como si fuera una colilla, por lo menos que se sienta culpable - se fue hacia la puerta. El portazo que se escuchó les indicó que se había ido. Lucas: la pelirroja tiene un talento especial para cabrear a la gente. Lola: lucas!. Lucas: venga Lola, Pepa tiene razón en parte, es normal que este cabreada no?. Paco: la habéis visto?, lo único que hace es enlazar un caso detrás de otro, correr para no estar en casa e ir al gimnasio, ha adelgazado varios kilos y lo que queda es puro músculo. Don Lorenzo: venga Paco no será para tanto. Paco: claro a usted mientras le resuelva todos los casos. Don Lorenzo: pues sí, ese cabreo que arrastra lo está canalizando muy bien deteniendo a mucha gente. Paco: hasta que se rompa, porque se romperá.... Pepa se despierta en soledad echa una mano hacia el lado que ocupaba Silvia. “te extraño más que nunca y no sé que hacer, despierto y te recuerdo al amanecer, me espera otro día por vivir sin tí”. Se levanta y observa la imagen que le devuelve el espejo antes de entrar en la ducha. “el espejo no miente, me veo tan diferente, me haces falta tú”. Llega a comisaría. “la gente pasa y pasa siempre tan igual”. Rita y sus abrazos, los chicos hablando de sus cosas, distintos casos pero las mismas reuniones. “el ritmo de la vida me parece mal, era tan diferente cuando estabas tú, sí que era diferente cuando estabas tú”. Se acaba su turno, se va al gimnasio, agota su cuerpo para liberar su mente, vuelve a casa, sigue vacía. “No hay nada mas difícil que vivir sin ti, sufriendo en la espera de verte llegar”. Cena algo de pasada sin prestar atención a la tele. Se mete entre las sábanas. “el frío de mi cuerpo pregunta por ti, y no sé dónde estás, si no te hubieras ido sería tan feliz”. Pepa: no puedo seguir así.... Sara entraba con Lucas cuando en el parking de la comisaría entró una moto, negra, muy brillante, nuevecita, que rugía poderosa mientras su piloto la conducía, vaqueros, cazadora y botas de cuero, le recordaba a alguién, se quitó el casco. Sara: Tita!. Pepa llegó a su lado: suzuki bandit 600cc, cuando quieras te doy una vuelta, sobrinita. Lucas con la boca abierta de par en par. Sara: que chula, como te la has comprado?. Pepa: recuerdas que un hijo puta me quemó el coche verdad?, bueno pues no me apetecía seguir viniendo en metro, entramos?. Mariano: Paco, Paco, que tu hermana parece el halcón callejero – Paco sin entender nada – que sí Paco, que se ha comprado una moto y ha llegado quemando rueda. Nuevo caso. Montoya: Lo hemos bautizado con el nombre de pastillas de avecrem, sabemos que hay una banda que se dedica a confeccionar paquetitos de varias pastillas y distribuirlas por las zonas de moda, han pasado por Valencia, Sevilla y ahora han aparecido esas bolsitas en Madrid. Los integrantes creemos que se hacen pasar por una familia de clase acomodada, se instalan en una urbanización, donde realizan la confección y el almacenaje hasta que distribuyen todo y se van. Son 5 personas, hombre y mujer que ronda los 50 años y 2 chicos y una chica de unos veintitantos, los mayores son los cabecillas y los demás los distribuidores que las introducen en el mercado. Curtis: a mí me va a disculpar inspector pero yo por una urbanización voy a pegar el cante. Montoya: en principio Lucas, Sara y Pepa, comprobarán las urbanizaciones, tenemos un soplo de 4 viviendas que han sido ocupadas recientemente. Pepa volvió a ser el tema preferido de conversación de toda la comisaría, cuando llego a San Antonio lo fue por su condición sexual y después por el disparo a Silvia, ahora lo era por su actitud a lo harry el sucio, porque estaba en todos los casos importantes y por sus idas y venidas en moto, a veces se llevaba a Sarita de paquete, era su sobrina quien la mantenía un poco a raya. Pepa echó un primer vistazo en su moto a la urbanización que le había asignado Gonzalo, después aparcó y como si paseara localizo el chalet, siguió andando y a 3 casas de distancia encontró a una viejecita en el porche viendo la gente pasar. Pepa: buenos días. Viejecita: buenos días jovencita. Pepa se acercó: puedo pasar? - le enseñó disimuladamente la placa - me llamo Pepa. Viejecita: pasa hija, pasa, soy concha. Pepa se sentó en las escaleras al lado de la butaca de concha: puedo hacerle unas preguntas?. Concha: si claro, aunque tengo 80 años aún no me falla la memoria. Le preguntó sobre los nuevos vecinos, había acertado al verla en el porche, era el deporte favorito de los mayores, ver a la gente pasar. Concha: van y vienen todo el rato, la madre la que menos, solía pasear con su perra, pero ha tenido cachorros hace 2 meses y desde entonces la veo menos. Pepa: esta sola en casa?. Concha: ahora si, en media horita vendrá mi hija de llevar a mi nieto al cole. Pepa: podría echar un vistazo a las fincas que están detrás?. Concha muy ágil se levanto : claro, ven conmigo. La dejó en el jardín, Pepa comprobó que algunas parcelas estaban unidas por muros y otras por simples alambradas cubiertas de setos, las 2 casas que la separaban del chalet estaban en ese momento con carteles de venta o alquiler, la crisis también afectaba a la clase acomodada, decidió echar un vistazo más de cerca, saltó el primer muro y la alambrada siguiente, subió las escaleras del porche trasero en un intento de ver algo del chalet, hacía una mañana soleada pero el chalet estaba con las puertas y ventanas cerradas a cal y canto, se agachó por precaución al ver una figura que desde dentro parecía comprobar que las cortinas estuvieran bien echadas, le llamó la atención que había varias cajas apiladas en el jardín, anotó las letras que parecían identificar el contenido. Decidió volver, cuando saltó la primera alambrada e iba de camino a la segunda escucho un lloro, parecía un gemido de un niño pequeño, sacó su pistola y recorrió el jardín, tenía bastantes árboles por lo que era fácil ocultarse, se acercaba al origen pero no veía nadie, parecía que estaba entre la alambrada, guardó su pistola y fue separando con dificultad el seto. Cuando lo vio exclamó: pero como te has metido ahí? - era un cachorro de cocker, atrapado en un hueco de la alambrada, sangraba por una oreja - déjame que te ayude. Con cuidado le movió la cabecita y la oreja hasta que lo liberó, temblaba y estaba en los huesos. Pepa: cuantos días llevas ahí pequeñajo?. Se lo metió en la cazadora y volvió al jardín de concha. Le enseñó el perro. Concha: seguro que es de la vecina, pero si se le había perdido, que raro que no haya venido a preguntar. Eso mismo pensó Pepa. Le contó que se lo devolvería y le agradeció a Concha su ayuda. Pero en lugar de eso tuvo una idea mejor, cuando había recorrido la urbanización con la moto se fijó que había entre otros comercios una clínica veterinaria, comprobó al cachorro que llevaba en la cazadora. Pepa: estas calentito?, a lo mejor encuentro a tu mama. Llego a la clínica y le contó al veterinario que se lo había encontrado, este lo reconoció como parte de la camada que había tenido hacia 2 meses una vecina, los cachorros tenían el chip, igual que la madre pues tenia pedigree, Pepa le pidió los datos con la excusa de devolvérselo ella misma, mientras se los buscaban le curaron la oreja al cachorro, le pusieron varios puntos, se la había desgarrado con el alambre, pero cuando le creciese el pelo no se notaría. Ayudante haciéndole monerías : pero que cosita, muchachito tienes que tener cuidado donde metes esas orejas, tiene un color de pelo muy bonito- era canela oscuro, muy oscuro casi rojo por varias zonas. Pepa volvió a comisaría y cuando llegó a la mesa de Sara le puso el cachorro encima. Sara: ay! Pero que bonito!, es tuyo?. Pepa: por ahora ha sido una pieza clave en mi investigación - le dio el papel con los datos de las cajas - se lo llevas a Povedilla y averiguáis de que son?. Tuvieron una reunión. Montoya: las cajas contienen bolsitas, por lo que casi seguro que son los tipos que estamos buscando. Al salir. Montoya : que vas hacer con el cachorro?. Pepa: esta claro que a la dueña no se lo puedo devolver - Gonzalo asentía con la cabeza y ya que lo he salvado yo, tendré que hacerme cargo de él. Compro de camino a casa un biberón. Pepa: bueno amiguito ya hemos llegado, lo primero es darte de comer no te parece? - le ocupaba apenas su mano y veía para ella con ojos tristes. Le dio leche con el biberón, estaba hambriento, lo dejo corretear por la cocina mientras se preparaba algo de comer, antes de tener todo listo se había meado en una esquina. Pepa: eh! eso no se hace en casa, me parece que tenemos que poner unas normas de convivencia - veía para ella - por tu mirada deduzco que o no te estas enterando de nada o no te interesa lo mas mínimo - lo cogió - ven te enseñare tu cuarto de baño. Salió con él a la terraza, extendió un plástico que utilizaba cuando arreglaba las plantas y tiró encima arena que le había sobrado cuando hizo un mini jardín zen. Pepa: te dejo la puerta de la terraza abierta, y cuando tengas ganas de mear o peor te vienes aquí y lo haces, entendido - el cachorro estornudo y se le alborotaron las orejas me lo tomaré como un si. Volvieron a entrar, la siguió a todas partes, cuando cenaba en el sofá viendo la tele, cuando recogió la cocina, de camino para cama. Pepa: te tengo que comprar una caseta, aunque por ahora eres muy enano para dormir solo ahí fuera. Le hizo una especie de nido con una toalla grande bastante usada y lo puso dentro, el cachorro se acomodó y apoyo su mentón en el pliegue de la toalla. Pepa desde la cama: se me ha ocurrido un nombre genial para ti, que te parece van gogh el cachorro levanto la cabeza - te gusta eh?, casi pelirrojo, casi te arrancas una oreja y los cocker también estáis un poquito locos verdad?. Se durmió pensado en la otra pelirroja de su vida, y en la carta que le había llegado esa mañana, ya no le pedía que le contestase, sólo que aceptaba el castigo de su silencio y que esperaba poder arreglarlo todo cuando volviese, que la quería con locura y la echaba mucho de menos, “ pues vuelve de una puta vez “ había pensado Pepa. Sara se pasaba de vez en cuando por el piso de su tía, paseaba con ella a van gogh que en apenas un mes había crecido un montón, tenían vigilancia permanente sobre la banda pero todavía no tenían orden de asaltar el chalet, esperaban a que hubiese peces más gordos implicados. Pepa: ayer estuvieron los albañiles. La terraza ocupaba las paredes de la cocina, salón y habitación, desde la cocina habían abierto un hueco y al salir lo que veías era una caseta de perro. Pepa: con techo desmontable para limpiar sin problemas. Sara: es genial, y ya la utiliza?. Pepa: por ahora duerme dentro pero para salir y entrar a la terraza, estoy intentando que lo haga por su caseta, pero es bastante cabezón. Cuando llegaron a comisaría había más revuelo del normal. Pepa: Mariano que pasa?. Mariano : redada en la zona de los polígonos, ha habido un soplo y quizás nos pidan refuerzos, Don Lorenzo nos ha dicho que nos preparemos por si acaso. Se fueron al vestuario, Sara salió enseguida porque quería comprobar si también iba Lucas, Pepa se estaba viendo al espejo cuando se le acercó otra agente. Agente: Hola Pepa. Pepa: Hola, Marta verdad?. Marta: Si, también vas al Polígono?. Pepa: no sé, de momento sólo me preparo. Marta: oye, una cosa – estaba muy cerca de ella – cuando acabemos el turno hemos quedado unos cuantos para tomar algo, te vienes? – Pepa la escuchaba, se le acercó más y le acarició el brazo – y si te apetece podemos irnos después a donde tú quieras las 2. Pepa dudó, fue un instante, pero dudó, eso hizo que Marta se pegase más a ella: he escuchado que Silvia te ha dejado así..- la interrumpió. Pepa: perdona, pero has escuchado mal – quitó la mano de su brazo – seguimos juntas, y yo a mi novia no le pongo los cuernos, me disculpas. Se fue del vestuario, Rita lo hizo detrás de ella, lo había escuchado todo. Rita: menuda lagarta la Marta, muy bien Pepa, muy bien contestado. Pepa: Rita es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas. Rita: mujer, es que yo me he quedado helada cuando la he visto como se te acercaba y yo a la Silvia la quiero mucho... Pepa: por mi parte puedes estar tranquila Rita, no voy a caer ni con Marta ni con ninguna otra.. Don Lorenzo apareció en lo alto del balcón y habló hacia la sala: Chicos nos vamos al Polígono de tres cantos. Al llegar al Polígono las unidades se dividieron, los delincuentes se habían desplazado a varias naves y utilizaban el material que se encontraba en su interior para defenderse, había incluso algún incendio descontrolado con explosiones continuas, era parecido a una batalla campal. Don Lorenzo al frente de la unidad de Paco se introdujo en una nave de tubos de hierro, estaba tranquila, pero según había indicado el comisario al mando, creía que allí habían entrado varios delincuentes. Sara iba entre Lucas y Pepa, se movían con cautela buscando algún sospechoso. Mariano: A vuestra derecha!! – y comenzó la fiesta de disparos, gritos y lamentos. Se dispersaron buscando huecos donde cubrirse, poco a poco fueron ganando terreno. Pepa: Cuidado!. Sarita estaba al alcance de un hijo puta que había aparecido por su derecha, disparó y cuando este caía, otro salió del mismo sitio, llegó hasta su sobrina justo a tiempo de rodar con ella hacia una zona cubierta, mientras Lucas apareciendo desde una esquina mataba al tipo que las tenía a tiro, cayeron entre una zona de hierros apilados, Pepa sintió un fuerte dolor en la cabeza, se incorporó ayudando a su sobrina, los disparos habían cesado, Lucas llegaba corriendo y comprobaba que Sara estuviese bien, Pepa se llevó la mano detrás de la oreja, cuando se la vio, sus dedos estaban llenos de sangre, se estaba mareando, lentamente se dejaba caer de rodillas. Sara : tiiiitaaaa!! – el grito le llegaba con eco como a cámara lenta- papa!!. Quería tranquilizarla, pero no tenía fuerzas, la cabeza le estallaba, perdía la conciencia. Gente a su alrededor, Paco desesperado a su lado gritando algo, otra vez oscuridad. Gente de blanco, le mueven la cabeza, “que dolor”, oscuridad. La llevan por un pasillo muy blanco, la ponen de lado, un pinchazo y vuelta a la oscuridad. Sueña con Silvia, le está sonriendo, recuerda la escena, después de su tour por Madrid, reía mientras le contaba a Lola lo bien que se lo habían pasado. Silvia no lo sabía pero Pepa ya la quería desde entonces. Abre los ojos, tiene la cara de Paco a escasos centímetros de la suya. Pepa: Paco así no hay manera de respirar, me estas quitando todo el aire. Paco: Hermanita!!, hemanita. Pepa con cara de desagrado: no grites por Dios. Paco susurrando: perdona – apretaba su pañuelo con ambas manos – como te encuentras. Pepa: tengo una orquesta de bombos y platillos en la cabeza. Paco: el golpe ha sido fuerte, llevas 38 horas inconsciente - el resto ya no lo pilló hablaba demasiado deprisa y ella con el dolor de cabeza no podía concentrarse lo suficiente para seguirle – pensamos en llamar a Silv... Pepa en el acto: no, ni se os ocurra. Paco: ahora que estas bien, podemos decirle que ha sid... Pepa: ni una palabra Paco, prométemelo. Está a más de mil kilómetros, que puede hacer además de preocuparse?. Paco: vale, no le decimos nada. Le contó lo que habían dicho los médicos, traumatismo craneoencefálico, una suerte que hubiera sangrado pues no hubo riesgo de hemorragia interna. Paco: eso sí, nos han dicho que no te libras de dolor de cabeza y mareos durante un par de meses. Pepa: genial – pausa – me puedo ir a casa?. Paco: una vez que has despertado, un día más en observación, por si aparece fiebre o algún síntoma de infección. Pepa: habéis ido a buscar a van gogh?. Paco con una sonrisa: Sarita se lo trajo para casa el mismo día, ya le ha meado a Don Lorenzo en los zapatos 2 veces.. Pepa se rio: ay!! Paco no me hagas reir- se sujetó la cabeza – que dolor. Paco: bueno, bueno descansa, mañana te vengo a buscar vale?, no he dejado que pasara toda la tropa para que no te dieran la vara. Pepa: has hecho bien , si, me voy a dormir un ratito más.... Pasada una semana bajo los cuidados de Lola volvió a comisaría, continuaba de baja pero tenía la esperanza de que la consulta con el psicólogo adelantase su incorporación. Rita: hola bonita, que bien te queda. Para curarle la herida le habían tenido que cortar el pelo detrás de la oreja derecha, así que necesitó un retoque en la peluquería para que le disimulasen la calva, desde entonces un gorro era su complemento indispensable. Pepa: gracias Rita, te dejo que voy a hablar con el loquero. Pepa: perdón, creía que estaría el doctor bejar. Dra. Molinos: no ha podido venir, me ocupo yo hoy de sus pacientes. Pepa: soy Pepa Miranda. Dr. Molinos : lo se, antes de empezar tengo que comunicarle que soy Ana Molinos la ... Pepa acabó la frase: la psicóloga de Silvia. Ana: exacto. Pepa levantándose de la silla: me voy. Ana: está en su derecho. Pepa llegando a la puerta: ya lo creo - se dio la vuelta - usted no lo estaba cuando le recomendó a Silvia que me dejara. Ana: Silvia fue muy valiente.. Se detuvo y volvió a entrar en el despacho, pero de que coño iba esta tia. Pepa: tiene algo en contra de mí?. Ana: en absoluto, Silvia ha tenido palabras increíbles para usted. Pepa: entonces porque se ha ido?, que quiere comprobar, mi aguante?, mi paciencia? Ana: quiere que vuelvas a tu vida, que liberes la dependencia que has creado en torno a ella. Pepa puso cara de no entender nada: lo que? Mi dependencia?. Ana: Un síntoma claro en personas que cuidan a otras es que generan dependencia a esa tarea, de repente su vida se centra única y exclusivamente en atender a su pareja, hijo, padre – se sentó en su sillón – mi colega no ha sido capaz de tener con usted ni una sola sesión, pero por lo que me contaba Silvia, estaban claros los síntomas, se ha olvidado usted de que tiene una vida, es una agente de campo y sin embargo voluntariamente se ha enterrado entre papeles. Si siguiese así en el momento en que Silvia ya no la necesitase no sabría que hacer y tendrían una crisis importante. A Pepa comenzaba a dolerle la cabeza, no podía pensar con claridad : me voy. Cuando pasaba por la sala se le acercó Lucas: Pepa ya te reincorporas?, es por el caso avecrem, tengo una ide.. Pepa le interrumpió : no Lucas, habla con Paco, yo me voy a casa.. Llegó justo a tiempo para vomitar en el baño, tomarse la medicación que le habían recetado en caso de alguna crisis y tirarse en cama. La despertó el sonido del móvil y los bufidos de Van gogh, abrió los ojos, el dolor de cabeza había desparecido, el cachorro estaba encima de la cama pegado a ella. Pepa: quien te ha dado permiso para subirte eh? – encontró el móvil – si?, no Sara no está conmigo y Lucas tampoco, que hora es? – había dormido 10 horas seguidas - espera Paco, espera más despacio que no me entero – escuchando, a su mente vino un recuerdo, le contó que antes de irse de comisaría Lucas quería hablarle de algo – ir al chalet Paco, nos vemos allí – colgó. Cuando Pepa llegó salían del chalet Paco, Mariano y Don Lorenzo. Don Lorenzo: vacío, han dejado el chalet vacío, que le dijo Lucas Pepa?. Pepa: no mucho comisario, pero si el chalet está limpio y Lucas y Sara desaparecidos está bastante claro. Don Lorenzo: Me cago en el descerebrado de los cojones, a que ha venido sin refuerzos y con mi nieta. Pepa: quizás tenía un soplo y pensaba que venía algún pez gordo. Don Lorenzo: Mariano, llama a Montoya que compruebe si algún chivato de Lucas le ha dado un aviso. Aeropuerto de Barcelona, Silvia después de no obtener respuesta en el móvil de Pepa llama a Lola. Silvia : Lola que voy para casa – esperaba una alegre respuesta, pero no la obtuvo – Lola que pasa?. Su hermana entre sollozos al otro lado del hilo le contaba que Sara y Lucas llevaban desaparecidos casi 2 días y que con toda probabilidad habían sido capturados por una banda de traficantes. Silvia intentó tranquilizar a Lola: en 2 horas como mucho estoy ahí hermana, tranquila. Comisaría. Paco desesperado: nada, ninguna pista, se los ha tragado la tierra. Todos en la sala veían para él, Mariano con una mano sobre su hombro intentaba darle ánimo. Mariano: tranquilo Paco, tranquilo, los tendrán retenidos hasta que acaben de distribuir el material. Paco: si pero donde Mariano, donde?. Don Lorenzo entró en la sala distribuyó trabajo entre los presentes para intentar averiguar el paradero de la supuesta familia – vió para Pepa – usted está de baja, así que mejor váyase a casa. Cuando Pepa iba a responder se le acercó Paco: Pepa por favor, vete a casa a hacer compañía a Lola, la pobre se debe estar subiendo por la paredes. Pepa: esta bien Paco – y se fué. Mientras, Silvia intentaba dar consuelo a Lola que abrazada a ella lloraba por la angustia de no saber donde estaría su hija. Silvia: está con Lucas, él cuidará que no le pase nada, anda vete a descansar un poco, ya te pongo esto en orden, vale? – aunque reticente le hizo caso, estaba agotada. Pepa subió corriendo las escaleras, abrió la puerta y se giraba en dirección al salón cuando una figura que estaba guardando algo en la nevera se giró. De la impresión casi se cae, dejó de respirar, parecía que su corazón se había parado, el mundo entero se detuvo un instante. Era Silvia.... allí de pie, sonriéndole...en segundos recorrió su cara, su pelo, su cuerpo, y las muletas donde estaban?, acertó a ver un bastón apoyado en la encimera. Su tez tenía el sano color de haber estado al aire libre, estaba muy guapa. Por su parte Silvia después del susto inicial, pues la entrada de Pepa había sido precipitada, se quedó muy quieta, observando con cautela la reacción de Pepa, y deseando ver en sus ojos perdón y amor, cuanto la había echado de menos, y cuanto la quería, esperaba demostrárselo el resto de su vida. Pepa había cambiado, parecía más alta, tenía ojeras y ese gorro... En todo ese tiempo en el que se observaron, no hubo palabras. Silvia levantó su mando: Vienes a darme un abrazo? – casi fue una súplica, se moriría si Pepa no se acercaba. Pero no hubo ni una vacilación, los pasos fueron lentos, a Silvia se le hicieron eternos. Cuando la tuvo a su alcance, Silvia le pasó los brazos por el cuello, se pegó a ella y recostó su cabeza en su pecho. Pepa la acogió con ternura, sus manos se deslizaron por las caderas de Silvia hacia su espalda, la apretó contra ella, como queriendo comprobar si era real, le llegó su olor inconfundible, no era un sueño, por fin la tenía entre sus brazos otra vez. Silvia notó que le apartaba el pelo y le daba un beso en el cuello, escuchó su voz: vuelves a casa?. Silvia: vuelvo a ti –se separó los centímetros suficientes para ver la cara de Pepa, acariciar su rostro, fue al encuentro de sus labios. Se besaron. Un beso que significaba lo siento, te perdono, te he echado de menos, yo también, un beso que decía te quiero con locura. Escucharon unos pasos que se acercaban, ambas sabían que era Lola, y ambas volvieron a la realidad de porque estaban allí, se separaron. Paco le contó que Montoya y cia habían atrapado a la chica y esta había confesado que tenían retenidos a Lucas y Sara. Ahora se iba a comisaría para participar en el asalto. Pepa : espera Paco – le habló a Silvia – vienes a comisaría? –asintió – ve con Lola, Silvia viene conmigo le hará compañía. Sala de reuniones. Montoya delante de un plano en el que se veía la casa y sus alrededores: tenemos un problema con la ubicación de la casa, y es que es imposible que nos acerquemos sin ser vistos, por lo tanto en caso de asalto no tenemos garantías de que la vida de Sara y Lucas no corra peligro. Povedilla: si me lo permite señor, yo es que esta zona la he visitado mucho de pequeño, cuando era boy-scout, y por aquí no muy lejos del chalet hay una pista de senderismo, nivel alto, pues hay tramos de 10 al 15% de inclinación. Don Lorenzo: Povedilla al grano!. Povedilla: pues digo yo que podrían subir por ahí algunos efectivos, y entrar por detrás a la casa. Pepa: yo puedo subir por ahí sin problema, llevo corrie... Don Lorenzo: usted está de baja. Pepa: pues entonces nada me impide hacer un poco de senderismo por mi cuenta no cree?. Don Lorenzo: Miranda... Pepa: tiene alguna otra opción?. Montoya: yo subiré con ella. Don Lorenzo: esta bien, todo el mundo a los coches. Dentro de la furgoneta Kike probaba micros y los sistemas de localización, estaba nervioso, a todos le vino a la mente el desastre del bar. Pepa a Kike: tranquilo Kike, está todo perfecto – él agradeció el apoyo. A unos 15 kilómetros del chalet Montoya y Pepa se bajaron de la furgoneta y comenzaron a andar por el sendero, quedaban 2 horas de luz. Fueron dando su posición cada 5 kilómetros. Pepa: Gonzalo mueve el culo si no te dejo atrás – llevaban recorridos 10. Montoya detrás sudando a mares y jadeando: mierda, tengo que volver al gimnasio.. El resto del equipo comenzó a subir por carretera. Ya veían la casa, estaba rodeada por un muro no demasiado alto, se apoyaron en él. Dieron su posición. Pepa: respira hondo, no entramos hasta que dejes de soplar como un rinoceronte. Gonzalo sin aliento: va..le va...le. Pasados unos minutos saltaron el muro, no había nadie en aquella parte del jardín, no habían dispuesto vigilancia, ahora a localizar a Sara y Lucas. Comprobaron varias ventanas de la planta baja, subieron por un canalón hacia el bajo cubierta. Montoya le hizo un gesto después de ver por un tragaluz. Estaban allí. Pepa se acercó, estaban atados sobre unos colchones en el suelo, parecían no tener ninguna herida. Pepa: Entramos?. Montoya asintió : en cuanto el equipo que sube nos diga que está en la puerta principal, rompo el cristal, y mientras tú les pones las mascarillas y los desatas yo lanzo gas escaleras abajo, luego volvemos a salir por aquí. Pepa: ok. Se pusieron sus mascarillas y esperaron que el walkie sonara. En apenas 15 minutos todo acabó, funcionaron como un reloj perfectamente sincronizado, mientras Paco, Don Lorenzo y el resto entraban por la puerta principal, Gonzalo y Pepa pusieron a salvo a Sara y Lucas, ella salió con ellos por el tragaluz, pues no iban armados y mejor estar a cubierto y Gonzalo bajo sorprendiendo a varios de la banda que apenas mostraron resistencia. Ya en comisaría se desataron las emociones cuando Lola corrió a abrazar a su niña y a Lucas, después de la alegría inicial y ya con los ánimos más calmados, Don Lorenzo se llevó a un aparte a Lucas, el resultado de la bronca fue una semana de suspensión, que aceptó sin rechistar, no había estado fino, le habían soplado que había reunión importante en la urbanización y no tomó las suficientes medidas y los atraparon. Celebraron el éxito del rescate y la vuelta de Silvia con una improvisada cena en casa de Lola. Silvia pasó la mano por debajo de la mesa y agarró la pierna a Pepa, que vio para ella en cuanto notó el contacto. Silvia la habló al oído: nos vamos?. No habían puestos ni los postres. Pepa : pelirroja como nos levantemos ahora tu padre me mata?. Silvia: vengaaaa – la apretó el muslo – quiero meterme contigo en la cama. Le dio un ligero beso en la mejilla. Pepa dejó la servilleta en la mesa y levantándose preguntó: Sara el casco lo tienes en la habitación?. Sara: si. Todos mirando para ella y para Silvia que también se levantaba. Don Lorenzo: a donde cojones vais?. Silvia adelantándose a Pepa: estoy cansada papa, nos vemos mañana. Don Lorenzo: no me parece buena idea que vayas en moto. Pepa: no se cele Don Lorenzo, ya le llevaré a dar una vuelta. Mariano muy serio: no le veo yo a usted de paquete señor comi.. Don Lorenzo: Mariano!!! Vayase a tomar por culo!! Y usted miran... Silvia: Papaaaa.. Don Lorenzo: Hija, es ella la que me tira de la lengua. Lola: igual que críos. Pepa volvió con el casco para Silvia y se fueron. Lucas al oído a Sara: ja, cansadas, ponemos nosotros la misma excusa. Sara dándole un golpe por debajo de la mesa: chssss, me parece que nos vamos a tener que quedar por lo menos hasta los postres.. Pepa ayudó a Silvia a ponerse el casco, le dijo donde apoyar los pies y le ayudó a subir. Pepa: preciosa – dándole un beso - siéntate sobre el vestido, si no con el viento acabará sobre tu cabeza. Durante el trayecto Pepa notó las manos de Silvia no precisamente en los lugares habituales para agarrarse, le costaba mantener la concentración en el tráfico. Entraron en el garaje y mientras Pepa ponía la moto al lado del coche de Silvia. Silvia: me ha gustado mucho el viajecito. Pepa: como paquete he de decirte que eres un poquito sobona. Silvia con cara de pena: no te ha gustado?. Pepa acercándose y besándola: me ha encantado. En cuanto las puertas del ascensor se cerraron se comieron a besos, llegaron a su planta y Pepa cargó con Silvia hasta la puerta. Entre beso y beso. Pepa: como nos vea algún vecino se muere. Silvia: de envidia seguro.. Entraron, Pepa apoyó a Silvia en la repisa de obra que hacia las veces de mueble de entrada. Cazadora de Silvia al suelo. Van gogh llegó como siempre ladrando y ante semejante escena se quedó parado medio gruñendo, ladeaba la cabeza como queriendo adivinar a que jugaban... Silvia susurró: Pepa el perro.... Pepa se sacó la cazadora y la lanzó hacia donde estaba el perro: Van!! Lárgate!!. El perro viendo el objeto que volaba hacia él salió corriendo con un medio gemido.. Pepa vio para Silvia mientras se besaban, confirmando su impresión, “quiere que lo haga aquí mismo”, metió su mano buscando el centro de Silvia, está notando la entrada de los dedos de Pepa gimió y se pegó a ella. Silvia: más adentro!. Pepa obediente así lo hizo y mientras su mano controlaba el placer de Silvia, su boca quiso saborear sus pechos. Silvia acercádonse al climax:si!,si!aj....dios! – se abrazó a Pepa. Pepa: seguimos en el dormitorio?. Silvia sonriendo y besándola: claro tenemos que recuperar estos meses... Tercera temporada ( su vida juntas) Silvia se despertó, estaba sola en la cama, se incorporó lo suficiente para ver por los ventanales de la habitación, Pepa estaba fuera en pantalón corto y asas. Se levantó para ir a su lado, se puso un camisón pues había adoptado la costumbre de Pepa de dormir desnuda. Llegó hasta ella, le pasó un brazo por la cintura y le besó la mejilla: no estarás viendo a las turistas verdad? Pepa sonriendo y pasándole un brazo por los hombros : son apenas las 10 de la mañana, a estas horas como mucho hay jubiladas.. Silvia: te vienes aquí y después vuelves congelada a la cama. Pepa dándole un beso: pero si te encanta la técnica que utilizo para entrar en calor. Silvia: si ya – viendo hacia el mar – la vista es increíble verdad?. Pepa: si. Se quedaron unos minutos más contemplando como iban y venía las olas. Estaban en un hotel a pie de la playa Malvarrosa en Valencia, el viaje era una celebración tardía de su primer año juntas. Durante la semana disfrutaron de la playa, bueno Silvia de la tumbona debajo de la sombrilla, aunque Pepa conseguía convencerla para que se bañasen juntas. Salieron alguna noche por la zona del Carmen, les gustaba mucho la terraza del vivir sin dormir y tomarse cualquier especialidad en el starbucks de la calle Gran Vía que tenía mucho "ambiente". Recorrieron la ciudad de las artes y las ciencias, estuvieron en el acuario y viendo el espectáculo con las nadadoras de sincronizada, en fin como 2 turistas no hubo rincón en Valencia que no viesen. Pero la semana se acababa y el tema estrella de su futuro todavía no se había nombrado, lo hizo Silvia la última noche. Estaban en la terraza tumbadas en un colchón de 1,35 con forma de hamaca, viendo las estrellas. Silvia sin apartar la vista del cielo: que te asusta tanto? – pausa – es el único tema que no sacas en nuestras conversaciones. Pepa viendo también hacia arriba: me asusta que salga mal – se giró y ambas se vieron – sabes que el médico te dijo que si te quedabas embarazada sería de alto riesgo, y que podrías entrar en una espiral de abortos y.. Silvia: Pepa, intentémoslo por lo menos – pausa – te prometo que si se cumplen los peores pronósticos del médico lo asumiré.. Pepa acariciando su cara: no me prometas nada, yo sólo quiero que no vuelvas a sufrir – la besó. Silvia: pero lo intentamos si?. Pepa pegando su frente a la de ella: lo intentamos – se abrazaron. Silvia cambiando de tema: crees que una hamaca como esta entraría en la terraza de casa?. Pepa que se acordaba de lo que habían hecho alguna noche anterior : ja, tú que quieres que la vecina cuando nos escuche, se ponga a espiarnos por el muro?? - se besaron. Silvia con aire inocente: se duerme muy bien aquí. Pepa echándose encima: si dormir,ya... Y pasaron su última noche valenciana haciendo el amor bajo las estrellas. A la semana de volver a Madrid, visitaron al médico de Silvia y le contaron su deseo de ser madres, y él les recomendó una clínica donde hacer todo el proceso. Optaron por inseminación artificial y desde ese momento el ciclo menstrual de Silvia pasó a ser el tema de conversación principal, por el momento no dirían nada a nadie. Silvia se reincorporó a la comisaría, había pedido una reducción de horario pero procuraba cuando Pepa estaba de turno de mañana ir con ella y desayunar juntas en el bar de Lola. Pepa y los demás estaban vigilando zonas de venta y consumo de drogas y de vez en cuando utilizaban a Curtis como comprador para detener algún camello, no había casos de una importancia relevante, pero aún así pasaba la mayor parte de su turno fuera de la comisaría, la agente Marta también participaba como señuelo, ella por ser rubita y mona se hacía pasar por una niña pija de clase alta y mientras Curtis paseaba las calles, ella movía las caderas al son de la música de los locales de copas. A Pepa trabajar con ella no le hacía gracia, después de aquel primer intento de ligue Marta le dejó bien claro por su actitud que siempre estaría dispuesta para un polvo. Pepa llegó a casa sobre las 3 a.m. esa noche había tocado ir a un bar de copas y ver que pasaba, habían detenido a un par de niñatos . Silvia estaba en el sofá dormida. Pepa se acercó y le susurró: cariño – le dio un beso – que haces aquí?. Silvia se despertó, pero no hubo una sonrisa de bienvenida, por lo que Pepa preguntó: pasa algo?. Silvia: hoy no lo sé – se incorporó, la vista fija en Pepa, que ponía cara de no entender – tampoco sé si ha pasado mientras yo no estaba. Pepa: no te entiendo Sil, que pasa?. Silvia de forma directa y rápida: Me has puesto los cuernos?, me los sigues poniendo, por que enton.... Pepa la interrumpió: Para, para – sentándose en la mesita de centro – nunca te he puesto los cuernos, ni ahora ni antes. Silvia: no hay nada que contar sobre Marta?. Pepa muy seria y algo dolida por la desconfianza : pues sí, si que lo hay, que quiso y para ser sincera sigue queriendo meterse en mi cama – notaba que a Silvia no le gustaba lo que estaba oyendo – y que siempre recibe por mi parte un no por respuesta. Silvia: esta mañana en los vestuarios he escuchado una conversación en la que se daba por hecho que Marta y tú habíais tenido algo más que palabras en mi ausencia. Pepa cabreándose : te digo que no. Silvia: sabes como me he sentido? – pausa – primero engañada, después te disculpé por como me porté.... Pepa en tono serio la interrumpió otra vez : te vuelvo a repetir que no he tenido nada con ella nunca, sabes como me sienta a mí tu duda y tu perdón?.. Silvia estudiaba sus ojos que nunca en ningún momento habían apartado la vista de ella, tiró de Pepa por la chaqueta hacia sí y la abrazó muy fuerte. Silvia: perdóname, perdóname por dudar de ti – se apretó más - me he estado muriendo de celos toda la tarde. Pepa: haberme llamado, bueno mejor no porque hoy estaba con la gilipollas esa y seguramente le hubiese cruzado la cara. Silvia en un arranque de sinceridad: yo la he buscado por toda la comisaría como una loca, quería quitarle los ojos. Pepa se rió y viéndola: joder Pelirroja que salvaje eres. Silvia: eres mía – la besó. Pepa: solo tuya – siguieron besándose – te lo demuestro?. Y en la cama se lo demostraron cada una a la otra. Silvia se levantó corriendo de la cama, detrás de ella fue Pepa que observó en silencio. Hasta la 2 inseminación no hubo fecundación y ahora llevaba con este 3 abortos espontáneos pasando apenas el primer mes. Silvia se lavaba en silencio y por sus mejillas caían unas lágrimas contenidas, estaba siendo muy difícil pero ya se lo habían advertido. Pepa aguardó en la puerta, Silvia se abrazó buscando consuelo y Pepa se la llevó a la cama. Pepa muy pegada a ella: cariño - la besó en la frente - te duele?. Silvia negó con la cabeza, mañana tocaría otra vez revisión ginecológica por si había que hacer un legrado y en el mejor de los casos esperar otro mes. Silvia con un hilillo de voz: quiero intentarlo otra vez. Pepa: claro mi amor - le dio un dulce beso y la acuno contra ella. Después de la consulta Pepa se fue a trabajar y Silvia le dijo que iba a casa de Lola. Pepa: por que no se lo cuentas?. Silvia : quedamos en que no se.. Pepa: lo sé, pero tu hermana siempre sabe decir la palabra que uno necesita escuchar. Silvia : no te importa? Pepa: no, claro que no, además Lola no se lo dirá ni siquiera a Paco si se lo pides. Cuando Silvia llegó a casa de Lola está estaba a punto de irse al bar, le extrañó ver a su hermana allí a esa hora. Lola: hoy no trabajas?. Silvia: he ido al médico y me iré a casa a descansar. Lola: pasa algo?. Silvia se había ido hacia la mesa de la cocina y se estaba sentando: Lola te fue difícil quedarte embarazada de Sara?. Lola: que va?, casi en el primer instante que Paco se me echó encima... – paró de hablar – cariño, estas? Silvia: no, pero llevamos meses intentándolo. Lola: y como no me has dicho na.. – se calló otra vez – bueno que eso no tiene importancia ahora, que te pasa cariño?. Le contó los primeros intentos de fecundación y los 3 abortos espontáneos, Lola escuchaba, asentía y daba consuelo cuando la emoción impedía a Silvia hablar. Lola: bueno cariño, me parece que tienes que relajarte, descansa unos meses y lo vuelves a intentar. Silvia: eso es lo que me ha dicho Pepa pero.. Lola: hazle caso, obsesionarse no es bueno – quiso preguntar algo – estáis bien juntas?. Silvia: muy bien Lola, porque lo preguntas?. Lola: a veces en una relación uno busca tener un niño para.. Silvia la interrumpió: no es el caso Lola, estamos muy bien de verdad, Pepa es lo mejor que me ha pasado en la vida, y quiero tener hijos con ella. Lola: pues cariño, céntrate en eso, disfruta con ella el día a día y cuando te notes especialmente bien pues vas a la clínica. Silvia volvió a casa y le contó lo hablado con Lola, tenían razón ambas, era hora de tomarse un descanso. A Pepa se le había ocurrido una alternativa y después de confirmar con la clínica que no había problema en intentarlo iba a contárselo a Silvia, pero ahora pensó que era mejor no decirle nada, seguiría apuntando sus días de ovulación y esperaría el día perfecto. Ese día llegó un par de meses después del último aborto, Silvia llegó a casa y se encontró a Van gogh esperándola en la puerta con una especie de disfraz de maitre. Silvia: pero que te ha puesto esta loca?. Pepa desde la cocina: por favor siga al maitre hacia la mesa del comedor. El perro ladró y se giró, Silvia divertida siguió a Van, no entendía como Pepa conseguía que hiciera todo lo que le decía. La mesa estaba puesta con unas maravillosas flores en el centro y unas velas altas encendidas. Pepa llegó por detrás, la abrazó y la besó: hola guapa, espero que tengas hambre. Silvia encantada: hoy no es un día especial verdad?. Pepa: que poquito romántica eres pelirroja – le separó la silla – anda siéntate. Como siempre la sorprendió con el menú, de primero un pulpo a la brasa, de segundo un envuelto de pasta filo relleno de verduras y vieras y de postre una tarta de manzana sobre fondo de natillas, este último como solían hacer lo tomaron muy juntas y compartiendo cuchara. Silvia dándole un beso acabado el postre: sabes que no necesitas hacer todo esto para llevarme a la cama verdad?. Pepa: pero a que te gusta?. Silvia: mucho – besándose. Pepa: ves ya te tengo en el bote – y sin darle tiempo se la llevó a la cama. Pepa encima de Silvia : sé que estas ovulando – esperó a tener toda su atención – vamos a hacer un bebé te parece?. Silvia sonriendo: te has convertido en un macho y no me he dado cuenta? Pepa también con una sonrisa: lo necesario lo tengo aquí – se movió hacia un lado de la cama y levantó un bote, parecía helado – dentro tengo a nuestro donante. Silvia: pero.. Pepa la interrumpió: sil – la besó – confía en mí – le quitó la camisa y la volvió a besar – hagamos el amor. Silvia: vale, sin médicos ni fríos tubos de ensayo. Pepa sonriendo mientras se besaban: bueno los amigos que esperan en el banquillo siguen estando fríos. No hablaron mucho más, estaban relajadas, estaban disfrutando y tenían un objetivo. Llegado el momento y cuando Silvia todavía se agitaba sintiendo un orgasmo, Pepa introdujo la cánula en su vagina y vació el contenido. Se besaron y se durmieron con el deseo de que esta vez no solo los amiguitos llegasen a su objetivo sino que además el óvulo fecundado fuese lo suficientemente fuerte para quedarse en su interior. Don Lorenzo la estaba volviendo loca con los turnos, había un nuevo operativo en marcha, pero Pepa, Montoya y Curtis seguían retirando camellos de las calles, y en ocasiones tenían que doblar turnos, pues el operativo les obligaba a cubrir en ocasiones funciones de otros compañeros. Llevaba casi 36 horas seguidas, estaba francamente cansada y ese cansancio le empezaba a pasar factura, por querer a lo mejor hacer las cosas más rápido y no pararse tanto en los tecnicismos, Pepa y Curtis habían tenido algunas palabras con Montoya. Cuando llegó a casa no estaba ni Van Gogh, seguramente Silvia lo había llevado a dar una vuelta por el parque que tenían al lado. Al llegar y antes de que Van la viese y corriese hacia ella pudo observar como Silvia hablaba con el vecino del 3º, el típico que a pesar de estar casado tonteaba con todas y se deshacía en halagos hacia todo lo que llevase falda menos su mujer, un guapete gilipollas, estaba claro que a Pepa no le gustaba ni un pelo. Van Gogh llegó a su lado orejas al viento. Pepa: Hola colega – se lo subió y le dio unos achuchones, viendo para Silvia y el vecino – ves a ese gilipollas?, te doy permiso para que le mees en los zapatos – Van Gogh veía para ella y para donde le indicaba, salió corriendo, pero no para hacer lo que le había dicho Pepa sino para echarse a las piernas de Silvia, está le dijo algo y Van Gogh otra vez salió corriendo hacia Pepa que ya estaba casi al lado de ellos, se fue directa a Silvia y le plantó un besazo en todos los morros, que no esperaba evidentemente. Pepa agarrando a Silvia por la cintura : que tal cariño? – viendo para el vecino - disculpa Juan, pero llevo sin ver a mi pelirroja casi 2 días y la echaba de menos, tú harás lo mismo con tu mujer claro. El tío se había quedado volado y Silvia aguantaba la risa porque ya estaba acostumbrada a Pepa y sus números, desde luego todo el mundo en el edificio sabía que eran pareja y en el parque si había alguien que lo desconocía ahora ya le quedaba claro. Pepa: nos vamos?, Silvia: si, hasta luego Juan. Mientras iban de camino a casa. Silvia: guapa, eso que ha sido?, marcar el territorio como los perros? - lo decía en tono de broma. Pepa: eso ha sido para que le quede claro que no tontee contigo. Silvia : no me digas que estas celosa?. Pepa: yo? Que va. Silvia: Sí, si lo estás – tenía que reconocer que verla un poquillo celosa le gustaba. Pepa sin embargo no estaba de broma: que pasa?, que tú tonteas con él para ver si yo me mosqueo?. Estaba sacando de quicio el tema. Silvia: oye no te pongas borde, no estaba tonteando con él y tampoco es tan grave reconocer que te ha dado un ataque de celos – con una sonrisa. Pepa: a mí no me hace ninguna gracia. Silvia ya en el ascensor la agarró y le dio un beso: no seas tonta, que mosca te ha picado?. Pepa: a mí?, yo no tonteo con... Entrando para casa Silvia abrió el armario de la entrada . Silvia: toma – dándole los tenis – vete a correr porque estas muy tensa. Pepa que no se lo esperaba: no me da la gana. Silvia: Pepaaa, largate, voy a hacer la cena y no te quiero ver delante – yendo para la cocina – cuando se te pase vuelves. Y Pepa se quedó allí plantada agarrando los tenis, Van Gogh se fue con Silvia, estaba claro a quien apoyaba, se cambió y sin pasar por la cocina salió. En un principio se puso a correr de mala gana, pero a medida que se cansaba y sudaba, también liberaba su mente, estaba claro que había pagado con Silvia las tensiones del trabajo. Llegó a casa y se fue hasta la cocina, abrazó a Silvia por detrás, estaba cortando unos tomates. Pepa: Lo siento – le dio un beso en la mejilla. Silvia se giró: porque te has puesto así?. Pepa: estoy tensa – no solo eran los cambios de turno y el aumento de trabajo, es que por todo eso apenas la veía y ..– tienes una falta verdad?. Silvia se puso seria y asintió. Pepa: te has hecho la prue...? Silvia cortándola: no..., voy a dejar pasar otro mes.. Pepa: quiero estar contigo por si pasa algo y con estos turnos es imposible. Silvia le echó las manos al cuello: me encuentro bien. Se miraron diciéndose todo pero sin querer hablar. Al momento. Pepa: vale, me voy a la ducha. Silvia: si mejor será.. Pepa : oye!!. Silvia dándole un pico: venga que la cena ya casi está lista. Durante las semanas siguientes el operativo estrella se iba complicando y en la misma proporción lo hacía el carácter del comisario. A oídos de Pepa habían llegado rumores de que la incursión de Marta no estaba dando los frutos previstos. Don Lorenzo salió de la sala en la que estaba el grupo involucrado y a gritos llamó a Montoya. Pepa se escabulló para ir a ver a Silvia, la habían llamado para hacer una autopsia urgente de tarde, le prometió que no haría esfuerzos y que en cuanto acabase iría para casa. Apenas eran las 18:00 cuando Silvia llegó a casa, hacía una tarde muy buena y como imaginaba Pepa estaba en la terraza, escuchaba música mientras hacía un puzzle de Paris, no se había dado cuenta de que estaba detrás observándola, se fijo como buscaba una pieza, como estudiaba donde colocarla y como la ponía, sus pies seguían el ritmo de la canción. Cuando le regaló el puzzle Pepa le había dicho de broma si era para tenerla en casita controlada. Fue a su encuentro, desde atrás sujetó la cabeza de Pepa y le dio un beso en la coronilla. Silvia: se te ve muy concentrada. Pepa levantó la cabeza: Hola guapa, siéntate aquí conmigo, que te dé un poquito el sol. En la emisora el locutor anunciaba la siguiente canción. Silvia: era la canción favorita de mi madre.... Pepa: tu y yo no tenemos canción – y sin darle tiempo la agarró – bailamos?. Silvia se dejó hacer, y en sus brazos escuchó a Pepa tararear la letra: te la sabes?. Pepa: es un clásico – siguió tarareando. Silvia: lo que dice es lo que siento por ti – le dio un beso. La canción era una versión de Paloma San Basilio y en el momento en el que la música se aceleraba Pepa la levantó y dio vueltas con ella. Van Gogh participaba a su manera saltando y medio ladrando a su alrededor. La música bajó otra vez su ritmo, y Pepa a Silvia. Silvia sujetando la cara de Pepa para que esta la viese: tengo otra falta y el test ha dado positivo. Pepa se paró en seco. Se olvidó de la música, de los ladridos de Van Gogh, del mundo entero, sólo veía para Silvia. Silvia: cariño.. Pepa: entonces.. Silvia: hemos pasado el primer mes y sigo embarazada. Pepa: estas bien?- sin darle tiempo a responder – y yo dándote vueltas como una loca. Silvia sonriendo: estoy bien , he pedido cita al ginecólogo para mañana . Pepa acariciando su cara: de verdad estas bien?. Silvia dándole un beso: de verdad . Pepa se pasó la mayor parte de la noche viendo como dormía Silvia, por sus mejillas de vez en cuando bajaban lágrimas, “como se despierte y me pregunte va a pensar que soy tonta”pensó, pero no podía evitarlo, sentía alegría, emoción y miedo a partes iguales. Silvia se puso boca arriba y Pepa se acercó a ella poniendo una mano temblorosa sobre su vientre, le dio un beso en la mejilla y pego su cabeza a la de ella, le susurró un te quiero e intentó dormir. En la consulta del ginecólogo. Pepa aguardaba en silencio y sujetaba la mano a Silvia, mientras el médico miraba para el monitor. Silvia: Pepa – viendo para su mano. Pepa: perdona cariño – la estaba dejando sin circulación – doctor díganos algo por favor o me va a dar un ataque de ansiedad aquí mismo. El médico sonrió viendo para ellas: Pepa tranquilízate, si estas así ahora no me quiero imaginar como te vas a poner en el parto – mientras limpiaba el gel y ellas se veían con una sonrisa nerviosa– el embrión esta bien situado, Silvia hasta el tercer mes quiero que te lo tomes con calma vale?. Silvia: si doctor, hay riesgo de... Médico agitando la mano para interrumpirla: no pienses en eso, vamos a tomar las precauciones lógicas, nada de obsesionarnos de acuerdo?. Pepa soltó aire, sin darse cuenta había retenido la respiración desde que el médico había dicho la palabra parto. Médico hacia ella: Pepa relájate mujer – viendo para Silvia – a ver si consigues tú que se calme. Pepa había pedido 2 días de permiso para ir con Silvia a revisión y como era viernes, así disfrutar con ella un sábado que hacía tiempo que no tenían. Mientras le hacía la eco, el médico tomaba notas en la pantalla y Pepa como siempre no distinguía nada. Entonces el médico conectó una clavija. Médico: chicas esto va muy bien – le dio un auricular a cada una – queréis escuchar su latido? - Casi no le dejaron acabar y ya tenían el auricular en la oreja. Silvia se puso a llorar. Pepa: ey, ey, cariño.. – acariciando su cara. Silvia: es la emoción... Pepa: vaya par de 2 que estamos echas – eso hizo que se rieran los 3. Médico: Silvia estas de 14 semanas, un poquito más de 3 meses, el latido es fuerte y el feto sigue perfectamente posicionado. Silvia: puedo hacer vida normal? – su vista se fue un segundo hacia Pepa que se puso un poco roja. El médico lo notó: si claro, vida normal en todos los aspectos. Al salir de la consulta. Silvia llevaba de la mano a Pepa, está no entendía que hacían en el ayuntamiento. Llegaron a un mostrador. Silvia: buenos días, me podría indicar cual es el impreso para inscribirse como pareja de hecho? – le guiñó un ojo a Pepa que se la quedó viendo, la estaba dejando a cuadros. La funcionaria muy amable le entregó el papeleo y le dio unas breves instrucciones de cómo rellenarlos. Se sentaron en una mesa cercana y los cubrieron, al entregarlos en la ventanilla la funcionaria los selló y les entregó una copia. Con los papeles en la mano Silvia se giró hacia Pepa, le pasó los brazos por el cuello y le dio un beso. Silvia junto a ella: Te quiero, ahora ya me puedes dar ese anillo que tienes guardado. Pepa más sorprendida todavía: como sabes... Silvia la interrumpió: mejor lo hablamos en otro sitio si?. Se fueron al retiro y se sentaron en un banco en una esquina del lago. Silvia: me cuentas porque lo llevas contigo y no me lo das nunca? Pepa: porque tendría que ir acompañado de una pregunta y temía la respuesta...- se quedó viendo para Silvia – tú no te quieres casar.. Silvia sonriendo: por ahora no, no me apetece un follón de boda, invitados y todo eso – agarrando su mano – pero si quería de alguna forma oficializar nuestra relación. Pepa recostándose en el respaldo: desde luego, si hoy al levantarme me hubieran dicho que escucharía el latido de nuestro hijo y que formalizaría mi relación contigo me echaría a reir. Silvia: he sido original?. Pepa: mucho, todavía no me lo creo. Silvia: a lo mejor ayudaría que vieses en mi dedo tu anillo – estiró su mano hacia ella. Pepa rebuscó en un bolsillo interior de su cazadora, abrió una cajita y le puso a Silvia en el dedo anular un aro de oro blanco, formado por 2 piezas huecas en el interior que parecían unirse por pequeños engarces de diamantes. Pepa: puedo tener esperanzas de verte algún día de blanco para mí?. Silvia la besó: te lo prometo, me casaré contigo – sacó otra cajita – yo también tengo un anillo para ti. Pepa: desde cuando.. Silvia: desde que el embarazo ha ido progresando – pausa - mientras tú trabajabas yo he consultado los trámites necesarios para que ambas tengamos plenos derechos y nuestro hijo pueda llevar nuestros apellidos. El anillo que había elegido para Pepa, era una alianza plana de oro blanco que tenía dibujada una línea que la cortaba en dos a lo largo del aro. Silvia: me vas a llevar a algún sitio para celebrar nuestro compromiso?. Pepa: se me ocurre un lugar – se levantaron del banco y abrazadas se fueron andando – mientras tú coges algo de ropa yo hago una llamada. Se fueron a Toledo, a un spa-hotel en los cigarrales, desde la habitación tenían una vista preciosa de la ciudad. Silvia : a que viene esa sonrisa? Estaban tumbadas sobre la cama. Pepa : no sé que noticia prefiero darle a tu padre, si que estas embarazada o que nos hemos inscrito en el registro como pareja. Silvia riendo: cualquier cosa que le digas será digna de ver – se acercó a Pepa – estas últimamente un poquito alejada de mí no?. Pepa: no sé de que me hablas... Silvia: si mal no recuerdo tú eras una mujer por encima de la media.. Pepa: lo sigo siendo pero te recuerdo que el médico.... Silvia: el médico hoy ha dicho que podemos hacer vida normal en todos los aspectos – le dio un beso – y yo hay un aspecto en particular que quiero recuperar cuanto antes. Pepa: ven aquí – y con cuidado la hizo ponerse encima suya, ella también se incorporó. Silvia: no dejes nunca de verme de esa manera – viendo a los ojos a Pepa. Pepa: como?, con deseo? – la besó – con ganas de devorarte?. Hicieron el amor con cuidado, con tranquilidad, Pepa la llenó de infinidad de caricias y el momento del orgasmo fue el mejor liberador de todas las tensiones hasta ahora acumuladas, muy relajadas durmieron una en brazos de la otra. Empezó a sonar un móvil. Pepa se movió. Silvia tapándose con la almohada: Pepa por dios apaga eso. Pepa saltando de la cama y tropezando: mierda!, ya puede ser importante – viendo la pantalla y que era Montoya – que? Pepa le dejó hablar apenas 5 segundos: pedí el día Gonzalo – escuchando otra vez – me importa una mierda que... – la interrumpían – vale, vale, joder. Silvia no queriendo desperezarse: no me digas que tenemos que volver. Pepa metiéndose entre las sábanas: tu santo padre me quiere en una reunión dentro de 2 horas – se bajó hacia el vientre de Silvia, le dio un beso y habló hacia el ombligo – espero que no heredes el carácter de tu abuelo.. Silvia riéndose: Pepa!!, no digas eso. Pepa subiendo hasta Silvia: decidido le digo que te he dejado embarazada – le dio un beso. Pepa dejó a Silvia en casa y se fue a comisaría, después pasarían por casa de Lola para dar las buenas nuevas. Sala de reuniones. Montoya le pasó un dossier que Pepa fue leyendo mientras el comisario hablaba. Era sobre el operativo estrella, intentaban cazar a uno de los mayores distribuidores de coca, el gallego Pazos y uno de los mayores distribuidores de pastillas, el portugués Andrade, su contacto en la capital era una tal Judith, el dossier incluía fotos, la tía no estaba mal, era rubia y tenía un aire.. Pepa siguió leyendo, era Lesbiana... en ese momento Don Lorenzo informaba de la incursión de Montoya y Pepa en el caso...será hijo de puta, por eso me ha metido en operativo. Pensó en Silvia, en el bebé y por un instante estuvo a punto de negarse a participar, pero ante todo era policía y llevaban muchos meses intentando cazar a esa basura. Así que no dijo nada, se limitó a escuchar el resto de la charla. Don Lorenzo: vamos a intentar introducir a Pepa y Gonzalo, se harán pasar por distribuidores que hacen la ruta francesa desde Girona, hemos capturado hace un mes a una pareja de hermanos, suplantareis esa identidad, aquí en la capital nadie saben como son y por supuesto nadie saben que los hemos detenido. Casa de Lola. En cuanto entraron por la puerta y Lola vio para Silvia ya todo fue un lío. Lola: ay!,ay!, cariño – yendo hacia su hermana y abrazándose a ella – cuanto me alegro, cuanto me alegro. Don Lorenzo que estaba sentado a la mesa de la cocina y Paco que revoloteaba cogiendo algo para picar se quedaron con cara de no entender nada. Don Lorenzo: Hijas pero que cojones pasa. Pepa viendo que era su oportunidad: Lo siento Don Lorenzo, pero, he dejado embarazada a su hija – como lo había dejado mudo – ya le dije que era mejor casarnos primero, que a usted le iba a parecer mal, pero.. Don Lorenzo: Pepa es usted anormal!!, de profundis – levantándose y yendo hacia sus hijas – Silvia cariño que dice esta descerebrada.. Silvia abrazando a su padre: estoy embarazada papa, es verdad. Paco veía para Pepa, como la ha dejado preñada?, el hambre le nublaba el sentido del razonamiento. Pepa: hermano – como leyendo su mente – inseminación Paco, inseminación, no me das un abrazo?. Paco: claro Pepa, me alegro mucho por vosotras – se dio un abrazo muy sentido con su hermana y con su cuñada. Don Lorenzo seguía sin dar crédito. Pepa: venga abuelo, siéntese, que ya veo que se ha quedado mudo de la impresión – estaba disfrutando – ah! por cierto, desde hoy somos oficialmente pareja de hecho – viendo otra vez para Don Lorenzo – ve por lo menos algún papel hemos firmado antes. Silvia: Pepaaa. Entonces Don Lorenzo habló: hija me alegro, me alegro por las dos, y usted Pepa deje de hacer el burro, céntrese cojones, que van a tener un niño. Pepa no se esperaba tan buena reacción: gracias Don Lorenzo. Después de cenar Don Lorenzo se llevó a un aparte a Pepa. Acabaron sentándose en el sofa. Don Lorenzo: Miranda, la voy a retirar del caso. Pepa: que?. Don Lorenzo: en que cojones estaba pensando cuando esta mañana ha aceptado entrar en el grupo?, esta claro que en mi hija y su bebe no. Pepa: por supuesto que pienso en mi pareja y en nuestro hijo, pero también soy policia sabe?. Don Lorenzo : pero en este operativo qui.. Pepa lo interrumpió: quizás que?, que tenga que tirarme a la tal judith?. Don Lorenzo : nadie pretende.. Pepa cortándole otra vez: que llegue tan lejos?, y una mierda - no le dejo replicar - ahora me va a escuchar usted a mí – pausa para tomar aire - Me ha puesto en el caso porque Marta no ha conseguido ni medio interesar a esa tía, y por eso después de casi 3 meses seguimos sin estar dentro de la organización. Pero sabe que? A mujeres como esa, no les van las que se ofrecen, demasiado fáciles. No confía en su equipo?. Don Lorenzo: por supuesto que sí, sabemos hacerlo bien. Pepa: pues entonces cojamos a esa gentuza de forma rápida y limpia. Silvia se acerco: se puede saber que estáis cuchicheando?. Pepa levantándose: nada, aquí tu padre que intenta convencerme que si es niño le pongamos su nombre. Silvia : ya seguro.. En ese momento llegó Sara y a Lola le faltó tiempo para contarle que iba a tener un primito o una primita, así que loca de contenta fue a abrazar a sus tías y eso ayudó a que Don Lorenzo y Pepa no tuvieran que explicar el verdadero motivo de su conversación. Sin embargo estando en cama, no se le había olvidado, pero la pregunta no era con la intención de saber en que andaban metidos. Silvia: me tengo que preocupar?. Pepa : no – no era una mentira se justificó, le dio un beso – vamos a dormir.. Jueves noche. Montoya y Pepa convertidos en Fran y Lidia llegaron en la moto de Pepa (con las placas cambiadas ) al local de Judith. Pepa: nos vamos directos a la barra. Montoya : ok. El local no era de ambiente pero estaba bastante de moda y había de todo. A la media hora la vieron llegar, look de ejecutiva y un par de gorilas a su lado, habló con uno de los camareros que parecía el encargado , le abrieron la barra y se fue por una puerta. No volvió a salir en las 2 horas siguientes. Sábado noche. Mismo ritual que las 2 noches anteriores, ellos en la barra y Judith entrando a la misma hora. Pepa: vamos allá - Montoya se quedo allí, se puso delante de Judith impidiéndole el paso - eres demasiado predecible. Judith : como? – repasando de arriba a abajo, a la morena que se le había plantado delante la estaba ofendiendo. Pepa acercándose a su cara: misma hora, tus gorilas ni se han dado cuenta que llevo 3 noches en la misma barra viendo como entras – pausa para que procesase la información – tenía pensando hacer negocios contigo, pero me parece que no hay garantías – ahora es el momento de irse, pasó por delante de ella. Un brazo la agarró. Judith: oye, quien coño eres? – le dijo un poco rabiosa. Pepa: podría ser tu transporte a Francia, pero.. – haciendo el amago de irse otra vez. Judith: espera, hablemos?. Pepa: me lo pienso, el jueves si he decidido darte una oportunidad estaré aquí- ahora sí que nos vamos, Montoya la siguió fuera del local de forma discreta, Pepa le contó la conversación. Montoya sentenció: has conseguido su plena atención .... Eran ya casi las 6 a.m. cuando Pepa después de una ducha se deslizó entre las sábanas, era lo único bueno de ese horario, encontrarse la cama calentita y a tu mujer en ella. Pepa le dio un beso a Silvia en los labios, dormía, pero bueno a lo mejor no tanto, otro beso en el cuello, con sus manos le acarició los pechos. Pepa pegadita a Silvia: me he dado cuenta, te han crecido. No obtuvo respuesta, pero sabía porque no era la primera vez que jugaban a esto que dormida, dormida del todo no estaba. Fue besando y acariciando hasta llegar a su sexo, y con el primer beso, notó las manos de Silvia en su cabeza. Vaya parece que ya se ha despertado. Con facilidad la hizo llegar al orgasmo y después de lado siguieron dándose placer, se quedaron acarameladas. Silvia: que hora es?. Pepa: mejor no preguntes.. Silvia: hoy nos toca eco a las 11. Pepa: lo sé, he puesto el reloj para las 10. Silvia dándole un beso: durmamos entonces.. Unas horas después y mientras Pepa se movía por la habitación cogiendo su ropa, salió Silvia de la ducha en braga y sujetador y visto y no visto se metió en el ropero. Pepa cuando la veía pasar desnuda siempre gritaba “ Dios una mujer en pelotas” pero en esta ocasión no le había dado tiempo, había parecido que se escondía, así que fue hasta el ropero, se apoyó en el marco de la puerta. Pepa: te escondes de mí?. Silvia cogiendo unas medias: no que va.. Pepa se le acercó: ja!, a mí no me engañas – ella continuaba en bragas y sujetador – Siiil? Silvia ni caso, haciéndose la loca. Pepa: ven aquí anda - se puso detrás de Silvia y movió el espejo para que las reflejase. Silvia: Pepa no, venga que llegamos tarde. Pepa: tenemos tiempo – viendo su imagen desde el espejo – estas preciosa. Silvia viendo de refilón : estoy deforma... Pepa: de eso nada, mírate bien – esperó unos segundos, le acarició los hombros y bajó – te ha crecido el pecho – bajó hacia la cintura y cerró sus manos entorno al ombligo – nuestro bebé se esta haciendo sitio, es la barriga normal de 18 semanas. Silvia: pues yo me siento un poco gorda y fea. Pepa: pues quítate eso de la cabeza, porque estas muy bien. Silvia: se me está estirando tanto la piel que aparecerán un millón de estrías y.. Pepa: con el masaje que te doy con el aceite de almendras imposible...que te pasa cariño?. Silvia se dio la vuelta: mi cuerpo cambia demasiado deprisa y a lo mejor a ti te deja de....ya sé que es una paranoia, pero serán las hormonas que me hacen pensar en estas cosas – se le cayeron unas lágrimas. Pepa la abrazó y se medio rió: sabes?, estas teniendo un embarazo de libro.. – ya se había leído unos cuantos que hablaban del tema – me gustas mucho y me seguirás gustando cuando tus pechos aumenten otra talla y cuando tu barriga parezca un globo – le dio un beso – vale?. Silvia: vale.. Pepa le dio una palmada en el trasero: y ahora vístete guapa que no llegamos – otro beso. Pepa detrás de Silvia, ella tumbada y el médico aplicando el gel sobre su barriga. Médico: vais a querer saber el sexo del bebé?. Se miraron, no lo habían pensando, hicieron un movimiento de cabeza como preguntándose. Silvia: si doctor queremos saberlo. Médico: muy bien empecemos pues – conectó la pantalla y movió el aparato sobre la barriga – aquí tenemos un bracito – contó sus cinco dedos, e hizo lo mismo con el resto de las extremidades. Pepa que ahora si distinguía las formas estaba maravillada, ella el embarazo no lo podía sentir por lo tanto cada vez que Silvia se hacía una eco, de alguna forma tomaba conciencia del avance del bebé en su interior. El médico comprobó el latido que seguía siendo fuerte y constante y por último se concentró en observar que sexo tenía. Médico: pues sin duda alguna el bebe es un niño. Silvia y Pepa se sonrieron, la verdad es que se hubieran alegrado igual si hubiera sido niña, lo único que les importaba es que estuviera y creciera sano. Al salir de la clínica se fueron a dar un paseo al parque el capricho, les apetecía pasar un rato a solas antes de la comida familiar pues hoy era domingo y tocaba paella en casa de Lola. Silvia agarraba del brazo a Pepa mientras paseaban a la altura de las estatuas de los duelistas. Silvia: te hace ilusión que sea un niño?. Pepa sonriendo : me encanta que sea niño, o que hubiera sido niña, pero hoy lo he podido distinguir y... – no encontraba las palabras – hoy me he sentido menos ajena a tus cambios. Pasaban al lado de un banco y se sentaron. Silvia: no me lo habías dicho. Pepa: cariño, tú llevas al bebé, y tú sientes en todo momento su evolución, por eso me gusta darte el aceite, estoy muy atenta a ti porque ver tus cambios, que te crezca el pecho, la curva de tu barriga me hace sentir que formo parte del proceso – Pepa tocó su barriga – lo notas verdad?. Silvia: si, se que está ahí, hace leves movimientos. Pepa: pero yo todavía no los percibo, eso me deja al margen por lo menos por ahora. Silvia poniendo su mando sobre la de Pepa: lo sentirás ya verás. Pepa: lo sé, lo sé. Silvia: has pensado un nombre?. Pepa: y tú?. Silvia: yo sí. Pepa: cual?. Silvia: a no he preguntado yo primero. Pepa: no te rías vale – pausa – me gusta Lorenzo. Silvia: ja,ja, tú lo que quieres es ganarte al suegro. Pepa sonriendo: el tuyo cual era?. Silvia le dio un beso: yo también quiero llamarle como mi padre. Pepa hacia la barriga de Silvia: enzo, vete haciéndote a la idea de que compartes nombre con el abuelo. Silvia: me invitas a un helado?. Pepa con tono de preocupación: de algún sabor extraño?. Silvia sacando la lengua: no, vainilla me sirve. Casa de Lola. Ya estaban todos a la mesa cuando llegaron así que salvo la preguntas en batería de Lola, que tal estas?, y el bebe?, etc, no ahondaron en el tema, pues no sabían que venían de hacerse la eco. Pepa se levantó para ayudar a recoger a Sara y Lola, pero antes le dijo al oído a Silvia: porque no se lo dices?. Silvia: tú crees?. Paco y Lucas se habían levantado para poner la tele, así que se quedaban solos en la mesa. Silvia: papa? – le hizo el gesto de que se sentase con ella. Don Lorenzo yendo a su lado: dime hija, te pasa algo?, estás bien?. Silvia tranquilizándolo: si muy bien.. Don Lorenzo : entonces?. Silvia: hoy me he hecho otra eco. Don Lorenzo : no sabía que.. Silvia interrumpiendo: el bebé es un niño – dejó que lo asimilase, sólo con esa noticia vio alegría en la cara de su padre – a Pepa y a mí nos gustaría llamarle Lorenzo - entonces además de alegría notó emoción contenida, orgullo- te parece bien?. Don Lorenzo: hija – cogiendo sus manos – claro, claro – no le salían las palabras y hacía verdaderos esfuerzos para que no se le cayese alguna lágrima que se secó torpemente, abrazó a su hija. Lola llegaba desde la cocina: pero que pasa? Don Lorenzo: nada Lola, que mi nieto se va a llamar como yo – dijo echando pecho. Lola: ay!! un niño – y se abrazó a ellos 2. Sara que estaba con Pepa en la cocina se acercó: abuelito pero yo seguiré siendo tu nieta favorita no?. Don Lorenzo se levantó y abrazó a su nieta: Sarita, hija, tu eres mi nieta más linda. Sara también felicitó a su tía con un abrazo y un par de besos. Pepa se había quedado un poco alejada viéndolo todo desde la salida de la cocina, se le acercó Don Lorenzo. Don Lorenzo: gracias Pepa – le dio un abrazo. Pepa sorprendida: de, de nada. Don Lorenzo se fue hacia Paco y Lucas que no se estaban enterando de nada. Silvia se acercó a Pepa, la abrazó y le dio un beso. Lola y Sara también fueron hacia ella y se abrazaron. Lola: contarme los detalles, desde cuando lo.... Paco atropelladamente : hermana, Silvia, que alegría – y las abrazó fuertemente. Pepa: Paco, cuidado, que nos aplastas. Paco apartándose: perdón, perdón. Lucas a Silvia: felicidades – se dieron un abrazo – Pepa lo que vas a tener que aguantar con esta de antojos..auj... – Silvia le había dado un golpe en la barriga. Lucas también se abrazó a Pepa: me alegro un montón de verdad. Pepa: gracias Lucas. Jueves Noche. Cuando Pepa y Montoya llegaron al local, Judith les esperaba con sus 2 gorilas en la barra. Montoya al oído de Pepa: nos quedamos en este lado, que sea ella quien se acerque a ti. Así fue y cuando estaba a su altura. Judith: hablamos en mi despacho?. Pepa: primero mejor aquí y si me interesa quizás sigamos dentro – hizo un gesto a Montoya y este se alejó un poco. Judith: es tu novio?. Pepa: mi hermano, se llama Fran, yo soy Lidia – no se dieron la mano. Judith: yo soy.. Pepa: Judith, sé muchas cosas de ti. Judith: y quien te las ha dicho?. Pepa: digamos que tenemos amigos comunes de Pazos y Andrade. Judith: me dijiste que podías ser mi transporte a Francia?. Pepa: podría.. Judith: como?. Pepa: de eso mejor hablamos dentro. Judith se giró hacia la barra: llévame un whisky para dentro, vosotros que quereis. Pepa: martini con limón, Fran, cerveza?. Montoya asintió, y entraron. Salieron 3 horas después. Montoya medio mareado: joder para la tía, habla por los codos y tiene un hígado a prueba de bombas, no sé ni cuantas cervezas me he bebido. Pepa: nos ha estado tanteando, no ha parado de preguntar, tú crees que hemos dicho algo incoherente. Montoya: no creo que conozca a los verdaderos hermanos Grau, si no ya hubiera pasado la frontera con ellos y por lo que ha dicho todavía no ha conseguido un medio fiable para su mercancía – queriendo meterse con ella - tú parece que también le interesas. Pepa: ya, seguro. Montoya: ándate con ojo. Pepa a la altura de la moto: te dejo en casa?. Montoya: estas en condiciones de conducir este trasto?. Pepa: oye de trasto nada eh?, además sólo he tomado 3 copas, también tendría guasa que nos pararan los verdes. Pepa llegó a casa, se duchó y se metió en cama, como siempre buscó el cuerpo caliente de Silvia, se abrazo a ella y al posar su mano en su barriga notó un movimiento rápido y fugaz, iba a apartar la mano, cuando Silvia se la cogió. Silvia: pobre, con esta mano fría no me extraña que nos hayas despertado a los 2 – la volvió a posar en su barriga. Pepa estaba callada a su lado, acababa de sentir al bebé y quería retener esa sensación, al cabo de un rato : lo siento, no pensaba que tuviese la mano tan fría. Silvia: seguro que te perdona si le haces unas caricias. Pepa se pegó más a ella y con los dedos de su mano comenzó a acariciar su vientre alrededor del ombligo. Notó otro movimiento, este más relajado, como si se acomodase. Pepa alucinada: es increíble.. Silvia: lleva toda la noche bastante activo, te echaba de menos como yo. Pepa beso a Silvia en el cuello: te quiero. Silvia: con locura?. Pepa: locamente. Por la mañana fueron juntas al trabajo, Pepa tenía reunión para informar sobre la noche anterior. Rita : Ay!! Pero que barriguita más linda, en estas 2 semanas como te ha crecido. Pepa: no exageres Rita, si casi no se le nota. Rita: pero como no chiquilla, si ya esta de 5 meses no?. Silvia: si Rita, si que me ha crecido un montón, no le hagas ni caso.. Pepa le dio un beso: estas estupenda, ya lo sabes, me voy a la reunión. Silvia: vale, me vienes a buscar?. Pepa: si. Mientras Pepa se alejaba Rita no paró de preguntarle, le contó las últimas novedades y se quedó encantada de que fuera un niño y que le fueran a llamar Lorenzo. Rita: a lo mejor quien sabe, si dentro de unos años, se hace tilín con mi sabrinica. Silvia: no corras tanto Rita.. La reunión fue tensa, tensa porque se hizo evidente los grandes avances en apenas 1 mes de Montoya y Pepa frente a lo poco conseguido por el equipo anterior encabezado por Marta. Don Lorenzo: bien, y ahora que?. Montoya: intentaremos que nos lleve a donde guardan la mercancía y en el momento que fijemos una fecha para el transporte la detenemos. Después negociamos con ella y vamos a por Andrade y Pazos. El grupo se vio reducido en nº y una de las persona que se quedó fuera era Marta, ahora no convenía que por casualidad la viesen Judith y cia. Vestuario. Silvia se cambiaba de ropa después de una autopsia, Rita a su lado también cambiándose pues acababa su turno. Rita: hija, ni una estría que bien tienes la piel. Silvia: eso es mérito de Pepa, o por la noche o por la mañana me da un masajito con aceite. Rita: mi joseluis es voluntarioso pero despistao y claro así me he quedado yo. En ese momento entraba Marta y otra compañera, como los vestuarios están divididos por taquillas, no las vieron. Marta llegó hablando: yo sé cual ha sido su táctica para entrar- la otra escuchaba atenta – simplemente se la habrá tirado, y más ahora que su nena esta preñada, pero algunas somos más profe... Se fue callando cuando vio que salía de detrás de una taquilla Silvia seguida de Rita. Silvia: eso que estas insinuado es muy grave. Marta: siento que tengas que enterarte así pero.. Silvia: no sientas nada, porque no es verdad, Pepa no se ha acostado con ninguna sospechosa, no lo necesita como dices... Para acabar de liar el tema entró Pepa, la postura de Silvia cerca de Marta y sujetando su barriga no le gustó nada. Pepa: que coño pasa?. Silvia queriendo quitar importancia: nada Pepa, ya estoy lista nos vamos?. Pepa: si – mientras Silvia recogía su bolso en la otra taquilla, se acercó a Marta – no sé que ha pasado pero como la molestes lo más mí... Silvia: venga, cariño, vamonos – la cogió por el brazo e hizo que la siguiese. Durante el trayecto a casa Pepa quiso saber más pero Silvia se negaba. Silvia: en la reunión ha pasado algo?. Pepa: que la han quitado del caso. Silvia: pues entonces está todo dicho. No quiso hablar más del tema y Pepa decidió dejarlo, Marta y sus tonterías la empezaban a cansar. El mes siguiente fueron muchas las noches que llegaba casi de madrugada, Judith era demasiado díscola y cuando parecía que avanzaban y que pronto verían de donde salía la mercancía, otra vez los metía en una juerga continua de garitos. Cada vez se acercaba más a Pepa y a está le resultaba más difícil deshacerse de ella, unido a lo mucho que bebían en ocasiones el estado en el que Pepa llegaba a casa era poco menos que lamentable. Los cafés posteriores junto a Montoya y las duchas ayudaban a bajar el nível de alcohol, pero algunas mañanas tenía resaca y comenzaba a darse asco cuando se veía al espejo, no soportaba tener que tontear con Judith, la sensación de estar engañando a Silvia la estaba atormentando. Al meterse en la cama Silvia se dio la vuelta y le dio un beso: hola. Pepa: hola estas bien? Silvia: si, mañana vamos a comprar ropita para el bebe? Pepa sonriendo la interrumpió: claro cariño, no me digas que estabas despierta para decírmelo. Silvia: bueno, para eso y por otra cosa - le dio un beso y otro. Pepa: umm, ya entiendo, tú también quieres ropa... En la tienda. Pepa: mira Sil... – llevaba en la mano unos patucos. Dependiente: esos son para los primeros días del bebé. Pepa: pero si son enanísimos.. Silvia: cariño.. el bebé ocupará como mucho ambas manos. Pepa hizo el gesto con las suyas como comprobando el tamaño, “tan pequeño.. que frágil...” pensó. Había ropita realmente preciosa, Pepa se acercaba a Silvia con un vaquero minúsculo, con una chupa de cuero, y le hacía alguna gracia, se lo estaban pasando en grande. Después de elegir babys, pijamas y demás complementos se dirigieron a la zona de carritos. Dependienta: tenemos varios modelos, y marcas, desde lo último de maclaren. Pepa la interrumpió : el niño por ahora piloto de coches no va a ser.. Dependienta con una sonrisa: también Carolina Herrrera, y ya los de siempre, de chicco, jané, etc. Pepa viendo el precio de uno de Carolina: joder!, la gente se ha vuelto loca no?. Silvia se había alejado un poco: mira este Pepa me encanta. Pepa levantó la cabeza: ah no, no lo dirás en serio? – era un modelo inglés, clásico, clásico, ruedas de radio grandes, capota y muelles para hacer balanceo – yo con eso no paseo al niño. Silvia haciendo como pucheros: pero si es precioso, mira que bonito, que elegante. Pepa: Sil, por favor, pero si es super pijo, que digo pijo, cursi... me niego, mírame, no me pega nada, nada – rogando y medio arrodillándose – se buena, elige otro,porfa porfa. Silvia la besó: era broma tonta – riéndose – tenías que haber visto la cara que has puesto. Pepa dándole una palmada en el culo: muy simpática pelirroja.... Viernes noche. Judith les llevaba a su chalet en la moraleja, les enseñó un poco la casa, en la planta baja un inmenso salón con mesa de billar incluido, un baño, cocina y despensa. Arriba su habitación, con baño, vestidor y acceso a un despacho, les hizo pasar y comenzó a hablar. Judith: dentro de 3 meses Andrade y Pazos enviarán mercancía para distribuir por Madrid, Barcelona y pasar la frontera, lo tendréis todo listo. Pepa: cuanto tenemos que pasar. Judith: Solo coca – pausa - 3000 Kilos. Pepa vio para Montoya y este contestó : es mucho, pero podemos pasarla, no en un viaje evidentemente. Judith: como?. Pepa medio riendo: El como nos lo reservamos.. Judith : muy bien, Fran nos podrías dejar solas?. Montoya viendo para Pepa, esta asintió: ok estoy abajo hermanita. Cuando se quedaron a solas, Judith se fue al mueble bar y se sirvió una copa, le puso para Pepa martini con limón, se sentó a su lado. Judith: tu hermanito es un hombre de pocas palabras. Pepa: a él le va más la acción, los planes me los deja a mí. Judith acercándose a Pepa: tienes algún plan en mente para ahora? Pepa: porque crees que me van estos juegos?. Judith : se te nota guapa, mucho – se lanzó a su boca – umm ves, no me equivocaba. Pepa: no no te equivocas – pensando en que decir para excusarse - pero tengo la regla y la verdad no me apetece. Judith contrariada: oh! vaya...quizás cuando vuelva – la volvió a besar. Pepa: a donde te vas?. Judith: Pazos me envía siempre a verificar que la mercancía es buena y más si es un cargamento tan grande, me voy a Colombia y jamaica, estaré 1 mes fuera, porque no te vienes?. Pepa con rapidez: que pena, pero como ha dicho Fran, nosotros también tenemos que organizar los envíos y los almacenes intermedios hasta la entrega definitiva en Francia. Judith: entonces un beso de despedida. Pepa no dijo nada cuando se reunió con Montoya, pero a este comenzaban a preocuparle los momentos cada vez más frecuentes que pasaba a solas con Judith, pues era evidente que a Pepa le estaba afectando, le comentó el viaje. Montoya: quizás podamos cogerla cuando vuelva.. Pepa: no es idiota Gonzalo, no se va a traer ni medio gramo de muestra con ella. Montoya: estas bien?. Pepa: cansada y asqueada de este juego.. Montoya: podrás aguantar 2 meses más.. Pepa: no lo sé, sinceramente no lo sé. Desde luego el salirse del caso por un tiempo le vino muy bien, comenzaron las clases preparto, estaban ya en el séptimo mes. Clase preparto. Todos estaban sentados sobre un tatami acolchado, las futuras madres delante y los futuros padres detrás para que ellas apoyaran su espalda sobre ellos, muchos cojines alrededor. Profesora: hoy veremos un video de un nacimiento, quiero que observéis como se ponen en práctica los ejercicios que hemos explicado aquí. Se apagaron las luces. El video era real, no una simulación, comenzaba con las primeras contracciones de la madre. Silvia estaba recostada con su cabeza en el pecho de Pepa, y esta la abrazada desde atrás. A medida que el video avanzaba notó que Silvia se ponía tensa, no le extrañaba, la mujer sudaba, no paraba de soplar, ella misma ante la crudeza de la imágenes se estaba acojonando, le dio un beso en la cabeza para tranquilizarla, el video seguía y cuando el bebé salió, sonó un alivio general. Se encendieron la luces. Profesora: que os ha parecido? – nadie contestaba – bueno ahora mismo estáis un poco impresionados.. Pepa: y tanto. Todos se rieron. Profesora: ya veréis como llegado el momento no será tan duro. No se quedaron muy convencidos. Montoya y Pepa recibieron llamada de Judith, ya había vuelto, un poco más tarde de lo esperado, quería verlos en su casa a las 12. Llegaron en coche sobre la 1 a.m., estaba lloviendo, parecía que había una fiesta. Judith les recibió cuando apenas habían cruzado la puerta de entrada. Judith: Hola chicos!!, pasar, pasar. Montoya: que coño es esto?. Judith: Frankie cariño – llevaba unas cuantas copas – que aburrido eres, es una fiesta de bienvenida. Montoya: ibamos a hablar no?. Judith: después vale?, primero tomaros unas copas. Intentaron no pasar de un par, sobre las 3 después de varios bailes y 4 copas subieron al despacho. Judith: vamos a adelantar el envío. Montoya vio para Pepa: para cuando?. Judith: dentro de 1 mes, el 15 para ser exactos. Pepa: nos explicas a que viene tanta prisa?. Judith: Pazos es así de imprevisible, no descartéis que haya otro cambio. Montoya enfadado: así no se puede planificar nada!. Judith: no te alteres.. Pepa: Fran... podemos igualmente no?. Montoya: Si, pero... Judith: pues entonces no des más la vara, anda bonito, déjanos solas si?. Montoya viendo para Pepa, esta asintió. Pepa apenas había cerrado la puerta cuando notó las manos de Judith en sus caderas, estaba un poco mareada, “ tenía que dejar de beber”. Judith en su cuello: que bien por fin solas. Pepa se dio la vuelta y Judith se lanzó a su boca, mientras se besaban Pepa notó que le pasaba algo con la lengua, no pudo hacer otra cosa que tragarlo, cuando se separó de ella preguntó: que me has metido en la boca?. Judith: una pastillita de éxtasis – y se lanzó otra vez a comérsela a besos. Pepa intentaba que la situación no se le fuese de las manos, pensó en Silvia, “ que coño estoy haciendo? “, apartó a Judith lo más tiernamente que pudo: Perdona cariño, pero yo tráfico con esa mierda no me la tomo, además no me gusta mezclar el trabajo con el placer. Viendo que la cara de Judith reflejaba desconcierto la besó: primero acabamos el trabajo y después tu y yo nos dedicamos al placer, que te parece – la volvió a besar “ dios, que asco me estoy dando “. Consiguió salir de la habitación sin estropear la tapadera, se encontró a Montoya jugando al billar. Pepa: Fran! Nos vamos!. Montoya: vale hermanita. En el coche Pepa comenzó a notarse rara, todo le daba vueltas y parecía que todos los poros de su piel comenzaba a abrirse. Montoya: estas bien?, esa tía bebe por los codos y tú no deberías seguirla. Pepa: un poco mareada – no le habló de la pastilla. Montoya: te dejo en casa? Pepa: si no estoy en condiciones de conducir. Pepa entró en casa, todo lo veía mágico, Silvia se había quedado dormida en el sofá, seguramente esperándola. Van gogh que dormitaba a su lado, se acercó a ella : que tal chico? – este le lamió la mano que lo acariciaba, sintió un escalofrío en la piel, se acercó a Silvia y la besó, esta se despertó. Pepa: tu príncipe azul ha vuelto – la volvió a besar, miles de sensaciones llenaron su boca y su lengua, estaba volando. Silvia: cariño, hueles a bebida y tabaco – Pepa se le echaba encima. Pepa: nos duchamos juntas? – y cuando la estaba levantando. Silvia nerviosa: Pepa!, Pepa!, bajame! cuidado con la barriga. Incluso Van gogh gruñía, algo no iba bien.. “que barriga?” pensó dejándola en el sofá otra vez, vió para Silvia que se incorporaba, vio su barriga. Silvia: que te pasa?, casi me haces daño, te has olvidado de que estoy de casi 8 meses?. Pepa: daño, yo, te he , yo te hecho daño? – no coordinaba las palabras dentro de la frase. Silvia le cogió la cara: mírame!! – Pepa intentaba focalizar pero no era fácil- que te has tomado?, Pepa por dios!. Pepa se acordó: un...un... éxtasis. Silvia: mierda Pepa! – le buscó el pulso – te está dando un subidón - Pepa comenzaba a sudar a mares. Silvia se la llevó al baño y la hizo vomitar, como? no lo sabía muy bien, le dio algo para beber.., le metió los dedos.., no lo sabía muy bien, pero entre el alcohol y esa puta pastilla echo hasta la bilis por el water. Después de eso todo lo demás fue bastante confuso, Silvia le ayudaba a llegar a la cama, hablaba por teléfono, alguien vino, Silvia le pinchó el brazo y después se sumergió en una autentica pesadilla. “ Silvia la estaba intentando despertar. Silvia: Pepa!, Pepa!, estoy de parto!, por Dios despiértate. Pepa : si, si estoy despierta – la cabeza le iba a estallar, le pesaban los brazos, sus movimientos vistiéndose eran lentos y torpes. De camino a la puerta Silvia rompía aguas, estaba muy nerviosa y Pepa en su estado no ayudaba demasiado. Llamaron al 061, bajaban en ascensor, la mirada de Silvia hacia Pepa era de decepción. Pepa seguía viviendo el momento como en la distancia, todavía le duraban los efectos de la droga. La ambulancia llegó, subieron a Silvia y Pepa se quedó de pie en la calle viendo como se alejaba, quiso gritar, pero no le salía, y se quedó allí, perdiéndose uno de los momentos más importantes en la vida “ Se despertó empapada y sola. Se fue directa a la ducha. El agua fría la hizo volver a la realidad, quería olvidar la pesadilla, lloró. Se puso un albornoz y al volver a la habitación se encontró a Silvia sentada en la cama. Silvia: estas mejor? – había preocupación en su mirada, su mano sobre la barriga. Pepa: si, un poco mareada – se arrodilló ante ella, le cogió las manos – Sil..., lo siento, si te hubiera hecho da.. Silvia le besó la cabeza : no me lo hiciste, me puse nerviosa al verte así nada más. Pepa se sentó en el suelo, se limpió unas lágrimas, Silvia aguardo. Pepa vio para ella: sabes que dejaría el caso si pudiera...pero ahora.. no puedo.. Silvia: no te lo estoy pidiendo, ven anda - Pepa se sentó a su lado – ha estado por aquí Gonzalo, le he dicho lo de la pastilla. Pepa asintió: no tengo fuerzas para ir a la comisaría. Silvia: me ha dicho que descanses, se ha llevado tu móvil si llaman les dará largas, hasta mañana por lo menos, tienes hambre?. Pepa: la verdad es que no, que hora es?. Silvia: las 8 de la tarde, vienes al sofá conmigo?. Pepa: si claro. Pasaron la tarde viendo la tele, Van Gogh pegado a Silvia y controlando los movimientos de Pepa. Silvia: Este perro nuestro es muy tonto.... Pepa: que va, es muy listo, sabe a quien tiene que proteger, a lo mejor si me das un beso entiende que sigo siendo de fiar. Silvia: ya claro- le dio un beso - algo más que un beso?. Pepa abrazándola: te apetece?. Silvia: te extraña? – viendo su cara – no es normal verdad? Pepa: quién dice que no?. Silvia: otras mujeres en mi estado no quiere saber nada del tema y yo me echo encima tu.... Pepa la calló con un beso: no pensemos en lo que hacen los demás.. que durmais bien.... Dos días después Pepa tuvo reunión con Montoya , Don Lorenzo y Paco. Don Lorenzo: vamos a dejar que llegue la droga en su totalidad, quiero detenerla dentro de un almacén lleno de coca para que no tenga más remedio que negociar con nosotros, recordar que es nuestra pieza clave para los peces gordos. Pepa se fue directa para casa. Silvia estaba jugando con Van Gogh en la terraza, le tiraba una pelota y él iba a buscarla, pero a la hora de devolverla se hacía el remolón, no esperaba a Pepa a esas horas. Pepa en la puerta de la terraza: la he besado varias veces – tenía que contárselo, no aguantaba más, recogió una silla y se puso enfrente, el balancín en el que estaba sentada Silvia dejó de moverse – forma parte de la tapadera, Sil.. es sólo traba.... Silvia: entonces porque me lo cuentas? Pepa: porque ocultándotelo me siento como si te estuviese engañando y no puedo más... Silvia se levantó. Pepa le cogió una mano: Sil... por favor, habla conmigo.. Silvia sin darse la vuelta: tú no aguantabas más y yo ahora necesito un momento.. – y se fue para dentro. Van Gogh se acercó con la pelota en la boca. Pepa: no estoy para juegos Van... El perro vio para la puerta por donde se había ido Silvia y otra vez hacia Pepa. Pepa: ella menos. El perro soltó la pelota y se tumbó a su lado. Pepa lo acarició: lo siento chico, a veces tengo el don de la oportunidad.. Estuvo un buen rato fuera, después le puso la correa a Van Gogh y se lo llevó a dar un paseo. Silvia estaba tumbada en la cama, escuchó a Pepa decir que salía con el perro, no era fácil digerir que por trabajo tu pareja tuviese momentos íntimos con otra mujer. Los cambios físicos y la alteración hormonal del embarazo la hacían sentir insegura. Desde que estaba con ella había descubierto lo que era sentir celos, celos producto del miedo de perderla, de que alguien se cruzase en su camino. Lo había intentado Marta durante su ausencia, ahora Judith, porque Pepa era perfecta en su conjunto, guapa por fuera y preciosa por dentro, te enamoraba con una sonrisa y entre sus brazos encontrabas el mayor de los consuelos y a Silvia le demostraba día a día lo mucho que la quería y su mirada la hacía sentirse la mujer más deseada del mundo, la más guapa, así que tenía que estar tranquila y confiar en ella. Pepa con el paseo reunió fuerzas para ir a hablar con Silvia, al entrar en la habitación vio que se había quedado dormida, estaba de lado en la cama, su mano izquierda posada en su barriga, ese gesto lo repetía muchas veces a lo largo del día, a veces porque el niño se movía y otras simplemente como un acto reflejo de protección, sabía de sus inseguridades y sus miedos, porque Pepa también los sentía, era el precio de estar completamente enamorada. Recogió la manta que estaba en el sillón y con cuidado se subió a la cama, extendió la manta, se pegó a Silvia y fue en busca de su mano, entrelazaron sus dedos, le dio un beso en el hombro y se recostó en la almohada, muy consciente de lo que tenía, tenía una mujer increíble, que la quería con toda el alma y que le iba a dar un hijo, era absolutamente Feliz a su lado, tendría que sufrir una enajenación mental para hacer algo que pusiese en peligro su relación. Silvia se movió, lentamente se puso boca arriba, Pepa le hizo sitio, giró hacía su lado y acarició la cara de Pepa. Silvia: no podría vivir sin ti... Pepa: yo tampoco...- le cogió la mano y la puso sobre su pecho, el corazón le latía con fuerza - te acuerdas? – Silvia sonrió recordando su primera vez – solo late así por ti. 15 días después. Pepa llegó a casa para comer, no era habitual, Silvia se había cogido la baja, normalmente pasaba las horas del turno de Pepa con Lola, esa mañana sin embargo estaba cansada y prefirió quedarse. Se la encontró en la cocina. Pepa: guapa que estas haciendo? – le dio un beso. Silvia: la comida... Pepa: te dije que la hacia yo, me daba tiempo.... Silvia: ya se me ha pasado el cansancio y tenía hambre. Van Gogh estaba dando vueltas alrededor de Silvia, y de vez en cuando le gemía. Silvia: te lo llevas a dar una vuelta?, lleva así todo el día. Pepa se agachó: ven aquí Van – el perro se acercó moviendo la cola – que te pasa chico?. Silvia: me parece que quiere mimos, en cuanto dejas de hacerle caso vuelve a gemir. Pepa le puso la correa: venga petardo, vamos a correr un poco. Cuando todavía estaban en los postres la llamaron al móvil, salió a la terraza a hablar, al volver. Pepa: era.... – Silvia hizo un gesto dando a entender que ya lo sabía - tengo que irme – se acercó a darle un beso. Silvia: ten cuidado... Pepa: tranquila, no tardaré mucho, voy en moto que es más rápido – y se fue. udith se acercó a Pepa en cuanto esta se quitó el casco. Judith: que te ha pasado? – señalando su labio. Pepa se había echado pasta de dientes en un lado del labio: un herpes – se le ha ocurrido cuando salía de casa – muy contagioso – haciendo como que se tocaba el labio – esto me pasa por beber de vasos ajenos. Judith: si, ya. Pepa: y bien?. Judith se pegó a ella: en la boca no te puedo tocar, pero hay... Pepa: nena, tengo mucho que organizar, he dejado a Fran con todo el marrón y como se entere que sólo he venido para meterme contigo en la cama voy a tener problemas. Judith: esta bien.. a la mierda entonces.. Pepa la abrazó: te aseguro que merece la pena esperar... Judith: me pones a cien...venga te voy a enseñar un sitio – y se subió a la moto, le indicó hacia donde. “Ahora solo falta que nos paren porque ella no lleva casco”, pensó Pepa. Llegaron a un local en el barrio de Salamanca, estaba en obras. Judith: mi nuevo local, será de ambiente 100%. Pepa: en pleno barrio de Salamanca?,jaja. Judith: tendrá una novedad, tendremos cuarto oscuro y sauna, pero aparentemente será un restaurante. Pepa: tendré que pasarme entonces cuando inaugures.. Judith tiró de ella hacia fuera. Pepa: y ahora a donde... Judith: Area de servicio de la A-6 km 150. “Joder, me va a tener toda la tarde- noche dando vueltas o que?”, pensaba Pepa. En casa. Silvia llevaba más o menos una hora hablando con Lola por el móvil, la había llamado para preguntarle que tal estaba ella y el bebé, Paco la iba a llevar al cine y estaba que no se lo creía. Lola: llama a Papa, que el pobre estaba preocupado pero no quería molestarte. Silvia: vale te cuelgo y le llamo. En la comisaria. Don Lorenzo viendo quien llamaba al móvil: Hija!, cariño, estas bien?. Silvia: si Papa, te llamo porque me ha dicho Lola que estabas preocupado. Don Lorenzo: bueno hija, es que he ido a comer con ellos y al no verte pues.. Silvia: estoy bien de verdad..- escuchó a Montoya al otro lado. Este había entrado en el despacho sin preguntar Montoya: estan en la.. Don Lorenzo le hizo una gesto para que se callase. Silvia: está Gonzalo ahí?. Don Lorenzo: si hija.. Silvia: entonces Pepa.. Don Lorenzo: cariño está todo controlado, sabemos donde está, la están siguiendo Kike y Aitor – Silvia callada – hija por dios no te preocupes vale?. Silvia: vale Papa, te cuelgo...- sintió una punzada en la barriga. Area de servicio de la A-6 km 150 Estaban encima de un puente sobre la A-6, el area de servicio estaba a su derecha. Judith: Ves esos camiones. Pepa: si. Judith: pues mañana estarán en el muelle de Vigo esperando la carga. Pepa: no entiendo, quedan más de 15 días. Judith: cambio de planes, lo haremos la madrugada del sábado al domingo que viene. Estaban a viernes. Pepa: por eso no querías que viniera Fran no?. Judith: a Fran no lo he invitado porque quería pasar la noche contigo, y darte la noticia compartiendo un desayuno. Pepa: pues se me hubiera atragantado. Judith: Pazos ha recibido un soplo, lo están vigilando, así que quiere que la mercancía no esté en sus manos cuanto antes. Pepa: genial!, así si pasa algo la mierda nos la comemos los demás. Judith: haremos varios cambios de camiones, te llamaré el mismo día para decirte donde está el almacén. Pepa: no te fías. Judith: Pazos no me lo dirá antes tampoco a mí. Pepa: volvemos no?. Judith: nos tomamos una copa por lo menos?. Pepa: casi mejor no, tengo que hablar con Fran. En casa. Silvia se había dado un baño porque seguía con dolores intermitentes y en las clases de preparto le habían dicho que eso calmaba al bebé, pero en su caso no estaba dando resultado, se fue a buscar el móvil que tenía en la habitación, Van Gogh la estaba esperando en el pasillo, gimió al verla. Silvia : no me digas que tú lo sabías...- marcó el número de Pepa, apagado – bueno vamos a calmarnos, seguro que son nervios – se tumbó en cama. En la comisaría. Don Lorenzo se había ido con Montoya a la central de datos, el móvil en la oficina. Montoya: Kike acaba de llamar están volviendo para Madrid. Don Lorenzo: donde han ido. Montoya: a un area de servicio, Aitor se ha bajado a preguntar, al parecer había varios camiones rumbo a Vigo. En casa. Silvia ya no tenía dudas de que se estaba poniendo de parto, las contracciones eran regulares, llamó a Pepa otra vez, apagado, a Lola apagado también y su padre no contestaba, cuando lo iba a intentar con su sobrina se le acabó la batería. Silvia: mierda... – y ahora donde está el cargador... Pepa dejó a Judith en el local, en cuanto esta desapareció por la puerta, sacó su móvil, lo encendió. Pepa viendo la pantalla 3 llamadas perdidas... de Silvia, la llamó, apagado: mierda...mierda – salió dando gas a tope. En casa. Silvia apenas se podía mover por el intervalo de las contracciones, pero tenía que encontrar el dichoso cargador. Pepa llegó a casa infringiendo todas las normas de circulación que existían en el código, ni espero por el ascensor, subía las escaleras de 2 en 2 y mientras volvía a llamar a Silvia, apagado. Entró en casa y lo primero que se encontró fue a Van Gogh que le ladraba y salía corriendo hacia la habitación. Silvia estaba sentada en la cama, le medio sonrió al verla. Pepa llegó hasta ella, se arrodilló y le agarró las manos, estaba sudando bastante: cariño, estas de parto?. Silvia iba a contestar pero solo pudo mover la cabeza, otra contracción. Pepa esperando que se le pasase: vale, vale, tranquila, ya estoy aquí, si, todo va a salir bien – busco con la vista sus zapatillas y se las colocó – puedes andar?. Silvia: sola no. Pepa: conmigo seguro que sí, espera voy a ponerte un abrigo. Despacito salieron de la habitación, llegaron a la puerta y cuando salían. Silvia: la bolsa, Pepa, te olvidas la bolsa... Pepa: está en el coche – Silvia vio para ella – pensé que era mejor meterla dentro del maletero, así no me la olvidaba seguro. Otra contracción. Pepa consultó su reloj: cada 10 minutos, tranquila tenemos tiempo – no tenía ni idea de si era verdad. Hasta llegar al coche tuvo otra, y de camino al hospital 2 más. Pepa durante el trayecto, llamó a Paco, Don Lorenzo, nadie contestó, habló con el médico. El médico las tranquilizó: Silvia, tranquila, estás casi de 8 meses y medio, es normal que en las primerizas se adelante un poco, lo tendremos todo preparado a vuestra llegada. Y llegaron como en las películas, con el coche hasta el acceso de las ambulancias, Pepa gritando que estaba de parto, ella no claro Silvia, y mientras unos celadores ponían a Silvia en una silla de ruedas un poli se acercaba a Pepa. Policía: disculpe señorita tiene que mo.. Se calló al ver que Pepa le ponía la placa casi en los morros: muévelo tú a donde quieras, pero yo entro con ella estamos? – el policía asintió - deja las llaves en recepción. El médico las esperaba en uno de los boxes de urgencias, subieron a Silvia en la camilla y examinó su dilatación. Médico: casi 6 centímetros, este chico me temo que quiere salir ya. Pepa: eso es malo?. Médico: no, sólo que estamos un poco justo para la epidural, enfermera venga. Silvia agarraba a Pepa, aguantaba como podía el dolor, y tenía que ser mucho porque la mano de Pepa estaba entumecida de los apretones de Silvia. Pepa quitándole el pelo mojado de la cara: tranquila cariño, ya verás como te calma la inyección. Enfermera: tenemos que prepararla para el quirófano. Pepa: yo voy con ella. Enfermera sonriendo: usted también tiene que prepararse, así no puede entrar. Pepa soltando a Silvia: vuelvo enseguida – le dio un beso. Silvia con miedo: vale... En quirófano. La imagen impresionó a Pepa, Silvia en la camilla con las piernas en los cabestrillos, el médico en el hueco, una enfermera a su lado y otra comprobando los monitores de Silvia y del bebé. Médico: venga Pepa, ponte con Silvia. Pepa se puso al lado de Silvia que ya extendía su mano para que se la cogiese, otra contracción. Médico: espera Silvia, espera, hasta que yo te diga no empujes.. Pepa a Silvia: lo estas haciendo muy bien, así, respira, respira – intentaba trasmitirle serenidad pero por dentro estaba como un flan. Médico: en la siguiente contracción empujamos de acuerdo. Pepa y Silvia asintieron. Médico: ahora!. Silvia apretó la mano de Pepa, gritó de dolor, y a Pepa se le partía el alma. Médico: bien, bien, prepárate para la siguiente.. Pepa: ya queda menos, amor.. Médico: ahora!. Silvia notaba como si se le abriesen la entrañas, Pepa a su lado parecía que empujaba más que ella. Médico: vale, vale, la cabeza esta fuera, espera – hizo la maniobra de giro y colocó al bebé para que con el siguiente empujón pudiese salir primero un hombro y después el otro – empuja otra vez – y el bebé salió. Silvia y Pepa se pusieron a llorar cuando el crío boca abajo lanzó un berrido. Pepa dándole un beso: ya está mi amor, ya está .. Médico: tiene buenos pulmones, Pepa ven aquí, hasta ahora todo lo ha hecho Silvia – enseñó unas tijeras – por lo menos cortarás el cordón no?. Pepa sonriendo: claro, claro – le pasó las tijeras y le indicó por donde cortar. Médico: que te parece si le enseñas a Silvia lo guapo que es? , pónselo ahí encima – le pasó al bebé. Pepa con mucho cuidado lo puso sobre la barriga de Silvia, con la cabecita muy cerca de su pecho. Silvia echó las manos hacia él: es precioso Pepa – le acarició la cabecita pelona, ya no lloraba – verdad que si?. Pepa pegada a Silvia: enzo es muy guapo – tocó al bebe – igualito a ti. Un monitor comenzó a pitar, Pepa vio para Silvia se le estaban cerrando los ojos. Pepa: Sil??, que te pasa???. Médico a la enfermera : coja al niño – enzo se puso a llorar en cuanto lo sacaron de encima de Silvia – hazme sitio Pepa. Pepa se apartó : doctor..?. Médico: tranquila Pepa, se ha desmayado, nada más, ha sido el esfuerzo – hablando con la enfermera – póngale oxigeno. Silvia abrió los ojos de nuevo y Pepa suspiró con tranquilidad. Médico examinando a Silvia, se giró hacia Pepa: está todo bien, no te preocupes, déjanos terminar, espera en el pasillo y te irá a buscar una enfermera. Mientras esperaba, le sonó el móvil, era Lola. Pepa con una sonrisa: ya podíamos esperar por la tía eh??. Lola: Ayyyyyy!! no me digas.. Pepa: Es precioso Lola, precioso. Lola: vamos para ahí en un par de horas?. Pepa: si mejor, así Silvia estará más recuperada. Llamaron a Pepa, la guiaron hasta la habitación de Silvia, estaba sola. Pepa viendo para Silvia se sentó en la cama, se abrazaron: eres increíble, estaba muerta de miedo ahí dentro – le dio un beso. Silvia: yo estaba así en casa, pero cuando te ví llegar me tranquilicé. Entró una enfermera con el bebé. Silvia al momento: lo puedo coger?. Enfermera: claro, las veces que quieras, dentro de un momento tendrá hambre, vendrán a enseñarte como darle el pecho – se lo puso en los brazos. Iba todo tapadito incluido la cabeza con un gorrito como de gasa. Pepa viendo embobada para Silvia: se me ha olvidado la cámara – busco en los bolsillos y sacó el móvil, se giró para cogerlos a los 2. Silvia : ven aquí, anda, déjate de fotos, ya verás cuando vengan Paco y Lola, los has avisado?. Pepa asintió ,se medio sentó en la cama y le levantó un poco el gorrito: no tiene ni un pelo, pero tiene cara de pelirrojo- le dio un beso a Silvia – es perfecto cariño. Silvia le tocaba las manos: mira que pequeñito es?. Se quedaron así viendo para enzo hasta que llegó la enfermera para enseñarle a dar el pecho, el bebé cogió el pezón casi a la primera. Pepa susurrando a Silvia cuando la enfermera estaba guardando unas pezoneras: parece hijo mío – viendo como chupaba y apoyaba su manita en el pecho de Silvia. Silvia: Pepa!! Pepa le dio un beso: guapa!. Lo hicieron eructar y la enfermera les enseñó como cambiarle el pañal, lo pusieron en la cuna otra vez. Llegaron todos como fans corriendo a la primera fila en un concierto. Lola, Don Lorenzo, Sara, Paco, Lucas, felicitaron a Pepa y luego se lanzaron a los brazos de Silvia y por último a la cuna, menos mal que enzo estaba dormido porque sino seguro que se pondría a llorar viendo tantas caras a menos de un metro de distancia. Pepa en un discreto tercer plano se había sentado en el sillón y observaba las idas y venidas, Silvia la miraba entre las cabezas y Pepa le lanzó un beso. Lucas y Paco se sentaron al lado de ella. Pepa: que pasa? – Lucas la estaba mirando – puedes vacilarme lo que quieras luquitas, estoy completamente embobada, lo sé, pero me da igual, soy muy Feliz. Paco: di que sí hermana.. Lola: Te duele?. Silvia: me tiran los puntos, estoy un poco cansada. Lola: quieres que me quede esta noche?. Silvia veía para Pepa, estaba sentada con Paco atenta a Sara que tenía a enzo en el colo. Lola entendiendo la mirada: mejor vengo por la mañana. Silvia: si, mejor – llamó a Pepa. Pepa: dime. Silvia: te quedas conmigo esta noche?. Pepa: esta y las demás hasta que te den el alta. Silvia: Lola vendrá por la mañana, podías aprovechar e ir al registro. Pepa: al registro?. Lola sonriendo: tienes que inscribir al niño. Pepa: es verdad!, y eso donde lo hago?. Lola: en el juzgado cariño. Le explicó cuales eran los papeles que debía recoger en el hospital y cuales llevar al juzgado. Lola en alto: bueno venga nos vamos ya, que Silvia tiene que descansar.. Se despidieron de ella y la habitación se quedó en silencio, Pepa tenía a enzo en sus brazos, estaba dormido y ella le besó la frente. Silvia veía como una tonta la estampa: te queda muy bien. Pepa levantando la vista: tú crees? – sonriendo – te lo pongo ahí. Silvia: venir los 2. Pepa: vale, ponme esa almohada hacia arriba – se puso entre sentada y tumbada apoyándose en el cabecero, enzo seguía tranquilo en sus brazos. Silvia acarició al bebé y tiró de Pepa hacia ella, se dieron un beso: por fin solas.. Pepa: los 3...- viendo para el niño – será así de fácil?. Silvia riendo: no lo creo.. Pepa: me lo temía.. Silvia: te da miedo?. Pepa: estoy acojonada.... Silvia: no lo parece. Pepa: eso es porque sé que podemos hacerlo...- viendo para enzo – si sigues siendo tan bueno te dejo la moto cuando cumplas los 18.. Silvia: que payasa eres.. Juzgado. Después de dar unas cuantas vueltas encontró la ventanilla correcta. Pepa: buenos días venía a inscribir a un niño. Funcionario: Me da los impresos por favor? – se los pasó – usted es la madre?. Pepa enseñando el papel del hospital : su madre biológica es Silvia. Funcionario: y usted es?. Pepa: su pareja – le pasó el libro de familia que les dieron después de hacerse pareja de echo. El funcionario murmuró algo incomprensible para Pepa, la dejó un momento en la ventanilla y se acercó a un compañero, al volver. Pepa: algún problema?. Funcionario: no puede inscribirlo, tienen que venir las 2 con sus dni’s. Pepa se había informado muy bien con el personal del hospital, sacó un papel: estas son las normas de la comunidad de Madrid y eso no es necesario. Funcionario viendo el papel: esto es una fotocopia.. Pepa: que me han dado en la planta de abajo en información – viendo que el tipo se quedaba callado – me tengo que poner gilipollas para que haga su trabajo?. Funcionario: no hace falta que se ponga en plan camionera. Pepa comprendiendo: sea más original por favor, camionera, lesbiana, bollo, no los considero un insulto. Funcionario adoptando aire profesional: nombre del niño? Pepa: Lorenzo Castro Miranda. El funcionario volvió a hacer otro gesto. Pepa viendo para dentro: avise a otra persona porque no quiero que usted inscriba a mi hijo. Funcionario murmurando: su hijo.. – dándose la vuelta – con ese nombre será maricón.. “Bueno ya me he cansado de aguantar a este imbécil”. Pepa poniendo la placa encima del mostrador: ves esto? – esperó a que se girase – ahora vamos a comprobar si tienes los huevos de repetir lo que acabas de decir – el tipo se quedó callado – ahora no hablas? – Pepa levantando la voz – tu problema cual es?, micropene, eyaculación precoz, o simplemente eres tonto de cojones?. Se acercó un hombre en traje. Hombre: perdone señorita, algún problema?. Pepa: varios, el primero es que este individuo es homófobo, el segundo que no estoy dispuesta a que tramite el registro de mi hijo. Hombre: acepte mis disculpas por favor, venga conmigo. Pepa recogió su placa: tu nombre? – como no soltaba ni una palabra, se giró hacia el hombre trajeado – quiero su nombre completo y su número – se volvió a girar hacia el funcionario – te voy a denunciar, tú ya no vuelves a putear a nadie más, parásito. En el hospital. Llamaron a la puerta. Gonzalo con un ramo de flores: se puede?. Silvia: claro Gonzalo, pasa. Dejó el ramo sobre una mesita auxiliar. Lola: bueno, yo aprovecho y voy a tomar un café – se levantó del sillón y salió. Silvia estaba sentada en otro de los sillones con ezno en brazos, hací aun rato que lo había amamantado y en breve se quedaría dormido. Gonzalo se acercó y la besó en la mejilla: estas muy guapa – vio para el bebées...es...muy bonito. Silvia: gracias, siéntate anda. Gonzalo se quedó callado un instante, la imagen de Silvia con enzo en brazos le hizo recordar: podría...podría.. haber sido nuestro. Silvia: Gonzalo... Gonzalo sin dejarla hablar: tranquila lo he superado. Silvia quiso dejarlo claro: soy muy Feliz con Pepa. Gonzalo: lo sé, lo sé, conmigo no había tanta magia. Silvia le sonrió. Hablaron durante un rato y como no, salió el caso a relucir. Gonzalo: todo se acabará en 5 días, después que Pepa te lleve a un sitio bonito. Pepa estaba sentada en una silla del pasillo, se había encontrado con Lola, que le contó que Gonzalo estaba con Silvia y creyó buena idea dejarles a solas. Gonzalo al salir de la habitación se sorprendió al verla, se acercó. Abrazados. Gonzalo: enhorabuena. Pepa: gracias Gonzalo. Gonzalo: gracias a ti, por este.. Pepa quitándole importancia: nada, nada, que te ha parecido enzo?. Gonzalo sonriendo: su viva imagen. Pepa sonriendo también: a que sí, no tiene ni un pelo, pero estoy convencida de que será pelirrojo. Gonzalo: me ha dicho que se porta muy bien. Pepa: por ahora ni rastro de ningún gen del abuelo.. Se rieron juntos, se dieron otro abrazo y Pepa se fue para la habitación. Pepa: hola preciosa –se sentó en el brazo del sillón y le dio un beso. Silvia: se acaba de ir Gonzalo, y Lola. Pepa: he estado con él y Lola se ha ido a casa, luego venía – agitó el libro de familia – enzo registrado. Silvia: déjame ver... Vieron juntas la página donde ponía sus nombres, ellas como madres y enzo como su hijo. Pepa no le contó el incidente con el funcionario, para que enturbiar un momento tan bonito. El día que se fueron para casa, fue un auténtico despliegue logístico. Durante el camino a casa Pepa no dejaba de ver por el retrovisor, detrás Silvia y enzo en su moisés. Pepa por tercera vez: te mareas? Silvia sonriendo: no pesada... Pepa sacando la lengua. Llegaron a casa, en el pasillo Van Gogh, se volvió loco de alegría cuando las vio, un par de ladridos y vueltas sobre sí mismo, los días del hospital Pepa llegaba a casa por las mañanas lo sacaba a pasear y el perro andaba despistado al no ver por ningún lado a Silvia. Pepa: shhhh, escandaloso. El perro agachaba la cabeza hacia las patas delanteras, el culo hacia arriba y movía su mini cola con desesperación, gemía ahora bajito. Silvia: hola Van, me has echado de menos?. El perro fue reptando a su lado, lamió sus manos, pero su atención también se centraba en lo que Pepa llevaba en las manos. Silvia: esta temblando, es puro nervio, baja el moisés. Pepa antes de hacerlo: Van siéntate. Van Gogh aún tembloroso pero sentado, puso el moisés en el suelo, el perro alargó la cabeza, no movió ni una parte más del cuerpo, olisqueo con interés y lanzó un bufido. Pepa: te presento a enzo – vio para ella y gimió. Silvia lo volvió a acariciar, el perro la lamió por segunda vez: ahora nada de ladridos vale?. Se llevaron a enzo a la habitación. El armazón del moisés en el lado de la cama de Silvia, a su lado una mesa alta auxiliar con varias cosas del bebé, Pepa colocó el moisés, mientras Silvia iba al baño, ahí también había cambios, un mueble con cuna incorporado para el niño, y justo encima colgado un calefactor, en los cajones del mueble, de todo, pañales, cremas, y utensilios varios para la limpieza del niño. Silvia: cuando has hecho todo esto?. Pepa llegando a su lado y abrazándola: por las mañana, me han ayudado Lola a comprar lo necesario y Paco a montar los muebles. Silvia con un aparato en la mano: y esto?. Pepa: un sacaleches. Silvia: sé lo que es guapa. Pepa: me lo comentó Lola y me pareció buena idea, así habrá tomas que le pueda dar yo, y tú descansas. Silvia la beso: gracias. Hora del baño. A enzo no le hizo mucha gracia que lo desvistiesen y lo metieran en la bañera. Pepa lo sujetaba mientras Silvia le pasaba con cuidado una esponja enjabonada. Silvia : ya, ya, cariño, venga – seguía llorando. Pepa: esta temblando, estará fría el agua?. Silvia consultó el termómetro: está perfecta. Pepa viendo para enzo: a mi me encantaría que mama me bañase - notando que Silvia la miraba - que? Silvia : me has llamado mama. Pepa: no te gusta?. Silvia besándola: me gusta mucho. Pepa: lo liberamos de su tortura?. Silvia sonriendo : si - cogió una toalla, Pepa se lo pasó y envuelto lo llevo a la mesa, cuando lo tenían ya seco y le estaban echando crema les meo. Pepa: oye! - ágil de reflejos consiguió cubrirlo con la toalla - tu hijo acaba de vengarse.. Silvia con una sonrisa: cuando haga alguna trastada será solo hijo mío?. Pepa: totalmente, ahora le ha salido la vena castro - besó a Silvia - es broma - se agacho sobre enzo y lo besó en la frente. Silvia comprobó por tercera vez que enzo dormía y se metió en cama, al apoyarse en la almohada noto un bulto, metió la mano y sacó una cajita. Silvia : Pepa?. Pepa apareció del baño con el cepillo de dientes en la boca y una sonrisa. Pepa: ya pensaba que no lo ibas a encontrar nunca. Silvia abrió el paquete: que bonito.. - era un colgante pequeñito, con la forma de la cara de un bebe y por detrás ponía el nombre de enzo y su fecha de nacimiento - ven aquí.. Pepa se metió en cama y Silvia le dio un gran beso: te quiero. Se acomodaron, abrazándose. Pepa: um..que gusto tenerte otra vez en cama - Silvia estaba un poco encima de ella - me va a costar no meterte mano. Silvia: pues no estoy nada sexy - llevaba sujetador porque el pecho le había crecido un par de tallas y faja compresora, esto último habitual después del parto para que el cuerpo se recuperase cuanto antes. Pepa le dio un pico. Silvia le coloco el pelo detrás de la oreja y la atrajo hacia si: besarnos si podemos. Pepa: como los adolescentes - se fue a por su boca. Apenas durmieron 2 horas, enzo las despertó para su toma y después lloraba desesperado por culpa de gases. Por la mañana, nuevo llanto de enzo. Pepa viendo el despertador: no esta mal, hemos dormido 5 horas en toda la noche - se giró hacia Silvia - buenos días cariño. Silvia : buenos días mi amor. Don Lorenzo se pasó a primera hora de la mañana, mientras Silvia daba de mamar a enzo estuvo hablando con Pepa. Don Lorenzo: y el perro donde está?. Pepa: si no me equivoco de guardia en la puerta de la habitación, allá donde vaya enzo y Silvia se va él. Silvia llamó a su padre, Don Lorenzo se levantó dejando a Pepa en el salón y efectivamente se encontró a Van Gogh estirado en la puerta de la habitación, levantó la cabeza al ver que llegaba y dio un ladrido pero se apartó. Don Lorenzo entró, Silvia estaba cambiando los pañales a enzo, se acercó a su hija y le dio un beso. Don Lorenzo: hola hija. Silvia: hola papa, quieres cogerlo?. Don Lorenzo: mejor no, se le ve muy tranquilo no se vaya a enfadar, tu hermana se ha empeñado en que te trajese comida. Silvia: Lola siempre en todo. Don Lorenzo: que tal se porta?. Silvia: esta noche ha tenido gases y el pobre ha llorado como un desesperado. Don Lorenzo: y Pepa?. Silvia: si se porta bien? – sonriendo. Don Lorenzo: si te ayuda hija.. Silvia: mucho, si no fuera por ella no me verías tan relajada. Don Lorenzo: mañana tiene que volver al trabajo. Silvia: lo sé, es cuando está planificado el transporte no?. Don Lorenzo: si. Viernes noche. Mientras Pepa y Silvia se iban a la cama, Marta salía de casa, aunque tenía turno el sábado, había quedado con unas amigas en chueca, le apetecía salir a divertirse y sobre todo acabar la noche en brazos de alguna mujer. Estuvo de local en local y no prestó demasiada atención a nadie más en cuanto le presentaron a una bonita rubia. Otra rubia si se había fijado en ella, tampoco debería estar de copas, y menos cuando en apenas 24 horas tenía que organizar el transporte de una gran cantidad de droga, pero Judith era así, Lidia se resistía a pasar por su cama hasta que no se realizase la operación y esa noche buscaba una sustituta. En cuanto vio a Marta la reconoció, había sido clienta habitual del local durante varios meses y se le había insinuado varias veces, como Judith no mostró interés desapareció tan de repente como había aparecido, y ahora que la volvía a ver le resultó extraño, cuando Marta abandonó el local acompañada salió a la calle donde aguardaban sus 2 gorilas. Se acercó a uno de ellos y señaló a Marta. Judith: síguela, quiero saber a donde va, me llamas para informarme. Entró nuevamente en el local, después de aspirar un poco de coca por la nariz. Sábado 13 horas. Pepa y Silvia desayunaban, enzo les había dado otra noche agitada y como Pepa no entraba hasta las 14:00 decidieron aprovechar la mañana para dormir un poco más. Silvia: te acompaño, Rita me ha dicho que tienen un regalo para enzo y como no lo han visto todavía se lo presento, te parece?. Pepa asintió, tenía a su lado a enzo en el moisés: has oído pequeñajo?, tu primera reunión social – enzo con sus ojillos casi cerrados parecía escucharla atento mientras chupaba su chupete, viendo para Silvia – alguien de tu familia tiene los ojos azules?. Silvia: mi madre los tenía.. Pepa: es verdad, no me acordaba, se los has visto? – señalando a enzo. Silvia: si, no abre mucho los ojos todavía pero parecen azules... Pepa se acercó a Silvia: te noto triste?. Silvia: estos días me he acordado de mi madre.. Pepa la abrazó y la besó: si enzo tiene sus ojos será como verla a ella otra vez no crees?. Silvia: si, sería bonito – se abrazó más a Pepa – a que hora nos vamos?. Pepa: media hora?. Silvia: vale, me visto y nos vamos. El gorila había informado a las 6:00 horas de que Marta y su acompañante entraban en un piso, a las 13:00 horas informó otra vez de que salía del piso sólo Marta, en esos momentos la estaba siguiendo. Judith dormía en cama ajena y los mensajes esperaban en el móvil en silencio, tenía puesta la alarma para las 14:00 horas. Comisaría 13:45. Pepa y Silvia en cuanto entraron fueron el centro de atención, Rita como loca con enzo en brazos, Povedilla dándoles su enhorabuena, Curtis, Kike y los demás montando jaleo. Pepa a Silvia: te dejo con todos estos locos, voy a hablar con Gonzalo. Silvia: me aban.. – la interrumpieron los gritos de su padre Don Lorenzo desde las escaleras bajando: Dispersense coño!, dejen de hacer ruido que van a asustar a mi nieto, no tienen trabajo o que? Pepa sonriendo y besando a Silvia en la mejilla: lo dicho, me piro, avísame cuando te vayas. Marta llegaba al parking de comisaría , se saludó con un compañero de uniforme y entró. El gorila que la seguía llamó a su jefa. Comisaría 14:30 Cuando estaba con Montoya le sonó el móvil. Pepa: si?. Judith: dentro de 2 horas en Pinto, en el Polígono de éboli nave 103. Pepa: lo vamos a hacer a plena luz del día?. Judith: es un almacén de piensos, nadie sospechará que vengan varios camiones a cargar.. Colgaron. Pepa: has oído no? Montoya: nos vamos ya para allí, prepárate aviso a los demás. Judith tenía una llamada perdida de su gorila. Gorila: malas noticias. Judith: déjate de suspense que coño pasa?. Gorila: la tía esta es poli. Judith: seguro?. Gorila: acaba de entrar en la comisaría de San Antonio y se ha saludado con varios uniformados. Judith: mierda!, asegúrate de que es poli.. Gorila: tengo cámara, sacaré fotos de la gente que entre y salga. Judith: me las mandas al móvil. Sara salía del vestuario cuando entró Marta hablando con una compañera, Marta: menudo ambiente que había esta noche en chueca ,lo bien que me ha sentado salir. A Sara le pareció muy poquito profesional por su parte pero no le dijo nada, había quedado con Lucas y no quería hacerle esperar. Pepa ya vestida con el uniforme de asalto se fue en busca de Silvia. Silvia al verla venir: os vais ya?. Pepa: si ha adelantado la entrega para dentro de 2 horas. Rita: yo ya he terminado el turno, te acompaño hasta el parking?. Silvia: si, vale – girándose hacia Pepa – te espero en casa de Lola. Pepa: te ayudo a poner a enzo en el coche. Salieron al parking, primera fotografía. Se despidieron con un beso, segunda fotografía. Entonces apareció Sara. Sara: tía espera! – se acercó a saludar a Pepa y habló con Silvia – mi madre me acaba de llamar, que la esperes aquí que viene ahora. Pepa: yo tengo que irme.. Silvia: bueno, entonces vamos dentro otra vez, no quiero tener al niño aquí esperando en el coche. M-50 15:00. Furgón a 5 km de Pinto, entre los ocupantes. Don Lorenzo, Montoya y Pepa. Delante de ellos en un camión, Paco y Mariano pasándose por conductores. Don Lorenzo: Gonzalo la llamas diciendo que se acerca vuestro primer camión, así nos aseguramos que está dentro. Nave 103 misma hora. Gorila: jefa le mando las fotos, he tardado un poco Judith: no me entretengas, envíalas de una vez, es poli?. Gorila: lo es, hay.. Le cortó, no le interesaba charlar en ese momento. Atenta a la pantalla del móvil fueron llegando varios mensajes. Las primeras fotos no le dijeron nada, entonces.. Judith: Puta!! – reconoció a Pepa, iba con uniforme y se despedía de una pelirroja – Hijos de Puta!! – la siguiente era de Pepa, Montoya y otros agentes. Llamó a su gorila. Judith: donde estas?. Gorila: estoy en la comisaría, esperando a que salga la tal Marta. Judith: Lidia ha salido ?. Gorila: si. Judith: y la pelirroja?. Gorila: todavía no. Judith: síguela y te la cargas, llama a León que se encargue de la tal Marta. Colgó, se dirigió a los demás. Judith: nos vamos ya!, es una trampa de la policía. ----Camión acercándose a la nave. Paco llamando al furgón: algo va mal, la sospechosa está entrando en un coche, otro coche ha salido ya. Montoya: mierda!, bloquear la entrada que no salga nadie!. Don Lorenzo comprobando por la cámaras el coche que acababa de salir y trasmitiendo la información al furgón de cola para que los persiga. Paco y Mariano una vez bloqueada la entrada, comienzan a recibir disparos de las personas que se dirigían a los coches. Salen de la cabina y se protegen. Llega el furgón y salen Montoya, Pepa y Don Lorenzo. Montoya ve como Judith y 3 más intentan volver a la nave, protegidos por el fuego de 2 pistoleros. A gritos se lo comunica a Paco y Mariano. Pepa: vamos por la derecha y saltemos el muro, estaremos fuera de su alcance. Paco y Mariano se deshacen de los pistoleros, cubriendo así la maniobra de sus compañeros. Don Lorenzo alcanza a otro de los que van con Judith. Se protegen entre los contenedores, pues no es posible entrar sin ponerse a tiro. Don Lorenzo: Montoya! Recuento!. Montoya : por nuestra parte ninguna baja, 2 pistoleros abatidos cerca del audi, uno herido y Judith y otro más, detrás de los contenedores. Don Lorenzo: Alto el fuego!. Silencio. Don Lorenzo: Les conviene entregarse!!. Nadie responde. Montoya: Judith no tienes escapatoria!. Judith: eso ya lo veremos!, donde esta la puta de tu compañera?. Montoya a Pepa: no digas nada... Judith: sé que está ahí!, le conviene hacer un trato conmigo!. Montoya con cara de interrogación hacia Pepa, y Pepa levantando los hombros. Pepa: no sé que quiere decir. Entonces. Judith: deberías estar cuidando de tu pelirroja!. Todos se quedaron blancos. Pepa: que cojones – se levantó y disparó a los contenedores. Montoya tiró de ella hacia abajo: quieres que te peguen un tiro?. Pepa: dame el teléfono – como veía que Gonzalo no reaccionaba, empezó a buscar por sus bolsillos – dame el puto móvil joder!. Don Lorenzo también buscaba el suyo. Pepa marcó el número de memoria, sus manos temblaban, el corazón se le iba a salir por la boca, el tono del timbre y la espera a que lo cogiese la estaba matando. Un tono, dos, tres..... Intentaba contener su desesperación, todos veían para ella. Alguien descolgó. Pepa sin dejar hablar : Silvia!!. Lucas: soy.. Pepa: Y Silvia!!??? – gritó, la mano con la pistola al lado de su oreja – Lucas pásame a Silvia!!!. FLASHBACK 30 MINUTOS ANTES. Lola , Rita y Silvia salían otra vez al parking, acompañadas de Sara. Lola: niña entonces a donde vas?. Sara: no lo sé mama, Lucas le ha pedido la moto a Pepa e iremos a dar una vuelta. Silvia : conduces tú Lola?, yo voy con el niño detrás Lola asintió. Silvia: Rita ayúdame por favor. Llegó Lucas, Sara se fue hacia él, se besaron a modo de saludo y con la mano se despidieron de Silvia y las demás. Entonces salieron Curtis y algunos agentes. Lucas preguntó: que pasa?. Curtis: hemos recibido un aviso, le han pegado un tiro a Marta. Rita: Dios mío pobrecilla. Lucas: como ha sido?. Curtis: estaba con su compañero por la casa de campo y al parecer se le ha acercado un individuo y le ha disparado a bocajarro. Lucas: que raro, y ella como no se dio cuenta de que se le acercaban. Sara: estaría despistada, hoy en el vestuario dijo que había salido de marcha toda la noche y... Lucas con un presentimiento: Curtis estaba en alguna misión?. Curtis: no, era una patrulla rutinaria, estaba fuera del caso Andrade y Pazos. Lucas: mierda, sabes conducir motos?. Curtis sin entender nada: si claro. Lucas: pues monta, Sara llama a tu madre – Curtis ya a los mandos de la moto - que se pare esté donde esté, mejor al lado de un policía, arranca!. Rita con la manos enlazadas en señal de oración: ay santo dios que no les pase nada. Salieron a toda velocidad. Las encontraron 3 manzanas más allá, se estaban parando en doble fila, con el consiguiente protesta de coches que venían detrás, Curtis culebreo entre varios vehículos aproximándose. Entonces Lucas lo vio, un tipo salía de un coche con la mano derecha metida en el bolsillo, se acercaba a una de las puertas de atrás. Lucas se levantó apoyándose en Curtis que seguía acercándose, sacó la pistola. Lucas: alto policía!!. El tipo no le escuchó, sacó la mano del bolsillo estaba cada vez más cerca iba a disparar... Lucas disparó antes, le alcanzó 2 veces, una bala en el brazo donde llevaba la pistola y otra en la cabeza, cayó al lado de la ventana de Silvia. Curtis llegó con la moto, se bajaron, Lucas abrió la puerta trasera, Silvia protegía con su cuerpo a enzo. Lucas: estáis bien?. Silvia : creo, creo que sí – enzo estaba llorando. Sonó un móvil. Silvia no le hizo ni caso se acercó al moisés y cogió a su hijo para tranquilizarlo. Lucas buscó el móvil, un tono, dos, tres.. era Pepa, descolgó. Pepa sin dejarle hablar : Silvia!!. Lucas: soy.. Pepa: Y Silvia!!??? – gritó, la mano con la pistola al lado de su oreja – Lucas pásame a Silvia!!!. Lucas: están bien Pepa, están bien te la paso. Pepa sentada en el suelo apoyaba en el muro, escucho la voz de Silvia. Silvia: estamos bien, cariño... Escuchaba a enzo llorar, con la mano de la pistola se limpió las lágrimas que le estaban cayendo. Pepa: Sil??? De verdad, estáis bien?.. Silvia: si Pepa, Lucas y Curtis han llegado a tiempo, que esta pasando?. Pepa más serena: no lo sé, pásame a Lucas. Lucas: dime. Pepa: iros para comisaría, no sé si habrá más que quieran intentarlo. Montoya: Judith!! tu pistolero ha fallado, ahora te enfrentas a una condena por intento de asesinato de un policía. Judith maldijo detrás del contenedor. El guardaespaldas que estaba con ella intento huir. Mariano: voy a por él. Judith: Que me ofrecéis?. Pepa: Una ba..!! Montoya le tapó la boca: Pepa cállate, deja que se entregue. Pepa forcejeando con Gonzalo: suéltame, me tranquilizo, vale. Don Lorenzo: señorita ¡ primero salga de ahí con las manos en alto y después hablamos – interrumpió con un gesto algo que iba a decir Pepa. Judith: está bien. Salió de detrás del contenedor, pero seguía llevando la pistola en su mano. Don Lorenzo, Paco, Montoya y Pepa salieron también de detrás del muro, todas la apuntaban con sus pistolas. Judith: me vas a decir tu nombre verdadero?. Pepa: prefiero no oírlo de tu boca. Judith: deberías ser más amable no crees?. Pepa: debería pegarte un tiro.. Los demás nerviosos. Judith riéndose, de repente se puso seria: sabes a quien voy a recurrir con mi llamada de teléfono?, a un tipo que me debe un favor – todos estaban atentos a sus palabras – y sabes para que?, has visto la película seven? – pausa – increíble el final verdad? – la miró con toda la maldad del mundo – pues eso es lo que le va a pasar a tu pelirroja y a su bebé. Pepa no podía creer lo que estaba escuchando: cállate la boca!!. Judith riéndose otra vez: un día desaparecerán..... y empezarás a preocuparte......y entonces te enviarán un paquete.....,- gritando – y en el interior estarán tu pelirroja y su bebé en trozos!!!. Pepa disparó. Un solo tiro a la cabeza. Y Judith cayó como una muñeca de trapo. Bajó la pistola, la imagen que había descrito Judith se le apareció en la mente, unas arcadas subieron por su garganta, se inclinó y vomitó. Paco llegó a su lado y le ofreció un pañuelo: tranquila Pepa. Pepa se incorporó, guardo su pistola: me voy a comisaría. Don Lorenzo: Paco acompañe a su hermana – viendo para Montoya – venga Gonzalo vamos a poner orden aquí. Comisaría. Pepa entró acompañada de Paco, la primera que salió a su paso fue Lola. Lola: está en el despacho de papa. No prestó atención a nada más, lo primero era verla. Pepa llegó a la puerta, posó sus manos en ella, todavía no estaba preparada para abrirla, su frente tocaba la madera, respiró hondo, quería borrar por completo esa horrible imagen, abrió la puerta. Silvia estaba dándole el pecho a enzo, levantó la mirada cuando escuchó la puerta. Pepa se acercó a ella, se arrodilló, Silvia la atrajo hacia sí y se dieron un beso, juntaron sus frentes. Pepa con un susurro: no sé que ha pasado... Silvia: tranquila, - acariciando su cara – estamos bien, no pensemos en lo que pudo haber sido. Pepa posó su cabeza en el pecho de Silvia, tenía a enzo a escasos centímetros, este sacó la manita con la que sujetaba el pecho del que estaba chupando y la posó en la cara de Pepa. ---Llamaron a la puerta. Don Lorenzo: se puede? ….Silvia acomodo a Enzo en el moises. Silvia: claro papa es tu despacho. Don Lorenzo acercándose: como estas hija? Silvia: estamos bien, sabéis que le ha pasado ya? Don Lorenzo: nos vamos a reunir ahora, Pepa tenemos que hablar… Pepa: en la reunión le parece? Don Lorenzo no tuvo tiempo de abrir la boca. Silvia viendo para ella: no puedo enterarme? Pepa se quedó callada. Silvia: que pasa? Don Lorenzo: nada hija, hasta que no sepamos el alcance… Silvia: casi me alcanza a mi y a mi hijo. Pepa herida: nuestro hijo, si no te importa. Silvia: si es nuestro hijo porque me ocultas algo que pueda afectarle? Pepa no entendiendo: yo no sabia que iba a por vosotros. Silvia: y ahora? Nuevo silencio. Silvia: Dímelo!!! Pepa: No lo sé!!!, le pegué un tiro antes de averiguarlo!!. Silvia: por que?. Don Lorenzo: hija... Silvia: no... . – pidiendo a su padre que no se metiese – quiero que me lo digas. Pepa: me dijo sus planes en cuanto pudiese hacer una llamada – “ no me pidas que lo reproduzca, por favor “, pedía con su mirada – y la maté. Silvia: en defensa propia?. Otra vez silencio. Silvia comprendiendo, no con exactitud, pero si el posible alcance, vio para su padre. Silvia: puede perder la placa?. Don Lorenzo: Montoya ha recogido los testimonios de los allí presentes y ha elaborado un informe preliminar, que tendremos que firmar todos, por eso la reunión. Silvia: pues entonces yo también voy a la reunión. Pepa: mejor te quedas con enzo. Silvia tajante: yo voy, le diré a Lola que se quedé con él. Pepa buscando apoyo: Don Loren.. Don Lorenzo levantando las manos: tenéis que hablarlo entre vosotras. Pepa se resignó. Cuando llegaron a la sala vieron personal de asuntos internos. Don Lorenzo llamó a Montoya: que coño hacen estos aquí?. Montoya: señor, han asesinado a una agente nuestra y nosotros hemos participado en un tiroteo... Don Lorenzo: joder!. Silvia: esto complica las cosas?. Don Lorenzo: puede, entremos. Todos sentados, en el atril Montoya narrando primero lo acontecido con Marta, y después pasando al tiroteo en la nave. Montoya: la sospechosa de nombre Judith cuando se estaba entregando ha realizado unas amenazas.. Agente asuntos internos interrumpiendo: concrete por favor. Montoya nervioso levantó la vista de los papeles. Agente: Prosiga. Montoya: la sospechosa profirió amenazas contra la inspectora Silvia Castro y su hijo. Agente: que clase de amenazas?. Pepa levantándose: me parece que no es ne... Agente: Disculpe, quién es usted?. Pepa: Inspectora Pepa Miranda. Agente: es decir.... – consultando el informe – la persona que disparó a la sospechosa. Pepa: así es. Agente: tiene alguna vinculación con la inspectora Castro?. Don Lorenzo y Montoya se vieron, estaba claro que asuntos internos conocía la respuesta, y ese era el motivo de la investigación, saber si las circunstancias personales del agente habían provocado que se extralimitase. Pepa : es mi pareja. Agente: entiendo – pausa- siéntese - viendo para Montoya- cite las palabras de la acusada, sepamos porque ha acabado con un tiro en la cabeza. Montoya: citó “sabes a quien voy a recurrir con mi llamada de teléfono?, a un tipo que me debe un favor y sabes para que?, has visto la película seven? increíble el final verdad?, pues eso es lo que le va a pasar a tu pelirroja y a su bebé.” Todos escuchaban atentos, Pepa vio para Silvia, espalda recta, semblante serio, intentaba aguantar el tipo.. Montoya seguía: “ Un día desaparecerán..... y empezarás a preocuparte......y entonces te enviarán un paquete..,y en el interior estarán tu pelirroja y su bebé en trozos!!!.” Rita ahogó un grito: Jesús!!. Silvia temblando, se limpió unas lágrimas que le caían, Pepa le cogió la mano, notó como Silvia se la apretaba. Montoya: entonces la acusada que seguía en posesión de su arma hizo el gesto de disparar y la inspectora Pepa Miranda la abatió. Pepa sabía que eso último no era verdad y no quería que sus compañeros tuvieran que mentir por su culpa: Gonzalo eso... Don Lorenzo: Miranda!! Deje de interrumpir!!, el inspector Montoya ha relatado los hechos tal y como han sucedido y no es necesario realizar ningún apunte más. Agente: todos los presentes han firmado el informe?. Montoya: si señor, excepto la inspectora Pepa Miranda y el comisario Don Lorenzo pues no estaban localizables hasta ahora. Agente: Muy bien, quiero ese informe completamente firmado en mi mesa. Les haremos llegar nuestras conclusiones a lo largo del día de mañana. En cuanto salió por la puerta Don Lorenzo pidió a los presentes que se quedasen, pues había que tomar acciones ante los cabos sueltos. Silvia viendo para Pepa: tenías razón, mejor hubiera sido no escucharlo. Pepa la abrazó. Silvia: no me quedo a la reunión, no quiero saber que vais a hacer ahora. Pepa: vale. Silvia: te espero en el despacho de mi padre. Pepa sujetando ambos lados de su cara: todo se arreglará.... Silvia queriendo confiar en ello: si. Don Lorenzo: primer punto, Montoya organiza una patrulla de vigilancia en casa de Pepa y Silvia y otra que vaya siempre con ellas – viendo para Mariano – habéis interrogado al individuo que yo disparé y al que atrapaste tú. Mariano: si señor, ninguno de ellos tiene conocimiento del plan para asesinar a Marta y a Silvia. Don Lorenzo: seguro?. Paco: les hemos apretado a fondo, incluso uno de ellos ha aceptado colaborar en la detención de Pazos y Andrade pues ha asistido a encuentros entre ellos y Judith. Montoya: hemos identificado al asesino de Marta, se hace llamar León y es un sicario. Don Lorenzo: por tanto puede ser que no tenga conocimiento del otro objetivo. Montoya: podría ser....pero al parecer tenía más trato con Judith que un simple sicario. Don Lorenzo a Paco: si tenéis material suficiente vais a por Pazos y Andrade, cuando estén detenidos los interrogáis. Paco: si señor. Don Lorenzo a Montoya: tenemos que ir a por León, habrá que hacerle salir. Fin de la reunión. Durante el trayecto a casa no hablaron casi nada y menos de los últimos acontecimientos. Mientras Pepa se llevó a Van Gogh a pasear Silvia empezó la rutina de enzo, baño y cena. En lo posible tenían que saber separar sus profesiones de sus vidas personales, y ahora estaban en casa y simplemente eran 2 madres con un hijo. Silvia estaba recostada en cama dando el pecho a enzo, escuchó a Pepa entrando con el perro, al poquito tiempo apareció en el umbral de la habitación, y se quedó allí viendo para ella apoyada en el marco de la puerta. Silvia dulcemente: ven aquí.. – hizo un gesto con la mano y le indicó el lado de la cama vacío. Pepa se descalzó y se subió a la cama, se volvió hacia su lado, con su mano acariciaba la cabecita pelona de enzo mientras este seguía comiendo. Después de un rato ya no quiso más. Silvia: lo coges tú?. Pepa asintió, se puso un paño en el hombro y pegó a enzo a su pecho: ven aquí enano – con suavidad le palmeaba la espalda, el bebé expulsó varios gases – muy bien, chavalito. Pepa subió sus piernas y puso a enzo más o menos sentado en su barriga, lo recostó hacia atrás, en una semana había cambiado mucho, tenía carácter y lo mostraba cuando tenía hambre o algún tipo de malestar, pero por lo general era muy tranquilo, estaba siendo muy fácil cuidarlo. Ahora por ejemplo se dejaba hacer, Pepa lo agarraba de las manos, le hacía cosquillas, acariciaba su cara o dejaba que enzo agarrase con fuerza sus dedos. Silvia a su lado observaba el vínculo entre ellos. Pepa: crees que nos distingue?. Silvia: a ti no se te lanza al pecho buscando comida..- Pepa sonriendo – tú eres la de las caricias y los juegos. Pepa: tú también juegas con él. Silvia: si, pero yo creo que nota que hay 2 personas distintas. Pepa puso a enzo en su pecho, la carita viendo para Silvia, está le cogió la mano y se la besó. Pepa: es guapa mamá eh?- viendo para Silvia – te imaginas que de adolescente nos sale malote??. Silvia sonriendo: tú fuiste punky. Pepa: eso eran mal de amores... Silvia pegándose: así? Pepa: no te hagas la tonta – veía para ella – tú eras la culpable. Silvia sorprendida: no lo sabía. Pepa: pues sí, descubrí que me gustabas y por tanto que me gustaban las mujeres, pero mientras yo estaba atenta a todos tus movimientos, tú sólo me reías las gracias. Silvia: entonces en la comunión?. Pepa: ese fue un intento desesperado por despertar tu corazón. Silvia le dio un beso: ahora es todo tuyo. Pepa sonriendo: tenía que haber vuelto antes. Silvia viendo para enzo: se ha dormido... Los días siguientes detuvieron a Pazos y Andrade, los interrogaron a fondo y llegaron a la conclusión de que no sabían nada de la vendetta de Judith. Asuntos internos dio por bueno el informe del tiroteo y archivó la investigación. Seguían sin localizar a León. 3 meses después. Pepa llegaba tarde a la reunión, se sentó al lado de Rita. Rita susurrando a su oído: que mala cara traes niña. Pepa: vengo de dejar a Silvia con enzo en el hospital.. Rita la interrumpió: que le pasa al niño?. Pepa: no sabemos, apenas ha tomado leche en las 2 últimas tomas, y hace 1 hora que se ha despertado con un berrinche increíble, le ha empezado a subir la fiebre, y como no conseguíamos bajársela, Silvia ha creído que mejor lo llevábamos al hospital – acomodándose en la silla - la reunión ya puede ser importante.. Rita poniéndole una mano en el brazo: Tranquila, ya verás como no es nada. Pepa mientras escuchaba la respuesta de Rita, también escuchó las palabras de Don Lorenzo. Don Lorenzo: estamos recibiendo presiones para eliminar los coches escoltas.. Pepa interrumpiéndole: no puede quitarle la protección a Silvia. Montoya: han pasado 3 meses Pepa y ni rastro de León. Pepa no le dejó seguir: es un sicario Gonzalo y.... Montoya la cortó: Todo parece indicar que este individuo ha puesto tierra de por medio. Pepa: te repito que no es un mero asesino, los sicarios si tienen un encargo lo cumplen, tarde o temprano. Don Lorenzo permanecía callado. Montoya: no podemos justificar vuestra protección, porque no sabemos ni siquiera que lo hubiesen contratado para mataros. Pepa: Cuantas veces nos hemos equivocado?!, no pienso poner en peligro a Silvia otra vez – viendo para Don Lorenzo – si le quita la protección me cojo una excedencia... Don Lorenzo: vamos a intentar buscar una solución alternativa les parece?. Pepa propuso conciliadora: sigamos buscando a ese tipo, quíteme a mí la protección. Curtis alzó la mano: si me permite comisario, creo que los aquí presentes no tendremos ningún reparo en hacer 2 horas más de nuestro turno para cubrir a una compañera.. Pepa agradeció el gesto a Curtis y a los demás. Don Lorenzo: Gonzalo, reducimos la vigilancia, pero sólo para Pepa, hay que encontrar alguna pista, si nos vuelven a dar otro toque entonces haremos un planning con los compañeros que quieran colaborar en la vigilancia. A Pepa le sonó el móvil, era Silvia. Pepa: dime... Silvia: puedes venirte?. Pepa: claro, que pasa?. Silvia: tienen que hacerle más pruebas, puedes venir?. Pepa abandonaba la reunión, sin casi darle explicaciones a Don Lorenzo, solo con decir que enzo estaba en el hospital fue suficiente para dejarla ir. Hospital. Se encontró a Silvia en una sala de urgencias. Pepa: donde esta enzo? – Silvia tenía los ojos hinchados de haber llorado. Silvia: siéntate cariño. Pepa todavía de pie: me estas asustando.. Silvia: parece que tiene meningitis, ahora mismo le han hecho una punción lumbar y están analizando el líquido espinal – se abrazó a Pepa – me han pedido que saliese un momento. Pepa aguantando los nervios: dime más, es grave?. Silvia: el médico me ha dicho que aunque sea vírica o bacteriana está en los comienzos y eso es bueno – pausa – me pidieron que entrase para calmarlo en la punción, pero casi ni se ha quejado cuando le han pinchado. Pepa viendo para Silvia: tranquila cariño todo saldrá bien, ya verás – sin embargo ella tampoco estaba tranquila, era muy pequeño todavía.. Al cabo de un rato salió el médico. Se presentó a Pepa. Médico: bueno los análisis indican que es bacteriana, ya le estamos suministrando la medicación. Silvia: puede haber complicaciones..? Médico: Silvia, tu eres médico y por eso el niño esta aquí mucho antes de lo que lo a lo mejor hubiera venido con otros padres, una meningitis es complicada, no os voy a engañar, pero estoy convencido de que la hemos cogido a tiempo - pausa – lo hemos pasado a la UCI de neonatal, estará ahí no menos de 4 días, le das el pecho?. Silvia: si, Médico: normalmente sólo dejamos que pase una visita al día 15 minutos, pero si le das el pecho puedes estar aquí en una sala que tenemos habilitada para madres y pasaras en las tomas, es bueno que se siga alimentado de leche materna. Silvia: me quedo, claro – viendo para Pepa y luego al médico – puede verlo ella ahora?. Médico: si, ven conmigo Pepa. Pepa lo siguió, le hicieron ponerse las protecciones y pasó a una sala en la que había varios bebes. Enzo estaba dentro de una especie de incubadora, los ojitos cerrados, parecía dormido, pero su respiración era agitada, llevaba sólo pañal por lo que se le podía ver el pecho subiendo y bajando, en los bracitos tenía puestas unas vías, a Pepa se le estaba atragantando el corazón en la garganta, intentaba contener la emoción, pero no podía evitar que las lágrimas resbalasen por sus mejillas, se le acercó una enfermera. Enfermera: verá como se pone bien, puede tocarlo a través de estas aberturas. Pepa dulcemente le pasó la mano por su cabecita pelona, siempre le decía a Silvia que iban a tener un niño calvo, porque apenas tenía pelusa. Al salir se encontró a Lola y Paco haciendo compañía a Silvia. Lola: que tal cariño? – la abrazaron entre Paco y ella. Pepa: es muy pequeño... Silvia más entera: ven anda siéntate – le hizo sitio a su lado. Pepa: estaba dormido... Silvia haciendo que la mirase: eso es bueno, hoy por la mañana lloraba te acuerdas? – Pepa asintió – eso es porque algo le dolía – pausa – ahora está mejor.. Paco: Te vas a quedar tú también Pepa?. Pepa: no, sólo puede quedarse Silvia, y porque le da el pecho. Paco: quieres venirte a casa?. Pepa: tengo que sacar a Van Gogh, y ya casi me quedo allí. Pasaron juntos toda la tarde y cuando Silvia entraba para la primera toma de la noche tuvieron que irse. Pepa besó a Silvia: me llamas, vale? - Silvia asintió, se abrazaron. Cuando le trajeron a enzo lloraba. Enfermera: está un poco cabreado, será por hambre. Silvia le sonrió y le pasaron a enzo: ven aquí amor, que te pasa? – le puso el pecho, pero no lo cogía, lo intentó varias veces, seguía llorando. Enfermera: tranquila, dale tiempo, le han cambiado las rutinas y ahora está un poco descentrado. Silvia probó primero a calmarlo, que se diera cuenta de que era ella y de que tocaba comer, se reclinó en el asiento y puso a enzo a lo largo de su cuerpo, su cabecita entre el hueco del pecho y el cuello de Silvia, y le habló. Silvia: bebé que te pasa?, soy mamá, sshhhhshhhh, no llores mi amor – le acariciaba, el niño tenía pegada su orejita al cuerpo de Silvia y por tanto escuchaba los sonidos de su voz y sus latidos, procuró que fueron lo más regulares posibles – tenemos que comer vale? – estaba dejando de llorar, unas leves protestas, como si se estuviese quejando a mamá de todas las cosas que le habían hecho en las últimas horas, le puso de nuevo el pecho. Pasada media hora. Enfermera: si ves que no quiere más no le insistas, es normal que esté un poco desganado. Silvia: no ha tomado lo que acostumbra, y se está quedando dormido. Enfermera: el medicamento también le provoca somnolencia, te llamamos para la siguiente toma vale? – Silvia le paso a enzo, que apenas notó que lo ponían otra vez en la cuna. Pepa se llevó a Van Gogh a la calle. Se encontró con una vecina que las había visto salir por la mañana. Vecina: como esta el niño?. Pepa: pues lo ha ingresado porque tiene meningitis. Vecina: Uy! Pobrecillo con lo chiquitillo que es, dale un achuchón de mi parte. Pepa: se lo daré, gracias. De vuelta a casa Van Gogh andaba con el hocico pegado al suelo, de la cuna de enzo a la puerta, luego a la cocina, el baño, oliendo todas las esquinas posibles donde pudieran estar enzo y Silvia. Pepa en el sofá: Van! Ven aquí – el perro se acercó y se sentó delante suya – deja de dar vueltas no están, vendrán en unos días. El perro no se quedó convencido pero para que Pepa no le volviese a reñir se acostó a su lado. Ya era de madrugada, estaba tumbada en cama pero no dormía. Le sonó un mensaje, era de Silvia “ acabo de estar con él sigue bien, duermes? “, respuesta de Pepa “no, puedes llamarme?”, descolgó. Silvia: hola cariño Pepa: está bien de verdad?. Silvia: si, tiene 37 de fiebre, pero no le ha vuelto a pasar de 38 desde que está aquí, por ahí que tal?. Pepa: pues Van esta debajo de la cuna de enzo, pero era dejarlo ahí o que me volviese loca con sus idas y venidas. Silvia: y tú?. Pepa: me subiría por las paredes si pudiese – intentaba controlar sus nervios. Silvia dulcemente: tienes que descansar – para ella estaba siendo más fácil pues estaba con enzo y las noticias sobre su estado las tenía casi cada 2 horas – esta no va a ser la única enfermedad que tenga cariño, seguro que se romperá algún hueso, o se hará un corte.. Pepa la interrumpió: ya pero es que no me ha dado tiempo a hacerme a la idea, tiene poco más de 3 meses, no podía haber empezado con un catarro?. Silvia sonrió: nos ha dado un susto, eso para que seamos conscientes de que no es tan fácil. Pepa: ya... Silvia: me cuentas algo más?. Pepa: que te echo de menos.. Silvia: yo también. Pepa: mañana tengo que pasarme por comisaría hay varios casos en el juzgado y en algunos tengo que ir a declarar y en otros firmar los informes. Silvia: vale no te preocupes, Lola me ha dicho que viene temprano. Pepa: te llevo el sacaleches?. Silvia: no, me han dado uno aquí – pausa – descansa. Pepa: tú también, dale un beso de mi parte..te quiero Silvia: se lo daré, te quiero. Los días siguientes Silvia continuó quedándose por la noches, en cuanto venía Pepa se iba a dormir un rato a casa, y para la primera toma de la noche volvía al hospital, enzo seguía con su medicación y la evolución era buena, con un poco de suerte en 2 días lo pasarían a planta. Pepa tenía demasiadas cosas en la cabeza, los temas de la comisaría, el ir y venir del hospital y llevaba 2 noches sin dormir bien. Llegó a casa y se puso ropa para ir a correr, se llevaba a Van Gogh con ella, estaba decidida a que los 2 llegasen cansados y así poder dormir aunque fuera por agotamiento. En el parque donde solía llevar a Van Gogh había un Kiosco y tenía confianza con la dueña para dejarle a Van mientras ella hacía primero una ruta. Cuando estaba anocheciendo lo fue a buscar y dio con él una última vuelta. Le pareció notar un movimiento en la acera de enfrente, pero no le dio importancia, siguió corriendo y comprobando como iba Van, cuando viese que la lengua empezaba a colgarle se irían para casa, cuando pasó por el parque notó otro movimiento a unos 3 metros, en esa parte había varios árboles y setos altos que separaban la zona de juegos de los niños con el resto del parque, cuando se acercaba el movimiento se hizo más evidente, alguien se escapaba, echó a correr, cruzó los setos y le dio tiempo a ver como un hombre giraba por una esquina. Pepa: Alto Policia!! – al ver que no se paraba desenfundó la pistola y salió detrás. Van Gogh la siguió. Cruzó varias calles, cada vez el tipo estaba más lejos, haber estado casi hora y media corriendo no le permitía darle alcance, Van Gogh la adelantó y lo perdió de vista por un callejón. Pepa: Van!! No!! Mierda. Ni rastro del hombre al que perseguía, con cautela recorrió el callejón que daba a otra calle no tan estrecha, se encontró a Van olisqueando y ladrando en la puerta de atrás de un restaurante de comida china. Pepa sujetando a Van: no te vuelvas a escapar vale?. El perro ladró como diciendo, se te escapaba yo solo quería ayudar. La puerta estaba abierta por lo que entró, 2 chinos con cara de espanto vieron para ella y su pistola, enseñó la placa. Pepa: Policia, ha pasado por aquí un hombre?. Los chinos se pusieron a hablar entre ellos en su idioma. Pepa alzó los brazos: genial, no hablan cristiano – viendo para Van Gogh – y tú pegadito a mis pies, nada de olisquear por ahí que acabas en una olla de estas. Pasó una puerta y entró en la zona de las mesas, porque siempre en los chinos están los niños sentados en una mesa estudiando?, que pasa que les ponen a ellos más deberes que al resto?. Se acercó a una chica que estaba en la barra, le enseñó la placa y le hizo la misma pregunta. China: no ha pasado nadie por aquí, lo siento. Pepa no se lo creía, ella no había visto huir al hombre pero Van Gogh no era tonto y no se pondría a olisquear y ladrar en la puerta porque tuviese hambre de comida china. Llamó a Paco y le explicó lo que había pasado, en menos de 10 minutos estaba allí con Mariano. Paco se había traído consigo un retrato robot: pues nada, insisten en que no ha entrado un hombre por la puerta de atrás. Mariano salía de la cocina comiendo de un recipiente para llevar, parecía arroz tres delicias, Pepa no se lo podía creer. Paco: Mariano!!, para eso has ido a la cocina? Mariano: que Paco?, me ha dado flojera, y con el estómago dándome vueltas no puedo trabajar... – se acercaba a ellos – pero he averiguado algo – haciendo gestos con el tenedor de plástico. Paco: Dilo ya... Mariano: en el suelo hay una huella y por el tamaño de los chinos no es, así que... Paco entusiasmado: bien Mariano! – viendo para Pepa – quizás los haya amenazado y por eso no dicen palabra. Pepa: puede, pero no le he visto la cara con lo cual seguimos teniendo este retrato como única identificación. Se fueron del local, después de avisar a Montoya de los nuevos acontecimientos este dio alerta a la escolta para que extremase las precauciones, pero como no había nada en concreto siguieron con los mismos efectivos. Pepa llegó tarde al hospital, Don Lorenzo en la reunión había estado dando vueltas a lo ocurrido esa noche y el informe no le convencía, Silvia la había llamado para decirle que trasladaban a enzo a planta, y que le llevase..... “ mierda me he olvidado los babys “ pensó . En el pasillo saludó al policía que discretamente vigilaba el acceso a la planta, cuando Silvia abandonaba el hospital la acompañaba hasta la entrada donde la recogía un coche patrulla. Llamó a la habitación. En la placa de la entrada estaban los nombres de los ocupantes enzo y otra niña llamada maría. Entró. María era una niña de unos 6 años, muy rubita, estaba en la camita jugando con un peluche, Pepa saludó a la que supuso su madre. La niña interrumpió el saludo: me llamo maría. Pepa sonriendo: hola guapa, que oso más bonito. María apretó contra sí el peluche y se sonrió. Pepa acercándose a Silvia que estaba apoyada en la cuna haciendo monerías a enzo: se me ha olvidado la ropa. Silvia se incorporó : bueno no pasa nada, todavía tiene una vía – Pepa se había quedado al otro lado de la cuna, enzo pataleaba y agitaba los brazos, como intentando coger algo y Pepa le agarro una. Pepa: hola peloncete – enzo se agarró con las 2 manitas, hacía fuerza – quieres venir conmigo? Si? – con cuidado lo sacó de la cuna, lo pegó a su cuerpo y le dio un beso en la cabecita. Silvia: Y para mí no hay?. Pepa : claro preciosa – se besaron, cuando se separaban. María: mami por que se besan?. Ambas se giraron, la madre se puso colorada. Madre: papa y yo también nos besamos. María : pero ellas son 2 chicas. La madre estaba cada vez más avergonzada: perdonar, pero los niños. Silvia: tranquila - tanto ella como Pepa sonreían ante la sincera curiosidad de la niña. Madre viendo para su hija: ellas se quieren como papa y yo. María: y el papa de enzo?. Silvia: enzo no tiene papa – pausa – tiene 2 mamas. María puso cara de sorpresa pero no siguió preguntando. Cuando Silvia volvió por la tarde, se encontró a Pepa jugando con María y con enzo. Los padres de la niña habían ido a hablar con el médico. Tenía al niño sentado en la cama de María y se ponía detrás de él haciendo voces, y le movía los brazos, María se reía un montón y a enzo el juego también le divertía. Silvia: hola, que bien os lo pasáis no?. Pepa: Hola preciosa - se besaron, viendo para María – me parece que enzo tiene que volver a la cuna. María: le puedo dar un beso?. Pepa: claro – se lo acercó. Lo abrazó con cuidado y le dio un beso. María: mañana jugamos otra vez si?. Pepa: claro pequeñaja. Silvia mientras le daba de comer a enzo escuchaba lo que había hecho Pepa por la tarde y las visitas que había recibido. Pepa: lo mejor para el final – pausa – se ha pasado el médico y mañana posiblemente podremos llevarnos a enzo a casa. Silvia con una gran sonrisa: Si???- se abrazaron – bueno entonces como hacemos?. Pepa: tú me llamas en cuanto se pase el médico, tendrá los resultados de las últimas pruebas y si te dice que para casa, vengo a buscaros. Al día siguiente en comisaría. Pepa buscó a Paco, se lo llevó a un aparte, quería hablar con él. Paco: dime hermana. Pepa: sigo teniendo la sensación de que alguien me vigila – Paco escuchaba atento – habéis avanzado algo con los chinos?. Paco: nada y seguimos sin tener pistas del tal León, quieres que hable con Don Lorenzo y te... Pepa le interrumpió: no, por ahora es un pálpito, no tengo nada firme, habla con los escoltas, eso sí, quiero que se anden con ojo. Paco: vale, como está el niño?. Pepa: pues estoy esperando que me llame Silvia para decirme que ya nos lo podemos llevar a casa. Paco: que bien no?. Pepa: si, menudo susto me he llevado, tú como llevabas que Sarita se hiciera daño?. Paco: pues mal, muy mal hermana, pero claro Lola era todo control, y me daba tranquilidad.. Pepa: Silvia es igual. Unas horas más tarde. Llegaban a casa con todos los bártulos, enzo en el maxicosi y con ellas Sara que estaba en el hospital haciendo una visita. Al entrar, como no recibimiento apoteósico de Van Gogh, loquito por ver llegar a enzo y compañía, por fin.. Pepa: Van, tranquilo, no montes escándalo. El perro intentando calmar los nervios. Sara: me lo llevo a pasear. Pepa: ten cuidado vale, avisa a la patrulla si notas algo sospechoso. Pepa le había contado a Silvia su persecución de la pasada noche. Sara ayudó a Silvia con el baño de enzo, mientras Pepa hacía algo de cenar, después llegó Lucas a buscarla y se fueron, no sin antes recordarle por enésima vez que Lola insistía en que el Domingo había comida especial para celebrar que el niño estaba ya recuperado. Pepa tenía a Silvia recostada de espaldas sobre su pecho, le tocaba el pelo, se lo estiraba y le masajeaba la cabeza. Pepa: se está bien en casita verdad?. Silvia: contigo en cualquier parte, ummm, que relax. Pepa le dio un beso en la cabeza: empezaba a impacientarme de no teneros en casa. Silvia le cogió una mano: ya ha pasado – la entrelazaba con sus dedos. Se giró para besarla. Pepa : esto también lo he echado mucho de menos. Silvia se rió: yo también – se volvieron a besar. Pepa notó como si Silvia quisiese huir de sus brazos: adonde vas?. Silvia: mejor nos vamos a la cama no?. Pepa: espera, espera - hizo que se sentase sobre ella y la volvió a besar – porque somos madres se han acabado los polvos en el sofá?. Silvia sonriendo: que tonta eres... Pepa seriamente: lo digo en serio – le puso un mechón de pelo detrás de la oreja, Silvia veía para ella, la besó y se separó escasos milímetros – no estas cómoda?. Silvia: mucho, que pretendes exactamente? Pepa: dejémonos llevar... La besó lentamente, con sus manos sujetaba la cabeza de Silvia, atrapó su labio inferior, se lo mordió ligeramente, luego hizo lo mismo con el labio superior, se tumbaron en el sofá, Silvia seguía encima, ahora era ella la que con su lengua buscaba la de Pepa, jugaba con ella, lento, muy lento. Silvia sonreía: ya entiendo, no tenemos prisa... Pepa: ninguna.... Pepa le quitó la chaqueta, llevaba una blusa de gasa , paso las manos por debajo y buscó el sujetador, ahora su boca estaba en el cuello de Silvia, esta le daba suaves besos cerca de la oreja y tiraba de su camiseta. Escuchó el clic de su sujetador. Silvia la quitó la camiseta y Pepa hizo lo mismo con la blusa. Frente a frente, se observaron, Pepa con sus manos dibujo el rostro de Silvia . Pepa: te quiero – Silvia le contestó besándola. Desnudas de cintura para arriba y abrazadas siguieron acariciándose, pequeñas incursiones con la boca hacia el pecho de la otra, alguna mano que se colaba por el hueco del pantalón, o que subía aprovechando la abertura de la falda, escasos avances que hacían subir su temperatura sexual. Silvia entre besos: cariño.... Pepa: que? Silvia : quítame la falda.. Cambiaron de postura, Pepa encima, en segundos la falda había volado, poco a poco fue bajándole las medias y besando la piel que se descubría. Cuando subía con la boca tiró de la tanga. Pepa: creo que me voy a quedar un momentito por aquí. Silvia acomodándose: vale... – y notó como la lengua y los dedos de Pepa acariciaban su sexo, se retiraba y volvía, siempre la hacía sufrir un poquito, pero que tortura más placentera...y el placer era cada vez más intenso y el orgasmo sacudió todo su cuerpo. Pepa subió por su ombligo, notó su piel de gallina y con su largo brazo se hizo con una manta que tenían en la esquina del sofá. Pepa: mejor así? – ambas cubiertas con la manta. Silvia: si – sus manos se fueron hacia los botones del pantalón de Pepa – bésame.. Pepa así lo hizo, y en ese momento Silvia llegaba a su sexo : era una maniobra de distracción?. Silvia sonriendo : que va... – pero no apartó su mano, estaba justo en el lugar que quería. Pepa susurrando: ahí, ahí quédate ahí....- comenzó a balancearse buscando el ritmo adecuado, Silvia le pidió que le introdujera sus dedos – segura?. Silvia asintió, lo hizo con mucho cuidado, desde que había tenido a enzo la penetración no era una de sus peticiones, estimuló también su clítoris. Se acoplaron mejor, el brazo de Pepa rodeando por debajo el cuello de Silvia, esta con su mano libre atrayendo hacia sí a Pepa, seguían besándose, besos lentos, saboreándose, que decían te quiero y lo mucho que te deseo. Entre jadeos... Silvia: sigue.... Pepa: Sil córrete conmigo.. Silvia: espera... Pepa: no aguanto m.... Juntas se agitaron, se pegaron más si cabe, estaban especialmente mimosas, no querían que sus cuerpos perdieran contacto. Silvia: déjate sobre mi.. Pepa : Te voy a aplastar... Silvia: no venga.. quédate encima un ratito, abrázame. Y se quedaron tan relajadas. Enzo las despertó un par de horas más tarde reclamando su comida. DOMINGO. Hay días en los que uno salta de la cama sin tiempo a despertarse, sale a la calle sin darle un beso a su pareja, sin saludar al vecino con el que se cruza en el portal, sin prestar atención a ese sol que tímidamente le da los buenos días , y el ritmo de la vida lo engulle. Hay días en los que el destino parece que lo escribe una persona ajena. Y hoy es ese día para Pepa y Silvia, ellas duermen plácidamente una en brazos de la otra, mientras un hombre en la calle espera.... 10:00 a.m. Cambio de patrulla. Un hombre observa como se hace el relevo. Conoce a los agentes y sus costumbres, quizás hoy tenga suerte... 13:00 p.m. Uno de los policías sale del coche, se dirige a los baños del 24 horas, mientras, su compañero baja la ventanilla y se pone a fumar. El hombre que los observa va detrás del agente. Entra un poco después que él en los baños, hay 2 puertas y un meadero de pie, una de las puertas está abierta y la otra cerrada, del bolsillo saca una pistola y mientras enrosca el silenciador entra en el baño libre. Se sube a la tapa del water y se asoma por el hueco del techo, dispara, una sola bala en la cabeza. Rápidamente salta hacia el baño, el cuerpo inerte del agente lo coloca de forma que no se resbale hacia los lados. Utiliza una venda y papel para taponar más o menos los orificios de entrada y salida, y que la sangre no resbale hacia el suelo. Comprueba que la puerta esté cerrada y salta hacia el otro baño. Frente al espejo revisa su ropa, ni rastro de sangre, se lava las manos. León: a por el otro – dice a su imagen. En casa. 12:30 p.m. Se habían quedado dormidas. Corriendo a la ducha, a preparar al niño, comprobar su bolsa. Silvia como siempre a pesar de las prisas siguiendo un orden metódico, Pepa yendo de un lado para otro, se llevaban también a Van Gogh, había que bajarlo antes de meterlo en el coche. Silvia: Pepa vamos!! Pepa: Ya! Ya!!, joder que stress, que vamos a casa de tu hermana, tampoco pasa nada si llegamos un poco tarde – con la correa del perro en la mano. Suena el móvil de Silvia. Silvia: si.., dime papa, que vienes para aquí?, vale, te esperamos entonces. Cuelga. Pepa viendo para ella: Ves ya tenemos coartada, que le ha pasado?. Silvia: que ha ido a comisaría y ahora no le enciende el coche, viene en 5 minutos con una patrulla. Pepa: vale, el coche está fuera, me bajo la bolsa y a Van, cuando llegue tu padre ya bajas con él. Silvia se va hacia el cuarto. Pepa: y ahora donde esta este perro – gritando – Van!! Ven aquí!!. 13:05 p.m. Mientras León se ocupaba del primer agente, Don Lorenzo llegaba con un coche patrulla, discretamente vió para el coche camuflado. Llamó al telefonillo. Pepa bajaba en el ascensor con el perro. En cuanto se abrieron las puertas. Don Lorenzo: en el coche de ahí fuera sólo hay un agente y fumando. Pepa : su compañero habrá ido al baño señor. Don Lorenzo: están de vigilancia, cojones!!, no se deja a un compañero sólo. Pepa: seguro que ya habrá vuelto – cambiando de tema – Silvia y enzo ya están listos. 13:07 p.m. León se acercaba al policía que estaba fumando, apenas había gente por la calle, en su mano izquierda un cigarrillo, la derecha metida en el bolsillo de la cazadora, en cuanto se acercó al coche, sacó la mano derecha y la situó encima del techo del vehículo, el agente desde el espejo solo pudo ver que alguien se acercaba con un cigarro y se inclinaba hacia su ventana. León: me puede dar fuego?. Agente: si claro – llevó su mano derecha hacia el salpicadero, pero esta no llegó a coger el mechero. Otra bala, está entrando desde el cuello hacia abajo para evitar posibles salpicaduras de sangre hacia los cristales. Con cinta le sujetó la cabeza desde arriba al reposacabezas, los domingos el personal iba bastante dormido y nadie se había dado cuenta, parecía que el portal de la casa de Pepa y Silvia se abría. Se alejó. Pepa salió con Van Gogh, esté se dirigió como siempre al primer árbol justo al lado del portal y levantó la pata. Pepa hizo un recorrido con la vista, dejó la bolsa en el coche y se subió la cremallera de la cazadora hasta la garganta, la mañana estaba fría, en el coche de vigilancia seguía un solo policía. “ Cuando baje el loren estos acaban patrullando las calles “ pensó. Se llevó a Van al parque y en un par de minutos estaba de vuelta. Vió otra vez para el coche de vigilancia. Que le llamó la atención?, Que el compañero no hubiese vuelto?, Que el otro agente siguiese con la ventana abierta con ese frío?... ya no salía humo. Iba a dejar a Van Gogh en el portal pero seguramente Don Lorenzo y Silvia estarían bajando, mejor comprobar cuanto antes que estaba pasando. Cruzó la calle. León vigilaba dentro de una parada de autobús, confundiéndose entre la multitud, ya la tenía, por fin vengaría a Judith. Pepa no sacó el arma porque había gente, se acercaba al coche y a unos 5 metros de distancia vió la mancha de sangre. Don Lorenzo iba detrás de Silvia llevando a enzo en el maxicosi, tenía un nieto muy guapo la verdad... León salió de la parada al tiempo que Pepa se giraba. Silvia le abría el portal a su padre para que saliese con enzo, “ donde estaba Pepa? “, levantó la vista para buscarla. Un hombre se acercaba a Pepa. Pepa lo reconoció tras la barba poblada que ocultaba su rostro, era León sin duda, no le dio tiempo a nada, mientras ella intentaba coger su arma dentro de la cazadora, el sicario ya la estaba apuntando. Silvia al tiempo que se oían 2 disparos gritó: Pepa!!!!! Pepa rebotó de espaldas contra un coche, el impacto de las 2 balas la dejó sin aliento. León no quiso acabar con ella de un tiro en la cabeza, quería que agonizase sabiendo que él iría por los 2 objetivos restantes. Van Gogh se lanzó a su pierna con la intención de morderle, el sicario se lo quitó de encima con una brutal patada. Silvia no pudo moverse del sitio, un brazo la agarró desde atrás, su padre, Don Lorenzo la hizo meterse otra vez en el portal, pistola en mano, le paso al niño: sube a casa, llama a la policía. Silvia seguía inmóvil, Pepa..... Don Lorenzo: Silvia!!! León cruzó rápidamente la calle, ahora sí que los transeúntes le prestaban atención, no en vano acababa de dispararle a una persona, pero le daba igual haber perdido el efecto sorpresa, la mujer y el niño eran pan comido. Don Lorenzo viendo por el cristal de la puerta, León se acercaba, salió del portal y se cubrió detrás de un coche: Policia!! Alto!! – un disparo al aire como aviso. Pero León no aminoró el paso, disparó contra el vehiculo que protegía a Don Lorenzo creyendo que este era otro simple agente, pero no lo era, era el comisario en jefe de la comisaría de San Antonio, padre y abuelo de sus objetivos. Don Lorenzo dejó que en su locura asesina el sicario se acercase y disparó varias veces, todas dieron en su cuerpo y León cayó fulminado. Silvia que no se había ido del portal, salió a la calle al comprobar que el asesino estaba en el suelo con varios impactos de bala, se acercó a su padre con enzo en el maxicosi, lo puso a su lado. Silvia: Papa... y cruzó la calle No le dijo nada más, ni a su padre le hizo falta, también había visto como disparaban a Pepa y se imaginaba que era a junta ella a donde iba corriendo su hija. Pepa estaba sentada con la espalda apoyada en el coche, se movía, corrió hacia ella, parecía que intentaba bajarse la cremallera, tosía.. Silvia iba como loca a su encuentro, rezaba por un milagro.. Y al llegar a su lado.. Pepa: estoy bien... tranquila... Silvia no entendía sus palabras, se arrodilló ante ella, no había sangre: como? Pepa con una mueca de dolor y bajándose por fin la cremallera: llevaba puesto el chaleco - una leve sonrisa.. Silvia llorando y riendo a la vez, ahí tenía su milagro, se echó en sus brazos. Pepa: Ay!!! – se quejó – creo que me he partido alguna costilla. Silvia besándola: perdona cariño – abrió por completo la cazadora, un poco más abajo del corazón estaban las 2 balas incrustadas en el chaleco, se lo quitó y palpó sus costillas. Pepa: Auh!! Silvia: una mínimo. En ese momento llegaba Don Lorenzo con el niño, viendo el chaleco en el suelo no pudo más que alegrarse de tener una nuera tan lista. Pepa vió a Van Gogh tirado a escasos metros: Sil.. mira que le pasa a Van. Silvia se acercó al perro: tranquilo Van, déjame ver, si –lo examinó – le ha roto una pierna. Pepa incorporándose con cierta dificultad : que cabrón... Don Lorenzo: estás bien Pepa?. Pepa: si señor – se acercó al maxicosi, enzo ajeno a todo lo sucedido vio para ella – tu tía se va a enfadar mucho cuando le digamos que no vamos a comer la paella... Llegaron varias patrullas y entre ellos venía Montoya. Don Lorenzo le puso al corriente, en pocos minutos supieron de la existencia del cadáver en los baños del 24 horas. Silvia con Van Gogh en brazos: venga Pepa tenemos que ir al hospital a que te vean esas costillas y llevar a Van al veterinario. Don Lorenzo todavía cargando con su nieto: Montoya me voy con ellas, manténgame informado, y saquen a los muertos de la calle cuanto antes. Cuando Silvia llegó a casa pasadas las 22:00 horas de la noche se encontró a Pepa en la cocina y con delantal. Pepa en cuanto la vió se puso a cantar: “siempre que llegas a casa me pillas en la cocinaaaaa – se dieron un beso – embadurnada de harinaaaa – le manchó la cara – con las manos en la masaaaa “ – abrazadas un nuevo beso : hola guapa. Silvia riendo : hola cariño. Enzo veía para ellas desde el parque, apoyándose en la red se medio mantenía de pie, y con sus balbuceos llamaba a mama, Silvia fue hacia él y lo cogió en brazos, le dio varios achuchones y besos. Pepa: ya esta bañado y cenado. Silvia seguía teniéndolo en brazos : y porque no estas en camita durmiendo? – el niño le agarraba la cara con las manos Pepa: jaja, aquí el skinhead – le llamaba a veces así, porque en sus 9 meses de vida el poquito pelo pelirrojo que tenía enseguida se le ponía de punta – se ha dormido cuando me lo traía dando un paseo de casa de Lola y después de la cena y el baño ha cogido fuerzas y en el primer intento de dormirlo han ganado sus lloros.. Silvia: me lo llevo para cama – enzo pareció entender que se acababa jugar en el parque, se puso a llorar e hizo el gesto de querer ir a los brazos de Pepa. Pepa : a no enano... no busques aliados – viendo para Silvia – ves?, porque no te quedas con él un rato jugan.. Silvia la interrumpió: ya debería estar durmiendo desde hace 2 horas. Pepa: por un día no pasa nada no?, además hoy casi no lo has estado con él.. Silvia viendo para el niño: eso es verdad... Pepa: venga, decidido - echándola de la cocina - falta un rato para que la cena esté lista, te aviso. De madrugada. Pepa se despertó, Silvia dormía placidamente a su lado boca arriba, uno de sus pechos asomaba desnudo, iba a taparla con la sábana pero se lo ocurrió algo mejor. Silvia medio dormida al notar una boca en su pezón: no te ha llegado la sesión de hace unas horas... Pepa sonriendo: eres tú que me provocas – le dio un beso. Silvia viendo en su dirección: yo?? Pepa : estas muy buena...- le mordió en el cuello y se puso encima. Silvia sonriendo: y muy dormida... Pepa: tú déjate hacer.. – la besó. Silvia: serás... Pepa entre besos: mañana tienes el día libre..... y yo no estaré en esta cama.... ya dormirás entonces... Pues tenía razón.. Momentos después... Silvia sentada sobre Pepa, la hizo incorporarse a su altura, le gustaba mucho esa postura. Pepa tenía una mano en su sexo y con la otra la mantenía muy pegada a ella, Silvia se movía. Pepa besándola: un día de estos me compro un arnés. Silvia: Pepa!!. Pepa riendo pero sin parar lo que estaba haciendo: todavía consigo escandalizarte – no dejaba de besarla – tendría las 2 manos libres para hacerte lo que quisiera.... Silvia a su oído: eres muy guarra... Pepa: pero te encanta.. – hizo más presión con los dedos. Silvia sólo pudo asentir con la cabeza pues en ese momento llegaba imparable al orgasmo, un grito ahogado y un beso a Pepa. Seguían en la misma postura, Silvia descansando un poco, las manos de Pepa acariciaban su espalda y besaba su hombro, notó un ruido hacia la zona donde estaba la cuna de enzo. Silvia: Pepa.. – intentando moverse. Pepa atenta a otras cosas : queee?. Silvia: enzo... Pepa se giró y vio a enzo de pie agarrado a los barrotes de la cuna: no..no.. – apoyando su cabeza en el pecho de Silvia – este hijo nuestro va a ser de los que salten la verja en el rocío, que manía le ha entrado.... En menos de 15 días las había despertado 3 veces, y en este caso además en pleno acto sexual.. Silvia se bajó de la cama, se puso la bata y se acercó a enzo, este con los brazos pedía que lo cogiese. Pepa se estiró en la cama, apoyando su cabeza en la almohada viendo como Silvia intentaba volver a dormir a enzo, lo mantenía pegado a su pecho y le cantaba suavecito, en apenas 5 minutos lo puso otra vez en la cuna. Pepa le hizo sitio en la cama y de lado se abrazaron. Pepa: tenemos que ir pensando en ponerlo en su habitación. Silvia reacia: es muy pequeño todavía.. Pepa: pues los oídos los tiene muy desarrollados porque menos ruido no podemos hacer. Silvia: la verdad que corta un poco el rollo. Pepa : dímelo a mí – dándole un beso. Silvia se rio y se pegó más a ella, optaron por dormir.. A la mañana siguiente Silvia se levantó con calma, tenía consulta de pediatría con enzo, era rutinaria, después de la meningitis apenas había tenido un catarro, pero eso le llevaría toda la mañana, en el baño Pepa le había dejado una nota “buenos días preciosa, disfruta del día libre”. Las notas eran habituales, así como las sorpresas, siempre tenía algún detalle y no sólo en fechas señaladas, se le puso cara de tonta recordando por ejemplo las adivinanzas y pistas por toda la casa cuando fue su cumpleaños, o cuando organizaba algún fin de semana y se iban los 3 a un hotel rural en un lugar maravilloso, como enzo era pequeño los viajes no eran muy largos, pero digamos que los alrededores de Madrid en un radio de 200 kms se los sabían todos. Justo entonces le sonó el móvil, fue a cogerlo a la mesilla. “espero que esta noche me compenses...” una sonrisa dibujó su cara. Era normal seguir enamorada de ella igual o más que el primer día. Pepa tuvo una mañana horrorosa y no pudo ni ir a comer con Silvia, la tarde se presentó igual de mala pues el caso de los atracadores de banco estaba dejando a la comisaría en ridículo, llevaban 3 atracos y ninguna pista de quienes eran. Silvia le había mandado un sms diciendo que estaría en casa de Lola, había partido importante del betis, por lo que Paco, Mariano y Don Lorenzo estarían prestando atención a la tele, haría compañía a su hermana. Casa de Lola. Lola, Rita y Silvia con los niños sentadas en la cocina charlando. Los machos en el salón atentos al partido. La hija de Rita y Povedilla jugaba a las madres con enzo que estaba en la silla, este se entretenía metiendo en la boca todo lo que Sabrina le daba. Silvia: Rita cuando pasaste a la niña a su cuarto?. Rita: déjame pensar... fue tarde..yo creo que a los 2 años. Lola: y ese interés? – como Silvia se quedó callada la curiosidad de Lola no pudo aguantarse – no me digas que os ha pillado....? Silvia ruborizándose: Lola.... Rita: niña pero si cuando caen dormidos no se enteran.. Silvia: pues – señalando al niño – a las 3 de la mañana estaba muy despierto. Rita: pero chiquilla a que hora os vais para cama??, normal que el angelito se despierte, esas cosas... Silvia la interrumpió: Rita, no era el primero de la noche. - ambas se quedaron viendo para ella – a no?, no pienso contaros nada más. Lola: mujer como eres, nos pones los dientes largos y ahora te vas a quedar callada?. Rita: pero entonces – juntando los 2 índices – más de una vez, uy!! Eso no lo hago yo con mi Jose Luis desde recién casados... Lola: ni yo con Paco, ahora uno y gracias.. aprovecha hermana que esa pasión se acaba. Pepa llegaba en ese momento con Van Gogh y preguntó: que se acaba? – atacó a Silvia desde atrás dándole un beso en el cuello – hola mi amor. Lola viendo para ellas: la pasión y el sexo. Pepa: no estoy de acuerdo – Silvia se había girado hacia ella y le dio un beso en los labios. Lola: ya, ya nos ha contado mi hermana vuestros hábitos. Pepa: os ha contado lo.. Silvia le tapó la boca con la mano: shhh, yo no he dicho nada, estas 2 quieren saber muchas cosas. Pepa se acercó a enzo y le hizo una fiesta de gestos y le dio varios besos, para Sabrina también hubo un montón de achuchones, Van Gogh pasó a ser el nuevo juguete con el que entretenerse, se sentó con ellas. Rita: vosotras lleváis poco tiempo.... Pepa: llevamos 3 años, lo que no hay que caer es en la rutina – guiño un ojo a Silvia – verdad pelirroja?. Silvia le dio otro beso: verdad. Pepa: mira a Lucas y Sara, se han ido de fin de semana. Lola viendo para el salon: ya hija pero le tiene que apetecer a los 2. A Pepa no le había pasado desapercibida la mirada, pero quien habló fue Silvia. Silvia: basta con que uno quiera, lo organiza y se lleva al otro. Descanso de la primer parte. Los machos llegaron a la cocina a por algo para picar, Povedilla y Rita decidieron irse para acostar a la niña tempranito. Lola: vosotras os quedáis a cenar verdad?. Asintieron, más por el tono de ruego y para no dejarla sola con los forofos, empezaba la segunda parte. Paco: me llevo al niño para el salón, para que empiece a coger afición al betis. Ellas estaban entretenidas preparando de cenar cuando el betis marcó un gol, pero se giraron ante el jaleo que montaron. Pepa: Paco!! El niño!!!. y salió corriendo. Enzo se había subido a la parte superior del sofá y en cualquier momento se caería, Don Lorenzo, Paco y Mariano se habían levantado del sofá y con los brazos en alto estaban celebrando el gol, Don Lorenzo consiguió agarrarlo por un pie y Pepa llego justo a tiempo de amortiguar el golpe, aún así se dio con la frente en el suelo, empezó a llorar desconsolado. Pepa lo cogió en brazos, Silvia a su lado comprobó el golpe. Silvia: le va a salir un buen chichón. Pepa le pasó al niño: voy a por hielo. Lola ya lo había quitado del congelador y lo estaba poniendo en un paño. Silvia acunaba a enzo que seguía llorando, Pepa llegó con el hielo y el chupete. Paco y los demás ya no prestaban atención al fútbol. Y Lola le echó la bronca del siglo a Paco, que casi se mataba el niño por su culpa...que ya se podía obsesionar con otras cosas igual que con el fútbol, en fin, una escena que hizo sentirse incómodos al resto. Silvia intentando calmar los ánimos: ya ha pasado Lola, el niño esta bien solo se ha dado un coscorrón – enzo con el chupete en la boca poco a poco había dejado de llorar. Pepa optó por callarse, la cara de su hermano estaba desencajada y lo dicho por Silvia era suficiente. Ya en casa. Pepa se acerco a Silvia que estaba comprobando el chichón de enzo, al que le cayeron unos lagrimones. Silvia : ya, mi vida, ya... - le puso el chupete y lo acuno en sus brazos. Pepa: no se le ha puesto muy mal verdad?. Silvia : no, pero en la frente todo parece escandaloso. Enzo tenia su cabeza recostada en el hombro de Silvia, Pepa le acaricio la carita, él vio para ella: mi bebe volador.. - le dio un beso - Lola se puso un poco histérica no?. Silvia : es normal.. Pepa: tanto como normal, que yo sepa no estaba Paco solo con el niño. Silvia reconociéndolo. Pepa siguió: sabes si están enfadados?. Silvia : creo que Lola esta un poco deprimida. Pepa: por?. Silvia : Sarita hace su vida y sin embargo ella y Paco no salen de casa salvo para ir a trabajar. Pepa entendiendo: ni que a estas alturas haya descubierto que mi hermano es un poco parado.. lo que no entiendo es porque no es ella la que tira de el, si Paco hará e iré a donde ella quiera. Silvia se encogió de hombros. Dejaron el tema. Unos días después Pepa hizo lo posible por ir con Paco de patrulla, incluido el soborno a Mariano, en forma de tapa de calamares. Desde luego algo le pasaba a su hermano, porque solo abrió la boca para preguntar como estaba enzo y volver a disculparse. Pepa: déjalo ya Paco, Silvia no esta enfadada y enzo esta bien ya ni se nota el chichón pausa - me quieres contar que os pasa a Lola y a ti?. A Paco se le cambio la cara: nada, que nos va a pasar - vano intento. Pepa: y yo me chupo el dedo, la bronca no solo fue por el niño. Paco: se siente sola, dice que no estoy con ella, que no hacemos cosas juntos. Pepa: y es verdad no?.. Paco: tu sabes como estamos en comisaría de un lado para otro con los atracadores. Pepa lo interrumpió: no me jodas Paco, vas a perder a Lola por no prestarle atención..? Paco : a lo mejor ya la he perdido.. Pepa: a que viene eso?. Paco conducía y para Pepa parecía una ruta como otra cualquiera pero al cabo de unos minutos se paro en doble fila. Pepa: me quieres deci.. - Paco le señalo una cafetería, dentro estaba Lola con un tipo, se reían - quien coño es .. Paco: su profesor de pintura.. Pepa entonces: pues habrán salido de clase y están tomando un café. Paco: a mi no me dice que lo hace. Pepa: entonces como sabes? - cayendo en la cuenta - no me digas que la has seguido?. En ese momento salían Lola y su profesor, un beso en la mejilla, un abrazo y cada uno por su lado. Todo muy inocente salvo por el hecho de que Lola se lo ocultase a su marido. Paco le confeso que no sabia si le engañaba o simplemente era un amigo. El resto del turno fue bastante deprimente, ver a su hermano tan desorientado hizo mella en Pepa, era buena persona, y no se merecía lo que le estaba pasando. Lo único que pudo recomendarle es que lo hablase con Lola, pero Paco temía escuchar la confirmación de que su mujer le engañaba. Pepa llegó a casa, era media tarde. Silvia estaba trabajando con su portátil en el salón, mientras enzo jugaba en el parque. Pepa: Hola – saludó sin mucho entusiasmo, se puso delante del parque y le habló a enzo– le das un abrazo a mami? – extendió los brazos y enzo fue hacia ella. Silvia observó como achuchaba al niño y se sentaba con él en el sofá, y antes de que pudiese preguntarle que le preocupaba.. Pepa: Mi hermano está bastante jodido..- no veía para Silvia. Era eso... Siguió. Pepa: sospecha que tu hermana le pone los cuernos – vio para ella que la escuchaba – con su profesor de pintura. Silvia tan tranquila: que yo sepa es sólo un amigo. Lo que le faltaba por oír, estaba claro que ella y lo que era peor su hermano eran los últimos en enterarse. Pepa : que tú sepas?. Silvia justificando: con mi hermana hablo todos los días.. Pepa calentándose: pues a mi hermano no se lo ha dicho y tú a mí tampoco. Silvia: porque en su vida yo no me meto. Pepa: no me jodas! – elevó un poco la voz y enzo se dio un susto, bajó el tono y lo tranquilizó – perdona cariño – mejor lo ponía otra vez en el parque. Pepa se quedó de pie: como puedes habértelo callado?. Silvia: te repito que sólo sé que son amigos y eso no me parece mal?. Pepa: y que a mi hermano no se lo haya dicho que te parece? – no la dejó contestar – o que tú no me lo digas a mí. Silvia: poniéndote así esta claro el porque no te lo he dicho.. Pepa: si te parece aplaudo a Lola – haciendo el gesto - la idea de engañar a Paco. Silvia: otra vez..., que no lo está engañando, sólo intenta tener amistades con las que pasar el tiempo, ya te dije que se sentía sola y... Pepa la interrumpió: de puta madre... o sea que te parece bien – pausa – lo normal es que en vez de hablarlo, cada uno vaya por su lado... Silvia : te digo que no podemos meternos en su relación. Pepa que ella siguiese tan tranquila la ponía más de los nervios: vale, cojonudo – se giró y se fue a buscar a Van Gogh. Silvia viendo que se iba con el perro : Pepaaa?. Pepa saliendo por la puerta sin decir nada.. “Genial, al final hemos discutido nosotras” pensó Silvia. A la mañana siguiente. Pepa iba con Montoya de patrulla cuando escucharon el aviso de que se estaba produciendo un atraco, llegaron junto a otras unidades al banco en menos de 5 minutos, en 2 minutos los asustados transeúntes y algún que otro cliente que acabada de salir del banco les confirmaba que allí no se estaba produciendo delito de ningún tipo, y 3 minutos después por radio se avisaba del atraco de otro banco en la parte contraria de la ciudad. Montoya tirando el walkie dentro del coche: Mierda!!!, hemos hecho el gilipollas otra vez.. Pepa: tranquilo Gonzalo. Había mucha gente arremolinada en torno al despliegue policial, casi toda gente de cierta edad a la que esas cosas les fascinaba. Un agente se acercó a Montoya : confirman desde la central que el aviso no se produjo desde un teléfono del interior del banco. Pepa observaba de forma disimulada como un chico no perdía detalle de lo que estaba sucediendo, y se lo narraba a alguien al otro lado del móvil, le hizo una gracia especial que Montoya se cabrease todavía más al saber que les habían engañado con una simple llamada de teléfono. Pepa: Gonzalo... Montoya yendo de un lado para otro: que. Pepa: gírate un poco a la derecha, a las 12 verás un chico con gorra azul – Montoya localizándolo – no te parece un poco extraño... Montoya: que se esté cachondeando del jaleo que hemos montado.. Pepa: no más bien que esté como los viejos no perdiendo detalle, vamos a hacerle unas preguntas. Empezaron a andar en su dirección. Montoya: eh chaval!!. En cuanto Montoya lo llamó el joven colgó el móvil, se dio la vuelta y haciéndose el loco empezó caminar en sentido contrario. Montoya vio para Pepa. Pepa: sordo no es porque estaba hablando por el móvil Montoya insistió: Chaval!! un momento!! – apretaron el paso. Y entonces el chico comenzó a correr. Pepa y Montoya empezaron a perseguirlo. Pepa: que se nos escapa!!. Después de varias calles consiguieron darle alcance. Montoya se le tiró encima y mientras Pepa le apuntaba le puso las esposas. Joven: yo no he hecho nada!! Déjenme en paz!!. Montoya: entonces por que corrías gilipollas, se sólo queríamos hacerte unas preguntas. Pepa ayudando a Montoya a levantar al chico: como por ejemplo con quién hablabas. Joven: con mi madre.!!. Pepa: muy interesante y que le decías que llegabas tarde a comer... Se lo llevaron a comisaría. Sala de interrogatorios. Además de Pepa y Montoya estaban Don Lorenzo, Paco y Mariano. Mariano: nombre?. Joven: no voy a decir nada hasta que me dejen llamar a un abogado. Paco: solo queremos saber tu nombre chaval. El joven callado. Entraron Silvia y Sara, la primera con los utensilios necesarios para tomarle las huellas al sospechoso y la segunda para avisar a Don Lorenzo de una llamada. Joven: si me dejan a solas con los 3 ángeles de charlie a lo mejor les digo algo más que mi nombre. Silvia: por favor déjeme la mano derecha. Joven: sólo quieres mi mano?? Que pe.. auhh. Desde atrás Pepa le había soltado un capón en toda la cabeza. Pepa se acercó a su oreja: un respeto a la inspectora, niñato. Las huellas dactilares era su única esperanza para saber quien era el chaval pues no llevaba documentación encima, lo dejarían encerrado en una celda el tiempo límite que la ley les permitía sin tener una acusación formal contra él. Salvo el comisario todos acababan el turno a las 14:00, Paco les invitó a casa a comer, Pepa se excusó con el pretexto de hacer unos papeleos con Montoya. Silvia no le dijo nada era evidente que seguía enfadada. Llegó con Don Lorenzo, estaban todavía con el café, Lola les ofreció a ambos. Pepa: gracias Lola, no me apetece café, y enzo? – preguntó a Silvia. Silvia: esta durmiendo en la habitación de Sara. Pepa: voy a verlo... – y desapareció hacía la habitación. Enzo dormía plácidamente arropado entre almohadones para evitar que si se movía se cayera al suelo, se agachó, acarició con suavidad su carita y le dio un beso. Alguien más entró en la habitación. Unos brazos la abrazaron desde atrás. Silvia: ya me has castigado bastante no crees? Pepa: no se de que me hablas – no respondía al abrazo. Silvia se apretó más a ella: venga, Pepa...desde ayer no me has dado ni un solo beso y apenas me diriges la palabra. Pepa: y no te has buscado a nadie que me sustituya... A Silvia el comentario no le hizo ninguna gracia, deshizo el abrazo e iba a irse esta vez enfadándose ella. Pepa la agarró: perdona – se acercó más a ella – olvida la estupidez que acabo de decir. Se besaron. Al separarse Pepa confesó: me siento impotente por no poder ayudarles. Silvia juntando su cabeza a la de Pepa: tienen que solucionarlo ellos – pausa – seguro que solo es un bache, ya verás como en cuanto Paco le haga cuatro monerías a Lola se le pasan todas las depresiones. Pepa: en cuanto se despierte enzo nos vamos si?. Silvia: si. Dejarlos solos sabiendo que Sara esa noche tampoco iría por casa, quizás ayudaba a que hablasen y solucionasen de una vez lo que les estaba pasando, que no era ni más ni menos que haberse dejado llevar por el monótono día a día. Averiguar el nombre del chico no les llevó a ningún lado, no tenía antecedentes. El número de móvil era de tarjeta y la única conversación mantenida había sido a otro móvil de tarjeta, ambos comprados ese mismo día. Daba la impresión de que lo habían reclutado para informar y sólo para ese momento en concreto, era dinero fácil y habría muchos voluntarios para realizarlo. Durante un mes no se supo nada más de los atracadores, habían desaparecido de Madrid, una banda de atracadores estaba utilizando el mismo modus-operandi en Valencia. Al mes siguiente recibieron noticias de Sevilla, todo indicaba que la banda había optado por moverse de la capital y esa era su nueva ubicación. Silvia y Pepa estaban todas entretenidas con los preparativos del primer cumpleaños de enzo, se les ocurrió la feliz idea de celebrarlo en la sierra, para ello alquilaron para el fin de semana una casita con su terreno y su barbacoa. El viernes por la tarde llegaron primero Silvia y Pepa, con enzo, Van Gogh y acompañadas por Don Lorenzo, el dueño les enseño la casa y les dio algunas indicaciones de utilización para la caldera, la barbacoa, etc. Hizo bastante hincapié en el hecho de que no alquilaba la casa a jóvenes por miedo a que montasen fiestas y bacanales, Don Lorenzo que llevaba en el colo como un abuelo orgulloso a enzo, le tranquilizó al respecto. Don Lorenzo: vamos a celebrar el cumpleaños de mi nieto, como mucho un churrasco mañana y unos globos. La casa constaba de una entrada principal que daba a un salón, chimenea a la izquierda rodeada de varios sofás, y a la derecha una gran mesa para 20 personas. Se subían un par de escalones que daban a la cocina, y si girabas un poco subías un pequeño tramo de escaleras que daba a 4 habitaciones y una sala abierta, todo llevaba una balaustrada de madera pues desde arriba se veía el salón. Había otro acceso desde el salón a 2 habitaciones más, con grandes ventanales que daban a la finca. Cuando ya se estaban instalando en las habitaciones llegaron Sara, Lucas y Mariano. Mariano: menuda choza, yo no tendré que compartir habitación con Don Lorenzo no?. Don Lorenzo: Usted duerme con su puta.. Silvia interrumpiendo: Mariano hay habitaciones de sobra, elige la que quieras.. Por último llegaron Paco y Lola, entre ellos las cosas se iban arreglando, digamos que dejar de preocuparse por Sara y su futuro les había devuelto una vida en común, que intentaban llenar recuperando cosas que hacían de jóvenes. La distribución de la casa quedó de la siguiente manera, las habitaciones de la planta baja las ocuparon Silvia y Pepa, Lola y Paco. En la planta superior en una esquina estaba Sara y Lucas, en la otra Don Lorenzo y en el medio Mariano. Durante la cena hablaron sobre los preparativos de mañana, vendrían Montoya, Povedilla y Rita con la niña, Curtis, Kike y Aitor, además de un par de parejas con sus respectivos niños de la guardería donde se quedaba a veces enzo. Se fueron temprano para cama. Pepa despertó a Silvia con su particular método. Pepa: duerme un rato más – se besaron – me voy a duchar y vengo con el desayuno. Después de una ducha rápida, comprobó que enzo se había despertado, lo metió con Silvia en la cama, eso le haría dormirse mínimo otra media hora. Al llegar a la cocina se encontró a Mariano en pijama devorando magdalenas, en ese momento llegaba Don Lorenzo con batín, Pepa se abstuvo de comentar su parecido con un mayordomo. Don Lorenzo viendo para Mariano: deje usted de devorar como si estuviese en la selva... Mariano quejándose: Don Lorenzo, el desayuno es la comida más importante del día y yo si no desayuno bien, luego no funciono. Pepa: que le pongo para desayunar Don Lorenzo?. Don Lorenzo sorprendido: cualquier cosa Pepa, gracias . Mientras Pepa preparaba zumo, café y tostadas, llegó Paco, este se iba a sentar.. Pepa: che,che, no te apalanques, donde esta Lola ?. Paco: en cama.. Pepa: pues venga coge esa bandeja que le vas a llevar el desayuno – Paco se le quedó viendo – te lo tengo que explicar?? Pues no, estaba claro que Pepa le estaba enseñando que pequeñas cosas como un desayuno en la cama, eran un detalle muy bonito. Aparecieron Lucas y Sara, el primero en calzones y con una camiseta y ella con un mini pijama. Don Lorenzo en cuanto los vio: Usted!! Que pasa que no tiene unos pantalones, Sarita hija ponte una bata por lo menos.. Sara dándole un beso : buenos días abuelito.. Pepa sonriendo, el fin de semana iba a ser largo: que le gusta a Lola?. Paco: eh, eh, un zumito, café con leche y magdalenas. Don Lorenzo arrebató la bolsa a Mariano: toma Paco, antes de que el troglodita se las coma todas. Pepa le sirvió a Don Lorenzo lo que había pedido y antes de que este y Mariano se volviesen a enzarzar salió con una bandeja con el desayuno para Silvia, Paco hacía lo mismo dirección la habitación de Lola. Silvia en cama tenía a enzo completamente despierto. Pepa entró con la bandeja: quien es el niño que esta de cumple hoy??. Enzo dio palmas y se rió. Pepa puso la bandeja en la mesilla y lo cogió, lo hizo volar varias veces. Le vino un olor inconfundible. Silvia empezó a reirse. Pepa viendo para ella: traidora.. sabías que se había cagado... Pepa a enzo: venga a limpiar ese culete – se iba con él hacia el baño y le dijo a Silvia me pones azúcar en mi café?. A los 2 minutos salieron otra vez. Pepa: desayunamos? Si?- Silvia estaba probando la temperatura del potito que venía en la bandeja. Desayunaron los 3 en cama, enzo en cuanto se tomó el potito y una magdalena, tenía ganas de marcha, le encendieron la tele para que los dibujos lo entretuvieran un rato y así acabar ellas. Pepa le contó la escena de la cocina. Silvia: me imagino que Lola estará alucinando ahora mismo - besó a Pepa - eres un sol.. Pepa se echó encima : y por tu desayuno no me merezco otro?. Se volvieron a besar y enzo pensando que era un juego también se acercó repartiendo besos y abrazos. A la hora de preparar el churrasco se apretujaron todos los machos en la barbacoa, Don Lorenzo intentando organizar y los demás cada uno por su lado. Povedilla: disculpe Don Lorenzo pero la madera hay que colocarla como si fuera una tienda de campaña. Paco con el carbón de un lado para otro Mariano: Paco tú échale carbón ahí que ya verás como enseguida enciende. Curtis con una botella de agua preparado por si se producía un incendio no controlado. Don Lorenzo: que no, que no, que así me van a ahogar el fuego. Lucas sin que se dieran cuenta echó un poco de un líquido inflamable que seguro que ayudaba a hacer llama. Don Lorenzo acercándose con una cerilla, como una pira funeraria se encendieron las maderas. Don Lorenzo retirándose con las cejas chamuscadas: Terroristas!!!, la madre que os parió!!!. Las mujeres que estaban sentadas en el porche disfrutando de los rayos de la primavera, no daban crédito a la que estaban montado en la barbacoa. Lola intranquila: a este paso vamos a comer patatas fritas y ensalada. Silvia: relájate hermana, déjalos hacer. Sara riendo: si mamá. Rita: mi Jose Luis ha hecho muchas barbacoas de campamento... Pepa estaba con los críos como no, la mayoría de las veces ayudando a enzo, pues aunque todavía no sabía andar quería ir detrás de todos los niños, y de aquellos globos y pelotas que Van Gogh todavía no había mordido. Pepa se acercó un momento a la mesa a beber, se sentó en las piernas de Silvia: Uf... me están matando, como siga agachándome de esta manera mañana no voy a poder moverme. Silvia riendo: estas sudando.. Pepa se levanto: avísame cuando casi este lista la comida y voy a ducharme. Al final no se cumplieron los peores pronósticos de Lola y pudieron disfrutar de un buen churrasco, el ambiente regado con varios botellas de vino se fue relajando, llegaba el momento de soplar la vela, enzo excitadísimo alucinaba con tanta expectación. Silvia lo tenía sentado en sus piernas, al lado Pepa con Sabrina, el abuelo procedió al encendido, todos le hacían indicaciones al niño para que soplase y al final ayudado por Sabrina las apagó, le cantaron el cumpleaños feliz, e inmortalizaron el momento con varias cámaras. Silvia aplaudiendo a enzo vio para Pepa, a está le caían una lágrimas, se las limpió y le dio un beso: te quiero. Pepa: te quiero. La fiesta siguió hasta altas horas de la madrugada, acompañados del calor de la chimenea, del licor café, de la crema de whisky y demás bebidas espirituosas... A la mañana siguiente fue Silvia quien despertó a Pepa, le propuso un paseo y juntas con enzo y con Van Gogh se fueron a disfrutar de la naturaleza y de un poquito de paz. Pepa hizo una autofoto de los 4 cerca de un riachuelo con varios árboles en flor, en la instantánea el más quieto era Van Gogh, enzo se había movido y Pepa besaba a Silvia en la mejilla. El mes siguiente se destapó el caso de muertes súbitas en un geriátrico y como consecuencia Silvia trabajaba en turnos dobles para realizar todos los análisis necesarios y determinar que personas en el periodo de 1 año habían muerto por causas naturales y no a consecuencia de la falta de escrúpulos del ya denominado doctor muerte. En el caso de los atracadores de bancos también había novedades, después de su gira por las ciudades de Valencia y Sevilla, desde esta última se informaba que según sus investigaciones los atracadores volvían a la capital y el objetivo ahora serían entidades principales. Pepa tuvo una reunión en la que Don Lorenzo explicó los avances de la comisaría sevillana, en el dossier que les había entregado se daban datos concretos, Pepa lo leía y dejó de escuchar al comisario en el momento en que sus ojos leyeron el nombre de la persona que se desplazaba desde Sevilla para ayudarles, Inspectora Jefe Raquel Treviño, Raquel.... FLASHBACK Unos 10 años atrás. Pepa llegaba a Avila, durante 2 años recibiría la instrucción necesaria para comenzar su carrera en la policía. Los primeros días, al igual que el resto de su promoción estuvo dando vueltas por la academia y buscando en la ciudad un lugar donde alojarse, finalmente con otras chicas alquiló un piso, en un edificio donde ya había otros muchos novatos como ella. Un día al llegar a casa se encontró con el colchón que había comprado en el portal del edificio, por un error los de la tienda se habían presentado cuando Pepa no estaba y el tipo del reparto al no poder acceder al piso optó por dejarlo allí mismo. Después de comprobar que no entraba por el ascensor intentó subirlo por las escaleras. En eso estaba en el primer descansillo, sudando y ya dándose por vencida. Raquel: Me parece que necesitas ayuda... Pepa vio hacia arriba, se fijó en que la chica llevaba una aparatosa rodillera con enganches metálicos en la pierna izquierda. Raquel: que no te engañe mi armadura – se tocó la rodillera – te aseguro que estoy en muy buena forma física. Pepa: gracias, entonces pillas por ese lado?. Los 3 pisos los subieron en apenas 5 minutos, entraron y lo llevaron a la habitación, lo pusieron sobre el somier, Pepa estaba asombrada de la fuerza que tenía la chica, a la que sacaba mínimo 8 centímetros de estatura. Pepa: pues sí que tienes fuerza.. Raquel: son las ganas de volver a estar como antes.. Pepa: que te ha pasado??. Raquel se tocó una cicatriz que tenía en la ceja derecha: es una larga historia.. mejor empezamos por presentarnos no??, me llamo Raquel, pero mis amigos me llaman reich o ra, o raki, – le dio la mano. Pepa: encantada soy Pepa. Raquel: te he visto por la academia.. Pepa: estas estudiando? – no le cuadraba por la edad y por la lesión. Raquel sonriendo: te parezco vieja o que?.. Pepa sonrojándose: no, no quería decir. Raquel: Estaba en segundo a punto de graduarme cuando me pasó lo de la pierna, llevo 14 meses recuperándome y si todo va bien, completaré el ciclo este año. Pepa: como mínimo te debo un café por la ayuda. Raquel: vale.. Como la nueva en la ciudad era Pepa fue Raquel quién eligió el lugar. Durante el café ambas se estudiaron de forma disimulada. Para Raquel, Pepa tenía la inocencia propia de su edad, apenas que, 19 - 20 años, físicamente era guapa y que fuera más alta que ella no le intimidaba. En algún momento de la conversación se lo preguntó. Raquel: oye, una curiosidad, cuanto mides?. Pepa sonriendo: 1,80, y tú?. Raquel: 1,72, eres andaluza no?. Pepa: de Sevilla, tanto se me nota ?. Raquel: un poco, yo soy de Vigo. Siguieron charlando animadamente varias horas. Al volver al piso Pepa hizo un repaso de lo que le había parecido Raquel, en sus 25 años se notaba que había vívido muchas experiencias, le pareció divertida, y cuando sus ojos verdes te miraban parecía que examinaba hasta el último rincón del alma. Unos días después Pepa y otras compañeras estaban en una zona ajardinada de la academia matando el tiempo cuando le sonó el móvil. Pepa: hola?. Raquel: hola sevillana, por donde andas?. Pepa: ahora mismo en la academia, tumbada al lado de la fuente. Raquel: yo estoy también aquí, me acerco. Llegó con otras compañeras, iba vestida con el uniforme de entrenamiento, no llevaba la rodillera. Hizo un saludo general a todo el mundo y le preguntó a Pepa. Raquel: te apetece venir a una celebración?. Pepa: que se celebra?. Raquel: que me han quitado por fin los hierros y me reincorporo al curso. Pepa: enhorabuena, vale. Raquel: te llamo después y te digo donde – se despidió de todas en general. Una de las compañeras de Pepa en cuanto se fueron se giró hacia ella . Chica: Conoces a Treviño? Pepa : si, lo dices como si fuera famosa. Otra Chica: y tanto que lo es.. Pepa intrigada: no entiendo por?. Chica: mejor que te lo cuente ella , lo de la pierna y la cicatriz de la ceja. Esa noche se lo pasó genial con Raquel y sus amigas, al final acabaron bastante borrachas, Raquel la acompañó a la entrada de su casa, y como no tenían sueño y hacía muy buena noche se sentaron a charlar. Pepa : no me habías dicho que eras famosa. Raquel cambió el gesto: ojala no lo fuera, ya te lo han contado?. Pepa: no, perdona si te he... Raquel: tranquila, te dije que te lo contaría en otro momento, y este es tan bueno como otro cualquiera. Se recostó en la pared. Y relató su historia. Raquel :Me líe con una mujer que resultó estar casada -Pepa no reaccionó especialmente ante el hecho de que hubiera dicho mujer - era un cerdo agresivo que la maltrataba.., se iba a separar de él y cuando se lo dijo, entre otras cosas la violó – pausa.. - ella lo denunció y yo la escondí en mi casa, pero el tipo era capitán de la Guardia Civil y averiguó donde estaba, rompió la cerradura con 2 patadas, ella en ese momento estaba en la habitación y yo en la terraza, le pegó un tiro en cuanto la vio y yo me eche sobre él, me llevé otro tiro que casi me destroza la rodilla y con la culata me levantó media cabeza – se tocó la cicatriz – pero quizás la certeza de que nos iba a matar a las 2 me dio las fuerzas necesarias para defenderme y conseguí hacerme con la pistola y matarlo. Pepa se había quedado sin habla a mitad de la historia. Raquel vio para ella : ella se fue a los 2 meses de aquello - dibujo una sonrisa o por lo menos lo intentó - y mi corazón roto, mi rodilla destrozada y yo nos hicimos la promesa de conseguir la placa para la que había venido aquí. Pepa: joder!!, y yo que pensaba que había tenido mala suerte enamorándome de quien no debía – le contó sus sentimientos por cierta pelirroja. Esa noche, Raquel se convirtió en la primera mujer con la que se acostaba Pepa. Durante el año siguiente estuvieron juntas, Raquel ejerció de pigmalión y poco a poco moldeó a Pepa, haciendo de ella una mujer fuerte y capaz. Desde el principio de la relación al no tener Pepa contacto con su familia, Raquel la invitaba a Galicia, sus padres así como sus hermanos y sus primos la acogieron como una más. Llegaba el día de la graduación y desde hacía unos meses Raquel estaba bastante ausente. Estaban en el café donde habían ido por primera vez. Raquel: Tenemos que hablar – así sin más. Pepa supo que no le iba a gustar. Raquel aprovechó su indecisión: creo que es mejor dejarlo. Pepa: por que? – no entendía nada. Raquel: Te podría decir que las relaciones a distancia son una mierda, pero no te he mentido nunca y no voy a empezar ahora. Pepa: entonces que me vas a decir? que de repente has dejado de quererme?. Raquel: sabes que te quiero..., mucho.. Pepa: pero no para toda la vida.. Raquel sonrió: yo no soy tu pareja definitiva... Pepa: porque has sido la primera?, porque me llevas 5 años?. Raquel: porque eres muy joven y necesitas vivir cosas sin mí, conocer otras mujeres... Pepa la cortó: no lo necesito. Raquel: venga Pepa, durante este año más de una se te ha acercado.. Pepa: a ti más.. Raquel: pues eso es lo que quiero que entiendas, cuando estemos separadas yo sé que no voy a decir que no... Esa fue la primera vez que Raquel le hizo daño, para Pepa la culpable era aquella mujer por la que había perdido la cabeza y casi la vida, la había marcado para siempre. A los pocos días de irse Pepa recibió un paquete, en el interior estaba un colgante en forma de rosario con cuentas de madera, lo había visto en una tienda un día paseando con Raquel, había una nota y la letra era de ella. “ Sé que te gustaba..., lo he llevado a bendecir a Compostela, no sabría decirte el porque, sobre todo siendo como soy agnóstica, para mí simboliza mis deseos de que te vaya bien, un amuleto que te proteja y un recordatorio de que te he querido y quiero mucho “ Durante los 5 años siguientes no hubo mayor contacto, tuvo razón en que Pepa conocería a otras mujeres, y entonces el destino las hizo coincidir en Sevilla. Primero hubo sorpresa, Pepa estaba cabreada con ella, pero no le duró mucho, Raquel se la ganó otra vez sin esfuerzo, sin pedirle nada ni pretendiendo nada, estuvieron otro años juntas y cuando Pepa empezaba a confiar en que esta vez los muros de Raquel caerían, ella volvió a pedir el traslado. Se iba de escolta al País Vasco. En esta ocasión si que le pidió perdón por haberle dado falsas esperanzas, y le dijo con lágrimas en los ojos que lo que más sentía era hacerle daño otra vez, pero....no podía.. Pepa se quitó del cuello el rosario que en su día ella le había regalado, se lo puso. Pepa: te va a hacer falta..ya sabes lo que simboliza.. Entonces llamaron a la puerta y entraron Montoya seguido de Raquel... En los pies unos Kikers azules tan desgastados como los pantalones vaqueros, una camisa blanca impecable sometida por dentro de los pantalones que como siempre llevaba caídos hasta la cadera, y una blazer azul marina, seguía llevando el pelo muy cortito y alborotado, tan negro como lo recordaba y sin canas a pesar de que tenía ahora 35 años. En su cara más marcadas las líneas de expresión de la boca y las patas de gallo en los ojos, ya decía ella que el tiempo le pasaría factura por tener siempre una sonrisa en la cara. Su figura reflejaba que el deporte seguía formando parte de su vida. Mientras Montoya le presentaba a Don Lorenzo Pepa tuvo tiempo de ver todo eso y más, la mujer que más había significado en su vida volvía a estar a escasos 2 metros de ella. Don Lorenzo indicó a los presentes quien era y le ofreció el atril para dirigirse a la unidad. Raquel se quitó la chaqueta, por lo que dio ligeramente la espalda a los allí presentes. Curtis cerca de Pepa: menudo culito. Siempre le habían quedado de cine los pantalones, y más los vaqueros de cintura baja como el que llevaba. Al girarse de nuevo para ponerse delante del atril, algo se había movido en la abertura de su camisa, el rosario de cuentas, seguía llevándolo, con un gesto mecánico se lo puso dentro otra vez. Al quitarse la chaqueta también observó que utilizaba sobaquera para llevar la pistola. Levantó la vista y recorrió el lugar que ocupaban los agentes, sus ojos verdes se encontraron por fin con los de Pepa, las arrugas en el contorno se acentuaron de forma casi imperceptible para todos menos para Pepa, y ella supo que en un milisegundo aparecería una sonrisa, allí estaba.... Raquel, con voz profesional: Buenas tardes a todos, estoy aquí con la única intención de ayudarles en la captura de esta importante banda de atracadores, por lo tanto espero que me vean como una colaboradora más de su unidad. Curtis otra vez a Pepa: yo la invito a unas cañas después... Raquel: desde Sevilla hemos podido averiguar un par de datos relevantes que quiero compartir con ustedes. Se acercó al maletín que había traido, sacó un portátil que conectó al proyector de la sala. Sus movimientos eran seguros, todos absolutamente todos le prestaban atención. “ me recuerda a alguien “ pensó Pepa. Raquel: me pueden apagar las luces por favor?. Povedilla como un rayo dándole al interruptor. Raquel: muchas gracias.. – en la pantalla apareció la foto de un hombre – se llama Antonio José Fernández de la Hera y estamos convencidos de que es el jefe de la banda, es el presidente de un entramado de empresas y subempresas bastante complejo, y resulta que en todos los bancos de Sevilla donde se han producido los robos, acababan de depositar grandes cantidades de dinero algunas empresas que finalmente hemos conseguido vincular a su holding. Alguien en la sala dijo: se está robando a si mismo?. Raquel sonriendo: eso parece, nosotros hemos estado a punto de introducir un miembro de nuestro equipo en su organización pero es demasiado cerrada y la estrategia ahora que ha vuelto a Madrid es seguirle para conocer a posibles miembros de la banda, causar la baja en alguno de ellos, y desde ahí introducirnos y llegar hasta él.. Estuvo apenas 5 minutos más hablando, pasó otras diapositivas de posibles implicados, por último dio las gracias por la atención prestada y mientras se encendían las luces se sentó al lado de Montoya. Curtis: me recuerda a ti – le dijo a Pepa. Pepa pensó “ era eso, soy un espejo de ella misma” Poco a poco la sala se fue quedando vacía, Montoya le dijo algo a Raquel pero está se quedó sentada, y sentada también se quedó Pepa. Cuando todo el mundo abandonó la sala, sin mediar palabra Raquel se levantó de su silla, se acercó a ella y se sentó en el respaldo de la silla que tenía en frente, apoyo sus manos en el respaldo y le sonrió, Pepa se recostó en su asiento como poniendo más distancia entre ellas, Raquel fue la primera en romper el silencio. Raquel todavía sonriendo: sevillana no le vas a dar un abrazo a una vieja amiga..? Pepa: eres increíble, hace más de 2 años que no sé nada de ti – su tono de voz iba cargado de reproche - ni siquiera que has vuelto a Sevilla y menos claro que te ibas a presentar aquí. Raquel: venga no seas cría – le toco un brazo - ya sabes como soy, de repente desaparezco.. Pepa se levantó de la silla , Raquel hizo lo mismo y se abrazaron, un abrazo fuerte, muy sentido por ambas partes. Raquel: dime que estas más alta.. Pepa separándose: no.. Raquel: mierda estoy encogiendo... Pepa riendo: será la edad... Raquel dándole un golpe: oye niñata no me llames vieja.. Pepa se puso sería: Cuando has .... Montoya interrumpió el inicio de la conversación : Raquel perdona, han llegado tus 2 compañeros. Raquel a Pepa: nos vemos después si? – le dio un beso en la mejilla y antes de separarse – estas muy guapa, larga.. Pepa se quedó allí en la sala, asimilando el reencuentro con su pasado. Montoya mientras iban andando: no sabía que conocías a Pepa. Raquel: de la academia. Montoya: vosotras..? Raquel: no te parece que no nos conocemos lo suficiente para hacer esa pregunta? Montoya se quedó cortado y no volvió a abrir la boca. Pepa estaba en su mesa, habían pasado unas 2 horas y la puerta del despacho de Don Lorenzo se abría, de ella salieron Raquel con 2 hombres que imaginó serían sus compañeros, les dijo algo y sus pasos comenzaron el camino hasta ella. Pepa se levantó de la silla y se apoyó en la mesa. Raquel a su altura: me gustaría trabajar contigo en este caso.. Por la puerta de la entrada aparecía Silvia con enzo que se empeñaba en ir al suelo, ahora que ya sabía andar el solo. Se encontró con Rita y está le dio unos achuchones al niño, Silvia vio como Pepa hablaba con una mujer..no la conocía.. En la mesa de Pepa. Pepa viendo hacia el despacho de Don Lorenzo: te lo ha autorizado él?. Raquel: me ha dicho que eras una de sus mejores agentes, así que cuando se lo he pedido no le ha quedado más remedio. Raquel como veía que vacilaba: si no estas cómoda lo entenderé.. Pepa: por que no iba a estarlo? – sonó muy a la defensiva. En la entrada. Rita: y como has venido ahora chiquilla, no tenías la tarde libre?. Silvia: he estado comprándole ropa a enzo, quería darle una sorpresa a Pepa, por cierto con quien esta?. Rita se giró : es la inspectora jefe Raquel Treviño, viene de Sevilla, creo que se conocen de allí. En la mesa de Pepa. Raquel: te conozco algo te preocupa, quizás si me lo dices... Pepa la interrumpió: Cuando volviste a Sevilla? Raquel: unos meses después de irte tú. Pepa: casualidad?. Raquel: totalmente. En la entrada. Silvia seguía hablando con Rita, pero no le quitaba ojo a la tal Raquel...entonces enzo vió a Pepa y se quiso soltar de la mano de Silvia. Silvia: enzo..cariño...espera. Enzo señalando con el dedo:ama..ama.. Silvia: si cariño, ya vamos – viendo para Rita que le seguía hablando – en cuanto la ve se pone como loco – seguía tirando – enzo – el niño atento – te suelto si vas despacito, vale? El niño asintió y comenzó a dar pasitos hacia Pepa. En la mesa de Pepa. Pepa se relajó un poco: lo siento, es que. Raquel no la dejó seguir: todavía no te has dado cuenta..? Pepa: de que me parezco demasiado a ti.? Raquel sonriendo: tu eres una versión altamente mejorada.. Pepa también con una sonrisa: y yo porque no me he dado cuenta hasta hoy?. Raquel: porque todavía soy un poquito más lista que tú.. –le sacó la lengua. En ese momento un pequeño personaje pelirrojo llegaba andando. Pepa levantó la vista para ver que Silvia estaba en la entrada hablando con Rita, el niño llegó a sus brazos que lo esperaban. Pepa lo levantó: hola, mi bebe... Enzo con las manitas en la cara de Pepa: ami, oda,oda. . Raquel curiosa observaba la escena. Pepa: un beso guapo. El niño acercó sus labios a los de Pepa y se dieron un pico. Raquel: hola guapo, para mí no hay un beso? Enzo vergonzoso se abrazó más a Pepa. Raquel le puso cara de mucha pena: dios me voy a poner a llorar – haciendo un drama un abrazo por lo menos no? – le hizo el gesto. Y enzo se fue a sus brazos. En la entrada. Silvia observaba como enzo iba a los brazos de la tal Raquel..empezaba a sentir una punzada en el estómago, se despidió de Rita. En la mesa de Pepa. Raquel: dime que no te has casado con un pelirrojo?. Pepa riendo veía como Silvia se acercaba: no, más bien con una pelirroja. Silvia llegó a su altura, intentaba parecer tranquila, pero la cercanía con la que hablaban Pepa y la otra mujer y el hecho de que enzo estuviera en sus brazos la estaba poniendo tensa, muy tensa. Pepa: hola mi amor – se dieron un beso – que sorpresa . Silvia se calmó un poco, después de todo parecía que no había interrumpido nada... Enzo: mami - quiso ir a los brazos de Silvia. Raquel se lo pasó: haces muy bien, yo también me iría a sus brazos.. Silvia se puso colorada, pero también se sintió halagada. Pepa: oye que es mi mujer. Raquel: una mujer muy guapa, me llamo Raquel. Se dieron un par de besos en la mejilla. Pepa: Silvia te presento a la impresentable de Raquel. Silvia descolocada por el ligoteo tan descarado: encantada, os conocéis de Sevilla?. Era evidente que Pepa no le había hablado de ella, Raquel se imaginaba el porqué. Raquel: nos conocimos en la academia, yo acababa y ella empezaba, y después coincidimos en Sevilla - era experta en contar medias verdades, se acordó de una conversación en Avila y viendo para Pepa – ella es la pelirroja?... Pepa : sí. Silvia no entendía. Raquel viendo para Silvia: me habló de ti el primer día que la conocí. Silvia: y yo porque no sé nada de ti? – lo dijo como si nada, pero la pregunta tenía miga. Raquel se adelantó otra vez: ya te ha dicho que soy una impresentable, además durante un tiempo he estado en la secreta, luego de escolta, ya sabes, existes pero no existes.. - cambió de tema, viendo para el niño : y tu como te llamas chavalito – le hizo cosquillas. Enzo: enzo..- entre risas. Raquel: cuantos años tienes? Enzo : así – hizo el gesto con el dedo para señalar uno. Raquel: madre mía que mayor.. Uno de los compañeros de Raquel se acercó: Reich te queda mucho?. Raquel: no, me voy con vosotros, bueno chicas os dejo, nos vamos al hotel, ellos que son unos aburridos a descansar y yo a cambiarme para dar una vuelta – viendo para Pepa – he quedado con Maca y sus amigas. Pepa: que miedo me dais. Raquel al oído de Silvia, pero para que Pepa pudiese oirla – si te quieres venir, déjale a ella el niño. Silvia se rió, pero declinó la oferta. Pepa la abrazó: no tienes nada que hacer. Raquel: era broma, ya te he dicho que me ganas en todo- lo dijo ya alejándose – hasta mañana... Pepa viendo para Silvia: que sorpresa, como has venido?. Silvia: pues he pensado que nos podíamos ir a cenar, así me olvido un poco de que mañana tengo otra vez turno doble, ya sé que no es un plan tan apasionante como el de Raquel ... Pepa cortándola: no seas tonta, nos vamos a cenar los 3 tan ricamente – apretujó a enzo – a que sí enano? Enzo: ziiii. Durante la cena Silvia le preguntó por Raquel más de una vez y Pepa no le contó toda la verdad, si le dijo que habían sido amigas, le contó anécdotas de Avila, no lo del violento marido, y obvió el hecho de que estuvieran juntas en 2 ocasiones. Decirle la verdad supondría responder al porque en los 3 años que llevaban juntas no la había mencionado ni una vez, y Pepa no tenía una respuesta clara. Como decirle a Silvia lo que había significado Raquel para ella, sin que se sintiera engañada, y como decirle ahora que lo que sentía por Raquel era devoción, devoción por alguien que la hizo crecer como persona, que siempre estuvo ahí para ayudarla, protegerla. Como hacerlo para que no pensase que no había amor en esas palabras y por ello no sintiera celos. Enzo se quedó dormido por el camino, Pepa lo llevaba en brazos, subieron en el ascensor, Silvia se acercó a Pepa y le dio un beso. Pepa: y eso? Silvia: porque te quiero. Entraron en casa. Silvia: lo acuestas tú?. Pepa: si. Cuando Pepa ya tenía casi listo a enzo, llegó Silvia, llevaba un fino camisón de tiras. Abrazó a Pepa por detrás. Silvia: te apetece un baño conmigo?. Pepa sonriendo se giró, puso sus manos en las caderas de Silvia y la atrajo hacia sí, se besaron , la cogió en peso. Silvia: me lo tomaré como un si.. Después del baño de espuma, relajante y excitante se fueron para cama, entre las sábanas el acercamiento fue mayor. Entre besos. Silvia: me quieres? Pepa desconcertada: claro que te quiero. Silvia pegándose más a ella: dímelo. Pepa besándola: te quiero. Silvia: más que a nadie?. Pepa: más que a nadie. Silvia: para siempre?. Pepa: para siempre – se besaron – dejemos de hablar....si. Pepa no mentía, Silvia era su Universo, se habían reencontrado en el momento perfecto y desde entonces su pelirroja se había convertido en el aire que entraba en sus pulmones, y en la sangre que fluía por sus venas. Pero Silvia, Silvia se había quedado preocupada al conocer a Raquel, le pareció una mujer increíble, y aunque tanto Raquel como Pepa intentaron disimularlo para ella era obvio que no habían sido sólo amigas, le inquietaba que Pepa le estuviese contando medias verdades... sin ella darse cuenta los celos estaban tomando posiciones en su cabeza y en su corazón. Se establecieron parejas de vigilancia para localizar y seguir a Antonio Jose Fernández de la Hera. Pepa iba a buscar a Raquel al hotel, habían informado de que al sujeto lo tenían localizado en las torres Kio, les tocaba relevarlos en sus funciones. Raquel estaba fuera hablando por el móvil, llevaba una bolsa en la otra mano, se metió en el coche. Raquel: que no te miento.. quieres hablar con ella??. – le pasó el móvil a Pepa, mientras dejaba en el asiento de atrás la bolsa de deportes. Pepa : si?? – su cara dibujó una sonrisa – cuanto tiempo Antonio – escuchaba – si, si, hace mucho.. – escuchaba – vale, te lo prometo.. un beso, dale un abrazo enorme a todos – le pasó de nuevo el móvil. Raquel: ves papá, no te mentía – escuchaba – vale si pesao, un beso. Colgó. Raquel: a que te ha preguntado cuando vas a mariscar?. Pepa asintió: sigue yendo por la ETEA a pescar?. Raquel: la escuela de trasmisiones está cerrada y ahora que ya no hay marinos que le apunten con los cañones y le pidan que se aleje del perímetro no le tiene aliciente. Pepa recordó cuando años atrás en las vacaciones que compartía con Raquel conoció a su pintoresco padre, un marinero jubilado que mataba el tiempo yendo de pesca por la ría y al que habían acompañado varias veces en verano, él las llevaba con la lancha hasta alguna playa y ellas se quedaban bañándose o tumbadas al sol, o las liaba para ir por la noche a echar las nasas y coger nécoras o centollas. Raquel: adivina que me ha dicho cuando le he contado que tienes mujer y un niño?. Ambas a las vez: Hija que gilipollas eres!!....- se rieron juntas. Cuando llegaron a las torres el sujeto continuaba dentro. Uno de los compañeros de Raquel se acercó al coche. Agente: Reich, está en las oficinas de una empresa inmobiliaria, planta 14, oficina143. Raquel: vale, si se mueve y necesitamos relevo os avisamos por radio. Mientras esperaban se pusieron a hablar de lo echo por cada una en los últimos 3 años. Pepa: como es que te trasladaron tan pronto de ser escolta?. Raquel: mi protegida sufrió un atentado del cual salió con vida. Pepa: ah y te premiaron con un nuevo destino claro.. Raquel: bueno, no exactamente.. Pepa viendo para ella: no me lo puedo creer?, te acostabas con ella?. Raquel: reconozco que fui muy poco profesional..pero tenías que haberla conocido..poniendo una gran sonrisa. Pepa: eres de lo que no hay...cuenta... Raquel: su padre es un alto cargo político y a mi me toco cuidar de su hija universitaria, menuda boquita que tenía la niña, es miembro de las juventudes del partido de su padre, y entendía mucho, pero que mucho. Pepa: o sea que fuiste una víctima.... Raquel: digamos que no me pude resistir al contenido altamente sexual de sus 23 años – le hizo un gesto como dando a entender que la carne es débil - un fin de semana se fue de marcha a San Sebastián, y por la noche un encapuchado entró en el hotel, disparó al escolta de la puerta y entró en su habitación para acabar con ella. Pepa: ostias.. Raquel: las habitaciones se comunicaban por un salón, y ella estaba en mi cama, escuché ruidos y tuve el tiempo justo para coger mi arma de la mesilla y salir por la puerta – pausa - su padre lo organizó todo para que yo eligiese un nuevo destino, para él no era una novedad que su hija era lesbiana, y después de todo le había salvado la vida. Pepa le contó a su vez su regreso a casa y como Silvia y ella acabaron juntas. Raquel escuchó con interés. Al final. Pepa: no te extraña que no le haya hablado de ti?. Raquel: es lógico que con ella te hayas olvidado del resto.. Pepa: tienes respuesta para todo, pero no creo que ella se creyese esa explicación. Siguió callada. Pepa preocupada: ayer no me pareció el momento. Raquel: tú la conoces, piensa que es mejor para vosotras, si decírselo o no. Pepa agobiada: no es tán fácil sabes?. Raquel: yo no he dicho que lo sea, no sé lo quieres contar?, no se lo cuentes, yo no voy a decirle nada. Pepa: pero...? Raquel: no crees que si lo averigua podría pensar algo que no es? Posiblemente, pero por quien iba a averiguarlo... El resto del día se limitaron a seguir al sospechoso que se movía por Madrid con chofer. Sacaron algunas fotos, del chofer, de las personas con las que comió y de los lugares que había visitado. Las relevaron sobre las 19:00, iban para comisaría. Raquel: he visto el gimnasio que tenéis. Pepa: si esta bastante bien. Raquel: el ring esta genial. Pepa viendo para ella: has quedado con alguien para practicar?. Raquel: contigo?. Pepa: Ah no... Raquel practicaba King boxing desde que entró en la academia, ambas habían luchado varias veces. Raquel: venga no seas muermo.. llevamos en este coche todo el día necesito mover el cuerpo. Pepa: tú lo que quieres es darme de ostias. Raquel con una sonrisa: ah!! ya entiendo tienes miedo de que te vapulee. Pepa: perdona bonita pero te recuerdo que las últimas veces mordías la lona tú siempre. Raquel: eso era porque llevabas al ring temas personales... Al poco tiempo de llegar estaban cada una enfrente de la otra en el cuadrilátero, ambas con pantalones cortos, camisetas de asas, protecciones en la cabeza y guantes. La diferencia de estatura era evidente, también se apreciaba muscularmente ventaja de Raquel sobre Pepa, lo único que desentonaba en su cuerpo eran 2 cicatrices que rodeaban la rodilla izquierda de arriba abajo. Se acercaron al centro. Raquel sonriendo: preparada... Pepa: cuando quieras.. Chocaron las manos y se separaron un par de metros. A esa distancia comenzaron a estudiarse, patadas de aproximación, algún amago de gancho y mientras calentaban el resto de los usuarios del gimnasio dejaban de lado sus tareas y centraban su atención en ellas 2. Pepa llegó con su larga pierna claramente a la cabeza de Raquel: opss, me parece que te voy a tumbar enseguida - pero apenas la desequilibro, mientras le hablaba Raquel se recuperó. Intercambiaron varios golpes, y poco a poco se puso serio el combate. Raquel le propinó una patada lateral en el costado: uy!! perdona bonita.. Ellas ya solo estaban atentas a los movimientos de la otra y no vieron como el público aumentaba, además de las personas del gimnasio otros curiosos observaban la pelea. La mayoría eran hombres, y si bien no era una lucha en el barro, ver a 2 mujeres sudando y forcejeando estaba poniendo a más de uno taquicárdico. Curtis: Pero que grande es el deporte!!. Silvia estaba recogiendo un café en un pequeño descanso que se había concedido, llevaba casi 12 horas entre autopsias y pruebas en el laboratorio. En la sala entro un agente y le dijo a otros. Agente: os estáis perdiendo un espectáculo en el gimnasio. Salieron a toda prisa y Silvia curiosa de camino a su oficina también quiso echar un vistazo. Le costó encontrar un hueco y cuando las vio se quedó sin habla. Pepa y Raquel sudorosas luchaban cuerpo a cuerpo, entre ellas había patadas, pero también roces, agarrones y amplías sonrisas, se notaba que estaban disfrutando, al ver al resto del público se indignó profundamente por el espectáculo gratuito que estaban ofreciendo, pero eran sus celos los que estaban modificando la realidad de un simple combate en algo más allá. En la lona Raquel protegía su pierna izquierda de posibles patadas de Pepa, ella también se dio cuenta de ello por lo que poco a poco maniobró para buscar un ángulo correcto y darle en la otra pierna de apoyo. Ahora!, con su pierna derecha intento desequilibrar a Raquel, apoyándose en la izquierda pegó un salto para volver a lanzar otro golpe de derecha hacía la cabeza, pero Raquel había reaccionado muy rápido y cuando Pepa estaba en el aire se pegó a ella haciendo que su patada apenas llevara fuerza, le agarró la pierna y la desequilibró, cayendo Pepa de espaldas en el suelo y sobre ella Raquel, sus cabezas se quedaron a escasos centímetros. Para Silvia eran sus bocas las que casi se tocaban. Raquel con el guante le movió la protección de la cabeza: Ko guapa -. Pepa: que cabrona, me has hecho creer que protegías tu rodilla lesionada. Raquel con una amplía sonrisa: ah.. se siente. Escucharon una ovación y se giraron. Pepa: la madre... Se separaron y Raquel le ayudó a levantarse, la gente se disolvía comentando los lances de la lucha y Pepa comprobó que una de las personas que se iba era Silvia. Después de ducharse y despedirse de Raquel, se fue al laboratorio. Silvia la vio entrar pero siguió con la prueba que estaba haciendo. Pepa : hola guapa. Silvia no la saludó. Pepa acercándose más: hola??. Silvia: no salías a las siete y media? – sin dejarla hablar – a enzo lo ha ido a buscar mi padre a la guardería. Pepa: Raquel quería hacer un poco de deporte.. Silvia dejó lo que estaba haciendo: claro.. y el niño que se quede esperando no?. Pepa: que yo sepa hoy quería ir tu padre a por él. Silvia: y tú prefieres perder el tiempo antes.. Pepa la interrumpió: no estaba perdiendo el tiempo... Silvia se apoyó en el mostrador que tenía detrás: ya, ya lo he visto.. Pepa: es eso?, si te parece mal me lo dices, pero a enzo no lo metas en el medio porque está perfectamente con su abuelo. Silvia: has disfrutado jugando a Van Damm?. A Pepa le hizo gracia la comparación: venga, no puedes estar enfadada por...- rodeó la mesa que las separaba . De regreso al laboratorio sus celos se habían encargado de alimentar un buen enfado, y que Pepa sonriese la enfadó todavía más. Silvia: estoy como me da la gana..no te he visto en todo el día y cuando vuelves te pones a rozarte con tu amiga. Pepa incrédula: a rozarme?, estábamos peleando.. – con las manos en alto se pegó a ella - con quien me quiero rozar es contigo. Silvia poniendo las manos en el pecho de Pepa para apartarla: pues yo no estoy de humor.. Pepa cogiendo sus manos: tus celos son absurdos.. – si tenía alguna duda sobre contarle la verdad se le estaba despejando. Silvia: Raquel parece ahora el centro de tu vida... Pepa conciliadora: tengo que trabajar con ella, que hay de malo en que sea además una amiga?. Silvia no le dijo que ese era el problema, que no se creía que sólo fuera o hubiese sido una amiga: te tengo que creer no?. Pepa apartándose: pues sí , tienes que confiar en mí, yo lo hago en tu caso. Silvia: ja, yo no te doy motivos para lo contrario. Pepa: y yo sí?, que pasa que no puedo tener amigas?. Ya no estaban pensando demasiado en lo que decían. Silvia: yo no he dicho eso. Pepa: no, claro, solo me haces sentir culpable por no hacer nada...a veces me ahogas.. Silvia: si tanto te ahogo ya sabes. Pepa: ya sé que?- tomó aire – mira mejor me voy.. Silvia: si mejor vete... Pepa se fue sintiéndose culpable por no estar contándole la verdad, pero conocía a Silvia, si se lo contaba lo único que conseguiría era crearle más dudas y desconfianza, y Silvia se quedó allí comiéndose la cabeza y tratando de razonar con sus celos. Los días siguientes el panorama entre ellas no mejoró demasiado. Silvia seguía molesta y Pepa no quiso ceder ante el chantaje emocional, Raquel sólo era una amiga e iba a seguir viéndola, su pelirroja tendría que acostumbrarse a verla con otras mujeres y a dominar esos celos sin fundamento. Raquel: te parece si hoy seguimos al chofer?. Pepa: y eso?. Raquel: y si fuera el conductor de los atracos?. Pepa: un pluriempleo peligroso. Raquel: no te parece extraño que en algunas comidas el chofer estuviese presente?. Pepa: me gusta tu punto de vista, vamos pues. Estuvieron por la mañana siguiendo al sospechoso y su conductor hasta que a media mañana el sospechoso se quedó en unas oficinas. Informaron de que seguirían al chofer. En el barrio de lavapies se bajo del coche y entró en una cafetería, como pudieron sacaron fotos de las personas con las que se reunía y hablaron por móvil con Montoya, que les mandó a Paco, Mariano y Curtis. Todos estaban fueran esperando. Paco: que hacemos?. Raquel: creo que podemos dividirnos y seguir a estos 3 amigos, Curtis te pegas al chofer, nosotras lo hemos seguido toda la mañana y es mejor que cambiemos, Paco tú al de la cazadora marrón , Mariano al de la melena y Pepa y yo vamos a seguir al jovencito, informáis cuando se paren. Pepa: Montoya esta buscando información sobre ellos. El día estaba lluvioso y frío. El jovencito las hizo deambular por el centro, entró en una tienda de telefonía y se dirigió a un piso en la calle montera, decidieron entrar. Era el típico lugar donde las prostitutas de la zona llevaban a sus clientes por lo que las escaleras estaban muy animadas, y ellas desentonaban bastante. Por uno de los largos pasillos. Raquel: atenta por si nos tenemos que esconder. Y casi no les da tiempo. El jovencito salía de una puerta y ellas se dieron la vuelta, se camuflaron entre una prostituta y su cliente y salieron atropelladamente por una puerta que daba a las escaleras de emergencia. Estaba cayendo una buena. Pepa se arrimó medio golpeándose en el costado izquierdo donde llevaba la pistola , a la estructura de hierro. Pepa: joder!. Raquel : que pasa?. Pepa: que me he hecho daño. Raquel: shhhh, que viene, pégate más para allí. El jovencito pasó y cuando bajaba ellas volvieron al pasillo. Pepa: te has fijado de que puerta salía?. Raquel iba ya caminando hacia allí: si - tomó nota en una libreta. Pepa llamó a Montoya para que investigase. Volvieron a comisaría, estaba bastante mojadas por lo que se dirigieron a los vestuarios. En cuanto entraron Pepa se sacó la chaqueta y de cualquier manera tiró la sobaquera de la pistola, se tocaba la zona del costado. Pepa: mierda de aparato.. – viendo para Raquel – no te molesta?. Raquel: la llevarás demasiado baja, si está justo en el hueco del sobaco ni la notas. pero no te has dado un golpe antes? Pepa: si, pero ya lleva días molestándome. Raquel: déjame ver.- se acercaba a ella. Pepa: no pasa nada habrá sido el golpe de ahora. Raquel : veamos, quítate la camisa – Pepa ni se movió – no me dirás que te da vergüenza... –sonriendo. Pepa: no, vale – se quitó la camisa y levantó el brazo. Raquel en un principio se limitó a ver: tienes un hematoma reciente, justo en el hueco, puedo? – pedía permiso para tocar – aquí. Pepa: auh! Raquel: bueno, bueno que tampoco es para tanto – siguió tocando, primero hacia abajo en el sobaco y después más hacia el interior rozando el pecho. Pepa: Ah.. ahí me molesta. Raquel había notado algo: espera – volvió a tocar y Pepa a quejarse, la miró – dame tu mano – puso la mano de Pepa sobre lo que había notado. Raquel quitó su mano: desde cuando te molesta?. Pepa: una semana, me habré dado otro golpe y no me habré enterado. Raquel: a ver Pepa, no notas como un bultito?. Pepa se seguía explorando: se me habrá enquistado el golpe..- pero la cara de Raquel no reflejaba eso. Raquel: puede, pero mejor que te lo vea Silvia. Pepa: Ja! tú estas loca?, si quieres también le digo que me la has tocado tú primero.. Raquel seria: le dices que te lo has visto tú.. – al ver la cara de Pepa – que pasa?. Pepa: pues que desde lo del ring, está enfadada conmigo. Raquel con las manos en alto: tú eres gilipollas, a que estas jugando?. Pepa: eres mi amiga, Silvia tiene que empezar a dominar sus celos. Raquel: pero no te das cuenta en la situación en la que nos estás poniendo? – no la dejó replicar – no me metas en el medio, Silvia es fantástica y no quiero que piense mal de mí. Pepa sabía el odio profundo que sentía Raquel a los líos entre terceras personas : vale, no me eches la bronca, pero esto me lo veo en el médico. Médico de empresa: Pepa, efectivamente tienes un bulto en la axila izquierda, sabes que tipo de mama tienes?. Pepa se estaba poniendo la camisa y bajando de la camilla, no le prestaba demasiada atención: como?. Médico: te explico, tu ginecólogo en alguna ocasión te ha comentado que tienes una mama nodular o quística?. Pepa: no me acuerdo la verdad. Médico: si es así la aparición de pequeños quistes es propia de su naturaleza, y dependiendo del lugar donde aparezcan pueden resultar más o menos molestos. Pepa: ya. Médico: cuando has ido por última vez a una revisión?. Pepa: creo que me toca dentro de 2 meses. Médico: bueno pues pide cita y le llevas este informe con mi exploración – le pasó un papel – quieres que te dé la baja?. Pepa: no, no, estoy bien gracias. Cuando volvió a comisaría Raquel la esperaba fuera en el parking. Evidentemente le preguntó por su visita al médico y Pepa le contó que ya había llamado a su ginecóloga para hacerse una exploración mañana. Se subieron al coche, Montoya había preparado nuevos turnos de vigilancia, ya tenían mucha información sobre los sospechosos y sí, todo indicaba a que se estaban preparando para realizar un golpe. Pepa llegó a casa con enzo, le pareció que la casa, estaba especialmente silenciosa esa tarde, Silvia tenía turno de noche, cuando llegó de patrulla ella estaba en una reunión y sólo pudo dejarle un post-it pegado en su ordenador diciendo que se iba, llevaba con ese turno toda la semana. Le puso la correa a Van Gogh y salieron los 3 de nuevo a la calle, mientras seguía a enzo por los distintos aparatos del parque, que si ahora al columpio, después al tobogán, etc, su mente no pensó demasiado en el bulto del pecho, confiaba en que no fuera nada, pero tenía que admitir que estaba un poco preocupada, se justificaba no diciéndoselo a Silvia porque no había encontrado el momento, al estar en turnos cambiados se veían apenas 15 minutos y tampoco le apetecía entrar en su oficina para decírselo, sobre todo cuando no era nada, por ahora. Por la mañana , después de ducharse y comprobar que enzo todavía dormía decidió desayunar en casa con tranquilidad, con un poco de suerte Silvia llegaría antes de que ella tuviera que marcharse, a Van Gogh ya le había dado su paseo matutino por lo que se sentó en la mesa de la cocina y a medida que se tomaba el zumo y las tostadas leía el periódico. Se escuchó la puerta de la entrada, Silvia llegaba, Pepa estaba concentrada en una noticia. Una mano le acarició la cabeza y sintió un beso en la sien derecha. Silvia: buenos días – volvía a erguirse y se giraba. Pepa le pasó un brazo por la cintura para retenerla un instante, todavía estaba sentada: necesitaba ese beso – la abrazó desde abajo y Silvia respondió al abrazo. Pepa levantó la cabeza, Silvia le acarició el rostro, Pepa se levantó y la besó, y como Silvia respondía también al beso, tuvo ganas de más, no le importaba llegar tarde... Silvia se apartó ligeramente de sus besos: estoy cansada.. Pepa que no quería dejar de besarla: por el trabajo o de mí?. Enzo se puso a llamar a sus mamis. Silvia: voy enzo!. Pepa: deja, ya lo preparo yo y me lo llevo a la guardería – no había respondido a su pregunta – tú descansa. Silvia le dio un beso: gracias, vamos juntas a darle los buenos días y luego me meto en cama. Pepa: vale. Y fue detrás de ella, hoy tampoco se lo iba a decir... Como no quería pedir ningún permiso especial a Don Lorenzo para ausentarse y que este a su vez preguntase para que, Pepa se organizó dentro de su turno para ir a su ginecóloga. Raquel : yo te llevo.. Pepa: mejor que una de las 2 sigue al tipo que nos han asignado hoy. Raquel: con decir que lo hemos perdido listo. Pepa: prefiero ir sola. Raquel: no tendrías porque, cuando se lo piensas decir a Silvia?. Pepa: no es nada.. para que... Raquel no siguió insistiendo, lo único que podía hacer era estar cerca de Pepa, para cuando ella la necesitase. En la consulta ginecológica. Primero su médica le realizó una exploración de la zona, como al igual que los demás notó el bulto, la pasó a otra sala para realizar una mamografía. En su despacho. Médica: tengo que analizar el resultado de la mamografía y es posible que tengamos que hacer otras pruebas.. Pepa la interrumpió: entonces has visto algo?. Médica: digamos que quiero estar segura de lo que he visto de acuerdo?. Pepa se quedó callada. Médica: te llamaré a lo largo de la tarde y te confirmo si necesito hacerte más pruebas.. Raquel recogió a Pepa y juntas volvieron a comisaría, durante el trayecto de regreso Pepa simplemente le contó de forma escueta lo dicho por la médica. Llegaron al parking, Raquel tenía reunión con Don Lorenzo. Se quedaron unos minutos sentadas en el coche. Raquel se giró hacia ella: necesitas decírselo a Silvia. Pepa: no..la médica no me ha dicho nada en concreto Raquel, claro la cara de preocupación era por el cambio climático, le puso una mano en la pierna: Pepa... Pepa: me voy a casa.. estoy cansada... Silvia estaba en la sala del café y veía hacía el parking, concretamente lo que pasaba en el coche de Pepa y Raquel, cuando Montoya se había acercado a saludarla dio la espalda a la ventana, apenas intercambió un par de palabras con Gonzalo y se excusó diciendo que tenía que volver al laboratorio. A Gonzalo le pareció extraña su actitud y distríidamente vio por la ventana, Raquel y Pepa se despedían con un abrazo... Cuando Raquel iba de camino para el despacho de Don Lorenzo se encontró con Gonzalo. Raquel: buenas tardes Gonzalo.. Montoya: se puede saber a que juegas?? Raquel: perdona? Montoya: con Pepa?, os he visto en el parking. Raquel: déjalo vale?. Montoya: déjala tú, Silvia no se merece.. Raquel se acercó a él: oye, no te montes películas donde no las hay – pasó delante – si me disculpas tengo una reunión con el comisario. Pepa estaba jugando con enzo en el sofá, ya habían salido a pasear con Van Gogh y le parecía temprano para bañarlo y meterlo en la cama. Enzo saltaba una y otra vez y Pepa estaba atenta para que no se cayese, para su sorpresa Silvia aparecía por la puerta. Enzo: mami!, mami! – saltaba con los brazos en alto. Silvia: hola mi cosita preciosa – se dieron varios besos – cuidado no seas bruto. Pepa: has venido temprano... Silvia: sí – se acercó a ella y le dio un pico, a Pepa le pareció un beso frío, pero no dijo nada – me voy a cambiar. Pepa veía como se iba para la habitación cuando enzo se lanzó encima de ella, justo sobre el costado izquierdo donde tenía el bulto, lo que le provocó un dolor intenso. Pepa: Auh!!! - se le salieron las lágrimas y enzo al verla se asustó y se puso a llorar – tranquilo cariño, estoy bien - mientras intentaba calmarlo apareció Silvia. Silvia : que ha pasado? – enzo lloraba a moco tendido y Pepa tenía los ojos llorosos. Enzo entre sollozos: mami...pupa.. Pepa con él en los brazos: ya está, ya no me duele – viendo para Silvia – se me ha echado encima y me ha hecho daño. Silvia acercándose a enzo y mesando su pelo: cariño, tienes que jugar con mami más despacio – hacia Pepa – te duele?. Pepa: no, ya se me ha pasado – la verdad es que no tenía fuerza en el brazo izquierdo, era el momento de decírselo- Silvia.. Silvia: que? Le sonó el móvil, era la Doctora. Pepa: puedes? – haciendo un gesto hacia enzo. Silvia lo cogió: te das un baño con mami?? Enzo después del susto estaba mimoso y se enganchó a Silvia sin decir nada, se lo llevo al cuarto de baño, no sin antes ver como Pepa salía a la terraza para hablar por el móvil. Pepa: si?? Dra. Barros: Hola Pepa, necesito que vengas mañana para hacer unos análisis y una ecografía. Pepa no quiso preguntar el porque: a que hora?. Dra. Barros: mejor de mañana. Pepa: estaré en la consulta sobre las 10, le parece bien?. Dra. Barros: perfecto – como veía que su paciente no preguntaba – Pepa no quieres preguntarme nada?. Pepa: ya me lo cuenta mañana no?.. Dra. Barros: de acuerdo. Fin de la conversación. A la mañana siguiente en cuanto Silvia llegó a la comisaría se fue directa a la mesa de Montoya. Silvia: buenos días Gonzalo. Montoya: hola Silvia – estaba claro que venía a pedirle algo – dime. Silvia: me puedes dejar el expediente de Raquel?. Montoya: como? Silvia: sé que haces un informe de toda la gente que colabora con nosotros sea o no policía. Montoya: ya pero, a que viene ese interés?. Silvia : sólo quiero ver unos datos. Montoya que se olía el porqué: Silvia.... Silvia: si no me lo facilitas tú, le pido a mi padre su copia. Montoya : vale, vale, te lo llevo a tu oficina. Pepa estaba en la consulta, ya le habían sacado varios tubos de sangre y hecho la ecografía, esperaba de pie en el despacho de su médica. La doctora entró : Pepa por favor siéntate – así lo hizo. Dra. Barros: te explico un poco el procedimiento que estamos siguiendo, te parece? Pepa asintió. Dra. Barros: en la mamografía la silueta del bulto no es del todo definida, por lo que con los análisis de sangre realizaremos unos marcadores tumorales con el fin de determinar la naturaleza del bulto, en la eco que te he hecho ahora no he apreciado ningún otro quiste, ni tampoco nada alrededor del existente por lo que se podría tratar de un simple ganglio o un quiste de contenido graso, hasta aquí todo claro?. Pepa dijo un escueto sí. Dra. Barros: si los marcadores tampoco reflejan un resultado claro, entonces practicaremos una biopsia quirúrgica y ... Pepa la interrumpió: significa que tengo que ingresar... Dra. Barros: no, ponemos anestesia local, hacemos una incisión para retirar parte del tejido del quiste y de la zona adyacente y lo analizamos, te pongo un punto de sutura y ese mismo día te vas para casa – pausa – Pepa me preocupa tu silencio, la mayoría de las mujeres me interrumpen constantemente con miles de preguntas.. Pepa: no tengo ninguna duda. Dra. Barros: quizás me estoy extralimitando, pero me he fijado que Silvia no te acompaña y eso es porque no se lo has dicho verdad? Pepa: prefiero decírselo cuando haya un diagnóstico... Dra. Barros: tienes que contar con la posibilidad... Pepa la interrumpió: lo haré no se preocupe, me llamará hoy?. Dra. Barros: si, en cuanto tenga del laboratorio los datos de los análisis te llamo. Pepa volvió a comisaría, Raquel estaba con sus compañeros cotejando datos con la comisaría de Sevilla, comprobó los turnos asignados y cambió para la tarde-noche las vigilancias que tenían que realizar ellas, le dejó una nota a Raquel y se fue. A Silvia le sonó el móvil, estaba haciendo una autopsia era Pepa, se quitó un guante y descolgó: dime, estoy en plena autopsia. Pepa: tengo turno de tarde-noche, así que voy a buscar a enzo a la guardería. Silvia: yo salgo sobre las 18:00. Pepa: He hablado con Sara ella tiene libre la tarde, me ha dicho que se queda con él hasta que tú salgas. Silvia: vale.. Pepa: bueno no te interrumpo más.. Colgó. “ le pasa algo “ pensó Silvia, “ esta muy rara “, en cuanto acabase con la autopsia se iría a su despacho y esperaba encontrar el informe que le había pedido a Gonzalo. Pepa se llevó a enzo y a Van Gogh al retiro, había un espectáculo de marionetas y puso al niño junto a los demás para ver la función, estuvo atenta a él todo el rato, disfrutando con cada una de sus caras, asombro, alegría, sorpresa. De vez en cuando el pensamiento se le iba a la llamada que esperaba y ensombrecía los momentos que estaba pasando, pero no quería pensar en eso..... Raquel encontró la nota, Pepa la esperaba a las 17:30 en la entrada, no comentó con nadie el cambio de turnos, tampoco la llamó creyendo que estaría con Silvia. Silvia leía el informe que le había dejado Montoya, como hechos a resaltar estaba el asunto de la academia, luego traslados por varias comisarías del territorio nacional, incluida Sevilla en la misma época en la que estaba Pepa, su trabajo de escolta, en los servicios secretos y por último su nuevo cargo. Apuntó un par de nombres, le interesaban los periodos en los que coincidió con Pepa. Le sonó el móvil, era la Dra. Barros. Pepa: dígame. Dra. Barros: Hola Pepa – pausa - los resultados de los marcadores no son concluyentes, tenemos que hacer la biopsia. Pepa: cuando?. Dra. Barros: puedes hoy?. Pepa: a partir de las 18:00 horas. Dra. Barros : bien te espero a las 19:00. Colgaron. “ mierda, otro día más “, ese era el problema, por mucho que creyese en que no sería nada, la posibilidad de que si lo fuera, junto con la incertidumbre de las pruebas y la espera de los resultados, la estaba angustiando. Pasadas las horas. Raquel: te llevo a casa. Pepa: no!, se supone que estoy de guardia. Raquel: te has hecho una biopsia hace 6 horas, aunque me digas lo contrario se que te duele – le tocó la frente – incluso creo que tienes fiebre y estar sentada en un coche toda la noche no es lo más adecuado. Pepa: pues me aguantó. Raquel encendió el coche. Pepa: que haces?. Raquel: nos vamos a mi hotel. Pepa: ni hablar!. Raquel: o eso o a tu casa, tú decides?. Pepa se calló, le dolía realmente, y no le apetecía discutir con Raquel, no serviría de nada. Ya en la habitación, Pepa llamó a su médica y esta le recetó un medicamento para el dolor y otro por si tenía fiebre. Raquel salió a por los medicamentos incluido un termómetro, estuvo a punto de llamar a Silvia, pero que iba a decirle?, que Pepa estaba en su habitación porque le habían hecho una biopsia, joder!. Cuando volvió Pepa estaba medio dormida en cama, le tomó la temperatura y le dio los medicamentos. Raquel: has llamado a Silvia? Pepa: no, sólo le he mandado un mensaje como hago siempre, diciendo que la guardia esta siendo tranquila. Raquel: tienes que contárselo de una puta vez. Pepa: mañana me dan los resultados...cuando los tenga se lo diré. No era el momento de volver a discutir con ella, pasada una hora se quedó dormida. Cuando Silvia llegó a comisaría algo pasaba entre Montoya y los compañeros de Raquel, como Curtis también estaba en el operativo, le preguntó a él. Silvia: que pasa?. Curtis: que alguien ha cambiado los turnos originales de Montoya. Silvia iba para su laboratorio sin darle importancia pero, aún así le echo un vistazo al tablón, el turno de tarde-noche de ayer y de hoy correspondía a Pepa y Raquel. Cuando llegó a su oficina tenía un post-it en la pantalla, las personas con las que había intentado hablar ayer sobre Raquel, le habían dejado un número para que se pusiera en contacto con ellas. En el hotel Raquel no bajó a desayunar, se suponía que había hecho el turno de noche y sus compañeros no la molestaron, Pepa estaba mejor, le dolía todavía pero ya no tenía fiebre, consiguió que desayunara algo con ella en la habitación y después la llevo a casa, se volvió para el hotel, no había pegado ojo en toda la noche.. Silvia llamó primero al médico de la academia, éste le relato la lesión de Raquel y como se produjo, casualidades de la vida, uno de sus antiguos compañeros era ahora instructor, le pasó su teléfono y este sí le contó que Pepa y Raquel habían sido algo más que amigas hasta que Raquel se graduó. Cuando habló con Sevilla no tardo demasiado en averiguar lo mismo, en ambas ocasiones había sido Raquel con sus cambios de destino la que había dejado a Pepa. Porque no se lo había dicho?, Silvia era por naturaleza una mujer celosa y no se lo hubiera tomado bien, pero mentirla de esa manera no lo arreglaba. La interrumpieron en sus divagaciones para una prueba urgente. Mediodía. Pepa estaba en casa cuando le sonó el móvil, era la doctora Barros. Pepa: hola doctora. Dra. Barros: Hola Pepa, como estás?. Pepa: bien, tiene los resultados?. Dra. Barros: me los darán en una hora – mintió, los tenía en la mano - pásate por aquí y de paso reviso la herida. Colgaron. Pepa estaba sentada en el despacho y la doctora en vez de estar en su silla al otro lado del escritorio estaba a su lado, todo indicaba que las noticias que le iba a dar no eran buenas aún así mantuvo las esperanzas. Dra. Barros: Pepa cuando te dije que vinieras ya tenía los resultados – pausa – ha dado positivo – le dejó unos segundos más – todo indica que está en una fase muy inicial. Pepa sentía un gran vacío en el estómago, el miedo se había instalado de golpe en su cuerpo y echó de menos no tener a Silvia a su lado, pero eso era culpa suya... Dra. Barros: sé que es difícil de asimilar, pero tienes que pensar en esto último que te he dicho.. Pepa la interrumpió: que porcentaje? Dra. Barros: altísimo, más de un 80%, pero tenemos que operar. Pepa alzó una mano: espere, espere, necesito un momento - la doctora aguardó – si me dice ahora los tratamientos, etc no sabré que decirle. Dra. Barros: tranquila, pero ahora si que se lo tienes que contar a Silvia. Pepa con lágrimas en los ojos: esperaba que fuese un simple susto..y contárselo como una anécdota.. Dra. Barros: si prefieres vienes con ella y se lo digo yo.. Pepa: no creo que pueda aguantar decirle más mentiras, no sabe nada, ni siquiera lo de la biopsia. La doctora por discreción no preguntó como había podido ocultárselo, estuvo con ella una hora más, casi todo el tiempo en silencio, las pocas preguntas que le hizo Pepa obtuvieron respuestas sencillas y claras. En comisaría Silvia buscaba a Raquel, sabía que estaba por allí, quería hablar con ella, la vio salir por la puerta, hablaba por el móvil y cruzaba el parking hacia el exterior. Se suponía que su turno con Pepa empezaba más tarde. Raquel hablaba con ella: no estoy en el hotel, voy ahora, espérame ahí. Silvia sin pensárselo 2 veces se fue al coche, cuando salía, Raquel entraba en un taxi, la siguió. Después de media hora el taxi se detuvo, estaban en el hotel donde se hospedaba Raquel y sus compañeros y entonces vio a Pepa. Delante del hotel había una zona ajardinada con unos bancos, estaba sentada esperando. Raquel se acercó a Pepa, se sentó a su lado, llevaba en su mano doblados unos papeles. Cuando Pepa vio para ella se lo dijo. Pepa: tengo can.. – no pudo decirlo. Raquel puso sus manos a ambos lados de su cara: tranquila, tranquila. En su coche Silvia se limpiaba unas lágrimas que comenzaban a caer por sus mejillas, no se podía creer lo que estaba viendo, Pepa se había citado con Raquel en su hotel.. Raquel la abrazó: te llevo a casa?. Pepa: Silvia no llega hasta la noche, no quiero estar sola.... Raquel: has comido algo? – Pepa negó con la cabeza, eran ya casi las 17:30 pm – venga entremos, pido que me suban algo a la habitación y hablamos con calma. Silvia vio como entraban agarradas por la cintura, lo que no veía era realmente la cara de Pepa, ni que todos los gestos que Raquel le dedicaba, eran de consuelo. Se quedó sentada en el coche sin entender porque Pepa la estaba engañando, le faltaba el aire, su corazón parecía no bombear lo suficiente, con la esperanza de verla salir, espero una hora, dos, no salía, encendió el coche y se alejó del hotel. Recogió a enzo en la guardería, el cual como siempre se echó en sus brazos, Silvia con el abrazo de su hijo no pudo contener de nuevo las lágrimas, llegó hasta el coche. Mientras lo ponía en el asiento. Enzo: mami tene pupa?. Silvia: no cariño... –con sus manitas enzo le acariciaba la cara, Silvia se abrazó a él, se limpió las lágrimas – ya se me pasa ves?. Como una autómata Silvia preparó a enzo, le hizo la cena y lo acostó, ya con la casa en silencio comenzó a llorar otra vez. Sentada en el sillón de la habitación, abrazada a sus piernas, solo sus sollozos rompían la tremenda quietud en la que estaba sumida. Su dulce hogar se rompía en pedazos. Tocó su anillo y vinieron a ella recuerdos maravillosos. Los ojos de Pepa cuando la descubría viéndola.. La emoción contenida de su primera vez.. Su vida en común, eran felices o eso pensaba ella.. Porque Pepa??, porque lo echas todo a perder?? Enzo.. nuestro hijo, lo que nos ha costado formar una familia... Como has podido olvidarlo?? Lo que no sabía Silvia es que Pepa también sufría. Pepa: como se lo digo?? no se cómo empezar.. – Raquel escuchaba - te he estado mintiendo todos estos días.... – hablaba hacia la nada. Raquel: tienes el informe, siéntate con ella y se lo enseñas, te hará preguntas y tú le contestas.. Pepa: todo lo que le he ocultado...- seguía divagando. Raquel: Pepa! – hizo que la mirase – olvídate de eso, que no hayas querido decírselo a la familia ya no tiene remedio, Silvia te quiere, sabrá perdonarte – la acogió en sus brazos - tienes que decírselo, tienes que permitirle consolarte.... Pepa llegó a casa, con cuidado entró en la habitación de enzo, el niño dormía plácidamente “ no quiero perderme como creces “ le dijo en voz baja, le dio un beso. Cuando entró en la habitación, se encontró a Silvia sentada en el sillón, con la tenue luz del rincón encendida. Silvia: lo sé todo.. Pepa observó que había estado llorando, llorando mucho, quien se lo había dicho?, Raquel no, quizás la doctora, se acercaba a ella: te lo iba a contar...lo siento... Silvia se levantó y cuando la tuvo a su altura le cruzó la cara con una fuerte bofetada: como has podido hacerlo? - Pepa se había quedado desconcertada, Silvia no gritaba, pero su voz sonaba enérgica y entre golpes y empujones le decía- te he visto entrar en su hotel hace más de 5 horas, te la has estado follando hasta ahora?... desde cuando?... por eso llevas días sin tocarme?.. Pepa lo entendió de pronto, consiguió sujetarle las manos, el informe cayó al suelo: no es verdad Sil, escúchame!!. Silvia: suéltame!. Siguieron forcejeando, perdieron el equilibro y cayeron sobre la cama, Pepa encima de ella intentando con el peso de su cuerpo inmovilizarla: por favor, escúchame, por favor. Silvia: sal de encima!. Pepa aflojó su presión y Silvia liberó la mano derecha y golpeó a Pepa en el costado izquierdo. Pepa : Ay!! - la soltó completamente mientras se tiraba hacia un lado de la cama, sujetándose donde le habían hecho la incisión, la cabeza hundida en el edredón ahogando los gritos de dolor. Silvia que sabía que no le había dado tan fuerte no entendía su reacción desmesurada, se medio incorporó y al acercarse a Pepa, esta se agarró a su cintura, como una niña buscando consuelo lloró desconsolada en su colo y empezaron a brotar las palabras. Pepa: no me acuesto con Raquel...... te lo he ocultado para no hacerte daño.......te quiero demasiado.......estoy enferma........... no quería que fuera verdad...... quise contártelo varias veces pero......no me quiero mor......lo siento.... Silvia escuchaba, la acunaba, acariciaba su pelo y seguía escuchando cada una de sus ahogadas frases.. Pepa dejó de hablar, se incorporó, buscó los ojos de Silvia, acarició su cara, limpió sus lágrimas, Silvia iba a decirle algo, los pulgares de Pepa se posaron en sus labios impidiéndolo, su boca fue detrás, necesitaba su sabor, sus caricias, necesitaba hacer el amor con ella..., que el placer de tocarla..., de lamer su cuerpo.., de estar dentro de ella.., inundase cada uno de sus sentidos, volvió a besarla. Y despacio se desnudaron mutuamente, despacio sus manos recorrieron el cuerpo de la otra, despacio sus bocas y sus lenguas se encontraron, despacio, muy despacio, una dentro de la otra buscaron el placer absoluto. Y juntas, con calma, llegaron al clímax. Silvia se levantó de la cama, procurando no despertar a Pepa que dormía. Se puso la bata y recogió del suelo los papeles. Salió de la habitación y se sentó en el sofá. Leyó varias veces el informe, las pruebas realizadas, los resultados de dichas pruebas, el diagnóstico, la fase de la enfermedad y el esbozo del tratamiento a seguir... Resultaba difícil encajarlo, apenas unas horas antes estaba tremendamente dolida, cuando Pepa había llegado tremendamente furiosa y ahora, ahora, no podía seguir enfadada con ella, porque su miedo a admitir lo que podía tener le había llevado a ocultárselo a todo el mundo, menos a Raquel pues las circunstancias habían querido que fuera ella quién se lo había visto. Decidió que lo mejor era volver a la cama, se abrazó a Pepa, mañana hablarían y tomarían decisiones juntas, consiguió dormirse. Durante la noche Pepa se despertó varias veces a causa del dolor y Silvia le dio un calmante y algo más para que durmiese relajada. Por la mañana. Pepa escuchó un susurro, era la voz de Silvia, no abrió los ojos. Silvia se había levantado cuando por el interfono escuchó ruidos en la habitación de enzo. Ahora estaba de vuelta en cama con enzo en el medio de las 2. Silvia muy bajito: despacio enzo – el niño se acercaba a gatas a Pepa – así, dale un beso suave a mami y ya verás como se despierta. Con la ayuda de Silvia enzo puso sus manitas una en la barbilla de Pepa y otra a la altura del cuello y pego su boca. Pepa abriendo los ojos: mmmm, que beso más dulce – enzo se rió y todo nervioso se quiso poner encima de ella. Silvia temiendo que le fuera a hacer daño: no, no enzo, encima no. Pepa agarrando a enzo : tranquila – puso al niño sobre su lado derecho - te quedas a este ladito si?. Silvia se acercó sujetando a enzo por si acaso se movía, Pepa giró su cabeza que quedó a escasos centímetros de ella, enzo jugaba con el pelo de las 2. Silvia: te ha gustado como te hemos despertado? Pepa asintió: mucho – cambió el gesto – Sil..siento no haber. Silvia la calló con un beso: voy a aplazar mi cabreo contigo. Pepa sonrió: un aplazamiento?. Silvia: exacto, así que ya puedes hacer méritos para ganarte el perdón. Pepa se acercó a ella, se besaron: que hora es? Silvia: tarde, casi las 11. Pepa: como he dormido tanto? Silvia: el calmante que te dí era también tranquilizante, tenías que descansar- justificando el habérselo dado – mientras dormías he llamado a la Dra. Barros nos espera a las 12:30. Pepa: me imagino que habéis hablado sobre los papeles que me ha dado. Silvia: si. Pepa la veía a los ojos: dime la verdad... Silvia: te vas a curar – la acarició - va a ser duro pero te vas a curar. Dejaron a enzo en la guardería. Pepa recibió un mensaje de Raquel “espero que estés bien y que Silvia no se haya enfadado mucho” si ella supiera. En la consulta Silvia le hizo un montón de preguntas a la doctora acerca de las pruebas y los resultados. Silvia: entonces lo primero será volver a intervenir. Dra. Barros: si, con la biopsia solo retiramos una parte del nódulo y ahora, el procedimiento indica que tenemos que abrir y extirpar en su totalidad tanto el bulto como los alrededores. Pepa: me voy a quedar sin pecho?. Dra. Barros: te cuento donde esta el bulto – hizo un dibujo sobre un folio – si esta es la mama, el bulto se encuentra debajo de la glándula mamaria y escorado hacia la axila – lo dibujó -, salvo que veamos que esa zona está afectada conservaras el pecho. Silvia: e inmediatamente después radioterapia no?. Dra. Barros: en un primer momento sí, después empezaremos con quimio. Silvia: con lo cual es probable la esterilidad. Dra. Barros: en ocasiones es temporal mientras la paciente está en tratamiento, pero hay un alto grado de quedarse esteril. Silvia: entonces antes de nada queremos una conservación de óvulos. Pepa que hasta ese momento había permanecido callada: no creo que sea necesario. Silvia: y quizás dentro de 2 años hayas cambiado de opinión y sea tarde. Dra. Barros: en eso tiene razón, hacer la conservación no nos llevará mucho tiempo, simplemente haremos una extracción de óvulos y cuando comprobemos que están bien los criogenizamos por si algún día los necesitas. Al salir de la consulta. Pepa: vamos a por enzo?. Silvia: si, luego a casa de Lola, tenemos reunión familiar – Pepa se la quedó viendo – no me mires así, se lo vamos a decir. Pepa con resignación: tú mandas. Entraron en casa de Lola. Estaban todos allí. Lola, Sara, Lucas y Paco sentados a la mesa y Don Lorenzo de pie. Sara: hola titas!! – se abrazó a ellas- mi primito lindo venga aquí guapo – cogio a enzo en brazos, se sentaron. Don Lorenzo observó cierta seriedad en sus caras : a ver cojones!!, sin dilaciones, a que viene esta reunión familiar?, no os iréis a separar? Porque me cago en to.... Lola : Papa??. Sarita: a que hay nuevo embarazo a que si??. Silvia con una media sonrisa : no Sarita, no es eso – se giró hacia Pepa y le acarició la cara – Pepa se ha hecho unas pruebas esta semana porque se notó un bulto en el pecho..- todos callados, prosiguió – ha dado positivo. Paco: Ay! Dios! – comiéndose el pañuelo. Pepa recogió la mano de Silvia, le dio un beso y la atrajo hacía sí. Lola: Paco calma, hermana por favor explícanos más. Silvia les contó lo hablado con la doctora. Lola abrazó a Pepa: no te me vengas abajo eh??. Pepa: tranquila Lola..Paco por Dios deja de llorar - Paco se abrazó a ella. Lola: Paco así no la ayudas eh?, venga que esto no es el fin del mundo. Don Lorenzo: Pepa!! ya se puede poner buena me oye, que mi hija es demasiado joven para quedarse viuda. Lola: Jesús!!, Papá!!. Silvia: Papa!! Pepa: tranquilas, si es su forma de decirme que me aprecia.. Apenas había pasado una semana desde el diagnóstico. En el pasillo de entrada a los quirófanos Silvia se despedía de una Pepa callada que iba en camilla. Silvia: nos vemos en un rato vale?. Pepa: vale. Silvia se acercó a ella y cogiendo con ambas manos su cara le dio un beso. Silvia: Te quiero. Se quedó viendo como entraba. Se fue para la sala de espera, allí estaban Lola y Paco. Lola : siéntate hermana. Paco: tardaran mucho?. Silvia: esperemos que no, eso será señal de que no han encontrado nada distinto a lo esperado. Lola: le darán el alta hoy?. Silvia: he hablado con la doctora y por lo menos pasará la primera noche aquí. Llegó Raquel: hola ya está dentro?? Silvia: si hace unos minutos. Raquel se sentó al lado de Silvia: tú como estás?. Silvia: nerviosa y Pepa muy callada. Raquel: ya sabes como es.. Silvia: si, seguro que tiene mil pensamientos en la cabeza pero no los expresa. Raquel: expresarse no solo es hablar... – Silvia se le quedó viendo - sabes que tiene miedo y muchas otras cosas que seguro no te ha dicho.. Silvia hizo una pausa reflexiva :cambiemos de tema y el trabajo?. Raquel se recostó en la silla: estamos cerca de acabar con la banda, ya tenemos muchos de los lugares que frecuentan pinchados, estamos esperando que en alguna de sus reuniones digan cuando y donde. Silvia: después volverás a Sevilla?. Raquel: antes pasaré unos días en Vigo, hace tiempo que no tengo vacaciones, porque no os venís conmigo?. Silvia dudó: no sé si Pepa estará de humor..desde luego le conviene cambiar de aires. Raquel: después de la operación de hoy tiene radioterapia no?. Silvia: si una sesión cada mes, los próximos 3 meses, la primera después de la operación. Raquel: un mes aquí sin trabajar... Silvia sonriendo: si... se va a subir por las paredes.. Raquel: hablarlo y me dices algo, me tengo que ir – se levantó –te llamo para saber como va si?. Silvia: claro.. Vio como se alejaba. El día después de saberlo, Silvia se encontró con Raquel en la comisaría mientras dejaba resuelto un papeleo urgente. Raquel llamó a su puerta. Raquel: puedo pasar?. Silvia expectante: adelante. Raquel se acercó a la mesa y de pie: siento mucho no haberte dicho que le pasaba a Pepa, espera – con la mano en alto, interrumpió un intento de hablar por parte de Silvia – necesito disculparme, porque por ayudarla a ella sé que has pasado unos días horribles, si mi sola presencia te molesta lo comprenderé..y.. Silvia no la dejó seguir: siéntate Raquel.. por favor. Así lo hizo. Silvia continúo: te ha dicho lo que pasó ayer?. Raquel asintió: le dije que se merecía esa ostia y alguna más...- Silvia medio sonrió – y que yo me andaría con ojo por si acaso... Silvia: sabes, no me puedo enfadar con ella, no ahora y en estas circunstancias, y no sería justo pagarlo contigo. Raquel: estoy de acuerdo – sonrió abiertamente – que??. Silvia: siempre eres así?. Raquel: encantadora?, es broma.. Silvia cambió de registro: tú sientes.... Raquel con la mano en el corazón: la quiero un montón, no te lo voy a negar, hemos tenido un pasado juntas, pero ni ella tiene dudas sobre su amor por ti, ni yo pretendo nada más que recuperar su amistad. Silvia: entonces porque este silencio durante tantos años?. Raquel: porque yo le hice daño y después no tuve el coraje de hacer la llamada que ella esperaba. Silvia: y porque no la hizo ella?. Raquel: tu llamarías a un ex que te ha hecho daño para interesarte por su vida??. Silvia: no, me imagino que no, me ayudarás con ella?. Raquel: sabes que vas a ser el poli malo verdad??. Silvia asintió... Raquel: te vas a tener que comer sus cambios de humor, sus bajones, sus comecocos.... Silvia: visto así, buscará en ti el poli bueno. Raquel: exacto, eso es lo que espera- una pausa y una sonrisa – pero con tu permiso yo seré peor poli. Silvia: ya has vivido esto antes?. Raquel: no directamente, la mujer de un compañero tuvo cáncer, lo pasaron fatal, ella busco fuera lo que creía que no tenía dentro de casa, comprensión, apoyo, ánimos, empezaron las peleas y al final se separaron...fue una pena.. Silvia: crees que funcionará??. Raquel: conoce mi faceta sincera, yo le daré caña y tu mimos como debe ser.. Silvia: pues en la familia va a tener de todo también. Raquel se rió: si ya me ha dicho el comentario de tu padre, pues aunque no lo creas le ha venido mejor que ningún otro.. Se rieron juntas. Raquel: bueno me voy que he quedado y a las chicas no se las debe hacer esperar. Silvia : que te diviertas. Raquel con una sonrisa: lo intentaré.. Veía como se alejaba por el pasillo. Lola: es muy maja esta chica. Silvia: si lo es. Lola: como no tiene novia?. Silvia: no se deja atrapar... Lola: eso es que no ha encontrado quien le haga tilín, mira Pepa, una bala perdida hasta que te encontró a ti. Silvia sonriendo :si... Como les explicó la doctora la operación había ido bien, todo estaba según esperaban. Habían aprovechado la hospitalización para realizarle un TAC y con las imágenes obtenidas, hacer con Pepa dentro del bunker la simulación de lo que serían las sesiones de radioterapia. Las cuales comenzarían después de la cicatrización de la herida. Serían 3 días a la semana durante 1 mes. Después tendría un mes de descanso y comenzarían la quimioterapia. Pasados 2 días le dieron el alta. Paco fue con Silvia a buscar a Pepa, enzo mientras ella estuvo en el hospital los pasó en casa de los tíos, el niño echaba de menos a sus mamas, y preguntaba constantemente por Pepa, pues no la veía. Tenían pensado que mientras Pepa se acomodaba en casa por lo menos el primer día el niño siguiese en casa de los tíos, pero querían ver a su hijo por lo que harían una visita rápida antes de irse a casa a descansar. Llegaron a casa y enzo estaba dormidito, y a pesar de los ladridos del otro ocupa temporal que era Van Gogh siguió así. Pepa llevaba un cabestrillo en el brazo izquierdo para evitar hacerse daño con un mal gesto. Lola y los demás le dieron la bienvenida, contaron alguna cosilla del hospital y juntas fueron a la habitación donde dormía su hijo. Pepa acarició al niño y le dio un beso: te parecerá una tontería pero lo noto cambiado. Silvia con una sonrisa la observaba: lo despertamos?? Pepa: me da pena.. Silvia: en cuanto te vea se le olvida el cabreo por despertarlo - sabía que Pepa lo deseaba y no tenía sentido no hacerlo, con cuidado cogió a enzo. Silvia: enzo... mi amor.... mira quien esta aquí – el niño seguía dormido - siéntate en la cama Pepa así te lo paso. En los brazos de Pepa y aún dormido. Pepa: cariño...- le tocaba con sus dedos, la nariz, los labios – no se va a despertar mi bebé...?? Enzo abrió ligeramente los ojos, medio dormido soltó el chupete, apenas lloriqueó, Pepa lo atrajo hacia su cara, el niño despertándose llevaba sus manos hacia ella, poco a poco sus ojos se mantenían cada vez más tiempo abiertos. Pepa: probecito..le está costando salir de los brazos de morfeo. Silvia: enzo...ya vino mama ves?? – enzo con balbuceos y medios lloros se iba despertando. Pepa vio para Silvia : Sil..? Silvia: que?. Pepa cambio de idea: tenemos un hijo muy guapo.. Ya con enzo completamente despierto Pepa era el destino de todos sus abrazos y besos. Estuvieron en el salón todos juntos y cuando el cansancio empezaba a notarse en Pepa. Silvia: mejor nos vamos no?? Pepa reticente: si.. Enzo que notaba que los nuevos abrazos y besos de sus mamas eran de despedida comenzó a llorar. Enzo:mamis...mamis. Lola lo tenía en brazos y poco a poco se fueron separando de él. Silvia: no llores cariño- mandándole nuevos besos. Les costó una vida cada metro que se separaban de él y ya fuera de casa, Pepa se apoyó en la puerta con los ojos llorosos. Pepa: Sil...?? Silvia lo sabía antes de que se lo pidiera... Pepa: no quiero dejarlo....sé que para ti supone más trabajo pero.. Silvia se acercó a ella, medio abrazadas: por mi no te preocupes, pero tú necesitas descansar, y si te encuentras mal después... Pepa apoyando su frente en ella: me aguantaré...necesito a mi familia al completo...verte como lo bañas y le cantas para dormirlo.... Silvia la besó y sin decir nada más la hizo moverse para volver a abrir la puerta. Enzo al escuchar de nuevo la puerta se revolvió en los brazos de Lola. Silvia entrando ya en la cocina: déjalo bajar Lola... Lola no dijo nada y así lo hizo. Paco resuelto: la silla del niño está en mi coche, ya os acerco yo a casa. Silvia cogió a enzo que venía corriendo a sus brazos: a casa si??. Enzo abrazado a ella: zi zi. Pepa se acercó a Silvia y mientras acariciaba a enzo la besó en la mejilla y susurró a su oído: gracias... Con esfuerzo Pepa aguantó la sesión de baño de enzo y cuando sus ojitos se medio cerraban y Silvia lo llevaba para su habitación. Silvia: cariño deberías acostarte.. Pepa : voy – le dio un beso a enzo – tardas?. Silvia: no, lo acuesto y espero 5 minutos, enciende el interfono. Pepa se fue a la habitación, encendió el aparato y a sus oídos llegaron los suaves susurros de Silvia hablándole a enzo. Se metió en cama y al recostarse en la almohada notó algo duro, introdujo la mano y sacó un libro, bueno no, ahora que lo ve mejor no es un libro, parece.. Pepa lee la tapa del título : Como me siento hoy?? – lo abrió y hojeó las páginas, todas en blanco, excepto la primera, era la letra de Silvia – me ha comprado un diario...- se puso a leer. “Si cariño, te he comprado un diario, porque?, porque la pregunta de cómo estas o como te sientes empezará a molestarte y yo necesito saberlo, te pido, te ruego, que te expreses aquí cuando no quieras o estés cansada para hablarme, y que me dejes leerlo...” Silvia llegó a la habitación pasados los 5 minutos prometidos, Pepa estaba despierta y entre sus manos estaba el diario, cerrado. No se dijeron nada. Cuando Silvia se metió en cama Pepa se giró hacia ella. Pepa: toma.. Silvia abrió el diario y leyó. “ Me llamo Pepa, edad 31 años, tengo cáncer de pecho, pero también tengo a Silvia, mi mujer, ella es increíble y juntas tenemos un precioso hijo, enzo, una fotocopia suya, os quiero “ “ Hoy por primera vez me he visto al espejo la cicatriz y el aspecto de mi pecho izquierdo, no me gusta, dejémoslo ahí. Pero ya estoy en casa y las molestias que siento se me pasaran en cuanto me abrace a mi pelirroja”. Silvia apoyó el diario en la mesilla, se giró hacia Pepa que la esperaba, se acurrucó a su lado, la cabeza apoyada en su lado derecho, la mano sobre el vientre, y sintiendo el abrazo de Pepa sujetándola hacia ella, notando la suave caricia de su mano posada al final de su espalda. Ambas disfrutando de la calidez que sus cuerpos trasmitían, ambas en perfecta comunión de silencio, no había más palabras que decir. Primer día de Radio. Pepa espera en una sala y se despide de Silvia con un beso cuando una enfermera la llama para entrar. Enfermera: tienes que desnudarte de cintura para arriba, incluidas todo tipo de joyas, no entres hasta que te lo indiquemos, puedes esperar sentada en esa silla. La enfermera ya se iba cuando Pepa preguntó: me va a doler??. Enfermera: no deberías sentir nada, quizás un poco de irritación en la cicatriz y al final del tratamiento puede que se queme un poco, lo que debes tener presente cuando entres es que debes estar muy quieta. Pasados apenas unos minutos escuchó su nombre indicando que entrase. Pepa semidesnuda y sintiéndose extrañamente ridícula se tumba en la camilla, la enfermera la pone en la posición correcta para radiar el punto exacto, marcado en su cuerpo con tinta indeleble desde la sesión de simulación. Enfermera: recuerda ahora quédate muy quieta. Y Pepa se queda allí tumbada, y se concentra en no moverse porque de repente todos los músculos de su cuerpo bullen, como sintiendo la necesidad de saltar de esa camilla y se salir corriendo. Abre y cierra los ojos, respira profundamente, intenta pensar en otra cosa, recuerda de pronto lo que le ha dicho otra paciente antes de entrar, “ si que parece como si estuviera en una tostadora”, primero sobre la cicatriz y después rodeando la zona. Voz: hemos acabado, puedes vestirte. Pepa sale con media sonrisa intentado no preocupar a Silvia que ve para ella expectante. Silvia: Como ha ido?. Pepa: bien, no me ha dolido – los ojos de Silvia la interrogan – de verdad..nos vamos?. Silvia: si claro. Anotación en el diario. “Primer día de radio, tumbada en la camilla miles de imágenes pasan por mi cabeza, necesito concentrarme en algo para que estos apenas 15 minutos no se me hagan eternos”. A lo largo de la semana se fueron sucediendo las sesiones, Pepa y Silvia pasaban toda la mañana juntas, se levantaban, llevaban a enzo a la guardería e iban a la sesión de radio, después de camino a casa recogían al niño. Silvia tenía un turno especial por la tarde y solía irse después de comer, con Pepa entonces se quedaba o Lola, Paco, Raquel, Sara y Lucas o incluso Don Lorenzo. Estaba aguantando bastante bien las sesiones, quizás un poco de cansancio, por lo que no necesitaba ningún cuidado especial, pero la compañía se agradecía y mucho. Hoy viernes Lola llegaba antes de comer. Silvia le abre la puerta con enzo en los brazos. Lola: hola hermanita, ya has hecho comida?? – se abrazan – hola mi niño guapo- beso a enzo. Silvia: estaba dándole de comer. Lola levantando unos tuppers: he traido yo, cocido, con su caldito a parte, el bar estaba tranquilo así que me he dicho pues como con ellas. Se fueron hacia la cocina. Lola : Y Pepa?. Silvia: ha salido a pasear a Van Gogh. Lola: no está cansada?. Silvia: un poco, pero le viene bien andar, además Van no la deja en paz, ahora solo quiere que sea ella la que lo lleve a pasear, la persigue con la correa sujeta en la boca, hasta que Pepa cansada cede. Lola: este perro vuestro es la monda. Silvia: enzo también quiere ir pero me parece mucho tute que vaya con los 2. Estaban sentadas en la cocina y hablaban mientras Silvia seguía dando de comer a enzo que se entretenía con unos muñecos de goma de los simpsons. Lola: pero esta llevando bien la radio no?. Silvia : sí, hoy cumple la primera semana y la verdad es que esta animada. Lola: y tú? – le coge la mano libre. Silvia: bueno, viéndola a ella bien.. Lola: es sensación mía o todavía no te has hecho a la idea del todo?. Silvia: Lola, ya sabes como me enteré, de repente Pepa estaba enferma y ahora nuestra vida pues es otra.. – hizo una pausa – hace un mes más o menos que estaba pensando en decirle a Pepa que tuviéramos otro niño. Lola : cariño, se lo has dicho? Silvia: no, ahora no es el momento – había tristeza en su voz – estábamos también los 3 juntos, que sentí el deseo de ser madre otra vez. Lola: bueno eres joven, y cuando Pepa se cure pues lo habláis, a ella le gustaría seguro. Silvia: un día me comentó que lo que más recordaba de su infancia, era a Paco, como jugaba con ella en el parque ya siendo él mayor. Sonó la puerta y a Pepa hablando con el perro. Pepa: la próxima vez te dejo por ahí cabronazo - entrando en la cocina – hola Lola. Se abrazaron, le dio un beso a Silvia y enzo quería salir de la trona , Pepa vió para Silvia y fue ella quién lo bajó, acto seguido ya estaba jugando con Van Gogh en el pasillo. Silvia: cariño quédate con Van ahí donde yo te vea – el niño obedeció – que te ha hecho el perro?. Pepa: pues que ahora no soy yo quién lo pasea a él sino al contrario, y cuando al señorito le ha dado la gana ha venido, ha pasado por mi lado y tomado el camino para casa. Anotación en el diario. “ Lunes, después de la primera semana en la que nos hemos conocido la tostadora y yo, hoy voy con más confianza , estoy muy animada”. Y tanto, aunque en ese momento no lo sabía estaba experimentando la euforia lógica de superar el primer miedo al inicio de las sesiones, y al ver que su cuerpo no notaba en exceso las radiaciones se confió, durante la semana se empeñó en salir antes de comer y después por la tarde con el perro y enzo, por la mañana iba con Silvia y por la tarde con el que viniera de visita, el jueves su estómago le dio un aviso que ignoró, pero el viernes después de comer su cuerpo dijo basta al ritmo que le estaba marcando. Se fue rápida y veloz al WC y comenzó a vomitar el contenido no sólo de la comida que acababa de tragar. Silvia estaba comprobando que enzo dormía la siesta cuando la escuchó, fue corriendo al baño. Pepa temblaba y cuando le sujeto la cabeza notó que sudaba a mares. Silvia: estoy aquí. Pepa agarraba con fuerza el water y no paraba de tener arcadas. Silvia viendo la tensión de su cuerpo le acarició la espalda y con voz calmada le habló: tranquila, respira cariño, sólo estás vomitando, a lo mejor te ha cogido el frío al pasear al perro. Después de media hora inclinada sobre roca y con apenas fuerzas para incorporarse se tumbó en cama, Silvia le tomó la temperatura y tenía fiebre, habló con la médica y le suministró unas pastillas que en su momento le había recetado para posibles efectos secundarios, también le fue poniendo paños en la cabeza para calmarle el dolor que le había entrado, del esfuerzo de vomitar hasta bilis. Sarita y lucas llegaron para quedarse con Pepa, pero Silvia prefirió que se llevasen a enzo. Silvia: Sara llévale ropa para que se quede en casa con Lola si?. Sara: tranquila tía. A última hora de la tarde Pepa dejó de retorcerse, el dolor de estómago había cesado y ahora lo que sentía era pesadez extrema en todas las articulaciones, de hecho quiso ir al baño y tuvo que apoyarse en Silvia pues no era capaz de dar un paso sola. De vuelta en la cama. Pepa con un hilo de voz: no lo entiendo..con lo bien que me sentía. Silvia: cariño sólo es agotamiento, la médica ha dicho que pasear está bien, pero no estás para hacer 2 horas todos los días. Pepa no replicó, no tenía argumentos, y se quedó allí tumbada echa polvo. Durante la noche volvieron los vómitos y las idas y venidas al baño, por fin a eso de las 3 am, se volvió a calmar y se quedó dormida, Silvia sin embargo permaneció alerta, estaba muy preocupada porque el cuerpo de Pepa tenía que estar fuerte para seguir recibiendo el tratamiento y pararlo temporalmente aumentaba el riesgo de que no fuese eficaz, con esos malos pensamientos acabó por sucumbir al agotamiento.. Silvia se despertó al escuchar a enzo llorar y llamarla a gritos, a oscuras abandonó la cama , mientras iba por el pasillo se dio cuenta de que la voz de su hijo no había sonado a través del interfono, si no que era alta y clara como... al entrar en su habitación y encender la luz.. como la de un niño de 7 años, que era los que tenía enzo. Su hijo estaba llorando acurrucado en el cabecero de la cama y abrazado a la almohada y a Silvia volvió como en una amnesia temporal lo sucedido en los últimos años, se acercó a su hijo y este se abrazó a ella entre sollozos. Enzo: quiero que vuelva mama, la echo de menos.. Silvia acunando a su hijo como si fuera un bebé: cariño, yo también la echo de menos – ella aguantaba sus lágrimas – has tenido una pesadilla mi niño.. Enzo entre lloros e hipos de la angustia : estaba con mama ..en el parque... y yo jugaba...con Van....y entonces mama se iba...y yo corría detrás de ella...pero no llegaba... Silvia: ya cariño ya... Mientras lo acunaba su mirada se fue paseando por las fotos que decoraban su habitación , aquella en la casa de la sierra por su primer cumpleaños, y otras muchas en las que estaban los 3, un nudo se le puso en el estómago porque algunas fotos eran testigos mudos del cambio y deterioro que poco a poco había ido sufriendo Pepa...hacía 2 años que...no podía decirlo... Consiguió que su hijo se volviese a dormir y volvió a su habitación, se tumbó en la cama y en silencio intentó dominar sus lágrimas. Una voz masculina al otro extremo le habló: tranquila – la abrazó – lo superareis... Y buscó consuelo en aquellos brazos. Hoy hago el amor, con otra persona pero el corazón por siempre tuyo es.. Mi cuerpo se da y el alma perdona Tanta soledad... va hacerme enloquecer Contare que es amor Juraré que es pasión y diré lo que siento con todo cariño y en ti pensare dejare el corazón seré todo emoción... La verdad es que miento que vivo pensando si te olvidare Cuando al fin acabo la ilusión que invente y se va la emoción yo quisiera también ver el tiempo correr Ya no se quien me amo Que habré dicho? No sé y es entonces que entiendo se mide el amor Cuando acaba el placer Sigues dentro de mi pecho y vivo recordando Cuando pienso en ti yo siento que te estoy amando y cuando llega el deseo es tu nombre el que llamo ( Pepa ) Puede que no seas tu pero es a ti a quien amo ( Pepa ) Contare que es amor jurare que es pasión y diré lo que siento con todo cariño y en ti pensaré dejaré el corazón seré todo emoción... La verdad es que miento que vivo pensando si te olvidare Cuando al fin acabo la ilusión que invente y se va la emoción yo quisiera también ver el tiempo correr Ya no se quien me amo Que habré dicho? No sé y es entonces que entiendo se mide el amor Cuando acaba el placer Sigues dentro de mi pecho y vivo recordando Cuando pienso en ti yo siento que te estoy amando y cuando llega el deseo es tu nombre el que llamo ( Pepa ) Puede que no seas tu pero es a ti a quien amo ( Pepa ) A ti a quien amo ( Pepa ) Sigues dentro de mi pecho y vivo recordando recordando Cuando pienso en ti yo siento que te estoy amando[te estoy amando] y cuando llega el deseo es tu nombre el que llamo ( Pepa ) Puede que no seas tu pero es a ti a quien amo ( Pepa ) Silvia: Pepa..Pepa... Pepa: Silvia??cariño?? Silvia se despierta y son los brazos de Pepa los que la abrazan y sus ojos los que la interrogan no entendiendo que pasa. Silvia: he tenido una pesadilla. Pepa: no me extraña te estoy dando un día y una noche horri.. Silvia no la dejó acabar le dio un beso y otro y otro y sus lágrimas empezaron a brotar sin control y se abrazó a Pepa. Pepa : tranquila cariño, estoy aquí- “ no es necesario que le pregunté que ha soñado “ pensaba, mientras la seguía abrazando. Anotación en el diario. “ Tercera semana, después del susto del viernes, está claro que tengo que tomármelo con más calma, cariño mío, siento haberte asustado tanto”. A lo largo de la semana Pepa obediente se limitó a un pequeño paseo por la mañana y a otro por la tarde, comprobar como las fuerzas le fallaban le estaba minando la moral y modificando su carácter, los silencios por su parte eran cada vez más prolongados y la permanente sensación de cansancio le hacía sentirse como una planta que poco a poco se marchitaba y agachaba sus hojas. Eso lo veía Silvia y a pesar de los esfuerzos no podía hacer gran cosa contra ello, simplemente estar a su lado, y no dar importancia a determinadas contestaciones o actitudes que eran síntoma claro de la frustración que Pepa sentía. Silvia llegó a casa acompañada de Raquel. En el sofá sentados y viendo Vicky el vikingo Pepa y enzo, el niño con su actividad y sus ganas de jugar, de aprender, etc, era un salvavidas al que Pepa se agarraba para no dejarse vencer totalmente, Silvia era los brazos en los que descansar cuando ya no podía más. Lola en la terraza se entretenía con las plantas. Silvia se acercó a Pepa y se dieron un beso, enzo fue a sus brazos. Silvia: lo has bañado? Pepa: con la ayuda de Lola, para cenar te esperábamos. Raquel: que tal estas? – se dieron un abrazo. Pepa arrastrando las palabras: cansada. Raquel: lo normal no?. Pepa: me imagino que si. Silvia: nos hemos encontrado al salir. Raquel siguió: y como me ha dicho que estás un poco aburrida, me he invitado a cenar a cambio de cotillear un poco. Pepa: me iba a acostar.. Raquel: pues ceno con Silvia – le hizo un guiño – y se lo cuento a ella. Lola apareció sacándose un delantal y después de saludar se excusó porque quería llegar temprano a casa. Lola: os he dejado preparada una tortilla y unas pechugas de pollo. Raquel como ligando: tú estas muy enamorada de tu marido no Lola?. Lola se rió y las dejó solas. Pepa: a ti las hermanas castro te gustan demasiado... Silvia se llevó a enzo a la cocina y detrás fue Raquel, Pepa las siguió un momento después. Cuando llegó, Raquel ayudaba a Silvia entreteniendo a enzo mientras le calentaban su comida. Pepa: veo que no me necesitáis... Raquel: decir tonterías es otro efecto secundario?, siéntate con nosotras anda, adivina quién me ha llamado hoy?. Pepa cediendo a su curiosidad: quieeeen?. Raquel: Mar – Pepa con cara de no acordarse – la mejor amiga de mi hermana pequeña Ruth. Pepa: la mocosa que siempre estaba pegada a ti porque le encantabas?. Raquel: la misma , la mocosa es ahora neurocirujana.. Pepa: la has visto?. Raquel: hemos hablando por teléfono, se ha enterado por Ruth que estoy aquí y ella se ha sacado ahora el MIR y vuelve para Vigo y me ha dicho si quería acompañarla en coche. Pepa: y??. Raquel: me preguntó por ti, se alegró mucho al saber que estabas casada y con un niño. Pepa sonriendo: y tu libre como un pájaro. Silvia: a lo mejor le sigues gustando.. Pepa haciendo cálculos: y ahora ya debe tener unos 25 años no?. Raquel: una cría si.. Pepa: yo no la recuerdo fea, aunque llevaba aparato. Raquel: oye que yo no soy tan superficial, me ha dicho que ya no lleva aparato. Silvia: vas a ir con ella?. Raquel: no lo sé, esta semana se supone que la banda intentará robar el BBVA de la plaza Castilla, si los cogemos me puedo ir de vacaciones. Pepa: y claro a lo mejor no te espera.. Raquel: pues sí que me espera lista, que le da igual, de hecho me ha invitado a cenar este sábado. Silvia: pues eso es que sigue interesada... Raquel: he dicho ya que no soy una asalta cunas?? Pepa seria: estas en medio de un operativo, ahora no te líes en unas faldas.. Raquel: no me des lecciones de responsabilidad Pepa.. Pepa: pero si se te ve a las leguas que te mola el asunto. Raquel sonriendo: es que a ti no te ha susurrado por el teléfono.. Silvia seria: que no lo intente porque la tenemos – después se rió, Raquel la acompaño en las risas. Anotación en el diario. “ 5 días, es lo que me queda para acabar el ciclo, están ahí tan cerca y a mí me parecen tan lejos..”. La cuarta y última semana fue un calvario, Pepa estaba de pésimo humor, en mitad de semana tuvo otro bajón y a punto estuvo de interrumpirse una sesión, un complejo vitamínico hizo que aguantase, eso y que Raquel estuvo todos los días en su casa haciéndola cabrear y de esa forma despertándola de su apático estado. Silvia se la encontró en comisaría cuando se preparaba para el operativo. Silvia: Ten cuidado vale? Raquel: tranquila, la comida de mañana sigue en pie?. Silvia con resignación: si a Pepa no le apetece, pero ya sabes que últimamente no le apetece nada.. Raquel: hoy ha sido el último día del ciclo no?. Silvia asintió: si mañana le hacen unas pruebas para valorar si le dan un descanso. Raquel: ten un poco más de paciencia.. Silvia desahogándose: se está alejando de mí, se encierra en un silencio absoluto, apenas escribe en el diario, y sus ojos cuando me miran no expresan nada.. Raquel: pégale un toque, esta enferma si, pero esto os afecta a las 2. Silvia dándole un abrazo: venga no te entretengo más, nos vemos mañana. Silvia llegó a casa un poco tarde, su padre la había retenido para que le contase como estaba Pepa. Al entrar le llamó la atención que la casa estuviese tan silenciosa y apenas iluminada. Silvia llamo: Pepa? Pepa: estoy en el salón. Estaba tumbada a lo largo del sofá, la cabeza apoyada en uno de los brazos. Silvia preocupada a medida que se acercaba: te encuentras mal?, y enzo y Lola?. Pepa: estoy bien, enzo en cama durmiendo como un ángel, a Lola la he mandado a casa hace un rato. Silvia : pero.. Pepa: anda ven aquí, siéntate conmigo. Silvia así lo hizo, se dieron un beso: mejor me cambio.. Pepa: estas muy guapa, a que no te lo he dicho? - se quedó viendo para ella - no, no te digo mucho estos días - hizo una mueca de disgusto consigo misma - lo siento. Silvia acaricio su cara: me gusta que me lo digas - busco sus labios y se besaron. Pepa separándose ligeramente : he perdido el sabor de tus besos. Silvia lo sabía, era uno de los efectos secundario, por eso comer no le apetecía nunca. Silvia : lo recuperaras - observo que el diario estaba sobre la mesita. Pepa: te he escrito unas líneas, van acompañadas de una canción. Silvia alzo una ceja : me dejas un hueco?. Pepa se pegó más al respaldo del sofá y Silvia se tumbó a su lado entre sus brazos, recogió el diario y comenzó a leer. Anotación en el diario. " Sil, mi amor, llevo días intentado escribirte lo que siento, lo que para mí esta siendo el tratamiento y el importante papel que tu juegas, pero no encontraba las palabras, hasta que me he acordado de esta canción, esta es la letra.. Mientras Silvia leía sonaba la música. Si tú esperas por mí Entonces yo vendré a ti Aunque yo viaje muy lejos Yo siempre guardaré un lugar para ti en mi corazón Si tú piensas en mí Si tu me extrañas de vez en cuando Entonces yo volveré a ti Volveré y llenaré ese espacio en tu corazón Recordando Tu tacto Tu beso Tu cálido abrazo Yo encontraré mi camino de regreso a ti Si tú estas esperando Si tú sueñas conmigo Como yo sueño contigo En un lugar que es cálido y oscuro En un lugar donde yo pueda sentir el latido de tu corazón Recordando Tu tacto Tu beso Tu cálido abrazo Yo encontraré mi camino de regreso a ti Si tú estas esperando He tenido ansias de ti Y he deseadoVer tu cara tu sonrisa Estar contigo dondequiera que estés Recordando Tu tacto Tu beso Tu cálido abrazo Yo encontraré mi camino de regreso a ti Por favor di que estarás esperando Juntos otra vez Se sentiría tan bien de estar en tus brazos Donde todos mis viajes acaban Si tu puedes hacer una promesa Si es algo que puedes mantener Juro volver a ti Si tu esperas por mi Y di que tendrás Un espacio para mi En tu corazón Anotación en el diario. "Esta siendo un viaje difícil pero tú eres mi meta y sé que voy a llegar." Silvia dejó el diario se volvió hacia Pepa: yo también lo creo - se besaron - no me dejes fuera. Pepa: lo hago sin querer - la volvió a besar - es esta apatía que sin darme cuenta me envuelve - le acarició la cara - cuanto llevo sin prestarte atención?.. – suspiró - mi media ha bajado de forma alarmante. Silvia hizo la cuenta rápido, 28 días sin hacer el amor, sonrió: ahora me tienes muy cerca.. Pepa también sonrió, su mano bajó acariciando el cuello de Silvia, se posó en su pecho derecho, por encima de la tela, sus ojos buscaron los de Silvia. Pepa: lo echas de menos? Silvia sinceramente: mucho. Pepa movió su mano hasta la cadera de Silvia atrayéndola más hacia ella, Silvia dudó, pero Pepa volvió a tirar de ella. Las piernas de Silvia a los lados de Pepa, su cuerpo recostado sobre ella, las manos de Pepa en el rostro de Silvia, viéndola intensamente como antes, los besos eran suaves, cuidadosos, Pepa tenía la piel muy sensible y los labios se le agrietaban con facilidad, hacía mucho que no se besaban así, sintiendo el calor que transmitía el cuerpo de la otra, a Silvia la camisa y la falda comenzaban a sobrarle, Pepa solo llevaba una camiseta de asas y un pantalón corto, ya estaban a las puertas del verano. Silvia quería quitarse la camisa se incorporó un poco para desabrochar los botones, cuando se la iba a sacar. Pepa: no te la quites - con manos expertas desabrochó su sujetador – te queda muy bien así.. Sin dejar de mirarla se medio incorporó y hundió su cara en el pecho de Silvia, ésta sujetaba la cabeza de Pepa mientras notaba como sus labios y su lengua la recorrían, provocando que sus pezones se pusieran duros por la excitación. Silvia susurró: te quiero dentro de mí. Pepa: me tengo que tumbar.. – se recostó de nuevo en el sofa. Silvia quería quitarse de encima. Pepa: no...quédate...estoy bien – resoplando con dificultad – es que tengo toda la sangre del cuerpo concentraba ahora mismo en un solo punto – sonrió. Ajustaron sus posiciones y los dedos de Pepa fueron a donde Silvia quería, a partir de ahí no tuvo que hacer mucho más, era Silvia con sus movimientos quien marcaba el compás y quién buscaba el ritmo que más placer le daba, aún así no se olvidó de Pepa y coló por sus pantalones cortos la mano, estaba tremendamente mojada. Silvia sonriendo: creo que he encontrado el punto en cuestión. Pepa : aja. El orgasmo que sintió le sacudió todo el cuerpo, sus brazos perdieron fuerza y apenas notó como Silvia encima de ella también se agitaba, se quedó sin aliento. Pepa relajada: me moriría ahora mismo.. Silvia se irguió tensa: no digas eso.. Pepa vio lágrimas en sus ojos: perdona, no quería..no quería expresarlo así.. Silvia acariciando su cara: estas bien?. Pepa: bien es decir poco..tranquila..ven. Se acomodaron, abrazadas, Silvia sintiendo las caricias de Pepa y su suave respiración en su cuello. Pepa: si las pruebas de mañana salen bien.., nos vendrían bien unas vacaciones no crees?. Silvia la beso: estoy deseando que me enseñes Vigo.. Silvia se despertó y al alargar el brazo encontró el lado que ocupaba Pepa vacío, cuando se estaba incorporando, una sonriente Pepa aparecía por la puerta con un enzo más sonriente si cabe con su chupete en la boca, ambos en camiseta de asas, Pepa con sus pantalones cortos y enzo en pañal. Pepa: vaya, mama ya se ha despertado - viendo para enzo - pero el beso se lo damos igual no?. Enzo agarró el chupete lo sacó de la boca: beso zi, de güenos dias. Pepa sonriendo: eso el beso de buenos días. Silvia lo recogió y lo sentó en su barriga, el niño que seguía agarrando el chupete le dio un sonoro beso en los labios a Silvia. Silvia : buenos días precioso - al ver que enzo hacia el movimiento de volver a meterse el chupete - no dejamos el chupete?. Enzo: no, tete mío - y se lo puso en la boca y lo tapo con la mano. Pepa se rió mientras se metía en cama: me parece que va a ser difícil que se olvide de el. Silvia también sonriendo: si, ya lo veo - se recostó hacia atrás y enzo se acurruco a lo largo de su pecho y barriga, giro la cabeza y beso a Pepa: buenos días amor, como estas. Pepa: bien, me encuentro bien, nos quedamos un ratito así?. Silvia pegándose más a ella: claro todavía es temprano. Pepa se puso de lado, acariciaba a enzo, la escena le hizo recordar otros tiempos. Silvia leyendo su pensamiento : como cuando estaba embarazada. Pepa absorta en los recuerdos: que? Silvia : cuando estaba embarazada, te ponías así y me acariciabas durante horas la barriga, antes de quedarnos dormidas y al despertar. Pepa: es verdad.. Y entonces Silvia se lo dijo. Silvia : me apetece tener un segundo hijo. Los ojos de Pepa subieron su mirada rápidamente hacia ella, en ellos pudo ver de todo. Silvia quiso seguir explicándose: sé que ahora no es el momento.. Pepa la interrumpió: me encantaría, una niña por ejemplo- una sonrisa - pero disfrutando el proceso como con enzo - pausa - ahora no es buen momento... Silvia feliz por estar de acuerdo con aumentar la familia: lo sé, lo sé. Enzo jugaba en su silla con unos muñecos de goma, que pasaban más tiempo en su boca, desde que le habían salido los dientes, que en sus manos. Estaban en la consulta de la Dra Barros y esta veía para enzo con sorpresa. Dra. Barros: es siempre así??. Silvia: tiene sus berrinches, pero por lo general es muy bueno. La doctora volvió a sus informes: he revisado las pruebas y va todo muy bien - Silvia y Pepa se apretaron la mano que tenían entrelazada – los niveles tumorales han bajado como esperábamos y el resto de la analítica indica que de defensas estas bastante aceptable – pausa – aún así nos queda la fase de quimio, y la tendremos que realizar por un espacio de no menos de 6 meses – viendo para Pepa – es más agresiva y quiero que cuentes con la certeza de que se te caerá el pelo. Pepa no dijo nada y la doctora siguió. Dra. Barros: empezaremos dentro de 1 mes para que tengas tiempo de recuperarte, alguna pregunta?. Pepa: nos queríamos ir de vacaciones.. Dra. Barros: muy lejos??. Pepa: no, a Vigo. Dra. Barros: te prepararé un volante, con los datos del historial para el Xeral, son muy buenos, es por precaución – viendo para ellas – puedes hacer vida normal, puedes bañarte en el mar pero no tomes el sol, tienes la piel bastante sensible así que ponte suficiente protección. Raquel llamó para saber que había dicho la doctora y para avisarles de que no podía quedar para comer porque estaba acabando los informes del caso de los atracadores, se pasaría a cenar, Silvia y Pepa decidieron hacer una comida con la familia para dar las buenas noticias y después se fueron al retiro a pasar la tarde con enzo y Van Gogh. Raquel llegó como siempre puntual, les había avisado de que no hiciesen cena, les tenía una sorpresa. Pepa abrió la puerta, la cabeza de Raquel asomaba por encima de 2 cajas, se dirigieron a la cocina donde estaba Silvia dando de cenar a enzo. Después de apoyar las cajas en la encimera Raquel empezó la ronda de besos, a Pepa a Silvia y a enzo. Pepa: que has traido??. Raquel destapó una de las cajas: tenemos que celebrarlo no? – metió la mano en la caja – y que mejor que marisco de la ría – en la mano una nécora cocida. Silvia: las 2 cajas son de marisco??. Raquel asintió: tenemos nécoras, buey, centollas, navajas, y bogavante, estos últimos todavía están vivos porque los vamos a hacer a la plancha – viendo para enzo – quieres ver un animalito con unas pinzas enormes?? Enzo movió la cabeza de arriba abajo y cuando Raquel sacó un bogavante agitando la cola el niño se quedó alucinado. Raquel se encargó de cortar a la mitad bogavantes y prepararlos junto con las navajas, mientras Silvia y Pepa acostaban a enzo y ponían la mesa. Durante la cena hablaron del caso de Raquel, estaba finalizado por lo que volvería a Sevilla después del mes de vacaciones que se iba a tomar. Raquel: y bien, cuando me venís a visitar??. Pepa vió para Silvia y luego para Raquel: tú cuando te vas?. Raquel: el lunes. Silvia: con Mar??. Notaron que la expresión de Raquel cambiaba ligeramente.. Pepa lanzándole la servilleta: te has liado con ella?? Raquel : no... Pepa la interrumpió: ja,ja y una mierda.. – conocía a Raquel y la cara que estaba poniendo – que coño has hecho??, es la mejor amiga de tu hermana. Raquel : meter la pata...supongo – no siguió. Silvia : porque no nos lo cuentas. Raquel se recostó en la silla: porque aquí doña perfecta me va a dar la charla. Pepa: yo??? - haciéndose la ofendida – a que adivino??, te gusta de verdad... y como siempre, has hecho la gilipollas. Raquel: ves? – viendo para Silvia. Silvia: vale, Pepa déjala que lo cuente y no abras la boca. Relato de los hechos... Raquel aceptó la invitación de Mar, ella había elegido para cenar un restaurante de la zona de chueca y el hotel de Raquel estaba a unos 20 minutos andando por lo que quedaron en recepción. Mar entró y vió a Raquel saliendo de la cafetería hablando por el móvil, le fue fácil reconocerla, estaba igual que siempre, y mientras ella hablaba sin darse cuenta de su presencia aprovechó para examinarla con mayor detenimiento, vaqueros gastados, zapatillas adidas de color marrón y verde caqui, camiseta de pico manga corta de Adolfo Domínguez de estampado también de camuflaje, bandolera marrón y colgada a ella una chaqueta anudada por la mangas, estaban a principios de Junio y hacía calor esa noche. Raquel hablaba por el móvil con su hermana Ruth. Ruth: pórtate bien, sé amable.. Raquel comprobó que una chica bajita, menuda y rubia entraba por la puerta, le resultó familiar: me quieres dejar en paz??. Ruth riéndose: vale, vale. Colgó. La chica rubia se le acercaba con una sonrisa. Mar: Me reconoces?? Raquel: Mar?? Mar: la misma – se dieron 2 besos y un abrazo. Raquel: pero niña.. Mar la interrumpió: no me digas que he crecido porque es mentira -Raquel se rió, es verdad seguía midiendo imaginó su 1,60 – y ya no soy una niña.. Raquel con su móvil en la mano: si, Ruth me ha informado que ya tienes 25 años.. Mar: no me digas que te ha llamado? – Raquel asintió – nos vamos?. Raquel: claro. Salieron juntas del hotel y en cuanto bajaron las escaleras Mar se agarró a su brazo. Mar: Ruth temía que me dieras plantón.. Raquel: es .. Mar la interrumpió: oye a ver que vas a decir que es mi mejor amiga. Raquel: iba a decir que mi hermanita pequeña es una metomentodo. Se pusieron a hablar de lo que habían hecho los últimos casi 8 años que no se habían visto, y no pararon, salvo para pedirle al camarero lo que querían de cenar. Mientras hablaban Raquel se fijó en los rasgos de Mar, tenía un tono de pelo castaño claro tirando a rubio y ojos marrón clarito, efectivamente ya no llevaba aparato, por lo que sonreía todo el tiempo, desde luego era muy mona. Raquel no le dejó pagar la cuenta y cuando salían del restaurante sus ojos se fijaron en lo bien que le sentaba el vestido de desigual que llevaba, era de manga corta y cuello pico, estaba a su parecer más delgada de lo habitual. Mar: te importa si vamos a un local donde están unas amigas? Raquel: no, para nada. Mar estaba nerviosa, la cena había ido genial y no quería parecer ansiosa por lo que juntarse con sus amigas le pareció buena idea. Chueca estaba a tope, hacía buena noche y todo el mundo estaba en las terrazas, pasar por algunas calles resultaba complicado, en una de ellas sin querer Raquel se quedó un poco retrasada de Mar y esta al darse la vuelta y comprobar que se separaba de ella le ofreció la mano. Una chica que estaba apoyada en la pared bebiendo una cerveza con otras chicas le dijo. Chica: si guapa, mejor que la lleves de la mano porque si no te la van a quitar... Raquel se rió por la gracia y Mar se puso colorada. En el local tipo pub, había mesas alargadas pegadas a la pared, los asientos de cuero eran de varias plazas, con respaldos de madera bastante altos para separar unas mesas de las otras, ocupaban todo el largo del pub a derecha e izquierda, en el centro la gente bailaba o simplemente bebían de pie, los que estaban sentados charlaban y si les apetecía se levantaban a bailar. Las amigas de Mar estaban sentadas en una zona no muy alejada de la puerta por lo que fue fácil localizarlas, se hicieron las presentaciones de rigor y ella y Raquel se sentaron una enfrente de la otra. Una amiga: así que tu eres hermana de Ruth?? Raquel: la conocéis todas? - hubo un claro si – ya veo.. Amiga con mirada apreciativa: la verdad que os pareceis... – Mar vio para ella – tranquila, tranquila es toda tuya... Raquel sonriendo al notar que la amiga en cuestión recibía un codazo disimulado. Otra siguiendo el vacile: la verdad que no mentía cuando te describía... Mar colorada: bueno ya basta no??. Todas rieron. En 2 ocasiones Mar la hizo salir a bailar con ella, las canciones eran más o menos movidas y guardaban las distancias, más bien era Raquel la que lo hacía, se lo estaban pasando realmente bien, las amigas de Mar eran algunas compañeras del hospital con otras especialidades y otras antiguas compañeras de piso. Raquel hablaba animadamente con la chica que tenía en frente cuando notó que a Mar se le cambiaba la cara. Mar: voy un momento al baño. Raquel cuando se alejó, se giró para mirar, una mujer de unos 40 años entraba acompañada de 3 chicas de apenas veinte, era rubia, alta, expresión decidida, fríos ojos verdes, delgada como un palo y con un traje sastre de pantalón y camisa de gasa. Raquel preguntó: me decís quien es...?? Las demás chicas también se habían dado cuenta del cambio de actitud de Mar, por lo tanto no tenía sentido ocultárselo. Amiga: es la cabrona de Angela, neurocirujana jefe.. Raquel: vaya no os cae muy bien. Otra amiga: es una perra, se aprovecha de las inocentes internas, las usa y luego las tira – viendo para sus compañeras como pidiendo aprobación – Mar fue una de ellas, se creyó sus mentiras y después la trató fatal, desde entonces le ha costado lo suyo seguir en el hospital. Otra amiga: porque Mar resultó ser muy buena en su trabajo y tener más carácter que un simple lazarillo, otro neuro la protegió siendo su supervisor, y ha conseguido la primera plaza del MIR solo para poder elegir destino y sacársela de encima. Mar volvía a la mesa por lo que cambiaron de tema, no sin antes observar que la tal Angela y compañía estaban en la barra pidiendo. Mar: si quieres nos vamos?? Raquel: por mí nos quedamos un poco más. Mar se sentó y en silencio escuchó la conversación de las demás, Raquel esperó que poco a poco se olvidase de la recién llegaba y volviera su buen humor. Pasados 15 minutos sonaron los acordes que iniciaban una canción lenta. Raquel vio para Mar y le ofreció la mano: vamos - esta dudó pero la siguió a la pista. Raquel abrazó a Mar, se pegó no dejando ningún espacio entre ellas, esta la miró para después bajar la vista y relajarse en sus brazos apoyando su cabeza en su pecho. Raquel era muy consciente de un par de ojos que las vigilaban. Mar dijo de pronto viendo para ella: te lo han contado? Raquel: la verdad es que he sido yo quien ha preguntado, todavía..?? Mar la interrumpió: solo siento rabia cuando la veo, rabia por haber sido tan tonta.. Raquel: bueno algo tendría para que te fijases en ella. Mar: durante un tiempo me recordó a ti.. Raquel: vaya.. Mar siguió: pero era una farsa, no sentía nada de lo que me había dicho. Raquel: pues su mirada me está apuñalando... - Mar sonriendo- ah..ya entiendo, es de las que piensan que dejan una huella imborrable. Mar: tú le das mil vueltas y no solo físicamente.. Raquel haciendo una mueca: me recuerdas con ojos de niña... Mar : actualizamos mis recuerdos cuando quieras... Raquel no podía negarlo, la niña le gustaba, y no quiso rechazarla nuevamente. Subió sus manos a ambos lados de la cara de Mar, está vio una mirada verde intensa que se clavaba en sus ojos y luego bajaba hasta sus labios, le estaba diciendo lo que iba a pasar y a su vez dándole la opción de pararlo, pero fue Mar quién cubrió los últimos centímetros de distancia, notó un beso suave, seguido de otros 2 igual de delicados, Raquel atrapó su labio inferior mordiéndolo ligeramente, Mar notó también su lengua, y abrió su boca para acogerla, el abrazo se hizo más estrecho si cabe y las manos enredadas en el pelo de Mar le hacían unas maravillosas caricias. La música acabó pero ellas no se enteraron, prolongaron el beso hasta que unos vítores les hicieron conscientes de que eran el centro de atención de medio pub. Mar: dime que nos vamos..?? Raquel asintió, apenas llegaron a la mesa y las amigas de Mar les lanzaron los bolsos y las chaquetas. Amiga: iros ya a... Otra amiga le tapó la boca. Salieron del pub y de camino al hotel de Raquel se pararon varias veces, en el ascensor casi se quedan atrapadas subiendo a la novena planta cuando Raquel la subió a horcajadas y chocaron con uno de los laterales, cuando salieron al pasillo se cruzaron con una camarera que tiraba de un carrito con los restos de una cena, Raquel utilizó la tarjeta y se hizo a un lado para hacer pasar a Mar. Fin del relato. Pepa viendo que se había quedado callada: no serías capaz?? Silvia: Pepa es normal, las 2 querían.. Pepa viendo para Silvia: no lo hizo – como veía que no la entendía – aquí la señorita se rajó en el último momento. Silvia: no??, como iba... Raquel : es verdad... Pepa se levantó de la silla: yo te daba una ostia – se fue a la nevera a por una coca cola . Silvia: pero como pudiste..?? Raquel: pararlo...?? Relato Cuando la puerta se cerraba, Mar ya estaba nuevamente entre sus brazos besándola, y Raquel tomaba conciencia de que escasos metros la separaban de una cama, demasiadas cosas le vinieron a la cabeza, su hermana Ruth, no la edad de Mar, sino su inocencia, el alto concepto que tenía de ella, y como no sus propios sentimientos, Mar no significaba un rollo más y no pudo seguir, no así, no era justo. Raquel: espera, espera – fueron parando los besos. Mar: que pasa??. Raquel de forma delicada: no sé como decir esto –pausa – no quiero herirte. Mar: venga Ra..,no te gusto?? Raquel: no es eso..no me parece correcto, no va a significar lo mismo para ti que para mí. Mar: no soy una cría, a las 2 nos apetece.. Raquel la cortó: lo siento...no era mi intención.. Mar se quedó completamente descolocada, pero muy dignamente recogió su bolso y su chaqueta y antes de marcharse le dio un suave beso en los labios. Mar: sé que conmigo serías feliz y yo me merezco a alguien como tú, no me voy a rendir.. Pepa: antes he dicho que eras gilipollas??, rectifico, como diría mi suegro eres anormal de carrito, cojones!!! Silvia: Pepa... Pepa: dime que la has llamado para disculparte?. Raquel negó con la cabeza. Pepa: y pretendes que vayamos a Vigo??, se me caería la cara de vergüenza si me encuentro a Mar. Silvia: Pepa para ya.. – viendo para Raquel – no sabes que decirle??. Raquel: que se le dice a una mujer que quiere acostarse contigo, que te llevas a tu hotel y que luego echas de tu habitación??. Silvia: que significa algo más que un polvo, y que eso te asusta??. Raquel: y darle esperanzas de algo más??. Silvia: ella sabe a lo que se expone. Raquel: no quiero mentirle.. Silvia: a lo mejor te mientas a ti misma. Pepa volvió a intervenir: estas cagada porque esa cría como tú dices se ha colado en tu corazón.. Raquel se levantó: me voy. Pepa: si eso, vete que se te da muy bien. Se despidió de Silvia con un beso, se iba y Pepa la agarró y la abrazó. Pepa: tira el muro, ella vale la pena – la soltó – vete a que te de el aire en esa cabeza hueca que tienes.. Raquel salía a la calle cuando le sonó el móvil, era su hermana Ruth, suspiró y por un instante sopesó el no descolgar, pero se reprendió a si misma por lo absurdo de la situación. Raquel: dime.... Ruth: hola Reich, al final cuando vienes a casa? Raquel se esperaba otra pregunta y en otro tono, era evidente que Mar no le había comentado nada: pues no lo sé, el lunes quizás... Ruth: vale, vienen Pepa y Silvia??. Raquel: espero que sí. Ruth: pero no cenabas con ellas hoy?. Raquel: si pero antes tengo que arreglar un asunto. Ruth: es que mama quiere saber como organizar para dormir. Raquel: yo me quedo en mi antigua habitación y para ellas les dejo mi casa. Ruth: ok – pausa – oye.., Mar no me ha dicho nada de vuestra cena…- Raquel la dejó hablar – por lo que me imagino que algo ha pasado – ojos verdes vieron para el cielo – solo quiero decirte que confío en ti. Teniendo en cuenta que temía que su hermana al igual que Pepa le diese la charla, el voto de confianza la descolocó por completo, tardó en reaccionar. Ruth ante el silencio: reich...?? Raquel: estoy aquí enana...., gracias. Ruth: bueno..no te entretengo más. Colgaron. Silvia: crees que la llamará?? Pepa: no, sé que irá a verla – sonriendo – sabe admitir un error cuando lo comete, y no es de las que se esconden detrás de unas flores con una disculpa. Silvia: bueno estoy segura de que Mar la perdonará. Estaban en cama, ambas boca arriba. Pepa se giró: tú me perdonarías??. Silvia con una sonrisa: es distinto, tú estabas loquita por mí – Pepa abriendo la boca con sorpresa - no te hubieras resistido. Pepa se fue a su lado y confesó: sigo loquita por ti.. Silvia abrazándola : más te vale.. Se besaron y.. algo más... Raquel no sabía donde vivía Mar, pero sí donde trabajaba, lo más sensato hubiese sido llamarla para hablar, pero realmente le pareció muy cobarde y frío intentar explicarse por teléfono. Eran casi la 1 am y estaba en la entrada del Hospital la Paz, sabía que su último día de trabajo era el domingo, así que por preguntar no perdía nada, una vez en información enseñó su placa al hombre que estaba allí, no era un asunto policial pero una ayuda extra no vendría mal. Raquel: estoy buscando a la neurocirujana Mar Losada. El hombre consultó su reloj: tengo que consultar si está de turno. Raquel: consulte entonces, gracias. El hombre después de unos minutos en la pantalla: tiene suerte, aunque su turno ha acabado hace horas, ha tenido que regresar para una intervención de urgencia. Raquel: donde puedo esperarla?. Hombre: avisaré a un celador para que la lleve a los pasillos de quirófano. Mar salía de quirófano con su supervisor, habían sido casi 3 horas y realmente estaba agotada, un accidente con múltiples heridos había sido la causa de que la llamasen con urgencia a ella y a su jefe. Jefe: bueno, espero que mañana tu último día sea más relajado. Se estaban quitando las batas en la zona anexa al quirófano y lavándose. Mar: necesitas que me quede en reanimación??. Jefe: no, no, me quedo yo, tú vete a casa, seguro que tienes cosas que hacer todavía. Mar: pues la verdad es que todavía me quedan un par de maletas que llenar. Salían de camino a los pasillos, allí seguramente estarían los familiares del chico que acababan de operar y efectivamente así era, lo que no esperaba era encontrarse a Raquel, estaba sentada un poco más apartada de los demás, Mar quiso sonreír, pues le alegraba enormemente verla allí, pero había pasado una semana, cuando varias llamadas y mensajes no obtuvieron contestación, estuvo dolida y enfadada, y ahora, ahora aparecía de repente y , su jefe se percató de alga pasada. Jefe: vaya tienes visita. Mar: te importa si??? Jefe: nos vemos mañana – apretando su brazo. Cuando Mar estuvo a su altura. Raquel: se pondrá bien??. Mar: como?, lo conocías? Raquel negó con la cabeza y viendo para los familiares que hablaban con el otro cirujano: la chica es su novia, él trabajaba hoy y solo salieron a tomar algo, la dejó en casa y tuvo el accidente al volver para la suya, los demás son los padres de él y de ella – pausa, viendo para Mar – me preguntaron a quien esperaba yo y les dije que a ti, les dije que erais los mejores y que si dependía de vosotros saldría adelante. Mar se sentó a su lado: cuanto llevas aquí? Raquel: unas 2 horas, se recuperará?? Mar se quitó el gorro: que voy a hacer contigo?? - jugueteo con él entre sus manos – no contestas ni a mis llamadas ni a mis mensajes durante una semana, y luego te presentas aquí y esperas a que salga – suspiró sopesando lo que aquello podía significar, Raquel permanecía callada viendo para el suelo – vino bastante mal, no llevaba el cinturón puesto y salió disparado, pero es joven, las operaciones han salido muy bien, así que dentro de unos meses saldrá andando de aquí – pausa – me dices porque has venido?. Ojos verdes la vieron. Raquel: no sabía que decirte porque no hay disculpa posible – pausa – estás muy guapa de verde. A Mar el piropo le provocó una involuntaria media sonrisa: eres increíble, esperas que te perdone con ese mini piropo??. Raquel se recostó en el asiento: yo no esperaría mucho de mí. Mar se levantó: mañana tengo que volver aquí y son casi las 3am.. Raquel se levantó también: no te entretengo más... Mar le cogió un brazo: estoy cansada... por la operación...mañana salgo a las seis de la tarde, te parece si hablamos entonces, y decidimos cuando nos vamos a Vigo? Raquel: vale. Mar: normalmente estoy en la segunda planta..- se habían puesto a andar, llegaron a un cruce de pasillos – me voy por este. Se giraba sin más, no quería despedirse tan fríamente pero..sintió que una mano agarraba la suya y tiraba levemente de ella, y en un segundo estaba en un abrazo cálido y notó un ligero beso en la mejilla, “ te perdono, dios que fácil es que me haga feliz” pensó Mar. Domingo por la mañana. Silvia dormía con medio cuerpo encima de Pepa, su pierna derecha sobre la barriga de ella y su mano descansando suavemente en su axila izquierda, muy cerca de la cicatriz. Se giró hacia su lado derecho y como en una coreografía perfecta el cuerpo de Pepa la siguió hasta acomodarse acurrucada a su espalda, ahora era el brazo de Pepa el que se había buscado un hueco entre sus pechos. Un leve roce en la oreja la hizo despertarse. Silvia: me haces cosquillas. Pepa con los ojos todavía cerrados pero sonriendo: lo sé.. Silvia : me encanta despertarme así contigo – estrecharon más el abrazo, notaba la sueva respiración de Pepa sobre su nuca. Escucharon ruidos a través del interfono. La voz de enzo: mamis, mamis, el nene ezta dezperto.. Se rieron. Silvia se movió ligeramente, pero Pepa la retuvo. Pepa: espera... a lo mejor tenemos suerte.. Escucharon nuevos ruidos, y nuevamente la voz de enzo: vani..lindo, oda – se estaba riendo, también se escuchaban los gemidos ahogados del perro. Pepa: ves ha llegado la niñera... A veces Van Gogh cuando escuchaba al niño se acercaba a su habitación, enzo dormía en una cuna con barras protectoras, no podía salir de ella sin ayuda, pero entre las barras había espacio suficiente para acariciar un hocico y unas patas que reclamaban mimos y en ocasiones traían una pelotita. Se quedaron en cama un ratito más, pero no mucho, era domingo y habían quedado a comer en casa de Lola. Mar salía de personal cuando se encontró a una compañera. Compañera: ya lo tienes todo?. Mar enseñando un sobre: si, los papeles con el traslado, incluidas mis primeras vacaciones de verdad en 3 años. Compañera: que envidia, te dejo me esperan en cortinas. Mar se pasó por la UCI para ver como estaba el chico que habían operado. Se encontró con su jefe que le puse al día, el paciente se estaba recuperando. Jefe: no te has pasado por la sala verdad??. Mar: no.. me habéis organizado una fiesta sorpresa..?? Jefe: eso más tarde.. Y no le desveló nada más. Pasó por los vestuarios para cambiarse y cuando llegó a la sala su curiosidad había aumentado a cotas muy altas, no había nadie, entonces reparó en una cajita de cristal rectangular en cuyo interior se encontraba la rosa más roja y más perfecta que había visto en la vida, controló sus emociones, “quizás no sea para mí” pensó, pero se acercó todavía más, la cajita tenía un lazo rojo que la anudaba, estaba sellado y en su interior pudo observar una nota, su nombre en mayúsculas estaba escrito en ella. Leyó la nota “ GRACIAS POR ESCUCHAR MI TORPE DISCULPA, SIGO PENSANDO QUE ESTAS MUY GUAPA DE VERDE, R. “ Una gran sonrisa iluminó su cara, recogió la rosa para olerla y la magia se rompió completamente al entrar Angela en la sala. Angela: mírala, que tierna, no parecía del estilo de las que regalan rosas.. Mar volvió a poner la rosa en el interior de la cajita, mejor irse de la sala e ignorarla. Al pasar a su lado Angela le agarró el brazo. Angela: sino de las que pueden y se acuestan hoy con una y mañana con otra. Mar: vete a la mierda –soltándose. Angela se rió y la puerta se cerró. Casa de Lola. Paco: entonces cuando os vais??. Silvia vió para Pepa. Pepa: bueno.. depende de Raquel, en cuanto solucione un pequeño detalle nos avisa. Don Lorenzo: y yo pregunto donde os vais a alojar??, hay suficientes camas en esa casa??. Pepa sonriendo: tranquilo Don Lorenzo que no vamos a montarnos ninguna orgía...Silvia le dio un codazo – los padres de Raquel tienen una casa muy grande, las habitaciones de las 4 hijas están vacías, en una de ellas dormirá Raquel y ella me ha dicho que dentro de la misma finca en la parte más alta, se ha hecho una casita independiente, y ahí nos quedamos su hija y yo. Don Lorenzo: y el chucho con quién se queda??. Pepa: con usted as.. Don Lorenzo la interrumpió: y una mierda!! Pepa. Así le hace compañía, ya verá lo que liga cuando lo saque a pasear. Don Lorenzo: Oiga!! que a mi no me hace falta... Esta vez fue Mariano el que interrumpía: hombre, Don Lorenzo, una ayudita no viene mal, que usted tiene un carácter... Don Lorenzo: Mariano, váyase a tomar por culo, y pasee usted al perro de los cojones para bajar esa barriga cervecera. Mariano: lo vé... Paco: bueno, bueno haya paz... Sara riendo: tranquilas saco yo a Van Gogh. Lucas: Ah no, eso sí que no. Sara: contigo, tonto – y le dio un beso. Lucas: ah vale, entonces sí. Silvia estaba viendo como enzo recogía piezas de lego y las intentaba colocar en el cubo, entonces el niño se alejó de la alfombra y se fue a un rinconcito junto al sofa, se puso en cuclillas y empezó a ponerse colorado. Silvia sonriendo: mira Pepa.. – le indicó hacia donde. Pepa: eh.. que - se giró para ver a enzo, los demás también – se esta haciendo caca – se rió. Silvia: enzo cariño – el niño en la misma posición vió para ella – tienes caca??. Enzo asintió y todos se rieron otra vez. Don Lorenzo enternecido: es como un animalillo... Silvia se levantó y se acercó a su hijo: lo hacemos en el pato donald??. Como enzo tenía esa costumbre desde hacía unas semanas, habían comprado un orinal con la forma del pato para intentar quitarle ya los pañales, el niño se medio irguió y echó sus bracitos al cuello de Silvia. Pepa aprovechó su ausencia, para hablar con Lola y Don Lorenzo, se los llevó a un aparte mientras los demás retiraban los platos para poner el postre. Hospital. Mar se encontraba en la cafetería con la gran mayoría de sus compañeros despidiéndose, su supervisor la había llevado con la excusa de una comida tardía y desde las 15:30 ya no pudo salir de allí, pues sus colegas iban y venían sin descuidar sus funciones para tomarse algo y despedirse de ella, sus amigas le habían organizado para la noche una cena en un local con espectáculo en la calle barquillo. Le sonó el móvil, era Raquel. Mar: gracias por la rosa – por mensaje no quiso agradecérselo – el piropo ha subido de categoría. Raquel: me alegro de que te haya gustado..eh.. estoy en admisión.. Mar: subes?? Raquel: tengo que hacer unas llamadas... Mar: estoy en la cafetería, planta 0. Raquel: vale. Casi una hora después, entraba Raquel por cafetería, Mar estaba con varios colegas entre ellas algunas de las amigas con las que Raquel había coincidido la noche que salieron juntas. Mar se acercó a ella cuando la vio llegar: hola Raquel: hola –se dieron un abrazo – cuanta gente no?. Mar: si, estoy sorprendida no pensaba que tanta gente quisiese despedirse de mí. Raquel sonriendo: seguro que más de una llora por las esquinas. Mar: no creo, ven – y la llevó hasta donde estaban sus amigas. Estuvieron charlando casi otra hora más y cuando eran las 18:00 y oficialmente su turno había acabado, se hizo un último brindis. Amiga: te recogemos a las 22:00 en casa, te puedes traer a Raquel si quieres. Mar: gracias, nos vemos. Salían desde la cafetería al exterior, Angela estaba fumando en la calle, al verlas. Angela: no te olvides de practicar todo lo que te he enseñado – no se refería a la medicina. Raquel notó la tensión de Mar. Mar: no has sido tan buena profesora.. – se enganchó a la cintura de Raquel, y esta la acogió contra su costado. Unos momentos después, estaban sentadas en un café organizando la salida del lunes. Mar: saldremos muy temprano? – las cejas de Raquel se levantaron en señal de pregunta tengo cena a las 22:00 y me imagino que se alargará – se aventuró - te vienes?. Raquel: lo siento pero me ha llamado Maca, me han organizado una cena de despedida... Mar triste: bueno pues entonces te recojo en el hotel, mañana a las 14:30?. Raquel asintió: a lo mejor nos vemos por la noche, nosotras vamos a cenar a Fortuny pero luego nos pasaremos por chueca. Mar: me imagino que en algún momento iremos por el local de la otra noche, quizás tenga suerte y me saques a bailar... Raquel se limitó a sonreír, y Mar no insistió. Horas después Raquel hablaba con Pepa. Raquel: el lunes me voy para Vigo. Pepa: Te vas??. Raquel: bueno... me voy con Mar. Pepa: veo que has hecho progresos.. Raquel: no muchos.. Pepa: a ver, acepta ir contigo en coche....durante 5 horas... se pueden hacer muchas cosas.. Raquel: no empieces.. Pepa: vale, no te meto presión. Raquel queriendo cambiar de tema: has cogido los billetes??. Pepa: todavía no, tenía las reservas para el miércoles, mañana los recojo. Raquel: cuando los tengas me confirmas la hora para ir a buscaros al aeropuerto – antes de colgar – como estas??. Pepa: bien, deseando ver a Silvia y enzo en el agua. Raquel: eso sí tienen el valor de entrar. Pepa riendo: también es verdad, me olvidaba lo fría que está. Se despidieron. Por la noche, Raquel y Mar estuvieron con una parte de su cerebro pensando en la otra, hicieron lo posible por acabada la cena ir al local donde habían bailado la otra noche. El grupo de Raquel era más desorganizado, llegaron tarde a la cena, después se liaron a hablar con unos camareros que conocían en el Fortuny y con los que se tomaron unas copas en un local cercano. Por fin llegaron a chueca y después de estar en la plaza se fueron al local. No se vieron en un primer momento porque estaba bastante lleno, no había mesas vacías y se fueron hasta la barra, Maca y sus amigas como no, conocían a varias personas de allí incluida una camarera. Cuando sonó una lenta la pista de despejó un poco, Mar estaba sentada con sus amigas casi al fondo del loca, Raquel por su parte se dirigía a una mesa que parecía acababa de quedarse vacía, hablaba animada con una rubia. Mar la observó durante largo rato, sabiendo que ella no la había localizado todavía, y viendo que se lo estaba pasando bien, creyó mejor no acercarse. Maca a Raquel cuando la rubia se alejó un poco: me parece que Vero hoy no te deja escapar. Raquel: Vero está un poco pedo..nada más. Pero Vero quería bailar y la sacó a la pista varias veces, el anuncio de una canción lenta provocó un pequeño alivio de gente, Vero tenía sed, cuando se giraba para acompañarla a la mesa, vio a Mar, estaba al fondo hablando con sus amigas, se fue hacia ella. Mar la vio llegar cuando casi estaba delante suya. Raquel ofreció la mano: bailas? – saludó con la cabeza a las demás. Mar se levantó claro que quería bailar. Raquel: no te había visto?. Mar: yo sí. Raquel no preguntó porque no la había ido a saludar, no hacía falta. Se pegaron la una a la otra, y el contacto hizo aflorar nuevamente el deseo, las manos de Mar colgaban del cuello de Raquel y respiraba su perfume, las manos de Raquel firmemente apoyadas en sus caderas, pero ni una ni otra hicieron mayores avances, y la música cesó. Se estaban separando cuando Mar echando un rápido vistazo a la mesa de Raquel, le dio un ligero beso en la mejilla, viéndola a los ojos. Mar: no te reprimas si no quieres... – y se soltó del abrazo, puede que Angela tuviese razón.. Era una clara alusión a la rubia que durante toda la noche estaba pegada a ella, Raquel se quedó en medio de la pista viendo como se alejaba, quiso decirle que no era lo que pensaba, pero el “permiso” de Mar la dejó descolocada.. Mar volvió a su mesa, aguantando el tipo, un poco triste, eso sí, al separarse de Raquel se había dado cuenta de que llevaba carmín en la camisa blanca, del mismo color de los labios de la rubia...sus amigas querían cambiar de garito, así que se levantaron y se fueron hacia la salida. Raquel la vio marchar un leve gesto de cabeza fue toda la despedida. Lunes. Pepa se hizo una última revisión de niveles para tranquilidad de Silvia y de la Dra Barros, los efectos secundarios estaban remitiendo casi en su totalidad. Dra. Barros viendo para Silvia: no dejes que se confíe y abuse de su cuerpo, nos interesa que esté fuerte cuando volváis, no agotada. Pepa: perdón pero estoy aquí. Dra. Barros sonriendo: por eso se lo digo a Silvia, no quieres preocuparla verdad??. Pepa levantando las manos: ya veo chantaje emocional puro y duro. Al salir de la consulta. Silvia se agarró a ella: yo sé que te vas a portar bien .. Pepa sonriendo: te he dicho que el agua en Vigo esta muy fría...?? Mar aparcó en una de las plazas del hotel destinada a recogida de clientes, había hecho una perdida a Raquel para que bajase, eran las 14:35, se vió en el espejo retrovisor, en su cara se podían notar los resultados de una noche con alguna copa de más y pocas horas de sueño, aunque para ella la fiesta se acabó después de bailar con Raquel, llegó a casa a las 5:00 am y como lo tenía todo listo estuvo durmiendo hasta la 13:00, bueno más bien lo intentó porque su mente se empeñaba en recrear imágenes de Raquel con la rubia en actitudes íntimas.. Raquel ocultaba sus ojos detrás de unas gafas, la noche fue muy larga, y sorprendentemente volvió a su cama sola declinando la oferta de Vero, de camino al hotel solo pensaba en como Mar le había recordado que era libre, si lo era... Se acercó al coche y mientras salía del asiento Mar le indicó que el maletero estaba abierto, puso sus 2 maletas en el interior. Mar: Hola, conduces tú?, a mí no me gusta demasiado.. No dijo más, así están las cosas??, así de impersonal, lógico.... Raquel cerró el portón y cuando tuvo a su altura a Mar la agarró por una hebilla del vaquero. Raquel: no pasó nada con Vero ni con ninguna otra – tiro un poco de la hebilla hacia ella – a que vino ese permiso??, eres siempre tan liberal??. Mar fue sincera: no, no lo s.. No la dejo acabar. Tiró de ella nuevamente, y la besó, su mano soltó la hebilla y sujetó su cadera, la otra mano estaba en la nuca de Mar, su función, que los labios de Mar no se separasen demasiado de su boca. Raquel después de un momento: necesito que te importe. Mar: me importa – díselo - he dormido sola como tú. Raquel: vale – le dio un pico – nos vamos?? Mar: si no hay más remedio.. Raquel con una sonrisa: te compensaré..., quiero estar contigo, solo dame.... Mar: te lo doy, tiempo....espacio... Otro beso. Mar separándose: mejor me voy al otro asiento. Raquel: mejor será, si.. El camino hacia casa fue todo un ejercicio práctico de compatibilidad, los gustos en cuanto a música eran dispares, descubrieron que a ambas les gustaba Ana Belén, a Mar le gustaba hablar y a Raquel conducir y escuchar. Cuando les quedaban apenas 30 kms para Vigo, Mar llamó a sus padres y a Ruth, iba a compartir casa con ella. Eran casi las 23:00 horas cuando finalmente llegaron. Ruth se dio un abrazo con Mar, rodeó el coche y se abrazó a su hermana hacía tiempo que no se veían. Ruth a su oído: a donde has llevado a mi amiga para tardar 3 horas más de lo previsto??. Raquel en tono de broma: no sabía que la niña tenía horario de llegada. Mar: oye... Ruth se giró hacia Mar: de mi hermana no voy a conseguir nada, pero tú después ya puedes contármelo todo con pelos y señales – no se le escapó la mirada que se dirigieron ambas – eh,eh, no os confabuléis.. Raquel: déjalo ya enana. Mar: tengo que pasarme por casa de mis padres, ya vamos en mi coche y después os lo lleváis. Ruth: te vuelvo a buscar?? Mar: seguro que quieren que me quede a dormir.. nos vemos mañana. De camino a casa. Ruth: Reich.. Raquel: me gusta, solo te voy a decir eso.. Ruth sonriendo siguió conduciendo. La casa familiar llevaba unos doscientos años en la ladera de la Guía, las generaciones posteriores fueron realizando las obras necesarias para acondicionarla a los tiempos modernos, su padre Antonio había sido toda la vida pescador, su madre hasta que empezaron a venir las hijas trabajaba en una conservera, pero juntos consiguieron que la casa familiar y el terreno siguiesen en la familia, pese a los muchos especuladores que día sí día también habían pretendido comprarla para hacer pareados. Ruth entró en la finca y dejó el coche en la primera parcela, Raquel en cuanto subió las escaleras que daban a la siguiente parcela se dio la vuelta para contemplar toda la entrada de la ría de Vigo, aspiró el aroma del mar. Su vida juntas II. Continuación Miércoles 10:30 a.m. Silvia estaba en el baño vistiéndose, mientras Pepa que ya estaba lista hacía lo propio con enzo. Pepa sujetando una sudadera. Enzo: no quero..teno calor.. Pepa: si, hace calor cariño, pero ahora vamos fuera.. y en el aeropuerto hace más frío – “ pero que estoy haciendo dándole explicaciones “, sonó el timbre del telefonillo – ese debe ser el abuelo, ven. Enzo: tete, tete. Pepa buscando el chupete: toma el tete. Subió al niño en el colo y se fue hasta la entrada, pulsó el interfono para abrir la puerta. Pepa: suba Don Lorenzo.. Don Lorenzo: Pepa tengo el coche en doble fila.. Pepa: pues yo en el pasillo 4 maletas, el carrito y enzo no se quiere poner la sudadera. Don Lorenzo: cojones Pepa!!, no deje que le toree el niño, que no tiene ni 2 años. Enzo: lelo – con las manos intentaba tocar la pantallita donde se veía reflejada la cara de su abuelo. Pepa: ya,ya – colgando el interfono – me va a hablar del genio de los castro – viendo para enzo – hay que ponerse la sudadera que viene el abuelo a buscarnos. Silvia que pasaba por el pasillo hacia la cocina: Pepa pero aún está así el niño?? Pepa: otra – yendo con enzo para la habitación – venga enano. Casi 2 horas después se despedían de Don Lorenzo en la puerta de embarque. Pepa llevaba a enzo en brazos, pasaron los controles y cuando ya estaban en su puerta, le enseño el avión en el que iban, era su primer vuelo y el niño alucinaba y estaba atento a todo, además todo el personal que se iban encontrando le hacía alguna monada. Pepa: mira que grande el avión..- Enzo pegado al cristal no le quitaba ojo . Silvia: Pepa – esta se giró – ven sentaos un poco – le hizo un gesto para que se pusiese a su lado. Pepa: lo coges tú?. Silvia: claro, ven cosita, te sientas conmigo??. Cuando ya enzo comenzaba a impacientarse llamaron para embarcar, estaban más o menos por la mitad del avión en una hilera de 3 asientos, Silvia se puso en la ventanilla y Pepa en el medio, el niño tenía que ir sujeto a una de ellas. Silvia: mejor contigo, que a mí el despegue me pone nerviosa. La azafata que les había visto entrar, llegó con el arnés para acoplarlo. Azafata a enzo: a ver guapo, levantas un poquito los brazitos? - enzo obediente lo hizo – muy bien, ahora te traemos unas pinturas si??. Pepa: Sil, no le pones los tapones..?? Silvia: cuando esté entretenido, así no se entera, a ver si tenemos suerte y no se asusta y tampoco le molesta el cambio de presión. Otra azafata llegó con un cuaderno y unas ceras, al inclinarse para dárselas, a enzo le llamó la atención el pin en forma de avión y ni corto ni perezoso le echó la mano. Pepa viendo tarde el movimiento e intentando parar la mano de su hijo: enzo no.. Azafata: te gusta el avión??, hacemos un trato, tú me das el chupete y yo el avión. Enzo sopesó el cambio. Silvia: no creo que sea buena idea, seguramente se lo quiera meter en la boca. Azafata: uy, claro, que tonta, disculpe. Silvia viendo como enzo sujetaba el chupete con una mano: nada, tranquila, aún así no hubiera hecho el cambio. La azafata con una sonrisa: ya veo – se alejó. Pepa abriendo el cuaderno sobre la mesita ya desplegada: bueno, mira quien tenemos aquí – había una foto de Igor y Winnie abrazados – coloreamos a Igor??. Enzo agitó la cabeza y ya pedía con su manita una cera. Pepa se inclinó hacia Silvia: estos 2 son pareja. Silvia: Pepa.. Silvia: que te lo digo yo, gays, mira que abrazos se dan y el burro tiene un lazo rosa en la cola... Silvia: mira que eres tonta.. Pepa: le mandas un mensaje a Raki para decirle que estamos en el avión??. Silvia así lo hizo. En ese momento se bajaron las pantallas del techo. Silvia y Pepa se rieron a la vez al ver la expresión de enzo, había dado un respingo con el ruido e incluso había dejado de chupetear, y ahora veía atónito las imágenes. En eso llegó una azafata. Azafata a enzo: me ayudas?, yo te los doy y los pones aquí sí??. Como no había nadie sentado en el asiento del pasillo colocó allí lo que traía en la mano. Enzo no sabía a que atender, a la tele, a la azafata, a los aparatos que le había dejado al lado... Acabada la explicación sobre lo que hacer en caso de algún tipo de emergencia, la azafata sacó del bolsillo del uniforme un avión de goma. Azafata: por haberme ayudado guapo – enzo lo cogió enseguida – me das un besito?? – se quitó el chupete y se acercó a su cara – que cariñoso, gracias – se alejó. Pepa: es una pena que no se vaya a acordar de este día. Silvia: si, tiene a todas las azafatas loquitas.. Pepa: ah!, no se acercan por mí?? Silvia: no.....tú ya me tienes a mí – y le dio un pico, sin importarle quien pudiera estar viendo.. En el momento que iban hacia la pista Silvia le puso los tapones, subieron la mesa en posición vertical y Pepa para tenerlo entretenido le pasaba las páginas del cuaderno. Pepa: mira, después pintamos este bosque, ah!! que bonito, lo coges tú. El niño con sus manitas pasaba las hojas y Pepa aprovechó la libertad para cogerle la mano a Silvia, esta se la apretó. Despegaron con total normalidad y enzo salvo un primer momento de desconcierto al notar que algo pasaba no soltó ni una lágrima, que estuviese con el chupete en la boca también ayudaba a que los oídos permaneciesen abiertos y los cambios de presión no le afectasen tanto. Al pasar una azafata por su lado. Pepa: puedo desengancharlo??. Azafata: si claro, si quiere lo puede colocar en el medio de ustedes. Pepa: gracias. Así lo hizo. Silvia rebusco en la bolsa y sacó un bote con una crema de verduras para enzo. Silvia: cariño, les pides que te lo calienten. Pepa: claro, así me levanto un poco, necesito estirar las piernas. Mientras andaba por el pasillo de vuelta a su asiento se sintió un poco mareada. Silvia la vio un poco pálida, pero preguntó con voz calmada: te encuentras bien?? Pepa: se me ha ido un poco la cabeza. Silvia: échate un poco para atrás, y descansa un poco. Lo hizo, cerró los ojos, escuchaba como Silvia le hablaba bajito a enzo mientras le daba de comer, no se llegó a dormir pero su cuerpo se relajó lo suficiente como para que cabeza y estómago volviesen a su estado normal. Voz del piloto. “ Señoras y señores pasajeros, en breves minutos tomaremos tierra en el aeropuerto de Vigo, el cielo está completamente despejado y la temperatura es de 25º, la maniobra de aproximación la haremos sobrevolando la ría a la altura de rande, es un buen momento para contemplar desde las ventanillas su belleza natural, esperamos que hayan tenido un buen vuelo y les deseamos una feliz estancia en la ciudad Olívica “. Pepa se movió para ponerse nuevamente en el asiento central. Silvia: me lo pones a mí ahora??. Pepa: claro, ven enzo – movió al niño al colo de Silvia , quitó el arnés de sus enganches y los puso en el otro asiento. Pasados unos minutos sobrevolaban el puente de rande. Pepa: mira Sil... ves esa pequeña isla en el interior de la ría?, es San Simón. El avión ejecutó un giro para encarar el aeropuerto lo que les dio la visión contraria con la desembocadura de la ría. Pepa: al fondo lo que ves ya en mar abierto son las islas Cíes. Silvia: es precioso.... Pepa: ves aquel monte y en lo alto una iglesia?? Silvia viendo donde le indicaba : si.. Pepa: eso es la Guía, por ahí viven los padres de Raquel. A la salida del avión enzo en los brazos de Silvia se despedía de todas las azafatas agitando su mano. Cuando bajaban las escaleras para recoger las maletas se encontraron con Raquel, esta había utilizado su placa para pasar a la zona restringida Raquel: hola, que tal el vuelo? Pepa y Silvia: bien, Silvia: enzo se ha divertido mucho a que si? Enzo:zi!!! Se abrazaron y dieron besos. Raquel: he pasado para ayudaros con las maletas. Pepa: muy buena idea, porque traemos 4 – viendo la cara de asombro de Raquel – no preguntes.. Raquel : fuera están Ruth y Mar esperando.. Pepa con una sonrisa: así??? Raquel: Mar tiene un C4 picasso de 7 plazas y hemos puesto una silla de uno de mis sobrinos para enzo. Pepa en tono de guasa: si que está preparada para la vida familiar.. Raquel: déjalo ya anda..ven conmigo a la cinta para coger las maletas. Salieron por la zona de llegadas, Silvia llevaba en brazos a enzo y Raquel tiraba del carro con las maletas, Pepa llevaba la bolsa de mano, la dejó en el suelo cuando vió acercarse a Ruth. Ruth se echó en su brazos: hola guapa!!, cuanto tiempo. Pepa: hola bonita, mucho, te presento a Silvia, y esa cosita que lleva colgando es enzo. Ruth se dio besos con Silvia: hola Silvia, encantada – viendo para enzo, que se apretó más a Silvia – hola chico – le hizo una caricia – un beso? Enzo se lo dio – que rico es. Silvia sonriendo: lleva un día de lo más sociable. Mientras Mar se abrazada y daba besos con Pepa. Mar: que tal Pepa?, cuanto tiempo?. Pepa: bien, bien, y tanto, te veo genial, se porta bien? – haciendo un gesto hacia Raquel. Mar medio avergonzada: muy bien. Silvia: mira que disfruta metiéndose donde no la llaman – se acercó a Mar – encantada. Se abrazaron y dieron un beso. Mar: Hola Silvia – seguía un poco cortada. Silvia: enzo, le das un beso a Mar?? – el niño acercó su carita y dio el beso. Pepa se acercó al niño le dio un beso en los labios: así me gusta mi niño – con aspavientos - de bueno, de cariñoso, y de guapo. Y enzo claro se puso a reir con las locuras de mami. Todas se rieron. Raquel: como la aguantas?? Silvia: la quiero... Pepa: me quiere... Ruth: ay el amor... Se volvieron a reir. Había dos caminos posibles para llegar a casa de Raquel, decidieron coger el tramo de autopista, menos congestionado de tráfico y con unas vistas realmente bonitas. Mar conducía, Raquel iba a su lado, en la fila siguiente Silvia, Pepa y enzo en el medio, y detrás con las maletas Ruth. Raquel: hemos conseguido que sólo estén ahora mis padres.. Ruth desde el fondo: Maria y Sara vendrán seguramente por la tarde con sus respectivos y los crios. Silvia: sois 4 hermanas??, Ruth: si, bueno Reich para papa cuenta como chico. Raquel: enana???, tranquila Silvia, los irás conociendo de forma escalonada.. Durante el trayecto contemplaron más de cerca la lengua de mar que entraba desde el oeste, formando la ría. Raquel: la otra orilla que ves enfrente es Cangas, de donde son los palistas que han ganado las medallas de oro en China. Silvia: de verdad que no me imaginaba Vigo tan bonito.. Para cuando llegaron a casa, enzo se había dormido, en el portal de pie esperaba un hombre alto, bien parecido, y con la piel curtida por el tiempo al aire libre, saludó con la mano y casi no esperó a que bajasen del coche. Pepa abrió su puerta y salió: Antonio!!. Se fundieron en un abrazo largo. Antonio: nena!!, pero que alegría más grande...- se separaron un poco, emocionados los 2 – estas muy guapa...- con sincera preocupación - como estas??? Pepa: bien, bien, ven quiero presentarte a Silvia – dio la vuelta al coche. Silvia: encantada – notó un abrazo sentido. Antonio: hola guapa, el encantado soy yo que estoy rodeado de bellezas.., - sin soltar a Silvia - venga Raquel, Ruth, cogemos las maletas y para arriba que mama está esperando para comer – seguro que hay fame, hambre – se corrigió. Silvia con una sonrisa asintió. Antonio viendo para dentro del coche: el pequeñajo se ha quedado frito por lo que veo, mejor que lo cojas tú porque como se despierte y me vea a mí se lleva un susto. Mientras bajaban la maletas. Antonio: Mar te quedas a comer verdad?? Mar: claro. Antonio: así me gusta.. Silvia se dio la vuelta y vio la estampa que formaba la ría, en la otra orilla un monte cubierto de verdes árboles, a la derecha un puente al estilo del de San Francisco y a la izquierda la salida a mar abierto. Antonio: bonito eh?? Silvia: es un paisaje increíble.. Juntos como una tropa llegaron a la entrada de la casa principal, era rectangular, con 2 plantas y una buhardilla, toda rodeada de jardín, al lado derecho de la entrada principal, un cenador con una mesa inmensa, esperaba con todos los utensilios para que se sentasen a comer. Una mujer salió a la puerta, Pepa se adelantó y se abrazaron. Pepa: Hola Carmen. Carmen con lágrimas en los ojos: que alegría verte, como estás miña nena. Pepa: bien Carmen. Antonio: carmiña, esta es Silvia. Silvia se acercó con enzo en los brazos todavía dormido: hola, encantada. Se dieron unos besos. Carmen: hola guapa, con las cosas que nos ha contado Raquel estos 2 días ya me tardaba conocerte – viendo para enzo – que angelito, se ha quedado dormido. Silvia: si.. Pepa: Antonio si abrimos el carrito lo ponemos ahí. Antonio lo pensó un rato: espera tengo algo mejor – se metió en casa. Carmen guiando a Silvia: vamos a sentarnos. Raquel: dejo las maletas en la entrada y después de comer os acomodáis. En eso regresó Antonio, llevaba una especie de parque móvil. Antonio: Ruth trae aquella sombrilla – acercándose a Silvia – tiene un colchón, aquí estará en la gloria. Puso el parque detrás de la silla que iba a ocupar Silvia y la sombrilla para cubrirlo del sol que no le tapaba el cenador. Silvia puso a enzo dentro, que no sé enteró del cambio. Carmen: Raquel, Mar me ayudáis con los platos?. Ruth: y yo?. Raquel: tu mejor no, que eres un poquito torpe y acabas tirando algo. Antonio riendo: ahí leva ( lleva ) razón. Carmen para Silvia y Pepa: he hecho un poco de todo, pulpo, empanada, unos langostinos.. – les recitó varias cosas. Pepa: carmen no creo que podamos con todo.. Carmen: bueno vosotras coméis lo que queráis.. Silvia se sintió plenamente integrada en apenas quince minutos, a su lado derecho tenía a Pepa, y a su izquierda a Raquel, todo estaba buenísimo, y la charla era realmente agradable. Pepa: tienes las pastillas en la bolsa? Silvia: no, las llevo aquí en el bolso, te sigue molestando el estómago?. Pepa asintió, Silvia rebuscó en su bolso y le entregó la medicina, comió muy poquito y cuando enzo se despertó y ya no quería estar en el parque lo puso a su lado. Ruth: estás encantado eh papa?. Antonio sonriendo: como me miren ahora los de barrio, van a pensar que son ( soy ) moro, rodeado de tanta muller ( mujer ), esto es una maravilla, ya puedes ir a por la cámara y sacar alguna foto, que luego no me creen. Cuando estaban en la sobremesa. Pepa: Sil..- le pasó a enzo – me tenéis que disculpar pero creo que necesito tumbarme un rato. Silvia: te mareas?. Pepa: algo así. Raquel se levantó como un resorte: puedes? Pepa : si,si . Mar se había acercado a Silvia: te llevo a enzo??. Silvia: gracias Mar – le pasó una mano por la cintura a Pepa – vamos?. Antonio y Ruth se fueron a por la maletas y junto a Raquel les guiaron, Carmen se acercó a Mar para distraer a enzo. La casa de Raquel estaba justo detrás de la casa de sus padres, se subía por un camino en ligera pendiente, un muro y una puerta que ahora estaba abierta la convertía en una parcela independiente. Era un bloque alargado de estilo moderno, amplios ventanales y de una sola planta, a su izquierda otro cenador, este más pequeño y en el extremo más alejado se veía una piscina alargada. Raquel que ya había dejado las maletas que llevaba y esperaba en la puerta, las guió por el interior hacia la derecha. Pepa se sentó en la cama de matrimonio de una habitación con amplios ventanales. Raquel: que descanses, Silvia entretenemos a enzo tú no te preocupes. Cerró la puerta. Silvia: quieres quitarte la ropa. Pepa :no, solo tumbarme un poco, tengo sensación de mareo, será cansancio. Silvia: vale. Pepa quería quitarse los tenis antes de tumbarse. Silvia: ya te los quito yo. Con Pepa ya estirada en la cama Silvia se fue hacia los ventanales para cerrarlos, pulsó el botón y poco a poco se fue oscureciendo la habitación. Pepa: no cierres de todo. Silvia se tumbó a su lado, le toco la frente. Pepa sonrió con los ojos cerrados: tienes la mano fría. Silvia: mejor tumbada?. Pepa: mejor..no hace falta que te quedes... Silvia: me quedo.. por lo menos hasta que te duermas – se abrazó a ella. A la media hora escasa la respiración regular de Pepa le indicó a Silvia que estaba dormida, le dio un suave beso en los labios y salió. La casa tenía una insonorización perfecta porque al salir al exterior se encontró a Raquel y Mar jugando con enzo sobre la hierba y debajo de una carpa con una pelota. Ahora escuchaba perfectamente los gritos y risas de enzo y de ellas. Enzo:mami!! – se fue corriendo hacia ella. Silvia lo cogió: hola amor.. – se dieron besos y lo soltó nuevamente, se acercó a Raquel y Mar, y se sentó en una silla cercana. Raquel: que tal? Silvia: se ha quedado dormida. Mar: ya estoy en plantilla del Xeral, si necesitas que vayamos.. Silvia: espero que no...ha sido mucho ajetreo por la mañana y en el aeropuerto, y los cambios de presión quizás le hayan influido. Mar le preguntó con mucho tacto sobre aspectos de la enfermedad y Silvia les contó en que punto estaban. Raquel: ya verás como estar aquí unos días os viene bien. Antonio y Carmen subieron desde la otra casa, Silvia también los tranquilizó sobre el estado de Pepa. Carmen: vamos a comprar unas cosas para la cena de esta noche, Ruth ya se ha ido a trabajar... Tanto Antonio como Carmen no sabían conducir. Mar: os llevo yo en coche. Antonio: moi ben filla. ( muy bien hija ). Después de irse. Silvia: se la ve muy integrada. Raquel: Ruth y ella se conocen desde párvulos...mis padres la adoran. Silvia: que abiertos son no?? Raquel sonrió: ves aquellas piedras en forma de asiento con aquel árbol? – Silvia asintió – mi padre ha pasado la mayor parte de su vida alejado de nosotras, hacía mareas de 6 y 9 meses, y a veces en casa estaba apenas un mes y se volvía a ir, un día siendo yo adolescente estaba en ese árbol en un columpio. FALSHBACK Antonio buscaba por la finca a su hija Raquel, le quedaban 2 días para irse y en esta ocasión la notaba muy rara, al final la encontró. Raquel lloraba sentada en un columpio fabricado por su padre cuando eran niñas y que colgaba de un árbol centenario. Se acercó a ella y se apoyó en el árbol. Antonio: por que lloras hija??. Raquel se pasó la mano por la cara quitándose las lágrimas, no sabía que decirle, no sabía si contarle la verdad. Antonio: no confías en tu padre??. Si que confiaba, en sus 15 años nunca le había dado un motivo para lo contrario. De hecho tenían una conexión especial, tenían el mismo carácter, y les gustaban las mismas cosas, el mar por encima de todo. Raquel: me siento diferente a mis hermanas.. Antonio: eso no tiene porque ser malo. Raquel: yo..., ellas están siempre hablando de sus novios y.... yo, yo no pienso casarme... Antonio: bueno eres joven, a lo mejor aún no has encontrado alguien que te guste.. – le sonrió Raquel pensó, “ ha dicho alguien, porque no un chico..”. Antonio utilizó ese alguien de forma deliberada, cuando uno pasa tan poco tiempo con su familia, el contacto a través de emisora no da para decir muchos cosas, pero su mujer y él se escribían unas cartas larguísimas, a medida que las hijas fueron creciendo también con ellas se carteaba, y en papel se explican muchas cosas que a lo mejor cara a cara costarían, su mujer y sus otras hijas le habían estado dando pistas sobre Raquel, estaba claro que era diferente y él había aprendido a aceptarlo. Raquel: me gusta alguien.. Antonio queriendo ayudarla: y ese alguien es una chica.. Se quedó muda, su padre se acercó y ella se abrazó a él. Antonio: filla ( hija ), solo quiero para vosotras lo mejor, que seáis felices, y como padre estoy muy orgulloso porque os habéis convertido en buenas personas, no lo vas a tener fácil cariño, pero en casa te comprendemos y te queremos. Raquel: pero entonces?? Antonio sonriendo y secando sus lágrimas: todos sabemos quien te gusta miña nena ( mi niña ). FIN FLASHBACK. Raquel: saben que le gusto a Mar desde hace años, y el martes mi padre me interrogó cuando me pilló despidiéndome de ella con un beso. Silvia: y que le dijiste??. Raquel: la verdad, que quiero intentar ser feliz, se puso serio y me dijo que tuviese corazón y no le hiciese mucho caso a la cabeza. Silvia: ellos saben..? Raquel la interrumpió: lo de Avila??, si. Enzo echó a andar al tiempo que decía: mami!! Ambas se giraron, Pepa estaba en la entrada de la casa. Pepa subió a enzo en brazos: un beso a mami – se besaron – he descansado de maravilla. Raquel sonriendo : me alegro, le diré a mi madre que ha acertado con el colchón. Pepa dejó a enzo en el suelo y se sentó en la tumbona de Silvia. Silvia: se te ha pasado?? – acariciando su cara. Pepa: si, completamente – le dio un beso – he estado cotilleando un poco por dentro, la casa es fantástica. Raquel: ya me contareis si es además cómoda para vivir. Silvia: pero no has vivido en ella?? Raquel: no, los últimos años he venido poco, y dormía siempre en casa de mis padres, hasta este lunes no había demasiados muebles, ni colchones. Pepa: o sea que la estrenamos nosotras. Raquel: así es.. Pepa: crees que con Mar podrás llevar una relación a distancia??. Era evidente que había escuchado parte de la conversación anterior. Raquel: tú siempre tan directa . Pepa: y la respuesta es?? Raquel: que llevamos 2 días aquí y que cada una duerme en su casa.. En ese momento subía Mar acompañada de una pareja, la mujer tenía los mismos rasgos que Ruth, piel morena, cabello negro, largo y medio ondulado. Raquel y Pepa se levantaron, como pudo averiguar después Silvia, la mujer era María la hermana mayor y su marido Jose. Mientras se saludaban y les presentaban a Silvia, llegaron 3 chicos, el mayor tendría unos 20 años, se llamaba Pedro, el segundo era Pablo de 10 años y de la mano llevaba a un niño de unos 5 años llamado Marcos. Raquel consultando su reloj: quien se quiere bañar??. En apenas 15 minutos la finca se llenó de un gran alboroto, Silvia y Pepa charlaban con María, Jose y Carmen debajo de las sombrillas, mientras los demás estaban metidos en el agua, tenían a sus pies a enzo que veía curioso hacia el agua, el primer intento de meterlo había acabado en llantos. Raquel: eh,eh eso no vale pedrito. Pedro: ah!! se siente, ahora soy más alto que tú.. Habían puesto una canasta de baloncesto y en un bando estaban Antonio y su nieto Pedro y en el otro Raquel, Mar y Pablo, Marcos en su flotador se mantenía cerca de las escaleras huyendo un poco de las salpicaduras. Mar sacando la lengua: seguimos ganando!!. Eran casi las siete de la tarde y el sol comenzaba a perder su fuerza. Pepa a Silvia: me voy a meter y luego vengo a por él – en referencia a enzo. Este no perdió detalle de Pepa jugando con Marcos. Después salió del agua y se acercó a enzo, lo abrazó. Enzo: moja, mamí. Pepa: no quieres jugar en el agua?? Enzo moviendo la cabeza en señal negativa. Pepa : Sil.. a lo mejor si te ve a ti. Silvia: no está fría?? Pepa: que va.. María: venga Jose, vamos nosotros también. Los 3 entraron en la piscina, Silvia viendo que enzo la vigilaba se sentó en el segundo peldaño. Pepa, María y Jose jugaban con Marcos. Silvia: ven cariño, siéntate con mami. Enzo no parecía convencido pero se acercó a ella. Silvia lo cogió y primero lo sentó en su piernas, después lo puso a su lado, ya estaba completamente mojado, Pepa se acercó nadando. Pepa: holaaa – salpicó a enzo. Este se rió cuando Pepa le echo agua con la boca. Pepa: vienes?? – enzo se lanzó a sus brazos. Silvia: no le quites el sombrero. Pepa sacando una mano del agua en dirección a Silvia: ven ... Enzo poco a poco le fue cogiendo confianza y entre los brazos de Silvia y Pepa se lo pasó en grande, después le pusieron unos manguitos y jugó un buen rato con Marcos. A la hora de la cena llegaron con Ruth, Sara, su marido Juan y sus niños, Jonás de 8 años y Jesús de 4. Ahora enzo que con Marcos había echo buenas migas, tenía a otro niño más para jugar. Todos en la mesa cenando. Silvia curiosa le dijo a Ruth: tenéis todos nombres bíblicos. Ruth se rió: esa es buena – viendo para su padre – pa.. cuéntale a Silvia el porque de nuestros nombres.. Antonio riendo: ha habido temporales en la mar, que de verdad he creído que no los contábamos, y a la virgen del carmen le prometía ponerles nombres a mis futuros hijos o nietos. Silvia también observó que habiendo tenido sólo hijas, ahora tenía solo nietos, también le hizo ese comentario. Antonio: ya ves, yo creía que Raquel sería chico, estuve cerca – se rieron – y luego sin querer apareció la enana, y ya me convencí del todo de que no tendríamos varones, y ahora – viendo para sus hijas – todas me dan nietos, pero todavía me quedan 2 hijas.. para que me den alguna nieta. Ruth: di que sí papa, yo apuesto por Mar. Raquel se atragantó. Eso hizo reír a todos. Sara: respira raki, respira. Mar se puso colorada. Ambas que estaban juntas se miraron. Durante la velada Pepa se las arreglo para hablar a solas con María. Ya en la habitación. Pepa apoyaba su espalda en el cabecero de cuero, se abrazaba las rodillas, veía como Silvia quitaba la ropa de la última maleta. Pepa: me vas a hacer un pase de modelos..? Había contado 3 camisones, nuevos.., o estaban dentro de la categoría de saltos de cama..? Silvia sonrió: te gustaría? Pepa: mucho. Silvia los cogió y se fue hacia el baño, antes de entrar: no te vayas a dormir eh?? Pepa negó con la cabeza: ni de coña. Se giró hacia la mesilla y tocó un botón, la música hizo su aparición, localizó un canal apropiado, jazz?, suaves sonidos y una dulce voz negra, vale. En 2 minutos se abrió la puerta, pero Silvia no salía. Pepa: Sil...? La voz de Silvia desde el interior: me da vergüenza.. Pepa: venga.. Una pierna desnuda, encaje negro sobre la mitad del muslo, un paso hacia delante, medio cuerpo a la vista, la seda negra se pegaba a sus curvas, la cabeza mirando hacia abajo, tímidamente, una pelirroja melena alborotada, otro paso más, Pepa siguió con la vista el cabello hasta las puntas, se posaban en sus hombros desnudos, unas diminutas cintas aparecían y bajaban hasta unas copas con encaje en los bordes, un pico vertiginoso moría debajo de la línea de los pechos. Silvia levantó la vista: te has movido.. Pepa había pasado del cabecero a sentarse en la esquina de la cama más cercana a Silvia: que?? – vió donde estaba – no me he dado cuenta.. Silvia sonrió, dio pequeños pasos hacia ella, pero se paró antes de que los largos brazos de Pepa llegaran a su cuerpo. Silvia: tengo 2 camisones más ahí dentro. Pepa con las manos en alto: ha sido tu cuerpo el que ha llamado a mis manos. Silvia se acercó: las manos quietas.. Pepa obediente ni se movió, Silvia apoyó su rodilla izquierda en la cama a un lado de Pepa, hizo lo propio con la otra en el otro lado, se sentó sobre ella, se fue inclinando hacía delante, provocando la caída hacia atrás de Pepa. Silvia bajando hacia la boca de Pepa: sigues sin tener permiso – la besó. Pepa apretó con las manos las sábanas de la cama, a algo se tenía que agarrar, Silvia le quitó la camiseta de asas, no había nada más debajo, poco a poco fue recorriendo con suaves besos el cuello de Pepa, entonces Silvia se incorporó. Silvia: siguiente camisón. Hizo el movimiento para levantarse, pero Pepa no la dejó ir. Pepa: que prefieres?, que te persiga hasta el baño o ser mía aquí y ahora. La respuesta fue un beso y ya no se movieron de la cama. A la mañana siguiente. Silvia se despertó temprano, Pepa dormía y por el interfono la respiración tranquila de enzo indicaba lo mismo. Le apetecía un zumo, y seguramente enzo no tardaría en reclamar su comida, sabía por Raquel que en la cocina tenía lo necesario. Una vez que tuvo el zumo listo salió al porche de la casa, se sentó en una silla de mimbre y disfrutó del cielo recién amanecido y del efecto de la niebla desapareciendo del mar. Apareció Carmen, llevaba una bolsa en la mano, la agitó. Carmen: buenos días, te iba a dejar en la ventana de la cocina unos croissants.. Silvia: buenos días Carmen, gracias. Carmen: puedo? – indicó la silla de al lado. Silvia: claro. Carmen: preocupaciones?? Silvia: unas pocas. Carmen apoyó su mano en el brazo de Silvia: mi Antonio estuvo a punto de morir 2 veces, en una el barco se hundió por un temporal y en otra se lanzó al mar para ayudar a un compañero que se había enredado en el aparejo – Silvia escuchaba atenta – cuando volvía y me lo contaba, me decía que le había salvado pensar en nosotras en casa, esperándolo – pausa – Pepa es joven y el amor que os tiene, es la fuerza que le hará ponerse bien. Silvia: gracias carmen. Se dieron un abrazo. Carmen levantándose: bueno, ya me bajo, Antonio y Raquel seguro que ya andan por la cocina poniendo todo perdido. Sobre las 11 llegó Mar. Raquel indicó cual era el plan del día, aprovecharían que no hacía demasiada calor para hacer un poco de turismo. Se fueron con el coche hasta la Guardia, allí subieron al monte tecla. Raquel hizo de guía dando las explicaciones oportunas: esta que veis es la desembocadura del miño, la otra orilla ya es Portugal, los restos arqueológicos que habéis visto subiendo son los castros de los antiguos pobladores de estas tierras, los celtas. Cruzaron la frontera y recorrieron la fortaleza, entrando en sus tiendas a curiosear y comprando como no, unas toallas para los niños, que eran tipo capa con un agujero en el medio y el dibujo de superhéroes, spiderman, batman, x-men, etc. Comieron en un pueblecito cercano y al mejorar por la tarde el día se fueron a una playa justo en la desembocadura. Pepa y Raquel estaban sentadas debajo de una sombrilla. Silvia con Mar y enzo se fue hacia el agua. Silvia: madre mía!!! – acababa de meter un pie en el agua – esta congelada.. Raquel y Pepa riendo. Pepa: seguro que no es para tanto.. Mar: te está vacilando..esta es la zona donde más fría está, ten en cuanto que se junta el agua del río con mar abierto y esto es el Atlántico. Silvia : tú lista, ven aquí – llamando a Pepa. Raquel: vas a tener que mojarte. Sobre las siete, recibieron una llamada de Ruth. Raquel: ya los tienes?? Ruth: si, estoy en el náutico con Maria, Sara y los críos, os venís..?? Por el camino les explicó que mañana era San Antonio, le iban a regalar al padre una pareja de perros, hacía un mes que se les había muerto el pastor alemán que tenían en casa. A enzo los cachorros de Golden le encantaron, junto a Marcos, Jonás y Jesús jugaron en la hierba de la alameda, los mayores los veían desde las cómodas sillas de una terraza. Sara a Ruth: viene Don quijote mañana a comer??. Silvia y Pepa pusieron cara. Ruth: que graciosa, es mi novio, le llaman así porque está trabajando en un parque eólico en Finisterre – les explico – Fran si que viene a la comida, pero después me voy con él a pasar el fin de semana allá – hizo un leve guiño a Mar. Viernes. Hacía un bochorno horrible, el cielo no tenía un color azul definido y la humedad del ambiente hacía que estuvieran por encima de los 30º. A mediodía fueron apareciendo las hijas y los nietos, y por supuesto el regalo sorpresa, a los abuelos les encantaron los cachorros. Antonio: a ver niños que nombres les ponemos??. Cuando la elección se deja en manos de enanos el resultado es imprevisible, al final hubo consenso. Popeye y Olivia. Durante la comida las bromas se centraron sobre el fin de semana de Ruth y Fran. María: a Sara y a mí no nos dejabas ir de fin de semana con los novios.. Antonio: es que estos 2 tenían mucho peligro- viendo para sus maridos, a Fran – eso sí chaval, cuidadito, cuidadito. Ruth: papa!!!. La celebración se alargó hasta la noche, hubo de todo, juegos de niños en el agua, una versión de pasapalabra entre hombres y mujeres. El plan del sábado era recorrer en barco las playas de la zona, Pepa y Silvia fueron de las primeras en irse a descansar. Cuando Fran y Ruth se iban, esta se llevó en un aparte a Mar. Ruth: no vuelvo hasta el domingo de tarde.. Mar: gracias. Se dieron un abrazo. Habían estado hablando los días anteriores, Mar quería invitar a Raquel a quedarse en el piso, Ruth sabía que su hermana no era tímida, pues en las visitas que le había hecho donde Raquel estaba destinada, en muchas ocasiones se había encontrado con mujeres que no conocía a la hora de desayunar, por tanto las razones de porque todavía no se habían acostado juntas eran evidentes, para su hermana, Mar era diferente. Conducía Raquel: a que cine vamos?? Mar viendo el reloj: no se si llegaremos a la sesión de la 1.am. Eran las 00:45. Raquel: muy justo. Mar: y si vamos a casa?, Ruth tiene un montón de películas bajadas de Internet. Raquel: vale – ojos verdes se posaron en Mar - pero quiero palomitas. Cuando entraban en el piso. Mar iba delante. Raquel preguntó: de que tipo la prefieres?? Mar: bueno, estaba pensando en una sesión o solo erótica o porno – siguió andando y sin darse la vuelta – depende de ti. Raquel la dejó ir, ella y su mente tuvieron unos minutos de reflexión. “ vale, cuantas mujeres te han ofrecido lo mismo?, muchas, y que has hecho tú??, aceptar la invitación, y ahora vas y te quedas plantada como una idiota en mitad del pasillo, desde luego lo tiene más claro que tú “. Raquel entró en el salón, Mar estaba sentada en el sofá. Mar: te has decidido?? Raquel se quedó de pie: puedes venir aquí un momento??. Mar hizo lo que le pedía. Raquel puso una mano en la cadera de Mar y con la otra acarició su cara: has soñado alguna vez conmigo? La seguridad de Mar ante el contacto de Raquel se descompuso ligeramente, asintió. Raquel subió la mano de la cadera por el vientre de Mar, paró cuando estaba en el medio de sus pechos: que yo te tocaba?? Mar asintió otra vez. Raquel subió hasta la base del cuello y notó el pulso de Mar palpitando con fuerza, se pegó a ella, el latido se aceleró, sonrió, así estaba mejor, le gustaba tener el control de la situación. Raquel: como era?? – Mar no respondió, estaba atrapada por unos intensos ojos verdes – estaba bien? – insistió. Mar musitó: muy bien.. Raquel sonrió: y si te digo que va a ser mejor? – se acercó más. La mano que estaba en el cuello se fue hacia la nuca, y poco a poco fue atrayendo a Mar, los labios de Raquel se posaron con seguridad en su boca, absorbiendo su labio inferior, ligeramente su lengua pidió paso e hizo el beso más intenso, era mejor, sin duda. Raquel se quitó la camiseta e hizo lo propio con la de Mar, las piernas de esta comenzaban a flaquear por el deseo. Raquel lo advirtió y sin dejar de besarse fue dando pasos, destino la habitación, por el camino se quedaron los sujetadores, los zapatos, la falda de Mar y los pantalones de Raquel. Al pie de la cama. Raquel entre besos: me rindo – beso, en susurros – te quiero. Mar no estaba tumbada en la cama, sino en el cielo, volando, su sueño se estaba haciendo realidad. Las manos de Raquel la acariciaban, su voz le decía palabras llenas de amor, y su cuerpo era un sensor altamente sensible a todo contacto, las yemas de sus dedos jugando con sus pechos, su lengua bajando por el esternón, sus labios besando sus caderas, su nariz rozando su espalda. Se corrió casi sin apenas tocarla y unas lágrimas cayeron. Mar: lo siento. Raquel suavemente: shh – le besó los ojos – tranquila – limpió sus mejillas - no lo sientas. Mar quería explicárselo. Raquel sonriendo: tenemos toda la noche – la besó, no lo necesitaba, sabía que significaban las lágrimas, y también que se hubiese corrido tan rápido. 5 a.m. Pepa se había desvelado, para no estar dando vueltas en la cama se fue a la cocina, tomó un poco de agua y salió al porche. El cambio de temperatura fue notable, dentro de casa con el sistema de ventilación se estaba de maravilla y fuera persistía el bochorno, escuchó ruidos en la finca de abajo. Creyó que se trataría de los cachorros adaptándose a su nueva casa, cuando daba la vuelta a la caseta donde se guardaban herramientas de trabajo. Antonio: hola!! Pepa: dios!! – el susto fue mayúsculo. Antonio riendo: lo siento, pensé que me habías visto. Pepa vió que llevaba puesto el traje de neopreno: a donde vas?? Antonio: a levantar las nasas, con un poco de suerte esta noche cenamos bogavantes. A Pepa se le pasó una loca idea por la cabeza: me llevas ? Antonio negando con la cabeza: ah no – Pepa quería protestar – no estas en condiciones... Pepa: estoy bien, de verdad, además no puedo dormir, vas muy lejos?? Antonio: la verdad es que no. Pepa: entonces?? Antonio: díselo a Silvia y si te da permiso vienes. Pepa dándose la vuelta: vuelvo enseguida. Silvia medio dormida: dime??? Pepa: salgo un momento vale?? Silvia igual de dormida: a donde??.... con quien?? Pepa: voy con Antonio, me llevo el móvil. La besó y se fue, Silvia se dio la vuelta y siguió durmiendo. 5:45 am Pepa: esto es genial!!!. Iban en una lancha de apenas 4 metros de eslora, eso sí con un potente motor, la brisa marina le daba en la cara, llevaba puesto el traje de neopreno de Pedro, el nieto de Antonio. Tardaron apenas 45 minutos en llegar al faro de cabo home, lugar donde Antonio había echado las nasas, puso el motor al ralentí. Antonio: se ha levantado viento - viendo hacia el cielo – no me gustan aquellas nubes, venga nos damos prisa y volvemos, me da que se va a poner a llover. Pepa vio hacia el Oeste, y aspiró todo el sabor a mar abierto que veían sus ojos. La maniobra consistía en acercarse poco a poco a las rocas para recoger las boyas con un gancho, si hubiera estado solo, Antonio tendrían que bajar el ancla e ir acercándose remando, con sus indicaciones sobre donde estaban las rocas para no tocar con la quilla, Pepa le acercaba lo suficiente para ir recogiendo las nasas. 6:20 am. Se distinguía perfectamente como el cielo se había cubierto de negros nubarrones, el viento arreció pero el calor persistía, y con el viento la mar comenzó a agitarse, estaban recogiendo la última nasa, algún bogavante había caído en la trampa. Antonio: esto se pone feo, nos vamos ya. Y tan feo, apenas habían puesto rumbo para cruzar la ría, cuando el cielo se ilumino con un rayo de múltiples ramificaciones seguido de un trueno descomunal. En casa. Silvia se despertó con el tremendo ruido y los lloros incontrolados de enzo la hicieron levantarse, donde estaba Pepa?. Los pasos de Silvia se fueron en busca de enzo y su mente al momento en que medio dormida había escuchado a Pepa " me voy con Antonio ". Ay dios!, cogió en brazos a un asustado enzo, entonces escucho el inconfundible rumor de la lluvia, una tormenta de verano. ---------Recomiendo para la próxima actualización, tener biodramina a mano. Parte meteorológico: lluvias torrenciales. Estado de la mar: marejada a fuerte marejada.. Ah!! contestando a la pregunta, porque queréis saber si soy gallega??, esto da una pista.. Calonso, reich cuidado si vuestra novia os dice que por fin verá un capítulo con vosotras...Yo me he pasado la primera mitad respondiendo a sus preguntas, y en la segunda ella se puso cariñosa y yo, yo ya no veía para la tele...Total que ayer con la tormenta despues del quinto apagón desistí y a estas horas he conseguido por fin enterarme de que ha pasado en el capítulo, con lo cual lo de actualizar más a menudo no lo veo...no lo veo... Seguimos -----6:30 am. En el barco. Pepa: ostias!!. No solo se había puesto a llover, sino que las olas comenzaban a ser de un tamaño considerable. Pepa al lado de Antonio y debajo de la pequeña cabina para guarecerse en lo posible del tremendo chaparrón que estaba cayendo. Antonio: tranquila, vamos bien. Estaban cruzando la ría, navegaban escorando el barco hacia las olas que venían desde mar abierto. Estas, golpeaban cada vez de forma más violenta la proa por la zona de estribor, Antonio necesitaba llegar a la mitad de la ría, entonces viraría el barco y las olas romperían en popa y los arrastraría al abrigo del puerto. En casa. Silvia buscó a Pepa esperando haber soñado la conversación, pero no estaba, le había dicho algo del móvil, llamó pero no le contestaba, recordó el vídeo portero que comunicaba las 2 casas, despertar a Carmen era el menor de los males. Pero Carmen llevaba un rato despierta. Al segundo timbre vio su imagen en la pantalla. Carmen: dime Silvia. Silvia : Pepa no esta en casa, y me dijo que iba con Antonio pero no sé a donde, no contesta al móvil. Carmen: espera hija voy para ahí. Explicarle donde probablemente estarían era mejor hacerlo en persona. 6:45 am, En el barco. Las olas seguían creciendo de tamaño pero el barco estaba casi ya en el punto justo para comenzar a virar, entonces en la entrada oeste de la ría vieron un resplandor, nacía desde el mar y alcanzó una altura considerable, no era un relámpago sino una bengala, la luz que produjo iluminó un velero de unos 12 metros. Antonio: pero que coño hacen esos??.!! Iban sin gobierno hacia las rocas de las islas cíes, la vela del palo mayor estaba desarbolada porque el mástil se había partido. Antonio en su barco no llevaba radio por lo que intentar comunicarse con ellos por onda corta quedaba descartado, pero todo indicaba que no eran expertos marineros y el temporal les había cogido por sorpresa. La ley de la mar establece que hay que socorrer a todo barco que uno vea en dificultades, Antonio sabía que su lancha podía llegar hasta el velero, pero una vez allí...además Pepa estaba con él. Pepa intuyó por la tensión en el rostro de Antonio el problema. Su barco se movía cada vez más y el ruido de la lluvia contra el casco era ensordecedor. Pepa medio gritando: no deberíamos..??!! Antonio con el mismo tono, asintió: me imagino que salvamento marítimo estará al llegar.. Pepa dijo en voz alta sus temores: llegaran a tiempo???!! Antonio lo veía difícil, antes de ir a por las nasas habían pasado por el puerto y el remolcador no estaba, quizás no.. Pepa seguía gritando para hacerse escuchar: tú puedes hacerte con el velero?? – espero un gesto afirmativo – entonces vamos... Antonio tuvo una lucha interior sobre hacer lo correcto y poner en peligro una vida que no era la suya, finalmente Antonio: ponte el chaleco salvavidas!. Se acerco a él. Pepa: que!!. Antonio: el chaleco!!. La lancha dejó el rumbo seguro hacia puerto y encaró la proa hacia la posición del velero. Pepa se acordó del móvil, mejor avisar de que estaban bien, por lo menos por ahora, pero no lo encontró, se le había caído, pero donde??, no había tiempo para buscarlo.. Seguía siendo noche cerrada. En casa. Carmen viendo como Silvia esperaba que descolgasen, el móvil en la oreja, lo bajó. Silvia: sigue sin contestar.. Carmen: voy a llamar a Raquel, si todavía están en el barco quizás pueda hablar con los guardacostas. 7:05 am Mar y Raquel abrazadas la una a la otra dormían plácidamente, felices, habían hecho el amor, hablado durante un buen rato y vuelto a hacer el amor, y ahora descansaban sin ningún tipo de preocupación. El sonido de un móvil rompió esa maravillosa paz. Medio desperezándose Raquel habló: es mi móvil.. Mar soñolienta: tu ropa se quedó en el pasillo.. Raquel levantándose: aj..como sea Ruth la mato. Mar sonriendo y acurrucándose en las sábanas: me llamaría a mí.. Era verdad. Cuando vio la pantalla del móvil, casi deseo que hubiera sido su hermana queriendo cotilleos frescos.. Raquel: mama?? Que pasa??. Escuchó, volvió a la habitación y Mar se despertó completamente. Raquel: vale, vale, espera voy a llamar a un amigo del puerto, seguro que él puede decirme algo.. Viendo para Mar, le hizo una señal como diciendo te cuento ahora, mientras, buscaba en la agenda un número. 7:10 am En el barco. Antonio se acercó al velero, varias personas con chalecos estaban en la bañera. Antonio: agárrate!!, vamos a golpearnos con ellos – gritó a los del velero – un cabo!!!. Fue como un abordaje en toda regla, chocaron ambos cascos y la cuerda llegó a manos de Pepa. Antonio: hay que pasarse al velero.. Pepa: pero... Significaba que la lancha quedaría a merced de las olas y probablemente acabaría estrellándose con las rocas. Antonio: no cabemos todos aquí, venga!!, sujeta el cabo ahí y te pasas al velero – la retuvo unos segundos agarrándola por los brazos – ve con cuidado. Pepa: tu también. Y mientras saltaba pensó en Silvia y en enzo. En apenas 2 minutos estaban los 2 junto a 5 chicos portugueses en un velero a la deriva, la lancha desapareció.... 7:20 am Raquel después de llamar a su amigo Víctor y explicarle la situación, estaba por fin hablando con un capitán de salvamento marítimo. Capitán: hace 5 minutos que hemos recibido en el puesto de control la señal de una radiobaliza a la salida de la ría. Raquel: dígame el número por favor?. Capitán: unos segundos que consulto. Hizo esa pregunta porque su padre tenía 2 barcos, un yate de 10 metros, regalo de todas sus hijas y la lancha de 4 que normalmente utilizaba para pescar, ambas equipadas con radiobalizas, sistema de salvamento que lanzaba una señal cuando se sumergía en el mar. Raquel en silencio esperaba que estuvieran a bordo del yate.., estaba sentada en el borde de la cama y a su lado Mar, enlazándola por la cintura, dándole su apoyo. El capitán le dijo el código. Raquel: mierda.. iban en la lancha.. Capitán: el remolcador Alonso de Chaves está de camino, se encontraba apenas a 20 millas de donde saltó la señal.. - le pasaron un papel – espera tengo algo más – después de leerlo – han avisado del lanzamiento de bengalas, - pausa - más o menos los puntos coinciden.. Raquel: puedo acercarme a vuestra base?? Capitán: aviso a comandancia para que te dejen pasar, si hay novedades te llamo al móvil. Raquel marcó el número de su madre, no les dio muchas explicaciones y menos que con toda probabilidad la lancha se hubiese hundido, su padre era buen marino... Carmen con mayor experiencia en estos casos hizo lo que pudo para evitar que Silvia se pusiese en lo peor. Silvia: sé que está bien, lo presiento, pero quiero verla aquí conmigo cuanto antes.. 7:30 am Los 5 chicos del velero eran unos inconscientes, medio borrachos habían salido de bayona para realizar una travesía de noche y ni siquiera se habían molestado en comprobar lo básico, se habían quedado sin gasolina por lo que no podían utilizar el motor y no conocían las frecuencias de la radio para pedir ayuda en caso de necesidad. Antonio le dio indicaciones a Pepa sobre como intentar contactar con la guardia costera, y después puso a los chicos a arriar e izar velas, lo primero era escapar de las rocas.. Antonio les gritaba indicaciones, mientras giraba el timón, Pepa cerca de él medio arrodillada seguía cambiando las frecuencias y hablando por el micrófono. El velero se movía como una cáscara de nuez, pero no tranquilamente como la canción, las olas batían contra el casco e inundaban la bañera. Y ellos en el interior se zarandeaban, Antonio mantenía el tipo agarrado al timón pero Pepa perdía la estabilidad, notó un pequeño tirón en el chaleco. Antonio le estaba pasando una cuerda por una argolla, él también se había atado, el extremo de la cuerda estaba enganchado al pie del timón, le sonrió. Antonio: precaución, por si te me escapas al agua. Les gritó a los chicos que hicieran lo mismo en grupos. Comenzaba a amanecer.. En casa. Silvia no conseguía que enzo volviese a dormir. Ahora era Carmen la que hablaba: seguro que están a salvo en puerto, calados hasta los huesos eso sí, y pensando en la bronca que les vamos a echar cuando vuelvan. Apareció una pequeña sonrisa en la cara de Silvia. 7:45 am. Raquel y Mar después de aparcar donde les habían indicado en la barrera echaron a andar hacia unas oficinas, apenas llegaron. Capitán: El Alonso de Chaves ha informado de que están hablando con una chica, Pepa, está en un velero en dificultades, con 6 personas más. Mar se abrazó a Raquel y está preguntó: como esta el mar??. Capitán: remite el temporal, además tu padre está guiando el velero hacia una zona más protegida.. Raquel no perdió tiempo y llamó a su madre, tranquilizó a ambas, y Silvia le pidió hablar con Mar. Se puso al aparato. Silvia: por favor, cuando la veas comprueba como esta, si..si Mar: tranquila, les hago un rápido chequeo, si veo algo raro me los llevo a urgencias y te aviso. 8:05 am. En el Alonso de Chaves. Antonio y Pepa permanecían sentados cubiertos con unas mantas térmicas y bebiendo un café caliente. Los miembros de la tripulación les habían hecho las preguntas de rigor para elaborar un informe de lo sucedido, y ahora estaban solos. Los chicos estaban en otra cabina respondiendo a su vez a las autoridades. Antonio: Carmiña me va a matar... Pepa concentrada en su taza: yo prefiero no pensar en que me hará Silvia... Ambos se vieron y se rieron. La tensión producida por la lucha contra los elementos aflojaba ahora que estaban a salvo en el remolcador rumbo a puerto. Antonio pasó su brazo por los hombros de Pepa y la atrajo hacia él. Antonio: estaba todo controlado – guiñándole un ojo – además tenemos una cita ineludible el viernes que viene. Pepa sonriendo, si Silvia supiese.. 8:20 am Comandancia. Cuando Antonio y Pepa entraban se encontraron a Raquel y Mar esperándolos. En un primer momento no hubo palabras, solo grandes sonrisas y abrazos. Raquel todavía abrazada a su padre. Antonio: están muy cabreadas?? Raquel: papa.. les habéis dado un buen susto, tú como mínimo las próximas noches dormirás con Popeye y Olivia. Pepa prefirió no imaginar sus opciones.. Mar: vosotros recordarles que sois unos héroes y seguro que se les pasa.. Antonio a Raquel: no dejes que se te escape, me encanta, siempre tan positiva. Le hizo un gesto para que lo abrazase de nuevo. Mar entre sus brazos: antes de irnos tengo que cumplir una promesa – deshizo el abrazo y viendo para Pepa – como estás?? Pepa levantando los brazos a ambos lados: creo que bien, realmente bien. Mar: venir conmigo los 2. Se fueron a una habitación, había un par de camillas y material sanitario, era una enfermería de urgencia. Mar: bajaros el mono hasta la cintura, están secos?. Asintieron. Les hizo un chequeo, escuchando sus pulmones, preguntando si habían tragado agua, si tenían frío, palpó cuerpo y extremidades en busca de algo roto, encontró magulladuras, pero nada grave. Raquel aguardó sentada las evoluciones de Mar, y una sonrisa tonta se dibujo en su cara sin poder evitarla.. Mar: listo. Antonio: diagnóstico doctora?. Mar: estáis bien, algunas zonas del cuerpo están entumecidas, así que mañana tendréis unas buenas agujetas. Raquel se levantó: genial, nos vamos a casa. 9:10 am En casa. Silvia había conseguido que enzo por fin, volviese a dormir, estaba en la cocina con Carmen, esperando.., tranquila.., después de que Mar les llamase diciendo que los héroes de la noche estaban perfectamente e iban de camino a casa. Durante la espera se entretuvieron preparando lo necesario por si a alguno le apetecía desayunar. Carmen: Raquel seguro, no es persona si no se toma su café en cuanto se levanta de cama. Había parado de llover..... Escucharon los ladridos de los perros y a través de las ventanas los vieron llegar. Silvia seguida de Carmen salió al porche, Pepa veía para ella como una niña que hubiera hecho algo malo y esperaba que la regañasen. Se acercó y sin decir nada se abrazó a ella. Carmen abrazó a su marido e hizo pasar a los demás dentro, dejándolas solas. Aguantaron el abrazo, Silvia al oído de Pepa: cuando dejarás de darme estos sustos.. Pepa acariciando su cabello: no sé si soy yo la que me meto en líos o ellos vienen a mí. Silvia se separó ligeramente, le puso un mechón de pelo detrás de la oreja, examinó su cara: estas bien?? Pepa con una sonrisa, asintió: incluso muerta de hambre. Y eso era una novedad porque desde hacía tiempo su apetito dejaba mucho que desear. Silvia: vamos entonces? Pepa: espera..- tenía las manos en la cintura de Silvia, hizo un poco de presión para atraerla de nuevo a ella, se besaron. Desayunaron mientras Antonio narraba lo sucedido, procuró darle un tono desenfadado, para que revivir momentos en los que se vieron naufragando. Cuando hubo acabado, los ojos de Pepa se mantenían abiertos con dificultad. Raquel que se había dado cuenta le dio un toque en el brazo: que!! nos estamos sobando?? Carmen: pobrecita, es normal. Raquel: pues yo también he madrugado por su culpa.., con lo bien que dormí..a.... – esto último se le escapó sin pensar.. Y claro su padre que estaba al loro. Antonio: ah si?? - viendo que Mar se ponía colorada – vale, no pregunto quien te despertó a ti. Carmen viendo el reloj de la cocina: aún no son las 11 - dirigiéndose a Pepa y a su marido - lo mejor es que vosotros 2 os echéis un rato a descansar.. Cuando Silvia fue a buscar a Pepa para comer encontró el diario sobre un lado de la cama, ella estaba en el baño, lo cogió para leerlo. Anotación en el diario “ Hoy mi vida ha estado en peligro, ha sido un peligro real, no solo lo he podido sentir en mi cuerpo, sino que lo podía ver, un mar agitado con olas de casi 4 metros, y a pesar del miedo a caer al mar y ahogarme, me he sentido viva. Sil...el cáncer es distinto, me ataca silenciosamente, y sólo puedo defenderme, con tu amor, viendo a enzo y con el deseo de verle crecer a nuestro lado, hoy he podido perder todo eso y sin embargo, hoy más que nunca sabía que nada me podía pasar...” Silvia llegaba a las últimas palabras cuando notó la presencia de Pepa a su lado. Silvia viendo para ella: siento no poder luchar contigo.. Pepa tendió su mano y la atrajo hacia ella, abrazada a Silvia : mmm – apreciando el momento – sentirte así a mi lado me ayuda y mucho.. Prolongaron el abrazo un poco más. Silvia: ha salido en la tele la noticia, han dado vuestros nombres. Pepa: no??. Silvia asintió: estas lista??, están esperando para comer. Pepa: si, vamos. Cuando salía le sonó el móvil a Silvia. Silvia: hola Papa – escuchando – si, es ciert.. – escuchando – no ha sido tan.. – escuchando – esta aquí – escuchando – vale te la paso.. Le ofreció el móvil. Silvia: mi padre, me parece que quiere felicitarte.. Pepa con una mueca: seguro que sí. Cogió el móvil. Pepa: dígam... Separó ligeramente el móvil de la oreja y tapando el auricular mientras iba caminado hacia el cenador donde las esperaban los demás, le dijo a Silvia. Pepa: si, tenías razón me esta felicitando – se lo puso nuevamente en la oreja y escuchó – no, no .. Silvia se sentó y Pepa siguió andando, para que no pudiera oirla. Pepa: no suspendemos nada.... – escuchando – se lo diré el miércoles – colgó. Durante la comida los nietos de Antonio no pararon de preguntarle a su abuelo como había sido el rescate, mientras, Silvia hablaba con Mar. Pepa: os ayudo con los platos. Con esa excusa se reunieron en la cocina, María, Sara, Raquel y ella. Pepa: la bronca que me ha echado mi suegro. Raquel sonriendo: normal no??. Pepa no haciéndole caso, viendo para Sara: te ha mandado lo que necesitabas??. Sara: si, el lunes los trámites estarán listos. Maria: ay!! Yo tengo unos nervios... Sara: a que si, que emocionante... Raquel: buenoooo. Pepa un poco preocupada: como no quiera ir el miércoles... Raquel: ya te puedes portar bien hasta entonces, y eso incluye no dejarse liar por mi padre. Por la tarde decidieron ir hasta Bayona. Jose: en que coches vamos??, lo digo para coger la cámara. Jose era el fotógrafo oficial de la familia, de profesión mecánico le apasionaba la captura de imágenes y gracias a él, tenían un extenso archivo. Escogieron la carretera de la costa para ver cada una de las playas del litoral, el cielo continuaba cubierto de nubes pero no amenazaba lluvia. Desde la Guía, recorrieron la zona de bouzas llegando al arenal de Samil, luego pasaron calitas muy pequeñas, como la sirenita, las barcas, para llegar a la playa del Vao, les encantó la pequeña isla de Toralla, a pesar del alto edificio de la esquina que no pegaba demasiado con los impresionantes chalets. Aunque la isla es privada Raquel y su placa consiguieron un permiso especial para dar una vuelta por el interior. En la playa de patos, vieron a un montón de surfistas disfrutando de las olas que el temporal había dejado. La playa se llama así, precisamente por ellos, pues los surfistas cuando no están encima de una ola, esperan sentados sobre sus tablas y cuando son varios parecen una bandada de pajaros, y aquí en su momento alguien dijo que parecían patos. Siguieron hasta Playa América, donde un paseo, con carril bici incluido, discurre pegado al mar hasta Bayona. Los hijos de Maria y Sara se habían traído las bicicletas. Raquel: nosotras hacemos el paseo con ellos o vamos en coche?. Silvia: por mi andando, esto es precioso y me apetece verlo de cerca. Pepa: llevamos la silla por si enzo se cansa. Y así juntos, recorrieron los apenas 2 kms de distancia. Raquel iba jugando con sus sobrinos. Pepa tiraba de la silla a la que se subía enzo cuando no quería seguir andando. María y Sara junto con sus maridos les explicaban todo aquello que despertaba la curiosidad de Silvia o de Pepa. El puente romano, el camping escondido entre árboles en una especie de isla. La entrada del mar o más bien la salida de un rio y como juntos formaban una marisma de gran vegetación. Por el camino vieron las evoluciones de los niños en los pequeños botes de vela entrando y saliendo del puerto deportivo, un concurso de vuelo de cometas hizo imposible sujetar a enzo, acabaron en la arena viendo de cerca el espectáculo. Cuando llegaron a las murallas del parador, los niños merendaron y después Jonás y Pablo se fueron a jugar a las pistas deportivas, Marcos y Jesús se quedaron con enzo en la terraza del Villa Rosa, donde los adultos disfrutaban de las vistas, sentados en unos cómodos sillones, con música ambiental, helados y cervecitas. Sobre las 20:00 horas. Silvia: y dices que este es un local de copas?? Mar: si el Villa Rosa es muy famoso, funciona como pub y después como discoteca. Raquel: nos quedamos aquí a cenar?? Estaban todos muy relajados. Juan: vamos Jose y yo a la tapería o muiño y reservamos para las 22:00 os parece??. Sara: genial, nosotras vamos a por Jonás y Pablo, estaremos por el camino del rompeolas. Enfrente del Villa Rosa, estaban las pistas y desde allí comenzada el camino del rompeolas, que rodeaba la muralla del parador, en días en que el mar estaba agitado muchos turistas se acercaban para sacar fotos. Raquel: me dejas? – le estaba pidiendo a Pepa llevar la silla de enzo, esta se la dejó, viendo para el niño – agárrate enzo que vamos a por ellos. Y salieron corriendo detrás de los demás que iban en bicicleta. Sara: nunca se cansa de hacer el ganso con los sobrinos.. Silvia aprovechó para agarrarse a Pepa, le pasó el brazo por la cintura y Pepa por los hombros. Pepa: Te gusta??. Silvia: mucho, aquellas son la cíes?? – Pepa hizo un gesto afirmativo – que cerca no?. Pepa: lo parece pero mínimo son 30 minutos en barco. Mientras rodeaban la muralla observaron la estatua de piedra de grandes dimensiones de la Virgen de la roca, el arenal de Playa América y la arboleda de Monteferro, más o menos donde habían dejado el coche. En los rompientes se conservaban restos de tiempos de los romanos, de lo que parecían antiguos aljibes, todo el monte sobre el que se erguía el parador estaba escarbado de grutas de huida de los antiguos nobles que lo poblaban. La Tapería o muiño era un bar con una terraza exterior cubierta por parras de uva, resultó un poco difícil ubicarlos a todos, pero una vez acomodados disfrutaron de una cena esplendida. La especialidad de la casa eran todo tipo de carnes a la brasa, pescaditos fritos, empanadas y mariscos. Pepa: la madre... Se estaba comiendo un pimiento de padrón y como dice el dicho, unos pican y otros non, y ese era de los que picaba. Mientras los demás se reían, Silvia le dio un pico. Silvia: mejor verdad?? Pepa: mejor... mejor... Deshicieron el camino andado, ahora bajo un cielo lleno de estrellas. Mientras regresaban a casa hicieron planes para el domingo. Mar después de despedirse de Silvia y Pepa se iba hacia su coche seguida de Raquel. Llegó a la puerta y Raquel se apoyo en el capo. Mar tímidamente: bueno, pues hasta mañana entonces. Raquel dibujó una amplia sonrisa: no vas a pedirme que vaya contigo??. Mar: sabes que me gustaría...pero.. Raquel la atrajo hacia ella: me invitas a tu casa??. Mar contenta: claro. Se besaron. Raquel: dame 5 minutos, recojo ropa y nos vamos.. Domingo. 11:30. Subían al coche... Mar: yo creo que llegamos a tiempo... Pepa: ya nos contareis que os ha entretenido.. Raquel: mejor no.... – haciéndole un guiño a Mar. Pepa mientras sujetaba a enzo en la silla : Ja!!, ...a nosotras además de... nos ha dado tiempo a desayunar y preparar a enzo, a que sí cariño. Silvia besó a Pepa: si mi amor..estas chicas no saben... Cuando estaban aparcando escucharon las campanas de la catedral de Santiago, entraron en la Plaza del Obradoiro por la calle San Francisco, dejando a su derecha el Hostal de los Reyes Católicos. La catedral estaba a tope, normal, eran las 12:45, y se celebraba la misa del peregrino con la actuación del Botafumeiro. Raquel se acercó a una monja: disculpe, han puesto ya el botafumeiro??. Monja: lo pondrán cuando se comulgue hija mía, aún faltan unos 15 minutos. Raquel volvió a donde estaban Silvia, Pepa y Mar con enzo. Raquel: nos da tiempo a ver la catedral por dentro y después nos quedamos al lado del altar para ver como vuela. De forma lo más silenciosa posible admiraron el pórtico de la gloria, pusieron la mano y se dieron los croques que manda la tradición, llegaron hasta la parte de atrás de la catedral para ver la puerta Santa, que sólo se abre cuando el día 25 de Julio coincide en domingo, como la mayoría de la gente estaba escuchando la misa pudieron entrar en la cripta del apóstol sin apenas colas. En Catedrales como la de Santiago, uno aún no siendo creyente se maravilla, de cómo en tiempos tan remotos la humanidad pudo construir edificios de tanta belleza, con ornamentaciones tan elaboradas. Cuando salían de la cripta se escucharon los atronadores acordes del inmenso órgano que está situado en una galería superior. Ni siquiera enzo hizo la más leve protesta, quizás alucinado como cualquiera de ese tono grave que indicaba que algo iba a pasar. Era el momento de comulgar y mientras el obispo se disponía a dar las ostias, un grupo de monjes cargaban el botafumeiro, un incensario de más de un metro de altura, lo ataron. Sólo la música de cámara y el comienzo de los coros rompía el silencio de los cientos de miradas expectantes. Doce monjes sujetaban cada uno una soga, un primer impulso, el botafumeiro subió 1 metro, y otro más, una vez alcanzada la altura correcta se dispusieron a hacerlo volar. Pepa tenía a enzo sobre sus hombros, todo el mundo seguía en silencio. Y el Botafumeiro comenzó a volar por la cruz de la catedral, cuando parecía que iba a chocar con el techo y la gente daba un respingo, bajaba nuevamente, así durante varios minutos. Un cambio de acorde de órgano indicaba que el espectáculo tocaba a su fin, el Botafumeiro fue poco a poco bajando y dejando de oscilar, un único monje se subió a una zona próxima al altar, esperando la llegada del incensario, y al vuelo lo atrapó por las cadenas, giró con él un par de vueltas con las piernas firmemente apoyadas en el suelo y lo detuvo completamente, la gente aplaudió de forma espontánea la perfecta ejecución. Salieron por una puerta lateral hacia la Plaza de la Quintana y luego se dedicaron a recorrer las calles empedradas y llenas de historia, estuvieron en la antigua universidad a la que se llega por la calle Fonseca y después de comer en la Adega, se fueron a la carballeira de Santa Susana, había un espectáculo de clonws y niños como enzo aguardaban el comienzo. En el camino de vuelta Pepa agotada de andar y recorrer las pequeñas callejuelas y curiosear en las tiendas se quedó dormida, cuando llegaron a casa prefirió acostarse apenas tomada una ligera cena. Sobre su cuello reposaba un nuevo rosario, éste de cuentas de nácar negro, regalo de Silvia. El Lunes después de convencer a Silvia de que no había peligro se fueron en el yate a las playas de la zona de Sanxenxo, comieron allí y después desde el barco pasaron por arenales como Montalvo, La lanzada, etc, hasta llegar a la Isla de la Toja. En este ocasión les acompañaban Carmen y Antonio quienes se quedaron en el puerto deportivo saludando a unos amigos que vivían en el Grove. La isla de la Toja es también un lugar idílico, unida a la península del Grove por un puente decimonónico es famosa por su aguas termales y en su interior se ubican hotelesbalnearios exclusivos. Para recorrer la isla de forma cómoda se subieron en un tren turístico y el guía que les acompañaba les habló del campo de Golf, del casino, del pinar virgen que se conservaba en el interior de la isla, etc, se pararon en la ermita y allí pusieron sus nombres en una de las conchas que recubren todo el edificio. El Martes, fue un día más relajado, había una regata de traineras en la ría, se disputaba la copa Galicia, se acercaron con el yate hasta Cangas para verla, allí comieron en uno de los muchos bares del paseo y después siguieron rumbo hacia las playas. Raquel llevaba el barco. En la proa cómodamente sentadas iban Pepa, Silvia, enzo en el medio de las 2 y Mar. Pasaron la playa de nerga. Mar: esta es la Playa de Barra, una de las primeras nudistas de Galicia y creo que de España. Siguieron hasta la Playa de Cabo home y desde allí bajaron en bote para darse un baño. Bueno, Silvia lo intentaba, pero salvo que Pepa la cogiese distraída lo de mojarse era difícil. Enzo sin embargo jugando se olvidaba de la temperatura del agua. Miércoles. Tocaba ir a Cíes, hacía un día esplendido, el cielo de un azul intenso, el mar como un plato y Pepa sin decirle nada a Silvia, vomitaba en el baño, Raquel que había subido para ver porque se retrasaba la escuchó. Raquel en cuanto la vió: estás bien?? Pepa: si, solo son nervios.. Raquel: seguro?? Pepa: seguro.. Raquel sonriendo: mejor que te serenes, no vaya a ser que le vomites cuando se lo digas y seguro que te dice que... Pepa la interrumpió: no lo digas – tocando madera – no lo digas, mi suegro me mata, con toda la que he organizado.. Cuando llegaron a Cíes se acercaron al muelle para que pudieran bajar María, Sara, Carmen y los niños, sus maridos y Ruth no habían podido ir porque estaban trabajando. Bajaron todo lo necesario para hacer la comida, las toallas, varias sombrillas, un parasol de tamaño gigante con su armazón y mesas y sillas. Antonio: Jesús!!, menudo desembarco, parece que venimos a acampar una semana. Pepa convenció a Silvia para tirarse con los demás por la borda, pues el yate no podía quedarse amarrado al muelle, fondearían en la cala y luego bajarían un bote hasta la orilla o se tirarían al agua. Pepa: aquí el agua está muy buena, venga, venga, nos tiramos juntas. Mar al oído de Raquel: que esta buena dice... Raquel sonriendo: tú ten preparada la cámara porque la cara va a ser de inmortalizar. Antonio bajó el bote. Mar: yo me voy contigo.. Raquel: oye!! – viendo como se metía en el bote con su padre – traidora.. Pepa se acercó con Silvia a la popa del barco. Pepa le pidió la mano: lista??. Silvia asintió, saltaron. El agua en Cíes esta sin punto de comparación más fría que en ninguna otra playa de toda la ría y alrededores por lo tanto cuando la cabeza de Silvia emergió. Silvia con voz entrecortada: Pe...pa!!!, te... ma...to!!!!, di...oooss, míooo, que fríaaa – quiso hacerle una aguadilla. Raquel riendo desde el yate: como te fías de ella. Pepa se acercó: pero que guapa estás así moradita - la abrazo y la beso – ven que te doy yo calor. Silvia: Pe pa... por fa...vor, vamo...nos a la ori...lla... El día transcurrió alegremente, los niños jugaron sin parar, Silvia se asombraba de las veces que se metían en el agua, pero ella también disfrutó del sol y de la compañía, se estuvo echando protección continuamente y cuando notaba que el sol apretaba demasiado se refugiaba en el parasol donde estaba Pepa con Carmen. Carmen: estás cogiendo un color dorado muy bonito. Silvia: nunca antes me había puesto morena, soy más de quedarme y adquirir un tono de gamba, hasta enzo ha cogido un poco de color. Pepa se rió. Carmen: ya que Pepa no puede por lo menos coger vosotros algo para que en Madrid vean que aquí no siempre llueve. Sobre las 20:30 ya solo quedaban en las islas los campistas y los dueños de yates particulares. Pepa: damos un paseo??. Silvia: si.. Estaban en la Playa de rodas, fueron hacia la esquina oeste, Pepa pretendía llegarla a un punto exacto desde donde se divisaba el Faro que daba luz hacia mar abierto, y al que se llegaba por un camino serpenteante. Los demás se quedaron cuchicheando y entreteniendo a enzo, Pepa necesitaba un momento de intimidad con Silvia. Iban agarradas de la cintura, disfrutando del contacto de la arena en sus pies. Pepa: nos sentamos aquí?? – había unas rocas – ven... Pepa se sentó apoyando la espalda en la pared de la roca y Silvia se puso en el hueco de sus piernas, su espalda sobre el pecho de Pepa. Por un momento estuvieron en silencio, apreciando el leve rumor de la marea cuando llegaba a la orilla y se retiraba nuevamente. Pepa alzó una mano: ves el faro??. Silvia: si, que bonito. Pepa: jugamos a un juego??. Silvia medio girándose : que estás tramando????. Pepa la hizo girarse otra vez para que no perdiese de vista el faro: lo ves, verdad?? Silvia asintió. Pepa : ves ese camino lleno de curvas que va subiendo hasta allí??. Otro gesto de cabeza afirmativo. Pepa: cierra los ojos – esperó unos segundos – imagínate que como ahora, el sol comienza a ocultarse sobre el mar, se hace de noche – una pausa - estamos a Viernes, día de San Juan, imagina pequeñas hogueras ardiendo por todo el litoral, y pequeñas hogueras también iluminando el camino que sube al faro – pausa – arriba enzo y yo te esperamos, yo estoy nerviosa, deseando verte – Pepa hace el abrazo más estrecho entonces tú apareces, entre la débil luz que proyecta el fuego, llevas un vestido blanco, un día me prometiste que te lo pondrías para mí – pausa - vienes a casarte conmigo... Silvia abrió los ojos pasados unos segundos, notaba como el corazón de Pepa golpeaba su espalda, se giró hacia ella, le acarició la cara. Silvia: sería muy bonito.. Pepa: puedo hacerlo realidad si me dices que sí. Silvia sonriendo: cariño.. San Juan es este viernes - Pepa le devolvía la sonrisa, no puede haberlo organizado todo, no.. o sí.? . Pepa comenzaba a temerse lo peor : si dudas.. Silvia le agarró la cara con ambas manos y la beso: no tengo dudas sobre mi respuesta, pero.. Pepa: sin peros... por favor.. sólo te pido.. Silvia la interrumpió: si quiero – la volvió a besar – si que quiero casarme contigo – otro beso y separándose – no tengo vestido.. como...donde?? Pepa con una sonrisa de oreja a oreja: confía en mí – pegó su frente a la de Silvia – quieres cambiar los anillos??. Silvia negó con la cabeza: significa mucho para mí. Pepa: yo tampoco quiero quitármelo, pero que te parece si llevase grabado esta fecha. Silvia: vale.. Pepa: tendríamos que volver.. Silvia en tono de súplica: un poquito más tu y yo – se acomodó en el pecho de Pepa – a solas... Cuando regresaban iban cogidas de la mano, Silvia comenzó a balancear su brazo, Pepa la atrajo hacía ella y la levantó en peso, se besaron nuevamente, quien las viese pensaría que eran un par de adolescentes después de su primera confesión de amor. Los que aguardaban su vuelta no necesitaron escuchar la respuesta a la proposición. Raquel se acercó y abrazó a ambas: esto va a ser divertido – viendo para Silvia – veo que te ha contagiado su locura.. Silvia con voz nerviosa: si..no sé..como... María captando ese nerviosismo: tú tranquila que nosotras – por su hermana Sara, Mar y Carmen - formamos parte del comité organizador del evento. Pepa: eh?? que estáis queriendo decir..?? Raquel: yo te lo explico, básicamente que a saber como lo habrías hecho tú solita. Pepa riendo: hubiera sido imposible.. Raquel: por cierto ha llamado Lola, la primera vez le hemos dicho que te la habías llevado para decírselo, a los 15 minutos volvió a llamar y ahora me imagino que ya no le quedaran uñas en los dedos. Pepa le pasó el móvil a Silvia: cuidado no te vaya a dejar sorda con los gritos.. Pepa cogió en brazos a enzo que la reclamaba: quien es el niño más guapo del mundo?? Enzo señalándose: el nene.. Todos se rieron. Silvia marcó y apenas hubo sonado ya estaban descolgando. Silvia: me caso con Pepa!!. Tuvo que apartarse efectivamente el móvil de la oreja, y estuvo hablando con ella durante un buen rato, contándole como se lo había pedido, ella también quería saber como lo habían organizado a sus espaldas, Lola le contó su parte, como Pepa habló con ellos, los papeles que necesitaba y la fecha para que comprasen los billetes de avión. Lola: mañana estaremos ahí sobre las 10:00.am Una vez que hubo colgado interrogó también a María, Sara, Mar, etc. Entre todas le contaron que Pepa les dijo lo que tramaba casi el primer día, Sara trabajaba en el ayuntamiento así que se informó de lo que necesitaban legalmente, María trabajaba en una fábrica de modas y después de hablar con Lola de tallas y gustos, estuvo elaborando una lista de vestidos y complementos. Durante el trayecto de vuelta no pararon de hablar, tenían que organizar el día de mañana. Cuando llegaron a casa y después de una cena en la que se unieron los maridos de María y Sara y Ruth, Pepa se sentó en un aparte con Raquel, ambas viendo hacia el mar. Pepa: estoy nerviosa como un flan. Raquel sonriendo: podrá salir mejor o peor – le apretó una rodilla - pero será inolvidable.. Pepa se recostó en la silla, cruzo los dedos por detrás de la nuca y vio hacia el cielo, relajándose. Raquel: eso sí, lleva huevos a Santa Clara porque como llueva no conseguirás que Silvia se suba al barco para llegar a Cíes. Pepa: joder.., ahora que comenzaba a tranquilizarme, eres.... Raquel sonriendo: es sarcasmo gallego.. Pepa: pienso decirle a Silvia que le lance el ramo a Mar. Raquel dejó de sonreír. Pepa alegre: no pretendía ponerte nerviosa – se levantó – voy a convencer a mi futura esposa que se venga a la cama. Raquel se quedó a solas, apenas unos minutos después, Mar ocupaba la silla dejada por Pepa. Mar: puedo?? Raquel: claro.. Los apoyabrazos de las sillas estaban pegados, Raquel apenas tuvo que mover ligeramente la mano para entrelazarla con la de Mar. Mar: un penique por tus pensamientos. Raquel: valen mucho más.. Mar aguardó. Raquel: Dentro de 2 semanas tengo que volver a Sevilla – pausa – no quiero una relación a distancia. Mar acusó tal sinceridad, no sabía que decir, quizás porque no se lo esperaba. Raquel: sé que yo podría venir a Vigo de vez en cuando y tu visitarme, pero.. yo no quiero eso. Mar: pues ya está todo dicho no? – quiso irse de allí, había tenido la esperanza de que hubiese cambiado, pero parecía que no.. Raquel no la dejó levantarse: espera, espera, intento decirte que quiero más.. Mar aguantando las lágrimas: no te entiendo.. Raquel: que quiero quedarme, vivir contigo, no tú en casa de mi hermana y yo en Sevilla. Mar: Reich...tú no eres así, no dejas que invadan tu espacio, no.. Raquel sonriendo: Ah!! ya entiendo, no quieres vivir conmigo, es eso.. Mar: no me hace gracia.. Raquel se puso seria otra vez, se acercó y la beso: te lo estoy pidiendo en serio – pausa – la finca es independiente y sabes que mis padres no se meten en la vida de sus hijas. Mar: casi los prefiero cerca para cuando me enfade contigo. Raquel: entonces es un sí??. Mar la beso, estaba emocionada. Raquel: te importa que no lo digamos hasta que pase la boda?? – no quería quitarles protagonismo a Pepa y Silvia. Mar: mejor, mejor, necesito hacerme a la idea, te darán el traslado?? Raquel: llevan 2 años ofreciéndomelo.. Todos se fueron retirando, organizaron que coches y quienes subirían al aeropuerto a buscar a la familia de Silvia y Pepa. Jueves. Aeropuerto. Silvia y Pepa con enzo en brazos aguardaban la salida de los pasajeros de Madrid, a su lado esperaban también Raquel y Mar. Las puertas se abrieron y Lola y Sarita corrieron a abrazarse a ellas. Los hombres venía un poco más rezagados. Don Lorenzo: A ver cojones, Pepa deme a mi nieto que me lo van a estrujar entre todas.. Enzo que ya lo había visto echaba los brazos: lelo, lelo. Cuando llegaron a casa en apenas 5 minutos Antonio se ganó a Don Lorenzo. Antonio: encantando de conocerlo Don Lorenzo – se dieron un apretón de manos - le estaba esperando como agua de mayo, quien mejor que usted para supervisar todo este follón que se ha organizado. Don Lorenzo: encantado Antonio, por favor tutéeme, Lorenzo para usted. Ubicaron a todo el grupo en las habitaciones vacías de la casa de Antonio y Carmen. A las 11 todos estaban instalados, Antonio organizó una salida con los hombres. Antonio: Le explico Lorenzo – estaban fueron esperando a Paco, Lucas y Mariano – nosotros nos encargamos del tema exteriores, tanto del lugar de la ceremonia, como del lugar del convite. Don Lorenzo: perfecto, siga. Antonio: cogeremos el barco e iremos primero a Cies, mis yernos también vienen, pondremos todo los recipientes para iluminar el camino con hogueras y una conexión de altavoces para que cuando suba con su hija se ponga en marcha la música. Mariano saliendo de la casa en pantalones cortos: Don Antonio si me disculpa, comer cuando??. Don Lorenzo: merluzo! Usted siempre pensando en lo mismo. Mariano: Don Lorenzo con este calor trabajos físicos los justos y habrá que llevar provisiones. Paco que también había salido: pero si aún no hemos empezado... Mariano: pues yo ya estoy sudando.. Don Lorenzo: eso es por la grasa que le sobra cojones!!. Las mujeres se dividieron. Raquel, Mar y María acompañaban a Lola y Sarita. Por otro lado Ruth y Sara hacían lo propio con Pepa, que se llevaba a enzo. En ambos casos la misión era conseguirles el traje y los complementos para la boda. 3 horas después. Pepa llamaba por quinta vez a Silvia: hola, que haces??? Silvia sonriendo: Pepa a ti que te parece??, probarme vestidos...zapatos.. Pepa riendo: todavía!!.. Silvia riendo también: te voy a colgar, me estás poniendo nerviosa.. Pepa: te echo de menos..que tal si comemos juntas?? Silvia: comer?? ...- las demás pusieron objeciones - creo que me niegan quedar contigo. Entonces se puso Raquel: pesada deja de llamarla o apagamos el móvil.. Pepa: vale, vale.. En Cíes. Mariano: Paco, yo paro, yo paro, que no puedo más.. Paco: pero si ya no queda nada.. Estaban casi arriba del faro Mariano: yo no sé si es el calor, el hambre, pero Paco que ya veo alucinaciones. Lucas: mira que eres flojo... Mariano: flojo lo que tu quieras, pero yo necesito tumbarme a la sombrita con una cervecita. Don Lorenzo que estaba viendo que se rezagaban: A ver cojones que nos ralentizan. Antonio que había escuchado las quejas de Mariano, comprobó el reloj, eran ya aprox las 14 horas: oye Paco, porque no bajáis vosotros, id pidiendo la comida en el restaurante del muelle, aquí nos queda nada 10 minutos. Cogieron uno de los 4x4, mientras bajaban Lucas dijo de darse un baño. Lucas: estamos todos sudados, nos refrescamos un poco y vamos para el restaurante, aquí tenemos toallas para secarnos. Paco reticente siguió las indicaciones a la Playa de los Alemanes. Mariano: me adelanto que me meo. Paco viendo como se alejaba: un baño rápido eh lucas. Este se estaba quedando en bañador. Lucas: si Paco, si, venga. Mariano volvió en apenas unos segundos. Paco: pero tú donde has meado?? Mariano: nudista Paco, que esta playa es nudista, se me ha acercado un tipo con un bastón preguntando que coño hacía vestido. Lucas haciendo el amago de quitarse el bañador: pues venga todo fuera.. Paco: pero que haces?? – parándolo – que yo no voy a ir por ahí enseñando el ciruelo. Mariano: hombre Paco, no vayamos a tener ahora reparos entre nosotros. Paco: que no, que si se entera mi Lola de que me he metido en una playa nudista me mata. Lucas: entonces que??. Paco: nos vamos al restaurante, ya luego nos damos el baño en otra de las playas.. Lola y Sarita disfrutaban con todo cuanto veían, en la fábrica donde trabajaba María se confeccionaban vestidos de novia, pero también se vendían diseños de otras marcas, y lo mejor es que allí mismo tenían un amplio catálogo de complementos, desde zapatos hasta adornos. Silvia quería un vestido sencillo, sin ornamentaciones o pedrería, no tenía mucho pecho por lo que la forma de escote que mejor le iba era el de pico. Las interrupciones de Pepa no le ayudaban, aunque ella también les echaba de menos. Pepa estaba en una tienda filial de la empresa de María, en la calle peatonal de príncipe. Estaba de pie sobre un pequeño banco. Modista: te tengo que coger un poco de cintura – le hizo indicaciones para que se bajase – ahora me tengo que subir yo, para ajustar la zona del cuerpo. La modista era bajita, y llegar a la zona de los hombros y pecho de Pepa era difícil sin ayuda. Pepa había elegido un traje negro de purificación garcía , compuesto de pantalón y camisa de cuello mao, con mangas ¾, la camisa era abierta hasta la zona del canalillo y desde ahí iniciaba una serie de botones, era ligeramente entallada y después bajaba haciendo el efecto de un chaqué, pensó en un vestido inicialmente, pero la descompensación en sus senos por la operación le hizo desistir a pesar de las buenas ideas que le dio la modista para disimularlo. Modista: muy bien, listo – girándose para enzo – ahora veamos a este angelito. Pepa: no quiero que vaya tipo paje. Modista sonriendo: podemos hacer una versión masculina de tu traje. Ruth que jugaba con enzo: de negro y cuello mao va a estar para comérselo. Después de las compras de la tarde, volvían a casa, Pepa esperaba encontrarse a Silvia, pero la única que estaba era Carmen, tenía preparado el cenador. Pepa sentándose: no ha llegado Silvia?? Carmen: no puede.. Pepa no entendiendo: como?? Carmen: ha llamado Raquel, que te cojas lo necesario para pasar la noche en casa de Ruth. Como la cara de Pepa seguía siendo de incredulidad. Ruth: Pepaaa, toca despedida de soltera. Pepa: ah no, paso.. Sara: venga como que pasas?? no tienes elección. Pepa: y enzo??. Carmen: pues se queda conmigo..Antonio y los demás han llamado diciendo que ya están subiendo, así que en menos de 10 minutos los tengo aquí a cenar. Pepa reticente se fue ha recoger ropa, cuando volvía ya estaba Don Lorenzo con su nieto en brazos. Pepa: Don Lorenzo si pasa algo me.. Don Lorenzo la interrumpió: ande.. tire.. que va a pasar, el niño se queda tan ricamente con nosotros verdad Paco. Paco: verdad, verdad, a celebrar con los hombres que mañana sus mamas se casan Lucas: cuidado con desmadrarse eh, .. Mariano: si Pepa, no me jodas que lo que he currado hoy.. Don Lorenzo: usted lo que es , es un vago...cojones!!! Todos se rieron. Antonio: ve tranquila.. Después llegó Silvia, se cambiaron para irse de cena y hubo las mismas dudas. Don Lorenzo: Hay que coño!!!, a ver si somos unos inútiles.. Lola: no padre pero cuidado con el licor café acuérdese de la casa rural. Se fueron. Las hermanas de Raquel se llevaron a Pepa a cenar a la curuxa en el casco viejo. Raquel y Mar, llevaron a Silvia, Lola y Sarita al restaurante de tapa en cepa en el centro. Conocían a los dueños y sabiendo que eran cenas de despedida de solteras las comidas venían adornadas de forma especial, y así entre plato y plato, el vinito, el postre y los licores se lo pasaron en grande. Ruth y Raquel se iban llamando al móvil para saber por donde estaban en cada momento. Mientras a Pepa la llevaron al Dolce Vita y después a Dux, a Silvia la llevaron al Oh lala y luego al Twenty, poco a poco fueron reduciendo la distancia. Pepa en un momento de la noche cuando Ruth hablaba con Raquel. Pepa: déjame el teléfono – Ruth se lo pasó – oye es que no voy a ver a mi pelirroja en toda la noche?? Raquel: que te parece en el 7-4?? – era un local de ambiente para ambos sexos. Pepa: vale, nos vemos allí, a ella no le digas que vamos vale?. Raquel: vale. Llegaron antes al local Raquel y compañía. A Sarita en menos de 10 minutos le entraron varias tías. Lola riendo: niña es que vas pidiendo guerra. Sarita: pero mamá si voy de lo más normal. Silvia: que pena que Rita no venga hasta mañana. Lola: uy! quita, quita que esta vez igual cometía una locura. Raquel: venga vamos a bailar, así no sabrán si estamos emparejadas y os dejaran un poquito en paz. Cuando llegaron las demás el local estaba bastante lleno, Pepa desde su altura buscó y localizó entre la gente una melena pelirroja. Pepa: están allí – señaló en dirección a la pista de baile. La siguieron. Silvia notó unas manos que se deslizaban por su cintura, y una voz le habló al oído. Pepa: puedo?? Silvia quiso jugar y sin darse la vuelta: no sé si a mi mujer le hará mucha gracia. Pepa siguiendo la broma: si te ha dejado sola se merece que le pongas los cuernos.. Silvia se dio la vuelta: ella nunca me deja sola.. Pepa sonrió: hola preciosa. Silvia: hola mi amor – se besaron y siguieron bailando abrazadas. Pasadas un par de horas. Pepa y Silvia seguían una en brazos de la otra. Lola: ahora a ver quién las separa otra vez. Raquel: ya verás.. Y se fue. La música bajó de intensidad, un pequeño acople y una voz se escuchó por encima de la música. Raquel: a ver por favor, esa pareja que está en la pista - unas luces las enfocaron - dentro de menos de 16 horas os casáis, sería buena idea dormir algo antes no?? Pepa con la frente unida a Silvia: la mato... Silvia: que vergüenza.. La ovación que les dedicaron duró hasta que abandonaron el local, ya en la calle. Pepa: os acompañamos hasta el coche . Raquel: vale, pero iros haciendo a la idea de que hoy dormís separadas. Cuando llegaron al coche. Raquel, Mar y Ruth se quedaban con Pepa y las demás llevaban a Silvia, Lola y Sarita para casa. Raquel: nada de llamadas hasta por lo menos las 3 de la tarde – viendo para María. María: y porque me miras a mí?? Sara riendo: porque te conocemos... Ruth dando explicaciones: el día que se casó, no nos dejó pegar ojo, y con Sara hizo lo mismo, que sí habíamos avisado al de las flores, que a que hora teníamos peluquería... María: y quienes van a buscar a los demás invitados al aeropuerto??- esto lo decía por Rita, Povedilla, Curtis, etc Ruth: ya estamos... Raquel: se ocupa papa, ha alquilado un minibús, mejor que apaguéis los móviles – dijo viendo para el resto. Pepa: necesito el anillo - Silvia se lo quitó, con una sonrisa – mañana te lo devuelvo. Silvia con una sonrisa: descansa. Pepa asintió, le acarició la cara y se dieron un suave y lento beso. En casa de Ruth. Pepa se sentó en el sofá. Raquel: no te acuestas?? Pepa sostenía en la mano ambos anillos: si, sólo estaba tomándome un minuto. Raquel: puedo?? – indicó un lado libre del sofá. Pepa: claro. Mar y Ruth se fueron discretamente hacia las habitaciones. Raquel se sentó y permaneció en silencio, pasado un rato. Pepa estaba seria: necesito pedirte un favor... Raquel no la dejó seguir: la respuesta es sí. Pepa sonrió: si no sabes lo que es?. Raquel: haría lo que fuera por ti – al ver que se quedaba callada prosiguió – Pepa, sé que es difícil olvidar lo que te espera cuando vuelvas, pero es mejor que lo afrontes cuando llegue. Pepa quiso darle una explicación, temía que las cosas se complicasen...que la segunda fase del tratamiento no diese los resultados previstos y no quería que sobre Silvia recayese todo el peso. Raquel la miró fijamente, le puso una mano en la pierna : si me necesitas acudiré esté donde esté – le apretó la pierna – deja de pensar en cosas que no van a suceder, de acuerdo? Pepa vio hacia el techo y soltó una larga respiración, se volvió hacia ella, se acercó y le dio un beso en los labios. Fue un suave roce, sin ningún tipo de sentido sexual, sino cargado de todo el sentimiento de gratitud, Raquel la abrazó. Pepa: gracias Ra. Raquel aguantó el abrazo unos segundos: venga larga, a descansar...que dentro de unas horas te casas.. La acompañó hasta la habitación. Raquel no se fue para cama , se cogió un zumo de la nevera y se fue a la terraza, estaba amaneciendo, la ciudad despertaba, y ella quería ser testigo de ese comienzo de la actividad, apoyada en la barandilla observó como empezaban a pasar por la calle camiones de reparto, autobuses urbanos y algún que otro transeúnte. Su vida también comenzaba a despertar de un largo letargo, y ahora no quería que nada malo empañase ese resurgir, tomó un sorbo del zumo y recordó cuando Pepa y ella se conocieron, una sonrisa dibujó su cara. Notó la presencia de alguien, y una mano que acariciaba su espalda. Mar: no tienes sueño?, son ya las 7 de la mañana – se puso a su lado. Raquel le pasó una mano por la cintura y la atrajo hacia sí: estaba recordando viejos tiempos. Mar: va todo bien?. Raquel: si. Mar con una sonrisa: que te parece si fabricamos nuevos recuerdos? Raquel se incorporó, sujetándola todavía y la besó: te quiero. En casa de Antonio. Las chicas llegaron sin hacer demasiado ruido, Sarita y Lola decidieron irse a dormir con Silvia, cuando entraron en casa les recibió Don Lorenzo en batín. Lola: pero papa que haces levantado??. Don Lorenzo: enzo que con sus ruiditos no me deja dormir, menudas horas de llegar hijas. Lola: ande váyase para abajo que ya nos quedamos nosotras con Silvia. Don Lorenzo no protestó : buenas noches, descansar – se despidió de las 3 con besos. Sonó un móvil, concretamente el de Silvia. Mensaje de Pepa “ que duermas bien, no me hagas esperar demasiado, te quiero pelirroja”. Lola: pero mira que cara de tonta se te ha quedado. Sarita riendo: si de tonta enamorada.. En los ojos de Silvia unas lágrimas amenazaban con salir, viendo para el móvil: es un cielo, no quiero perderla. Lola se acercó y la abrazó: venga hermanita, si te emocionas ahora así, la boda va a ser un río de llantos. Sarita también la abrazó: venga tita, todo va a salir bien. En casa de Antonio La tranquilidad de la noche para algunos dio paso a una nueva vorágine de actividad. Don Lorenzo, Antonio y Paco subieron hasta el aeropuerto para recoger a Montoya, Rita con Povedilla y la niña, a Curtis, Kike y Aitor. Las presentaciones llevaron una buena parte de la mañana y mientras Carmen organizaba una frugal comida, organizaron la tarde. Las mujeres se iban a la peluquería y volverían a casa para vestirse, los últimos en salir sería Don Lorenzo y Silvia, los llevaría hasta Cíes Antonio en el yate. Los demás invitados junto con Pepa saldrían mucho antes en un Catamarán alquilado para la ocasión. Rita se había unido a la chicas y juntas no paraban de hablar, Silvia nerviosa apenas probaba bocado, enzo afortunadamente se mantenía entretenido con los hijos de Sara y María. En casa de Ruth. 15:00 horas. Pepa se despertó perezosamente, le había costado dormirse y ahora tenía un sueño atroz. Escuchó voces que venían supuso de la cocina, decidió que primero se daría una larga ducha, tenía un mensaje en el móvil. Silvia “ te he echado de menos, te quiero “. Dejó el diario sobre la cama. Anotación Para enzo: Escribo estas líneas sabiendo que algún día, cuando empieces a hacer preguntas y tengas la suficiente madurez para entender las respuestas, sepas la historia de tus mamás, la historia de porque tu familia es diferente. Y lo hago ahora, en este preciso momento, cuando faltan unas horas para cumplir un deseo largamente soñado. Siendo apenas una adolescente, mi hermano Paco llevó a casa a su novia Lola, y ésta vino acompañada de su tímida hermana pelirroja, se llamaba Silvia, y cuando esa pelirroja levantó la cara y me vio, sentí como si de mi cuerpo se saliese mi corazón para depositarse en sus manos. Si hijo, suena cursi, pero es real, algún día notarás como la mirada de alguien te robará el corazón y caerás irremediablemente enamorado. Ella no fue consciente de ese poder, ni cuando pasados los años, en la comunión de tu prima Sara con todo el valor del mundo la besé. También es cierto que por aquel entonces, los tiempos y la mentalidad de algunos no era precisamente la idónea para que ese gesto fuese aceptado, por ello con enorme frustración por sentirme diferente e incomprendida opté por irme e intentar olvidar mis sentimientos hacia ella. Pasados 10 años volví a casa, a la vida de Paco, de Lola y por supuesto a la vida de Silvia, volví creyendo haber olvidado mi amor adolescente, que ilusa!, le bastó una nueva mirada para recordarme cual era mi destino. Afortunadamente la sociedad había cambiado, era más tolerante y abierta, también yo me había convertido en una mujer segura de mi misma, sin complejos por mi forma diferente de sentir, pero aún así, no me fue fácil conquistar a tu madre. Estaba convencida de que si le decía lo que sentía por ella se alejaría de mí, por lo que inicialmente me conformé con pasar tiempo a su lado. Se acostumbró a tenerme cerca, a que yo estuviese pendiente de ella, y a que a veces la arrastrase con alguna loca idea. Esa costumbre se convirtió en necesidad, y Silvia poco a poco se dio cuenta de que esa necesidad de quererme a su lado significaba algo más. Finalmente superados miedos y dudas, nos fuimos a vivir juntas, pasado un tiempo decidimos formar una familia y naciste tú. Hoy 23 de Junio, tu y yo estaremos esperando en un bello lugar a que mama llegue, pues ha aceptado casarse conmigo. Ojala a pesar de lo pequeño que eres recuerdes algo de este día tan especial. Fin de la anotación. En la cocina efectivamente estaban Ruth, Mar y Raquel, está última había sido la más madrugadora y llevaba un par de horas por Vigo haciendo recados, había encargado algo de comida al catering del Molino y ahora Ruth y Mar lo estaban sacando de las bolsas y poniéndolo en la mesa. Pepa apareció en el umbral: buenos días. Las demás al unísono: buenos días. Pepa: Reich los ani... Raquel la interrumpió: listos, me los llevé por si acaso se nos pasaba – se sacó una cajita del bolsillo del pantalón – cógela – se la lanzó. Pepa: pero a que hora te has levantado??. Raquel: hace un par de horas, ven, come algo. Pepa: quién trae a enzo? Raquel haciendo un gesto hacía su cabeza: como yo en la peluquería no tengo nada que hacer –ventajas de llevar el pelo muy corto – mientras vosotras os asfixiáis con los secadores lo voy a buscar. Fueron evidentemente a distintas peluquerías, todas salvo Lola tenían el pelo muy largo por lo que estuvieron varias horas entre recogidos, melenas sueltas y medio rizadas, Silvia optó por llevar el pelo suelto, medio alisado con unos leves rizos en las puntas, le pusieron algún que otro adorno de minúsculas flores blancas y un azul muy pálido que resaltaban en su melena pelirroja. Cuando volvieron a casa les esperaba Raquel, que charlaba animada con todos los chicos. Silvia se fue a buscar a enzo: cariño vas con Raquel a ver a mama?. Enzo obediente se subió a sus brazos, Silvia ayudó a Raquel a ponerlo en la silla dentro del coche. Se despidieron. En casa de Ruth. Pepa ya estaba vestida cuando llegó Raquel con enzo, esté corrió a sus brazos. Pepa: hola mi amor, me has echado de menos?. Enzo movió afirmativamente la cabeza. Se lo llevó a la habitación para cambiarlo de ropa. Ruth, Mar y Raquel esperaban en el salón ya preparadas cuando aparecieron Pepa y enzo, esté último con los pelos engominados un poco en punta. Ruth: estáis muy guapos Raquel: lo tenemos todo??. Hicieron un repaso, anillos, bolsos, chaquetas, sonó el telefonillo. Paco y Jose acababan de llegar, ellos las bajarían en coche hasta el náutico donde se encontrarían con los demás invitados y juntos zarparían en el catamarán. Eran ya las 20:30 pm. En casa de Antonio. Don Lorenzo daba vueltas en el porche: hijas todo bien?? Lola te están esperando Sara y Juan. Antonio permanecía sentado en una de los sillones de mimbre, Silvia salía en ese momento de la casa acompañada por Lola, el traje no llevaba cola por lo que no era necesaria la ayuda de alguien para manejarlo. Lola se quedó unos segundos viendo para Silvia, se abrazaron, conteniendo la emoción: nos vemos en un rato. Don Lorenzo: hija estas muy guapa. Silvia nerviosa: tú crees??, te gusta?? Antonio: si se me permite decirlo, guapa no, guapísima. Silvia: gracias Antonio. Se fueron en coche, el vestido de Silvia y ver a 2 hombres trajeados con chaqué hizo que fueran el centro de atención del puerto deportivo donde estaba amarrado el yate. En el náutico, mientras esperaban a Lola, Sara y Juan, Pepa estuvo charlando con Rita y los demás ya que hasta ese momento no se habían visto, todos con sus mejores galas esperaban en una sala anexa a la zona de embarque de los pasajeros que iban a Cíes, y por supuesto también eran los protagonistas de la curiosidad de la gente que les veía. Llegaron a Cíes sin contratiempos, el mar estaba en calma por lo que la travesía fue relajada, Rita y los demás se quedaron maravillados de la belleza del paisaje, eran prácticamente las 21:00 y todavía el sol no se había ocultado, tardarían unos 45 minutos en llegar a la isla y entonces en ese momento al astro rey empezaría a ser engullido por la línea del horizonte. Antonio habló con el patrón del catamarán, el yate era más rápido por lo que tendrían que esperar si no querían coincidir en la llegada a la isla. Don Lorenzo estaba en los asientos de Popa junto a Silvia, esperando, quería decirle muchas cosas a su hija pero en ese momento las palabras no le salían, quizás después en el convite y con alguna copa se le aflojase ese nudo en la garganta que se le había puesto desde que la vio salir tan guapa y con la cara de absoluta felicidad. En Cíes. Del Catamarán fueron saliendo los invitados, Pepa y enzo acompañados por Paco tenían que esperar, ya que los cuñados de Raquel eran los encargados de encender las pequeñas hogueras de todo el camino y poner en marcha la música. Mariano: os ayudamos faltaría más Curtis, Aitor al tajo. Paco nervioso y ya con el pañuelo destrozado, agarró a Mariano: no!!!, mejor no, Lucas por dios!! que no hagan nada porque son capaces de prenderle fuego sin querer a todo el parque natural. Mariano compungido: Paco me ofende ese comentario profundamente.. Paco: me importa una mierda Mariano, que nos conocemos y la vais a liar. Curtis: Yo jefe lo que usted diga, que no quiere que echemos una mano, pues nosotros a disfrutar como cualquier invitado. Paco: pues eso, ale, subiros en los todo terrenos y para arriba quietecitos. De forma discreta Jose iba inmortalizando con fotos algunos momentos. En el puerto. Antonio puso en marcha el yate y suavemente hizo la maniobra de desatraque, ya empezaba a oscurecer y por las orillas de la ría se veían las primeras hogueras. En Cíes, Enzo pegado a la ventanilla del coche veía curioso las pequeñas hogueras y señalaba todo aquello que le llamaba la atención, el bullicioso ambiente le hacía abrir los ojos como platos ante cada cosa nueva que veía. El sonido de las ruedas del todo terreno sobre la gravilla no impedía escuchar con claridad la música que salía de una hilera de altavoces instalados a ambos lados del camino. Pepa emocionada: Paco ha quedado precioso. Paco alegre: yo también lo creo, esto no se le olvida a Silvia en la vida. En el faro. En la zona Oeste y con el mar abierto de fondo se instaló un pequeño altar, sencillamente adornado para que no resultase hortera, sillas enfundadas en telas blancas para los invitados y en telas rojas para los contrayentes y padrinos, Sara saludo al edil del ayuntamiento, amigo personal, que se había ofrecido gustoso para oficiar el enlace. En el muelle. Antonio con la ayuda del personal del muelle una vez atracado el yate sujetó una pasarela para bajar más cómodamente. Los campistas curiosos pero discretos observaban la llegada de una novia. En el suelo del muelle una alfombra de pétalos de flores indicaba el camino a seguir hasta un todo terreno. Era casi de noche, cuando el coche llegó a la base de la cuesta que llevaba al faro la imagen era increíble, pequeñas hogueras dibujaban la ruta a seguir, entonces Silvia escuchó la música y al momento la reconoció, pertenecía al fantasma de la ópera, Pepa y ella habían ido a una representación hacía unos años en Madrid y le había encantado. Lentamente el todo terreno cubrió la distancia hacia el faro mientras la música les acompañaba en su ascenso. Don Lorenzo ayudó a su hija a bajar del coche, el suelo también estaba aquí cubierto de pétalos, el pequeño edificio del faro ocultaba donde estaba el altar por lo que no lo vieron hasta llegar al final del pasillo que había entre el muro a la izquierda y la pared a la derecha. Silvia sujetaba fuertemente su pequeño ramo de pitiminís, su padre notó su tensión y aunque la llevaba del brazo, puso además su mano sobre las de ella, se miraron ambos emocionados, tenían delante a todos los invitados ordenadamente situados en sus sillas, y al fondo en un pequeño altar estaba Pepa con enzo en brazos, vestidos de forma parecida, al lado Paco mordiendo su eterno pañuelo. Todo el perímetro estaba iluminado por unas columnas en cuyo capitel ardían unos recipientes. A Pepa el tiempo se le antojó más lento cuando la música subió en intensidad, eso significaba que Silvia acababa de llegar y sólo quedaban unos segundos para verla aparecer.......allí estaba......preciosa......también nerviosa........igual que ella....., Pepa le habló a enzo al oído, le dio su pequeño ramo y el niño una vez bajado de los brazos se puso a andar en dirección a Silvia. Los invitados en silencio expectantes veían como el pequeñajo con pasos seguros cubría la distancia entre sus mamas. Silvia se agachó cuando su hijo llegó a su lado. Enzo con su vocecita insegura : mu...guapa mami... – y le dio el ramo. Por las mejillas de Silvia corrieron unas pequeñas lágrimas y se comió a besos a su hijo, a lo lejos Pepa sonreía y dominaba como podía su lagrimal. En apenas segundos los escasos metros que las separaban desparecieron, Silvia no pudo aguantar el impulso y se echó en los brazos de Pepa. Silvia al oído: es precioso. Pepa: tú si que lo eres.. Un pequeño carraspeo procedente del edil las hizo separarse y Don Lorenzo veloz cogió a su nieto en brazos. Edil: Buenas noches a todos, mi presencia en este acto será casi casi testimonial, Pepa tienes la palabra. Ambas de frente, Silvia con ojos curiosos, Pepa con ligero temblor sacó un papel del bolsillo del pantalón, lo leyó brevemente, lo guardó y levantó sus ojos hacia Silvia. Pepa: Te amo con cada latido de mi corazón y quiero cuidar de ti cada día de mi vida. Eres la única para mí, lo soy yo para tí? Silvia sonriendo: si lo eres. Pepa sonrió y siguió más segura: Soy tu locura, pero también tu sombra y tu ángel. Ahora mismo estoy atrapada en un sueño, quieres hacerlo realidad conmigo?. Silvia: si quiero. Edil: vayamos con los anillos. Como Paco no hacía el menor gesto. Pepa medio susurrando: Pacooo. Entonces este se dio cuenta de que era el portador y nervioso empezó a buscarlos por los bolsillos del traje. Paco: aquí, aquí – sacando del bolsillo interior una cajita y abriéndola para Pepa. Pepa cogió la alianza de Silvia y mientras la ponía en su dedo anular dijo: en tu dedo pongo el símbolo de todo cuanto he dicho. Silvia repitió la frase y le puso su alianza. Edil: por el poder que se me otorga declaro la unión de Silvia y Pepa legal ante la ley. Pepa y Silvia fueron acercándose, en sus caras amplias sonrisas, se besaron. Edil: pueden besarse, claro, claro... El comentario hizo reír a los invitados y luego el silencio se llenó de aplausos y llovieron pétalos de flores y arroz. Los besos y abrazos se extendieron hacia los invitados, al igual que las lágrimas de emoción y gritos de vivan las novias, que se seguían oyendo cuando llegaron al muelle para ir al lugar del convite. Silvia y Pepa junto a enzo se demoraron un poco, Jose les hizo alguna foto más o menos posando y el resto surgían de forma espontánea , mientras bajaban con Don Lorenzo y con Paco para ir en el yate de Antonio, durante la travesía o cuando llegaron al Pazo de los escudos donde les esperaban en el jardín y bajo una gran carpa los invitados. Cuando Pepa o Silvia se querían decir algo, siempre eran interrumpidas, o bien por enzo o por alguna circunstancia, fotos, ir a este sitio, etc, y eso que Raquel desde la sombra supervisaba con el encargado del Pazo que todo estuviera listo o sucediese en el momento oportuno, descargando así a Pepa de esas tareas. Pero las bodas son así, los novios se convierten en el centro de atención y entre ellos el único lazo de unión que se pueden permitir son las manos entrelazadas y las miradas que lo dicen todo, no hay oportunidad para nada más, te reclaman, te dicen, te llevan.. El convite se organizó con unos aperitivos informales, de pie mientras se esperaba a las novias. Eran ya las 23 horas por lo que la gente atacaba con entusiasmo la comida. En Galicia es muy típica la figura de la pulpeira cociendo los pulpos en el exterior de los restaurantes, con sus ollas de cobre y sirviéndolos en platos de madera, así como una mujer abriendo ostras, Pepa las incluyó en el banquete, así como un cortador de jamón de pata negra. La gente iba de un puesto a otro picando ese pulpito calentito, las ostras frescas o el jamón recién cortado, también por supuesto había otras mesas con los demás canapés típicos de estas celebraciones. Cuando las novias llegaron se fueron sentando en las mesas redondas para ya atacar el menú de la boda, música chill out comenzó a sonar. Y después de los postres llegaron los inevitables discursos, Don Lorenzo agarró el micro con confianza, gracias en parte a esos vinos que habían regado la cena y las copas posteriores. Don Lorenzo: hola?? – viendo para el micro - se escucha??. Mariano: alto y claro comisario!!. Don Lorenzo: cállese merluzo que me desconcentra!! - pausa – en fin – viendo a una Silvia expectante. Enzo gritó: lelo!!. Pepa que lo tenía en el colo le puso un dedo en los labios: shh, cariño, deja hablar al abuelo. Don Lorenzo murmuró: cojones – se acercó de nuevo el micro – de todos es sabido que.. – iba a decir que Pepa nunca había sido santo de su devoción y que incluso en sus inicios se opuso a dicha relación pero, cambió de opinión – hija - viendo para Silvia – te veo radiante de felicidad, de Pepa he dicho muchas cosas desde que la conozco, desde descerebrada hasta... – risas entre los compañeros de comisaría –.. bueno en fin... pero ella es la causante de ese brillo en tus ojos – levantó su copa – brindo por vosotras y por la familia que habéis formado - les dio un beso y un abrazo a ambas. Mariano: Vivan las novias!!!. El resto: Vivan!!. Paco no quiso o más bien no podía hablar, con el pañuelo como podía reprimía la emoción, junto a él Lola le apretaba la mano. Se alzaron gritos para que hablase alguien más. Sarita se acercó a su abuelo y cogió el testigo, viendo para ellas: recuerdo a la punky de mi tía Pepa dándole un beso a mi sensata tía Silvia en mi comunión – risas de los invitados – estoy loca de contenta de que por fin Pepa se haya hecho dueña del corazón de Silvia, brindo por vosotras. Nuevamente alzaron las copas. Mariano: Vivan las novias!!!. El resto: Vivan!!. Desde el puesto de Dj que ponía la música Raquel con otro micro habló: se ruega a las novias que pasen al centro del salón, toca abrir el baile. Mientras Pepa llevaba de la mano a Silvia, la iluminación bajó su intensidad hasta casi la oscuridad, pequeñas luces indirectas proyectaban reflejos que se centraban en ellas y comenzaron los acordes, no de un vals, sino de una canción antigua titulada “Tonigth I Celebrate my love for you ”. Abrazadas, muy juntas, sin nadie que las interrumpiese, por fin un momento para ellas, no estaban solas pero lo parecía.. Silvia al oído: Te amo. Pepa: Te amo. Ni una palabra más, sólo disfrutar de la sensación de tener y estar en brazos de la persona que más quieres y te quiere del mundo, ya habría tiempo más adelante.. Enzo seguía desde el colo del abuelo el baile de sus mamás y después de unos minutos sentado observando quiso también participar, Don Lorenzo tuvo que dejarlo ir al ver que el niño no dejaba de revolverse. Silvia notó como le tiraban del vestido y aunque lo primero que pensó es que Pepa se lo había pisado, la voz de enzo reclamando que lo subiese en brazos la sacó de su error. Silvia: tenemos compañía. Pepa: ven enano.. – lo subió a sus brazos – dale un beso a mami. Enzo sujetó con sus manitas la cara de Silvia y se dieron un pico. Silvia: gracias cariño. Sin decirle nada hizo lo mismo con Pepa y se apretó más a ella, y así con enzo en brazos se acabó la canción. El dj, tenía una extensa lista de los temas que tenía que pinchar. Cuando empezaron los acordes de Luna de miel, los padrinos se acercaron a ellas, Don Lorenzo bailó con su hija y Paco con su hermana, Lola entretuvo a enzo. Las horas fueron pasando y las canciones hicieron bailar a todos con todos. Cuando Montoya y luego Lucas bailaron con Silvia, Pepa sentada en una esquina le comentaba a Lola: como sigan saliendo ex para bailar con ella me voy a poner celosa. Lola: no seas tonta... sabes.. Pepa aprovechó un momento de cambio entre canciones, dejó a Lola con la palabra en la boca, agarró a Silvia y se la llevó al exterior. Pepa: vamos a que nos dé el aire.. El jardín del Pazo tenía unas escaleras que daban a un paseo y a la playa. Mientras se alejaban de la carpa, la música fue bajando de intensidad hasta que el silencio sólo era interrumpido por el rumor de las olas, bajaron los apenas diez peldaños que llegaban al paseo y abrazadas por la cintura caminaron hasta un banco, se sentaron contemplando el mar, eran casi las 6 am, en breve comenzaría a amanecer. Recostada en el respaldo Silvia se acurrucó en el lado derecho de Pepa, entrelazaron sus manos y ambas se quedaron viendo sus dedos anulares. Pepa fue la primera en romper el silencio: ver el anillo en tu dedo me da seguridad. Silvia: sí?? .. – Pepa asintió – siempre haces o dices algo que provoca que me enamore más de ti, si eso es posible. Pepa le besó la cabeza. Silvia: no deberíamos volver...?? Pepa con pereza: a esa carpa de ebrios invitados?? Silvia sonriendo: se lo están pasando bien.. Pepa: no creo que se hayan dado cuenta de que hemos desaparecido..- pausa, levantando las cejas y con una sonrisa – prefiero irme para la habitación. Silvia: vale - se levantó y tiró de ella. Además de la suite nupcial estaban reservadas habitaciones para todos los invitados. Pepa había discutido con Don Lorenzo cuando le dijo que tenía pensado casarse con Silvia, y la discusión se centraba en que su suegro se empeñaba en hacerse cargo de los gastos, al final habían llegado a un consenso, Don Lorenzo pagaba la comida y ella el regalo para todos ellos de pasar la noche en el hotel y disfrutar del spa al día siguiente. Pepa les había pedido a los invitados que no les hiciesen regalos, que asistiesen era el mejor detalle que podían recibir. Sin embargo Raquel no le dio la posibilidad de pagar los gastos del transporte a Cíes así como lo utilizado para acondicionar el lugar. Llegaron a la habitación, enzo se quedaba al cuidado del abuelo con la ayuda de Lola y Paco. Silvia frente a Pepa: necesitamos una ducha.. Pepa sujetando las tiras del vestido de Silvia: me vas a privar del placer de desnudarte??. Silvia llevando sus manos a los botones de la camisa de Pepa: para nada – le dio un beso – vestidas no nos podemos meter. Una sonrisa apareció en la cara de Pepa y mientras se dirigían al baño se fueron quitando las prendas. Silvia insistió en que se pusiesen los gorros para no mojarse el pelo, no le apetecía ponerse con la parafernalia de quitarse los adornos y luego secárselo. Pepa con el suyo puesto: me siento ridícula. Silvia sonrió y le dio un beso, ella también lo llevaba puesto. Pepa: no dices nada eh?? – entraron en la ducha – pues que sepas que a ti te queda igual de mal. Silvia abrió el agua: anda ven aquí a mi ladito – abrazadas se dejaron empapar por el líquido elemento. La ducha fue rápida, ambas en albornoz y cepillándose los dientes. Pepa moviendo el cepillo en dirección a Silvia: y yo que pensaba que estas cosas en la noche de bodas no se hacían Silvia se giró, ya había acabado: te espero en la camita – le dio un beso. A Pepa le faltó tiempo para escupir el resto de la pasta y salir del baño. En cama. Pepa acogía en sus brazos a Silvia que le daba la espalda, mientras Silvia comenzaba a hablar sobre los momentos más intensos de la boda y de la celebración, Pepa se entretenía quitando de su pelo las florecillas y otros adornos, apenas participaba en la conversación, algún asentimiento, algún aja. Silvia comentaba que le había encantado la formula del sí quiero y Pepa en esos momentos acariciaba la espalda desnuda de la pelirroja, le daba besos o pequeños bocados en los hombros, recorría con caricias su brazo hasta su mano, y eso a Silvia le encantaba. Pepa de vez en cuando cerraba los ojos, escuchaba la voz de Silvia y en sus manos sentía su piel. Silvia por su parte le hablaba de Cíes, del baile, de la canción, y disfrutaba del viaje de esos dedos por su cuerpo. Poco a poco las caricias fueron más y más lentas y las escuetas respuestas de Pepa más escasas. Pepa cerró nuevamente los ojos. Silvia dejó de hablar y entonces pudo escuchar el rítmico e inconfundible sonido de la respiración de Pepa, se medio giró para verla. Se había dormido. Una sonrisa se dibujó en su cara, en un primer momento tuvo el impulso de darle un sonoro beso y despertarla metiéndose con ella por haberse dormido, pero pensándolo mejor era casi milagroso que hubiera aguantado el ritmo de toda la celebración, por lo que decidió no tentar a la suerte y dejar que descansase, se pegó más a ella, el brazo derecho de Pepa busco su vientre y allí se quedó. Pepa abrió los ojos, Silvia estaba pegadita a ella y en silencio, se había dormido, sonrió. La sonrisa se borró de sus labios al darse cuenta que por la cortinas del ventanal se filtraba una claridad inequívoca, hacía mucho que había amanecido, se había dormido ella!!, en su noche de bodas!!, joder!!!. ---------Pepa susurrando al oído de Silvia: Siil.. cariño....- un beso en la nuca, movimiento leve de cuerpo – preciosa.... Silvia medio dormida, pero recordando a la bella durmiente de hacía unas horas: ah..no..sonriendo – vas a tener que esforzarte mucho más... Pepa: lo siento, dios!! que penosa, no puedo creer que me haya dormido. Silvia dándose la vuelta: como me vas a compensar?? – estaba disfrutando viendo la carita de pesar de Pepa. Pepa: pídeme lo que quieras... Silvia: vale – le dio un beso, para que viera que no estaba enfadada – quiero un baño de espuma - otro beso – y si además me lavas el pelo te perdono.. Pepa todavía compungida: lo siento de verdad.. Silvia acariciando su cara: no seas tonta..., no pasa nada, estabas cansada... Se besaron nuevamente. Pepa salió de la cama hacia el baño, en apenas 5 minutos lo tenía todo listo. La bañera de hidromasaje estaba situado en una esquina, un gran ventanal de espejo propiciaba una vista espectacular de la ría, y evitaba que se viese el interior. Eran las 14:15. Pepa: baño listo. Silvia hablaba por teléfono con Lola, colgó: nuestro hijo sigue durmiendo. Pepa: y eso??. Silvia: te acuerdas que se quedó dormido a eso de las 2?? – Pepa asintió - pues a las 7 se despertó y tuvo a papa en danza hasta las 10. Pepa: y como ha conseguido dormirlo?. Silvia: llamó a Lola y ella le dio un biberón y a la media hora de tomárselo se quedó frito. Pepa: calculo que tenemos como mucho 2 horas más de relax.. La bañera estaba llena de espuma y de esencias, Pepa se situó detrás de Silvia, primero le quitó el resto de los adornos y después comenzó a mojarle el pelo. Silvia recostada sobre su pecho disfrutaba de las atenciones. Silvia: cual es el plan para hoy??. Pepa: el circuito de spa lo tienen a partir de las cuatro, si alguno ha conseguido levantarse estarán ahora mismo comiendo, bajamos a por enzo y comemos algo y después podemos unirnos a ellos. Silvia: vale. Después del champú y aplicarle una mascarilla, Pepa le estaba cepillando el pelo: si te tiro me avisas.. Silvia: lo haces muy bien.. La bañera era muy grande, por lo que moverse dentro era relativamente fácil, cuando la sesión de peluquería hubo acabado se quedaron unos minutos dejando que el agua caliente les arrugase todavía más la piel, después salieron y se secaron el pelo envueltas en cómodos albornoces. Pepa se sitúo detrás de Silvia mientras esta se echaba una crema en la cara, le retiró el pelo de la zona del cuello y lo besó. Silvia sonriendo: quieres algo?? Pepa viendo a su imagen en el espejo: estaba pensando en una mañana de bodas – mientras lo decía aflojaba el cinturón del albornoz de Silvia. Silvia sonriendo pero todavía aplicándose la crema: me parece que eso no existe. Pepa ya con una mano dentro del albornoz: vengaaa, no seas puntillosa. Silvia se dio la vuelta y Pepa aprovechó para introducir la otra mano, atrajo el cuerpo desnudo de Silvia y esta pasó sus manos por la nuca de Pepa, se pegaron la una a la otra. En la cara de Pepa una gran sonrisa y en sus ojos una mirada cargada de deseo y amor. Silvia se abrazó a Pepa: soy muy feliz. Pepa: yo también. Abrazadas llegaron a la cama y se dedicaron la una a la otra toda la atención que se merece la primera mañana después de la boda. 15:30 Silvia y Pepa llegaron al comedor y sorprendentemente estaban casi todos disfrutando de un desayuno tardío, lo que se llama hoy en día un brunch. Compartían una inmensa mesa y en un extremo estaban los niños, en el centro Don Lorenzo, Antonio con Carmen, sus hijas y yernos ,Lola con Paco y Rita con Povedilla, todos con mejor cara que el otro extremo donde estaba digamos la gente joven y libre de compromisos, casi todos con gafas de sol, ocultando suponían una buena resaca. Silvia y Pepa se acercaron primero a su hijo, enzo las abrazó, les dio besos, y siguió jugando con la hija de Rita y los nietos de Antonio. Cuando se acercaron a la zona central. Rita: buenos días zagalas, se nos han pegado un poquito las sábanas eh?? Silvia con una sonrisa: un poquito. Rita: yo estoy deseando entrar en el spa, me he comprado un bañador que da gloria verlo de lo bonito que es, con gorro a juego y todo, vosotras no venís?. Pepa: si, pero todavía no hemos desayunado... Silvia al observar al fondo sur con gafas y caras desencajadas les dijo: y estos irán al spa??. Curtis que había escuchado el comentario: Aquí el contingente juvenil todavía no se ha acostado verdad chicos??. Todos asintieron. Pepa se acercó a ellos: pero si el dj se iba a las 7 de la mañana??. Sarita: pero convencimos al chofer del autobús y nos llevó hasta Bayona. Mariano: hemos estado en el Villa que??? Kike y Aitor al unísono: Rosaaaa, Mariano. Mariano: Rosa, eso, hasta que ha cerrado. Montoya: después sobre las 11 nos hemos ido a tomar un chocolate con churros. Sarita: y Raquel se acordó que en Sabarís había feria y hemos estado allí. Mar que era de las pocas que no llevaba las gafas puestas dijo: ahí fue donde tomaron unas cañas y unos chupitos de licores para seguir celebrando la boda. Raquel sujetando la cabeza: Error!!- la siguieron los demás - Error!!! Curtis: Ostias Raquel quien sabía que el aguardiente de los licores se iba a llevar tan mal con las cañas. Kike y Aitor: Error!!. Pepa riendo: pues el spa os va a venir de perlas para eliminar todas esas toxinas. Ruth: espero que tengan flotadores porque creo que más de uno se va a quedar dormido y se irá al fondo. Raquel haciendo una mueca: ja,ja. Se sentaron en un par de sillas libres y tomaron un ligero desayuno. Spa. Pepa tumbada en una hamaca, a su lado derecho Silvia, ambas atentas a las evoluciones de enzo que estaba en el agua con Rita, Sara, María y los niños pequeños de ambas. Raquel estaba con ellas, no exactamente tumbada en otra hamaca, más bien como si hubiese caído de un avión, seguía con gafas de sol. Pepa dándole un codazo: te quieres desperezar ya?? Raquel: paso, Dios!! – cuando al mover la cabeza se movió todo lo de alrededor - estoy mayor para estos excesos, ya no recordaba la última vez que me emborrache – viendo para Pepa – esta maldita resaca es en vuestro honor. Llegó Mar corriendo : venga Ra... date un chapuzón conmigo – tirando de ella por un brazo. Raquel bajando con la otra mano libre las gafas hasta la punta de la nariz: ajj.. como puedes estar como si nada...?? Mar con los brazos en jarras: quizás porque yo no he bebido ni la mitad de lo que pasaba por tus manos. Silvia reía. Raquel: será eso, si..- se dejó levantar. Pepa sonriendo: y que tiene 10 años menos que tú claro. Raquel le sacó la lengua y cuando pasaba por el bordillo. Ruth: venga hermanita... – la empujó al agua. Raquel volvió a la superficie tosiendo, y sin gafas : enana...., ya verás cuando te coja.. Durante la tarde fueron pasando uno a uno por un masaje completo y de vuelta a los chorros del circuito termal. Por la noche volvieron a la casa de Antonio y Carmen, organizaron una cena, que tenía aire de despedida. Desgraciadamente los invitados volvían el lunes a trabajar y se iban el domingo en el avión del mediodía. Todos sin excepción recibieron el ofrecimiento de Carmen y Antonio de su casa para futuras ocasiones, los invitados también quisieron tener un detalle con sus anfitriones y a Antonio le regalaron un reloj con dispositivo gps, era conocida la aventura del naufragio con Pepa, y a Carmen un collar. La noche se alargó, Silvia y Pepa estaban recostadas en una tumbona viendo hacia la ría, una gran luna la iluminaba. Silvia: aún no nos hemos ido y ya empiezo a echar de menos estar aquí. Pepa le pasó el brazo alrededor de los hombros y la atrajo hacia sí: eso cariño se llama sentir morriña. Ruth se acercó tímidamente: perdonar chicas – le dejó un mp3 a Silvia – la he encontrado.. – y tan discretamente como apareció se fue. Pepa: que es eso??. Silvia: póntelo – le pasó uno de los auriculares. Pepa obedeció y Silvia le dio al play. Cuando los acordes de la canción comenzaron a sonar, una sonrisa iluminó el rostro de Pepa y la hizo retroceder en el tiempo más de 3 años. FLASHBACK. Silvia y Pepa en el metro. Rumbo desconocido. Quizás se pararían en el retiro, quizás en el barrio de malasaña, quizás en la plaza de Santa Ana, con Pepa nunca se sabía..había vuelto apenas unas semanas y puesto patas arriba su vida. Entonces en su vagón apareció una chica, iba vestida con un traje regional mexicano, llevaba una guitarra, tomó asiento, puso una cestita en el suelo y comenzó a cantar. Dime luna bonita.. A medida que las estrofas iban surgiendo, en el interior de Silvia algo se removió, su leve nerviosismo fue captado de inmediato por Pepa, la canción era muy cursi, la puesta en escena surrealista, pero Silvia estaba allí sentada, escuchando en la suave voz de la cantante algunos de los pensamientos que últimamente rondaban por su cabeza, a su lado, la mujer que los provocaba miraba para ella divertida. La chica mexicana terminó la canción, Pepa se levantó e indicó a Silvia que se bajaban en esa parada y cuando salían del vagón, sin que Silvia se diera cuenta dejó en la cestita un billete. Pepa: gracias. FIN FLASHBACK. Acabada la canción, se quitaron los auriculares. Pepa: ese día tu reacción me dio alas para no desistir en el intento de conquistarte – le besó la cabeza – ha sido un bonito detalle para esta noche. A la semana siguiente eran Silvia, Pepa y enzo a quienes despedían todos en el aeropuerto. Raquel sacó de una bolsa un paquete envuelto, viendo la cara de desaprobación de Pepa: sé que dijiste nada de regalos, pero este tenéis que aceptarlo. Lo abrieron ambas, era un iphone. Raquel: vete a galería. Pepa lo hizo y se encontró con 2 carpetas, viaje a Vigo y Boda. Raquel se explicó: Jose y su cámara han estado inmortalizando algunos momentos que habéis pasado aquí, en esas carpetas están los resultados. Silvia y Pepa agradecieron emocionadas el detalle. 6 meses después. La ambulancia corría veloz entre el tráfico, apenas era medianoche, en la camilla Pepa tiritaba a causa de la fiebre, su frente perlada de sudor se contraía ante una nueva acometida de dolor. Silvia a su lado le cogía la mano y en silencio pedía que llegasen cuanto antes al hospital, en una de las veces la mirada que le devolvió Pepa la hizo sentir el dolor como propio. Como una exalación la bajaron en la rampa de urgencias. Mientras el médico recibía los datos sobre la paciente, estado y antecedentes, Silvia debía quedarse por el momento en admisión. Dio los datos de Pepa y le comunicaron que la Dra. Barros ya había sido avisada al busca, en breve saldría para hablar con ella. Mientras esperaba los últimos meses volvieron a la memoria de Silvia. Las sesiones de quimioterapia y los efectos secundarios fueron haciendo mella en el cuerpo de Pepa, semana a semana, mes a mes, poco a poco la quimio fue destruyendo las células cancerígenas, pero también se llevaba por delante tejido sano y tenía que soportar las náuseas, los dolores por todo el cuerpo, el cansancio, y la caída del pelo. Esa misma noche desde el baño Pepa llamó a Silvia, cuando esta llegó se encontró a Pepa viendo para su braga manchada de sangre, no podía ser la regla, se le había retirado hacía meses. Pepa: venía a mear y.. Silvia: siéntate cariño. Pepa se sentó en la taza del water. Silvia: te duele algo?? Pepa: que es lo que no me duele últimamente..??- lo dijo con tono de resignación. Silvia: lo sé, lo sé – le puso la mano sobre la frente – estas caliente. Pepa con una mueca: tampoco es una novedad – cierto también, que le subiesen unas décimas de fiebre entraba dentro de lo normal después de algunas sesiones. Silvia: has meado?? Pepa negó con la cabeza: me he quedado parada al ver la manchas en la braga. Silvia: no nos asustemos, vale?- se quedó esperando. Pero lo que vieron las asustó y mucho, la orina era prácticamente roja. Pepa: mierda…mierda.. Silvia: nos vamos al hospital – como veía que Pepa empezaba a negar, le agarró con ambas manos la cabeza – cariño por favor.. tenemos que ir. Mientras Silvia llamaba a Paco para que vinieran a quedarse con enzo y luego a la ambulancia, el malestar de Pepa fue creciendo, hasta el punto de que tuvo que ser ayudada para subir a la camilla. La Dra. Barros interrumpió sus pensamientos. Dra. Barros: Silvia??. Silvia: ah.. si perdone doctora.. Se sentó a su lado. Dra. Barros: Pepa ha sufrido un fallo renal – dejó unos segundos para que Silvia asimilase la noticia – le estamos realizando una diálisis, como primera medida para ayudar a sus riñones, esperando a los resultados de las pruebas que le hemos hecho. Silvia escuchaba, sus dedos pasaban las cuentas del rosario que le había regalado a Pepa. La Dra. prosiguió: puede ser un fallo esporádico, por una infección o que alguno de los riñones se haya dañado por la quimio. Silvia se limpió una lágrima que caía por su mejilla: cuando sabrá algo más?, puedo verla? Dra. Barros: cuando acabemos la diálisis, en una hora más o menos la subiremos a planta, los resultados los tendremos un poco más tarde- posó una de sus manos en las de Silvia – no te pongas en lo peor de acuerdo?, vamos a ser prudentes y esperar. Esperar, esperar, era fácil decirlo, pero últimamente era lo único que hacían, cuando alguna sesión de quimio le sentaba especialmente mal, le cambiaban el tratamiento para los efectos secundarios y esperaban que diera resultado, cuando aparecían dolores, se realizaban pruebas esperando que no hubiese ningún otro daño colateral, esperaban, siempre esperaban que no se torciese nada.. Silvia llamó a Lola para contarle las novedades: enzo se ha despertado?? – quiso cambiar de conversación. Lola: no se ha enterado de nada, no te preocupes por él – notando el silencio al otro lado de la línea – hermana.? Silvia suspiró: se esta rindiendo Lola… Lola: por que dices eso cariño..? Silvia: en la ambulancia….., sus ojos... decían que no podía más. Lola: esta cansada, eso es todo, además estas tú para hacerla salir de esos bajones.. – no esperó replica – cuando vayas a la habitación le das un achuchón bien fuerte y ya verás como se le pasa. Silvia sonrió: gracias Lola.. Lola: venga cariño, me sigues contando vale??. Pasadas 2 horas Silvia cruzaba la puerta de la habitación, se acercó a Pepa, estaba recostada, la cama bastante erguida, le acarició la cara, Pepa le cogió la mano y se la besó. Pepa ante la cara de preocupación de Silvia sacó fuerzas de donde pudo: estoy mejor, no sé que me han puesto, pero no me duele nada. Silvia observó los botes que colgaban encima de su cabeza y cuyo contenido pasaba al cuerpo de Pepa por una vía en la mano, uno de ellos era un antibiótico y el otro morfina. Pepa siguió : he escuchado algo de fallo renal. Silvia: la Dra. Barros me ha dicho que puede ser una infección o que tengas un riñón afectado – Pepa necesitaba la sinceridad de Silvia, y ella nunca le ocultaba nada de sus diagnósticos – las pruebas que te han hecho nos lo dirán, en un par de horas tendrán los resultados. Pepa: has hablado con Lola?. Silvia asintió. Pepa: en cuanto nos digan algo te vas para casa. Silvia empezó negando con la cabeza pero Pepa la interrumpió. Pepa: quiero que estés con enzo.. Silvia: Pepaaa Pepa: Sil.. por favor. Silvia: porque me alejas de ti..?? Pepa se tocó el gorrito que llevaba para cubrir su calva cabeza, lo llevaba no tanto por estética sino más bien para protegerse del intenso frío, lógico en las fechas en las que estaban, principios de diciembre. Pepa: necesito saber que estáis juntos, que hoy cuando se despierte estarás dándole el desayuno – hizo una pausa, a medida que hablaba se incorporaba- necesito que él no nos eche de menos a las 2, no quiero que nos perdamos como cambia cada día – levantó la mano para que Silvia se sentase en la cama - las cosas nuevas que hace..., luego vienes y me las cuentas... vale? Silvia acatando sus deseos se sentó en la cama: vale, pero no me voy hasta saber que pasa. La Dra. Barros apareció apenas una hora después, llevaba en sus manos una carpeta, Silvia permaneció sentada en la cama, sujetando la mano de Pepa, les sonrió ligeramente. Dra. Barros: es una infección. Silvia besó a Pepa en la mejilla. Dra. Barros: a partir de hoy tomaremos una serie de precauciones para las última sesiones de quimio. Pepa: eso que significa. Dra. Barros: te estamos dando antibiótico para la infección y después de las sesiones de quimio haremos diálisis. Pepa: genial.... Dra. Barros: te quedan 2 sesiones más de quimio. – se acercó a la cama –es mejor que ayudemos a tus riñones un poquito para prevenir mayores problemas, ánimo, en 8 días acabamos. Pepa con pesimismo: siempre y cuando en la revisión todo esté bien. La doctora entendía perfectamente la postura de su paciente: hasta ahora todos los controles previos están dando muy bien – pausa – esto ha sido, digamos un contratiempo, que entraba dentro de lo posible. Silvia: cuanto tiempo tiene que estar aquí?? Dra. Barros: mañana veremos como va la infección y en cuanto remita para casa. Silvia se fué a las 3 a.m, no tenía sentido discutir con Pepa para quedarse, sabía que no habría forma de hacerla cambiar de opinión. Pepa una hora más tarde, seguía despierta, miraba por la ventana. Estaba nuevamente en una cama, con su movilidad reducida, su ser independiente estaba deprimido y agotado. Le llegó un mensaje de Silvia. “ tengo a nuestro ángel en cama conmigo, te echamos de menos “. Insertado en el mensaje una imagen que daba fé de lo dicho. Otro mensaje. “ah! Van se ha apoderado de una zapatilla tuya y no la suelta “ Pepa resopló, la foto la hizo sentirse mejor. Dejó el diario en la mesita, apenas unas líneas. “ Estoy nuevamente en el hospital, ya he perdido la cuenta de las veces que he tenido que ingresar, me siento cansada, muy cansada, queriendo tirar la toalla, tener tan cerca el final.. y verme de nuevo así, me esta costando asimilarlo ” Al día siguiente. Pepa estaba sola en la habitación, en cualquier momento vendría Silvia, mientras, pasaba el tiempo viendo los videos y las fotos del viaje a Vigo y de la boda en su iphone, no se cansaba de verlos. Jose había recogido muchos momentos, algunos sin saber las personas que se les estaba grabando, a otros les pedía que contasen algo a la cámara y los videos de los niños con enzo a la cabeza no paraban de hacerla reir. Había fotos increíbles, ver a Silvia riendo, relajada, vestida de novia, la ayudaba y mucho. En momentos de bajón como el que estaba pasando, el iphone se había convertido en un recurso importante para hacerle subir la moral, también se entretuvo leyendo el diario, era una buena terapia leer como había superado momentos difíciles en los meses anteriores. La puerta se abrió. Silvia: no te vas a creer quién ha venido. Pepa dejó el iphone en la mesilla, a un lado se quedó el diario y esperó a que Silvia pasase, detrás de ella aparecieron Raquel y Mar. La cara de Pepa se ensombreció: pues sí que tengo que estar jodida... En otras crisis anteriores Raquel no había tardado apenas ni un día en aparecer, y en esta ocasión la acompañaba Mar. Raquel: no estamos aquí por ti, petarda – se acercó a Pepa – si sé este recibimiento no me paso a saludar, no me vas a dar ni un abrazo?. Se dieron el abrazo. Pepa seguía mosca, cuando se separaron: como es que estáis aquí entonces?. Raquel se sentó en la cama y viendo para Mar dijo: pues aquí mi novia, que es una neurocirujana de primera, ha sido invitada por su antiguo mentor para realizar una complicada intervención mañana. Mar se acercó a Pepa: que tal Pepa? – se dieron un abrazo. Pepa: pues echa un asco, comparado con algunas – viendo para Raquel. Mar le alborotó el pelo a Raquel: que te parece mi Keanu Reeves particular. Pepa: quién? Silvia también se había acercado a la cama, le dio un beso a Pepa: el moreno de la película le llaman Body. Pepa: donde cojones has estado para tener esas greñas y ese bronceado??. Raquel efectivamente tenía el pelo más largo de lo habitual, le llegaba más abajo de las orejas, y lucía un moreno envidiable. Raquel: me he pasado el último mes en Lanzarote en un operativo. Mar: y haciendo surf.. Raquel tiró de Mar y le dio un beso: envidiosilla.. Pepa: pero..- seguía sin entender – joder esta medicación me tiene atrofiada. Raquel se lo explicó: no te acuerdas que te dije que íbamos detrás de unos traficantes que descargaban coca en Vigo? – esperó a que Pepa asintiese – conseguí meterme en el equipo y llegar a la base, por eso he estado un mes en Lanzarote, hace 2 días que he vuelto. Pepa: y a Madrid cuando.?? Raquel no la dejó acabar: hemos llegado hoy en el vuelo de las 10, y he llamado a Silvia para saber que tal – le dio un leve golpe en el brazo – cuando vas a dejar de hacer estos numeritos??. Pepa: vete a la mierda reich.. Silvia: Pepa.. . Raquel se rió: déjala Silvia, si ella sabe que me encanta picarla. Pepa viendo para Silvia: cariño la próxima vez me consultas antes de dejar pasar a determinadas visitas. Llamaron nuevamente a la puerta y en esta ocasión entraba una visita que Pepa empezaba a plantearse como non grata. Raúl: hola?? Silvia : hola Raúl. Raúl entró en la habitación, saludó con 2 besos a Silvia e hizo lo propio con Pepa y las demás, se hicieron las presentaciones. Silvia: como te has enterado?? Raúl: cuando Lucía – su mujer explicó a Mar y Raquel – no vio a Pepa en la sesión de quimio, pues me ha enviado a investigar. Pepa: y a Lucía donde la has dejado?. Raúl: está todavía en la sesión, quería saber como estabas antes de ir a decírselo. Pepa: dile que cojonudamente, no la preocupes por favor. Mar viendo su reloj: me tenéis que perdonar pero tengo que ir a hablar con mi antiguo jefe. Raquel: yo me quedo aquí me vienes a buscar cuando acabes. Mar: vale. Raúl: Bueno yo también tengo que bajar – se giró hacia Silvia – nos tomamos un café?, si Pepa se queda acompañada.. Pepa viendo la cara de desconcierto de Silvia: ve Silvia, así saludas a Lucía de mi parte. Silvia : no quieres..?? Pepa la interrumpió: me quedo con reich que seguro tiene un montón de novedades que contarme. Cuando se quedaron solas. Raquel: me lo ha parecido solo a mí, o a este tío le gusta tu mujer..? Pepa se removió en su cama, recogió el diario para que no se cayese, no dijo nada. Raquel: porque cojones le dices a Silvia que vaya con él?? Pepa: nos hicimos amigos de él y su mujer cuando empecé la quimio, hace poco que me he dado cuenta de que a Raúl le gusta Silvia. Raquel: pues sí que la medicación te atrofia joder, se ve a leguas. Pepa: me jode admitirlo pero es buen tío... Raquel la interrumpió: no me jodas, no me jodas – se levantó de la cama – se quiere tirar a tu mujer ostias!!, reacciona!!. Pepa se quedó viendo para ella. Raquel tuve un leve pensamiento: no me digas que a Silvia le... Pepa intervino: le cae bien, nada más..... Raquel: te juro que no entiendo tu actitud. Pepa habló quedamente: es difícil tener actitud cuando lo que refleja el espejo es esto – hizo un gesto con las manos para abarcar su cuerpo de arriba abajo. Raquel vio para Pepa, si, había cambiado físicamente, adelgazado cuantos kilos?, los suficientes para parecer una mujer desnutrida, tenía unas marcadas ojeras, se le había caído el pelo, y eso solo exteriormente. Pepa reprimió las lágrimas, estaba harta de aquella sensiblería que la apoderaba: llevo meses sin poder hacer el amor con ella – le confesó finalmente – unas veces porque no tengo fuerzas y otras porque no tengo ánimo. Raquel se mantuvo firme, no iba a compadecerla, no era lo que necesitaba, mantuvo las distancias para no caer en la tentación de abrazarla y darle consuelo. Raquel habló: eres más que el aspecto físico para Silvia, eres la persona que la hace feliz como nadie ha sido capaz. Pepa sarcástica: no estoy muy graciosa desde hace meses..- recogió una botella pequeña de agua. Raquel: es pasajero Pepa.. Pepa: sabes lo duro que esta siendo – Raquel lo sabía, desde que comenzó la quimio no había semana que no hablasen por teléfono. Raquel: en todas las conversaciones que hemos tenido no has mencionado ni una vez a Raúl y a Lucía, te crees que no me doy cuenta de que tu descerebrada cabeza ya empieza a tener locas ideas. Pepa prefirió beber y callar.. Raquel: a no, no te calles ahora, te estás apartando, la estas haciendo ir hacia otro lado, para que? Pepa : Lucía es la segunda vez que pasa por esto, se le ha reproducido el cáncer de útero que tuvo hace 5 años y esta vez no hay demasiadas esperanzas de que lo supere. Raquel: lo tuyo.. Pepa la interrumpió: me contó lo mal que lo pasó la primera vez, entre lo suyo y el cuidado de sus 2 hijas, Raúl no tenía ni un segundo, estaba con ella y se ocupó de las niñas – Raquel no entendía a que venía aquello – pasados casi 2 años de tratamiento y ya recuperada, él le confeso que le había sido infiel durante unos meses. Raquel: que me quie??? Pepa: ella ya lo sabía – pausa – permitió que sucediese..., no sabes la impotencia que se siente viendo como tu vida se para y haces que se pare también la de los que te rodean. Raquel: no lo entiendo, me dices que permitió que su marido se liase con otra como válvula de escape??. Pepa asintió: permitió que siguiese viviendo, que... Raquel: y tú pretendes hacer lo mismo??. Pepa: yo quiero... Raquel levantando la voz: llevas 8 meses de tratamiento y aún no te ha entrado en esa cabezota que no puedes controlarlo todo??, quieres, quieres – se acercó a ella – Silvia , yo, todos queremos que te pongas bien y que hacemos??, sólo podemos estar a tu lado. Pepa con rabia lanzó la botella, detrás fue el diario, se dio cuenta de lo que hacía cuando el vaso de cristal se hizo añicos al estrellarse contra la pared. Raquel le pasó la jarra: si vas a destrozar la habitación convendría que cerrásemos antes la puerta, más que nada para que no te interrumpan. Pepa con la jarra en la mano miró fijamente a Raquel. Raquel la azuzó: dale!!. Mientras, en la cafetería. Raúl: te apetece quedar después?? – quiso suavizarlo – podemos ir con los niños al retiro. Silvia que había notado desde hacía un mes un interés más personal hacia ella creyó que era el momento de dejar las cosas claras. Silvia: perdona Raúl si soy muy franca, pero no estoy interesada en otra cosa que no sea tu amistad. Raúl encajó la respuesta lo mejor que pudo: perdóname tú, por favor..., te pareceré un monstruo, mi mujer... Silvia le cortó: no te juzgo Raúl, pero yo no sería capaz, mi vida es Pepa. Raúl: yo... la estoy perdiendo... Silvia se acercó y Raúl lloró en sus brazos, pasados unos segundos, se separaron. Raúl: gracias. Silvia con tacto casi en un susurro: como lo lleva ella?? Raúl: la veo en paz, aceptando que esta vez no ...- cogió aliento – y yo debo ser fuerte, que no se preocupe por nada, y que se vaya con la tranquilidad de que sus hijas serán felices – pausa - que yo seguiré adelante.... Silvia escuchó también lo de su anterior infidelidad, no dio excusas, al contrario, reconoció que fue una opción fácil y muy absurda para evadirse de los problemas, quería a su mujer, mucho, pero en los momentos difíciles no supo aguantar la presión. Silvia fue a ver a Lucía, efectivamente no estaba muy bien, pero su visita la alegró y saber que Pepa estaba bien la tranquilizó, después de charlar unos minutos los acompañó hasta la salida. En la habitación. Pepa recobró la compostura: se supone que deberías poner un poco de cordura en todo esto. Raquel: quien.. yo?? Se quedaron viendo y comenzaron a reír. Pepa le devolvió el jarrón y Raquel fue en busca del diario y de la botella, cuando lo ponía sobre la mesita llegó Silvia. Silvia : hola – al ver los cristales en el suelo – que ha pasado??. Raquel adelantándose : he sido yo, estaba haciendo el tonto y se me ha caído. Silvia ya se había acercado a Pepa, le dio un beso en los labios: no sé si creérmelo.. Pepa cambiando de tema: como esta Lucía? – haciendo hueco para que se sentase con ella. Silvia se acomodó: está un poco baja de defensas así que el resto del mes no hará más quimio, le han puesto un tratamiento para subir sus niveles y a principios de Enero retoma las sesiones. Pepa: cuando salga de aquí vamos hasta su casa vale??. Silvia: si, cariño. Una hora más tarde llegó Mar. Raquel: has acabado??. Mar: si, mañana operamos a las 9 am. Pepa: cuanto tiempo vais a estar en Madrid?. Mar: pues unos 3 días más, valoramos los resultados después del post-operatorio y realizamos el informe. Pepa vio para Silvia y esta dijo: a lo mejor nos vamos hoy para casa.. Pepa: ojalá. Raquel: nos llamais – se fueron. A Pepa le dieron el alta a primera hora de la tarde, en casa les esperaban Paco y Lola con enzo, el niño se echó en los brazos de Pepa en cuanto la vio. Pepa: hola mi amor, guapo – se lo comió a besos, le convenía descansar por lo que se fue directa para la habitación. Silvia: enzo cariño, mama tiene que descansar... Enzo se agarró más fuerte a Pepa: quero con mami. Pepa: déjalo – viendo para él - nos ponemos dibujos en la tele?. Enzo: zi, zi, nemo, zi. Pepa sonriendo: valeee, vemos nemo por milésima vez.. Se acomodaron rodeados de cojines. Silvia observó como Van Gogh se posicionaba en la alfombra. Silvia: pues ya los tienes todos contigo – besó a Pepa en los labios – estoy con Lola y Paco en el salón, si te cansas me avisas y vengo al rescate. A la hora de la cena y mientras Paco ayudaba a Lola sacando del horno unos volovanes, Silvia se fue a la habitación para llamar a Pepa. La tele seguía encendida, la película hacía rato que había acabado y los espectadores se habían quedado dormidos, todos incluido Van, enzo medio subido a Pepa que lo abrazaba contra su pecho, se acercó en silencio. Silvia en susurros: Pepaaa... preciosaaa.. Pepa abrió los ojos, al ver a enzo en su colo: ha heredado tu gen de dormirse abrazado a mí. Silvia con una sonrisa: es el mejor sitio – le acarició la cara - Lola ha preparado unas exquisiteces para cenar, te levantas??. Pepa movió la cabeza afirmativamente. Enzo: sacabó nemo?? Pepa viendo para su hijo que se había despertado: pues si hijo, ya está con Papi nadando otra vez en el océano. Una vez en la mesa, Pepa se entretuvo dándole de cenar al niño y ella apenas probó la sopa que le había preparado Lola, para Pepa en esos momentos el alimento no era lo primordial, si no estar sentada en la mesa de la cocina con su niño en brazos, su mujer al lado, y charlar con su hermano y su cuñada. Llegada la hora de acostarse enzo se puso un poco mimoso queriendo dormir con sus mamis, pero Silvia consiguió convencerlo a cambio de dejar a Van en la habitación. Pepa ya en cama: menuda negociadora estas hecha. Silvia se metió también en cama: mira quien fue a hablar, si tu le consientes todos los caprichos. Pepa: eso es verdad. Silvia y Pepa estaban en el parque al lado de casa, Pepa con Van Gogh a sus pies veía sentada desde un banco como enzo se columpiaba gracias a los impulsos de Silvia. Aparecieron Mar y Raquel. Pepa vio para su reloj. Raquel: hemos llegado temprano, lo sabemos... Se saludaron con besos y abrazos. Silvia con enzo se acercó a saludar, Mar se llevó nuevamente a enzo a los columpios y Raquel se quedó a charlar con Pepa y Silvia. Pepa: os vais mañana entonces??. Raquel: sí, vengo de recogerla en el hospital, el paciente está respondiendo muy bien. Pepa que veía como jugaba con enzo: los niños también se le dan bien. Raquel: si, es un sol. Silvia: cuando os animáis??. Raquel: Mar es joven.. Pepa: tú no tanto. Raquel: oye!!. Silvia: lo habéis hablado?. Raquel: bueno, algo.. Pepa: estoy gratamente sorprendida contigo, cariño – viendo para Silvia - definitivamente esta mujer se ha reformado. Raquel le dio un golpe en el hombro. Pepa: eh!! Se fueron a casa a preparar la cena. Sin que Pepa se enterase, pues Mar la entretenía, Raquel y Silvia hablaron. Silvia: gracias raki. –se dieron un abrazo. Raquel: de nada ya verás como os sienta bien. Los 8 días siguientes fueron para Pepa bastante angustiosos, con miedo a que las 2 últimas sesiones afectasen demasiado a sus riñones y ni siquiera la diálisis pudiese ayudarla, con más facilidad se instalaba en su mente el pesimismo. La Dra. Barros le comunicó 3 días después de la última sesión que todos los análisis estaban correctos, los indicios de tumoraciones habían desaparecido y ahora le tocaba volver a la vida normal. Silvia con Lola a la cabeza pretendía organizar una celebración por todo lo alto sin embargo Pepa no quiso nada especial, incluso ese mismo día en cuanto llegó a casa se fue directa para cama. Silvia la dejó ir, era como si le costase aceptar las buenas noticias, como si no se las creyese del todo y evitase triunfalismos pasajeros. Quizás era el momento de revelarle la sorpresa. Pepa estaba tumbada encima de la cama, escuchaba música. Silvia se tumbó con ella: tengo una sorpresa. Pepa: no me apetecen más sorpresas. Silvia: venga Pepa, estas de un humor pésimo estos días, anda haz un esfuerzo, no tienes curiosidad??. Pepa decidió colaborar: a que viene la sorpresa??. Silvia: dentro de una semana hará 6 meses que nos casamos. Pepa: ya?? Silvia: no te acordabas?? Pepa: sinceramente, no sé muy bien en que día vivo. Silvia no se lo tuvo en cuenta: toma – le pasó una pequeña carpeta enfundada – ábrela. Pepa sacó varios documentos, allí había 3 billetes de avión y unas llaves: que es?? – leyó sus nombres en los billetes y el destino – Lanzarote??. Silvia: Raquel nos habló tanto y también de la isla que... Pepa: no sé.. Silvia: Oh no seas así, estaremos 15 días olvidándonos de hospitales y disfrutando del sol. Una semana después. Lanzarote. Silvia conducía el coche que habían recogido en el aeropuerto, seguía las indicaciones del GPS, eran apenas las 11 del mediodía. Enzo en la parte trasera: Vani??, lindo?? – movía el trasportín donde iba el perro. Pepa se giró: enzo, cariño, está dormido – viendo para Silvia – teníamos que haberlo dejado en Madrid. Silvia: forma parte de la familia, sólo esta sedado, en una hora estará corriendo por el jardín. Pepa: tengo calor.. Desde que habían salido de casa esa era cual, la queja número mil??. Silvia: te estas comportando como una niña pequeña. Pepa no dijo nada. Silvia no insistió, estaba decidida a que las vacaciones hicieran volver a la antigua Pepa. Llegaron por fin a la casa. Silvia: yo llevo a enzo. Pepa no sin trabajo cargó con Van Gogh: este perro está engordando. La casa era de planta baja, paredes encaladas de un blanco reluciente, dentro de una pequeña finca con una piscina que ahora estaba tapada con una lona, en una esquina un cenador con una barbacoa. En el interior un gran salón con cocina americana y 2 habitaciones una de ellas con baño. Silvia puso a enzo en el sofa y le encendió la tele para que los dibujos lo mantuvieran entretenido. Sobre la barra una cesta con fruta y una nota. Silvia la abrió: es de Raquel y Mar, que nos pongamos muy morenas – desplegó un mapa – nos han dejado en el mapa señalado lo que tenemos que ver. Pepa: me voy a echar un rato. Mientras Pepa descansaba, ella deshizo la maleta del niño y acomodó sus cosas en la otra habitación, luego preparó una lista con todo lo que tenían que comprar. Llevaban 3 días en la isla y Silvia no había conseguido que Pepa se animase a hacer un poco de turismo, o hacía demasiada calor, o estaba cansada o cualquier otra excusa, se limitaba a tumbarse en la sombra y ni siquiera había probado la piscina. Silvia: voy a comprar unas cosas, vigila a enzo. Pepa: porque no te lo llevas??. Silvia se acercó a ella: no crees que lo estás ignorando un poco??. Se fue dejando que pensase en lo que acababa de decirle. Pepa observó a su hijo, enzo estaba jugando con una piezas de lego, a veces intentaba acoplarlas y otras directamente las lanzaba para que Van Gogh las fuese a buscar y se las trajese, recibiendo entonces un aplauso y un abrazo por parte del niño, ante semejante escena, en la cara de Pepa se dibujó una sonrisa, la verdad es que estaba más apática que una seta y no solo con Silvia, entonces enzo se levantó con unas piezas más o menos ensambladas y se acercó a Pepa. Pepa: para mí?? Enzo: zi, e una flod Pepa: gracias mi amor -Enzo hizo el gesto de subirse a su colo – quieres sentarte conmigo?? – Enzo asintió y Pepa lo subió con ella. Enzo le dio un beso en la mejilla, con la inocencia típica de un niño se le quedó viendo con curiosidad la cabeza en la que comenzaba a salir pelo. Enzo: mami??. Pepa: que? – a saber que estaba pensando. Enzo: no sale peliroso.. Pepa se rió, no pudo reprimirse, el niño se tocó su pelo. Enzo: mío como el de mama. Pepa: si cariño, tú eres peliroso como mama. Enzo le tocó la cabeza: tamen me gusta. Pepa todavía sonriendo: me alegro. Enzo señaló la piscina: quero agua. En los 3 días que llevaban allí sólo Silvia se había bañado con él, a Pepa le dio la impresión de que su hijo la había camelado para conseguir lo que quería. Pepa: vale, sacamos la ropa?? – enzo ya tenía los brazos en alto – pero serás.. Cuando Silvia volvió se encontró a Pepa con enzo en la piscina. Silvia: como lo ha conseguido??. Pepa: si te lo cuento no me crees. Después de comer y con enzo durmiendo la siesta, ellas se tumbaron en las colchonetas dentro de la piscina. Ambas estaban boca arriba, los ojos cerrados. De vez en cuando sus manos que jugaban con el agua se juntaban y se dedicaban alguna caricia. Silvia: que bien se está a que sí??. Pepa: si.. Entonces Silvia agarró la mano de Pepa. Silvia: el agua también esta calentita. Pepa: ni se te ocu.. No acabó la frase, Silvia había tirado de su mano e hizo que cayese de la colchoneta. Pepa emergió y se fue a por Silvia que huía nadando, la alcanzó cuando llegaba al borde de la piscina en la zona más profunda, le hizo una aguadilla. Silvia sacó la cabeza del agua riendo. Pepa la mantuvo contra la pared y Silvia se enganchó con las manos a su cuello y con los pies a su cintura. Pepa: que nos vamos al fondo! – se tuvo que sujetar al borde de piedra. Se rieron juntas como en otros tiempos. Silvia le dio un beso, al que Pepa respondió con ganas, sintiendo todo el cuerpo de su mujer pegada a ella, con otro y otro más. Silvia: no lo hemos hecho nunca en una piscina... Pepa: no lo hacemos desde hace mucho... Silvia no quería que se pusiese triste: pero no se nos ha olvidado verdad??.. Pepa se soltó una mano y desató las tiras de la parte superior del bikini de Silvia: creo que no. Su mano jugó con uno de sus pechos y su boca volvió a los labios de Silvia, después descendió mordiéndole levemente el cuello, mientras la mano bajaba.. Silvia: que te parece si seguimos en la cama?. Pepa asintió: mejor.. Apenas se envolvieron en 2 toallas e intentando no hacer demasiado ruido para no despertar a enzo entraron en la habitación. Silvia dejó caer su toalla y se abrazó a Pepa y esta con la suya se puso a secarle el pelo. Pepa después de unos segundos: más o menos. Silvia levantó la cabeza para verla y se separó ligeramente. Pepa se quedó viéndola, solo llevaba la braguita del bikini: eres preciosa sus ojos se ensombrecieron, hizo el gesto de tocarse la cabeza – yo no.. Silvia sabía lo que iba a decir, pues ya había pasado en otras ocasiones, el físico de Pepa se había deteriorado bastante y cuando se desnudaba se sentía insegura, y después del cansancio y la falta de ánimo, esta era otra de las causas que provocaba que llevasen meses sin hacer el amor. Silvia la interrumpió: cariño, mírame – Pepa lo hizo y ella le acarició la cara – que pasa??. Pepa: ya no soy la misma... Silvia le agarró la cara con ambas manos y la besó: si que lo eres, yo veo a la misma persona de la que me enamoré, a la misma que me puso a enzo en los brazos por primera vez, que me pidió que me casara con ella. Pepa la besó. Silvia le cogió las manos y las puso en su cintura: necesito que me toques, que me acaricies, que tus labios me besen todo el cuerpo – se pegó a ella – sentirte dentro de mí. Pepa: y si.. Silvia la calló con un beso: no tenemos prisa. Se tumbaron en la cama, de lado viendo la una hacia la otra, muy pegadas, Pepa acariciaba el pelo de Silvia. Pepa: estoy nerviosa como si fuera nuestra primera vez. Silvia sonrió: que yo recuerde no estabas nerviosa, excitada sí. Se rieron. Pepa acarició a Silvia por todo el cuerpo como ella le había pedido, se besaban constantemente, iban despacio, recobrando el aliento cuando la excitación se hacía insoportable, con la ayuda de las almohadas Pepa se recostó sobre el cabecero casi sentada y Silvia se puso encima, tenía al alcance de su boca sus pechos. Silvia: te quiero dentro...ya.. Pepa puso su mano izquierda en la zona baja de la espalda de Silvia para tenerla pegada a ella, los dedos de su mano derecha entraron en Silvia y comenzaron a moverse, provocando a su vez el vaivén de ella. Unas pequeñas lágrimas de felicidad cayeron de los ojos de Pepa cuando su mujer gemía su nombre mientras su cuerpo se contraía en espasmos de placer. Pasadas las oleadas del orgasmo. Pepa: ven.. – Silvia dejó caer el peso de su cuerpo y notó como los brazos de Pepa la rodeaban, sus labios le besaban el hombro y sus manos acariciaban su espalda, y allí en su regazo, se quedó unos minutos. Silvia pasados esos minutos en la oreja de Pepa: no pienses que hemos acabado ya – Pepa se rió – quiero más. Y hubo más... Silvia tumbada boca arriba y Pepa acomodada sobre ella. Silvia: estas bien??. Pepa: haciendo esfuerzos para no dormirme. Silvia sonrió: yo también. Se durmieron. Pepa sonriendo mientras hablaba por teléfono: te dejo pesada, que tengo que poner el barco en marcha – escuchando, le pasó el móvil a Silvia – quiere hablar contigo. Silvia divertida: si??. Raquel: pero como te subes con ella en un barco??, no recuerdas lo que le pasó con mi padre??. Silvia riendo: raki lo de ir a visitar la graciosa fue idea tuya. Raquel: si pero en cualquiera de los ferry.. Pepa ya había quitado todos los cabos y puesto en marcha el motor: dile que se navegar mejor que ella. Silvia: la has oído??. Raquel: ja, ja, seguro, en fin, tener cuidado vale??. Silvia: vale, un beso. Colgó. Pepa tenía a enzo sentado en sus rodillas y juntos movían el timón del barco. Silvia se sentó en el asiento de al lado, Van en el suelo intentaba mantener el equilibrio, al final desistió y se tumbó. Silvia: parece que no le está haciendo mucha gracia el viaje. Pepa: pues ya verá cuando le toque mojarse. Van levantó las orejas y viendo para Pepa ladró. Pepa: si, si, te vas a mojar, no pienso cargar contigo hasta la playa señorito. Cuando llegaron a la playa que le habían indicado en el muelle, Pepa bajó la pequeña balsa de caucho, primero hizo subir a Silvia, le pasó todos los bártulos y luego a enzo. Pepa: Vete remando yo voy con Van nadando – se dio la vuelta – si lo encuentro claro. El perro en cuanto había visto las maniobras de desembarco se ocultó en el interior, Pepa lo localizo y se fue con él hacia la plataforma de popa, lo puso con cuidado en el agua y se tiró ella. Apenas estaban a 25 metros de la orilla, cuando llegaron enzo esperaba con los brazos extendidos y casi medio cuerpo en el agua a que llegase Van. Pepa lo cogió: enano y a mí que.. Enzo: Vani e pequeño Pepa: si pero el tiene cuatro patas – después de besarlo, lo volvió a dejar en la orilla. Se acercó a Silvia que se estaba quitando la blusa para quedarse en bikini, la abrazó y la besó. Pepa: esta fría??. Silvia: graciosa, échale un ojo a esos 2 mientras yo pongo la sombrilla. En cuanto Van Gogh pisó arena ya no quiso saber nada más del agua, se mantenía en la orilla y veía las idas y venidas de enzo con su cubo para recoger agua, Pepa de rodillas hacía con él castillos, agujeros, lo que le mandase. Pepa: Pelirroja no piensas colaborar??. Silvia debajo de la sombrilla y cómodamente sentada: veo que lo tienes todo controlado.. Pepa riendo: serás... Se acercaba la hora de la comida. Pepa cogió en brazos a enzo: vamos a comer guapo.. Recorrieron un sendero y en apenas 5 minutos se encontraron en caleta del sebo, donde había un puerto de atraque, del que en ese momento bajaban otros turistas de un ferry. Silvia: mira a Van??. El perro iba delante y se había parado viendo la escena y luego viendo para Pepa, como diciendo, porque coño me has tirado al agua cuando podíamos haber atracado aquí?. Pepa riendo y abrazando a Silvia: es más bonito donde hemos fondeado nosotras no te parece??. Silvia: si cariño. Comieron unos pescaditos muy ricos en uno de los bares, que tenía una enorme terraza cubierta, después dejaron pasar las primeras horas de la tarde viendo como iban y venían otros turistas, enzo se había quedado rendido en los brazos de Pepa. Por la tarde volvieron a la playa y después recorrieron con el barco la isla, el acantilado sobre el que se situaba el mirador del río y el archipielago chinijo, regresaron a casa felices. Los días siguientes fueron igual de idílicos, se movieron con el todo terreno hasta el Timanfaya, Pepa y enzo corrieron por la arena negra del golfo y se sacaron muchas fotos al lado del lago verde, con cuidado bajaron a los hervideros, pasaron otro día en la playa casi virgen del papagayo, hicieron algunas compras en el puerto del carmen, visitaron la cueva de los verdes, y tuvieron que andar con mil ojos en el jardín de los cactus para que tanto enzo como Van Gogh no acabasen con alguna púa clavada en sus carnes. 23 de Junio por la mañana. A Silvia la despertaban suaves y lascivos besos que habían empezado en su cuello y bajaban hacia sus pechos. Silvia con los ojos todavía cerrados, echó las manos para atrapar la cabeza de Pepa: me encanta que haya vuelto mi Pepa. Pepa sonrió: Felicidades!. Silvia abrió los ojos. Pepa: hoy hace 6 meses que nos casamos – se fue hacia el armario -tengo un regalo para tí. Pepa le pasó el paquete y se sentó en la cama. Mientras Silvia quitaba los lazos: por eso tenías mucho interés en irte ayer a hacer la compra eh??. Pepa sonrió, en ese momento Silvia sacaba un vestido de lino blanco muy ibicenco. Silvia: me encanta, que bonito – besó y abrazó a Pepa. Pepa: espera, espera tienes algo más. Silvia: donde?? – revolvió en el interior y se encontró un paquete pequeñito, le puso cara. Pepa: lo ha elegido enzo.. Era un collar de finas piedras de muchos colores, en los que predominaban el rojo y el naranja sujetos entre sí por una cuerda, muy étnico. Pepa: en cuanto vio tantos colores no hubo forma de elegir otra cosa. Silvia sonrió, la atrajo hacia sí: lo estrenaré todo esta noche. Pepa: para llevarme a cenar a ese lugar sorpresa?? Silvia: si – se besaron – nuestro hijo se ha despertado??. Pepa se estaba metiendo en cama nuevamente: nop. Silvia: entonces ven que te voy a dar un adelanto de mi regalo... Pasaron el día por la mañana en la playa y por la tarde se quedaron en casita vagueando en la piscina, y recogiendo un poco pues mañana por la tarde volvían a Madrid a celebrar la nochebuena. Ya por la noche se prepararon para le cena. Enzo: que guapa mami!!. Silvia salía de la habitación con el vestido blanco y el collar colgado, junto a su melena pelirroja toda ella en conjunto llamaba la atención. Pepa que le estaba poniendo los tenis a enzo, se la quedó mirando. Silvia: que??. Pepa: tenemos de verdad que ir a cenar??. Silvia se rió: por supuesto. Pepa: listo peque.. – se acercó a Silvia y la besó – estás lo siguiente a preciosa.. Silvia: y tú eres lo siguiente a perfecta. El lugar elegido por Silvia para cenar era los Jameos del agua, Raquel le había dicho que era espectacular, de día como de noche, pero de noche era especial, y sobre todo si además había actuación en directo como era el caso, pues mucho mejor. Cuando llegaron. Pepa: ostras!, pero sí por aquí hemos estado cuando vinimos a la cueva de los verdes..?? Silvia aparcó el coche y se dirigieron a la entrada, indicó que tenía una reserva. Chico: acompáñenme, vayan con cuidado por las escaleras por favor. Pepa cogió en brazos a enzo y fue detrás de Silvia. Después de un tramo de escaleras con una débil luz se abrió ante sus ojos un espacio muy amplio, iluminado en diferentes puntos que le dejaba ver una primera zona de mesas dispuestas como en balcones en un teatro, en la zona del medio un lago increíble, sobre el que de forma indirecta se proyectaban luces. Un acceso en piedra en el lado derecho permitía recorrerlo hasta la zona del fondo, con mesas igualmente dispuestas y que subían hacia una salida de piedras de un blanco reluciente, se escuchaba suave música de fondo. Pepa estaba sin palabras al igual que Silvia. Pepa: pero que bonito. Silvia: Creo que hemos tenido la misma reacción que me describió Raquel cuando trajo a Mar... Pepa: sólo me da miedo aquí el intrépido – viendo para enzo . Enzo sintiéndose aludido: que e.. trepido. Se rieron. Chico: no se preocupen, tenemos unas sillas muy cómodas para los niños y se pueden fijar al suelo, además la zona del lago está vallada. La cena fue fantástica y el acompañamiento musical muy ameno, tanto que la silla de enzo la tuvieron que girar para que viese por completo a los músicos y toda la velada estuvo entretenido dejando a sus mamas cenar con tranquilidad. A la hora de los postres les recomendaron pasar a la otra zona, con cuidado recorrieron los metros pegadas al lago, enzo desde los brazos de Pepa veía su reflejo en el agua, y se apretaba con fuerza a ella. Pepa: cariño me vas a ahogar.. Silvia escogió una zona de anchas sillas, enzo quiso estar en sus brazos y de inmediato se puso a jugar con su colgante. Acabado el espectáculo y después de reposar un poco el postre subieron a la zona de jardines y se hicieron alguna foto más cerca de la bonita piscina, la noche era espléndida, estaban a cielo abierto y nuevamente se sentaron a contemplar las estrellas, a enzo por su parte le llamó más la atención una niña de su misma edad aproximadamente y hacia ella se fue veloz. Pepa: pues si que empieza pronto a irse detrás de unas faldas.. Silvia se rio. Tanto ellas como los padres de la niña se quedaron viendo a ambos, como se estudiaban , y como en sus limitadas palabras y muchos gestos se hacían entender y jugaban. Silvia vio para Pepa: no crees que dentro de poco necesitará un compañero de juegos??. Estaban sentadas la una al lado de la otra. Pepa tragó saliva. Silvia ante la cara que puso, no pudo reprimir reírse y darle un beso: menos mal que no puedes dejarme embarazada porque solo por ver esta cara de susto estaría dándote falsas alarmas constantemente. Pepa: no he puesto cara de susto. Silvia: si que la has puesto, pensé que se te había pasado el miedo de tener hijos con enzo. Pepa se acercó a ella: cuando te veo tan decidida me asustas.. Silvia entrelazó su mano con la de Pepa: vale, te doy de plazo para que te hagas una idea hasta que enzo cumpla 2 años. Pepa sonriendo: o sea 3 meses.. Silvia: exacto. Cuando se fueron para casa hubo unas cuantas lágrimas tanto de enzo como de la niña al tener que separarse. Pepa ya en el coche y viendo las fotos que le había hecho a la parejita: enzo cariño, como se llamaba la niña?. Enzo: aba. Pepa apuntó el nombre, viendo para Silvia: para cuando sea mayor que vea que lloró sus primeras lágrimas por una tal Alba. Silvia: que payasa eres.. Después de acostar a enzo se quedaron en la terraza de la casa disfrutando un poco más de la fantástica noche, estaban sentadas en un sofá de mimbre y asientos de espuma, Silvia estaba en brazos de Pepa. Silvia: no te peso?. Pepa: no. Silvia: Lola me ha dicho que esta nevando en Madrid. Pepa: habrá que abrigarse cuando cojamos el vuelo sino pillaremos una gripe segura. Silvia: pues a ver quien convence a don calores – por enzo - de ponerse una chaqueta cuando subamos al avión. Pepa se rió: sigo diciendo que esos arranques que tiene son de su abuelo – le besó la cabeza y dijo – me gustaría que el siguiente fuera niña. Silvia se quedó viendo para ella: sí??, entonces te hace ilusión??. Pepa: claro – la besó – mucha, pero sigo teniendo de plazo hasta Marzo verdad??. Silvia: si tonta... Se besaron. Pepa: nos vamos para cama? Silvia asintió: no te quedarás dormida verdad?? Pepa le hizo cosquillas: te aseguro que no.. Se quedó dormida, pero 2 horas después de disfrutar del cuerpo de su mujer.. Nochebuena. T4. 20:00 horas. En cuanto enzo vio a su abuelo salió corriendo hacia él. Don Lorenzo subiéndolo a sus brazos: hola chavalote – recibió besos de su nieto – que tal te lo has pasado??. Enzo: ben, te quero lelo. Pepa: ala ya esta el abuelo babeando – viendo la cara que se le había quedado a Don Lorenzo. Don Lorenzo: Pepa váyase a la mi.. Silvia lo cortó: no le hagas caso Papa - abrazó a su padre y le dio un par de besos. Pepa también lo abrazó: no se cabree Don Lorenzo, que yo también lo he echado de menos. Don Lorenzo aun con su nieto en brazos se rindió: vale, vámonos ya, el tráfico está imposible y Lola ya me ha llamado 3 veces para saber si os retrasabais o no. Cuando llegaron a casa de Lola, esta fue la primera en echarse en brazos de su hermana y luego de Pepa. Lola: pero que morenas estáis, Pepa yo pensaba que ibas a recuperar algún Kilito.. Pepa: lo intento Lola, pero tu hermana no me ha dado respiro. Silvia puso una mueca de vergüenza: Pepa!!. Pepa se rió, dejó el transportín con Van Gogh en su interior, en una esquina de la cocina: cuidado con la bella durmiente. Paco se abrazó a ella: te veo muy bien hermanita. Pepa: me siento genial Paco. Enzo fue recorriendo todos y cada uno de los brazos, de sus tios, prima, y demás invitados y estaba encantado con tanta atención. Pepa casi al oído de Silvia: ay cuando deje de ser el único que reciba tantos mimos. Silvia: mira que eres eh.. Pepa le dio un beso y a gritos: pero en esta casa no sé cena – en la tele el rey dando su discurso - o tenemos que esperar a que acabe el borbón. Mariano: no te metas con la corona que como te escuche el monárquico – evidentemente por Don Lorenzo que veía con su nieto en el sofá la tele. Pepa: por cierto Mariano, a tí el rojo que tal te sienta..? Mariano: eh?? – hacia Paco y Silvia – esta chica no esta recuperada, me esta haciendo proposiciones extrañas. Silvia riendo y acercándose a él: creo que quiere que te disfraces de Papa Noel. Mariano: Ah no, ni hablar, tú sabes el calor que da ese traje? – sin respirar - y la barba lo que pica? y la cantidad de pelos que te tragas?. Pepa con las manos en posición de rezo: porfa Mariano, que es para darle una sorpresa a enzo. Lucas: lo haría yo pero es que estoy un poco escuálido. Paco: y yo con mi barba y la otra encima pues el niño lo va a notar.. Mariano: claro que lo haga Mariano, que esta gordo y no hay que ponerle relleno y que se afeita todos los días.. Pepa le dio un beso: gracias, ya sabía yo que podía contar contigo. Mariano: Pepa no me líes, no me líes. Pepa: mañana sobre las doce te vienes por casa. Mariano: Lola que me ningunean?? Lola también le dio otro beso: venga si en el fondo te encanta, y la ilusión que le va a hacer al niño. Estuvieron de celebración hasta casi las 4 de la mañana. Navidad. Pepa y Silvia se despertaban perezosamente, habían escuchado ruido en la habitación de enzo. Pepa: Feliz Navidad. Silvia: Feliz Navidad. Se besaron. Apenas eran las 9 a.m. Pepa: nos quedamos un ratito más entre las sábanas??. Silvia asintió, pero entonces escucharon por el interfono el sonido inconfundible de una pandereta. Pepa: mierda, me la dejé encima de su cama – ahora a la pandereta le seguían los intentos de enzo de cantar un villancico, salió de entre las sábanas. Silvia escuchó como Pepa intentaba negociar con enzo para que dejase de tocar y perdía claro. Pepa a través del interfono: pelirroja, tu padre es muy gracioso, por no decir otra cosa.. Entró nuevamente en la habitación con enzo en brazos que seguía con la pandereta. Pepa hacia Silvia: cariño verdad que en el agua no podemos meter la pandereta?– intentaba una nueva táctica. Silvia: pero si es de plástico?? Pepa poniendo cara de colabora: Sil?? Silvia se rió: vale, vale – salió de la cama – quien quiere darse un baño de espuma??. Pepa levantó la mano: yo, yo – enzo la imitó – entonces la pandereta tiene que quedarse un ratito aquí. En ambas esquinas Pepa y Silvia, enzo en el medio jugando con la espuma y con un montón de muñecos de goma. Pepa sujetaba a enzo por la cintura porque el niño quería estar de pie, Silvia mientras estaba entretenido le lavaba el pelo. Silvia: no crees que lo tiene muy largo??. Pepa: está muy mono con esos rizos que se le hacen al final, además estamos en invierno, cuando llegue el calor ya se lo cortaremos no??. Silvia asintió y se acercó más a enzo para quitarle el jabón con la ducha. Pepa alargó el brazo y le acarició la espalda. Silvia sonriendo: esa manita... Pepa: que?. Silvia: anda sal y te lo paso que ya se esta arrugando. Pepa así lo hizo, y mientras ella lo secaba Silvia le trajo ropa para que lo vistiera. Silvia: son todavía las 10, voy a planchar algo, le das de desayunar??. Pepa asintió. Silvia estaba acabando cuando entró Pepa en el salón detrás de enzo ya vestido y desayunado, llevaba una bandeja con zumo, unas tostadas y cafe, lo dejó todo sobre la mesita central, le puso dibujos al niño. Pepa se acercó a Silvia con un vaso de zumo en la mano, le ofreció y ella bebió un poco. Pepa dejó el vaso en la mesita, vió para Silvia, el pelo todavía mojado, llevaba simplemente un camisón de tiras negro, se sonrió ante una idea que se le pasó por la cabeza, se levantó y se puso detrás de ella. Silvia seguía planchando, Pepa le apartó un poco el pelo y la besó en la nuca y siguió dándole besos por el hombro derecho. Pepa: sabes que me pone mucho verte en plan ama de casa?? Silvia se rió: pero serás... Pepa puso una de sus manos en la cadera de Silvia, con la otra bajó una tira del camisón, le dio nuevos besos. Silvia sonriendo: paaaraaaa. Pepa: no puedo estas muy sexy. Enzo: que e sesi?? – el niño se había puesto de pie en el sofá y veía para ellas curioso. Pepa abrazó a Silvia por la cintura mientras ambas reían: a que mamá es guapa?? Enzo: zi. Pepa: pues además de guapa es sexy. Enzo: sesi – repitió el niño y se bajó nuevamente para seguir viendo los dibujos. Pepa apoyó su cabeza en la de Silvia: te has librado por el niño.. Silvia se dio la vuelta, la besó: anda vamos a desayunar que en nada vendrá Mariano. Después de desayunar se quedaron un rato en el sofá. Enzo jugaba con Pepa. A las 12 en punto llamaron al timbre. Pepa: será Papa Noel?? - el niño se puso tenso – vamos – lo cogió en brazos y se lo llevó a la entrada, le dio al telefonillo y puso a enzo en el suelo, Van Gogh se acercó también a la puerta. Silvia estaba detrás de todos ellos. Apareció Mariano con todo el equipo, el traje, la barba y una gran bolsa. Mariano/Papa Noel: Jou, Jou, Jou, Feliz Navidad!!. Entonces la reacción de enzo no fue la esperada, comenzó a hacer pucheros a punto de llorar, se echó para atrás y se agarró a las piernas de Silvia. Pepa: enzo cariño, pero si es Papa Noel. Mariano/Papa Noel: enzo no quiere sus regalos??, Jou, Jou, Jou. Los pucheros se convirtieron en una auténtica llorera, Silvia cogió a su hijo en brazos y Van Gogh le ladró a Mariano como increpándole que hiciera llorar al niño. Pepa: va a ser que no, calla Van. Mariano contrariado: que hago??. Pepa: anda quítate la barba, que vea que eres tú. Mariano lo hizo: pero si soy yo Mariano – acercándose al niño. Enzo: malo. Silvia: enzo cariño, si es el tito – le quitó el gorro con la peluca – ves??. Enzo paraba poco a poco de llorar al reconocer a Mariano: tito tonto. Mariano haciéndose el triste: no quieres al tito? – levantó las manos para que fuese con él – vengo con muchos regalos. Enzo se fue a sus brazos. Pepa: anda que – le dio un beso en la cabeza a enzo – venga vamos a ver que regalos trae el tito. Comieron nuevamente todos en casa de Lola y Paco, en la sobremesa enzo jugaba con Lucas, Paco y los demás con algunos de los juguetes que le había llevado Mariano, sonó un móvil. Silvia que estaba en la cocina con Lola: Pepa!! es el tuyo. Pepa se levantó a por él, vio quién llamaba, descolgó alegre: hola Raúl, os iba a llamar yo aho.. - se quedó callada y su cara se fue desencajando. Silvia y Lola notaron el cambio, pidieron silencio a los demás que estaban haciendo un alboroto increíble. Por las mejillas de Pepa empezaron a correr las lágrimas, salió fuera, Silvia detrás. Pepa se apoyó en la barandilla, con esfuerzo: cuando ha sido?? – escuchó – donde está? – escuchó, Silvia se había abrazado a Pepa por detrás – gracias por llamar Cris... Silvia sabía que Cris era hermana de Lucía. Colgó, bajó la cabeza y ya no reprimió el llanto. Pepa: se ha muerto esta noche..- Silvia continúo abrazada a Pepa, ella también empezaba a llorar. La muerte está presente en nuestras vidas a diario, nos la recuerdan los periódicos en forma de esquelas y las noticias de los telediarios cuando se produce un accidente o alguna desgracia natural. A veces son lejanas y otras dentro de tu propio círculo de amigos o familiares. Tampoco hace diferencias de edad y se producen en todas las épocas del año. Pero hoy era Navidad, hoy todos los niños tendrían que estar alegres abriendo sus regalos o simplemente disfrutando con sus padres del ambiente Navideño. Pepa y Silvia llegaron al Tanatorio de la M30 apenas una hora después de la llamada de Cris, que estaba en la entrada recibiendo a la gente.Se abrazaron a ella, les contó algunos detalles más, las niñas estaban con sus abuelos, Raúl dentro. Pepa y Silvia habían hablado con ellos hacía apenas 2 días desde Lanzarote y tenían pensado quedar al día siguiente de Navidad, Lucía estaba débil, pero nada hacía presagiar el fatal desenlace. Se encontraron a un Raúl vacío, perdido y desconsolado, Pepa y Silvia que iban agarradas de la manos se soltaron y se abrazaron a él, lloraron juntos. La ceremonia fue sencilla, Cris leyó una carta de su hermana Lucía, se despedía de todos y les recordaba que debían ser felices, porque la vida aunque tenía ese triste final, estaba llena de grandes momentos que debían ser vividos. Por último parafraseó a Víctor Jara “ la vida es eterna en 5 minutos “. Ya de noche volvieron en silencio para casa, enzo se quedaba con Lola y Paco. Pepa estaba echa polvo, había estado 15 días en el paraíso, creyendo firmemente que su vida tenía nuevamente un futuro, y ahora se topaba con la cruel realidad de la muerte de una luchadora, de una amiga. Ya en la cama buscó consuelo en los labios de Silvia, en sus caricias. Pepa: te quiero tanto... Silvia: yo también.. Hicieron el amor con la intensidad que provoca el temor de que pueda ser la última vez. Pepa se despertó, “ por que no “, sin hacer ruido salió de la cama. Paco medio dormido escuchaba lo que Pepa le decía: Como?. Pepa: venga Paco, despierta a Lola, en una hora pasamos a por enzo. Después llamó a Sara, está a pesar de la hora estuvo más receptiva. Volvió a la habitación, se echó encima de Silvia. Pepa: pelirroja, despierta. Silvia soñolienta: umm, que hora es??. Pepa: las 7 – Silvia apenas abrió un ojo – arriba, nos vamos a la nieve!. Silvia: que?. Pepa la levantó. Silvia: Pepa! – se la llevó en peso a la ducha. Pepa abrió el agua: tu, enzo, yo, un trineo y montañas de nieve. Silvia: loca – la besó – estas loca. Pepa: mucho, loca por tí. Se fue a por sus labios, a Paco le había dicho en una hora, se iban a retrasar un poquito. Mariano: pero cuando llegamos? Lucas: joder!, eres peor que un crío, no llevamos ni una hora, mira a enzo. Mariano: claro va dormido, él ha desayunado, pero a mí no me ha dado tiempo. Pepa viendo un cartel de Navacerrada: Lucas izquierda, ya casi estamos pesadooo. Apenas una hora después estaban, desayunados, equipados y en una pista de entrenamiento, ninguno sabía esquiar por lo que no tenía demasiado sentido hacer los remontes hasta las pistas profesionales. Lucas no se aguantó más y le lanzó una bola de nieve a Mariano que le dió en toda la cabeza: tocado!. Mariano: la madre que te parió – agachándose – ahora verás. Empezaron una guerra de bolas. Pepa: cuidado con enzo. Mariano: no cuela – lanzándole una – no querías nieve??. Enzo se reía mientras Silvia y Sara que se intentaban proteger en el trineo recibían también alguna que otra bola. Después de un rato corriendo de un lado para otro, y de jugar con enzo en el trineo se dejaron caer sobre el blanco elemento agotados. Mariano: dios! Que hambre me está entrando.. Lucas: que raro que tú tengas hambre. Pepa: pelirroja, tú y yo no nos hemos montado juntas en el trineo. Sara: nos llevamos a enzo y vamos cogiendo una mesa para comer. Silvia: vale – viendo a Pepa que le hacía el gesto de invitarla a subir al trineo - pero si no aparecemos en media hora nos venís a buscar a la enfermería, que seguro que estamos allí con alguna pierna rota. Pepa como ofendida: que poquita confianza. Silvia sonriendo: ninguna.. Se quedaron solas. Pepa: vamos a aquella zona que tiene más caída. Silvia: segura?. Pepa tiró de ella: si, anda, pero serás miedica.. Silvia: aprecio mucho mis huesos. Pepa llegó a una zona que le gustó, a partir de ahí se iniciaba una inclinación no demasiado pronunciada. Pepa: sube guapa. Silvia se puso detrás de ella y Pepa impulsó el trineo, la nieve en aquella zona estaba bastante intacta y tenía más la consistencia de una placa de hielo por lo que de repente en pocos metros cogió velocidad. Silvia: páralo que nos vamos a matar. Al final Pepa tuvo que utilizar los frenos y acabaron desviándose hacia una zona de montículos. Se cayeron del trineo y recorriendo unos metros resbalando con el culo. Se quedaron tiradas en la nieve. Pepa levantó ligeramente la cabeza y vio para Silvia, la cara que tenía le hizo tanta gracia que se puso a reir. Silvia se acercó y se echó sobre ella: no te rías que casi nos matamos. Pepa no paraba: ay que dolor de culo.. –la abrazó y ambas acabaron riéndose juntas. Decidieron quedarse a dormir, ir a las pistas nuevamente al día siguiente y volver por la tarde a Madrid, había mucho ambiente en la estación, montones de personas de un lado para otro, mucha vida y alegría, y eso era lo que Pepa estaba buscando. Los días siguientes mientras Silvia estaba de mañana en la comisaría Pepa se llevaba a enzo a pasear y ver las luces de Navidad, cada día tocaba un sitio, empezaron por el barrio, que si la plaza del rey, la plaza vazquez de mella, luego siguieron por la gran vía, puerta del sol, la plaza mayor, el palacio real.. En uno de esos paseos llamó a Raquel. Raquel: que tal??. Pepa: muy bien, al final que habéis decidido??. Raquel: Mar ha podido cambiar una guardia, con lo cual estaremos ahí el 31, el 2 nos volvemos para Vigo. Pepa: genial!, a que hora el vuelo?. Raquel: media tarde, tenemos turno de mañana las 2, avisa a Lola que llevo marisco. Fin de año. Lola organizó la cena en los cachis, entre familia, amigos e invitados como Mar y Raquel eran más de 16 personas. Raquel dejó las cajas en la cocina. Lola al abrirlo vio que las centollas y los camarones estaban todavía vivos: pero chiquilla y no te han dicho nada?? Raquel: un picoleto hizo intención de confiscarme la mercancía, no va el tío memo e insinúa que siendo de Vigo y viniendo con cajas del puerto que eso era droga fijo. Mar: tenías que ver la cara que se le quedó cuando Reich le enseñó la placa. Se acercaba la hora de las uvas, enzo ya se había dormido, Pepa había desaparecido hacía casi media hora, Silvia fue en su busca. Se la encontró saliendo del baño y yendo hacia la cocina. Silvia: Pepa??, que van a dar las uvas.. Pepa salió nuevamente de la cocina con 2 bolsas de uvas: vamos – pero no fue hacia la mesa, sino que de nuevo hizo el camino hacia el baño. Silvia: pero... Se calló, el baño estaba todo decorado, cintas de colores, bolas, spray en los espejos y por el suelo un montón de algo que imitaba a la nieve, había una radio encendida, se escuchaba al locutor diciendo que en breve sonarían los cuartos. Pepa cerró la puerta: me apetecía tomar las uvas contigo a solas. Se besaron, hizo que Silvia se sentase en el lavabo y se puso entre sus piernas, sonaron los cuartos, Pepa se puso una uva en la boca y beso a Silvia que la atrapó. Silvia después de masticar: vamos a tardar un poco en tomarlas. Pepa: que más da – metiéndose otra uva en la boca. Silvia: se van a dar cuenta de que no estamos. Pepa: que va.. Silvia después de otros 2 besos: en este no había uva. Las manos de Pepa se habían instalado en la cintura de Silvia: ah no.. Silvia sonriendo: no. Las campanadas seguían sonando.. Pepa: prefiero hacer otra cosa – la besó más intensamente – que seguir comiendo uvas, deslizó su mano por debajo del vestido de Silvia. Lola cuando volvieron: os habéis perdido las uvas. Lucas que ya estaba un poco entonado: seguro que estaban cumpliendo con otra tradición, verdad Pepa?. Silvia se puso colorada pero Pepa se hizo la loca: no sé de que me hablas... - hacia Raquel y para cambiar de tema – salimos no??. Sara: nosotros nos apuntamos!. Lola: pero mañana se come a las 3 eh??. Mariano: yo me encargo de hacerlos volver a una hora decente. La hora indecente se alargó hasta las 10 de la mañana, después de tomar el chocolate con churros sentados en un parque de camino a casa y a pesar de que Pepa insistía en seguir de marcha. La hora de la comida. Menos Mariano, los demás apenas probaban bocado, algunos más dormidos que otros y Pepa igual de eufórica que hacía unas horas. Raquel a Silvia: le ha cambiado el metabolismo o que??. Silvia: lleva así de hiperactiva desde hace una semana. Mar: yo estoy acostumbrada a dormir pocas horas, sobre todo por las guardias, pero es que no ha parado de bailar en toda la noche y mírala. Raquel: si no fuera por que la conozco creería que se está metiendo algo. Pero Pepa no bajó el ritmo, ni a la semana siguiente ni a la siguiente, seguía igual de vitalista, queriendo hacer miles de cosas, y como todavía no podía incorporarse al trabajo, pues tiempo era lo que más le sobraba. Los viernes o sábados por la noche a veces salían a cenar con Lucas y Sara y se iban de copas, ni cuando no tenían a enzo habían salido tanto, pero es que Pepa apenas quería quedarse en casa. Comenzó nuevamente a ir al gimnasio para adquirir el tono necesario para volver a su puesto y desempolvó la moto. Silvia llegó a casa, había tenido un día especialmente tonto, una agitadora se había estropeado y tuvo que repetir unas pruebas, después llegaron 2 autopsias de un incendio, por lo que los cuerpos estaban en muy malas condiciones. En cuanto puso un pie en la entrada, escuchó la voz de Pepa: llegamos tarde Sil.. Silvia se acordó, Mar y Raquel estaban en Madrid, estaba muy cansada. Silvia llegando a donde estaba Pepa: cariño no me apetece nada salir... Pepa que estaba con enzo en su cuarto: ostias Sil, que han hecho reserva en Zalacaín. Silvia: estoy echa polvo.. Pepa la vio contrariada: pues no sé.. Estaba claro que Pepa quería ir. Silvia: ve tú, no se van hasta mañana por la tarde no? - Pepa asintió – pues que vengan a comer a casa. Pepa: segura??. Silvia: si, ya llamo a Lola para decirle que no le llevo a enzo. Cuando Raquel vio llegar a Pepa sola se extrañó, y su extrañeza fue en aumento a medida que avanzó la noche. Después estuvieron en chueca recorriendo algún que otro local, Pepa no tenía prisa por volver a casa. Al día siguiente cuando acabaron de comer Pepa propuso un paseo, tenía que sacar a Van Gogh. Mientras ella jugaba con enzo acompañada de Mar. Raquel: no tienes nada que contarme..? -Silvia puso una mueca – te doy una pista – hizo un gesto con la cabeza indicando a Pepa – es la primera vez que viene sin tí. Silvia negó: ya ha salido con Sara y Lucas en otras ocasiones. Fue Raquel entonces la que se quedó con cara de asombro. Silvia: normalmente si me toca alguna guardia en viernes o sábado. Raquel: no me jodas... que ha vuelto a la adolescencia..?? Silvia con una media sonrisa: algo así – se recostó en el banco – al principio no me di cuenta pero desde que murió Lucia no para de hacer cosas, y si son nuevas mejor. Durante el mes siguiente empezaron las discusiones, Silvia no quiso seguir saliendo, por lo menos tan a menudo y Pepa de vez en cuando se iba con Sara y Lucas o con la gente del gimnasio, enzo pasaba más tiempo en la guardería o con Lola que con Pepa, a veces Silvia llegaba a casa bien entrada la madrugada después de una guardia y Pepa había salido. Al principio Pepa aceptaba las críticas. Pepa: vale, vale, lo siento, pero es que cuando no estas y enzo se queda dormido se me viene la casa encima.. Pero después ya no era tan receptiva. Pepa: no estoy haciendo nada malo, joder, simplemente me relaciono. Pero no era del todo cierto, una noche salieron por Chueca con Sara y Lucas y Silvia pudo comprobar como Pepa se había vuelto muy popular. En los locales la conocían, la llamaban por su nombre, sabían lo que bebía. Al llegar a casa Silvia estaba muy mosqueada, Pepa no, Pepa volvía en una nube, porque ser el centro de atención, la reina de la fiesta, le daba un subidón difícil del que bajar. Pepa además seguía estando especialmente cariñosa. Silvia: no me apetece.. Pepa contrariada: porque que te pasa??. Silvia: lo de esta noche es habitual no??. Pepa: no sé de que me hablas. Silvia: venga Pepa, todas van detrás de ti. Pepa: todas saben que estoy casada, porque se lo he dicho yo. Silvia se rió: y eso que más da, si las tienes babeando a tu lado. Pepa: yo solo me he fijado en ti. Silvia: jaja, si estabas encantada, presumías de llevar a tu mujer del brazo?, o de que eras más inaccesible que de costumbre..? Pepa: estas sacando las cosas de quicio. Silvia: no quiero que vuelvas a salir por la noches sino voy yo. Pepa: que?? – en tono de broma - me vas a prohibir ir también al gimnasio?? Silvia: si pasas más tiempo del necesario allí si, tienes un hijo, se acabó dejárselo a mi hermana. Pepa: me estas diciendo que me desentiendo de nuestro hijo?. Silvia: empiezo a pensarlo, sí. Pepa: esto es lo ostia. Silvia: no me des motivos. Pepa subió el tono: que quieres?, que me quede en casa esperando a que vuelvas?, haciendo que?. Silvia: nuestro hijo ya no te entretiene?. Pepa acusó el comentario: nuestro hijo se acuesta a las 9 como muy tarde y tú muchos días llegas pasadas la medianoche o no vuelves hasta el día siguiente. Silvia: estoy trabajando, no de copas. A Pepa le volvió a doler: no hago nada malo.. Silvia: no eres una adolescente, tienes otras responsabilidades, cuando vuelvas a trabajar que harás seguir con este ritmo??. Pepa se estaba agobiando por momentos: ya hemos trabajado las 2 y cuidado de nuestro hijo sin problema. Silvia: si pero antes no eras la reina de la disco. Pepa: déjalo ya vale?. Silvia: vale lo dejo, me voy para cama.. Pepa se quedó sola en el salón, se fue a la terraza, necesitaba aire, no entendía porque Silvia se lo había tomado de esa forma, ella no hacia nada malo, no lo hacía... Durante los días siguientes el clima entre ellas 2 no mejoraba, y eso que Pepa en un principio acató a pies juntillas todo cuanto le dijo Silvia, dejó de salir, en el gimnasio sólo pasaba el tiempo necesario para ir cubriendo etapas en su recuperación física y se centró nuevamente en enzo. Pero Silvia había perdido ligeramente la confianza en ella y por eso estaba a la defensiva, no quería perdonar, perdonar no era la palabra adecuada, más bien ceder, no quería ceder ante un problema que podría hacerse mayor. Llegaron los carnavales, y con ellos muchas fiestas. Pepa seguía teniendo la sensación de que Silvia la controlaba, la marcaba de cerca por lo que rechazó las invitaciones que le fueron llegando. Silvia por su parte se sentía cada vez más insignificante en su vida, habían dejado de hablar de las cosas diarias, Pepa apenas le preguntaba por el trabajo, y sobre todo Pepa no le contaba nada, en silencio se mantenía gran parte del tiempo, cuando Silvia la veía a los ojos creía ver que Pepa pensaba en otra cosa, que tenía la mente lejos de ella. Esas carencias en la convivencia también tenían consecuencia en la cama, apenas tenían relaciones, y cuando las tenían parecía solo sexo, parecía que solo calmaban un deseo físico. Mañana. Pepa se iba del gimnasio cuando se le acercaron unas amigas para insistir que fuera a la fiesta de esa noche, Silvia estaba en casa en esos momentos pues tenía turno de tardenoche, Pepa les dijo nuevamente que no. Cuando Pepa llegó Silvia todavía no había comido y enzo tampoco. Silvia a modo de disculpa: me he liado con unos informes. Pepa: tranquila, he llegado más temprano de lo normal, tú acaba si quieres, ya le doy yo y preparo algo para nosotras. Mientras Silvia seguía en el salón con sus papeles, escuchaba como Pepa y enzo hablaban, se le puso un nudo de dolor en el estómago, la quería tanto y sin embargo la sentía tan lejos.. Tarde. Se fue a trabajar y Pepa se quedó sola, enzo dormía la siesta. Cuando uno tiene demasiado tiempo para pensar y ahondar en lo que siente, y sobre todo cuando uno esta solo o más bien cree estarlo, normalmente llega a conclusiones que están viciadas por ese mal planteamiento. Pepa se vio nuevamente encerrada en una jaula de cristal, desperdiciando segundos, minutos, horas de su vida, había dicho que no a muchas cosas en las últimas semanas, porque Silvia se lo había exigido. Cuando enzo se despertó se fueron al parque en compañía de Van Gogh. Pero una y otra vez nuevos pensamientos volvían a Pepa, “ porque tengo que aceptar que me prohíba hacer cosas? ”, Silvia hacía su vida sin que Pepa le pusiese ningún freno, pero ellas no eran iguales, y por tanto no tenían las misma necesidades. Alargó el paseo pues se acercaron hasta donde se preparaban las carrozas para salir en cabalgata, pero aún así a las 20:30 entraba por la puerta de casa, bañó a enzo y le dió la cena, y ya no aguantó más al demonio que tenía apoyado en su hombro izquierdo comiéndole la oreja. Noche. Silvia estaba en el laboratorio cuando entró un compañero. Compañero: necesito un favor. Silvia: dime. Compañero: mañana tengo un compromiso con mis suegros y si me vuelvo a escaquear mi mujer me mata. Silvia: mañana no tengo que venir. Compañero: yo acabo a las 22:00 – eran las 21:35 - pero si me dejas hacerte esta guardia, mañana también libro y me hace el día Juanjo, te cambio la próxima guardia cuando quieras, estoy desesperado. Silvia pensó que podría darle una sorpresa a Pepa y salir a cenar y dar una vuelta: vale, todo tuyo, en el cajetín tienes las tareas. No la llamó. Pepa le pidió a Lola que se quedase con el niño, Lola no le hizo preguntas, Silvia había hablado con ella y creyó que su hermana había hablado con Pepa y por eso le dejaban el niño, Lola sabía por su hermana que las cosas no iban muy bien, que decidiesen pasar una noche a solas era buena señal, de mil amores se quedó con su sobrino. Pepa hizo unas llamadas y se fue a la fiesta que había organizado la gente del gimnasio. Silvia llegó a casa, eran apenas las 22:30, no encontró a Pepa ni a enzo, decidió esperar un poco, quizás había ido con él a ver la cabalgata y se había entretenido. Sobre las 23 llamó a Pepa, el móvil le dio fuera de cobertura, entonces llamó a Paco. Silvia: como que enzo está ahí?. Paco: si, Pepa lo trajo sobre las 22:00 horas, Lola me ha dicho que os ibais de cena. Silvia: tu hermana no está en casa y no me coge el móvil. Paco se quedó sin habla. Silvia: voy a por enzo. Cuando llegó a casa de Lola, está viendo que no había cenado la convenció para que se tomase algo con ellos. Lola: seguro que Pepa vuelve enseguida y ya os vais los 3 para casa. Si, era un intento desesperado por ganar tiempo a que Pepa apareciese. Pero Pepa no dio señales, al final Silvia se quedó en casa de Lola y Paco a dormir. 7 am. Pepa entraba por la puerta, se encontró a Van en el pasillo, tumbado, esperando. Un pos-it pegado en el cristal de la entrada con la letra de Silvia le informaba que había ido a buscar a enzo a casa de Lola, ponía la hora 23:00, y ahora, ahora eran las 7 am, se sacó el móvil del bolsillo, apagado, se había quedado sin batería. Silvia no había vuelto, salió de casa nuevamente. Pepa llegó en apenas 20 minutos a casa de Lola, llamó a la puerta, no le contestaban y siguió llamando. Abrió Don Lorenzo. Pepa quiso entrar. Don Lorenzo se lo impidió: espera, espera, vas a despertar a todos. Pepa: quiero hablar con Silvia. Don Lorenzo: tú te has visto??. Pepa se apoyo en la barandilla, estaba temblando, no se drogaba, nunca lo había hecho, ni siquiera había bebido esa noche, pero pensar en perder a Silvia y a enzo le estaba provocando auténtico terror y parecía un yonqui en pleno mono: Don Lorenzo por favor.. Don Lorenzo: mejor déjala dormir, ya mañana... Apareció Paco: Pepa.. por dios. Pepa: Paco - se abrazó a él. Paco consoló como pudo a su hermana: Pepa vete para casa – viendo para Don Lorenzo – hablaremos con Silvia cuando se despierte y te llamamos. Pepa se limpiaba las lágrimas, había cometido un error, no, habían sido muchos, tenía que hacerles caso, en ese estado no podía hablar con Silvia, seguramente lo único que conseguiría sería empeorarlo más. Volvió a casa, y de golpe notó un tremendo vacío, marcó un número. Raquel casi al momento: que pasa?? Pepa apenas podía hablar: Reich.. rei.. se... ha... ido.. Raquel: Pepa que te pasa?. Pepa seguía intentando meter aire en sus pulmones. Raquel a Mar que se había despertado con la llamada: no sé que quiere decirme?, le falta el aire. Mar cogió el móvil, y con la voz serena y segura de un facultativo habló: Pepa.. escúchame...escucha mi voz...concéntrate en lo que te voy a decir....te estas hiperventilando.... respira despacio... despacio.....estas teniendo un ataque de ansiedad... respira despacio.. despacio.. Pepa al otro lado de la línea, fue recobrando la compostura, todo lo que había empezado a moverse a su alrededor esta nuevamente quieto. Mar le pasó el móvil a Raquel. Raquel: que ha pasado?. Pepa: Silvia se ha ido de casa, voy...voy a perderla... Raquel: Pepa cálmate, puede que se haya enfadado, eso seguro, pero no te va a dejar por eso. Pepa: llevo casi un mes ignorándola.... sin preocuparme de ella...sin.. Raquel: te estas escuchando??. Pepa: no te entiendo Ra. Raquel: quizás hayas estado perdida durante un tiempo, pero quieres a tu mujer, sino no estarías como estás, ni dirías lo que dices – pausa – has hecho algo más?. Pepa: no la he engañado si eso es lo que preguntas. Raquel: ella lo verá en tus ojos Pepa, verá si eres sincera o no. Pepa: pero y si no quiere hablar conmigo y si.. Raquel: cariño, tú has provocado esta situación, ahora debes dejar que ella.. Pepa: dios!! si me dice que me deja, me muero... Raquel segura: no va a hacer eso, pero tienes que volver a ser como antes – pausa - no verla hoy en casa ha hecho que te des cuenta de lo que realmente te importa y quieres en tu vida. Pepa: creí estar encerrada Ra..., creí que malgastaba mi vida., creí... Raquel no quería que siguiese por ese camino: escúchame – esperando – vete a dormir, descansa y espera a que Silvia quiera hablar contigo. Pepa quiso insistir: y si.. Raquel: si mañana te pide tiempo se lo das. Pepa: no.. Raquel sinceramente: la has cagado Pepa, mucho, así que te jodes y haces todo lo que ella te pida. Pepa guardó silencio. Raquel repitió: lo que te pida, y sobre todo escuchas lo que tenga que decirte, estamos?. Pepa respondió al fin: si. Al día siguiente. Silvia había escuchado el revuelo que montó Pepa de madrugada pero no quiso salir, seguro que las cosas se habrían desmadrado y no le apetecía tener delante a su padre, hermana, etc. De todas formas por la mañana todos hablaron con ella o por lo menos lo intentaron. Ninguno pretendía defender la actitud de Pepa, pero sí de alguna manera buscaban la comprensión de Silvia. Silvia llamó a Raquel. Silvia: has hablado con ella?. Raquel: me llamó hace unas horas. Silvia se quedó callada de repente no supo porque había llamado a Raquel. Raquel: quieres mi sincera opinión?. Si, por eso había llamado, quería escuchar a alguien que podía ser totalmente imparcial. Silvia: la necesito, si. Raquel: te quiere con toda el alma, pero tiene que volver a su vida antes del cáncer, se siente como un animal enjaulado. Silvia: a mí me ha hecho sentir como si no existiese o no fuera importante para ella. Raquel preguntó: la sigues queriendo? Silvia: quiero a la mujer con la que me casé, me ha decepcionado mucho. Raquel: sabes que te seguiría al fin del mundo si se lo pidieses. Silvia necesitaba para hablar con Pepa un terreno neutral e ir hasta casa no lo era, por lo que le pidió a Lola su casa. Cuando Pepa entró, Silvia esperaba sentada en la cocina, verla llegar demacrada, nerviosa, con la mirada triste, hizo que se le rompiese el alma, pero si querían arreglar su relación una de las 2 tenía que llevar el timón. Pepa en cuanto se sentó: lo siento.. Silvia no la dejó seguir: sé que lo sientes Pepa, pero no podemos seguir así. Pepa calló. Silvia: me has hecho daño, y no te dabas cuenta, o peor, parecía que no te importaba, y yo no puedo estar con alguien que me quiera tan poco. Pepa habló temerosa: te quiero con locura, te quiero tanto a ti y a enzo que me duele, que me agobio, que me quita el aliento, solo pensar que os pueda pasar algo. Silvia: no puedes vivir con miedo, a lo mejor mañana me atropella un coche. Pepa: no digas eso. Silvia: si lo digo, tienes que olvidarte de lo que pueda pasarnos, y preocuparte solo de ser feliz y hacernos felices – dejó que Pepa pensase un poco en eso. Pepa: de acuerdo, vamos a cas.. Silvia: me voy a quedar unos días aquí. Pepa encajó como pudo la noticia: por favor Silvia... Silvia: necesito tiempo... Pepa recordando lo que Raquel le había dicho: vale, vale, pero vuelve a casa - Silvia iba a protestar - me quedo yo aquí, sola me volveré loca.. Pepa contenía como podía el llanto, solo de pensar en una separación aunque fuese temporal la aterraba, pero era lo que Silvia le había pedido. Volvieron a casa juntas y Pepa mientras conducía notaba una tremenda distancia entre ellas, recogió algo de ropa, se despidió de enzo. Silvia la acompañó hasta la puerta. Pepa vaciló al llegar el momento de abrir, soltó la maleta y abrazó a Silvia: lo siento mucho – la apretó más contra sí - pero lo voy a arreglar, conseguiré que me quieras como antes y que vuelvas a confiar en mí. Los primeros 2 días Pepa andaba realmente desubicada en casa de Paco , y eso que todos intentaban hacerle de alguna forma la estancia más llevadera. Se limitaba a recoger de la guardería a enzo o quedarse con él cuando Silvia trabajaba. Al llegar a la corrala, después de dejarle el niño a Silvia, y cuando subía por las escalera la abordó Don Lorenzo. Don Lorenzo: vamos. Pepa: a donde?. No obtuvo respuesta de su suegro. 2 horas después y ya de noche, estaban en Avila, más concretamente en la academia de policía y concretando todavía más en una zona de entrenamiento. Pepa: me va a explicar que hacemos aquí?. Don Lorenzo que llevaba una bolsa la puso en el suelo: toma tu arma. Pepa: pero...?. Don Lorenzo: me voy a los controles – en referencia a la cabina que accionaba los controles de todo aquello y la dejó allí en la semioscuridad, con su arma y varios cargadores de repuesto. En apenas un minuto se escuchó la voz de Don Lorenzo por un altavoz. Don Lorenzo: comenzamos, tienes que encontrar y liberar al rehén. Ni una explicación más. Pepa estaba en el centro de una supuesta calle, a ambos lados casas. Y comenzó el juego, se abrió una ventana y Pepa sin dudarlo disparó, le voló la cabeza a uno de los malos, pero de otro lado comenzaron a disparar, balas de pintura por supuesto, se introdujo en la casa por donde había abatido al muñeco. Casi una hora después acababa el ejercicio, salía con un muñeco en forma de niño, una ceja partida resultado de haberse dado con un mueble, y con un importante subidón de adrenalina. Don Lorenzo al verla llegar dijo: bien, y ahora cuando vas a dejar de hacer el memo y te reincorporas al trabajo?. Pepa no supo si reírse o enfadarse con su suegro, para eso la había llevado hasta allí?: ese no es mi mayor problema ahora mismo. Don Lorenzo: para solucionar un problema hay que tener actitud – se quedó viendo como Pepa recuperaba todavía el aliento del ejercicio - ahora ya la tienes –era cierto, se mantenía erguida a pesar del golpe en la cara, de estar sudando a mares y casi sin respiración - volvemos a Madrid. Cuando llegaron a casa de Lola eran casi las 3 de la mañana. Lola en cuanto vio la brecha: Ay! Dios mío!! Pero donde habéis estado??. Paco: Don Lorenzo estábamos subiéndonos por las paredes de la preocupación, Pepa estás bien?. Pepa sonriendo: solo es un arañazo, pero porque os alarmáis?, acaso no podemos mi suegro y yo irnos por ahí de copas? – pasando el brazo por encima de los hombros de Don Lorenzo – a que sí Don Lorenzo. Don Lorenzo: por supuesto – y sin más viendo para Lola – queda algo de cena, venimos caninos verdad Pepa?. Pepa imitando a su suegro y sentándose a la mesa de la cocina: verdad. Tanto Paco como Lola se quedaron viendo para ambos.. Silvia llegaba a la guardería de enzo para una reunión de madres y padres, les habían citado para informarles sobre las medidas adoptadas en el centro contra la gripe A, le mandó un sms a Pepa para recordárselo, pero no estaba allí. Mientras esperaban a que llegase todo el mundo, estuvo hablando con otras madres cuyos hijos eran amigos de enzo, se acercó a recoger una bebida. La abordó la pija más tonta de todo el centro. Susana: hola Silvia que tal?. Silvia: bien Su.. Susana la cortó: no viene Pepa contigo?? – no la dejó nuevamente contestar – no os habréis separado no?, como últimamente no venís juntas a recoger o traer a enzo. Silvia alucinaba con la cotilla, y sobre todo le jodió que fuera tan evidente que algo pasaba entre ella y Pepa. Iba a contestarle indignada que no era asunto suyo, cuando notó que unas manos se posaban en sus caderas. Pepa había escuchado lo suficiente y Susana le caía igual de mal: hola cariño – desde atrás le dio un beso en el cuello, que le supo a gloria y la abrazó ligeramente – no llego tarde verdad?. Silvia hizo un ligero movimiento negativo con la cabeza, el gesto de Pepa abrazándola y besándola le provocó un vuelco en el estómago. Susana: hola Pepa, estábamos hablando de tí. Pepa: si, ya he escuchado tu preocupación, te informo que no venimos juntas porque he vuelto al trabajo. Susuna un poco descolocada: uy que bien.., que ya estés recuperada.. Pepa: si muy bien – cogió de la mano a Silvia – nos sentamos pelirroja. Mientras la directora del centro comenzaba la lectura. Silvia un poco alarmada: que te ha pasado en la ceja?. Pepa seria: tu padre.. Silvia: como?. Pepa sonriendo: no ha sido él directamente, pero ha tenido la culpa – no le contó los detalles del viajecito a Avila. Silvia: que es eso de que has vuelto al trabajo?. Pepa: estoy bien, he hablado con la doctora y me ha dado su ok, empiezo mañana. Silvia se quedó viendo para ella y se soltó de la mano que todavía sujetaba Pepa, esta no supo interpretar ese gesto o más bien no quiso preguntar con otras madres pegadas a ellas. Al salir. Pepa tanteó: estas molesta? Silvia reconoció: me lo podías haber dicho.. Pepa: quería que fuera una sorpresa, si la doctora me decía que no pues... Silvia le puso una mano en el brazo: déjalo, tienes razón..- había saltado sin necesidad, viendo el reloj – tengo que ir para comisaría.. Pepa guardaba la esperanza de irse a comer con ella para celebrarlo pero: luego llevo a enzo para casa. No hubo beso de despedida, Silvia subió al coche y Pepa se fue en la moto. En comisaría Montoya explicaba un nuevo caso. Montoya: en los últimos meses se han producido varios ataques a mujeres dentro del hospital Reina Sofía – revisando los papeles – sospechamos que el atacante trabaja en el edificio, la primera víctima fue una chica del servicio de limpieza y la tercera y última por ahora, una enfermera – viendo nuevamente la documentación – en todos los casos el modus operandi es el mismo, aprovecha que están en el interior de alguna oficina o cuarto, las narcotiza con Rohypnol y después abusa sexualmente de ellas, todo en apenas 15 minutos, las víctimas no hacen una declaración coherente de los hechos – viendo para Silvia - entendemos que por efecto de la droga. Silvia asiente. Hubo murmullos. Montoya levantó la vista: he pensado que Rita y Sara se infiltren en secretaría. Silvia: Gonzalo, no tendrán demasiada movilidad, que te parece si me buscas un puesto en laboratorio?. Montoya: de acuerdo – viendo para las chicas – lo que quiero de vosotras es que averigüéis todo lo que podáis del personal masculino, seguro que hay cotilleos, a lo mejor las chicas le han dicho que no al mismo tío. Pepa estaba en la terraza, jugaba con Van lanzándole la pelota, escuchó la puerta, al entrar en el salón recogió la chaqueta de cuero. Silvia al no ver a su hijo: hola, llego muy tarde??. Pepa: no enzo ha estado jugando en el parque con su amiguita Laura y con Van y se ha quedado rendido casi después del baño - había pensado comprar algo para cenar con Silvia, pero después recapacitó, quizás a ella no le apeteciese – me voy ya.. Cuando pasaba a su lado Silvia: me alegro de que te reincorpores mañana. Pepa: gracias, siento no habértelo dicho. Silvia: era una sorpresa.. – captó la tristeza de Pepa y entonces se dio cuenta – querías celebrarlo.. – las palabras se fueron apagando. Pepa la miró a los ojos: una cena con mi mujer hubiera estado bien... Silvia acarició la cara de Pepa: lo siento..no lo pensé.. no.. esto es difícil.. Pepa sujetó la mano que la acariciaba: lo sé, yo.. a veces no sé que puedo pedirte.. es difícil mantener las distancias.... Distancia física que se había acortado mientras hablaban, y distancia que se esfumó en cuanto Pepa cubrió los escasos centímetros que la separaban de la boca de Silvia. De su boca, de su lengua, de su cuerpo nuevamente entre sus brazos. Pepa: mi amor..- buscaba ya los botones del pantalón de Silvia. Esta luchaba con el deseo creciente y con la pasión que la voracidad de Pepa le estaba generando. Silvia: Pepaaa – tenía que parar ese sin sentido, consiguió sujetar la manos de su mujer – nos estamos dando un tiempo – acertó a decir. Pepa la volvió a besar: déjame volver a casa. Silvia mientras se besaban: sólo hace 2 días... Pepa otro beso: es evidente que no lo aguanto... Silvia: Pepa por favor...te pedí tiempo.. Pepa se medio paró: te quiero.. no puedo vivir sin ti. Silvia se separó un poco: si que puedes – más distancia - lo has hecho durante más de un mes. La magia del momento se desvaneció. Pepa reconoció en las palabras y el tono de voz de Silvia todo el dolor que le había causado: lo siento..intento volver.. Silvia la interrumpió: despacio Pepa – le acarició el pelo – tienes que dejar de correr, primero lejos de mí, y ahora en mi dirección, me vas a arrollar – se abrazó a Pepa – y entonces volveré contigo y no habremos solucionado nada. Pepa: soy un desastre.. Silvia: no lo eres... Se quedaron frente a frente. Pepa: me cuesta tenerte cerca y no poder tocarte.. Silvia: necesito sentirme así de deseada de nuevo..necesito escucharlo...verlo en tus ojos... Pepa pegó su frente a la de Silvia, suspiró: y ahora se supone que tengo que irme a casa a dormir?. Silvia: cuando llegues te das una ducha fría. Pepa: en cuanto vea a tu padre en batín me bajará la lívido. Silvia: anda pórtate bien.. Pepa se separó. Silvia se quedó apoyada en la pared viendo como se iba, antes de salir Pepa le hizo un guiño, y nuevas mariposas revolotearon por la barriga de Silvia. En cuanto Pepa puso un pie en la comisaría. Curtis y Kike fueron a su encuentro y le dieron un abrazo. Kike: estas estupenda.. Pepa: graci.. Don Lorenzo: Pepa!! a mi despacho!!. Curtis viendo el reloj: nuevo record, 35 segundos ha tardado en pegarte un grito. Pepa: si es que hay cosas que no cambian – les hizo un gesto con la mano indicando que subía – nos vemos chicos. Entró en el despacho de Don Lorenzo, también estaba Montoya. Don Lorenzo: siéntate Pepa. Montoya conectó en el ordenador una videoconferencia, a los pocos segundos aparecieron en pantalla Raquel y una persona más. Don Lorenzo: buenos días Raquel, Comisario Fontan le presento a 2 de mis colaboradores, el inspector Jefe Gonzalo Montoya y la inspectora Pepa Miranda. Fontan: buenos días Gonzalo, Pepa, si os parece entramos en materia cuanto antes. Durante media hora escucharon tanto a Fontan como a Raquel hablarles de una red de narcotráfico en la cual estaban implicados varios miembros de distintos cuerpos de seguridad del Estado. Por ahora no se había realizado ninguna detención pues la rama que operaba en Galicia no era para nada la cúpula del entramado, en cuanto tiraron del hilo que conducía a Madrid. Fontan: Raquel me ha recomendado que os pida ayuda a vosotros. Don Lorenzo: gracias por la confianza. Fontan: hay partidas de droga que llegan a puerto, cruzan las aduanas sin problema y acaban en alguna parte de Madrid para su distribución y posterior blanqueo de dinero. Montoya intervino: cuando hablamos de miembros de seguridad, a que nivel del escalafón estamos apuntando?. Raquel: los implicados en Vigo son de rango bajo y medio. Una vez finalizada la videoconferencia. Montoya: jefe este caso nos va a llevar meses de vigilancias, escuchas, y yo ahora mismo estoy con el caso del Hospital Reina Sofía. Pepa: que ha pasado en el hospital?. Montoya le hizo un breve resumen, incluyendo la participación de Silvia, Sara y Rita. Don Lorenzo: Pepa habla con Paco y que destine varios de sus hombres a las primeras tareas, hasta que no sepamos nombres y contactos no podremos preparar una infiltración. Pepa: he entendido bien a Raquel cuando ha dicho que formará parte del equipo?. Don Lorenzo: en cuanto podamos establecer conexiones entre Vigo y Madrid, ella entrará en la organización de allí y alguno de nosotros en la de aquí. Hospital Reina Sofía. La entrada de Rita y Sara se justificó como refuerzo al personal de citas y admisión en el caso de la primera, y como becaria en prácticas para la segunda, en cuanto a Silvia, sustituía una baja por maternidad. Decidieron coincidir a una determinada hora de poca afluencia en la cafetería, para de alguna forma establecer un nexo de unión y que no resultase raro a posteriori que las viesen juntas o charlando. Rita: pues yo no he conseguido gran cosa, entre la locura del teléfono y un ir y venir de aquí para allá he cotilleado poco. Silvia: Sara. Sara: yo he hablado con alguna enfermera de prácticas y están convencidas de que es alguien de dentro. Silvia: en laboratorio no dicen mucho tampoco. Rita: pues menudas investigadoras que estamos hechas. Sara: es nuestro primer día Rita. Silvia: si, no nos vamos a desanimar – le llegó un sms , era de Pepa “ puedo invitarte a comer? “, una ligera sonrisa se dibujó en su cara. Mientras volvía al laboratorio contestaba con un escueto si a la invitación, estar separada de Pepa le resultaba muy difícil, ella se había convertido en el centro de su vida, pero necesitaba que su historia de amor no se difuminase y acabase uniéndolas los papeles firmados, enzo o cualquier otra cosa que no fuera simplemente que se querían. Alex, uno de los chicos que se dedicaban a realizar análisis: nueva – captando la atención de Silvia – tienes con quien comer?. Silvia asintió: si, ya he quedado – consultado su reloj – de hecho me estarás esperando. Alex: te acompaño a la salida. Silvia: no hace.. Alex: aquí no dejamos a nuestras chicas solas desde que merodea un violador.. Este comentario dio pie a Silvia para indagar mientras iban de camino a las puertas principales. Cuando salían. Alex viendo hacia su izquierda: Guau! – casi babeando. Silvia supo por quién venía esa exclamación, antes incluso de girarse, al hacerlo, se encontró a Pepa apoyada en la moto, sujeta está por la pata de cabra, Pepa le dedicó una mirada y una amplia y seductora sonrisa al tiempo que la saludaba con un leve gesto de mano. La verdad es que en los 3 meses siguientes a la última sesión de quimio, Pepa había recuperado 5 de los 10 kilos que la enfermedad le había hecho perder, el pelo ya casi alcanzaba una media melenita, toda su belleza volvía a manifestarse y con ella su puntillo macarra. Alex recomponiéndose: ejem,, muy guapa tu amiga. Silvia entre la admiración de Alex y la mirada y sonrisa de Pepa se sintió especialmente envidiada y halagada y quiso disfrutar de esa sensación. Silvia: en realidad es mi mujer. Alex con cara de pasmo: te estas quedando conmigo. Silvia sonriendo: no que va, ven – cogiéndolo del brazo – te la voy a presentar. Al acercarse Pepa se levantó de la moto. Silvia: hola – sus manos se posaron en la cara de Pepa y se dieron un pico, al tiempo que Pepa posaba sus manos en las caderas de la pelirroja. Alex que veía la escena: sabéis que sois de portada de revista verdad?. Silvia se rió, Pepa se le quedó viendo: Alex te presento a mi mujer Pepa. Alex: encantado, y perdonar mi sinceridad pero hacéis una pareja increíble. Pepa con una sonrisa: gracias. Alex: bueno, yo ya me voy, nos vemos mañana. Silvia después de que se alejó: y enzo? Pepa viendo el reloj: nos da tiempo a recogerlo, pensaba que podíamos comer en el italiano que está allí al lado, la pasta te encanta. Silvia: vale. Pepa le estaba poniendo el casco a Silvia, y se la quedó viendo, seria dijo: me he encantado el beso que me has dado. Silvia sonrió: sigue sonriéndome y viéndome de esa manera y a lo mejor te ganas alguno más. Entonces fue Pepa quién sonrió. Enzo se alegró un montón al ver que sus 2 mamas venían a recogerlo. Entraron en el italiano. Camarero: o mis bellas clientas, cuanto tiempo sin verlas – haciéndoles una reverencia – pasen, pasen. Enzo que iba de la mano de Pepa se fue hacia Luca. Luca: mi picolo amigo – se dieron un abrazo – hoy comemos pasta o pizza?. Enzo: paguetti -al niño enrollar aquellos fideos largos le encantaba. Silvia: entonces Luca por favor tráenos el babero más grande que tengas. Enzo: no quero babero. Silvia: si no es para tí es para mami - agarrando a Pepa – que estará a tu lado mientras la salpicas con tomate. Enzo viendo para Pepa y negando con la cabeza: no zalpico mami. Pepa negando también mientras se agachaba: no enzo no zalpica.. – se acercó a su cara – un beso – se dieron un pico. Pepa ayudó siempre que enzo le dejaba a enrollar los spaguetti y acabaron de comer sin mancharse excesivamente, razonablemente limpios, sobre todo después de utilizar las toallitas húmedas para limpiar todo el tomate que tenía enzo por la cara, salieron a la calle. Pepa preguntó: damos un paseo?. Silvia: no tienes que ir a comisaría?. Pepa: la incorporación me la estoy tomando con calma – levantó las cejas – además tu padre no para de darme papeleo. Silvia: ah con lo cual es una excusa para evitarte ese engorro. Pepa incómoda: no de verdad, me... Silvia la agarró por el brazo: era bromaaa, no estés a la defensiva. Pepa le pasó la mano por la cintura: vale pues paso al ataque – la besó con intensidad, pero la calle no era el mejor lugar para dar rienda suelta al deseo. Además enzo reclamaba atención. Silvia la separó: descarada – viendo para enzo – la mano, si. El niño se puso en medio, sin embargo Pepa seguía viendo para ella con hambre y no de comida estaba claro. Silvia: paraaa. Pepa: de que?? Silvia: de verme de esa manera. Pepa: no te gusta??. Aprovechó que enzo le decía algo para no contestar, llegaron a un parque infantil, al principio y como siempre sucedía enzo pedía a Pepa que estuviera con él y le ayudase a subir y bajar, pasados unos minutos y ya con confianza iba sólo. Pepa fue hacia el banco donde estaba Silvia, se sentó, a los pocos segundos: no has respondido a mi pregunta. Silvia la vio directamente a los ojos: necesitas que responda?. Pepa sonriendo: creo que no – le puso una mano en la pierna, el contacto con Silvia volvía a estar cargado de electricidad – te echo de menos – se había puesto seria de repente. Silvia posó su mano sobre la suya: has pensado que te ata a mí?. Llevaba dándole vueltas al tema desde hacia días, y necesitaba respuesta a esa pregunta, la reacción de Pepa también era importante. No se sorprendió, no desvió la mirada, no pareció buscar palabras o argumentos. Pepa: no hay cuerda que me ate, ni física ni figurada – sujetó la mano de Silvia con las suyas - siempre he ido hacia ti de forma irremediable, mis ojos te buscan constantemente, mi corazón sincronizó el ritmo del tuyo hace años cuando te besé por primera vez – bajó ligeramente la cabeza – no quise ignorarte, no quise echarte de mi vida – volvió a levantar la cabeza –me he dado cuenta de que puedo perderte, y eso puede pasar en cualquier momento si dejo nuevamente de demostrar con gestos y palabras mi amor por ti, he aprendido la lección. Silvia aguantaba como podía la emoción por todo cuanto escuchaba, bajó la cabeza. Pepa: Sil... Silvia tardó unos segundos, se pasó las manos por los ojos: la separación no es un castigo.. Pepa: lo sé.. Silvia la vió: necesito esto que me estas dando, necesito saber que estas tan enganchada a mí como yo a ti. Pepa le tocó las mejillas por donde habían escapado algunas lágrimas: me pediste tiempo y te daré todo el que quieras – hizo una mueca – aunque tenga unas ganas horribles de llevarte detrás de esos árboles y abusar de ti. Silvia se rió y no quiso reprimir las ganas de besarla, en ello estaban cuando volvió enzo. Cogieron el metro para volver a casa, ya iría a por la moto en otro momento. Estaban viendo como enzo se quedaba dormido en la cama. Pepa susurró: dentro de 1 semana es su cumple. Silvia asintió. Pepa: tengo una idea para hacerlo en casa. Silvia: no será mucho follón?. Pepa: yo me encargo. Silvia: para evitar papeleo?. Pepa le sacó la lengua: en parte. Se despidieron con un nuevo beso, largo pero contenido, y esta vez a Pepa no le costó tanto volver a casa de Paco y Lola, sabía, sentía que estaba en el buen camino, conquistar de nuevo a su mujer era un placer. Sobre las 14:00 horas del día siguiente Pepa llegó a casa para dar de comer a enzo y quedarse con él, Silvia tenía turno y ella había finalizado el suyo. Silvia al abrir la puerta observó las ojeras en su rostro y aunque ciertamente en un primer instante pensó que eran el resultado de una noche de juerga, decidió darle el beneficio de la duda. Silvia: hola, pareces cansada. Pepa con una sonrisa: hola, estoy muerta – se dieron un pico – a ver si convenzo al enano y nos echamos una siesta. Silvia: ha sido un día duro? – recogía el bolso. Pepa: no, hola cariño! – enzo la había oído y corría a sus brazos, se besaron - es que no he dormido mucho, tienes hambre?. Enzo asintió. Silvia: está todo en el horno. Pepa: que tengas un buen turno – se dieron un nuevo beso. Durante el trayecto que iba hacia la comisaría Silvia no pudo evitar sentirse celosa por las ojeras de Pepa, sobre todo pensando en algún motivo que incluyese salir de noche, copas y locales de ambiente. Pero entonces su vista se clavó en una media sábana que colgaba de una pasarela peatonal, escrito en letras enormes “ Pelirroja, te quiero “. Silvia murmuró: no puede ser.. Pero hasta el trabajo quedaban 3 puentes más y en todos había similares carteles. Entró en la comisaría con la sonrisa de una tonta adolescente que descubre en los baños del instituto, la pintada de un corazón con su nombre y el del chico que le gusta dentro. Pepa comía con enzo cuando le sonó el móvil. Pepa: si? Silvia riendo: estas loca!. Pepa: por tí. Silvia: como has..? Pepa: en el segundo casi me pilla una patrulla. Silvia: eres muy cursi lo sabías?. Pepa sin hacerle caso: pues porque no encontré a nadie con globos.. Silvia se rió nuevamente. Pepa: a que el detalle cursi te ha gustado?. Silvia sinceramente: mucho.. Pepa sonriendo: me alegro. En el hospital las indagaciones comenzaban a dar sus frutos, tenían los nombres de 3 chicos que de alguna manera daban que hablar entre las mujeres del hospital. En la sala de comisaría repasaban con Montoya los nombres y porque se hablaba de ellos. Montoya: Alberto Ruiz Sánchez, traumatólogo. Rita soltó: guapísimo! – Sara y Silvia se rieron, y ella intentó justificarse – es que es un bombón Gonzalo, todas se lo rifan, está muy bien el zaga.. Montoya: vale, vale Rita, me hago una idea. Montoya: Alejandro García - levantó la vista viendo para Silvia – según esto está en laboratorio. Silvia: Alex? Montoya: sí. Silvia: y que dicen de él?. Sara: básicamente que es un moscón, muy pesado, y no se come un rosco. Silvia: a mí me parece majo. Montoya: cuidado, mantén las distancias. Silvia: vale, vale. Montoya: por último Enrique Aranda. Sara se adelantó: de ese hablan pestes. Rita: es el neuro?. Sara: si. Rita: también muy guapo, pero mu machista, y engreido y.. Montoya viendo que se volvía a embalar: Rita, que no estamos en salsa rosa. Sara: según me han dicho algunas chicas, es del tipo te llevo a la cama y después ni me acuerdo de tí. Divagaron varios minutos más sobre ellos y otras cuestiones. Montoya: quiero que os mantengáis alerta, de acuerdo? – esperó a que asintiesen - que no se haya producido ningún ataque me hace sospechar que se huele que hay policía infiltrada. Dieron por terminada la reunión. Pepa después de una pequeña siesta con su hijo, comenzó los preparativos en la terraza, mientras unos soldadores hacían lo que ella les había explicado, estuvo hablando un rato con Raquel sobre el caso que compartían. Raquel: oye que es ese ruido?. Pepa: los preparativos para el cumple de enzo. Raquel: y que se te ha ocurrido esta vez?. Pepa: voy a poner un hinchable con forma de Castillo en toda la terraza. Raquel: y Silvia te ha dejado?. Pepa sonriendo: Silvia todavía no sabe nada.. Raquel riendo: en tu línea – cauta - no quiero ser indiscreta, pero – hizo una pequeña pausa para que su amiga en caso de que no quisiese hablar de ello la interrumpiera – como estáis?. Pepa: voy ganando puntos. Raquel: eso está bien.. Pepa: muy bien – le contó alguna de las cosas que había hecho. Raquel se rió: sigue así y te dejará volver a casa antes de lo que esperas. Se despidieron y Pepa volvió a donde estaban los operarios, no sin echar un vistazo a enzo, jugaba con Van Gogh en el salón, un poco alucinado de la que estaba montando su madre en la terraza. Por la noche cuando Silvia llegó a casa se encontró a Sara y Lucas subiendo con enzo. Pepa estaba en la terraza, en cada una de las esquinas y fijadas a la barandilla unas varas de acero con varias argollas, de las cuales salían cuerdas que Pepa tensaba en ese momento. Silvia: Pepa?. Pepa se dio la vuelta: hola guapa – dijo alegremente. Silvia: pero que haces? Pepa se acercó y le contó la idea del Castillo hinchable, viendo la cara que estaba poniendo: venga Silvia, quedará bien, ya lo verás. Silvia: pero como vas a..?? Pepa la cortó: primero tengo que tensar todo esto, después subiremos el Castillo y las bombonas de helio por la terraza, estas nuevas varas en la barandilla es para evitar que el Castillo salga volando, así queda fijado a toda la terraza y los niños podrán entrar y saltar en su interior sin problemas. Silvia: enzo se va a dar cuen.. Pepa la interrumpió de nuevo: Ah no, por ahora sólo ve que la loca de su madre está pasando calor aquí fuera, el día antes de su cumple inflaremos el Castillo pero pondré unas cortinas en el exterior para que no vea lo que hay fuera. Silvia cediendo: has pensado en todo.. Pepa: creo que sí. Cenaron todos juntos y Pepa se fue con Lucas y Sara, no sin antes compartir un beso tierno y sensual como premio a sus andares nocturnos. Pasaron varios días, una nueva violación se produjo en el hospital, Don Lorenzo reunió a Montoya y las chicas, quería resultados, estaba cabreado pues no conseguían a pesar de tener personal en el propio centro detener al desgraciado que estaba atacando a las mujeres. Pepa y los demás iban poco a poco atando cabos con la trama que había destapado Raquel en Vigo, pero todavía quedaba bastante para introducirse en la organización. Silvia en ocasiones hacía su “ turno “ en el hospital y luego volvía a comisaría para hacer alguna autopsia. Al entrar en su oficina se encontró un pequeño paquete en su mesa y una nota, la letra era de Pepa. “ un recuerdo del lugar donde te pedí que te casarás conmigo “. Al abrir el paquete, se encontró con una pieza de cristal rectangular del tamaño de su mano, dentro, una reproducción de las islas cíes, con su arena blanca, su agua cristalina y el faro a donde subieron para darse el sí quiero. Se quedó embobada viendo la figura y recordando muchos de los momentos especiales que sucedieron en aquel bello lugar. Sábado, día del cumpleaños. Pepa llegó muy temprano, a pesar de ello. Silvia con enzo en los brazos: mira quien ha llegado?. Enzo: done estabas? – levantando los brazos para enfatizar la pregunta. Pepa un poco decepcionada por no haber estado cuando enzo había abierto los ojos, no supo que disculpa poner: felicidades mi amor!! - Enzo se echó a sus brazos – cuantos años cumple mi niño?. Enzo enseñó 2 dedos: azi..mami – lo besó. Silvia que había visto la cara de desilusión de Pepa: lleva despierto casi una hora, no ha parado en toda la noche. Pepa viendo para enzo: tú lo que quieres son los regalos a que sí?. Enzo movió la cabeza afirmativamente. Silvia y Pepa se rieron ante la sinceridad de su hijo. Pepa: pues chavalito vas a tener que esperar. Enzo negó: yo quero regalos. Silvia: no quieres fiesta de cumpleaños y jugar con tus amigos?. Enzo asintió. Pepa: pues entonces toca esperar - Enzo comenzó a poner cara para hacer pucheros – vale, vale, creo que en la entrada hay algo para tí que si puedes abrir. Silvia que sabía lo que era: venga cariño corre a ver que es. Enzo se bajó de los brazos de Pepa y ellas lo siguieron hasta donde estaba el enorme paquete, Van Gogh estaba allí husmeando. Pepa: Van! – el animal vio para ella – ojito con mearlo que te la corto. El perro ladró una vez, levantando la cabeza muy dignamente, como dando a entender que esas guarrerías no las hacía y se mantuvo cerca de enzo que nervioso ya destrozaba el papel. En cuanto vio el triciclo el nerviosismo alcanzó su momento más álgido. Pepa: ostias! no le estamos sacando fotos. Silvia no la dejó ir: espera , ayúdale a quitarlo de la caja y voy yo a por la cámara. Se fueron al parque a estrenar el triciclo, Silvia se agarró del brazo de Pepa y juntos pasearon con Van que corría e intentaba subirse a aquel aparato sobre el que iba su pequeño amigo. Silvia se pegaba al cuerpo de Pepa y Pepa disfrutaba de ese contacto como una señal más de acercamiento, a ambas se las veía relajadas y felices. Por la tarde, esa relajación fue diluyéndose a medida que iban llegando la familia, y varios amiguitos de enzo con sus respectivos padres. Los mayores tampoco pudieron resistirse a entrar en el hinchable y desde Mariano hasta Don Lorenzo que fue arrastrado por su nieto dieron algún que otro revolcón en las colchonetas, ni siquiera Van Gogh se libró, Pepa le puso una especie de calcetines para evitar que con las uñas rasgase alguna parte del hinchable y de vez en cuando era introducido en el Castillo, verlo andar de manera vacilante sobre aquel terreno que se tambaleaba bajo sus patas era gracioso, y más cuando varios niños con enzo a la cabeza iban a por él y el perro intentaba huir. El Castillo llegaba justo a las puertas de acceso de la cocina y del salón por lo que los niños iban y venían descalzos y sin necesidad apenas de controlarlos, no había ningún peligro de lesión, en el interior tenían un montón de globos, y disfrutaron como enanos subiendo y bajando por las rampas interiores, hacía buen día por lo que la fiesta duró hasta bien entrada la noche, en la zona de la cocina y del salón habían dispuesto mesas y sillas para que primero los niños soplasen la tarta y merendasen y más tarde los mayores también tomaran algo. Después de varias horas, muchas risas y centenares de fotos, el cansancio hizo mella en algún pequeño invitado, poco a poco se fueron yendo padres y niños. La familia se quedó un rato más, sobre todo después de que Lola se pusiese pesada ante la insistencia de ayudar a recoger un poco. Mientras Silvia los acompañaba hasta la puerta: Pepa anda acuéstalo ya que son las 3. Pepa: no sé yo si lo conseguiré – cogió a enzo – venga enano a dormir. Otro de los regalos de enzo había sido una nueva habitación, ya se hacía mayor y dejaba la cuna, la que había elegido el abuelo era como un garaje donde se introducía un coche, que era evidentemente la cama, también tenía un pequeño tobogán y un montón de cajones y tiradores que hacían todo tipo de ruidos, Silvia se encontró a Pepa y enzo jugando, no sabiendo muy bien quién de los 2 estaba disfrutando más con todas aquellas novedades que encerraba su nuevo lugar para dormir. Silvia riendo: así si que no se duerme. Pepa cogió a enzo: nos han pillado! – lo metió entre las sábanas – shh, a dormir – enzo sin embargo no paraba de reír ante las tonterías que hacía su mami. Silvia: anda tira para el salon. Pepa le dio un beso a su hijo: buenas noches angelito - y obedeció a su mujer. Mientras Silvia estaba con enzo en la habitación Pepa recuperó de su bandolera un cd, hacía tiempo que había descubierto una canción, y hacía tiempo que esperaba el momento adecuado para ponerla. El día al final había sido una locura, y con Silvia los momentos de acercamiento se sucedían con demasiada gente alrededor, sin embargo nadie podría haber imaginado que estaban temporalmente separadas. La actitud que tuvieron ambas fue de una pareja feliz y enamorada, en ocasiones Silvia pillaba a Pepa viéndola y en otras era Pepa la que notaba como su mujer la observaba, eso a ojos de los demás parecía la típica muestra de la gran química, el amor y pasión que había entre ellas. Silvia por su parte mesaba los rizos pelirrojos de su hijo, le susurraba una canción y veía como poco a poco le vencía el sueño y se quedaba dormidito, como pasaba el tiempo, ya tenía 2 años, dejaba de ser un bebé para ir convirtiéndose en un pequeño hombrecito, pero sus pensamientos también volaron hacia su mujer, pues sin ella enzo no existiría y no existirían muchos momentos maravillosos, como ese día mismo. Pepa ponía el cd cuando llegó Silvia. Silvia: que haces? Pepa extendió la mano: bailas conmigo?. Silvia respondió a su invitación acercándose primero y después entrando en el circulo que formaban los brazos de su mujer, mucho le gustaba que la sedujese..que se tomase la molestia de crear el ambiente perfecto... Pepa dijo al tiempo que la canción :“ Déjame esta noche soñar contigo “. Silvia sonrió con la cabeza apoyada en su pecho. Pepa siguió susurrando la letra. Déjame imaginarme en tus labios los míos Déjame que me crea que te vuelvo loca Déjame que yo sea quien te quite la ropa Déjame que mis manos rocen las tuyas Déjame que te tome por la cintura Las manos de Pepa bajaron hasta allí. Déjame que te espere aunque no vuelvas Déjame que te deje tenerme pena Pepa la hizo girar. Si algún día diera con la manera de hacerte mía siempre yo te amaría como si fuera siempre ese día Silvia levantó la cabeza, se vieron a los ojos. Qué bonito sería jugarse la vida, probar tu veneno Qué bonito sería arrojar al suelo la copa vacía Sin dejar de mirarse Pepa se apretó más a ella. Déjame presumir de ti un poquito Que mi piel sea el forro de tu vestido Déjame que te coma solo con los ojos Eso decía la intensa mirada de Pepa. con lo que me provocas, yo me conformo Si algún día diera con la manera de hacerte mía siempre yo te amaría como si fuera siempre ese día Qué bonito sería jugarse la vida, probar tu veneno Qué bonito sería arrojar al suelo la copa vacía Déjame esta nooche soñar... soñar contiiiigo Acabada la canción. Silvia: sólo quieres soñar conmigo?. Pepa en un primer momento no dijo nada, simplemente veía los ojos de Silvia y su boca, sabiendo que no sólo la pregunta de su pelirroja la invitaba a algo más que soñar. Pepa: quiero posar mis labios en los tuyos – así lo hizo - quiero quitarte la ropa – le desabrochó un par de botones - quiero que mis manos rocen las tuyas – cogió las manos de Silvia - y posarlas en tu cintura – las llevo consigo mientras la rodeaba por la cintura - quiero volver a hacerte mía. Silvia no aguantó más aquella tensión sexual y mientras sus manos se enredaban por detrás de la nuca de Pepa fue a por su boca con ansia, se pegó a ella notando el latido agitado de sus corazones, se dejaron ir hasta el suelo, y allí tumbadas comenzaron a desnudarse, sus manos buscaban con urgencia la piel de la otra, las prendas volaron a distintas partes. Pepa se detuvo un microsegundo: te quiero. Silvia la atrajo nuevamente hacia sí: vuélveme loca. Pepa se esmeró en ello, conocía a la perfección cada una de las zonas erógenas del cuerpo de Silvia, sabía donde tocar, besar o acariciar y todo ello al ritmo perfecto para volverla loca de deseo, Silvia por su parte no se quedó atrás, en los casi 5 años que llevaban juntas también ella había aprendido mucho, de su cuerpo y del de Pepa. En el suelo del salón sin embargo les pudo la urgencia, hicieron el amor deprisa queriendo provocar cuanto antes el máximo placer en la otra, después desnudas y sin dejar de besarse recorrieron el camino hacia su cama y volvieron a hacer el amor, ya de forma pausada, sabiendo ambas que despertarían a la mañana siguiente una en brazos de la otra. Pepa se despertó acurrucada a Silvia, su mano izquierda reposaba en su pecho derecho, ambas estaban desnudas, era fantástico volver a despertarse con ese tacto bajo los dedos. Apenas tuvo que moverse para besar su mejilla, Silvia se removió ligeramente, otro beso volvió a provocar un nuevo y leve movimiento, insistió. Pepa necesitaba hablar con su mujer, si bien Silvia le había dado pie la noche anterior para acabar donde estaban ahora, quería saber el significado, era sólo un nuevo avance en el proyecto de volver a casa? o era la confirmación definitiva de que había recuperado la confianza de su mujer. Pepa susurró: pelirroja.. Silvia: ummm. Pepa: cariño... Silvia sin abrir los ojos posó su mano en la cabeza de Pepa: hasta mis oídos llega el ruido de los engranajes de esta cabecita tuya, pensando, pensando.. Pepa sonrió y antes de poder decir nada una Silvia con los ojos bien abiertos le dio un sonoro beso. Silvia juntando su frente a la suya: prométeme que nunca más volverás a olvidarte de que existo. Pepa seria: lo prometo. Silvia se movió hasta situarse encima de ella, se besaron nuevamente y no fueron a más pues su hijo las interrumpió. Enzo con su camiseta de asas, su pañal a la vista, descalzo, sostenía en una mano el chupete que todavía utilizaba para dormir y en la otra sujetaba por la cola a su peluche favorito Igor: mamis quero pis. Hacía tiempo que no usaba pañales por el día, pero por la noche si los llevaba, pero era raro que los meara y si se despertaba antes que sus mamas, ellas lo escuchaban a través del interfono e iban a buscarlo, pero ahora tenía cama y se podía bajar tranquilamente de ella. Pepa a Silvia: tú padre lo de la cama no la habrá comprado con segundas no?. Silvia se volvió a su sitio, mientras enzo escalaba por la cama: no está mojado el pañal?. Enzo se metió la mano y la sacó: zequito. Pepa lo cogió en brazos: vamos a mear entonces..- mientras iban de camino al baño – tenemos que aprender a hacerlo sólo eh?. Silvia se rió, escuchaba las voces de Pepa y enzo desde el baño. Pepa riéndose: espera, espera.. Enzo:ay! dole. Pepa: a ver, bruto, despacio.. Algo más dijo enzo que no escuchó bien Silvia, pero que provocaron nuevas risas de Pepa. Volvió para la cama con enzo sin camiseta. Pepa: dile a mami donde tienes un hueso. Silvia con cara interrogante. Enzo se señaló el pañal: en el pito.. Pepa nuevamente no pudo evitar reírse y puso a enzo sobre Silvia que seguía con cara de no entender nada. Pepa se explicó: aquí el hombrecito que la tenía tiesa y se ha meado la camiseta, y el muy bruto se la ha agarrado para tirar de ella hacia abajo. Silvia: pues sí que empieza pronto – viendo para enzo – cariño no es un hueso, tienes que bajarla despacito si? – enzo asintió – viste si descapullaba bien?. Pepa se la quedó viendo: si que?. Silvia: si se le retiraba la piel hacia.. Pepa la cortó: sé lo que es ..- no dijo la palabra - pero si es un enano... Silvia sonriendo: ya, pero si empieza a levantarse así de mañana habrá que vigilar que no tenga fimosis. Pepa se quedó viendo para enzo y luego para silvia: le dolió porque tiró de ella hacia abajo no.. vamos a dejar este tema si..? Silvia divertida: porque?? – y para meterse con ella – algún día se hará pajas sabes?. Pepa: ala!. Enzo repitió mientras jugaba con Igor: pajas. Pepa: niño! eso no se dice. Silvia se rió. Pepa: si tú ríete que como lo suelte delante de tu padre, pienso decirle que esas palabras se las enseñas tú. Silvia: pero que tonta eres.. Los 3 estuvieron un rato más en la cama, luego se desperezaron y como muchas familias salieron a disfrutar de las horas mañaneras de un domingo. Pepa volvía a casa. Unas semanas después. En el hospital. Enrique Aranda estaba en admisión coqueteando con Sara, Rita en un segundo plano atenta a como transcurrían los hechos, vio que entraba Pepa. Pepa: buenos días, podrían indicarme donde encontrar a Silvia Castro, soy su mujer. Enrique miró de soslayo hacia Pepa. Sara rechazó amablemente la invitación para comer y aunque un poco contrariado por la negativa, este no perdió su sonrisa de anuncio. Rita ejerciendo su papel: si como no, baje usted una planta, y luego siga las indicaciones hacia el laboratorio. Pepa: muchas gracias. La vieron marcharse y Enrique también se fue pero en la dirección opuesta. Alex y Silvia estaban recogiendo sus cosas para salir, él la intentaba convencer para que se tomasen algo en un mejicano que estaba al lado. Alex: vengaaa – levantó las cejas y con segundas dijo – yo solo te invito a comer. Silvia: claro que solo sería para comer – le enseño la alianza - tengo que recordarte con quien estoy casada?. Alex divertido: no. Silvia: pues entonces no ligotees conmigo. Cuando cruzaban la puerta vieron a Pepa que iba en su dirección. Alex : me parece que me vas a dejar tirado. Silvia le sonrió: lo siento... Pepa: que sientes? – se dieron un beso - hola Alex. Silvia: me estaba invitando a comer. Pepa: ah. Alex como si los hubiera pillado: solo era una comida entre colegas. Pepa muy segura: por supuesto. Alex se sintió inferior, pero no lo demostró: pillo la indirecta, ya sé que no tengo nada que hacer.., me consuela no ser el único al que has dado calabazas hoy. Pepa interrogante: así?. Silvia negaba. Alex se adelantó: si, si, el soltero de oro del hospital se ha fijado en tu mujercita. Silvia explicó: pasaba por urgencias y ayudé al doctor Ruiz con un niño que venía con el brazo roto. Alex: y él la invitó a comer. Pepa: así sin más?. Alex se volvió a adelantar: bueno antes la aduló un poquito – puntualizó - sin importarle el anillo de casada. Silvia le dio un golpe en el brazo: para.. serás liante. Alex le guiñó un ojo a Pepa que se rió: bueno parejita, me piro... a comer solo.... Mientras Pepa encendía la moto y cogía los 2 cascos, saludaron a Silvia. Alberto: hola. Silvia: hola Alberto. Alberto: veo que tenías un compromiso previo. Silvia: te presento, es Pepa mi mujer. Pepa le tendió la mano: su compromiso permanente vaya. Se saludaron, Alberto un poco cortado al principio, enseguida se repuso: ahora entiendo porque me han estado vacilando, encantado de conocerte Pepa – sonrió - nos vemos Silvia. Silvia llegaba un poco tarde a la reunión con Montoya, Sara y Rita estaban ya allí. Sara con una enorme sonrisa: cuanto hace que no te pasas por tu despacho?. Silvia percatándose de que Rita también tenía una sonrisa cómplice: hoy no he ido todavía, que pasa?. No obtuvo respuesta pues Montoya que acababa de llegar se adelantó: venga chicas demos un repaso a esto. Una hora más tarde. Montoya: volveremos a hablar con las víctimas, se incorporará como apoyo povedilla, que se hará pasar por celador, necesitamos alguien en los vestuarios de los chicos. A Silvia le faltó tiempo para ir a su despacho, casi no pudo entrar, en el medio una cesta de la que colgaban un montón de globos, todos rojos, y todos con 2 palabras impresas “ te quiero “, en su interior, una foto enmarcada de Silvia y enzo dentro del hinchable el día del cumpleaños, la recogió para verla con detalle. Hay fotografías que capturan la absoluta felicidad, esa era una de ellas, Silvia y enzo sonreían abiertamente a Pepa que estaba detrás de la cámara. Llamó por el móvil. Silvia: dime que andas por aquí. Pepa: de hecho estoy en el despacho de enfrente, escondida para ver tu cara. Silvia se dio la vuelta, la puerta se abrió, se echó en los brazos de Pepa, se besaron. Les interrumpió una voz conocida. Don Lorenzo: Cojones que esto es una comisaría!!, no el sorpresa sorpresa!!. Se rieron. Don Lorenzo: Miranda!, deje de hacer gilipolleces y ayude a Montoya con unas entrevistas – se fue. Pepa con cara de pena: me tengo que ir – pero antes su mano levantó ligeramente el vestido de Silvia – que ganas tengo de quitarte este vestido Silvia: cuidado!, como te vea mi padre - le dio un nuevo beso - yo tengo unas pruebas que hacer y luego vuelvo al hospital, me vienes a recoger? Pepa asintió. Las víctimas habían aceptado pasarse por comisaría, todas menos la más reciente, esta se recuperaba en casa de sus lesiones. Pepa: Gonzalo si quieres me acerco hasta allí y le hago unas preguntas – la llamaron al móvil – perdona – atendió la llamada. Minutos después. Pepa: era Raquel, tengo que ir a la T4. Montoya: no te preocupes entonces... Pepa lo interrumpió: hacemos una cosa, si no me retraso demasiado, cuando vaya a recoger a Silvia me paso por su casa, la chica vive cerca del hospital. Montoya: ok, gracias – consultó su reloj - las demás empezarán a llegar dentro de 2 horas, he elaborado un pequeño cuestionario – se lo entregó. Pepa y Curtis controlaron la llegada de una valija sospechosa, así como las maniobras más sospechosas todavía de algunos miembros de aduanas. Casi 3 horas después, estaba sentada en la cocina de la casa de la última víctima. Poco a poco fue formulando una a una las preguntas de Gonzalo. Por su parte en comisaría Montoya estaba acabando su cuestionario con la última de las chicas, por ahora no había nada nuevo. Repasaban el momento del ataque, la parte más delicada, pues todas las víctimas se mostraban muy confusas. Chica angustiada: estuve hablando con mi chico, tengo un novio maravilloso – no era la primera que llegado el momento de narrar la parte más dura divagaba, queriendo evitar el momento – y luego... luego me ví en una camilla...., algunos compañeros a mi alrededor..... una tremenda confusión en mi cabeza....escuché violación...claro que le dije que no...pensé en mi novio...todo me daba vueltas. Montoya la interrumpió: perdone le dijo que no?. Chica: como?. Montoya con suavidad: en el momento del ataque, dijo no. Chica: dije... ay dios!- puso cara de recordar algo – me dijo “ dime ahora que no”. Montoya: el agresor le habló. Chica poniéndose nerviosa: estoy confusa, no sé si yo gritaba no.. o él... – se calló. Entonces Montoya: me dijo que conocía - volvió a los 3 hombres más populares del hospital – salió con alguno?. Silvia a Sara: me vuelvo para abajo. Rita viendo como se alejaba: mírala, en una nube, esa chiquilla va flotando en una nube. Sara: claro Rita, es que el detalle de Pepa. Rita: loquitas están la una por la otra, ay que envidia madre. Alex al verla entrar: joder chica... no puedes disimular un poco?, algunos más solos que la una y otras – señalándola – felices como perdices. Efectivamente Silvia lucía una sonrisa radiante: lo siento.. Alex: nah.. no hagas caso.. Pepa ya estaba acabando cuando recibió una llamada, era Montoya. Pepa: dime. Montoya: le has preguntado por Enrique, Alex y Alberto?. Pepa: disculpe – salió de la cocina - si, ha salido con Enrique, dice que tiene una fama injustificada, con Alex tiene bastante trato y.. Montoya la interrumpió: dijo algo de Alberto?. Pepa: que era un encanto, pero demasiado.. Montoya la volvió a cortar: lo rechazó? Pepa: no lo dijo con esas.. – dándose cuenta – crees que es él?. Montoya le contó la última declaración, y que luego volvió sobre el tema con las otras 2 chicas y en todos los casos aparecía un no a Alberto. Pepa: voy al hospital. Montoya: llamaré a Povedilla para que localicen al tipo. Pepa: que avise a Rita y Sara, yo llamo a Silvia. Alex: mierda! me he dejado la muestra en el otro laboratorio. Silvia que buscaba una excusa para hacer su ronda: yo iba al descanso, si quieres te la recojo. Alex le indicó donde exactamente. Iba por el pasillo cuando le vibró el bolsillo, sonrió a la pantalla. Silvia: hola mi amor. Entró para recoger la muestra. Pepa se saltó los saludos: Montoya cree que es Alberto Silvia: Alberto??. No se dio cuenta de que alguien más había entrado. Pepa siguió: Povedilla está buscándolo, ve a donde están Rita y Sara, voy para ahí. Silvia: ok – dejaba de buscar en la mesa lo que necesitaba Alex. Mientras colgaba el móvil y se giraba para salir, alguien le tapó la boca. Intentó forcejear, el pañuelo que tenía pegado a la cara la estaba mareando, todavía llevaba el móvil en la mano derecha, con las pocas fuerzas que le quedaban golpeó a su agresor que aflojó su agarre. Pepa llegó apenas 5 minutos después: y Silvia?. Sara: no ha subido todavía. Povedilla llegaba a la carrera: ni rastro del traumatólogo. Rita: su turno acabó hace 10 minutos – consultó el ordenador – aparece su salida, pero yo no le he visto pasar por aquí. Pepa: voy a buscar a Silvia. Cuando bajaba corriendo se encontró saliendo del baño a Alex. Pepa: has visto a Silvia?. Alex extrañado: fue al descanso – se acordó – ah... también me hacía el favor de recoger una muestra que me he olvidado en el otro labora.... Pepa temiéndose lo peor: donde esta ese laboratorio?. Alex: torciendo por aquí al fondo. Pepa se fijo en su móvil, había llamado a Silvia pero no lo cogía: mierda!, se puede salir de aquí por otro lado?. Alex negó: hay varios pasillos pero todos dan a esta escalera y al ascensor de salida. Pepa salió corriendo en la dirección del otro laboratorio y Alex detrás, marcó otro número: Pove cerrar todas las salidas – abrió la puerta - tiene que pasar por delante de vuestras naric.... Silvia!!. Se le cayó el móvil, en el suelo junto a un mostrador estaba Silvia, cristales rotos de varios objetos por encima de ella, parecía inconsciente. Pepa: ve a buscar un médico!. Se arrodilló ante ella, tenía el vestido desgarrado. Silvia apenas audible y todavía desorientada: no..ay.. Tenía algún golpe no demasiado profundo en la cara, las bragas rotas estaban a sus pies. Entonces Pepa se percató de que el vestido se estaba manchando de sangre: no..no.. La cubrió con una bata colgada de una silla, no sabía si moverla era la mejor opción Silvia se volvió a quejar. Pepa: cariño.. tranquila..estoy aquí - no quería verla en el suelo, así que la cogió en peso. Salió con ella en brazos, apenas llevaba 2 metros recorridos de pasillo cuando llegaban con una camilla Alex, Rita y otra persona que supuso un médico. La posó en la camilla y dejó hacer al facultativo. Médico: la han drogado, llevémosla a la zona de boxes, allí la examinaré mejor. Pepa callada sujetaba la mano de Silvia, mientras la llevaban hasta el ascensor. Rita: lo hemos cogido. Pepa: que?. Rita: a Alberto.. Pepa no estaba en ese momento para pensar en nada ni en nadie más que en Silvia, no habló. Pepa estaba en el pasillo esperando a que saliera el médico, este le había pedido que se quedara fuera mientras examinaban a Silvia. Estaba sola pues así les había pedido a Rita y Sara, la incertidumbre de lo que podía haberle pasado a Silvia la consumía y no podía prestar atención a otra cosa. Ellas junto con Povedilla se encargaron de Alberto y de responder a las preguntas del personal del hospital, entre ellos un confundido y apenado Alex. Pasado un tiempo el médico salió por fin, Pepa se acercó. Médico: prefiere que vayamos a mi despacho? – su cara no presagiaba nada bueno. Pepa no se movió, negó con la cabeza: dígame que le ha hecho. Médico: ha habido agresión sexual. Pepa se mantuvo firme. Médico buscando el término menos hiriente: hay hemorragia rectal... Pepa encajó como pudo la respuesta. Médico: hemos tenido que ponerle varios puntos pues ha desgarrado bastante la zona, pero los daños físicos sufridos curaran bien. Pepa: ha sido consciente de ...? El médico la ayudó, sabía cual era la pregunta: como a las demás víctimas la ha drogado con rohypnol, del momento del ataque no recordará mucho – hizo una pausa – ahora bien en cuanto despierte, por las lesiones que presenta será plenamente consciente de lo sucedido e imaginará el como, no tener la mente lúcida sobre ese momento, hará más difícil que lo supere. Pepa: cuando puedo verla?. Médico: la pasaremos a planta en breve, pero antes de que hable con ella lo haremos una colega de psicología y yo mismo – viendo la cara de Pepa, se explicó con más detalle – como le he dicho en cuanto se despierte hará preguntas y será duro que reciba toda la información, después podrá verla. Pepa salió del hospital rumbo a la comisaría, por el camino se cruzó con Lola y Don Lorenzo que llegaban acompañados de Paco, no se dio cuenta de lo ciega que iba. En cuanto Curtis la vio llegar avisó a Montoya. Curtis gritó: Pepa espera!. Pero Pepa no atendía a razones, siguió andando imaginándose donde podía estar lo que buscaba. Llegó a las salas de interrogatorios, lo vió. Montoya saliendo a su encuentro la paró: no puedes pasar. Pepa: toma - se quitó la pistola de la sobaquera y la dejó en la mesa - déjame entrar. Montoya: Pepa no! – rogando - por favor. Forcejearon, Curtis se mantenía a la expectativa. Montoya: míralo, tu suegro ya se ha encargado de él. Pepa volvió a ver para dentro de la sala, efectivamente Alberto lucía en su cara señales recientes de varios golpes, mantenía una postura para nada erguida, indicativo de que en otras partes del cuerpo había recibido también alguna que otra caricia Montoya: ni siquiera sé como voy a explicar eso – sujetando todavía a Pepa - y ninguno queremos que se libre verdad?. Pepa aflojó en su empeño por entrar, Gonzalo la soltó. Durante unos segundos Pepa veía para dentro de la sala y Curtis y Gonzalo para ella. Pepa accionó el micro: escúchame hijo de puta, escúchame con atención – esperó a que Alberto levantase la cabeza en dirección al espejo – no pienses que te vas a librar de lo que has hecho, ni de que vas a pasar tus días en la cárcel aislado en una zona segura – pausa - porque no será así, los funcionarios de prisiones se despistan y a veces dejan celdas abiertas y otras veces mezclan a los reclusos – Alberto escuchaba con suma atención – el primer día que te fuercen desearás no haber agredido a ninguna mujer, y cuando ya no lleves la cuenta desearás estar muerto – Alberto horrorizado negaba con la cabeza y pedía ver a su abogado, por último – me ocuparé personalmente de que una foto tuya circule por la cárcel a la que vas, estarán deseando ponerte las manos encima. Eso hizo que se alterase aún más, no se podía levantar pues llevaba las manos esposadas y estaban sujetas a la mesa. Pepa salió. Volvió al hospital, ya habían trasladado a Silvia, en el pasillo de la habitación 409 esperaban Lola, Don Lorenzo y Paco. Pepa al llegar a su lado se acordó: enzo.. Lola se adelantó: lo han ido a buscar Sara y Lucas. Pepa: quién esta dentro?. Paco que abrazaba a Lola: el médico y la psicóloga. Pepa: la habéis visto?. Todos negaron con la cabeza. Pepa se fue a un asiento y se dejó caer, bajó la cabeza y ocultó la cara con ambas manos, murmuró: estaba hablando con ella. Al principio no entendieron que decía. Pepa levantó la vista hacia Don Lorenzo: tenía razón, yo y mis gilipolleces... – señaló para la habitación – la he distraído con los globos..y.... cuando hablé con ella no es.. Don Lorenzo: no te hagas esto Pepa – se sentó con ella – las cosas pasan, si podemos evitarlas mejor, pero si no hay que hacerles frente. Dentro de la habitación el ambiente era mucho peor. Silvia estaba despertando de los efectos del Rohipnol , pero al contrario que en los demás casos ella había ofrecido mayor resistencia. Había conseguido golpear a Alberto con el móvil, imágenes volvían a su cabeza, fugaces sensaciones como la presión de su cuerpo, su voz amenazándola, su propia voz pidiendo ayuda, el ruido de la ropa al rasgarse, pero Silvia seguía luchando, aún así la mayor fuerza física de él se había impuesto, consiguió aplicarle nuevamente el pañuelo y entonces la habitación entera se desvaneció, a partir de ahí lo siguiente que recordaba era la voz de Pepa, no había llegado a tiempo. La psicóloga le hizo varias preguntas y junto al doctor respondieron a todo cuanto Silvia preguntaba, que no fue mucho, supo desde el primer momento que tipo de agresión sexual había sufrido, recordaba a Alberto diciéndole que le iba a mostrar lo grande que la tenía un hombre, le preocupaba que le hubiera trasmitido alguna enfermedad, pero una vez que ella cayó inconsciente él se había tomado el tiempo de ponerse un preservativo, que considerado. La zona era delicada y propensa a las infecciones por lo que le estaban suministrando antibiótico y calmantes, durante las próximas horas tendría dolores. Médico: su familia está fuera esperando.. Silvia: necesito unos minutos...podría..a solas... Psicóloga: claro que sí Silvia – se acercó a la cama – este botón es para llamar a la enfermera, y este otro enciende una luz verde encima de la puerta, cuando te encuentres preparada pulsa cualquiera de los 2. Salieron de la habitación y Silvia simplemente cerró los ojos, queriendo despertar de esa pesadilla. Cuando la psicóloga y el médico les dijeron que Silvia había pedido quedarse sola, Pepa se sintió nuevamente abatida. Esperaron casi una hora hasta que la luz verde se encendió. Don Lorenzo: entra tu Pepa, después nos avisas. Entró, Silvia giraba su cabeza hacia la puerta, al verla sintió vergüenza, Pepa lo notó, se acercó, posó su mano lentamente sobre la de ella que reposaba en la cama. Pepa: como te encuentras?. Silvia rehuyendo su mirada: me pondré bien. Pepa depositó un beso en la frente de su mujer, Silvia no rechazó la muestra de cariño pero si pareció incómoda. Pepa al separarse: estas ardiendo – al ver una mueca en la cara de Silvia – te duele?. Silvia: un poco. Pepa: llamaré a la enfermera – buscando el botón para pulsar. Silvia: espera, más tarde, siéntate aquí un rato conmigo. Así lo hizo, no hablaron más, Silvia se adormiló a los pocos minutos y Pepa se quedó allí sentada viendo para ella, tenía el cuerpo entumecido de las emociones que la embargaban, rabia, impotencia, dolor. No sabría decir exactamente cuanto tiempo estuvieron así, llamaron a la puerta. Lola entró despacio y viendo que Silvia dormía, habló bajito: Pepa es Sara. Pepa: le pasa algo a enzo?. Lola no se lo aclaró: necesita hablar contigo. Silvia: ve a casa Pepa. Lola: cariño, lo siento te he despertado?. Pepa aprovechó que Lola se quedaba con Silvia y salió al pasillo: dime Sara. Sara: siento llamarte, pero enzo está bastante raro, apenas he conseguido que coma algo y ni hablar de irse a la cama, en cuanto hacemos el amago se pone a llorar y lleva así un par de horas. Pepa entró nuevamente en la habitación. Silvia: que le pasa al niño?. Pepa: nada, solo está inquieto. Eran ya casi las 2 de la madrugada, Silvia insistió en que se fuera a casa para estar con enzo, ella se quedaba con Lola y su padre. Los lloros de enzo se oían desde el rellano, Pepa entró, casi se tropieza con Van Gogh que estaba pegado a la puerta, esperando que alguien viniera a parar la tremenda llorera que le había dado al enano de la casa. Sara con el niño en brazos apareció por el pasillo y éste al ver a su madre levantó sus bracitos para ir a su colo. Pepa lo cogió: que pasa mi amor?. Enzo: y mami?. Pepa evidentemente no le contó la verdad: está trabajando mi cariño. Enzo: quero a mami. Pepa: y a mí no me quieres?. Enzo abrazándose más a ella: zi – poco a poco los lloros bajaban de intensidad. Pepa: porque te pones así?, mami muchas veces no está en casa cuando te vas a dormir. Enzo se había acomodado en su pecho, la agarraba fuertemente del cuello, continúo consolándolo, no era la primera vez que pasaba esto, entre enzo y Silvia había una conexión especial y en ocasiones uno de los 2 comenzaba a preocuparse por el otro sin saber muy bien el porqué. Como aquella vez que Silvia estaba en una autopsia urgente y le sonó el móvil a Pepa, le avisaban de que el niño en la guardería se había caído y le tenían que dar un par de puntos en la cabeza, aún no había colgado cuando apareció su mujer bajándose la mascarilla y preguntando por enzo. Al final Pepa y su hijo durmieron juntos echando de menos a mami. Apenas 48 horas después Silvia volvía a casa, durante todo ese primer día Pepa tuvo la sensación de no saber como manejar ni el tiempo ni el espacio, Enzo fue más inteligente, en cuanto llegó a casa le hizo un recibimiento al cual Silvia no se pudo resistir, y después tranquilo por tener a su mami se limitó a sentarse cerca de ella jugando con sus cosas. Pepa frustrada por sentir que agobiaba a Silvia decidió salir a correr, se llevó a Van Gogh con ella, el perro al verla en pantalones cortos y zapatillas supo que le gustase o no, le tocaba sudar. En cuanto se cerró la puerta Silvia no pudo reprimir la salida de las lágrimas, conocía a Pepa, mucho, y sabía porque se iba a correr, sabía el come coco del que se intentaba liberar, Silvia todavía estaba en la parte de aceptar lo que le había ocurrido por lo que la fase de superarlo quedaba muy lejos.. Pepa regresó empapada y agotada físicamente, con Van a sus pies en el mismo estado lamentable, escuchó la voz de Silvia que venía del cuarto de enzo, no quiso interrumpir pero se acercó lo suficiente a la puerta para saber que Silvia le leía un cuento al niño. Se dirigió a la ducha. Las energías gastadas y el agua reparadora la reconfortaron, nuevos ánimos llenaron su alma y con ese ligero optimismo fue en busca de Silvia. Se la encontró dentro de la cama con enzo, ambos plácidamente dormidos, era difícil apostar por quién abrazaba a quién, no quiso romper tan maravillosa estampa, el pequeñajo le estaba dando toda una lección de como reconfortar a mamá. La estampa se repitió la semana siguiente y la siguiente. Durante las mañanas Silvia acudía a terapia, con la misma psicóloga que le había ayudado a superar el tiro que la tuvo postrada en una silla durante meses, a Pepa no le tranquilizaba demasiado, sobre todo porque en aquella ocasión Silvia se alejó de ella para curarse. Pepa se ocupaba de enzo y después se lo dejaba a Silvia cuando comenzaba su turno, al volver a casa empezaba la tensión. Pepa no lograba conectar con Silvia, cuando se acercaba físicamente notaba cierta alerta, y esa tensión también la agarrotaba a ella por lo que retrocedía. Pepa tampoco la quería presionar, había intentado ser ella quién llevase a enzo a la cama quién le contase un cuento, pero al final cedía ante la ansiedad que percibía por parte de Silvia cuando se acercaba la hora de irse a dormir. Al final harta de dar vueltas en una cama vacía, tomó la única decisión que creía posible, empezaba incluso a tener celos de su propio hijo. En el despacho de Don Lorenzo. Don Lorenzo casi la dejó sorda: NO!!!, ni hablar!!. Pepa intentando: sea razonable. Don Lorenzo: y tú piensa en tu mujer!! . Pepa habló aunque él no la escuchaba: lo hago por ella. Don Lorenzo andando por su oficina: la tarada mental está prefiere no estar en casa an.. Pepa volvió a intentarlo: desde que ha vuelto del hospital no dormimos juntas. Don Lorenzo ahora si la escuchó, evidentemente incómodo: a mí vuestras intimidades no me las cuentes. Pepa: pues entonces no actúe como padre y hágalo como jefe. Don Lorenzo resopló y se dejó caer en el sillón: me agotas. Pepa le contó donde dormía Silvia: lo he intentado todo, y esta es la última opción que me queda para que vuelva a nuestra cama. Don Lorenzo cedió. El día que su suegro aceptó cambiarle el turno, Pepa habló con Silvia, no quería mentirle, tampoco que se sintiera culpable, pero sí que supiera que lo hacía por ella, que la echaba de menos, que dormir sola teniéndola a 3 metros de distancia la estaba consumiendo. Pepa: quiero que vuelvas a nuestra cama, aunque eso signifique que yo tenga que salir de ella. Silvia reprimía las lágrimas ante la incapacidad de dar ese paso adelante hacia Pepa. Pepa: tranquila cariño – con todo el amor del mundo acarició a Silvia en la mejilla – te quiero – le hubiera gustado besarla.. Aprovechando el turno de noche, Pepa se fue relacionando con personas que podían estar involucradas en el caso de Raquel, hacía incluso horas de más, festivos, fines de semana, etc, todo para darle el mayor espacio posible a Silvia. Consulta de la psicóloga Molinos. El episodio del ataque le llevó a la doctora horas y horas de charla con Silvia, todos los sies posibles, si hubiera estado atenta, si le hubiera golpeado en, si no hubiera perdido el tiempo buscando, fueron dejados a un lado, no se podía modificar el pasado y no tenía sentido atormentarse con ello. Una vez que asimilas que no se puede evitar lo inevitable, queda superarlo, aceptar que ha sucedido y vivir nuevamente. Silvia: yo quiero a mi mujer.. Dra. Molinos: no te alejas de tu mujer porque no la quieras. Silvia no dijo nada. Dra. Molinos: lo que te da miedo es el deseo que despiertas y el que tú has desterrado de tu vida. Era cierto que huía del contacto con Pepa, su mente se bloqueaba y revivía la tan desagradable sensación de su agresión. La dra. Molinos seguía hablando: le gustas a tu mujer, y ella reacciona a ese estímulo, pero nunca te forzaría.. Silvia: ya lo sé. Claro que lo sabía, Pepa era extremadamente..., no encontraba la palabra adecuada que reflejase la dulzura, la suavidad, el cariño que imprimía en cada caricia o beso, podía pasarse minutos recorriendo su piel con un simple dedo, dibujando figuras imaginarias o siendo un explorador en busca de un tesoro, cuantas veces estando desnudas y haciendo el amor, Pepa hacía o decía algo que provocaba su sorpresa y su risa, sabía perfectamente que nunca haría nada que provocase en ella incomodidad. Eran casi las diez de la noche y Pepa estaba a punto de salir, después de darle un beso a su niño ya dormido, se puso la sobaquera y recogió la cazadora, en el pasillo la esperaba Silvia con el caso de la moto. Silvia: ten cuidado. Quiso abrazarla pero el gesto se quedó simplemente en el levantamiento hacia ella de una mano Pepa con una media sonrisa: siempre lo tengo – atrapó aquella mano y disfrutó ese pequeño contacto. Silvia no se soltó a pesar de que Pepa ya estaba casi en la puerta. Silvia: deja las noches.. Pepa se volvió hacia ella, había escuchado bien?: estas segura?. Silvia asintió y Pepa se fue con una alegría inmensa en su corazón. Las primeras noches fueron extrañas, Silvia no se pegaba a ella y Pepa procuraba que inconscientemente su cuerpo no fuera en busca del calor de su mujer. Silvia había dado un paso importante y Pepa a su vera, paciente, aguardaba nuevos acercamientos. Una noche. Silvia se pegó a Pepa, después de varios meses en los que huía de cualquier contacto, se acomodó en la posición fetal de Pepa, y esta durmiendo y de forma instintiva la abrazó, como había hecho siempre, posó su mano en la cintura de Silvia, ambas dormían, el roce tanto tiempo anhelado hizo que la mente de Pepa empezase a soñar, soñaba que su mujer volvía a reclamar sus besos, sus caricias, y eso fue exactamente lo que empezó a hacer, Silvia seguía durmiendo, su cuerpo comenzaba a responder a los estímulos externos, pero su mente no soñaba sino que empezaba a revivir nuevamente su agresión. Entonces cuando Pepa se movía para ponerse encima, la actitud de Silvia cambió por completo, todavía medio dormida. Silvia: no, suéltame!!. Pepa se despertó, le costó unos segundos tomar conciencia de lo que estaba haciendo, estaba encima de Silvia acariciando sus pechos, besando su cuello, y Silvia la intentaba apartar. Pepa se hizo a un lado: cariño. Silvia movía los brazos: no, no, déjame!. Pepa intentaba en vano que se calmase: perdona, estaba soñando, yo... Silvia continuaba forcejeando con ella, y una de sus manos impactó en la cara de Pepa, más concretamente en su nariz. Se despertó. Pepa se quejó: auj!!. Silvia: que?..Pepa??, lo siento, lo siento..- le había pegado??. Pepa buscó el interruptor al notar líquido en los dedos con los que se tocaba la nariz. Al encender la luz. Silvia horrorizada: estás sangrando!, te he golpeado.. Pepa tapándose los orificios en un intento de que parase la hemorragia: tranquila, no es nada, tenías una pesadilla – salió hacia el baño. Silvia la siguió: déjame ver... Pepa se sentó en la taza del water: no es nada – repitió. Silvia le movió la cabeza hacia atrás, le puso unas gasas empapadas en agua oxigenada. Pepa viendo su cara de preocupación: ha sido culpa mía. A Silvia comenzaron a caérsele las lágrimas. Pepa: ey cariño – la abrazó. Silvia en sus brazos ya no se contuvo, entre sollozos: he sido yo la que te ha pegado Pepa, y eres tú la que tiene la culpa..? Pepa la mantuvo abrazada e intento explicarse: estaba soñando, me he puesto encima, te estaba tocando.. Pretendía calmarla, pero.. Silvia se la quedó viendo: eres mi mujer.. – lloraba amargamente – y mira como reacciono yo?, no te dejo ni que te acerques. Pepa se levantó, limpiaba sus lágrimas: shh, deja de llorar mi amor, tenías una pesadilla. Silvia quiso insistir: no Pepa, no.. Pepa la calló con un delicado beso: no te atormentes – le acarició la cara – sé que no es mi mujer quien me rechaza, quien no busca mis besos o mis caricias – pausa – lo superaremos, ven – tirando de ella – volvamos a la cama. Ya entre las sábanas Silvia busco cobijo en el pecho de Pepa. Pepa: ves, esto es lo que ha pasado Sil, te estas acercando a mí otra vez – le acarició la espalda – creí que estaba soñando pero no, te has pegado a mí, buscando mi contacto – pausa – pero yo he ido demasiado deprisa.. Silvia acarició su barriga: te quiero, ni cuando te he rechazado he dejado de quererte. Pepa: lo sé – le besó la cabeza – vayamos despacio, sí – disfrutando el tenerla entre sus brazos – poco a poco, tú marcas el ritmo de acuerdo?. Silvia se apretó más a su cuerpo y se quedaron en silencio hasta que volvieron a dormirse. El día que Silvia eligió para volver a su puesto fue una locura, no tanto porque hubiera mucho trabajo, sino por las continuas averías en los aparatos de refrigeración. Importantísimos tanto para conservar los cuerpos que en aquellos momentos estaban en el depósito, como para la conservación de cultivos de otros casos. El día fue un continuo ir y venir de unas salas a otras con los fiambres, a medida que los técnicos solucionaban una avería o la agravaban en alguna otra estancia. Ver que Pepa la había ido a buscar con enzo fue la mayor alegría de tal caótica jornada. Comenzaba a hacer calor en Madrid, y se había quedado una tarde tan buena que se fueron a casa dando un paseo, por el camino compraron helados, en ocasiones Silvia buscaba la mano de Pepa y en otras se abrazaba a su cintura. Entre el tute en el trabajo y el paseo Silvia llegó realmente cansada. Pepa: quédate en el sofá, yo me encargo de enzo y luego preparo algo para cenar. Silvia aprovechó para ponerse al día con los papeles, hasta que volvió con enzo recién bañado. Pepa comenzó entonces un paseo de idas y venidas desde la cocina con cosillas para cenar. Silvia le dio primero un puré a enzo y después le dejó picar algo de jamón, queso y patatas. A la hora de recoger Pepa también quiso hacerlo ella, prefería estar haciendo algo, Silvia se puso entonces en el chaise longue a jugar con enzo, volvió con más bebida y se sentó cerca de ellos, buscó en los distintos canales y al llegar al clásico se encontró que en unos minutos empezaría la película de Paul Newman “ el premio “. Pepa: dejo aquí?. Silvia viendo para la tele: la has visto?. Pepa: si pero es muy buena y me gusta mucho. Silvia: vale. Cuando a enzo empezaba a vencerle el sueño quiso echar mano de su chupete que estaba en uno de los cojines del sofá, Pepa fue más rápida y lo alcanzó antes que él. Enzo: teté mío. Pepa: ya eres un niño grande para el chupete.. Enzo viendo para Silvia: quiero tete – poniendo cara de súplica. Silvia: dormimos sin chupete como los niños mayores?. La respuesta de enzo fueron el principio de unas lágrimas. Pepa se ablandó: vale, vale, probamos otro día si?. Enzo paró, quiso alcanzar el chupete que tenía Pepa en la mano, pero está se lo metió en la boca. Pepa: ah no, un beso como mínimo. Enzo bajó del colo de Silvia y se fue hacia ella, Pepa le hizo cosquillas y después de recibir su beso le devolvió el chupete, el niño se quedó en su regazo y en escasos minutos se durmió. Por unos instantes a Pepa le pareció que los buenos tiempos habían regresado. Pepa: me lo llevo a la habitación. Silvia disfrutó de la visión de enzo encogido en al abrazo tierno de su otra mamá, Pepa era increíble. Al volver. Silvia: no lo vamos a conseguir nunca. Pepa sonrió: te acuerdas cuando entró en la guardería y vio que ningún niño llevaba chupete?. Silvia también sonrió, enzo se lo había quitado de la boca y se lo había dado, desde entonces sólo lo utilizaba para dormir. Pepa se sentó en su lado del sofá, el chaise longue era territorio de Silvia, desde que lo habían comprado ella se estiraba allí, y Pepa de vez en cuando ejecutaba una maniobra de reconquista o Silvia le ofrecía un hueco, y en ocasiones acababan haciendo el amor allí mismo, pero eso no pasaba desde hacía bastante. Pepa: te gusta la peli?. Silvia: mucho, vienes aquí conmigo?- pudo notar la emoción de Pepa ante ese gesto, a pesar de que intentó disimularlo. El chaise longue era grande, sus dimensiones se aproximaban a 1,70m de largo por 1,05m de ancho. Cuando lo compartían, Pepa se pegaba al respaldo dejando sitio a sus largas piernas y Silvia se cobijaba en su pecho, enroscando sus piernas en las de Pepa. Se pusieron como antaño. Pepa tardó apenas unos segundos en introducir los dedos de su mano derecha en el pelo de Silvia, gesto que le salía sin pensar, y que a Silvia le gustaba mucho. Continuaron viendo la película y Silvia de vez en cuando le hacía preguntas sobre ella, que Pepa no quería responder para conservar la intriga hasta el final. La mano de Pepa en ocasiones abandonaba el pelo de Silvia y se aventuraba por su espalda desnuda, o se enroscaba en los tirantes del camisón. Estaban relajadas y disfrutaban del momento. La palabra Fin apareció en la pantalla y los títulos de crédito comenzaron a salir, la mano derecha de Silvia que estaba apoyada en la barriga de Pepa se introdujo un poco por la cintura elástica del short, y el vientre de Pepa se tensó, bueno en realidad toda ella se tensó, era la primera vez desde el ataque que Silvia la tocaba tan íntimamente, la mano volvió a salir. Silvia levantó la cabeza: ha estado bien verdad? – Pepa no le respondía - la peli.. Pepa: si,si. Silvia sonrió: te distraigo si hago esto? - volvió a meter ligeramente la mano. Pepa sonrió: sinceramente?.. mucho. Silvia estaba cómoda, el cierto nerviosismo de Pepa a ella la tranquilizaba. Silvia: me das un beso?. Pepa cubrió la distancia despacio, primero simplemente sus labios se posaron en los de Silvia, se separaron ligeramente y volvieron a besarse, aunque los besos eran cortos Silvia sentía toda la carnosidad de los labios de Pepa, quiso más que sus labios, Pepa abrió la boca, y a medida que los besos se hacían más intensos Silvia se movió para sentarse sobre ella. El cuerpo de Silvia ejercía presión sobre Pepa, seguían besándose. Silvia: Pepa relájate. Tenía gracia, pero efectivamente era Pepa la que estaba tensa. Silvia: estoy bien. Los lumbares de Pepa agradecieron que se dejase caer nuevamente contra el respaldo y se relajase. Silvia llevaba el mando y para Pepa resultaba difícil saber donde estaba o estaría el límite, pararía en el mismo segundo en que se lo pidiese, pero eso la obligaba a estar atenta a cualquier detalle en su cara, en su voz, en sus gestos y no sólo a disfrutar de tener a su mujer nuevamente entre sus brazos. Silvia dirigía las manos de Pepa, hizo que pasasen de estar en su cintura a sus pechos, la excitación crecía, y no parecía que se fuesen a quedar ahí, entonces una de las manos de Pepa voló por cuenta propia y atrapando el culo de Silvia la acercó más hacia si. El gesto fue ligeramente posesivo y casi imperceptible la reacción de Silvia, pero Pepa notó cierta tensión en ella, ya no parecía tan cómoda. Pepa: princesa...- no sabía como decirlo, decidió utilizar una metáfora – no tenemos que llegar a la meta. Silvia no dejó de besarla, parecía recobrar el ánimo: no quie...? Pepa la interrumpió: disfrutemos escalando la montaña si?. Silvia sonrió antes el juego de palabras que estaba utilizando y quiso aportar su granito de arena: y que tal es la vista desde ahí?. Pepa: preciosa, espectacular. Por la mañana se despertó de muy buen humor, tonteó nuevamente con Silvia, alegre como unas castañuelas se fue a trabajar. Curtis: nos están esperando en la sala. Pepa: a mí?, yo no tengo ninguna reunión.. Curtis: desde hace 15 minutos si. Pepa: joder – que tripa se le había roto al suegro esta vez.. Pero en esta ocasión no eran los gritos de Don Lorenzo, sino de Montoya los que salían al exterior de la sala. Al entrar. Marina: el caso tiene suficientes ramificaciones para que tomemos el mando. Montoya: ya estoy yo al mando!. Marina: su último operativo no salió todo lo bien que se esperaba. Montoya acusó el golpe bajo. Pepa acudió en su defensa antes que nadie: Gonzalo dio con las claves para detener al culpable. Marina: pero una agente resul... Pepa acercándose: comandante, mejor no vaya por ese camino. Don Lorenzo: Vale!, a sentarse todo Dios! – viendo para Marina – comandante Salgado usted siempre como un elefante en una cacharrería, he leído el informe – levantando la carpeta – y si bien parece que hay nuevos sectores implicados en la trama, vamos a hacer lo siguiente – hacia Montoya – Gonzalo pones al día a Marina de nuestra investigación – hacia Curtis y Pepa – vosotros seguís teniendo que informar a Gonzalo de cualquier novedad. Marina: si esto sigue engordando nos haremos con el control. Don Lorenzo cansado de escucharla: si Marina, si, todo el pastel para ti y tu gente. A Pepa no le hacía gracia la posibilidad de tener a Marina como superior, si Montoya era estricto en el cumplimiento de las normas, Salgado era escrupulosamente recta con todo lo que tenía que ver con el reglamento. Por la tarde recibió la llamada de Raquel, ya había sido informada de la inclusión de una nueva interlocutora.. Raquel: dentro de 2 semanas habrá un desembarco en la playa de santa Comba en Ferrol, mi equipo y yo nos vamos a desplazar hasta allí. Entrar en el grupo de policías corruptos era casi imposible, y sobre todo para ellas 2, demasiado conocidas, su fama las precedía, y no era creíble que de repente se pasasen al lado oscuro, en Vigo Raquel había introducido a un novato casi recién salido de la academia entre las ovejas negras, y él era el encargado de pasarle la información. Raquel: porque no vienes?, quiero que conozcas a Gus – era el novato. Pepa: no sé. Raquel: os vendrá bien cambiar un poco de aires, prometo que será como mucho 1 día de trabajo, después nos quedamos un par de días más y os enseño la zona. Pepa: lo hablaré con Silvia. Quedaba poco para su primer aniversario de boda, a lo mejor le apetecía un pequeño viaje. Raquel: vale, dile que Mar también viene. Pepa salía de comisaría ya casi de noche, le sonó el móvil, era Silvia. Pepa: dime. Silvia: vienes para casa?. Pepa: si, estoy saliendo. Silvia: vale, no tardes, pero no corras. Pepa: siii – siempre que iba en moto Silvia se preocupaba un poco. Por la mañana se despertó de muy buen humor, tonteó nuevamente con Silvia, alegre como unas castañuelas se fue a trabajar. Curtis: nos están esperando en la sala. Pepa: a mí?, yo no tengo ninguna reunión.. Curtis: desde hace 15 minutos si. Pepa: joder – que tripa se le había roto al suegro esta vez.. Pero en esta ocasión no eran los gritos de Don Lorenzo, sino de Montoya los que salían al exterior de la sala. Al entrar. Marina: el caso tiene suficientes ramificaciones para que tomemos el mando. Montoya: ya estoy yo al mando!. Marina: su último operativo no salió todo lo bien que se esperaba. Montoya acusó el golpe bajo. Pepa acudió en su defensa antes que nadie: Gonzalo dio con las claves para detener al culpable. Marina: pero una agente resul... Pepa acercándose: comandante, mejor no vaya por ese camino. Don Lorenzo: Vale!, a sentarse todo Dios! – viendo para Marina – comandante Salgado usted siempre como un elefante en una cacharrería, he leído el informe – levantando la carpeta – y si bien parece que hay nuevos sectores implicados en la trama, vamos a hacer lo siguiente – hacia Montoya – Gonzalo pones al día a Marina de nuestra investigación – hacia Curtis y Pepa – vosotros seguís teniendo que informar a Gonzalo de cualquier novedad. Marina: si esto sigue engordando nos haremos con el control. Don Lorenzo cansado de escucharla: si Marina, si, todo el pastel para ti y tu gente. A Pepa no le hacía gracia la posibilidad de tener a Marina como superior, si Montoya era estricto en el cumplimiento de las normas, Salgado era escrupulosamente recta con todo lo que tenía que ver con el reglamento. Por la tarde recibió la llamada de Raquel, ya había sido informada de la inclusión de una nueva interlocutora.. Raquel: dentro de 2 semanas habrá un desembarco en la playa de santa Comba en Ferrol, mi equipo y yo nos vamos a desplazar hasta allí. Entrar en el grupo de policías corruptos era casi imposible, y sobre todo para ellas 2, demasiado conocidas, su fama las precedía, y no era creíble que de repente se pasasen al lado oscuro, en Vigo Raquel había introducido a un novato casi recién salido de la academia entre las ovejas negras, y él era el encargado de pasarle la información. Raquel: porque no vienes?, quiero que conozcas a Gus – era el novato. Pepa: no sé. Raquel: os vendrá bien cambiar un poco de aires, prometo que será como mucho 1 día de trabajo, después nos quedamos un par de días más y os enseño la zona. Pepa: lo hablaré con Silvia. Quedaba poco para su primer aniversario de boda, a lo mejor le apetecía un pequeño viaje. Raquel: vale, dile que Mar también viene. Pepa salía de comisaría ya casi de noche, le sonó el móvil, era Silvia. Pepa: dime. Silvia: vienes para casa?. Pepa: si, estoy saliendo. Silvia: vale, no tardes, pero no corras. Pepa: siii – siempre que iba en moto Silvia se preocupaba un poco. Cuando llegó a casa el riquísimo olor que venía de la cocina la llevó hasta allí. Silvia en delantal sacaba del horno unas almejas. Pepa que intuía por donde iban los tiros, decidió hacerse la despistada : me he olvidado de alguna fecha..? Silvia: menudo comentario, anda ven aquí y arréglalo un poco dándome un beso. Pepa se lo dio pero insistió: me he olvidado... Silvia: noooo – le dio otro beso - no puedo cocinarte algo especial?. Pepa: el niño ha fumado un porrito en el recreo y quieres suavizarme la noticia. Silvia se rió: pero que cosas se te ocurren.. Pepa: por cierto donde está el adicto al chupete?. Silvia: en camita – le pasó la fuente con las almejas – venga vamos a cenar. Silvia llevaba otro recipiente tapado, al llegar al salón Pepa se encontró puesta la mesa con velas y flores. Pepa entonces optó por un comentario gracioso: vale, a lo que sea que me vayas a decir o pedir, estoy de acuerdo. Silvia: cállate ya. Durante la cena Pepa sólo abrió la boca para comer y felicitar a la cocinera por los manjares tan deliciosos que estaba degustando, la velada resultó fantástica, hacía tiempo que no disfrutaban de un momento como ese para ellas 2, y eso que enzo salvo en contadas ocasiones en las que una pesadilla importunaba sus sueños, no se despertaba. Pero esa noche Silvia se había salido de la rutina diaria y dedicado tiempo única y exclusivamente a crear una atmósfera especial. Se bebieron el último resto de vino, se quedaron viendo la una para la otra. Pepa: sabes, que me veas así revoluciona mis hormonas. Estaban lo suficientemente cerca para que Pepa pudiese coger una de las manos de Silvia. Silvia sonrió: todavía tengo ese poder?. Sus dedos se entrelazaban. Pepa: yo creo que nunca lo vas a perder.. Silvia se levantó y se sentó en su regazo: perfecto porque necesito tu ayuda. Pepa hizo otra broma: para colgar un cuadro?. Silvia: no es un trabajo de carpintería. Pepa la rodeaba con sus brazos: de fontanería entonces. Silvia la besó: nooooo... Pepa entonces: tengo que ponerme seria?. Silvia acarició su cara, la conexión entre ellas la hacía saber que Pepa entendía de que iba todo eso desde el mismo momento que entró en casa: no, prefiero que sigas haciéndote la despistada.. Pepa desde atrás metió las manos por dentro de la camiseta de Silvia: aja, muy bien señorita – localizó el cierre del sujetador – entonces que servicios precisa de mí?. Silvia: tiene que ver con nuestra condición de casadas.. Pepa le besó el cuello, la manos de Silvia la atraía desde la nuca: umm, obligaciones maritales entonces.. Silvia: exacto – notó como le desabrochaba el sujetador y ella misma se quitó la camiseta. Pepa observaba el cuerpo semidesnudo de Silvia, y ella se dejaba admirar. Silvia: me llevas a la cama?. Pepa notó como se le estrujaba el vientre. Silvia rápidamente: no dudes – viendo a los ojos de su mujer – necesito que guíes mis pasos. Su guía..., cuantas cosas le decía en tan pequeña palabra. Silvia la quería, quería hacer el amor, pero también tenía miedo, quizás en algún momento sentiría dudas, y le pedía que actuase como un sherpa ayudándola a hacer cumbre, sin vacilar, segura. Pepa besó a Silvia con inmensa ternura: yo te guío...- un nuevo beso -siempre... hacia donde tú quieras. Se levantaron y de la mano se fueron hacia la habitación, por el camino sus miradas se cruzaban cargadas de sentimientos, el ritmo fue lento, lento a la hora de quitarse la ropa, lento a la hora de besarse, de que sus dedos explorasen el cuerpo de la otra, lento incluso en la pronunciación de las pocas palabras que se decían entre besos. Pepa: te...quie...ro. Silvia: yo...tam....bien....te quie...ro. Pepa tomó el mando, y cuando ambas estaban desnudas se puso encima, el cuerpo de Silvia dejó de ser suyo, Pepa lo acariciaba, besaba, lamía, hacía lo que quería con él, sus pechos cuando ya no se podían poner más duros de excitación fueron abandonados por la boca de Pepa, pues ella comenzaba el descenso hacia su sexo, segura... Silvia disfrutaba dejándose llevar, escuchaba la suave voz de Pepa diciéndole que la quería, y eso la ayudaba todavía más a bloquear o aislar cualquier recuerdo desagradable, creía que su primer orgasmo llegaría en cuanto Pepa puso su lengua en su sexo, pero no iba a ser así, no mientras Pepa estuviese al mando, se quedaba justo al límite. Silvia: Pepaaa, por favor... Pepa apareció ante ella: shh, mi vida. Silvia: no aguanto más. Pepa: quiero verte. Silvia reclamó con urgencia: tócame, tócame. Pepa estimuló entonces su clítoris y en pocos segundos Silvia comenzó a agitarse, la respiración entrecortada y un gemido ahogado de puro placer, todo eso pudo observar Pepa. Pepa: te quie – no acabó la frase al ver unas lágrimas surcar las mejillas de Silvia – cariño... porque lloras? Silvia se abrazó fuertemente a ella y con voz entrecortada: es de fe..lici...dad..Pepa... te quie...ro tanto.. Pepa aguardó unos segundos pero el llanto no cesaba: amor...por favor cálmate. Silvia lo intentaba, pero con el orgasmo de golpe se liberaron todas sus emociones, de nuevo era una mujer completa, de nuevo su cuerpo disfrutaba del placer, quiso explicárselo : ha..ha...sido..como...antes... Pepa: sh..shh..- no le hacían falta explicaciones. Pasaron unos minutos más, Silvia se había calmado y permanecía abrazada a Pepa, el silencio las rodeaba. Ni la una ni la otra querían hablar, realmente no lo necesitaban, Pepa sabía lo importante que era para su mujer, y cuanto la quería Silvia, y Silvia sabía del inmenso amor que Pepa le procesaba. El sonido del móvil de Pepa rompió aquella paz. Lo recogió de la mesilla, algo más cayó al suelo, un libro, vio para la pantalla. Pepa medio dormida: reich ya puede ser importante. Raquel: la verdad es que estaba aquí aburrida a las 2 a.m, no te jode – pausa – me ha llamado Gus, se acaba de enterar de que se esta produciendo una reunión de altos mandos en Madrid, quizás todavía llegues para ver algo. Pepa: no te ha dicho más?. Raquel: se ha enterado de pasada, al parecer es una cumbre importante, quizás por el envío que llegará en una semana a Ferrol. Pepa casi plenamente consciente: vale – ya se había levantado, tropezado con las zapatillas, pisado el cinturón que le hizo daño con la hebilla en el pie, jurado en arameo, y buscaba por la habitación algo donde apuntar. Raquel al otro lado de la línea aguantaba la risa al escuchar tanto estropicio. Silvia despierta por todo el ruido que estaba haciendo, le indicó un cajón de la cómoda. Pepa: la dirección es? – tomó nota – me visto y voy para allí. Raquel: no vayas sola, y procura que no os vean. Pepa: eh!, que no estas hablando con una novata. Raquel: ya, ya, – pausa – oye mientras te vistes pásame a tu mujer, que seguro que con todo el jaleo que has montado está despierta. Pepa: todavía no le he dicho nada. Raquel: de eso no le diré ni una palabra. Pepa le pasó el móvil a Silvia: quiere hablar contigo. Silvia: hola ?. Raquel: hola guapa, siento haberos despertado Silvia: me imagino que es importante. Raquel: lo es, una curiosidad, la larga siempre monta ese jaleo cuando se despierta a deshora? Silvia se rió. Pepa se quedó viendo para ella: que coño te está diciendo?. Silvia: a veces es un poco patosilla. Entonces fue Raquel la que se rió. Pepa: que graciosas... Raquel cambió de registro: te noto muy animada. Silvia: lo estoy. Raquel: me alegro. Pepa se acercaba a Silvia para darle un beso: me voy. Raquel que lo escuchó: dile que se lleve el móvil. Silvia: ah, es cierto, un beso Raki, dale recuerdos a Mar. Raquel: se los daré otro beso para tí. Silvia colgó , Pepa ya se iba: el móvil cariñooo. Pepa: ostias! es verdad. Silvia: no vayas sola. Pepa le dio otro beso: nooo, ahora despierto a Curtis, le va a hacer una ilusión..... Silvia: a lo mejor sí. Pepa que se imaginaba el porque: no, a lo mejor no. Silvia seria: ten cuidado. Pepa: lo tendré, con un poco de suerte cuando vuelva aún te encuentro entre las sábanas. Silvia: entonces tendrás premio – la besó más intensamente. Pepa se fue sonriendo: chao guapa. Curtis re reunió con Pepa en un punto intermedio del camino. La dirección señalada por Raquel pertenecía a una zona del centro financiero de Madrid, ocupada por grandes torres de oficinas. Sin apagar el coche. Curtis: aquí no hay nadie. Pepa: eso parece, vamos a echar un vistazo, vete hasta allí. Estuvieron aproximadamente una hora recorriendo distintas calles, simplemente se veían luces en aquellas oficinas que tenían vigilancia contratada. Pepa llamó a Raquel: aquí no hay ni dios. Raquel: mierda! – pausa – bueno entraba dentro de lo previsto, con tan poco tiempo es normal que no hayáis llegado, iros para casa, ya hablamos por la tarde vale?. Pepa: ok, hablamos. Curtis la llevó hasta su coche y Pepa volvió a casa con tiempo para compartir con Silvia unas cuantas horas de la todavía noche. Pepa: no lo creí necesario. Don Lorenzo suspiró, sabía lo que venía a renglón seguido. Marina toda alterada: se lo dije Comisario, no quedamos en eso, se me tiene que informar de cuanto suceda. Pepa se adelantó: pues no te preocupes Marina, la próxima vez te despierto con mucho gusto. Curtis disimulaba una sonrisa. Montoya le echó un cable: a mí se me ha informado ahora por la mañana, entiendo que si anoche hubiera sucedido algo importante nos habrían avisado. Pepa hizo un gesto que apoyaba lo dicho por Gonzalo. Marina: espero que así sea. Pepa se fue a buscar a Silvia, desde la ventana del laboratorio pudo verla en el mostrador del final, estaba apoyada en un taburete viendo algunos datos en la pantalla del ordenador. En cuanto abrió la puerta saludó, desde la agresión ya no se acercaba a ella por la espalda de forma sigilosa. Silvia no dejaba de escribir: no me das un abrazo?. Pepa: claro. Habían perdido espontaneidad, pero que tu mujer reclame que la mimes tampoco estaba mal. Pasó sus manos por la cintura de Silvia, ella recostó su espalda sobre su pecho, Pepa la besó en la base del cuello. Silvia: ummm.. Pepa: te falta mucho?. Silvia llevó su mano izquierda hacia atrás, giró la cabeza y besó a Pepa: no, un par de minutos. Pepa: puedo quedarme así?. Silvia se rió: mejor siéntate aquí al lado, por si viene alguien. Pepa: ah vale...no quieres dar que hablar – le estaba metiendo mano – pero te recuerdo que eres mi mujer, no es.. Silvia: ya claro – le quitaba la mano – y yo te recuerdo que estamos trabajando. Pepa consultó su reloj: técnicamente nuestros turnos hace media hora que acabaron. Silvia: vale, lo que tú digas, pero siéntate ahí, sino me desconcentras. Pepa se fue hacia donde le decía, se sentó: Sil..? Silvia: queee. Pepa: en un par de semanas quizás tenga que ir a Ferrol. Silvia dejó lo que estaba haciendo: quizás?. Le explicó su conversación con Raquel. Pepa: nos vendría bien irnos un par de días no crees?. Silvia: me gusta el plan, sólo tengo una condición. Pepa interrogante: cual?. Silvia: nada de travesías nocturnas en barco. Ambas recordaron cuando el año pasado Pepa y el padre de Raquel apunto estuvieron de naufragar en la Ría de Vigo. Pepa hizo la señal del boy scout: prometido. Silvia se levantó de la silla: nos vamos..? – se quitó la bata y recogió el bolso. Salieron de comisaría abrazadas por la cintura. Unos días lejos de Madrid era lo que necesitaban para pasar página definitivamente. Don Lorenzo: llamar cuando lleguéis. Silvia: que sí Papa, no seas pesado. Don Lorenzo: pesado los cojones – ponía a enzo en la silla - que en la carretera hay que llevar mil ojos. Pepa: ese lenguaje.. Don Lorenzo: si el niño no entiende. Enzo jugando con su peluche: los cojones.. Pepa: decía?? Don Lorenzo: ostias!. Silvia: Papa!. Don Lorenzo: perdón – viendo para su nieto que le sonreía – ah no, tú no te rías que eso no se dice.. La reprimenda se acabó en el mismo momento en que enzo estiró sus brazos para darle un beso al abuelo. Pepa: ja!, en comisaría voy a utilizar yo esa táctica. Don Lorenzo se incorporaba saliendo del coche: Pepaa no me... Silvia: ya Papa, ya, por favor, que siempre estáis igual – le dio un beso – nos vamos, te llamo al llegar. Pepa también se acercó y abrazó a su suegro. Don Lorenzo: cuidadito con hacer el memo. Pepa: yo también le voy a echar de menos. El viaje transcurría sin problemas, enzo o dormía o veía alguna peli de dibujos en el dvd portátil sujeto a uno de los cabezales delanteros, Silvia de vez en cuando también caía vencida por el sueño. Como iban hacia el Oeste el sol delante de ellas descendía buscando la línea del horizonte. Pepa se vió al volante del coche, con esa impresionante imagen al frente, mientras las 2 personas más importantes de su vida dormían plácidamente a su lado. De que está hecha la felicidad?, no lo sabía, pero en ese momento creía estar en el mismo centro. Silvia se despertó y le sonrió, ella le devolvió la sonrisa. Silvia: falta mucho?. Pepa negó: ya casi estamos.. Silvia: por tu cara adivino que me he perdido algo interesante. Pepa: no vale leerme la mente. Silvia: que pensabas? Pepa: he tomado conciencia de que he madurado.. – Silvia se rió - no te rías. Silvia: te has visto mayor? Pepa sonrió: no tonta, me he visto con una mujer y un hijo a los que adoro. Silvia le dio un beso en la mejilla: nosotros también te adoramos. Pepa: mira. Cruzaban la Ría de Ferrol por la autopista, al fondo el puente de las Pías y el océano Atlántico. Silvia: que bonito. Apenas 30 minutos después, llegaban siguiendo las indicaciones del GPS a las puertas del Hotel Almirante en plena Plaza de España. Mientras Silvia desataba a Enzo, Pepa llamaba a Raquel. Pepa: ya hemos llegado – escuchando – vale, nos vemos en recepción. Pepa cargó con las 2 pequeñas maletas y cuando le entregaba la reserva al recepcionista aparecieron desde el camino del ascensor Raquel y Mar. Silvia: pero que morenas estáis?. Mar: en Vigo llevamos un final de Mayo buenísimo, hola guapa. Se saludaron con besos entre todas, y enzo fue pasando por los brazos primero de Mar y después se quedó con Raquel. Raquel: vaya..pero que grande estas.. ya tienes novia? Enzo:zi.. Raquel: así ?. Enzo volvió asentir. Pepa firmando la entrada: y quién es esta semana?. Raquel: ah pero va cambiando? Silvia: si hija, serán estas ondas pelirrojas, pero cada día nos viene con el cuento de que le ha besado una niña u otra. Raquel haciéndole cosquillas: pero que lobas... Subieron a las habitaciones y después de acomodarse y cambiarse bajaron a cenar. La zona donde estaba situado el hotel era completamente peatonal y cercana al centro, por lo que fueron dando un paseo hasta un restaurante recomendado por el personal de recepción. Se pusieron al día sobre todo Mar y Silvia, que no tenían tanto contacto, cuando sus temas iban por el terreno de la medicina Raquel y Pepa hablaban de otras cosas. Raquel: por cierto Don Quijote le ha pedido a Ruth que se case con él. Silvia: no me digas?, pero si son muy jóvenes no? Mar: como yo, 26, no veas que vacile le cayó al pobre. Pepa: y eso?. Raquel: insinúe que la había dejado embarazada y mi padre erre que erre que no llevaba al altar a una hija con bombo. Mar: y Ruth toda mosqueada diciendo que no estaba embarazada y las demás hermanas pues entonces para que te casas?, que eran muy jóvenes, que si tenían envidia de vuestra boda. Pepa: pero que malas que sois. Raquel: pero si ya sospechábamos desde hacía días que algo estaban tramando, por eso les tocamos un poco la moral. Silvia: entonces..? Mar: tenemos boda en Agosto del año que viene. Raquel: de la cual os llegará invitación formal de aquí a unos meses. Pepa: y tú que? – dando un codazo a Raquel - cuando piensas pedírselo a Mar?. Creía que la ponía en un aprieto, pero no. Raquel poniendo cara cómplice con ella: cariño dile tu respuesta por favor. Mar negando: así parezco yo la mala. Raquel: es que lo eres, en este caso por lo menos. Silvia: me he perdido.. Mar: le he dicho que no. Silvia como habiendo metido la pata: ups! Raquel recalcó: 3 veces. Pepa con sorpresa: coño! Mar se acercó a Raquel: pero si sabes que yo te quiero más que a nadie. Se besaron. Raquel: ya, ya. Mar otro beso: con lo que a mí me gusta que me lo pidas. Pepa y Silvia se rieron. Nuevamente en el hotel. Silvia acostó a Enzo y estuvieron charlando todas, en la terraza de la habitación, después de haber pedido al servicio de habitaciones varios cafés, hasta que a Raquel la llamaron al móvil, era la hora. Silvia: nada de barcos. Pepa: que siii, un beso. Silvia: Reich?. Raquel repitió: nada de barcos. Mar abrazó a Raquel: tener cuidado vale? – se dieron un beso. Pepa le dio un beso a su hijo y salió con Raquel, Mar se quedaba con Silvia, haciéndose compañía. En la furgoneta sacaron el plano de situación. Pepa escuchó como el conductor informaba de que ponía rumbo hasta la playa de Santa Comba. Raquel: llegaremos a este punto, el siguiente tramo lo haremos andando por una antigua pista que utilizaba el ejercito en esta zona. Pepa: cuando conoceré a Gus?. Raquel: después del desembarco suelen ir a celebrarlo, cuando los demás estén bastante borrachos, vendrá a reunirse con nosotros. En el hotel Silvia y Mar charlaban. Mar: estamos muy bien así. Silvia: y niños?. Mar sonriendo: ahí si que tenemos planes en firme, antes de que acabe el año espero estar embarazada. Silvia: que alegría!. Mar: solo pensarlo me pongo de los nervios. Silvia no dándole importancia: bah, cuando tienes una cosita así – señalando a un dormido enzo – se te olvida todo. Playa de Santa Comba. Pepa: menudo espectáculo, estás segura de que harán la entrega? Bajaban por una especie de cortafuegos, llevaban linternas con luces que no se veían a largas distancias, el mar estaba realmente revuelto y el viento soplaba con fuertes rachas. Raquel: lo tengo visto peor, pero no se sabe, habrá que esperar, bajaremos hasta aquellas rocas y desde allí intentaremos tomar fotos. No esperaron demasiado, en la otra punta de la playa de repente surgieron potentes focos cuya luz se proyectaba mar adentro. Raquel: mierda!, les están avisando de que no desembarquen, vamos!. Comenzaron entonces una carrera por la playa. Pepa gritando: nos van a ver. Raquel: no creo que sepan que estamos aquí – no dejaba de correr – les avisan por el estado de la mar. Cuando llevaban más de la mitad del recorrido los focos se apagaron. Raquel: joder!! Apurar! – estaban echando los hígados. Como fin de carrera les tocó subir por una pendiente lo cual hicieron jadeando como animales, varios todo terrenos seguían allí, se tiraron al suelo. Pepa recobrando el aliento: van..van.. a escuchar.... nuestras.... respiraciones desde allí...jesús.... A Raquel le pasaron unos prismáticos con visor nocturno: tomar... nota... de las... matrículas...aughh.. – intentando que entrara más aire en sus pulmones – veo a Gus... Le pasó los prismáticos a Pepa. Raquel: el calvo de la cazadora con la mitad de la manga en rojo. Apenas 5 minutos después los todo terrenos desaparecían. Raquel boca arriba, tosiendo: llamar a la furgo... que nos vengan a buscar a la zona de la capilla – levantándose y estirándose – aughh me ha dado un tirón en el gemelo. Pepa: estamos mayores eh?. Raquel: has visto bien la distancia que hemos cubierto? – señaló hacia la playa. Pepa al levantarse, se percató de que mínimo habían recorrido 2 kms de playa. Raquel le dio un golpecito en la espalda: y yo llegué primera – eso era cierto – no está mal para esta vieja. Mientras esperaban a que Gus se pusiera en contacto con ellas llamaron a la comandante Salgado, eran las 3 am. Finalizada la conversación. Raquel: has disfrutado como una enana. Pepa: que se joda. Le contó todos los problemas de mando que estaban teniendo con ella. Gus se puso en contacto sobre las 5 am, y la reunión la mantuvieron en una nave abandonada de la zona del puerto deportivo. Gus: todo ha sido una pantomima . El verdadero alijo había desembarcado en otra playa en la zona de Lugo, al parecer no se fiaban de los porteadores y quisieron ponerlos a prueba. Raquel: que sabemos de los peces gordos de Madrid? Gus: sé que hay 2 comisarios involucrados, no sé cuales, quizás por las zonas donde nos movemos con la mercancía podáis averiguar a que jurisdicción pertenecen. Pepa: dalo por hecho. Raquel: te paso yo los circuitos. Gus sacó un pequeño fajo de dinero: esto me lo han dado por hoy, 5000€. Pepa silbó. Raquel: por nada?. Gus: esto se esta haciendo muy grande inspectora, yo aquí soy el último mono y si este es mi premio... Estaba claro que se estaba moviendo mucha mierda y no solo entraba por Galicia. Volvieron al hotel. En la cama de Silvia había un invitado, con cuidado cogió a enzo y lo puso en la supletoria. Silvia: que tarde no? Pepa susurró: perdona cariño te he despertado?. Silvia: no estaba completamente dormida, el niño estaba inquieto y al final lo he metido conmigo. Pepa se acurrucó: que bien se está aquí. Silvia: que hora es?. Pepa: según se mire, muy tarde o muy temprano. Se durmieron escasos minutos después, Silvia tranquila por tener a Pepa con ella, y Pepa rendida por el esfuerzo realizado. Después de dormir hasta bien tarde salieron con intención de hacer un poco de turismo. Primero estuvieron en el Castillo de San Miguel, luego subieron a la capilla de Chamorro para ver toda una panorámica de Ferrol, y para comer se pararon de camino a la playa de Valdoviño, donde pasaron la tarde. Se bañaron en el lago que formaba el río, porque el viento seguía soplando con demasiada fuerza y no había quien parara en la playa, amén de que el agua estaba congelada. Raquel: echaros bastante protector, aquí entre el viento y que el agua tiene mucho yodo, te quemas con facilidad. Silvia: luego dicen que para viento Tarifa, madre mía.. Por la noche cenaron en el puerto. A la mañana siguiente se fueron a la zona de covas, donde había un desfile pues se celebraba la patrona del pueblo y después otra jornada de playa en esta ocasión al lado del camping las cabazas, esta ensenada estaba mucho más recogida que la del día anterior. La cena de despedida la hicieron en el hotel, tenían que regresar. Con los bártulos ya cargados llegaron los abrazos y besos. Raquel: en cuanto llegue a Vigo me pongo con el informe. Pepa: como esto siga así te veo en Madrid en unos meses. Raquel: si, se está poniendo interesante. Silvia y Mar se abrazaban: ya me contarás vale?. Mar: y tú a mí. Raquel se despedía de enzo, que mandaba besos por el aire. Volvieron a Madrid sin incidentes. En cama. Pepa: ha estado bien verdad?. Silvia asintió, estaba boca arriba: sigamos así, disfrutando de cosas bonitas. Pasadas unas semanas Silvia salía de la consulta de la Dra. Barros, Pepa no sabía nada, todavía, quería tenerlo todo atado y preparado para darle la sorpresa a su mujer, una bonita sorpresa. Montoya : ya tienes lo que querías.. Marina: simplemente es una cuestión de competencias. Gonzalo se levantó y se fue del despacho. Marina hacia Pepa y Curtis: espero colaboración por vuestra parte. Pepa: entonces haz el favor de no dudar de nuestra profesionalidad – también se levantaba. Don Lorenzo no intervino estaba de acuerdo con la apreciación. Al salir. Pepa: me tiene hasta los cojones. Curtis: ya se te están pegando las maneras de tu suegro. Pepa: no ha parado hasta echar a Montoya del caso. Curtis: por él no te preocupes, aquí hay muchas cosas de las que ocuparse, el problema lo tenemos nosotros con ella de jefa. Pepa: ya te digo, me voy a ver a mi pelirroja que siempre me levanta el ánimo. Curtis: el ánimo si... Silvia: que no te doy ninguna pista pesada.. Pepa llevaba 2 semanas insistiendo sobre el regalo de aniversario. Silvia: te dije que era cosa mía no?. Pepa remolona: ya pero.. – abrazándola y besándola – yo quería comprarte algo, o llevarte a algún sitio bonito o... Silvia: esto es mejor... Pepa: mucho mejor? Silvia: mucho. Pepa: joder! y es para las 2?. Silvia la besó: anda lárgate que tengo que acabar esto. Pepa: ya veremos si por la noche no me lo sueltas.. – se iba hacia la puerta. Silvia: he aguantado varias noches no??, no voy a ceder en la última.. Pepa desde el marco: ya, ya.. – le sacó la lengua. Cuando se ponían en ese plan parecían 2 adolescentes, todavía conservaban ese juego de hacer el payaso la una con la otra. Por la noche a pesar de las torturas en el terreno sexual por parte de Pepa, la pelirroja no soltó prenda. Pepa entre los brazos de su mujer: no me duermo..... Era como una cría la noche de reyes. Silvia: yo tampoco.. - ella por la emoción de ver su cara... Pepa: pues entonces dímelo ya... son las 00:40, ya estamos a 23 de Junio. Silvia sopesando la respuesta, al final: mejor no, no quiero que estés toda la noche dándole a la cabeza, y yo pensando en que piensas tú. Pepa: pues ahora si que lo has arreglado... Silvia se subió encima de ella: quizás pueda hacerte pensar en otra cosa.. Pepa haciéndose la dura: no sé, no sé..por ejemplo.? Silvia la besó con intensidad, hacía apenas 20 minutos que habían hecho el amor, pero no estaban cansadas, y mañana se habían pedido el día libre.. Pepa fue la primera en abrir los ojos, ni siquiera se escuchaba a enzo, eran apenas las 8 am. Pepa se apretó a Silvia que estaba dándole la espalda: quiero mi regalo – le susurró al oído, le dio un beso. Silvia: que hora es?. Pepa protestó: Siiiil.. Silvia dándose la vuelta: vale, vale...dios.. me estas poniendo nerviosa.. .- saliendo de la cama. Pepa: eso es que no me va a gustar... Silvia: si no te gusta me divorcio.. .-salió de la habitación. Apenas un minuto después volvía con una carpeta, a simple vista una carpeta de tapas duras color chocolate, y un lazo de color rojo a modo de cierre, pero dentro aguardaba el resultado de varias consultas legales. Pepa sentada en la cama la recogió, enarcando las cejas: nos hemos comprado una casa? Silvia negó con la cabeza: lee.. – con una sonrisa, se sentó a su lado. Pepa deshizo el lazo intrigada y abrió la carpeta, el titulo de la cabecera atrapó todos sus sentidos, “consentimiento de donación”, con ojos veloces leía cada línea. El documento legal pedía su firma para donar a Silvia Castro, su mujer, los óvulos necesarios para realizar una fecundación in vitro, la fecha de dicha intervención sería... ese mismo día. Silvia veía para Pepa, notó cierto temblor en sus manos, y cuando ella se giró para verla, sus ojos estaban llorosos, esperaba a que le dijese algo. Pero a Pepa las palabras no le salían, habían hablado sobre tener un segundo hijo, y ella en todo momento pensaba en el mismo procedimiento seguido con enzo, pero.. pero esto significaba utilizar un óvulo suyo, una pequeña parte de si misma que cobraría vida a través del útero de Silvia.... Se sentía madre desde el mismo instante en que supieron con certeza que el embrión de enzo salía adelante, su hijo era adorable, tenía muchos rasgos tanto físicos como de personalidad de Silvia, e incluso de Pepa había adquirido hábitos, lo quería con locura. intentó explicárselo a Silvia. Pepa lo intentó: esto es... enzo.. Silvia la ayudó: cariño, sé lo que sientes por enzo, que mejor que tenga un hermano con tus genes? – dejó la pregunta en el aire, no esperando respuesta - quiero otra Miranda en mi vida. Pepa estaba completamente emocionada, no creía que hubiera mayor prueba de amor que la que le estaba ofreciendo su mujer. Se levantó de la cama, fue hasta la cómoda con la carpeta en la mano, recordaba que en uno de los cajones..., si, allí estaba, cogió el bolígrafo y todavía temblando estampó su rúbrica en la línea de puntos indicada para ello, dejó la carpeta sobre la superficie del mueble, se dio la vuelta, Silvia la observaba en silencio, se arrodilló ante ella, le cogió una mano y se la llevó a su corazón que latía con fuerza. Pepa: no tengo palabras – negó con la cabeza – no las hay…nada puede describir lo que siento - acarició la cara de Silvia – eres la fuente de mi felicidad. Se besaron con intensidad. Pepa viendo a Silvia a los ojos: estás segura?. Tener a enzo había supuesto varios meses de abortos. Silvia asintió: llevo casi un mes preparándome con la Dra. Barros. Pepa incrédula: sí?, no sé si preocuparme por lo bien que me ocultas cosas. Silvia la besó nuevamente: no sabes lo que me ha costado estar calladita, pero quería darte esta sorpresa, ver tu cara... Pepa se medio incorporó pero no con la intención de irse de donde estaba, hizo que Silvia se recostara en la cama y se puso encima. Pepa: puedo hacer algo más que mirarte sabes?. Silvia sonriendo: como que?. Pepa: umm por ejemplo – sus manos se introdujeron en el camisón, y su boca empezó a besar su cuello. Silvia se estaba excitando, pero el niño podía entrar en cualquier momento: Pepa.. enzo... Pepa no paraba de besarla, ahora estaba en sus pechos: no vendrá... además – mordió un pezón lo que hizo dar un respingo a Silvia – puedo hacerte subir al cielo en 5 minutos. Silvia se dejó llevar.. Salían a toda prisa de casa, la primera parada fue para dejar a enzo en la guardería. Pepa se pasó al asiento de atrás y lo desató. Pepa con enzo desde fuera, al lado de la puerta del copiloto: dale un besazo a mami. Enzo desde la ventana introdujo su cuerpecito y ambos se dieron un sonoro beso. Silvia: pásalo bien cariño. Pepa corriendo con él en brazos cruzó la entrada. Allí esperaba como de costumbre la profe. Pepa lo dejó en el suelo, como hacía siempre se arrodilló: ese abrazo grande para mami? enzo se echó en sus brazos – ale a jugar mi amor – también se dieron un gran beso. Cuando enzo tomaba la mano de la profe para entrar. Pepa: vendrá Lola a buscarlo. Profe: muy bien, hasta luego. Pepa entró nuevamente en el coche. Pepa: vale y ahora al hospital. Cuando Silvia había ido a hablar con la Dra. Barros sobre los óvulos vitrificados de Pepa, esta le explicó todas las barreras legales que debía subsanar, aún así y a pesar de que el consentimiento de Pepa era el primer paso, se puso de acuerdo con el médico de Silvia e inició el protocolo para la realización de la fecundación in vitro. Todos estaban seguros de que Pepa consentiría por lo tanto era un mero trámite, y como Silvia había elegido la fecha de su aniversario para realizar la implantación, pues se pusieron a ello, semanas antes los óvulos de Pepa pasaron un examen de viabilidad, después fueron fecundados por el esperma del mismo donante que habían utilizado con enzo, y luego dichos óvulos fecundados fueron seguidos con lupa hasta que el proceso de maduración indicaba que estaban preparados para implantarse en la futura madre. El ginecólogo de Silvia, sería el encargado de hacerlo. En una sala de maternidad del hospital. Silvia ya vestida con la bata hospitalaria y tumbada en una camilla, observaba al médico que le ponía unas sondas, alrededor del corazón, y en la zona de la barriga, estas mandaban la señal a un monitor cercano. Pepa a su lado lo veía todo sin decir palabra. Médico: vale, lo que te he puesto esta midiendo tu frecuencia cardiaca y la temperatura del útero – Pepa y Silvia escuchaban atentas - las condiciones óptimas para la implantación son un alto bombeo de sangre y de temperatura uterina, ahora mismo no están mal ambas, pero seguro que con la ayuda de Pepa puedes mejorarlas. Se acercó a un pulsador y viendo para Pepa. Médico: me avisas, de acuerdo? – y salió. Pepa se quedó viendo para el pulsador y después para Silvia: he entendido bien? – incrédula. Silvia se rió: te has puesto roja. Pepa: no te jode, osea en mis narices me ha dicho que te caliente?. Silvia: Pepa! así suena fatal. Pepa: pero lo ha dicho no?. Silvia se sentó en la camilla, por el lado de los pies: anda ven aquí. Pepa reticente: no, no, yo así no puedo. Silvia cuando la tuvo cerca tiró de ella por la camiseta, entre el hueco de sus piernas se puso Pepa. Silvia: así como. Pepa: pensando en que él estará ahí fuera esperando...y pensando que tu y yo.. aquí. Silvia le dio un beso, ver que le daba corte le hacía gracia: queremos que salga bien verdad?. Pepa: si, claro. Silvia la besó con más intensidad: y tú eres experta en subirme la temperatura a que sí?. Pepa notaba las manos de Silvia introduciéndose por su camiseta: al final tú estarás caliente y yo como una moto. Silvia le mordió el labio: no te da morbo? Pepa: Sil! – alucinando. Silvia más pegada a ella: no te acuerdas lo ninfómana que era durante el embarazo de enzo... Pepa: si, pero ahora no estas embarazada. Silvia la besó: pues eso, imagínate lo que puede ser... Le sonrió seductoramente y Pepa se olvidó del médico y de donde estaban.. Pepa: le doy?. Silvia se recostaba en la camilla : si. Apenas un par de minutos después volvió a entrar el médico. Médico: veamos que tal ahora – llevaba en su mano derecha un pequeño recipiente, observo los valores del monitor mientras se sentaba – muy bien, esto me gusta más – viendo para Silvia y guiñándole el ojo – veo que se ha portado. Silvia se rió y Pepa nuevamente se puso roja. Pepa: ja...ja...Carlos la confianza da asco. Carlos sonrió: anda ven aquí, que me vas a ayudar. Pepa se acercó, comprobó como Carlos abría el bote y extraía una cánula. Carlos: Silvia está frío vale?. Silvia asintió. Carlos introdujo la cánula despacio por el conducto vaginal, se apartó ligeramente: Pepa coge la cánula como lo estoy haciendo yo ahora – así lo hizo- bien, pues ya sabes lo que toca ahora. Lo sabía, la única ocasión que lo había hecho, el resultado era un pequeño pelirrojo que hacía una hora habían dejado en la guardería, vio para Silvia mientras presionaba para que el contenido de la cánula se vaciase en el interior, deseando tener la misma suerte que aquel día. Carlos retiró la cánula: listo – le dio una ligera palmada en la pierna derecha a Silvia – ahora te recuestas, Pepa le pones ese cojín – se lo señaló - debajo de los muslos para que la pelvis esté elevada, os aviso en una hora para que os vayáis para casa, conviene que estés en esta posición unas cuantas horas más – se levantó – os dejo . Pepa: gracias Carlos. Silvia: si gracias. Carlos: de nada chicas. Se quedaron solas. Pepa después de ponerle el cojín, acercó una silla y se quedó a su lado, le cogió la mano, veía para ella de forma intensa. Pepa preguntó: te notas distinta?. Silvia sonrió: umm..., vamos a ver – como si se concentrase - un ligero frescor uterino... Pepa se rió. Silvia: decepcionada?? Pepa: para nada, era curiosidad – se levantó y le dio un beso – te amo. Ya en casa, Silvia se fue directa a la cama, se puso en dirección al cabecero, varios almohadones le levantaban la pelvis y hacían que sus piernas estuvieran alzadas hacia la pared. Pepa estuvo preparando unas cosillas, Lola no traería a enzo hasta bien entrada la tarde. Pepa entró en la habitación: que tal?. Silvia: me aburro un poco. Pepa se tumbo a su lado, sus cabezas juntas pero en direcciones distintas, le acarició el pelo, consultó su reloj: pues llevas el record de 30 minutos.. Silvia: te quedas conmigo?. Pepa: claro, que mejor sitio que a tu lado..guapa. Silvia sonrió. Pepa se movió: a que te suena esto? – su cabeza y la de Silvia en posiciones invertidas. Silvia: eres más guapa que spiderman. Pepa la besó. Cuando llegó Lola con enzo, Silvia seguía en la misma postura. Enzo: mami que haces? – subiéndose a la cama. Silvia: hola cariño – se dieron un beso – te has portado bien? – eludiendo la pregunta del niño, no sabía muy bien que decirle. Enzo: muy bien. Pepa: que tal Lola? – se saludaron con besos. Lola: que tal yo? – se sentó en la cama - que tal vosotras?, como ha ido? Silvia: bien? Pepa: bien. Lola: y cuando sabremos... – como enzo estaba allí no quiso decir la palabra. Silvia: bueno técnicamente ya lo estoy, los óvulos que me han implantado están fecundados, ahora lo que queda es esperar que se queden ahí. Lola: ay.. entonces hay más de uno?. Silvia: si, pero la probabilidad de que todos salgan adelante no es muy alta. Pepa se acercó a Silvia y la besó: te recuerdo que son mis óvulos, y de ti no me separa nadie.. Silvia se rió: pues entonces ve pensando en las horas extras que vas a tener que hacer para mantenernos. Pepa despreocupada: no hay problema, pero te recuerdo que eres tú la que los vas a parir – iba hacia la puerta – Lola tú que prefieres gemelos o trillizos. Lola: anda calla, calla, que la vas a poner nerviosa. Silvia cogió un cojín: tíraselo Lola que yo no puedo hacer esfuerzos. Pepa: voy a preparar algo de cena, te quedas Lola?. Lola: un rato, le hago compañía a Silvia mientras tú andas en la cocina. Enzo no se despegó de Silvia, ni siquiera salir a pasear a Van le hizo cambiar de idea, ya por la noche se puso muy mimoso y no hubo manera de echarlo de la cama. Pepa viendo para el niño dormido entre ellas: huele competencia. Silvia acarició a su hijo: no digas tonterías, él que va a saber. Pepa: si, si, ha salido de tu vientre pelirroja, y sabe que ahí – señalando la barriga de Silvia – hay algo que antes no estaba. Silvia: estas como una cabra. Pepa se acercó y la besó: y tú eres preciosa. A los pocos días, Silvia empezó a tener alguna perdida, no demasiado abundantes, después de pasarse por la consulta, Carlos le recomendó reposo, hacer cualquier tipo de exploración en esos momentos sería una intervención invasiva y haría peligrar los óvulos, esperarían un par de semanas. Pepa: porque no te quedas?, ya voy yo a hablar con la directora. Habían recibido una llamada de la guardería, al parecer enzo había pegado a un niño, concretamente al hijo de la impertinente de Susana. Silvia: no, no, que la lías. Seguía con molestias, pero conociendo a Pepa y lo mal que le caía Susana mejor que no fuese sola. Llevaban un rato sentados ambos padres en el despacho de la directora, escuchando los hechos acontecidos. Al parecer enzo había llevado una muñeca a la guardería de su amiga laurita y borja, el hijo de Susana, que era un año mayor que él, le había llamado nena, y cuando intentó quitarle la muñeca enzo le pegó con ella, con tan mala suerte que le hizo daño en un ojo, nada grave pero el susto fue tremendo. Y allí estaban los 5 escuchando de forma civilizada, o eso parecía. Susana: vuestro hijo es un violento. Pepa tardó cero coma segundos en calentarse: perdona?? Silvia: Pepa... Susana reculando en su propia silla: seguro que lo ha aprendido de ti, su madre policía. Pepa iba a saltarle, pero Silvia le tocó en el brazo y habló ella: enzo a hecho mal pegando a tu hijo, pero creo que el inicio del conflicto no lo ha provocado él. Susana: estaban jugando. Pepa intervino: se estaba burlando de él. Susana: y lo más normal es casi sacarle un ojo a mi niño. El marido a su lado no decía nada. Silvia: sabes que eso fue sin querer... La directora intervino: creo que deberíamos ser objetivos si queremos llegar a un nexo común – se quedó viendo para ellos – es cierto que borja ha estado importunando a enzo, pero enzo no puede reaccionar pegándole. Pepa no estaba de acuerdo y así lo hizo constar: perdona chelo, me estas diciendo que tengo que decirle a mi hijo que no se defienda?. Chelo: mujer dicho así parece como si siempre se metiese con él. Silvia quiso dar un dato más: enzo a veces en casa cuenta las “bonitas” palabras que le dedica borja. Susana saltó como una fiera: oye, que a nuestro hijo no le enseñamos palabrotas, ni a insultar.. Pepa no la dejó seguir: pues marica es una y lo dice bastante. Chelo: bueno, bueno, está claro que los niños, escuchan cosas y las reproducen, pero para eso estamos nosotros para enseñarles. Marido: nosotros somos muy tolerantes - Pepa se le quedó viendo como si fuera un marciano, para decir semejante tontería mejor haber seguido callado, pero no - bueno vosotras sois lesbianas y... Pepa lo cortó: Pedro te estas metiendo en un jardín..., mejor déjalo porque sino la vamos a liar. Silvia que se lo temía: Chelo nosotros hablaremos con enzo y le dejaremos claro que no puede pegarle a nadie, que si le molestan se lo diga a la profe, de acuerdo?. Chelo asintió. Susana dio su brazo a torcer: hablaremos con borja – insistió - pero mi niño no aprende eso en casa. Pepa y Silvia fueron a buscar a enzo que estaba en una de las aulas. Aunque quería ir a los brazos de Silvia, fue Pepa quién lo cogió. Pepa: venga pandillero nos vamos a casita. Lo metieron en el coche, estaba muy callado, seguramente la profe le había reñido y los llantos del otro niño lo habrían asustado, les dio un coraje tremendo verlo triste, tenía los ojos un poquito rojos, de haber llorado supusieron. Silvia desde el asiento del copiloto: enzo, cariño, que pasa? Enzo: yo soy güeno..borya es malo. Pepa: borja es.. Silvia le tapó la boca, a saber que le iba a decir: no es malo, lo que pasa es que quería jugar. Enzo negó con la cabeza: a las nenas tamen les quita las muñecas. Pepa: la madre que.. Silvia: Peeepaaaa?? Pepa bufó: vale, vale, pero tú lo escuchas? – Silvia puso cara de claro que lo escucho – y lo que me jode es que seguro que ese....ese..está de lo más contento, y nuestro hijo aquí triste y desconsolado. Silvia: cariño, pero no le puedes pegar – enzo veía para ella – se lo dices a la profe vale?. Movió la cabeza asintiendo pero no muy convencido. Pepa quiso saber más: cariño hay más niños como Borja? Enzo negó. Pepa: y sólo juegas tú con las niñas?. Enzo negó nuevamente. Pepa: quieres que vayamos al parque a ver si está laurita?. A enzo se le iluminó un poquito la cara: si.. Era un alivio comprobar que como borja no había ningún otro niño, y esperaban que el toque de atención sirviera para que sus “tolerantes” padres, le enseñasen a su hijo a no avasallar a los más pequeños. En el parque. Silvia comprobó que tenía una llamada perdida de Mar, mientras estuvieron en la reunión ambos móviles habían estado en silencio, se lo dijo a Pepa., ésta comprobó el suyo, una llamada de Raquel y un mensaje, mientras lo leía. Silvia: problemas?. Pepa: parece – se lo enseñó. “llámame antes de hablar con Mar” Pepa: dame unos minutos – marcó el número de Raquel. Dos tonos y la voz de Raquel. Pepa: que ha pasado? Raquel: nada y de todo en realidad. Pepa: joder, pues sí que empezamos bien la conversación. Silencio. Pepa: si no me lo cuentas difícilmente podré ayudarte. Raquel: esta noche se ha muerto un chico de la unidad.. El relato no tenía un buen principio, Raquel le siguió contando. Habían hecho una redada y no contaban con que se torciera de aquella forma, el chico no llevaba el chaleco y le alcanzaron de lleno. Mar estaba en urgencias cuando una patrulla llegó con su compañero herido, ella lo conocía, en realidad los conocía a todos porque pertenecían a la unidad de Raquel, le dijeron que estaba bien, pero aún así intentó localizarla después de que no pudieron hacer nada por el policía, pero no le contestaba. Acabado su turno, se fue a casa, estuvo con los padres de Raquel y esperó a que llegase. Raquel: cuando llegué estaba nerviosa, algo dolida porque no me puso en contacto con ella, pero sobre todo asustada, le quité importancia y de repente, no sé como estábamos hablando, bueno más bien ella hablaba de que tenía que ir dejando las calles, que pensábamos formar una familia y .... Se paró. Pepa: Reich, es normal que se asustase.. Raquel: no acabo ahí la cosa, no sé que dije, pero entendió que no quería lo mismo que ella.. Pepa: pero tú quieres no?. Silencio nuevamente. Pepa: Raki, te ha entrado miedo es eso... Raquel: puede, no lo sé, estoy hecha un lío, vale que últimamente tengo varios casos que me ocupan todo el tiempo, pero eso no significa que ella haya dejado de importarme. Pepa: pero...?? Raquel: pero es cierto que el planing para tener un bebé lo he ido aplazando. Pepa: pues entonces es normal que se haya mosqueado no crees?. Raquel: si, de acuerdo, lo admito, pero ahora no es buen momento.. Pepa: pues se lo dices, pero no pases de ella. Raquel: ya, mierda... Pepa sonrió: ha llamado a Silvia. Raquel: le vendrá bien hablar con ella, te tengo que dejar me reclaman, que asco de semana coño!. Silvia llamó después de escuchar a Pepa. Mar: hola Silvia. Silvia: hola Mar, que pasa guapa?. Mar mosqueada: si no os ha llamado entonces es que le importa menos de lo que pensaba. Silvia: espera, espera, si que ha llamado, Pepa ha hablado con ella. Mar: como lo has conseguido tú, cual es al fórmula mágica?. Silvia no entendía: para que?. Mar desesperada: como convenciste a Pepa, no sientes que la has atado a una vida que a lo mejor no quería. Silvia levantó la vista para verla jugando con enzo en los columpios, sonrió, desde luego no parecía estar haciendo algo que no quisiese: Pepa sigue siendo la misma de antes, sólo es un ser responsable y maduro cuando se trata de nuestro hijo, en los demás ámbitos sigue siendo una autentica cabra. Mar: que sea policía no te afecta?. Silvia: es que yo también lo soy, y mi padre, y mi cuñado, la mayoría de nuestros amigos lo son, aprendes a vivir con ello – pausa – y sé que no se la juegan de forma innecesaria, no habrá algo de pánico por tu parte?. Escuchó a Mar resoplar: puede, últimamente nos vemos poco, yo también tengo unas guardias maratonianas. Silvia: cambia eso por tu parte, y seguro que ella también busca tiempo para las 2, pero si no os coordináis, no habrá forma de hacer cuadrar las agendas. Hablaron un rato más, Silvia no le contó nada de la fecundación in vitro, no era el momento, aunque sabía que ambas se alegrarían un montón de que lo estuvieran intentando. Sintió una ligera punzada en la zona de los ovarios, mejor se iban para casa, necesitaba descansar. Pepa acostó a enzo y estuvo hablando con el niño un rato, tener con él esas pequeñas conversaciones le encantaba, era todo inocencia, por ello sus respuestas y preguntas tenían un mayor valor. Silvia se metía en cama y ella fue al baño, observó que en la papelera había un envoltorio de compresa, Pepa no tenía la regla, así que...al salir del baño. Pepa: cariño tienes perdidas otra vez? – se metió entre las sábanas. Silvia asintió, se abrazó a ella: en el parque me han dado unos pinchazos y aunque no mucho tenía la compresa manchada. Pepa: Carlos dijo que era normal.. Silvia: ya.. – mientras lo decía se pegó más a ella. Se encogía como un ovillo y sus pies acababan enroscándose entre los muslos de Pepa, y como siempre estaban fríos, recibía un grito fingido de Pepa quejándose de su falta de temperatura, pero en esta ocasión no era así. Pepa: tienes los pies calientes.. Silvia: si que raro verdad.. Pepa: a lo mejor son mis genes.. Silvia se rió: seguro.. Pepa: pero de que te ríes? – se puso a hacerle cosquillas. Silvia: no,jajaja...,Pepa,jajaja...., para,jajaja,para... Pepa dejó de hacerle cosquillas para besarla: te he dejado embarazada, lo sé. Silvia: si doctora, lo que usted diga.., anda ponte a mi lado y abrázame. Pepa pegándose a ella: ves?, estás más mimosa. Silvia: y tú como estas?. Pepa viendo que se había puesto seria: yo?, bien.., por?. Silvia volvió a sacar la conversación que había mantenido con Mar, ya lo habían hablado, pero parecía que la pelirroja seguía dándole vueltas. Silvia: te veías así?, casada, con un hijo y queriendo tener otro?. Pepa: mis sueños nunca han sido tan bonitos como la realidad que estoy viviendo. Abrazadas como estaban, apenas tuvieron que mover sus cabezas para verse. Silvia: ha sido una respuesta preciosa. Pepa sonrió: es la verdad. Silvia: te quiero muchísimo. Pepa: lo sé, yo también. Silvia: no sé que haría si... Pepa la calló con un beso, estaba claro que su mujer estaba dejando que los malos pensamientos revoloteasen por su cabeza... Pepa: deja de pensar en cosas que no nos convienen sí? 2 semanas después. Llegaban a casa temprano, el plan para ese sábado era llevar a enzo al cine por primera vez, pero cuando Pepa estaba haciendo la cola, Silvia se empezó a encontrar mal, vomitó un par de veces en el centro comercial y a duras penas aguantó hasta que llegaron a casa. Silvia salía del baño, Pepa entraba en la habitación. Silvia: no sonrías de esa manera. Pepa con una tremenda sonrisa en la cara: yo?, no sonrío. Silvia: esto no significa nada - Pepa se acercaba y se abrazó a ella – con enzo no tuve vómitos ni este malestar. Pepa le besó el cuello: vale.. Silvia: algo me habrá sentado mal.. Pepa otro beso: lo que tú digas. Silvia la apartó un poco para que la viese: Pepa, venga, en serio, no te ilusiones.. Pepa: porque no?. Silvia: porque entonces te llevarás un chasco. Pepa : no lo creo, tienes una luz especial en los ojos. Silvia le puso la mano en la cara, tapándole la boca: eso es el reflejo de tu sonrisa..que no paras de mostrarla...tonta. Pepa le dio un beso, sus manos rodearon la cintura de Silvia: te crees que no conozco el cuerpo de mi mujer?. Silvia: me estas diciendo que he engordado??, porque como no esté embarazada te estas luciendo. Pepa la sobó un poquito: esto no son cañas de más porque no bebes, ni jamoncito de hu... Silvia tuvo una arcada y se fue al baño, pero ya no había nada más que echar. Pepa se reía apoyada en el marco de la puerta, mientras Silvia se incorporaba y se mojaba en el lavabo. Pepa: pruebo otra vez?, jam... Silvia la cortó: no Pepa, cállate!. Pepa la abrazó por detrás, notó que Silvia temblaba: ey?? – Silvia se dio la vuelta y se acurrucó en ella – que pasa cariño?. Silvia hablaba pegada a su pecho: si estoy.....si.....no quiero perderlo.. Pepa la apretó contra ella: eso no va a pasar, esa parte de mí se va a quedar enganchada a tí hasta el final. Silvia: pero me encuentro fatal.. Pepa: pues llamamos a Carlos..venga - inició el movimiento para salir del baño - túmbate un rato, hablo con él y nos quedamos más tranquilas.. Al salir se encontraron que enzo estaba allí en la habitación, escuchando, no se sabía desde cuando y Van sentado a su lado, ambos viendo para el interior del baño. Pepa: mira que cuadro. Silvia se medio rió. Enzo: mami estás malita? Silvia: no cariño, me duele un poco la tripa, pero seguro que unos mimos tuyos me ayudan. Fue el primero en subirse a la cama. Domingo casa de Lola. Subían las escaleras, enzo preguntaba que cuando lo llevarían al cine, se lo habían prometido y como ayer se habían quedado a las puertas, pues ahora cuando se acordaba insistía. Pepa: iremos cuando mamá este mejor vale?. Don Lorenzo estaba en el patio: ese niño guapo! – al ver a su nieto. Pepa se lo pasó: hola Don Lorenzo, se apunta al cine a ver con el niño la edad de hielo 3?. Don Lorenzo: que demonios es eso?. Enzo riendo: la peli de mani y de pedezoso. Don Lorenzo: que?. Entraron. Silvia: siento el retraso. Lola: hola cariño!!, no pasa nada, venga todos a la mesa. Cuando ya se estaban sentando. Lola apareció con una olla, levantó la tapa:quién quiere una tapita de callos?. Silvia se puso la mano en la boca: perdonar.. – se fue hacia el baño. Pepa también se levantó: con lo bien que ibamos hoy... – salió detrás de ella. Todos sabían lo de la fecundación in vitro, y por las cuentas así a ojo, hacía poco más de un mes. Se formó un pequeño revuelo, Lola que se había quedado con la espumadera en la mano, preguntaba a Paco, a su hija. Lola: entonces??? – vió para Sara. Sara: esta??. Lucas: otra vez? Que si, por las cuentas era posible, que si, el síntoma era evidente, claro por eso llevaba unos días mal, por eso esas ojeras, pero todos hablaban con todos y aquello era un barullo. Don Lorenzo: a ver cojones! –dio una palmada en la mesa, enzo pegó un bote en su sillita - que no me entero!, está o no está?. Lola: ay Papa!!, no des esos golpes, el susto que le has dado al niño. Silvia y Pepa volvían a la mesa, conscientes de que todos las miraban. Pepa levantó las manos hacia lo alto: no nos atosiguéis a preguntas vale? – hizo un gesto hacia enzo – mañana iremos al médico y sabremos algo, por ahora vamos a limitarnos a no hablar de determinadas comidas. Pero en cuanto acabaron los platos Lola y Sara se llevaron a Silvia al sofá y allí se quedaron con ella cuchicheando, Pepa por su parte estuvo con los demás entreteniendo a enzo. Mariano: donde habéis dejado al perro?. Pepa: con Amparo para que le haga compañía. Era su vecina, terraza con terraza, una señora recientemente jubilada que ahora disponía de mucho tiempo libre, sobre todo desde que su hija y su yerno se habían ido por trabajo a vivir a Cartagena. Cuando llegaron a casa por la noche, Pepa y enzo fueron en busca de Van. Amparo les abrió la puerta: hola, pasad está en la terraza acabando de comer. Pepa: Amparo, ya sabes que no tienes que darle.. Amparo: si no es molestia, además al pobre lo he hecho andar un montón y venía con hambre. Enzo se adelantó para llegar a la terraza. Amparo: quería hablarte de una cosa Pepa. Pepa: tú me dirás. Ya en casa. Silvia: que pena que se vaya.. Estaban en la cocina preparando un bibe para enzo, ultimamente no comía demasiado bien y por las noches siempre le daban un poco de leche caliente mezclado con una papilla chocolateada, Pepa le contaba lo que hacía unos minutos le había dicho Amparo, se iba con su hija a Cartagena, y tenía intención de vender su piso. Pepa lo dejó caer: me ha dicho que gustosa nos lo vendía a nosotras.. Silvia se quedó callada. Pepa: este piso se nos va a quedar pequeño... si no es ahora, será en unos años... El silencio de Silvia no se debía a que creyese que no podían pagarlo, ganaban buenos sueldos, ambas eran inspectoras, además cuando trabajaban inflitradas entonces recibían mayores remuneraciones, e incentivos cuando resolvían casos importantes, total que el piso en el que vivían a día de hoy ya estaba pagado y enfrentárse a otra hipoteca no era mayor problema. Silvia: toma cariño – le dió el bibe a enzo que estaba sentado en su silla. Pepa decidió cambiar de estrategia: un ático de una sola habitación..., con terraza...., lo más probable es que lo compre un soltero de oro, se montará unas juergas impresionantes... – de la nevera sacó agua y se bebió un vaso. Silvia: claro...claro.. Pepa: además no quiero tener problemas con él si babea viendo para mi mujer.. Silvia se rió. Pepa dando otra opción: aunque también podría ser una soltera..lesbiana... Silvia se adelantó: y entonces el problema lo tendría yo si babease por tí no??. Pepa sonrió de oreja a oreja: yo no le haría ni caso.. Silvia: ya...ya - pausa - cuando tiene pensado ponerlo en la agencia?. Pepa: me ha dicho que espera por nosotras un par de semanas – enzo ya había acabado, lo bajó de la silla y se llevó el bibe al fregadero. Silvia cediendo: bueno... lo pensamos.. hacemos números y decidimos... Pepa: ok. Consulta. Silvia en la camilla y Pepa a su lado, entró Carlos, se saludaron. Las primeras preguntas fueron para Silvia, que le contó sus molestias, sus pérdidas, etc. Carlos: bueno, vamos a hacer una eco, así sabremos en que punto estamos. Se puso a ello, como siempre Pepa no distinguía nada entre las imagenes en distintas tonalidades de grises, pero Silvia y Carlos intercambiaron una mirada bastante significativa, ante el silencio reinante, y que Carlos seguía explorando. Pepa: me lo váis a contar o que? Carlos hizo un gesto hacia Silvia: bien - como decidiendo quién empezaba implantamos 3 óvulos, uno de ellos se ha ido abajo... No dijo más. Pepa se quedó viendo para él, después para Silvia: me estáis diciendo que...? Silvia sonreía abiertamente: pueden ser gemelos Pepa. Pepa: toma!! - la besó riéndose. Carlos también sonreía, pero: bueno, que la alegría sea contenida por favor.. Pepa se alarmó: porque?? les pasa algo??. Carlos: sólo han pasado 5 semanas, todavía son muy inmaduros y no estan del todo bien posicionados. Pepa: joder Carlos, eres la alegría de la huerta.. Silvia: él tiene razón, tenemos que ser conscientes de que pueda pasar algo así. Pepa: vale, vosotros ser los racionales..- acariciando a Silvia - 2 mini pepas,jajaja...te lo dije... Silvia suspirando: nada, tú a tu bola. Carlos intervino: bueno lo que si tenemos que hacer es poner remedio a esos malestares no?. Silvia: si por favor, no hay una mañana que no me levanté fatal. Volvían en el coche. A Pepa se le escapaban continúas miradas hacia Silvia: nos van a preguntar.. Silvia encendía ambos móviles, y comenzaban a pitar.. Pepa: ves.. Silvia no es que quisiese mantenerlo en secreto, pero sabía la reacción de los demás, igual que Pepa seguro, y para ella aún era más presión.... Pero Pepa se dio cuenta de ello, así que no volvió a insistir, y aprovechó el momento del baño de enzo para llamar a Lola y contárselo, como pudo se aguantó las ganas de decírselo a gritos, le pidió la calma y la moderación que ella no podía tener y que lo trasmitiese a los demás para que dejasen a Silvia un poco tranquila.. La decisión de comprar el ático después de la noticia del doble embarazo fue un sí rotundo, Pepa de un lado para otro con los papeles, no quiso que Silvia se preocupase por nada, hicieron eso sí números juntas, pero apenas le pedía que pusiese su firma en algún que otro sitio, el tema de las reformas fue otro cantar, ahí si que se pusieron las 2. Silvia abriendo y cerrando planos: esto es un lío... al final vamos a tener más baños que la casa de la Preysler. Los áticos se unían por las cocinas y a partir de ahí la diferencia era el número de habitaciones, baños y por supuesto sus dimensiones. Decidieron que primero acondicionarían el piso de al lado. Lo que querían era tener 2 habitaciones más, una cocina de mayor superficie, una salita, un baño que compartiesen las nuevas habitaciones y un aseo de cortesía. Al final por plano tendrían una casa de 4 habitaciones, 3 baños y un aseo, cocina, salón, y salita, todo en 145 m2, la terraza también se vería ampliada en 25 m2 más. Pepa estaba a su lado, viendo lo mismo: nosotros tenemos claro que queremos no? Silvia asintió – pues de lo demás que se ocupen los obreros. Los obreros, no había día que Pepa no recibiese una llamada al trabajo o estando en casa que se pasase la mayor parte del tiempo en el piso de al lado viendo y revisando lo que iban a hacer. 8 meses pasaban muy rápido, y una vez que nacieran los bebés, junto con enzo, no tendrían ni un minuto para nada que no fueran ellos, por lo tanto las obras tenían que estar en su mayor parte finalizadas en ese plazo. Este verano, el caso, el embarazo y las obras les iban a impedir cogerse vacaciones. En comisaría. Sobre la mesa de reuniones un montón de papeles esparcidos, fotos y planos, referencias a alijos, etc. Marina sujetando 2 fotos: quienes estan detrás de estos 2? - eran los comisarios corruptos. Curtis: esa es la respuesta del millón. Marina insistió: ellos no pueden haber organizado todo el blanqueo, las rutas, sobornado a tantos en tan distintos lugares – pausa – hemos hecho progresos muy importantes, pero no es suficiente. Pepa estaba cansada de esas reuniones periódicas, ahora mismo su preocupación se centraba en Silvia, en ella y en 2 pequeñas partes de si misma que crecían en su interior, había pasado más de 1 mes desde la noticia de que esperaban gemelos y gracias a la medicación que le había suministrado Carlos, lo llevaba mejor, no bien, pero mejor que al principio. De hecho hoy estaba trabajando, y a Pepa le ardía el culo por levantarse de aquella insufrible reunión e ir a ver como estaba, eso sí, procurando no agobiarla. Pepa viendo para el reloj: Marina, nos ha quedado claro, pero si ellos no se exponen, nosotros no podemos hacer más, nos delataremos si forzamos las cosas. Llamaron a la puerta. Apareció Sara: tita? En cuanto la vió, Pepa supo que algo iba mal, y ese algo tenía que ver con Silvia y el embarazo. Mientras iban por el pasillo corriendo. Sara: estabamos bromeando con lo de los gemelos y entonces empezó a sentirse mal. Cuando llegaron al laboratorio, Silvia estaba sentada, a su lado Rita sujetándole la mano, tenía la falda manchada de sangre. Pepa se arrodilló junto a ella: cariño... – le devolvió un gesto de dolor – tranquila, habéis llamado a una ambulancia?. La pregunta no era para nadie en concreto. Respondió Rita: en 5 minuticos han dicho que llegaban. Silvia: Pepa... Pepa veía como en la cara de su mujer, se reflejaban sus propios temores:sh...- la besó – cálmate amor...enseguida llegan. El camino en ambulancia fue silencioso, los facultativos comprobaron que la hemorragia había cesado, Pepa mientras se trasladaban hasta el hospital había llamado a Carlos. Cuando llegaron a urgencias, ya estaba allí y se hizo cargo de la situación. Carlos: primero vamos a un box, necesito una eco móvil, rápido!. Pepa iba pegada a Silvia, entraron en un box y la ayudó a subirse a la camilla. La duración de la exploración fueron unos 5 minutos eternos, densos y desesperantes por el silencio de todos, Silvia no veía para la pantalla.. Carlos retiró el aparato: chicas.. – les daba un poco de tiempo, estaba claro que las noticias no eran buenas – un embrión se ha desprendido – limpiaba los restos de gel del vientre de Silvia, para él también era duro decirles aquello, siguió - Silvia, tengo que hacerte un legrado, hay demasiados restos.. Pepa consolaba a Silvia, dejando a un lado su propio dolor. Carlos: en esto no puedes estar presente Pepa, y debemos hacerlo cuanto antes. Pepa lo aceptó, que remedio, besó a Silvia en la frente: estaré aquí.. Carlos dio indicaciones a la enfermera para que lo preparasen todo: avisarme. Salió fuera. Carlos se sentó con Pepa: necesita tu optimismo – pausa - todavía nos queda un embrión. Pepa: pero...? Carlos: no te voy a engañar, ni darte falsas esperanzas, no pinta bien, con el legrado puede venirse abajo también.. Pepa se recostó en la silla: no sé como enfrentarme a esto....hemos perdido un hijo?, todavía nos queda uno..., pero también podemos perderlo... Carlos le puso una mano en la pierna: piensa que eran proyectos de vida y el embrión que queda también lo es. Salió la enfermera a decirle que estaba todo preparado, se levantó. Pepa no se movió de allí, ya no había gemelos..., quizás cuando acabase el día no hubiera nada...Recordó el proceso para concebir a enzo, Silvia había sufrido varios abortos, Silvia...que estaría pensando ella, lo mismo suponía... Se quedó sentada en aquel pasillo, a solas con sus pensamientos.. Después de un tiempo salió Carlos. Antes de que Pepa preguntase. Carlos: ha salido todo bien, ahora la dejaré descansar unas horas aquí y después os váis para casa, reposo durante una semana como mínimo. Pepa: les dices a los de afuera.... Carlos asintió: anda entra, ya hablo yo con ellos. A Silvia el dolor se le había pasado, aún así notaba que le fallaban las fuerzas, quizás por la tensión acumulada desde que empezaron los pinchazos en la comisaría, Carlos había hablado con ella, y durante el legrado le contaba todo cuanto veía, lo hacía desde un punto de vista médico, pero sabiendo que eso contribuía a que Silvia fuera más optimista con el resultado, ya no había gemelos..., con la ilusión que le hacía a Pepa.... Pepa entró por la puerta, se sentó a su lado, se dieron un beso. Pepa: como estás?. Silvia: mejor.. Veía que Pepa quería ser fuerte, le cogió la mano. Silvia: Pepa no te reprimas por favor... Pepa se abrazó a ella, se puso a llorar, menudo consuelo estaba siendo para su mujer. Pero para Silvia también era liberador soltar aquellas lágrimas, compartir el mismo dolor. Pepa: lo siento...tenías razón..no debí.... Silvia le puso la mano en la boca: no Pepa, verte todos los días con esa ilusión era maravilloso – pausa - todavía tengo una parte de tí conmigo, y necesito que me trasmitas esa seguridad de que va a salir adelante. Pepa le tocó el vientre: yo nunca me doy por vencida, forma parte de mis genes y ellos están aquí. -----La semana siguiente pasó lentamente, o eso le parecía a Silvia, procuraba no hacer el mínimo esfuerzo y Pepa tenía puestos en ella mil ojos para que así fuera, se ocupaba de enzo, del perro, de las obras, cuando se acostaban Pepa se tiraba agotada en cama, pero tanta actividad la distraía de pensar en otras cosas. Veía que Silvia se agobiaba de no hacer nada, por eso le llevaba muestras de la pintura, de las baldosas, de la madera, y decidían juntas lo que más les gustaba. Le enseñaba fotos de como estaba quedando, pues no la dejaba pasar a la zona de guerra como la denominaba, demasiado polvo, suciedad, ruido, etc para su estado, Silvia no discutía tantas atenciones, le encantaba que la tuviera en palmitas. La reforma de la casa iba parejo al aumento de la familia, ya no esperaba gemelos, pero por ahora si había una nueva vida en su interior luchando por desarrollarse y por eso estaban creando un hogar más acogedor. Los días y las semanas fueron pasando, de vez en cuando Silvia tenía un nuevo susto en forma de calambres o pérdidas, pero todas bastante leves, parecía que ese último embrión si se aferraba a ella con toda el alma, y de esta forma llegaron al tercer mes. Consulta ginecológica. Carlos viendo para ellas: os queréis relajar por dios..?? Pepa: lo intentamos, pero no es fácil. No, no lo estaba siendo, cuando volvieron a casa después del legrado, había un miedo latente a que todo acabase, y les costó sustituir ese miedo nuevamente por ilusión, porque después de todo Silvia seguía embarazada. Carlos viendo para Silvia: alguna nueva molestia?. Silvia: no -pausa - con las de siempre ya tengo bastante. Pepa se quejó, y eso que ella no las padecía: si es que esto no es normal.. No había día que no vomitase, por las mañanas salir de cama se traducía en varios intentos fallidos, unas veces a la segunda el mareo matutino era soportable, y eso en el mejor de los casos. Carlos: lo es, os lo digo yo.. Hizo los preparativos de siempre y comenzó la exploración. Ellas con las manos entrelazadas escuchaban a Carlos. Carlos enseguida: va bien – hizo unas comprobaciones – se esta desarrollando un poquito por encima de la media, quizás por eso tengas tantas molestias, crece más rápido que tu barriga. Silvia viendo para Pepa: cuanto mediste al nacer? Pepa pensando: umm..., creo que 55 cm – y con orgullo apuntilló - y casi 4 kilos y medio. Silvia: estas de broma – Pepa negó con la cabeza - no?? jesus! –con temor hacia Carlos mi cuerpo no va a dar tanto de sí. Carlos se medio rio: vaya pues si que eras grandecita. Pepa: me estoy empezando a sentir muy culpable. Carlos ya se rio abiertamente: tranquila, tendrá sitio, no te preocupes. Pepa preguntó: no has visto el sexo?. Carlos: no – bromeó - mantiene muy juntas las piernas. Silvia le siguió la broma: claro pobre no le caben.. Pepa: de verdad, lo de antes lo he dicho en serio. Silvia la acarició: es broma, pero si es una cosa así – separó las manos apenas 15 cm. Carlos corroboró: es pronto todavía. Silvia: anda alegra esa cara, va todo bien.. Pepa: si, pero.. tú estas fatal, te duele todo.. Carlos intentando echar un cable: haremos todo lo posible para que poco a poco se vaya sintiendo mejor. Las obras de la casa llegaron a su punto álgido, después de tirar paredes y reorganizar los huecos, tocaba prepararlos por dentro, a Pepa se le ocurrió en el último momento incluir cableado para un circuito cerrado de cámaras. El bebé pasaría a la habitación de enzo y el niño a la otra ala de la casa, tenerlo tan lejos no les hacía gracia, pero un bebé con sus lloros nocturnos etc, no era el mejor compañero de habitación, así que a Pepa se le ocurrió el tema de las cámaras para poder no sólo oirlo sino verlo. Mes siguiente. Un día que Pepa volvía del parque con enzo y van, se encontró con una vecina, también embarazada, era curioso, parecía que era un virus contagioso, era ponerse una y de repente en un periodo de 6 meses veías a varias. Entraron en el ascensor. Enzo: mami tene barriga como Angela. Pepa haciéndose la loca: así??, tú crees?. Enzo: zi, eta gordita.. Pepa se echó a reír. Silvia estaba en la cocina, haciendo cena. Pepa: nos hemos encontrado con Angela. Silvia: que tal lo lleva?. Pepa: genial, 5 meses y no se está enterando de nada. Silvia: que envidia. Pepa: enzo ha dicho que tienes barriga como ella. Silvia: noo?. Pepa: gordita te ha llamado – viendo la cara que se le ponía sonrió. Silvia: vete enseñándole que esas cosas no se le dicen a las mujeres. Pepa: es verdad.. Silvia: Pepa!!. Pepa: quiero decir que es verdad que tienes barriga como Angela, es normal estáis embarazadas.. Silvia: perdona pero ella está de un mes más.. Pepa ya se había acercado a ella y la abrazaba: cierto, a tí casi no se te nota... Silvia: no sé si lo estas arreglando.. Pepa volviendo al origen de la conversación: deberíamos decírselo ya no crees?. Silvia asintió: si, pero no sé muy bien como. Pepa: se me ha ocurrido una forma.. Le contó su idea y apenas media hora después aparecía Curtis por la puerta. Curtis le entregó un dvd: vamos no me jodas, menudo marrón, espero que nadie me haya visto comprarla. Pepa le dio un beso: anda que no ha sido para tanto, no quieres quedarte a verla? Curtis: yo ??, pero tú me has visto las patillas?, yo pelis de dibujos no veo, salvo que sean manga y de tías en pelo.. Pepa le cortó: vale, vale, me quedan claros tus gustos. Se pasó a saludar a Silvia y darle un beso a enzo y se fue. En el salón viendo la edad de hielo 3. Enzo en medio de las 2, apoyado en Silvia, le tenía puesta una mano sobre la barriga. Eli, la mamut, estaba embarazada, hablaban de barrigas, de tener un bebé, y cuando llegó el momento y Eli se puso de parto, lo vio todo embobado, entonces empezaron las preguntas. Silvia: si cariño, tú estabas aquí – señalándose la barriga. Enzo: no entro.... Silvia: ahora no, pero cuando naciste eras muy chiquitito. Pepa se había levantado y volvía con un albúm de fotos: mira, así eras tú cuando saliste de ahí. Pepa pasó unas cuantas páginas hacia atrás, en su momento le había hecho varias fotos a Silvia para que se viese la evolución del embarazo. Pepa: ves como iba creciendo??? Enzo acarició la foto del noveno mes: que grande.. Pepa le dio la razón. Enzo vio para Silvia: ahora tamén crece..? Silvia: si cariño, y se va a poner como esa foto otra vez.. Enzo acarició la barriga de Silvia, sabían que el niño estaba comprendiendo lo que le decían y su pregunta lo corroboró: hay un bebé aquí dentro??. Silvia asintió: muy pequeñito, muy pequeñito. Enzo dejó pasar unos segundos: se va a llamar melocotón??. Ambas se rieron ante tal ocurrencia. Ese era el nombre que habían elegido en la peli Many y Eli para llamarle a su bebé. Pepa: nosotros no somos mamuts, habrá que buscarle un nombre de persona no crees?. Enzo seriamente: zi.. Silvia: será tu hermanito. Enzo asintió nuevamente: como Laura y Dego. Silvia: si Diego es el hermanito de Laura. Pepa: tú quieres tener uno??. Enzo se encogió de hombros, pero reflexionó: dego llora mucho . Pepa le alborotó el pelo: eso es porque es pequeñajo.. Nueva revisión, 5 meses. Carlos exploraba como era habitual: a que adivino...?, queréis saber el sexo. Pepa: ja,ja, y ahora nos dices como en las 2 anteriores ecos... Carlos negaba con la cabeza: esta enana hoy tenía ganas de exhibirse – hizo un guiño a Silvia. Pepa seguía: que no se deja ver, que está demasia.... – se paró. Silvia sonreía. Pepa: que has dicho??. Carlos también sonreía: que es una niña, sin lugar a dudas. Pepa notó que Silvia le apretaba la mano, vio para ella: Sil... Silvia asintió: una niña Pepa... Se besaron, les caían algunas lágrimas. Pepa repitió: una niña.. Carlos: pero no me lloréis, sois un sin vivir de verdad.. Pepa se abrazó también a él: gracias Carlos. Carlos: yo poco hago, es mérito vuestro, solo una cosa - lo escucharon atentas – disfrutarlo por favor. Tenía razón, y ese consejo no cayó en saco roto. Pepa hablaba con Raquel. Como no avanzaban en el caso, Gus se había expuesto un poco más y consiguió promocionarse para que desde Madrid reclamasen el tenerlo como enlace con la célula gallega, la excusa era el traslado por promoción interna, el destino una de las comisarías corruptas. Raquel: en 2 semanas estaré por ahí. Pepa: sabes que no es necesario, yo me ocupo. Raquel: prefiero salir de aquí. Que pasaba? Pepa: volvéis a estar mal?. Raquel: no, digamos que hay algo que quiero evitar, te lo cuento cuando esté ahí. Pepa: no te habrás..?? Raquel no la dejó seguir: por favor Pepa, por teléfono no. Pepa: vale – lo dejó correr. Raquel: como está Silvia?. Pepa: pues tienes sus días buenos. Raquel y Mar conocían de primera mano todo cuanto habían pasado. Raquel: desde luego tus genes deben ser tremendos. Pepa: joder no me digas eso, no sabes lo mal que me siento cuando la veo quejarse, y eso que intenta disimularlo. Raquel: pero si estoy de broma, ya casi no queda nada y cuando la tengáis en brazos se os olvidaran estos malos momentos. Silvia revisaba con Gonzalo algunas pruebas, se removió un poco en la silla, ambos estaban juntos en una de las mesas de la sala de reuniones. Gonzalo preocupado: te encuentras mal? Silvia: no, tranquilo. Gonzalo: si quieres lo dejamos ya.. Silvia: que noooo, venga acabemos con esto. Gonzalo: no me mientas eh?, que si te pones mal, Pepa me mata.. Silvia: mucho miedo le tienes tú a Pepa. A Gonzalo se le escapó: más envidia.. Silvia se quedó un poco descolocada. Gonzalo: ey, no, no te lo tomes.. – le tocó el brazo - lo digo porque habéis formado una familia increíble. Silvia: quién lo iba a decir verdad?, la tarada de Pepa y la desequilibrada de Silvia. Gonzalo sonrió: la combinación perfecta. Silvia: graaacias. Gonzalo: cuando encontraré yo a una mujer sensata para mí?. Silvia se abrazó a él: ya verás como pronto aparece. Abrieron la puerta, era Pepa. Pepa: Monty.. no me estan gustando nada, nada, esas manos en la espalda de mi mujer. Aunque deshicieron el abrazo.. Gonzalo: embarazada aún es más irresistible. Pepa se acercaba: inalcanzable e imposible, esos son los adjetivos que tienes que grabar en tu mente. Gonzalo se levantó, apreció algo que escondía Pepa: os dejo solas.. Pepa: gracias. Entonces también Silvia se dio cuenta que escondía una mano detrás de la espalda. Silvia: que tienes ahí?. Pepa dio otro paso hacia ella y le mostró la mano, sujetaba una rama con varias orquideas de distintos colores: venía a pedirte una cita. Silvia quiso bromear un poco: es que yo no salgo con mujeres. Pepa: vaya.., pensé que habíamos superado esa fase. Silvia se hizo con la flor: es preciosa.. Pepa: ya has acabado?. Silvia: has echado a Gonzalo, así que supongo que por hoy si. Pepa le ofreció su mano y Silvia se levantó: como te encuentras?. Silvia: bastante bien. Pepa: entonces aceptas la cita?. Silvia: no me vas a decir nada más?? Pepa negó: si te lo cuento no tiene gracia. Cogieron el coche, recorrieron buena parte del paseo de la Castellana y a la altura de Rubén Darío, Pepa giró a la izquierda, un par de calles más y entró en el aparcamiento privado del AC Santo Mauro. Después de dar sus datos en la recepción. Chica: por favor puede venir conmigo?. Silvia viendo hacia Pepa: y tú?. Pepa: tengo que ocuparme de unas cosillas, ve y disfruta.. El hotel tenía una zona de Spa, después de un relajante baño de burbujas con esencias aromáticas, le hicieron un masaje por todo el cuerpo. Un par de horas más tarde salía envuelta en un mullido albornoz, ligera como una pluma, sin dolor de tobillos, de espalda, ni de riñones. Pepa esperaba en el hall de acceso. Silvia se acercó sonriendo: estoy flotando. Pepa sonrió: se te nota – incluso sus mejillas tenían color – me alegro. Silvia se abrazó a ella, se besaron: y ahora?. Pepa puso su brazo: sígame señorita.. Subieron en el ascensor hasta la última planta, Pepa hizo que Silvia se pusiera delante, le tapó los ojos, entraron en una suite, Pepa pulsó el botón de un mando y la música comenzó a llegar a los oídos de Silvia. Pepa separó sus manos, pero se quedó pegada a su espalda, Silvia desde la puerta vio la terraza al fondo, una mesa elegantemente vestida, y para llegar a ella un camino de velas encendidas y pétalos de flores, toda la habitación estaba iluminada de esa forma. Silvia se quedó sin palabras . Pepa la habló al oído: pensé que nos merecíamos un noche para nosotras solas. Silvia no se giró, buscó ambas manos de Pepa, las puso sobre su desaparecida cintura, haciendo con ello que la abrazase, su mano subió hasta su cuello, Pepa en su recorrido la besó, seguía viendo para la decoración de la habitación, así que mientras a ella la colmaban de atenciones Pepa estaba aquí, preparándolo todo... Silvia habló finalmente: sé que no hay mujer más afortunada que yo en este mundo – estaba emocionadísima, se giró. Pepa: princesa, sabes que ese puesto lo tienes que compartir conmigo.. Silvia acarició las facciones de su mujer: te adoro.. Pepa: guapa – la besó. Bailaron al son de la música.......... Pepa repitió la última frase de la canción: es como estar en el paraíso, porque eres mía por fin.. Se separaron ligeramente. Pepa: vamos? Silvia asintió. Desde la terraza tenían una bonita vista a los jardines interiores. Se sentaron, en la mesa había una bandeja con una cuidada selección de quesos, pequeñas frutas como cerezas, grosellas, y algún paté. Pepa le pasó una carta: no he pedido por si no estabas.. Silvia: si te digo que quiero un solomillo poco hecho? Pepa se la quedó mirando: carne tú?? Silvia se tocó la barriga: realmente creo que le apetece a ella. Pepa sonrió: esa es buena, probemos una cosa. Le dio a probar un queso fuerte que a Silvia le encantaba y a Pepa no, en cuanto le vino el olor. Silvia: no, no, paso de queso. Pepa ya se rio abiertamente: pues sí, creo que ella manda. Cenaron tranquilamente, para ser Noviembre se estaba muy bien fuera, la mesa estaba situada debajo del alero que salía del techo, y ayudaba que la terraza tuviese un sistema de calefacción que mantenía atemperada la zona. En cama pegadas la una a la otra. Pepa advirtiendo el silencio de su mujer: en que piensas?? Silvia: no tenemos nombre. Pepa: como?. Silvia: siempre decimos ella, la niña.., no has pensado en ningún nombre?. Pepa: si algunos.. Silvia: como cuales?. Pepa: emm, por ejemplo, claudia, alexandra... Silvia dijo de pronto: a mí me gusta naia. Pepa: que?. Silvia repitió: naia. Pepa: y de donde te ha venido ese nombre?. Silvia: es vasco significa deseada. Pepa: muy propio, ella es nuestro deseo de aniversario. Silvia la rectificó: ella no, naia. Pepa volvió a decirlo: naia...me gusta.. Silvia: y tú en que pensabas?? Pepa sonriendo para sí: mejor no te lo digo.. Silvia que se imaginaba por donde iban los tiros: serás... Pepa: che,che, no pienso pedir disculpas, estoy abrazada a mi desnuda mujer y no, no estaba pensando en nombres para la niña precisamente.. Silvia : ya hemos decidido que se llamará naia, así que.. – se pegó más a Pepa. 26 semanas, o lo que era lo mismo la mitad del sexto mes, su calendario se regía en función del embarazo. El sexto mes se estaba caracterizando por el masivo ataque de patadas que Silvia sufría, la broma de que tenía las piernas muy largas ya no le hacía tanta gracia, incluso Pepa se asustaba cuando veía la forma de un pie asomar por alguna esquina de la barriga de Silvia, y eso sucedía con mayor frecuencia cuando de noche Pepa le daba crema. Pepa le estaba dando un masaje en la zona de los riñones: anda ponte boca arriba. Lo hizo y a los pocos minutos de empezar a extender la crema desde la zona del ombligo hasta los lados, asomó un pie justo donde empezaban las costillas flotantes del lado derecho. Silvia se quejó: auj, la madre que la parió. Pepa: que vienes siendo tú en un futuro próximo. Silvia: y tan próximo que va a ser sietemesina como siga así. Pepa hablándole al ombligo: has oído naia, pórtate bien o mamá te echa de casa. Otro pie. Silvia aguantó la respiración: uf.. Pepa: la ocupa se mosquea. Silvia: empiezo a pensar que está jugando. Pepa: a lo mejor si. Hizo un movimiento rápido con la mano y al retirarla, otra vez una extremidad asomaba. Silvia viendo que Pepa iba a volver a tocarla: Pepaaa??, que me duele. Pepa: espera, espera, que ya sé que pasa. En esta ocasión Pepa movió muy lentamente la mano, y entonces se produjo un momento mágico, del vientre de Silvia surgió nuevamente una extremidad, parecía una pequeñita mano que suavemente alcanzaba la de Pepa. Hubo un escalofrío que las recorrió a las 3, Pepa tembló de pies a cabeza ante el contacto tan claro de naia, a Silvia se le puso toda la piel de gallina cuando notó que se tocaban su mujer y su niña, y por último estaban seguras de que naia, se extremecía ante algo nuevo que había descubierto desde allí dentro. Una semana después de llegar Gus a Madrid todo comenzó a precipitarse, después de una reunión en la que se vio de forma improvisada, hizo llegar a la comisaría de San Antonio las matrículas de los vehiculos que había visto, y 2 eran de la embajada Colombiana y Venezolana., y un de la delegación del gobierno. Marina: alguna identificación. Pepa negó, había tenido un breve encuentro con Gus para hacerle ver unas fotos, pero estaba tan paranoico que apenas 10 minutos después se esfumó. Pepa: está el límite. Marina: y nosotros. Pepa: no compares, él está metido en la boca del lobo y se lo puede tragar en cualquier momento. Entre las fotos estaban los embajadores, sus delegados y el personal fijo de las embajadas, así como los funcionarios y altos cargos de la delegación del gobierno, de todas ellas, Gus apenas había visto por encima un 20%, y para eso sin demasiada concentración. Marina andaba por el despacho: quiero que nos informe cada vez que se mueva. Curtis vio para Pepa. Pepa: y a ellos que les dice que está avisando a su novia de que llegará tarde?. Marina enumeró: 2 embajadas y la delegación del gobierno, los quiero identificados, no puedo entrar a hacer simples preguntas sin pruebas consistentes. Curtis: tengamos paciencia, habrá más oportunidades... Y las hubo, varias salidas de madrugada, con el resultado de un palmo de narices cuando llegaban a las localizaciones y se encontraban solos, Marina se cansaba y presionaba aún más. Pepa llegaba a casa tarde, como sucedía ultimamente. En la cocina Silvia estaba preparando una costilla de cerdo dulce, recién salida del horno, deshuesaba algunos trozos para dárselos a enzo, lo hacía con las manos y algún trozo se iba para su boca. Pepa observaba su canibal comportamiento, desde la distancia: devuélveme a mi mujer. Silvia se giró: tonta!, que susto me has dado. Pepa se acercó: no cambies de tema, eres una alienigena que ha poseido a mi mujer y quiero que me la devuelvas – la besó cuando la tuvo a tiro – ya ha llegado?. Silvia: si, está en la terraza con enzo - el gesto de Pepa indicaba que quería más datos – ve a hablar con ella, lo necesita. Pepa en cuanto asomó por la terraza. Enzo: mami!!. Corrió dejando a un lado un balón que Pepa no reconocía, supuso que un regalo de Raquel, se agachó y esperó a que su hijo llegara para acogerlo en sus brazos, haciendo la farsa de que se caían por la velocidad de él, Pepa en el suelo y sobre ella enzo, no había peligro de que se lastimasen porque buena parte de la terraza estaba cubierta por una alfombra en forma de puzzle acolchada. Pepa: hola cariño – besos – guapo. Enzo: teno una pelota nueva. Pepa: ya la he visto – hacia Raquel – la tía Raquel no sabe que tienes muchos juguetes ya.. Raquel estaba sentada en el balancín y había observado con sana envidía la escena entre ellos. Enzo: esta es de pedezoso. Raquel corroboró el dato: exactamente, y esa no la tenía. Pepa se levantó y mientras enzo iba nuevamente a por la pelota se abrazó a Raquel y se dieron 2 besos. Enzo: juega conmigo mami!!. Pepa: claro, ponte allí . Lo hizo alejarse un poco. Raquel: es tan fácil??. Pepa: lo que? – enviando de nuevo la pelota que le había tirado enzo. Raquel hizo el gesto que los agrupaba a Pepa y a su hijo. Pepa: sólo necesitan una cosa Reich, que los quieras, y ellos te devuelven ese amor elevado al infinito. Mientras seguía peloteando con enzo. Pepa: cuando Silvia estaba embarazada, yo vivía momentos de auténtica angustia a que algo saliera mal...y cuando lo tuve por primera vez en brazos, tan indefenso, tan frágil, sentí un miedo atroz, pensando en todas las cosas malas que le podrían pasar, pero.. . Enzo se acercaba con el balón. Pepa: a donde vas enano??, ah! quieres meterme un gol?. Detrás de Pepa pegada a la pared había una pequeña portería, hizo un amago como haciendo ver que enzo la regateaba y luego con excesivo teatro, fingió hacerle la zancadilla, otra vez al suelo – penalti, ha sido penalti – enzo reía y daba gritos – cuando escuchas esto es como si entrase música en tu alma. Silvia llamó a enzo desde el interior, eran casi las 20:30, para él ya era hora de cenar. Pepa: corre con mami. Salió pitando. Pepa se sentó en el balancín, pasados unos segundos. Raquel: y si se te insinúa alguien?, ese tonteo que surge, ya sabes... Pepa: sé lo orgásmico que es decir que no, cuando sabes a ciencia cierta que la mujer que te espera en casa no tiene comparación con ninguna otra. Se quedaron en silencio.. Raquel al cabo de unos minutos: cuando Mar y yo....bueno cuando las cosas no iban del todo bien... alguién se fijó en mí. Pepa no quería preguntar, prefería que Raquel lo soltase a su ritmo. Raquel: no hubo nada, solo el tonteo típico de que yo me dejaba adular y ella insistía en ir más allá. Como si supiese que Pepa iba a decir entonces?, prosiguió. Raquel: pero ahora que lo hemos aclarado, que volvemos a estar bien, siento que la he engañado, de alguna forma – viendo para Pepa – hablé con la otra chica, le dije que perdonase mi conducta pero que no quería nada con ella, y me he venido porque necesito alejarme tanto de ella, porque no se lo ha tomado muy bien, como de Mar, porque no decírselo me está comiendo por dentro – se levantó – mierda!!. Pepa notó la impotencia de esa palabra, la dejó caminar durante un rato por la terraza. Pepa: no decírselo te esta haciendo más daño que enfrentarte a ello. Raquel: lo sé. Pepa: ahora estás aquí, relájate unos días, coges fuerzas y hablas con Mar. Raquel: y si? Pepa: Reich, yo la he cagado muchas veces con Silvia, la última fue....bueno, si no hubiera amor entre nosotras hoy no estaríamos hablando tu y yo aquí, mientras mi embarazada mujer, le da de cenar a nuestro hijo. Raquel entendió que la actitud cobarde de callar, a la larga podría destruir todo lo bueno que había entre ella y Mar, por lo tanto y a pesar de las consecuencias a corto plazo, debía ser sincera.. La curiosidad de enzo crecía en la misma medida que la barriga de Silvia, después de la película había pasado unas semanas como si nada, incluso Pepa y Silvia llegaron a pensar que se le había olvidado que iba a tener una hermanita, porque eso también se lo habían dicho, pero en cuanto empezaron las patadas de la niña, enzo comenzó a prestar especial atención a su madre, cuando la veía haciendo un gesto claro de dolor, se acercaba a ella, acariciaba su barriga y le hablaba a su hermana. Al principio le reñía, pues sufría por su mami, cuando Silvia le explicó de manera que pudiera entenderlo que naia no lo hacía a propósito sino que era porque estaba incómoda, las palabras pasaron a ser de solidaridad, de apoyo, de amor de hermano, pobre, ella estaba allí dentro, aunque pronto saldría. Por la noches además de los besos a sus mamis, había que darle un beso a naia. El susto que se llevó cuando en una ocasión naia consiguió tocarle mientras besaba la barriga de Silvia. En cuanto al caso, era un auténtico rompedero de cabeza, a pesar de contar con la ayuda de Raquel para moverse también con ellos por la noche, los resultados seguían siendo pobres, Gus apenas se comunicaba, ni siquiera llevaba el móvil de la jefatura, por lo que activar el gps para tenerlo localizado quedaba descartado. A la semana siguiente Raquel le pidió a Mar que viniese a pasar el fin de semana. La distancia que a veces resulta ser el olvido, en su caso había significado la reafirmación de sus sentimientos, no se quiso quedar en casa de Pepa y Silvia, las obras estaban a punto de terminar y dispondría de una habitación de invitados, en la habitación del hotel sintió una tremenda soledad. Y una noche de madrugada la llamó. Raquel: te echo de menos... Mar que estaba en el hospital se extrañó de la llamada y más del inicio de la misma, Raquel no solía ser así, no demostraba fragilidad, y menos en cuanto a sentimientos se refería. Mar optó por una respuesta alegre: pues entonces me cojo el primer avión que salga para Madrid y te curo esa soledad.. Raquel al otro lado del hilo sonrió, ella siempre estaba ahí, segura de si misma y de sus poderes de curación. Raquel: cual sería el tratamiento?. Mar: desde luego de choque.. Raquel: me dolerá?? Mar: no creo.. Raquel aventuró: sexo??. Mar se rió: varias veces al día... El fin de semana fue fantástico, hubo horas de sexo, pero también de confesiones, de enfado, de arrepentimiento, de perdón, y sexo nuevamente. Volvieron a casa a pasar las fiestas Navideñas, Mar quería asistir a varias conferencias y clases prácticas por lo que en Enero ambas estarían en Madrid. Inauguración de la nueva casa. Navidad. Las obras se habían acabado, estaban en Navidad y Silvia casi de 7 meses, por lo tanto la solución más cómoda logísticamente hablando era celebrar las fiestas en casa de ellas. El desembarco se produjo la tarde del 24, aparecieron cargados con todo tipo de utensilios y comida. Don Lorenzo: anda Pepa enséñanos la mansión.. Pepa: no me vacile suegro.. Mariano: a ver esa habitación de invitados. Pepa: Mariano tú ya tienes casa... Mariano: es por si me paso con las copas.. Pepa pedía ayuda: Paco??. Paco dándole un cachete a Mariano: en la terraza te vas a quedar a congelarte como la líes. Lola y Sara mientras se fueron a la cocina con Silvia, desde luego lo que menos pretendían era darle trabajo a ella en su estado. Lucas apareció con enzo en brazos: tenemos hambre a que sí? – viendo para el niño. Enzo asintió. Lola: pues ala, a ayudarnos entonces un poquito. Al final se quedaron todos a dormir en casa, las 2 habitaciones nuevas las ocuparon Lola y Paco, y Lucas y Sara, Don Lorenzo se hizo un hueco con su nieto y Mariano se acomodó en la salita que tenía un mullido sofa-cama. Por la mañana. Pepa se cogió a enzo y Van para dar un paseo. Silvia: huye cobarde... Pepa le dio un beso y puso cara de comprensión: lo siento....pero me tienen la cabeza como un bombo. Y es que la casa era un jaleo, y eso que había 3 baños, pero unos medio dormidos con la toalla en el hombro esperando para ducharse o desayunando, otros como Don Lorenzo dando ordenes y organizando los turnos, el niño loco con los regalos, Van huyendo de todos aquellos pies.. Silvia estaba más acostumbrada a los gritos de su padre, a las discusiones entre él y Lola, a las trifulcas de Mariano-Paco-Lucas, así que entendía que Pepa se saturase. Pepa: no tardaré... Silvia la besó: me traes una cosilla?. Pepa sonrió, no eran habituales los antojos. Silvia: me apetece un helado de vainilla con nueces de Macadamia. Pepa: buen desayuno navideño.. En año nuevo como no escarmentaron del lío de Navidad, repitieron el mismo plan, y además como no iban a salir por la noche, hasta casa se acercaron sus amigos de la comisaría para celebrar con ellos la entrada del año. En la nueva super terraza y con la ayuda de los chicos, Pepa había instalado unas estufas de butano, así tenían una temperatura lo suficientemente agradable para estar fuera tomando alguna copa. El susto de la noche lo protagonizó Silvia, cuando empezaron a darle contracciones. Silvia y Lola estaban sentadas en el balancín, Pepa hablaba con Montoya y Curtis, de vez en cuando se giraba para hacerle un guiño a su pelirroja, en uno de esos giros, vio que Silvia se llevaba la mano a la barriga y que Lola veía con cierta alarma, Van que estaba tirado a sus pies también se había sentado viendo para ella, dejó a los chicos con la palabra en la boca y fue hacia allí. Lola notando el bote que había dado Silvia: que te pasa hermana?. Silvia con la mano en el vientre y respirando con cierta dificultad: me esta dando una contracción. Pepa que mientras se acercaba había escuchado la palabra contracción: no puede ser – se arrodilló, puso su mano encima de la de Silvia, vio para ella. Lola queriendo dar un poco de tranquilidad: es normal que le empiece a dar alguna que otra esporá.. No acabó la frase porque supo por la expresión de Silvia que le estaba dando otra, y es que en todo ese embarazo nada estaba siendo normal. Los demás se dieron cuenta de que algo pasaba, Don Lorenzo se acercó. Pepa: se te ha pasado ya?. Silvia asintió. Pepa sugirió: un baño caliente??. Silvia: si a ver si se relaja. Don Lorenzo: te estas poniendo de parto?. Lola: esperemos que no – ayudando a Silvia a levantarse. Don Lorenzo: Miranda, pues si que es hija tuya, siempre dando por culo.. Pepa optó por ignorar a su suegro, ahora mismo no estaba para sus pullas. Silvia dentro de la bañera, con la cabeza apoyada sobre una toalla en el respaldo intentaba relajarse, Pepa a su lado sentada en una silla, la mano derecha dentro del agua, parecía que jugaba con la espuma, pero estaba ausente, y viéndola así no se relajaba. Silvia le cogió la mano: no le hagas caso a mi padre.. no va a salir hoy, lo sé, estoy bien.. Pepa levantó la vista, puso media sonrisa: si me lo dices así de segura te creeré. Silvia se acarició la barriga: ya se ha relajado.. Pepa hizo un gesto con la cabeza: quizás ha sido un error celebrar aquí las fiestas.. Silvia: que va.. vale que es un caos – Pepa le daba la razón – pero yo me lo estoy pasando muy bien tú no?. Pepa: si, pero.... Silvia: naia sólo quería hacerse notar..... El día de Reyes volvieron a juntarse todos, enzo y sabina permanecían en el salón medio enterrados por la cantidad de juguetes que habían recibido, en esta ocasión la fiesta fue más comedida, Pepa no quería ningún otro susto. A la semana siguiente Silvia ya no tuvo más remedio que pedirse definitivamente la baja, aunque lo había intentado, era imposible seguir el ritmo que el puesto requería, y naia no ayudaba, había días que era un auténtico torbellino y otros en los que simplemente se situaba en mala posición y de allí no se movía, no se movía hasta que Silvia se tumbaba, la acariciaba durante un buen rato o se daba un baño. Una de esas tardes-noches en las que naia estaba rebelde. Silvia estaba en el sofa y enzo jugaba a su lado montando un pequeño puzzle, había cogido afición al ver a Pepa, parecía que estaba con los cinco sentidos en el dibujo. Pepa había sacado a Van y estaba en la cocina poniéndole el pienso, desde allí: Sil??, que quieres de cena? Silvia que llevaba todo el día con ardores de estómago: por ahora nada.. Pepa apareció de inmediato: te encuentras bien?. Silvia: llevo todo el día con el estómago revuelto. Pepa: te preparo una infusión?. Habían descubierto unas infusiones de hornimans, mezcla de varias hierbas que le iban muy bien para cuando tenía malestar o ganas de vomitar. Silvia asintió, sospechaba que esa noche le costaría dormirse. Pepa volvió a los pocos minutos y se sentó con ella, mientras Silvia se tomaba la infusión y veían la tele, Pepa le masajeaba los pies. Pepa viendo para sus tobillos: no estan muy hinchados. Silvia: claro me he pasado casi todo el día en posición horizontal. Pepa: hoy tiene el día flamenco eh?. Silvia sonrió: cuando nazca ya sabes lo que te espera. Pepa solemne: si llora haré que se calme, le pondré el chupete, la tendré en brazos todo el día, lo que sea. Pasaron una horita así, luego tocó preparar y darle la cena a enzo, Silvia quiso hacerlo ella, necesitaba moverse un poco, pero después tuvo que ir a tumbarse nuevamente, Pepa se llevó a enzo a la cama. Pepa: mira lo que acaba de darme nuestro hijo – llevaba el chupete en la mano. Silvia levantó las cejas. Pepa se explicó: que se lo guarde para su hermana. Silvia: no te ha dicho eso. Pepa: te lo juro – se sentó junto a ella – para nai, para cuando llore, me ha dicho el tío. Silvia sonrió, después de todo enzo no solo había estado atento al puzzle. Pepa le puso una mano en su abultado vientre de 7 meses: mejor?. Silvia asintió: quédate así un rato – cubrió con su mano la de Pepa – cuando te siente se calma. Pepa se pegó más a Silvia y la besó en la mejilla, con ojos de pesar: te las está haciendo pasar canutas verdad?. Silvia acarició su cara: a ratos sí. Aunque quisiera no podría haberla mentido. Si bien era cierto que ella padecía en primer persona desde el primer mes los vómitos, luego los calambres, y después las patadas en los sitios más insospechados, Pepa estaba a 2 centímetros de ella, dándole masajes, preparándole baños relajantes, haciéndola descansar a cada momento. Ocupándose de todas las necesidades de enzo, dándole cariños cuando se ponía mimoso, jugando con él, y no nos olvidemos del nervioso de Van que entendía que un nuevo miembro de la familia se estaba gestando en el interior de Silvia, y la perseguía allá adonde fuera. Un par de semanas después. Dormían genial cuando sonó el móvil de Pepa, por la melodía supo que se trataba de Gus, rápidamente lo descolgó e intentó salir de la habitación sin hacer demasiado ruido, para una noche que la niña le estaba dando una tregua a Silvia. En el pasillo. Pepa: dime?. Gus: algo gordo se prepara, estoy yendo a por el coche, voy con el comisario en calidad de chofer. Había intentado hablar con Raquel, pero le salía el buzón o se cortaba la comunicación. Pepa: sabes a donde tienes que llevarle?. Gus le dio las señas. Pepa: localizo yo a Raquel, estaremos allí enseguida, quizás esta vez acabe todo. Colgaron. Le saltaron varios avisos de llamadas perdidas, Raquel había intentado ponerse en contacto con ella. Volvió a la habitación, mientras recogía algo de ropa. Silvia: te vas?. Pepa lamentando haberla despertado: vuelvo en seguida, duerme. Silvia preguntó: vas con Raquel?. Pepa: si, no te preocupes – insistió – duerme cariño. Se dieron un beso apresurado. Mientras se dirigía al garaje, llamó a Raquel, la puso en antecedentes. Iba de camino a Toledo, hacía media hora que había recogido a Mar y se iban a pasar el fin de semana. Pepa: siento joderte la escapada. Raquel: que se le va a hacer, has llamado a Marina?. Pepa: paso, estoy harta de sus reproches. En las anteriores salidas cuando los resultados no eran los esperados, además de la frustración por estar haciendo el gilipollas, tenían que aguantar a la comandante. Pepa: llama a Curtis, yo voy en moto. Raquel: espéranos. Pepa: si,si. Pepa se ajustó el chaleco debajo de la cazadora, se puso el casco, abrió gas y salió con la moto del garaje. Raquel conducía a alta velocidad por la M-50. Mar: si quieres déjame en el hospital, así no tienes que desviarte demasiado. Raquel: segura?. Mar asintió: me tomo café con algún antiguo colega que este de guardia. Con el manos libres, llamó a Curtis, estaba en comisaría, le tocaba turno, a él y también a Montoya, que se apuntó a la salida. Pepa llegó a la zona indicada, bajó la revoluciones de la moto para no llamar la atención, y recorrió algunas calles, reconoció un coche aparcado más o menos oculto en una callejuela, se buscó una calle igualmente discreta y aparcó. A su mente volvió Marina, no llamarla podía acarrearle una sanción disciplinaria, y estaba segura que la comandante la solicitaría, pues no era la primera vez que Pepa pasaba de sus ordenes. Así que se puso en contacto con ella, le dijo lo mismo que a los demás. Silvia se había desvelado, se levantó para tomar un poco de leche caliente, le envió un sms a Mar, seguramente ella también estaba despierta. Curtis y Montoya recorrían las calles del centro, escucharon un fuerte ruido y el coche hizo un extraño. Montoya: mierda, hemos pinchado. Curtis: vamos no me jodas. Montoya: para, tenemos que cambiarla cuanto antes. Mar no encontró a ningún compañero, vió el mensaje de Silvia y la llamó. Silvia: si quieres pásate por casa, yo me he desvelado. Mar: vale, le mando un sms a Raquel para que luego se acerque a buscarme. Pepa localizó otros 2 coches, parecía que en esta ocasión si había llegado a tiempo, llamó a Raquel, estaba cogiendo el desvío para dirigirse al lugar indicado. Pepa: están los 3 coches. En una mano el móvil, en la otra la pistola, localizó una puerta y se introdujo por ella. Raquel: en menos de 10 minutos estoy ahí, espera joder!. Pepa seguía andando: tranquila, solo quiero asegurarme de que Gus está bien. Estaba en una especie de almacén, con cuidado y pegada a los palets fue pasando de pasillo a pasillo, de una esquina llegaban voces apagadas, con sigilo se acercó poco a poco para descubrir una oficina acristalada, en su interior 5 personas sentadas en una mesa y a un lado Gus, con otros 3 tíos. Pepa localizó un pequeño espacio desde donde observar, a simple vista no sólo reconoció a los 2 comisarios sino también a los otros 3 sentados a la mesa, contenta dijo: los tenemos.. Raquel la escuchó entrecortada: te pierdo. Pepa observó el móvil apenas una raya de cobertura: mierda!, reich, ya sé quienes son. Raquel permaneció a la escucha mientras Pepa le daba los nombres, en algunos momentos tenía que repetirlos. La conversación parecía que se acaloraba, Gus no estaba todo lo tranquilo que debiera, Pepa no podía escuchar que decían, simplemente le venían palabras sueltas, le pareció entender que desconfiaban de alguien. Pepa nerviosa: esto no me gusta.. Raquel cada vez oía peor: que?. Curtis y Montoya entraban en el desvío. Montoya cogió el micro de la emisora: voy a llamar a Raquel para decirle que estamos llegando. Los ocupantes de la mesa se movieron ligeramente para ver hacia donde estaban Gus y los demás, los hombres que estaban al lado de él lo sujetaron por los brazos. Pepa: ostia!, lo han descu.. No acabó la frase, el tercer hombre que Gus tenía al lado sacó una pistola y le pegó un tiro, sin más, en toda la cabeza. Pepa se dio la vuelta y pegó su espalda al contenedor: hijos de puta! – maldijo entre dientes. Raquel: que pasa?? Pepa: le han pegado un tiro a Gus, está muerto. Raquel solo escuchó palabras sueltas, tiro, muerto, suficientes: sal de ahí!! ya!!. Hubo un acople de frecuencias, se cortó la comunicación, la emisora sonó, era Montoya. Raquel recogió el micro y les avanzó lo dicho por Pepa: daros prisa, dejar el canal abierto. Silvia le estaba abriendo la puerta a Mar. Mar: no hay ni un alma por la calle. Silvia: a las 3 de la madrugada estamos despiertos muy pocos, te apetece un café?. Mar: si, perfecto, como lo llevas? – iban caminando en dirección a la cocina. Silvia se puso la mano en la barriga: pues hoy tenía una noche tranquila pero ahora se está revolviendo un poquito. Cuando casi llegaban a la cocina les apareció por el pasillo enzo. Enzo: mami? – tenía los ojos llorosos. Silvia: cielo que ha pasado?? – el niño ya estaba a su lado, se arrodilló, no podía cogerlo en peso, en su estado esos esfuerzos estaban prohibidos. Enzo: una pezadilla. Silvia: ven cariño te quedas un ratito con nosotras, si?. Mar también se agachó: hola guapo, así que pesadillas eh?. Enzo asintió. Mar: te cojo yo en el colo quieres?. Enzo no se lo pensó y se fue a sus brazos. Silvia le acarició los rizos: venga un poquito de leche caliente, unos mimos de Mar y ya verás como vuelves a dormirte rápido. Pepa quiso echar un último vistazo, parecía que daban por finalizada la reunión, los hombres que habían sujetado a Gus se lo llevaban a rastras de la oficina, mejor le hacía caso a Raquel y salía de allí. Al pasar el primer pasillo de palets no tomó la precaución de ver antes, y 2 hombres que estaban haciendo aparentemente una ronda la descubrieron. Uno de ellos le gritó: eh tú, que estas haciendo aquí?. Pepa echó a correr, y justo cuando se protegía en otra hilera de contenedores sonaron varios disparos, se desorientó ligeramente. Pepa: mierda, por donde está la salida?. Mientras avanzaba por el almacén escuchó más gritos, ordenes, la estaban buscando y si la encontraban estaba claro que seguiría el mismo camino que Gus. Encontró una puerta y se vió en el exterior, pero no por donde había entrado, tenía que llegar a la moto, volvió a correr. Raquel veía para el móvil, silencio: Pepa llama, llama. Silvia y Mar, ajenas a lo que estaba pasando, escuchaban la pesadilla de enzo mientras el niño se tomaba la leche. Pepa pasó un par de naves y entonces desde atrás llegó el sonido inconfundible de unos neumáticos quemando rueda, localizó el callejón y su moto, no sabía si la habían visto entrar allí. Sin casi tiempo encendió el motor, cuando se iba a abrochar el casco escuchó el chirriar de unas ruedas al frenar, y casi de inmediato varios tiros. Mientras los que la perseguían maniobraban para entrar en la callejuela, Pepa metió la marcha y aceleró, saliendo a toda velocidad. Raquel buscaba la parcela, Pepa esquivando las balas culebreaba metiéndose por distintas calles, detrás, sus perseguidores, y entonces Raquel los vió. Una moto huyendo de un todoterreno cuyos ocupantes disparaban sin cesar, giró el volante y puso dirección a ellos, aceleró, por el rabillo del ojo vio que otros coches se iban en dirección contraria, se hizo con el micro. Raquel: Gonzalo, dirección sur 3 vehículos sospechosos, yo voy dirección norte, otro vehículo persigue a Pepa. Curtis y Gonzalo maldijeron a la vez, estaban orientados más al suroeste. Montoya apremió a Curtis: se nos escapan!. Pepa por el retrovisor veía que el todoterreno ganaba metros, entonces se percató de que otras luces venían detrás y reconoció el coche de Raquel. Pepa apretaba los dientes, mientras sujetaba con firmeza el manillar de la moto y volvía a coger una curva cerrada: quítamelos de encima Reich, joder!. Raquel se aproximaba al coche, como si hubiese escuchado el ruego de Pepa: voy Pepa, voy. Por la emisora. Gonzalo: ni rastro, han desaparecido. Raquel: veniros para aquí, os necesito. Al tiempo que los envestía ligeramente, disparó con la izquierda, como no se lo esperaban, el desconcierto de verse atacados hizo que Pepa recuperase metros de ventaja. Se acercaban a una nueva curva, Pepa sabía que era su oportunidad para dejarlos atrás. Raquel pensaba lo mismo, aceleró y cargó nuevamente contra el todoterreno, en el momento del impacto, una última bala salía de la pistola de unos de los ocupantes del todoterreno, ambos coches medio enganchados se desviaron de la trayectoría de Pepa que tomó la curva y acabaron chocando contra unas vallas de publicidad. La última bala disparada, acertó de pleno en el plato de la rueda trasera de la moto haciendo saltar la cadena, y esto unido a la inclinación para tomar la curva cerrada hizo que Pepa, a pesar de los esfuerzos por mantener el control de la moto, cayese por los suelos, en cuanto tocó con el duro asfalto el casco se le salió de la cabeza y ella se hizo un ovillo intentando protegerse mientras rodaba sin parar. La puerta de Raquel se había quedado destrozada, tan rápido como pudo salió por la del copiloto y apuntó con su arma hacia el interior del otro vehículo. Raquel: salir con las manos en alto!!. Por lo que podía ver los ocupantes de los asientos delanteros estaban bastante perjudicados, supuso que no llevaban el cinturón. De la parte de atrás salían otras 3 personas, al tiempo que por la recta aparecía el coche con el distintivo luminoso de la policía. Raquel: de rodillas!!. Eso hacían cuando sonó una enorme explosión. Curtis: me cago en la puta – paró el coche en secó, el resplandor venía de la curva de la derecha, a escasos metros de ellos Raquel tenía de rodillas a varios sospechosos, no veía a Pepa. Raquel dejó de prestar atención a los ocupantes del todoterreno, empezó a murmurar: no,no, no. Montoya vio que Raquel salía corriendo en dirección a la explosión. Montoya: Curtis! – indicando a los 3 arrodillados - ponles las esposas. Siguió a Raquel. Raquel llegó a la curva sin resuello, se adentró en la calle, aminorando la marcha prestó atención a las marcas claras del derrapaje en el suelo, al casco destrozado en una esquina, no vio sin embargo como desaparecían de la larga recta las luces de un vehículo. Hacia un lado el motivo de la explosión, los restos de la moto incrustados en una cisterna cuyo interior ardía debido al líquido inflamable que albergaba, hidrógeno para ser exactos. Raquel gritó con desesperación: Pepa!!. Avanzó hacia la fuente de calor sin pensar en nada que no fuese Pepa, Montoya la alcanzó e impidió que se acercase más. Nuevas explosiones no la hicieron cambiar de idea. Montoya: para!!, cuidado!! Raquel no atendía a razones e intentaba deshacerse de Gonzalo: tengo que encontrar a Pepa!!... – llamó nuevamente – Pepa??!! – consiguió avanzar varios metros. Curtis llegó a donde estaban ellos, los gritos de Raquel y la destrucción que veían sus ojos le quemó las entrañas, supo de inmediato que pasaba. Raquel: Dios mio!! – la voz se le iba apagando - no puede ser...no puede ser... Silvia no paraba de ver para el reloj, esa noche se retrasaban, cuando era una falsa alarma volvían en apenas 2 horas.. Montoya había dejado de sujetar a Raquel, era inútil seguir luchando con ella, marcaba un número de teléfono, mientras esperaba contestación: Curtis llama a comisaría – alguién respondía al otro lado de la línea - Don Lorenzo ha sucedido algo grave.. En apenas media hora estaban en el lugar de los hechos media comisaría, incluidos Mariano y Don Lorenzo. Raquel en la zona de la cisterna, con las ropas quemadas y alguna que otra herida producida por el fuego, seguía esperando que los bomberos hasta allí desplazados lo apagaran, sus ojos iban y venían a todas partes, al amasijo de hierros, a las rodadas del suelo. Los de la policía científica sacaban fotos y marcaban todo cuanto les llamaba la atención, como el casco destrozado. Siguiendo la trayectoría de la moto, habían puesto otra pequeña marca y varias en un radio a su alrededor, Raquel se acercó y a medida que lo hacía vio de que se trataba, el rosario que Silvia había regalado a Pepa, roto y con las cuentas esparcidas. Meneó la cabeza a ambos lados, continuaba negándose lo evidente. Montoya explicaba como podía a Don Lorenzo lo sucedido, del interior de una nave sacaron el cuerpo sin vida del agente infiltrado, los médicos atendían a los ocupantes de los asientos delanteros del todoterreno, los otros 3 ya estaban en un furgón policial de camino a los calabozos. Ni rastro de Marina. 2 horas después. De la cisterna y la moto poco había quedado, a pesar de los esfuerzos en las tareas de extinción el hidrógeno había consumido casi todo, incluido el cuerpo de Pepa. El aspecto de Raquel era lamentable, y Don Lorenzo parecía haber envejecido 10 años, ambos se quedaron viendo el uno para el otro, ambos sabiendo que ahora tocaba dar un paso que ninguno hubiera querido dar en su vida. Raquel se le acercó: voy con usted Don Lorenzo, Mar está con ella. Don Lorenzo asintió, Gonzalo pidió un coche inmediatamente y en silencio se introdujeron en él. Pasaron primero por casa de Paco y Lola, en cuanto Paco abrió la puerta y les vió la cara supo que debía encajar un duro golpe, lo hizo con la entereza que pudo, Lola que también se había levantado se puso fatal, el revuelo hizo que Sara y Lucas también aparecieran, así como Povedilla y Rita. Don Lorenzo necesitaba salir de allí y coger fuerzas para lo que le esperaba, su hija Lola y Paco les acompañaron. En esta ocasión el trayecto estuvo salpicado de continuas preguntas de un Paco incrédulo, Raquel intentaba dar respuestas pero...porque?, como?, eran interrogantes para los que no encontraba explicación.....había llegado demasiado tarde....no había actuado con la rapidez requerida....tomado la decisión adecuado....Pepa estaba muerta... y su mente buscaba el momento en que todo se tornó en tragedia. Silvia hablaba con Mar, hacía apenas unos minutos que habían convencido a enzo para que se durmiese. Mar le contaba que en cuanto volviesen a Vigo empezaría con el tratamiento para la inseminación artificial. Les llegó ruido de llaves en la puerta de entrada, por fin, ya estaban allí.. Silvia esperaba que apareciesen por el umbral del salón Pepa y Raquel, en su lugar vio a su padre, detrás de él a Raquel, a Lola y a Paco. Raquel sabía el impacto de aquella visión, se sentía y en realidad eran la comitiva de la muerte. Por el cuerpo de Silvia comenzó un leve cosquilleo, de su boca sin saber como, en una palabra se manifestó su latente intranquilidad: Papa?. Don Lorenzo no sabía como decirlo: hija... – se acercaba a ella. Silvia lentamente empezó a negar, el cosquilleo se convertía en un trote próximo al galope, se levantó de un movimiento sorprendentemente rápido: no... no es verdad....Raquel??. Raquel veía para ella, y se moría por dentro por segunda vez esa noche. Don Lorenzo abrazó a su hija y sintió sus nervios desbocados, con cariño: hija, tranquilizate.. Silvia empezó a llorar, y entre lloros a llamar a su mujer, con la ayuda de Mar la sentaron nuevamente en el sofá, Lola ya estaba también a su lado, con sus propias lágrimas surcando sus mejillas pero cogiendo de la mano a su hermana. Naia se revolvió en la barriga de Silvia y está hizo un gesto de dolor, y por si no eran suficientes enzo apareció en el salón, seguramente el alboroto lo había despertado. Paco lo cogió en brazos. Enzo: que le pasa a mami?. Paco se lo llevó de allí y le mintió: nada cariño.. Enzo no se lo creía: no, no, tito, mami llora... Paco se sentía miserable: es que se ha hecho daño sin querer, pero estan con ella la tita Lola, el abuelo y enseguida se pone bien – lo metió en la cama – duerme angelito.. Enzo quiso levantarse: quero estar con mami. Paco: mejor escuchamos un cuento sí?. Uno de los regalos de reyes había sido un cuentacuentos, metió un cd y le dio volumen suficiente para que no llegase hasta allí ningún eco de lo que sucedía en el salón. Paco: cierra los ojitos mi vida.... Enzo finalmente le hizo caso. En el salón. Mar que había advertido el gesto: Silvia... - le puso la mano en la barriga y eso hizo que Silvia viese para ella – sé que te pido un imposible... Y así era, Silvia no podía..., se sentía morir...., Pepa....pensar en esa posibilidad la colapsaba emocionalmente. Mar tampoco podía sedarla con cualquier cosa en su estado, así que que se desmayase fue lo mejor que podía haber ocurrido. Don Lorenzo y Lola se alarmaron. Mar: tranquilos, llevémosla a la cama.. Una vez allí. Mar: Lola sabes el teléfono de su médico?, necesito saber que calmante puedo suministrarle. Lola: eh.. no..no.. pero...lo tienen en una agenda en la entrada, voy a por ella. Silvia se despertó, por un momento creyó que todo había sido una pesadilla como le había sucedido a su hijo, pero no, estaba tumbada en la cama y en la habitación su padre, Paco...volvía a la cruda realidad...empezaron a darle contracciones. Don Lorenzo con la ayuda de Lola intentaban acallar los lamentos de Silvia, tenían la esperanza de que si conseguían calmarla, las contracciones cesarían, pero no estaba consiguiendo el resultado esperado. Mar hablaba con Carlos, éste ante la gravedad de la situación decidió desplazarse hasta allí. Paco permanecía en una esquina sintiéndose un completo inútil y Raquel, Raquel no estaba... Carlos en cuanto llegó no dudó en suministrarle unos sedantes, Silvia no paraba de llorar, de preguntar por Pepa, había que frenar ese sufrimiento, después le inyectó una medicación con la que consiguió que cesasen las contracciones. Estuvo casi una hora esperando que todo hiciera efecto y mientras, le daba instrucciones a Mar de como proceder en las próximas horas. Carlos: está muy alterada, y lo va a seguir estando cada vez que tome conciencia de lo sucedido, no podemos suministrarle todo esto de forma continúa. Mar: intentaré poco a poco hablar con ella, pero si no tengo más remedio.. Carlos: entonces la inyectas, cada dosis la mantiene relajada, ajena a la realidad unas 5 horas más o menos. Mar lo acompañó hasta la puerta y después fue en busca de Raquel. La encontró en la terraza, sentada en el balancín. Mar viendo el vaso que tenía junto a ella: estás de servicio. Raquel: si no fuera así, tendría la botella conmigo. Se sentó a su lado, no iba a preguntar como había sido, que había salido mal, no era el momento, simplemente le puso una mano en la pierna. La noche llegaba a su fin, amanecía un nuevo día y sería largo.. Don Lorenzo salió a la terraza: perdonad, Mar puedes quedarte con Lola para..?? Mar: claro, claro, no se preocupe.. Don Lorenzo hacia Raquel: tenemos que ir a comisaría. Raquel se bebió lo que quedaba del vaso y se levantó. La actividad en comisaría era frenética, todos querían hacer algo, mantenerse ocupados, cualquier cosa menos pensar que una de sus compañeras más apreciadas había fallecido. Montoya les salió al paso: estamos en la sala señor. Entraron. Sobre las mesas montones de papeles, varios portátiles, algunos hablando por teléfono, estaban todos, desde Sara con ojos llorosos y Lucas, hasta Kike y Nelson, incluida Marina. Montoya le describió la situación: por lo que parece la reunión tenía como objeto descubrir a nuestro hombre y dejarle claro a los demás las medidas que se tomarían con cualquier otro topo. Curtis: hemos interrogado a los 3 supervivientes del todoterreno pero no sueltan prenda. Montoya: tampoco pudimos ver los ocupantes de los otros coches.. Marina se dirigió a Raquel: tuviste oportunidad de hablar con Pepa?. Estaba claro que a Marina lo único que le importaba era el caso, no cuantas personas hubieran muerto, ni siquiera si eran policias. Raquel asintió sin demasiadas ganas, tenía que haberse bebido la botella. Marina le insistía: y que te dijo? Raquel con asco hacia su persona: sabes que me dijo?, me dijo que le habían pegado un tiro sin contemplaciones al novato que yo introduje en la trama, también me dijo los invitados a la fiesta - recitó los nombres de los 2 trabajadores de la embajada y del subsecretario de la delegación del gobierno. Marina continuó: tú pudiste verlos? – Raquel negó – pues entonces no tenemos nada.. Raquel ya no se controló, la agarró por las solapas y cubrió con ella la distancia hasta la pared más cercana. Todos pararon de hacer lo que hacían. Raquel: tenemos 2 policias muertos!!. Marina no se acobardó: que no pueden testificar!. Raquel: hija de puta!! – le dio un puñetazo. Cuando iba a por el segundo entre Don Lorenzo y Lucas la apartaron. Don Lorenzo: debería dejar que te partiera la cara. Montoya: por favor!!, esto no nos lleva a ninguna parte. Raquel: que le eche huevos y vaya a por ellos!!. Don Lorenzo estaba de acuerdo: tenemos suficiente para sembrar la duda. Marina presionando con un pañuelo el labio partido: de eso nada. Don Lorenzo se acercó a ella: vamos a decir que esos 3 mierdas que tenemos en los calabozos han hablado, vamos a detener al personal de la embajada y del gobierno, Mariano!!. Mariano: si señor. Don Lorenzo: tenemos la lista de los policias implicados en las comisarías verdad?. Mariano asintió otra vez. Don Lorenzo gritando: quiero a todo Dios entre rejas!! y a todos vosotros apretándoles las tuercas!!. Marina: y si no hablan?. Don Lorenzo: haremos que se sienten en el banquillo, por mis cojones!! Marina no objetó nada más. A lo largo del día se sucedieron las detenciones, la comandante Salgado y Don Lorenzo estaban presentes en las de los comisarios, así como en las del personal de la embajada y del gobierno. Por la tarde tuvieron que disponer un cordón policial en el perímetro de la comisaría para contener a todos los medios de comunicación que habían acudido en masa. La noticia era muy atractiva, no solo por el renombre de los implicados, sino por el fatal desenlace de 2 policias, se decretó el secreto de sumario para mantener en el anónimato la identidad de ambos fallecidos, pero no podían estar seguros de que la información no se estuviese filtrando. Raquel y Don Lorenzo llegaron a casa de Silvia. Mar dejó a Lola con su padre en la habitación, Raquel estaba en el minibar. Mar: Reich..?? Raquel levantó la mano: no me digas nada.. Pero Mar no le hizo caso: emborracharte no te va a ayudar.. Raquel después de 2 copas seguidas preguntó: como está Silvia?. Mar: mal.. Raquel levantó una tercera copa: y enzo??. Mar: durmiendo..- obviando el que no le hiciera caso sobre la bebida – he pensado que mejor nos quedamos a dormir y así cuídamos de Silvia.. Sonó el móvil de Raquel, vio la pantalla: tengo que contestar. Mar: vale.. Raquel se fue hacia la terraza. Marina llegaba a la dirección acordada con su segundo. Este la esperaba en la entrada del edificio. Marina: se ha despertado?. Segundo: hace varias horas.. Marina detectando por su tono que algo no iba bien: problemas?. Segundo: la hemos tenido que atar.. Marina hizo una mueca, le tiró el labio partido. Llegaron al piso y después de pasar otro control de seguridad se encaminaron hacia la habitación. En cuanto entraron.. Pepa: hija de puta!!! – forcejeaba con las ataduras – estás metida en el ajo!!. Marina: no insultes a tu inteligencia Pepa, si fuera así te hubiera pegado un tiro mientras estabas en el asfalto inconsciente, y en lugar de eso te he puesto a salvo. Pepa: entonces que hago aquí?, soltadme!!. Marina negó: sé lo que viste, y desafortunadamente has sido la única.. Pepa: me importa una mierda, suéltame joder!!. Marina se acercó: miras esto? – le enseñó el labio partido – tu amiga no se ha tomado muy bien tu muerte.. Pepa dejó de forcejear: que??. Marina siguió: he conseguido que toda la comisaría haya saltado como los lobos a por sus presas. Pepa quería volver a su anterior respuesta: lo de mi muerte es una broma de mal gusto verdad?? Marina: me temo que no...todos lloran tu perdida.... Pepa volvió a intentar desatarse: estas loca??, Silvia está embarazada – se hizo daño, tenía todo el cuerpo magullado por la caída de la moto – auj....no pienso contar una mierda como no me dejes ir con ella – la amenazó. Marina se puso seria: estas aquí por tu seguridad, pero sobre todo por la seguridad de Silvia y enzo. Pepa se la quedó mirando. Marina: si han descubierto a Gus, es porque saben de nuestra investigación, tienen gente corrupta en todas partes y no les costará demasiado averiguar quien era la policia que iba en moto y los vió. Pepa rogó: Marina.. por favor... díselo a Silvia, sólo a ella.. Marina: no, todos tienen que creer que has muerto. Pepa insistió: esta embarazada!!, puede perder a la niña. Marina: están con ella su familia y tus amigas, Silvia es fuerte sabrá encajarlo. Pepa: es que no tienes corazón???, sabes lo que puede estar pasando??. Marina levantó las manos: muy bien, tú vuelves a la vida - parecía que cedía - y la pones a ella y a tu hijo en el punto de mira, te crees que no van a hacer cualquier cosa para evitar que testifiques?!!. Tenía razón. Pepa sintió como un nudo le atenazaba el corazón, se dejó caer abatida sobre la almohada, se le venía el mundo encima, no podía hacerle eso a Silvia y sin embargo era la única forma de protegerla, mierda!! porque no habría esperado a Raquel, porque siempre la cagaba de aquella manera. Marina viendo que por fin parecía entender la gravedad de la situación: desátala – le dijo a su segundo. Se acercó a Pepa y le tocó el brazo en un gesto de comprensión. Marina: haré todo lo posible para que el proceso avance rápidamente, descansa, te mantendré informada. Salió de la habitación. Pepa se quedó a solas, rota, se puso a llorar pensando en lo mal que lo estaría pasando su mujer.... Marina a su segundo: dejar que se mueva libremente por el apartamento, si tiene preguntas contestáis, si quiere hablar conmigo me llamáis, me llamáis ante cualquier duda, estamos?. Segundo: si señora. Se fue. El día tocaba a su fin. Lola velaba el descanso de Silvia en la habitación, Mar que continuaba despierta fue a comprobar si enzo estaba bien, durante el día se lo habían llevado Lucas y Sara y después Povedilla y Rita, intentaban que no viese ni tan siquiera escuchase a su madre llorando y lamentándose con el nombre de Pepa cada 2 palabras, a Van también se lo tuvieron que llevar, estaba muy agitado. Durante esas primeras 24 horas habían sucedido situaciones realmente duras. Las llamadas eran continuas, Don Lorenzo recibía en la salita a los policias como Montoya que traian novedades del caso. A Paco le tocó el difícil trago del papeleo de la muerte de su hermana, con él sus inseparables compañeros Mariano y Lucas, no había cadáver, por lo que un entierro era absurdo, en 2 días se haría un funeral íntimo. Ahora de madrugada Silvia rendida dormía ayudada por los calmantes y enzo ajeno, también descansaba. Mar se fue a la habitación de invitados, no sabía nada de Raquel, después de que la llamaron se volvió a ir, llevaba casi 2 noches sin dormir, sabía que se estaba ocupando personalmente de todo lo concerniente al policia de su unidad. Raquel volvió casi al amanecer, hasta ese momento había estado en comisaría interrogando a algunos sospechosos y revisando las declaraciones de los demás, como había pronosticado Marina, imperaba la ley del silencio. Se dio una ducha rápida, se lavó los dientes en un intento de borrar el sabor del whisky que durante todo el día la había acompañado, y buscó en los brazos de Mar consuelo, hicieron el amor, Raquel sintiéndose tremendamente culpable y Mar intentando mitigar ese dolor. Raquel tenía una pesadilla, lo sabía, era consciente de ello. Se veía nuevamente en el coche, delante, el todoterreno y la moto de Pepa, todo sucedía tal y como había pasado, se despertó cuando corría hacia el lugar de la explosión. Cuando Mar se despertó apenas 3 horas después de que hubiera llegado Raquel, se encontró sola en la cama. Un nuevo día. 9 am. Fue a ver como estaba enzo, de camino se encontró con Lola. Lola: iba a verlo lo he escuchado por el interfono. Mar ofreció: quieres que vaya yo?. Lola: mejor, así vuelvo con Silvia. Mar: que tal está?. Lola: duerme todavía, ha estado toda la noche agitándose. Mar: me llamas ante cualquier problema. Enzo estaba muy despierto pero extrañamente no se había movido de la cama, el niño sabía que algo pasaba y se había quedado esperando paciente a que lo vinieran a buscar. Mar: hola campeón, tienes hambre?. Enzo negó: quiero ir con mami. Mar se acercó a él: mami duerme, desayunas conmigo y cuando despierte la ves, vale?. Enzo: mi otra mama también duerme..? Mar se quedó helada, no supo que responder, la salvó Van que llegó a saludar a su pequeño dueño. Cuando Lola volvió a la habitación Silvia se había despertado, intentaba incorporarse, lo hacía al ritmo lento de una embarazada en su avanzado estado. Lola: cariño, espera que te ayudo. Silvia: necesito ir al baño. Lola la acompañó y cuando volvían se sentó a los pies de la cama. Silvia comenzaba a llorar. Lola se abrazó a su hermana. Silvia: no puedo creerlo Lola, no voy a poder vivir sin ella. Lola la dejó hablar, Silvia lo hacía desde el más profundo dolor, pero de forma serena, y eso aunque ella no lo notase, era un cambio significativo con respecto al día de ayer. Silvia con dificultad, entre lágrimas: enzo todavía no ha cumplido 3 años..., como.... como le explico que su madre no volverá.....y nuestra hija ni siquiera ha nacido...-recordó el beso apresurado que se dieron de madrugada – no puedo creer que ya no está...me he quedado viuda..... Lola sólo podía ofrecerle el consuelo de su abrazo y lloró con ella. El aplazamiento duró exactamente el tiempo en que tomaron el desayuno, Mar se lo llevó hasta el salón y le puso los dibujos. Mar: voy a ver si mami se ha despertado, no te muevas de aquí vale?. Enzo asintió y calladamente se quedó sentado viendo la tele. Pepa que no había pegado ojo en toda la noche, pensaba en Silvia...., esperaba paciente a que el médico examinase sus heridas. Le quitaba los apósitos de los codos y las rodillas, eran quemaduras producidas por rodar sobre el asfalto, examinaba en busca de infecciones, limpiaba y volvía a tapar. Médico: ha tenido mucha suerte, un par de costillas rotas, y laceraciones por todo el cuerpo, es todo el bagaje de su revolcón por el suelo, y eso sin casco y a la velocidad que iba es casi un milagro. Pepa pensó “ y sin embargo para lo que más quiero en este mundo estoy muerta “. me arriesgo a poner un poquito más...esta cayendo una tormenta alucinante y ya llevo 3 cortes de corriente.. Se pasó gran parte del día siguiente en la habitación, los escoltas que tenía asignados no contaban o no sabían demasiado, de ves en cuanto ponía la televisión, sobre todo en el momento que daban noticias. En todas ellas se iniciaba con la trama que había descubierto la comisaría de San Antoio en colaboración con sus homólogos gallegos, en las imágenes pudo distinguir a aquellos que habían estado presentes en la ejecución de Gus, algunos de ellos veían con manifiesto desafío a las cámaras. Estaba claro que no se sentían para nada unas víctimas, los presentadores de los telediarios recalcaban esa ley del silencio entre todos los detenidos, a pesar de ellos, las diligencias seguían su curso y esperaban sentarlos ante la justicia con prontitud. Pepa deseaba que fuese lo más rápido posible. Todos los que llegaban a la sala donde se había montado el cuartel general sobre el caso, se asombraban de ver allí a Raquel, fuera la hora que fuera ella estaba allí, viendo papeles, revisando datos, llamando por teléfono, y su aspecto iba en consonancia a las pocas horas de descanso que le estaba dando, sin embargo nadie tenía la mínima intención de decirle que se lo tomase con calma, ella más que ningún otro sentía las muertes de los agentes. La presencia de Marina no gustaba, y menos cuando lo hacía para ordenar nuevos movimientos, todos ellos habían cerrado filas en torno a Don Lorenzo, Raquel y Paco. Marina sabía que había una clara posibilidad de que todo el entramado intentase sobornar o acobardar a los miembros que llevaban a cabo las investigaciones, las familias de todos ellos estaban en el punto de mira, le había prometido a Pepa proteger a Silvia y a su hijo, tenía que obtener del comisario esa protección. Marina: no me fió de la integridad de.... Don Lorenzo la cortó: comandante nosotros no somos unos corruptos!!. Marina: ah no?, que pasaría si secuestrasen a la hija de Rita y no lo supieramos? – la aludida pegó un respingo, viendo de nuevo para el comisario – que me dice de usted.. Don Lorenzo: no le consiento que ponga en duda a mi gente, o a mi mismo!!. Montoya intervino: con todos mis respetos comisario, tiene razón, tenemos que protegernos ante posibles intentos de extorsión. Mar tocó la puerta con suavidad, escuchó como le decían que pasase. Mar: hola. Silvia: hola Mar y enzo?. Mar: pregunta por tí – no era necesario ampliar la información – está en el salón. Silvia se secaba los restos de lágrimas: lo estoy dejando de lado... Mar se acercaba: como te encuentras tú?. Silvia se tocó la barriga.. Mar: Carlos me dio unas intrucciones, tengo que comprobar tu tensión y su latido. Silvia se pasó la mano por la cabeza agobiada: pero no me inyectes nada. Mar: prometido.. Después de la pequeña revisión fueron todas al salón. Enzo: mami!!. Silvia se sentó y el niño se abrazó a ella, hacíendose sitio entre la barriga de Silvia para sentarse en sus piernas. Enzo: estas malita??. Silvia: un poquito... Enzo: y mama??. Silvia sintió una punzada en el corazón, decidió mentirle: se ha ido unos días.. Enzo hizo un gesto que de vérselo a Pepa, repetía, le puso las manos a ambos lados de la cara: no estes triste, yo estoy contigo, el hombresito de la casa –se abrazó a ella nuevamente. Silvia tragó las lágrimas que afloraban, así le decía Pepa cuando se tenía que ir y se quedaban solos, como ahora... Mar y Lola los dejaron haciéndose compañía. Por la tarde hasta casa se acercaron Sara y Lucas, después llegó Paco y sin ganas se sentaron a la mesa para cenar algo, mientras Silvia volvía a la cama, a última hora apareció Don Lorenzo, Mar sabía que Raquel no lo haría hasta bien llegada la madrugada, y así fue. Marina en cuanto supo por el informe del médico que el estado de Pepa era casi inmejorable, comenzó los interrogatorios, durante varias horas estuvieron repasando la investigación hasta aquella noche y por último insistió una vez más en que viese las fotografías. Pepa ya estaba harta, repitió los nombres de cada uno de ellos y los situó en la escena del crimen. Marina: el juez exije una rueda de reconocimiento previa cuando se celebre la vista preliminar. Pepa: estás de coña no?. Marina: sabe que estamos ocultando un testigo ocular, pero si nadie de los demás detenidos habla, y tú no los identificas antes de entrar en la sala, no habrá juicio. Pepa se levantó de la silla: mierda Marina, mierda..., no vas a conseguir mantenerme en secreto tanto tiempo. Marina: deja que me ocupe yo de eso, hasta ahora no lo estoy haciendo tan mal. Pues sí, obviando el detalle de hacerla morir, no sólo había conseguido la detención de todos, sino que además había logrado que sus compañeros se protegiesen e hicieran lo mismo con sus familias, seguro que era capaz de inventarse una identidad creíble para su testigo ocular. Raquel iba en el avión rumbo a Vigo, en las bodegas del mismo, el ataúd con su compañero Gus. La recepción del cuerpo se hizo con todos los honores y el funeral ofrecido a mediodía también lo fue. Entre medias tuvo reuniones con sus superiores, se pasó apenas una hora por casa para dar un abrazo a sus padres, y consiguió no venirse abajo mientras ellos le daban el pésame por la perdida de Pepa. Por la tarde nuevamente a Madrid, cuando le pidió a la azafata el tercer vaso de whisky doble esta no pude evitar mirarla con desaprobación, si ella supiera por lo que estaba pasando, acababa de asistir al entierro de un compañero y ahora en apenas 2 horas haría lo propio con su mejor amiga. Y su mejor amiga estaba cansada de su encierro. Pepa: vas a ir?. Marina: sería un poco sospechoso no asistir, no crees?. Pepa se encogió de hombros, a ella no le preocupaba la presencia de Marina, sino la de Silvia, pero desde donde estaba no podía hacer gran cosa, quería tirar la toalla. Como si esto último se lo oliese Marina: pronto acabará todo.. Silvia no tenía fuerzas casi para salir de la habitación, por lo que asistir al funeral quedaba descartado, el impacto emocional sería demasiado duro, Rita y Sara no asistieron tampoco, prefirieron hacerle compañia a ella, al igual que Lola y Mar. Silvia se mantenía abrazada a Lola y Sara le daba la mano, la tristeza ahogaba todo intento de conversación, apenas palabras sueltas, tuvo una crisis de angustia y cuando no hubo más remedio, Mar le suministró un calmante. La iglesia donde se ofreció la misa estaba abarrotada de compañeros y amigos, todos le daban el pésame a Paco y Don Lorenzo y preguntaban por Silvia y el niño, Raquel al fondo evitando esos momentos, alzó la vista y se encontró ante la figura de San Antonio. Cuando era pequeña, siempre andaba perdiendo las cosas, algún juguete, ropa, el bombín de la bicicleta, el walkman, su padre le decía cuando la veía cansada de buscar que le ofreciese algo a San Antonio para que lo hiciese aparecer, le habló a la imagen “ mi propia vida te daría “. Después del oficio se fueron a los cachis, Paco quería de alguna forma agradecer la asistencia de todos sus amigos, y ahí el alcohol como remedio contra la pena, hizo que a las pocas horas el ambiente degenerase. A puerta cerrada se comenzaron a levantar copas, ya estaban todos bastante borrachos y las anécdotas se sucedían, por la amiga, como decía Curtis y Povedilla, por la compañera de locuras como decía Aitor, Nelson y Kike, por mi hermana, como decía Paco, Mariano y Lucas, que la sentían como tal, Raquel preferió irse. Don Lorenzo: Paco – se abrazó a él – la descerebrada de tu hermana siempre ha hecho lo que le salió de sus santos cojones!, aunque le prohibí acercarse a mi Silvia, ni puto caso, y ahora me la deja viuda con un niño pequeño y embarazada... - una pausa para dar un trago - tenemos un panorama jodido, pero hay que salir adelante.. – con lágrimas en los ojos y alzando el vaso - por Pepa!. Raquel estaba en el lugar del accidente, se había llevado una botella, se bajó del coche y andando hizo el recorrido de la muerte, llegó hasta la zona del choque, después echó a correr, cayéndose un par de veces porque estaba bastante bebida hasta pasar la curva, todavía quedaban restos de la cisterna calcinada, tiró con rabia hacia allí la botella vacía, se dejó caer al suelo. La noche era fría, el cielo despejado y lleno de estrellas le mostraba una belleza que ella en ese momento no podía apreciar, no lloraba, las lágrimas no salían. La pesadilla volvió cuando rendida la venció el sueño en el interior del coche, se despertó completamente desubicada, recordaba vagamente haber llegado hasta allí... Las 2 semanas siguientes transcurrieron de la misma forma. El grupo de comisaría a pesar del silencio de los acusados, encontraba nuevas conexiones y poco a poco se iba aclarando el entramado de la organización. Pepa por su parte apenas podía hacer nada, leía junto a Marina los informes de sus compañeros y añadía comentarios para abrir nuevas lineas de investigación, los días pasaban demasiado lentos y Pepa se sentía como un animal enjaulado, apenas tenía noticias de Silvia y enzo, escasas palabras de Marina diciéndole que estaban bien, claro que le iba a decir. Mar junto a Carlos intentaban salvar el embarazo de Silvia, ella no ponía mucho de su parte, se había quedado en la noche del accidente, estaba profundamente deprimida y no prestaba atención a su salud, adelgazaba en vez de coger peso, sólo enzo la mantenía en un estado de relativa realidad, con los demás se abstraía, suponían que en el recuerdo de su mujer. Raquel seguía durmiendo nada, bebiendo mucho y no cruzándose en ningún momento con Silvia ni enzo, era Mar quién contestaba a sus escuetas preguntas sobre el estado de ambos, ella pasaba por otro proceso, se llamaba culpabilidad, y para ese Mar tampoco encontraba un remedio eficaz. Pero una noche...a altas horas de la madrugada... Raquel llegó a casa de Silvia, como solía ser habitual con varias copas de más, la luz de la habitación de Mar estaba encendida, quiso dar marcha atrás, pero si ella estaba despierta es porque la estaba esperando y seguro que se había dado cuenta de su llegada, por lo tanto mejor entrar y no obligar a que la siguiese. Entró y se fue directa al baño, Mar sentada en la cama la siguió. Raquel abría el agua de la ducha. Mar decidió dar donde más dolía: Silvia te necesita. Raquel en un principio la ignoró. Mar: esta mal, perdiendo peso y todo esto empieza a afectar a la niña.. Raquel seguía a lo suyo. Mar cerró el agua y la giró bruscamente: me estas escuchando??!!!, te necesita!!. Raquel en un tono cansado y arrastrando las palabras, en eso el alcohol tenía mucha culpa: y que puedo hacer yo...?? Mar le dio la puntilla: lo que te pidió Pepa!! – la agarró por la chaqueta a medio quitar – que si algún día le pasaba algo, que cuidases de su familia!!, que les ayudases a salir adelante!!. Raquel se enfadó: mírame!! – su aspecto era descuidado, por decirlo suavemente - crees que puedo ayudarla a superarlo?? – se deshizo de su agarre y gritando – yo!! ojala hubiera sido yo!!. Mar se apartó de ella, a punto de llorar, se la quedó viendo, detrás suyo estaba el espejo, se hizo a un lado para que Raquel viese su propia imagen: viendo en que te estas convirtiendo, yo empiezo a desear lo mismo... La dejó sola en el baño. A Raquel le dolieron por igual las duras, sinceras y acertadas palabras de su novia, como el reflejo de si misma, si Pepa viese como estaba actuando le hubiera partido la cara, se quitó la chaqueta, necesitaba una ducha, eso lo primero. Al salir del baño con intención de disculparse con Mar, ésta no estaba en la cama, la encontró sentada en el sofa de la salita, se sentó viendo para ella. Raquel: Mar..- ella se limpió las lágrimas de la cara, pero seguía llorando – lo siento... Mar no veía para ella: que sientes?, no haber muerto tú? – se giró para verla – crees que yo lo superaría mejor que Silvia??. Raquel: no quise decirlo así... Mar: tu dolor no es el único sabes?, y todos como podemos estamos sacando la cabeza para respirar, pero Silvia y tú os estáis hundiendo, ella es tu salvavidas y tú el suyo. Raquel no quería seguir hablando, y sobre todo no quería que Mar siguiese llorando, le acarició la cara limpiando sus lágrimas, se acercó más a ella: mañana hablaré con Silvia no esperó a que Mar le diera su beneplácito, la besó – te quiero... – otro beso, éste más intenso – te necesito... Y cuando entre una pareja hay problemas que ambas partes no ven como afrontar, el sexo es la via de escape. Mar sabía que lo conseguido era un espejismo, pero ella también necesitaba su cariño, refugiarse en sus brazos. Pocas horas después, la pesadilla de todas las noches la despertaba, incluso le parecía tener en la boca el regusto a hidrógeno quemado, se levantó para ir a la cocina. Silvia estaba allí sentada, en la mesa, junto a una taza vacía y con la mirada perdida. Raquel aguardó unos segundos: Silvia??. Silvia volvió en sí: hola..., es muy temprano. Lo era, apenas las 8. Silvia: hoy es sábado?. Que estuviera desorientada era normal. Raquel asintió. Silvia: enzo siempre se despierta muy temprano el fin de semana..., Pepa se levantaba..., le daba de desayunar y a veces conseguía que después durmiera un poquito más.. Las lágrimas comenzaron a rodar en silencio.. Raquel se sentó en frente de ella, le tomó una mano. Silvia la miró, no le dijo nada y sin embargo le preguntó de todo, y Raquel tragó saliva, no quería contarle como había sido, y podría hacerlo con todo lujo de detalles porque su mente había hecho con esa noche un bucle que incesantemente se repetía. Silvia por su lado tenía muy viva su última imagen, su beso apresurado, su ruego para que volviese a dormir... Y ambas callaron el hecho de que sentían en lo más profundo de su ser que Pepa no podía estar muerta. Lola llegó apresurada: hermana como no me has despertado??, te preparo algo? Silvia vio para ella: no, no, sólo me he levantado a hacerle el desayuno a enzo. “Ahora que Pepa no estaba...”, eso lo pensó Raquel de inmediato después de lo que le había contado Silvia. Lola: déjame a mí, tú deberías descansar.. Silvia repitió: descansar... Se levantó y se fue, era como un fantasma que cargaba una gran bola, pero de pena. Raquel y Lola se vieron entre ellas. Raquel: ve con ella, ya me ocupo yo del desayuno. Esa mañaba se llevó de paseo a enzo y a Van al parque, el niño le preguntó en varias ocasiones por Pepa y Raquel con juegos intentó distraerlo. Su etapa sociable finalizó después de la comida. Enzo estuvo muy inquieto toda la tarde, echaba mucho de menos a Pepa, y ante su ausencia quería pasar todo el tiempo junto a su otra mami, Silvia comenzaba a desesperar ante la tristeza que veía en los ojos de su hijo y reconocía perfectamente. Se acordó de algo.. Buscó en los cajones de la cómoda, después de localizar el dvd deseado, encendió la televisión, en apenas unos segundos aparecieron en pantalla imágenes de ella, Pepa y enzo en su viaje a Vigo. Se quedaron hipnotizados ante la tele, escuchando nuevamente la voz de Pepa, su risa. Enzo muy pequeño con sus pelos pelirrojos disparados y Pepa llamándole “ fraguel “, y a ella “ princesa “ “ pelirroja “...Naia se revolvió en su interior pero Silvia no le hizo caso, ahora no, estaba viendo a su mujer, su cara iluminada por una gran sonrisa y entonces le sacaba la lengua, ese gesto lo hacía mucho Pepa.. Repitieron varias veces la reproducción del dvd, hasta que el niño se durmió.. Raquel llegó a una hora relativamente razonable a casa, incluso cenó con Paco, Lola y Mar. Cuando parecía que ya todos dormían... Raquel volvía a tener la pesadilla de todas las noches desde hacía 2 semanas. Por eso no quería dormir, no podía más, una y otra vez se encontraba en su coche intentanto librar a Pepa del todoterreno, chocaban, los hacía salir del vehículo, escuchaba la explosión y salía corriendo hacia el lugar de la misma. En la cama se agitaba y sudaba, y en el sueño corría y corría......, tenía que llegar a tiempo...., a tiempo de sacar a Pepa de entre las llamas....., ya estaba casi...., los pulmones y el corazón le iban a explotar por el esfuerzo...., torcía la esquina, veía las rodadas en el suelo..., y levantaba la vista para dirigirla hacia la cisterna....., y durante ese veloz recorrido de sus ojos, unas luces se apagaban....., un coche se alejaba....., se despertó. Raquel murmuró: un coche, había otro coche. Mar adormilada: que pasa?. Raquel se levantaba: tengo..., tengo que irme. Mar despertándose completamente: que?, ahora? – el reloj apenas marcaba las 4 am – a donde?. Pero Raquel ya salía por la puerta. Mar se tiro nuevamente en cama: joder!. Raquel volvía a ser el sediento que en el desierto corre hacia la visión de un Oasis. Silvia empezó a sentirse incómoda, naia se agitaba y para no despertar a enzo que dormía con ella, se fue hacia el baño, una ducha caliente le vendría bien. ( ponerla de fondo, esperar a que empiece ) Debajo del agua, sentada y desnuda volvieron todos los miedos y el dolor intenso de no tener a Pepa para reconfortarla..... Naia en su tripa abultada se revolvía, , se sentía perdida...las gotas caían y no sólo ellas la mojaban, sino nuevas lágrimas, llorándola...se negaba a admitir que su mundo perfecto se había acabado...... Se ahogaba, y volvieron las contracciones, fuertes, violentas, como si naia quisiera hacerla ver que no estaba sola...que Pepa no la había dejado.....que ella era una pequeña parte de su ser... Raquel se pasó primero por comisaría, donde ya se habían acostumbrado a sus apariciones a esas horas, recogió los informes de los forenses y del parking se llevó una moto. Mar que se había desvelado con la nueva huída de Raquel, se levantó, sabía que enzo dormía con Silvia por lo que en un principio no le extrañó ver a Van husmeando su puerta, el perro tenía su lugar para dormir en la terraza, una caseta con acceso al interior desde la cocina, pero iba y venía por la casa como un vigilante de seguridad haciendo su ronda. Van gimió lastimoso y puso la pata de forma suave en la puerta. Mar se acercó: Van chico, que pasa?. No tenía las orejas del animal, pero estaba claro que este escuchaba algo que le preocupaba, así que decidió entrar. Enzo dormía en la cama rodeado de almohadas, Silvia no estaba, venía luz del baño. Mar cubrió la distancia con cautela, abrió la puerta, salió vaho acumulado, Silvia estaba en la ducha. Mar: Silvia estás bien?. Una mano se apoyó en el cristal, pero no hubo contestación. Mar se acercó a la mampara, la hizo resbalar hacia la derecha. Silvia en el interior, sentada y sujetándose la barriga: creo que he roto aguas. Mar dejó atrás los movimientos cautos, cerró el grifo, recogió un albornoz y se lo pasó por los hombros a Silvia, por la expresión de ella supo que tenía una contracción. Mar: has tenido más?. Silvia agitó la cabeza en señal afirmativa. Mar: dame unos segundos voy a buscar a Lola, nos vamos al hospital. Mientras Lola ayudaba a Mar a sacar a Silvia de la ducha, Paco se llevaba a un dormido enzo a su habitación. Mar conducía: cada cuanto las contracciones?. Lola en la parte de atrás con Silvia: 5 minutos. Aceleró.. Pepa se había despertado, como muchas de las noches anteriores, algo la preocupaba, llamó a Marina por una linea segura, que se quejó por la hora. Marina: no puedo llamar a estas horas, que me invento??. A Pepa le salió la vena de su suegro: lo que te salga de los cojones!!, quiero estar segura de que estan bien. Marina antes de colgarla recibió otra llamada a su móvil, viendo quien era: te llamo ahora... Y le colgó antes de darle explicaciones. Raquel estaba nuevamente en aquella curva, ya habían retirado la cisterna, pero entre los papeles que se había traido, estaban las fotos de aquel día. Durante media hora como si de una loca se tratase, se dedicó a poner fotos aquí y allá, y hablaba, hablaba con ellas o consigo misma. Raquel: cogiste la curva, la bala rompió la cadena, te fuiste al suelo, el casco salió rodando y tu Pepa, tú para donde...?? Hospital. Carlos examinó a Silvia en urgencias, viendo para Mar: ya no podemos pararlo. Silvia se agarraba a la mano de su hermana ante una nueva contracción. Lola preocupada: no es muy pronto??. Carlos: esta niña quiere salir hoy..., vamos!!. 2 celadores trasladaron con rapidez la camilla hasta uno de los paritorios. Raquel subió a la moto: vamos a verlo.... Esta vez era ella la que huía del todoterreno, cogió la curva a toda velocidad, y simulando la rotura de la cadena se dejó caer, rodó protegiéndose como habría hecho Pepa. Paritorio. Las cosas no iban bien. Carlos: espera, espera.. Silvia quería empujar, sentía mucho dolor a pesar de la epidural suministrada. Lola: que pasa? Mar: viene de nalgas. Carlos miraba el monitor fetal, lo mismo hacía Mar: se está ahogando con el cordón umbilical, tenemos que abrir. Mar: Lola tienes que salir Silvia histérica: Lola no me dejes!!. Mar: tenemos que hacerte una cesarea Silvia – le cogió la mano que Lola soltaba – me quedo yo contigo. Lola besó la frente de su hermana: venga se fuerte, estoy aquí al ladito. Pepa pasada casi una hora volvió a llamar a Marina, pero no obtenía contestación, algo pasaba, lo presentía, en la casa con ella había 2 guardaespaldas, más imaginó otra patrulla en la calle, como podía salir de allí...?? Raquel se estaba levantando empezaba a llover, sacudía su ropa, los vaqueros se habían desgarrado por varias zonas, lo mismo que la cazadora, lo peor era que se había molido todo el cuerpo, pero lo mejor, lo mejor era el lugar donde estaba la moto con respecto a ella. La trayectoria de la moto había sido hacia la cisterna, pero no había alcanzado el objetivo, quizás porque no iba a la misma velocidad, pero ella estaba demasiado desplazada y eso no dependía de lo rápido que hubiera ido Pepa. Comprobó el cronometro que había puesto en marcha, 1 minuto, 40 segundos, ella cuanto había tardado en escuchar la explosión??. Paritorio. Carlos tuvo que esperar unos minutos hasta asegurarse de que la nueva anestesia local suministrada era suficiente para abrir la barriga de Silvia. Silvia estaba medio inconsciente, sus palabras eran una mezcla de quejidos y lamentos, temía perder a naia también. Mar junto a ella le acariciaba la frente sudada, estaba en el lugar reservado para Pepa e intento ser el apoyo que hubiera sido ella: tranquila, tranquila – mientras observaba a Carlos como abría – no queda nada, todo va a salir bien. Raquel lamentó no haber cronometrado esa primera fase antes de tirarse con la moto por los suelos, le dolía todo, intentó ser lo más veraz posible en la rapidez de sus movimientos. Puso en marcha el crono cuando ambos coches chocaron y la moto tomó la curva y ella junto con el todoterreno se estampó contra las vallas, tuvo dificultades para salir del coche, les hizo bajar, se ponían de rodillas cuando escuchó la explosión, hizo una primera parada del crono, salió corriendo hacia la curva como había hecho aquel día, cuando estuvo en el lugar exacto le dió por última vez al stop, 3 minutos 45 segundos... Paritorio. Carlos extrajo a la niña del vientre de Silvia, estaba muy azul, él mismo se trasladó a la mesa contigua y comenzó a realizar las maniobras de reanimación del bebé, mientras un ayudante quitaba los restos de la placenta del interior de Silvia. Ella apenas notaba nada, el efecto de la anestesia la mantenía en un ligero duerme vela. Mar a su lado con angustia esperaba escuchar un llanto...... Carlos: venga pequeña...- le insuflaba aire en sus pequeños pulmones - tu madre te necesita... Y la primera respiración de naia se mezcló con un llanto entrecortado por el ansia de vivir... Carlos: eso es... eso es... Mar sonrió emocionada.. Pepa estaba encerrada en su habitación, el intento de salir no obtuvo los frutos esperados, los tipos que la vigilaban eran buenos y en cuanto vieron algún que otro movimiento sospechoso por su parte la llevaron a la habitación. Pepa pegaba patadas en la puerta y gritaba: que venga Marina de una puta vez!!!. Raquel estaba empapada por la lluvia que caía, pero sus ojos no se podían despegar del display, 3 minutos 10 segundos, empezó a llorar.... Ella había escuchado la explosión demasiado tarde...., la moto no había impactado directamente con la cisterna..., alguien....alguien lo había preparado....tuvieron casi 2 minutos para hacerlo..., quizás Pepa estuviese inconsciente, o mal herida, pero alguien se la llevó de allí, por que....?, Raquel levantó los brazos hacia el cielo: si!!!! – el llanto dejó paso a una risa enloquecida - sé que estas viva!!!. “ quién iba en ese coche? “, dando respuesta a esa pregunta encontraría a Pepa, estaba segura. Paritorio. Carlos se acercó con naia en brazos a Silvia, quería que la viese antes de que se la llevasen, se la apoyó sobre el pecho: aquí tienes a naia.. La niña de forma instintiva intento agarrase con sus minúsculas manos, furnció el ceño al no encontrar donde asirse, igual que Pepa, era igual a ella, tenía una buena mata de pelo negro, era morenita de piel y sus rasgos faciales era un reflejo de como debía haber sido Pepa de pequeña. Silvia murmuró: Pepa...... La emoción cuando ves por primera vez a un hijo se manifiesta en muchas ocaciones en lágrimas, pero las de Silvia no eran por eso, no era capaz de asimiliar semejante parecido, no podía disfrutar de ese momento porque Pepa no estaba con ella, comenzó a desmoronarse. Tanto Mar como Carlos se dieron cuenta al instante. Los monitores empezaron a pitar.. Mar: Silvia....calma....calma.. Carlos le dio la niña a su ayudante,con voz firme: Silvia!!! – se desmayaba - ey!!. Mar: la tensión está cayendo.. Carlos examinaba el útero: tiene una hemorragia. Mar se puso a su lado: que necesitas??. Empezó a pedirle material quirúrgico. Carlos: mierda....mierda.... pero que coño.... Mar no sólo se limitó a pasarle los útiles, después de todo era cirujana, ella misma suturó todo cuanto vaso veía sangrando. Carlos: venga..venga... Raquel llegó a comisaría, nadie pareció inmutarse a que ella y la moto estuvieran en precarias condiciones, mejor, menos explicaciones tendría que dar, ahora lo que buscaba eran los informes de la policia científica, era imposible que ellos no hubieran llegado a la misma conclusión que ella, salvo claro que.. Raquel leyó, “ ante los indicios observados en el accidente se da como probado que el choque de la moto que pilotaba la inspectora Pepa Miranda contra una cisterna de hidrónego y la explosión originada son la causa de su muerte ”.....no lo investigaron....porque....? Pepa no dejó de golpear la puerta ni un segundo, hasta que escuchó pasos que se acercaban. Marina: Pepa apártate de la puerta.. Escuchó como abría la cerradura, y en cuanto le vio la expresión de la cara quiso pasar por delante de ella, pero los guardaespaldas que tenía detrás se lo impidieron. Pepa forcejeaba con ellos: soltarme hijos de puta!!! Marina!!! Marina: Silvia y enzo estan bien... Entonces a que venía esa cara..?? Pepa: y una mierda!!! - la locura del desconocimiento puede darte mucha fuerza, se deshizo de uno de ellos. Marina viendo como se ponían las cosas creyó que lo mejor era soltarlo de una vez: se puso de parto....ha habido dificultades... pero tanto ella como la niña ahora mismo están fuera de peligro.. Pepa escuchó y procesó toda la información a velocidad de vértigo: soltadme joder!!!. Marina: soltarla. Pepa se quedó quieta: mi niña... mi niña ha nacido....y yo.. yo no he estado con Silvia – alzó la vista hacia Marina -que dificultades???. Marina hizo salir a sus hombres y relato los hechos. El bebé se había girado, venía de nalgas y tenía el cordón estrangulándola, tuvieron que practicarle una cesarea y luego Silvia tuvo una hemorragia interna por la cantidad de vasos que naia rompió mientras luchaba por no ahogarse. Marina: esta en la UCI en una habitación aislada y ambas fuera de peligro. Pepa se había sentado en la cama, tenía la cabeza oculta por sus manos, a pesar del esfuerzo por contenerlas, las lágrimas comenzaron a inundar sus ojos: perdóname..... – rogaba internamente – perdóname no haber estado a tu lado...perdóname Silvia.... Marina era dura, fría, pero no insensible hasta el extremo de que lo que estaba viendo no le afectase, lo que estaba a punto de hacer podía tirar por tierra todo lo hasta ahora conseguido. Marina: te dije que está aislada, pero también está sedada - Pepa comenzaba a levantar la cabeza – no se dará cuenta..., te llevaré a verla.. Pepa se levantó de inmediato. Marina: pero prométeme que seguirás todas mis indicaciones, si te descubren lo vamos a pasar muy mal hasta el juicio. Pepa ya estaba en la puerta. Raquel llegó al hospital, había estado tan absorta en sus investigaciones que no escuchó las llamadas de Mar, fue Rita cuando llegó a comisaría quién dio la buena nueva. Por un sms de su novia, sabía que estaría esperándola en la sala de médicos de la planta de neuro. En dicha sala. Carlos le daba el parte a Lola: le he suministrado una fuerte sedación, después del susto que nos hemos llevado es mejor que esté así. Lola: y naia?. Carlos: perfecta, la tiene en una cuna a su lado, Silvia no está en condiciones de darle el pecho, por ahora las enfermeras se ocuparan de alimentarla. Lola: cuando podré verla??. Carlos: vamos a darle 24 horas de descanso, luego prometo pasarla a planta. Raquel entró por la puerta, Mar fue a su encuentro, se fundieron en un abrazo. Raquel: ey...cariño.... – temblaba en sus brazos. Mar: ha sido... – no tenía palabras, ella una neurocirujana, había vivido una experiencia con tanta mezcla de emociones que necesitaba ese abrazo por encima de todo para serenarse. Raquel: están bien??. Mar: si.. Lola intervino: Raquel, Marina ha llegado con unos policias. Raquel: que??. Mar: nos ha dicho que era por su seguridad. Carlos: hemos discutido porque la UCI no es sitio, pero esa mujer es implacable, me ha dicho que sus hombres se quedaban en la puerta o si o si. Raquel: por donde está la UCI?. Carlos: te llevo hasta allí. Se encontraron en el pasillo, Raquel no iba a contarle a Marina nada de lo que había averigüado esa noche, quizás era ella quién retenía a Pepa, pero podían ser otros y tampoco estaba segura de los motivos, quizás la estuvieran protegiendo o simplemente reteniendo contra su voluntad para evitar que hablase sobre lo visto aquella noche..., tenía demasiadas dudas al respecto y no iba a decir ni una palabra. Marina por su parte antes de llegar al hospital había hablado con Don Lorenzo que estaba en Barcelona, la idea de los guardaespaldas en la habitación de Silvia, al final de la conversación parecía haber sido ordenada por él. Raquel: que pasa aqui?. Marina: ordenes de Don Lorenzo. Raquel: no creo que el comisario haya dicho que hombres del CNI.... Marina la cortó: me vine para aquí con lo que tenía a mano, si quieres te quedas tú en la puerta o hablamos con Montoya para que organice turnos con gente de la comisaria. Raquel: eso me parece mejor. Marina: pues vamos... que este no es sitio... Salieron . Mientras se producía la conversación entre Marina y Raquel, Pepa permanecía escondida en una pequeña sala que utilizaban médicos y enfermeras de la UCI, llevaba puesto un uniforme, incluida una bata blanca y una mascarilla alrededor del cuello. El segundo de Marina habló: vamos, 5 minutos.. Pepa se puso la mascarilla, estaba temblando, y salieron al pasillo, cogieron otro corredor, este a la derecha y llegaron a la puerta donde estaban 2 hombres, el segundo de Marina se identificó y dejó pasar a Pepa, supuestamente una enfermera, al interior de la habitación. Pepa esperó unos segundos junto a la puerta hasta que sus ojos se acostumbraron a la penumbra de la habitación, a 2 metros escasos yacía Silvia en cama, parecía profundamente dormida, el corazón de Pepa se le iba a salir del pecho, se acercó con sigilo a su mujer, le cogió la mano derecha que reposaba estirada, estaba fría, sonrió para sí, casi siempre tenía las manos así. Estudió con detenimiento su rostro, profundas ojeras en los parpados, la tez más pálida de lo habitual, estaba más delgada, huellas silenciosas, pero inequívocas de lo mal que lo estaba pasando, Pepa tragó con dificultad, se inclinó hacia ella. Pepa susurró: lo siento....siento no haber estado contigo.. Reprimiendo las ganas de llorar, la acarició con suavidad. Pepa: Silvia....cariño.... Le daba igual lo que le había dicho Marina, tenía que saber que estaba viva. Pepa: despierta.. mi amor... Sus dedos viajaron por sus mejillas, su frente, su nariz, sus labios, depositó un suave beso en ellos. Pero Silvia no se despertaba, estaba profundamente sedada. Pepa: aguanta...por favor... Se escucharon unos leves gemidos intermitentes, por un momento Pepa pensó que Silvia se había despertado, pero entonces reparó en la cuna que había al otro lado de la cama....naia??, estaba la niña con Silvia en la habitación??, mientras se hacia esas preguntas recorrió la distancia que la separaba de aquellos ruiditos, dentro de la cuna enfundada en un baby de color rosa con el logo del hospital, se agitaba en sueños, su hija naia. Pepa tuvo la misma sensación que la primera vez que vio a enzo, ese ser tan pequeño y desvalido era la materialización del amor que había entre ella y Silvia. A pesar del peligro que suponía que la niña se despertase no pudo aguantar el deseo de tenerla en brazos, sabía que no se pondría a llorar.. Con cuidado la saco de la cuna, naia emitió nuevos soniditos, Pepa volvió a ver a su mujer, profundamente emocionada, “ es perfecta Sil, perfecta...”, de nuevo prestó atención a la pequeña. Pepa recordaba fotos suyas de bebé y naia era como verse a si misma, le tocó las manos, sus dedos eran largos, tenía la misma forma de sus uñas, y unas piernas largísimas.., Pepa sonrió nuevamente. Silvia abrió los ojos unos segundos, giró su cabeza y creyó ver a Pepa sosteniendo entre sus brazos a naia, volvió a sumirse en el sueño.. Naia se despertó y se quedo viendo para Pepa, hizo una mueca, ambas se observaron, la estaría reconociendo naia??. Pepa besó su frente y sus manitas, se la comería a besos si pudiera... Un ligero toque en la puerta le advirtió de que debía salir. Pepa: cierra los ojitos bebé... Volvió a dejarla en la cuna, naia parecía dormirse nuevamente. Pepa se acercó a la cama de Silvia y dejó un nuevo beso en sus labios. Pepa: te quiero.... Se puso la mascarilla y salió. Raquel volvía por el pasillo con Marina. Habían hablado con Montoya, necesitaba unas horas para confeccionar los turnos de vigilancia. Raquel: hasta que no lleguen Aitor y Kike, me quedaré yo en la puerta, te puedes llevar a tus hombres. Marina despreocupada: si eso es lo que quieres.... Raquel tajante: si. Llegaron a la puerta y Marina se fue con sus hombres. Raquel no entró en la habitación, no quería hacer el más mínimo ruido para que Silvia y naia descansasen. Cuando Marina llegó al piso esperaba encontrarse a una Pepa más calmada, pero no fue así. Pepa: conozca cada marca, peca o arruga de la cara de mi mujer y sé que está sufriendo y mucho – no iba a permitir que siguiese pasando - tienes 1 semana para llevarme ante el juez, cuando se cumpla el plazo saldré por esa puerta – con seguridad - y ninguno de tus hombres podrá impedírmelo. Marina no replicó, sabía de la determinación de Pepa, quizás había sido un error llevarla con Silvia. Aitor y Kike llegaron antes de lo previsto, en ese momento salía Carlos y una enfermera de comprobar como estaba Silvia. Raquel: puedo entrar a verla?. Carlos: si, la vamos a subir a planta. Raquel se alegró: eso es que está bien no?. Carlos sin embargo seguía serio: fisicamente sí... Raquel se preocupó: que pasa Carlos...?? Carlos: depresión por parto severa es el término generalmente usado, pero en el caso de Silvia el desencadenante es la ausencia de Pepa, no es capaz de superarlo – viendo la cara que se le ponía a Raquel – anda, entra, le hará bien estar con gente que la quiere, ya llamo yo a Lola para contarle que la subimos a planta. Raquel tomó aire varias veces antes de entrar, como para darse fuerzas. Silvia con los ojos ausentes giró su cabeza al escuchar la puerta nuevamente. Raquel con una media sonrisa se acercó a ella: hola guapa, como estás??. Silvia: hola Raquel...mi hermana... Raquel: vendrá enseguida, en una horita te subirán a planta y ya estará ella esperándote allí. Se quedaron calladas y naia rellenó ese silencio con un breve lloro. Raquel: vaya parece que quiere hacerse notar... Se acercó a la cuna, y al igual que Silvia obtuvo el mismo impacto cuando la vio, era totalmente una mini Pepa. Raquel: puedo? – quería cogerla en brazos, parecía desvalida. Silvia ya no le prestaba atención, había cerrado los ojos, como si el sueño la hubiese vencido. Raquel puso a naia contra su pecho: hola pequeñaja, sabes que eres muy guapa... Silvia vio para Raquel y la imagen le recordó el sueño que había tenido hacía unas horas: Pepa ya ha conocido a su hija... Raquel que no se esperaba comentario alguno por parte de Silvia, se quedó helada: como??. Silvia narró vacilante: la ví..., ahí... como estás tú..., con naia en brazos... - se le llenaron los ojos de lágrimas pero siguió con su relato – iba con bata... en realidad supongo.... que sería una enfermera....,ya tengo alucinaciones con ella...... - titubeante – quizás por la sedación.., o porque no puedo hacerme a la idea de haberla perdido..... Se llevó una mano a la boca, para hacerse callar, o para reprimir un llanto sonoro, o un grito de desesperación. Y Raquel estuvo a milésimas de segundo de decirle lo que había averigüado, de contarle sus sospechas, quizás Pepa si hubiera estado realmente allí, pero.....y si le daba esperanzas y sus conjeturas no eran ciertas....y si después de todo Pepa ya no estaba...., no podía actuar de forma tan irresponsable, se acercó a Silvia todavía con naia entre sus brazos. Raquel: no te dejes vencer Silvia – le mostró a naia – ella te necesita y enzo también. Silvia: no tengo fuerzas.. Raquel firme: yo te ayudo, y Lola, y Mar, todos vamos a estar contigo.. Después de que la subieron a planta y llegó Lola, Raquel se fue, necesitaba respuestas y mientras no las tuviera no sería capaz de descansar, se lo debía a Pepa y sobre todo a Silvia, antes de ir a comisaría se pasó por casa para ver a Mar. Mar estaba sola en el piso, preparaba la zona donde estaría naia en la habitación de Silvia, Sara y Lucas se habían llevado a enzo a la guardería. Raquel en cuanto entró por la puerta la llamó a gritos y ella acudió rápida. Mar: que pasa??. Raquel medio sonreía, se abrazó a ella: nada..., hola mi amor..., he visto a naia es preciosa.. A Mar la actitud de Raquel la desconcertó por completo: estás muy contenta.. Raquel no podía contarle sus sospechas a Silvia, pero con Mar era distinto, era su pareja, y necesitaba decírselo a alguien. Raquel lo soltó sin más: sé que Pepa está viva. Mar se la quedó viendo, y se separaba de ella. Raquel ante dicha reacción: no me mires así.... Mar: como ¿?. Raquel: como si estuviera loca... Mar ponía más distancia entre ellas, la actitud de Raquel la estaba agotando, primero la caída en picado por el sentimiento de culpabilidad y ahora esto...nunca iba a aceptar lo sucedido?? Mar: porque??? – esta bien, hablarían sobre esa posibilidad – porque crees que lo está?. Raquel le contó lo que vio en su sueño, las pruebas que había hecho sobre la noche del accidente: no cuadra Mar...., sé lo que me digo... Mar: se lo has dicho a Don Lorenzo?? – Raquel negó – a Paco?? – nueva negación – a Silvia??. Raquel: no, no, no puedo..todavía no.. Mar: quizás porque no estás segura? – ahora era cuando desmontaba su teoría – quizás porque todo puede ser simplemente una casualidad y te aferras a ella porque no eres capaz de aceptarlo???, por eso no se lo dices a ellos??. Raquel se la quedó mirando, ahora era ella, la que exteriorizaba en su cara que no se creyese sus palabras. Raquel levantó las manos: vale..., vale..., sé que por ahora no tengo nada..., salvo lo que sé que ví. Mar gritó: lo que soñaste!!!. Raquel repitió sin levantar la voz: lo ví....., y voy a demostrarlo. Se acercó a Mar, le cogió las manos. Raquel: necesito pruebas, lo sé, y las conseguiré.., sólo te pido un voto de confianza.... Mar liberó sus manos, no para escapar de Raquel, sino para ponerlas en su cara a ambos lados: yo soy tu duda razonable, tu abogado del diablo.. – la besó – me pides un voto de confianza..., te lo doy...., pero sin pruebas no me creeré toda esta locura.... Raquel la besó: las tendrás..... Y Mar la dejó ir..., Raquel sólo tenía una Fe, la verdad, e iba en busca de ella. Fuera de la habitación de Silvia, Lola y su hija hablaban. Sara: tenemos que darle tiempo... Lola tristemente: ni siquiera ve para la niña... Sara: Carlos ya nos ha explicado que... Lola: pero como la vamos a hacer salir de esa depresión??....Pepa no va a volver.. Sara segura: nosotras le haremos luchar por sus hijos, y mientras, nos ocuparemos de ellos hasta que Silvia pueda hacerlo. Don Lorenzo estaba dentro de la habitación con Silvia, al igual que los demás en cuanto tuvo en brazos a naia. Don Lorenzo: es preciosa la jodía... Y como con los demás, de parte de Silvia no recibió ninguna respuesta. Don Lorenzo se sentó en la cama, le tocó una mano: hija..., pasará... poco a poco el dolor irá remitiendo...y... Silvia negó: no..,.no me digas eso.., no me digas como superaste que mamá se muriera.., no quiero oirlo... Don Lorenzo: no lo superé.., pero seguí viviendo por tí y por Lola. Silvia calló. Los días siguientes pasaron de distina forma para todos. Para Pepa encerrada, las horas duraban una eternidad, quería un parte diario del estado de su mujer, de su hija naia y de su hijo enzo, si le ocultaban algo, o alguno de ellos estaba en peligro saldría por la puerta. Presionaba a Marina para que obtuviese la vista preliminar. La comandante se movía de forma cauta para no levantar sospechas en la comisaría, y para que no llegase a los medios ni a los acusados la existencia de un testigo. Para Raquel los días no tenían suficientes horas, y volvía loco a Povedilla con todo tipo de investigaciones y datos cruzados. Obtuvieron las llamadas del móvil de Gus, luego las de Pepa, y por último fueron investigando uno a uno los números. Pepa había llamado a un número desconocido mientras estaba ya en el lugar del encuentro. Movió sus contactos y con un experto informático, se introdujeron en las bases de la compañía telefónica, descifraron el código y obtuvieron un número, Raquel veía para el número escrito en el papel. Raquel: puedes ocultar mi llamada?? - el informático afirmó con la cabeza – pues marca.. Cuando descolgaron. Una voz de mujer: si?. Raquel se pegaba el auricular al oído. Hicieron sonar una locución automática: buenos días señora, nos gustaría ofrecerle un nuevo servicio... La voz de mujer: no me interesa... Colgó. Como lo habían grabado, pidió al informático que pusiese la voz de la mujer otra vez... Raquel murmuró: tiene que ser ella, lo parece – viendo para el informático – voy a llamar a una persona, necesito que grabes su voz y la compares con esta.. El informático se tomó unos minutos, acopló al móvil de Raquel un aparato, en su ordenador ejecutó unos comandos: cuando quieras... Raquel llamó a Marina, le preguntó si había alguna reunión prevista para ese día, y si tenía alguna orden para ella. Al acabar. Raquel: compara las voces.. El informático lo hizo, en la pantalla se dibujaron 2 lineas y el resultado que arrojó el programa la hizo sonreir. Informático: 95% de similitud, si no tiene una hermana gemela, podemos afirmar que son la misma persona... Así que Pepa después de todo había hablado con Marina, y sin embargo ésta no había aparecido... o sí...?, de lo que si estaba segura es de que en ningún informe había hecho constar que ella y Pepa habían hablado esa noche. Su alma de policía, su sexto sentido, sus entrañas, le decían alto y claro que si Marina ocultaba a Pepa, no era por estar relacionada con la trama, pero tenía que ir con mucho cuidado si no quería levantar todas las alarmas en torno a la posibilidad, de que la única testigo que podía situar a los peces gordos en la escena del crimen estuviera en realidad viva. Silvia pasó los días en el hospital esperando a que cicatrizaran los puntos, recibía constantes visitas, enzo no podía subir a verla por lo que hablaba con él por teléfono, necesitaba tener a su hijo en brazos, con naia seguía manteniendo las distancias, la niña era el reflejo doloroso de su pérdida. 4 días después volvieron a casa. Enzo estaba en el salón con Mar, esperaba ansioso el ruido de la puerta, pues le habían contado que ese día su mami volvía a casa y traía consigo a su hermanita. De su otra mamá seguía sin saber nada y cuando preguntaba recibía la misma respuesta, estaba lejos, ya hacía muchos días que no la veía y cada vez la echaba más de menos, y sabía que su mami también por eso estaba tan triste, empezaba a darse cuenta de ciertas cosas. En cuanto escuchó el sonido de la cerradura salió corriendo como un loco. Las primeras que entraron fueron Lola y Silvia, Sara iba detrás llevando en brazos a naia, Paco cerraba el grupo con algunas bolsas. Enzo: mami!!, mami!! Silvia lo cogió en brazos, aspiró ese olor tan conocido y reconfortante de su niño: hola mi amor.. Enzo se apretaba a ella y entonces vio a Sarita con algo entre sus brazos: mi hermanita!! – echó la mano pero no le llegó – quiero verla!...quiero verla!!!. Sara se acercó: espera enano, yo te la acerco. Enzo en los brazos de Silvia, se puso más nervioso si cabe, se sujetaba fuerte a su mami y se inclinaba para ver a su hermanita, su primera apreciación: tiene el pelo de mama...con cuidado como sabiendo lo débil que parecía, le acarició la cara, Silvia aguantaba como podía – que linda es...quiero darle un beso... Sara levantó un poquito más a naia y enzo rozó con sus labios su mejilla, naia respondió al contacto echando sus propias manos hacia el dueño de aquel beso. Enzo se rió nervioso: me quiere...mami sabe que soy su hermano...?? Silvia: claro cariño... A partir de ese momento junto a naia en el salón o donde estuviese la niña, la seguían enzo y Van. Silvia alegando que estaba cansada se fue a la habitación. Raquel hablaba con Montoya. Los presos de menor rango de la trama, estaban en calabozos compartiendo celda con otros arrestados, algunos de ellos eran policias camuflados. Montoya: no hablan del caso. Raquel: necesito saber si hay rumores sobre el juicio.. Montoya: sus abogados les han comunicado que quizás al final de la semana se realice la primera vista oral. Raquel: seguimos a los abogados??. Montoya: no..., si hiciesemos algún tipo de escucha al respecto y nos pillasen nos quedaríamos sin caso. Raquel: mierda..., tú como los ves..., los notas nerviosos??. Montoya: para nada..., al contrario.., convencidos de que no hay pruebas sólidas. A que venía esa prisa por adelantar la vista..... Raquel seguía siempre que podía a Marina, y en muchas ocasiones debido a las precauciones que tomaba la perdía entre el tráfico de Madrid, pero en 2 ocasiones había ido a una dirección que le constaba no era su domicilio temporal en la capital. Raquel: dime??. Curtis: Rita ha escuchado un comentario en el pasillo de uno de los abogados por el móvil. Raquel: que?. Curtis: que no iba a consentir que pusieran a su defendido en una rueda de reconocimiento.. Raquel dejó que el coche de Marina se alejase y se paró en doble fila: estas seguro de eso...?? Curtis: seguro... Raquel pensó durante unos segundos: cual de los peces gordos te parece más transparente??. Curtis al momento: sin dudarlo el comisario Navarro, ese cabrón delante nuestra no niega ningún cargo, solo nos dice que no tenemos pruebas para inculparlo. Raquel: voy para comisaría, hazlo subir a una de las salas. Curtis esperaba la llegada de Raquel y mientras, veía a través del espejo al comisario, impasible como siempre. Raquel: hola Curtis, sal por favor. A Curtis dejarla a solas con él no le parecía buena idea. Raquel se explicó: no puedes oír lo que voy a decirle, te prometo que salgo en menos de un minuto, no le voy a hacer nada. Curtis salió y Raquel cerró la puerta de la antesala. El comisario Navarro esbozó media sonrisa al ver aparecer a Raquel. Navarro: vaya, no sabía que nos quedaba algo por hablar inspectora. Raquel: en realidad sólo quería saber si estaba preocupado – y le soltó el anzuelo - ya sabe, a que la testigo le sitúe en el lugar del crimen cuando mataron a mi compañero. Navarro no perdió oportunidad para demostrar su arrogancia: eso sí llega... Bingo!! Raquel sonrió: llegará..., ella no es de las que se pierde una cita importante.. Se dió la vuelta y salió de la sala. Se quedó viendo para él a través del espejo, “ hijo de puta, sabes que hay un testigo, y que es una mujer “, y a pesar de ello estaba tranquilo, seguro de que se iba a librar, quizás porque sabía mucho más... Decidió que era el momento de hablar con una ex... La fiscal Pereira salía de su despacho, se dirigía a los juzgados de Plaza Castilla, pero antes necesitaba pasarse por el aseo. Se llevó el susto de su vida cuando nada más traspasar la puerta una mano le tapó la boca, y medio cargando con ella la hizo entrar en el cuarto de la limpieza. Su atacante sin dejar de taparle la boca habló. Raquel: siento el susto bec.., pero en estos baños hay más tráfico que en la M30, te voy a soltar, si vas a ponerme a parir hazlo en voz baja. En cuanto la soltó, Rebeca se dió la vuelta. Rebeca susurrando: la madre que te parió..., joder..., casi me meo en las bragas del susto... Raquel se rió. Rebeca: no me hace puta gracia, que pasa?? estabas aburrida en Madrid y decidiste venir a gastarme una broma de mal gusto??. Raquel se puso seria: necesito información..., pero no me pueden ver contigo. Rebeca: eres la ostia de verdad, hay teléfonos coño...!! Raquel: shhh...., baja la voz, prefiero no arriesgarme por si estan pinchados.. Rebeca se pasó la mano por la cara, intentado recobrar la compostura: y bien, que es eso tan importante... Raquel: el proceso contra el comisario Navarro y compañia. Rebeca soltó en seguida: hoy nos tienen locos a todos.. Raquel: por??. Rebeca: nos han avisado que dentro de 4 horas hay una vista. Raquel: que??. Rebeca: lo que oyes, yo no estoy en el caso, pero 3 compañeros y yo tenemos que sustituir a los que van a intervenir, que tienen hoy otros juicios. Raquel: sabes algo de una rueda de reconocimiento?. Rebeca: extraoficialmente??... – pausa – tratándose de semejantes personajes, la fiscalía debe aportar una prueba de peso para hacerlos sentar en el banquillo. Raquel besó en los labios a Rebeca: gracias guapa...- se daba la vuelta hacia la puerta – espera unos minutos y luego sales tú. Rebeca la vió marchar y comentó para sí: chao..si.., muy bien.., aquí me quedo... – Raquel seguía estando como una cabra - como venga la de la limpieza ya me invento yo una excusa.... Ahora tocaba lo más difícil, exponer su teoría y poner patas arriba la comisaría. Lola y Mar sospecharon que algo pasaba cuando Sara, Lucas y Paco, abandonaron la casa ante una llamada de comisaría. Sin embargo no hablaron de ello. Lola porque prefería vivir en la ignorancia, esa era su forma de protegerse, cuando hubiera algo real y palpable entonces sí, lo afrontaría, pero mientras era mejor no saber demasiado de los asuntos que tenían ocupados a sus seres queridos. Y Mar no sacó el tema porque sospechaba que Raquel y su revelación de días anteriores tenía mucho que ver.. Silvia cuando ellos se fueron estaba en el cuarto con enzo compartiendo una siesta. Naia permanecía en la cuna en el salón, llevaba todo el día con pucheros, comenzaba a sentir la ausencia de su madre, pues sabía que ninguno de los brazos que le daban de comer, le hacían mimos o la consolaban pertenecían a la mujer que le había dado la vida. Y esa mujer cada día se sentía peor, peor por no poder superar esa tristeza que la embargaba cada vez que veía el rostro de naia, peor por no estar siendo la madre que su hija necesitaba.. Apenas media hora después Raquel había hecho entrar en la sala que tenían como cuartel general a todos incluyendo al comisario, que lo traía casi en bolandas el agente Povedilla. Don Lorenzo que sabía perfectamente lo desquiciada que andaba Raquel, en cuanto entró empujado por Povedilla: a que viene esto!!!. Raquel: siéntese Don Lorenzo, por favor. Don Lorenzo: me quedo como estoy cojones!!, que ostia pasa!!??. Y Raquel a bocarrajo: creo que Pepa esta viva. Paco se dejó caer a plomo en una silla. Rita: virgen santa!. Don Lorenzo: que mierda se está bebiendo ahora!?? o ya se ha pasado a las drogas!!!!. Raquel ignoró el comentario, llevaba consigo varios papeles: Povedilla, por favor, ponlos en el corcho. Los demás se fueron sentando, Paco tuvo que hacer uso de su pañuelo para serenarse.. y el resto se pusieron a murmurar entre ellos. Raquel relató sus pruebas en el lugar del accidente, cosa que la policia científica no había hecho, las llamadas de móvil y la conexión con Marina, y por último lo hablado con Navarro y confirmado por una vía que no podía revelar. Raquel: hay una testigo, mujer..- pausa - tiene que ser Pepa.. Montoya, el más sereno de todos estudiaba los papeles del corcho: Marina no se fiaba de nuestra capacidad, ni de las filtraciones.. – mientras hablaba Don Lorenzo comenzó a moverse entre los papeles - si Navarro y compañía están tan tranquilos es porque piensan cargarse a la testigo – viendo para Raquel - sabes el recorrido??. Raquel negó: pero creo saber de donde saldrá Marina. Lucas: pues la seguimos... Don Lorenzo: está bien, todo el mundo que se reparta en 2 furgonetas. Paco animado ante la posibilidad de que fuera cierto lo que Raquel decía: necesitamos un par de motos, por si los perdemos entre el tráfico. Lucas: yo voy en una. Aitor: yo en la otra. Don Lorenzo: en 5 minutos salimos. Hacía 2 horas que Marina había vuelto, en cuanto le entregó el chaleco antibalas, Pepa supo, primero que salía de su encierro, y segundo que podía haber problemas. Después estuvo al teléfono discutiendo con unos y dando órdenes a otros. Marina: lista??. Pepa asintió: no me das un arma??. Marina: no la necesitas – a su segundo – nos vamos. Bajaron por el ascensor hasta el garaje, allí 2 HUMMER esperaban. Pepa con sorna: discretos.... Marina replicó: blindados.. Pepa suspicaz: y no necesito un arma??, esto no me gusta. Don Lorenzo en el interior de la furgoneta: atentos se abren las puertas del garaje, Lucas, Aitor entrar por la calle. Mariano y Paco estaban en la otra furgoneta al final de la calle: esperamos a que pasen y nos incorporamos??. Don Lorenzo: si, nosotros iremos un coche por detrás de vosotros. Cuando vieron salir los HUMMER. Curtis: la puta!!! si pensaban pasar desapercibidos.. A Raquel tampoco le gustaba... Don Lorenzo hizo adelantarse un par de veces a la furgoneta de Paco, así como a Aitor, sí la comitiva elegía otras calles, se lo indicaba para que apareciesen en algún cruce. Llevaban 10 minutos de tranquilo camino, aunque el tráfico era denso circulaban sin demasiadas retenciones. Entonces. Lucas iba justo detrás de ambos HUMMER, llegaban a un cruce y por la derecha a toda leche apareció una ambulancia. Lucas: id parando se acerca una ambulancia. Aitor que ya había pasado el cruce esperaba en una esquina, como si estuviera llamando por teléfono, le pareció escuchar otra ambulancia, debía ser la misma... Los coches se paraban en la intersección de las 4 calles. Pero no.., no era la misma... Cuando ambas ambulancias llegaron al cruce, uno de los HUMMER se adelantó y aprovechando la ausencia de tráfico pasó el grupo de semáforos y siguió camino. Marina en el asiento delantero observó la maniobra del coche escolta que iba delante: que ostias está haciendo..?? Las ambulancias habían parado en pleno cruce, a derecha e izquierda, cuando las puertas de atrás se empezaban a abrir. Marina gritó a su segundo que iba al volante: gira!!!, gira!!. Pepa en el asiento trasero apretó los dientes, la maniobra era casi imposible estaban en una calle de 4 carriles y tenían coches a ambos lados, huir hacia adelante quedaba descartado porque las ambulancias cortaban el paso. Todos empezaron a informar al puesto de mando. Aitor: uno de los HUMMERS se ha ido!!. Lucas: las ambulancias obstaculizan el cruce!!!. Y empezó el tiroteo, apenas se habían abierto por completo las puertas traseras de las ambulancias cuando desde su interior empezaron a salir ráfagas y más ráfagas de proyectiles. El blanco era el HUMMER que había quedado atrapado. Don Lorenzo daba órdenes: Lucas acércate al coche!!, Aitor abre fuego desde tu flanco!!, Paco!!! vé hasta el puesto de Aitor y ayúdale. De la furgoneta donde iban Mariano y Paco, salieron también Kike, Nelson, Rita y Sara. Don Lorenzo no necesitó dar la orden de bajar a los ocupantes de su furgoneta, con los primeros disparos Raquel salió mientras él se comunicaba con sus hombres. El HUMMER aguantaba la lluvia de metal, pero no se podían quedar en su interior por tiempo indefinido, sobre todo cuando de una de las ambulancias empezaron a bajar 2 pistoleros, su intención, acercarse al coche. Marina: tenemos que salir de aquí!!, nos van a acribillar. En cuanto Paco y los demás llegaron como apoyo a Aitor se produjo un fuego cruzado, parecía que todos disparaban a todos. Raquel llegó corriendo a la posición de Lucas que estaba escondido un par de coches más atrás del HUMMER. Lucas apoyaba su espalda contra la puerta: no puedo ni levantar la cabeza. Raquel: tenemos que llegar hasta allí, intenta cubrirme. Lucas: espera!!, yo sólo no puedo disuadirlos. Curtis, Povedilla, Montoya y Don Lorenzo llegaban disparando. Raquel que los vio, salió en dirección al HUMMER. Aitor y su grupo habían conseguido que los asaltantes de la ambulancia de la derecha olvidaran su objetivo inicial y se defendiesen ante su ataque. Marina reconoció a los hombres de la comisaría de San Antonio. Pepa también: llega la caballería!!!. Raquel como pudo sorteó cuanta bala pasaba a su alrededor y dando tumbos llegó a la puerta de los asientos traseros del HUMMER, se quedó recobrando el aliento medio de rodillas durante unos segundos. El tiroteo no cesaba. Cuando Raquel iba a tocar con su pistola en el cristal de la puerta, ésta se abrió. Raquel se quedó contemplando la figura de Pepa intentando salir lo más agachada posible. Pepa que no la había visto: menuda mierda Marina. Tiró de ella hacia su posición, mientras caía Pepa vio que era Raquel. Se quedaron viendo la una para la otra, ajenas por un instante a todo el jaleo que había montado, Raquel se abrazó a ella y Pepa respondió a dicho abrazo. Raquel: para llevar casi un mes muerta tienes buen aspecto.. Se separaron, Pepa sin embargo también reconoció las huellas del dolor que había visto en Silvia en la cara de Raquel. Pepa: lo siento..no.. Raquel la cortó: ya me lo explicarás, ahora tenemos que salir de aquí, lo primero – sacó una pistola que llevaba sujeta al tobillo, ella como los demás llevaba un fusil de asalto – la vas a necesitar. Marina y su segundo aparecieron por la puerta delantera y Lucas saltando desde un coche aterrizó a los pies de todos.. Lucas desde el suelo, al micro que llevaba en la solapa: Pepa está aquí!!! Raquel tenía razón.., esta viva!! – y fue a abrazarse a ella. Desde el otro lado de la calle Paco y su hija Sara se abrazaban y reían en respuesta al comentario de Lucas. Mariano: Paco coño, que nos estan friendo a disparos.., ya habrá tiempo de abrazos.. Don Lorenzo llegó a la posición de los demás, al ver a Pepa flanqueada por Raquel y Lucas: la madre que te parió Pepa, la que nos has hecho pasar – pero a pesar de la reprimenda se abrazó a ella. Casi sin darle tiempo a separarse lo hicieron también Povedilla, Montoya y Curtis. Marina como siempre de corta rollos: tenemos que movernos ya…a saber si apareceran más pistoleros. Don Lorenzo: a ver cojones – zafándose del abrazo múltiple - es cierto.., mientras llegan refuerzos tenemos que salir de este fuego cruzado, la comisaría más cercana es… Marina la interrumpió: tenemos que ir al juzgado!! Se le quedaron viendo como si fuera una marciana. Marina se explicó: sin rueda de reconocimiento no hay caso, y sin caso, estos tios van a salir de la cárcel e iran a por todos nosotros.. Pepa había estado encerrada casi un mes, se había perdido el nacimiento de su hija, y estaba haciendo sufrir lo indecible a su mujer, si no acudía a los juzgados no habría servido para nada, y entonces si estarían en peligro todos. Pepa: tiene razón, tengo que llegar allí. Montoya: estamos a 8 manzanas de distancia, 5 kilometros… Marina consultando su reloj: nos queda apenas 1 hora. Don Lorenzo hablando por el micro: Paco!!, nos movemos!!, dirección juzgados de Plaza Castilla, tu hermana tiene que llegar a la rueda de reconocimiento como sea.. Un atleta profesional puede hacer una media de 3:25 minutos por kilometro, una persona que regularmente hace deporte podría situarse en una media de 5 minutos, ellos tenían además el handicap de que debían protegerse de los pistoleros que salieran a su paso. Paco desde el otro lado: estamos listos Don Lorenzo!!!, os cubrimos para que salgáis de ahí. Don Lorenzo era consciente de su forma física, habló: toma el mando Montoya, yo no podré aguantar el ritmo – con un gesto le pidió el plano a Povedilla - Aitor!! Sara!! poneros en marcha!!, me releváis en el cruce de la calle infanta Mercedes con Oñate – ellos estaban situados en el cruce de la calle Pedro Villar con Limonero. Paco besó a Sara: ten cuidado hija.. Aitor y ella comenzaron a correr subiendo por la calle limonero. Paco se unió nuevamente a los disparos de Mariano y los demás que no habían parado de responder a los asaltantes. Montoya: vamos en esta dirección – señaló el este de la calle Pedro Villar. Lucas: me quedo un rato para entretenerlos., luego os alcanzo. Curtis: yo me quedo contigo.. Povedilla: y yo.. Montoya: de acuerdo.. La decisión de no utilizar la calle principal Bravo Murillo era porque en ella serían un objetivo más fácil, a pesar de que había un atasco monumental. Entre todos formaron un corrillo, Pepa en el centro, fusiles en alto, Raquel se quitó una de las pegatinas que ponía policia de su chaleco y se lo puso al de Pepa, le guiñó un ojo. Raquel: no vaya a ser que alguien de los nuestros se equivoque. Pepa puso una media sonrisa, hoy se tenía que acabar todo.. Montoya dio la orden: Ahora!!!. Los disparos por parte de los miembros de San Antonio se incrementaron y el grupo salió de su cobijo, comenzaba la carrera... En cuanto llegaron al cruce con infanta Mercedes empezaron a subir, dirección Norte, dirección juzgados Plaza Castilla. Paco transmitió: llegan refuerzos, procederemos a la detención de los ocupantes de las ambulancias. Antes de llegar al cruce con Oñate, Lucas y Curtis se reunieron con ellos. Lucas: povedilla se ha tenido que quedar.. Siguieron todos en un grupo compacto y con los sentidos en alerta recorriendo metros y metros, la gente por las calles se apartaba, no solo por la vista de 8 personas vestidas con trajes de asalto y armadas con fusiles, sino también por los gritos ‘ Policia!! Apártense ‘, que iban dando cada cierto tiempo. En el cruce indicado aparecieron Aitor y Sara, se pararon unos minutos, tiempo que aprovechó Sara para abrazarse a su tia, aunque intentó disimularlo Pepa notó que algo iba mal. Pepa: que pasa Sara??. Sara que sabía que no era el momento: nada tita, todo se arreglará cuando vuelvas a casa.. Don Lorenzo estaba extenuado, viendo su reloj: venga, tenéis que seguir camino, yo me quedo aquí. Se pusieron nuevamente en marcha. El primero que vió la llegada del HUMMER que había huido fue Lucas. Lucas: a cubierto!!. No se podían introducir en ningún establecimiento por el riesgo que suponía quedarse atrapados, mientras los disparos comenzaron a salir del coche unos y otros buscaron resguardarse entre distintos vehiculos. Montoya al micro: Don Lorenzo!!, nos atacan desde el HUMMER huido. Don Lorenzo: intentaré enviaros refuerzos – se puso en contacto con Paco y Mariano. Al segundo de Marina lo alcanzaron en una pierna. Marina después de hacer una rápida valoración del disparo, a Montoya: no puede seguir... Pepa suspiró.. Raquel apremiando: tenemos que movernos ya.. Montoya: esta bien, esta bien. Marina: yo os cubriré para que sigáis.. – sacó un pequeño sobre que llevaba dentro del chaleco y se lo entregó a Pepa – dáselo al juez, es tu declaración ante mí, tu dni y tu placa. Pepa se lo guardó. Montoya mientras había estado sopesando el ofrecimiento: no sois suficientes para hacernos una pantalla – viendo para Curtis – te quedas con ellos – hacia los demás – como estáis de fondo??. Aitor: yo puedo quedarme y seguiros después como hicieron Lucas y Curtis antes. Montoya le enseñó en el plano la ruta a seguir. Al grito de Gonzalo, volvieron a salir de su escondrijo, Lucas y Sara primero, Raquel con Pepa, y cerrando el grupo el propio Gonzalo.., los demás dispararon a los pistoleros del HUMMER. Ya quedaba poco, pero las fuerzas de todos comenzaban a menguar, estaban empapados en sudor, por la carrera y por la tensión, giraban constantemente sus cabezas y cuerpos buscando posibles atacantes. Escucharon helicópteros, pero su alegría pensando que eran de la policía se desvaneció cuando vieron que era de un canal de información. Raquel sin pensar: vamos a salir en la tele. Pepa inmediatamente pensó en Silvia, si por casualidad la veía por la pantalla se llevaría una impresión enorme. Sara que intuía sus pensamientos: tranquila tita, Silvia no te verá.. Montoya al micro: nos estan filmando comisario!!, estan revelando nuestra posición!! Se escuchó alto y claro la blasfemia del comisario.. No dejaron de avanzar, y cuando ya se las prometían felices, pues a lo lejos distinguían los juzgados, les sorprendió un nuevo ataque. Alcanzaron a Lucas a la altura del hombro y otra vez tuvieron que esconderse. Raquel y Sara examinaban la herida. Lucas: es sólo un rasguño.. Raquel:eso parece.. Lucas: estoy bien..,mierda..- aunque solo fuera un rasguño había sido en el brazo izquierdo, apenas tenía fuerzas para sujetar el fúsil.. Apareció Aitor. Pepa veía tan cerca el edificio que vio desesperadamente para Gonzalo. Montoya: el último sprint chicas... – hacia Raquel y Pepa – Aitor, Sara, os quedáis con Lucas y nos cubrís, a mi orden. Montoya al micro: Don Lorenzo estamos casi... Don Lorenzo: en cuanto os vean los policias del juzgado saldrán a cubriros. Lo iban a necesitar, el último tramo era una explanada al aire libre sin ninguna zona donde protegerse. Gonzalo, Pepa y Raquel comprobaron la munición que les quedaba, se vieron entre sí. Raquel:3 personas y un destino. Pepa: la película era 2 hombres y un destino.. Reich. Gonzalo con una mueca, puntualizó: y al final se morían... Raquel con una sonrisa: nosotros somos mejores que Paul Newman y Robert Redford...venga – se abrazó a ellos – vamos a entrar por esas puertas como nadie lo ha hecho. Los 3 cogieron aire. Gonzalo: preparados?? – todos asintieron – ahora!!!. La primera en salir fue Raquel y seguidamente Pepa a la que pisaba los talones Gonzalo, prácticamente entre ellos 2 hacian de escudo humano para la morena. Cuando proteges a alguién lo haces con todas las consecuencias, Gonzalo y Raquel, demostraban con su actitud que estaban dispuestos a parar con sus cuerpos cualquier ataque hacia Pepa, Raquel avanzaba de frente de vez en cuando abría fuego, Gonzalo lo hacía de espaldas y también disparaba hacia donde detectaba movimientos sospechosos, de todas formas los que se habían quedado atrás les estaban cubriendo perfectamente. Llegaron a las escaleras. Raquel gritó: Policía!!, somos Policías!!. Del interior salieron varios uniformados y en un abrir y cerrar de ojos los rodearon, en unos pocos segundos más, estuvieron en el interior a salvo. Montoya al micro: estamos dentro.. Todos sus compañeros esparcidos por varias zonas de Madrid, se alegraron. Paco, Mariano, y su grupo se habían reunido con Don Lorenzo, después habían acudido a ayudar a Marina, su segundo y Curtis, y ahora llegaban al punto donde esperaba el último relevo, habían conseguido arrestrar a varios pistoleros, eran conscientes de que algunos sin embargo consiguieron escapar, pero su objetivo estaba cumplido. En el interior de los juzgados, una vez pasado el alboroto inicial por semejante entrada, se presentaron ante Pepa varios fiscales del estado y el Juez. Pepa le hizo entrega del sobre que Marina le había dado. El juez después de examinarlo: venga con nosotros. Raquel y Montoya se movieron. Fiscal: tienen que quedarse.. Raquel tajante: vamos con ella... Montoya también: no se mueve si no es en nuestra compañia. Juez: esta bien, esta bien, pero a la sala de reconocimiento entra sola. Raquel apuntilló: después de que uno de nosotros examine esa sala. El Juez levantó las manos: vale, vale. Al juzgado llegaron los miembros de la comisaría, incluido Lucas, que no quiso ir al hospital y fue atendido por la dotación del samur desplazada hasta allí, Marina junto a Don Lorenzo se entrevistó con uno de los fiscales del estado que llevaba el caso, y este los llevó ante el Juez. Raquel y Montoya por su parte todavía con sus fusiles en la mano esperaban en la sala anexa al despacho del magistrado, en su interior, Pepa que ya había hecho la rueda de reconocimiento, firmaba su declaración teniendo al comisario Don Lorenzo y la comandante Salgado a su lado. El juez ofreció su mano: muchas gracias inspectora Miranda, puede retirarse – hacia los otros ocupantes – ahora voy con ustedes. Pepa a Don Lorenzo: me voy a casa.. Don Lorenzo le dio un abrazo, pues Pepa de pronto parecía desolada, le habló: ve…se enfadará....pero lo comprenderá... Con Raquel y Gonzalo, en silencio recorrió un par de pasillos hasta llegar a una sala donde esperan sus compañeros. En cuanto abrieron la puerta Paco acudió a su encuentro, se fundieron en un apretado abrazo, se les unió Sara y detrás todos los demás. Mariano a gritos: somos los putos hombres de Harrelson!!!. Continuaban abrazados. Kike y Nelson, empezaron a botar: esa Pepa, esa Pepa eh!!, eh!!. La tensión acumulada se liberó, se reían.. Mariano: los putos amos!!!. Curtis: las nuevas estrellas de la tele!!. Pepa que seguía siendo vitoreada y zarandeada: están locos Paco.. Paco: de alegría hermanita, hoy ha resucitado uno de los nuestros.. La fiesta les duró más bien poco, ya que vinieron a llamarles la atención por el escándalo que estaban montando. Montoya: venga chicos, vámonos de aquí, quién se viene a comisaría para hacer los informes??. Pepa se adelantó: yo me voy a casa Gonzalo. Montoya que lo comprendía: claro Pepa, por supuesto… Paco, Raquel, Lucas y Sara se fueron con ella y los demás acompañaron a Montoya. Hoy habían sido los putos amos, quizás mañana fueran breves estrellas de televisión, pero sobre todo eran policías y todavía quedaban cosas por hacer antes de dar por concluida aquella aventura. Iban en un coche oficial. A medida que se acercaban a casa, la tensión crecía en el interior de Pepa. Paco que iba sujetando su mano: fue una decisión correcta hermana. Sara le apretó su otra mano.. Pepa negó ligeramente: yo no estoy tan segura… Raquel detrás de ambos no quiso opinar, mejor no, Pepa se había puesto en peligro al ser identificada cuando mataron a Gus, pero la decisión de Marina de ocultarla y no revelar dicha información a nadie de la comisaría, no había sido acertada. Vale que no confiara, vale que temiera filtraciones, pero ostias, había trabajado con varios de los agentes en otros casos y sabía de su profesionalidad, y no sólo eran compañeros de trabajo, muchos eran familia, hubieran guardado el secreto y hubieran protegido a Pepa, y sobre todo evitado el sufrimiento a su mujer. Ahora Pepa tendría que enfrentarse a ese dolor causado, con la sensación en su interior de haberse equivocado al aceptar las directrices de Marina. Pepa vacilante: antes de que lleguemos.., antes de que me vea…., necesito…, necesito saber que me voy a encontrar. Sara y Paco se miraron, por donde empezar?, como decirle que sufría una depresión severa, que ignoraba a su hija, y que él único que la mantenía ligeramente en la tierra era enzo. Raquel se adelantó, le puso una mano en el hombro: sin tí no es capaz de vivir – así era, ni más ni menos – en su estado.., tu perdida la ha trastornado todavía más – tragó saliva, todos lo hicieron - ni siquiera el nacimiento de naia ha sido suficiente para hacerla resurgir, está al borde de un abismo, - pausa - pero enzo impide que caiga.. Raquel sabía el daño que causaban cada una de sus palabras, pero sería más duro para Pepa, no oirlas y toparse de cara con los estragos de todo cuanto le había dicho. Pepa exhaló una fuerte respiración, vio hacia el techo del coche, estiró y posó su mano sobre aquella que tenía en el hombro y que le daba apoyo: gracias reich… Si, le daba las gracias, por describirle con absoluta claridad lo que se iba a encontrar, le quedaban unos minutos hasta casa para asumirlo… Bajaron del coche, Sara se abrazó a su tía para darle fuerzas, parecía necesitarlas. Por un instante, esa fuerza flaqueó, pensó en pedirle a Paco o a Raquel que le dijeran a Silvia que podía estar viva, para que se hiciera a la idea, pero eso sería trasladarles a ellos una responsabilidad que debía asumir ella. Estaba en frente de la puerta de su casa, Paco le pasó las llaves, Pepa se las quedó viendo, no es que le costase identificar cual era la que abría la cerradura, era que por fin estaba allí, por fin vería a su mujer y a sus hijos nuevamente. Lola y Mar estaban en la cocina, la primera preparando cena, no sabía muy bien el que, ni para cuantos, hacia horas que Paco se había ido y ni una llamada…, como siempre…, y sin embargo no acababa de acostumbrarse, o más bien no dejaba de enfadarle, tanto costaba un pequeño sms??, estamos bien, o llegaremos tarde… Mar le daba el bibe a naia, durante la tarde lo habían intentado todo, pero estaba claro que tenía el día inquieto y no había manera. Lola se acercó, le hizo unas caratoñas, pero tampoco obtuvo premio, le dijo: si mami viniese y te cogiese en brazos, se te pasarían todos los males corazón. Enzo tenía sed, así que Silvia se levantó de la cama, y con el niño de la mano salió de la habitación, cuando iban por el pasillo, de la zona del salón surgió Van corriendo como un loco y gimiendo ligeramente, dirección la puerta de entrada. “ está desquiciado como yo “ pensó Silvia, y entonces se dio cuenta de que se había dejado el vaso en la mesilla. Silvia soltó la mano de enzo: ve a la cocina cariño, yo voy ahora. Volvió a entrar en la habitación, y enzo hizo lo que su mami le decía. La cerradura sonó y la puerta de la entrada comenzó a abrirse. Silvia recogía el vaso de la mesilla. Enzo que estaba casi llegando a la puerta de la cocina, en cuanto vio la persona que entraba, exclamó: mama!!! – y fue corriendo en su dirección. Silvia llegaba a la puerta de la habitación, apenas había escuchado el grito de su hijo. Pepa le cogió al vuelo y lo estrechó entre sus brazos: mi niño...- se lo comía a besos y enzo se abrazaba y también la besaba loco de contento, Van a los pies de ambos movía la cola gimiendo con nerviosismo contenido. La puerta de la cocina se abrió y Lola casi se desmaya de la impresión al ver a su cuñada en el umbral de casa. Silvia salió de la habitación, parecía que había llegado gente, supuso que Paco, Raquel y los demás, pasó el salón y giró hacia el pequeño pasillo que daba a la entrada, y allí apenas pasada la puerta estaba enzo…., en brazos….., en brazos….de….Pepa. Sintió que el vaso se resbalaba de sus dedos, y segundos después cuando la mirada de Pepa se posó en ella, sintió que su cuerpo seguía a aquel objeto de cristal que ya había impactado con el suelo. Pepa todavía con enzo en brazos y viendo el desmayo inminente salió corriendo: Silvia… Paco y Raquel salieron detrás de ella y mientras Pepa intentaba con una mano que Silvia no cayese al suelo, la ayudaron, primero recogiendo a enzo de sus brazos y después sujetando a Silvia. Mar pasó delante de Lola, que se quedó agarrada al marco de la puerta de la cocina, hasta que Sara llegó a su lado, entonces se abrazó a ella. Lola balbuceó: como…??, Pepa…?? Sara: yo te lo cuento mama, anda entra conmigo en la cocina. Las siguió Lucas. Mar: ponla en el sofá. Pepa llevaba a su mujer en brazos y la puso donde Mar le indicaba. Paco se llevó al niño también a la cocina. Mar se quedó viendo para Pepa, una rápida mirada a Raquel, y luego otra vez a Pepa, era increíble, estaba..., estaba allí, tenía el corazón a mil por hora, normal que Silvia se hubiese desmayado: déjame Pepa- con un gesto en el brazo hizo que se apartase – Silvia..,..Silvia – después de comprobar sus ojos, tomarle el pulso y verificar que era un simple desmayo, le dio unos ligeros golpes con la mano en las mejillas – despierta.., Silvia.... – un ligero movimiento en los párpados, viendo para Pepa – vuelve en sí. Se apartó para que Pepa volviese a situarse en su campo de visión. Silvia sentada en el sofá recobraba el conocimiento y Pepa de rodillas estaba pegada a ella. Silvia enfocó sus ojos: Pepa…., Pepa…. Las manos de Silvia volaron hacia la cara de Pepa. Mar y Raquel abandonaron el salón. Pepa no se movió, estaba paralizada, viendo como los ojos de su mujer se llenaban de lágrimas. Las manos bajaron hacia su pecho y entonces se cerraron en pequeños puños y empezaron a golpearla, y Pepa se dejó, dejó que Silvia que lloraba ahora abiertamente descargase toda su rabia, no dolían fisicamente porque en ellos no había fuerza. De los labios de Pepa en un susurro ahogado unas simples palabras: amor mío, lo siento…. Suficientes, los puños se detuvieron, las manos abiertas se fueron hacia la nuca de Pepa y el cuerpo de Silvia viajó hasta encontrarse con el de su mujer, que la acogió en sus brazos. Pepa la acunó. Silvia seguía llorando y se agarraba a ella como temiendo que fuera a desaparecer. Pepa notando esa angustia: estoy aquí.., estoy aquí mi vida... Aguantaba como podía sus ganas de llorar, su propia desesperación al ver el estado en el que se encontraba su mujer, la estrechaba contra ella y le parecía estar abrazando el cuerpo de una niña, estaba consumida, costaba imaginar que apenas un mes antes, hubiera lucido el abultado vientre de una típica embarazada de 7 meses. Pepa pegó su cara a la pelirroja melena de su mujer, su nariz se hundió en sus ondulados cabellos, y sus manos la siguieron, le besó la zona de la oreja y le susurró nuevas palabras cargadas de amor: cariño por favor…, cálmate.., dime que necesitas.., que puedo hacer para que te sientas mejor.. Y Silvia no lo sabía, no podía parar de llorar, buscaba eso sí el calor conocido de Pepa, se apretaba a ella, amoldándose a su figura, a tráves de esas sensaciones quizás su alma encontrase consuelo, y recuperase un poco de paz. Pepa seguía acariciando su pelo, besándola, meciéndola… Las manos de Silvia se movieron a los lados de la cabeza de Pepa, quería verla, ver ese rostro hermoso que tantas sonrisas le había dedicado. Y Pepa le sonrió, como sabiendo lo que le pedía su mujer desde el profundo dolor de sus ojos. Pepa: amor mío.. – los sollozos se convirtieron en hipos - shhh.. – intentó parar el discurrir de las lágrimas por sus mejillas – shh.. Silvia con sus dedos le colocó un mechón de pelo detrás de la oreja, y con esos mismos dedos rozó los labios de Pepa, y ella se los besó, Silvia se extremeció ante el contacto. Pepa sintió nuevamente que los ojos de su mujer le pedían algo, se acercó despacio a su boca y depositó en ella un suave beso. Un beso que a Silvia calmaba un poco más, Pepa que se dio cuenta de ello, le dio otro beso en la comisura de los labios, otro más en la frente, otro bajando por la nariz, la iba a llenar de suaves besos si con ello conseguía parar ese río de lágrimas, porque así parecía. Raquel se encaminaba hacia la cocina pero Mar la hizo cambiar de rumbo. Mar: hablamos un rato a solas??. Raquel se encogió de hombros, la siguió hasta la terraza. Mar en cuanto salieron: tenías razón siento no.. Raquel la interrumpió: no estoy orgullosa de mi forma de actuar..., no tiene sentido que seas tú la que me pida disculpas.. Mar: estas enfadada??. Raquel: no..no, simplemente.. – no encontraba las palabras – no quiero que pases por lo mismo que Silvia.., no quiero ser la responsable de tanto dolor.. Mar se abrazó a ella: procura no dejar que te maten y listo. Raquel hizo más fuerte el contacto: me siento vieja para esto... Mar se rio: tienes 38 años cariño.. Raquel: voy a pedir un cambio de puesto.., voy a dar más estabilidad a lo nuestro.., queremos formar una familia... Mar la besó, esa conversación ya la habían tenido en el pasado y había sido el germen de un fuerte distanciamiento. Mar: piénsalo bien mi amor, tú no eres de estar encerrada entre papeles.. Rota, su mujer estaba emocionalmente rota, y al límite físico, después de calmarla un poco en el sofá, Silvia comenzó a sentirse mal, le dolía terriblemente la cabeza, seguramente de tanto lloro, comenzaba a marearse y tenía ganas de vomitar. Pepa se la llevó en brazos para la cama, y allí se quedó con ella, abrazándola, hablándole, contándole como pasó todo, el porque aceptó lo que Marina había dispuesto, quizás había sido un error, pero en ese momento no vio otra salida, solo le preocupaba la seguridad de ella, de enzo y de naia. Silvia al final, acomodada entre los brazos de su mujer, se quedó dormida de puro agotamiento. Decidió ir un momento a la cocina donde sospechaba que seguían todos, ni siquiera había dado un abrazo a Lola, y a su hijo tampoco le había prestado demasiada atención. Lola se abrazó a ella en cuanto llegó a la cocina y después sus brazos fueron dueños de enzo que no se bajó de su colo, ni siquiera se acercó a la cuna de su hija, y eso que la niña estaba con lloros apagados, no lo hizo porque el niño necesitaba en aquel momento de toda su atención, naia era muy pequeña para darse cuenta de un abrazo más o menos, pero enzo no, estaba en su regazo extrañamente callado, incluso se chupaba el dedo gordo, algo le preocupaba, pero su mente de niño no era capaz de analizar el problema y hacer la pregunta correcta. Pepa intranquila por la actitud de su hijo, apenas seguía la conversación que mantenían Lola con Paco y los demás. Pepa: perdonar pero... No tuvo que dar más explicaciones, todos se dieron cuenta de que madre e hijo necesitaban un tiempo a solas. Pepa salió con enzo en brazos de la cocina, van les siguió, su dueña estaba de nuevo en casa y él también la había echado mucho de menos. Pepa: pequeño me dices que te pasa?? – enzo se abrazó más a ella, pero no dijo nada. Desde luego se parecía a Silvia, ella también se encerraba en sí misma cuando algo la preocupaba. Pepa se sentó con él en el sofá, estuvieron un rato en silencio, mientras ella le acariciaba el pelo, su hijo mantenía su cabecita apoyada en su pecho, seguía chupándose el dedo. Pepa: esta triste mi bebé??- enzo movió ligeramente su cabecita – y porque??. Nuevo silencio. Pepa insistió: es porque me has echado muuuuucho de menos???. Enzo hizo un gesto afirmativo. Pepa: pero ya estoy aquí, si antes te has puesto loco de contento... Enzo dibujo una media sonrisa en su cara, se sacó el dedo de la boca, recuperó la seriedad de su gesto: mami segue triste.. Era eso, eso le pasaba a su pequeño, en su ausencia el niño había sido un espectador no ajeno a todo cuanto había sucedido, y por lo que sabía, había estado al lado de Silvia en los momentos que ella más apoyo necesitaba, ahora su hijo exteriorizaba con su otra mamá, la tristeza que había ido notando todos esos días... Y hoy mismo la reacción tan distina de ambos había vuelto a desconcertar a enzo, él que se había alegrado un montón de ver nuevamente a su mama, que habia ido corriendo a sus brazos, había visto como su mami se desmayaba y parecía seguir triste... Pepa tenía muchas cosas que arreglar, y debía empezar pronto, sobre todo para que su hijo no siguiera con aquel sentimiento en su interior. Pepa: mami esta un poco débil, porque yo no he estado en casa para ayudarla contigo y con naia.. Enzo la escuchaba atento. Pepa: por eso la sorpresa de verme le ha dado también susto – se acordó de algo – como cuando no sabes que te voy a buscar a la guardería y de repente alguien te abraza por detrás y soy yo, a que te doy primero un susto??. Enzo: zi, pero luego me rio. Pepa sonrió: ya, pero mami esta cansada, pero ya verás como pronto se le pasa. Enzo: ya no te vas más?? Pepa negó, enzo se le abrazó: vamos con mami??. Enzo: zi. Al entrar en la habitación, Pepa dejó a enzo en la cama y este enseguida se fue dirección a Silvia que apenas adormilada se despertó, se le puso encima. Enzo: mama te dio susto.., pero ahora tenes que alegrarte. Pepa sonrió ante el resumen simple de su hijo, viendo el ligero desconcierto de Silvia, se sentó en la cama, puso una mano sobre la de su mujer: poco a poco enzo, mami esta cansada.. Silvia recibió varios besos de su hijo: gracias cariño, que buenos estos besos.. – hacia Pepa – mi hermana...?? Pepa: están en la cocina quieres que la llame??. Silvia no muy centrada todavía: no, no.. solo, es que lleva muchos días aquí.. Pepa: no te preocupes, hablaré con Paco, ahora estoy yo en casa.., enzo ya ha cenado, voy un momento a coger algo para tomar nosotras. Silvia un poco ausente: vale.. Lola no se fue hasta que le dió indicaciones a Pepa de como quedaba todo, bibes para la niña, platos precocinados en el congelador, comida en la nevera. Lola a Mar: si se me olvida algo?? Mar: tranquila Lola, yo me encargo de ponerla al día. Pepa fue con ellos hasta la puerta y dio los últimos abrazos por hoy a su hermano, su sobrina, Lucas y Lola. Al volver, Mar disponía en la bandeja un par de tazas, Raquel comprobaba el contenido de una olla. Pepa: no os molesteis, ya lo hago... Raquel: mejor dale un achuchón a tu niña – ahora naia lloraba con un poquito más de grima – ni que te conociera, las 2 veces que has salido de la cocina se ha puesto a llorar con más ganas. Pepa se acercó a la cuna, naia tenía unos lagrimones en sus ojitos, estaba si cabe más guapa que el día que la vio en el hospital, la sacó con cuidado: claro que conoce a su otra mama, verdad?? – le daba pequeños besos en la coronilla llena de negro pelo. Raquel dejó de remover la sopa, se dio la vuelta: estuviste en el hospital??. Pepa sin dejar de ver a su hija: si, Marina sabía que o me llevaba o acabaría saliendo de mi encierro por mi cuenta y riesgo. Raquel: vamos no me jodas.., como...?? – iba a decirle que porque no se había ido en aquel momento, haber contactado con ella...., se calló. Pepa viendo que Raquel no iba a seguir, levantó la vista: otro grave error que cometí. Raquel se acercó, le puso la mano sobre el brazo: olvídalo, no tenía que... Pepa: sé lo que piensas Reich, no necesito que me lo digas, y te doy la razón... Raquel: déjalo..., eso ya es agua pasada...., ahora céntrate en esta monada y las otras 2 personas más importantes de tu vida. Pepa: es guapa verdad??. Raquel: en unos años os quitará el puesto de reinas de la belleza a tí y a Silvia. Pepa estuvo unos minutos más dándole mimos a su hija y después se llevó la bandeja con la cena, Raquel y Mar harían de niñeras el tiempo que hiciera falta. Cuando Pepa entró en la habitación enzo ya estaba dormido en los brazos de Silvia, dejó la bandeja en la mesita. Pepa en un primer momento mientras cogía a enzo de los brazos de Silvia pensó en llevarlo a su habitación, cambió de opinión viendo la mirada de su mujer. Pepa rodeó la cama: me levantas el nórdico? – Silvia así lo hizo y lo puso en el medio de la cama. Despues recogió nuevamente la bandeja, tenía patas por lo que la apoyó en la cama. Pepa: Lola ha hecho sopa, pensé que te apetecería. Silvia en un primer momento: no tengo mucha hambre.. Pepa: tienes que comer... Silvia se pasó la mano por la cabeza: es que.. Pepa: te sigue doliendo la cabeza??. Silvia: un poco.. Pepa: sin nada en el estómago no puedes tomar pastillas – le entregó una taza – anda..., aunque solo sean unas cucharadas.. Al final Silvia se bebió toda la sopa, parecía que le volvía el apetito, Pepa retiró la bandeja, el silencio entre ellas era extraño, Pepa volvió a sentarse a los pies de la cama: Sil..., sé que estas enfadada.... Silvia la interrumpió: no sé como estoy..., enfadada no es la palabra..., hace unas horas seguía llorando tu muerte..., y ahora, – levantó la mano – ahora te tengo aquí delante.. Pepa: lo entiendo pero... Silvia no la dejó seguir: no me siento con fuerzas para hablar...... – y con la misma se escurrió en la cama buscando acomodo, le dio un beso en la frente a enzo – mañana Pepa.... Pepa: pero.. Silvia: solo acuéstate a nuestro lado.. Ni que decir tiene que Pepa no durmió nada esa noche, observó a Silvia y enzo y ambos durante la noche tuvieron breves episodios de agitación. Con los primeros rayos del amanecer se levantó, sabía que naia seguramente estuviese reclamando algún biberón. Se encontró a Mar en la cocina. Pepa: y naia??. Raquel llegó por la puerta con ella en brazos: hola, preguntas por la princesita cabreada..??. Naia lloraba. Pepa: os ha dado mala noche??. Raquel: estoy empezando a cambiar de opinión sobre tener hijos.. Pepa sonrió. Mar: no te rajes ahora eh??. Raquel dejó a naia en los brazos de Pepa y fue a abrazarla por detrás, le dio un beso en la nuca: es broma..., pero mis ojeras de hoy se las debo a esa enana morenita.. Pepa al instante recordó esas mismas escenas con Silvia, las echó de menos y sintió como si volver a vivirlas estuviese en un futuro muy lejano. Mar: como está Silvia??. Pepa: no lo sé.. – pausa – y ella tampoco.. Raquel mientras se servía un café: Mar y yo hemos hablado..., -se sentó a la mesa hemos pensado que mejor nos vamos... Mar le pasó el biberon a Pepa: si nos necesitas nos quedamos pero.. Raquel terminó la exposición: quizás nuestra presencia no ayude o dilate resolver las cosas con Silvia. Pepa: vosotras no sois el problema. Raquel: ya me entiendes Pepa... Pepa levantó la vista: egoistamente prefiero que os quedéis..., ya sé a que te refieres Reich. Claro que no molestaban, claro que ellas no eran el problema, es más, su presencia era de mucha ayuda con naia y con enzo. Pepa sabía que lo decían porque Silvia y ella estaban en un momento delicado, y no querían interferir, se sentían en medio y creían que lo mejor era dejar a la pareja su propio espacio. Raquel pensó que a lo mejor si se quedaban solas con los niños, Pepa tampoco tendría mucho tiempo para ocuparse de Silvia, y así se lo dijo. Pepa: tranquila..., me las apañaré, seguro que verme con los niños de aquí para allá hace reaccionar a Silvia. Acabado el biberon. Pepa: me llevo a la princesita conmigo, así podréis dormir un poco. El reloj de la cocina indicaba que eran poco más de las 6 am. Primero se fue con ella al salón. Pepa se sentó en el sofá y separó un poquito a su hija de su regazo: tú y yo tenemos que conocernos mejor verdad??. Pepa tenía las piernas dobladas encima del sofá, de esta forma pudo sentar a su hija en su barriga, y en las piernas apoyó su pequeña espalda. Naia sujetaba con sus manitas los largos dedos de Pepa, y Pepa de vez en cuando se soltaba de sus agarres y le acariciaba la carita, el pelo, era una monada, había dejado de hacer pucheros, y ahora atenta se dejaba querer. Pepa la atrajó hacia así y le besó la carita: que linda es mi niña..., a que sí... La levantó y agitó un poquito, cuando la bajaba le hizo una pedorreta en la mejilla, naia pareció sonreir. Pepa: ah.., eso te gusta eh?? – se la volvió a hacer.. Estuvo casi una hora jugando con naia, hasta que la niña poco a poco se le quedó dormida entre los brazos. Pepa se la llevó a la habitación con el resto de la familia. Cuando entró, naia hizo unos ruiditos, parecía que se despertaba nuevamente. Pepa: shhh – intentando evitar que se pusiese a llorar y despertase a enzo o Silvia, la acunó dando unos pasos por la habitación. Silvia a pesar del poco ruido que Pepa hacía, se despertó, vió a su mujer con la niña en brazos, y vino a ella claramente la imagen del hospital, no podía ser... Silvia se incorporaba, el poco ruido que hizo con la sabana y el nórdico llegó a los oídos de Pepa. Pepa : lo sien ... - Silvia la estaba viendo con una mezcla de incredulidad... y asombro – que pasa??. Silvia: te ví…– se levantaba de la cama. Pepa no entendía: como??. Silvia: hacía unas horas que había dado a luz... Pepa entonces supo a que se refería. Silvia continúo, guardaba las distancias: y creí verte, creí tener una alucinación, pero eras tú... Pepa se acercó unos pasos: supe que algo pasaba y Marina me dijo que te habías puesto de parto, me puse como loca y accedió a dejarme veros.. Silvia: fuiste capaz de venir y luego irte?? – levantó el tono - por dios santo!!.. Pepa: shh, baja la voz se van a despertar....- intentó poner su mano en el brazo de Silvia, pero ésta lo apartó. Silvia: no!. Pepa: Silvia?, intenté despertarte, creeme.. Pero Silvia no quiso escucharla: te volviste a ir.., volviste a dejarme.. Pepa herida: eso no es justo.., no fue así.... Silvia se encerró en el baño llorando y Pepa se quedó de pie con naia en brazos, alucinando, como podía pensar que le había resultado fácil irse de allí?. Pepa no fue detrás de ella, estaba dolida por la insinuación y quiso evitar una discusión más fuerte, además no se sentía con derecho a recriminarle nada a su mujer, ella era la causante principal de todo su dolor. Era eso cierto??, para Pepa la respuesta era completamente un Sí, y ahí fue donde empezó a equivocarse otra vez, las circunstancias habían tenido mucho que ver en la decisión tomada, y esas circuntancias hacían que el blanco y el negro se mezclasen con una tonalidad gris. Los primeros días, Pepa se organizó en las tareas con los niños, al irse Raquel y Mar tenía que llevar un planing, Silvia no le ayudaba mucho. Lola venía todas las mañanas e intentaba que su hermana reaccionase, pero apenas conseguía que saliese de la habitación y estuviese en el salón con enzo a su lado, a naia seguía rehuyéndola, y eso que Pepa había trasladado la cuna a la habitación de ellas, si naia lloraba reclamando su biberón, por tener gases o cualquier otra razón propia de un bebe, era Pepa la que la atendía. Cuando Lola se iba siempre charlaba unos minutos con Pepa. Lola: no hay forma, si le pregunto o le insisto se agobia y se viene abajo... Pepa le daba el biberon a naia, la escuchaba y a Lola le preocupaba que no dijese nada. De noche. Pepa entró en el salón, llevaba a naia en brazos: voy a bañarla, le haces la cena a enzo?? Silvia tenía a su hijo sobre su regazo. Enzo coloreaba un libro:yo tamén quero bañarme!! Ultimamente era habitual que enzo estuviese en cada cosa que Pepa hacía con naia, cuando le cambiaba el pañal, cuando le daba el bibe, eran celos?, quizás, para evitarlos Pepa le hacía creer que enzo la ayudaba un montón, pues su hermana era muy chiquita y no sabía hacer nada todavía. Pepa : vale, al agua tú también!. Silvia no lo dejó ir: no puedes bañarlos a la vez. Pepa acercándose: y si me ayudas tú??. Enzo: sí mami, sí, todos al agua!!. Pero Silvia no estaba dispuesta: cuando acabes lo llevo a él. Enzo negando: no, no, yo quiero con naia.. Pepa: déjalo, seguro que me apaño. Silvia: mejor después. Enzo se quiso bajar del colo de Silvia: ahora, ahora!!. Silvia: enzo no.. Enzo llorando: mala, tonta – e intentó soltarse dándole manotazos en los brazos a Silvia. Silvia le riñó a su hijo: no se insulta ni se pega a mami. Pepa se acercó. Enzo seguía llorando y retorciéndose, Silvia aflojó su agarre para no hacerle daño y entonces el niño se bajó de su colo y fue a abrazarse a las piernas de Pepa, sin parar de llorar. Silvia se levantó: genial, estarás contenta!! Pepa que se arrodillaba para consolar a su hijo, paró su movimiento: yo?!!, que coño he hecho yo ahora??!!. Silvia pasaba delante de ella: nada, tú nunca haces nada.. Pepa con naia en brazos y con enzo agarrado a sus piernas tuvo que dejarla ir, “ mierda, joder “ para sus adentros. En cuanto se agachó su hijo se le colgó del cuello. Pepa: venga cariño... – naia se puso a llorar – tu hermana se pone triste si te ve así. Enzo se separó un poquito y comenzó a limpiarse las lágrimas. Pepa: así me gusta - besó a su hijo – anda sube aquí – señaló el sofa. Pepa dejó a naia al lado de su hermano y ella de rodillas espero a que su hijo dejase de llorar, cogió de la mesa de centro un par de pañuelos de papel y le limpió la cara, los ojos azules de su hijo brillaban y parecían más grandes dentro de su pequeño rostro. Verlo así le partía el corazón, tenía que hacer verdaderos esfuerzos para que no se le escapase a ella misma alguna lágrima, pero lo más importante era hacer que se le olvidase ese mal momento cuanto antes. Pepa: vamos mañana al zoo con el abuelo??. Enzo se la quedó viendo. Desde que Pepa había vuelto, apenas habían salido de casa, incluso enzo no iba a la guardería, necesitaban pasar tiempo juntos los 4, pero quizás ese encierro voluntario no era el mejor remedio para unir nuevamente a la familia. Pepa: no quieres ver al abuelo??. Enzo: si. Pepa: y a los monos?? Enzo: tamen.. – empezaba a sonreir. Y hablándole de la excursión al zoo que harían mañana, enzo dejó de llorar, se tomó toda la cena sin protestar, ayudó a Pepa en el baño de naia, y después madre e hijo jugaron con el agua de la ducha de hidromasajes de las habitaciones de la nueva ala de la casa. Después Pepa se lo llevó a su habitación y mientras le leía un cuento, puso junto a él a su hermanita, era fascinante ver como interactuaban los 2, enzo acariciaba y besaba a naia, y ella le dedicaba grandes sonrisas. Y a Pepa se le ocurrió algo.. Mientras todo esto sucedía Silvia en la habitación lloraba quedamente, no quería estar así, pero no era capaz de vencer la apatía que dominaba su cuerpo. No estaba siendo una madre para naia y eso le dolía, y ahora por extensión también sufría su hijo enzo. Se levantó de la cama, tenía que ir con su mujer y sus hijos, llegó a la puerta, pero ya no pudo pasar de allí, un gran peso se instaló en su interior y de nuevo se vio incapaz de afrontar sus responsabilidades. Con dificultad volvió para la cama y allí se quedó… Pepa regresó a la habitación un par de horas después, normalmente lo primero que hacía era poner a naia en su cuna y después iba al baño, en esta ocasión sin embargo puso a naia en la cama, cerca de Silvia. Al ver que su mujer abría los ojos. Pepa: va a dormir con nosotras – en cuanto se alejó para ir al baño, naia notando su ausencia empezó a hacer pucheros.. Silvia: Pepa por favor… Pepa: por favor que.. – seguía su camino. Silvia: ponla en la cuna.. Pepa: hazlo tú.., también es tu hija, se callará en cuanto la toques. Los pucheros iban aumentando. Silvia empezaba a salir de la cama: no puedo.. – se giró para ver a Pepa – no pued… Pepa se había acercado a ella y antes de que completase el giro la abrazó: cariño.. Silvia no esperaba esa reacción de su mujer, ella huía de su hija y Pepa la consolaba??, no le reprochaba su actitud?. Silvia empezó a temblar y Pepa la abrazó más fuerte. Pepa le besó la cabeza: cariño mío.., tranquila… Silvia se agarró a ella. Pepa: deseada.., mi amor…, naia es nuestro deseo… Silvia empezó a llorar: tú no estabas.. Pepa: lo sé.. Silvia: no.., no lo sabes.., te creía muerta…, llevaba un mes llorándote…. Pepa intentó hablar: ella no .. Silvia siguió: cuando Carlos me la puso encima…, era el reflejo de lo que más quería en el mundo y había perdido para siempre. Pepa le dio la vuelta a su mujer, para que la viese: amor… por dios, deja de atormentarte…, toda la culpa es mía, quería protegeros y.. Silvia le reprochó: como pudiste creer que sería capaz de seguir sin ti…?? Pepa seria: porque en tu vida ya no sólo estoy yo, está enzo, y ahora naia.. Silvia se la quedó viendo. Pepa le acarició la cara: Sil… son tus obras maestras…, tú los hiciste realidad… Silvia buscó el abrazo de Pepa. Pepa: tranquila mi amor.. Silvia: no estoy siendo buena madre… Pepa:shhh.., no digas eso, si que lo eres. Silvia empezó a decir: enzo.. Pepa: a nuestro hijo ya se le ha olvidado.. Silvia siguió: no puedo…., no puedo acercarme a naia…, sin que me entre una angustia… Pepa separó ligeramente a su mujer, le sujeto con ambas manos la cara: yo te ayudo… la besó - estoy a tu lado.., lo conseguirás, sé que vencerás esa angustia – la besó nuevamente – vencerás ese miedo.., ven aquí cariño – la abrazó nuevamente, le mesó los cabellos – cuanto daño te he hecho…. Silvia se apretó más a ella, creía en las palabras de su mujer, creía en ese cálido cobijo que era el abrazo de Pepa. Pepa le hizo volver a la cama, devolvió a naia a la cuna, darían pequeños pasos, pero todos hacia delante. Pepa tampoco comentó nada de los planes para el día siguiente, Silvia necesitaba dormir, tener una noche tranquila, ya mañana se enfrentarían a esa nueva prueba. Dormían de lado, Silvia en posición fetal y Pepa detrás de ella abrazándola, las despertó enzo, bueno más bien su conversación con Van, que escucharon a través del interfono. Enzo: vani nos vamos al zoo.., y el lelo también viene. Silvia: Pepa..? Pepa: se lo prometí – la besó en el cuello – nos vendrá bien salir. Silvia dubidativa: no sé.. Pepa la cortó: venga.., será divertido.., tu padre empezará a jurar en arameo cuando enzo lo haga ir de aquí para allá – con su mano derecha alcanzó la de Silvia – y tú y yo pasearemos tranquilas a naia… Se abrió la puerta y entraron enzo seguido de Van.. Enzo: al zoo mamis!!, al zoo!! – saltó en la cama e intentó hacerse un hueco entre las 2. Efectivamente al niño la rabieta de la noche anterior ya se le había olvidado, y llenaba a sus mamis con muchos besos. Pepa se hizo la remolona, abrazando más a Silvia, por lo que el niño se fue al lado de la pelirroja: enzo.., dormimos un poco más sii. Silvia le hizo sitio y el niño se acomodó a su lado. Enzo: mami…despértala..no dormimos más. Silvia acarició la cara de su hijo: probamos con unos besos?? En la cara de enzo apareció una sonrisa, le gustaba ese juego, a veces cuando entraba en la habitación sus 2 mamas estaba dormidas o fingían estarlo, y él empezaba a darles besos hasta que ellas se despertaban, lo agarraban y lo besaban. Pepa que escuchaba siguió haciéndose la dormida, se giró para darles la espalda, enzo entonces subió por el cuerpo de Silvia y llegó hasta Pepa. Enzo: no dormas más…- empezó a darle besos en la cabeza - mami ven - con una mano pedía la ayuda de Silvia. Silvia le ayudó, y Pepa cuando ambos la estaban besando confiados, se dio la vuelta, atrapó al vuelo a enzo y se lo comió a besos, y besos también hubo para Silvia. Pepa medio vestida llamaba a su suegro: Don lorenzo no me diga que se ha olvidado??. Don Lorenzo: que no pesada.. Pepa: entonces donde coño está??. Don Lorenzo: de camino a la comisaría.. Pepa: pero no me dijo que se cogía el día libre?. Don Lorenzo: estaré ahí en menos de una hora – le colgó. Pepa se quedó viendo para el móvil: y me ha colgado el tío.. Silvia estaba acabando de vestir a enzo, apareció Pepa. Pepa: tu padre se retrasa, bajamos primero un rato al parque?, así Van corre un poco. Se llevaban al perro por no dejarlo en casa, pero en el zoo tendría que quedarse en el coche. Silvia asintió y Pepa desapareció, naia ya estaba lista y esperaba en su carrito en la habitación, Pepa le hizo unas gracias mientras acababa de vestirse ella. Cuando ya estaban en la entrada a punto de salir. Enzo tiró del pantalón de Pepa: teno caca. Pepa: no??. Enzo movió afirmativamente la cabeza. Silvia: ya lo llevo yo. Pepa: no.., hagamos una cosa – Pepa soltó el carrito de naia – adelántate tú. Silvia dudando: Pepa… Pepa: venga.. – cogió las manos de su mujer – bajamos enseguida. Silvia hizo una respiración profunda, Pepa le puso las manos en la barra del carrito y después abrió la puerta, Van salió el primero, cuando Silvia pasaba a su altura le dio un beso. Silvia con cierto miedo: no tardes, por favor.. Pepa le dio otro beso: no, enzo corriendo al baño – le sonrió mientras cerraba la puerta y veía que Silvia llamaba al ascensor. Don Lorenzo en comisaría se quedó blanco con la información que acababa de recibir de Marina, y se excusó para llamar a Pepa de inmediato. Silvia tensa bajaba en el ascensor, vio para naia, ésta desde el interior del carrito sin embargo parecía muy tranquila. La mañana era fría, propia de un febrero que no había acabado, y además de eso eran apenas las diez de la mañana de un sábado, por eso no se veía a gente por la calle, y el pequeño parquecito al que se dirigía Silvia estaba igualmente desierto, van ya estaba allí entre los matorrales. Pepa sentada en el bidé esparando a que enzo acabase, escuchó su móvil, se lo había dejado en la entrada, fue a por él. Cuando ya lo tenía en la mano y vio que era su suegro. Enzo a gritos desde el baño: mama!!, ya está!!. Pepa le colgó a su suegro pensando que era una llamada para decir que ya estaba abajo, y se fue hacia el baño para limpiar a su hijo. Silvia absorta viendo para naia, no advirtió la maniobra que realizó una negra furgoneta ejecutando un giro de 180º y situándose en el carril de su acera. Todo sucedió muy rápido, de repente de la furgoneta se bajaron 2 hombres con pasamontañas, y Silvia notó unos brazos fuertes que la sujetaron mientras le tapaban la boca, otro se ocupaba de recoger a naia del carrito, van llegó ladrando y alcanzó al hombre que llevaba a naia, le mordió en la pierna, otro encapuchado salió en su ayuda después de dejar a Silvia dentro de la furgoneta, intentó sacarle a van de encima, pero solo consiguió recibir varios mordiscos en las manos, el hombre que llevaba a naia aprovechó para darle una patada que lo desplazó hacia unos arbustos, los 2 hombres subieron a la furgoneta, y ésta salió acelerando, van salió de entre los arbustos y se fue corriendo detrás de ellos. Cuando Pepa y enzo iban por el pasillo, le sonó de nuevo el móvil y la puerta. Pepa viendo para el móvil, su suegro, abrió la puerta: que sorpresa!! Raquel y Mar estaban allí, enzo se fue a sus brazos. Pepa descolgó el insistente móvil: ya bajamos Don.. Don Lorenzo la cortó: donde estáis??. Pepa que notó su nerviosismo: saliendo por la puerta. Don Lorenzo: no salgáis!!. Pepa extrañada: que??. Mar tenía en brazos a enzo. Raquel le preguntó: y mami y naia?. Pepa: no os habéis cruzado con Silvia?? Algo le gritaba Don Lorenzo desde el móvil, sólo cuando escuchó las palabras comisario Navarro se hizo una idea de que podía estar pasando. Pepa: no..no.. – salió corriendo escaleras abajo. Raquel a Mar: entra en casa, no le abras a nadie. Pepa con el corazón en un puño, volaba por los escalones, salió a la calle y a punto estuvo de arrollar un viejecito que pasaba delante del portal, medio disculpándose giró para tomar la dirección del parque, cuando casi llegaba a la esquina salió Raquel también corriendo. Entonces Pepa vió el carrito de naia, allí quieto, solo, y el corazón ya se le salía por la garganta. Pepa llamó: Silvia!!! – alcanzó el carrito, estaba vacío, y ese mismo vacío lo sintió ella en todo su cuerpo. Raquel le dio alcance. Pepa se separó un poco del carro y buscaba con la vista, volvió a llamar: Silvia!!!. Van medio cojeando corría detrás de la furgoneta intentando no perderla de vista Don Lorenzo escuchaba a través del móvil como Pepa llamaba con gritos desesperados a su hija, intentó comunicarse con ella. Raquel al igual que Pepa dirigía su mirada a varios puntos del parque, ni rastro de Silvia y naia, escuchó una voz y se dio cuenta de que era Don Lorenzo, Pepa no se percató de que Raquel le quitaba el móvil de la mano. Raquel: Silvia y naia han desaparecido… Don Lorenzo tapó su auricular y soltó una blasfemia, pero acto seguido: en 5 minutos estoy ahí. Raquel colgó, se acercó a su amiga: Pepa.. – no la escuchó, le tocó en el brazo – Pepa.., tu suegro – le enseñó el móvil – viene en 5 minutos. Pepa intentaba controlar sus emociones, estaba claro que su mujer y su hija no habían desaparecido por voluntad propia: Reich…, si les pasa…- se le quebró la voz. Raquel se abrazó a ella: no les harán daño.. – su tono fue tajante - vamos a casa.. Raquel se hizo cargo del carrito y Pepa la siguió sin dejar de mirar a todos los lados, buscando… Subieron. Mar y enzo estaban en el salón de casa. Enzo: y mami??, y naia?? Pepa cogió a enzo y se abrazó a él, necesitaba tenerlo cerca, como explicarle a su hijo que las habían secuestrado.. Don Lorenzo llegó como había prometido escasos minutos después. La furgoneta iba a una velocidad considerable, pero respetando en todo momento las normas de circulación, que los parase una patrulla de tráfico tendría consecuencias desastrosas. Silvia forcejeaba con unos de sus captores, naia gritaba y lloraba en una esquina sobre uno de los asientos traseros. El secuestrador que estaba intentando contener a Silvia le cruzó la cara de un manotazo, sujetó sus manos. Secuestrador: estate quieta!!!, o le haré daño a tu hija.. Otro de los secuestradores miró hacia él, tenían órdenes de llevarlas sin ningún rasguño. Silvia paró. Secuestrador: hazla callar.. – y la tiró en el asiento de al lado de su hija. Naia lloraba desesperada, Silvia la cogió y se la llevo hacia su pecho, cruzando sus brazos en torno a ella, en un intento de protección contra todo lo externo, naia reconociendo el calor de su cuerpo, se agarró a ella con sus manitas, Silvia besó la cabecita de su niña, y esta dejó de llorar, sólo entonces Silvia fue consciente de lo que había hecho, estaba acogiendo en su seno a su hija, por primera vez…., una lágrima resbaló por su mejilla…. Don Lorenzo llegó con Paco y Lucas. Todos a excepcion de Mar y enzo estaban en el salón. El comisario relató como Marina le había llamado para contarle, que los abogados de Navarro habían conseguido gracias a un defecto de forma, anular el reconocimiento de sospechosos que había realizado Pepa. Don Lorenzo: ahora mismo vuelve a ser un simple imputado, todo contra él es circunstancial – se giró para ver a Pepa – seguro que ha sido cosa suya la desaparición de Silvia y la pequeña. Pepa no hizo ningún gesto especial, su mente y sus emociones todavía estaban frente al carrito vacío de su hija.. Van seguía no sin dificultades a la furgoneta, cuando ésta se paraba en algún semáforo el perro aprovechaba y marcaba un rastro, meando en algún coche aparcado, farola o árbol cercano, y volvía nuevamente a situarse detrás del vehículo. Don Lorenzo: vistéis algún coche…alg.. Raquel: nada comisario.., el parque estaba desierto. Don Lorenzo envió a Lucas a preguntar en el parque, quizás alguien hubiese visto algún coche mal aparcado.., el momento del secuestro seguramente no, porque entonces hubiesen llamado a la policía. La furgoneta se detuvo, uno de los secuestradores se acercó a Silvia y sin avisarla le puso una capucha por la cabeza, los hombres del interior se quitaron sus pasamontañas, los primeros en salir fueron el conductor y el copiloto, uno de ellos se adelantó, y desapareció rumbo al ascensor, los demás aguardaron en el interior. “despejado”- escucharon por el walkie. Antes de salir de la furgoneta, uno de los hombres se acercó a Silvia. Hombre: recuerda que debes portarte bien, si quieres que a tu hija no le pase nada. Salieron de la furgoneta, Silvia que iba con la cara tapada, no pudo ver que estaban en un garaje, ni tampoco que en el ascensor llamaban al piso tercero. Van que se había introducido en el garaje antes de que el portalón se cerrase permanecía escondido detrás de una columna, cuando todos desaparecieron en el ascensor el perro buscó alguna puerta por donde seguirlos, encontró una abierta y subió varios tramos de escaleras, pero su avance se detuvo ante otra puerta cerrada, Van decidió esperar.. Lucas volvió, ninguna de las personas que se había encontrado habían visto algo que les llamase la atención. Los hombres introdujeron a Silvia en una habitación de paredes alcolchadas, la hicieron sentarse en el suelo sobre un colchón, la pusieron de espaldas y le quitaron la capucha, pero en seguida le colocaron una cinta en los ojos. Mientras uno hacía esto, otro entraba con una cámara de video. Hombre: quiero que permanezcas en silencio. Silvia apretó con más fuerza a su niña contra ella. Don Lorenzo hablaba con Paco, Lucas y Raquel sobre que debían hacer, entonces empezó a sonar el móvil de Pepa., se quedaron callados viendo para ella, ninguno hizo el gesto de recogerlo, pues Pepa ya lo tenía en su poder. Viendo para la pantalla les dijo: es el móvil de Silvia. – descolgó – Silvi..? Una voz que no era la de su mujer la interrumpió: buenos días inspectora Miranda.. Pepa: estas muerto, tú y.. La voz la volvió a interrumpir: no deberías decirme esas cosas, teniendo en cuenta que te estoy llamando con el móvil de tu mujer… Silencio. Pepa había puesto el altavoz y sostenía el móvil entre sus manos. Todos se quedaron viendo para el aparato. La voz habló nuevamente: quiero que vea una cosa, seguro que tiene por ahí un ordenador con conexión a internet – le dio la dirección de una página web. Raquel y Lucas recogieron el portátil que estaba en una esquina y lo encendieron sobre la mesa de centro, después de hacer lo que les dijo la voz, en la pantalla apareció la imagen de Silvia con naia en sus brazos y sus ojos vendados. La voz habló: bueno inspectora.., que tal vé a su mujer y a su hija?. Pepa en un acto reflejo le dio un manotazo a una de las lámparas que adornaban el salón, haciendo que se rompiera en mil pedazos cuando chocó contra la pared más cercana. Pepa: hijo de puta!! Raquel se acercaba a ella, pero Pepa levantó las manos como diciendo, “vale, me tranquilizo”. Voz: no, no, no, eso no está bien. Pepa que no apartaba la vista de la pantalla: dime que quieres?? La voz: tu silencio.. Pepa vio hacia su suegro, con su mirada le daba su aprobación. La voz: a partir de ahora tienes una amnesia brutal con respecto a una noche en concreto. Pepa negoció: quiero hablar con mi mujer. Voz: ahhh, no, eso no es posible. Pepa le retó: entonces no hay trato. Paco y los demás apretaban los dientes. Voz: inspectora tengo que recor… Pepa manteniendo el pulso: escuchame cabrón!!, no pienso hacer nada por tu jefe sin estar segura de que mi mujer.. Voz: pues entonces no tenemos nada más que hablar. Se cortó la comunicación por el móvil. La imagen comenzó a fundirse en negro……., Pepa se acercaba al portátil se escucharon 2 disparos, todos sin excepción pegaron un bote. Mientras el eco mortal todavía resonaba en sus oídos. Pepa: no!!! – se pegó al portátil, pulsó las teclas para refrescar la pantalla, pero ésta seguía negra completamente. Pepa viendo para aquel agujero negro, sintió que se le iba la vida, que coño había hecho??, en que estaba pensando??, le faltaba el aire, su corazón sin embargo bombeaba como un loco, y volvió con más intensidad la sensación de vacío que la embargó cuando en el parque solitario se encontró el carrito. Poco a poco se separó del portátil, Raquel intentó entonces volver a conectar, pero la página no respondía, y no era porque la conexión a internet se hubiera cortado.. Los minutos pasaban y mientras Pepa se consumía por dentro, Don Lorenzo incrédulo observaba a los demás, Paco se acercó a él y se abrazaron. Raquel con Lucas a su lado seguía intentando recuperar la imagen: no puede ser…, no Entonces la imagen del portátil dejó su negro aspecto. Raquel: Pepa!!. Ella y los demás se acercaron, la imagen volvía, por la cara de Pepa empezaron a rodar las lágrimas de forma descontrolada, cuando aparecieron nuevamente Silvia con sus ojos vendados y naia en sus brazos. Sonó el móvil, Pepa descolgó rapidamente. Voz: espero que estos minutos le hayan servido para reflexionar inspectora… - pausa recuerda la película el silencio de los corderos?, quid pro quo clarisse.., empezaré yo haciendo algo por usted.. Entonces en la imagen apareció un hombre encapuchado acercándose a Silvia, le puso el móvil a la altura de la boca. Silvia: Pepa…. Pepa no apartaba la vista, y el sonido de la voz de su mujer fue como un bálsamo para ese dolor que todavía no se había disipado de su cuerpo. El encapuchado volvió a desaparecer de la pantalla. Voz: y bien??, puedo contar con usted inspectora??. Pepa se rindió: seré como una tumba.. Voz: volveremos a hablar entonces.. Fin de la comunicación. En el sótano abrieron la puerta de acceso a los garajes y Van se escurrió entre las piernas de la persona, llegó a la entrada, podía ver la calle, localizó unas nuevas escaleras y empezó a subir, en cada rellano Van olfateaba las puertas de los pisos y cuando llegó a la tercera planta se quedó parado, allí estaban, se movió nervioso delante de la puerta, pero no podía hacer nada para entrar, ni tampoco era lo más adecuado, tenía que ir a buscar a su otra dueña. Paco, Don Lorenzo y Lucas volvieron a la comisaría, antes de eso. Pepa: ni una palabra Don Lorenzo. Don Lorenzo asintió: intentaremos averigüar quienes se las han llevado.. Pepa: que Marina no sospeche.. Raquel: necesitamos saber cuando será la próxima vista. Paco: que piensas hacer?? Pepa: callarme. Lucas: pero Pepa.. Pepa repitió: me quedaré callada. Raquel: sabes que no hay garantías… Pepa la interrumpió: ya lo has visto.., estoy en sus manos.., les harán daño si no coopero. Raquel: ellos tienen lo que quieres, pero también te necesitan.. Don Lorenzo: tiene razón, te callas y después que…?, nos van a devolver a Silvia y naia así sin más..? Pepa: no puedo… Raquel: les pediremos que antes de testificar tienen que liberar a naia.. Pepa se cubrió la cara, no quería pensar en la posibilidad de que se llevasen a naia de los brazos de Silvia, y esta se quedase sola donde quiera que estuviese. Cuando ellos se fueron, Pepa se quedó a solas unos minutos en el salón, Raquel se había ido a la cocina. Raquel: toma – llevaba en la mano un vaso de lo que parecía zumo. Pepa se la quedó viendo: necesito algo más fuerte para serenarme Reich.. Raquel se lo volvió a ofrecer: te aseguro que el alcohol no es ninguna ayuda, mejor tómate esto, necesitamos estar muy lúcidas. Pepa cogió el vaso, le dio un sorbo y luego se dedicó a moverlo entre sus manos. Raquel se sentó en frente de ella, estuvieron un rato en silencio. Raquel: como vas a conseguir que Marina no se entere??. Pepa: no viene por aquí, y si lo hace le diré que Silvia está en la habitación – hizo una mueca – para algo va a servir su depresión, que mejor excusa. Raquel: vale, nosotras nos quedamos aquí para echarte una mano con enzo. Pepa entonces, dándose cuenta: ostias!!!, y Van??? Raquel: como? Pepa se había levantado: el perro iba con Silvia y naia. Raquel: yo no lo ví en el parque. Pepa: estaba con ellas Reich, y tuvo que defenderlas.. Raquel se puso la cazadora: déjame ir a ver…, a lo mejor les persiguió y ahora está abajo medio perdido. Pepa pesimista: o medio muerto en alguna esquina.. Raquel: vengo en un momento. Salió hacia la calle. Pepa entonces se fue a la habitación de enzo, donde Mar intentaba entretenerlo, pero en cuanto vio aparecer a su mama por la puerta se fue hacia ella. Pepa lo recogió. Enzo: y mami?, donde está mami?? Pepa: enzo cariño.. – Mar le hizo un gesto y salió de la habitación, se sentó con él en la cama – mami no está. Enzo no entendía: ibamos al zoo… Enzo a punto de cumplir 4 años, era demasiado pequeño para entender el trabajo peligroso de sus madres, y Pepa tampoco le iba a decir que su mami y su hermanita habían sido secuestradas. Pepa: mami está con naia.. Enzo: donde??, en el zoo? – el niño insistía. Pepa: no cariño, al zoo iremos todos juntos – acarició la cara de su hijo – mami está con naia en el hospital. Enzo un poco alarmado: está malita naia?. Pepa: no, no, solo son unas pruebas, pero es pequeñita y mami se ha quedado con ella. Pepa se levantó con su hijo en brazos: venga, es hora de comer.. Cuando iban de camino hacia la cocina, entró nuevamente en casa Raquel. Raquel: ni rastro, no está en el parque. Pepa: habrá ido detrás… - preocupada - se perderá por Madrid si no lo atropellan antes.. Van había conseguido salir del edificio, aprovechando la entrada de un repartidor de pizzas, comenzó a deshacer el camino andado, en alguna ocasión perdía su pista, siempre porque el coche en el que había dejado su rastro ya no estaba allí aparcado, y daba vueltas por las calles hasta que de nuevo encontraba el camino. Por la noche volvieron Paco, Don Lorenzo y Lucas, no traían noticias. Don Lorenzo: no podemos acerecarnos a los detenidos, hay que pasar por Marina para obtener un permiso y resultaría extaño que de repente quisiesemos hablar con ellos. Pepa: iros para casa.. Paco quiso quedarse. Pepa: mejor que Lola y Sara no se enteren de esto.. Se hacía de noche y Van seguía con el hocico en tierra recorriendo calles y calles de Madrid, en 2 ocasiones tuvo que escapar de unas personas que quisieron cogerlo pensando que estaba abandonado. Naia llevaba más de media hora llorando, y Silvia 10 minutos gritando para que alguien acudiese, la puerta se abrió. Hombre: hazla callar. Silvia: tiene hambre.. Hombre: pues dale el pecho, no es eso lo que hacéis las madres?. Silvia: yo no tengo leche. El hombre se la quedó viendo con desprecio: mierda - tenían un problema, salió de la habitación. A Silvia la mirada de aquel desconocido le dolio, volvio con su hija. Silvia: shh…, no llores – la acunaba, y la pegaba a ella, la niña por instinto buscaba su pecho. A los pocos minutos, volvieron a abrir la puerta, el hombre se acercó al colchón y tiró sobre él un boligrafo y una libreta. Hombre: apunta lo que necesitas para la niña. Silvia recogió el papel y puso lo imprescindible para su alimentación y aseo. Al entregarle el papel. Silvia: porque est..?? El hombre la interrumpió: queremos asegurarnos de que tu mujer nos hace un favor. Pepa estaba en su cama con enzo en brazos, el niño por fin se había dormido, ella sin embargo sabía que pasaría la noche en vela, en ningún momento se había ido de su cabeza la imagen de Silvia y naia sentadas en un colchón en el suelo, y todavía seguía muy viva la sensación de completo desamparo que tuvo cuando se escucharon aquellos disparos. Ahora con su otro hijo en brazos entendía perfectamente el sufrimiento de todos aquellos días en los que Silvia se vio sola. Cuando los llantos de naia eran ya inconsolables a causa del hambre que tenía, sus secuestradores abrieron la puerta y dejaron sobre la cama lo pedido por Silvia. Hombre: después te traeremos algo para ti – se iba. Silvia firme: cuando le dé su biberón necesito cambiarla e ir yo también al baño. El hombre farfulló algo incomprensible, detuvo sus pasos: vendremos después – salió. Silvia no pretendía causarles problemas, pero tenía que saber hasta que punto los secuestradores se preocupaban por su bienestar, Pepa no haría nada por ellos si dudase de que estaban mal, por eso la hicieron hablar al móvil.. Media hora después se encontraba en el interior de un baño sin ventanas. Hasta allí había llegado nuevamente con los ojos vendados, en un rápido vistazo supo que no había forma de salir, por lo que descartado un plan de fuga se concentró en asear a naia. Estiró una toalla sobre un mueble de cajones que le serviría como cambiador, encendió un calentador portátil que estaba en el suelo y mientras esperaba a que la estancia se calentase prestó mayor atención a naia que hacia ruidos y aspavientos con sus manos. La cara de Silvia estaba a escasos centimetros de la cabecita de naia y la niña con sus manitas se la atrapó, las manos de Silvia cogieron a su vez esas manitas y se las besó, la niña le dedicó una mueca parecida a una sonrisa, y ante Silvia se reflejó la imagen de Pepa con su media sonrisa. Tenían una hija preciosa, el deseo que habían pedido se había materializado en una cosita casi, casi idéntica a Pepa, Silvia sonrió a su hija antes de besarle la carita, estaban metidas en un lío tremendo pero confiaba ciegamente en que saldrían de él. Marina llamó a primera hora. Pepa: no quiero a ninguno de tus hombres por aquí cerca. Marina: sé razonable, necesitáis protección. Pepa: Marina ya se te ha olvidado nuestra excursión por Madrid??. Marina: eso no.. Pepa: era tu gente y casi nos matan, mi familia y mis amigos nos protegeran, no necesito a nadie más. Marina: esta bién. Don Lorenzo, Lucas y Paco estaban de nuevo en casa. Pepa: tenemos algo sobre sus propiedades?? – de madrugada había hablado con su suegro, quizás retenían a Silvia y naia en alguno piso de la organización. Paco: he enviado a Mariano y los demás, a hacer vigilancias en todos los pisos que nos constan como propiedad de alguno de los imputados, o relacionado con sus sociedades, pero por ahora no tenemos nada. Volvía a anochecer, Van renqueante levantó la cabeza del suelo, estaba cerca de casa. Sonó el telefonillo, Pepa salió corriendo hacia la entrada, al descolgar vio la cara de su vecino Juan. Pepa: dime Juan.. Juan: oye Pepa, me acabo de encontrar a Van en el parque en un.. Pepa le cortó: lo has cogido??. Juan: de hecho está aquí a mis pies. Pepa: bajo ahora mismo.... – pulsó para abrirle Pepa abrió la puerta y bajó por las escaleras, ultimamente el ascensor le parecía más lento que sus piernas. Cuando llegaba al rellano, vio a Van, medio echado con un aspecto bastante lamentable. Pepa: gracias Juan. Juan: de nada, parece haberlo pasado mal – se fue. Pepa se arrodilló ante su perro: ey.., chico.. que ha pasado..?? Van ladró se sentó y le dio la pata, Pepa pudo ver que tenía la almohadilla con varios cortes y ensangrentada. Pepa lo cogió en brazos: ven aquí..- examinó sus patas, todas estaban en un estado parecido – por donde has estado compañero..? Van emitió un nuevo ladrido. Pepa se levantó con el perro en brazos. Cuando entró en el piso, todos esperaban en la entrada. Pepa: Paco por favor, en este cajón – señalando con la cabeza el mueble de la entrada – está el teléfono del veterinario, llámalo. Don Lorenzo se acercó al animal: que te ha pasado peludo?. Pepa: tiene las patas como si hubiera andado kilometros y kilometros sin parar. Por la noche y después de acostar a enzo, Raquel y Pepa estaban en la cocina. Pepa revisaba el termómetro del perro: le ha bajado la fiebre. Van estaba metido en su capazo con las patas vendadas, mientras esperaban al veterinario Pepa lo aseó y ahora aunque inquieto permanecía dentro de su cama. Raquel: está claro que fue detrás. Pepa acarició las ojeras del animal: que pena que no sepamos por donde??. Los 2 días siguientes estuvieron marcados, primero por una nueva llamada de los secuestradores. Llamada que esperaban pues Marina había avisado a Pepa de que la nueva vista se celebraría posiblemente 48 horas después. Pepa: tengo condiciones. Hombre: no empiece inspectora... Pepa: si no tengo garantías de que me devolverán a mi mujer y mi hija sin ningún rasguño, entraré a la sala y levantaré el dedo señalando a Navarro y compañia y contaré con pelos y señales todo cuanto ví. Con ella estaban Don Lorenzo y Raquel, Paco y Lucas desde comisaría intentaban localizar la llamada. Mientras las palabras salían de la boca de Pepa, todos tensos aguardaban la respuesta. Hombre: la llamaremos desde un teléfono más seguro y confío que podremos llegar a un acuerdo. Colgó. Don Lorenzo a su móvil: y bien??. Pepa y Raquel a la espera. Don Lorenzo viendo para ellas: no ha dado tiempo. Pepa: joder!!! Y segundo por la nueva desaparición de Van, el perro en cuanto estuvo recuperado medianamente de sus heridas en un descuido salió del piso. Se le había escurrido a Paco que contrariado se disculpaba con su hermana. Pepa: tranquilo Paco.., volverá.., ya lo ha hecho una vez.. Pero Pepa no entendía del todo la actitud de su perro, pensó que quizás Van después de todo seguía una pista, pero él solo no podía hacer nada. Van lo sabía, pero antes de hacer que Pepa lo siguiera tenía que estar seguro del camino, y por eso se había escapado, si dudaba mientras hacía que su dueña le siguiese a lo mejor esta desistía y le hacía volver a casa, hizo de nuevo la ruta que siguió el coche, en esta ocasión había sido más precavido y remarcaba sus rastros en los semáforos, seguía huyendo de la gente, pero sus pasos no eran los de un perro perdido, sino más bien los de un cazador tras su rastro. Pepa al día siguiente recibió varias llamadas de los secuestradores, ella puso sus condiciones y ellos las suyas, antes de sellar el pacto, quiso hablar nuevamente con su mujer, pero esta vez no sólo quería escuchar como decía su nombre. Silvia estaba sentada, con naia sobre su pecho, ambas a oscuras, pero en esa oscuridad Silvia había establecido una comunicación con su hija basada en el contacto, la tenía siempre en brazos, le susurra canciones, la sentaba en su regazo y jugaba con ella, le hacía cosquillas, naia en sus escasos 2 meses dormía a ratos, y Silvia no hacía otra cosa que estar pendiente de ella. Se abrió la puerta, uno de los hombres entró mientras otro se quedaba en el umbral, era el procedimiento normal, de esa forma la luz que llegaba del pasillo permitía iluminar medianamente la estancia. El hombre avanzó hasta Silvia: tienes un minuto para hablar con tu mujer – antes de dejarle el móvil, habló él advirtiendo que pondría el manos libres. Pepa: Silvia?? Silvia: cariño... Pepa con inquietud: estas bien? Silvia respondió rápido: si.., estamos bien. Pepa dominando su desesperación: aguanta...por favor.... Silvia, queriendo parecer los más tranquila posible, repitió: estamos bien cariño, sé que estás haciendo todo lo posible. Pepa: está naia contigo?. Silvia: siempre conmigo - naia emitió unos gorgoritos, haciéndose notar – la escuchas? Pepa: si.. El hombre le quitó el móvil: suficiente - quitó el manos libres y habló – inspectora hemos cumplido ahora le toca a usted. Salió de la habitación. Don Lorenzo y Paco abrazaron a Pepa que después de finalizada la conversación, aunque intentaba controlarse empezó a llorar. Un par de horas más tarde llegó Lucas y a sus pies venía van. Lucas: me lo he encontrado en la puerta esperando. Paco le riñó: chucho no te vuelvas a escapar. Pero van lo ignoró, se fue directo a Pepa y comenzó a ladrarle, no paraba así que Pepa se agachó. Pepa: calla van, enzo está dormido. El perro le ponía la pata e insistía en sus ladridos. Enzo apareció en pijama: vani!!!. El niño también sabía que el perro había desaparecido por segunda vez, por lo que al oirlo, no había dudado en salir de cama. Van se acercó a él, recibio los besos y abrazos de su pequeño dueño y le dio varios lambetazos. Pepa quiso coger a enzo en brazos: venga a dormir. Enzo: quero estar con van, un poquito, un poquito. Pepa: que te parece si van se queda contigo a dormir?? Enzo: si, si. Pepa: venga van al cuarto. El perro los siguió, no le venía mal descansar un poco. A la mañana siguiente. Pepa se había quedado adormilada, enzo su lado dormía placidamente, sentía como si algo le estuviera mordiendo los dedos de su mano izquierda que colgaba fuera del colchón. Abrió los ojos, era van. Pepa: para van. Van sin embargo mordió la sábana y tiró de ella. Pepa: pero que... El perro salió corriendo de la habitación. Pepa ya completamente despierta se dio una ducha rápida, cuando salía de la habitación observó que van volvía, y detrás de él Raquel. Pepa: te ha despertado??. Raquel: casi me ha echado de la cama. Van empezó a ladrar. Pepa: van calla. El perro se acercó a Pepa y después fue hacia la puerta, volvió a junta Pepa y otra vez a la puerta. Raquel miraba su corto recorrido: quiere salir otra vez.. Pepa: no lo voy a dejar.. Van esta vez se subió a las rodillas de Pepa y mordió suavemente sus pantalones. Raquel: a mí me parece que esta vez quiere compañia. Mar apareció por el pasillo: que pasa??. Raquel cogía su cazadora y su arma del colgador de la entrada y hacía lo propio con las de Pepa: vamos? Raquel hacia Mar: parece que van quiere enseñarnos algo.. puedes quedarte con enzo?. Mar: tardáis?, tengo una operación importante en 3 horas. Pepa: aviso a Paco para que venga hasta aquí, puedes esperar. Mar: claro.. tener cuidado. Raquel se acercó a ella y se besaron: seguro que estamos de vuelta antes de que te vayas. Mar le sonrió y repitió: tener cuidado – se besaron de nuevo. En cuanto salieron a la calle van se puso a andar, primero dirección al parque, llegó al punto donde habían encontrado el carrito y entonces se fue hacia la carretera. Pepa: Van cuidado!. Pero el perro no tenía intención de cruzar la calle, se pegó a los coches aparcados a la derecha y con el hocico en tierra empezó a avanzar. Raquel y ella se pusieron detrás. Cuando llevaban varias calles y no precisamente en linea recta. Raquel: está haciendo el recorrido de un coche. Pepa: me he dado cuenta – se sacó el móvil, llamó a su suegro pero en ese momento estaba con Marina, simplemente le dijo que seguían una pista y lo volverían a llamar. Mientras seguían a Van, Pepa y Raquel apenas cruzaban palabras, ambas iban pensando en mil y una cosas, pero sobre todo, en que esta era la única oportunidad sólida de encontrar a Silvia antes de que Pepa tuviera que testificar nuevamente. Porque el hijo de puta de Navarro no había ido a por ella directamente?, se preguntaba Pepa, la respuesta era evidente, quería darle una lección por haberlo tenido durante ese tiempo encarcelado, así que allí estaba detrás de su fiel perro y deseando que el animal las estuviese guiando hacia su mujer. Van levantó por fin la nariz del asfalto, y ya con la cabeza en alto se paró delante de un edificio en plena plaza de carabanchel. Pepa se lo quedó mirando, se frotó la cara: esto es una locura. Raquel viendo para el animal y luego para Pepa: lleva más de 2 horas caminando….. Y se había parado, ahora, delante de aquel edificio, en ningún momento en toda su carrera lo había hecho antes. Pepa: ha estado perdido casi 2 días reich... Raquel: quizás perdió el rastro, se desorientó, Pepa..., no ha dudado ni se ha parado hasta ahora. Pepa tenía que confiar en su perro: vale, entramos.. No hizo falta decirle nada al perro, Van se puso nuevamente en marcha, subieron varios pisos por las escaleras y entonces se paró nuevamente delante de una puerta, gimió, puso la pata en la puerta y vio con ojos suplicantes a su ama. Los corazones de Pepa y Raquel empezaban a bombear a mayor velocidad. Raquel sacó su móvil. Raquel: mierda no tenemos cobertura. Escucharon el ascensor.. Pepa: rápido al siguiente descansillo. Se escondieron escaleras arriba. El ascensor se abrió y de él salió un tío no demasiado corpulento, Pepa y Raquel se dirigieron una rápida mirada, Pepa puso una mano en el lomo de Van para que este no hiciera el más mínimo sonido, notó bajo sus dedos toda la tensión del animal, era evidente que lo conocía, y no le gustaba. Cuando el hombre llegó a la puerta e introducía la llave en la cerradura, Raquel y Pepa bajaron con sigilo, mientras Raquel le tapaba la boca, Pepa descargaba un fuerte golpe con su pistola en su cabeza, apenas hicieron ruido alguno, dejaron el cuerpo en el descansillo de las escaleras, si alguien subia o bajaba lo verían, pero no tenían tiempo de esconderlo mejor. Entraron en el piso, se escuchaban voces al fondo, de varias personas. Raquel levantó 3 dedos, indicando a Pepa cuantos creía que había oído. Podían sorprenderlos aunque dificilmente evitarían que se produjera un tiroteo, además cabía la posibilidad de que hubiera alguien más y ellas 2 solas no podrían hacer frente a tantos. Pepa levantó su mano, la dirigió a sus ojos y después hacia adelante. Raquel asintió, vale, iban a revisar las primeras puertas que tenían más cerca. Era una locura, pero habían llegado hasta tan lejos que ahora ninguna de las 2 retrocedería a esperar refuerzos. A medida que se fueron moviendo, Van se salió de entre las piernas de ellas, de forma silenciosa y otra vez con el hocico pegado al suelo se les adelantó, ni siquiera hacía ruido con las uñas en contacto con las baldosas, las escondía entre sus almohadillas, ese truco lo hacía desde bien pequeño cuando se intentaba colar en la habitación de Pepa, o cuando pasaba a hurtadillas desde la cocina al cuarto de enzo.. Las 2 primeras puertas que abrieron estaban vacías, una era una habitación y la otra un baño. A la izquierda se abría un pequeño pasillo y hacía allí se fue Van, ambas lo siguieron, un pequeño distribuidor y 2 puertas más, no era necesario ver en cual se había parado el perro, tenía un candado por fuera, era evidente que algo guardaban allí que no querían que saliese, la tensión de Pepa y Raquel aumentó, ésta última buscó en el interior de su cazadora y sacó una pequeña carterita, se la mostró a Pepa, en ella había varias ganzúas. Pepa retrocedió sobre sus pasos y se quedó vigilando por si alguien salía de la estancia del fondo. Apenas un minuto después el candado permanecía colgando sobre uno de los ganchos pero abierto. Raquel le hizo un gesto a Pepa que se acercó, la atrajó hacia así y en su oreja. Raquel con voz muy apagada: entra tú, parece estar a oscuras, no enciendas nada y habla lo más bajo posible, yo cerraré la puerta y me quedaré fuera a vigilar, salir cuanto antes. Silvia estaba sentada sobre el colchón, había escuchado que andaban en la puerta, por eso mantenía a su hija abrazada a ella, por puro instinto de protección. La puerta se entreabrió muy despacio, una figura alta con igual calma se introducía en la habitación, Silvia no habló, apretó más contra sí a naia. La persona ya estaba casi dentro, como en la habitación no había luz, normalmente dejaban la puerta abierta y mientras uno entraba, otro vigilaba desde fuera, que pretendían hacer esta vez??. Cuando Silvia comprobó que la puerta se cerraba: que pa.. Pepa: shhh... Silvia se quedó muda, no podía ser..., era... era la voz de Pepa, todo su cuerpo se agitó. Pepa tensa, se acercó rápido hacia donde había sonado la voz de Silvia, la habitación estaba completamente a oscuras. Pepa susurrando: Sil.. no te veo.... – impaciente, las manos por delante para intentar localizarla. Silvia levantó una mano: estoy en el suelo.. sobre un colchón.. Pepa pisó el colchón, se arrodilló, encontró la mano de Silvia, y Silvia notó las 2 manos de Pepa, el contacto de ambas las hizo recuperar una calma perdida hacía días, un poco más, Pepa notó un cuerpecito, naia hizo unos gorgoritos y detrás de ella Silvia, Silvia notó como el cuerpo de Pepa se acercaba, se abrazaron con la niña en el medio, las manos de Pepa buscaron la cara de Silvia, y Silvia notó unos labios que se posaban en su boca. Pepa se apartó ligeramente: estáis bien??, dime que estáis bien?? – desesperada, sus manos estaban a ambos lados de la cara de Silvia. Silvia intentando tranquilizarla: si cariño..., estamos bien..., como.., como nos has localizado??. Pepa: Van me ha traido hasta aquí.. Se volvieron a besar.. Pepa: tenemos que salir.., rápido, Raquel nos espera fuera. Silvia se levantó con la ayuda de Pepa, ésta le dio un beso en la cabecita a su niña. Pepa: llorará?? Silvia buscó: espera, le pongo el chupete - naia lo tenía colgando, se lo puso en la boca, besó a su hija – mi niña va a estar calladita... – la volvió a besar y la pegó más a ella. Para Pepa no pasaron desapercibidos todos esos gestos de cariño, la actitud de Silvia había cambiado con respecto a la niña, y Pepa se sintió alegre, a pesar de las circunstancias.... Llegaron a la puerta, Pepa abrió lo más lentamente posible, en cuanto Raquel la vio le hizo un gesto para que saliese, ayudó a Silvia y mientras Raquel mantenía su posición, ellas fueron hacia la puerta de salida. Salieron de forma apresurada de aquel piso, Silvia con naia en brazos, Pepa abriendo camino y Raquel cubriendo sus espaldas, tenían que salir de allí lo más rápido posible, tenían que llegar a la calle, allí podrían pedir ayuda. Bajaron por las escaleras, Van Gogh el primero de la expedición. Franquearon la puerta de salida del edificio, a Silvia el resplandor del sol que se apagaba con la llegada del anochecer la cegó momentáneamente, habían sido 4 días en casi completa oscuridad y ahora esos rayos aunque débiles picaban demasiado en sus retinas, Pepa la sujetó por la cintura y la ayudó a caminar. El hombre que yacía en el descansillo, despertaba, aturdido por el golpe en la cabeza se fue tambaleando hacia la puerta del piso, allí gritó por sus compañeros, aparecieron 2 de la habitación del fondo, uno de ellos al verlo inmediatamente fue hacia la habitación donde tenían a la rehén, pero en cuanto hizo la curva vio el candado abierto, dio la voz de alarma y dejando atrás al golpeado salió por la puerta seguido de cerca por otros 2 compañeros. Raquel estaba hablando por el móvil con Don Lorenzo: hemos encontrado a Silvia – no le dejó hablar - estamos en la plaza de carabanchel, necesitamos un coche patrulla ya!!. Tanto Pepa como Raquel, habían guardado sus pistolas, intentaban pasar desapercibidas, en principio parecían unas simples mujeres con un bebé en brazos y un perro que cruzaban la plaza. Pero cuando llegaban a la otra acera, Raquel que iba detrás comprobó como salían 2 hombres de forma desordenada del edificio. Raquel: Pepa a cubierto. Mientras se escondían detrás de un coche comenzaron los disparos. Don Lorenzo dejó a Marina practicamente hablando sóla y a gritos llamó a Paco, esté cuando Pepa le llamó ya estaba en una reunión con la comandante y para que no sospechara por su ausencia envió a Sara a cuidar a enzo. En apenas 2 minutos salían de comisaría, la patrulla más cercana estaba avisada e iba también a toda velocidad hacia la plaza de Carabanchel. El tercer hombre salió del edificio cuando Raquel, junto con Silvia y Pepa estaban poniéndose a cubierto de las balas de sus compañeros, por lo que aprovechó esa ventaja para desplazarse hacia un lado, su intención sorprenderlas desde otro ángulo. Pepa mantenía pegadas a Silvia con naia en brazos en torno a su cuerpo. Raquel: nos quedamos aquí hasta que llegue tu suegro. Pepa asintió, cualquier intento de desplazamiento, bajo ese tiroteo sería un suicidio. Raquel intentó asomar la cabeza y una bala le pasó rozando, se agachó nuevamente. Pepa: reich!! Joder!!, ten cuidado. Raquel apoyada en el coche: tranquilas está todo controlado.. Silvia se la quedó viendo. Raquel: bueno.., más o menos – le guiñó un ojo. Escucharon las sirenas de una patrulla. Pepa: en breve seremos mayoría - se movió y consiguió ver a los 2 pistoleros y como uno parecía que al haber escuchado que llegaba la polocía pretendía huir. Pepa: uno se va a mover – había dejado de disparar. Raquel sacó también un poco la cabeza, ella estaba en mejor posición: déjame a mí. En cuanto el tipo se movió, Raquel desplazó su cuerpo en una maniobra bastante arriesgada pero le acertó de lleno. Raquel nuevamente detrás del coche: uno menos. Una patrulla apareció en la plaza y mientras Pepa gritaba “Aquí Policía “, aparecía un segundo coche sin distintivos, pero que Silvia reconoció como el de su padre. Los policías de la patrulla salieron disparando contra el hombre que permanecía escondido, y Don Lorenzo y Paco bajaban del coche a la espera de acercarse a la posición de las chicas. Los disparos cesaron, un policía reducía al sospechoso, mientras su compañero le guardaba las espaldas. Creyéndose a salvo. Raquel: venga. Pepa junto con Silvia comenzaron a andar hacia el coche donde estaban su hermano y el comisario, Van a sus pies. Entonces ese tercer hombre que hasta ahora había permanecido oculto salió de entre 2 coches. Lo vió primero Raquel, sin embargo sólo tuvo tiempo de gritar: cuidado!!. Pepa de forma instintiva se puso delante de Silvia y naia. Pero cuando aquel tipo empezó a disparar Raquel se había movido delante de ellas. Varios disparos por parte del hombre impactaron en el cuerpo de Raquel, y varias réplicas por parte de las pistolas de Don Lorenzo, Paco y Pepa acabaron en el cuerpo de aquel individuo. Raquel por los impactos fue desplazada hacia atrás y prácticamente cayó en brazos de Pepa. Pepa: reich..!!! Paco y Don Lorenzo se acercaron inmediatamente, ayudaron a Pepa y juntos pusieron a Raquel en el suelo. Raquel se quejó: auhj!!. Pepa murmuraba sabiendo que no llevaba chaleco: mierda, mierda - mientras le abría la cazadora. 3 impactos, todos hacia el lado derecho del pecho, de los cuales salían borbotones de sangre, Pepa intentó con las manos taponarlos, vio para Raquel y la mirada de ella la dejó helada. Silvia: déjame Pepa!! Silvia la estaba intentando apartar pero Pepa no se daba cuenta. Don Lorenzo: Pepa!! – la apartó. Silvia: cógela Paco – le pasó a la niña. Silvia se arrodilló ante Raquel: reich!!. Con manos profesionales hizo girones con su propia ropa y las introdujo en las heridas sangrantes, provocando ahogados gemidos de dolor de Raquel. Silvia vio para ella: Reich, aguanta!! – la mirada que había paralizado a Pepa, seguía en la cara de Raquel – aguanta, me oyes!!. Raquel intentó hablar, pero en su lugar salieron pequeños borbotones de sangre. Silvia: Papá ayúdame!, hay que tumbarla sobre el costado derecho, se está ahogando. Pepa con las manos ensangrentadas, veía impotente como su mujer intentaba salvar a su mejor amiga, llegaron los sonidos inconfundibles de una ambulancia. En cuanto los del samur pusieron un pie en tierra, Silvia pidió a gritos un bisturí. Tenían que liberar sangre del pulmón, aquello era una sangría, mientras Silvia rajaba el costaba de Raquel, el médico del samur ponía una vía central y le bombeaba aire. Subió con ellos en la ambulancia y Pepa también. Don Lorenzo y Paco con naia en brazos gritaron que les habrían paso con el coche patrulla, Van se introdujo en el interior del vehículo. Pepa pegada a la pared de la ambulancia veía como Silvia y los demás se afanaban en mantener a Raquel, ella seguía consciente, increiblemente seguía aguantando.. Mar había acabado la operación y junto con su antiguo jefe se dirigían a cafetería, cuando entraban, los buscas de varios médicos de urgencias sonaron. Mar se sintió intranquila. Jefe: estás bien?. Mar: podemos saber que pasa?. Jefe: si – se acercó a un teléfono, al colgar – un policia herido de bala. Mar: tengo que ir a urgencias. Su ex jefe sabía que Mar salía con una mujer policía, y que tenía varias amigas en el cuerpo. Jefe: tranquila, no tienen porque ser ellas. Pero si podían porque ellas habían salido por la mañana y Mar no sabía muy bien a donde y a qué. A la entrada de urgencias se originó un pequeño tumulto entre los médicos que esperaban la llegada de la ambulancia y las personas que bajaban del vehículo, Pepa escuchó en apenas segundos una retaíla de términos médicos que definían el estado en el que se encontraba Raquel, sólo reconoció una orden. Médico: a quirófano ya!!!. Mar iba por el pasillo hacia los boxes cuando las puertas se abrieron y una tromba de gente en torno a una camilla aparecieron, pudo ver a Pepa cuya altura la hacía sobresalir de entre los demás, ella también la vio. Pepa al seguir la camilla y entrar a un pasillo, levantó la cabeza, se encontró con la mirada de Mar, volvió a ver para la camilla. Mar se dio cuenta del gesto, casi sobre el paciente estaba Silvia y entonces distinguió la cabeza de Raquel..... Mar: Raquel!!! Corrió hacia la camilla, y los que llevaban la camilla corrían hacia ella pues el camino de los quirófanos estaba en su dirección. Mar se hizo sitio, ayudada en parte por su jefe, en breves segundos y ante sus preguntas le indicaron el estado de su novia. Raquel que seguía despierta se dio cuenta de que estaba allí e intentó hablar: Maaa...r..ajjj. – la sangre se lo impedía. Le dolía todo.. Mar le acarició la cara: no hables mi amor.., tranquila.. – comenzó a llorar. Silvia le cogio una mano a Mar, y ésta contuvo sus lágrimas. Raquel lo intentó nuevamente: lojjj, siejjjj... Mar: no..., no.. calla.., vas a salir de esta.. Subieron en el ascensor y desde ahí entraron raudos al quirófano. Impidieron el acceso de Silvia pero con Mar no pudieron, ella estaba agarrada a Raquel y no habrían podido separarla de ella. El antiguo jefe de Mar junto con otro colega daba órdenes, comenzaron a poner vías, y conectarla a distintos aparatos. Mar seguía hablándole a Raquel: no puedes dejarme..., no ahora....cariño.. A Raquel los ojos comenzaban a desenfocárseles: tengjjj, otra deujjjjda, pendie.jjjjte.. Mar la cogió de la cara: mírame!!!, mírame!!. Raquel hizo un último esfuerzo y la miró. Ya no le dolía nada... Mar: me lo prometiste reich.... – veía que los ojos se le apagaban y la besó. Los pitidos hasta ahora rítmicos fueron sustituidos por uno constante. Jefe: Mar!, aparta!! - las palas en las manos. El anestesista apartó a Mar y su jefe dio la primera descarga sobre el cuerpo de Raquel.., su cuerpo convulsionó hacia arriba, el pitido seguía siendo constante. Nuevas indicaciones del médico y una nueva carga. Pitidos rítmicos pero lentos. Anestesista: está de vuelta.. Médico: empezamos a operar chicos – hacia Mar – si quieres intervenir ve a lavarte. Mar no lo dudó, salió a la salita anexa y veloz se aseó, volvió apenas 1 minuto después. Su ex jefe y otro compañero ya habían abierto a Raquel, se afanaban en localizar las balas y taponar todo cuanto encontraban a su paso. El anestesista iba cantando las constantes y otros auxiliares el número de transfusiones que llevaba. Anestesista: baja la tensión. Médico: poner otra vía con más sangre, joder!, así como entra se nos está yendo, Mar cose por ahí, rápido. Silvia y Pepa se habían quedado pegadas a las puertas del quirófano, llevaban así unos minutos, Silvia le pasó el brazo por la cintura a su mujer y Pepa hizo lo propio por los hombros. Pepa: Sil.. dame esperanzas... Silvia: la conoces cariño, luchará... Apretó más a Silvia contra ella. Parecía que ellos ganaban, parecía que todas las balas estaban fueran, y cosían vasos y tejido dañado, parecía que Raquel aguantaba y entonces.. Anestesista: cae la tensión..., presión arterial bajo mínimos. Médico: eso es que sigue sangrando, por donde joder?? Una enfermera: señor.. – le indicaba sus zapatos. El médico estaba situado en el costado izquierdo: que coño – al ver el charco de sangre – ayudarme!. Entre todos la levantaron ligeramente. Médico: me cago en la puta!, hay otro orificio. La volvieron a la posición original, una tercera bala que había entrado por el costado derecho se había ido desplazando hasta el costado izquierdo cerca del corazón. Médico a su otro colega: vamos con cuidado. Con la presión de las constantes que iba marcando el anestesista, ambos médicos pusieron toda su pericia en localizar la bala. Mar: la veo!. Su ex jefe asintió, al verla también: sácala. Lo hizo y entonces, antes incluso de que la máquina pitase. Anestesista: se nos va!!!. Ambos médicos y Mar vieron como el corazón en aquel pecho abierto se paraba. Médico: palas! Primera descarga.., nada. Segunda descarga..., nada. Mar vio para su ex jefe. Médico: mantener oxigeno!. Tercera descarga..., nada. Médico: pasamos a masaje manual. Mar: se lo haré yo. Mientras Mar posaba sus manos a ambos lados del corazón de Raquel, sus colegas no dejaban de introducir todo tipo de sustancias en el cuerpo de su novia. Se fijó en que una enfermera contabilizaba viendo para el reloj el tiempo que llevaba en parada. Mar tenía debajo de su cara la de Raquel y a ella le habló: vamos!!!, vuelve!!!, vuelve a mí!!. Los minutos corrían y la desesperación aumentaba. Mar: reich!!, vuelve!! Sintió un leve movimiento entre sus dedos, creyó no provocado por ella misma, pero no dejó de masajear el corazón. La pantalla cambió el pítido constante, un leve latido. Mar: así mi vida... Otro leve movimiento, y en la pantalla otro leve pitido, un nuevo latido. Y todos prestaron atención a las manos de Mar y al corazón que entre ellas parecía que volvía a latir debilmente. Médico: Mar suéltalo.. Mar no quería, sabía porque se lo pedía su jefe, los latidos, podían ser simplemente reflejos como consecuencia del masaje que estaba practicando ella. Médico: tienes que hacerlo. Mar aguantaba sus lágrimas, su angustía, entre sus manos tenía su vida entera: cariño..., hazlo por mí., tú sola.. Poco a poco fue apartándose..., estaba fuera del todo.. Anestesista: sigue latiendo. Médico: venga, rápido, reparemos lo que queda y cerramos. Mar se fue alejando de la zona centro de la camilla para situarse en la cabecera, allí se agachó y besó en la mejilla a Raquel. Mar: sabía que no me dejarías.., te quiero... – le acarició la frente y así estuvo hasta que sus compañeros acabaron. Habían pasado horas y esas horas Silvia y Pepa seguían en el mismo sitio, las puertas del quirófano se abrieron. Salieron el ex jefe de Mar y ella. Pepa y Silvia aguardaron. Mar sólo pudo decir: sigue viva.... Pepa y Silvia la abrazaron y Mar empezó a llorar. Silvia: se recuperará Mar, lo hará.. Pepa abrazada a ambas dejaba que sus lágrimas corriesen por sus mejillas. Después un poco más tranquila. Mar: si esta viva es por tí Silvia, no habría aguantado hasta el hospital. Silvia: todo lo ha hecho ella, no se ha dejado vencer. Pepa en un respetuoso silencio las escuchaba. Mar: tengo que avisar a sus.. Pepa se adelantó: déjame que lo haga yo, así podrás estar con Raquel. Mar se levantó: gracias, voy con ella. Mar volvía a la UCI acompañada de Antonio y Carmen, al ver que Raquel tenía puesta una mascarilla se alarmó, el médico se adelantó a su pregunta. Médico: tiene escasa capacidad pulmonar – era normal, después de haber recibido 3 impactos de balas - le he puesto la mascarilla para facilitarle la inhalación de oxígeno. Se disculpó para atender a otros pacientes. Raquel seguía despierta, Carmen se puso al lado izquierdo de su hija y Antonio al derecho, ambos le cogieron una mano. Carmen se inclinó hacia su hija, le acarició la cara y le besó los ojos, con una sonrisa, le habló. Carmen: hola tesoro, estamos todos aquí. Raquel asintió. Antonio también besó a su hija: tus hermanas estan deseando entrar para achucharte, así que tienes que salir de aquí cuanto antes. Raquel apretó sus manos con las de ellos. Carmen levantó la que tenía sujeta con las suyas, al notar que su hija hacía fuerza: así cariño.. Mar que estaba pendiente de los 3, se dio cuenta de que Antonio ponía un gesto extraño y se quedó viendo para la mano derecha que él sostenía. Mar: Antonio? – él se giró hacia Mar, y ella confirmó su sospecha. Mar se acercó a la cama: cariño – le cogió la mano que sostenía Antonio – quiero que aprietes. Raquel así lo hizo. Mar: muy bien cariño – se fue hacia el lado de Carmen – ahora con esta mano. Después le pidió que empujase con ambas piernas, cuando lo estaba haciendo con la derecha, Carmen se dio cuenta de que pasaba, Raquel no pudo mover la pierna, ella no pareció ser consciente. Mar sin dejar notar en su voz ningún tipo de emoción: muy bien, amor – utilizó la mejor de las excusas para salir – es el tiempo, tus padres tienen que salir, vuelvo en un rato – le acarició la cara y la besó – quiero que descanses vale? – la besó nuevamente. Sus padres también se despidieron con nuevos besos y un abrazo largo. Cuando salían de la UCI, Mar llamó al médico. Médico: dime Mar. Mar: tiene hipotonía en el lado derecho, más acusado en la extremidad inferior, pero también afecta a la articulación superior. Médico: tenemos previsto un nuevo tac para dentro de una hora. Mar: avisarme cuando le hagáis la prueba. Cuando el médico se alejó. Antonio: que le pasa hija?. Mar: su corazón se paró en 2 ocasiones, y en una de ellas estuvo bastantes minutos sin respirar, y durante ese lapsus, en el cerebro se puede haber producido algún pequeño derrame, los primeros tacs daban indicios de un ictus, y una de las secuelas es parálisis en un lado del cuerpo. Carmen y Antonio no hicieron más preguntas. Mar amplió la información: ahora está plenamente consciente, este tac que le vamos a hacer nos dará resultados más claros. Antonio: es irreversible?. Mar no quiso ni ella misma pensar en esa posibilidad: no..- le cogió las manos a ambos – vamos a esperar al tac, vale?, las parálisis físicas se recuperan casi completamente con rehabilitación. Cuando se reunieron con las hermanas de Raquel y con Silvia y Pepa, Mar les informó de la parálisis, por ahora las visitas a la UCI seguían siendo muy restringidas y todas acordaron que siguieran entrando siempre que pudiesen, sus padres. 2 horas después del tac, el diágnostico se confirmaba, tenía una huella cerebral de un daño isquémico, la parálisis se acentuaba a medida que bajaba su centro de gravedad. Pepa: está fuera de peligro?, es decir no va a .. Mar: todas las demás pruebas son buenas, las heridas se están curando bien, por tanto no hay riesgo de fallo orgánico. Llevaban en el hospital ya no sabían exactamente cuanto, 36 - 48 horas seguidas, en todos, las caras evidenciaban el cansancio que estaban acumulando. Estaban todos juntos en la cafetería. Mar insistió en que debían salir del hospital y dormir un poco. Con la mirada pidió apoyo a Silvia. Silvia: Raquel está bien, recuperándose y sin embargo nosotros, dentro de poco empezaremos a caernos de puro cansancio y no seremos muy útiles. Mar: cuando la suban a planta podréis estar con ella todo el tiempo. Pepa y Silvia ofrecieron su casa, los primeros que irían a descansar serían Antonio, Carmen y ellas, sus hermanas se quedaban. El ánimo del grupo había subido notablemente, Raquel estaba fuera de peligro y eso eran unas noticias estupendas, aunque el tema de la parálisis seguía ahí, éste era un contratiempo que habiendo sobrevivido a 3 balas estaban convencidos que sería capaz de superar. Avisaron a Lola de que iban para casa. Cuando llegaron Silvia y Pepa dejaron a Antonio y Carmen con Lola y Paco, ellas se excusaron para ir a la habitación donde estaba Sara contándole un cuento a enzo y naia. Durante esos días, Lola y los demás intentaron por todos los medios no romper demasiado la rutina de los niños, eran casi las nueve de la noche, hora de dormir. Abrieron la puerta levemente intentando no hacer ruído pero enzo estaba todavía muy despierto, así que en cuanto las vió, sus ojos azules se abrieron como platos. Enzo: mamis!!! – empezaba a levantarse de la cama. Sara se dio la vuelta. Cuando ellas se acercaron, enzo dio un salto y Pepa lo cogió al vuelo. Pepa: hola guapo. Enzo alegre repartía besos, se pasó en pocos segundos de los brazos de una a la otra en varias ocasiones. Sara como pudo también consiguió abrazar a sus tías. Silvia con el niño en brazos: pero que nervio..., nos has echado mucho de menos??. Enzo: mucho, mucho – se puso serio – no quero que os vayáis más. Pepa besó la cabeza de su hijo: no nos vamos cariño, se acabó. Sara abrazada a Pepa: que tal Raquel?. Pepa: fuera de peligro, nos hemos traido a Antonio y Carmen. Sara: me alegro, os dejo solas, así voy a saludar a sus padres. Silvia recibió un abrazo de su sobrina. Sara: todo bien tita?. Silvia: muy bien sobri, ya todo ha pasado.. Se quedaron a solas. Enzo al acordarse de su compañera de cuarto, quiso bajarse del colo de Silvia: mamis, mamis!! Silvia: que cariño.. – lo dejó bajar. Enzo se encaminó a la cuna: naia duerme conmigo. Lola y Sara pensaron que ante la ausencia de sus mamas era buena idea que enzo y su hermana durmieran juntos. Se acercó, la niña se había despertado pero no lloraba, enzo pasó un bracito por los barrotes y le cogió una mano. Enzo: no habla – viendo para sus mamis – pero se ríe mucho conmigo. A Silvia y Pepa se le cayó la baba literalmente, tenían un hijo que era un sol. Se acercaron a la cuna. Pepa vio para Silvia y ella fue la que sacó a la niña, la puso sobre su pecho. Silvia: hola preciosa.. La niña hizo unos gorgoritos más audibles y manoteo en el aire. Enzo: te ha reconocido mami!. Pepa sonrió: así?? – cogió a enzo en el colo – me reconocerá a mí?. Enzo: claro... Pepa se acercó a naia, le habló muy cerquita: hola guapa – le dio un beso - quien soy?. La niña emitió otros sonidos. Enzo en brazos de Pepa: mama!!, ha dicho mama!!. Silvia y Pepa se rieron. Pusieron a naia en la cama de enzo, él gateó hasta ponerse cerca de su hermana. Pepa se estaba sentando en la cama apoyando su espalda en la pared: ven – le dio la mano a Silvia. Ella se recostó sobre el pecho de su mujer, Pepa la abrazó desde atrás, las manos de Silvia atraparon las de Pepa y sintió un ligero beso en la cabeza, estaban de nuevo en casa. Estuvieron así abrazadas, mientras enzo les contaba cosas de naia, lo que hacía, no hacía, lo que le gustaba, no gustaba. Pepa y Silvia alucinaban, era un torbellino de palabras, pero lo mejor es que hablaba con auténtica pasión de su hermanita, no había ni rastro de celos, quizás la ausencia de sus madres había propiciado que aquella pelusilla inicial hubiera desaparecido. Pepa vio para su reloj, eran casi las diez. Aunque Carmen y Antonio seguro que estaban perfectamente atendidos por Lola y los demás, deberían volver con ellos, pero tampoco se quería ir del lado de sus hijos, ahora completamente despiertos, por la mirada que intercambió con su mujer, ella tampoco. Silvia: aún no conocen a naia. Pepa: vamos entonces? – con ellos se sobreentendía. Silvia asintió. En el hospital. Raquel ya estaba plenamente consciente. El dolor se había mitigado de forma considerable, y aunque seguía sin tener demasiada capacidad para meter aire en sus pulmones, había desaparecido la sensación de ahogo constante. Mar iba y venía, su ex jefe la había enviado a dormir en alguna ocasión porque era imposible que aguantase aquel ritmo, incluso habían dispuesto para las hermanas de Raquel una pequeña zona con una cama para que también ellas pudieran descansar. Ahora mismo Raquel veía para el techo, mientras, Mar a los pies de la cama comentaba los últimos gráficos con el jefe de la UCI. Supo que Mar se quedaba sola, se llevó la mano a la mascarilla pero antes de conseguir retirarla, la mano de Mar se puso encima. Mar: no te la quites.. Raquel: Maarr... – su propia voz le sonó rara, incluso como de forma arrastrada salieron las sílabas, se quedó viendo para su novia. Mar esperó. Raquel: cooomo.... estas? – le seguía temblando la voz. Mar sonrió, hizo el gesto de cachearse el cuerpo: veamos, no he recibido ningún impacto de bala.... Raquel movió su mano izquierda, queriendo que dejase de hablar: ven... Mar se agachó y Raquel con su mano izquierda acarició el rostro de su novia. Raquel: sieeeento el susto... Mar no puedo evitar que unas lágrimas cayesen de sus ojos, Raquel se las limpió, y con su mano ejerció la justa presión en su nuca para que Mar bajase todavía más, y su rostro se hundiese en la base del cuello de Raquel, se abrazó a ella. Raquel a su oído: meee pondré bien..., ya noooo te preocupes más.. Mar era la médico, la que había visto como se iba 2 veces, la que leía a todas horas sus informes, desde hacía que, 3 días?, ya no lo sabía exactamente, y simplemente Raquel le decía que no se preocupase y ella, se olvidaba??, no, no podía olvidarse.., se separó un poco, pero antes de que pudiera objetar algo. Raquel: ooss he oído, sé looo que me vas a decirr – movió lo que pudo su mano derecha – yaaa me he dado cuenta, me cuesteee lo que me cuesteeee – se quedó sin voz, hizo una pausa. Mar: vale, vale – le retiró un momento la mascarilla para darle un beso - me ha quedado claro, tengo que dejarte descansar. Raquel no quería que se fuese, de alguna forma desde que era plenamente consciente de su situación y de lo mal que se lo había hecho pasar a Mar, temía que ella dudase sobre su futuro juntas. Pero Mar había tenido una charla muy enriquecedora con Carmen, cuando se vino abajo y ella y su marido la consolaron. No dudó en ningún momento que su futuro estaba con Raquel, pero sí necesitaba las sabias palabras de Carmen, para asumir su vida con ella. No podría nunca echarle en cara las consecuencias de un operativo, el que se pusiese en primera fila, el que protegiese a quién iba con ella, porque así era Raquel..., y así era su trabajo... Mar: estoy contigo cariño.., siempre.., luego vuelvo con tus hermanas. Pepa llevaba de la mano a enzo y Silvia en brazos a naia, las voces que se escuchaban indicaban que estaban todos en la cocina. Abrieron la puerta. Lucas y Sara estaban de pie poniéndose los abrigos, parecía que se iban, Lola, Paco, Carmen y Antonio sentados a la mesa charlaban. Carmen viendo quienes entraban: pero no me digas que esa cosita..?? Silvia: sé que Pepa os mandó alguna foto... Antonio: y este niño tan mayor?? Enzo se agarró a las piernas de Pepa como con vergüenza. Pepa se agachó: no te acuerdas de Antonio?. Enzo negó. Pepa: es el papá de Raquel.. Enzo: su papá??, como el lelo?. Pepa: si, él también es un lelo. Antonio: y tanto que lo soy.., pero si tú y yo hemos jugado mucho en Vigo en una piscina. Enzo: no macuaerdo. Pepa de broma: uy!! es que han pasado muchos años. Enzo: yo sólo teno casi 3. Todos se rieron. Claro que no podía haber pasado tanto tiempo. Pepa: pero eras un canijo, por eso no te acuerdas. Carmen se había levantado y acercado a Silvia, veía con atención a naia: pero que monada.. Enzo que ya estaba abrazando a Antonio, dijo orgulloso: se llama naia, es mi hermanita. Antonio: así??? Enzo movió afirmativamente la cabeza. Antonio: a ver – con enzo en sus brazos se acercó a Silvia – es muy guapa tu hermanita. Enzo: si mu gapa. Antonio: y no llora?. Enzo negó: conmigo no.. Carmen: eso es que la cuidas muy bien. Enzo seriamente: si – moviendo la cabeza para dar más enfásis a su respuesta, lo que provocó nuevas risas. Carmen: pero que bueno y que guapo eres tú también – le dio un beso en la mejilla. Antonio: la verdad Silvia es que te salen de anuncio. Silvia: bueno esta pequeñaja también es mérito de Pepa. Pepa se acercó a su mujer: gracias cariño - la besó – pero yo poco he hecho. Enzo se metió en la conversación, todo lleno de razón: mama, tú nos bañas, nos les cuentos.. Pepa dándose un golpe en la cabeza: es verdad, os hago cosquillas – se las hizo – os doy de comer. Enzo se revolvía y se reía en brazos de Antonio. Carmen: enzo y quién riñe?. El niño se quedó viendo para sus 2 mamas: soy muy gueno...- puso una pícara sonrisa, y en ese momento se pareció un montón a Pepa. Silvia: igualito que su mama de zalamero. Pepa con una amplía sonrisa: di que sí cariño, que tú te portas muy bien. Escucharon ruidos de la calle, y a los pocos segundos entraba van corriendo. Enzo: vani!!. El perro se acercó agitando la cola y se subió a las piernas de Pepa y luego a las de Silvia. Pepa se agachó: hola amiguito, donde andabas?. Don Lorenzo apareció por la puerta: hola??, hombre Antonio, Carmen – se acercó a ellos para saludarlos con abrazos - que tal Raquel?. Carmen: mejor.. Don Lorenzo: me alegro mucho. Pepa: suegro no se estará llevando al perro para ligar con alguna chavala no?. Lucas: chavala de su edad claro. Don Lorenzo que estaba medio abrazado a Antonio: a estos memos mejor ni les contesto no?. Antonio se sonrió, en esa familia había cosas que no cambiaban nunca. Don Lorenzo: y mis nietos como están? – se acercó a Sara- mi niña grande. Mientras le daba un beso. Pepa para meter cizaña: y tanto que es grande, Luquitas que? cuando nos animamos y le hacemos un bombo a la niña?. Al mismo tiempo. Sara: tita!! Silvia: Pepa!!. Pepa: vale, ya no digo nada más, cuñada – se acercó a Lola – a que huele tan ricamente?. Luca: bueno nosotros nos vamos. Pepa: si huye, huye.. Don Lorenzo se acercó a Silvia: que tal estás cariño? – se abrazaron con naia en el medio de los 2. Silvia: bien papa, estoy bien. Don Lorenzo besó a su nieta pequeña: hija, conseguiremos que no se parezca a la descerebrada de su madre?. Silvia se rio: lo dudo.. Don Lorenzo haciéndole un guiño: me lo temía. Lucas y Sara se fueron y los demás cenaron mientras hablaban tanto de la evolución de Raquel, había que celebrar que pronto la pasarían a planta. En el hospital. Mar entraba con las hermanas mayores de Raquel. Raquel se levantó la mascarilla: eeey!! – sonrió. Maria y Sara se abrazaron a ella. Maria: como estas hermanita?. Raquel: viiiva... Sara: pues sigue así, o nos vamos a enfadar de lo lindo contigo. Como cuando eran unas crías y Raquel acababa con algún tipo de herida y llegaban sus hermanas corriendo a socorrerla, Sara era 4 años mayor y María casi 8, y Raquel desde que había empezado a andar había resultado una niña de lo más aventurera. Raquel: y Ruth?. Maria: comiéndose las uñas ahí fuera.. Sara: y deseando verte. Raquel: paaapa y maaaama?. Maria: en casa de Pepa y Silvia, mañana vendrán ellos. Estuvieron unos minutos más y después Mar fue en busca de Ruth. Ruth antes de entrar preguntó a sus hermanas con preocupación: como está?. Maria: esta bien, un poco pálida pero bien, tranquila vale?. En el corto trayecto del pasillo Ruth le cogió la mano a Mar. Mar se abrazó a su amiga, sabía que a Ruth los hospitales la ponían mala: que está bien de verdad?. Cuando llegaron a la cama de Raquel, Ruth enseguida se echó en sus brazos. Raquel se quejó levemente: enaaana, no aprieeetes tantooo. Ruth se apartó: perdona, perdona.. – se puso a llorar. Raquel: veeeenga rula..., no seaaaas tontaaa – con su brazo bueno acercó nuevamente a su hermana pequeña – que no meeee has hecho daaaño. Ruth abrazada a su hermana: tenía tando miedo.., no podía – las palabras no le salían. Mar conocía ese sentimiento perfectamente, ella había experimentado todas esas emociones y muchas más desde el mismo momento en que vio a Raquel ensangrentada en aquella camilla. Raquel: loo siento.., loo siento mucho. Su hermana pequeña estuvo los siguientes minutos sin soltarse de ella, Raquel se acordó de un comentario de sus otras hermanas. Raquel: oyeee, que es esoo de supendeeeer la booda?. Ruth: si tú no estás bien yo no me caso – le salió de un tirón. Mar que también estaba al lado de Raquel: Ruth.., es para Agosto.. Ruth: ya pero... Raquel viendo para Mar: meee quiereee utilizaar de excuuuusa. Mar: o eso, o teme tus bromas.. En las bodas de Maria y Sara, hubo más de una. A María cuando le llevaron el vestido de novia a casa, Raquel se las ingenió para darle el cambiazo y cuando su hermana vio que se habían equivocado, casi le da algo. Al novio en la despedida de soltero lo metieron en un tren regional borracho perdido y cuando despertó estaba en un pueblo de Lugo. En el curso prematrimonial de Sara, un amigo policia de Raquel se hizo pasar por cura y los esperó en las puertas de la iglesia, se los llevó a un bar donde a cuenta de los novios, y mientras el supuesto cura les hablaba de los votos del matrimonio se pegó una zanpada de marisco. A María y Jose no se les olvidaría el momento de las fotos, al parque de Castrelos les llevó Raquel y después desapareció con el coche y los hizo salir del parque y andar vestidos de boda por varias calles céntricas de Vigo, hasta que los fue a recoger, mientras los demás esperaban para empezar con el banquete. A Sara y Juan, la supuesta tarta nupcial “se les cayó” a los camareros cuando ellos estaban en medio del salón sable en mano, por supuesto la verdadera aguardaba todavía en la cocina, pero la cara que se les quedó a ellos fue captada por varias cámaras y era uno de los momentos divertidos del video de la boda. Raquel: nooo te libraaaas. Ruth sonrió y le dio un beso a su hermana: yo sólo quiero que te pongas buena.. Silvia y Pepa estaban arropando juntas a un enzo al que se le cerraban los ojos pero que no quería dormirse. Silvia: venga cariño, que es muy tarde.. Enzo viendo para Pepa: mama??. Pepa: dime.. Enzo: este año no teno fiesta?. Pepa: fies..? - entonces se acordó, en nada, apenas unos días sería su cumple – si.., si claro.., pero es sorpresa.. A enzo se le iluminó la carita. Silvia: pensabas que nos habíamos olvidado?. Enzo: un poquito. Silvia sonrió y besó a su hijo: pues no.., anda ahora a dormir. Enzo asintió y cerró los ojitos. Pepa también le dio un beso de buenas noches. Antes de salir de la habitación Pepa recogió a naia de la cuna, le tocaba biberón, fueron a la cocina. Silvia: nos hemos olvidado.. Pepa puso a la niña en el maxicosi: con todo lo que ha pasado es normal.. Silvia: ya.., pero él espera una fiesta. Pepa se acercó: y la tendrá – le pasó las manos por la cintura – le debemos una visita al zoo. Silvia: si y?. Pepa: pues que ahora organizan cumpleaños.., así que hacemos que sus amiguitos y la familia estén allí y cuando nosotros lleguemos Sorpresa!!. Silvia sonrió: así de fácil?. Pepa: hay algunos flecos que pulir.., y hacer algunas llamadas..., déjamelo a mí. Silvia: entonces no tengo que preocuparme?. Pepa: nop – le dio un pico. Silvia: vale. Se acercó más a ella con intención de recibir otro beso más profundo, pero naia empezó a llorar. Pepa: vaya, otra mujer me reclama.. Silvia: pobre tendrá hambre.. Pepa: anda.., ve para cama, me quedo yo dándole el bibe. Silvia: segura?. Pepa: si. Ante los nuevos lloros de naia, se separaron. Silvia se fue hacia ella: que pasa cosita? – la cogió en brazos – te la entretengo un poco mientras calientas el bibe. Un par de horas después Pepa volvía a la habitación, arrastraba la cuna con ruedas y dentro naia, con la barriguita llena y el pañal limpio, dormía como un angelito, puso el freno cuando situó la cuna a los pies de la cama. Unos minutos más tarde utilizados para un rápido aseo personal, Pepa se introdujo entre las sábanas desnuda, y como era constumbre en ella, buscó el cuerpo caliente de Silvia. Pepa bajito, pero sin poder evitar decirlo de viva voz: umm.., que gusto.. Silvia estaba media dormida, y con el contraste del cuerpo frío de Pepa se despejó aún más, recogió la mano que su mujer había dejado posada en su cadera y se la llevó entre sus pechos. Silvia susurrando: todo bien?. Pepa: perfecto, te he despertado??. Silvia: no importa.., tienes frío?. Pepa había colocado ya, su cabeza detrás de la de Silvia y acoplado su cuerpo completamente al de su mujer: ahora ya no... Silvia sonrió: ya.. Pepa sabía que estaba sonriendo, la besó en la nuca: ya sabes el calor que me provocas.. Silvia: pero si yo no he hecho nada.. Pepa: si claro.., por eso estás entre las sábanas con sólo una minúscula braguita. Silvia: no lo he hecho con segundas intenciones.. Pepa no había entrado en la cama pensando en sexo, pero ahora pegadita a ella era inevitable que el deseo apareciese. Entre su desaparación, el parto, la depresión sufrida por Silvia, y el posterior secuestro, no era capaz de recordar la última vez que habían hecho el amor. Se quedaron calladas. Silvia también pensaba cuando habían estado así la una en brazos de la otra?, ya ni lo sabía. Silvia bajó la mano de Pepa hasta su vientre. Pepa entonces, notó perfectamente bajo sus dedos la rugosidad de una cicatriz, y no era la de la bala, pues esa estaba hacia un lado, supuso que esta era la de la cesárea. Inocente preguntó. Pepa: te duele?. Silvia: no.. Se dio la vuelta para ponerse de cara a Pepa. Tenían puesta una pequeña luz de bebé en una esquina, por si se despertaba naia poder acercarse a ella y verla sin necesidad de encender cualquier otra lampara más potente, ese débil resplandor era suficiente para que Silvia viese con bastante nitidad el rostro de su mujer. Silvia: me das un beso?. La respuesta fueron los labios de Pepa posándose en la boca de Silvia. Al primero le siguieron otros, pero sin pasar de ahí, cuando alguno era especialmente intenso, las manos que acariciaban se agarraban. Disfrutar como lo estaban haciendo de aquellos besos, les hizo darse cuenta de cuanto los echaban de menos. Los pensamientos de Silvia se hicieron palabras: nos besamos poco... – sin dejar de hacerlo. Pepa: estaba pensando lo mismo.. La mano de Silvia urgía una mayor cercanía de Pepa, ésta, intentaba templar el creciente deseo, pues no estaba segura de hasta donde quería llegar su mujer. Silvia: ven.. Y Pepa por supuesto que fue, se puso encima, siguieron besándose. Las posiciones fueron cambiando, Silvia también quería estar encima, y eso a Pepa le encantaba. Pepa se sentó, con Silvia a horcajadas sobre ella, muy juntas. Pepa: te quiero.. – nuevo beso, sus manos en el culo de Silvia. Silvia veía en los ojos de Pepa, lo que había dicho su boca: mucho?. Pepa la besó más intensamente. Silvia: más que antes?. Pepa: mucho más... – su mano derecha se hizo sitio entre las piernas de Silvia. Silvia: yo.. – notando el contacto más íntimo de los dedos de Pepa – yo.. taaambién... Su voz sonaba más agitada, comenzó a moverse ligeramente en un suave vaivén. Pepa: lento..? Silvia: si.., quiero lento.. Pepa sonrió abiertamente, sus besos se fueron trasladando desde los labios de Silvia, hasta su cuello y se quedaron un buen rato en cada uno de sus pechos. Lentamente jugó primero con uno y después con otro pezón, Silvia se abrazó más a ella, sus gemidos apenas audibles aumentaron en frecuencia, pero le había pedido lento y lento era como se movían los dedos de Pepa. Silvia jadeó: no...dios.. Los dedos de Pepa parecía que se retiraban, pero sólo era una maniobra para situar el pulgar en el punto más excitado de su mujer. Pepa: shh, lento....cariño.. me has pedido lento... La voz de Pepa sonaba profunda, cargada de toda la excitación que estaba sintiendo. Silvia le mordió el cuello reprimiendo un grito ahogado cuando se corría. Pepa se dejó caer en la cama y Silvia cayó con ella, ya estaban sudando.. Silvia: que gusto... Pepa le retiró de la cara los mechones de pelo: aún no hemos acabado.. Sin dificultad la movió para volver a ponerse encima, nuevamente se besaron, con calma. Silvia la dejó ir cuando Pepa se deslizó, primero fue hacia su ombligo, con suma delicadeza recorrió el triangulo que formaban sus caderas, hasta llegar al vértice que era venus. Silvia fue subiendo nuevamente su excitación, y mientras la lengua de Pepa recorría su sexo, ella pensaba que su mujer era el mejor amante que había tenido nunca, Pepa se recreó cuanto quiso, y un nuevo orgasmo inundó el cuerpo de Silvia de electricidad. Pepa subió por el cuerpo laso y exhausto de su mujer, se enroscó a ella con brazos y piernas, apenas necesitó unas caricias de Silvia para casi romperse de puro placer. Abrazadas y completamente relajadas se quedaron dormidas... 4 horas más tarde, naia reclamó una nueva toma y en este ocasión fue Silvia quién se levantó. Silvia estaba en la cocina con naia en sus brazos dándole el bibe, cuando apareció un casi sonámbulo enzo. Silvia: cariño.., pero que haces levantado?. Enzo se acercó a su mami, se abrazó a ella y acarició a su hermanita: oí a nai.. Silvia: ven anda.. Enzo se sentó en una pierna de su mami. Silvia: me ayudas? – él asintió y ella le dejó que sujetase el bibe – así, despacito. Naia tomaba con avidez el contenido del biberon y enzo concentrado no le quitaba ojo. Silvia con ambos en brazos se sintió emocionada, y echando la vista atrás un poco de vértigo, hacía ya casi 7 años que Pepa había vuelto a su vida, y ahora en aquella cocina su hijo mayor que en unos días cumpliría 3 años, daba el bibe a su hermanita de apenas 3 meses. Viendo que se acababa el bibe. Silvia: muy bien -besó a su hijo y le revolvió su pelo pelirrojo – ahora la hacemos eructar vale?. Silvia puso a naia en posición y agarró la mano de enzo, juntos le dieron unos golpecitos. Cuando la niña lanzó los gases enzo sonrió. Silvia: ahora tengo que cambiarle el culete, te vas para camita?. Enzo: no, quero yo también. Silvia: bueno, venga, vamos. Enzo se bajó del colo, y siguió a Silvia hasta el baño cercano a su habitación, mientras Silvia ponía a naia encima del cambiador, enzo se subió a la taza y se puso a hacer pis, los ojillos se le estaban cerrando. Silvia: no te duermas.. Enzo se tapó la nariz en cuanto Silvia destapó el pañal: eso ole mal.. Silvia sonrió: menudo ayudante. Enzo: yo echo los polvos.. Silvia: que jeta...- le hizo unas cosquillas a naia, después de pasarle varias toallitas húmedas, dejarla bien limpia, y darle un poquito de crema – mi niña esta mejor así?. Enzo: claro.. Silvia se rió: anda sube. Lo cogió en brazos, el niño se hizo con el bote de polvos. Silvia: poquito por aquí – enzo hizo lo que le indicaba – muy bien. Lo volvió a bajar y le cerró el pañal limpio a naia. Silvia: ahora a dormir.. Enzo obediente hizo el camino hasta su cama. Silvia lo arropó y se dieron un pico: que tengas dulces sueño mi amor. Dejó a naia en la cuna y buscó el cuerpo caliente de Pepa. Pepa se quejó: ajjj. Silvia se acomodó entre sus brazos: no exageres, que tú antes viniste más fría. Pepa: mmm, pero luego te calenté – la apretó contra ella. Silvia le metió mano: pues ya sabes... Pepa sonrió y besó sus labios al tiempo que sus manos buscaban otras zonas donde agarrarse. Hospital. Durante la noche y ante los buenos resultados de las distintas pruebas realizadas, se decidió el traslado de Raquel a planta. Mar y las hermanas de Raquel lo celebraron en la cafetería del hospital tomándose unas cervezas. Maria: llamamos a papa y mama sobre las 9 vale, a esa hora se estarán preparando para venir. Sara: y tú mejor que te vengas con nosotras a dormir un poco. Mar no rechistó, Raquel en cuanto supo que la sacaban de la UCI, le pidió, mas bien le ordenó que se fuera a descansar. Ruth se abrazó a ella. Casa de Silvia y Pepa. La hora del desayuno estuvo marcada por la llamada de Mar, con la buena noticia del traslado todos comieron con más apetito. Se organizaron de la siguiente manera. Silvia y Pepa irían con Carmen y Antonio, Paco iba con ellos y así se traería a las demás a descansar. Lola se quedaba con la niña y enzo, que durante unos días no iría a la guardería. Hospital. Se juntaron todos en la entrada principal, los primeros en subir fueron Carmen y Antonio. Silvia y Pepa se quedaron hablando con el resto durante un buen rato. No era plan de llegar a la habitación y llenarla de gente. En la habitación, Raquel mantenía una seria conversación con sus padres. Ahora que estaban claras sus secuelas, además de curarse las heridas de bala, tenía que empezar cuanto antes con la rehabilitación, le habían dicho que como mínimo estaría un mes más en el hospital, y durante ese tiempo comenzaría el trabajo con un logopeda que le ayudaría a recuperar la expresión facial y el habla, y con un fisio la movilidad en el lado derecho del cuerpo, le esperaba una dura tarea. Mar había acabado su curso y tenía que regresar a su plaza en el Xeral, así que todo el tiempo siguiente que pasase con Raquel tendría que cogerlo como una excedencia, pero Raquel no quería que estancase su carrera por su culpa, así que lo que pretendía era volver a Vigo en cuanto le diera el alta hospitalaria y seguir en casa con todo el proceso de recuperación. La visita de sus padres se vio interrumpida por la aparición de la logopeda, venía a hacer una primera valoración y estaría una hora más o menos con Raquel, no podían quedarse en la habitación. Los padres de Raquel bajaron a la cafetería junto a Silvia y Pepa, cuando les avisaron de que su hija volvía a estar sola, decidieron que subieran ellas, mientras ellos iban a administración para comprobar todo el papeleo que debían hacer para su traslado. Silvia y Pepa agarradas de la mano se pararon ante la puerta, con los nudillos la morena tocó y accionó el pomo. Raquel en cuanto las vio sonrió: yaaa eraa hoora eh??. Ambas sonrieron, y cada una por un lado de la cama se abrazaron a ella. Pepa, que estaba en su lado derecho: como estas?. Raquel: bieen, bueno, este ladoooo – moviendo ligeramente la mano - se ha tomaado unas vacaciiiones pero bieeen. Silvia: estabamos deseando verte.. Raquel: yaaa, yaaa me ha contado Mar queee no os habéis moovido de aquiii en variiios díasss. Pepa estaba muy emocionada le revolvió el pelo: menudo susto reich.. Raquel hizo una mueca: por el brillooo de vuestrooos ojos ha mereeecido la penaaaa. Silvia: que estemos así de bien te lo debemos a tí. Raquel: y yooo a ti, el estaaar viva, asiii que empateees. Pepa viendo el vendaje del pecho, que había algún que otro drenaje todavía saliendo, y además la parálisis del lado derecho: no te puedes levantar no??. Raquel negó: ya me gustariiia jodeer, el primeeer paseoo en sillaa si quieeeres te lo reseeeervo. No había perdido el humor. Pepa se sentó en el borde de la cama,se puso seria: tus padres nos ha hablado del traslado.. - Raquel puso media sonrisa - no crees que es un poco precipitado??. Raquel: dentro de unoooos días empezaaaaré a odiar eeeesta camaaaa y este hospiiiital, lo sabeees. Pepa lo sabía, cuando se conocieron en Avila, Raquel le contó lo mal que lo pasó para recuperarse de sus lesiones, primero en el hospital y después en las sesiones de rehabilitación, estaba tan peleada con la vida que se había aislado de sus amigos, se pasaba horas y horas con su fisio o en casa sufriendo con los ejercicios para recuperar su rodilla. Y estar encerrada había empeorado su sociabilidad. Silvia: yo estoy de baja y Pepa tiene un permiso especial... Raquel la interrumpió: Mar tieneee que volveeeer. Pepa y Silvia sabían que sus hermanas también debían regresar, en el trabajo habían obtenido permiso por el grave accidente de Raquel, pero ahora su vida ya no corría peligro. Se quedaron calladas. Raquel continúo: los neceeeesito paraaa cuandooo empieeece a ponermeeee bordeee. Pepa y Silvia se cruzaron una leve mirada. Raquel: vengaaaa contaarmeee algooo – ellas la miraron y sonrieron tontamente – poorrno nooo. Pepa: eh! – le dio un pequeño golpe.. Raquel: no abuseees que no me pueeedo defeeender. Estuvieron hablando del casi olvido del cumpleaños de enzo. Silvia sarcástica: la mujer de las mil y una ideas – señalando a Pepa – lo tiene todo controlado. Pepa le sacó la lengua. Ya había llamado al zoo, y avisado a los compis de la guardería, quedaba una semana, y sólo tenía que decidir que juegos y atracciones visitarían los niños. Raquel se rio varias veces ante los planes de Pepa que incluían la participación activa de su suegro. Pepa: cuando sepa que le toca ir de guía delante de esa panda de enanos le va a dar algo. Raquel que no iba a poder asistir: quieroooo ver fooootos. Silvia: intentaremos convencer a tus padres y a Mar para que venga. Raquel: iraaann, yo meee encaarrrgo. Raquel por su parte, les contó la visita de su logopeda, no se acordaba del nombre, una chica muy maja. Cuando por la tarde volvieron a casa, Silvia y Pepa hablaron con los padres de Raquel. Antes de esa conversación Pepa había hablado con Silvia, después de lo expuesto por su mujer, Silvia estuvo de acuerdo en que la decisión que tomaban era la correcta. Silvia y Pepa entraron en la habitación de enzo intentando no hacer ruido. Silvia le hizo un gesto a Pepa y esta se subió a la cama de su hijo, pegándose a la pared, con cuidado movió ligeramente a enzo hacia si, para hacerle un hueco a Silvia, que se puso a su otro lado. Pepa: está frito. Silvia sonrió, apartándole el pelo de la cara: no me extraña. Esa noche con la excitación de que al día siguiente era su cumpleaños y quería ver su sorpresa, no hubo forma de hacerlo dormir a una hora decente, y ahora estaba como un tronco. Pepa le dio un beso en la frente y susurró: enzooo. Silvia le dio un beso en la mejilla: cariñoooo. El niño se tapó la carita con ambas manos, todavía dormido, y ellas aguantaron la risa. Pepa le levantó el pijama y le hizo una pedorreta en la barriga. Enzo instintivamente llevó sus manos a la cabeza de su mamá. Silvia volvió a tocarle el pelo y a acariciarle la carita: quien está de cumple....? Enzo ni se inmutaba. Pepa: mirale.., ni caso nos hace. Silvia lo agitó ligeramente y enzo se quejó. Pepa: pero tendrá cara el tio.. – se pegó a la oreja de su hijo – nos vamos a tu fiesta sorpresa.. Los ojos de enzo se abrieron lentamente y al ver a sus 2 madres pegaditas a él, poco a poco su mirada azul y su carita fueron reflejando una tremenda alegría. Pepa y Silvia se vieron un segundo, emocionadas ante lo fácil que resultaba hacerle feliz. Silvia empezó a hacerle cosquillas: nos levantamos dormilón?? Enzo se retorcía a carcajada limpia: si,si.. Pepa: antes besos. Se abrazó a sus mamas y las empezó a besar. Pepa: felicidades enano. Ellas lo besaron a él. Silvia: felicidades guapo. Después se dieron un pico entre ellas. Silvia: con quien quiere bañarse el principe de esta casa?. Enzo saltando en la cama: con naia, con naia. Desde que su hermana había llegado a su vida, no perdía la oportunidad de hacer cosas con ella. Pepa preparó el baño, puso el soporte para sentar a naia en la bañera y la llenó de agua y espuma, comprobó la temperatura. Enzo a su espalda ya se había quitado el pijama y aguardaba para meterse, en eso estaba cuando llegó Silvia con naia, ésta haciendo pucheros. Pepa: pero que le pasa a la princesita??. Se acercó a ellas y le limpió unos lagrimones que le caían a naia. Silvia: no le ha gustado nada que la despertase.. Enzo desde la bañera: mami conmigo – pidiendo que se la llevase. Silvia dudó: no sé yo cariño.. Pepa: prueba.., con él se le pasan todos los males.. Silvia se acercó a la bañera y se agachó para poner a la altura de enzo a naia. Enzo empezó a hacerle monerías a su hermanita, a chapotear en el agua y a enseñarle los patos, barcos y demás juguetes que había en la bañera y la niña no sólo se fue callando sino que incluso agitó sus manos en dirección a su hermano. Pepa desde arriba: ya la ha convencido...- besó en la cabeza a Silvia – una vez más el gen castro ejerciendo su poder de atracción sobre el gen miranda.. A los pocos minutos ambas veían como naia sentada en su soporte y enzo medio sumergido en el agua reían y jugaban. Tenían tiempo, así que les dejaron unos minutos de locos chapoteos y después cada una se puso a enjabonar y lavar al que tenía más cerca. Silvia acabó la primera porque le había tocado naia, Pepa sin embargo seguía luchando con enzo para quitarle el jabón del pelo. El niño se quejaba. Pepa: no bajes la cabeza que te va el agua con jabón para los ojos. Silvia : enzo mira. El niño levantó la cabeza y Pepa aprovechó para echarle un buen chorro de agua, aunque también sintió que le caía agua encima. Pepa: pelirroja, que métodos son esos?? Enzo se rio, su mami le había escurrido la esponja a mama en la cabeza. Silvia le dio un beso en la mejilla: de distracción. Enzo ya estaba listo. Pepa se giró hacia ella: sabes que corres peligro verdad – de la bañera sacó su esponja. Silvia intentó ponerse seria, pero se le escapaba una sonrisa a medida que ponía las manos delante: Pepa no.... No le dio tiempo a más, Pepa le pasó toda la esponja mojada por el rostro, cuando Silvia abría de nuevo los ojos recibió un beso humedo, y Silvia acabó en el suelo de espaldas y Pepa encima suya. Enzo viendo como sus madres se hacían cosquillas y se daban besos entre risas: que loquitas... Ya con los niños vestidos se fueron a la cocina, allí Mar, Antonio y Carmen desayunaban. A la vez gritaron: Felicidades!!. Enzo se rió. Mar: Felicidades guapo! – se bajó hasta el niño y le dio un gran abrazo. Enzo: Mar ya tengo 3 – y los puso con los dedos. Mar: uff!! que mayor!!. Enzo le puso las manos en la cara: venes a mi fiesta?. Mar: claro cariño.. Enzo alegre: y raki tamén??. Mar se puso un poquito triste: ella no puede todavía, pero me ha dicho que te verá pronto. Pepa se agachó: y si nos pasamos un momentito por el hospital y la vemos pasar cuando vaya a rehabilitación?, hasta ahí el niño puede ir no?. Se lo preguntaba a Mar. Mar: me imagino que sí, a la entrada suelen bajar otros pacientes para estar un ratito con sus hijos. Pepa: te apetece?. Enzo: si, si quero ver a Raki. Antonio: ha llamado tu suegro – no dijo Don Lorenzo para no darle pistas a enzo – que nos viene a recoger en menos de 1 hora. Carmen: vosotras aún no estáis, anda dame – le cogió a Silvia a naia – le doy yo el biberón. Mar: cereales de chocolate? - enzo asintió – marchando. El niño la siguió hasta la silla más cercana. Carmen: venga... Silvia fue la primera en meterse en la ducha, se mojaba el pelo cuando sintió que entraba Pepa. Silvia abriendo los ojos y con tono de advertencia: ducha rápida eh! . Pepa estiró su largo brazo y apuntó la alcachofa de la ducha sobre su cabeza: yo me mojo mientras tú te enjabonas – pero le salió una sonrisa para nada inocente. A los pocos segundos y cuando Silvia se volvía para enjabonarse, Pepa le metió mano. Silvia: Pepa!!. Pepa: 4 manos van más rápido que 2. Silvia se giró dispuesta a rebatir sus matemáticas, y Pepa se pegó a ella. Pepa: tú sigue con ese pelo rojo y yo mientras repaso el resto de tu cuerpo. Silvia iba a protestar, pero Pepa la besó. Pepa: si quieres invertimos la ecuación, yo mi pelo y tú mi cuerpo. La ducha fue rápida pero también muy placentera.. Silvia tenía que admitirlo, le encantaba esa pasión loca de su mujer. Hacía apenas media hora que Antonio, Carmen y Mar se habían ido. Silvia y Pepa estaban recogiendo los últimos bartulos para salir. Pepa al pasar por el salón: vamos enzo - lo dejó pasar delante de ella. Cuando ya enfilaban el pasillo de salida. Van contenía su nerviosismo esperando a que Silvia abriese la puerta. Pepa: enzo que te pasa? - el niño se tocaba de forma disimulada el pito – te estas meando?. Enzo negó con la cabeza. Silvia estaba comprobando que en la bolsa que colgaba del carrito de naia estaban todas sus cosas, se giró. Silvia: cariño venga ve al baño. Enzo dudando: noo, noo me meo. Pepa: pues entonces vamos.. Silvia giraba la llave de la puerta y enzo se volvió a tocar. Pepa que lo vio: enzo te estas meandooo, venga vamos al baño.. - le iba a coger la mano. Silvia: voy saliendo. Van ya husmeando la puerta para ser el primero. Enzo casi grito: no!!. Silvia se quedó parada, se volvió. Entonces ella y Pepa se dieron cuenta del deja vu que estaban viviendo, y su hijo sin saber que era eso también lo sentía, empezaron a caerle lágrimas aunque intentaba contenerlas. Van se acercó. Pepa se arrodilló: eh pequeño – su hijo se abrazó a ella. Silvia también se agachó, hasta ese momento enzo no había mostrado ningún tipo de trauma por todo lo que habían pasado sus madres, pero en realidad, todo estaba allí oculto en su interior. Silvia le mesó los cabellos: cariño... Enzo: no salas sola... – pasó de los brazos de Pepa a los de Silvia. Pepa estaba sin habla. Silvia abrazando a su hijo le dejó unos minutos para que se calmase. Naia desde la cuna permanecía en silencio, como respetando también ese momento de descarga de su hermano y Van sentado veía para unos y otros. Silvia: enzo – hizo que el niño se despegase y la mirase – naia y yo esperamos a que vayas con mama al baño si?. El niño asintió, buscó la mano de Pepa y esta no pudo reprimir las ganas y lo subió en el colo, apretándolo ligeramente. Pepa reponiéndose: vamos corriendo? – antes de que enzo contestase salió a toda pastilla. Van ladró y fue detrás. Con rapidez le ayudó a bajarse el pantalón y lo sentó en la taza. Pepa: a ver que rápido lo haces, pero sin salpicar eh??. Enzo se rió. Unos segundos después. Enzo: ya!. Pepa aplaudió: muy bien!, vamos Van que te ganamos. El perro escuchó su nombre y comprendiendo el juego salió corriendo. Pepa con enzo de la mano le siguió. Al llegar a la puerta. Pepa: listos!!. Enzo: vani ha ganado. Pepa: tiene 4 patas no juega limpio. Silvia le dio un beso a su hijo: vamos entonces?. Enzo asintió. Apenas media hora después estaban en la entrada del hospital esperando que Raquel saliera de rehabilitación. La habían avisado cuando se iba a la ducha de que tenía una visita especial en la entrada. Raquel ya había dejado la silla, utilizaba ahora 2 muletas de sujetar en la axila y con ellas se desplazaba, su lado izquierdo compensaba en ocasiones la poca estabilidad o fuerza del lado derecho, pero con las muletas se sentía más independiente y eso la hacía estar más optimista. Las puertas que separaban la zona de la entrada de los distintos pasillos de lo que ya era hospital en si mismo, eran de cristal y correderas por lo que en cuanto Raquel enfiló el tramo que daba a ellas ya fue visibles para los que estaban al otro lado. Enzo en cuanto la vió: Raki!! - se echó a correr hacia las puertas. Pepa lo siguió: espera enzo.. Y Silvia fue detrás tirando del carro de naia. Raquel al abrirse las puertas: que sorpresa!!. Pepa lo levantó y enzo quiso irse a los brazos de Raquel. Raquel le dio un beso: mejor nos sentamos – al ver que se tambaleaba. Se pusieron en unos bancos cercanos, enzo en el colo de Raquel. Raquel: cuantos cumples??. Enzo: tes – puso los dedos. Raquel: madre mía, que mayor.. Enzo: vamos a una fiesta sopresa. Raquel se rio: yo sí sé a donde vas??. Enzo abrió mucho los ojos: si??, donde, donde?. Raquel: ahh, es sorpresa... Estuvieron charlando algunos minutos más, entonces Raquel vio que la doctora Rebeca Alen, salía de su despacho acompañando a un paciente, se imaginó que iría a por un café y volvería a su despacho, consultó su reloj. Raquel: tengo que entrar, la logopeda acaba de salir – les hizo el gesto, indicando hacia dentro. Silvia y Pepa vieron una mujer de espaldas, bata ceñida, sí que tenía curvas, alta, larga melena medio rizada rubia. A Pepa le resultó familiar aquella figura… y aquella forma de moverse.. Y Silvia que conocía a su mujer muy bien se dio cuenta. Se despidieron con besos y abrazos. Raquel cuando se abrazaba a Pepa: hacer muchas fotos vale?. Pepa: luego cuando venga Mar, le dejo mi cámara para que las veas. La ventaja de que Enzo no supiera todavía leer, es que no era necesario vendarle los ojos para llevarlo a una fiesta sorpresa, el niño iba viendo el camino por la ventanilla pero no sabía que decían los carteles que indicaban los desvíos al zoo. Pepa: aún no sabes a donde vamos??. Enzo desde atrás negó. Pepa: te doy una pista?. Enzo sonriendo: si.. Pepa: tienes que fijarte en los carteles de ahí, señaló el lado por donde estaba el niño sentado. Enzo se quejó: mama?, no sé leer... Silvia metiéndose con él: ah.., pues entonces no lo vas a saber hasta que lleguemos. Enzo: falta mucho??. Pepa sonrió, era la tercera vez que lo preguntaba?: nooooo, juega con tu hermana.. Enzo: se ha dormido hace rato... - movió la mano hacia atrás donde se suponía que debería estar el hocico de Van Gogh, que iba en el maletero, pero este no apareció – y vani también... Ambas madres sonrieron. Naia iba en su maxicosi al lado de enzo, Pepa y Silvia habían intentado de manera inútil ponerlos detrás de cada una de ellas, enzo quería estar cerca de su hermana y al lado de una ventaba, e iba todo el tiempo tocándola, la niña no lloraba con las caricias de su hermano y se dormía muchas veces. Silvia canturreó: nos estamos acercando... Enzo se irguió un poco en su asiento. Pepa: mira! – le señaló un cartel que en esta ocasión iba adornado con una tremenda jirafa.. Enzo al segundo: al zoo!!, vamos al zoo!!. Silvia: pero que listo es mi niño... Enzo dio palmas: rápido mama, rápido. Pepa: en coche no se puede correr cariño. Silvia viendo la expresión del niño: no entiende de normas de circulación.. Pepa: ya llegamos..., 2 minutos.. Enzo: eso cuanto es??. Pepa: uff. Silvia se rió: menos que tararear una canción.. Encontraron una plaza de aparcamiento bastante cerca de la entrada, cuando Silvia abrió la puerta de atrás enzo ya estaba suelto y se lanzó a sus brazos. Silvia: espera, espera, o nos dejamos a naia en el coche...? Enzo en su colo: aquí solita??, no mami. Pepa abriendo por el otro lado: pues entonces nervioso danos un minuto. Mientras Pepa desenganchaba el maxicosi, Van Gogh que se había despertado dio algunos gruñidos. Pepa: Silvia sacarlo un momento mientras yo quito el carro y las demás cosas, allí hay una zona de hierba. Así lo hicieron, apenas 10 minutos después Pepa ya tenía el carro montado, las cosas metidas en él y a la niña colgada en un portabebés a su pecho, viendo hacia ella, le había puesto un gorro porque aunque apenas eran las 11 y media parecía que el sol pegaría con cierta intensidad. La niña estaba todavía medio adormilada, a Pepa se le caia la baba, era una monada. Silvia y enzo volvieron con van que resignado entró en el maletero. Enzo: se va aburrir... Silvia: le dejamos sus juguetes favoritos – sacó de una bolsa un par de objetos de goma, en un lateral tenía un recipiente con agua, fijado para que no se cayera y derramase el líquido - luego venimos a sacarlo otra vez si?. Enzo asintió. Pepa: listos?. Silvia: déjame, llevo yo el carrito. Enzo: yo en el patín. Silvia le hizo sitio y el niño se puso entre su mami y el carro sobre el soporte. En cuanto pasaron la entrada. Enzo: y el lelo??. Pepa con teatro: uyyyy a ver si se ha olvidado... Enzo negaba timidamente, no, su lelo era imposible. Silvia sabía por Pepa que estarían todos en una de las primeras zonas de descanso al entrar al zoo, en cuanto dieran la primera curva los verían, pero aún así añadió: y a los tíos tampoco los veo. Iban caminando. Enzo gritó: están ahí!!, están ahí!!. – y salió corriendo. Estaban casi todos, como en los anteriores cumpleaños del niño. Familia, amigos y algunos niños y niñas de la guardería con sus padres. Don Lorenzo se acercó a su nieto, llevaba un globo en forma de delfín, todos sus amiguitos tenían ya en sus manos otros animales, lo cogió en brazos. Enzo: lelo, lelo. Don Lorenzo: pero como has tardado tanto chiquillo??. Enzo serio: en coche no se pode correr.. Don Lorenzo aguantó la risa: cierto, cierto, te gusta el globo?. Enzo: si,si. Don Lorenzo después de atarlo: muy bien, ahora ve con tus amiguitos, tenéis que seguirme. Enzo corrió hacia sus compañeros de guardería, y entre ellos sobresalía sabina que ya tenía casi 7 años. Enzo: sabi, sabi, ya teno 3. Se abrazaron, se querían mucho y aunque la diferencia de edad era notable, Sabina se volvía más niña cuando tenía a enzo al lado. Don Lorenzo: enanos!!, seguirme!!. Pepa estaba sorprendida al ver a su suegro hacerse cargo de los niños con total alegría. Don Lorenzo pasó a su lado, le dio un beso a naia y siguió seguido de los enanos. Pepa hacia Silvia: y yo que pensaba que me iba a matar.., se está volviendo viejo... Silvia le dio un manotazo: oye.., que es mi padre.. Pepa: empieza a chochear...pelirroja. Paco que se puso a su altura: quién chochea??. Mariano que le iba a la zaga: hombre Paco, quién va a ser, el flautista de Hamelin...señalando a Don lorenzo – mírale, delante de todos esos pitufos. Lola: hay que ver, si saca el genio, porque tiene mala leche, y ahora criticándolo por ser buen abuelo. Sara: el abuelo siempre ha sido buen abuelo.. Lucas: claro, cascarrabias sólo lo es en el trabajo. Pepa: y con las parejas de sus hijas.. Silvia: tendrás queja tú... Pepa: la edad, que lo ha ido ablandando.. Don Lorenzo se medio giró y Mariano al momento: como nos oiga hablar así de él nos corta los huevos... Povedilla: y chupamos guardias hasta la jubilación.. Antonio, Carmen y Mar, aunque tenía una visión más amable de la figura de Don Lorenzo, no pudieron evitar sonreir ante los comentarios. La primera sorpresa para enzo se produjo apenas media hora después de llegar, eran casi las 12:30 y entraban en la piscina donde se hacía la exhibición de los delfines. Uno de los instructores llevaba un micro y hablaba con el público que comenzaba a entrar. Instructor: buenos días señoras y señores, niños y niñas, estoy buscando a un pelirrojo llamado enzo Todo el grupo apenas había tomado asiento y enzo al escuchar su nombre se apretó a su abuelo. Pepa sonrió. Silvia: te lo dije.. Habían hablado sobre la posibilidad de que enzo fuera demasiado pequeño, Pepa quería que fuera un niño valiente, pero enzo tenía mucha vergüenza a según que cosas, y que un extraño dijese su nombre delante de tanta gente desconocida era una de ellas. Pepa: ya verás como sale. Don Lorenzo: vamos a ver que quiere ese chico?. Enzo encogió los hombros. Silvia: vamos – se acercaron a donde estaban. El instructor al ver llegar a enzo: amigos parece que ya hemos encontrado a nuestro pequeño colaborador de hoy – se agachó para ponerse a la altura de enzo – hola.. Enzo tímido: hola. Instructor: quieres darle de comer a los delfines?. Enzo no dijo nada. Instructor: y que te parecería que te dieran una vuelta en barquito?. Enzo se giró hacia Silvia: mami..?. Pepa empezaba a temerse un no. Silvia se agachó: dime cariño. Enzo: solo no.. Antes de que alguna de las 2 hablase. Instructor: tú mami puede acompañarte. Pepa consciente de que a su mujer tampoco le hacía gracia ser el centro de atención: Sil, prefieres que vaya yo.. Instructor: lo siento señorita pero.., la barquita es bastante pequeña.. Pepa se quedó viendo para Silvia. Silvia: vale.., voy yo contigo. Enzo se fue a los brazos de su mami. Silvia cuando pasaba cerca de Pepa: esta me la pagas. Pepa se rió, le dió un beso a su hijo: naia y yo os vamos a ver desde ahí, vale?. Junto a Don Lorenzo se fue a las gradas donde estaban los demás. Lola extrañada: ha ido Silvia?. Don Lorenzo: a esta la ha visto demasiado grande – metiéndose con ella. Pepa: y a usted viejo. Lola: a ver, que se va un momento Silvia y ya estáis los 2... Pepa interrumpiéndola: ha empezado él. Paco: pero no seas cría Pepa... Dejaron el intercambio de palabras cuando comenzó la música y empezaron a salir los distintos instructores, de últimos y acompañados por el que llevaba el micro, Silvia y de su mano enzo. Todos enfundados en trajes de neopreno. Pepa se fijó que el instructor llevaba de la mano a su mujer. El espectáculo comenzó con una serie de acrobacias por parte de los delfines y Silvia y enzo esperaban en la rampa a donde se subían para darles su pescado de premio. Con los primeros pescados enzo estaba un poco asustado, pero un par de monerías de los delfines le hizo perderles el miedo. El intructor hacía bromas, cogía a Silvia, todo formaba parte del espectáculo, así lo entendían todos salvo Pepa, cuando en un momento el chico la llamó pelirroja, entonces el mosqueo subió varias cotas. Pepa no pudo evitarlo: pero será gilipollas.. Mar que estaba a su lado: como?. Pepa: el tipo ese – señalando al instructor. Mar: que pasa con él?. Pepa: que está sobando a mi mujer. Sara: anda, pero mira que eres.. Pepa: mira, mira, tanta sonrisita. Sara: titaaa, pero si no está haciendo nada. Pepa: yo no veo que toque así a sus compañeras. Mar inocente: no es para evitar que Silvia resbale..? Pepa miró a Mar: ya..., claro.. Sara y Mar no pudieron evitarlo y se rieron. Lucas: estoy contigo, se esta propasando. Sarita: Lucas!, tú no metas cizaña. El resto del espectáculo, Pepa se lo pasó con un ojo viendo las monerías que hacia enzo y con el otro vigilando los movimientos de aquel gilipollas. El espectáculo acabó con Silvia y enzo dando un vuelta al tanque, en una barquita tirada por uno de los delfines. Cuando todavía el público aplaudía, Pepa se desabrochaba el portabebés. Sara: que haces?. Pepa: Don Lorenzo ?, cuide de su nieta un momento. Sara: Pepa?. Paco: a donde va?. Mariano: a liarla.. Silvia entraba con enzo en los vesturarios, el niño iba muy contento, con el pelo todo mojado y oliendo a pescado. Enzo se iba a pasar la mano por el pelo para quitárselo de la cara. Silvia: espera que te limpio las manos que las tienes de pescado. El instructor: te ayudó?. Silvia que ayudaba a enzo en el lavabo: me las apaño. Instructor: la cremallera tiene una tira – hizo el gesto en su nuca – te la bajo un poco?. Pepa apareció por detrás: ya lo hago yo.. El instructor se quedó un poco cortado ante el tono firme de Pepa y desapareció. Silvia le dedicó una mirada que traducida significaba “ a que ha venido eso “. Enzo: mama!!, me has visto??!!.. Pepa pasando al vestuario: te hemos visto, grabado, sacado fotos...- le dio un beso y aprovechando que Silvia estaba pegada a él, otro a ella. Silvia esperaba. Pepa encogiéndose de hombros: que?. Silvia con una media sonrisa: tú estas tonta... Pepa: y loca por tí, pelirroja sólo tengo derecho a llamártelo yo. Vistió a enzo mientras Silvia se lavaba y se ponía su ropa. Cuando salían de los vestuarios los demás esperaban con cierto temor. Don Lorenzo: que??, ya ha montado un numerito aquí la cavernícola... Le pasaba la niña. Enzo: que es caer...car...nícola. Pepa se puso a naia nuevamente. Don Lorenzo iba a contestar que su madre, pero Silvia se adelantó. Silvia: Papa??, que eres el guía.., hacia donde ahora?. Quedaba poco para las 2. Don Lorenzo: hora de comer, seguidme enanos!!.. Pizza, nuggets de pollo, patatas fritas y ensaladas eran la base de la comida organizada, dentro de uno de los restuarantes tenían reservadas varias mesas, una camarera pasó a tomar nota para los mayores que quisieran alguna otra cosa. Enzo comía solo, y como tenía a Laurita a su lado se esforzaba todavía más en hacerlo sin mancharse.. Pepa le dio el bibe a naia y después Silvia la cogió para hacerla dormir, apenas se quejó y se quedó frita, la puso en el carrito. Mar: pero mira que es buena.. – aunque lo disimuló todo lo que pudo se notó que lo decía con esa penita de saber que para ella ese sueño ahora quedaba bastante lejos. Carmen la abrazó: el terremoto de raquel me tuvo 6 meses meciéndola. Mar sonrió. Antonio: no paraba de llorar. Carmen: fue la única que le coincidió estar en casa en el nacimiento y sus primeros meses. Apenas hubo sobremesa, empezaba el espectáculo de los chimpances, así a los pequeñajos tampoco les entraría el sueño. Como con los delfines, enzo fue el colaborador y en este ocasión le ayudaron Sabina y Laurita, los monos hicieron las delicias de los pequeños, yendo y viniendo entre ellos. Después con la merienda se dieron los regalos y cuando empezaban a notarse síntomas de cansancio dieron por concluído el día. Enzo llegó dormido a casa y dormido le pusieron el pijama y lo acostaron. Mar se fue hasta el hospital para estar con Raquel, y Antonio y Carmen aceptaron la invitación de Don Lorenzo para ir a ver una obra de teatro. Se encontraban solas en casa después de muchos meses, tiradas en el sofá hablaron durante un rato, pero ambas estaban también muy cansadas así que se fueron para cama, en breve naia reclamaría su comida. Por la mañana en el momento del desayuno Silvia y Pepa coincidieron con Mar, los padres de Raquel se habían ido ya. Pepa y Silvia: buenos días. Mar: hola.. Enzo: hola Mar – se acercó y le dio un beso. Mar: hola guapo. Pepa que estaba sacando los cereales: donde te sientas enano?. Enzo: con Mar.. Silvia: no cariño, que está desayunando.. Mar: yo ya he acabado, ven – le dejó subirse en su colo. Mar: chicas he estado pensando en lo que me dijistéis ayer.. Pepa se dio la vuelta de la encimera: no me gusta esa cara. Silvia: déjala hablar.. Mar hizo una mueca: es que.., creo que.. es demasiado.. Pepa le pasaba un café a Silvia: demasiado va a ser aguantarla y lo sabes..., no le habrás dicho nada??. Mar negó: ayer le enseñé las fotos del zoo y poco más.., pero cuando se entere se va a enfadar.. Pepa: me importa una mierda que se enfade. Silvia: Pepa??. Enzo se la había quedado viendo. Pepa: perdón., Mar, sabes que va a ser insoportable, ella te necesita pero no para echarte la bronca, para eso estaremos su padre y yo. Mar: Antonio me ha dicho lo mismo, pero es que para vosotras supone cambiar durante meses vuestra vida. Silvia intervino: estoy de baja por maternidad, que enzo deje la guardería unos meses antes no es problema, y Pepa cuando acabe el permiso pedirá una excedencia hasta las vacaciones, nosotras vamos encantadas. Pepa sonriendo: yo más.. Silvia: sádica.. Pepa: siempre he querido ser una instructora estilo sargento de hierro. Mar: cuando os vea llegar se va a liar. Pepa: si se pone tonta la tiro a la piscina al momento. Silvia: Pepa!!, tú que quieres ahogarla el primer día??. Pepa con una sonrisa: que va.., sólo dejarle claro quién manda, ya verás el cabreo que pilla y con que ganas se va a tomar los ejercicios. Mar: para matarte... Silvia: que no se te vaya la pinza eh??. Pepa se sentó con ella: a mí?? – le dio un beso. Silvia: si, no vaya a ser que acabéis enfadadas. Pepa: con su padre por el medio y nosotras de invitadas, ni se le ocurre hacernos ese feo, tragará.., aunque le jo.. – viendo que enzo la veía – le fastidie.. Mar se quedó más tranquila y Pepa le dijo a Silvia que se fueran a dar una vuelta con enzo y Van y luego cuando acabase de darle la toma a naia ella se les uniría.. Pepa se las prometía felices, aunque con naia la hora del biberón cada día se hacía más eterna, estaba a sus 3 meses atenta a todo y el vuelo de una mosca la distraía. Si se quedaban viendo para ella, entonces naia fijaba sus ojitos en la cara de sus madres y mamaba a cámara lenta, mientras, parecía grabar cada una de las facciones de la persona que le daba el bibe. Y quedarse embobada viéndola era muy fácil, su carita era cada día más expresiva y además de hacer muecas con la boca tenía una facilidad increíble para mover a su antojo las cejas de forma separada, poniendo unos gestos de lo más concentrados, como si una persona mayor estuviera analizando un problema. Silvia veía a Pepa en cada uno de aquellos gestos y Pepa también se reconocía, por lo que durante el bibe se le caía la baba literalmente. Si Silvia estaba cerca se metía con ella, pues la veía embelesada, con enzo la conexión era ya más madura y el niño tenía a su madre comiendo de su mano por esos abrazos que le daba sin venir a cuento, por esos te quieros que le decía, y porque Pepa participaba con él, en todos los juegos extraños que se le ocurrían al pequeño o incluso era la inventora de algunos de ellos. Pero ese día naia cuando llevaba la mitad del biberón empezó a mostrarse inquieta, no es que algo la distrajese, es como si no quisiera comer más.. Pepa se armó de paciencia, porque ahora tocaba conseguir que se lo tomara todo, era muy larga y en la última revisión pediátrica ya les habían dicho que apenas aumentaba de peso y era fundamental para que después en los primeros gateos y pasos sus piernas sostuvieran su cuerpecito. Media hora después no había conseguido ningún avance, al contrario, naia se había puesto a llorar y Pepa había desistido, intento calmarla pero no había manera, comenzaba a ponerse colorada, y al tocarla notó que estaba muy caliente. Pepa preocupada: bebé no llores... Los niños a veces tienen tales ataques de lloro que ese esfuerzo les provoca fiebre. Pepa lo intentó todo, distraerla de cualquier forma, pero la niña no dejaba de llorar, le puso el termómetro y viendo que subía hasta casi 38, decidió llamar a Silvia. Silvia y Mar estaban tomando un café en una terraza aprovechando que les daba el solcete y que enzo estaba entretenido con Van Gogh jugando con una pelota, le sonó el móvil, viendo que era Pepa. Silvia: no piensas bajar con la niña??. Pepa: cariño vente para aquí.. Silvia la interrumpió: pero que pasa?. Pepa: no sé no para de llorar y le ha subido la temperatura a 38. Silvia se levantaba. Mar: pasa algo?. Silvia: naia que tiene una fiebre repentina y no para de llorar – hablando al móvil - espera Pepa, voy. Mar: me quedo con enzo - comprobó el bolso – tengo llaves. Silvia: vale – se acercó a enzo – cariño quédate con Mar si?. Enzo que seguía jugando asintió. Mar: me llamáis?. Cuando Silvia llegó a casa Pepa ya estaba con las llaves del coche en la mano. Silvia: cuanto lleva con fiebre?. Pepa: más de media hora – viendo que Silvia se la quedaba viendo como diciendo que no fuera alarmista – pero cada vez llora con más grima, vale – quizás si estaba siendo un poco histérica - intenta tú calmarla. Silvia cogió a su hija, dio pequeños paseos con ella por el pasillo y el salón, aunque en un principio los lloros parecieron remitir, volvieron con mayor intensidad. De pequeñito enzo había empezado así y resultó una meningitis. Pepa: Silvia??, una hora, lo que le he dado para la fiebre no le hace efecto.. Silvia cedió: vale.., nos vamos al hospital.. Pepa conducía intentando dominar sus nervios y Silvia detrás llevaba en brazos a naia que seguía llorando. Fueron disparadas a la consulta pediátrica donde después de consultar con la enfermera salió Carlos y las hizo pasar. Carlos: a ver que le pasa a esta chica – la cogió de brazos de Silvia - cuanto lleva llorando?. Pepa se adelantó: casi 2 horas. Carlos le puso el termómetro y mientras revisó su cuello: no está rígido.. – comprobaba el resto del cuerpo - calmaos vale.... Continúo tocando el abdomen, ellas no lo advirtieron pero el gesto de Carlos cambió, sujeto las piernecitas de naia. Pepa: cuando nos digas que le pas... Un pedo enorme sonó en el mismo instante que Carlos flexionaba las piernas de naia y la niña al segundo siguiente dejó de llorar. Pepa se quedó con cara de gilipollas: no me jodas.. Carlos: Silvia.., que ella se acelere tiene un pase pero tú?? – empezó a reirse.. Silvia tampoco pudo evitarlo, sobre todo porque la cara de Pepa era para enmarcar. Pepa: la madre que la parió.. Silvia: ehh..- entre risas - que yo no tengo la culpa de que tenga gases.. Carlos intentanto controlar sus risas le quitó el termómetro: sigue con fiebre, o sea que en descargo de Pepa, podemos considerarlo un cólico agudo.. Pepa: que simpáticos que sois. Carlos le pasó la niña: anda coge a tu hija. Pepa así lo hizo. Silvia: enzo nunca ha tenido. Carlos: se toma bien el biberon?. Las 2 a la vez: no.. Carlos: bueno, vamos a empezar cambiando el tipo de leche, pero me temo que si ha tenido uno, repetirá. Silvia: a enzo le dí el pecho. Carlos: le podía haber pasado igual, si bien es cierto que las leches preparadas a veces se hacen menos tolerables en el estómago. Pepa: entonces??. Carlos: cambiamos de leche, y si notáis que empieza a retorcerse como incómoda, entonces le dáis un masaje en la barriga, y como he hecho yo estiráis sus piernas y las flexionáis. Pepa viendo para la niña: baby peditos.., me has dejado quedar fatal... La niña que ahora estaba mejor llevó sus manos a la cara de mama. Pepa se las besó. Carlos: revisar que la fiebre le remita vale?. Se fueron de la consulta. Cuando iban en el coche. Pepa: pedirte que no lo cuentes... Silvia empezó a reir otra vez y negando con la cabeza: esto hay que contarlo Pepa... Siguió riendo. Pepa entre dientes: joder la que me espera... Silvia le dio un beso. Las bromas con el tema se acabaron casi enseguida, la niña seguía con problemas de gases, primero lo pasaban mal después de que comía, pues hacer que soltara los gases y no le provocaran un cólico les costaba bastante, pero pasados unos días la niña ni siquiera aceptaba el bibe, por instinto había relacionado biberon con dolor y no quería comer o lo vomitaba casi al segundo de haberlo tomado. Una revisión más exhaustiva, pasada la primera semana reveló una pequeña irritación en el esófago. Los vómitos constantes con sus ácidos dañaban las paredes del esófago, así que las bromas dejaron de hacerse. Naia había sido prematura y la leche prefabricada era un poquito más agresiba que la de la madre, eso contribuía a la poca tolerancia. Cambiaron de nuevo la marca, no todas eran iguales. Pepa y Silvia aguantaban como podían las tomas interminables, y los lloros posteriores hasta que conseguían aliviar a su hija, a pesar de turnarse apenas dormían. Ya llevaban 2 semanas así cuando Carmen mientras estaban en la cocina se acordó de una cosa. Carmen: anís estrellado. Silvia: como?. Carmen: si hija, eso va muy bien para los gases. Silvia: no sé si se lo puedo dar a la niña. Carmen: pregúntale al pediatra, es una hierba, no debería hacerle mal. Raquel estaba en la habitación de pie, apoyada en las muletas, hacía un rato que se había ido Rebeca, la doctora Alen, se rectificó, no quería tomarse esas confianzas, no porque entonces se metería en una situación incómoda, bueno, incómoda ya empezaba a sentirse. No era gilipollas y no creía estar imaginándose nada, sabía perfectamente cuando alguien tonteaba con ella. Mar llegó con sus padres y prefirió no seguir pensando en eso, el beso de su novia le supo a gloria. Pepa después de hablar con Carlos fue en busca del anís estrellado, si eso iba a aliviar a su niña, estaba dispuesta a comprar kilos y kilos. Probaron en la toma de la noche, simplemente tenían que hacer una infusión con el anís y mezclarlo en la leche, eso aumentaba la dosis en el biberon, pero al ser agua no tenía mayor importancia. Pepa dejó que fuera Silvia, ella le trasmitía más calma. Tardaron casi una hora en hacérselo tomar todo, y después de los eruptos de rigor, comenzaron con los masajes. Pepa: no se queja.. Era cierto, cuando llegaba ese momento, naia ya empezaba a sentirse mal y que sus mamis la estrujasen aunque fuera para aliviarla, no le gustaba. Silvia asintió, hizo los movimientos con las piernas, la niña expulsó los gases, pero en esta ocasión los lloros no fueron tan intensos como acostumbraban a ser. Tanto Pepa como Silvia no quisieron caer en triunfalismos, quizás solo había sido una casualidad. Durante las 2 semanas siguientes, aunque hubo más noches en vela, la mejoría había ido en aumento. Tanto, que después de varias ausencias, Pepa volvía a visitar a Raquel al hospital. Sus padres volvían a Vigo, Raquel quería que reanudasen su vida, a ella la trasladarían como muy tarde en un mes, y había cosas que hacer en casa. Pepa estaba con Raquel en la sala de la planta, estaban solas, tomaban un café de máquina. Raquel dijo de pronto: la logopeda se me insinúa. Pepa se atratangó con el café, se la quedó viendo: estas de coña. Raquel movió la cabeza negando. Pepa: no lo estarás mal interprentando?. Raquel: mira para mí. Pepa se puso en frente a ella. Raquel le puso las manos en la cara: algunos ejercicios son de expresión facial, si te toco así te parece profesional verdad?. Pepa asintió. Raquel: y así – hizo nuevos movimientos. Pepa: no jodas.. Raquel: tienes unos ojos para perderse en ellos.. Pepa: eh???. Raquel: es lo último que me ha dicho. Pepa se empezó a reir. Raquel no le veía la gracia. Pepa: perdona, perdona, pero es que eres la ostia, en un hospital, jodida, con estos pijamas que hay que ponerse que son de lo peor y aún así ligas.. Raquel: yo no ligo, ni se me pasa por la cabeza, pero esa chica es una bomba sexual andante. Pepa todavía no había coincidido con ella. Raquel: no te imaginas los lugares donde lo ha hecho. Pepa: pero tú que haces en los ejercicios?. Raquel: yo me limito a hacer mi rehabilitación, es ella que habla por los codos. Pepa: y que tengas novia por lo que veo no la frena. Raquel se encogió de hombros. Pepa: y darle un corte. Raquel: sólo son insinuaciones, a lo mejor me suelta que me lo imagino. Pepa: claro y sería un poco bochornoso. Raquel: vendrá en menos de media hora, porque no te quedas?. Pepa: puedo?. Raquel: en las 2 últimas le pedí a Mar que estuviera. Pepa: se lo has dicho?. Raquel: ni de coña... Pepa : y con Mar vuelve el tono profesional?. Raquel: totalmente. Pepa: esto no me lo pierdo. Al poco de volver a la habitación, llamó la logopeda, se retrasaba mínimo una hora. Raquel: si quieres vete, a esa hora vendrá Mar. Pepa: me espero - se sacó el móvil – le digo a Silvia que venga y nos vamos las 2 a tomar algo. Raquel: que tal?. Pepa: puff.., nuestra vida está exenta de romanticismo ultimamente. Raquel sonrió: pero naia está mejor no?. Pepa: si, poco a poco, pero estamos tan cansadas que es beso de buenas noches y caernos rendidas. Aún no había pasado la hora cuando llegó Mar. Mar: hola Pepa.. Pepa: mi pelirroja no venía contigo?. Mar ya estaba sentándose en la cama de Raquel y besándose con ella. Mar: la he dejado abajo con un amigo. Pepa enarcó las cejas: un amigo?. Mar: si, nos hemos encontrado con un chico, se han reconocido y se han puesto a hablar. Pepa se levantó para poner una revista en una mesita auxiliar al lado de la ventana: que aspecto tenía?. Mar se rio: tranquila, parecía una conversación de lo más inofensiva, es más cuando los dejé Silvia le iba a enseñar las fotos de los peques. Raquel: mira que eres moro.. Pepa vio hacia afuera, también sonrió. Entonces llamaron a la puerta. Rebeca entró disculpándose: perdón, perdón es que.. Dejó de hablar cuando Pepa se dio la vuelta. Rebeca: Pepa??. Pepa tragó saliva: Beca???. Rebeca: el mundo es un pañuelo.. Pepa notó los 2 pares de ojos de Raquel y Mar, Rebeca ya estaba abrazándola. Rebeca: pero cariño, cuanto tiempo.., que casualidad.. Pepa: si y tanto.. Rebeca le dio 2 sonoros besos en las mejillas y todavía en brazos de Pepa se volvió para Mar y Raquel: Pepita y yo fuimos grandes amigas en Sevilla.. Raquel levantó las cejas, Pepa nunca le había hablado de ella, quizás habia sido después de cortar ellas por segunda vez. Pepa hizo un leve gesto con la cabeza, Raquel lo interpretó, no preguntes, ya luego te cuento. Rebeca: y vives aquí en Madrid?. Pepa asintió. Rebeca: eso es genial, con lo que me estaba aburriendo.., ya puedes empezar a sacarme de paseo y divertirme como en los viejos tiempos. Pepa: uy.., eso no va a poder ser. Raquel le echó un cable: está casada.. Mar: y tienen 2 hijos –agregó. Rebeca: no puede ser, has abandonado la vida del sexo libre y despreocupado??. Pepa iba a responder. Silvia: espero que sí, por mi bien.. Rebeca se dió la vuelta, todavía seguía cogiendo a Pepa por la cintura. Raquel informó: su mujer, Silvia. Mar: con la que tiene 2 hijos – volvió a remarcar. A Pepa se la veía claramente incómoda. Y eso que Rebeca no había añadido sexo libre en todo tipo de lugares, privados, públicos, etc.. Silvia se acercó: hola. Rebeca: hola, encantada – le echó una mirada de arriba abajo - me declaro tu admiradora. Se dieron un beso en la mejilla. Silvia: y eso?. Rebeca: nunca creí que alguien pudiera echarle el guante a Pepita. Silvia fue hacia su mujer: en realidad ella se empeñó en mí. Pepa sonrió, se besaron, Pepa la abrazó: hola cariño. Silvia: hola guapa.. – se giró hacia Raquel – como vamos Reich. Raquel tenía una sonrisa de oreja a oreja, Silvia estaba llevando muy bien la situación: cada día mejor.. No se había dejado eclipsar por la exuberencia de Rebeca. Silvia se acercó a ella se dieron un beso: me alegro. Raquel: ala ir a divertiros... Mar: eso.. Pepa: nos vamos entonces. Cuando dejaban la habitación. Rebeca: ya nos veremos.. Pepa asintió con la cabeza. Iban en el ascensor, ambas viendo para la puerta. Silvia: un poco neumática tu amiga... Pepa sonrió, pero no dijo nada. Silvia: lo que ha mejorado tu gusto de aquí a unos años cariño. Pepa ya no se pudo resistir, abrazó a Silvia con intención de besarla, pero Silvia no la dejó. Silvia: ehh, che, che, las manos quietas... Pepa sabía que estaba de broma: guapa. Silvia: ya puedes empezar a contar..., pendón... Pepa: ey!!, las 2 hemos tenido un pasado. Silvia: el tuyo parece que no se acaba nunca.. Pepa: todos cometemos errores.. Silvia: ja, tendrás jeta.... Sonó un móvil. Pepa soltó a Silvia: es el tuyo. Silvia lo buscó en el bolso: dime Lola.. – escuchó, puso cara de preocupación, suspiró – lo trae papa?, vale vamos para allí. Pepa: que ha pasado?. Silvia: enzo se ha hecho una brecha en un labio. Pepa: uff, que daño.. No esperaron demasiado en urgencias, a los pocos minutos entraba Sara con enzo en brazos, se fue hacia ellas. Silvia: enzo cariño. Enzo: mami.., pupa.. No parecía mucho pero no dejaba de sangrar. Sara: estaba jugando con Van.. Pepa: si es que es un bruto.. Enseguida pasaron, con unos puntos de aproximación en el labio superior justo debajo de la nariz, salían de urgencias. Seguía en brazos de mami. Pepa: ale scareface, pa casa. Don Lorenzo saliendo del coche: que le han dicho?. Pepa: que su abuelo le debería vigilar mejor. Don Lorenzo: Pepa no me toques los cojones.. Pepa: no ha sido nada, de estas se va a llevar muchas como siga siendo tan bestia jugando. Enzo: fue un asidente.. Silvia aguanto la risa: si cariño.., nadie ha tenido la culpa. El niño se estuvo quejando toda la tarde y acabó durmiendo con sus mamas. Por la mañana, cuando estaban en la cocina. Pepa esperaba a que enzo terminase los cereales, se estaba haciendo el remolón. Pepa: te duele?. Enzo: poquito.. Pepa sonrió, se aguantaba porque no quería que su mamá le riñese. Pepa: anda ven aquí. El niño fue a los brazos de mamá, Pepa le comprobó la herida, los puntos de aproximación estaban bastante sequitos y el corte rosado destacaba entre sus labios rojos y la piel blanca. Pepa: un beso?. Enzo asintió y Pepa le besó la herida. Silvia entraba con naia, seguida por Van, el perro se acercó a donde estaba enzo y le puso una pata en la pierna, el niño se quiso bajar. Pepa le dejó: con cuidado, vale?. Enzo: si. Silvia: cariño y la pupa?. Enzo: ya no dole – y salió pitando hacia el salón con Van a sus talones. Pepa se acercó a Silvia, ella ponía a naia en la silla. Silvia: no creas que me he olvidado eh?. Pepa con ganas de jugar: yo tampoco de tu amigo.... Silvia se giró: que amigo??. Pepa: si, si, hazte la loca, pero se de una buena fuente que estabas con un hombre en los pasillos del hospital. Silvia: pero si era un compañero de la facultad que.. – viendo que estaba dando explicaciones – un momento, pero que hago yo justificando una conversación inocente., no me líes. Pepa: yo?. Silvia: si tú, la del sexo libre y despreocupado.. Pepa: venga pelirroja... – la abrazó. Silvia: no tengo que preocuparme entonces??. Pepa negó: yo sólo te quiero a tí. Silvia: mejor no pienso entonces en que has hecho con ella y en donde.. Pepa: no estoy especialmente orgullosa. Raquel se había ido por segunda vez, y ella desencantada de lo que significaba la palabra amor, se encontró con una estudiante de medicina, cuya pasión por el sexo era incluso superior al suyo. Durante muchos meses aquel deseo se materializaba en los lugares más insospechados, los ya típicos, como aseos, ascensor, probadores, muchas estancias del hospital donde trabajaba y durante un fin de semana loco en Ibiza en plena pista de una discoteca, rodeadas de un montón de mujeres, y con espuma por todas partes. Rebeca se subió a sus caderas: quiero tu dedos dentro de mí – le había dicho. La cantidad de alcohol que llevaba no la dejó pensar en lo que le pedía, y lo hizo, la espuma ocultaba su acción, los gritos del orgasmo de Beca se mitigaron entre la música que sonaba a tope. Silvia la veía a los ojos: que suerte tienes de que no haya sido una loca jovencita desvergonzada. Pepa sonrió: todavía sigues siendo joven, estás bastante tarada y conmigo has perdido la vergüenza. Silvia le pasó la manos por la nuca: pues últimamente llevamos una vida bastante monacal. Se iniciaron unos pucheros por parte de naia. Pepa: y aquí mismo tenemos un porque.... Silvia dejó caer su cabeza en el pecho de Pepa: cierto.. Deshicieron el abrazo, se acercaron a la niña, que se contentó ligeramente con que le prestaran atención. Pepa le dio un beso en la mejilla a su mujer: necesitamos un poquito de tiempo para nosotras. Silvia: si – se dieron un pico. La niña reclamó atención de nuevo. Pepa arqueó una ceja: empiezo a pensar que te quiere para ella sola. Silvia se rió: anda échale un ojo a enzo. Pepa: voy – salió suspirando. Los problemas de naia con la leche seguían una buena evolución, eso sí, cambiando cada 2 - 3 días de marca, de esa forma conseguían que la tolerase mejor, los días fueron pasando y por una cosa u otra, los intentos por tener un momento romántico no se producían. A Raquel le notificaron que en una semana le darían el alta, Mar tenía que ir un par de días a Vigo, pero volvería para estar con Raquel y juntas coger el vuelo a casa. Raquel seguía con las 2 muletas, pero ya no se notaban secuelas en su expresión facial, y las palabras volvían a salir con fluidez de su boca. Rebeca era una buena profesional, no se le podía negar. Al final saber que había sido algo más que amiga de Pepa, sirvió para que Raquel sacará el tema y de forma bastante sútil le dejara claro que no estaba interesada en nuevas técnicas de aprendizaje. Rebeca se lo había tomado con mucha naturalidad, incluso cuando estaba Pepa las cosas no se desmadraban, si contaba alguna anécdota, pero siempre muy light, no podías evitar reirte con ella, las 3 tenían un humor muy payaso. Normalmente Pepa visitaba a Raquel por las mañanas después de darle la toma a naia , volvía a casa comía con Silvia y luego iban a dar un paseo y era Silvia quién se acercaba hasta allí, a veces iban juntas cuando el abuelo y los tíos se hacían cargo de los niños. Esa mañana Sara apareció con Lucas y convencieron a Silvia para que fuese a buscar a Pepa y comieran en algún sitio tranquilas, no la avisó para darle una sorpresa. Raquel y Pepa entraban en la habitación después de dar unas vueltas por el pasillo y la sala. Raquel: mierda.. Pepa: que?. Raquel: me he dejado el libro en la sala. Pepa: ya voy yo a por él. Raquel: gracias. Silvia ya había subido y antes de enfilar el pasillo que daba a las habitaciones se pasó por los aseos, los sanitarios de las habitaciones eran de uso exclusivo para los pacientes. Pepa fue hacia la sala, recogió el libro y de vuelta se encontró por el pasillo a Rebeca, ésta la paró. Rebeca: te tomas un café conmigo?. Pepa: acabo de venir de eso.. – le enseño el libro - Reich se lo dejó en la sala – siguió andando. Rebeca fue detrás y cuando pasaban por las puertas del baño la hizo entrar. Pepa: Beca, venga, deja de hacer tonterías. Silvia que estaba a punto de salir de un aseo, reconoció la voz de su mujer, y se quedó parada. Rebeca: en baños como estos nos lo hemos pasado muy bien.. Se acercó a Pepa, le quitó el libro y ésta dio unos pasos hacia atrás. Silvia tragó saliva y se apartó de la puerta para que no vieran sus piernas. Pepa: Beca, esa etapa de mi vida está cerrada, mejor salimos fuera. Pero Rebeca en cuanto pasó a su lado se pegó a ella. Rebeca: mi cuerpo y el suyo no tienen nada que ver –se apretó a Pepa - es tuyo de nuevo si quieres.. Silvia luchaba consigo misma por salir de aquel aseo y partirle la cara. Pepa la cortó: bec.., no os voy a comparar – intentó deshacerse del abrazo. Rebeca: no tiene porque enterarse.. Pepa: no lo entiendes.. Rebeca: no echas de menos nuestro sexo salvaje...?, yo sí – quiso volver al ataque. Pepa se apartó: mi respuesta es no.., la adoro.. – Rebeca no siguió su avance - no me interesa ninguna otra mujer, y ni se me pasa por la cabeza hacer algo que me haga perderla... Rebeca: Pepita no te reconozco.. Pepa: estoy enamorada de mi mujer, será eso... – recogió de nuevo el libro. Silvia se sentó en la taza del water. Pepa: cuando salimos de casa, lo primero que hago es buscar su mano y entrelazarla con la mía, entonces ella me mira y me sonríe – miró a los ojos de Rebeca - soy feliz, y un polvo contigo no me haría sentir ni la mitad de placer que una sonrisa suya. Pepa no esperó replica, pasó por delante de ella y salió por la puerta. Silvia sentada se limpió una lágrima que bajaba por su mejilla, lo que Pepa había expresado la había conmovido. Pepa llegó a la habitación de Raquel y antes de posar el libro en la mesita. Raquel: que coño te ha pasado?. Pepa: tanto se me nota?. Raquel: cara de cabreo y de incredulidad a partes iguales. Pepa: tú logopeda me ha metido en los aseos con intención de... Raquel levantó una mano: no.., no me lo digas.., me lo imagino.., el no viene escrito en tu cara. Pepa: tengo pinta de follarme a todo lo que se mueve?, de ponerle los cuernos a mi mujer?. Raquel: ey..,ey.., relájate.. Pepa: estoy indignada.. Raquel: pues deberías estar orgullosa, muchos se la habrían tirado... Pepa: cierto - se dejó caer en una silla. Raquel: ejem.., mejor te vas no? – Pepa vio para ella – vendrá en menos de 15 minutos.. Pepa: tienes razón, no me apetece verla delante.. Silvia esperó a escuchar por segunda vez la puerta, que indicaba que Rebeca también había salido, se tomó unos minutos delante del espejo comprobado que no se le había corrido el rimel y salió al pasillo, estuvo a punto de irse para casa, pero si estaba allí era para ir a comer con su mujer, la misma que hace unos minutos la había defendido como nadie. Pepa se despedía de Raquel, cuando se abrió la puerta. Silvia: hola.. Pepa: hola?, que sorpresa.. Silvia: nuestra sobrina se ha quedado con los niños y me ha dado permiso para invitarte a comer. Ambas se acercaron y Silvia le plantó un besazo. Pepa: y esto?. Silvia se encogió de hombros, se acercó a Raquel: lo siento te la robo – la besó en la mejilla. Raquel: ya estáis tardando, venga fuera de aquí. En cuanto salieron al pasillo, Pepa buscó la mano de su mujer, Silvia le sonrió. Pepa: a donde?. Silvia: como? Pepa: que a donde me vas a llevar?. Silvia: te dejo elegir. Pepa: vale.. Cuando esperaban el ascensor pasó Rebeca. Rebeca: hasta luego pareja – siguió su camino. Pepa y Silvia: chao. Pepa pensó en que momento decirle a Silvia lo que había pasado en los baños..., quizás después del postre.. Hacía tan buen día que al final acabaron en el retiro tumbadas en la hierba aprovechando la sombra de un gran árbol, en los postres Pepa no había dicho nada, pero tampoco se sentía bien ocultándolo. Silvia: um.., si que se está bien sin hacer nada verdad?. Pepa: muy bien... Silvia: pero sabes que tenemos que volver.. Pepa: aja.., nuestros hijos nos esperan... Silvia: quienes seguro que estan deseando que aparezcamos son Sara y Lucas. Pepa: que se vayan entrenando que algún día se tendrán que poner a ello. Silvia: me temo que cuanto más se queden con enzo y naia menos querrán.. Pepa se rio: tienes razón, son el mejor anticonceptivo que hay - Silvia vio para ella vale..., no son tan malos. Silvia: son unos soles.. Pepa: la opinión de una de las madres no es objetiva.. Silvia: y su otra madre que opina??. Pepa: que son para comérselos.., pero.. Silvia: pero.. Pepa: naia es una acaparadora de cariño y enzo para hacerse notar ha despertado su vena más traviesa.. Silvia: que exagerada.. Pepa: pero los adoro.., como a tí – le dió un beso. Cuando volvían a casa dando un paseo, Silvia colgada del brazo de Pepa. Pepa: tengo que contarte algo que me ha pasado hoy.. Silvia aunque intentó que no se notara se puso un poco rígida. Siguieron caminando. Pepa: bueno en fin..., Rebeca se me.. Silvia la cortó: mejor no me lo cuentes.. Pepa se paró: no pasó nada. Silvia: te creo.. Pepa: pero necesito contártelo. Silvia: que me digas que no ha pasado nada es suficiente – lo era porque había sido testigo, pero no creía buena idea decírselo a Pepa, y tampoco quería hacerla pasar por el mal trago de contarlo. Pepa: segura?. Silvia la besó: dejemos de hablar de ella. Volvieron a casa y efectivamente Lucas estaba desesperado, enzo lo tenía agotado, Sara no tanto, naia se había portado bastante bien en las tomas y juntas en el salón habian estado la mar de tranquilas viendo los programas del corazón. Enzo yendo a los brazos de Pepa: el primo no aguanta nada... Pepa se echó a reir. Lucas: será..oye mequetrefe.., llevo horas jugando contigo... Pepa casi a la oreja de Lucas: pero el truco es hacerlo correr a él y a Van.... Silvia: venga en compensación os preparamos una cena.. Cenaron todos juntos y nuevamente Silvia y Pepa después de preparar a los niños para dormir y limpiarlo todo, acabaron durmiéndose a los escasos minutos de caer en la cama.. Esa mañana cuando Pepa abandonó la cama al oir los ruidos de enzo, Silvia decidió que debía poner remedio cuanto antes a esa apatía sexual en la que se habían instalado. Cuando llegó a la cocina con naia en brazos, enzo ya salía disparado para la tele del salón. Silvia: toma cariño ponlo a tu lado. El niño cogió el trasmisor que le daba su mami. Pepa al verla con el receptor: que haces con eso..??. Movió la puerta corredera y la encajó, enzo no podría abrirla. Silvia: quiero saber si se mueve del salón.. – encendió el aparato, se escuchaban con claridad las voces de Bob esponga, sus amigos y la risa y algún comentario de enzo a Van. Mientras Silvia le daba el bibe a naia, Pepa preparó el desayuno para las 2. Después del bibe, los masajes etc, naia se quedaba dormida mínimo una horita, le giró el maxicosi apropósito, si despertaba vería los peluches que tenía colgados en una esquina, ellas estaba en la otra punta de la cocina. Pepa ya estaba acabando de recoger los restos del desayuno compartido entre ellas. Silvia se sentó en la mesa y cuando Pepa se acercaba para recoger los manteles individuales la agarró. Silvia: no me has dado ni un beso.. Pepa se lo dio: perdona cariño.. Tuvo la intención de separarse para llevar los manteles a su cajón correspondiente, pero Silvia no deshizo el agarre. Silvia: ya te quieres soltar de mí?. Pepa no entendía: no.. – sonrió – que haces??. Silvia le acarició la cara: nada.. Pepa: ya.. Silvia le dio un beso. Pepa se abrazó a ella: nada no..? Silvia: estamos solas sabes?. Mar no vendría hasta la tarde, y mañana a mediodía saldría con Raquel hacia Vigo. Pepa: solas...?, enzo está en el salón.. Silvia la volvió a besar. Pepa: y naia está aquí mismo.. Silvia le dejó un nuevo beso, Pepa se estaba excitando, Silvia lo sabía. Silvia: enzo está hipnotizado por Bob esponja mínimo una hora, y naia está dormida y no nos ve. Pepa viendo que Silvia la acercaba más hacia si, poniéndola en el hueco que dejaban sus piernas: que pretendes??. Silvia agarrando la cara de Pepa: tener sexo con mi mujer. Pepa: aqui..?, estás de coña.. Silvia negó ligeramente con la cabeza: hace mucho que no tenemos un momento de pasión. Pepa: lo sé.... Silvia pasó las manos sobre los hombros de Pepa: entonces..?. Pepa sonrió. Silvia murmuró a su oído: anda.., ponme a cien... Pepa llevó sus manos al culo de Silvia, la movió la escasa distancia que había entre ellas, pegándola a su cuerpo. El gesto hizo que los pechos de Silvia se marcasen a través del ligero camisón que llevaba puesto. La besó. Pepa percibiendo el cambio: voy bien..? Silvia asintió: aja.. Siguieron besándose poco a poco dando más intensidad a sus bocas. Pepa levantó ligeramente el camisón, se dio cuenta de que Silvia no llevaba braga, la certeza de que su mujer había planificado de forma premeditada lo que estaba pasando la excitó todavía más.. Las tiras del camisón se le bajaban por lo que Pepa no tuvo problema para atrapar un pecho con la boca y mientras hacía eso, sin previo aviso metió 2 dedos en el interior de Silvia, ella gimió. Pepa la sujetaba con la otra mano por la mitad de la espalda, Silvia se balanceaba contra ella, sus dedos entraban y salían a su ritmo. Pepa volvió a su boca, sabía que le quedaba poco para correrse, Silvia le mordió ligeramente el labio inferior cuando se estremecía de placer. Silvia se abrazó a ella. Pepa: pelirroja me has utilizado. Silvia le acariciaba la cabeza: mmmm, un poquito... Pepa la apretó contra ella: me dejo las veces que quieras.. Silvia sonrió, susurró en su oreja: ahora?? Pepa le besó la mejilla: estamos tentando a la suerte.. Silvia se apartó lo suficiente para besarla: he sido rápida, seguro que nos quedan 45 minutos todavía de Bob esponja.. Pepa: tira... La dejó bajar, ella recogió el receptor y salió por la puerta. Pepa la siguió cogiendo con cuidado el maxicosi de naia. Al pasar por el salón. Pepa: enzo cariño no te muevas de la tele vale?. Enzo ni prestó atención al desfile: si.. Silvia recogió a naia del maxicosi y la puso en la cuna, apenas la había dejado cuando sintió como los brazos de Pepa la levantaban, se la llevó a la cama. Pepa: ahora verás.. La besó con pasión descontrolada. Silvia: shh, no hagas ruido.. Pepa: no prometo nada... Relajadas, sudorosas y abrazadas debajo de la sábana. Pepa le daba pequeños besos por el cuello: mm.., que pena no poder dormirnos.... Silvia: mm.. si.., estaría bien... Llamaron a la puerta, la habían cerrado, escucharon la voz de enzo. Enzo: mamás...?? Silvia le dio un pico a su mujer: se acabó la fiesta.. Pepa la dejó levantarse pero ella se tumbo boca abajo y oculto su cabeza con la almohada. Silvia se puso el camisón y le abrió al niño. Enzo: mamá está mala?. Silvia viendo como se había puesto Pepa: que va.., está haciendo el tonto.. Pepa sin moverse: a tí mucho te gusta que haga el tonto.. Silvia recogía el pijama esparcido por el suelo, sonriendo ante el comentario. Enzo se acercó: vamos mamá – la movió – no es hora de dormir... Pepa miró a su hijo: dentro de unos años te recordaré esa frase, anda dame un beso.. Enzo se inclinó y Pepa aprovechó para engancharlo, lo acurrucó junto a ella. Pepa: mira que bien así los 2. Enzo se rió: ayuda mami...!! Naia despertó con un lloro. Silvia le lanzó el pijama a Pepa. Pepa: buenooo, ahora si que la liamos... Silvia no cogió a naia, simplemente se puso en su radio de visión, y le acarició la cara: bonita, que pasa...?, te han despertado estos locos... Pepa dejó bajarse a enzo y éste se acercó a la cuna de su hermanita. Y naia ante la atención de ambos se calló. Pepa de camino a la ducha: la reina adorada por su séquito... Silvia preparó a Naia y enzo, era domingo e iban a comer a casa de Lola. Pepa ya había salido del baño y se estaba vistiendo, dejó a naia en la cuna. Pepa: y enzo?. Silvia: ha venido mi padre y ya se lo ha llevado. Pepa: ah..., saco entonces a Van y nos vamos.. Silvia: vale.. Silvia iba de camino hacia el baño y Pepa ya casi salía de la habitación cuando, Silvia sin saber muy bien porque. Silvia: estaba en los aseos. Pepa se quedó a medio salir y no había oído bien: decías?. Silvia, ahora que lo había soltado, no sabía como seguir. Pepa la miraba con cara interrogante: Sil..? Silvia vaciló, pero: estaba en los aseos... – Pepa parecía sin seguir entender – cuando entraste con Rebeca.., en el hospital.. Pepa: como?, en el hospital..?. Silvia se pasó la mano por la cara: si, cuando.., cuando Rebeca se te insinuo. Pepa frunció el ceño: no entiendo.., estabas allí?. Silvia asintió: en un aseo. Pepa: y por.. y porque no saliste??. Silvia no supo que decir, bueno más bien dudó como decirlo y ese silencio e indecisión Pepa se la tomó de otra manera. Pepa: no me lo puedo creer, esperabas.., esperabas ver como reaccionaba??. Silvia: no.., no. Pero para Pepa era más que evidente que Silvia había dudado de su fidelidad. Pepa: no confías en mí??. Silvia casi de inmediato: si, claro que sí.. Pepa: ya se vé.. – salió de la habitación. Silvia: Pepa.. – pero no fue detrás – mierda.. Pepa se sentía herida, esa muestra de desconfianza no se la esperaba y se puso a pensar en todo lo que había pasado a posteriori, la pasión que Silvia había reclamado apenas unas horas antes en la cocina era que?. Ella no había aguantado sin decírselo, y sin embargo Silvia había estado oculta en el aseo todo el tiempo que Pepa aguantaba el tipo ante Rebeca, y después no se lo dijo.., y se lo decía ahora.. porque?, después de comprobar que la tenía bebiendo de su mano?. Se estaba comiendo la cabeza de mala manera. Quería a su mujer, la adoraba, y sobre todo confiaba en ella, quizás resultase presuntuoso pensar que Silvia nunca le pondría los cuernos, pero estaba convencida de ello, porque cuidaba de su relación, Silvia no sentía lo mismo?. Silvia se duchó rápido, lamentando cada minuto que pasó en aquel aseo sin salir, y cada minuto que pasó después callada, conocía a Pepa y esa muestra de desconfianza le había sentado fatal. Cuando Pepa volvió con Van. Silvia: Pepa.. Pepa la cortó: estás lista?. Silvia: si, pero.. Quería hablar. Pepa cogió el maxicosi con naia dentro: vamos a llegar tarde.... Fría, distante, esa era la reacción de Pepa. Silvia se lo esperaba, porque Pepa era así, lo daba todo, demostraba amor y cariño en cualquier pequeña cosa o gesto, pero si detectaba que la otra parte no correspondía, es más, que incluso jugaba con ese poder, entonces se volvía fría, no queriendo mostrar semejante debilidad, porque la hería profundamente que jugasen con sus sentimientos. Silvia: cariño.. Pepa recogiendo las llaves del coche: estoy cabreada contigo.. Silvia: lo sé.. Pepa yendo de camino a la puerta: pues entonces dejémoslo vale?. Silvia: no supe si sal.. Pepa ya había salido otra vez. Silvia: joder.. Bajaron en el ascensor en silencio, y en silencio llegaron a casa de Lola. Al entrar. Estaba la familia al completo incluido Mariano. Lola fue la primera en acercarse: pero esta niña bonita que hace días que no la veo???. En cuanto Pepa subió el maxicosi a la mesa de la cocina Lola la llenó de besos. Se apartó olfateando. Pepa: si Lola se ha cagado.., me la llevo para cambiarla.. Lola: la cambio yo.. Pepa la cortó: deja ya lo hago yo... Recogió a la niña y con la bolsa en la otra mano salió para las habitaciones. En la cocina también estaba Sarita, madre e hija se dieron cuenta del poco humor que traía Pepa. Sarita: que le pasa?. Silvia se dejó caer en la silla: que soy una imbécil.. Lola: y eso??. Enzo que estaba con el abuelo se acercó: hola mami. Silvia: hola cariño – el niño subió a su colo y le dio un beso. Enzo: y mama?. Silvia: dentro cambiándole el culito a naia. Enzo se bajó y salió hacia allí. Lola y Sara seguían viendo para ella. Silvia se pasó la mano por la cara: piensa que no confío en ella. Lola: por??. Silvia les contó el ataque de Rebeca y como se quedó en el aseo sin salir. Sara: y ahora está empeñada que te quedaste para saber si caía. Silvia asintió: ya he intentado explicarme pero no me deja. Sara: es que cuando se cierra en banda es tremenda. Pepa llegaba con la niña: ya está la comida Lola?. Lola: eh.., no.., estamos dejando reposar el arroz. Pepa puso a la niña en el maxicosi, abrió la nevera y se cogió una cerveza: estoy fuera tomando el aire. Salió a la corrala. Paco que parece que no está atento a nada había visto desde el salón el cuchicheo de su mujer y las demás en la cocina, y marcharse a Pepa, no era normal que no se quedase con ellas. Recogió su cerveza y salió por la puerta del salón. Pepa estaba apoyada en la barandilla, empezaba el calor en Madrid. Paco: que hermanita como va... Pepa: bien Paco.., como siempre. Paco: seguro??. Pepa se quedó viendo para él, se encogió de hombros. Paco le pasó el brazo por la cintura: eso te pasa por liarte con mujeres...- le dedicó una sonrisa contagiosa que la hizo sonreir a ella también – venga, vente con los hombres a ver las motos, beber solo es muy aburrido.. Entraron. Enzo que notaba que su mama estaba seria se sentó en su colo, mami también estaba rara, como triste, pero el niño era muy pequeño para distinguir mucho más, pero sabía que sus mamas no estaban como siempre, su mamá no le estaba gastando bromas a su mami, o abrazando o besando. Enzo: mamaaa.. – le cogió la cara entre sus manitas. Pepa: dime. Enzo: te quero mucho.. Pepa sonrió: yo también. Enzo: y mami. Pepa: mami que. Enzo: a mami tamén?. Pepa: a mami también. Enzo: no mentas eh??. Pepa le dio un beso: no te miento.. Aunque seguía cabreada con ella. Comiendo enzo tampoco se despegó de Pepa, por instinto estaba convencido que era allí donde tenía que estar, Pepa que no tenía mucho apetito estuvo muy atenta a que él si comiese, Silvia en frente los observaba, agradeciendo que su hijo intentase ablandar a su mujer. Lola: Rita nos ha llamado que iban a ir a la sierra. Mariano: hombre una siesta entre los árboles puede estar bien. Don Lorenzo: a usted lo de hacer deporte no se le mete en la cabeza eh??. Silvia vio para Pepa. Enzo se adelantó: si!, si!, quero ver a Sabi.... Pepa se encogió de hombros. Sara: genial, entonces subimos todos. Durante el trayecto en coche enzo no paraba de jugar con naia. Pepa: enzoooo, déjala dormir. Enzo: es ella que me da las manitas. Pepa: pues no le hagas caso.., que como no duerma luego se va a poner muy pesada.. Enzo lo intentó pero le daba penita que su hermana le echase las manos y él no hacerle caso. Silvia le llamó la atención 2 veces más pero después se dieron por vencidas, la enana no quería dormir, y el hermano no se podía resistir a sus gracias. Cuando llegaron Rita y Povedilla tenían montadas unas mesas con sillas y café preparado, estuvieron haciendo un poco de tertulia, pero al poco tiempo los hombres se pusieron a jugar con una pelota, y naia empezó a llorar. Pepa se levantó y la cogió: que.., ahora tienes sueño no??. Intentó sin éxito dormirla, pero no tenía el ánimo adecuado para hacerlo por lo que la niña lejos de coger el sueño, se inquietó más, Silvia se acercó. Silvia: pruebo yo?. Pepa se la dió. Enzo se acercó a Pepa: mama juega conmigo, con Sabi y con Van. Pepa: vale.. Mariano con los lloros de naia dejó de intentar una siesta en el resfort que se había traído. Silvia puso a la niña sobre el colchón e intentó entre caricias y besos calmarla. Lola, Sara y Rita recogieron un poco y se fueron a estirar las piernas a un paseo cercano. Apenas 1 hora después, enzo y Sabina estaban ya cansados de correr detrás de la pelota que les tiraba Pepa, las chicas habían vuelto y los hombres sudados se iban a refrescar a una fuente cercana, se llevaban a Van que era el único que no parecía agotado. Enzo: mira mama?. En la colchoneta Silvia se había quedado dormida, y naia que estaba nuevamente despierta jugaba con los mechones rojizos de su mami. Pepa: tú de bebé hacías lo mismo.. Enzo: si??. Pepa asintió. Enzo la cogió de la mano: vamos.. Se acercaron a Silvia y naia, enzo se subió al colchón. Naia los recibió con gorgoritos y aspavientos de brazos, enzo se rió bajito, le dio besos a su hermana, Pepa se sentó en el colchón, su hija le echó los brazos, también reclamaba atenciones de su mama, se recostó a su lado. Silvia despertaba. Enzo: mami te has dormido.. Silvia: un poquito.. Enzo que seguía cogiendo una manita de su hermana le dio un beso a naia. Esta encantada pareció reirse. Enzo: dale tu uno mami. Silvia beso a su hija y naia sujetó con las manos la cara de su mami sonriendo. Enzo: ahora tu mama.. Pepa dejó un beso en la mejilla de naia, como la niña no había soltado a Silvia, tenía la cara de su mujer muy cerca. Silvia aprovechó la cercanía y buscó los labios de Pepa, ella no la rechazó, se besaron. Enzo se bajó del colchón, por su parte el trabajo estaba hecho.. Al separarse. Silvia: no dudaba de tí, fue todo tan rápido... – le acarició la cara - no supe que hacer.., pero.. Pepa la besó: cállate, te disculpas fatal – la volvió a besar. Las hizo separarse los gritos de Don Lorenzo. Don Lorenzo: vosotras dos!!, un poco de decoro cojones!!!. Pepa dejándose caer encima de Silvia: que cruz.... Pepa se limpiaba el resto de una lágrima, Silvia la abrazaba por la cintura. Silvia: venga cariño.. Acababan de despedirse de Raquel y Mar en el aeropuerto, iban caminando hacia el aparcamiento Pepa: joder, es que no puedo soportar verla tan limitada. En circunstancias como esas te dabas cuenta de lo importantes que eran las zonas habilitadas para personas con escasa movibilidad o cualquier otra minusvalía. Cuando llegaron al hospital las plazas reservadas estaban ocupadas, objetos de obras o de carga y descarga obstaculizando alguna que otra rampa o acceso, y después en el aeropuerto entre las maletas e ir de un sitio para otro de la terminal 4, a Raquel no le quedó más remedio que claudicar y subirse a un carrito, ella y sus 2 muletas. A Pepa no le pasaron desapercibidos los gestos de dolor contenido en el momento de entrar y salir del coche, eran moviemientos cotidianos pero que con su parálisis resultaban difíciles de coordinar. Silvia: en unos días estamos allí. Pepa estrechó más a su mujer: no quiero pensar que no pueda.. Silvia no la dejó: pues no lo pienses, sé positiva, esa es la actitud que necesita. Pepa: tienes razón.. Siguieron andando y entraron en el metro. Pepa: sé que lo hemos hablado pero..- Silvia esperó – estás .. estás segura de estar allí.. todos estos meses.. Silvia asintió: nos necesitan, ella y Mar, son nuestras amigas, le debemos mucho.. Pepa: lo sé.., incluso la vida. Silvia la besó: eso.... Un par de días después.. Don Lorenzo: todo bajado y revisado.. Pepa: seguro?. Don Lorenzo: hay que cojones.., si no te fías ya sabes.. Pepa: que carácter..., Silvia!!, vamos!!. Lola salía con ella de la habitación llevando en el maxicosi a naia. Pepa: y enzo??. Silvia la miró como diciendo ni idea. Pepa: enzo!!. Aparecieron enzo arrastrando una mochila y ayudado por Van que mordia una cinta y tiraba de ella. Pepa: pero.., enzo que llevas ahí?. Enzo: juguetes.. Pepa: con que todo no?? – viendo para su suegro.. Don Lorenzo se acercó a su nieto: anda déjame a mí – recogió la mochila con un brazo y cargó en el otro a su nieto. Pepa: no me haga esos esfuerzos.... Don Lorenzo se daba la vuelta para contestarle pero se interpuso entre ellos Lola. Lola: venga Papa vamos bajando nosotros.. Silvia le dio un golpe a Pepa en el brazo: pero mira que eres eh??. Pepa sonrió. Silvia: sólo queda esta bolsa? – señaló la bolsa donde llevaban las cosas de uso diario para naia. Pepa: sip.. Silvia: vale, pues vamos no?. Pepa: ok. A enzo ya lo estaba atando Don Lorenzo, Pepa recogió de manos de Lola a naia que estaba dormidita y se fue por la otra puerta, mientras la enganchaba, Silvia apareció por la puerta de enzo. Silvia: estas bien cariño?. Enzo: si.. Silvia: un beso. Enzo y ella se dieron un piquito. Silvia siempre hacia lo mismo cuando salían de viaje, revisaba que el niño estuviese bien atado y se daban un beso. Pepa: naia lista, puede pasar a revisar jefa. Enzo sonrió. Silvia se fue por el otro lado, hizo lo mismo y besó a su hija. En el maletero Van, y además las maletas, el carrito de naia, otros bultos y aún así quedaba sitio. Se despidieron de Lola y Don Lorenzo, con la promesa de ellos que se pasarían por Vigo cuando tuvieran las vacaciones. Pepa se puso al volante e inició la marcha. Salieron del intenso tráfico de la M30 y pusieron rumbo por la A6 hacia Vigo Pepa: nuevo record.. – estaba viendo por el retrovisor interior. Silvia aunque giró su cabeza ya sabía que iba a encontrarse, a enzo dormido, sonrió. Cuando salían de Madrid no le ponían el dvd hasta la primera parada, preferían estar atentas ambas a la carretera, con lo cual se quedaba enseguida dormido. Silvia cambió la radio para el disco duro y eligió una lista a reproducir. Pepa: he estado pensando que nos queda un hueco. Silvia: que hueco. Pepa: ahí atrás... Silvia se la quedó mirando: me estás diciendo lo que creo que me estas diciendo?. Pepa le echó un rápido vistazo: el pobre está en flagrante minoría. Silvia: 2 castro y 2 miranda, empate. Pepa: va a necesitar ayuda de otro castro cuando esa enana no duerma tanto y empiece a hablar y andar.. Silvia: bah.. deja de decir tonterías. Pepa: umm.., como era..., ah.., si – la miró - tienes de plazo para hacerte a la idea hasta que naia cumpla 2 años.. Silvia se quedó perpleja: lo dices en serio?. Pepa encogió su hombros: me gusta tener hijos contigo.. Silvia: ya pero... Pepa le acarició la cara: no me hagas caso, o sí.., no sé.. Silvia se recostó en el asiento, miró hacia adelante y hacia Pepa un par de veces. Pepa le puso una mano en la pierna: olvida lo que he dicho.., anda.. Silvia: claro.., sabes que ahora no lo voy a olvidar.. Pepa: bueno pues.., mira.., lo dejamos en una posibilidad.., sine die.. A Silvia también la vencía el sueño, bajó ligeramente el asiento, se apoyó de lado viendo para Pepa y estiró su mano hasta posarla en el muslo de su mujer, siempre que el sueño la vencía se ponía en esa posición. Silvia tenía especial interés en parar en Sanabria, era una sorpresa para Pepa, pero dormitó con tranquilidad porque al viajar con niños y mascota sabía que pararían en menos de 2 horas. Pasaban los kilómetros, Pepa canturreaba por lo bajo, acariciaba de vez en cuando la mano de Silvia.. Detrás se escuchaban los ruiditos de naia, hacia una media hora que se había despertado, se le veían las manitas intentando agarrar los muñequitos que colgaban sobre el maxicosi. Enzo: mama??. Pepa lo vió por el retrovisor: dime. Enzo: tengo pis.. Pepa sonrió: aguantas unos minutos?. Enzo asintió. Pepa: vale.. Silvia también empezó a desperezarse Silvia: paramos??. Pepa: si queda nada para el area de servicio. Silvia: estás cansada?. Pepa: no, voy bien. Silvia bajó casi corriendo con enzo rumbo al baño, mientras, Pepa recogía a naia, se la colgaba al pecho y sacaba a van para que el perro también estirase un poco las piernas. El area de servicio estaba equipada con unas mesas fuera, cerca de un parquecito infantil, Pepa se dirigió hasta allí, apoyó la bolsa en una de las sillas y cuando se sentaba levantó a naia para posarla sobre la mesa. Vigilando también hacia donde iba van para ir a recoger lo que hiciese. La niña le sonrió. Pepa: pues si que estás tú de buen humor eh??, revisión de culo – la movió un poquito para comprobar el pañal – uff.., toca cambio..si. Silvia llegó con enzo. Pepa: voy a recoger... –señalando a van. Silvia sujetó entonces a naia. Enzo salió disparado para el parque. Pepa volvió al lado de Silvia. Silvia: te he pedido un café. Pepa: ah.. vale.., la voy a cambiar. Silvia: espera que preparo el biberon para que se lo calienten.. Silvia conducía atenta a los carteles, en cuanto vio el desvío hacia Sanabria. Silvia: enzo cariño pis??. Enzo que estaba compinchado con su mami: si.. Al acercarse al pueblo se encontraron un montón de coches. Pepa: parece que hay fiestas.. Silvia: parece si.. Estaban en días cercanos a Semana Santa por lo que en muchos pueblos de España se realizaba alguna que otra procesión, romería , fiesta al fin y al cabo. Silvia reconoció las señales que le había indicado Mar y llegó a la plaza Mayor, donde aparcó el coche. Enzo quería bajar enseguida para curiosear. Silvia.: cógete a mama – le susurró cuando lo desataba. Así lo hizo. En la plaza Mayor junto a la iglesia había algunos puestos de rosquillas, velas y artesanía, Silvia buscó con la mirada una casa en concreto, cuando la localizó. Silvia: vamos por aquí... Cuando pasaban cerca de la posada de las misas donde también tenían una mesa de exposición en la puerta. Silvia leyó el cartel: la posada de las misas.- le hizo un gesto a su hijo. Pepa iba viendo para los lados cuando fue arrastrada por enzo al interior de la posada. Pepa: ey... Enzo se plantó delante de la chica que estaba en la mini recepción. Enzo: mi mama se llama Pepa. Pepa: enzo...- viendo para la chica - disculpa.. Pero la chica estaba avisada de que un niño pelirrojo le dijese algo parecido. Chica: Pepa Miranda??. Pepa se quedó sorprendida: como??. Chica: tengo una reserva a su nombre.. Pepa flipaba: no puede ser.. Enzo: si mama, si.. Pepa viendo la reacción de su hijo, se dio la vuelta, Silvia fuera con naia y Van sonreía. Pepa: pelirroja.... Silvia puso cara inocente: un alto en el camino??.. Pepa se quedó sin palabras. Enzo se lo explicó: era una sorpresa. Pepa reaccionó sonriendo: claro, secretitos con mami, ya veo. Se volvió a la chica que divertida esperaba. Pepa: pues tú me dirás.., el perro? Chica: está permitido, si me siguen les indico sus habitaciones. Pepa ayudó a Silvia a entrar la silla de naia, dejaron la silla abajo y subieron por las escaleras. La casa era una antigua posada de varias plantas sin ascensor, Silvia había reservado una habitación comunicada con otra en la zona más alta. La chica después de enseñar la estancia discretamente las dejó solas. Pepa cogió a Silvia: ven aquí.. Silvia se dejó atrapar: te gusta?. Pepa: mucho.., pero.. Silvia le dio un beso: un día, para tí y para mí, si??. Pepa la besó: claro.. Silvia: hay una maleta pequeña con cosas para hoy y mañana. Pepa: la azul?. Silvia asintió. Pepa: voy a buscarla..- cuando salía por la puerta, se acordó – Sil.., has avisa.. Silvia: Mar me habló de este sitio, sabe que llegamos mañana en vez de hoy.. Pepa: ok – y fue en busca de la maleta. Silvia abrió la ventana que daba a la plaza, Pepa salía de la posada. Silvia: guapa!!. Pepa vio para arriba, puso cara de vergüenza, pero lo lanzó un beso. Comieron en el restaurante de la propia posada y después de una breve siesta de enzo y naia salieron a dar una vuelta. En recepción les habían informado de las actuaciones previstas, había en la Plaza Mayor unos títeres y juegos infantiles en otra plaza un poco más tarde. Primero fueron a los títeres y después bajaron a la zona de juegos. Participaron Pepa con enzo y luego Silvia, disfrutaron tanto niños como mayores, y agotadas cuando acabaron los juegos entre padres e hijos se sentaron en una mesa a refrescarse y para que enzo merendase. Naia estaba en brazos de Silvia tomando el bibe, Van a sus pies. Enzo acabado el bocadillo intentaba liar a Pepa para que fuera con él. Pepa negaba con la cabeza: un descanso, por favor – las manos juntas en gesto de rezo – por favor.., por favor.. Enzo se rio: volvo en 5 minutos. – y salió corriendo. Una pareja, ambos ya de una cierta edad, que los estaba observando desde hacía unos minutos, se rieron.. La mujer: bo-nita fami-lia, dis-culpe mi espa-ñol. Silvia: gracias, habla muy bien, no se disculpe. Eran turistas ingleses, llevaban viniendo a España desde hacía casi 30 años.., en esta ocasión estaban acompañados de una hija con su familia. 3 niños rubitos fueron corriendo hacia ellos, se llevaron al abuelo. La hija se sentó junto a su madre y estuvieron charlando con ellas, naia se convirtió en la atracción de todas por sus continuos gestos y risas cuando enzo volvía por unos minutos y le hacía alguna tontería. Volvieron a la posada Pepa con enzo cansadísimo en sus brazos y Silvia con naia también dormida. Les dieron la cena después de un baño colectivo. La sorpresa de Silvia no había acabado, tenía contratada una canguro para que ella y Pepa pudieran salir a cenar tranquilamente, se vistieron y cuando llegó la canguro, salieron. Por la noche seguía habiendo mucho ambiente, de gente adulta y adolescentes que al igual que ellas iban a cenar. Pepa abrazó por la cintura a su mujer y le dio un beso en la mejilla: me encanta mi sorpresa.. Silvia le acarició la cara y le dio un pico: me alegro.. Pepa: pero no sé si me gusta que mi mujer y mi hijo tengan secretillos. Silvia sonrió: no veas lo que me ha costado que no te lo soltase.... Pepa se rio: me lo imagino... Cenaron relajadamente, disfrutando de las delicateses que les fueron sirviendo. Pepa estaba encantada con haberse parado, normalmente era ella la de las sorpresas, pero en esta ocasión había sido Silvia quién lo había preparado todo y lo estaba disfrutando. Decidieron dar una vuelta por el pueblo, hasta que llegaron a la plaza donde se había colocado el escenario para las orquestas, tomaron asiento en una de las terrazas y se pidieron unos cafés.. Escucharon tranquilamente sentadas las canciones que la orquesta iba tocando, hasta que sonaron los acordes de luna de miel. Pepa enseguida clavó los ojos en Silvia. Silvia: ah no.., eso sí que no.. – Pepa ya se estaba levantando – que me da mucha vergüenza.. Pepa: es nuestra canción.. – tirando de ella hacia donde bailaban los demás. Silvia en brazos de Pepa pretendía ocultar su rostro en su pecho, pero Pepa no le dejaba, así que al final desistió. Pepa: venga si nadie nos mira. Y era verdad, cada cual estaba a lo suyo diviertiéndose sin prestar demasiada atención al resto. Pepa no la hizo sufrir demasiado bochorno porque acabada la canción volvieron a la mesa, estuvieron media hora más y después se fueron para la posada. Esperaban encontrarse a la canguro tan dormida como sus hijos, pero no, sorprendentemente todos a excepción de Van estaban muy despiertos. La canguro dejó el cuento que le estaba leyendo a enzo. Pepa: enano que haces despierto?. Enzo sonreía: no teno sueño. Silvia: a las 2 de la mañana no tienes sueño??. Enzo negó con la cabeza. Canguro: se ha despertado al poco de iros.., lo siento.. Pepa: tranquila, cuando duerme fuera de casa le pasa siempre.. Silvia se acercó a la cuna, viendo que naia estaba con los ojitos abiertos de par en par: y la pequeñaja va por el mismo camino.. La canguro se despidió dando besos a enzo y naia. Pepa le preparó el bibe a naia y Silvia mientras, acabó de leer el cuento a enzo y estuvo un rato charlando con él. Pasaron ambas por el baño, Pepa comprobó nuevamente que los niños por fin estuviesen dormidos, Silvia salió del aseo extendiéndose crema en la cara. Pepa tumbada en cama: se ha acabado nuestra cita romántica?. Silvia sonrió: duermen?? – indicando la habitación de sus hijos. Pepa asintió. Silvia: entonces no.., no?. Subiendo a la cama se sentó encima de Pepa, que hizo la intención de levantarse pero Silvia con sus manos sobre su pecho se lo impidió. Silvia: quietecita... Pepa se dejó hacer.... Se adormilaban una en brazos de la otra.. Silvia: niña o niño.. Pepa casi dormida:mmm.., que??. Silvia: que prefieres... Pepa abrió ligeramente los ojos: que sea Castro y con el pelo rojo me llega. – la besó. Silvia: idiota..- Pepa la besó otra vez - sólo es una posibilidad... – no queriendo comprometerse. Pepa asintió: una posibilidad... Cerraron los ojos, ambas con una sonrisa en los labios y un pensamiento parecido sobre como sería esa posibilidad si en un futuro se materializase.. Pepa se despertaba poco a poco, llegaban hasta sus oídos el leve murmullo de voces, distinguía la de Silvia y la de enzo, también los ruiditos de naia.... Se estiró desperezándose, al abrir los ojos por la claridad imaginó que serian como mínimo las once, se había quedado sopa, sonrió al recordar la causa de su despertar tardío. Silvia la había despertado unas horas antes, después de volver del baño y comprobar que los niños seguían dormidos, habían hecho el amor de nuevo.. Silvia que estaba en la terraza desayunando con sus hijos, vió cierto movimiento en los pies de la cama, supuso que Pepa se estaría despertando, sonrió pensando en la carita que tenía cuando escuchó los primeros murmullos de enzo, Silvia se levantó y consiguió que no hicieran demasiado ruido para que mamá siguiera durmiendo. Aunque Pepa normalmente se despertaba antes y era la primera que los escuchaba cuando los niños lloraban o se quejaban, en alguna ocasión se quedaba profundamente dormida, como agotada. Las primeras veces que le sucedió Silvia se preocupó, tanto que no paró hasta que fueron a consulta con la Dra. Barros, Pepa era reticente sobre todo por el como iban a plantearle el síntoma. Y mientras Pepa se cortaba toda, Silvia no tuvo reparos en contarle a la Dra. Barros sus actividades nocturnas. Para la revisión rutinaria faltaban algunos meses, pero para que se quedasen tranquilas, la Dra Barros hizo un examen exhaustivo. Silvia recordó lo nerviosa que se había puesto mientras esperaba agarrada a la mano de Pepa a que la doctora les diera los resultados, se relajó en el mismo momento en el que entró en la consulta y al verlas le sonrió. Dra. Barros: está todo perfecto, un poco baja de hierro. Pepa: entonces??. Dra. Barros: te puedo recetar unas vitaminas.. Pepa se quedó viendo para ella. Dra. Barros: está claro que.. – sonrió – te agotas.. Pepa se puso roja. Y Silvia se aguantó la risa. Esa noche y madrugada Silvia tenía que reconocer que había abusado un poco de ella.., pero la culpa la tenía Pepa por saber donde tocar y como y hacerla llegar a placeres inimaginables, si a eso le uníamos la facilidad de Pepa por llegar ella misma al climax pues el resultado eran horas de desgaste físico placentero. Silvia perdía la cuenta al segundo orgasmo, pero sabía de sobras que Pepa podía tener un tercero e incluso un cuarto.., normal que apenas unas horas después, no se enterese de nada que pasaba alrededor a menos que le gritaran al oído. Pepa desnuda recogió una camiseta de asas del suelo y un poco más adelante sus bragas, se fue un momento al baño, un poco de agua en la cara la despejaría, el olor de café recien hecho la llamaba, se enjuagó la boca, no tenía mal aliento por la mañanas pero era una costumbre.. Salió a la terraza con lo justo, las bragas, la camiseta y descalza. Silvia sonrió: buenos días dormilona. Pepa ajustó su visión: puff.., que sol.. Enzo se giró: dormilona.. Silvia: como que son casi las doce.. Pepa se agachaba para dar un beso a enzo: tan tarde?? – se dieron un pico, que le supo a colacao, pues el niño tenía los labios llenos de chocolate – buenos días peque. Enzo: buenos días mama.. Pepa se giró y se comenzó a arrodillar: la culpa la tienes tú, pelirroja – se dieron un beso, Pepa acabó de rodillas con su cabeza en el regazo de Silvia – ajjjj, que sueño.. Enzo se rió. Silvia acariciando su cabeza: anda siéntate y desayuna.. Pepa se levantó perezosamente: si, necesito recuperar fuerzas. Silvia cabeceando: estás mayor cariño.. Pepa le dedicó una traviesa mirada: déjame desayunar y te demuestro lo mayor que estoy.. Silvia: mírame a mí... Pepa: sabes que yo hago un mayor esfuerzo.. Silvia: que yo sepa has disfrutado el triple o más..- le guiñó un ojo. Pepa sonriendo y recordando: si, si.. Naia reclamó su beso de buenos días. Pepa la sacó del maxicosi y la estrujo un poco: impaciente..- le dio varios besos en la mejilla – que ella escucha y ya quiere que la hagan morenías.. La puso de nuevo en el maxicosi. Pepa viendo para el cielo: casi las doce???. Silvia: si pero desayuna con calma, me ha enviado un mensaje Mar, que nos esperan para comer, como si llegamos a las 3 o más tarde.., me voy a duchar – se levantó – tómate las vitaminas. Pepa: siii mamiiii. Enzo se rió. Raquel estaba en la terraza de casa descansando después de los ejercicios, su padre estaba con ella. Raquel: Papa??. Antonio: dime hija.. Raquel: Mar no quiere esperar para inseminarse.. Antonio al igual que su mujer y toda la familia, sabían que cuando dispararon a Raquel, Mar y ella llevaban un tiempo pensando en tener hijos, Mar todavía era joven, apenas 28 años por lo que no necesitaba procesos especiales de fertilidad, simplemente llevar un cierto control de ovulaciones y poco más. Esa noche hablaron o discutieron, Raquel no sabría afirmar a cual de las 2 opciones se asemejaba. Raquel: Mar por favor, sé razonable, es que no me ves?. No se veía capacitada, había recuperado su habla, buena parte del movimiento del brazo derecho, pero apenas tenía fuerza en él y la pierna seguía siendo una extremidad que apenas la sostenía. Mar estaba convencida de que la futura maternidad sería un estímulo para su recuperación. Mar: te quedan varios meses de rehabilitación.. Raquel: y quién te llevará a las consultas?. Mar: sé conducir Ra, y tú me acompañarás.., y pasados unos meses seguro que llevarás el coche tú misma. Raquel: y si no es así?, y si no recupero la fuerza necesaria para mantenerme en pie sin necesidad de muletas?, y si ni siquiera puedo sostener a nuestro bebé?. Mar zanjó la discusión: ya tienes un objetivo para tu recuperación – se levantó - coger a nuestro hijo cuando nazca. Se fue a trabajar. Antonio: tu madre practicamente os crió sola.. Raquel le hizo la siquiente observación: por lo tanto que yo sea media persona no es importante. Antonio: sabes que no he querido decir eso.. Raquel: ya.. Antonio pasó con cariño el brazo por los hombros de su hija, acercándola a él: venga.., aparta el miedo a un lado y deja que te invada la ilusión de ver una pequeña Mar por aquí correteando.. Raquel sonrió: tú estas deseando tener una nieta... Antonio levantó la mano: lo confieso, quiero que se me caiga la baba con mi primera nieta.. Raquel estuvo acompañada por sus sobrinos más pequeños cuando llegaron sus hermanas mayores para ayudar con la comida, mientras los niños se bañaban ella los vigilaba tirada en una tumbona. Vió para su reloj, ya casi las 15:00, Mar se retrasaba, imaginó que por eso tampoco llamaba su madre para comer. Raquel: enanos ir saliendo del agua que ahora hace mucha calor. Hubo leves protestas pero obedecieron a su tía, mientras se secaban apareció Mar, ellos la mojaron cuando fueron hacia ella para abrazarla. Los niños: hola tita, besos.. Mar los besó a todos: hola guapos, a comer... Raquel esperó. Mar se acercó y le dio un beso. Raquel: ya no estás enfadada??. Mar: nop.. Raquel viendo para ella: has hablado con mi padre. Mar sonrió: me llamó él. Raquel: será... Mar: vamos??. Raquel: has tardado... Mar: es que me he encontrado con unas amigas... Raquel bajaba la pequeña cuesta de acceso a la parcela de sus padres, iba con la muleta debajo de la axila y prestando atención al suelo, así que no se dió cuenta de quienes estaban sentadas a la mesa hasta que escuchó una voz familiar. Enzo: raki!!. Levantó la cabeza y vio como enzo llegaba corriendo para acto seguido abrazarse a sus piernas. Raquel desconcertada: pero.. – se agachó ligeramante para responder al abrazo – como es que.. – levantó la vista y descubrió a Pepa y Silvia sentadas a la mesa. Pepa: mira que no invitarnos a pasar unos días, si no fuera por tus padres.. Ambas se levantaron y se acercaron. Raquel: que coño... Pepa: no te veo emocionada.., si lo sé no vengo.. La abrazó. Silvia las abrazó a ambas: si que se alegra de vernos.. Raquel al separarse ambas: claro, es que.., no me lo esperaba.. – viendo a su familia – y todos vosotros lo sabíais??. Carmen: hija no hagas preguntas tontas.., venga, todo el mundo a la mesa.. Van gogh se mantuvo a los pies de Pepa, los dos golden se habían acercado pero por ahora él mantenía las distancias. Para la sobremesa se trasladaron a la zona de la piscina. Mar tenía en brazos a naia, jugaba con ella, Raquel estaba hipnotizada con esa visión. Pepa y Silvia a su lado se dieron cuenta. Pepa: te la prestamos unos meses. Raquel: ja ja... Pepa: si.. reir te vas a reir.., cuando no duermas.. Silvia: no la desanimes... Raquel: cuanto os quedáis??. Pepa: ya te lo he dicho, unos meses.. Raquel se la quedó viendo. Pepa: no des saltos de alegría eh!!. Raquel: me estas vacilando.. Pepa negó con la cabeza. Raquel vio para Silvia. Silvia: te dice la verdad.. Raquel: Mar de que va todo esto??. Pepa: a Mar no la metas que ha sido cosa mía y de tu padre.. Raquel se acomodó: Papa??. Antonio no dijo nada. Pepa estiró sus largos brazos e hizo chasquear los dedos: necesitaba un ayudante de fisio.. Raquel: vosotros 2 estáis gilipollas no??. Antonio se levantó: voy a echar un ojo a los niños. Los mayores ya se querían meter en la piscina. Pepa: no te conviene cabrear a la entrenadora... Raquel: no voy a hacer mis ejercicios contigo.. Pepa no le hizo ni puñetero caso, se levantó hacia Mar. Pepa: un momento... Cogió a su hija y se la puso en el regazo a Raquel, apropósito sobre el costado derecho. Raquel: Pepa... Pepa: anda cuidanosla un ratito, como si fuera hija tuya si.. Luego tiró de Silvia y después de Mar. Pepa: a bañarnos chicas.. Raquel: no me hace puta gracia.. Las hermanas de Raquel y su madre se aguantaron las ganas de reir. Carmen: niña!!, no digas esas palabrotas, y ten cuidado con la nena aún se te va a caer.. Naia hacía aspavientos, y empezó a hacer pucheros.. María: que poca maña – se la acomodó en los brazos – que guapa la nena...- le hizo unas monerías a naia – hazle un poco de caso, sino se pondrá a llorar... Mar quería darse la vuelta: pobre.. Pero Pepa no la dejó: esto no es nada con lo que le espera.. Ellas se dieron un chapuzón con los niños, enzo estaba encantado. Van gogh estirado en la sombra recibía las curiosas visitas tanto de Oliva como de Popeye. Cuando Mar volvió al lado de Raquel se le empezaba a entumecer el brazo derecho. Raquel: cariño por favor.., la puedes coger..?? Mar se la cogió, naia dio un respingo: uy.. estoy fría... Pepa desde la piscina: pásamela Mar.. Silvia que jugaba con enzo: Pepa que es muy pequeña.. Pepa la cogió: no la voy a meter.., solo a mojarle un poco los pies a ver que hace.. Lo que hizo fue levantar los piececitos hasta casi la cabeza en cuanto notó el agua. Pepa lo intentó de nuevo, y obtuvo la misma reacción, no pudo evitar reirse y abrazarla, la niña se puso a temblar al notar la piel mojada de su mama. Pepa se giró para donde estaba enzo con sus mangitos y Silvia: mira como nada tu hermanito.. Enzo al acercarse la salpicó un poco y la niña se agitó como loca, pero no lloraba, era emoción pura y dura.. Silvia: loquita como su mama.. Pepa riendo: ya te digo – aguantando con la niña por encima del agua - que nervio... Silvia besó a su hija: guapa... Y Naia se quiso ir con ella. Silvia: vienes conmigo si..? Pepa se la pasó. Puso cara de no entender porque también su mami estaba mojada. Silvia sonriendo: te pensabas que yo estaba seca.. eh... Pasada la tarde y antes de cenar, Silvia acomodó todo lo que habían traído en las habitaciones del primer piso de la casa de Antonio y Carmen, Mar se fue con ella. Mientras, Pepa se quedaba con los niños y Raquel. Pepa: será divertido.. Raquel hizo una mueca: no lo creo.. Pepa con una gran sonrisa: ya verás como sí.. Raquel: me voy a cabrear mucho contigo.. Pepa: bueno, yo voy a hacerte daño.., en paz no??. Raquel bufó. Un día cualquiera de Julio. En las cercanías de la piscina estaban Antonio y Pepa haciendo los ejercicios matutinos con Raquel y en una tumbona un pelín alejada Silvia con naia sobre su pecho, la niña había tomado el bibe y adormilada descansaba sobre su mami. Enzo y Van gogh se habían ido a la playa con Carmen, las 2 hijas mayores y los niños de ambas. Raquel se quejaba: dejarme ya.. Antonio había cedido hacia unos minutos, llevaban ya más de 2 horas torturando con múltiples ejercicios a su hija. Pepa inflexible: un poco más... Raquel: no puedo.. Pepa siguió estirando la articulación de la pierna: si que puedes.. – volvió a flexionarla – ahora... Raquel apretó los dientes y empujó: joder...! Ya no era dolor, era rabia, rabia por todo lo que le costaba el más mínimo avance con esa puta pierna. Raquel: suéltame ya.. Pepa. Pero estaba de espaldas, y aunque había recuperado gran parte de su fuerza en el brazo derecho, era imposible sacarse de encima a la morena. Pepa: diez más y te dejo.. Raquel: Papa!!. Antonio: Pepa.. Pepa: si quieres sacarme de encima tuyo ya sabes lo que tienes que hacer. Raquel intentó moverse, y casi consiguió sacársela de encima.. Pepa: buen intento, ahora focaliza toda esa fuerza en la articulación correcta.. Raquel entre dientes: me cago....., brufff – empujó nuevamente su pierna derecha que Pepa mantenía flexionada hasta estirarla por completo. Pepa: muy bien, te quedan 9. Silvia nunca intervenía, de vez en cuando Pepa veía para ella como buscando consejo por si se estaba pasando, Pepa era dura, pero Silvia sabía que el límite de Raquel era muy alto, y en esos apenas 3 meses aunque había costado lágrimas y casi sangre, gracias a esa férrea disciplina, Raquel ya sólo se apoyaba en una muleta... En cuanto Pepa notaba que se hacía la remolona: venga.. Raquel: te patearé el culo.., te lo juro... Pepa: estoy deseando verme las caras contigo en un tatami.., pero por ahora eres una rival demasiado floja.. Raquel empujando otra vez y arrastrando las palabras: cabrona.... Pepa en cuanto la pierna estaba estirada volvía a flexionarla, le resultaba sumamente fácil porque del esfuerzo Raquel no oponía resistencia. Pepa: decías???, seguimos en el punto de partida... Raquel rogando: Papa... Pepa: Antonio, mejor baja a junto los nietos, que la niña empieza con chantaje emocional. Era otra de las tácticas, apelar el amor de padre para dejar de sufrir, pero como Pepa estaba allí, lo máximo que conseguía era que Pepa lo echase.. Raquel otra vez poniendo el alma en el esfuerzo: sádica de los coj..... Pepa: si tienes fuerzas para hablar, seguro que podemos hacer otras diez.. Raquel sabía que Pepa iba en serio, nunca en ninguno de los días había cedido ni un sólo minuto.., por lo bajo maldecía, intentando que no se la oyese.. Pepa satisfecha: vale..- se sacó de encima. Silvia con naia despierta en sus brazos, se acercó a ellas y le pasó a Pepa un par de toallas. Pepa: gracias cariño – se dieron un beso. Silvia: estas empapada. Pepa: si es que hago yo más ejercicio que está.. Esa.., era Raquel y seguía tumbada en el suelo. Raquel: a la mierda Pepa, vete a la mierda.. – se giró boca arriba, todavía recuperando la respiración. Tenía la camiseta de asas y el pantalón completamente mojados. Silvia: has trabajado muy bien. Silvia siempre tenía palabras de aliento. Raquel: gracias Sil.. Pepa le ofreció la mano para que se levantase, Raquel con gesto experto se apoyó en su pierna buena y se incorporó. Pepa: bah.., si es una floja.. Raquel: y tu gilipollas. Pepa no se pudo resistir: anda refréscate un poco – la pilló desprevenida con el empujón. Raquel gritó: Pepa!! – antes de hundirse. Silvia se rió. Naia gritó: epa!!!. Pepa y Silvia se quedaron viendo para ella. Raquel asomó la cabeza: Pepa!!!. Pepa y Silvia no le hacía ni caso, veían para Naia que volvió a repetir agitando los brazos. Naia: epa!!!. Pepa: mi niña esta diciendo mi nombre???. Lo demás que salió de la boca de naia fueron nuevamente gorgoritos sin sentido.. Silvia: como se llama mama?? – señalando a Pepa. Naia vio para mamá, luego para mamí, Silvia señaló de nuevo a Pepa. Naia: epa??.. Pepa gritó: si!! - dándole un besazo a su hija – pero que lista es por dios!!. Naia se reía aunque el grito de su mamá le había hecho dar un bote. Naia repitió: epa!!. Silvia: vale, oficialmente identifica a su mama con la palabra más o menos legible epa. Pepa besó a su mujer. Raquel que se movía hacia el bordillo: hay que joderse.., ayudo a que esta nazi esté más contenta si cabe.. Pepa: a que no sales de la piscina. En ese momento llegaban Mar y Ruth, bueno más bien llegaba a grandes zancadas Ruth, seguida por Mar disimulando una sonrisa. Ruth: mejor que no salga, porque la pienso ahogar yo misma.. Como Pepa y Silvia no entendía, a modo de explicación Ruth les enseñó una carta. Pepa: que es esto??. Pero Ruth las dejó con el sobre en la mano, para centrarse en su hermana. Ruth: esta me la pegas.., sal de ahí..!! Raquel se mantenía a flote, ahora en medio de la piscina: mejor no.. Mar llegando a su lado: abrirla.. Pepa lo hizo para encontrarse, supuestamente una invitación de boda, de lo más cutre con 2 fotos una de Ruth y otra de Fran, la cual peor y disfrazados a lo Elvis y Marilyn, era un montaje fotográfico buenísimo.. No pudieron evitar reirse. Ruth: le ha llegado a todo el mundo!!!, hoy no han parado de llamarme a mí y a Fran partiéndose el culo de la risa.., y nosotros no entendiendo nada.. Claro, porque ellos evidentemente no habían elegido aquella horterada.. Ruth: que vergüenza, te voy a matar!!!. Mar se acarició la barriga: preferiría que no lo hicieses, no querría ser madre soltera. Mar estaba ya de 2 meses, todo se había precipitado con la llegada de Silvia y Pepa, las charlas de ambas, hicieron que no se lo pensasen más y apenas una semana después de que estuviesen allí, a Mar le hicieron la inseminación, y a la primera se quedó en estado... Las molestías matutinas, las naúseas, todo se lo estaba tomando con absoluta alegría.., Raquel reaccionaba igual e incluso el día del predictor la levantó en brazos olvidándose de las muletas y de su precario equilibrio, menos mal que estaban en el dormitorio y cayeron sobre la cama.. Desde entonces por la mañanas, se despedían con un largo beso. Mar: ya sabes..- cuando a la puerta llamaba Pepa para empezar el entrenamiento – piensa en nosotras.. Ese nosotras abarcaba al bebé en camino, pues Mar estaba convencida de que sería una niña y a ella misma. Ruth se giró hacia ella: yo te ayudo a criar a ese bebé.., pero a esta me la cargo.. Raquel sonriendo sin parar de mover los brazos para mantenerse a flote: ha sido una broma... Ruth: sal!!. Raquel: mañana llegarán las de verdad, con una nota explicativa y un perdón público de mi parte. Ruth: yo.., es que.. Mar se acercó a su amiga y le dio un beso en la mejilla: anda perdónala.., la necesito.., además de que la quiero claro.. Ruth levantó el dedo hacia su hermana: ni una putada más.., no quiero estar de los nervios el día de la boda.. Raquel no dijo nada. Ruth: Reich??!!. Raquel nadó hasta las escaleras: vale.... Mar se acercó con una toalla, Raquel poco a poco salió de la piscina, la cubrió para secarla. Mar: que hacías en la piscina?. Raquel se abrazó a ella apoyando su cabeza en el pecho de Mar con mimo, señaló a Pepa: esa idiota me ha tirado.. Pepa cambió de tema: a que no sabéis quién ha dicho su primera palabra..?. Silvia: bueno, palabra, palabra.. Pepa: pelirroja no le quites mérito, anda dame. Recogió a naia de sus brazos. Pepa se señaló: como me llamo??. Naia comprendiendo que se le pedía repitio: epa.. Pepa se la comió otra vez a besos. Silvia no pudo contener la risa. Mar y Ruth se quedaron sorprendidas. Raquel que seguía en la misma posición pegada a Mar: no vamos bien.., la niña ya casi habla y yo aún no ando sin muleta.. Lo decía en tono de broma Mar la abrazó más todavía y le dio un beso en la cabeza. Esa mañana habían acabado la sesión de ejercicios más temprano, ese era un pequeño síntoma de que aunque lenta, la mejoría era evidente. Raquel hacía más rápido las repeticiones de los ejercicios, y eso que Pepa siempre incluía alguno nuevo para el final. Era una táctica para cabrearla y así conseguir un último esfuerzo fruto de la mala leche que le entraba. Así que Raquel se fue con Mar para darse una ducha y relajarse un poquito hasta que llegase el momento de comer. Pepa y Silvia decidieron bajar a la playa, así le darían una sorpresa a enzo, que no las esperaba, sobre todo a Pepa. Que ella estuviera tanto tiempo entrenando con Raquel, impedía que bajase a la playa, Silvia solía estar con Pepa de mañana, y por la tarde cuando ya sólo quedaban los estiramientos y masajes, iba a la playa con su niño. Pepa acababa igual de agotada que Raquel, así que muchas veces ya subían enzo y Silvia cuando ella salía de la ducha. Ruth prefirió quedarse, así llamaría a Fran contándole que como sospechaban la autora de su invitación petarda de boda, había sido Raquel. En el pequeño arenal que estaba a los pies del monte de la Guía, no había demasiada gente, casi todos vecinos de la zona, localizaron por tanto fácilmente las 2 sombrillas que bajaban Carmen y sus hijas. También en la sombra estaba Van gogh. Saludaron. Carmen: que temprano.. Pepa: cada vez le cuesta menos.. Sara y María se alegraron junto con Carmen. Silvia viendo para el agua: tu hijo aún no te ha visto. Antonio jugaba con sus nietos mayores, los pequeños y enzo estaban en la orilla haciendo castillos. Pepa se quedó en bikini: voy.. Silvia: un ratito que dentro de poco hará mucho sol. Carmen: si, estabamos pensando en subir cuando habéis aparecido, pero un poquito más aún nos podemos quedar.. Sara:ven para aquí Silvia que hay sombra. Mientras Pepa se alejaba, Silvia se sentó, puso a naia sentada entre ellas. Raquel salió del baño, refrescada.., Mar estaba tumbada en la cama con los ojos medio cerrados. La médica le había dicho que durante los primeros meses de embarazo, que se sintiese alguna que otra vez cansada sería de lo más normal. Raquel se tumbó también. Ambas boca arriba. Mar: mejor??. Raquel: bueno.. Mar giró su cabeza y esbozó una sonrisa: en que estás pensando??. Raquel: en una acividad placentera... Mar: no estás cansada de tanto ejercicio? Raquel le acarició la mejilla: en el que pienso acaba muy bien.. Mar sonrió más abiertamente y buscó la boca de su novia. Los besos las hicieron olvidar lo cansadas que estaban, Mar se puso encima de Raquel, y Raquel en pocos segundos ya le había quitado las prendas superiores. Después sujetando a Mar por la espalda la hizo nuevamente posar la espalda en el colchón, sus bocas apenas se separaban. Mar sorprendida: umm..., y esa fuerza??. Raquel sonrió: ya ves... El placer final, las hizo relajarse hasta tal punto que se quedaron dormidas.. Pepa se acercó a su pequeño que estaba de espaldas, le quitó el gorro, eso hizo que el niño se diese la vuelta. Enzo alegre: mama!! – se echó en sus brazos. Pepa: hola guapo, que hacéis??. Contestaron al momento Marcos y Jesus: una fortaleza.. Pepa: ah.., claro es verdad. Tenían 6 cubos, cada uno de un tamaño distinto, y como mínimo había 20 torres, con sus murallas e incluso un puente levadizo, les habría llevado horas hacerlo. Pepa: quién quiere subir y que les de una vuelta en el hinchable??. Todos incluido enzo levantaron las manos. Pepa: entonces al agua enanos – salieron disparados – eh,eh, los manguitos.. Volvieron a ponérselos, Pepa se los puso a su hijo y recogió el hinchable en forma de cocodrilo. Marcos y Jesus se subieron ellos mismos y Pepa ayudó a enzo. Pepa: listos??. Todos gritaron: si!!. Y Pepa que le llegaba el agua por la cintura se puso a correr tirando por una cuerda del cocodrilo, en cuanto hizo un pequeño cambio de rumbo, todos los ocupantes del reptil acabaron en el agua. Pepa: oh.. fatal!!. Pero ellos emergían riendo. Antonio y sus nietos mayores se acercaron. Antonio: ponemos un par de motores más??. Los pequeños: si!, si!!. Pepa le pasó a Antonio otra de las cuerdas y comenzaron a correr. El cocodrilo cogió más velocidad y de nuevo en cuanto cambiaron levemente la trayectoria, todos al agua. Pablo y Jonas entre risas les ayudaban a subirse y vuelta a empezar.. Silvia junto con las demás también reía. Maria: fíjaos, ya casi se sostiene. Naia quería estar de pie... A sus 6 meses, quedaba claro que naia iba a ser una niña precoz en muchos sentidos. Silvia: y hace un rato a dicho algo parecido al nombre de Pepa y claro a mamá se le ha caído la baba. Carmen: si??. Silvia: a ver si lo repite .. Puso a la niña viendo para el agua. Silvia: Pepa!!! – agitó el brazo y naia la imitó. Naia: epa!!. Carmen y sus hijas abrieron la boca sorprendidas. Silvia: ahí lo tenéis.. Toda la tropa volvió para casa media hora después. Ruth fue a avisar a Mar y Raquel. Tocó en la puerta de entrada y ante la ausencia de respuesta pasó, ni rastro, viendo la puerta de la habitación cerrada, sonrió, tocó con fuerza. Ruth: que fuerte lo vuestro!!, a ver que estamos esperando para comer!!. En el interior de la habitación Mar y Raquel pegaron un bote. Raquel: argg.., mona!!, que susto nos has dado... Desde el otro lado de la puerta. Ruth: venga!!, ya le diré a Pepa que te has quedado con energías... Mar se rió desperezándose. Raquel se puso encima: guapa..- le dio un beso - vamos??. Mar asintió. Un día cualquiera de Agosto. Ese viernes sólo había entrenamiento por la mañana. Pepa: te quieres centrar?. Raquel: eh??. Pepa estaba con Raquel en la piscina y le hizo una aguadilla. Raquel al sacar nuevamente la cabeza escupiendo agua. Raquel: mierda Pepa.., joder.. Pepa se rió: anda vamos, mejor salimos del agua.. Raquel la siguió, llevaba en manos y piernas unas pesas por lo que su avance era más lento. Al llegar a las escaleras se sentó y mientras Pepa le ayudaba a quitarse las pesas. Pepa: no vas a oír lo que diga la ginecóloga como sigas así… le lanzó agua a la cara. Raquel hizo una mueca: estoy.., estoy.. Pepa se sentó con ella: de los nervios, ilusionada, emocionada.., sigo??. Raquel negó con la cabeza: no.. Pepa: el embarazo es para disfrutarlo.., no sufrirlo.. Raquel: ya pero… Pepa la cortó: quieres que sea niña.., pero si no lo es te hará la misma ilusión.. Raquel: claro que sí.., pero saber que hoy nos pueden decir el sexo del bebé.., y que puede ser la niña que tanto queremos todos.. Pepa sonrió: lo sé, Naia puede dar fe de ello. Raquel quiso cambiar de tema: y al final a que hora os váis vosotros?. Pepa: pues dentro de una horita me imagino, en cuanto llegue tu hermana Sara. Raquel: os va a encantar la costa de Finisterre. Pepa :a costa da morte no?. Raquel sonrió: con ese acento del sur tuyo suena muy raro.. Llegaron Sara y Juan con los niños. Sara se abrazó a Raquel: quiero que me llames en cuanto salgáis de la consulta. Mar que estaba a su lado: seguro que en cuanto la médica nos lo diga agarra el móvil. Juan: todo listo?. Pepa: listo - se giró hacia van gogh que los observaba con curiosidad – van.., pórtate bien eh??. El perro levantó la mano y Pepa se la cogió, haciendo como que se saludaban. Pepa: prometido.. Van dio un pequeño ladrido. Enzo se abrazó a su perro, lo llenó de besos y subió al coche. Silvia y ella repartieron besos. Antonio y Carmen: pasarlo bien.. 2 horas después mientras Mar se recostaba en la camilla con Raquel a su lado. La tropa que se había ido rumbo a la costa de la muerte, llegaba al hotel Naturaleza AV. Mientras esperaban en la recepción a que a Pepa y Juan les dieran las llaves de las habitaciones. Silvia: que bonita es.., no me la imaginaba así.. Sara sonrió: sabíamos que os iba a gustar. Enzo, Jonás y Jesús viendo otros niños en la piscina querían ya irse para allí. Sara: calma enanos.., primero hay que instalarse en las habitaciones y comer.. Todos se lamentaron.. Jesús puntualizó: comer y hacer la digestión.. Nuevos lamentos.. Subieron al piso de las habitaciones, habían reservado 3 con vistas al mar, 2 de ellas con terraza para las parejas, y la otra para los niños. Sentados en el resturante de la planta baja tomaron algo ligero, les costó que los niños comiesen pues la vista de la piscina era tentadora, menos mal que ya no quedaban bañistas y estaban como ellos sentados a comer. Juan: que os parece si primero les dejamos bañarse un rato y luego hacemos un recorrido por la costa hacia el Faro. Pepa: suena bien… Silvia asintió. La exploración estaba yendo bien, pero a Raquel le parecía que la ginecóloga se estaba haciendo de rogar en cuanto a la revelación del sexo del bebé.., y ella impaciente lo soportaba como podía atenta a todo cuanto decía la médica, o eso pensaba.. Mar hizo unas cuantas preguntas técnicas que fueron respondidas rapidamente por la doctora, y cuando le preguntaba si el bebé estaba bien posicionado para saber su sexo. La doctora asintió: os doy ahora mismo una foto de vuestra niña. – sonrió. En la cara de Mar se dibujo una gran sonrisa y de forma instintiva apretó la mano que tenía entrelazada con Raquel, pero ella no respondió, la miró, se había quedado viendo para la doctora. Mar: reich..? Raquel seguía sin pestañear, como paralizada.. Doctora: Raquel.., te encuentras bien??. Raquel como volviendo en sí: repi.. repita.. eso que aca.. que acaba de decir.. La doctora con cara de alegría: que es una niña… Raquel repitió: ni…ña, es.. – se giró hacia Mar – es niña.. Mar con lágrimas en los ojos: si.. Raquel que seguía teniendo dificultad con el lenguaje se agachó hacia el rostro de Mar y la acarició. La doctora de forma discreta abandonó la habitación. Raquel: es niña…. Mar veía la tremenda emoción que se dibujaba en la cara de Raquel y no podía contener las lágrimas.. Raquel: e...eres fan...fantástica..- le dio un tierno beso – aho...ahora mismo es....estoy un poco tor.. torpe con las palabras.., te quiero.. Mar agarró la cara de Raquel y pidió un beso más apasionado. Raquel más serena: se me va a salir el corazón del pecho. Mar sonrió pegada su frente a la de Raquel. En cuanto salían del Xeral. Mar consultando el móvil: tenemos llamadas perdidas de todos.. Raquel iba sujetando por la cintura a su novia, mientas en la otra mano se ayudaba con una muleta. Raquel: te cedo los honores…. Mar sabía que Raquel seguía en una nube emocional tremenda, y estando como estaba, las palabras no fluirían con la suficiente rapidez. Mar en cuanto llegó al coche empezó a marcar, primero el número de Antonio y Carmen, era su primera nieta y se merecían ser los primeros. Silvia y Pepa comprobaban que toda la ropa estaba fuera de las maletas y colocada en el armario, mientras enzo medio desnudo saltaba de un lado para otro en la habitación, naia permanecía tranquila en su sillita viendo el trajín. Escucharon los gritos de Sara y porrazos en la puerta. Pepa fue a abrir, Sara entró agitando el móvil, seguida de Juan y los niños. Sara: es niña!!!, es niña!!. Silvia y Pepa se alegraron muchísimo. Pepa: anda trae el móvil que lo vas a tirar. Sara se lo pasó: es Mar.. Silvia se abrazó a Sara: que bien verdad??. Pepa: enhorabuena.. – escuchó – Reich sigue catatónica??? – se rió, viendo para Silvia – no enlaza dos palabras seguidas. Silvia: no seas mala.. que tú también te emocionaste un montón.. Estuvieron pasándose el móvil unos a otros un rato. Sara nuevamente: un beso a las 2, nos vemos el domingo de tarde. Los niños disfrutaron de un par de horas en la piscina, mientras ellos estaban tumbados vigilándolos. Naia estaba dormitando, recostada sobre la barriga de Silvia, su pelo negro permanecia oculto bajo un gorrito, simplemente llevaba puesto un pañal, Silvia de forma maternal la acariciaba a lo largo de la espalda. Sara: está en la gloria.. Juan: y por la noche no protesta cuando la dejáis en la cuna?. Pepa: a veces..., esta pequeña tirana decide donde y como quiere dormir.. Silvia sonrió: así se queda frita siempre.., y la mayoría de las veces al pasarla a la cuna no se despierta, pero cuando tiene el día flamenco entonces hay que dejarla en la cama con nosotras.. Antonio y Carmen organizaron una cena para celebrar la buena noticia, invitaron a los padres y hermanos de Mar, también se acercaron las hermanas de Raquel. Antonio no cabía en sí de alegría al igual que los padres y hermanos de Mar, Raquel buscó el abrazo de su madre, se la encontró en la cocina dando los últimos toques a la salsa. Raquel: mama??. Carmen se giró, apartó el cazo de la vitro y le sonrió a medida que iba hacia ella. Se fundieron en un largo abrazo. Carmen: ahora si que estas sentando la cabeciña... Raquel se apretó más a ella: quiero ser tan buena madre como tú. Carmen notando su inquietud: lo serás.., aquí está la abuela para ayudar en todo. Raquel besó a su madre: gracias. El horno empezó a pitar. Carmen: anda..., ayúdame con esto.., y salgamos con los demás... El ambiente en toda la cena estuvo muy animado, la pregunta más repetida era el nombre que le iban a poner, pero en ese tema ni Mar ni Raquel soltaron prenda. Mar se justificó: es que no lo sabemos todavía.. Todos protestaron. Raquel: es verdad.. Mar: podéis dar nombres, nosotros tenemos un montón y no nos damos decidido. Mala cosa hicieron, allí opinaron casi hasta los perros. Raquel mientras hacían la sobremesa con el licor café, ya cansada de escuchar nombres horrorosos de labios de su hermana María. Raquel: tú estas vetada.., y voy a empezar a pensarme eso de que seas la madrina. María protesto: eh!!, que soy la mayor, me merezco el honor. Raquel: y suerte que tienes de que Mar sólo tenga hermanos. Ya por la noche, en cama, abrazadas y todavía muy emocionadas, comenzaron el repaso de todos y cada una de los nombres. Mar sostenía la foto de la eco de ese día y a cada nombre que Raquel le decía, Mar replicaba que no le veía esa cara de ese nombre. Raquel: se nos está acabando la lista. El sábado los turistas se dedicaron a recorrer carnota, muros y demás alrededores, luego volvieron al hotel para cambiarse y asistir a la apertura del embalse que contenía el río xallas, entonces el caudal de la cáscada de ézaro alcanzaba dimensiones espectaculares, y esa noche en concreto, la iluminación y la música que lo acompañaba dió como resultado un magnífico fenómeno. Todos veían la caída del agua acompañada por la música y el juego de luces, en la zona del parque, entre otras muchas personas. Se habían llevado un pequeño picnic que les organizaron en el hotel, así que cenaron allí mismo, vieron la cascada, se hicieron un montón de fotos, dejaron que los niños participaran en los juegos que se organizaron en las distinas pistas del parque y ya por último cuando los enanos cansados buscaban los brazos de sus madres y padres, decidieron dar por concluída la excursión. Pepa cambió a enzo y lo metió en la cama, mientras Juan y Sara hacían lo propio con Jesus y Jonás, el único que aguantaba despierto. Pepa besó a su pequeño, a los demás niños, y se despidió de sus amigos. Pepa: hasta mañana chicos.. Juan y Sara: buenas noches. Silvia mecía entre sus brazos a naia, ya le había dado el bibe y la niña sujetaba con sus manos los mechones ondulados de su mami, mientras se dejaba tentar por morfeo y sus ojitos estaban casi cerrados del todo. Pepa abrazó a Silvia: enano roncando, como vas con esta pequeñaja??. Silvia: está muy tranquilita.. Pepa besó en el cuello a su mujer: entonces.., me acompañas en la ducha....? Silvia: dame unos minutos. Pepa: genial!. Silvia: shhhhh.., como la despiertes te quedas a 2 velas.. Pepa la besó nuevamente y susurrando: vale.., vale.., voy poniendo el agua en la temperatura correcta... Como era la vida, habían entrado al hospital con el corazón en un puño y todo se había quedado en un susto. En casa Carmen cuando se abrazó a Pepa no pudo evitar que se le escapase alguna lagrimilla. Ruth: ay mama!!, ya vas mayor.. Raquel le dio un capón a su hermana: enana no te pases.. Ruth: aujj – tocándose la cabeza – pobre Elenita, la que le espera con la madre que le ha tocado. Raquel ya iba a por ella de nuevo, pero Ruth salió corriendo, refugiándose detrás de Mar. Mar: si claro, detrás de la embarazada.., pero serás. Enzo llegó hacia donde estaban todos y tiró del pantalón de Pepa. Enzo: mamaaa. Pepa se agachó: dime cariño. Enzo se abrazó al cuello de su mama y le habló al oído. Pepa no pudo contener la sonrisa, mientras escuchaba atenta, cuando este acabó, ella le respondió: por ahora no... Enzo volvió a decirle algo al oído. Pepa: vale, tomo nota. Enzo le dio un beso y se fue. Silvia al igual que todos había visto la escena completa guardando silencio, cuando su hijo se había ido, miró interrogante a su mujer. Pepa con el rostro alegre: el pelirrojo, que le ha estado dando a la cabecita, y que si estabas embarazada tú también, si era una sorpresa, y que él quiere un hermanito para jugar a la pelota con él.. Silvia: será, y a mí porque no me pregunta??. Pepa: es que, que sea niño o niña es cosa mía.. Silvia lo vio con cara de que me estas contando? Pepa besó a su mujer: no sé de donde le vienen esos pensamientos.. María viendo como ya jugaba de nuevo con sus hijos: seguro que esos 2 colaboran.. Durante la comida, la lesión muscular de Pepa fue un motivo de cachondeo por parte de Raquel. Mar a su lado: te las va a hacer pagar cuando se recupere.. Raquel cruzó una leve mirada con Pepa: si.., si.., seguro que estoy mejor que ella fisicamente. Antonio: mirarme a mí, como un toro.. Pepa le tiró la servilleta: pero si tú eres un blando, contigo hacía ejercicios de coña.. Ruth: es que es su niñita y no le puede hacer pupa.. Raquel le sacó la lengua, al tiempo que Antonio le daba un beso en la mejilla. Ruth bufó: papa.., se te va a caer la babita cuando nazca jeder. Carmen: que jeder??. Ruth: ya sabes mama, Elena, Helena – aspirando la h - Helen, jeder.. Pepa y Silvia reían. Raquel: Elena.., no le cambies el nombre.. Carmen: esta niña es imposible, siempre diciendo nombres raros. Mar se rió: a mí me gustan los nombres que se inventa. Raquel: no??.., Mar insistió: los tuyos son muy bonitos. Raquel: de pequeñaja siempre le salía Raki.., mamá no paraba de repetírselo para que lo dijera bien.., pero ya cuando empezó a llamarme Reich desistió... Ruth: seguro que Ellen, o jeder le va a encantar.. María: y para esto estuvimos una tarde entera diciendo nombres??. Ruth: yo no estaba.. Raquel: menos mal.. Ya de noche Mar y Raquel pasaron las puertas de su casa. Mar fue directa a la nevera, Raquel supuso que a por un yogur, desde que estaba embarazada, tenía predilección por tomarse algo frío antes de irse para cama, se apoyó en la encimera de la isla central. Raquel: cásate conmigo?. Mar sacó la cabeza de la nevera, en una mano el yogur: que?. Raquel: que te cases conmigo.. Mar cerró la puerta, le dedicó una sonrisa, sacó la tapa del yogur y fue a por una cuchara. Raquel fingiendo cabreo: oye!!, no pases de mí.. Mar se acercó a ella, le dio un pico, para acto seguido tomarse una cucharada de yogur, Raquel la rodeó con sus manos por la cintura, esperando. Mar con una gran sonrisa: no.. – y siguió comiendo yogur. Raquel contrariada: porque no?. Mar entornó los ojos y rebañó el cristal: prefiero ser tu novia toda la vida..-le dio un beso – y que me lo sigas pidiendo de vez en cuando.. Raquel le quitó el vaso del yogur, le rodeó la cara con sus manos: en serio.., vamos a tener una hija y.. Mar sonriendo: te me vas a volver tradicional??. Raquel: pero porque no quieres??. Mar la besó: yo quiero estar así contigo siempre. Raquel la estrechó más entre sus brazos: eso no tiene porque cambiar.. Mar: hacemos una cosa... Raquel esperanzada: el que..? Mar: tú piensas un lugar bonito, me llevas allí, tu y yo solitas, y a lo mejor tienes suerte y te digo que si. Raquel: si hombre.., y me dices que no y me muero de vergüenza delante del concejal. Mar le acarició la mejilla: seguro que si lo preparas bien.. – zalamera le dio un beso – no me puedo resistir. Se besaron con más intensidad y la mente de Raquel realizó un compartimento interior para ir pensando en ese lugar especial, donde conseguir el sí de Mar. Mar que notaba que Raquel se estaba distrayendo: preciosa..., que tienes una mujer en tus brazos dispuesta a todo lo que tú quieras.. Raquel salió del compartimento para poner toda su atención en su novia, acarició la ligera curva de la barriga de Mar y viéndola a los ojos: te amo.. Mar sonrió: yo también.. Entre besos cubrieron el camino hacia su cama. Pepa se reía y Raquel andando en la cinta se cabreaba. Raquel: te quieres callar ya.. Pepa que tenía a naia en brazos y le hacía monerías: no habérmelo contado.., cuantas veces te ha dicho ya que no.. Raquel: prefiero no contarlas que me cabreo más.. Pepa: si le pones la misma cara que a mí, por eso te dice que no.., estás muy graciosa.. Raquel subió la marcha y comenzó a correr: es la cara que se te queda cuando tu novia te dice que no quiere casarse contigo.. Pepa le comía las manitas a su niña: ella si que quiere.., pero hombre pedírselo cuando tiene la cabeza metida en la nevera.. Raquel: ja,ja.., me he hincado de rodillas en un lugar precioso, durante un fin de semana romántico, en una cena con todo lujo de detalles, y siempre me dice lo mismo. Pepa: o sea no – y volvió a reírse, consiguiendo que naia hiciera lo mismo Raquel:graciosaaa.. Pepa: pero es que no lo ves..?, le encanta que le montes esas historias.., y te dice que no.., esperando ya la siguiente.. Raquel le echó una rápida mirada, pero volvió rapidamente a la cinta, tenía que estar atenta para no caerse: no puede ser.. Pepa que estaba tirada en el sofá: reconoce que como teoría es buena.. Silvia y Mar estaban sentadas en el parque de la Guía, mientras enzo jugaba de un lado para otro con Van gogh. Esa mañana había amanecido cubierto, así que la playa estaba descartada, y la rehabilitación en la piscina también, mientras Pepa se quedaba con naia y Raquel intentaba dar unos pasos en la cinta ( eso era lo que ellas y los demás creían ), ellas habían ido a dar una vuelta. Silvia: otra vez le has dicho que no!!?. Mar la miró con cara de culpable y asintió. Silvia no pudo evitar sonreír: pobre.. Mar: no digas eso, que me siento peor.. Silvia: mujer es que lo tuyo es cruel.. Mar: y lo mona que se pone cuando me lo pide, y se queda esperando mi respuesta.. Silvia: sigue igual de mona cuando le dices que no..?? Mar sonrió: se le pone una cara que adoro.. Silvia se rió: eres mala.., se lo haces a propósito... A los pocos días. La boda de Ruth y Fran. La casa de Antonio y Carmen parecía que se iba a venir abajo, madres detrás de niños para que se vistieran y luego no se arrugasen o manchasen si se ponían a jugar, maridos buscando corbatas, y hermanas histéricas con la novia. Bueno no todas, Raquel sentada en la cama observaba como su madre, Sara, María y Mar daban los últimos retoques a Ruth, estaba embobada. Ruth: ey!! hermanita!! Que??. Raquel volvió en sí, y cuando todas esperaban que dijera alguna tontería propia de su estilo: estás muy guapa.. Ruth se emocionó toda. Sara, María y Mar gritaron a la vez: no!!, no te pongas a llorar que se corre el rímel!!. Ruth respiró: la culpa la tiene ella.. Raquel: yo?? – se levantó, la muleta en su mano y se puso a la altura de Ruth – no puedo decir que mi hermanita pequeña está preciosa vestida de blanco?. Ruth se la abrazó y no pudo evitar que se le cayesen algunas lágrimas.. Raquel en medio de todo aquel tul: venga tonta.., si te queda mucho día para llorar más veces.. Las demás enjuagaban también alguna lágrima. Carmen: raquel.., quieres hacer el favor de no ponerte tan tierna..?, que tus hermanitas y tu novia se derriten.. Raquel hizo un mueca: valeee.., me voy para abajo..- le echó una mirada a Mar – tú también lo estarías. Mar la echó: anda vete para abajo. Cuando cerró la puerta. Ruth volvió a respirar: bufff.., me va a dar la boda.., lo sé.. Mar sonrió: eres la peque, es normal que le impacte verte así.. Raquel bajó hasta el salón, se entretuvo haciendo nudos de corbata, para sus cuñados. Pepa en la habitación no dejaba salir a Silvia, la tenía agarrada por la cintura. Pepa: estás muy guapa.. Silvia: tú también.. Pepa: no podemos quedarnos un ratito aquí??. Silvia: y bajar más tarde que la novia? – negó con la cabeza – se darían cuenta. Pepa la besó: va a ser un día largo.. Silvia sonrió: venga, vamos, a ver si nuestro hijo sigue intacto. Pepa se rió: lo dudo. Salieron con la niña en la silla. Decidieron esperar todos en el jardín a que Ruth saliera de la casa de brazo de su padre, Jose aguardaba cámara en mano para inmortalizar el momento. Cuando por fin hicieron su aparición, hubo aplausos y pitos, los niños saltaban como locos al lado de su tita. Los que no habían participado en la preparación de la novia, se acercaron a Ruth para decirle lo guapa que estaba, darle 2 besos y hacerse fotos con ella. Silvia y Pepa se pusieron con sus hijos, luego el resto de las hermanas con sus respectivas familias. Se estaban distribuyendo en los coches, para tomar rumbo al parador de Bayona, donde tendría lugar la ceremonia y el convite. Ayudaban a entrar a Ruth. Raquel hablaba por móvil: oye que no.., que ha cambiado de opinión, que dice que no se casa. Ruth: Reich que haces??!!. Raquel enseñó el móvil: hablando con Fran.. Ruth: la madre.. Mar le quitó el móvil a Raquel: no le hagas caso Fran.., ya salimos.., anda pásame a tu hermano..- esperó unos segundos – mejor dale una tila..,si, si.. vamos para ahí. Raquel se escabullía , Ruth ya desde dentro: hacer el favor de tenerla bien sujeta.. Llegaron al parador y el coche de la novia esperó a que todos hubieran aparcado y estuviesen en la zona ajardinada dispuesta para el casamiento, en cuanto le dieron la orden el coche subió. Antonio que para eso tenía mucha mano, hablaba con su hija de cosas intrascendentes y así conseguía que no se pusiera nerviosa. Raquel fue de las primeras que se acercó al novio, pero con ella iba Mar para procurar que se portase bien, Fran aguantaba arropado por su madre y su hermano, tambien le ayudaron los achuchones de Carmen y las demás hermanas de Ruth. Silvia y Pepa se situaron en una de las esquinas para no molestar demasiado con la silla de naia, a enzo era difícil tenerlo sujeto más de 5 minutos, pero le tocaba un papel en la ceremonia, así que Silvia dándole un beso antes a Pepa se fue a por él. Todos los sobrinos pequeños de Ruth, junto con enzo, vestidos de blanco, se pusieron delante de ella y abrían camino lanzando flores al suelo, sonaba la música de entrada y por el jardín apareció Ruth. Silvia volvió junto a Pepa y atentas esperaron a que enzo hiciera su recorrido, para después ponerlo con ellas, con sus pantalones cortos blancos y su camisa blanca de cuello mao, era todo un angelito pelirrojo, con una expresión concentrada, muy de Silvia, había echado las flores y volvía ahora junto a sus madres con una gran sonrisa. Pepa se agachó y se dieron un besazo. Pepa: muy bien guapo – lo levantó en brazos. Silvia también besó a su niño: muy bien cariño. Pepa lo dejó ponerse al lado de su hermana que al verlo acercarse le había aplaudido y reclamaba con su manita tocarlo. Pepa le susurró a su mujer: te quiero – y le dió un discreto beso al lado de la oreja. Silvia le cogió la mano y se pegó más a ella, se estaba empezando a emocionar al recordar su boda. La ceremonia corría a cargo del mismo edil que las había casado a ellas, todo estaba saliendo como estaba previsto, hasta que Raquel carraspeó. El edil se la quedó mirando junto con el resto de los asistentes. Raquel: perdón.., se me ha metido un mosquito.. Ruth suspiró de alivio, ya se esperaba un numerito de su hermana. Cuando el edil hizo el anuncio oficial del matrimonio, los invitados aplaudieron y los novios se besaron. Raquel abrazó a su hermana y a su ya oficialmente nuevo cuñado: Fran portate bien, porque si no te corto los huevos. Ruth: raki..! Raquel besó a su hermana y viendo nuevamente para Fran: en serio eh..?! Fran: descuida.., no tendrás queja alguna. Se dieron un abrazo los 3. Mar llorando se abrazó a Ruth. Antonio de broma: ya sólo me queda una por casar!!. – le hizo un guiño a Mar. Raquel que estaba cerca: eso papá, mete presión a ver si así acepta.. Carmen llegó al rescate: dejar a la niña en paz, venga que aquí hace mucha calor. Mar asintió: si – se sujetó la barriga – yo me estoy acalorando un poco. Y eso que ya eran casi las 19:00 horas. Raquel cambió su tono jovial, por uno de preocupación y en un segundo estaba pegada a Mar: te encuentras mal??. Mar le sonrió para tranquilizarla: no.., solo que estos 4 kilos extra me estan dando bastante calor.. Raquel le ofreció el brazo libre: pues vamos para la zona de sombra. Silvia y Pepa se sentaron con ellas, y las hermanas de Raquel también se pusieron a su lado, Ruth y Fran al fondo se hacían alguna que otra foto. Pepa le echaba un ojo a los juegos de su hijo, aunque este venía de vez en cuando reclamando algún refresco. Naia también estaba inquieta por lo que Silvia la cogió en su regazo. Pasaron un par de horas fuera, con bebidas muy frescas y picoteo, los invitados se fueron mezclando y se acercaban a saludar, muy efusivas fueron unas compañeras del trabajo de Ruth. Mar se puso en alerta y cuando se fueron, comentó: que descaro por dios. Todas excepto Raquel se rieron, lo decía por una en concreto que desde que la conocían se insinuaba a Raquel, y en aquella ocasión no había perdido el tiempo en opinar sobre lo bien que estaba. Mar: pero la habéis visto??, yo aquí preñada a tu lado y ella babeándote encima.. Pepa intentó echarle un cable: va.., no hagas caso, hay heteros a las que les gusta el tonteo sin más. Entonces vieron que se acercaban unas antiguas compañeras de colegio de Ruth y Mar. Mar se levantó y sus amigas ahogaron gritos al verle la barriga, la mayoría no sabían nada, muy contentas felicitaron a Mar y Raquel. Saludaron a las demás y se quedaron un rato con ellas, Silvia detectó en una rubia de nombre Claudia ciertas miradas hacia Pepa. La verdad es que su mujer estaba muy guapa, al final había optado por un traje negro, compuesto de pantalón y en la parte de arriba sólo llevaba el chaleco, que le marcaba su bien torneados brazos, su altura y el moreno que había cogido la hacía destacar. Silvia la atrajo hacia si con un leve gesto de cejas, Pepa se acercó y la pelirroja le plantó un beso, Pepa sonrió reconociendo cuando su mujer marcaba territorio. Silvia: guapa.. Pepa: tú más. 2 horas después y ya todos sentados en las mesas redondas empezó el convite. Los novios hicieron la entrada y a los pocos minutos los camareros comenzaron con las bandejas de marisco. Las mesas redondas se distribuían en torno a la cabecera nupcial que estaba en una esquina del salon, detrás de ellos una magnífica vista del oceáno y de las islas Cíes. La juventud de la mayoría de los invitados, propició un ambiente muy informal y distentido, ayudaba también a que todos eran bastante payasos, empezando claro por Raquel, que tenía en el hermano del novio un aliado perfecto. Y llegó el momento del vals, para este instante Raquel había preparado una sorpresa para los novios, que habían intentado evitar por todos los medios ser ellos los que comenzaran el baile. Se levantó para hablar con el DJ, comprobó que las personas que estaban compinchadas estaban atentos y empezó a sonar el vals de las mariposas. Ruth y Fran lo hacían lo mejor que sabían, conscientes de que todo el mundo les miraba. Entonces se apagaron las luces y la música, se escuchó la voz de Raquel. Raquel: por favor la pareja de novios – un foco los iluminó - que deje de intentar bailar el vals..., desde el cariño, lo hacéis fatal. Los invitados se rieron Ruth muerta de vergüenza, se escondió en el pecho de Fran: si ya sabía yo... Fran que tampoco sabía nada de lo que iba a pasar intentó mantener la calma. Mientras los acordes de una canción sonaban, miles de pequeños puntos de luz empezaron a girar, haciendo que los novios viesen a los demás invitados. Raquel: que os parece si juntos inauguramos el baile....??, esto va para los novios. Un foco de mayor intensidad se dirigió a la mesa nupcial, de ella bajaron los padres de ambos novios y agarrados se pusieron a bailar. El foco se fue moviendo por las mesas y se fueron levantando e incorporando a la pista las hermanas de Raquel y el hermano de Fran. Raquel aprovechando la zona de sombras se fue acercando a Mar, y cuando a ésta la iluminó el foco, Raquel ya estaba allí de pie, sin muleta de apoyo, ofreciéndole su mano. Raquel: me concedes este baile?. Silvia miró a Pepa: lo sabías... No era una pregunta, pero aún así Pepa asintió, alegre de ver la emoción contenida en cada una de las caras de las personas que querían a Raquel, y habían deseado que ese momento llegase cuanto antes, la prueba de fuego empezaría en cuanto dieran unos pasos por la pista. Mar emocionada y aguantando el llanto, recogió la mano que su novia le ofrecía. Las hermanas de Raquel y sus padres aguantaron la respiración. Raquel la acercó a su pecho: ahora no vayas a pisarme que todos nos están viendo. Mar se rió, a pesar de las ganas de llorar que tenía y se apretó a Raquel. Ruth lloraba sobre el pecho de Fran, consciente del enorme esfuerzo que había hecho su hermana para darles a todos esa maravillosa sorpresa. El foco siguió buscando nuevos bailarines, le tocó el turno a Silvia y Pepa, y poco a poco se fueron levantando los demás amigos. Así Ruth disfrutó con Fran de un inicio de baile mágico, Antonio fue el primero en hacer cambio de pareja, pidiendo bailar con la novia, el novio bailó entonces con Carmen. Durante varios bailes los novios se fueron intercambiando con sus familiares y amigos, y al poder del amor le siguieron nuevas canciones. Mar no dejó que nadie la sacara de los brazos de Raquel, Raquel no se quejó. Los invitados se fueron tomando descansos, los que no paraban eran los novios, siempre había alguien reclamando un turno de baile. Sin que se dieran cuenta, fueron desapareciendo, primero Raquel, luego sus cuñados e incluso Pepa, todos volvían pasado un tiempo, y con una mirada parecían pasarle el testigo al siguiente, a veces se iban en pareja y a veces en solitario. La noche fue avanzando, y el cansancio apareció, la mayoría de los niños, ya estaban dormitando o bien en sus sillitas o en los brazos de sus padres. Silvia: cariño deberíamos irnos ya para la habitación.. Pepa: shhh, no lo digas tan alto.. Silvia: por??. Pepa: Ruth no sabe que nos quedamos en el parador.. Silvia levantó las cejas: y eso..? Pepa intentó ocultar una sonrisa: ya lo verás.. Silvia: como sois de verdad, pobres – viendo para Ruth y Fran – bueno, entonces que, nos despedimos..? Pepa: si pero nada de hablar de la habitación.. Cuando se despedían de las demás. Mar: yo también estoy cansada. Raquel: pues nos vamos.. Mar: que pereza ir hasta casa. Raquel a su oído: nos quedamos en el hotel.. Mar iba a decir algo por la sorpresa, pero Raquel le puso la mano en la boca. Raquel: shh, no se pueden enterar – en clara alusión a los novios. Mar vió para Silvia, que se encogía de hombros. Silvia: yo tampoco entiendo lo de esta intriga. No se notó demasiado cuando las demás hermanas de Ruth, se despidieron, los amigos de los novios estaban en ese momento haciéndoles un corrillo, los maridos de ambas también les recordaron que no dijesen nada de que se quedaban en el parador. En la habitación de Silvia y Pepa. Silvia empujando la silla de la niña y encendiendo la luz: Pepa que hace este sofá en el medio de nuestra habitación?. Pepa no pudo evitar reírse, despertando a enzo, que iba dormido en sus brazos. En la habitación de Mar y Raquel. Raquel entró como si nada en la habitación, Mar sin embargo se quedó parada. Mar: pero..., que....- en una esquina, apilados estaba un chaise longe y un sillón – te va a matar. Raquel con una sonrisa de oreja a oreja, veía para ella: pero resulta que no sabe que dormimos aquí.. En la habitación de Sara y Juan. Sara seguida de su marido y los niños, encendió la luz: pero.., cariño de donde ha salido este somier??. Juan puso cara de no saber nada…., pero si que sabía si. En la habitación de María y Jose. María después de encender la luz: la madre.., Jose???, dime que ese no es el colchón de la habitación de mi hermana… Jose se escabulló con lo niños a la habitación contigua. Los novios ajenos a lo que les esperaba en su habitación, se despidieron de los últimos invitados, ya estaba amaneciendo. Fran levantó a su ya mujer en brazos. Ruth se rió: esto lo tienes que hacer en nuestra casa. Fran con una sonrisa: así voy practicando. Se besaron y entre besos y risas Ruth puso la tarjeta y abrieron la puerta. A Fran casi se le cae de los brazos cuando vieron la habitación. En las otras habitaciones, los autores materiales confesaban con detalles su fechoría a sus parejas. Faltaba la cama. Ruth: no puede ser - se giró para ver la otra estancia. En el anexo que venía siendo el salón, faltaba el sillón, el chaise longe y el sofá, todo ello había sido sustituido por una quechua con un felpudo en la entrada que ponía recién casados. En las otras habitaciones, las parejas de los autores materiales intentaban reprenderles, pero era difícil aguantarse la risa, sólo de pensar la cara que se les pondría a los novios cuando vieran el desaguisado. Fran estaba mudo por la sorpresa. Ruth dio un par de vueltas: la mato!! – fue en busca de su móvil, tenía un mensaje, después de leerlo – es..., es....- cabreada no le salían las palabras – que no se case.., porque... Fran que estaba viendo el interior de la tienda: bueno.., tenemos colchoncito, saco – se metió dentro para salir a los pocos segundos – champán y fresas con nata. Ruth seguía con el móvil en la mano: nos desea una noche inolvidable.. Fran sentado en la entrada de la quechua: desde luego será diferente...- le dedicó una sonrisa. Ruth se acercó y con la ayuda de Fran se sentó a su lado. Fran le ofreció una fresa con un poco de nata: mañana la matas..., a ella y a todos los que la han ayudado. Ruth se la comió, mientras Fran descorchaba la botella, se dieron un beso. Pepa arropó a un medio dormido enzo y se fue al baño, al poco tiempo llegó Silvia que había dejado a naia en la cuna. Silvia: uff.., que cansancio – se sentó en el water. Pepa que se lavaba los dientes, escupió la pasta y se secó: muy cansada?? – preguntó con mirada traviesa. Silvia: muuuuy cansada doña secretos.. Pepa : oh.., venga, no te habrá parecido mal que no te dijera lo de la broma.. Silvia negó: me refiero a la mejoría de Raquel. Pepa se acercó a su mujer y se sento en el bidé, le cogió una mano: no te lo dije, porque ella no estaba segura de conseguirlo.., y no quería desilusionar a nadie. Silvia acarició la mano de su mujer y decidió cambiar de tema: estabas muy guapa hoy.. Pepa sonrió y levantó las cejas: acaso no estoy guapa siempre?. Silvia: serás creída... Pepa se levantó y arrastró en su movimiento a Silvia: tú eres preciosa.. Silvia rió: ya.., quién habla en este momento, tu cerebro o algo más abajo. Pepa se rió: habla mi deseo carnal por ti – abrazándola y mordiéndole el cuello. Silvia se dejó hacer, pero: te recuerdo que tenemos a nuestros hijos casi en la misma habitación.. Pepa bajando ya por la clavícula: pero este baño está muy bien aislado – subiéndola en peso por el trasero y avanzando hacia la ducha. Silvia: Pepa!!, que tenemos la ropa puesta.. Pepa la besó con pasión: eso lo arreglamos ahí dentro en unos segundos.. Mar estaba recostada sobre las almohadas. Raquel iba y venía de la habitación al cuarto de baño, entonces volvió a los pies de la cama y comenzó a quitarse la camisa. Le había costado 2 meses de rehabilitación hacerlo de nuevo sola, y para andar sin ayuda de muletas habían sido necesarios casi 5 meses. Mar la miraba embelesada, admirando todo el sufrimiento que se había tenido que tragar para conseguirlo. Mar: ven aquí anda... Raquel levantó la vista de los botones: ya puedo... Mar: lo sé.., pero quiero hacerlo yo. Raquel sonrió y se subió a la cama, con cuidado se puso a horcajadas encima de las piernas de Mar, a cierta distancia de la barriga y sin apoyar su peso. Mar le desabrochó la camisa en silencio y dejó que Raquel se quitase las mangas, mientras ella le acariciaba el torso. Raquel se inclinó hacia ella, buscando su boca, se besaron. Raquel: cuando te pedí que bailaras conmigo me temblaban las piernas. Mar le acarició la cara: como lo has hecho...?? Raquel: tenías que verme con Pepa las primeras veces en la cinta.. –puso una mueca que daba a entender que había sido cuanto menos gracioso – mínimo 3 veces nos hemos ido al suelo.., cuando nazca nuestra hija tendré fresco como enseñarle a andar. Mar la besó: te quiero muchísimo.. Raquel: y yo a tí. Mar: te has ganado una noche de sexo hasta el amanecer.... Pepa notó una manita en su cara, y el sonido de la voz de enzo, confirmó la pertenencia de dicha mano. Enzo en susurros cerca de su mama: mama.., despierta..., tengo hambre... Pepa abrió un ojo, pudo ver su reloj, apenas las 8: pelirrojo.., ya puede ser verdad... Enzo le sonrió y agitó su cabeza arriba y abajo.. Pepa se desperezó: un beso mínimo, o no me muevo de aquí.. Enzo se subió un poco a la cama y depositó el beso en la mejilla de su mama. Pepa le dio un abrazo: ummm.., nos quedamos un poquito.. Enzo: no mama.., venga.... Naia que estaba en una cuna al otro lado de Silvia se despertó, unos breves lloros fueron su anuncio. Pepa: shhhh, que se despierta la enana. Silvia se removió entre las sábanas y antes de que se despertara, Pepa se fue para el baño con enzo, una ducha rápida después salieron, Pepa busco ropa para el niño y mientras éste se vestía, comprobó que hacía naia, su mujer le habló entre las sábanas. Silvia: tráemela y ya le doy el bibe. Pepa sonrió: o sea, a mi me toca corneta el pelirrojo y tú te vas a quedar tan a gustito entre las sábanas.. Silvia: me merezco dormir un poco más – le puso cara de no necesitar explicar porque.. Pepa: vale, vale...- le pasó a la niña y puso el calienta leche a funcionar. Enzo apareció listo para salir. Silvia: un beso cariño. Enzo se subió a la cama, besó a su mami y bajó: vamos mama.. Pepa que se estaba poniendo unas chanclas: tranquilidad.. Luego se acercó a su mujer y le dio un beso. Silvia: me temo que lo que quiere es jugar con sus amigos.. Pepa asintió: yo también lo creo, pero ahora se aguanta y vamos a desayunar con calma, para saciar el apetito que me está entrando. Efectivamente en la cara de enzo se reflejó la desilusión cuando Pepa lo llevó a la cafetería y no vió a sus amiguitos. A Pepa le dio pena: anda.., ven...., ya verás como enseguida bajan, mientras tomamos cereales y zumo vale?. El niño que iba de la mano de su mama no protestó. Cuando casi estaba acabando su tazón aparecieron Juan y Jose con los críos. Y con todavía el revuelo de los niños saludándose y yendo y viniendo de coger cereales, apareció Raquel.. Pepa: y tú que haces aquí??, todavía no tienes hijos tiranos que te hagan salir de la cama.. Raquel se tiró en una silla: para eso Mar se basta sola – le gritó a su cuñado – Juan, un café porfa.. Pepa: no se habrá enfadado por lo de los muebles?. Raquel sonrió: que va.., es que me han empezado a dar calambres en los gemelos..y me ha echado de la cama, con la excusa de que la estaba despertando todo el tiempo con mis quejidos.. Pepa se rió: anda que.. Jose: y como no traes la muleta?, no deberías forzar. Raquel: no la quiero ver más.., aún a riesgo de que me esten dando calambres durante varias noches. Pepa: si calentaras y estiraras eso no te pasaría. Raquel le sacó la lengua: ya lo he hecho..en la piscina, llevo más de una hora despierta. Juan trajo los cafés para su cuñada y para él y se sentó con todos: habrá que bajar con estos no??. Pepa: me temo que sí. Jose: es buena idea no estar aquí cuando se levanten Ruth y Fran.. Raquel: véis como al final la colchoneta era cómoda... Pepa consultó su reloj: hace apenas 5 horas que nos fuimos para cama.., y si no fuera porque estos enanos tiene otro ritmo biológico, todos – señalando a los cuñados de Raquel – estaríamos sobados al igual que Ruth. Juan y Jose asintieron... Bajaron el pequeño tramo de la fortaleza hasta llegar al parque de juegos. Raquel: me acompañas a comprar el periódico?. A Pepa se le iba de la mano enzo. Juan: tranquila, ve con Raki ya le echamos un ojo nosotros. En el inicio del paseo ya había un Kiosko, mientras Raquel pedía la prensa, Pepa curioseaba el escaparate de la tienda de regalos que había enfrente. Raquel la vio entrar y esperó fuera curioseando las hojas. Pepa salió con una pequeña bolsa y una sonrisa en la cara. Raquel levantó la vista del periódico: que has comprado?. Pepa de la bolsa sacó 2 pulseras de tela con inscripciones, se las pasó a Raquel. Raquel leyó la primera “ propiedad privada ¡no tocar! “. Pepa: esa es para mí. La segunda ponía “ Soy una princesa y esto no es un cuento “. Pepa: para la pelirroja. Raquel hizo una mueca: pero que cursi eres por dios!!. Pepa se rió: mucho.., con ella cada día más.. – cambió de tema – que estabas leyendo con tanta atención?. A Raquel se le iluminó la cara : ya sé como ganarme el sí de Mar.. Cuando subieron todavía era temprano, se encontraron a sus mujeres en la terraza de la cafetería, desayunando tranquilamente, al lado de Silvia y sobre una mantita en la hierba estaba naia gateando. A enzo le faltó tiempo para ir junto a ella y que la niña se tirase encima de su hermano y se lo comiese a besos. Todos se rieron, Pepa se acercó a su mujer y también se la comió a besos. Raquel: ya sabemos de donde le viene a la enana esa pasión... Pepa no le hizo ni caso, levantó a su mujer, para luego sentarla sobre su regazo. Silvia: no le hagas caso cariño... – la besó. Mar: que tal¿?. Raquel cogió una silla y se puso a su lado: bien.., en el jacuzzi he relajado los músculos – se dieron un beso. Pepa empezó a balancear sobre los ojos de Silvia lo que parecían 2 pulseras. Silvia sonrió: que has comprado¿?. Pepa le enseñó la primera, la de fondo negro, con las letras en rojo y blanco. Silvia leyó: propiedad privada no tocar! – enarcó las cejas. Pepa: es para mí. Silvia se rió, mientras Pepa se la ponía. Silvia que veía que la otra era rosa y suponiendo que era para ella: y la otra¿? – Pepa se la dió – Soy princesa y esto no es un cuento..., no pensarás que me voy a poner esto? – se quedó viendo para su mujer.. Pepa puso carita de enamorada perdida: eres mi princesa... Silvia suspiró, le acarició la cara: pero mira que eres... Pepa aventuró: un cielo??. Silvia le dio un beso: más.. Las demás mujeres se quedaron viendo para sus parejas. María reclamó a su marido: y tú que?, para mí no has traido nada??. Tanto José como Juan se quedaron cortados, solo Raquel reaccionó. Raquel viendo para sus hermanas: para vosotras no había las adecuadas.. Estas le tiraron las servilletas... Mar se rió. Raquel le robó un beso: guapa!. Sara: si.., si..., tú intenta que no se note que a ella tampoco le has comprado ninguna. Raquel: no tenían la de “ seguiré pidiendote que te cases conmigo el resto de mi vida “. Mar le dio un golpe en el brazo, mientras todos reían. Raquel: argggg!! , que? – le estaban retorciendo una oreja, al volverse vio que era su hermana Ruth – oye que eso duele.. – separándose de ella. Ruth: pues es sólo el principio de lo que pienso hacerte – queriendo perseguirla... Raquel se puso detrás de sus hermanas: venga.., que se os ve en la cara que os lo habéis pasado muy bien...- Fran se cortó un poco – ya os han dado el masaje¿?. Había contratado en recepción ese servicio, un poco en compensación por hacerles dormir en el suelo sobre un colchón de camping. Fran asintió: venimos de ahí, ya habéis acabado?. Juan: yo me tomaba otro café. Jose: me apunto, sentaos, que voy yo a pediros unos desayunos y nuestros cafés, alguien más?. Raquel levantó la mano: si mi hermana pequeña me deja volver a mi sitio.. Unos días después. Silvia por la habitación: de verdad vamos a hacer esto??. Pepa sonreía abiertamente.. Silvia viéndola: pero para que te pregunto a tí?, si sois tal para cual??. Pepa la abrazó: pelirroja, que no se te olvide que tú también participas.. Silvia negó: no sé como me he dejado convencer.. Pepa la acarició y le comió el cuello: te lo recuerdo??. Silvia se rió: no..... Llamaron a la puerta y entró una ansiosa Raquel. Raquel: todo listo..? Silvia cogió el bolso: de verdad que no sé como se lo ha tragado.. Raquel sonrió: que??, que vayamos a ver un bonito crucero?, acaso no es verdad??. Pepa levantó la mano y Raquel se la chocó: la base de un buen engaño es una verdad absoluta.. El MSC Poesia llegaba esa mañana procedente del Reino Unido, había partido de Alemania y después de una escala en Francia, llegaba de Inglaterra para embarcar nuevos pasajeros en Vigo, se quedaría una noche y luego partiría con destino Nueva York. Muchos eran los curiosos que se acercarían al puerto para ver el buque, y pocos los que podrían deambular por su interior. Ellas eran una de las excepciones, el práctico que atracaría el barco era amigo de Raquel y ella le había contado lo que pretendía..., y como todos tenemos un lado romántico, simplemente hubo que hacer unas gestiones. Bajaban por las escaleras. Pepa: eso sí, tus padres y hermanas no te lo van a perdonar.. Raquel sonrió abiertamente: no se van a sorprender, creeme... Silvia: shhh, que nos van a oir.. Mar esperaba abajo, tenía en brazos a naia. Carmen y Antonio estaban viendo la tele, mientras los demás estaban fuera. Mar viendo su reloj: no sé está haciendo tarde?. Eran casi las 19 horas.. Raquel: nah.., tampoco era plan ir a pleno sol,, si total se quedan hasta mañana. Carmen: Silvia, no tengáis prisa vale.., ya le doy yo el bibe a naia y la cena a Enzo. Silvia: gracias Carmen, pero digo yo que no tardaremos mucho. Raquel: que va..., cuanto tiempo lleva recorrer 13 cubiertas Papa??. Antonio: un ratito... Pepa sabía que esa noche, si todo iba según lo previsto, sólo volverían ella y Silvia, las otras se quedarían a celebrar su enlace..., que nervios... Llegaron al buque después de pasar por la autoridad portuaria, allí les esperaba Matias, y con él pasaron los controles de entrada, se accedía por la barriga del barco en la zona más baja de calado, así que desde allí fueron viendo las instalaciones como el cine y el teatro y fueron subiendo cubiertas... Las horas fueron pasando. Hicieron un alto en una de las cubiertas exteriores que tenía cómodos sillones. Raquel hacia Mar: estás bien??, cansada??. Mar se arrellanó en el sillón: estoy bien, alucinada de todo este lujo. Raquel sonrió. El camarero preguntó por lo que querían beber y Raquel sorprendió a todos pidiendo un whisky. Raquel: que??, es sólo un combinado, tiene buena pinta. Pepa se aguantó la risa, sabiendo que era un intento por parte de Raquel de aplacar unos nervios que cada vez eran más dificiles de domar. Matias: os voy a enseñar un camarote que está vacío para que veáis que lujo de detalles. Era el momento de separar los caminos de unas y otras, pero eso no lo supo Mar, hasta que al abrir la puerta y pasar el pequeño recibidor se encontró encima de la cama, un bonito vestido blanco con un sobre a su lado, se giró de inmediato. Silvia levantó las manos: soy una inocente complice... Mar se llevó las manos a la cara: no??. Silvia pensó “ ay dios!!, vamos mal!! “. Sin embargo Mar se estaba acercando a la cama, recogió el sobre y con manos temblorosas y sin evitar que sus ojos bailaran también por el vestido, lo abrió, contenía una nota con la letra de Raquel. “ la cubierta de un increíble barco al anochecer, las luces del puerto iluminando, tú en un bonito vestido blanco, y yo humildemente esperando oir de tus labios un si “. Mar lloraba y Silvia con el corazón en un puño esperaba.. Silvia se le acercó: menuda encerrona verdad??. Mar rió entre lágrimas: se lo tomaría fatal si le dijese de nuevo que no verdad? – ante la cara de pánico de Silvia, rió de nuevo entre lágrimas – tranquila.., esta vez.., se lo ha ganado. Silvia suspiró aliviada: pues entonces, amiga mía, nos vamos de boda... Mar entonces fijó toda su atención en el vestido: será de mi talla??. Silvia: eso espero, Raquel se ha ido fijando en las mediciones.. Mar sonrió, llevaba un pequeño diario de su embarazo y apuntaba cosas como las eco, sus sensaciones, los cambios que iba experimentando, así que era eso lo que hacía su pareja cuando de vez en cuando husmeaba en sus notas... A Pepa no le iba mucho mejor con Raquel, ambas ya estaban vestidas, pero Raquel no paraba de sudar y dar vueltas por el camarote, además de haber arrojado el whiskye por el baño y Pepa en su línea no decía nada para tranquilizarla. Pepa: cuanto tiempo les vamos a conceder para que aparezcan??. Raquel la fulminó con la mirada. Pepa se echó a reír: que pésimo sentido del humor. Raquel: llama a Silvia. Pepa negó: no puedo, aquí dentro no funcionan los móviles recuerdas – hizo el gesto sobre sus cabezas, estaban sobre las antenas de mayor potencia del barco. Raquel: joder es verdad... Pepa tiró de ella: venga es la hora.., por lo menos no hagamos nosotros esperar al capitán. Raquel se cabreó: mierda Pepa!!. Pepa la empujó fuera: estará allí.., después de esto es imposible que te diga que no.. En la cubierta privada del capitán con una magnífica vista de la ría, esperaban Matias, el capitán, y el sobrecargo, todos habían estado charlando con Pepa y Raquel antes de que ellas se excusaran para cambiarse de ropa, ellos también se había puesto sus mejores galas, en media hora los tripulantes debían bajar a la cena y los demás celebrarían la boda en privado en uno de los camarotes, después sólo quedarían a bordo Raquel y Mar, hasta el día siguiente. Bueno todo esto, si Mar se presentaba. Matias: voy a la puerta... Raquel se frotó las manos nerviosa.. Apenas tuvo que esperar unos minutos, en la cara de Pepa vio una gran sonrisa y se giró de inmediato. Mar llegaba seguida de Matias y Silvia, vestida de blanco, ruborizada y nerviosa a partes iguales, en sus labios se pudo leer perfectamente “ te mato “. Raquel, sin emitir sonido alguno dijo “ primero casémonos “. Cuando la tuvo a su lado. Raquel: estas preciosa.. Mar resopló: tenía que haberte dicho que sí mucho antes... Raquel: para evitarte esto eh??. Mar asintió. Raquel le pasó el brazo por la cintura y la atrajo hacia ella: relájate.... Ahora ella lo estaba, teniendo allí a su novia. El capitán la saludó con una gran sonrisa, y se excuso por adelantado por si cometía algún error con el idioma, aún así hablaba bastante bien. Capitán: bueno, esta claro Mar, que quién te ha traído ante mí, te quiere como nadie, aún así me gustaría leer un parrafo.. Después de esa pequeña introducción, pasó al momento decisivo. Capitán: juntad vuestras manos por favor... – así lo hicieron. Capitán: Raquel Treviño, aceptas a esta mujer como tu legítima esposa.. Raquel conteniendo una sonrisa y viendo para Mar: si acepto. Capitán: María del Mar Cruz, aceptas a esta mujer como tu legítima esposa. Todos los ojos se posaron en una nerviosa Mar y la respuesta que salió de su boca.. Nadie pudo oirla, de repente se escuchó un tremendo estruendo y el barco zozobró ligeramente a ambos lados. Pepa: que cojones??!! – se giró viendo que Matias estaba a su lado. Se suponía que los fuegos artificiales los tirarían cuando el capitán hubiera dicho lo de “ yo os declaro legalmente casadas “. Escucharon entonces la voz del sobrecargo que estaba inclinado sobre la borda. Sobrecargo: han volado el puente de conexión al muelle – miró hacía Proa y Popa – tampoco están los cabos de amarre. Entonces cayeron las luces exteriores de todo el barco al tiempo que se escuchaban disparos.. Instintivamente se apartaron del medio de la cubierta, Raquel abrazaba a Mar y Pepa mantenía a su lado a Silvia. Raquel: eso eran disparos??. Todos asintieron.. Raquel: no me jodas!!!, pero que ostias pasa..? Pepa: no lo sé, pero tenemos que salir de aquí... Capitán: si es un ataque terrorista el siguiente paso es subir al puente de mando. Matias: pero tú no estás allí. Raquel intercambió una mirada con Pepa. Sobrecargo: señor deberíamos movernos. Capitán: rápido a mi camarote.. Raquel: si no estás en el puente, irán a buscarte allí. Capitán: allí tengo armas. Pepa: voy con vosotros – se giró hacia Raquel – llévalas al camarote donde nos hemos cambiado, en el registro consta como vacío. Silvia no quería que Pepa anduviera por allí sola, pero también entendía que con Mar debía quedarse alguien. Raquel viendo para su novia: cariño, estás bien??. Mar intentó sonreir, se agarraba la barriga: muerta de miedo.. Raquel hizo un mueca: no será nada.., movámonos. Mientras Pepa recorría el pasillo hacia el camarote del capitán se escucharon nuevos disparos y el barco por dentro también se quedó a oscuras. Matias se paró de golpe cuando todo se apagó, haciendo que Silvia, Raquel y Mar tropezaran con él, segundos después se accionaron las leves luces de emergencia. Raquel: muévete Matias, joder!!. Matias reaccionó y volvió a ponerse en movimiento. El minuto más largo de su vida fue el que le llevó hasta la puerta del camarote, entraron. Raquel pasó la cerradura. El camarote era exterior y daba contra el puerto, a través de las ventanas llegaba la iluminación de la ciudad, dejando claro que no era un problema general de suministro sino que sólo afectaba al crucero. Pepa junto con el capitán y el sobrecargo no tuvieron problemas para llegar hasta las dependencias privadas del capitán, recogieron de una pequeña caja fuerte 3 pistolas. Pepa viendo como las sujetaba el sobrecargo: perdonen, tienen algún tipo de experiencia con esto??. El sobrecargo negó con vehemencia, mientras el capitán lo hacía más levemente. Pepa suspiró para dentro: mejor entonces me hago cargo yo, no vaya a ser que acaben disparándome a mí. Cuando salieron escucharon voces y pasos rápidos, tuvieron que correr para acceder a otra zona de escaleras. Oyeron varios ruidos sordos. Sobrecargo: señor, creo que están aislando las cubiertas.. Capitán: eso parece si. Pepa: que significa eso??. Capitán: cada cubierta tiene varias accesos de escaleras y 2 zonas de ascensores, y esos ruidos me temo que son las puertas contraincendios cerrándose. Pepa: pues venga, deprisa, tenemos que llegar a donde están los demás. Raquel se puso de rodillas al lado de Mar, que permanecía sentada, erguida y tensa en el sofá del camarote, a su lado Silvia le pasaba el brazo por los hombros. Raquel le cogió una mano: ey.., tranquila.., no pasa nada.. Mar bufó: Raquel, por dios.., como que no pasa nada… Raquel intentó una sonrisa: vale.., algo si que pasa.., pero no quiero que te preocupes…. Silvia intentó echarle un cabo: aquí estamos a salvo.., y en cuanto llegue Pepa con los demás seguro que.. Su voz quedó apagaba por el ruido ensordecedor de los altavoces del sistema de megafonía del crucero. Una voz alta, clara y rotunda habló. “ Señoras y señores, esto no es un simulacro, repito, esto no es un simulacro. Están ustedes retenidos por el ejército de liberación proárabe. Nuestro objetivo es la puesta en libertad de un grupo de nuestros compatriotas, por tanto ahora mismo son ustedes nuestra moneda de cambio “. La comunicación se cortó de la misma forma abrupta con la que había iniciado. Pepa seguía recorriendo los pasillos de la nave mientras escuchaba el mensaje. En el camarote las cosas no iban bien, en cuanto el mensaje se cortó, un leve gemido por parte de Mar, centró la atención de todos ellos. Se sujetó el vientre. Raquel de inmediato: no.., shh.., calma…, cálmate.- la abrazó y le siguió hablando – aquí estamos a salvo., nadie sabe que este camarote está ocupado.., y no vendrán a revisarlo., Mar.., cariño.., tranquilízate.. Silvia le tomó la muñeca, estaba controlando su tensión a través del pulso: es mejor que te tumbes. Unos leves toques en la puerta y Matias pegó un bote. Raquel casi lo fulmina con la vista: joder Matias, así no llama un secuestrador.. Abrió sin preguntar, dejando pasar a Pepa, al capitán y por último al sobrecargo. Pepa tomó nota enseguida de que las cosas allí dentro no iban del todo bien, al ver como lentamente se encaminaba hacia la cama Mar, ayudada por Silvia. Pepa: están cerrando las cubiertas, esas son buenas noticias para nosotros. Raquel volvió con Mar: ves cariño, nos aislan, no tienen intención de recorrerse el barco, les haría falta un ejército para ello. Mar no muy convencida: son un ejército, es lo que han dicho.. Pepa: como mucho son 2 docenas. Mar la miró, Silvia también lo hizo. Pepa repitió: como mucho, y pasajeros y tripulación unos que? – viendo para el capitán – 5000 personas¿?. El sobrecargo puntualizó: 3518 pasajeros, 1851 miembros de tripulación. Pepa levantó la cejas: pues eso, que nos aislan para tenernos controlados. Mar: y que el capitán y el sobrecargo estén en paradero desconocido no les hará empezar una búsqueda?. Silvia, Pepa y Raquel tuvieron que reconocer que era una muy buena observación. Raquel: cariño., tú no pienses en eso.., ahora todos nos vamos a tomar unos minutos para sopesar la situación y decidir que hacemos, de acuerdo? – todos asintieron – quiero que te tumbes y te relajes…. Matias tomó para sí el consejo y se dejó caer en el sillón más cercano a la cama. Raquel prefirió ignorarlo.., se sentó en el sofá y a su lado se puso Pepa, el capitán y el sobrecargo acercaron 2 sillas y formaron un pequeño círculo a su alrededor. Raquel fue la primera en hablar: como han podido entrar en el barco, con armas y montado todo esto en tan poco tiempo??. El capitán y el sobrecargo se miraron entre sí y luego a ellas, era evidente que ellos no sabían la respuesta. Pepa: la negociación es una chorrada.., como pretenden salir de aquí después de negociar la liberación de sus compatriotas??. Raquel: y para qué esta cortina de humo?. Pepa: piensa mejor como piensan salir de aquí.??. El capitán y el sobrecargo dirigían sus miradas de forma alternativa a cada una de ellas, como si estuviesen contemplando un partido de tenis. Raquel: que hay de interés en el barco?. El sobrecargo habló de pronto: la mujer más excéntrica y rica de Alemania viaja a bordo. Pepa y Raquel se le quedaron viendo. El sobrecargo continúo: lleva consigo una caja fuerte donde guarda una cantidad indecente de joyas.., en las 3 noches que llevamos de ruta ha lucido buena prueba de ello, y se quedará en Nueva York varios meses. Raquel y Pepa a la vez: un robo… Pepa: y unos cuantos de la tripulación son simplemente ladrones. Raquel: que saldrán junto con los demás cuando todo haya acabado y cuando la policía sepa realmente lo que ha sucedido, ellos ya habrán desaparecido. Pepa: donde está el camarote de esa mujer?. Sobrecargo: ocupa la mitad de la cubierta inferior a esta. A Raquel se le iluminó la cara: genial. Pepa también sonrió. Raquel: este es el plan, ustedes 2 van a entregarse a los secuestradores, mientras nosotras nos las ingeniamos para ir localizando ladrones. El capitán: quiere que les siga la corriente con las negociaciones?. Raquel asintió: eso nos dará tiempo para ir detrás de ellos cuando se dispersen para ir a la caja fuerte. Silvia: como vas? – seguía controlando las pulsaciones de Mar. Mar tumbada sobre el cabecero de la cama, abrió los ojos: lo intento. Silvia le puso la mano en la barriga: sigue controlando las respiraciones, algún pinchazo nuevo?. Mar negó. Silvia sonrió: eso esta bien.... Mar giró levemente la cabeza para ver donde estaba Raquel y los demás. Silvia: ey.. – le apretó la mano – seguro que piensan hacer lo mejor dadas las circunstancias. Mar se pasó la mano por la cara, para retirar algunos mechones de pelo: ya.. Silvia: es difícil no estar nerviosa...,pero – ella mismo suspiró – ahora mismo sólo debes preocuparte del bebé.. Hubo movimiento en la mesa. Silvia viendo que Raquel se acercaba a la cama se levantó. El capitán y el sobrecargo permanecían sentados, Pepa veía hacia el exterior desde la ventana, sintió una cálida mano posarse en su espalda. Silvia se pegó a ella: que piensas?. Pepa pasó el brazo por los hombros de su mujer y la pegó a ella: en que lo fácil no es siempre lo correcto. Silvia entendía que lo fácil era quedarse donde estaban, pero no lo correcto, porque quienes quieran que habían secuestrado el barco no pararían hasta encontrar al capitán y eso significaba que su posición no era segura. Silvia le dio un beso en la mejilla a Pepa: nosotras estaremos bien.. Pepa: voy a dejarte una de las pistolas en aquel cajón – hizo un gesto señalando con la cabeza – por si acaso. Silvia asintió. Raquel se subió a la cama y se acercó al cabecero: que tal cariño? – sonó preocupada. Mar: bien... Raquel a través de una débil sonrisa: vamos a salir...- le cogió la mano. Mar resopló, sintiendo que de nuevo sus latidos se aceleraban: es lo mejor?. Raquel firme: si. Mar se pasó la mano nerviosa por la cara, gesto que completó Raquel para después besarla. Raquel: no me va a pasar nada, te lo prometo. Mar con la mano de Raquel entre las suyas: más te vale....- intentó una mueca de seriedad. Raquel esbozó una pequeña sonrisa: cuando no he cumplido eh??. Mar la besó: ten cuidado. Raquel controló sus propios nervios para acariciar la mejilla de su novia: lo tendré. Se levantó de la cama. Pepa viendo que Raquel se movía, también se giró. Silvia se abrazó a ella. Pepa a su oído: te quiero. Silvia se separó un poco para darle un beso que significaba lo mismo. Raquel en el centro del camarote: Matias, tú te quedas con ellas. Matias aceptó de buen grado. Pepa mientras los demás se levantaban dejó donde le había dicho a Silvia una de las pistolas. Abrieron la puerta y salieron al estrecho pasillo. Pepa antes de pasar delante del capitán y el sobrecargo le pasó otra de las pistolas a Raquel. Llegaron a una de las puertas estancas de bajada al siguiente nivel. Pepa: tenemos con que abrirlas?. El sobrecargo sacó una extraña llave: había una copia en la caja, me imaginé que nos haría falta. Pepa sonrió, le gustaban las iniciativas de este chaval. Raquel: pues entonces mejor bajamos algún nivel hasta hacernos notar. De esta forma mantenían a salvo de incursiones aquella cubierta. Capitán: 2 niveles por debajo está un compartimento de generadores, siempre podemos decir que estabamos ahí cuando se produjo el secuestro. Sobrecargo: realizando la revisión de todos los días. Pepa: vale, vamos pues. Con sumo cuidado se movieron por los pasillos, se escuchaban ruidos, pero no podían asegurar de donde venían concretamente. Cuando ya casi estaban en la zona de la que hablaban, de nuevo sonaron los altavoces. “ Capitán, no me obligue a buscarlo “. Se pararon. Sobrecargo: en el pasillo de la izquierda hay un teléfono de emergencia para comunicar con el puente. Capitán: vayamos hasta allí y les damos nuestra posición. Hasta la casa de Antonio y Carmen habían ido llegando el resto de las hijas, apenas media hora después de salir en todas las televisiones la noticia del secuestro del MSC Poesía, la única que faltaba era Ruth que estaba de luna de miel, pero incluso ella había llamado desde el caribe. Antonio habló con la policía para indicarles que su hija, Pepa y sus parejas estaban a bordo del barco, no costaban efectivamente como pasajeros y por ahora las noticias eran confusas. Sara: pero quién les mandaba ir a curiosear.. Antonio prefirió callarse lo que realmente sospechaba, conocía a su hija, y sabía perfectamente que algo estaba tramando y últimamente todos sus esfuerzos se concentraban en una cosa, convencer a Mar de que se casase con ella. Unos minutos más tarde, Raquel y Pepa permanecían ocultas en un camarote adyacente. 4 encapuchados aparecieron con fusiles y intercambiaron breves palabras con el sobrecargo y el capitán, y tan rápido como llegaron se fueron. Raquel y Pepa se quedaron viendo, tenían que volver a subir, pues sobre sus cabezas hacia Popa estaban las estancias de la rica alemana. Raquel: vamos.. Pepa la sujetó: espera, espera..., primero pensemos que vamos a hacer. Raquel: pues quitarles el botín antes de que vayan a por él. Pepa: y como piensas reventar la caja?. Raquel sinceramente: ni puta idea. Pepa: porque no dejamos que hagan el trabajo sucio.. Raquel sin comprender: como?. Pepa: no tienes curiosidad por saber como piensan salir de aquí? – hizo una pausa – y con las joyas.. Raquel: entonces?. Pepa: subimos, nos escondemos y esperamos a ver que hacen.. El cabecilla de la organización estaba en el puente y con una fingida alegría recibió al capitán y al sobrecargo, después de aclararles la situación y siguiendo con su puesta en escena comenzó a hablar de los términos de las negociaciones. Pepa y Raquel casi se encuentran de bruces con un grupito de los secuestradores, cuando iban de camino a los aposentos de la Alemana. Afortunadamente para ellas, los asaltantes creyéndose solos no hacían el mínimo esfuerzo por ser silenciosos. Entraron en un camarote y decicidieron seguir por el exterior de los balcones. Los ladrones con un plano en mano y arrastrando una bombona y un soplete, buscaron la puerta de acceso al botín. Localizaron la caja fuerte en medio de 2 estancias, simulada entre los huecos de 2 armarios, casi de inmediato se pusieron a la faena. Pepa y Raquel desde el exterior comprobaron sus maniobras. La espera prometía ser aburrida hasta que uno de ellos se encaminó al balcón con la intención de fumar. Raquel y Pepa de forma precipitada saltaron a los balcones siguientes y se metieron en el interior. Raquel cayó casi encima de Pepa: ostias – entre dientes. Pepa: por poco... Raquel se recompuso: están montando una buena ahí dentro y el gilipollas este se va fuera a fumar.. Pepa: no lo habrá hecho por el humo, digo yo.., además estamos de cara al mar y como ves no hay rastro de ninguna patrullera. Raquel: será lo primero que habrá pedido el lider. Pepa miró su reloj: llevan casi 1 hora.... Raquel: que pensaran hacer después?. Pepa: no sé pero.., se me está ocurriendo una idea.. Raquel: cuenta... Mar: necesito ir al baño... Silvia: te encuentras mal??. Mar negó: simplemente me meo. Silvia sonrió recordando sus embarazos: te entiendo, con naia estaba todo el tiempo en el aseo – la siguió con la mirada – no tires de la cisterna. Matias en cuanto cerró la puerta: pobrecilla, como se le ha torcido el día. Silvia: pues sí. Matias: aunque no sé de que me sorprendo.. Silvia no entendiendo. Matias: Raquel es un imán para los problemas, siempre está en el peor sitio.. Silvia: ah.., pues Pepa no le anda a la zaga. Matias: pues entonces, me pondré a rezar para que este barco no se hunda... Mar volvió y se los encontró riendo a ambos: que es tan gracioso?. Silvia: el don de la oportunidad que tienen nuestras parejas.. Y sus parejas volvieron a la terraza cuando dejaron de escuchar el soplete. Con cuidado se asomaron, uno de los ladrones tenía el cuerpo casi por completo en el interior de la caja, poco a poco comenzó a sacar cajas, sus compañeros las guardaban en unas bolsas. Raquel tragó saliva cuando comprobó que los ladrones dirigían sus pasos a la cubierta donde estaban Mar y los demás, un rápido intercambio de miradas con Pepa y les siguieron. Afortunadamente continuaban siendo ruidosos, por lo que Silvia, Mar y Matias callaron su parloteo, Silvia apretó la mano de Mar cuando justo se escucharon voces al otro lado de la puerta, y Silvia casi salta a por la pistola al distinguir 2 figuras en el balcón, afortunadamente se dio cuenta en seguida que eran Pepa y Raquel, ambas les hicieron señales para que estuvieran en silencio. Los ladrones estaban en una de las zonas abiertas de esa cubierta, de nuevo por el lado del mar pero aún así en esta ocasión si se movían con más cuatela, parecían buscar algo en concreto. Uno de los ladrones señaló: este es uno de ellos – avanzó un poco más – el siguiente también es – más pasos – y el siguiente. Pepa se movió un poco para tener mejor ángulo de visión, estaban señalando los botes salvavidas. Raquel con cuidado se puso a su lado, y cuando vieron como los hombres introducían distinas bolsas en los botes se tocaron los brazos, así era como pensaban sacar las joyas del barco¿?. “ señores pasajeros, con la estimable colaboración del capitán, nuestras negociaciones estan avanzando por buen camino, les ruego que continúen manteniendo la calma, como muestra de buena voluntad liberaremos a un grupo de mujeres y niños haciendo descender algunos botes salvavidas “. Raquel y Pepa estaban entrando en otro camarote cuando los altavoces se apagaron nuevamente. Raquel: hijos de puta, seguro que alguno de ellos baja en los botes. Pepa: alguno¿?, bajaran casi todos y los que queden se quitaran los pasamontañas y volverán a ser miembros de la tripulación.. Se quedaron calladas, cuando escucharon pasos cercanos, los ladrones se iban.. Pepa a los pocos segundos: venga.. tenemos poco tiempo. Salieron con cuidado al exterior directas a los botes donde habían estado los otros hombres, con cuidado se hicieron con las bolsas. Raquel: espera, si nos llevamos las bolsas a lo mejor se dan cuenta antes de desembarcar.. Pepa: entonces??. Raquel: ve a por las fundas de las almohadas.. Mientras Pepa corría de nuevo hacia los camarotes Raquel sacaba las bolsas de los 3 botes. Cuando volvió le ayudó a vaciar el contenido en las fundas, de nuevo mientras Pepa se llevaba las fundas llenas Raquel buscaba algo para rellenar las bolsas ahora vacías. Tenía que darse prisa o podían encontrarse con lo rehenes que supuestamente iban a liberar. No encontraba nada que le sirviese cuando apareció Pepa. Pepa : mete esto.. En la funda que puso en el suelo había vasos y demás menaje todo metálico y de plastico, Raquel repartió más o menos el contenido en las 3 bolsas y salió pitando con Pepa. El jefe de los secuestradores bajaba al teatro donde estaban retenidas la mayoría de los pasajeros, habían actuado en el momento en que casi todo el pasje se distribuía entre los que veían el espectáculo en el teatro y los que asistían al cine, por eso en pocos minutos un pequeño grupo de secuestradores pudieron recorrer los pasillos y sorprendar a alguna gente que estaba en otras zonas y llevarlos a una sala u a otra. Todos menos uno de los que habían sustraído las joyas se liberaban de sus pasamontañas y sus monos, descubriendo uniformes de simples camareros, notificaron por radio el éxito de su parte y esperaron por nuevas instrucciones. Se habían olvidado la bombona y el soplete. Uno de ellos: vamos nosotros 2. Recibieron ordenes por el Walkie, debían aparecer por uno de los pasillos cuando fueran a subir a los rehenes que pensaban liberar. Raquel y Pepa se dedicaron a esconder las bolsas en distintos camarotes cuando de nuevo escucharon ruidos encima de sus cabezas. Raquel: han vuelto arriba. Pepa con gesto extraño: a por más joyas??. Raquel: ni puta idea, vamos a ver.. Subían por un tramo de escaleras cuando vieron a 2 de los hombres uno arrastrando la bombona y el otro llevando el soplete. Uno de ellos habló por el walkie: hemos dejado todo más o menos limpio, salvo que entren en la sala de la caja no se darán cuenta de lo que hemos hecho. Una voz salió del Walkie: ok, esconder los aparatos, nos vemos en el pasillo de la cubierta longue. Uno: pues por aquí mismo no?, tú por ahí. Pepa y Raquel se dirigieron una mirada, era hora de actuar. Tenían la oportunidad de deshacerse de 2 de los secuestradores. En cuanto los hombres entraron en los camarotes, ellas salieron de donde estaban escondidas, aprovechando el efecto sorpresa los pillaron por la espalda, con un golpe certero con la culata del arma Pepa dejó al suyo sin sentido, lo amordazó y ató a los barrotes que sujetaban un mueble. Raquel hizo lo propio con el suyo, como pudo constatar Pepa cuando fue a su encuentro, aunque a ella el primer golpe no le había bastado, tuvo un breve forcejeó con él, constantando que estaba en no muy buenas condiciones para una enfentamiento cuerpo a cuerpo, pero no le dijo nada a Pepa. Se quedaron con el Walkie. Raquel lo agitó: ahora sabremos por adelantado sus pasos. Salieron otra vez a los pasillos. Llegaron a la cubierta longue, en esa zona había un casino, y distintos juegos de azar, los 3 hombres curioseaban por la zona esperando a sus compañeros, uno de ellos veía con evidente nerviosimo el reloj. Hombre: esto no me gusta, ya hace tiempo que tenían que haber vuelto – levantó el auricular, buscó la frecuencia – eh vosotros donde cojones estáis. Raquel que llevaba el aparato, no consiguió silenciarlo a tiempo y como estaban cerca de la cubierta, el propio eco y acople llegó al otro Walkie. El hombre que había llamado se quedó viendo para el aparato: parece que ya están ahí.. Otro que deambulaba cerca de la puerta dijo: voy a echar un vistazo. En la primera esquina lo esperaron Pepa y Raquel, 2 movimientos rápidos y el hombre cayó sin apenas ruído. Cuando los 2 que quedaban a los pocos minutos de hacerse ido su compañero vieron que no regresaba, se levantaron de inmediato, por fortuna no dieron la voz de alarma, quizás en parte porque en sus pensamientos no cabía el hecho de que alguien pudiera haberlos descubierto. Hombre: vete por allí – señalando la puerta de atrás. Raquel y Pepa estaban de nuevo en la zona exterior, observádolo a ambos desde un pequeño ojo de buey, también ellas después de un breve intercambio de palabras se separaron. Pepa localizó al suyo en seguida, descolgó un extintor de la pared, y cuando lo tuvo cerca le roció el contenido en toda la cara, el tipo hizo el intento de gritar, pero sus gritos quedaron ahogados por la espuma que le cubrió la cara y buena parte de la mitad del cuerpo, después lo golpeó con la pistola y ya casi medio inconsciente lo arrastró hacia un camarote. Raquel se encontró al suyo entrando en la enfermería, intentó sorprenderlo por detrás pero en esa ocasión el tipo si se dio cuenta, Raquel le apuntó directamente a la cabeza. Raquel: quieto!. Hombre: y una mierda – se lanzó a por ella. Chocaron con una camilla, y durante un breve intercambio de golpes con algunas estanterías, tirando sus contenidos al suelo, Raquel como pudo se lo sacó de encima y entonces una nube blanca cubrió por completo a su agresor, Pepa apareció en su campo visual, para darle el golpe de gracia que lo dejó tirado en el suelo. Pepa se giró hacia ella: que....divirtiéndote sin mí??. Raquel, viéndola todavía sujetando el extintor: pareces Bardem en un país para viejos.. Pepa vio para el objeto que sujetaba y esbozó una sonrisa: mi look es muchísimo más atractivo – se acercó a Raquel – estas bien?. Raquel se tocó cerca de la ceja derecha: si es solo un rasguño – viendo en sus dedos la sangre que salía de la brecha que se había hecho. Pepa: venga, la cosa se empezará a mover cuando descubran que estos no aparecen. Ataron al tipo con lo que pudieron y cerraron la enfermería. El plan a seguir por los secuestradores comenzó a tambalearse cuando llegaron con el grupo de turistas a la zona señalada y no aparecieron los hombres que habían ido en busca de las joyas. Uno de los que escoltaban el grupo llamó al lider. Este contrariado, cambió a otra frecuencia y habló con los que estaban en el cine. Lider: cambio de planes, que nadie escuche esto – esperó unos segundos – salid todos de ahí, cerrando las puertas del cine, luego que todos menos tú se quitén los monos y las máscaras y apareces con ellos en la cubierta de los botes salvavidas. Hombre: ok ,jefe. Escasa media hora después, llegaban ambos grupos, los que hacían de personal del barco fueron subiendo a los botes, y una de las primeras cosas que hicieron, fue comprobar los bultos que debían estar en los botes, les llevó segundos darse cuenta de que el botín no estaba, con una leve señal, advirtieron a los que iban enmascarados, uno de ellos llamó al lider. Lider: ostias!!!, estáis seguros?. Al otro lado de la linea: si señor, no están.. El lider bufó reprimiendo todo lo que pudo las ganas de ponerse a gritar, pero no quería dar la sensación de que algo iba mal, pues supuestamente todo iba perfecto. Lider: subir a la gente y bajarla, tú y Ramirez buscar a esos cabrones... – bajó la voz – encontrad las joyas.., habrá un segundo desembarco en menos de 1 hora y ahí tenemos que bajar la joyas.... En la casa de Antonio y Carmen, todos pegados al televisor observaban como los botes bajaban primero de los soportes del crucero y después como llegaban recorriendo escasos 50 metros a puerto donde los esperaba la policía. Se llevaban a la gente a la estación marítima. Carmen mantenía su mano tapando su boca, como queriendo ahogar un lamento. Mar y Silvia escucharon alto y claro los ruidos que provocaban los botes al ser bajados. Silvia: estan liberando gente. Matias: esto se acabará pronto. Mar deseó que tuviera razón..., sobre todo porque de nuevo comenzaba a sentir malestar, se tocó la barriga. De inmediato Silvia miró para ella. Pepa y Raquel sabiendo que había otros 2 secuestradores por el barco, fueron en su busca. Pepa que se había dado cuenta de las dificultadesque había tenido Raquel, así que en esa ocasión no quiso correr riesgos, en una acción conjunta y con los extintores como su arma secreta, plantaron cara a los tipos y consiguieron reducirlos, se quedaron el walkie que portaban y que llevaba fijada una frecuencia distinta del otro. En el teatro quedaban además del lider 4 secuestradores, a una señal del lider, 3 de ellos desaparecieron, había pasado media hora y ni rastro no sólo el primer equipo, sino también de los que había ido a buscarlos, empezaba a ponerse nervioso. Pepa y Raquel observaron desde uno de los camarotes de babor como llegaban los botes a tierra. Raquel: cuantos iban ahí?. Preguntaba efectivamente por parte de los secuestradores. Pepa: creo que uno en cada bote. Raquel: te dio tiempo a fijarte¿?. Pepa: son los que llevaban uniforme de camarero. Raquel: esperemos que la poli no les deje cambiarse de ropa. Pepa: sabes que por protocolo ahora les haran preguntas y los mantendrán en una zona vigilada. Raquel: ya... Escucharon de nuevo ruidos.. Pepa: parece que vienen más. De los Walkies surgieron apenas audibles, pues les habían bajado el volumen, llamadas a los distintos grupos. Raquel: preparemonos... En esta ocasión los hombres las superaban en número, por lo que la acción tenía que ser lo más sorpresiva posible, fueron siguiéndolos hasta que llegaron a una cubierta desde la que se accedía al bulevar de las tiendas, un largo corredor de apariencia de centro comercial, las puertas de los comercios estaban cerradas, pero por el medio había tiovivos en miniatura y demás aparatos a donde los niños más pequeños se podían subir. Cuando llegaron a una esquina que se bifurcaba y viendo que su intención era separarse, se acercaron por su espalda y accionaron los extintores, soprendieron a uno de lleno pero otros 2 más rápidos de reflejos, esquivaron el mayor volumen de espuma y ya buscaban sus armas. Pepa se abalanzó sobre el que tenía más a mano, mientras Raquel hacía lo propio, la lucha era más desigual por su parte. Pepa obtuvo ventaja al estar cerca de unas escaleras y con los movimientos precisos hizo que el tipo con el que luchaba tropezase y cayese hacia abajo, siguió su rápido descenso y cuando acabó de rodar medio atontado buscó con que atarlo, entonces se escuchó un disparo. En el teatro aunque amortiguado el sonido fue claramente identificable.., el lider comenzó a llamar por el Walkie. En el camarote saltaron al unísono al escuchar alto y claro el ruido. En la cara de Mar de inmediato aparecieron varias lágrimas. Silvia: ey.., ey.., no no pienses... Mar agitó la cabeza: soy una bomba hormonal andante Silvia.., no.. Silvia la abrazó: lo sé, sé que es difícil.. También a ella ese disparo le preocupaba y mucho. Pepa miró con rapidez hacia arriba, pero no pudo ver nada, volvió de nuevo al hombre y le sacó el cinturón tan deprisa como pudo y se lo ató a las manos, subió a toda velocidad el tramo de escaleras, el corazón casi saliéndosele por la garganta. Se encontró a Raquel medio incorporándose, el hombre a sus pies y un gran charco de sangre formándose en la moqueta del suelo. Pepa la hizo girar: estás bien??. Raquel llevaba la pistola todavía fuertemente asida a su mano: no me quedó otra opción.... Pepa la revisó pues no había contestado a su pregunta, tenía nuevos hematomas en la cara, y el labio partido. Pepa le sujetó la cara con ambas manos y le sonrió: me haces el favor de no llevarte todos los golpes? Raquel quiso sonreír, pero le salió una mueca al tirar del labio partido: ay.. – se quejó.. Pepa la abrazó: anda vámonos de aquí antes de que vengan a ver que ha pasado – escuchaban los gritos a través del Walkie.. Nadie contestaba y el lider sólo estaba con su segundo, la gente en el teatro comenzaba a ponerse nerviosa, todo se venía abajo, lo que él no podía llegar a imaginarse era que las causantes fueran 2 mujeres que ni siquiera tenían que estar allí, estaba convencido de que los miembros de su propia banda se estaban traicionado. Desesperado lanzó el Walkie al suelo, su segundo se acercó más a él. El lider al tenerlo cerca le dijo: salimos de aquí como sea... Se estudiaron durante unos segundos, el segundo asintió, levantó su arma y pulso el percutor, una ráfaga salió impactando contra el techo escayolado. Pepa y Raquel se tiraron al suelo en cuanto escucharon el estruendo. Mar, Silvia y Matias se quedaron mudos, que estaba pasando¿?. El segundo gritó: todo el mundo fuera!!! – se acercó a miembros de la tripulación – vosotros!!, delante.., abrir los pasillos y sacar las pasarelas hacia el muelle. Pepa seguida por Raquel comenzó a bajar hacia donde habían escuchado los disparos, pero entonces la luz de los enormes focos del puerto se proyectaron sobre babor. Raquel la hizo pararse: espera – tiró de ella hacia un camarote y desde ahí salió a un balcón medio agachada. Siguió el haz de luz para comprobar que apuntaba directamente a la panza del crucero. Pepa incrédula: me cago en la puta.. están sacando a la gente. Si, la gente salía poco a poco pero de manera descontrolada y con eso no contaba la policía por lo que los turistas deambulaban sin saber hacia donde por la explanada del puerto. Raquel: se mezclaran con la gente y no sabremos quienes son.. Pepa tiró de ella: vamos... El capitán y el sobrecargo tuvieron la misma sospecha que ellas, por lo que intentaron por todos los medios no perderlos de vista, les ayudaba que fueran cubiertos con los pasamontañas y los monos. El lider: separálos en otro grupo hacia la zona de Proa, tenemos que crear cuanta más confusión mejor.. Matias se levantó. Silvia: a donde vas??. Matias: hay mucho jaleo, algo pasa y por aquí – estaban en la zona de estribor – no se ve nada, voy a salir un momento. Silvia lo dejó ir. Apenas un minuto después volvió. Matias: estan liberando a todo el pasaje.. Mar contrariada: entonces los disparos??. Matias: habran entrado los geos. Mar vio para Silvia: y Raquel y Pepa?. Silvia: estaran a punto de llegar Mar asintió esperanzada. En casa de Antonio y Carmen las imágenes también se estaban celebrando con cautela. Pero Raquel y Pepa no estaban ni mucho menos de camino a su camarote, escondieron las pistolas y llegaron a la zona por donde estaba saliendo alguna gente. Raquel: por aquí no podemos ir. Les interesaba estar al final de aquella cola. Pepa: subamos de nuevo, bajaremos por la siguiente escalinata. Entonces se econtraron a otra marea de gente que iba en dirección a Proa. Pepa paró a un tipo que iba vestido de miembro de la tripulación. Pepa: a donde váis?. Hombre: nos han dado órdenes de que abramos las puertas de emergencia de Proa y salgamos por ahí. Raquel: quien??. El hombre se la quedó viendo, pero donde habían estado metidas?: los tipos de las metralletas.. Pepa: cuantos son??. El hombro se encogió de hombros: no sabría decirle.. Lo dejaron ir.. Siguieron su camino a contracorriente que el resto del pasaje, subieron para luego bajar y entonces llegaron al teatro, ya estaba vacío. Raquel la apremió: rápido o los perderemos.. El lider y su segundo aprovecharon un par de embotellamientos para desaparecer, se introdujeron en un camarote y empezaron a quitarse el mono. A diferencia de los otros que formaban parte de la tripulación, ellos eran pasajeros perfectamente legítimos, por lo que debajo llevaban ropa de calle, salieron para mezclarse al alcanzar al resto.. Raquel: mira!! – entre la multitud distinguieron al capitán y el sobrecargo. Pepa como pudo se fue haciendo sitio: eh!! – les gritó. Ellos se pararon.. En cuanto estuvieron a su altura el capitán habló. Capitán: el lider y su segundo estaban saliendo con nosotros, pero los hemos perdido.. Raquel: mierda.. Eran arrastradas por la gente, ya practicamente estaban en la pasarela.. Pepa giraba su cabeza aprovechando su altura, lo mismo que el sobrecargo. Este último fue el que se quedó extrañado viendo 2 hombres rezagados que se acercaban a los últimos de un pasillo lateral. Sobrecargo: creo que son esos – señaló. Pepa le bajó la mano, pero ambos se quedaron viendo para ellos, lo que evidenció que estaba pasando. El segundo se percató de lo que hacía el sobrecargo e hizo el amago de sacar su pistola. El lider se lo impidió: que cojones crees que vas a hacer?. Segundo: salir de aquí como sea – se dehizo del agarre del lider y liberó la pistola. Mientras Pepa advertía a Raquel. Lider: vamos hacia Proa, no podrán pasar a por nosotros. Segundo: eso seguro – y entonces disparó de nuevo al techo. Lo que provocó de nuevo el movimiento agitado y sin control de un montón de personas. Por la tele se hicieron eco de los nuevos disparos y las imágenes saliendo en tropel de la gente gritando, les daban mayor magnitud. En el camarote Silvia, Mar y Matias no apreciaron a que se debían los nuevos gritos. Como pudieron Pepa y Raquel salieron detrás de ellos, el capitán y el sobre cargo les siguieron.. El lider y su segundo sin nadie que les obstaculizara el paso llegaron al punto donde confluía la otra marea de turistas, pero el paso por allí era más estrecho y resultaba imposible colarse delante de la gente. Segundo: esto es una ratonera... Lider: por la zona de carga de Popa, nos tiramos por allí al agua.. Se dieron la vuelta y comenzaron a correr en aquella dirección. Pepa y los demás los vieron cuando giraban por el pasillo que daba a la zona de la tripulación. Pepa sin dejar de correr: que hay por ahi?. Sobrecargo: los muelles de carga. Después de pasar camorotes del personal y diversas estancias como lavandería etc. Se encontraron con una zona amplia llena de cajas perfectamente sujetas, escucharon ruidos. Capitán: están abriendo las escotillas. Al no haber corriente lo hacían, dando vueltas a unas pesadas manivelas. Así se los encontraron. Raquel y Pepa sacaron sus armas: alto!!. El segundo respondió abriendo fuego con su pistola. Se pusieron a salvo detrás de unos contenedores. El lider siguió con su tarea de manipular la manivela y el segundo que parecía haber enloquecido, le cogió el arma y con ambas efectuó nuevos disparos. Pepa entre dientes: cabrón..- sobre sus cabezas volaban trozos de madera. Silencio. Raquel se movió ligeramente, y la zona donde estaba ella recibió varios impactos. Pepa le echó más para atrás: quieres que te mate o que??. Raquel: más bien intento que se le acaben las balas.. De repente apreciaron más luz. Sobrecargo: estan consiguiendo abrir las compuertas.. Pepa me voy a mover, cúbreme: uno, dos.. A la tercera salió disparada para el siguiente contenedor, mientras nuevas balas sonaban. Raquel que había ocupado el lugar de Pepa se movió lo justo para apuntar al loco pistolero y acertarle en el pecho, mientras caía vio como otro segundo hombre se subía a un compuerta medio abierta, salió de su escondite. Pepa viendo que Raquel salía corriendo fue detrás, pero no llegó a tiempo. Por un hueco salían unas piernas a las que dio alcance Raquel, pero al no contar con el peso que ejercía el hombre al tirarse al vacío desapareció con él. Pepa: Raquel!!!. Raquel caía por la barriga de Popa cerca del ancla sujetando todavía los tobillos de aquel cabrón escurridizo, habría unos 6 metros de altura, lo soltó y giró el cuerpo para introducirse en el agua con los pies por delante. Pepa ayudaba por el sobrecargo y el capitán abrieron lo suficiente la compuerta para ver el charco de espuma que formaron al impactar con el agua.. Pepa: no..no.. Raquel debajo del agua, se movió ligera y aprovechó todas las horas pasadas en la piscina, para sujetar al cabronazo y no dejarlo subir a la superficie, ella aguantaba perfectamente varios minutos bajo el agua, a ver cuanto aguantaba él. Pepa intentaba en esos minutos valorar que hacer y cuando ya estaba decidida a saltar emergió la cabeza de Raquel, seguida pocos segundos después de un hombre que simplemente flotaba.... Pepa gritó: Raquel!!???, estás bien??!. Raquel levantó el pulgar de su mano libre, con una sonrisa de oreja a oreja, después de 2 encontronazos donde se había sentido miserablemente inferior a sus adversarios, en este había dado la talla. Entonces apareció una patrullera y enfocó los cuerpos en el mar. Pepa gritó nuevamente: ey!!!, es policía – señalando las figuras en el mar. La lancha se acercó con varios geos encañonando a las personas en el agua. Raquel arrastraba al líder medio ahogado. De entre los geos, mientras los izaban del mar apareció un hombre uniformado de pelo canoso y que parecía ser el jefe. Jefe: pero…??, Raquel??? Raquel levantó la vista para encontrarse cara a cara al jefe de la autoridad portuaria, hizo un gesto con la mano: es una larga historia Pepe.. – se dejó caer contra unos fardos de material – muy larga… este cabrón es uno de ellos – señalando al tipo que estaban reanimando Pepe: a puerto!!!, de inmediato!!. Pepa junto con el capitán y el sobrecargo salieron tan rápido como pudieron, a la salida les esperaban ya más organizados grupos de policías y asistencia sanitaria. Rehusaron la segunda y a los primeros se identificaron. Pepa pidió de inmediato ir junto a Raquel, veía como la patrullera estaba tocando puerto. Raquel bajaba del barco ayudada por Pepe, de repente se sentía tremendamente cansada, Pepa llegó a su encuentro y se alarmó al verla tan pálida. Pepa: estás bien??. Raquel hizo un mueca de sonrisa, evalúo su aspecto y después le dijo: he tenido días mejores la verdad… Pepa se rió: te he visto más lamentable… No acabó porque Raquel tuvo fuerzas para soltarle un guantazo en el brazo. Le presentó al jefe de la autoridad Portuaria, y Pepa hizo lo propio con el capitán y el sobrecargo. Pepe: venid conmigo, en aquel edificio están los jefes de intervención. Pepa y Raquel negaron al unísono. Pepe se quedó parado. Raquel: nuestras parejas continúan dentro. Pepa, precisó: escondidas en un camarote. Pepe después de unos instantes de duda: bien, vayamos a por ellas - se sacó un micro del bolsillo superior de la camisa e informó de sus pasos. Matias, Silvia y Mar, permanecían a la espera, habían tenido una pequeña conversación sobre si era mejor salir y unirse a los pasajeros que abandonaban el barco, pero Silvia había insistido que era ahí donde debían permanecer. Unos suaves golpes a la puerta, seguidos por la voz calmada de Pepa, le confirmaron que había tomado la decisión correcta. Matias corrió a abrir, mientras Silvia ayudaba a incorporarse a Mar. Pepa y Raquel entraron rapidamente. Pepa se fue a los brazos de Silvia y Raquel se acercó a Mar. Raquel: que no te engañe mi aspecto.. Sus golpes en la cara, la brecha de la ceja y del labio, además de estar completamente empapada, pues se había negado a perder un minuto en cambiarse para ir a buscar a su novia. Mar lloraba ante esas visión Raquel: en mi vida me he sentido mejor. Se abrazaron, Mar dejando así que sus miedos se disolvieran. Pepe y los demás respetuosos les dejaron unos momentos, después de forma discreta el jefe carraspeó. Raquel de pronto recordando que iban a abandonar el barco: Pepe, perdona, pero hay algo que con este lío se ha quedado a medias.. Pepe al igual que los demás no comprendieron. Raquel que no quitaba los ojos de Mar: me estaba casando contigo cuando nos interrumpieron.. Menuda interrupción pensó Matías. Pepa abrazada a Silvia flipaba, aunque eso mismo que estaba haciendo Raquel era muy típico de ella. El capitán vaciló en sus palabras: bueno.., yo no sé…, si este será., un buen momento.. Vió para Pepe. Pepe bufó: amigo será mejor que lo haga porque conociendo a esta mujer no saldrá del barco sin acabar lo que ha empezado. Así que el capitán se acercó a ellas: bien..eh.., nos quedamos.. Raquel le interrumpió: ella respondía a su pregunta de si me aceptaba para todas la vida – le guiñó un ojo a Mar.. Capitán: ah.., si.., es cierto..em., María – vió interrongante para ellas. Raquel le apuntó: María del Mar Cruz. Capitán: si perdón.., María del Mar Cruz, aceptas a esta mujer como tú legítima esposa??. Mar suspiró, Raquel levantó una ceja inquisitiva, le pareció una expresión preciosa, a pesar de lo que había pasado esa noches, y allí estaba plantada y con cara de circunstancias por una respuesta de ella, no quiso hacerla rabiar, se merecía aquella respuesta desde hacía mucho tiempo: si que acepto, la quiero más que a mi vida.. Raquel sonrió ampliamente, dejando salir el aire que sus pulmones habían retenido. Capitán: los anillos quién los tiene??. Raquel vió para Pepa. Pepa puso cara rara. Raquel: Pepa no me jodas.. Pepa: no.. si te parece..- buscando por los bolsillos – como para no perderlos.. Raquel: vas por la borda como no los tengas… Pepa siguió buscando, pero ya había repasado todos los bolsillos y nada. Silvia se separó de ella: me parece.. – se acercó al cajón donde Pepa le había dejado la pistola, lo abrió – serán estos? – sacó una cajita.. Pepa se acercó a su mujer y la besó: gracias pelirroja, me acabas de salvar de un remojón. Se los entregó a Raquel. El capitán dijo las palabras pertinentes mientras intercambiaban los anillos y por fin. Capitán: yo os declaro oficialmente unidas en matrimonio. Raquel se fue a los labios de su ya mujer. Pepa y los demás aplaudieron, ajenos por un instante a todo lo que había pasado y quedaba por pasar.. A Raquel ya le dieron igual las explicaciones que tuvieron que dar durante un par de horas, sólo le interesó llamar a casa para decirles que estaban estupendamente. Raquel al teléfono: ey Papa!!!. Antonio: dime hija..? Raquel: lo he conseguido!!. Antonio: lo que hija.? Raquel: se ha casado conmigo!!, ya no se me escapa!! – tenía abrazada a Mar mientas hablaba. Antonio soltó una tremenda carcajada, y todos en casa se lo quedaron viendo: ahora os cuento, bien hija, así se hace. Tampoco le importó reconocer en una breve y rápida rueda de reconocimiento a los tipos de la banda, incluidos aquellos que habían bajado de primeros en los botes. La sorpresa de la noche se la llevaron cuando la excéntrica y riquísima Alemana, supo que gracias a la labor de aquellas mujeres policías no había perdido sus joyas, quiso agradecerles de muchas maneras su labor, y aunque Pepa y Raquel se negaron a casi todas, a una de ellas Raquel no pudo resistirse. Pepa se abrazó a ellas: nosotras mejor nos vamos a casa. Silvia también abrazándolas: si, queremos achuchar a nuestros hijos. Pepa asintió. Raquel: bien.., nosotras.., nos vemos.. mañana??. Mar: ya veremos – le sonrió. Raquel sonrió también. Así que mientras Pepa y Silvia llegaban a casa de Antonio y Carmen, y contaban con brevedad lo ocurrido. Raquel y Mar eran conducidas al nuevo hotel de 5 estrellas que acababan de inaugurar en la ciudad, el Nagari. Y Mientras Pepa y Silvia, se iban para la cama llevándose consigo a sus dormidos hijos, enzo y Naia, seguidas por un inquieto Van Gogh.. Raquel se introducía en la inmensa bañera llena de espuma, de la habitación más lujosa del hotel. Raquel aguantó un quejido, de algunas partes doloridas de su cuerpo: ven.., anda.. Mar se acabó de quitar la ropa y con cuidado se metió dentro, recostó su espalda sobre el pecho de Raquel, dejando así su peso sobre ella. Raquel la abrazó más contra sí y la besó en un lado del cuello: ummmmmm.., que bien se está así.. Mar buscó su mano y la entrelazó con la suya, en sus dedos anulares, brillaban los aros de oro blanco que certificaban que eran un matrimonio.. Mar llevó ambas manos a su barriga: te quiero… Raquel le besó la coronilla: yo también te quiero.. Dormían plácidamente en la enorme cama, en un abrazo de piernas y brazos cálido, cuando el sonido del teléfono interrumpió de forma tan grosera semejante estampa.. Raquel sacó una mano para alcanzarlo, ahogando un quejido de dolor.., definitivamente, los morados de anoche eran el reflejo firme de que se había hecho daño en varias partes del cuerpo. Recordó de forma fugaz como Mar examinó cada uno de sus golpes, y con cuidado le cerró las brechas de la ceja y el labio, si no fuera por el estridente ruido del teléfono se hubiera formado una bonita sonrisa en su cara, en lugar de eso le ladró al teléfono. Raquel con voz grave: que!!??. Lo que hizo moverse a Mar, despertándola ligeramente. Al otro lado de la linea surgió un parloteo incesante.., que en un primer momento no logró adivinar a quién pertenecía. Raquel: Ruth???. Ruth: la misma...,dime que no es verdad.., dime que no te has casado.., dime que no me he perdido la boda de mi mejor amiga...., dime... Raquel la interrumpió: ummm......- buscó la mano de Mar y la sacó de entre las sábanas – si no es así, entonces le estoy poniendo los cuernos con una mujer casada.. Entrelazó su mano con la de Mar, que ya definitivamente se había despertado aunque seguía con los ojos cerrados, pero una sonrisa en la cara. Raquel:ohhhh!!, fíjate, yo llevo un anillo muy parecido.. Mar se rió. Ruth desde el otro lado de la linea: yo es que alucino contigo.., pero.., esto no te lo perdon... Raquel la volvió a cortar: donde estás???.. Ruth: no me cambies de tema.. Raquel suspiró:ufff.., ya estás en Nueva York??. Ruth: mañana, nos vamos mañana.. Raquel: pues entonces pasado le dices a tu mejor amiga lo que quier... Mar abrió los ojos. Ruth gritó: que!!!!!!. Raquel sonrió: lo digo en serio... Ruth gritó de nuevo: Mar!!!!!, Mar!!!!. Raquel riendo: creo que quiere hablar contigo... Mar recogió el aparato todavía sorprendida: eh.., si.., no..., no sabía nada.., si estoy bien.., si.. Raquel mientras hablaba se abrazó a ella, acariciando su curvada barriga. Mar: vale.. vale.., hablamos... Colgó. Raquel seguía concentrada en las suaves caricias. Mar no decía nada, era difícil hacerlo, cuando hacía esas cosas??, como expresarle lo feliz que la hacía. Raquel levantó ligeramente la cara hacia ella y como si le hubiera leido el pensamiento: estas locas ideas aparecen de forma espontanea en mi cabeza... Mar reprimió pero no pudo evitar que alguna lágrima cayese por sus mejillas: ayer estaba muerta de miedo pensando en que algo malo iba a pasarte y ahora.., ahora te tengo acariciándome y diciendo que me llevas de luna de miel a Nueva York. Raquel la besó en los labios: el incidente del crucero no estaba previsto.. Mar se rió entre lágrimas, ante el comentario que pretendía quitar importancia a lo sucedido. Raquel se adelantó a sus palabras: olvídalo.., ya paso.., y no pienso meterme en más líos por el estilo.., te lo prometo.. Se dieron un largo beso, que llevó a otro y a otro.. El despertar de Silvia y Pepa fue parcialmente similar, el estridente lloro de naia sacó al resto de la familia del profundo sueño en el que estaban instaladas, incluso Van Gogh pegó un salto al no esperar semejante comienzo de día. Enzo y Pepa se acurrucaron más juntos entre quejas, mientras Silvia que estaba más cerca de la cuna se levantaba para ver a naia. La niña completamente despierta no paró de forma inmediata sus lloros al ver a su mami, por lo que Silvia la cogió en brazos. Mientras la acunaba contra su pecho. Silvia: pequeñaja, menudo humor te gastas por las mañanas.. Naia aminoraba el nivel de su llanto, Silvia volvía a la cama. La puso al lado de enzo que había dormido toda la noche en medio de ella y Pepa. La niña al notar que ambos parecían querer seguir durmiendo de nuevo soltó un lloro.. Silvia se rió, mira que era puñetera.. Pepa abrió un ojo: enana...,ese volumen... – le pasó una mano por la cara y le apretó cariñosamente la boquita. Enzo se pegó más a Pepa, pero la retirada le sirvió de como porque su hermanita ya le echaba las manos encima. Pepa al oido de enzo: creo que una cosita morena quiere un beso de buenos días.. Enzo abrió los ojos: mmmmm. Se revolvió en torno al pecho de Pepa, dándose la vuelta. Al momento tenía a naia casi encima suyo, achuchándolo. Silvia sonrió: eso es amor de hermana.. Pepa se estiró: argggg – estaba tensa en algunas partes de su cuerpo - viendo para su mujer- buenos días pelirroja.. – se levantó por encima de los niños y dejó un suave beso en sus labios. Silvia le acarició la cara: estás bien??. Pepa asintió: aunque me hubiera gustado despertarme de otra forma – levantó ligeramente una ceja. Silvia le dio otro beso: hay niños delante amor... Pepa volvió a su lugar de la cama: ya... Enzo: tengo hambre.. Silvia: pues venga a la ducha rápido. Le siguió dejando a Pepa entreteniendo a la torbellino. Pepa bajó con enzo y naia a desayunar dejando a Silvia ducharse con tranquilidad. Ya todos estaban despiertos, así que mientras los niños desayunaban ella respondía a todos los interrogantes que ayer habían quedado por contestar, no quería entrar en detalles sobre las dificultades pasadas. Así que la interrupción de la llegada de Mar y Raquel, les vino de perlas. El secuestro quedó en segundo plano, y las recien casadas empezaron enseñando sus anillos, para luego ir contando Raquel lo que tenía que haber sido y Mar lo que al final fue, el colofón llegó con el anuncio de que viajaban pasado mañana a Nueva York. Eso sí, Pepa y Raquel no tuvieron más remedio que pasar de nuevo por comisaría, perdieron la tarde en la reconstrucción de los hechos.. Por la noche celebraron algo así como un convite en casa de Antonio y Carmen, los padres y hermanos de Mar estaban encantados y ya el susto del crucero estaba olvidado.. Pepa estaba sentada en unos de los mullidos sofás de la terraza exterior, veía como Raquel iba de un lado para otro con sus sobrinos, o sus hermanas o sus cuñados. Silvia se la quedó viendo, le puso una mano en la pierna: ey.. Pepa reaccionó: ey.. Silvia: se la vé bien verdad??. Pepa asintió: pelirroja.., creo que nuestra labor aquí toca a su fin.. Silvia le dio un beso: triste por irte..? Pepa encogió los hombros: nah.., tenemos una familia esperándonos en Madrid verdad??. Silvia: si.., y son igual de ruidosos que estos... Pepa se rió y besó a su mujer.. Asi era, tocaba volver a casa. Llegaron a Madrid en el momento justo. En comisaría dentro de poco se sucederían los cambios. En la visita que tuvieron en Julio de Don Lorenzo, Paco y Lola, supieron que Montoya se iba de la comisaría para hacerse cargo como comisario de una en la zona de Alicante, Kike y Nelson también aceptaban nuevos destinos. Así que andaba la gente un poco revolucionada. Curtis estaba triste por la marcha de su compañero, Pepa también notaba extraña a Silvia, incluso unos pequeños celos se asentaron en su cuerpo, aunque faltaba casi un mes para que se fueran, desde el mismo instante en que los implicados confirmaron su marcha, el clima cambió. Y Silvia si ya de por sí pasaba tiempo con Gonzalo, en los días posteriores era continuo. Pepa aún a pesar de la pelusilla de celos, entendía que el vínculo entre ellos era más fuerte que una simple amistad, y entendía que Gonzalo siempre había sido un confidente y un apoyo para Silvia, pero no por ello podía evitar ese pequeña tenaza en su estómago. Silvia cuando llegaban a casa estaba un poco más callada de lo normal, pero conociendo como conocía a Pepa sabía que por extensión su actitud con Gonzalo le afectaba, así que las muestras de cariño procuraba que no faltasen, y Pepa las agradecía, mucho. El estar en el sofá muy juntas, un beso que posaba Silvia en su mejilla sin venir a cuento, pequeños detalles que pretendían que Pepa supiese que estaba triste, que se estaba haciendo a la idea, pero que no se olvidaba de ella, ni la dejaba en un segundo plano. Lucas y Sara también decidieron dar un paso más en su relación y se fueron a vivir juntos, durante el tiempo que habían pasado Pepa y Silvia en Vigo, ellos habían estado en su casa. Pepa había bromeado con Lucas: ay luquitas que ya te han enganchado... Sara: oye!!. Pepa se escapó. Una de las primeras cosas que hicieron para encauzar su rutina en Madrid fue apuntar a Enzo y también a Naia a una piscina municipal. A ambos niños les encantaba el agua, pero ninguno nadaba y flotaba por si mismo, y Pepa y Silvia no querían sustos, así que lo mejor era aprovechar y que los niños aprendiesen a moverse en el agua. A Enzo la idea le encantó y estuvo toda la semana preguntando que cuando iba a ser sábado. El sábado llegó y el despertador sonó a las 9. Silvia y Pepa abrazadas, se quejaron a la vez. Pepa: arg.., porque hemos cogido una hora tan temprana.. Silvia debajo casi de la almohada: porque era donde tenían plazas. Ellas medio dormidas prepararon a unos más que despiertos enanos y 45 minutos después estaban ya en la piscina. Decidieron que entraba Pepa con ambos en la piscina. Lo primero que hicieron los monitores fue separar a los niños “ grandes “, de las mamás y los bebés. Eso no le gustó a Enzo, pero de principio no dijo nada. Mientras Pepa hacía con naia los ejercicios que le comentaba una monitora en una piscina de adultos, Enzo y niños de similares edades estaban con otro monitor. A Enzo no le estaba gustando la experiencia, le daba miedo toda aquella agua y sobre todo no tener al lado a alguna de sus mamas, no ayudaba que su mami lo animase desde la grada, porque los ojos se le iban solos a donde estaba su mama con naia, ellas si que se reian. Definitivamente la experiencia no fue de su gusto y apenas dijo gran cosa después de volver a los vestuarios. Silvia y Pepa fueron a casa de Paco y Lola a comer y a enzo le faltó tiempo para irse a los brazos de su abuelo, sus madres estaban un poco despistadas. Lola: que pasa??. Silvia: no sé.., parece que a enzo no le ha gustado la piscina. Pepa sacando a naia de la silla: parece??, está muy claro.. Lola contrariada: pero no le encantaba el agua??. Silvia y Pepa: si.. Lola: entonces??. Pepa: es un poco tímido con las cosas nuevas.. Silvia asintiendo: sí será que de principio le ha intimidado tanto niño y a los monitores aún no los conoce.. Lo dejaron ahí... Pero a la semana siguiente. Pepa y enzo de la mano, paseaban de camino a casa desde la escuela con Van Gogh, Silvia estaba en casa haciendo la comida. Enzo: mama??.. Pepa: si.. Enzo: no quiero ir a piscina.. Pepa: y eso??. Enzo: no me gusta.. Pepa: pero si a ti te encanta el agua.. Enzo: pero esa piscina tiene mucha me da miedo.. Pepa: cariño el mar donde te bañabas tenía mucha más.. Enzo: no quiero ir.. Pepa: tienes que aprender a nadar para jugar con los primos - a los hijos de las hermanas de Raquel los consideraba así – y no darnos sustos a mami y a mí. Enzo no dijo nada más, y se aguantó las ganas de llorar. Pepa le comentó la pequeña conversación a Silvia, le restaron importancia. Las noches siguientes sin embargo, se despertaron con los lloros y gritos de enzo llamándolas.. Llegó de nuevo el sábado, la actitud al levantarlo ya no fue la misma, y en cuanto lo separaron de Pepa se puso a llorar y estuvo hipando de forma intermitente la hora de clase. Cuando Silvia lo fue a recoger y mientras lo duchaba y vestía intentó razonar con él, pero no había manera, se enganchaba del cuello de su mami y lloraba diciendo que no quería volver. Y por la semana de nuevo llamó a sus mamas por la noche, menos mal que naia dormía con ellas, porque si además la pequeñaja se despertaba en medio de la noche pues entonces adiós descanso. Un nuevo sábado y mientras Pepa vestía a enzo. Enzo al que se le venían las lágrimas: porque me hacéis esto??. Pepa se quedó parada, casi le dio la risa ante la pregunta: cariño.., venga.. – viendo que ya le caía un lagrimón – pero si a tí te encanta la piscina de los primos.. Enzo: pero esta no me gusta.. Pepa: no seas tonto... Pepa de nuevo en casa de Lola y después de un día de piscina horrible, estaba por tirar la toalla. El lunes enzo apareció en la habitación de ellas, Silvia lo dejó meterse en cama, porque no había forma de calmarlo. El jueves después de que Silvia se hubiera puesto seria con él, enzo iba al lado de la cama de Pepa. Enzo con sus manitas en forma de ruego: por fi mama, por fi.., el último día... Pepa que no podía ante aquello, le hizo sitio a su lado: mami se va a enfandar contigo y conmigo como no duermas en tu cama. Enzo se pegó a ella y se durmió al instante. Pepa acarició el pelo de su hijo tan parecido al de Silvia y se preguntó que le pasaba para estar así... Y llegó el tan temido sábado, y después de una semana con noches de constantes interrupciones, sonó el despertador. Pepa tapándose con la almohada: joder... – enzo acurrucado a su lado, ya tenso, era evidente. Silvia no dijo nada al verlo allí: venga Pepa... Cuando enzo ya no estaba en la habitación. Pepa haciéndose una cola y buscando una camiseta para ponerse: esto es de locos.., él lo pasa mal, no dormimos por la semana y el sábado madrugón para seguir con la tortura. Silvia: a mi tampoco me hace gracia que esté así.. Pepa: pues entonces lo sacamos... Silvia no quería discutir, otra vez el tema: lo hablamos después, llegamos tarde.. Fueron ellas también tensas durante el trayecto en coche. En la piscina Enzo volvió a estar triste y aunque hacia todo lo que su monitor le decía, de vez en cuando soltaba alguna lágrima. Cuando salía ya para el vestuario, Pepa llamó la atención de Silvia. Ella llegó de la mano de enzo. Pepa colocando a naia sobre el borde de la piscina : que estaba pensando yo..., enzo cariño...., quieres jugar un poco conmigo mientras mami cambia a naia.... La reacción de enzo no se hizo esperar, en milésimas de segundo ya estaba casi saltando sobre Pepa. Silvia cogió enseguida a naia y se quedó viendo como enzo por primera vez en semanas sonreía, Pepa le guiñó un ojo. Pepa: 15 minutos???. Silvia: vale.. En esos 15 minutos enzo volvió a ser el niño alegre que sus madres conocían, a Pepa le vino la idea de pronto, llevaba días dándole vueltas al asunto, la extraña reacción de enzo había empezado escasos días después de volver a casa: Habían puesto a enzo en su nueva habitación en la otra ala, y para que naia lo dejase dormir habían colocado la cuna de la niña en la habitación de ellas. A partir de ahí enzo empezó a dormir mal y después a aparecer en la habitación de sus madres por la noche. Y en la piscina Pepa pasaba la clase completa con naia en sus brazos y riéndose con las monerías de su hija, sin quererlo enzo había quedado en un segundo plano. Por ello, esos 15 minutos con su mama, era tan importantes.., si Pepa llamaba la atención con su mini copia, tampoco pasaba desapercibida con su pelirrojo, sobre todo si el enano lanzaba su contagiosa risa. Cuando llegaron a casa de Lola. Enzo: tita!!!, tita!!!, hoy he nadado con mama... Todos alucinaron con el cambio de actitud, el abuelo estaba encantado de ver que su nieto volvía a ser el mismo. Lola: así que pelusilla eh??. Silvia que lo había hablado con su mujer durante el camino: tiene sentido.., ha estado muy raro desde que llegamos..., es un poco todo, pelusilla, pero a la vez dependencia.., de nosotras.., de su hermanita... Pepa que tenía a naia en brazos: es que esta morenita lo tiene loco.... Lola se rió: si., si.., no la deja ni a sol ni a sombra. Silvia le hizo un cariño a su hija: claro, ella no para de reirle todo lo que le hace y comérselo a besos.. Naia se rió. Y todas por asociación hicieron lo mismo. Pepa junto su frente naia: pequeña gruñona quiere mucho a su hermanito. Naia echó la manos a la cara de su mama. Silvia: cuando está de buen humor da gusto... Pepa la achuchó de improvisto, naia se puso nerviosa y le apretó la cara con sus manitas: tiene carácter... Silvia se rió ante la reacción.. Lola: y tanto... Pepa a su hija: beso guapa... – le puso los labios cerca y naia se acercó para dárselo.. Al llegar a casa le dieron otra alegría a enzo, dejarían a naia en su habitación con él unos días, y si su hermanita se portaba bien y lo dejaba dormir, podrían estar juntos por un tiempo.., incluso dejaron la colchoneta de Van Gogh a la puerta del cuarto, el perro iba y venía por la casa desde su caseta con acceso por la cocina, pero si notaba a los niños agitados entonces solía ponerse también tozudo y acababa durmiendo en el pasillo tirado en la alfombra. Y enzo se preocupaba de que su fiel amigo estuviera cómodo o no tuviese frío. Esa noche unas agotadas Pepa y Silvia se metían en cama con la esperanza de tener una noche tranquila. Pepa: esperemos que el ala Este no se despierte.. Silvia se abrazó a su mujer: quedas al mando de la vigilancia.. Pepa: que??. Silvia: ha sido idea tuya ponerlos a todos juntos... Pepa sonrió: son una piña eh??. Silvia sonrió: espero que no se estropee cuando crezcan... Pepa: nah.., - la besó – ya verás... La situación con los niños se estabilizó, naia dormía mejor desde que estaba compartiendo cuarto con su hermano y a enzo esa pelusilla por ella y esa dependencia por sus madres se le iba diluyendo. La fecha de las partidas había llegado, en un principio la gran despedida se organizó en los cachis y después los más allegados se trasladaron a casa de Pepa y Silvia para cenar con los amigos que se iban y con los que se quedaban. Era lo más cómodo para ellas, los niños estuvieron en brazos de todos durante buena parte de la noche y cuando ya empezaban a rendirse los acostaron, estaba siendo un Octubre con muy buen tiempo, por eso podían estar en la amplia terraza disfrutando de la noche. Bueno, algunos disfrutaban, otros como Curtis estaban tristes y bebían, y a él le acompañaba Pepa, no tanto por tristeza sino por inquietud.. Silvia no se separaba de Gonzalo, hablaban sin parar, como si tuvieran que contarse esa noche de todo, y a Pepa se le empezó a ir la cabeza a pensamientos nada recomendables. Se mantuvo en un discreto segundo plano y con Curtis y sus monólogos sobre la amistad, se fue bebiendo buena parte del bar.. Cuando ya todos se iban, Kike casi tuvo que llevarse en brazos a Curtis, el estado de Pepa, aunque más digno por fuera, no era mucho mejor. Silvia cerró la puerta de casa y se giró para donde estaba Pepa apoyada en la pared, se acercó a ella, le acarició la cara con las manos y la besó, sabía a alcohol: ummm.., me parece que alguien más se ha pasado con la bebida esta noche. Pepa pasó las manos por la cintura de su mujer y la atrajo más hacia ella, negó: nahhh – la besó. Y cuando a ese beso le seguía otro más intenso, Pepa la soltó y salió disparada. Silvia casi perdió el equilibrio al quedarse sujetando el vacío, esbozó una sonrisa cuando escuchó el sonido inconfundible de una arcada.. Se encontró a Pepa casi de rodillas con la cabeza metida en el water y echando la vida entera por la boca. Silvia se acercó: hay que ver.... Pepa no la escuchó, estaba demasiado ocupada no ahogándose y sintiéndose cada vez peor. Silvia le apartó el pelo de la cara, y aguantándose la risa: 33 años, 2 hijos, y como una adolescente echando la papilla.. Pepa quiso quejarse pero no le dio tiempo, pues una nueva arcada le sobrevino. Silvia no pudo evitar reirse. Pasados unos minutos y cuando parecía que ya no había nada más en el interior de Pepa que arrojar por el water. Silvia le besó la cabeza: que??, ha valido la pena la cogorza??. Pepa se sentó en el suelo: pelirroja no tiene gracia... Silvia mojó un paño y se lo pasó por la cara: mejor??.. Pepa asintió debilmente. Silvia: te voy a hacer un té – le dió un beso en la frente. Pepa: voy a ducharme – estaba empapada. Un tiempo después ya en la habitación, Silvia esperaba paciente con el té caliente, a que Pepa saliese del baño. Pepa sabía en cuanto vio a Silvia sentada en el Chaise longue que no se escapaba de una charla. Silvia: tómate el té antes de que se enfríe. Pepa no objetó nada, recogió la taza y se sentó en la cama, a propósito puso distancia entre ellas, y eso Silvia lo notó. Silvia: a que ha venido esa afición etílica??. Pepa argumentó: no he bebido tanto... Silvia: no claro, Curtis ha salido a rastras y tú - señalando el cuarto de baño – mira como has acabado.. Pepa hizo una mueca de desagrado pero prefirió tragar el contenido de la taza. Silvia: y bien???. Pepa bufó: que??. Silvia: no seas cría.. Pepa se levantó, dejó la taza y dio unos pasos por la habitación, miró al suelo mientras decía: se te veía muy bien con Gonzalo.. Silvia: Pepaaaaa...sabes.... Pepa la interrumpió: quieres que te lo diga no...?? – esperó a que Silvia la dejase hablar – sé que no hay nada.., pero no puedo evitar lo que siento cuando os veo así.. Silvia: así como?. Pepa: con esa complicidad..... Silvia justificando: somos amigos... Pepa: habéis sido más que eso.., enzo o naia en sus brazos y tú al lado – sintió de nuevo ácido en el estómago – esa imagen podía haberse dado.. Silvia se levantó para ir a su lado: cariño.. Pepa: me hace pensar que tu vida hubiera sido más fácil y tranquila... Silvia: sería más tranquila sí..., pero contigo me siento viva todos los días.. Pepa miró para ella, Silvia buscó más cercanía. Pepa la estrechó entre sus brazos: no te has dado cuenta de las conversaciones..?, lo sencillo que es todo para los demás, incluso para Lucas y Sara... Todos sus amigos salvo Kike eran heteros, y éste no tenía una relación de pareja estable, cierto que cabía aquella reflexión de Pepa, les había costado mucho llegar hasta donde estaban, pero Silvia sabiendo la vida que tenía con Pepa, hubiera elegido esa opción las veces que se hubiese presentado y así se lo dijo. Silvia: acaso tú no??. Pepa miró a su mujer: habría ido a por tí, aunque tuvieras novio formal o marido o hijos.. Silvia sonrió: ves, habría sido inevitable.... Pepa la besó y confesó: la idea de que te puedan volver a gustar los tíos, me.. Silvia la besó para hacerla callar pero dijo: me siguen gustando los hombres – ante la mueca de Pepa – pero tú sigue haciéndome así de feliz – más besos - y no tendrás que preocuparte de hombres, ni mujeres ni de nadie..... Hizo que cayesen ambas encima de la cama. Pepa se esmeró especialmente esa noche.... Pepa volvía al trabajo, lo hacía en un turno que le permitía llevar a enzo al cole, Silvia desayunaba con ellos en la cocina, aunque ella no iba a ningún sitio, habían decidido que Silvia se tomaría una excedencia por lo menos hasta el primer año de naia, luego la niña comenzaría en la guardería. El turno de Pepa le permitiría a veces comer en casa, y sobre todo estar de vuelta para el baño de los críos y la cena. Ninguna de las 2 se quería perder el crecimiento de los pequeños, pero Pepa era un culo demasiado inquieto para pedirse una excedencia y quedarse en casa, a Silvia por otro lado ese tiempo les serviría para retomar unos cursos que había querido hacer desde hacía algunos años y que había ido postergando por diferentes causas. Enzo se escabulló para darle unos besos de despedida a su hermanita que todavía estaba en la cuna. Desde la cocina escucharon un golpe sordo. Silvia llamó: enzo!!??. Enzo apareció al momento, seguido de Van gogh: no ha pasado nada... – pero su cara no decía lo mismo. Pepa: ven aquí... Enzo obedeció. Pepa lo sentó en sus piernas e intentó tocarle la cabeza, enzo se revolvió.. Pepa sonrió: enano..,donde te has dado???. Silvia esperaba. Enzo: duele aquí – señaló una zona de la cabeza, viendo que Pepa le iba a tocar – no toques mama.. Silvia se acercó: déjame ver anda.. Enzo: mami duele un poquito, pero no lloro.. Silvia aguantó la risa. Pepa también: ya vemos que no lloras, ya.., con que te has dado??. Enzo rindiéndose: la cuna de nai.. Pepa y Silvia imaginaron la escena. La cuna de la niña tenía una abertura para separar los barrotes y acercar la cuna a la cama, así si la niña tenía una noche agitada se subía la abertura y podían sin necesidad de levantarse, acariciarla, o cogerla para la cama. Enzo seguramente no había puesto bien el seguro y la abertura se le había caído en la cabeza. Silvia besó el pequeño chichón. Enzo se quejó levemente. Pepa preguntó: hielo?. Silvia: un poco – se levantó para coger una bolsita especial que ya tenía preparada para esos casos. Pepa: genial, primer día y llegaré tarde a trabajar. Enzo: lo siento.. A Pepa como siempre, su hijo poco necesitaba para ablandarla, sobre todo si ponía cara de pena y tristes esos ojitos azules. Pepa le revolvió el pelo, cuidándose de no tocar el chichón: no pasa nada, pero ten más cuidado la próxima vez, mami y yo no queremos que te hagas daño. Silvia le pasó la bolsita. El cole de enzo no estaba muy lejos de casa, si iban con naia y con un poco de prisa utilizaban el coche, pero si no a Pepa le gustaba caminar, aunque para eso había que salir con tiempo suficiente, porque a enzo un trayecto de apenas 2 kms le llevaba una eternidad, todo le distraía, se paraba con cualquier cosa que le llamase la atención, Pepa paciente iba a su lado y le dejaba ir a su ritmo, ya tendría tiempo de mayor de sufrir en sus propias carnes el ir y venir de un lado para otro a toda prisa. Llegaron al cole, como la hora de entrada se les había pasado un poco, Pepa fue con él hasta dirección, se disculpó por llegar tarde, poniendo de excusa el pequeño incidente en el almuerzo. Pepa se agachó para recibir un sonoro beso en los labios de su hijo y un enorme abrazo, como le gustaba que fuera tan cariñoso. Pepa: portate bien vale?. Enzo asintió, se cogió de la mano de la directora y se fue. Pepa llegaba tarde, muy tarde como pudo constatar cuando se dio de bruces con el turno que ya salía para sus destinos, seguramente se había perdido la reunión matinal, llegar hasta su mesa también le costó lo suyo, muchos compañeros la pararon para preguntarle por los niños, ella entonces sacó el iphone y empezó a enseñar fotos y en eso estaba cuando. Una mujer a su espalda, carraspeó. Señora: es usted la gente Miranda??. Pepa se volvió, no la conocía de nada y la desconocida a ella tampoco para haberla llamado agente: en realidad soy inspectora.. Señora: la esperabamos hace una hora.. Pepa pasando de todo porque la tía le estaba cayendo fatal: y usted es…? Señora: Inspectora jefe Reyes Sanchez Bilbao. Pepa: ahh.., muy bien.., me.. Reyes se dio la vuelta sin esperar a que Pepa acabase de hablar: a mi despacho inmediatamente. Pepa se quedó parada un segundo, pues si que empezaba bien con su nueva jefa, como no quería empeorar las cosas el primer día decidió callarse y seguirla, después de todo era cierto que había llegado tarde. Silvia había tenido una mañana de lo más productiva, después de organizar la casa, puso a naia en el cochecito, ató la correa de Van y salieron a la calle, hizo algunas gestiones administrativas. Después ya en el coche se pasó por la facultad de medicina para informarse del papeleo necesario para los cursos que quería hacer. Las cosas por allí habían cambiado bastante, pero por suerte una antigua compañera estaba dando clases y después de tomarse un café con ella, ponerse al día del resto de antiguos alumnos, de sus vidas, y jugar con la loquita de naia, le ayudó con los trámites. Más tarde se fue a casa de su hermana Lola, con Pepa se habia intentado comunicar para contarle las novedades, era algo habitual entre ellas, se llamaban varias veces, Pepa en muchas ocasiones simplemente porque le daba por ahí, pero un escueto mensaje “ lío con la jefa “, entendió que seguramente hasta que viniese con enzo a comer no tendría oportunidad de hablar con ella. Lola daba mimos a naia; que mayor esta mi niña bonita – naia le dedicó una sonrisa a su tía, cuando le sonó el móvil a Silvia. Silvia: que raro – viendo el nombre en la pantalla – si?? – escuchó – no.. debe estar liada en el trabajo, pero que ha pasado? – escuchó de nuevo, se pasó la mano por la frente – ohh, vaya.., cuanto lo siento.. – escuchó – si claro.., claro.., voy enseguida. Lola cuando hubo colgado: que pasa??. Silvia: la profe de enzo que le ha dado algo en clase, que si podemos ir a buscarlos antes.. Lola: me quedo yo con naia mejor no??. Silvia: si, si me haces el favor.. Lola: venir a comer aquí después.. Silvia: vale.., voy a llamar a Pepa. De camino al cole intentó ponerse en contacto con Pepa, como no le cogía, le dejó un breve mensaje “ recojo yo a enzo, comemos en casa de mi hermana “. A Silvia la hicieron pasar al pequeño salón de actos, donde tenían a todos los niños de la clase de enzo, se cruzó con otras madres, enzo estaba sentado, tranquilo, al lado de Laurita y su madre que le estaba hablando. Silvia se acercó, enzo se fue a sus brazos. Silvia: hola cariño.., - saludó a Estela. Enzo: mami, Alicia tuvo un ataque eléctico. Silvia se quedó un poco sorprendida de que su hijo utilizara semejante término. Estela se lo aclaró: el psicólogo del cole los ha traído aquí y les ha dado una charla, verdad?. Ambos niños asintieron, enzo continúo. Enzo: mami, estaba la seño Alicia al lado de la pizarra Laurita: algunos nos asustamos.. Enzo: y entonces se cayó.., y empezó a temblar.. Laurita: y nos pusimos a llorar.., jorge gritó que era un zombie. Silvia y Estela escuchaban la caótica narración. Enzo: yo salí a buscar a la seño de la clase de al lado. Silvia: si??, y que le dijiste?. Enzo serio: que seño Alicia se había caído y echaba espuma por la boca. Laurita: entonces vino la seño Juana y nos mandó al pasillo. Enzo: y yo entré en otra clase y les dije lo de la seño Alicia. Estela y Silvia siguieron escuchando como entre interrupciones de ambos, los niños contaban el tremendo susto que se habían llevado. Efectivamente, después de que avisaron a la primera profe, ésta los hizo salir a todos al pasillo e intentó calmar a Alicia, que convulsionaba en el suelo, procuró con la ayuda del profesor de primaria que no se mordiese la lengua, y esperaron a que dejara de moverse, la ambulancia vino enseguida y mientras a indicaciones de la directora, los niños fueron llevados al salón de actos y allí el psicólogo habló con ellos. Después la seño Alicia más recuperada, quiso pasar un momento para hablar a sus niños. Hacía años que no le daban los ataques, los niños más tranquilos viendo a su profe bien, esperaron pacientes a que sus mamás vinieran a buscarlos. Silvia volvió a casa de Lola con un excitadísmo y héroe enzo, que le contó su aventura a la tía, al tío, al abuelo.., a todos menos a su otra mama que continuaba desaparecida. Don Lorenzo había salido de comisaría después de la reunión matinal que se había perdido Pepa, y la nueva inspectora Jefe le había tocado tanto los cojones, que se ausentó toda la mañana con gestiones en el ministerio de justicia. Si esa había sido la experiencia de su padre, Silvia mucho se temía que la de su mujer estaba siguiendo igual de nefasta. Pepa tampoco llegó a tiempo para el baño y al final cuando apareció. Pepa: mierda de día – fue lo primero que le salió por la boca al cruzar la puerta – gilipollas de tía. Ya los niños estaban dormidos, Silvia le contó pero no era lo mismo la hazaña de su hijo, Pepa sintió el haberse perdido la narración original, y aunque por la mañana enzo se la repitió, ya no era igual… Porque así fue, en cuanto Pepa fue a despertar a su niño, a este le salieron a borbotones las palabras, como si toda la noche hubiera estado reviviendo una y otra vez aquella experiencia. Pepa se despidió con un beso de Silvia y de naia y se llevó a enzo al cole. Como llovía un pelín decidió coger el autobús, apenas eran 4 paradas, pero los paraguas le resultaban molestos, y ya si tenía que intentar que enzo llevase el suyo y no se mojase, entonces no era molesto, sino directamente una pesadilla. Se fue con su hijo hacia la zona de atrás y lo sentó en uno de los primeros asientos, ella se quedó de pie. Aunque era temprano había bastantes pasajeros, cuando notó un giro inesperado dirigió su mirada que hasta ahora se centraba en su niño hacia la zona del conductor. Pepa: genial…- murmuró al darse cuenta de que se desviaba por otra calle, y viendo unas vallas advirtiendo de obras cercanas, por la ruta original. Una señal avisaba de un baden y Pepa se acercó un poco más a su hijo para impedir que se pudiera caer del asiento. Ante el salto que dio el autobús, todo el pasaje dio un pequeño respingo, y Pepa observó que enzo se llevaba una mano a su entrepierna. La chica que estaba en la otra fila también se dio cuenta. Pepa: cariño que haces??. Enzo sacó la mano: comprobar que mis pelotas siguen aquí. Pepa se quedó a cuadros, mientras la chica se aguantaba la risa. Viendo la cara de su mama, enzo continuó tan tranquilo su explicación. Enzo: con los baches me saltan mama, y me parece que se me van.. En la cara de Pepa asomó una sonrisa : con que saltan eh?? – porque esas situaciones siempre le pasaban a ella, luego se lo contaba a la pelirroja y no se lo creía... como que su niño había dicho que... Enzo asintió. Pepa: y siguen ahí?? – le tocó el tiro del pantalón. Enzo mientras sonreía, de nuevo movió la cabeza de forma afirmativa. Pepa con teatro: menos mal… La chica de al lado les dedicó a ambos una mirada divertida. Cuando llegaban a su parada, Pepa lo levantó hacia sus brazos. Pepa: listas tus pelotas y tú??. Enzo: mamaaaaa…. – dándose cuenta de que se metía con él. Pepa: vale.., vale- le dio un beso en la mejilla – era una bromita. Llegaron al cole justitos y Pepa salió pitando para el metro, al consultar su reloj. Pepa: mierda., de nuevo tarde.. Y si llegaba de nuevo tarde, pero no una hora y media como ayer, sino apenas unos 15 minutos. En la entrada coincidió con unos chicos, que por su edad y sus miradas de asombro debían ser los novatos. Una chica rubia y bastante mona se la quedó mirando cuando Pepa les pedía paso a sus otros compañeros. Pepa: hola chico/as.., me dejáis…? Lis se adelantó y le hizo un pequeño pasillo: claro.. Pepa : gracias. Lis cuando pasaba a su altura: soy Lis.. Pepa se paró, después de todo le había facilitado la entrada: ah.., pues encantada.. – le tendió la mano. Lis: tú eres Pepa??. Pepa suspicaz: depende de para qué…?? Lis le sonrió abiertamente: algunas de tus detenciones, han llegado a la academia… Pepa: vaya.., o sea que soy famosa… -sonriendo.. Estaban en la entrada y llevaban allí un rato charlando…, que fue interrumpido por la voz de la persona que menos quería escuchar Pepa. Reyes: Miranda!!!, ayer tarde y hoy la pillo de ligoteo con los novatos???. Pepa se giró bastante indignada: como??. Reyes se dirigió a los novatos: vosotros a la sala 2, y usted venga conmigo, nos esperan en la reunión de la mañana. Pepa la siguió con la intención de aclarar esa tontería que había salido de la boca de su jefa, pero no le dio tiempo Don Lorenzo apareció en el piso superior también a gritos preguntando por la gente que faltaba. Lis siguió a sus compañeros sin quitarle el ojo de encima a Pepa.. La reunión solo sirvió para acrecentar el nivel de cabreo que llevaba la morena y viendo como se ponía el clima, Don Lorenzo la hizo salir en cuanto se dio por finalizada la reunión. Ya en el coche con Curtis explotó. Pepa: hija de puta!!! – le dio un golpe al salpicadero. Curtis que no se lo esperaba pegó un bote: pero que… Pepa: pues no me ha dicho que estaba ligando….?? Curtis: que?? – ya que no sabía del tema. Pepa se explicó y ante el silencio de Curtis.. Pepa: estaba siendo amable.., además era ella la que me estaba hablando.. Curtis: si eres su ídolo yo mejor me andaría con cuidado. Pepa le lanzó una mirada en plan “que le estaba contando?”. Curtis insistió: las chicas de ahora no se cortan ante lo que quieren.. Pepa le enseñó su mano y señaló su anillo: y yo estoy felizmente casada.. Curtis: Pepita, tus sonrisas nos derriten a todos.. Pepa se arrellanó en el asiento: ay la ostia.., pero que yo no he hecho nada.. Curtis: no.., si aquí el caso, por lo que cuentas.., es que nada tienes que hacer – hizo el gesto que indicaba que tendría tema. Pepa: Curtis!!, no seas soez.. Curtis: vale.., yo solo te aviso. Pepa prefirió consultar el ordenador y ver que avisos tenían que comprobar a seguir hablando del tema. Después de toda una mañana liados de aquí para allá, incluida la hora de la comida, llegaban a comisaría con ganas de parar por lo menos para un café. Pero en cuanto pusieron un pie dentro, la jefa que pasaba por allí. Reyes: ustedes, de inmediato a .. – consultó el papel que llevaba en la mano y les dijo una dirección – altercados graves, vayan para allá. Varias horas después de acudir al lugar, de liarse a ostias en una disputa vecinal, de vuelta en la comisaría tomando declaración a varios detenidos. Pepa mascullaba mientras tecleaba: altercados graves.., me cago.. Curtis también estaba indignado, ellos, 2 de los inspectores más condecorados y resolutivos, en medio de una pelea familiar, con gritos histéricos de las mujeres, cuernos de por medio y puñetazos entre los maridos infieles y cuerneados.. Pepa se fijó en la hora y de nuevo en el detenido: léase la declaración y fírmela si está de acuerdo. Había intentado eludir todo el papeleo, pero Reyes continuaba por allí, como fue su frase?. Reyes: háganlo ustedes mismos, aquí no hay secretarias… Pepa murmuró mientras enfrente el detenido le daba vueltas al papel: secretarias.. Ellos se hacían sus informes, por supuesto, pero informes de casos con relevancia, propios de su condición, no eran simples agentes, no les correspondía a ellos los partes de accidentes, los incidentes.., pero estaba visto que la nueva jefa la había tomado con ella y por extensión Curtis en esa ocasión se había visto afectado. Ya entrada la noche Pepa llegó a casa, el único que salió a su encuentro, fue su fiel Van gogh.. Pepa le acarició las orejas: ya todos duermen eh??. Van como si entendiese movió la cabeza y ahogó un ladrido en respuesta. Pepa suspiró: no me extraña – eran casi las 2 am. Pasó por la habitación de los niños y a ambos les dio unos besos después de colocarles la ropa de cama de nuevo en su sitio, menos mal que dormían con pijamas enteros, porque siempre se destapaban completamente en mitad de la noche. Luego ya en la habitación y sin encender la luz se fue directa al cuarto de baño, después de una rápida ducha se metio entre las sábanas donde una dormida pelirroja la esperaba.. Pepa que sabía las altas horas que eran, se abrazó con cuidado a Silvia, procurando no despertarla.., pero su mujer desnuda estaba tan calentita, y tan suave.. y llevaban varios noches sin…. En fin.., que Pepa se pegó más a su mujer, luego una de sus manos se posicionó en su cadera y lentamente fue recorriendo el camino desde la barriga a sus pechos, le dejó un beso en la espalda. Silva se removió y con voz casi inaudible, interrogante: Pepa???.. Pepa sonrió en la oscuridad le dio un nuevo beso cerca de la nuca y al oído le dijo: quién más tiene el derecho de meterse en tu cama y disfrutar de tu cuerpo desnudo.. Silvia se giró lentamente, pero todavía estaba dormida, no haciendo caso del comentario de la morena: ummmm… que…., hora.. es.?. Pepa: las 2:30.. Silvia se quejó: bufffff.. Pepa se acercó más: sabes que estás muy buena…..?. Era evidente lo que quería. Silvia despertando un poco: ya…, lo estaba más a las once.. Pepa la besó: lo siento.., no he podido llegar antes… Silvia le buscó la cara, los ojos apenas abiertos: tan malo está siendo..?. Pepa la volvió a besar: sobreviviré.. Silvia: y mi padre??. Pepa que ya estaba prácticamente encima de su mujer: cariño.., no puedo hablar de tu padre, teniéndote desnuda en mis brazos.... Silvia se rió: pues entonces no hablemos – y la besó.. El móvil de Pepa sonó de madrugada, Pepa se fue a hablar al baño y después de unos vanos intentos, salió para comisaría. En consecuencia, Silvia tuvo que hacer malabarismos para preparar a enzo y naia y llevar al primero al cole, acompañada de la segunda, hubo que utilizar el coche, el corto paseo con ellos 2 se haría interminable. Después de vuelta a casa para sacar a Van gogh esta vez ya con naia en la silla, y por último pasarse por la univesidad para presentar los papeles que le faltaban. Cuando quiso darse cuenta se acercaba la hora de comer, y por tanto de recoger a enzo, llamó a Pepa. 2 frases intercambiaron. Pepa: no puedo ir a por el niño, estoy en las afueras, cerca de Pinto. Silvia: vale. Así que, ya que no iba a comer con ellos, Silvia se lo tomó con calma y fue a buscar a enzo con naia en la silla, una invitación de Lola le ahorró hacer la comida. Pepa y Curtis llegaron a comisaría, y mientras el primero pudo escabullirse con Aitor a tomar un café, Pepa después de una breve charla con su hermano, decidió sacarse del campo de visión de la inspectora yéndose a la sala de tiro, estaba desierta. No duró mucho aquella paz, sin que ella se diera cuenta, pues llevaba puestos los cascos protectores, entraron Lis, y otros novatos más. Pepa se deshacía de los casquillos ya disparados y volvía a cargar su arma. Los novatos se ponían todos juntos en una sola cabina y cuando empezaron los disparos desde donde estaba Pepa, se taparon los oídos, porque ni siquiera se habían tomado la molestia de ponerse los cascos. Se quedaron atónitos al comprobar el muñecote al que había disparado Pepa, pleno en la cabeza, se pusieron a aplaudir y silbar. Pepa entonces si que se dió cuenta de que no estaba sola. Retrocedió un par de pasos en la cabina y vio a los novatos, y entre ellos a Lis. Lis: ha sido increible!!, porfa, porfa, puedes enseñarnos???. Los demás la secundaron: si.., si... Pepa: chicos, chicos, no hagáis escándalo. Lis: tu promedio en la escuela sigue imbatible. Pepa recordó su paso por la academia y los concursos de tiro, 99,9% había sido su estadística, secretamente no pudo reprimir la satisfacción. Se le acercaron con miles de preguntas y decidió que mejor darles unas indicaciones y que se pusieran a disparar y salir de allí minutos después. No supo muy bien como pasó. Explicaba unas cosas a unos, y a otros, le llegó el turno a Lis, tuvo que acercarse a ella, pues su postura no era la correcta, empuñaba con poca confianza el arma, y eso era primordial para acertar en el blanco. Y así, Pepa detrás de Lis, Lis pegada a ella, los largos brazos de Pepa sujetando con Lis la empuñadura de su pistola. Fue como se las encontró la inspectora jefe, los demás habían desaparecido. Dispararon. Los 3 tiros dieron en la diana, Lis se abrazó a Pepa, sin que esta tuviera tiempo de impedirlo. Reyes: Miranda!!!. El grito fue lo suficientemente alto para que ambas lo escucharan. Lis se apartó de Pepa avergonzada. Reyes: como se atreve!!!. Pepa: a que me he atrevido??, a enseñarle a disparar??. Reyes: se cree que soy gilipollas!!, le dije que se mantuviese apartada de los novatos, y más de las novatas!!. Pepa entendiendo perfectamente la indirecta: oiga, no me gusta un pelo lo que insinúa. Reyes: está muy claro lo que le gusta a usted. En clara alusión a Lis. Y ésta ante el creciente bochorno gritó: mama!!. Eso no contribuyó a arreglarlo. Pepa se quedó flipada: que??. Reyes: no se le ocurra acercarse a mi hija, conmigo no le va a funcionar la táctica utilizada con el comisario. Eso ya era demasiado. Pepa se acercó: su hija no me interesa en absoluto.., esta claro que no conoce a mi mujer, no hay comparación posible, le da mil vueltas a las 2. Pepa se apartó de ella con la intención de irse, pero Reyes no la dejó. Reyes: voy a estar vigilándola!!. Pepa: asii, pues le daré una pista, su hija es la que me va detrás.. No le gustaba tirar mierda sobre nadie, pero a que venía que hubieran ocultado su parentesco y que coño, era Lis la que no perdía oportunidad para acercarse, y después de la encerrona en la sala de tiro, sospechaba que sus compañeros eran partícipes. Pepa subió como un rayo con rumbo fijo, el despacho del comisario y como un tromba entró. Don Lorenzo ante semejante irrupción: Miranda!!!, que modales son esos!!. Pepa cerrando la puerta: usted sabía que Lis era hija de Reyes!. Don Lorenzo asintió: y que??. Pepa: como que y que??, que la inspectora me está tocando los huevos día si día no, y es su hija la que me va detrás. A Don Lorenzo que no le gustaban nada esos mamoneos: Pepaaaa.... Pepa: ni Pepa ni ostias!! – se estaba enfureciendo – acaba de decirme que me tiro a Silvia para conseguir privilegios de su parte. Don Lorenzo se enrojeció al momento: me cago en su...!!! – hizo el gesto de levantarse al tiempo que gritaba, pero se tambaleó. Pepa se acercó para sujetarlo: señor..?. Don Lorenzo se quiso deshacer de su agarre, pero seguía perdiendo verticalidad, al final Pepa consiguió sentarlo de nuevo, de repente su suegro había pasado del color rojo a una tez macilenta en su cara, el gesto contraído. Pepa: señor.., se encuentra bien...? Don Lorenzo se aguantó un jadeo, Pepa vió que se llevaba la mano al pecho. Pepa: no me joda .. – descolgando el teléfono. Don Lorenzo: Pepa no!!. Pepa contrariada: no!!??, le esta dando un ataque..., joder! Don Lorenzo insistió: ni se le ocurra llamar a nadie. Pepa: pero está loco??. Don Lorenzo intentaba recuperar la respiración: esto no se va a convertir en un circo, con ambulancias, gilipollas en bata y yo saliendo en camilla – una mueca de dolor. Pepa no le hizo ni caso y descolgó el teléfono. Don Lorenzo le gritó: Pepaaaa ?? – llevaba también un tono de suplica. Pepa: esto es de locos!!, Silvia me mata si se me muere aquí mismo.. Don Lorenzo: ve por el coche... Pepa angustiada: pero si no puede ni moverse???. Don Lorenzo: esperame en la entrada!! – resopló. Pepa sabía que no era el momento de discutir, salió disparada. Al volante delante de la puerta y ya cuando se empezaba a dar por vencida vió llegar a Don Lorenzo. Pepa murmuró entre dientes: la madre que lo parió – sudaba a mares, si nadie se daba cuenta de que algo le pasaba al comisario sería un milagro. Llegó como una exalación a urgencias y allí mismo volvieron a discutir sobre si le acompañaba o no. Médicos y enfermeras no daban crédito. Pepa: voy a entrar con usted se ponga como se ponga. Don Lorenzo: no me toque los cojones Mira...- un nuevo dolor agudo le impidió acabar la frase. Uno de los médicos le obligó a callar y lo metieron para dentro, Pepa mientras le hacían pruebas de un lado para otro, se debatió entre la duda de si avisar a su mujer y su cuñada, pero es que el cabezota de su suegro la había amenazado con la muerte si lo hacía. Pasadas unas horas el médico se acercó a Pepa. Pepa se levantó de inmediato: como esta mi suegro??. Médico: pues ha sufrido un amago de infarto.. Pepa: genial.... Médico: necesitamos hacer más pruebas y asegurarnos de los posibles daños que tenga su corazón, para evitar que le dé un ataque.., le he recomendado unos meses de baja pero no quiere ni oir hablar del tema. Pepa hizo una mueca de sonrisa: si lo conociese no le parecería increible.. Médico: esto es serio señorita. Pepa: ya.., pero usted no sabe como se las gasta mi suegro. Médico: pues si no baja el ritmo puede dejar de serlo en breve. A Pepa desde luego tal afirmación la asustó: entiendo.., puedo verlo?. Médico: está en cortinas , siga el pasillo y gire a la derecha. Ver a Don Lorenzo descalzo, con la ridícula camisa del hospital y cara de cabreo, era cuanto menos gracioso. Pepa se dejó caer cansada en la silla de al lado, entonces tomó conciencia de la hora que era, pasaba de las doce de la noche. Pepa: mierda – cogiendo el móvil. Don Lorenzo: a mis hijas ni una palabra. Pepa le echó una rápida mirada al tiempo que veía varias llamadas perdidas de Silvia, negó: ni hablar.. Don Lorenzo: esto no ha sido nada.. Pepa: el médico ha hablado conmigo, sé el riesgo que corre. Don Lorenzo: tonterías!!. Pepa: no empecemos.. Don Lorenzo: no pienso darle el gusto de cogerme una baja a la inspectora Reyes. Pepa se pasó la mano por la cara: por favor, haga caso a los médicos.., ya no es un chaval, y si no se lo tomo con calma, no verá cumplir a enzo 4 años. Don Lorenzo se quedó callado, le había dado en un punto que supo le dolía, Pepa dudó entonces con el número de Silvia en la pantalla. Pepa: deme una buena razón para no contarle nada de esto a sus hijas??. Don Lorenzo: no soy un viejo... Pepa se sentó de nuevo, era surrealista, ella que había pasado de todo con su suegro y ahora allí estaban compartiendo un momento tan íntimo. Pepa: nadie dice eso señor... Don Lorenzo con la mirada perdida: es lo que pensarán... Pepa no supo que replicar, quizás porque el argumento era dolorosamente cierto, se quedaron en silencio varios minutos. Llegó el médico, con el alta y mientras los acompañaba a la salida le dio varias indicaciones y citas para futuras pruebas. Pepa lo llevó a casa, seguían sin decir palabra. La persona que llevaba al lado ya no era el cabronazo que le hizo pasar mil y unas cuando llegó a San Antonio, su suegro se desabrochaba el cinturón. Pepa: señor.., cuando ha sido la última vez que se fue de vacaciones??. Don Lorenzo: yo no me co... Pepa: nadie se enteraría.., y el descanso le vendría muy bien... Don Lorenzo comprendió por donde iba su nuera.. Pepa se rendía: si me promete cogerse vacaciones, yo no diré nada sobre esta excursión. Don Lorenzo se alegró. Pepa le ofreció la mano: es un trato?. Don Lorenzo se la estrechó: en cuanto pierda de vista a esa gilipollas me bajará la presión arterial.. Pepa esperó verlo entrar en casa, su presión bajaría, y a ella le tocaría tragar más bilis... El sonido insistente del despertador hizo que Silvia entre las sábanas se quejase. Silvia: augh…, Pepa….!!, apágalo ya.. Pero su ruego lamento no obtuvo el resultado esperado y el aparato seguía con su infernal cantinela. Silvia temiéndose lo de los últimos días, ya se daba la vuelta : otra vez no… - al descubrir una nota cerca del despertador. Apagó la alarma y recogió la nota que leyó entornando los ojos, sabiendo de antemano más o menos lo que pondría. “ pelirroja lo siento, he tenido que irme antes, un beso, te quiero, os quiero “. Silvia murmuró: si, ya…. – quiso darse la vuelta y de nuevo ponerse a dormir, pero recordó que si a ella le costaba ponerse en marcha, su hijo era un digno heredero de su gen perezoso.., con un suspiro resignado salió de la cama. Pepa oía con claridad la voz de su suegro llegando a la puerta, básicamente se cagaba en los muertos de quién le estaba llamando a semejante hora. Pepa le sonrió nada más abrirle: buenos días.. Don Lorenzo: la ha echado de cama mi hija o que cojones Miranda??. Pepa aunque debía obviar los comentarios de su suegro, prefirió entrar al trapo: pues la verdad es que la pelirroja me tenía abrazada a ella cuando, preocupada por usted decidí venir temprano a .. Don Lorenzo: a tocarme los cojones… Pepa sonrió nuevamente: veo que se encuentra mucho mejor. En medio del toma y daca, Pepa ya había pasado al vestíbulo, viendo su reloj. Pepa: debería darse prisa o llegaremos tarde. Don Lorenzo que estaba alejándose se dio la vuelta: llegaremos??. Pepa: pienso acompañarlo. Don Lorenzo: de eso ni hablar. Pepa: ande no me toque a mí ahora la moral eh?, le estoy ocultando a sus hijas que casi le da un chungo, así que lo mínimo es asegurarme de que hace lo que el médico le dice – viendo que su suegro iba a decir algo – o eso o vuelvo a casa y se lo cuento todo a mi mujer.. Don Lorenzo pronunció unas ininteligibles palabras, que Pepa sospechó iban con ella y algún nuevo atributo que se le había ocurrido a su jefe. Esperó paciente en el salón a que se preparase y después juntos fueron al hospital. Silvia se estuvo acordando de Pepa durante buena parte de las primeras horas de la mañana, y el enfado iba creciendo así que en cuanto dejó a enzo en el cole, llamó a su mujer, que sorpresa, no cogía el móvil. Llamó a comisaría y no conseguían localizarla, pidió entonces hablar con su padre, pero tampoco estaba, al final acabó hablando con Rita a la que no le faltó tiempo para ponerla al día de los cotilleos. Pepa llegó a comisaría con su suegro, lo que le garantizaba por lo menos la entrada más o menos cubierta, pues hacia ellos avanzaba la inspectora Reyes. Reyes: me gustaría que se me informase de las ausencias en la reuniones de la mañana señor. Don Lorenzo: le informo que esta mañana aquí la inspectora Miranda y el comisario – recalcó aquella palabra – no asistirán a la reunión matinal. Pepa se aguantó la risa. Reyes iba a decir algo, pero Don Lorenzo continuo. Don Lorenzo: también le informo de que me voy a coger todas las vacaciones pendientes que me quedan por disfrutar. Reyes: pero señor.. Don Lorenzo: algún problema? – tampoco la dejó contestar – en media hora pásese por mi despacho, haremos ajustes en el cuadro de mando para que la comisaria no se convierta en una selva sin control, durante mi ausencia. Pepa siguió a su suegro, todavía contenta por haber dejado con la palabra en la boca y completamente descolocada a Reyes, aunque también un poco preocupada pensando en la posible selva.. A la reunión Pepa no asistió, estaban los inspectores de más años de servicio y la inspectora jefe, pero entre los primeros estaban su hermano Paco y Mariano, así que falta de apoyo a posibles desmanes de la inspectora no iba a tener. De camino a su mesa se encontró de golpe con Lis, ésta se puso colorada y agachó la cabeza, Pepa tenía intención de seguir su camino, aunque le sabía mal haberse puesto como se puso el día anterior. Lis: inspectora por favor, podría hablar con usted..?. Pepa sopesó la situación, en medio del pasillo, siendo escrutada por muchas miradas, la opción de mantener una conversación en un lugar más privado quizás era peor elección, así pues. Pepa se giró: dígame agente – por lo menos mantendría el rango. Lis se acercó un poco más: yo.., sobre lo de ayer.. – estaba nerviosa, pero dejó de prestar atención a sus zapatos para encararla – quería explicarle que.., siento una profunda admiración por usted, que ha sido un referente para mí en la academia y que al enterarme que venía a su comisaría, pues.., quizás las ansías de aprenderlo todo de usted.., pues.. Pepa empezaba a notar en sus gestos, en sus palabras, que quizás se había equivocado. Lis: yo quiero., quiero aprender de usted, pero.., no.., no pretendía meterme en su vida personal.., siento que haya mal interpretado mi interés… Pues sí, se había equivocado y mucho al parecer. Pepa tuvo que admitir que acusó esa patada a su ego, la posibilidad de que una chica guapa se fijase en ella, no le había parecido descabellada y de hecho lo había puesto en el primer lugar de todas las opciones, y lo único que había era admiración profesional. Pepa: me parece que la que debe disculparse en ese caso soy yo.., ese interés por pasar tiempo conmigo, por encontrármela ahí donde iba… Lis la interrumpió: en realidad, confieso que había un interés no profesional en alguna ocasión – viendo que Pepa se quedaba un poco parada – me explicaré – dijo levantando la mano – buscaba…, pues.., que mi amistad con usted.., me permitiese acercarme a su compañero Aitor.. Pepa se tragó de golpe su ego desmesurado, acabaramos, Lis intentaba llegar a través de ella a Aitor. Pepa: agente.., no se me da nada bien ir de alcahueta.., la función de casamentera la ostenta con mucho orgullo Rita. Lis: lo siento de verdad…- seguía colorada y quizás ahora más avergonzada si cabe. Pepa: bueno…, mira…, yo no quiero problemas con tu madre… Lis la cortó: hemos tenido una charla muy extensa ayer… Pepa: bien.., pues.., dejémoslo así.. Lis: pero.., me gustaría de verdad aprender de usted.. Pepa: vale, mira, habrá cambios aquí en unas horas.., cuando sepamos como queda todo organizado, pues… Lis como no queriendo presionarla: no.. no tiene porque ser hoy.., sólo.., sólo que lo tenga presente.., muchas gracias.. Se alejó.. Silvia llegaba a casa de Lola con los niños. Lola en cuanto la vió: tú sabías algo??. Silvia dejando que enzo se fuera al salón con Van a ver los dibujos: yo??, que iba a saber… Lola: pero a este que le ha dado ahora??. Silvia: bueno que se vaya de vacaciones no es tan raro no??. Lola: a recorrerse media España y durante un mes y medio??, hermanita.. Silvia sacó a naia de la silla que empezaba a protestar: bueno, a ver que nos cuenta en la comida.. Don Lorenzo, después de las pruebas de la mañana y tener una conversación con el médico, supo, primero que debía tomarse un descanso, y después que era necesario un chequeo más exhaustivo de su salud, si no quería llevarse un susto mayor. Y si no quería que se enterasen en comisaría, y mucho menos sus hijas, irse de Madrid era la mejor opción, Pepa no estaba de acuerdo e intentó de miles de maneras hacerle entrar en razón pero su suegro prefería irse a Barcelona, hacerse las pruebas que le quedaban y oxigenarse un poco. Pepa entendía la postura independiente de su jefe y llegado un punto dejó de insistir. Los primeros que llegaron a casa fueron Mariano y Paco que fueron de inmediato interrogados por Lola y Silvia. Mariano como siempre a las primeras de cambio soltó: yo creo que se ha echado novia y está encoñao.. Paco: Mariano!!!. Pepa después de las reveladoras palabras de Lis, quería cuanto antes salir de la comisaría, en que estaba pensando ella para haberse creído que Lis tenía intenciones románticas. Ni siquiera quiso esperar al resultado de la reunión del comisario, así que en cuanto tuvo ocasión salió con Aitor, estuvieron por las calles de Madrid primero y después en las dependencias de otra comisaría cuando se enteraron de que uno de sus chivatos habituales estaba detenido. Una llamada la hizo darse cuenta de lo que había avanzado la mañana. Pepa: dime Paco. Paco: comemos todos en casa, Don Lorenzo quiere decirnos algo importante. Pepa haciéndose la loca: y eso?. Paco: que se va de vacaciones.. Pepa: estoy con Aitor cerca de lavapies. Lola con la ayuda de Silvia y de Rita después, fueron preparado la comida para todos, además de reunión familiar, era también una pequeña reunión de trabajo con todos sus agentes. Lola y Silvia todavía no se lo creían, pero Rita que había llegado cargada de noticias, no paraba de hablar sobre los muchos rumores desatados en la comisaría, Curtis que llegó con Povedilla y sabina apoyaba la conclusión de Mariano al 100%. Curtis: y vosotras no sabéis nada??. Lola negó, le estaba preparando un platito para que enzo fuera comiendo, mientras Silvia hacía lo mismo con la papilla de naia. Lola: ni palabra. Pepa se encontró a Don Lorenzo en la puerta de la corrala, plantado allí sin subir ni bajar, Aitor se lo quedó mirando. Pepa: señor??. Don Lorenzo se giró: ah.., hola Pepa, Aitor.. Aitor: comisario.. Pepa: subimos..??. Don Lorenzo todavía un poco ausente: eh.., si claro.. Le dejaron ir delante, Aitor miró a Pepa interrogante y esta se encogió de hombros, que iba a contarle??, a saber que pensamientos pasaban por la cabeza de su suegro. En cuanto abrieron la puerta de casa, pues lógicamente todas las miradas se centraron en él, y como era habitúal, zanjó esas interrogantes miradas con un ladrido muy suyo. Don Lorenzo: comemos primero!!, ya luego os aclaro todas vuestras dudas, cojones, que parecéis buitres. Lola cabeceó y cogiendo un paño empezó a sacar la bandeja con la paella del horno. Pepa aprovechó que iban todos para el salón para besar a un enzo que se le había echado encima en cuanto la vió aparecer. Pepa: ya comiste??. Enzo: si, y naia también. Pepa: muy bien – lo dejó ir detrás del abuelo. Silvia estaba sentada todavía en la mesa de la cocina, con naia en sus brazos, presumiblemente esperando que la papilla se le asentara en el estómago antes de quitarle el babero, sin riesgo de alguna regurgitación. Pepa se acercó a ella: hola princesa… Iba a besarla pero Silvia se apartó ligeramente, poniendo su mejilla. Pepa levantó las cejas, era evidente que su mujer estaba un pelín cabreada. Silvia: bonita la nota que me dejaste.. Un pelín, confirmado. Pepa: venga no seas así, me surgió algo importante. Silvia: donde??, porque a comisaría no habías llegado a las 11. Pepa intentó como pudo disimular su cara de me ha pillado: eh.., tenemos un confidente que han pillado en lavapies, ya sabes, he tenido que ir hasta allí, ver que había echo esta vez , y convencer a los compañeros para que lo dejaran pasar. Como odiaba mentirle a Silvia. Silvia: toma – le pasó a naia – ocúpate un poquito de tus hijos, a ella hay que cambiarla el pañal, te acordarás de cómo se hace no??. Se levantó y cogió unas bandejas. Pepa: Silvia.. Se marchó al salón. Naia reclamó su atención. Pepa: hola guapa.., si.., mami me ha regañado un poco.. Los demás se estaban acomodando todavía en la mesa dispuesta en el salón. Se la llevó para cambiarla y cuando volvía con ella limpita, vio que Silvia y Lola estaban en la cocina dejando más o menos ordenadas las cosas para ponerse a comer, dejó a naia que ya se estaba durmiendo en la silla, acomodándola en posición horizontal. Se fue al baño para limpiarse las manos. Lola ya iba para el salón con las últimas cosas. Silvia: me lavo las manos y ya vuelvo. Cuando iba a abrir la puerta ésta se abrió y los largos brazos de Pepa se estiraron y la metieron dentro del baño, en un mismo movimiento tiró de ella y la colocó de espaldas a la puerta. Pepa la besó apasionadamente, si algo siempre le funcionaba con su mujer, era ser cariñosa, muy cariñosa. Silvia se quiso deshacer de sus labios y sus brazos: Pepa!!!. Pero Pepa apenas se separó unos centímetros: lo siento vale..- volvió a buscar su boca. Notaba que Silvia en ese segundo beso cedía un poco, iba por buen camino. Pepa: perdona, sé que llevo unos días dejándote colgada.. Silvia: y tant.. Pepa la volvió a besar, si dejaba que continuase con sus reproches, no conseguiría que se le pasase el enfado, por lo menos no rapidamente. Pepa: te compensaré… - sin dejar de besarla.. Su posición era de completo dominio, la tenía atrapada entre ella y la puerta, y sus manos en su cintura la mantenían pegada a ella.. Silvia de pronto: que sabes de lo de mi padre..? Pepa emitió un sonido de queja: pelirroja, porque últimamente cuando te tengo a mi mercé me sacas a tu padre a la palestra…??. Posó su frente en la de su mujer. Silvia sonrió, bueno por lo menos parecía que el enfado se le estaba pasando. Silvia: que pretendías hacer aquí…?. Pepa tiró un poco más de ella hacia sí: te tengo que dar más pistas?? – le guiñó un ojo. Silvia le dio un palo en el brazo: tú estás loca.. Pepa la besó de nuevo: si por ti. Silvia la apartó un poco: venga que están todos esperando para comer.. Pepa: anda… Silvia: Pepa?!!. Pepa sonrió: valeee – le dio un pico – te dejo libre – le puso cara de pena. Silvia ya en el bote le dio un beso: tonta. Pepa: y tu preciosa.. Comieron en un expectante y tenso silencio, apenas comentarios del día a día, estaba claro que todos esperaban impacientes las explicaciones del comisario que por el momento lo que parecía era que no tenía mucha hambre. Lola: Papa no te gusta?. Don Lorenzo: está muy bueno hija – no obstante apartó el plato casi medio lleno – pero no tengo mucha hambre. Mariano cuchicheó con Curtis: ves, ya se está cuidando, para que la churri no le vea con tripa. Pepa que les podía oír perfectamente puso cara de circunstancias, no tanto por lo oído, sino por la desgana de su jefe. Don Lorenzo: bien… Casi todos pararon sus movimientos, unos se quedaron a medio camino con la taza del café y otros masticando el postre. Don Lorenzo se volvió a cabrear: ustedes son subnormales o que?!!. Silvia le reprendió: Papa los niños.. Sabina y enzo habían parado sus juegos en la alfombra. Don Lorenzo cambió la cara: perdona hija.., a ver por donde iba. Lola: por el principio. Don Lorenzo obvió la puntualización: bien., pues quiero comunicarles personalmente a los que no han podido asistir a la reunión de esta mañana en mi despacho- viendo para Pepa, Curtis, Povedilla, Rita y Aitor – que estaré ausente de la comisaría casi 2 meses – nadie dijo nada – así pondré al día mis vacaciones pendientes y me oxigenaré para aguantar a ese dolor en el culo que es la inspectora Sanchez Bilbao. Curtis a Mariano: y para estar con la churri.. Lola: y eso de irte a recorrer el país??, que no eres Labordeta Papa??. Don Lorenzo: a ver si no voy a poder hacer lo que me salga de los co – iba a decirlo, pero viendo la cara de Silvia – ejem., que me apetece hijas, llevo en esta comisaría y sin salir de Madrid mucho tiempo, leches, que pasa que os tengo que pedir permiso??. Lola y Silvia a la vez: claro que no.. Mariano viendo lo blando y susceptible que estaba su jefe: Curtis confirmado hay churri. Povedilla en su linea, preguntó sobre la reorganización en la comisaría, le preocupaba el cuadro de mandos. Don Lorenzo agradeció volver a temas profesionales, y cuando acabó. Curtis se quejó: joder, esa loba nos tiene manía, y los nuevos… Lo dejó en el aire. Aitor: no todos están tan mal.. Rita al punto: ay pillín.., eso no será por una rubia angelical de ojos azules. Aitor se puso un poco rojo y Curtis entendiendo de quién se hablaba. Curtis casi riendo: pero chaval si a esa le gus.. aughhh. Pepa le había dado un pisotón con todas sus fuerzas: perdona Curtis, te he dado??, es que no podía acomodar las piernas. Curtis leyendo perfectamente la mirada de Pepa, que tenía al lado a Silvia: nada larga, no ha sido nada.. – dejó el tema. Pepa para seguir recuperando puntos con Silvia se pasó el resto del tiempo jugando con sus hijos, sabina y van gogh en la alfombra. Pero una llamada a varios móviles hizo que todos volvieran a comisaria. Pepa se despidió de Silvia: llegaré temprano. Esta vez fue Silvia la que le dio un buen beso. Nuevamente no cumplió lo dicho y aunque esa noche no llegó tan tarde, si se había perdido la cena y el baño de los niños, tuvo una charla tardía cargada de disculpas con Silvia, y se fueron a la cama, Silva cansada y Pepa con la sensación de que no lo estaba haciendo nada bien. Aunque Don Lorenzo había intentado proteger a su gente, en realidad con la nueva configuración de la comisaría y su marcha, se respiraba un ambiente de rivalidad entre los 2 grandes grupos que se había formado, el capitaneado por Paco y Mariano, según ordenes de Don Lorenzo, y el de Reyes y la mayoría de los nuevos, aunque bajo su mando se había llevado a Lucas y Sara. Pepa, Aitor y Curtis, estaban con Mariano y Paco, y Rita y Povedilla, hacían labores para ambos grupos. No hacía falta decir que los casos más engorrosos acababan siempre en las mesas del equipo que formaba Pepa con los demás, era una perdida de tiempo cabrearse, porque lo único que conseguiría era tensar más el ambiente, así que comenzó a tragarse su orgullo y a salir con Aitor o con Curtis, a donde su jefa le mandase. Silvia también retomó por fin las clases y aunque los primeros días fue un pequeño lío de organización con los niños, al final consiguió más o menos que Pepa ayudase en algún turno, bien para llevarlos o recogerlos, intentaba darle margen pues sabía que las cosas en la comisaría no estaban bien, pero si no le ponía un poco las pilas, Pepa acabaría sumergida en el trabajo y ella haciendo malabares para ir a clases y ocuparse de los enanos, y eso no era que lo habían acordado y organizado. A veces las casualidades confluyen y dan como resultado una tormenta, y eso fue lo que sucedió cuando Pedro llamó a Silvia desde Barcelona. Silvia salía del campus y miró el móvil: hola Pedrito que tal??. Pedro: oye si estas en Barcelona me parece mal que no me hayas avisado.. Silvia: yo en Barcelona..?? Pedro la interrumpió: creí ver a tu padre en el Clinic – él pasaba a menudo por allí – y pregunté a unos compañeros, pensé que estarías acompañándolo… Silvia se quedó a cuadros: pero que…, que pruebas..?. Pedro: oye.., pero tú no sabías nada??. Silvia: Pedro, anda explícate.., por favor.. Pedro le contó lo poco que sabía, que había creído ver a Don Lorenzo, y que sabía que estaba haciéndose pruebas de corazón. Silvia: la madre que lo parió.. – fue más allá en seguida, recordando lo rara que había estado Pepa los días previos – a él y a ella.. Pedro: a ella..? Silvia: cosas mías…, sabes cuando tiene más pruebas??. Pedro: mañana. Le contó para tranquilizarla, pues veía que se estaba alterando, que no parecía grave, más bien rutinario. Silvia: gracias Pedro, te llamo luego. Lola que limpiaba con total tranquilidad la barra del bar, notó la furia de su hermana llegar antes que ella. Silvia se lo soltó todo en un rápido y cabreado soliloquio. Lola estaba que no se lo creía, preocupada, alarmada, y tan sorprendida como su hermana. Silvia sobre todo estaba cabreada y más con quién dormía con ella, si tenía algo que ver: y ninguno de los 2 me cogen el móvil, me cago.. Lola intentó tranquilizarla y de paso tranquilizarse ella: voy a llamar yo a Papa, vale.., tú siéntate y cálmate porque así no puedes hablar con él, porque os váis a enzarzar en una discusión de locos. Lola si tuvo suerte: hola Papa.., como estás???. El intento era bueno, si no fuera porque Silvia le arrebató el móvil y se puso ella. Silvia: Papa se puede saber que coño haces en Barcelona haciéndote pruebas del corazón??. Don Lorenzo: Miranda no se ha podido aguantar no??, cojones.. Si Silvia tenía alguna esperanza de que su mujer no supiese nada, eso le confirmó lo desencaminada que estaba: mi mujer no se ha ido de la lengua, te es más leal a ti que a mí – ya estaba levantando la voz – mañana cojo un vuelo.. Don Lorenzo también gritó: ni hablar!!!, ostias, que no me estoy muriendo. Lola escuchó la respuesta perfectamente desde donde estaba, era el momento de que interviniese, le quitó el móvil a su hermana. Lola en tono conciliador: Papa.., tú estás bien??. Don Lorenzo cambió de registro, su hija mayor le hacía siempre bajar una cuarta su tono: si cariño, de verdad, no os pongáis locas.. Lola: si la histérica es tu hija pequeña.. – viendo la cara de asesina que le ponía Silvia – pero reconoce Papa, que las cosas no se hacen así.., mira que irte sin decirnos nada.. Don Lorenzo: no quiero que anden chismorreando por ahí que me estoy oxidando.., y seguro que ambas estarías pegadas a mi como 2 ladillas y no estoy tan gaga. Lola: vale Papa.., pero nos informarás.., ya sabes que nos preocupamos por ti, es lógico.. Don Lorenzo: que si hija, que si.., que yo estoy en casa en unas semanas, en cuanto acabe estas dichosas pruebas, os cuento, y luego me voy unos días a visitar antiguos compañeros y vuelvo a casa. Lola: vale.., te llamaremos eso sí.., y cógenos el teléfono eh?,que si no nos vamos a preocupar.. Don Lorenzo: que si cojones, que si…, anda ponme con la pequeña.. Lola le pasó el móvil a Silvia, haciéndole el gesto de que escuchara primero. Silvia: dime..- aguantado las ganas de volver a reñirle.. Don Lorenzo: no te cabrees con Pepa. Silvia: esto es la leche, ahora vosotros 2 váis a ser coleguitas.. Don Lorenzo: le ordené que no te dijera nada. Silvia: no tenías que habérlo hecho y ella mucho menos acatarlo. Don Lorenzo lo intentó de nuevo: hija, anda.., no hagas que me preocupe ahora.. Silvia: esta bien Papa, por tu culpa vamos a tener bronca, eso seguro, pero no llegará la sangre al rio. Don Lorenzo: eres… Silvia: digna hija tuya???. Don Lorenzo: al final le tendré que dar la razón a Miranda, y si hay un gen Castro bastante cabrón.. Pepa entraba al bar con cierto temor, la llamada de su suegro no se la esperaba, aunque, por otro lado, pensar que su mujer tarde o temprano no se iba a enterar, era como creer en las hadas. Silvia estaba de espaldas a ella sobre la barra hablando con Lola, que hizo el gesto de saludo en cuanto Pepa entró. Silvia se giró y de inmediato: vaya.., la que no llega a casa a una hora decente si tiene tiempo de venir por el bar a tomarse un cafecito. Así estaban las cosas, genial. Pepa: tu padre me ha llamado. Silvia sin moverse de su sitio: es verdad, se me había olvidado la relación tan estrecha que tienes con él. Pepa: Silvia... – intentando un acercamiento. Silvia levantándose: no.., lo hablamos en casa.. – con intención de irse. Pepa la sujetó por el brazo: lo hablamos ahora.. Lola: chicas, por favor, no montéis una escena aquí. Pepa hizo el gesto de ir hacia la cocina, Silvia se resistía. Silvia: me voy.. Pepa: no..., si ahora estás cabreada, más tarde te subirás por las paredes. Silvia: me estás llamando histérica?. Lola ya se veía venir allí mismo el lío: este no es el mejor sitio... Silvia se liberó del agarre de Pepa, pero como le obstaculizaba la salida tiró para la cocina, Pepa la siguió. Lola: allá van... – se puso a limpiar la barra con el paño. Silvia al momento: nunca!!!, nunca más!!, me oyes!!, vuelvas a ocultarme algo que tenga que ver con la salud de mi padre. Pepa aguantó los gritos y el acercamiento físico, su mujer estaba cabreada, y lo entendía. Pepa: ambos sois mi familia.. Silvia: soy tu mujer!!, mierda – intentaba no llorar – y si le hubiese pasado algo en Barcelona, y si se muere sin que nosotras .. – las lágrimas no aguantaron.. Pepa no tuvo apenas más que dar un paso, para abrazarla: sabes lo difícil que es hacerlo bien con vosotros 2??, él me monta una escena en plena comisaría – no quedaba otra que ser sincera – y yo me tengo que tragar las ganas de ir corriendo a contártelo, y ahora me llama para decirme que su hija se ha enterado y que es mejor que lo aclare antes de que me pongas las maletas fuera de casa. Silvia le dió un golpe en el pecho: habérmelo contado antes, él no te puede echar de casa. Pepa la besó en la cabeza: me resulta más fácil abrazar y besar a mi mujer, mientras me arrastro humildemente pidiendo perdón. Silvia se apartó ligeramente: en serio, no vuelvas a hacerlo, no hay nada, ni nadie que te impida decirme lo que sea.. Pepa con sumo cariño le puso las manos a ambos lados de la cabeza: tu padre no pone esos ojitos tan preciosos tuyos, pero sabe donde darme... Silvia le volvió a dar otro toque en el pecho: Pepa.., no estoy de broma.., a mi padre me lo dejas a mí, o prefieres dormir en el sofá una larga temporada.. Pepa hizo una mueca: no puedes pensar, que a veces hago cosas simplemente para protegerte... Error, tenía que haberse callado y prometerle a su mujer el cielo y la tierra, pero no, tuvo que cagarla.. Silvia se apartó: es que no te entra en esa cabeza que tienes??, que me estas diciendo?, que hoy me ocultas algo de mi padre y mañana puede ser de mi hermana o de los niños.., o tuyo??, sólo para no hacerme daño.., no soy una cría.., no puedes tenerme en casita a salvo de lo que ocurre fuera.. Pepa: no quería decir eso.., no te calientes otra vez... Silvia: mira.., vamos a dejarlo – recogió el bolso que tenía sobre una de las encimeras y se marchó por la puerta de acceso a la calle. Aitor, Curtis y Lis, habían llegado al bar un poco después de que Pepa y Silvia se metieran en la cocina, se escuchaba a 2 personas discutir, pero con el murmullo del bar no se sabía de que.., por la cara de circunstancias de Lola, Curtis y Aitor, se hicieron una idea. Minutos más tarde salió Pepa, se la veía triste. Lola: que??. Pepa: el gen de tu padre está claro que se lo ha quedado todo ella. Lola le pasó el brazo por los hombros: ya sabes que no soporta los secretismos.. Pepa: ya.. – viendo que estaba allí Curtis, tomando un café – vamos??. Curtis apurando la taza: si claro.. Pepa les hizo un leve movimiento de cabeza a Aitor y Lis cuando pasó a su lado. Aitor también ponía cara rara. Lis quiso saber: con quién discutía Pepa?. Aitor: con su mujer Silvia, no pasa nada.., es normal.. Lis: normal???. Aitor sonrió: te lo aseguro... Lis: como se puede vivir así..??. Aitor: ey!!, yo no he dicho que no sean felices, simplemente son distintas y de vez en cuando se tiran los trastos a la cabeza.. Aitor no advirtió que Lis se quedaba pensando en ello. Pepa hizo todo lo posible por llegar a casa a una hora decente, incluso de camino compró una preciosa rosa roja. Al abrir la puera del piso llegaron a ella, inconfundibles, los lloros de la niña, al entrar en la cocina la visión aún era peor. Sobre el regazo de Silvia, naia llorando a moco tendido a pesar de los intentos por parte de su madre de calmarla, y en frente enzo, sus grandes ojos azules estaban acuosos viendo con cara de pena para su hermana, su cabecita descansando sobre una de sus manos y el plato con su cena intacta al lado. Pepa: hola… Silvia: hola…, me ayudas??. Pepa avanzó, apoyó la rosa en la encimera, preguntó: los dientes??. Silvia asintió: a ver si tú la calmas, de mí no quiere saber nada ahora mismo, se ha hecho daño con la cuchara.. Pepa cogió a su niña y viendo para enzo: y a ti que te pasa?. Enzo: naia llora. Silvia enternecida por la sensibilidad de su hijo esbozó una sonrisa. Pepa también sonriendo: tu hermanita es una melodramática.., cuando te salieron a ti los dientes, sólo teniamos que preocuparnos de que no lo mordieses todo, anda come. Silvia: si cariño, lo de naia es una rabieta. Naia lloró un poco más fuerte, digamos en compensación por que la estaban ignorando. Pepa: me la llevo al salón. Mientras iba de camino hacia allí, Pepa silvó. Pepa: Van!!, pequeño traidor, donde te escondes??. El perro asomó la cabeza por la puerta de la cocina. Pepa: ven a jugar conmigo y con naia. El perro miró para Pepa, y se acercó a medio trote. Sólo había una cosa que despegaba a Van Gogh de los niños, y eran las lloreras tontas que se pillaba naia, es como si el animal detectase, que siendo absurdas en un pretendido castigo se fuese de su lado. Pepa besó a su niña y le apartó un poquito el pelo de la cara enrojecida: a ver cariño, cálmate.., que te pones muy fea. – al salir de la cocina había cogido del congelador un mordedor y se lo puso en la boca – mira vamos a ver que monerías nos hace Vani si??. Se sentó con ella en el sofá y mientras la niña chupaba el mordedor congelado, cuyo frío le aliviaba, Pepa le decia a Van que se tumbase, que se arrastrase, que les diera la pata, el perro obedecía sin rechistar, más colaborador incluso, a medida que naia dejaba los lloros. Estuvo distrayendo a la niña una media hora más o menos, Silvia apareció de la mano con enzo. Silvia: toma.. – le alcanzó un bibe – casi no tomó nada, y seguro que si le vuelvo a poner un plato delante empieza de nuevo. Pepa: ok. Silvia: me lo llevo a la cama, está cansado. Pepa: un beso enano. Enzo se echó en los brazos de su mama, también besó a su hermanita, ahora tranquila. Silvia también besó al terremoto de su hija. Pepa le dio el bibe a naia, no hubo más protestas. Silvia: me necesitas?. Pepa estaba cambiando a naia en el baño al lado de la habitación de los niños, negó con la cabeza: la pongo a dormir enseguida. Silvia: vale.., voy para cama.. A Pepa le costó un poco más de lo previsto que naia se rindiese en sus brazos, y como no era buena idea meterla en la cuna antes de que estuviese completamente dormida, pues entonces acababa despertando a enzo, estuvo dando pequeños paseos por el pasillo y el salón, hasta que la pequeña cedió y se durmió. Para cuando Pepa entró en la cama, su mujer ya estaba rendida de costado. De repente recordó, “ la rosa “.., volvió sobre sus pasos y allí seguía en la encimera, ella se había olvidado al escuchar los lloros de naia y Silvia no había seguro que reparado en ella tampoco. La rosa allí olvidada, le pareció simbolizar el momento que estaban viviendo ambas, Pepa con todos sus problemas en la comisaría, olvidándose de lo más importante en su vida, y Silvia ignorando los bonitos detalles, porque sobrepasada como estaba, tenía otras prioridades, los niños, la casa. El malestar aumentó, al recordar que mañana debía salir temprano, y por tanto no estaría para echarle una mano a Silvia, definitivamente no lo estaba haciendo nada bien. Silvia despertó sabiendo por la soledad de su cama que Pepa no estaba, recordaba algún beso y alguna palabra como de despedida.., menos mal que era viernes, último día de cole para los niños y para ella, menuda semana más infernal.. Como una zombie se dirigió al baño, medio dormida entró en la ducha. Silvia: pero que?? – algo había notado.., salió de nuevo. En el cristal sobre los lavabos con pinta labios, “ Te quiero “, y ambos lavabos llenos de flores cortadas. Flores que Silvia pudo reconocer como parte de las que había en los maceteros de la terraza, cortadas pulcramente haciendo parecer los huecos, como si de pequeños estanques se tratase, y en el medio de ambos una bonita rosa roja dentro de un pequeño jarrón, una nota en su base. Silvia la leyó. “ un olvido imperdonable no haberte dado la rosa en cuanto llegué, te quiero “. “ P.D: no limpies nada de esto, lo haré yo cuando llegue a casa, no lo olvides, te quiero. “. Un punto Pepa, bueno varios, la sonrisa de Silvia así lo decían, era un tonto detalle, pero dejaba el mejor de los mensajes, hacerla ver cuan importante era para ella. La mañana para Silvia habia cambiado, le quedaba lo de todos los días, pero había empezado seguro que muy diferente al resto de las mañanas de muchas, y eso la hizo sentir especial. Luego en la Universidad, una nueva sorpresa tremendamente agradable, Pedro estaba preparando unas conferencias sobre medicina y tenía un apartado bastante extenso de práctica forense, sabiendo que Silvia estaba haciendo un curso de reciclaje, creyó que era el momento perfecto, para plantearle hacer unas jornadas en Madrid y que ella las expusiese. Estuvieron hablando buena parte de la mañana, Silvia primero pensó que era una locura, luego cuando el decano de la facultad la llamó para asegurarle que pondrían a su disposición los medios necesarios y los horarios que mejor se ajustasen a ella, empezó a verlo más atractivo, un par de horas más hablando con Pedro y ya casi lo había decidido. Silvia: lo hablo con Pepa este fin de semana y te digo algo el lunes, de acuerdo..? Pedro: vale.., pero no te vaya a entrar miedo escénico, yo en cuanto acabe aquí, voy para ahí y te ayudo a preparar tus sesiones. Silvia: no te prometo nada. Pedro protestó: venga Silvia.., si te gusta hacer cosas diferentes.. Silvia: ya pero los niños.... Pedro se anticipó: Pepa te ayudará, seguro..., aunque viniendo de mí la idea.. Silvia pensó si el supiera como anda de cabeza ultimamente, si Pepa supiera... Eso era otra.., Pepa no conocía a Pedro, mejor dicho, no quiso conocerlo después de que Silvia volvió de las montañas como decía su mujer, lo había pasado fatal mientras Silvia estuvo fuera intentando recuperarse de su disparo, y aunque evitaba el tema, no soportaba escuchar nada que tuviera relación con Pedro, le tenía tirría a su simple pronunciamiento. Pedro lo sabía, pues Silvia se lo había contado, después de la cuarta ocasión en la que Pedro se acercó a Madrid y Pepa de nuevo no fue con ella. Pedro lo comprendió, y le restó importancia al asunto, todavía no conocía a Naia.., Silvia le habló un rato dela locura de niña que tenía. Pedro comentó en tono de broma: espero caerle mejor que a su mama. Silvia se sintió con ánimos esa noche de hacer una cena especial, y así contarle a Pepa las novedades, preparó temprano a los niños, que después de todo el tute de la semana, se caían de sueño, y esperó a Pepa.. A eso de las 22:00 horas un mensaje llegó a su móvil. “ redada sorpresa en Carabanchel, no me he podido librar.., lo siento “. Silvia se fue para la habitación, después de picar algo de la cena, todo lo demás lo guardó en la nevera, decidió que no tenía sentido dejar las flores y el jarrón en el baño, lo limpió todo y la rosa la puso en el salón.., se metió en cama ya sin pensar si quiera en las jornadas..... Pepa y los demás volvieron a comisaría de madrugada, una breve ducha para quitarse el sudor de tanta tensión, echó un vistazo al móvil, puso mala cara. Lis se sentó a su lado: malas noticias??. Pepa: ehh..- dejó el móvil – no.., en realidad ninguna... El mensaje de Pepa disculpándose, no había obtenido respuesta, se imaginó que a Silvia no le había gustado, recordó el montaje con las flores en el baño. Pepa murmuró: mierda.... Lis interrogante viendo para ella. Pepa: estoy llegando muchas noches tarde a casa... Lis: ah.., bueno es nuestro trabajo no??. Pepa: ya., pero yo también tengo familia de la que ocuparme.. Lis: tu mujer no es forense aquí??. Pepa: y??. Lis: ella debería saber como es esto.., y comprenderlo. Pepa: ya.. Rita que estaba cerca de ella, no dijo nada, pero no le gustó el comentario de Lis, no le acababa de gustar aquella chica, parecía que iba detrás de Aitor, pero a la mínima oportunidad la veía al lado de Pepa, quizás para los demás no fuera evidente, pero para ella sí, después de todo ciertas formas de Lis le recordaban a los inicios de Pepa con Silvia, cuando le andaba detrás. En ese momento Rita no se dio cuenta de hasta que punto iba a ser importante no haberle dicho nada a Pepa. La cuchara cayó sobre la taza o fue Pepa la que directamente la dejó escapar de sus dedos?, difícil saberlo. Silvia le estaba comentando lo hablado con Pedro, pero Pepa se había cruzado ya sólo al escuchar el nombre. Pepa: este tio de que cojones va??!. El insulto a medio grito unido al golpe con la cuchara hizo que enzo levantará sus ojos de su taza. Silvia: Pepa! – no le gustaba que ante el niño hablasen en ese tono, ni mucho menos con esos calificativos. Pepa: que??, que le pasa está aburrido ¿?, y ya viene a liarla de nuevo??. Silvia: pero que dices.., cuantas veces ha venido simplemente de visita aprovechando alguna cuestión de trabajo. Pepa: si claro, y que casualidad que sea siempre con alguna cosa que proponerte.. Silvia: temas relacionados con mi profesión.., que me sirven para avanzar en mi campo.. Pepa: si, Raquel hace lo mismo conmigo, me llama y de repente me voy una semana a un sitio, o estoy durante 3 semanas como loca intentando compatibilizar horarios.. Era cierto que en varios ocasiones la llegada de Pedro, repercutía en una mayor concentración de actividades o ausencias de Silvia, y Pepa lo llevaba mal, lo llevaba mal porque no se fiaba de Pedro, porque siempre le parecían sospechosas algunas convenciones o cursos fuera de Madrid. Silvia: no te hace falta Raquel para no aparecer por casa.. Pepa se la quedó viendo: eso a que viene?. Silvia: que a que viene??, venga por favor – se levantó recogiendo lo poco que había desayunado, se le habían quitado las ganas. Pepa se giró: ya sabiamos que yo iba a tener más trabajo, por eso quedamos en que tú te tomabas un descanso.. Silvia apoyada en la encimera: pero te estás escuchando??, que descanso??. Pepa: bueno, ya se que los niños dan trabajo.. Silvia: te dije que quería reciclarme, y que la excendencia me daría más tiempo para los niños y para estudiar. Pepa se levantó: y ahora de repente además quieres ser conferenciante.. Silvia: si tú me ayudases podría hacerlo.. Pepa: y ahora quién es la que insinúa algo??. Silvia: no es una insinuación, estás por casa lo justo – no quería seguir discutiendo - me voy a duchar – y se fue de la cocina. Enzo que hasta entonces había permanecido callado: mama....? Pepa volvió de su pequeña frustación por lo dicho por Silvia: dime... Enzo: mami está cansada de nosotros??. Pepa: no cariño.., no.. – se acercó a su hijo – mami está cansada porque lo tiene que hacer casi todo ella.. Y los pensamientos de Pepa mientras le decía eso a su hijo “Ala Pepa, ahí lo tienes, más claro agua, es así, no le ayudas, si tú misma se lo estás confesando a tu hijo, así que, a que coño viene ponerte como te has puesto.., es que el Pedro este me pone de los nervios.. “. Se ocupó de los niños y mientras Silvia se duchaba en la habitación principal, Pepa hizo lo propio con los enanos, en una ducha colectiva llena de gritos y risas, que tanto le gustaban a enzo, así olvidaría el desagradable episodio del desayuno, y de paso le daba a Silvia unos momentos de paz.. Naia como solía ser costumbre no se dejaba peinar, ya tenía el pelo bastante largo, pues en sus 8 meses de vida apenas se lo habían recortado y lo tenía tan fino que se le enredaba y había que ir con cuidado para no tirarle y que se cabrease. Enzo que ya estaba peinado, y viendo que el show de su hermanita empezaba, decidió irse con Van Gogh a jugar a la terraza. Pepa: avisa a mami que vas a la terraza – volvió a la melenita de su hija. Naia: n ooo .. – con carita de pena. Pepa le sonrió: siiiii, anda se buena..- sabiendo que pedía casi un imposible. Habría sido ella así de pequeña?. Pepa murmuró: seguro... Salió a la terraza con naia, enzo jugaba con Van y Silvia le echaba un ojo mientras leía unos apuntes, Pepa puso a la niña cerca en una de las alfombras de goma. Pepa: puedo? – ante el asentimiento, se sentó al lado de Silvia. Guardó silencio, dejó a su mujer seguir leyendo, ella echaba un ojo a sus hijos. De vez en cuando si la pelota llegaba a su lado se la lanzaba al perro, pero no se movió de donde estaba. Habían quedado para comer con Sara y Lucas cerca del retiro, no le apetecía, no estaba el ambiente para reuniones... Le sonó el móvil, Silvia hizo un ligero gesto, y ella rezó para que no fuera de comisaría, se le iluminó la cara. Pepa: Reich!!!, hola.. Silvia relajó su postura. Raquel: hola.., que tal larga...?. Pepa: bien.. y vosotras..? Raquel: yo genial, pero mi Kinder sorpresa, augh.., - sonido evidente de que había recibido un cachete del Kinder – es una hórmona enloquecida andante, augh.. – otro golpe. Se escuchó también un oye!! con la voz de Mar.. Pepa se rió. Raquel: así que me he dicho, voy a llamar a la larga y comparar notas con ella.. Pepa: ya.. Raquel: dime la verdad, Mar me está tomando el pelo o el trastorno de personalidad en este estado existe.. Pepa: bueno.. – era inteligente meterse con su mujer, se quedó callada. Raquel entendiendo: ah.., la tienes al lado y no te quieres pringar eh??.. Pepa: más o menos... Raquel: uyy.., me suena a que ya has metido la pata antes de esta conversación.... Pepa: justo.. Silvia que sabía que Pepa estaba hablando con monosílabos porque seguro que hablaba de ella, le cogió el móvil. Silvia: hola Raki.. Raquel: upss..., eh.., hola.., pues si que estabas cerca... Silvia: sí.., que información pretendías sacarle a Pepa sobre mí???. Raquel: pues verás., que mi embarazadísima mujer me está volviendo loca, aughh, Mar.., cariño, deja de darme golpes. Silvia sonrió. Raquel: ves., esta es una de las manías que le ha entrado... Silvia: y???. Raquel: pues ella se escuda en el cambio hormonal y yo creo que simplemente está abusando un poquito.. Silvia: la locura hormonal existe Raki.. Raquel: y los antojos??. Silvia: también.. Raquel: a cualquier hora y de cualquier cosa imaginable y no imaginable??. Silvia sonriendo: con enzo no tuve, pero con naia bastantes... Raquel: no me digas más.., prefiero no saber que me espera esto durante más meses.. Silvia: pero serás...?, contenta tiene que estar Mar oyéndote.... Raquel: te la paso y te lo cuenta. Mar: hola Silvia. Silvia: hola, dime que se está portando como es debido... Mar riendo: ya la conoces, es muy payasa, se queja mucho, pero me cuida como una reina, y ahora simplemente se le ha dado por llamaros para que me avergonzase de algunas manías que me han entrado.. Estuvieron hablando varios minutos más, luego Silvia le pasó de nuevo el móvil a Pepa, quién habló con Mar y finalmente se despidió de Raquel. Aprovechando que Silvia se había relajado con la llamada. Pepa: no pretendía negarte que hicieras esas conferencias. Silvia la miró. Pepa: lo intento, de verdad que intento llegar a casa a tiempo, y no dejarte con todo el lío.. Silvia con aire cansado: no basta con intentarlo.. Pepa: ya lo sé.., y sé que tu trabajo es tan importante como el mío.., buscaré la forma... Silvia: gracias... – miró su reloj – queda tiempo para ir dando un paseo hasta el restaurante.., te apetece??. Pepa: si claro. Salieron apenas 15 minutos más tarde. Silvia pendiente de enzo que llevaba a Van por la correa, Pepa tiraba de la silla, recorrieron unas manzanas en relativo silencio, la mano de Silvia se deslizó por la espalda de Pepa, ni a la una ni a la otra les gustaba verse así de calladas, la caricia, ayudaba a romper el hielo, Silvia se acopló al costado de Pepa, y Pepa agradeció el acercamiento dejando un beso en su pelirroja cabeza.. Enzo atento a sus mamas, se alegró.., no le gustaba nada cuando estaban enfadadas o discutían.., y ahora ya tenía una edad en la que se daba cuenta de esas cosas. La comida estaba yendo bastante bien hasta que Lucas sacó el tema del trabajo. Pepa seca: mejor cambia de tema. Lucas pasó de ella y se dirigió a Silvia: nos han dividido en 2 grupos... Pepa: no me has oído??. Sara se extraño también del tono. Lucas: oye que yo no tengo la culpa de que la Jefa os putee. Pepa: pues como ya tengo bastante en el curro, no quiero también tener que oir cosas de ella en mis días libres, estamos??. Lucas iba a replicar. Sara se adelantó: ha sido un simple comentario. Pepa se alteró: hasta los cojones me tienen las simplezas... Silvia conciliadora: anda cálmate.. Pepa soltó la servilleta. Lucas: es raro que cayéndole bien a su hija, la inspectora... Pepa: cállate joder!!. Enzo que hasta ese momento había estado en su rincón, al lado de su prima acabando la pasta levantó la vista. Sara: pero.. Silvia de nuevo intentando controlar la situación: Pepa..., cariño.. Pepa: que!!- se le escapó a medio grito. Y eso hizo enfadarse a Silvia. Silvia: pero te estás oyendo??.., pasas de cero a cien en 2 segundos, y eso por un comentario que no tiene importancia. Pepa: para mí si la tiene.. Silvia: pues si te pone de esta manera, tienes un problema. Pepa igual de alterada: ahora el problema lo tengo yo?. Silvia: quieres bajar la voz... Pepa: es mi tono.. Silvia: últimamente si que lo es.. Pepa: volvemos con los reproches...?. Silvia se estaba indignando: alucino contigo de verdad.. Sara notando que enzo se pegaba más a ella, e incluso de que naia no les quitaba ojo a sus mama: tita.. venga... Pepa la miró: salgo un momento.., esta claro que la culpable aquí soy yo.. Silvia se recostó cuando ella salió: joder... Lucas: no entiendo nada.., se ha puesto como una moto.. Sara: déjalo anda.. Silvia: Lucas no has sido tú, últimamente salta por cualquier cosa.. y más si es de trabajo. Sara: no sales??. Silvia: que se relaje primero, porque sino la vamos a tener otra vez. Lucas se levantó: voy yo, yo lo he empezado y yo lo acabo. Silvia quiso impedírselo pero Lucas se mantuvo firme. Sara le hizo un gesto a Silvia, y ella le prestó atención a enzo. Silvia: enzo come, anda.. Enzo: y mama??. Silvia: viene ahora con el primo.. Sara y Silvia intercambiaron miradas. Pepa estaba un poco alejada del grupo que fumaba cerca de la puerta, la miraron como un bicho raro, que hacía allí fuera si no era para darle unas caladas a un pitillo. Lucas se acercó levantando las manos: vengo en son de paz. Pepa lo miró: la que ha meado fuera del tiesto he sido yo.. Lucas le dio un golpecito amistoso: que coño te pasa??. Pepa: nada... Lucas: claro por eso me has saltado al cuello de esa forma.. Pepa se pasó las manos por la cara: no va con vosotros.. Lucas: Silvia.. Pepa se adelantó: ella menos..- no le quería contar más. Lucas no siguió, estaba claro que Pepa era muy consciente de que había metido la pata y agobiarla no era la solución. Así que se limitó a sentarse a su lado y dejar pasar los minutos, Pepa agradeció ese apoyo moral, cogiendo fuerzas para volver a la mesa. Sara por su parte y medio en clave pues enzo aunque parecía que estaba a lo suyo si que prestaba atención, intento mantener con su tía una conversación que aligerase el ambiente. Ahora que la miraba bien notaba su aire cansado, incluso parecía apagada. Por eso decidió preguntarle por el curso y las jornadas de las que le había hablado el día anterior. Después de unos minutos de charla. Sara: oye que me quedo yo con los enanos cuando necesites eh??, a que mi primito quiere jugar conmigo – achuchó a enzo, que se dejó hacer, riendo. Silvia: ya lo sé sarita.. En ese momento llegaban Pepa y Lucas, este último la llevaba abrazada, algo le comentó que la hizo sonreír. Lucas: ya estamos aqui.., a quién le apetece postre??. Sara levantó su mano y la de enzo: nosotros helado!!!. Pepa se sentó al lado de Silvia, se acercó con cautela y le dejó un beso en la mejilla: perdona el numerito. Silvia se giró, le acarició la cara: anda relájate... Estaban entrando en un círculo vicioso, arrepentidas disculpas y concesiones en forma de perdón, se repetían cada vez más. Esa noche Pepa asumió el cargo de los niños, Silvia se puso al día en sus estudios, y más tarde comenzó a organizar los temas sobre los que versarían sus jornadas. Enzo corrió hacia sus brazos para darle un beso de buenas noches, Pepa observó la escena desde una distancia prudencial, había que estar ciego para no darse cuenta de que el niño buscaba a su mami con más frecuencia y si antes era cariñoso con ella, ahora lo era más, todo en proporción inversa a lo que sucedía con su otra mama, Pepa había notado que con respecto a ella estaba más retraido. Silvia estuvo hasta bien entrada la madrugada levantada, la última vez que Pepa comprobó el reloj antes de quedarse dormida eran ya casi las 3 am. Así que la mañana del domingo, Pepa en cuanto oyó el más mínimo rumor desde el interfono salió de la habitación con el aparato y fue a comprobar a los niños, todavía dormían pero ya comenzaban a agitarse por lo que en menos de una hora los tendría llamándolas. Con el aparato a cuestas preparó biberón para naia y desayuno para ella y enzo, a Silvia la dejaría dormir hasta que fuera más o menos hora de prepararse para ir a comer a casa de Lola y Paco. Pepa pasó el resto del domingo intentando por todos los medios no salirse de madre.., la ayudó rodearse de ambiente familiar, eran bastantes y con los críos siempre había mil y una cosa que hacer y con las que quedarse embobados, además se formaban varios corrillos y Pepa aprovechó para estar con los chicos, así también le daba espacio a Silvia, porque últimamente siempre que la tenía cerca era para darle un grito inoportuno. Nueva semana, nuevo lunes, nueva reunión a primera hora de la mañana. A los 5 minutos de finalizada la reunión y ya solas Pepa y Reyes, la paciencia de la primera se estaba agotando. Reyes agitaba unos papeles: los resultados son así de incuestionables y no quiero que se repitan, por ello estarás al cargo de los novatos durante el próximo mes. Porque los papeles que agitaba, eran todos los incidentes en los que se habían visto envueltos novatos, por irrumpir en escenas contaminando pruebas, por detenciones cuanto menos ortodoxos, y sobre todo por la poca desenvoltura en los métodos y útiles, como pistola, esposas, reducción de sospechosos, etc. Pepa: y en que momento se supone que voy a hacerlo??. Reyes: organícese inspectora, pero quiero que no sean un peligro ni para ellos ni para los demás. Pepa: quizás deberían volver a la academia.. Reyes: todos hemos sido novatos, así que ahora es nuestra labor enseñarles a moverse en el mundo real. Pepa al salir se encontró con su hermano que la esperaba. Paco: que pasa?. Pepa: que me ocupe de los novatos me ha dicho.. Paco respiró tranquilo, pues ya pensaba que otro marrón más grave le había caído a su hermanita: ah.., eso.., no te preocupes, Mariano y yo te liberamos todo lo que podamos y te envíamos a quién necesites para espabilar a los chavales.. Pepa sin mucho convencimiento: si tú lo dices.. Paco le pasó el brazo por los hombros: si mujer, ya verás como en nada la jefa finaliza el curso de entrenamiento y te libera.. Pepa se pasó buena parte de la mañana distribuyendo sus horas en un calendario que le permitiese realizar sus rondas con Aitor, no dejar de lado sus investigaciones y dar formación a los novatos. Para determinadas partes de la instrucción tomó a Povedilla como ayudante. Harían a primera hora pruebas de tiro, defensa personal, métodos de detención y luego llevarían cada pareja de veteranos a un sólo novato, ante la insistencia de Aitor, puso a Lis con ellos, tuvo que hacerlo cuando Curtis se empeñó en que pusiera bajo su tutela a su sobrina. Pepa sabía que no era buena idea, pero no quería discutir con uno ni con otro, ya tenía bastantes frentes abiertos.. Pero como sospechaba en apenas un par de días, sus peores temores se hicieron realidad. Aitor y Curtis, estaban más pendientes de Lis y Amaia que de hacer bien su trabajo, y una mañana con el primero y una tarde con el segundo le dejó bien claro a Pepa la necesidad de cambiar las asignaciones. Reunió a ambos en el despacho de Paco y Mariano, en cuanto insinuó el porque iba a cambiar de nuevo las asignaciones ambos se le echaron encima. Pepa: yo estoy al mando y es una orden!!. Aitor: se te está subiendo el cargo.. Pepa le cortó: quieres que yo te diga lo que se te sube a tí?. Curtis viendo que Aitor no tenía intención de acatar: Pepa.., por favor.., Pepa: que???, que me vas a pedir??, que obvie el hecho de que no estáis atentos??, ahí fuera nos disparan.., se os ha olvidado??, que pasaría si por no estar a lo que tenemos que estar alguien acaba muerto.. Curtis reflexionó sobre lo dicho por Pepa: tienes razón, quizás...queriendo protegerlas hemos descuidado nuestra propia atención. Pepa hizo el gesto de asentimiento. Curtis: pero somos profesionales, nos lo has hecho ver, y te prometemos que no volverá a pasar. Pepa ya estaba negando. Aitor: nos merecemos un voto de confianza. Pepa: el mismo que me has dado tú hace unos segundos saltando sobre mi autoridad??. Curtis: Pepa, hemos cometido un error.. Pepa no quería seguir discutiendo, levantó las manos: una semana más, haré vigilancia sin que lo sepáis y si detecto el más mínimo descuido de funciones cambio las asignaciones. Aitor salió refunfuñando. Pepa se dejó caer en la silla: alucino... Curtis: compréndelo está enamorado. Pepa: me importa una mier.. Curtis: Silvia también trabaja aquí, Rita y Pove.... Pepa lo cortó: no es lo mismo y lo sabes, habré sido una cabra loca, y desde luego por estar con Silvia he hecho mil y una, pero ahí fuera soy una agente al 100%. Curtis asintió: vale, no digo nada más.... La dejó sola, sola parecía que estaba cada vez más. Pepa salió de la oficina, y a los pocos metros se cruzó con Lis, bueno más bien Lis iba directa a ella. Lis: Pepa quería hablar contigo sobre los grupos, he hablado con Aitor y.. Pepa la cortó: tú también tienes alguna queja??. Lis: no.., simplemente quería decirte que cualquier cambio que planteés me parece bien – puso su mejor cara de chica buena – con tu experiencia, nadie mejor que tú para saber lo que mejor nos conviene, te pido disculpas si has visto por mi parte dejadez, soy plenamente consciente de que como agente estoy muy verde. Pepa no se esperaba un voto de confianza, y lo agradeció: gracias Lis, intento hacer lo mejor para todos. Lis con una gran sonrisa: por Aitor no te preocupes…, puedo invitarte a un café.. Pepa: eh.. si claro.. La charla durante el café fue relajante, Lis puso todo su empeño para que Pepa la viese como una persona colaboradora, conciliadora, el perfil de una buena amiga. Pepa si bien en un principio creyó que era mala idea aquel café, poco a poco fue dejando atrás su paranoia, no había nada malo en hacer amigos nuevos, y deseaba olvidar el malentandido del inicio sobre la naturaleza de la atracción de Lis hacia ella. Silvia por su parte comenzaba a compatibilizar el curso con la preparación de las jornadas. Esa tarde había quedado con Pedro para ver el salón de actos. En cuanto entraron y ante la cara que se le quedó a Silvia. Pedro riendo: venga mujer.., si no es tan grande.. Silvia se giró: mierda Pedro.., me dijiste que era para alumnos... Pedro: y lo es.., pero yo creo que se ha filtrado tu foto y se han apuntado casi todos los alumnos de las distintas aulas de medicina... Silvia: ja,ja.. Pedro: en serio.., que quieres que te diga, el temario que has pasado ha gustado, yo creo que lo que más ha enganchando ha sido que presentes con videos y datos las autopsias reales que han servido para la resolución de casos importantes. Silvia se sentó en una de las butacas, viendo para el escenario: es .., - hizo el gesto con la mano de abarcar todo aquello – me voy a sentir como una hormiguita. Pedro: tienes dominio absoluto de la materia, te los meterás en el bolsillo en cuanto comiences tu exposición. Silvia no las tenía todas consigo. Pedro tiró de ella: venga.., te invito a una caña para que se te pase el susto. Silvia de forma automática echó un vistazo al reloj: uy.., no sé... Pedro: vengaa.., que no te veo desde hace mucho, nos ponemos al día rapidito. Silvia no se pudo resistir, le vendría bien un poco de charla intrascendente con su amigo. Sara estaba con sus primitos en el bar de su madre, Lola le echaba una mano con los críos. Pepa llegó un poco acelerada: hola .. – se sentó en la mesa donde enzo coloreaba unos papeles, lo besó en la cabeza – lleváis mucho tiempo aquí?? – le preguntó a su sobrina. Sara: nahh, acabamos de llegar del parque verdad??. Enzo asintió, volvió a sus dibujos. Naia reclamó a su mama. Pepa la cogió de la silla: hola fiera.., te has portado bien??. Naia puso gesto serio, como si entendiese la pregunta y contestó: zi. Pepa se partió de risa, que la niña empezase a decir cosas la tenía boquiabierta, le dio un besazo: seguro que si.., ayyyy, que te como... – otro beso. Naia al segundo ya se puso más nerviosa. Pepa: vale, vale.., no te excites..., a ver esos piños – le tocó ligeramente en la comisura de los labios. La niña obedeció y abrió la boquita, se apreciaban varios inicios de dientes arriba y abajo. Pepa: se ha quejado mucho?. Sara: bueno ha tenido sus fases, pero se ha portado bien, nos hemos reído mucho en los columpios. Pepa siguió con la niña en brazos y prestó atención al dibujo de enzo: que bonito cariño... Enzo levantó la vista: es un coche de carreras.. Pepa examinándolo con atención: ya veo.., y has elegido tú los colores??. Enzo: si.. – cogió el puñado de lapices – todos estos, me los ha comprado la prima Sara.. Pepa le alborotó el pelo: cuando lo acabes me lo das para mi mesa??. A enzo le brilló una sonrisa en la cara: claro.. Pepa lo besó de nuevo en la cabeza: genial!!.. Estuvo una media hora más hablando con Sara y Lola, tenía la esperanza de que Silvia apareciese por allí, pero un sms de ella diciendo que se tomaba algo con Pedro en la Universidad le dejo claro que no... Pepa se levantó con naia en brazos: bueno.., pues hora de irse.. Cuando recogía los bártulos se cruzó con una compañera de comisaría, se paró unos minutos con ella, los suficientes para que la compañera la vacilará con la logística que tenía que llevar, enzo se pegó a su pierna y naia en su línea de nervio puro, hacía que formaran un trío caótico entrañable. Silvia al final se retrasó más de lo habitual, Pepa no dijo nada, ella llevaba ventaja en ese aspecto, aunque no podía evitar que le molestase el saber con quién estaba, mientras le ponía el pijama a naia se asombraba reflexionando con esa posesión que había desarrollado para con Silvia, la sentía tan suya que no podía evitar esos celos... Silvia llegó a tiempo de leer un cuento a enzo y dar unos colos a naia para que se durmiese, después de una cena con pocas palabras, en las que Pepa cada vez contaba menos cosas de la comisaría, y Silvia de su encuentro con Pedro, ésta última volvió a sus papeles y Pepa decidió darse una vuelta nocturna con Van gogh.. De nuevo de madrugada Silvia entró en la cama. Los días pasaron y Lis de forma muy pero que muy sútil mantenía toda la atención de Aitor en ella misma, una caída de ojos, una sonrisa, todo imperceptible, pero que al enamorado de Carrasco le hacía una y otra vez desviar su atención. Y cual fue el resultado?, pues que Pepa decidió la separación definitiva. Esto provocó una nueva discusión entre ella y Aitor, el afectado indirectamente fue Curtis, ya que el reajuste de parejas le hacía también separarse de su sobrina. Los 3 de nuevo en el despacho de Paco y Mariano. Pepa de forma cansada: está decidido, Liz pasa a formar parte de la patrulla de Curtis, y Amaia irá con nosotros. Aitor al momento: solicito el cambio de pareja. Pepa levantó la ceja: que dices??. Aitor: que no quier patrullar contigo. Curtis se mantenía en silencio. Pepa: sabes? enchochado te vuelves muy gilipollas.. Aitor: me habla la voz de la experiencia. Genial, su amistad se resquebrajaba por una tía.. Pepa: te estás pasando.. Curtis creyó que era el momento de intervenir: porque no cambiamos todos, nos vendría bien oxigenarnos de nuestros compañeros de siempre. Eso implicaba rehacer parejas, cuadrar turnos y guardias. Pepa: tengo que consultarlo con Paco y Mariano. Aitor: por mi parte ningún problema. Pepa: perfecto entonces – le dijo con sarcasmo. Cuando Pepa se lo planteó a Paco y Mariano estos se sorprendieron, pero para su alivio se ofrecieron a realizar ellos los ajustes. Pepa se abrazó a su hermano: gracias... Cuando se quedaron solos. Mariano: se ve muy sola a Pepa. Paco: a que sí??, pero a estos que les pasa??. Mariano: hablaré con Curtis... Una vez más la jornada de trabajo se alargó, pero en esta ocasión la vuelta a comisaría Pepa la hacía llena de satisfacción, por primera vez el equipo en sus distintas unidades había trabajado bien, coordinado y a Reyes no le había quedado más remedio que felicitarla por el trabajo con los novatos. Los novatos y sus compañeros estaban insultantes de alegría, durante las duchas no se hablaba de otra cosa más que de ir a celebrarlo. Lis: te vienes a tomar algo?. Pepa puede que lo considerase unos segundos, pero su cabeza definitivamente se movió en un gesto negativo. La compañera que se había cruzado el día anterior en los Cachis habló: como va a venir con todo el equipaje que tiene en casa.. – le dio un apretón cariñoso – ay.., será lesbiana, pero aquí donde la ves tiene una familia de lo más tradicional. Pepa le quitó la lengua: envidia es lo que tú tienes.. Compañera: yo??, envidia de tus idas y venidas cuando eras soltera, pero ahora... Curtis también intervino: si es que en el fondo hacéis lo mismo que cualquier hetero, casaros, tener hijos e hipoteca. Pepa: lo que yo he vivido ya lo quisieras para tí. Curtis: vivido Pepita, tú lo has dicho, ahora eres como todos... Pepa no quiso entrar en un debate sobre las excelencias de tu matrimonio, y su silencio dio alas. La compañera: con lo que tú has sido.... Llegó a casa y le resultó raro no encontrarse a Silvia sentada en la mesa del salón trabajando en el ordenador.., como últimamente hacía. Los niños ya estaban acostados, pero eso era normal pues pasaba de las once de la noche. Van se le medio subió dándole la bienvenida. Pepa: hola chico – lo acarició entre las orejas – tú siempre fiel amiguito.. Van le lamió las manos. Pepa dejó las cosas en el recibidor, se lavo las manos en el cuarto de baño y seguida por Van, fue a ver a los niños. Enzo dormía como un tronco, a pesar de que su hermanita mantenía una conversación de lo más entretenida consigo misma, en cuanto Pepa se puso en su radio de acción, empezó a quitarse y ponerse el chupete en la boca. Y hacer aspavientos con los brazos. Pepa: shhh.., no no te actives que es hora de dormir... Su hija era al igual que ella noctámbula, le dio varios besos, le acarició la cara. En los últimos días le habían salido de repente 2 dientes arriba y otros tantos abajo, así que las molestias en las encías habían desaparecido y estaba de mejor humor, algo que toda la familia agradecía, porque la pequeñaja tenía un genio terrible cuando algo la incomodaba. Pepa sonrió, pues no le quedaba nada. Luego se acercó a la cama de enzo, estaba todo destapado, como siempre, menos mal que dormía con pijama entero, le arregló el edredón, despejó de su cara varios mechones pelirrojos, tan parecidos a los de Silvia, que mayor estaba ya..., las facciones de su cara estaban cambiando, dejaba de ser un bebé... El niño al igual que su madre cuando estaban profundamente dormidos ni se enteró, cuando Pepa le dio también varios besos. Al salir de la habitación, un último vistazo. Si, su vida había cambiado mucho, pero pensó para si, que las personitas de ese cuarto eran el proyecto conjunto de ella y Silvia, habían deseado formar una familia, y la tenían, tradicional o no, como se etiquetase le daba igual. Cerró la puerta. No tardó mucho más en meterse en cama, se pegó con cuidado a Silvia para no despertarla, que placer encontrar su cuerpo caliente, se acordó de Curtis, este era uno de los muchos placeres de los que disfrutaba por tener como decía él un matrimonio convencional. Silvia no estaba dormida: holaaa. Pepa besó su nuca: holaaa, te he despertado perdona.. Su mano izquierda acarició el costado de su mujer, notó la braguita, no era habitual, ambas dormían desnudas, salvo.. Pepa: tienes la regla?. Silvia: siii.. Entonces notó el sútil cambio, Silvia en posición fetal más encogida que de costumbre. Pepa: te duele??. Silvia habló: bastante.. Pepa se arrimó más a ella: quieres que te vaya a por una pastilla?. Silvia: la he tomado hace un rato, ya no aguantaba más. Pepa no dejó espacio entre ella y su mujer, pasó su mano izquierda hasta posarla en su vientre bajo, por dentro de la braguita. Silvia emitió un ligero sonido como de confort. Pepa esperó unos segundos: mejor..?. Silvia: aja.... Pepa sonrió en la oscuridad y volvió a besarla cerca de la oreja: mi calor es milagroso.. Silvia llevó su mano hasta acariciar a su mujer: si... Allí se quedó abarcando con todo su cuerpo el de Silvia, dándole calor, casi meciéndola para que el dolor se le pasase, era lo mínimo que podía hacer, no era habitual que le doliese, pero cuando eso pasaba, era realmente intenso, y había estado con los niños ella sola todo el día. Muy culpable se hubiera sentido si en vez de regresar a casa con prontitud, se hubiera ido a tomar una cerveza con los chicos. Pero su sitio estaba allí, en aquella cama y abrazando a su mujer. Recordó el día.., había estado bien.., por fin parecía que habían encontrado el equilibrio entre los agentes. Formaban buen equipo ella, Curtis y Lis. Todos los novatos habían demostrado su mejoría, la que más había destacado sin duda alguna, había sido Lis. No era extraño, siempre la primera voluntaria para todo, siempre esforzándose al máximo, siempre pidiéndole a Pepa consejos, horas a más en la sala de tiro para subir su puntuación. No se podía negar que se estaba convirtiendo en una buena agente. Si, había sido un buen día, aspiró el aroma de Silvia y se relajó para dormirse abrazada a ella. Pepa se despertó con los primeros ruidos de naia filtrados a través del interfono, apenas las 3 am, se levantó de inmediato porque como siguiera así, lo más probable es que despertase a enzo y a Silvia. Llegó a la habitación y se la encontró con los ojos abiertos como platos y balbuceando. Pepa: shh.., que no son horas pequeñaja... Pero naia no le hizo ni caso, le echó las manos. Pepa negó: no.,no.., que es hora de dormir.. Naia no le entendía o prefería no entender.., estaba despierta y quería atención. Pepa se dio por vencida, mejor sacarla de la habitación para que su hermano siguiera durmiendo. Se la llevó a la cocina y calentó un poquito de leche, se la dio, la niña la tomó con avidez. Quizás no había cenado bien y por eso tenía hambre. Van Gogh apareció curioso desde la terraza, como diciendo no son horas, ahí afuera es de noche. Pepa se cogió un zumo y decidió irse al salón con ella un momento para ver si conseguía dormirla. Van las siguió. Después de unos minutos en el sofá intentando con caricias y suaves murmullos que la pequeña cayese rendida, la que se rindió fue Pepa, que no, que la nena tenía otro ritmo y ahora tocaba estar despierta y de juerga. Puso una peli de dibujos en la tele, esperando que eso acabase por debilitarla... El despertador sonó, pero no se apagaba como era habitual si Pepa estaba al otro lado de la cama. Silvia se giró para descubrir el lado vacío y frío. No tuvo que buscar demasiado, al pasar por el salón, vió la pantalla azul en la tele con el logo característico del dvd, vislumbro unas largas piernas. Cuando se acercó descubrió a Pepa tirada a lo largo y sobre ella a naia, ambas profundamente dormidas, Van se acercó a Silvia para darle los buenos días. Silvia acarició al perro: hola vani.., ha habido fiesta nocturna??. Van emitió un leve gemido. Silvia: ya.., no me digas más... Silvia se acercó desde arriba a ellas, acarició con suavidad la cara de Pepa: cariño.., despierta... Pepa emitió una queja, Silvia insistió: vas a llegar tarde.. Pepa abrió lentamente los ojos: ajjjjj.., dios... – se frotó el cuello. Silvia se apoyó en el respaldo del sofá: desde que hora estás aquí...?. Pepa: 3 de la mañana.. Silvia: ay... – eran apenas las 6 y cuarto- porque no me despertaste??.. Pepa le dedicó una tierna mirada: ya tenías bastante... – miró a la personita que tenía sobre su pecho – mírala.., me dan ganas de llevármela a la comisaría y tenerla todo el día despierta.. Silvia sonrió: no te lo aconsejo... Pepa se imaginó el caos del que sería responsable su pequeño terremoto. Se levantó con cuidado. Silvia: dámela, ya la acuesto yo, ve a ducharte... A Pepa se le cerraban los ojos, al final no le quedó más remedio que volver a por más café, en breve empezaría la reunión. Curtis: noche movida??. Pepa asintió. Curtis: pero a que no ha sido con la pelirroja...? Pepa: a tí te voy a contar lo que hago o no con mi mujer... Curtis: no hace falta, se te nota cuando mojas.. Pepa se le quedó viendo, medio sonrió: eres un cerdo.... Curtis: ehh, le diría lo mismo a Deker o a Povedilla, a Aitor no que está en sequía a pesar de sus esfuerzos y esas bromitas no las lleva bien. Pepa se extrañó, que siendo como era Aitor, aún no hubiera conseguido llevarse a Lis a la cama, quizás la chica prefería ir con calma. Entraban apresurados los novatos, entre ellos Lis. Cuando pasaba a su lado. Lis: menudas ojeras.. Curtis intervino: es lo que tienen los hijos.... Pepa: Curt... Lis se sentó detrás. Aguantó como pudo, Reyes estaba intranquila, había movida entre algunas bandas latinas y no quería que la cosa se complicase, así que los tuvo más tiempo de lo normal, y les dejó caer que podría haber aumentos de turnos. A Pepa le tocaba al salir dar clase de tiro, quizás con el ruido de las balas se despejase un poco más. Llevaban un rato, Pepa después de dar unas indicaciones se apoyó en la mesa trasera y observó como los novatos practicaban. Lis se acercó, ella ya había acabado: mejor??. Pepa le daba un sorbo a su tercer café, lo señaló: si no me revientan hoy las arterias aguantaré... Lis: tienes 2 hijos no??. Pepa: si, enzo de 3 años y naia terremoto de 9 meses. Lis: terremoto ha sido la causa.. Pepa sonrió: efectivamente. Lis: pero tu mujer no está de baja??. Pepa: si, por...? Lis dijo despreocupadamente: no.., por ocuparse ella.. Pepa negó: me levanté antes de que la despertase. Lis: ah.. Pepa se justificó: Silvia necesita descanso también – no entró en detalles, pensó en lo dicho por Reyes.. Lis asintió como comprendiendo: no tienes fotos en la mesa.. Pepa: a los delincuentes no hay que darles pistas.. Lis: entiendo.. Pepa: pero los llevo en el móvil, quieres verlos??. Lis: confieso que tengo curiosidad... Le enseñó un par de fotos de cada uno. Lis: son guapísimos.., y la niña es un calco a tí.. Pepa: si un calco a mí.. Lis se rió: de pequeña eras como ella??. Pepa se encogió de hombros: negarlo a estas alturas sería tontería. Pepa llegó temprano a casa, los niños jugaban en el salón pues afuera ya estaba anocheciendo y el mes de Octubre estaba siendo frío. Silvia en la mesita de la esquina trabajaba. Pepa: hola.. Silvia levantó la vista: hola.. Se acercó a los niños. Pepa: hola enanos, besos.. Enzo le dio un beso y un abrazo, y naia medio gateando se acercó para hacer lo mismo. Pepa la cogió en brazos: hoy me dejarás dormir verdad??. Naia: zi.. Pepa se rió: seguro que sí. Volvieron a sus juegos y Pepa se acercó a Silvia, desde atrás le besó la cabeza. Pepa: que tal?? – la abrazó por la espalda. Silvia: bien – le acarició la cara – dándole los últimos retoques a las presentaciones. Pepa se quedó en una silla de al lado: quizás nos aumenten los turnos. Silvia: o noo.., dentro de 2 días empezaré con las jornadas presenciales. Pepa se rascó la cabeza: no es seguro.. Silvia se echó para atrás de la silla: ya, pero nosotras tenemos que planificar con antelación con quién dejamos a los niños, si ninguna puede estar con ellos. Pepa: ya.., bueno..., lo pensamos más tarde.., vale?. Silvia: si mejor, que ahora tengo que acabar esto. Pepa: una pizza para cenar??. Silvia que ya había vuelto a sus papeles: perfecto.. Pepa y Silvia empezaban a dudar de que el día tuviera realmente 24 horas. Pero el problema no era el número de horas , sino que habían dejado de unir fuerzas para afrontar juntas las obligaciones de su día a día. Conducía Curtis, Pepa a su lado y detrás Lis, sonó un móvil. Pepa: es el mío – lo sacó del bolsillo, era Silvia – dime – escuchó – hoy?, era hoy??. Curtis apartó ligeramente la vista de la carretera. Pepa: no puedo...- escuchó – lo siento.., estamos yendo de camino a Valencia detrás de un envío – de nuevo la cortaron – Sil.., Sil., no puedo.., se., se me olvido.., lo – otra vez escuchó – joder y que quieres que haga ahora..?, estoy a casi 300 kms.. – se quedó viendo el móvil – perfecto. Era evidente que le había colgado. Curtis: problemas..? Pepa: hoy le tocaba una vacuna a naia. Curtis: y te has olvidado??. Pepa se le quedó viendo: tú cállate.. Curtis: hombre Pepa.. Pepa: te he dicho que te calles.. Lis: llevamos un día de locos es normal.. Pues sí el día había sido un descontrol tras otro, en una vigilancia casi rutinaria se habían encontrado sin querer con lo que parecía un organizado entramado de envío de droga hacia la costa de levante. Delante de ellos, en otro coche iban, Povedilla, Aitor y Amaia, seguían 2 trailers, no sabían si ambos irían para el mismo sitio, pero si el contenido de la carga, entre unos inofensivos electrodomésticos, coca para mucha fiesta. Silvia tiró el móvil dentro del bolso: a ver... Naia estaba dentro del carrito, enzo a su lado con la correa de Van gogh. Silvia: van se tiene que quedar cariño.. Enzo: noo.., porque...?. Silvia: mama no puede venir, y en el ambulatorio no podemos entrar con el perro. Enzo: me quedo yo con él. Silvia: cariño.., eres muy pequeño para quedarte sólo.. Enzo: vani estará conmigo... Silvia le sonrió: ya.., pero tú sigues siendo muy pequeño... Enzo: joooo. Silvia lo besó en la frente: anda sé bueno.. El primer trailer se detuvo en la Oliva y según informó el otro coche, el segundo se estaba parando en Alzira. Hablaron con las comisarías de la zona y recibieron refuerzos, se prepararon para cuando los delincuentes se decidieran a hacer la transacción. Pepa estaba impaciente, veía el reloj y.., no.., aunque las cosas salieran muy bien, ni de coña llegaba a la vacuna.... En cuanto pasaban la puerta del ambulatorio naia dejó de prestar atención al juguete que Silvia le había dado. Naia empezó a negar, echó las manos a lo primero que tenía a su alcance que era enzo: eno.., eno... Enzo: mami?? – mientras sujetaba las manos de su hermanita. Silvia: pero como se puede acordar... No era la primera vacuna.., y con las anteriores en cuanto la pincharon le entró una llorera incontrolable. Silvia la estaba desaborchando de la silla. Pedro: hola...?. Silvia: vaya al final te has acercado.. Pedro: me dijiste que andarías por aquí, y mi hotel está cerca.. Silvia cogía en brazos a naia que ya empezaba a hacer pucheros. Pedro sonrió: parece que sabe a que viene. Silvia: me temo que sí. Pedro se agachó: hola chavalote.. – estiró la mano para un apretón de manos. A enzo le divirtió que lo tratara como un chico mayor, le dio la mano. Enzo: hola.. Pedro: como estás?. Enzo: yo bien.. Pedro se rió: claro la banderilla se la van a poner a tu hermanita. Una enfermera salió para llamar a los siguientes, entre los nombres dijo el de naia. Silvia: tengo que entrar. Pedro: ve, me quedo yo con este hombrecito. Silvia: vuelvo enseguida. Cuando pasaba las puertas, la enfermera que había llamado. Enfermera: pero nenita ya estás llorando??. Le hizo un mimo a naia y esta se escondió en el pecho de mami. Silvia: va a montar lío.., me temo.. Enfermera: tranquila ya estamos acostumbradas. Cuando naia vió que se le acercaban, se pegó más a su madre e incluso lanzo un manotazo. Silvia le agarró la mano: oye eso no se hace.. La niña la miró con cara de.., tú de que parte estás, eso le dio tiempo a la enfermera a pincharla, el grito lloro fue tremendo. Silvia intentaba calmarla mientras el resto, medio reía porque a pesar del escándalo naia rogaba a su mami de manera muy graciosa. Naia: ay..., ma..., miiii..., ay... Silvia besaba esas mejillas por las que corrían las lágrimas, conteniendo la sonrisa: ya.., ya., ya pasoooo. Enzo veia preocupado para la puerta, había reconocido a su hermanita llorando. Silvia salió con naia abrazada a ella, hipando y chupándose el dedo gordo, enzo se acercó. Naia quiso ir con él, enzo le echó los brazos. Silvia la bajó. Menudo cuadro naia sujeta por Silvia dio unos pocos pasitos y enzo la abrazó y le dejó un beso en la cabecita, ella se abrazó fuerte a él. La mitad de la consulta sonreían como bobos, porque la estampa era de foto. Silvia: que dramática es..., ale.., nos vamos..- volvió a coger a la pequeña en brazos. Una señora: que monos por dios.., tienen unos hijos fantásticos.. Silvia no le iba a explicar a aquella desconocida la realidad, se limitó a un: gracias... Pedro que llevaba la silla: bueno yo invito a un helado como mínimo... Después de varias horas, Pepa se temía que alguien hubiese avisado a alguien, se comunicó con el resto por radio, y cuando estaba en ello, hubo movimientos cerca del trailer que ellos vigilaban, se acercaban coches. Pepa: aquí empieza el baile – echó un vistazo al reloj, ya pasaba de las 8 de la tarde. Al final Silvia y los niños comieron con Pedro, mientras enzo entretenía a su hermana, Pedro se interesó por el programa. Silvia volvió a casa contenta, que suerte que hubiera puesto en la silla su portátil, Pedro le había ayudado mucho a pulir distintas partes de las conferencias. Siguieron por la tarde, pero para avanzar sin interrupciones Silvia le pidió a Lola que se quedase con los niños. Ahora entraban a casa y Silvia fue directa a por el termómetro, Lola le había dicho que naia parecía estar caliente, y si.., Silvia al tocarla también lo había notado. Revisó el móvil, otro mensaje de Pepa, volvían de Valencia. Eran casi las 22:00 horas. Silvia: mínimo 1 de la mañana no aparecerá – suspiró – enzo!!, cariño al baño... Pepa dejó el móvil y le gritó a Curtis: sube ya cojones!!. Curtis entrando: eh.., que yo no tengo la culpa..de que hayamos tardado tanto. Silvia llevaba desde las once intentando bajarle la fiebre a naia, y no había manera, la niña por el malestar había empezado a llorar, eran casi la 1, y Pepa todavía no había mandado el sms de que estaba en Madrid. Silvia marcó un número en el móvil, espero un rato: holaaa.., siento llamarte a estas horas.., necesito que te quedes con enzo..., la vacuna le ha debido de hacer reacción a naia y no consigo bajarle la fiebre.., vale.., te espero... Eran casi las 2, Pepa había llegado a comisaría y estaba terminando unos papeles. Lis: esto está listo. Pepa: gracias por quedarte.. Lis: de nada... Sonó el móvil, nuevamente el de Pepa. Pepa puso cara rara, era Silvia, cara rara pues era extraño que la llamase, cuando llegaron a Madrid le había dejado un mensaje. Pepa: si..?- escuchó – voy para ahí - colgó Lis la miró con cara interrogante. Pepa: Silvia que está con naia en urgencias. Lis: es grave??. Pepa se encogió de hombros: tiene fiebre alta, puede haber sido la vacuna. Lis le tocó el brazo en señal de apoyo: no será nada, ya verás. Pepa cogió su cazadora y salió. Entró por urgencias pediatricas, dio los datos en recepción. Mujer: ya está su madre con la niña, sólo puede estar uno. Pepa: yo también soy su madre, mi mujer ha venido aquí hace más de una hora y yo no sé que pasa. Mujer: y usted donde estaba??. Pepa se indignó: trabajando, no he podido llegar antes, bueno yo paso.. La mujer iba a protestar pero entre que se lo pensaba Pepa ya había desaparecido por el pasillo. En el puesto de enfermeras del box, el tono ya fue más amable. Enfermera: Pepa verdad?, y la niña es Naia Castro. Pepa asintió. Enfermera: está en una sala aparte, no se alarme, es que venía con mucha fiebre y es una sala refrigerada. Siguió a la enfermera y llegaron a una sala con un gran ventanal, desde donde pudo ver a Silvia y en sus brazos a una naia completamente desnuda, su mujer daba pasos por la sala mientras le decía cosas a su niña, naia lloraba, ambas parecían agotadas. Enfermera: póngase esto por favor – le dió lo mismo que llevaba Silvia, una bata antiséptica – puede pasar.. Pepa entró: hola.. Silvia que la había visto fuera: hola... Naia vio a su otra madre y tendió los brazos. Silvia: la coges??, ya está harta de mí.. Pepa: si claro, ey pequeña.. que pasa...? – la niña no dijo nada, frotó su carita contra el pecho de su madre. Silvia se sentó cansadamente. Pepa: le ha bajado algo?. Silvia: ahora está en 39 y medio. Pepa: cuanto ha tenido?. Silvia: casi 41.. Pepa: la vacuna?. Silvia asintió. Pepa: joder menuda reacción no??. Silvia se pasó la mano por el pelo: pues sí.. Pepa: siento haberme olvi.. Silvia la cortó: da igual.., ahora no es el momento.. Vale, no era el momento, pero coño no lo había hecho a propósito... Pepa: quieres salir a despejarte o a casa.., ya me que. Silvia la volvió a cortar: no.., no me voy a ningún lado con la niña así. Otro sablazo, vale Pepa, mejor cállate.... Prestó toda su atención a su niña, le apartó el pelo de la cara, lo tenía todo mojado, su cuerpecito desnudo emanaba calor, Pepa le besó los deditos de la mano y le susurró una canción a la oreja, que pareció calmarla, por lo menos había dejado de llorar... Pepa: quieres chupete? – se lo ofreció y la niña lo cogió rápida, durante unos segundos su hija la vio directamente, para de nuevo buscar cobijo en su regazo, la apretó más contra si, miró para Silvia buscando una mirada complice, estaba con la cabeza apoyada en la pared, los ojos cerrados, la tenía tan cerca y a la vez la sentía tan lejos, entre sus brazos uno de los mayores regalos que le había dado en los años que llevaban juntas. Casi 2 horas después entraban en casa, discutiendo. Pepa: que cojones hacía él allí..? En las pocas palabras que se habían dirigido de vuelta a casa, mientras Pepa conducía y Silvia iba detrás con naia, salió que Pedro había estado en el ambulatorio. Silvia: pues fijate, estaba por la zona Lola apareció de la cocina: que tal?. Silvia: mejor, ya casi no tiene fiebre. Lola se acercó, naia estaba dormidita entre los brazos de Pepa: pobre está rendida. Silvia: dame, voy a acostarla. Pepa: ya la tengo yo en brazos, no se vaya a despertar ahora. Lola: como sigáis con ese tono fijo. Pepa fue para las habitaciones. Cuando ya no se la veía. Lola: pero que os pasa...? Silvia: ay.., mira no sé.. – entró en la cocina.. Lola: bueno me voy entonces.. Silvia se volvió para su hermana: perdona.. – la abrazó – gracias por haber venido. Lola: mujer las veces que haga falta. Silvia: te quedas a un café.. Lola: voy a hacer de arbitro?. Silvia puso los ojos en blanco: puede ser... Lola se lo pensó: bueno.., vale.., así por lo menos no llegará la sangre al río, pero me cuentas que pasa.. Silvia empezó a buscar las cosas para preparar el café: pues no se pone como una moto porque Pedro ha estado conmigo en la vacuna?. Y entonces apareció Pepa. Pepa: claro a tí te parece de lo más normal.. Lola: buenoooo. Silvia: me parecería más normal que tú te hubieras acordado. Pepa: ya te dije que lo sentía, además no hubiera podido ir. Silvia: como siempre ultimamente. Pepa: y entonces me buscas sustitutos?. Silvia: Pepaaaa. Pepa: que..?! Lola: chicas... Las 2 a la vez hacia Lola. Pepa: tú que pensarías??. Silvia: te parece normal??. Lola: creo que nos vendría mejor una tila o algo así. Silvia se volvió a Pepa: Pedro es sólo amigo mío, porque tú ni siquiera quieres conocerlo. Pepa: se quiere acostar contigo, eso es lo que veo. Silvia: es mi amigo. Pepa levantó las manos: nuestros hijos son nuestros, no lo quiero husmeando en esa parcela. Silvia soltó una risa nerviosa: te desquicias con unas historias..., si yo hiciera caso de los rumores.. Pepa: que rumores??. Silvia: no necesito pisar la comisaría para estar informada sabes??. Lola que sabía de que iba, se sintió más fuera de lugar de lo que ya se sentía: bueno.., yo mejor me voy. Pepa insistió: que rumores??. Lola lo había escuchado en el bar, y Rita les estaba llamando la atención a unos agentes cuando llegó Silvia, al final ni una ni otra supo mentirle y Silvia se enteró que en la comisaría se hablaba de que Pepa y ella estaban en crisis, y que además algo raro pasaba con la hija de la nueva jefa de inspectores. Ni se dieron cuenta de que Lola se había ido. Silvia: tú y yo nos estamos separando?. Pepa no entendió el giro de la conversación: que??. Silvia: lo digo porque me gustaría que me informases, lo mismo si tienes un lío. Pepa se quedó fría, repitió: que? – se le encogió el estómago, llevó la mano a la cara de su mujer – Silvia.. yo nun Silvia cortó el avance de la caricia y la palabra: segura??. Pepa hablaba bajo, seria: cariño... Silvia: no Pepa.., no me vengas con eso ahora.., no me pidas confianza, cuando tú no me la das... Se fue de la cocina.... Pero Pepa la siguió. Entraron casi seguidas a la habitación. Pepa la hizo girarse: yo te quiero.... – la besó. Silvia se quiso apartar: esto no lo arregla.. Pepa la besó de nuevo: si que lo arregla, porque tú me quieres a mí – la acercó más a ella. Llevaban tiempo alejadas fisicamente, los besos encendieron una pasión que durante semanas había estado ausente. Pepa siguió besándola: cariño... Silvia: así no vamos bien.. – pero respondiendo ya a los besos. Pepa: shhh.., te quiero.. – más besos. Más besos, más caricias, deseo en estado puro.., en la habitación ya sólo se respiraba sexo, el mejor liberador de tensiones, por lo menos a corto plazo, pero casi parecía una lucha, de la una con la otra. Las ropas se quedaron a medio quitar, las ganas podían más, encontraron la debilidad de la otra y minutos después se corrieron juntas.. Con los ojos todavia cerrados, Pepa besó a Silvia y sintió humedad en la cara, al abrirlos vio que su mujer tenía lágrimas en los ojos. Pepa: Sil..?. Silvia quiso salir de debajo de ella: déjame.... Pepa: pero...- dejándole espacio. Silvia: las cosas no se arreglan follando... Y se fue para el baño.. Pepa se quedó sentada en los pies de la cama, estaba completamente descolocada, la puerta del baño se abrió de nuevo, apareció Silvia más serena con el camisón puesto. Pepa: Silvia... Silvia levantó la mano: por favor.., ha sido una noche muy larga.., estoy agotada, no puedo.., ahora no.., por favor. Pepa: esta bien.. Silvia se metió en cama y Pepa se fue al baño. Pasaron mala noche ambas, no estaban acostumbradas a dormir en la misma cama y no abrazarse. El día por tanto no amaneció demasiado bien, había silencio entre ellas, preguntas y respuestas automáticas. Durante el desayuno esa misma atmósfera dio de lleno a enzo, el niño de nuevo sintió que algo iba mal y apenas levantó la cabeza de su taza. Naia era la única que se había levantado con energías, estaba especialmente alegre y graciosa. Naia: eno, eno, mac..... – estiraba sus bracitos hacia su hermano. Silvia hacía equilibrios para darle la papilla: nena..., come... Enzo: acabé – se levantó, no hizo falta decirle que cogiese su taza y la llevase al fregadero. Pepa que lo notaba muy silencioso igual que al resto, lo enganchó por la hebilla trasera del pantalón, se agachó para besarlo: muy bien cariño, te lavas los dientes y nos vamos?. Enzo asintió. Naia: mac...,mami..- ahora le pedía un beso a ella. Silvia sonrió: noooo que estas toda guarrilla. La niña se quedó un poco descolocada, poniendo una cara muy divertida. Pepa también sonrió desde donde estaba. Silvia: bueno vale.. – le dio un pico, con restos de papilla, limpió a ambas con la servilleta. Pepa también salió a acabar de arreglarse, ya listos ella y enzo, volvieron a la cocina. Enzo le dió un beso y un abrazo fuerte a su mami. Pepa se acercó, se dieron un pico, se separaron pero no mucho. Pepa viendo a los ojos a su mujer: te quiero.., solo a tí. Los ojos de Silva se llenaron de lágrimas, le acarició la cara: vas a llegar tarde... Pepa la volvió a besar. Se fueron. En el aparcamiento Pepa vio que Aitor parecía tener unas palabras más o menos intensas con un grupo de agentes. Decidió esperarlo en la puerta, aunque desde el último encontronazo las cosas entre ellos estaban tensas, estaba decidida a poner de su parte para solucionarlo. Pepa cuando lo tuvo al lado: problemas??. Aitor negó: tonterías. Pepa: te conozco y estabas cabreado.. Aitor vaciló: está aclarado.. Pepa entonces recordó lo dicho por Silvia: tenía que ver conmigo??. Aitor dudó, Pepa lo advirtió: alguien está diciendo por ahí que Silvia y yo nos vamos a separar.. Aitor: son unos gilipollas, te ven con Lis.. Pepa: ella está contigo... Aitor: bueno.., no acabamos de conectar y el tonto de Dani se mete por medio haciendo comentarios... Pepa tomó nota mental del tonto: lo de separaros en las patrullas no era.. Aitor quitándole importancia: lo entiendo.., estaba un poco gilipollas porque con ella no está yendo todo lo bien que esperaba.., y los distintos equipos parece que han enfriado el tema.... Pepa: si puedo ayudarte...?. A Aitor lo llamó Povedilla: tengo que irme.., háblale bien de mi.. Pepa le sonrió: eso está hecho... No había dormido bien, así que ponerse a ver papeles era lo que menos le apetecía, una taza de café humeante apareció en su radio de acción. Levantó la vista. Lis: me parece que la necesitas. Pepa la agarró: gracias.. Lis se sentó a su lado: que ves??. Pepa: intento liberar mis tardes.. Lis levantó las cejas, pero no preguntó. Pepa respondió sin embargo: Silvia empieza sus conferencias y quiero buscar la forma de quedarme con los niños. Lo de no dormir daba para pensar muchas horas, Pepa estaba decidida a conseguir compatibilizar su horario con el nuevo reto de Silvia, no le gustaba Pedro, pero tenía que confiar en ella, y para Silvia era una nueva rama dentro de su carrera que podría resultar muy gratificante. Lis: si te puedo ayudar... Pepa negó ligeramente. Lis se levantó: andaré por aquí... Pepa: gracias de todos modos.. A Silvia le sudaban las manos, en escasos minutos daría su primera conferencia, le hubiera gustado que Pepa estuviese allí, pero por lo menos si la había llamado para desearle suerte y que se quedaba con los niños.., estaba un poco distraida, pensaba en lo sucedido la noche anterior.. Sabía que Pepa se había tomado su reacción después del polvo como una especie de rechazo, pero ella no lo había hecho con esa intención, la quería muchísimo.., tanto que a veces creía que se volvería loca si todo lo que habían construido juntas se desmoronaba... Pero no podía con los celos irracionales hacia Pedro.., él siempre tenía palabras de comprensión cuando Silvia disculpaba las ausencias de su mujer. La conferencia fue mucho mejor de lo esperado, al ser la primera no se respetaron mucho los tiempos y después los organizadores insistieron en tomarse algo para celebrar el éxito. Silvia quiso excusarse. Pedro: te llevo después a casa, venga.., no será mucho tiempo. Le mandó un sms a Pepa. Pepa lo recibió y apretó los dientes, no le hacía gracia, pero sabía que Silvia necesitaba espacio para ella, y le costase lo que le costase se lo daría. Silvia viendo la hora: es tardísimo.... Estaban ya en la puerta de casa. Pedro: has estado fantástica..., así que mañana a ver como lo superas.. Silvia sonrió: gracias, tú ponme presión. Pedro sonrió también: nah.., has nacido para comunicar... Silvia le dio un palo cariñoso: me piro.., gracias por traerme.. Se inclinó para darle un par de besos en la mejilla. Pedro: prefieres que venga yo a buscarte?, así podemos revisar algún punto antes de empezar. Silvia: bueno.., vale.., mañana me recoges a las 5?. Pedro: hecho... Pepa estaba pasando los canales sin prestar demasiada atención, escuchó la puerta. Silvia: hola... Pepa la saludó: hola... Silvia fue hacia ella y se sentó en el sofá. Pepa: como ha ido??. Silvia: bien.., la verdad es que genial... Pepa: me alegro..., menos nervios ahora?. Silvia: buff, no sé, ahora siento presión para hacerlo igual de bien mañana. Pepa le cogió la mano: eso no es problema para ti.. Silvia: gracias... Sus manos seguían unidas. Silvia: los niños??. Pepa: enzo como loco con el libro de las vocales y naia loca por cualquier cosa.. Silvia sonrió: te han dado mucho trabajo?. Pepa negó: les he dejado hacer todo lo que querían.. Silvia: muy bonito.. Pepa: bueno.., todavía no están en la época de querer salir por la noche o pedirme las llaves del coche.., así que he decidido ser una madre guay.. Silvia se rió: ya veo... Se quedaron viendo, Silvia tiró de ella ligeramente, le tocaba dar el paso, le tocaba porque ella había apartado la noche anterior a Pepa, y sabía que Pepa respetaría la distancia.., entendía esas cosas de chicas. Y lo estaba haciendo a la perfección, te digo que te alejes, lo haces, pero al mismo tiempo te ocupas de todo y cuando quiero darme cuenta, me acaricias la mano y me sonríes.. Pepa se acercó lentamente, no perdiendo el contacto con los ojos de su mujer: estás preciosa.. Silvia sonrió, los ojos de Pepa también se lo decían lo mismo, incluso más cosas, eso también le gustaba a las chicas.. Iniciaron un beso, como decían ellas mismas, un beso que evidenciaba la experiencia que habían adquirido. La llamada de naia las obligó a separarse.. Pepa: arggg... Silvia la volvió a besar: nos ha tocado hiperactiva.. Pepa: más bien tocacojones... Naia volvió a llamar.. Silvia: a este paso despertará a su hermano. Pepa levantándose: a todo el edificio... Una hora después naia pasaba de los brazos de Pepa a los de Silvia, nada, la niña no comprendía que tocaba dormir. Pepa le dio un beso a Silvia, entraba a las 6, si quería liberar sus tardes, tenía que llegar temprano al trabajo. Pepa a su hija: y a ti señorita pienso avergonzarte de mayor, diciendo la cantidad de veces que has impedido que tu mami y yo fo.. Silvia le puso la mano en la boca: Pepaaa.... Cuando Silvia se metió en cama Pepa dormía profundamente, a pesar de ello en cuanto se pegó a su cuerpo, Pepa se movió acogiéndola en sus brazos, sintió un beso en la cabeza, Pepa seguía dormida así que todo lo había hecho por reflejo. Silvia la observó durante un rato, se había quedado con ganas de arreglar las cosas en el sofá, besó a su mujer en los labios. Apenas hubo reacción, dejó un nuevo beso, suave pero más largo, se movió ligeramente, la mitad de su cuerpo más pegada a Pepa, observó leves movimientos en los ojos de su mujer, también un poco más de presión en el brazo que la acogía. Lo intentó una tercera vez. Unas breves rendijas se abrieron en los ojos de Pepa, sus labios acusaron la ausencia de Silvia al retirarse, quedándose entreabiertos, un ligero murmullo que venía desde la garganta y aquellos expresivos ojos se abrieron, una ligera sonrisa apareció en su rostro. Silvia la correspondió de la misma forma. Pepa: ummmm., mejor no pregunto que intentas. Silvia negó con un gesto. Pepa todavía medio adormilada: grrrr., ni que hora es. Silvia sonrió mientras seguía agitando la cabeza, se acomodó sobre su mujer: quiéreme mucho. Las manos de Pepa la sujetaron llevándolas desde la cintura hasta el culo, notó como Silvia se pegaba más a ella. No le dió tiempo a hacer ninguna otra observación, pues Silvia volvió a su boca, y ella respondió. Se dejó hacer.., y después sus fuerzas renacieron y las tornas cambiaron, Silvia acabó bajo sus brazos susurrando su nombre, mientras ella la hacía subir y bajar de placer. Abrazadas y cariñosas se durmieron, a Pepa le dió igual que le quedasen apenas 2 horas de sueño, hacer el amor con su mujer tenía el poder de hacerle olvidar cualquier otra cosa. Una taza de café descendió hasta posarse sobre la mesa donde Pepa sujetaba su cabeza mientras pasaba las hojas de un informe. Siguiendo a la taza, Curtis tomó asiento enfrente de ella. Curtis: así me gusta verte coño.., echa polvo pero con una sonrisa tonta en los labios., la pelirroja se ha portado eh???. Pepa se echó para atrás en la silla: no sé como te aguanto de verdad.. Curtis sonrió: ehh,ehhh, si sabes que lo digo desde el cariño más profundo, sois mi pareja favorita. Pepa también esbozó una sonrisa y le dio un sorbo al café. Curtis: hoy por fin me he adelantado a la nancy rubia. Pepa: Cur.... Curtis se arrellanó en el asiento y bufó: chica es tan servicial contigo que da grima – la mueca en la cara de Pepa le dejaba claro que no le gustaba el tema -..., bueno que.. como lo ves...? Pepa agitó los papeles: tú ves algo más que una simple pandilla de gilipollas homófobos..?. Curtis meneó la cabeza: yo haría un par de seguimientos infiltrados y vería si es aislado o realmente hay un grupo organizado. Pepa volvió a los papeles: insultos y algún objeto volando, lesiones leves., bueno.., vale.., los siguientes fines de semana estaremos por la zona.. Sara salía del baño después de lanzar todo el desayuno, estaba blanca como el papel, se refrescaba la cara cuando entraron en el baño, era Pepa. Se la quedó viendo. Pepa: uy.., uy.., esa cara me la conozco... Sara medio sonrió entre el mareo: que dices tita. Pepa se acercó más: acabas de vomitar, estas medio encogida y bastante pálida, pequeñaja esos síntomas en tu tía son embarazo fijo. Sara: ya pero yo no soy mi tía... y tomo precauciones... Pepa: que pasa que ya no hay polvos de aquí te pillo aquí te mato..?. Sara se rió. Pepa tiró de ella: anda tonta, que pasa...?. Sara se abrazó: estoy nerviosa como un flan.... Pepa la apretó un poquito: pero sería buena noticia o no... Sara: si.., supongo.., de vez en cuando hablamos de ello. Pepa la apartó ligeramente: venga.., no te comas la cabeza.., pero tienes que hacerte la prueba, no te quiero en las calles si puedes estar embarazada.. Sara: vale.., después me compro un predictor. – le vino una nueva nausea y se fue al baño. Pepa: mejor cuando saques la cabeza de ahí.. Aunque anduvo liada con varias cosas una hora después Pepa buscó de nuevo a su sobrina. Pepa: y bien??. Sara: sale negativo.. Pepa levantó una ceja: a lo mejor es pronto. Sara: o una gastritis.. Pepa: entonces vete para casa. Sara asintió: si mejor hago eso porque a este paso le voy a vomitar a alguien en los zapatos. Pepa le dio un beso en la mejilla: te llamo después para ver como vas. Silvia no se podía creer que Pedro ya estuviera abajo esperándola, pero donde se habían idos las horas de la mañana. Silvia le cogió: son las 4 Pedro??. Pedro: he estado haciendo unos recados y como me quedaba cerca me he pasado, no te viene bien venirte ya??. Lola estaba en el salón con los niños. Silvia: espera – le dijo al móvil – Lola..., te importa si.. Lola: anda vete que yo me quedo sin problemas. Silvia: Pepa dijo que vendría antes de.. Lola la interrumpió: si tengo tiempo de sobra.., estoy aquí encantada con mis enanos... Silvia besó a su hermana: ay cuando sarita te dé un nieto.. La cara de Lola se iluminó y se rió: seguro que no me deja aparecer por sus casa, de lo pesada que voy a ser.. Pepa iba alegre en el coche, llegaba casi una hora de adelanto sobre el horario que le había dicho a Silvia, con un poco de suerte incluso podrían compartir media hora en el sofá... Sus bonitos pensamientos se cortaron de golpe, cuando vio esperando en la acera apoyado sobre un coche a Pedro, y a los escasos segundos aparecer a Silvia, abrazarse a él, darle 2 besos y subir. Pepa miró el reloj del coche: pero que cojones... Subió a casa rápido, Van Gogh como siempre ya la había escuchado y se acercó a saludarla, del salón llegaba la voz de Lola. Pepa entró. Lola: hola Pepica... has llegado temprano.. Pepa cabreada: no lo suficiente por lo que veo.. Lola obviando el tono: no te has cruzado con Silvia ?. Pepa: he visto a ese gilipollas esperándola – caminaba por el salón, ignorando a sus hijos – a que viene que venga a buscarla una hora antes ?. Lola: ay chica, pues le quedaría a mano.. Pepa la interrumpió: y una mierda.., este tío de que cojones va..? Lola: Pepa... Pepa medio gritó al tiempo que se giraba: que!!??. Enzo había dejado de pintar en su libro y naia también en los brazos de Lola parecía inquieta. Pepa se tragó su enfado: perdona Lola.., no quería subir el tono – se acercó a enzo – que pintas?. Enzo: nada. Bien Pepa, bien. Pepa: hoy he llegado temprano, vamos con la tita al parque?. Enzo medio levantó la mirada de su dibujo, encogió los hombros. Pepa acarició su carita: puede ser divertido – le sonrió. Enzo asintió levemente, Van gogh se metió en medio agitando la cola, como queriendo aliviar la pequeña tensión, lamió en la cara al pequeño que sonrió. Enzo: vani.., quieto.. Pepa: creo que él vota que sí. Lola se levantó con naia en brazos: esta pequeñaja no vota, pero yo también digo que sí. Luego ya en el parque y mientras enzo andaba tirándose por los toboganes, Lola y Pepa empujaban a naia en los columpios para bebés. Lola: yo no lo veo así.. Pepa: venga Lola.., no me jodas... Lola la cortó: pero vamos a ver, tú no confías en Silvia..? Pepa: si pero.. Lola: ni peros ni gaitas.., que pareces un moro.., el carácter agrio no te pega, eso es más de mi padre. Pepa: ese es otro, que menudo petate me ha dejado. Lola: pues está encantado en la costa brava. A Pepa le vino una sonrisa involuntaria: lo sé, he hablado con él hace unas horas, como se le ocurra en estos momentos jubilarse me pego un tiro. Lola: Paco me cuenta que andáis un poco liados... Pepa hizo una mueca: prefiero a tu padre, con eso te lo digo todo... Lola dijo de pronto: mi hermana no haría nada que la hiciera perderte a tí o a los niños.. Los ojos de Pepa se humedecieron, Lola no se lo esperaba, le acarició la espalda. Lola: a veces la vida atosiga un poco verdad. Pepa sonrió: algo así... Lola: venga, si lo estáis haciendo fenomenal.. Pepa se fijó en enzo: lo estoy volviendo loco con mis cambios de humor.. Lola: es sensible y callado como su madre, pero los mimos siempre han sido su debilidad, dedícale más tiempo y verás como se le pasa. Pepa: ya... Volvieron del parque y Lola la ayudó con el baño, Pepa jugó con enzo en la ducha y después no se separó de él mientras veían una peli de dibujos, respondió a las mil y una preguntas de su hijo y cuando el pequeño se caía de sueño. Pepa: vamos a dormir. Enzo asintió y se abrazó a ella. Pepa se levantó con él en brazos, que mayor era ya, lo arropó, le dio un pico. Pepa: buenas noches mi amor.. Enzo se asió a su nuca y le dio un fuerte abrazo, que a Pepa le supo a gloria. Enzo: buenas noches mama.. Sara y Pepa paseaban por Chueca cogidas de la mano. Sara: esto está muy tranquilo no??. Pepa: mejor.. Seguían andando, notaron alguna mirada de aprobación. Sara comentó: a que ha venido lo de la comisaría??. Pepa meneó la cabeza: bahh, una tontería.. Sara: venga tita, el mosqueo que se ha pillado Lis no ha sido normal. Pepa: bueno está en mi equipo, no le habrá hecho gracia el cambio. Sara: eso y no tener la oportunidad de hacer manitas contigo – esto último lo dijo balanceando ligeramente las manos entrelazadas de ambas y dedicándole un aleteo de ojos. Pepa se rió: estas tonta... Sara: ya.. ya... Sara lo dejó correr, pero aunque su tía le quitase importancia, no era normal lo de Lis, recordó su argumento. Lis: si nos cruzamos con algún grupo sospechoso, habrá que darles algún material para que salten. Sara se había rebotado: eh guapa, que soy perfectamente capaz de pegarme a mi tía y comerle la oreja, y te aseguro que eso bastará para encender a cualquier homófobo cabrón. Y todo porque en la confección de las parejas Pepa evitó ponerse con Lis, quizás no lo dijese y cuando había algún que otro comentario, en broma le quitaba importancia, pero la realidad era que Pepa intentaba sin que se notase mantener a distancia a Lis. Durante la noche no pasó nada y ya todos volvían al punto de reunión para regresar a comisaría. Lucas salió de la furgoneta y se acercó a Sara: nos vamos guapa??. Sara: si claro, te llevamos Pepa?. Pepa negó, subía a la furgoneta: voy a ver un momento las imágenes, mientras vuelven las demás parejas. En la furgoneta seguían Jose Luis y Curtis. Pepa se sentó en el asiento libre dejado por Lucas: habéis visto algo raro??. Menearon la cabeza. Povedilla tenía unas anotaciones en sus papeles. Pepa preguntó: que son?. Povedilla: he apuntado los tiempos de las cintas, cuando hemos visto algún que otro grupo de chicos. Pepa: puedo verlos??. Povedilla: si claro. En eso estaban cuando llegaron Lis y Amaia, se subieron a la furgoneta. Pepa: espera. Povedilla rebobinó la imagen. Pepa se volvió a fijar, tocó la pantalla: no me cuadran.. Curtis se fijó también: tios como otros cualquiera bebiendo y pasándolo bien. Pepa: no son gays.. – viendo que Curtis se la quedaba mirando – hay cachondeo y todo lo que tú quieras, pero sin mariconadas, no se tocan entre ellos, cual es esa calle?. Curtis: libertad casi llegando a infantas. Pepa: vamos a echar un vistazo. Amaia: nos necesitáis?. Pepa negó, por la hora se imaginaba que seguramente ya no estarían allí: nahh, podéis iros. Efectivamente ni rastro, volvieron a comisaría, se despidió de los chicos en el aparcamiento y fue hasta su mesa primero para dejar las cintas y luego pasó por los vesturarios para recoger el bolso y las llaves del coche. Lis estaba medio vestida. Pepa: vaya pensé que ya no quedaba nadie.. Lis: he preferido darme una ducha y cambiarme antes de irme con Aitor. Pepa distraida en su taquilla: ah.., muy bien... Lis: oye Pepa. Cuando está se giró la tenía justo detrás. Lis: no pretendía enfrentarme con Sara.. Pepa: tranquila.. Lis: el grupo del que sospechaste estaba por vuestra zona.. no? Pepa asintió. Lis encogió los hombros: quizás en tí y en mí si se hubieran fijado. Pepa: no creo – se movió para salir – hasta mañana. Cuando le dió la espalda. Lis: Pepa....- al tiempo que tiraba de su brazo – estas incómoda por algo..? Pepa negó: es tarde Lis.. Lis: una copa con Aitor y conmigo?. Pepa meneó de nuevo negativamente la cabeza: me voy a casa.. Lis avanzó los pasos que las separaban: quizás en otro momento, tú y yo. Pepa se quedó ligeramente congelada, se le estaba insinuando?. Lis aprovechó el leve envaramiento y la besó. La puerta se abría y apareció Aitor, Pepa apartaba a Lis. La cara de Aitor reflejaba sorpresa y rabia contenida. Aitor: que idiota he sido – golpeó la puerta. Pepa: eh., eh.. espera.., pero que dices... – se acercó a él. Aitor la empujó: ni te me acerques!!, y yo diciéndote que le hablases bien de mí – las palabras salían como si las escupiese. Pepa: no es lo que parece.. Aitor: si quieres se lo cuento a Silvia a ver que le parece a ella?. Pepa se enfrentó a él: que yo no he hecho nada joder!!!, ha sido ella la que me ha besado.. Lis: ha sido una confusión Aitor... Aitor: y una mierda!!. Pepa fue tras él, pero fue inútil, ya en el aparcamiento. Aitor se volvió a soltar de Pepa y se encaró de nuevo a ella: déjame en paz.., o me planto ahora mismo en tu casa y hablo con Silvia. Pepa entonces lo empujó: deja de amenazarme coño!!. Aitor se metió en su coche. Pepa llegó tan cabreada a casa que se quedó dando vueltas por la cocina, ya casi eran las 8 am, pronto seguramente naia daría el toque de queda, decidió prepararse un café, como una autómata, sacó el bote, y preparó la cafetera, en cuanto echaba el azúcar a la taza se dió cuenta de lo absurda que era la situación, tenía un lío en la cabeza sobre lo que había pasado esa noche, sólo de pensar la mejor forma de decírselo a Silvia le provocaba jaqueca, y allí estaba, cual escena Almodovariana, preparándose un café, como si nada. Incluso Van Gogh después de saludarla había desaparecido, seguramente para la habitación de los niños. Dejó la cafetera sin enchufar y se sentó con la taza vacía entre las manos. Empezó a murmurar: gilipollas, si es que soy gilipollas.., pero como no lo he visto venir.....- le daba vueltas a la cucharilla – me cago en Aitor.., unas ostías se merecía.. – se llevó las manos a la cabeza – y que hago con Lis.?, la madre que la parió.., y yo me quedo plantada como un puto árbol mientras se echa a mi boca.., mamón Aitor!, mira que pensar... Silvia: que has dicho???. Silvia sabía que Pepa llegaría de madrugada y estuvo atenta, había escuchado ruído, y al no aparecer su mujer por la habitación, se levantó intranquila. Pepa estaba de espaldas a la puerta y no la había escuchado acercarse, se giró de golpe: Silvia.... Silvia esperaba. Pepa se levantó: cuanto llevas ahí??. Silvia: me parece que no lo suficiente.. Pepa buscó las manos de su mujer: lo puedo explicar.., te lo aseguro... Silvia viendo la angustia en los ojos de su mujer, decidió darle una tregua: pues entonces dímelo.. Pepa: siéntate por favor..- viendo a Silvia reticente – casi lo necesito yo más que tú.., por favor... Silvia se sentó y Pepa se puso a su lado. Pepa soltó aire, se quedó viendo para su mujer y pasados unos segundos: Lis me ha besado en los vestuarios.. –antes de que Silvia abriese la boca – te juro.., te juro.., que por mi parte no ha habido ninguna intención.., no me lo esperaba.., me quedé parada y ella aprovechó la ocasión.., después entró Aitor y se lió.. Silvia quiso meter baza pero Pepa no la dejó. Pepa agachaba la cabeza: se puso como loco, creyendo que lo estaba vacilando y quitándole a Lis, pero ella a mí no me importa una mierda.., de verdad Silvia, me creí totalmente esa gilipollez de la admiración...y... Silvia apretó las manos que le sujetaba su mujer: Pepa... Pepa seguía con la retaíla. Silvia insistió: Pepa!!. Pepa levantó la cabeza, tragó saliva.., no quería una nueva pelea con Silvia, no quería ver desconfianza en su mirada, herirla.., no quería. Silvia: que te pedí con respecto a Lis..? Pepa: que te contase lo que pasaba.., y lo hice, pensé que yo me había confundido, todos dicen que está buena, no lo niego, tengo ojos, reconozco que es guapa – Silvia veía como su mujer de nuevo divagaba - podría tener a cualquier, Aitor está encoñado con ella, pero te juro que no siento nada al verla.., me creí totalmente lo de su admiración... – volvía a repetirse.. Silvia le puso la mano en la boca para callarla: cállate ya... Pepa paró. Silvia: así que está buena.. eh?? Pepa levantó una ceja, se puso colorada.., ella no quería haberlo dicho así, iba a disculparse, cuando vió un esbozó de sonrisa en la cara de Silvia que la desconcertó todavía más. Silvia: sé que no me estás mintiendo, ya he escuchado por boca de Lucas lo que dicen los demás tíos, si me hubieras disfrazado su aspecto me hubiera preocupado.., pero estás plantada aquí delante de mí, diciendo lo guapa que es otra mujer – levantó la mano para hacer callar a Pepa viendo que iba a decir algo – y diciendo que no significa nada para tí, y tus ojos ratifican la verdad de tus palabras, así que.. – tomó aire – te ha besado y Aitor lo ha visto y se ha mosqueado.. Pepa metió baza: me ha amenazado con contártelo y nos hemos peleado... Silvia: ya.. Pepa: te lo he contado.., no porque él me haya amenazado con venir a decírtelo, sino porque hemos quedado en que no querías que te ocultase nada y.. Silvia: cariño.., que sí.... Pepa en un impulso la besó: si meto la pata de nuevo contigo, me pego un tiro de verdad... Esta vez fue Silvia la que la besó. Silvia: va a haber otras Lis, cariño.., y lo sabes.. Pepa negaba con la cabeza: no voy a fijarme en nadie más.., fuí a por tí, cambié tu vida de arriba abajo, no te haría eso nunca..., salvo que tú dejaras de quererme...y me engañases... Silvia le dio un palo: oye.., porque insinúas que sería yo la que rompería nuestro matrimonio.. Pepa: tú dices que habrá varias Lis.., a tí te ronda Pedro y.... Silvia se puso seria: no empieces con eso otra vez.. Pepa se la quedó viendo. Silvia: ya estuve con él a solas durante meses Pepa y no pasó nada. Pepa se aguantó el disgusto: podrías no recordármelo por favor??. Silvia: no pasó nada antes y no pasará ahora, porque no puedes darle una oportunidad??, no es como tú piensas.. Pepa: ayer te fuiste una hora antes... Silvia: andaba por la zona.. Pepa: siento que el tiempo que yo quiero estar contigo, tú estás con él. Silvia resoplando: dando unas conferencias.., que por cierto acabarán en 3 días, no te has pasado ni uno solo a buscarme. Pepa miró a su mujer: lo siento.., no sabía .., te gustaría??. Silvia acarició la cara de Pepa: mira que estás tonta.., pues claro que me gustaría... Pepa se abrazó a ella: perdona.., quizás he sido yo la que me alejaba de tí.. Silvia la apartó ligeramente, le tocó la frente: sé que hay muchas preocupaciones de trabajo ahí dentro.., pero tú y yo formamos equipo, estoy de tu lado., me tienes aquí para ayudarte... Pepa la besó: te quiero mucho Sil.., de verdad.., cada día más.... Silvia: yo también.., no dejes que te agrien el carácter.., me enamoraste con tus sonrisas..., no las pierdas.. Pepa la sonrió, se volvieron a besar.. Se fueron para la cama, simplemente se quedaron tendidas abrazadas, dándose cariño, a Pepa los ojos se le caían de vez en cuando, estaba demasiado cansada para ir más allá, apenas una hora después se quedó dormida. Silvia escuchó a naia y salió de la habitación, contenta por como había llevado la crisis con la que había llegado Pepa, habían madurado juntas, su compromiso no se sostenía sólo por unos papeles firmados o unos hijos en común, cada una comprendía que tenía en la otra lo mejor del mundo para si y no querían perderlo. Silvia también se sentía orgullosa de sí misma, tiempo atrás si hubiera estado apoyada en la puerta escuchando a Pepa murmurar sobre Lis y Aitor, le habría saltado al cuello, por viva la virgen, se habrían gritado y habrían acabado enfadadas. Y míralas ahora, Silvia había sabido respirar hondo, contar hasta 3 y darle la oportunidad de explicarse.. Pepa la volvía loca.., pero desde luego de aquella Pepa inconsciente quedaba casi nada, había madurado junto a Silvia, era un pilar igual de fuerte que protegía el hogar que habían formado... No pudo evitar cierto regusto de satisfacción, sabiendo que Pepa ni se había sentido tentada a pesar de la juventud y belleza de otra mujer… Pepa no aguantó más: pero que cojones dice??. Reyes: desde luego se le han pegado muchas cosas de su yerno. Pepa se levantó de la silla: me cago.. Paco: tranquila Pepa.. – la hizo sentarse. Pepa: pero tú la escuchas!!??, si casi me está acusando de acoso sexual a su hija... Mariano: hay una tercera persona implicada. Pepa bufó: quién?? Aitor??, genial.., te recuerdo que le gusta Lis??. Paco: veamos.., esto no es fácil.... Pepa: yo sólo quiero no tenerla cerca.., si la estuviera acosando, no sería eso lo que pediría.. Mariano: ahí lleva razón. Reyes: eso es porque la han descubierto. Mariano puntualizó: de hecho no hemos recibido ninguna queja por parte de Lis, sino que ha sido Pepa a primera hora quién ha pedido que tuvieramos esta reunión. Y después de exponer los hechos, Reyes había contraatacado poniendo en duda su versión y dándole la vuelta con una velada amenaza sobre acoso sexual. Paco: hablaremos con Lis. Mariano: y con Aitor. Pepa: y mientras??. Paco: como medida paliativa cambiaremos a Sara por Lis en la unidad de Lucas. Pepa: gracias, puedo irme?. Asintieron todos. La noticia voló por comisaría. Rita se sentó con Pepa: como estás??. Pepa: sabes.., yo creía que lo de ser lesbiana había pasado a un segundo plano, pero de repente vuelvo a ser para algunos una depravada. Rita: esos no te conocen, no saben la bonita familia que tienes y si estuviera aquí Silvia se iban a enterar. Pepa esbozó una sonrisa, seguro que la pelirroja les diría 4 cosas a más de uno, pero Pepa ahora mismo sólo quería pasar desapercibida y no era posible cuando estaba en boca de todos. Los nuevos, los novatos y los que no la conocían lo suficiente la miraban y cuchicheaban a sus espaldas. Lo mejor era estar en las calles y por eso puso tierra de por medio con Curtis. Cuando estaba dando una vuelta a pie, le sonó el móvil. Pepa sombría: dime Paco – escuchó, no se le cambio la cara – gracias... Colgó. Curtis se interesó: que pasa?. Pepa: Lis se ha disculpado por el malentendido, y que si yo estoy más cómoda no tiene problema. Curtis: bien no??. Pepa paró su caminar: que malentendido??, se me tiró encima... Curtis no entendía nada: entonces a que viene... Pepa se encogió de hombros: y yo que sé, joder le dije que no me interesa y ella sigue sin pillarlo. Curtis: pues sí que se ha colgado de tí.. – no era el mejor comentario de apoyo – bueno.., tú mantente alejada y punto.. Pepa: parece fácil pero no sé como se las arregla para aparecer en el momento oportuno.. De vuelta Pepa se puso con el ordenador, tenía bastante correspondencia que atender, de uno de los mensajes sin embargo desconocía el remitente, el asunto era muy escueto “ Fotos “, picó. El texto del mensaje ya la escamó más, “ de verdad quieres serle fiel? “. Masculló entre dientes una maldición, sabiendo a pies juntillas que eso tenía que ver con Lis, la buscó entre los demás compañeros.., no la vió. Picó en la primera fotografía. Silvia con Pedro, la segunda también, y la tercera, y la cuarta.., así hasta verlas todas, paseando, en el coche, entrando y saliendo de algún sitio, sus sonrisas y miradas congeladas por el momento... Pepa intentó mantener la mente fría, diciendo para sí: no hay nada.., nada más que 2 amigos pasándolo bien.. Se obligó a ver de nuevo las fotos, le dolían, no podía evitarlo, es más se estaba enfandando lo notaba, pero, de nuevo como una oración se repitió. Pepa: no hay nada.., sólo quiere que dude.., que haga algo por despecho... Pepa la buscó de nuevo entre los compañeros, aunque mejor que no la viese porque entonces no sabía que haría, la estaba poniendo al límite, queriendo que saltase, que viese por la rabia algo más que 2 amigos, había estado siguiendo a su mujer, había muchas fotografías, pero si Silvia le hubiera sido infiel en alguna habría captado algo más.., se lo repitió mentalmente una y otra vez, intentando disipar la ira, si lo que parecía era real y si realmente Silvia la engañaba.., no podía ser.., no habrían hecho el amor como los días anteriores... Le sonó el móvil, si era Lis se iba a enterar, ni vió la pantalla. Pepa fría: que quieres??. Raquel: ostias larga.., menuda forma de contestarme.. Pepa: Reich ¿? – apartó el móvil para cerciorarse - Reich, perdona pensé.. , da igual... Raquel la cortó: si no venís en unas horas os lo perdéis.. Pepa: como??. Raquel: estamos en el hospital, Mar rompió aguas ayer de madrugada.. Pepa cambiando inmediatamente de humor: si??, y como está??. Raquel: pues hasta hace 2 horas genial, pero desde entonces aguantando las contracciones cada vez más frecuentes. Pepa: nerviosa...? Raquel sarcástica: que va.., tranquilísima no te digo.... Pepa se rió: ya.. Raquel: me han echado de la habitación porque la estan preparando para ir al paritorio. Pepa: y ahí fuera te estás cagando. Raquel: estas piernas temblorosas no se como me sostienen. Pepa: como lo lleva Mar?. Raquel: se hace la valiente, pero sé que está acojonada, lo estoy yo y solo tengo que sujetarle la mano.. Pepa: ya verás como todo sale bien. Raquel: si..,si, es lo único en lo que pienso.., bueno tengo que dejarte... Pepa: vale, dale muchos ánimos a Mar de nuestra parte. Raquel: vendréis?. Pepa: hablo con Silvia pero lo veo difícil.. Raquel: las madrinas no pueden faltar.. Pepa: lo intento. Silvia: cariño no puedo... Pepa intentaba convencerla para coger un vuelo esa misma tarde y ver al bebé. Silvia echaba un vistazo a sus papeles: se le ha adelantado no??.. Pepa entristecida: eh.. si.., 2 semanas. Silvia: es normal en las primerizas – cerró el maletín. Vio para Pepa que estaba a su lado. Silvia: lo siento mucho, pero mañana es el último día, no puedo irme hoy a menos de 2 horas para dar la clase. Pepa iba a decir que si hubiera algún otro problema, por ejemplo una urgencia con sus hijos, pero claro, eso no lo era.., así que abrió y cerró la boca sin decir nada. Silvia se acercó y le dejó un pico en los labios: porque no vas tú?. Pepa empezaba a negar. Silvia: a ellas les hará ilusión. Pepa: ya pero.. Silvia le acarició la cara: sabes que si hubiese alguna posibilidad iría...- notó ojos tristes en su mujer – cariño ha pasado algo más en comisaría..?. En cuanto había llegado a casa, Silvia le había preguntado en que había quedado la salida de tono de Lis, y Pepa le había contado la reunión matinal y luego la llamada de Paco, pero no le había hablado de las fotos, no porque si Silvia sabía que la había seguido y sobre todo con la pretensión de hacerla quedar como una infiel, a la pelirroja le habría faltado tiempo para cruzarle la cara. Pepa negó. Silvia: tengo que irme, ve a Vigo y dales un abrazo grande de mi parte. En el asiento del avión Pepa no paraba de ver las imágenes de las fotos pasando por sus ojos, mierda, la duda quería con todas sus fuerzas conquistar terreno, Pepa intentaba bloquear esas imágenes, con el beso y las caricias de Silvia, animándola a ver al bebé. Raquel vió el reloj de pared, ya pasaban de las once de la noche, la tarde había sido.., ufff.., como describirla.., imposible.., pero el resultado estaba en esos momentos dormidita entre sus brazos, una pequeñaja de pelusilla rubia. Mar medio dormitaba en la cama, agotada por el esfuerzo, ella misma habría caído rendida, si no fuera porque tenía la adrenalina disparada y estaba segura de que no se dormiría hasta que el puro agotamiento le impidiese sostener a su niña entre sus brazos. Levantó la vista para ver como en ese momento Mar se medio despertaba, le sonrió, Mar le devolvió la sonrisa. Mar: la vas a desgastar.. Raquel jugaba con los pequeños dedos: que va...me han dicho que tiene garantía de por vida. La sonrisa de Mar se agrandó, Raquel con la pequeña Elena se acercó a su cama y se la puso al lado, la niña no protestó. Raquel: es perfecta, te lo he dicho ya...? Mar asintió: no paras de decirlo.. Raquel: su mami también lo es.. – la besó. A Mar se le escapó una lágrima: gracias. Raquel le limpió la lágrima: estas bien?. Mar: si..., las hormonas.... Raquel sonrió: ya.., las mías fueron de pura felicidad... El parto había sido natural, así que Raquel estuvo en todo momento con Mar, y cuando el médico puso al bebé sobre el pecho de Mar, ambas lloraron, la emoción era tan grande que era imposible demostrarla de otra forma, la pequeña se retorció y buscó con las manos donde asirse, Raquel le cogió una manita y Mar la otra, la niña dejó de llorar al notar el contacto de sus mamas. Unos breves toques en la puerta les hizo volver al tiempo real. Raquel fruncía el ceño hasta que la puerta se abrió. Pepa con unos bombones y un peluche entró: hola???. Raquel: que sorpresa.., como te han dejado pasar..?. Pepa: asunto policial he dicho abajo. Se dieron un abrazo y Pepa enseguida se acercó a la cama, le dio un beso en la mejilla a Mar. Pepa: como estás??. Mar: bien.., te presento a Elena.. Pepa: vaya.. – le tocó con cuidado la cabecita – pero que cosita más linda... Raquel: y buena.... Pepa se rió: no me des envidia capulla. Mar: si, no vaya a ser que cambie mañana mismo. Pepa: justicia poética. Raquel se sentó al lado de su mujer: tiene tus genes cariño, solo puede ser guapa y buena. Pepa le tiró el peluche: oye que estás insinuando??. Raquel recogiendo el objeto: yo??. Mar riendo: van a venir a llamarnos la atención. Pepa y Raquel a la vez: enseñamos la placa y listo.. Las 3 rieron.. Pepa se pasó varias horas con ellas, primero hablando con las 2, cogiendo de vez en cuando a Elenita y disculpándose porque Silvia no había podido venir, le hizo varias fotos a la pequeña para llevar de recuerdo. Cuando Mar se quedó dormida de puro cansancio, Raquel estuvo con Pepa por los pasillos, aunque lo intentó no había manera de hacer sentarse a Raquel, seguía como una moto de emocionada. Pepa: como no descanses, cuando vayáis para casa no le vas a ser de mucha ayuda a Mar.. Raquel: es que no puedo, tengo un subidón... Pepa sonrió: ya.., pero si no duermes, mañana te caerás redonda, seguro que cuando más te necesite Mar. Raquel: intentaré dormir cuando vengan los padres de Mar a primera hora. El resto de la noche pasó rapidamente, fueron llegando los familiares y Pepa compartió con ellos un temprano desayuno, después se subió a un taxi rumbo al aeropuerto, no llegaría demasiado tarde al turno de mañana. Echó una cabezadita en el asiento del avión. Llegó a casa y casi corriendo le contó las novedades a Silvia, ella tenía que salir porque para la última conferencia necesitaba cerrar todo el papeleo de control del curso, las encuestas, etc. Pedro se reuniría con ella en la facultad para echarle una mano. Sara estaba por allí ya que aunque Pepa había avisado cuando llegaba, alguien tenía que estar con los niños por si acaso se retrasaba. Silvia vio las fotos en el móvil de Pepa: pero que preciosidad... Pepa: y no llora cariño.. Naia como sintiendo que iba por ella, lanzó una palabra-ruido-gemido. Silvia dándole un golpe a Pepa: no seas tonta.. Se acercó a su niña. Silvia: un beso que mami se va. Naia le sonrió y se enganchó a ella para un sonoro beso: cha..., mami... Silvia a su pequeño: un beso guapo. Enzo también se abrazó a ella: te quiero mami. Sara viendo la cara de ambas: la babita que se os cae.. Silvia los volvió a estrujar a ambos: es que nuestros niños son para comérselos..., de guapos, de buenos y de todo. Enzo se rió y Naia gritó como una loca alguna palabra inteligible. La mente de Pepa inmediatamente reflexionó, imposible.., no puede estar engañándote... Pepa llegó a toda prisa, casi atropelló a Van gogh que seguro la había escuchado con las llaves y estaba en la puerta. Pepa: perdona Van.. casi te llevo por delante – dándole unas caricias en la cabeza a su perro – Lola??!!!. Lola desde el salón: estoy aquí.. Pepa entrando: están listos??. Lola sonriendo: como 2 pinceles.. Pepa besó a su cuñada: me cambio rápido y nos vamos. Enzo: a donde mama..?. Pepa ya saliendo gritó: sorpresa!!. Lola rio: como una cabra, está como una cabra. Pero le alegraba que fuera así, sobre todo porque la sorpresa era para su hermana. Pepa miró su relój, masculló un mierda entre dientes, ya quedaba poco. Buscaba el salón de conferencias, de su mano Enzo, y en sus brazos naia. Cuando estaba dudando en una dirección. Pedro: Pepa??. Pepa se giró. Pepa: ho.., hola.. Pedro?. Pedro se acercó con una gran sonrisa en la cara, señalándose: Pedro, si, creía que eras tú, pero no estaba seguro – se paró un metro antes – pero viéndote con estos pequeñajos, y por la cantidad de fotos que me ha enseñado Silvia y la descripción que hace de tí – como pensando – como me dice, ah.. si, Pedro mi mujer podría ser modelo., no puedo estar equivocado. Siguió andando hasta acercarse y darle 2 besos. Pepa se los devolvió, más por inercia, porque todavía estaba procesando la información, que Silvia le había enseñado muchas fotos, que Silvia había dicho de ella que parecía una modelo. Pedro saludó a los niños, mientras Pepa seguía sin palabras. Pedro le estaba diciendo algo. Pepa: como? – volviendo en sí. Pedro: que si querías entrar a verla?, le queda como mucho media hora y las preguntas del final. Enzo entonces tiró de los vaqueros de su mama: vamos a ver a mami charlando?. Pepa sonrió, el niño era evidente que algo había escuchado de las conferencias: solo si estamos callados... Enzo asintió muy rápido. Pepa: tú no me preocupas cariño, sino tu hermanita – naia que permanecia en sus brazos la miró. Pedro: puedo poneros hacia el final, cerca de una puerta, así podrás escapar sin problemas. Enzo tiró de nuevo: vamos mama. Pedro la hizo seguirlo por un pasillo: que sorpresa se va a llevar. Estaba contento. Pedro: bueno, me la he llevado yo que hacía mucho que quería conocerte. Pepa se paró: así??. Pedro entonces también se paro, se puso un poco serio: pues si, sé que bueno.., cuando vengo a Madrid.., pues como que no aviso con mucha antelación.., que acaparo a Silvia.., y bueno.. vosotras con los niños lo tenéis complicado.., pero bueno.., esperaba que algún día podríamos vernos todos.. Pepa: eso es lo que te dice Silvia..??. Antes de entrar quería aclarar las cosas de una vez y ahora tenía la oportunidad. Había unos sillones en el pasillo: enzo cariño, siéntate un momento, vigila a naia si??. Enzo se sentó y Pepa le puso a su hermana encima: vale. Pepa se alejó un poco con Pedro, que la siguió sin decir palabra. Pepa: a ver.., Pedro.., como te digo esto?? – se frotó la cara. Pedro se adelantó: yo no te gusto... Pepa no lo iba a negar, era evidente. Pero Pedro no le dio oportunidad: de verdad que lo entiendo.., no me conoces, y siempre que aparezco, Silvia no me dice que no..., pero de verdad que soy buen tio. Pepa puso una sonrisa de compromiso: que vas a decir tú... Pedro: conocí a Silvia en la universidad – lo sabía Silvia se lo había contado – nos hicimos muy amigos, y te aseguro que en esa época nos dimos cuenta de que lo nuestro era la amistad, teníamos esa conexión, ninguna otra, confieso que a mí me costó más admitirlo. Pepa: ya.. Pedro: no.., no me malinterpretes, la quiero un montón, y le deseo lo mejor, ella me ha ayudado mucho con mis parejas, y yo bueno he intentado hacer lo mismo, cuando vino a Pirineos, no dijo nada de su estado y eso que apenas podía sostenerse con las muletas, lo único que me dijo al segundo de abrazarse a mí en el aeropuerto es que no quería perderte. Pepa se quedó sin habla. Pedro: me habló de tí, no paró en todo ese tiempo, tú eras su meta, volver contigo, pero no como una carga... Pepa: yo la quiero de cualquier modo. Pedro: eso lo entendió después... Pepa: me imagino que estoy dolida contigo porque fue a ti a quién acudió y a mí me dejó sola en Madrid completamente desquiciada. Pedro: lo entiendo.. Pepa: y cada vez que apareces me recuerdas esa conexión que yo perdí.. Pedro: entiendo – repitió – a mí me preocupaba ella, y quería que se recuperase, supongo que debí llamarte, porque sé que las primeras semanas no se puso en contacto contigo y luego tú no le respondías. Para Pepa eso era terreno personal, pero estaba claro que Silvia lo había compartido con él. Pepa: no puedo evitar que me moleste que compartiera contigo aspectos de nuestra relación a las que yo no tenía acceso. Pedro: fueron las circunstancias, ella te adora, siempre me está diciendo que tiene la vida que siempre había soñado. Pepa decidió ser sincera y sobre todo poner todas las cartas sobre la mesa: siempre te he evitado porque pensaba que venías con la intención de quitarme a Silvia. Pedro negó: te lo juro... Pepa entonces soltó algo muy propio de ella: eres gay??. Pedro se rio, al cabo de un momento negó: no.., que va.., sólo que no tengo suerte con las chicas, y Silvia es como una hermana. Pepa relajándose: perdona.., de verdad.., esta claro que he sido injusta contigo... Pedro levantó la mano haciendo un gesto para quitarle importancia: nah.., yo también tengo culpa, si hubieramos hablado esto mucho antes, tú no me tendrías tirria.... Pepa recogió de nuevo a naia y enzo, y entraron por donde les indicó Pedro. Era una sala bastante amplía en forma rectangular y había por lo menos unas cien personas, en el pequeño estrado y delante de una pantalla de grandes dimensiones Silvia comentaba lo que se estaba viendo en aquellos momentos, se mantenía de lado, para ver la pantalla y además ver al público. Había gente de pie, estaba claro que el último día se había apuntado más gente para escuchar el cierre de las conferencias, además como pudo ver, en el estrado que ocupaba el lado izquierdo había otras personas, por lo que se imaginó que estaban aglutinando más de una conferencia, que tuvieran relación entre sí. Pepa se puso discretamente en la parte de atrás, mantuvo en sus brazos a naia para que pudiese ver y dejó que enzo se subiese a la silla que Pedro traía con él. Pedro: os dejo que ahora me toca pasar unos papeles y clausurar. Pepa le apretó un brazo: gracias Pedro.. Pedro sonrió: de nada, a ver si os ve... Silvia no les veía, estaba concentrada en las explicaciones que daba, pasaba con un dispositivo en su mano derecha distintas imágenes. Enzo le susurró: mami es muy lista, todos están escuchándola. Pepa sonrió le pasó un brazo para tenerlo pegado a ella : la ves... Enzo asintió, naia se removió en su brazo. Pepa le susurró: shhh, ves a mami???, hay que estar calladitos.. – naia la miró y se quedó atenta como enzo mirando a su mami. Después de unos minutos, las luces cambiaron, la pantalla se quedó en negro y Silvia se dirigió al auditorio. Silvia: podéis ahora hacer vuestras preguntas.. – entonces al barrer con la mirada la sala, vio a Pepa y los niños. Enzo agitó la mano, naia lo imitó, Pepa los sujetó para que no siguiesen, Silvia sonrió viendo su cara y el murmullo a su alrededor. Le habían preguntado algo. Silvia: disculpa, me puedes repetir... Estuvo contestando dudas por espacio de unos 10 minutos. Pepa hacía esfuerzos para que naia no se revolviese, enzo más quieto continuaba viendo como su mami hablaba con alguna gente de aquella sala. Parecía que los silencios se hacían más espaciosos... Silvia: alguna duda más...??- esperó, revisó la sala – ninguna??. Pepa aguardaba, la sala en silencio, y entonces sin previo aviso, naia se irguió en su brazo. Naia: mami!!!, ven!!!. La gente de la sala se giró riendo. Pepa se puso colorada al tiempo que en un vano intento estrujaba a naia y pedía disculpas por lo bajo. Silvia sonriendo: como ven mi hija me reclama..- más risas en el salón - si no tenéis más preguntas...., damos por finalizada la conferencia, muchas gracias a todos. La gente se puso a aplaudir, enzo y naia también, y los que estaban a su alrededor se reían complices de la imagen. Silvia bajó del estrado, y se fue acercando mientras agradecía a los presentes su asistencia. Cuando ya estaba casi a la altura de Pepa, naia se movió para irse a sus brazos. Silvia: ven pequeñaja.., - miró a Pepa – has venido – le sonrió, al ver como la miraba. Pepa llena de orgullo por ella : sí.., un poco tarde.., has estado impresionante. Enzo: mami todos te escuchaban. Silvia: así?? – besó a su niño. Enzo asintió: cuantas preguntas te hicieron y tú.., tú te las sabías todas... Pepa revolvió los pelos de su hijo: es que mami es muy inteligente.. y muy guapa a que sí??. Enzo rápido: si.. Silvia cubrió la poquita distancia que había con su mujer. Pepa también se acercó, estaban en público, así que por primera vez en mucho tiempo puso la mejilla y ella misma besó a su mujer en la mejilla. Silvia no la dejó ir, sorprendida por el gesto, pero también valorando que Pepa hubiera pensado que a lo mejor no era un lugar adecuado. Silvia le susurró: gracias por venir – se separó ligeramente y le dejó un pico en los labios. Pepa tenía tal orgullo encima que estaba cortada. Silvia tiró de ella: anda ven que te presento a algunos colegas. Silvia presentó a su mujer y a sus niños, enzo en su linea los cautivo con su sereno saber estar, y naia con su vivaz locura. Silvia mientras mantenía a su hija en brazos y tenía pegada a ella a enzo, presumía de uno y otro, se dio cuenta de que Pedro y Pepa hablaba un poco más retirados. Pedro se disculpó, le tocaba clausurar otra conferencia. Ellas también se fueron para casa, Pepa tenía que levantarse temprano para ir a comisaría. Enzo acaparó a su mami, con muchas preguntas, de la sala, de las imágenes, de lo que Silvia les había contado, Pepa en un muy discreto plano escuchaba y atendía a naia. Cuando Pepa volvió de un rápido paseo con Van Gogh, ya estaba naia tomándose su bibe y enzo acabando los cereales, llevaba puesta su gorra favorita, se la había regalado el abuelo y no se la sacaba de encima, Silvia en frente de él los vigilaba. Pepa se sentó a su lado y le dejó un beso en la mejilla. Silvia se volvió. Se quedaron unos segundos viéndose. Pepa: has estado impresionante. Silvia: graaacias. Pepa: y estabas muy guapa.., eres.. muy guapa en realidad.. Enzo se rio entre cucharadas. Pepa le bajó la visera de la gorra: tú come chavalito. El niño siguió con su bol sonriendo. Pepa besó a su mujer. Naia: cabeeeé!!- agitando el bibe. Silvia lo cogió al vuelo: vale, vale.., que se te va a caer. Enzo también levantó el bol: yo también!!. Pepa: pues a lavar los dientes y para cama - le cogió a Silvia de los brazos a naia – ya los acuesto yo. Silvia agradecida: entonces aprovecho y voy a darme una ducha que la necesito. Silvia abrió la puerta corredera: Pepa que haces ahí plantada??. Pepa estaba en el medio del baño, cuando había entrado Silvia continuaba en la ducha, se sintió muy tonta por todo lo sucedido en los últimos meses, muy avergonzada de muchas cosas. Pepa la miró: he sido una estúpida.. Silvia estiró un brazo: ven aquí.... – la hizo entrar en la ducha con ropa y todo. Pepa: lo siento cariño.. Silvia la besó: cállate.. – la abrazó – has venido a verme, has aparecido con los niños, los 3 hechos un pincel. Pepa: Lola los preparó. Silvia le tapó la boca: me da igual, tú has sacado tiempo del trabajo y has aparecido. Pepa la besó. Silvia: anda quítate la ropa que se está empapando. Pepa le sonrió y ayudada por ella se desnudó. Y luego centro todos sus sentidos en su mujer. En la cama siguieron lo comenzado en la ducha, y como en otros tiempos, estuvieron buena parte de la noche rindiéndose al placer. Sonó el despertador y Pepa tras un breve beso salió de la cama. Silvia adormilada la dejó ir de entre sus brazos. Pepa fue a ver a enzo, era sábado y el niño no tenía colegio, pero se despertaba igual. Pepa: tienes hambre pequeño?. Enzo asintió. Naia armó barullo, Pepa la cogió de la cuna. Dejó que enzo desayunara en el salón viendo los dibujos, acompañado de Van gogh y ella acabó de darle el bibe a naia, unos minutos después la pequeña se quedó de nuevo rendida. Silvia notó el peso de Pepa y sus labios sobre los suyos. Silvia: ya te vas??. Pero en vez de escuchar un si lastimero, notó que Pepa se metía de nuevo en la cama. Silvia entreabrió los ojos: que haces??. Pepa se pegó a ella: hoy no voy. Silvia: Pepa??!. Pepa la acalló con un beso: shhh, ya he avisado a Curtis.., este día es a cuenta de muchos sinsabores y pienso gastarlo disfrutando con mi mujer. Se puso encima de Silvia. Silvia sonriendo: y los niños?. Pepa: enzo desayunado y viendo los dibujos, naia, el bibe tomado y rendida de nuevo en la cuna. Silvia le pasó el pelo por detrás de la oreja: así que mínimo una hora tenemos... Pepa sonriéndole: yo espero que más.... Cuando estaban adormiladas apareció enzo en la habitación, le hicieron sitio entre ellas y apenas media hora después Pepa fue a buscar a naia. Pusieron los dibujos en la tele, y rodeadas de los niños tomaron un desayuno tardío en la cama, como hacía mucho tiempo que no disfrutaban. Pedro regresaba a Barcelona por la tarde, quedaron con él para comer. Estuvieron en un pequeño restaurante situado en una de las esquinas del retiro. Pedro se abrazó a Silvia al salir de comer: bueno.., me tengo que ir sino voy a perder el avión. Silvia lo apretó junto a ella: gracias por todo. Pedro se separó: cuanto contigo para otras colaboraciones no??. Silvia miró ligeramente para Pepa. Pepa sonrió: se te da muy bien cariño, deberías decir que sí. Silvia también sonrió. Pedro: entonces hecho, te tomo la palabra - se acercó a Pepa – os quiero ver por las montañas ehh. Pepa y él se dieron un abrazo: gracias Pedro, lo intentaremos... Alejados de ellos, cierta rubia veía la escena. Lis: que tonta eres.., que tengo que hacer para que te des cuenta...... Cuando estaban por el parque paseando recibieron una llamada de Lola. Lola: Papa está en casa!!. Silvia: asi??. Pepa: que pasa?. Silvia: mi padre que ha vuelto. Pepa: joder ya era hora.. Silvia al móvil: vamos para ahí. En cuanto llegaron enzo fue disparado a los brazos de su abuelo, naia también quiso ir con él. Estuvieron revoloteando a su vera toda la tarde noche, incluso mientras cenaban. Silvia: venga papa, que te ayudo con la pequeña. Pepa se lo impidió: de eso nada.., tiene que recuperar el mes y medio que se ha pasado por ahí sin ocuparse de sus nietos. Don Lorenzo: Pepita no me toree. Pepa: yo??, vendrá usted cansado acaso... Don Lorenzo: vengo como me da la gana.. Pepa sonriendo: ya veo.., en su línea.., y cuando se incorpora?. Silvia: Pepa!!. Pepa: que??, ya es hora de que ponga orden.., que estamos hartos de Reyes y cia. Silvia: Papa, tú ni caso.., tienes que tomártelo con calma. Don Lorenzo: estoy bien hija.., lo que necesitaba era cuidarme un poquito.. Pepa se le quedó mirando: usted se ha echado novia... Don Lorenzo le iba a contestar una grosería, pero como tenía a sus nietos sobre sus rodillas, masculló las palabras para sí. Pepa aprovechó para seguir metiéndose con él: si.., si.., mira que acicalado viene, ha bajado tripa y... Silvia viendo que su padre se encendía: Pepa.., para.. Pepa iba a volver a hablar. Silvia la calló con un beso: que te he dicho...?. Pepa sonrió divertida: si me lo pides así... Silvia sonrió. Don Lorenzo se quedó viendo para ambas: que coño les pasa a estas 2?. Lucas: que tienen las hormonas disparadas señor.. Pepa: envidia Luquitas...?. Sara le dio un golpe a su tia: oye.., que él no tiene queja. Paco: bueno.., bueno vamos a dejar esta conversación..- no queriendo saber que hacía su hija con su novio. Pepa volvió a la carga: Lola no sé como aguantas al paradito de mi hermano. Lola escondiendo una sonrisa: él y yo nos entendemos.. Silvia se rió. Sara que no quería escuchar insinuaciones sexuales acerca de sus padres: o venga... ,dejarlo vale???. Pepa entró al lado de su suegro en la comisaría, todo el mundo se acercó para darle la bienvenida, Pepa disfrutó especialmente la cara que se le quedó a Reyes cuando vió aparecer a Don Lorenzo franqueado por ella. Por una vez y sin que sirviese de precedente, estaba ocupando y ejerciendo el puesto de nuera del comisario, sólo para joder a la inspectora jefe, a lo mejor así entendía de una santa vez que tenía que dejarla en paz. Don Lorenzo organizó una reunión de mandos al mediodía. Distraida hablaba con Sara, pues la veía de nuevo con mala cara. Don Lorenzo: Povedilla por favor pase esta lista – se la dio – estos son los mandos que se ausentarán de aquí al resto del mes, en periodos de una semana para recuperar vacaciones pendientes , reorganizaré los grupos con Paco y Mariano mañana. Cuando el papel llegó a Sarita: que suerte tita.. Pepa: eh??. Le pasó el papel. Pepa leyendo: ostias!. Sarita: una semana desde mañana mismo.. Pepa releyendo: pero.., si yo creía que no tenía.. Sarita: shh..., pues entonces es un detalle del abuelo. Pepa levantó la vista, miró a su suegro: nahhh.., no puede ser.... Sarita se encogió de hombros. Cuando Pepa llegó a casa Silvia estaba metida de cabeza en el armario del dormitorio. Se echó en brazos de Pepa y la besó. Pepa sonrió: me gusta este recibimiento. Silvia tiró de ella: ven.. – la llevó hasta la cómoda y sacó un papel del cajón. Pepa se quedó viendo para el sobre: pero que.. Silvia: anda ábrelo.. Pepa al abrirlo, vio 2 pasajes de avión y una reserva: Venecia?!, mañana?!!. Silvia se abrazó a ella: tu y yo solitas, como un viaje de novias.. Pepa estaba alucinando. Silvia la removió: anda reacciona, dime que he tenido una idea genial, que me quieres un montón... Pepa: te quiero muchísimo.., pero.., - se hizo sitio entre los brazos de su mujer – y los niños.., así de repente.. Silvia le tomó la cara entre sus manos: necesitamos unos días para nosotras, y a mi padre le ha parecido bien que te oxigenes un poco de comisaría.. Pepa puso una mueca: has sido tú??, tú has hablado con tu padre??. Silvia puso cara traviesa: por una vez que le pido algo. Pepa sonrió: estas loca!!. Silvia: si!!, por ti – la besó. Pepa la besó también: sin niños??, segura??. Silvia la miró: lo he pensado, lo he pensado – se salió del abrazo y se mesó la melena – son 5 días, y a ellos Venecia siendo tan pequeños les va a aburrir.. Pepa tiró de ella: o sea.., que nos vamos en plan segunda luna de miel.. Silvia se dejó besar: aja... Pepa la besó de nuevo: vale.., me has convencido... Cuando el avión ejecutaba las primeras maniobras para acercarse al aeropuerto Marco Polo, Pepa y Silvia vieron por primera vez bajo sus pies primero la larga silueta del Lido y después Venecia.. Pepa murmuró: ahora si que me lo creo... Por la mañana las maletas hechas, la despedida de los niños, el camino al aeropuerto, ni siquiera la subida al avión la había convencido de que sí.., de que ella y Silvia se iban de vacaciones y nada menos que a Venecia. Pepa besó la mejilla de Silvia: te quiero.., gracias.. Silvia le sonrió: porque??. Pepa: por esto.., por sacarme de allí unos días, por tenerte para mi sola.. Silvia seria: hemos venido a hacer turismo cultural. Pepa sonrió: eso de día.., por las noches eres toda mía – le pasó la mano por la cintura. Silvia hizo que se revolvía: los atardeceres son preciosos.., y la iluminación de noche de los monumentos también. Pepa le dejó otro beso cerca de la oreja: ya... Desde el aeropuerto en una barca-taxi junto a otros turistas llegaron a la puerta misma del hotel, en el trayecto hablaron con casa para informar de que habían llegado bien, a los pocos minutos de traspasar la habitación y ponerse a curiosear. Pepa gritó desde el baño: Sil!!, ven a ver esto. Silvia se asomó. Para descubrir una hermosa bañera con pies con un ventanal con vistas a un canal. Pepa levantando una ceja: desde aquí esa iluminación de la que hablabas se tiene que ver muy bien.. Silvia riendo volvió a la habitación. En el hall del hotel les esperaba el guía junto con los demás turistas, harían jornadas guiadas bien de mañana o de tarde y luego la otra parte del día la tendrían para hacer ellos turismo libre. Habían llegado a mediodía, así que comerían en un restaurante típico y a continuación recorrerían los canales principales en los vaporettos. De esta forma tendrían una visión inicial de lo que era Venecia para luego de forma libre recorrerla. Todos se dieron cuenta de que una pareja estaba en su luna de miel, porque de empalagosos no paraban de darse besos, acariciarse y dedicarse miradas de cordero degollado. Pepa en un momento de la comida: joder que pesados no.., se van a dar también los espaguettis el uno a la otra??. Estaban en una mesa para 2, el resto también se había distribuido igual, salvo un grupo de diez que venían todos juntos. Silvia: ya se cansarán.. Pepa: que va.., estos son de los que lo hacen para la galería.., como si nos diesen envidia al resto.. Silvia: no??. Pepa se acercó: bueno.. un poco..., pero sólo porque estoy en el extranjero y a lo mejor si te como la boca más de uno aquí se cae para atrás. Silvia se rió: me comerías como un espaguetti? – lo que estaba comiendo ella, que primorosamente enrollaba y se llevaba a la boca, succionando los últimos centímetros. Pepa: pelirrojaaaa, calentarme en público no esta bien.. Silvia: yo??, pero si estoy comiendo.. Pepa sin dejar de verla: si.., si.. Subieron y bajaron de un Vaporetto a otro, la guía les contaba donde había vivido Casanova, cual era aquel o este Palacio, las intrigas de los siglos pasados en aquellas callejuelas, la historía de algunas de las muchas Iglesias y capillas. Los tortolitos seguían a lo suyo, y el resto del grupo bastante harto de tener que soportarlos, porque ni eran estéticos.., se besaban bastante mal y a pesar de lo guapos que se creían, no tenían atractivo ninguno, el grupo de diez comenzó a hacer bromas a su costa, Pepa y Silvia que algunas escuchaban no podían evitar sonreir.. Se hacía de noche, Silvia con la cámara intentaba capturar las distintas tonalidades que iban proyectándose en las paredes de los Palacios a medida que el atardecer iba languideciendo, estaban haciendo el recorrido más largo en Vaporetto, casi 45 minutos sin parar, y casi en todo ese tiempo Silvia había estado de un lado para otro con la cámara, cuando levantó la vista del objetivo se fijó en Pepa en una esquina de la cubierta del medio apoyada en la puerta de entrada al refugio de Proa, veía pasar el agua y los edificios. Silvia se acercó: ey... Pepa estaba con las manos en los bolsillos, el cuello de la cazadora levantado tapando la entrada del viento. Pepa le sonrió: dime... Silvia dio un paso más hacia ella: te estoy dejando un poquito sola. Pepa negó ligeramente: nahh.., estás haciendo fotos... Silvia le arregló el mechón rebelde que siempre se escapaba por la izquierda, se lo puso detrás de la oreja: estás muy guapa.. Pepa con la sonrisa todavía en la cara, recostada como estaba en la pared del vaporetto: tú crees..?. Silvia asintió: aja.. Las manos de Silvia se fueron a la nuca de Pepa, se puso de puntillas. Pepa levantó la ceja mientras hacía la maniobra. Silvia: anda dame un beso.. Pepa sacó las manos de los bolsillos para ceñir el cuerpo de su mujer, poco le importaba estar en un país extranjero, un beso de su pelirroja merecía cualquier cosa. Primero fue un pico, corto, casto.., se rozaron las narices, se sonrieron y entonces si, se dieron un beso Veneciano, propio de una segunda luna de miel. Sorprendentemente el grupo de diez y algunos otros aplaudieron la bella estampa, al tiempo que alguno espontáneamente soltaba. - esto si es estético y bonito.., y no las payasadas de otros... Recado que hizo enrojecer a los tortolitos empalagosos. Pepa dejando un nuevo beso casto: guapa... Silvia se quedó el resto del trayecto abrazada a la cintura de Pepa, las fotos podían esperar.. Cuando la guía los liberó por fin, Pepa tiró de su mujer buscando una góndola donde dar un paseo más íntimo y romántico. Silvia que la veía descartar unos y otros: que ves??. Pepa: ni muy viejo ni muy guapo.. Silvia: eh??. Pepa: el gondolero.., si es viejo va a ponerme caras cuando te meta mano.. Silvia sonriendo: y guapo??. Pepa: no quiero competencia.. Silvia: tonta – le dio un palo. Al final encontraron uno con el perfil que Pepa buscaba, se acomodaron en el interior y debajo de la manta que las cubría Silvia hizo manitas con su mujer.... Luego y ya haciendo camino hacia el hotel fueron dando un tranquilo paseo por las callejuelas, las indicaciones hacia el Puente Rialto o a la Plaza de San Marcos las ayudaba para no perderse, al ver tanta multitud dirigirse hacia una dirección preguntaron a unos transeúntes. Había una representación al aire libre de la opera Aída de Verdi, siguieron la marea de gente y disfrutaron abrazadas de casi la mitad del espectáculo. Volvían de la mano. Pepa: te ha gustado??. Silvia: ha sido increíble no..??, el marco incomparable.. Pepa asentía: ha sido una suerte que nos haya coincidido. Silvia sonrió: si... Aprovechando los pocos viandantes que se cruzaban se dieron un beso, y luego a la menor ocasión volvieron a darse otro. Entre callejuela y recoveco y beso y beso, llegaron al hotel, a media tarde habían hablado con Lola y dado las buenas noches a los niños, así que en cuanto llegaron al hotel se fueron directas a estrenar la magnífica bañera. En la habitación a oscuras sonaba el despertador del móvil. Pepa gruñó mientra lo localizaba en la parte de Silvia y lo apagaba, dejándose caer de nuevo sobre el colchón. Pepa: pelirroja porque demonios suena en Venecia el despertador.. Silvia desperezándose: porque hay muchas cosas que ver... Se levantaba..., Pepa la hizo volver a caer en la cama. Pepa: estamos de luna de miel.. Silvia: en Venecia... – puntualizó. Pepa: oh venga – se quejó y la besó. Silvia paró el beso: no vamos a quedarnos en la habitación.. Pepa: un poquito más... Silvia negó: vamos.. – tiró de ella. Hacía frio pero no fue impedimento para dar un pequeño paseo por la playa del Lido cogidas de la mano. Habían estado de visita primero en Murano y de vuelta la guía les había permitido darse una vuelta por la isla de Lido a su aire. Pepa y Silvia cogieron unas bicis y cruzaron la isla a lo ancho para llegar a la playa, y después anduvieron por la arena. En un momento de descuido por parte de Silvia, Pepa se agachó y la mojó con un poco de agua, huyendo rapidamente. Silvia: Pepa!! – pues el agua helada le había resbalado por la espalda. Pepa se dejó atrapar: perdona.., perdona...- riendo. Silvia: pero si no te arrepientes! – dándole un palo. Pepa se la quedó viendo. Silvia: que??. Pepa: parecemos unas crías de nuevo.. Silvia sonrió, recordando aquellos lejanos años de su adolescencia cuando se conocieron.. De nuevo al anochecer se perdieron por las calles de Venecia abrazadas, para dejarse caer en la cama horas más tarde. Al día siguiente fueron a Burano y cuando volvían empezó a llover, tuvieron tiempo antes de que la tormenta fuera mayor de pasar por la Plaza de San Marcos, pero no pudieron subir al campanille porque enseguida las autoridades cerraron la plaza al empezar a inundarse. Esa noche pidieron la cena en la habitación, que se quedó fría cuando se entretuvieron más de la cuenta en la bañera. Así como vinieron las lluvias se fueron, recorrían por fin la Plaza de San Marcos, se hicieron fotos con las palomas apoyadas en su cuerpo y subieron al Campanille para observar una gran panorámica de Venecia, cuando de nuevo el día comenzaba a apagarse, fueron testigos de un par de bonitos arcoiris sobre la Iglesia de Santa Maria de la Salute. Silvia: es mágico... Estaban apoyadas en una farola cerca del Palacio Ducal. Pepa abrazó más a su mujer: si... Se quedaron allí durante varios minutos, simplemente disfrutando del maravilloso espectáculo que les regalaba la naturaleza. Era su última noche en Venecia, y por tanto su último baño en aquel marco incomparable. Pepa mesaba el pelo de Silvia, mientras su mujer recostada sobre ella y con los ojos cerrados parecía estar en trance, el agua caliente la estaba adormeciendo ligeramente. Pepa la besó en el cuello: somos malas madres.. Lo decía porque cuando habían hablado con casa, enzo ansioso lo primero que había preguntado era cuando volvían, luego Lola, Sara y los demás no se cansaron de repetir que el niño estaba bien, que se lo pasaba genial durmiendo cada día en una casa diferente, pero a ellas les había quedado la sensación de que su pequeño las echaba de menos.. Silvia abrió los ojos: no digas eso… Pepa: tú lo has oído, no lloraba pero no hacía falta.. Silvia: ya.., pero eso es porque adora a sus mamas y nos echa de menos.. Pepa: seguro que cuando sea mayor nos lo echa en cara – cambiando la voz, para dar un toque masculino – “ os fuistéis a Venecia sin mí “. Silvia: bueno, pues cuando naia ande volvemos con ellos… Pepa: ni de coña.., ese terremoto se nos cae al gran canal al primer descuido. Silvia sonrió: y su hermano detrás a salvarla. Pepa se rió: seguramente, y si viniera Van sería otro que acabaría en el agua. Silvia se removió en el agua para quedar de costado y darle la cara a su mujer: no hubiéramos podido disfrutar de estas noches. La sonrisa de Pepa se agrandó: cierto – besó a su mujer – muy cierto…. La noche fue larga y placentera y aún así al alba se levantaron para poder dar un último paseo por Venecia amaneciendo antes de que su avión saliese rumbo a Madrid. En la T4 de barajas la familia Castro – Miranda veía los panles de las llegadas. Enzo: lelo, por donde?, por donde??. Don Lorenzo que lo tenía agarrado de la mano se puso en movimiento: tenemos que andar un poco, hay que ir a la puerta 23. Lucas llevaba en brazos a naia y le hacía carantoñas que la niña reía, a Sara que iba a su lado se le puso una sonrisa tonta. Lola abrazó a su hija: que hija.., mirando lo bien que se le dan los niños.. Sara sonrió, pero no dijo nada.. Paco junto a Don Lorenzo los llamó: es aquí, apuraros – ya empezaba a salir gente.. En cuanto Pepa y Silvia aparecieron, Don Lorenzo soltó a su nieto para que fuera corriendo a junta de sus mamas. Pepa lo cogió al vuelo: hola cariño – le dio varios besos. Silvia se acercó con lágrimas en los ojos y enzo se fue a sus brazos, madre e hijo empezaron una conversación de pocas palabras y muchas miradas, enzo si lloraba. Pepa: anda que…, pero mira que sois de lágrima fácil.. Silvia le dio un golpe: tú porque vas de dura.. Pepa asintió interiormente, pero si se ponían los 3 a moquear ya sería un cuadro y toda la T4 no les quitaría ojo. Naia en brazos de Lucas palmeaba, ajena un poco a lo que era un reencuentro. Pepa seguida de Silvia y enzo se acercó, extendió los brazos: enana que??, no vienes a darme un beso??. Naia echó los brazos al tiempo que sonriendo decía: zi… Pepa se la comió a besos y Silvia hizo lo mismo. Silvia: te has portado bien??. Naia puso gesto serio y contesto: zi.. Pepa le preguntó: el abuelo te ha presentado a su churri. Naia casi al segundo: zi.. Don Lorenzo: pero niña…! Todos se rieron, era evidente que la pequeñaja decía que sí a todo. Paco: venga vamos para casa.. Pepa iba hablándole a Sara mientras andaban por el barrio de Salamanca: tu abuelo está perdiendo facultades – su sobrina no contestó – menuda tontería esta patrulla. En pleno mes de diciembre y ya metidos de lleno en las preparaciones de las fiestas Navideñas, la inspectora Jefe Reyes Monforte había ordenado patrullas de control por las noches en las principales arterias con mayor concentración de comercios. Pepa tenía esperanza de que Don Lorenzo le dijese que para eso ya estaban las patrullas de agentes, los alazan, etc, pero no, le pareció buena idea reformar la seguridad con su presencia. Esa primera noche, Lucas - Curtis, Aitor - Lis y Pepa - Sara, peinaban Serrano y calles adyacentes. Pepa se fijó en Sara, ya que su sobrina seguía sin abrir la boca: pues sí que me estás haciendo compañía. La notó muy pálida. Sara de repente: perdón – se llevó la mano a la boca y se acercó a un árbol. Pepa observó como en medio segundo se ponía a vomitar contra el tronco: pero.. – no siguió hablando porque su mente más rápida le dio la explicación Se acercó a su sobrina, ofreciéndole un pañuelo de papel y controlando el cabreo que le estaba entrando. Pepa atenta a Sara, en cuanto esta se incorporó y se la quedó viendo: me cago en la puta.... Sara se mantuvo en silencio. Pepa la sujetó por los hombros: pero yo que coño te dije...? – Sara bajó la vista, la morena atrajo a su sobrina a sus brazos – estás embarazada verdad??. Sara asintió entre el pecho de su tía: hoy me he vuelto a hacer la prueba y ha dado positivo. Pepa la apartó ligeramente: no puedes estar aquí. Sara se apartó el pelo de la cara: ya.., es que..,.. no pensé... Pepa veía que su sobrina estaba un poco aturdida: oye.., cariño.., tienes que tranquilizarte.... Una tremenda explosión no dejó seguir a Pepa. Por instinto ambas mujeres se agacharon y fueron detrás de unos contenedores de basura. Pepa inmediatamente sacó el walkie: habéis escuchado eso??. Lucas fue el primero en contestar: ha sido al lado de nuestra posición, de la calle de al lado hemos visto volar cristales. Pepa se volvió a su sobrina: te quiero detrás de mi culo. Aitor: estamos llegando a vuestra posición.... Pepa corrió con Sara pegada a sus talones, apenas llevaban un par de calles cuando escucharon disparos. Desde el Walkie escucharon mezclados los tacos de Lucas y Curtis. Aitor: un todoterreno en la puerta de la joyería del nº127 del cruce de Serrano con Velazquez Curtis: fusiles de asalto y mínimo 6 tíos con pasamontañas.. Lucas: otros 3 huyen andando por la calle Pepa se paró ya muy cerca del punto indicado. Aitor, Lucas y Curtis seguían informando, al parecer había sorprendido a una banda en un atraco a la mayor joyería de la zona, la explosión venía del interior, no había alunizado el todoterreno, sino que se les había ido la mano con la carga de explosivos. El resultado, se habían cargado su propio vehículo de huida y con semejante estruendo habían despertado a buena parte del barrio. Lucas informó que al advertir su presencia habían comenzado a disparar y se dispersaban, cargados con parte del botín. Pepa vio como se acercaban Aitor y Lis a su posición. Aitor al llegar: seguimos a 3 de ellos, están yendo por la paralela. Pepa asintió: ok, tu y yo los seguimos – señalando a Aitor – vosotras cubríd la retaguardia, os quiero 2 calles por detrás – al ver el gesto de disgusto de Lis, repitió – las 2 juntas y 2 calles por detrás. Lucas informaba que 2 patrullas habían acudido en su ayuda y que intentaba reducir a los 6 asaltantes que se habían agrupado en un portal cercano. Pepa y Aitor salieron en busca de los otros 3, la morena con nervios en el estómago, no por lo que se pudiera encontar delante, sino por dejar a su sobrina detrás. En sus walkies sujetos a su hombro izquierdo escuchaban unos y otros lo que sucedía con los asaltantes. Aitor y Pepa localizaron a los que huían apenas 2 minutos más tarde. Se habían quitado los pasamontañas e intentaban esconder sus fusiles en los largos abrigos, caminaban a paso ligero. Corrieron para acortar distancias Aitor: voy por ahí. Pepa asintió y ambos doblaron una esquina en sentido contrario. La idea era soprenderlos desde delante, y así fue, llegaron a tiempo de posicionarse y en cuanto los vieron aparecer salieron con las armas en alto. Aitor: alto policía!!, al suelo!!, vamos!!!. Sólo había 2. A Pepa se le cambió la cara: donde está el tercero??. Aitor ya estaba al lado de ellos poniéndoles las esposas. Pepa se pegó a uno de ellos y lo zarandeó: donde está vuestro compañero??. El hombre sonrió pero no abrió la boca. Pepa echó a correr en la dirección en la que habían llegado, recogió su walkie: nos falta uno!!, se ha desviado!!. Lucas y Curtis no respondieron, era normal, ellos estaban ocupados, pero Lis y Sara tampoco. Pepa al walkie: Sara!!, Lis!!. – siguió corriendo. Entonces las vió, por un lado a Sara en la retaguardia, tal y como le habían dicho, unas 2 calles más atrás y a Lis en otro punto más alejada. Pepa se acercaba a Sara, cuando entre los portales de una calle por la que había pasado Lis, notó la presencia de una figura de negro, que daba la vuelta. Pepa gritó: Sara!!, cúbrete!! – corrió, corrió como nunca, viendo como su sobrina daba la vuelta en su posición al advertir como se acercaba el hombro levantando ya su fusil. Una ráfaga se escuchó al tiempo que Pepa alcanzaba a su sobrina y se tiraba encima de ella, haciéndola rodar y acabar empotradas en el hueco de un portal. Escuharon nuevos disparos esta vez de pistola. Aitor: alto policia!!. Pepa y Sara se movían. Pepa se separó de su sobrina, al ver sangre se alarmó: Sara??!, estás bien??!. Sara estaba pálida: no...., no es mía..., tita... – llevó una mano hacia el hombro izquierdo de su tía, el walkie estaba destrozado y manaba sangre. Pepa: aughh - se miró el hombro - mierda... Sara rápido: déjame ver.. Aitor llegó junto a ellas arrastrando al tercer hombre esposado, acompañado de Lis. Sara retiraba la cazadora. Pepa echó un vistazo: no es nada.. Sara preocupada: sale mucha sangre – cogiendo su bufanda y haciendo tapón. Silvia entró en el laboratorio como una exhalación. Deker pegaba el apósito desde atrás. Pepa, sentada en la camilla: Sil.... Silvia la cortó: pero que haces aquí??. Pepa levantó la ceja, la misma pregunta hubiera salido de su boca. Silvia: déjame ver. Deker: es superficial Pepa no había querido ir al hospital y Deker la estaba curando. Silvia lo apartó y tiró del apósito. Pepa: aughhh – se quejó.. Deker: me parece que yo me piro.. Silvia examinó la herida primero desde atrás, Pepa aguardó y cuando lo hizo por delante y palpó la zona, se mordió el labio. Los ojos de Silvia pasaron del hombro a los ojos de su mujer: duele??. Pepa admitió: un poco... – soltando aire.. Silvia relajó la cara de concentración viendo que era algo más que un rasguño pero nada muy importante, pasó los brazos por la nuca de Pepa y se abrazó a ella: por dios Pepa.., que susto me he llevado.. Pepa abrazó más fuerte a su mujer, le dio un beso en la mejilla: no ha sido nada.., quién coño te ha avisado??. Silvia: Lola estaba preocupada porque Lucas llegó con Sara muy pálida. Pepa sonrió: ya.. Silvia al ver su sonrisa: que pasa??. Pepa cogió las manos de su mujer: nuestra sobrina está embarazada. La cara de Silvia reflejó la sorpresa, iniciando una sonrisa. Pepa continúo: y cagada de miedo.. Silvia: y eso..?. Pepa se encogió de hombros: tener hijos no es fácil.., sobre todo siendo policía.. Silvia comprendiendo. Pepa: deberías hablar con ella. Silvia sonrió: mañana.. – se quedó viendo para su mujer. Pepa entendiendo su mirada: estoy bien.., sólo ha sido un rasguño.. - besó a su mujer. Silvia se abrazó a ella de nuevo, y a su oído le dijo: yo quiero tener más hijos contigo así que haz el favor de no ponerte delante de más balas.. Pepa la besó: cuantos más??. Silvia juntando su frente con la suya: uno o dos más... Pepa sonrió: estas loca... Salían del laboratorio cogidas de la mano, se iban para casa. En la sala grande, estaban todavía en una esquina Lis, Aitor y Curtis, Don Lorenzo y Reyes bajaban por las escaleras. Silvia soltando la mano de Pepa se encaró con la inspectora jefe: espero que sea rigurosa en el cumplimiento de las normas inspectora, y sancione como es debido a la agente que se ha saltado las órdenes de un superior y ha dejado a un compañero sin cobertura. Don Lorenzo: Silvia... Silvia: no comisario.. – dejando claro que los lazos familiares no tenían nada que ver, volvió a ver para Reyes – sus subordinados tienen familias, hijos y esposas que les esperan llegar después de su jornada laboral, no quiero un policía delante de mi puerta dándome una mala noticia por que usted no haga bien su trabajo.. Reyes: Señora Castro.. Silvia: inspectora Castro, no se le olvide mi rango. Reyes a regañadientes: inspectora, en cuanto tengamos todo el informe se procederá con riguroso escrúpulo, tomando las medidas oportunas. Silvia: eso espero... – buscó la mano de Pepa. Salieron de allí. Aitor y Curtis, habían permanecido callados, Lis también, pero a ella le corría la bilis por todo el esófago... Había sido un error, quizás las ganas de hacer un buen papel y una detención importante la había llevado a precipitarse, pero no había sido su intención poner en peligro a nadie.. Era la primera vez que veía a la mujer de Pepa en persona, cuando había entrado la pelirroja apenas le había dirigido una breve mirada, y ahora dejaba muy claro lo que pensaba sobre su actuación. La odió.., por ser.., parecer tan perfecta, segura de si misma, y llevar de aquella manera a Pepa a su lado.. Pepa apoyada en el marco de la puerta veía para el interior del baño: vas muy guapa tú no??. Silvia que se aplicaba un poco de maquillaje, se miró: yo??. Pepa sonrió: ja,ja, preciosa que nos conocemos y a la cena de comisaría, nunca – se puso detrás de su mujer – nunca has ido de tiros largos.. Silvia: pues hoy me apetece llevar este vestido y maquillarme un poquito, algún problema?. Pepa la besó en el cuello: ninguno, ninguno.., salvo que Curtis suelte alguna de las suyas y tenga que defender tu honor.. Silvia sonrió. Pepa le dejó un nuevo beso y salió del baño. Silvia se despedía de los niños, naia en sus brazos: sé buena... Naia asentía Pepa a la niñera: no te fíes... La niñera que ya se había quedado con ellos en otras ocasiones sonrió. Pepa cogió en brazos a enzo: hazle caso a Patri. Enzo: si mama.. Se dieron unos besos. Enzo cuando iba a los brazos de su otra mama: estás muy guapa mami. Pepa cogiendo a naia: lo que yo decía.. Silvia abrazó y besó a su niño, no haciendo caso del comentario de Pepa. Habían pasado apenas 3 días del incidente del atraco, al final se había saldado con varios días de suspensión para la agente Lis. Ya todo el mundo en comisaría sabía del embarazo de Sara, y ella más tranquila después de compartir con su tia Silvia sus temores, también iba a la fiesta. Silvia y Pepa llegaron en el mismo coche con Paco y Lola, estaban en la misma mesa con otros compañeros. Aitor estaba con Lis, entre él y Pepa las cosas no fluían como antes pero el trato era cordial, no le había quedado más remedio que reconocer que Lis se había equivocado en su decisión, y así se lo dijo a Pepa, que agradeció el gesto, le dolía que su buen amigo se hubiera alejado de ella, pero no quería meterse en medio de ellos 2, así que lo mejor era mantenerse al margen. Como preveía Pepa, Silvia recibió varios halagos, y muchas miradas de admiración, su pelirroja melena lucía imponente, el vestido le quedaba muy bien y se la veía feliz y relajada. Después de la cena y ya con un ambiente más relajado empezó la música, algunos se mantenía en las mesas charlando, otros como Curtis pegados a la barra libre y otros como Rita y Povedilla bailando en una improvisada pista. Sonaron los acordes de una canción lenta de Sade. Silvia: vamos¿? – cogió la mano de Pepa. Pepa reticente: pelirrojaaaa, noooo. Silvia la llevó a la pista donde los recibieron Rita y Povedilla con aplausos. Pepa se escondió en la melena de su mujer. Silvia se pegó a Pepa pasando sus brazos por sus hombros. Pepa se quejó: aughh.. Silvia: perdón – al notar que le había dado en la herida del hombro, reubicó su brazo y se apartó ligeramente. Pepa abrazó más estrechamente a su mujer - anda ven aquí, no quieres bailar lento.. Silvia la besó en el cuello: aja.. Pepa sonrió: ya.., ya sé lo que tú quieres... A Pepa le divertía sobremanera cuando su mujer se mostraba posesiva. La canción siguió sonando y ellas dedicándose miradas complices y suaves caricias, formaban una pareja que no pasaba desapercibida, y además eran la viva imagen de la felicidad. Don Lorenzo junto a su hija Lola apurando un vaso de whisky: la descerebrada esta al final la ha hecho féliz como nadie… Lola sonriendo apretó el brazo de su padre: ande deje ya el vaso que se me va a poner melancólico. Don Lorenzo: que cojo.. Sara lo cortó: abuelo.., abuelo.., venga vayamos a bailar. A Don Lorenzo se le cayó la baba: si pequeña.., claro.. Mariano al verlos dirigirse a la pista: ahora no sé para donde ver, si para el yayo con su nieta o para las estrellas de la pista de baile. Paco le dio un golpe: oye que estás hablando de mi hermana y mi cuñada. Curtis apareció para sentarse en el hueco dejado por el comisario: madre mía, la temperatura está subiendo peligrosamente. Lucas se rió: pero que enfermo estás.. Curtis sin parpadear viendo para la pista y con una sonrisa idiota: madre mía que estampa... Entonces fue Lola quién dio un capón. La canción continuaba y Pepa y Silvia, absortas en ellas mismas, se daban suaves besos y recorrían el cuerpo de la otra con sus manos. En la mesa de los novatos, Lis disimulaba la rabia de semajante demostración por parte de la forense de lo que era su territorio, y de la adoración que le profesaba Pepa. Dentro del ascensor Pepa se entretenía besando el cuello de su mujer mientras la abrazaba por detrás. Pepa: mmm, pelirroja.., nada de ponerte de chachara con la niñera... Silvia se rio: pero mira que eres.. Pepa la cortó: yo??, tú me has estado calentado toda la noche, así que ahora no me culpes por querer llevarte cuanto antes a la cama. Silvia giró ligeramente la cara para besar a su mujer en los labios: las preguntas de rigor vale??. Pepa sonrió: trato – lo sellaron con un nuevo beso. Entraron en casa y fueron hasta el salón donde medio traspuesta estaba Patri. Silvia la despertó con un suave zarandeo: hola.., ya hemos llegado.. Patri se despejó: oh.., si.., que tal?. Pepa buscaba en su bolso: muy bien.. – sacó el dinero – aquí tienes. Silvia: y por aquí?. Patri: bien., bien.., los 2 se han portado muy bien, les he puesto la peli de rampunzel y hemos estado cantando las canciones, varias veces de hecho.. Pepa: me imagino.. Silvia: y la cena?. Pepa levantó ligeramente la ceja mirando para su mujer, recordándole su trato. Patri: se lo han tomado todo, y naia no ha protestado, mientras calentaba las cosas les he dejado corretear un rato con Van gogh y tirarle la pelota. Silvia: menos mal que el piso está bien aislado, sino los vecinos de abajo a estas alturas nos habrían denunciado. Pepa negaba con la cabeza mientras le traía el abrigo a Patri, como empezaran de palique: aquí tienes, el taxista ha dicho que estaba aquí al lado, en 2 minutos lo tienes abajo. Silvia la acompañó hasta la puerta. Cuando cerraba unas manos la arrastraron. Pepa: preguntas de rigor.. – besando a su mujer. Silvia respondiendo al beso: se te ha notado un poquito cariño.. Seguían besándose. Pepa: el que??. Silvia: que te querías deshacer de ella. Pepa negó: nahh.. – buscando de nuevo su boca. Entonces se apartó, pareció pensar. Pepa: a lo mejor si.. Silvia le pegó un palo en el brazo: idiota.. Pepa la calló con otro beso y las cintas que sujetaban el vestido se fueron resbalando, ante la manipulación de las manos de la morena. Silvia gimió en respuesta al contacto de aquellas manos en sus pechos, se apretó más a Pepa, o se iban ya para la habitación o se temía que lo harían allí mismo. Enzo: mami que hacéis??. Silvia del susto: Jesus!!??. Pepa: pero que?? – en respuesta al medio grito de su mujer, quién había hablado?. El niño estaba plantado en la entrada del pasillo sujetando por la cola su peluche preferido. Silvia recomponía su vestido, y Pepa sacaba las manos de los pechos de su mujer.., ambas de repente se pusieron muy coloradas. Silvia incluso asesinaba con la mirada a Pepa, con el calentón ni había ido a comprobar que los niños dormían.., y enzo ante los ruidos se había despertado y allí estaba, viendo con curiosidad a sus mamas. Silvia se acercó: cariño.., que haces levantado??. Enzo medio somnoliento, elevó sus hombros.. Pepa acercándose: está sonámbulo.. Enzo: noooo.., que es eso mami? – viendo para Silvia. Pepa lo cogió en brazos: anda vamos para cama.. - Enzo se acomodó en el pecho de su mama – voy ahora.., no te duermas Silvia la empujó levemente: anda tira... Pepa acomodaba a Enzo en su cama, intentando no hacer demasiado ruido para no despertar a la pequeña. Enzo: que le hacías a mami?. Pepa se paró, pues no, no estaba sonámbulo:emmm.., cosquillas... Enzo medio concentrado: noooo, que le dolía... Su hijo habia interpretado el gemido de placer como otra cosa. Pepa meneó la cabeza: no..,no.., lo que pasa es que quería escapar de mí.., como cuando yo te hago cosquillas a tí – se las hizo. Enzo rió y se meneó para escapar de los dedos de su mama. Pepa: ves como te escapas tú también..? – le dio un beso en la frente – anda duermete que es muy muy tarde... Enzo insistió: pero mamí, no se reía.. Pepa viéndose en un lío se sentó en la cama para ganar tiempo, mientras buscaba las palabras correctas. Enzo esperaba. Pepa: umm.., a ver.., cariño, simplemente estaba besando a mami y acariciándola. Enzo: y eso duele??. Pepa: no cariño.., lo que pasa es que.. - joder pero como le explicaba a su hijo lo que era el placer.., no ni de coña.., no tenía edad para eso.., porque no le habría dicho a Silvia que lo acostase ella - .., mmm, a ver.. – acarició a enzo por la cara – a que esto te gusta..?. Enzo asintió con los ojos medio cerrados.. Pepa: vale.., pues con mami, las caricias son en otras zonas y gustan más... – siguió recorriendo con sus dedos la carita de su hijo – porque mami y yo somos mayores y podemos acariciarnos distinto. Los ojos de Enzo se mantenían apenas ligeramente levantados. Pepa lo besó nuevamente en la frente: duerme..... Enzo no volvió a preguntar sus ojos completamente cerrados indicaban que se había quedado dormido. Se acercó a la cuna para ver a naia, ultimamente dormía de un tirón y eso se agradecía porque los primeros meses había sido un duermevela continuo. Al llegar a la habitación y antes de que Silvia le echase la bronca. Pepa: tranquila.., solucionado.. – se acercó a su mujer con las manos en alto – sólo he tenido que explicarle – la sujetó por la cintura y se inclinaba para besarla – lo que es el sexo.. Silvia que en un principio solo había procesado la primera parte: que??? – parándola. Pepa se rió ante su cara de susto: es broma, es broma.. Silvia: Pepa??? – yendo a por ella – pero que le has dicho al niño??. Pepa la sujetó: se caía de sueño.., no le he dicho mucho., simplemente que besaba y acariciaba a mami.. – la besó. Silvia: no tengo que preocuparme??. Pepa le quitaba los mechones de pelo de la cara: no.., pero cuando toque hablar de sexo con él, lo haces tú... Silvia sonrió: hablaré yo con los 2... – se señaló. Pepa: perfecto – la levantó en peso – augh... – al recibir un latigazo en el hombro. Silvia: ay.. cariño.. te has hecho daño – mientras la bajaba. Pepa: un poco – con mayor cara de pena – necesito mimos.. Hacía frío pero el cielo estaba completamente despejado y el sol en todo lo alto molestaba, por lo que Pepa llevaba puestas gafas. Esperaba sentada en un pequeño muro, en una zona ajardinada próxima a la entrada de las oficinas de la facultad de medicina, a pesar de que eran fiestas navideñas, aún había algún movimiento en el campus, al estar de baja por el hombro, se había empeñado en acompañar a Silvia, que iba a presentar unos papeles para hacerse cargo de una baja por maternidad. Los niños se habían quedado a cargo del abuelo, Pepa seguía utilizando el argumento de que Don Lorenzo debía recuperar el tiempo perdido al haberse ido los últimos meses. 3 chicos y 2 chicas se sentaron en un banco cercano donde estaba Pepa, que seguía a lo suyo disfrutando del solcete, aún así pudo ver a través de sus gafas que los chicos le hacían un repaso sin mucha discreción, hombres... Chico: la pelirroja es la sustituta??. Otra chica asintió: dió unas jornadas hace unos meses. Chico: está muy buena. Otra chica: está casada. El chico se encogió de hombros. La chica puntualizó: con una mujer.. Chico: no jodas....?. Otro chico: dicen que su mujer esta más buena que ella. Pepa no pudo evitar sonreír al escuchar la conversación de los chicos, rondarían los veintipocos años.., y a punto estuvo de intervenir para puntualizar esa apreciación. Mientras los chicos veían unos papeles y se intercambiaban otras cosas apareció Silvia. Pepa se mantuvo donde estaba, reprimiendo una sonrisa.. Notó el codazo de unos hacia otros cuando Silvia pasó delante de ellos, para recorrer los siguientes y escasos 3 metros que la separaban de ella. Pepa se bajó del muro. Silvia le tiró de la cintura del pantalón vaquero: listo.., vámonos.., he tardado mucho?.. Pepa le pasó un brazo por los hombros y le dejó un casto beso sobre la sien izquierda: nahh. Silvia se colgó de su cintura. Pepa pudo escuchar los murmullos de los chicos en el banco, seguramente estaban atando cabos: me parece que tendrás unos alumnos muy atentos.. Silvia frunció el ceño. Pepa hizo un gesto como advirtiendo de la presencia de los chicos que acababan de dejar: dicen que la pelirroja sustituta está muy buena.. Silvia creyendo que bromeaba meneó la cabeza de forma negativa: graciosa.. Pepa la apretó contra ella: en serio.., he estado a punto de corregirles cuando decían que yo estaba más buena.. Silvia: no?? – poniéndose un poco colorada. Pepa: no les culpes, en nuestra época los profes eran unos carcas.. Llegaron a casa justo para irse con el abuelo hasta la corrala, tocaba fiesta entre amigos para desearse buenas vacaciones, algunos como Curtis, Povedilla y Rita, se irían para visitar a la familia. El punto de reunión era la casa de Paco y Lola, se notaba la ausencia de Aitor, al final no había querido subir.., Mariano que compartía piso con él les había dicho que había quedado con Lis. El comentario se hizo lejos de la pelirroja que desde hacía un tiempo no podía oír hablar de la rubia. Enzo jugaba con sabina en casa de Rita y Jose Luis, así no estorbaban para hacer la comida, poner las mesas, etc. Rita vigilaba un asado al horno y los niños en el salón jugaba.n En la antigua habitación de Sara estaba naia dormida dentro del parque, y junto a ella Van gogh vigilante para avisar en cuanto la pequeña se despertase, aunque con el ruido que hacían el resto en el salón- comedor, sería más pronto que tarde. Sabina: mami salimos fuera... Rita salió de la cocina: fuera donde??. Sabina con un balón en la mano: aquí al patio.. Rita: ah.., pero no os mováis de enfrente de la puerta. Sabina: si mama. Rita: y cuidado con la pelota no le vayas a hacer daño al niño. Sabina con aire responsable: no mama, si nosotros jugamos despacito, verdad en?. Enzo: si, despacito.. Lis llevaba un rato en la casa de Aitor, miró por la ventana de manera distraida desde el sofá, Aitor recogía alguna ropa y ponía en orden un poco el salón. Aitor: pasa algo??. Lis: porque no nos vamos al cine o a dar una vuelta?. Aitor: vale – dejando lo que estaba haciendo. Lis se acercó: pero mejor dúchate y luego si acaso nos quedamos en mi casa. Aitor le sonrió: vuelvo en unos minutos. Lis marcó un número al teléfono. Jose Luis salió de la ducha a medio vestir: y los niños?. Rita: en el patio, échale un vistazo al asado mientras yo me doy una duchita rápida. Recogió algo de ropa y se fue para el aseo, Jose Luis no había dejado precisamanente habitable el baño. Rita: dios mío estos hombres son como un huracán.. Sabina y enzo no se habían movido del patio como les habían indicado, se pasaban el balón con las manos y con los pies, lo hacían rebotar contra las paredes y luego iban detrás. Sabina era mucho mayor y si quisiese llegaría antes a todos los balones, pero muchas veces dejaba a enzo que la adelantase. Ensimismados en el juego no se dieron cuenta de que entraba un hombre. Hombre: ey.. niños, queréis unas chuches..?. Enzo se paró con el balón cerca de sus pies. Hasta él llegó Sabina: no gracias – no lo conocía y sus papas siempre le decían que de extraños no se podía aceptar nada. El hombre sacó varios chupachups: son de cola.. Sabina: no queremos.. Hombre: y tu pelirrojo?. Sabina agarró a enzo por la mano: él tampoco quiere – el niño no se había movido de su lado. El hombre mientras les ofrecía los caramelos había dado varios pasos, Sabina dándose cuenta de su cercanía empezó a andar para atrás. Sabina: mama??. – llamó la niña. Entonces el hombre en 3 rápidas zancadas agarró a enzo: ven conmigo.. Sabina gritó: no!! El hombre la empujó levemente. Sabina volvió a gritar: mama!! – y le dio un puntapie al hombre. Este como reacción le cruzó la cara de una bofetada que la tiró al suelo. Povedilla pareció escuchar algo al apagar el horno y la campana extractora de la cocina, fue hacia la entrada. El hombre que había cogido a enzo ya no estaba en el patio. Povedilla se encontró a su hija llorando y gritando mientras se levantaba: pero que... Lis pasó corriendo delante de él: avisa a Pepa!!!, se llevan a enzo!!. Povedilla recogió a su hija en brazos y subió las escaleras gritando: Pepa!!, Pepa!!. En la cocina había un alboroto tremendo, Sara y Lucas se reían de las bromas de Pepa hacia el pronto bisabuelo. Lola estaba en los fogones con Paco de ayudante y Silvia venía en ese momento con naia en brazos. Mariano: que son esos gritos?. Al abrir la puerta escucharon de manera inconfundible como Povedilla gritaba que se llevaban a enzo. Pepa que estaba muy cerca de la puerta tiró la cerveza y salió, detrás lo hizo Lucas. Silvia: que??. Don Lorenzo se acercó a ella. Mariano siguió a Pepa y Lucas, Paco también dejó el paño y fue tras ellos. Pepa y Lucas bajaban corriendo las escaleras. Salió Aitor con una toalla por la cintura y el pelo mojado. Rita también había salido y estaba junto a Povedilla consolando a Sabina que lloraba. Pepa y Lucas estaban a punto de salir por el patio. Apareció Lis con un enzo llorando a moco tendido colgado de su cuello, tenía la cazadora rasgada: no he podido retenerlo. Lucas salió igualmente para ver si le podía dar alcance, a él se unieron Mariano y Paco, las demás mujeres de la casa también bajaban por las escaleras, Silvia había puesto en los brazos de Lola a naia. Pepa: enzo cariño.. Lis se lo entregó: no le ha hecho daño, pero tiene un tremendo susto. Silvia llegó enseguida a donde Pepa, ésta le pasó al niño que lloraba como loco. Silvia : enzo.., cariño, cariño.., tranquilízate.., hijo mío.., ya., ya.. ya pasó – le apretaba fuerte contra ella y le daba besos. Pepa volvió su cara hacia Lis: gracias… De repente Lis era una heroína. Don Lorenzo se acercó a Povedilla: Sabina está bien?. Rita examinaba la cara de su hija: le ha dado una bofetada, cariño que pasó?. Sabina llorando: nos.., nos daba caramelos.., mama.., pero yo.., yo le dije que no.., que no.. queríamos.., y luego.., luego quiso.., llevarse a enzo.... Don Lorenzo: pero que cojones.. Aparecieron Lucas, Mariano y Paco. Lucas: ni rastro.., no sabemos hacia donde se ha ido. Pepa hacia Lis: como era??. Lis: bueno, no tenía nada de particular.., alto, moreno, sin marcas, bien vestido.. Pepa: que dijo?. Lis: nada.., yo estaba esperando que Aitor se duchara – viendo para él que estaba allí plantado tiritando de frío – y al escuchar a Sabina gritar salí. Pepa: sigue.. Lis: me eché encima de él, forcejeamos un poco – enseñando el roto de la cazadora – yo no quería que le hiciera daño al niño, así que en cuanto lo soltó lo cogí, él se echó a correr. Pepa: no intentó quitártelo??. Lis: no.., yo estaba gritando…, me imagino que suposo que vendría más gente. Pepa se volvió hacia Silvia: vamos dentro... Don Lorenzo: voy a llamar a comisaría, quiero un par de patrullas aquí ahora mismo, dentro de 10 minutos todo dios en casa de Paco. Lola desde arriba con naia en sus brazos y junto con Sara, fueron las primeras en entrar, les siguió Silvia con enzo en brazos y Povedilla con Sabina también en brazos y llorando. Silvia se fue con enzo hacia el cuarto, Lola le pasó a naia a Sara, que se la llevó para el salón. Lola quitando un poco de hielo de la nevera: ponle esto a la niña Rita. Rita: ay gracias Lola – se lo puso en la cara de su hija, que protestó ligeramente – es para que no te hinche cariño. Povedilla: hija.., conocías a ese hombre? – la niña negó - dijo algo más..?, Sabina: a enzo le llamó pelirrojo.. Aitor se vestía rapidamente, mientras Lis a su lado no paraba de dar vueltas. Aitor: tranquila... Lis: es que.., es que.., pensar que estuve a punto de que se me escapara.. Aitor la abrazó: oye.., si no fuera por tí se habría llevado al niño....,vamos arriba, se te ocurre algo más??. Silvia mantenía a enzo en su regazo el niño hipaba y lloraba del susto, Pepa le acariciaba el pelo, no había vuelto a abrir la boca después de las preguntas a Lis, Silvia tampoco, sólo le dedicaba palabras tranquilizadoras a su niño. Van gogh inquieto daba vueltas entre las piernas de una y de la otra, de vez en cuando conseguía encaramarse a la cama y lamía la cara de su pequeño dueño, en un intento de secar las lágrimas que caían por su rostro. Enzo poco a poco se fue calmando, de tanto llorar estaba congestionado, le dieron una medicina para tranquilizarlo y eso hizo que medio se adormeciera. Pepa salió un momento y volvió con Lola: Sil vamos¿?. Silvia negó: me quedo con el niño. Pepa: se queda Lola, te necesito conmigo. Silvia iba a negar de nuevo pero el gesto en la cara de Pepa la hizo cambiar de opinión. Lola permanecía a la espera, la escena era tensa y ella no sabía muy bien como actuar. Silvia para tranquilizarla le apretó las manos: me llamas si se despierta vale?. Lola: claro cariño, al momento. Estaban todos, mientras Silvia se ponía junto a Sara y recogía de sus brazos a naia que quería ir a su regazo, Pepa se dirigió a donde estaba Lis. Pepa: antes no te lo he agradecido como debía Lis, muchas, muchas gracias – se abrazó a ella, consciente de que todos la miraban, incluída su mujer que tragaba saliva. Don Lorenzo rompió el momento, empezó con una tanda de preguntas, le preocupaba que el intento de secuestro tuviera algo que ver con algún caso anterior tanto de su hija como de su nuera. Paco: no hay constancia de que hayan salido de la carcél la gente implicada en sus principales casos. Se sucedieron las teorías, se repitió una y otra vez lo sucedido y Pepa al lado de Lis tenía gestos cada una de esas veces de aprecio, admiración, orgullo, agradecimiento, para todos era obvio que Silvia no era partícipe, aunque aguantaba estoicamente. Estuvieron dándole vueltas durante casi 2 horas, Lola vino en busca de Silvia varias veces, pero Silvia volvía a la reunión unos minutos después, para seguir viendo como su mujer rendía pleitesía a Lis. Don Lorenzo: Paco mañana en comisaría quiero que habrás una investigación, tenemos que aclarar si este suceso tiene conexión con algún caso o si por el contrario el loco ese no tenía ni idea de a quién pretendía llevarse. La reunión se disolvió, Aitor y Lis se fueron. La puerta cerrada no implicó que los demás se movieran, al contrario, en absoluto silencio las miradas fueron pasando de unos a otros. Pepa se pasó las manos por la cara, la bajó y pareció ahogar algunas palabras. Silvia si habló: si la veo cerca de mis hijos otra vez yo misma le pego un tiro. Don Lorenzo: calma hija. Pepa se levantó de donde estaba para acercarse a Silvia:cariño.. Con su gesto parecía pedirle disculpas, Silvia la abrazó: era necesario.., lo sé.. Pepa había interpretado a la perfección su papel, Silvia no había tenido que fingir el odio, a medida que Pepa agradecía el valor y Silvia se tragaba su cólera, Lis se crecía..., por fin..., por fin tenía toda la atención de Pepa y además delante de su mujer que se tenía que aguantar. Povedilla: voy.. voy un momento con Rita.. Mariano no se pudo aguantar más: esta chiquilla ha perdido el norte... Lucas: se cree que somos tontos¿?, cada vez ha ido adornando más y más el rescate. Don Lorenzo en conjunto con los demás había practicado un interrogatorio tan sútil, que el sujeto interrogado ni siquiera se había dado cuenta. Sara: hay que decírselo a Aitor.. Curtis que estaba viendo más cerca de la ventana: pues por ahí viene. Efectivamente a los pocos segundos tocaron a la puerta y Aitor apareció, estaba serio. Aitor: Lis se ha ido para casa, no.., ir al cine después de esto..... – se quedó callado. Pareció sopesar su aplomo pasando el peso de su cuerpo de un pie a otro, entonces miró directamente hacia Silvia y Pepa. Aitor: os juro que no me podía imaginar....., Pe.. – se le quebró la voz. Lo sabía, como buen policía, al igual que el resto a medida que se iba sucediendo la conversación entre todos, se había dando cuenta, como Lis iba dejándose en evidencia una y otra vez. Pepa se levantó, pues Aitor se había quedado allí plantado, comiéndose la rabia y la culpa. Pepa abrazó a su amigo: lo sabemos Aitor... Por las mejillas de Aitor cayeron lágrimas, Silvia también se levantó. Silvia limpiándole la cara: tú no tienes la culpa – se unió al abrazo. Llegaron a casa más silenciosas de lo que era costumbre, incluso naia permanecía calladita, durante el trayecto en coche, Silvia había ido detrás con los niños y al final enzo había acabado en su colo de nuevo, las normas de circulación y los cinturones en ese momento le dieron un poco igual, la pequeña llamó por su hermano, que con su cara hundida en el pecho de mami buscaba seguridad, naia le agarró la mano y no se soltaron hasta que tuvieron que salir del coche. No hizo falta hablarlo, con sus niños se dirigieron a su dormitorio y se prepararon para dormir todos juntos, incluso la puerta se quedaba abierta para que Van entrase si quería. Pepa encendió la tele y en uno de los muchos canales por cable infantil, comenzaba la película favorita de enzo. Pepa: mira pequeño, el cerdito Bave. Silvia acababa de ponerle el pijama. Pepa: la vemos todos juntos? – asintió tímido – anda ven conmigo.. El niño trepó hasta los brazos de su mama y se acomodó, Silvia les dedicó una sonrisa y empezó a ponerle el pijama a la cría. Ninguno de los enanos se mantuvo despierto hasta el final de la película, Silvia y Pepa, cada una con uno en brazos se miraron. Pepa buscó su mano: estás bien?. Silvia abarcando con su mirada a su familia: así siempre. Pepa: ha sido….. – tragó saliva – cuando escuché… Silvia apretó su mano: lo sé – compartiendo con ella el miedo que habían sentido ambas. Pepa echó su cabeza para atrás, inspiró y luego volvió a fijar la vista en su mujer: que te parece irnos unos días a Vigo. Silvia mesó los cabellos de enzo dormido sobre el pecho de Pepa: una gran idea, quiero que lo de hoy se le olvidé cuanto antes.. Pepa cogió la mano de su mujer: no imaginaba hasta que punto Lis… Silvia la cortó: no hablemos de ella.., eso es lo que ha pretendido desde el principio, meterse aquí en medio.. Pepa asintió y le besó la mano: nos ha costado mucho como para permitir que alguien lo rompa.. Silvia se acercó para darle un beso: te quiero.. Pepa: con locura.. Al día siguiente mientras Pepa hacía recuento de maletas y enseres, Silvia discutía con su padre en la cocina, los niños jugaban con Van en el salón. Don Lorenzo: pero hija.. Silvia: no me vas a hacer cambiar de opinión. Pepa entró, localizó el bolso de bibes y demás y se disponía a salir. Don Lorenzo: Pepa hazla entrar en razón. Pepa se detuvo: sobre que?. Don Lorenzo: iros en este momento. Pepa apoyó de nuevo la bolsa, se sentó en la mesa: veamos, yo aquí soy la descerebrada verdad?? – no esperó contestación a su retórica pregunta – pues teniendo en cuenta que no he sido yo la que ha prometido pegarle un tiro a esa imbécil, creo que lo mejor es irnos unos días. Don Lorenzo iba a protestar pero vio para su hija. Pepa recogió la bolsa, de camino a la puerta dejó un beso en la mejilla de su mujer. Ya en la calle. Don Lorenzo repartió abrazos y besos entre sus nietos: tu hermana se va a cabrear cuando lo sepa. Silvia: como madre que es lo entenderá.. Pepa: jefe recuerde lo que hablamos.. Don Lorenzo: ya.ya, venga largo, que lo paséis bien niños. La primera parada que hicieron fue después de pasar el túnel de Guadarrama. Pepa se bajó del coche para hacer gasolina. Los niños que se habían medio adormilado se desperezaban, Van desde atrás también se agitaba. Silvia bajó un poco las ventanillas para renovar el aire, aunque fuesen a bajar en unos minutos. Cuando Pepa entraba en la tienda para pagar, una ya despierta Naia al ver que su mama no estaba la llamó. Naia: mama!!!. El grito pilló a Silvia y Enzo desprevenidos y les hizo saltar del asiento. Silvia se giró: nena??!, pero que son esos gritos. Naia, creyendo gracioso el bote que habían pegado, lo repitió: Pepa!!!. Y Pepa salió de la tienda y corriendo llegó al coche. Pepa: que pasa??. Silvia: nada, la loca de nuestra hija.. Naia hizo un gesto con las manos : done¿? – como donde estabas? Los ocupantes del coche de al lado no pudieron ocultar las risas. Pepa metió la cabeza por la ventanilla: loquita.., vengo ahora.. Silvia: si, tú riele la gracia, a nosotros casi nos da un ataque al corazón.. , a que sí enzo, que nos ha asustado.. Enzo: un poquito, si.. Pepa: pago enseguida, he dejado al cajero con la tarjeta en la mano, loca! – le dio un beso a la niña y le guiñó un ojo a enzo – vigílala enano. Ya era casi de noche cuando llegaron a la casa de Raquel y Mar. La primera las esperaba en el portal, le indicó a Pepa que llevase el coche para el garaje en superficie. Silvia se bajó y se fundió en un abrazo con Raquel: que tranquilo está todo no??, buff que frio. Raquel: si, mis padres no están, se han ido con mis hermanas unos días a visitar a Ruth. Raquel le ayudó a bajar las maletas y con los niños fueron a la casa principal. Raquel mientras abría la puerta: toda para vosotras. En el salón esperaba Mar y a su lado una cuna con la pequeña Elena. Enzo fue corriendo a abrazarse a Mar y curioso miró por encima de la cuna. Mar: te presento a Elena.. Enzo: caray que pequeñita… Naia desde los brazos de Pepa: eno???!!. Silvia: uy.., me parece que alguien tiene pelusilla. Pepa se acercó con naia: mira cariño, mira una nena como tú. Naia con recelo miró, Elena les dedicó una bonita sonrisa y agitó las manos. Silvia: que monada por dios.. Naia le cogió la cara a su mami: mami??!. Silvia la besó: tú más!, - la besó de nuevo. Pepa intercambió una mirada con Raquel: me da que no va a haber feeling.. Raquel: ya verás como sí, quién quiere ir a ver a Popeye y Olivia. Enzo levantó la mano y Raquel cogió a naia: vamos enanos. Van les siguió por una puerta que daba a la parte de atrás. Mientras Raquel entretuvo a los pequeños enseñándoles a los perros y demás animales de la casa, Pepa, Mar y Silvia se pusieron un poco al día. Hablaron un poco de pasada sobre el incidente con Enzo, pero no volvieron a sacar el tema con el niño delante. Cenaron todas juntas en la gran cocina comedor de la casa principal, Raquel no paró de hacerles monerías a Enzo y Naia, compensando que Mar se centraba más en darle el pecho a Elena y estaba pendiente de ella. Después cuando enzo y naia empezaron a notar el viaje, ayudó a Silvia y Pepa a prepararlos para dormir y acabaron las cuatro con tazas de café en la mano, en una pequeña cuna portátil estaba Elena que empezó a quejarse. Mar se incorporó. Raquel: es como un reloj. Silvia: el hambre es así.. Pepa: no preferís llevarla para casa.. Mar asintió: me deja exhausta después de tomar el pecho. Raquel: no tengo que explicarte nada de casa verdad?. Pepa negó. Raquel: vale, mañana me pegas un toque cuando os despertéis por el interfono. Se despidieron. Cuando Silvia y Pepa se metían en cama. Silvia: es mi impresión o Raquel está un poco rara.. Pepa: como tensa??. Silvia asintió. Pepa: eso me ha parecido.., bueno.., el bebé seguro que ha supuesto muchos cambios. Silvia: ya… Por la mañana se encontraron Pepa y Raquel cuando cada una salía a pasear con los perros, era temprano y los demás dormían. Raquel: bajamos a la playa?. Pepa le puso cara rara. Raquel: no para bañarnos.., pero a los perros les encanta. Cuando paseaban por la orilla. Raquel: lo estoy haciendo fatal. Pepa la miró: el que??. Raquel: ser madre… Pepa: y eso??. Raquel se encogió de hombros: yo que sé. Pepa: Mar te ha dicho algo?, se queja ?. Raquel: no, pero yo siento que apenas.., colaboro… Pepa: bueno.., darle el pecho como que tú no puedes… Raquel: ya.., pero.., no sé…, dentro de 1 mes se le acaba la baja de maternidad… Pepa: y no te ves tú sola haciéndote cargo. Raquel: es que.. siempre tengo a Mar conmigo… Pepa: joder Reich.., que no eres una inútil.. Raquel: ya.., pero.., en cuanto Mar se ponga la bata empezará con un ritmo vertiginoso.. Pepa: es lo que tiene ser una buena neurocirujana, y te recuerdo que tú pediste la comisaría para tener más tiempo y estar en casa.. Raquel: si.. Pepa se paró: ahora no te puedes arrepentir.. Raquel: no es eso.., bueno.., no exactamente.., me adapto.., pero.., no acabo de entrar en el vínculo que tienen entre ellas. Pepa: quién se levanta de noche?. Raquel: casi siempre Mar. Pepa: y quien la atiende el resto del día?. Raquel volvió a repetir: casi siempre Mar.. Pepa: pues eso es culpa tuya.., ella lo hace por instinto…, y tú tienes que adelantarte.. Raquel: ya… Pepa: coño! Reich!, mírame a mí. Raquel: si.., si.., si parece fácil.. Pepa: pues ayer con Enzo y naia te salía de maravilla.. Raquel: Elena es una cosita tan pequeña.. Pepa: pues ahora es cuando más puedes disfrutarla, mira naia un torbellino de casi 2 años, y enzo en nada tendrá 5.., se pasa volando Reich.., cuando te quieres dar cuenta ya han dejado de ser bebés…, y te lo has perdido. Silvia estaba con Mar preparando los desayunos. Silvia: entonces no hacemos tostadas?. Mar: seguro que vienen enseguida y Raquel traerá croissant y bollos de leche. Enzo y naia esperaban en el salón viendo dibujos. Elena en su cunita despierta hacía gorgoritos. Silvia: que gusto así de tranquilita. Mar sonrió: la verdad es que si.., apenas me estoy enterando, y ya han pasado 3 meses. Silvia: eso es lo mejor.., y Reich,, que tal lo lleva..? Mar: está en fase de adaptación.. Silvia enarcó las cejas. Mar se explicó: no suele quedarse sola con ella, siempre estoy yo, o sus padres o sus hermanas.., cuenta los días que me faltan para reincorporarme.. Silvia sonrió. Mar: me dice que no sé ve capaz.. Silvia se acercó a Elena a hacerle una carantoña: bueno estas cositas, así de pequeñitas y frágiles intimidan.. Mar: si.. Silvia: y tienes ganas de volver al trabajo?. Mar: aún sintiéndome culpable.., si. Silvia se rió: te entiendo, estar pendientes de los enanos 24 horas agota. Mar: y a veces no tienes la sensación.., bueno.. Silvia: sé lo que quieres decir.., de repente vives en un círculo reducido. Elena pidió con los brazos atención. Mar la cogió, le dio un beso – todo gira a su alrededor.. Escucharon la puerta. Raquel: hemos pasado por la pastelería, quién quiere bollos recién hechos…? Entraron en la cocina, y desde la puerta que comunicaba al salón, enzo de la mano con naia. Pepa: creo que se apunta todo el mundo. El resto del día lo pasaron por Vigo, conociendo los nuevos cambios que había experimentado la ciudad, para moverse utilizaron el coche de 7 plazas que tenía la hermana mayor de Raquel. Pepa de copiloto: si que es grande este coche – viendo para atrás como iban acomodados en el centro Mar con elena y naia y Silvia en la tercera fila con enzo – se va bien ahí atrás pelirrojo?. Enzo: si mama!. Estuvieron paseando por las calles del centro y luego su caminar las llevó al puerto, allí admiraron un crucero atracado. Enzo cogido de la mano de su mami: podemos subir??. Silvia: no cariño.., es sólo para los turistas que han venido a la ciudad.. Mar en tono de broma: de hecho Raquel no puede ni pasar de esa línea. Señalando una marca que ponía zona portuaria, y todas recordaron lo sucedido tiempo atrás. Raquel: jaja.. Pepa: al contrario, debería haber una placa con nuestros nombres. Raquel: ya te digo.. Durante el paseo se encontraron a compañeros y amigos de Raquel y también a compañeros y amigos de Mar. Estos últimos no pudieron evitar preguntar ansiosos para cuando su vuelta y comentaron algunos casos interesantes que tenían en esos momentos. Mar se ofreció a ver los historiales desde casa, para recomendar el mejor abordaje en la cirujía a realizar. Después cenaron todos juntos con los padres de Mar, los niños volvieron dormidos a casa. Raquel viendo a Mar concentrada en el ordenador: cariño, si quieres acércate al hospital mañana.. Mar desvió la mirada de la pantalla: no.., están aquí Silvia y Pepa.. Raquel interrumpió: me las llevo a Portugal a dar una vuelta y así tú mientras hablas con tus colegas con tranquilidad. Mar: aún estoy de baja… Raquel: ya.., pero si los casos son importantes, no pierdas por lo menos la oportunidad de aportar tu granito de arena. Mar: vale, les contesto entonces que me pasaré un rato por la mañana. Los 3 días en Vigo llegaron a su fin muy pronto, las chicas agradecieron la visita y Pepa y Silvia su hospitalidad. Raquel en un aparte: mantenme informada vale?, la gamberrada de esa agente no puede quedar impune. Pepa: lo sé.., la que más me preocupa es su madre, que no ve lo tonta que puede llegar a ser su hija. Raquel: si me necesitas me llamas. Pepa: descuida. Habían hablado del episodio en uno de sus paseos a solas con los perros, Pepa no quería sacar el tema con Silvia delante y menos con enzo, el niño parecía haberlo olvidado ya, así que lo mejor era que siguiese así. Pepa: ah.., y tú aplícate vale??. Raquel sabiendo a lo que se refería: ya.., ya.. Llegaron a Madrid temprano y en casa les esperaba Lola, Paco y Don Lorenzo. Enzo y naia pasaron de unos brazos a otros y mientras los niños saludaban Don Lorenzo le hizo una seña a Pepa. Se fueron a un aparte. Don Lorenzo: Aitor ha averiguado algo – Pepa se mantuvo a la espera – ha estado siguiendo a Lis y cree saber quién puede haber sido el tonto que se quiso llevar al niño. Pepa: voy a hablar con él. Don Lorenzo la paró: no, mañana, en la comisaría, como un trabajo rutinario. Pepa: vale, luego se lo diré a Silvia. Don Lorenzo: está más tranquila?. Pepa sonrió: le han venido bien estos días, el niño no ha tenido pesadillas y eso hace que a todos se nos pase un poco la psicosis. Don Lorenzo: no tiene que ver con ningún otro caso, de eso estoy seguro. Pepa: yo también, y Silvia después de unos días, también se ha convencido, Lis no sé que cojones estaba pensando, pero desde luego así no va a ganar galones, seguramente ha liado a algún tonto, y la tontería esta le va a salir cara. Don Lorenzo: si lo hacemos bien no lo dudes… Ya de noche, mientras se preparaban en el baño para irse a la cama. Silvia: tienes algo que contarme?. Pepa sonrió: no se te escapa una eh pelirroja. Silvia: que te ha dicho mi padre?. Pepa: Aitor cree tener una pista, mañana vamos a hablar de eso. Silvia paró de limpiarse la cara con la toallita: Pepa… Pepa la cortó se apoyó en el lavabo para que su mujer la viese a la cara: lo vamos a solucionar, no te preocupes.. Silvia: quiero saberlo todo vale?. Pepa le dio un pico: todo, te contaré todo con pelos y señales, anda vamos a la cama.. El día en comisaría parecía normal, pero desde primera hora Don Lorenzo, Pepa y Aitor habían estado teniendo pequeñas reuniones, siempre cuando Lis estaba en la calle. Pepa: estás seguro de que es él?. Aitor asintió: he estado siguiéndola todos estos días, y uno de ellos, cuando llegaba a casa un chico la abordó casi en el portal, se puso muy nerviosa, miró para todos los lados, estuvieron discutiendo y luego él se marchó. Don Lorenzo: y lo seguiste?. Aitor: por supuesto, he revisado los archivos, tiene antecedentes de trapicheo, y al tirar del hilo he descubierto que fue su novio durante un tiempo en el instituto. Pepa cabeceó a ambos lados, mientras se reclinaba en el asiento: de verdad que cada vez se pone mejor esto… Aitor: pues lo mejor de todo, es que Lis también estuvo involucrada en algunos asuntillos, pero era menor y los expedientes se archivaron. Don Lorenzo al tiempo que descargaba el puño sobre su mesa: su putísima madre!!!. Pepa y Aitor saltaron del asiento. Pepa: joder!, Don Lorenzo, que quiere que le dé otro jamacuco y dejar a sus hijas huérfanas..? Don Lorenzo: es que no lo véis?, nadie con antecedentes puede ingresar en la policía, su madre ha tapado esto y a saber cuantas cosas más. Pepa: si nos alteramos no iremos por delante de ella, nos verá venir y maniobrará para de nuevo librar a su hija. Don Lorenzo: bien – respirando - como lo enfocamos entonces??. Pepa: dime por donde anda y Curtis y yo nos haremos los encontradizos.. Don Lorenzo: y después?. Pepa: lo detenemos por lo que sea.., pero sin relación con el niño, en cuanto Lis lo vea en comisaría empezará a ponerse nerviosa.. Aitor: y que piensas que va a hacer..? Pepa: él seguro que amenazarla con contarlo.., y a las pocas horas revienta por algún sitio. Pepa eligió a Curtis, Povedilla y Rita se habían cogido una semana para irse con la niña unos días a visitar a los abuelos, a ellos también les resultaba difícil cruzarse con Lis y no devolverle el tortazo que se había llevado su hija por defender a Enzo, Rita estaba indignadísima pues había tratado a la chica de mil amores, como hacía ella con todos los chicos nuevos… Curtis para los trabajos de tapadillo, era de los mejores. Una vez localizado el sujeto, se mantuvieron detrás de él de manera discreta, no tardaron demasiado en ver como pasaba una papelina. Pepa: lo tenemos.. Curtis: espera.., espera.., veamos que clase de clientela tiene.., que volumen mueve.. Pepa: tienes razón.., si este gilipollas está metido en algo grande la podemos cagar y bien.. Lo siguieron todo el tiempo que pudieron, aunque hubo momentos en que tuvieron que abandonar la vigilancia, pues el riesgo de que los descubriera era alto. A última hora en comisaría. Curtis: trapichea, se mueve por ambientes seguros, nada de colgaos, ejecutivos y perfil similar.. Pepa: mañana en cuanto lo localicemos, daremos un aviso anónimo a alguna patrulla de la local, en el momento de la detención nos haremos los encontradizos y lo traemos aquí. Cuando Pepa llegó a casa se encontró una estampa de lo más singular. Silvia estaba en el salón con los niños, tanto naia como enzo sentados en el sofá atentos a mami, y a sus pies Van, también atento. Silvia: me habéis entendido??. Enzo: si mami. Silvia: naia?. Naia miró a enzo, éste asintió, la niña por fin dijo: zi.. Silvia: porque será que no me lo creo.. Se arrodilló ante ellos. Silvia: a ver niños.., mami está enfadada, pero sobre todo muy asustada porque no quiere que os hagáis daño vale??. Naia: tenía sezz.. Silvia: muy bien cariño.., pues vienes a mi lado y me lo dices.. Naia: eno sabe.. Silvia puso los ojos en blanco: enzo tampoco se puede subir a la alacena - viendo para su otro hijo – verdad? Enzo: si mami.. Pepa entró en el salón: así que haciendo de monito eh??. Despeinó a su chico, y guiñó un ojo a Silvia, al tiempo que se sentaba con los niños. Pepa: que le habéis hecho a mami que está muy seria..? Enzo más consciente de la situación se retrayó un poco. Silvia se sentó en la mesita del centro. Naia se movió de su sitio para acabar en el colo de Pepa, allí sentada y moviendo las manos le dijo: eno subió a asena, cogió vaso y me dio agua.. – respiró - tenía sezz… acabó. Pepa aguantando la risa, le pasó la mano por detrás de los hombros a su hijo y lo apretó contra ella, lo miró y le besó la cabeza: pequeñaja, que dice mami de subirse a las cosas?. Naia pareció concentrarse, negó con la cabeza: no se pode.. Pepa: ahí quería yo llegar..- sin darle mucha importancia, mirando para enzo – a esta cosita no se le pueden cumplir todos los deseos chavalote.., y menos si no lo sabemos mami o yo.. Enzo: ya.. Pepa sonrió y le guiñó un ojo: la enana – le hizo cosquillas a la niña – no da las ordenes vale??. Enzo asintió. Pepa: y tú que?? – viendo para Van Gogh – no pensabas avisar??. Van ladró. Pepa: no., ahora ya no vale.., antes Van.., antes – señaló a los niños – los tienes que vigilar.., eres su perro guardián.. Van ladró de nuevo dándole la pata a Pepa. Pepa: y ahora un abrazo a mami para pedirle perdón por el susto que le habéis dado. Naia no tardó en saltar a su madre, enzo se acercó más despacio, después de todo había sido él, al que habían pillado en lo alto de la encimera abriendo los cajones. Enzo: lo siento mami. Silvia lo achuchó fuerte: te quiero mucho… Enzo: yo también. Naia pasó de abrazar a su mami a los brazo de enzo: te quero yo tamen.. Pepa: muy bien nos queremos todos., y ahora a la ducha y a cenar.. Ya en cama. Silvia: unos segundos Pepa.., dejé de escucharlos unos segundos.. Pepa se ponía unos pantalones cortos: encima de la encimera eh??. Se metió en cama. Silvia: paseándose como si nada.., y naia y el perro viendo para él. Pepa: sustos como estos nos vamos a llevar más de uno.. Silvia: ya.. - se acomodó contra el cuerpo de Pepa – me ha llamado hoy Mar. Pepa: así…? Silvia: Raquel tiene una investigación en ciudad real en una semana., y le ha propuesto pasar por aquí unos días en cuanto acabe. Pepa puso cara rara: no sé si alegrarme.. Silvia: y eso?. Pepa: le dije que si estaba tan insegura con la niña que se aplicase.., y ahora se va con un operativo fuera de la ciudad?. Silvia: no habrá podido librarse.. Pepa: eso espero… Silvia cambiando de tema: que ha averiguado Aitor?. Pepa le contó su día, Silvia al igual que había hecho su padre aquella mañana se indigno sobre manera al saber que la protección de Reyes estuviera desencadenando todos los despropósitos. Pepa: lo arreglaremos.., confía en mí.., se va a acabar Reyes, su hija y toda la mierda que generan a su alrededor. Silvia la besó: vale.., porque necesito de verdad pasar página.. Pepa se la quedó mirando. Silvia: sé que no es el mejor momento, pero… Pepa: que pasa pelirroja..? Silvia: quiero.., quiero dejar la comisaría definitivamente.. Pepa se irguió un poco en la cama. Silvia: verás.., me han comunicado hoy que la baja por maternidad se alargará mínimo 1 año más.., y luego pues.., Pepa detectaba lo nerviosa que se estaba poniendo: oye.., si es lo que quieres.., por mi de acuerdo.. Pepa entendía que la vida en comisaría siempre llevaba consigo una espiral de más o menos violencia, el útlimo altercado con el niño seguramente le había hecho entender que, indirectamente si ambas continuaban en ese círculo, seguirían siendo una parte afectada, así que, que Silvia se reorientase hacia la docencia le parecía una gran idea. Silvia: si?? – le sonrió – pero.., es decir.. Pepa: ya sé, se acabó ir juntas al trabajo, coincidir en los turnos, los cafés en el laboratorio.., da igual.., si esto te gusta más.., nos acoplaremos.., seguro.. Silvia la besó: te quiero.. Pepa: pero cuando se lo digas a tu padre no le va a hacer gracia.. 3 días después de encontrarse al individuo que había ayudado a Lis lo detuvieron, lo hizo una patrulla de una comsisaría cercana y Curtis utilizando su amistad con los agentes, les pidió a sus compañeros bajo cuerda que se lo dejaran llevar a su unidad, dándoles a entender que era un informador suyo. El individuo cuando se vió en la comisaría de San Antonio empezó a inquietarse. Pepa se hizo la encontradiza con Curtis en los pasillos de camino a las celdas. Pepa: que tienes?. Curtis consultó la hoja de ingreso: Pablo díaz, tráfico de estupefacientes. El tal Pablo cuando Pepa se le quedó viendo tragó saliva de forma ostensible, era evidente que alguna foto de ella le había enseñado Lis. Pepa: tú primera vez aquí?. El tipo no contestó. Curtis le dio un golpecito en el costado: contesta!. Pablo: eh.., si señora.. Pepa se le acercó: por lo que parece has cometido un error y te hemos pillado no??. El chico temblaba como una vara. Pepa hacia Curtis: venga llévalo a la celda y comprueba si tiene más causas abiertas – le dio un manotazo en el hombro a Pablo – a lo mejor te puedes ir hoy mismo.., o a lo mejor no.. Como era de esperar, en un chaval que venía de una familia acomodada, tuvo enseguida la visita de su abogado. Pablo desesperado le pedía que lo sacase de allí cuanto antes. Don Lorenzo repasó con Reyes las detenciones del día, se aseguró de tener toda su atención cuando dijo el nombre del amigo de su hija, salvo una leve contracción de ceja, no hubo mayor cambio en su rostro. El chaval no tenía suerte como le comentó Curtis a última hora de la tarde, era viernes e iba a pasarse allí el fin de semana. Reyes mantuvo a su hija y ella misma alejada de las celdas, pero no le advirtió de quién estaba allí. Cuando Pepa llegó a casa le contó a Silvia que ya tenían al tipo que había asustado a Enzo en una de las celdas. Silvia se alegró de que pasase 48 horas encerrado comiéndose la cabeza pensando en que podía pasarle si se enteraban de que había sido él, quién había intentado llevarse el niño de la inspectora jefe, y nieto del comisario. Como suponían el tal Pablo a través de su abogado hizo llegar un mensaje a Lis, y ésta apareció a primera hora del sábado por comisaría. Curtis listo y preparado, eligió ese mismo día para hablar con el detenido en una de las salas, la excusa, sonsacarle información de sus camellos. Convenientemente cuando Rita le advirtió de que Lis estaba en comisaría, dejó al detenido sólo en la sala. Y apenas 5 minutos después entraba Lis en la sala, y Curtis en la anexa para grabar cuanto allí se dijese, a su lado Rita que estaba deseando entrar para darles un sopapo a cada uno. Curtis: Rita.., Rita.. –frenándola – no la vayamos a cagar ahora que Pepa nos mata.. Lis: que cojones estás haciendo aquí??. Pablo: déjate de ostias y sácame cuanto antes.. Lis: pero tu eres imbécil??. Pablo: yo?? – se rio nerviosamente – como largue por esta boquita.. Lis se encaró con él: y que vas a decir idiota.., que querías secuestrar al hijo de la inspectora jefe?. Pablo intentó levantarse: que me obligaste tú. Lis: así??, y a cambio de que??. Pablo se calló por un instante, Lis se lo había encontrado por casualidad cuando ambos salían de los juzgados de Plaza Castilla, él estaba imputado porque lo habían pillado puesto hasta las cejas saliendo de un laboratorio clandestino, en sus bolsillos bastantes bolsas para su distribución. Lis hizo desaparecer esa parte del informe y sólo quedó constancia de que él si había estado allí pero como consumidor. Pablo se recompuso: sácame de aquí, o a la menor sospecha de que me reconoce alguien.. Lis lo sujeto por el cuello: quién te va a reconocer gilipollas, sólo yo te ví.., estáte calladito y el lunes estarás fuera de aquí.. En casa de Lola estaban preparando la comida, cuando llamaron a la puerta. Eran Povedilla y Rita, Pepa los hizo pasar y llamó a Silvia. Pepa: y bien?. Povedilla le enseñó un cd: todo grabado inspectora.. Rita: unos sinvergüenzas Pepica, ella la peor.. Silvia le apretó el brazo., tranquilizándola. Pepa: Rita el lunes se acabará todo.. Don Lorenzo llegó con sus nietos y Sabina del parque acompañado por Lucas y Sara, se cruzaron con Rita y Povedilla al salir que se llevaron a su niña. Sara se fue directa al sofá, seguida de los gritos de naia que la reclamaba.. Sara: nooo – haciendo un poco de teatro - no puedo más… Naia quiso subirse a su colo, pero Lucas la recogió por detrás. Lucas: ven aquí terremoto.. – le hizo cosquillas. Naia gritó : enooo!!. Y Enzo se fue a por Lucas para hacerle cosquillas a su vez, los tres acabaron en el suelo del salón, uniéndoseles Van para más alegría de los niños. Silvia se acercó al sofá para hablar con su sobrina: cansada??. Sara: buff.., no para.. Silvia: y eso que te la has llevado al parque, y ahí hay muchas cosas para entretenerla.. Sara: enzo no se queda atrás.., está con ella a cada paso…, que 2.. Silvia sonrió: ya.. Llegó Pepa: que sobrina.., uy que carita.., que poquito aguante.. Sara: a ti quería verte yo embarazada. Pepa: a no.., yo esos deportes de riesgo no los practico.. Los gritos de los niños y Lucas subieron en intensidad. Silvia: cuidado niños que os váis a hacer daño.. Pepa: si Luquitas. Lucas cubierto por los niños: pero si son ellos… Llegó Lola: a ver parad ya, que hay que poner la mesa, que la comida ya está. Pepa: se acabó la fiesta.. Lola dándole un beso a su hija: como estás cariño??. Sara: muerta.. Lola: si es que tienes que salir a pasear con Lucas, pero no ir detrás de estos terremotos, ay!!. Naia se enganchó a la pierna de su tía, con la intención de que ella también participase en el juego. Lola la levantó: a ver loquita, tú no tienes hambre..? Naia ante la pregunta seria de su tía, se concentró y seria contesto: zi.. Lola: pues ale, a comer.. Y se llevó a una tranquila naia en brazos. Lola: véis como no es tan difícil.. Lucas levantándose: claro.., que jeta.., después de tenerla gastando energías en el parque.. Silvia: y con el hambre que debe tener. Enzo levantando el brazo: yo también.. Pepa lo subió en alto: pues vamos enano a por el mantel y me ayudas a poner la mesa.. A la hora de la sobremesa, ya con naia rendida durmiendo la siesta enzo casi igual con Pepa en el sofá mientras veían una peli, Silvia le dijo a su padre que quería hablar con él. Salieron y se sentaron en el banco cercano a la puerta de entrada. En cuanto Silvia le dijo que quería abandonar la comisaría. Don Lorenzo: hija, el problema con Lis y su madre lo vamos a solucionar.. Silvia: no es sólo eso.. Don Lorenzo: pero.. Silvia: quiero alejarme de todo eso.. Don Lorenzo entendiendo mal: no estás bien con Pepa..?, vale que estar todo el día con esa cabra loca, pues.., pero., yo pensaba.., se os veía bien.. Silvia lo interrumpió: Papa.., estoy muy bien con Pepa, pero quiero – rectificó – queremos alejar a los niños.., tener otras rutinas en nuestras vidas.. Don Lorenzo: me parece una locura renunciar a la plaza.. Silvia: mi idea es una excedencia por el mayor tiempo posible.., y si me sale plaza definitiva en la Universidad, entonces si renuciar a ella. Don Lorenzo: hija.., yo.., es que.., no verte por allí… Silvia juntó las manos con su padre: necesito este cambio…. Don Lorenzo: y quién me va a ayudar con la descerebrada de tu mujer..? Silva sonrió: pero si cada día te llevas mejor con ella.., casi mejor incluso de lo que te has llevado conmigo entre esas paredes.. Don Lorenzo: es que tú, hija mía, siempre has sido muy cabezota.. Silvia: más bien, siempre he sido de seguir los procedimientos.. Don Lorenzo sonrió: eso.. Silvia repitió: eso.. Don Lorenzo la abrazó: te voy a echar de menos.. Silvia reteniendo el abrazo: Papaa…, no me digas eso anda.. Don Lorenzo: vale.., vale.. – se separaron – pero si no te adaptas, y quieres volver.., me lo dices rápidamente. Silvia: si me arrepiento, iré a suplicarte que me readmitas. Raquel llevaba 2 días en Ciudad Real, el seguimiento para el que había ido hasta allí estaba encauzado y creía firmemente que antes de que acabase la semana podría subir a Madrid, caminaba distraída por la calle de camino al hotel, era tarde… - Raquel??? Raquel se paró en seco, su corazón reconoció la voz que había pronunciado su nombre, y por unos segundos, se detuvo su cuerpo y el ritmo de sus latidos, se giró para ver como de un coche cercano una mujer cerraba la puerta, la mujer por la que estuvo más cerca de la muerte, por la que no dudó en luchar y morir si hacía falta para protegerla. Su nombre salío entrecortado de sus labios. Raquel: Leo.. – pausa - Leonor.. Leonor sonrió sin poder evitarlo, muy poca gente la había llamado con ese diminutivo en su vida, y la primera que lo hizo fue Raquel, se abrazó a ella. Sintiendo el temblor en el cuerpo de Raquel. Leonor: soy yo Raki, no un fantasma, anda abrázame.. Raquel lo hizo, en un mismo gesto la apretó contra ella, aspiró su aroma y reprimió el llanto de su emoción contenida, trago saliva y estuvieron así varios segundos. Cuando se separaron. Leonor: como tú por aquí??. Raquel descolocada: yo??,tú… Todos los recuerdos le venían a la mente, la estancia de ambas en el hospital, los primeros días fuera de allí, y la huida, sin saber a donde.. Leonor: soy de aquí Raquel, volví junto a mi familia.. Raquel creyó marearse, idiota.., policía novata e idiota.., cuando Leonor se fue, a los pocos meses la buscó, pero lo hizo en el lugar equivocado, en la zona de Andujar, de donde era su marido, creyendo que ambos serían de la misma zona, pues se habían casado muy jóvenes.. De la boca de Raquel volvieron a salir solo 2 palabras: me abandonaste.. Leonor acusó aquellas palabras, pero sobre todo acusó el dolor reflejado en la verde mirada que tanto había querido y añorado: vivo aquí – señaló el edificio de al lado, y sin más, como si no hiciera falta preguntar que la acompañase o dando por hecho que lo haría, se dirigió a la puerta. Cuando Leonor introducía la llave en la cerradura. Raquel esta vez preguntó: por que…?- repitió - por que me abandonaste..?. La puerta entreabierta se quedó así, mientras Raquel apoyaba su cuerpo en la pared cercana. Leonor vio para ella, sintió de repente todo el daño que supo le habia hecho al haberse ido de aquella manera, aún así tomó aire e intentó explicarse: ambas teniamos que curar nuestras heridas, si me quedaba, te habrías dedicado a mí y habrías olvidado para que habías ido a Avila, no habrias sido policia nunca y pasados los años tu rodilla destrozada y yo seríamos el peor de los recuerdos. Raquel intentó por todos los medios, no llorar, pero no pudo evitar que alguna que otra lágrima cayese por sus mejillas, la miraba fijamente y en silencio, pensaba.. No me abandonó.., se quitó de en medio para no complicarme más la vida. Leonor continuo: el dolor y la rabia, a veces son las mejores motivaciones para recuperarse. Raquel casi a renglón seguido: tú te has recuperado??. Leonor le sonrió levemente, pues sonó a si ella la había olvidado, Raquel siempre con sus preguntas directas, con sinceridad le contestó: has sido un recuerdo demasiado perfecto para ni siquiera igualarte.. Raquel sentía un colapso en su cerebro, todos aquellos años pensando que se había colgado tanto de aquella mujer para que después la hubiera abandonado como un trapo, cuando en realidad había sufrido incluso más que ella, pues sabía el daño que iba a causar, y tendría que vivir con ello. Raquel dio un paso hacia ella, preguntarle por qué no tenía sentido.., mil razones le daría Leonor, la principal era evidente, incluso pasados los años, fue un acto de amor… Siguió acercándose, sus manos se posaron en su cara, recordando el tacto de su piel, viéndose en sus ojos, recordando tiempos pasados, si en algún momento Mar y Elena pasaron por la mente de Raquel, no lo hicieron con la suficiente fuerza para despegar aquellos recuerdos, se acercó Raquel, Leonor no le siguió en el movimiento, aún así, Raquel volvió a avanzar hasta alcanzar sus labios, hasta presionar lo suficiente para que respondiese a su beso, hasta conseguir que sus brazos la acogiesen. Y ya no hubo marcha atrás, ya no hubo ningún otro pensamiento que no fuese recuperar el tiempo perdido con Leo…. Pablo Díaz entraba en la pequeña sala desquiciado, no se esperaba tener que pasar el fin de semana entre rejas y menos en una celda lleña de lo peorcito de la ciudad, en varias ocasiones tuvieron que intervenir los guardias para aplacar los ánimos, lo que no sabía él, es que los que le acosaban e intentaban agredir eran confidentes de Curtis. Pepa lo esperaba a solas, cuando lo trajeron: sentarlo ahí por favor. Con las manos esposadas lo pusieron en la silla de al lado, no enfrente. Cerraron la puerta. Pepa se giró de lado: que tal? – su gesto era amigable. Pablo: donde está mi abogado?. Pepa consultó su reloj: umm.., se va a retrasar un poquito., o nosotros nos hemos adelantado.., como lo quieras ver., que tal en la celda?. Pablo se removió incómodo: mal.., me pienso quejar a mi abogado, me han colocado con los más peligrosos y .. Pepa lo interrumpió: es para que te vayas acostumbrando.. Pablo: que??, pero si yo.. Entonces Pepa se levantó, con el impulso del mismo movimiento lo agarró por el pecho y lo estampó contra la pared. Pepa: piensa lo que te harán cuando sepan que te quisiste llevar a un niño… - lo miró fijamente – pelirrojo. .. – lo golpeó de nuevo contra la pared – mi hijo para más señas.. Pablo temblaba de arriba abajo. Pepa no aflojó el agarre: me voy a encargar personalmente de que te pases una buen temporada entre lo mejorcito del país.. Pablo empezó a mearse encima. Pepa se apartó y el detenido se escurrió hacia el suelo. Entonces entró Curtis. Curtis: algún problema??. Pepa levantó las manos: para nada, creo que el detenido quiere darnos algunos datos. Curtis: me encargo yo?. Pepa asintió: si yo ya he acabado aquí. Después de cerrar la puerta respiró, aplacando los deseos de partirle la cara a ese imbécil que había asustado a su niño. Horas después Don Lorenzo llamaba a Reyes a su despacho. Don Lorenzo: siéntese por favor. Reyes: tengo muchas cosas que.. Don Lorenzo: le he pedido por favor que se siente… Reyes obedeció. Don Lorenzo le puso delante una carpeta: lea, hasta el final, después hablaremos usted y yo. Se quedó viendo para ella a medida que sus ojos recorrían el escrito inicial, e iba paginando, en alguna ocasión levantó la vista ligeramente, pero no dijo nada, siguió como se le había ordenado leyendo hasta el final. Pepa se mantenía a la espera en el despacho de su hermano, prefería estar con él a no quedarse sola en su oficina y darle vueltas a todo. Apenas media hora después entraba Don Lorenzo. Pepa casi al entrar: y bien?. Don Lorenzo se sentó: ha aceptado. Pepa: todo?. Don Lorenzo: todo.., ahora mismo están dando el aviso al coche de Aitor para que vuelva a la base. Paco nervioso: no sé si es buena idea que Pepa.. Don Lorenzo: tienes que estar aquí, y sobre todo que no se te note nada.. Pepa: vale.. – miró el reloj – voy recogiendo mis cosas. Aitor : te espero?. Lis se encogió de hombros: no sé que me querrá mi madre.. En eso salía Pepa al aparcamiento. Pepa: hola chicos.. – les sonrió – que temprano no?. Aitor: nos han llamado de central. Pepa: ah., bueno os dejo, yo ya he acabado aquí por hoy, nos vemos. Lis: chao. Pepa no se fue muy lejos, apenas 2 manzanas de allí, espero unos minutos hasta que vio llegar a Aitor, y juntos se fueron. Pepa: como ha ido?. Aitor se frotaba las manos contra los vaqueros: creo que no ha notado nada, aunque lo mío me ha costado.. Pepa empezó: siento todo .. Aitor la cortó: no te disculpes.., está como un puto cencerro.., ojala esto funcione…, yo también quiero dejar de vivir esta mentira.. Pepa siguió conduciendo. La primera reacción de Lis fue negarlo todo evidentemente, comenzó a hablar sin parar, intentando argumentar una conspiración contra ella, pero su madre la agarró para sentarla en frente de su ordenador. Reyes: mira esto!. Le puso el video de la sala de interrogatorios, y como Pablo díaz la acusaba del intento de secuestro, contaba con pelos y señales su relación con ella, detallando todo cuanto habían vivido con anterioridad. Parecía la simple confesión de un preso que se veía acorralado por una pena grave y que intentaba a la desesperada conseguir un trato, claro que en ese cd no estaban, pues no se había grabado, la pequeña conversación que había mantenido con Pepa minutos antes. Reyes: en que cojones estabas pensando!!, por esto puedes ir a la cárcel!. Lis: mama.., yo, . Reyes: cállate!, no quiero que vuelvas a abrir la boca.. Reyes paseó por su oficina, tenía la esperanza de que hubiera alguna explicación por parte de su hija, pero no, era evidente que de nuevo su hija y su desmesurada ambición la habían hecho ir más allá de todas las normas. Se sentó y después de respirar unas cuantas veces. Reyes: esto es lo que vamos a hacer… Lo que iban a hacer no se le había ocurrido a ella, en realidad muy hábilmente Don Lorenzo después de presentarle todas las pruebas, la había encaminado hacia la opción “ más elegante “. Su hija presentaría su dimisión como miembro de la policía y se trasladaría a vivir fuera de España, evitando así contacto alguno con el tal Pablo y que este pudiera en algún momento chantajearla. cuanto a la propia Reyes, la opción más fácil era hacerla dimitir también, pero Don Lorenzo sabía que un enemigo convenía tenerlo de mano y sobre todo atado con una prueba tan evidente. Don Lorenzo le había ofrecido a Reyes la posibilidad de volver a empezar en otra zona, sabiendo que para ella su trabajo era primordial, y que no le quedaría más remedio que estarle agradecida y en deuda.. Podía quedarle la duda a Reyes de porque la ayudaba, pero Don Lorenzo le razonó que lo hacía por el bien de su hija, si se ella y la descerebrada de su nuera se enteraban de la implicación de Lis, seguramente cometerían alguna imprudencia y no quería esas manchas en sus expedientes o en el suyo propio. Don Lorenzo le aseguró que su subordinado no abriría la boca, y todas las pruebas quedaría en su poder para garantizar que todo lo allí pactado se cumpliese. Raquel tocaba al timbre, los 2 últimos días lo único que le importaba era volver allí, era esperar que Leo le abriese la puerta y besarla al instante para luego acabar en la cama, menos mal que el caso ya estaba casi cerrado, de lo contrario su aire distraído le podría haber causado algún problema. Después de dejar a Aitor en su casa, Pepa hizo el camino para la suya. Silvia estaba revisando unas notas para sus clases, mientras los niños se entretenían jugando. Pepa saludó: hola a todos!. Enzo y naia fueron a su encuentro a darle unos besos. Pepa: gracias pequeños.. Y luego se sentó con Silvia, le dio un pico. Silvia: que tal ha ido?. Pepa se estiró y puso las manos detrás de la cabeza mientras la apoyaba en el sofá : pues he conseguido aguantarme las ganas de partirle los huesos al tonto ese y de hacer lo mismo con la niñata. Silvia hizo una mueca: y lo demás?. Pepa: tu padre lo tenía encaminado, por ahora iba bien, según Aitor no sospecha nada. Silvia volvió a sus papeles, aunque un simple vistazo por parte de Pepa le dejó claro que era más un estar ocupada que otra cosa, besó a su mujer en la mejilla y sin retirarse. Pepa: ya verás como tu padre lo deja todo bien atado. Apenas acabó la frase cuando escuchó el timbre de la puerta. Se levantó de un salto, mientras decía un poco alto. Pepa: será el abuelo??. Los niños volvieron a levantarse y casi la obligaron a subirlos para ver por el videoportero. Enzo y naia: lelo!! Don Lorenzo: Pepa dale al botón leche que aquí afuera hacia un frío de co… Pepa tocó el timbre para evitar que los niños escuchasen las bonitas palabras del abuelo. En cuanto llegó a la puerta fue recibido por besos y abrazos, con ellos cargados se sentó como pudo en el sofá al lado de su hija, Pepa se quedó de pie. Silvia: hola papa. Don Lorenzo se inclinó para besar a su hija: hola cariño.., pequeñajos a jugar que tendo que hablar con vuestras mamas.. En cuanto los niños volvieron a sus cosas. Don Lorenzo: tengo sobre mi mesa, la dimisión de Lis y el traslado de Reyes firmados y sellados. Silvia: tú crees que se ha acabado papa?. Don Lorenzo dirigió una pequeña mirada a Pepa, ambos sabían las vueltas que le daba a todo la pelirroja: totalmente.., estate tranquila.. Pepa dio una palmda: pues si lo dice el comisario, no le vamos a contradecir.., se queda a comer suegro?. Don Lorenzo: quién hace la comida?. Pepa: yo por supuesto. Don Lorenzo: entonces si – guiñándole el ojo a su nuera. Silvia le dio un manotazo a su padre: oye??.. Don Lorenzo: no te cabrees hija, pero la descerebrada tiene más arte a los fogones.. Silvia: pero serás.. Don Lorenzo abrazó a su hija, ay, cuanto iba a echar de menos no tenerla por la comisaría.. Por la tarde fueron llegando Sara y Lucas, y después Paco y Lola, al final la reunión espontánea familiar se terminó bastante tarde. Pepa se encontró a Silvia concentrada en el espejo del baño. Se quedó viendo para la superficie de cristal: me vas a echar la bronca porque está salpicado??, porque te juro pelirroja que yo no veo mal el cristal. Silvia le medio sonrió y negó con la cabeza. Entonces Pepa la abrazó desde atrás: ahh, entonces.., es que tu linda cabecita sigue con pensamientos negativos.. La hizo girarse. Pepa: que le pasa inspectora, que ahora que ya no forma parte de la comisaría va a empezar a dudar de nuestras aptitudes… Silvia: y si… Pepa le dio un pico y calló el inicio de la frase: caso cerrado.. Silvia hizo el amago de volver a decir algo, pero Pepa la volvió a besar. El tercer día, la misma rutina, pero en esta ocación Raquel tenía más tiempo, pues todo el caso lo habían cerrado esa misma mañana, así que esperó en la cafetería cercana a que llegase Leo, la vio aparcar y subir. Minutos después Raquel tocaba el timbre y esperaba que le Leo le abriese la puerta, pero en esta ocasión cuando tuvo la puerta completamente abierta no dio el paso para entrar, apoyó la mano en la pared cercana buscando estabilidad, y bajó la cabeza un instante como para tomar aire, al levantarla. Raquel: se llama Mar.., hace unos meses tuvimos una niña preciosa… - hizo una pausa no se merece lo que estoy haciendo… Leo la escuchó desde su lado de la puerta, sabía que en algún momento aquello sucedería, había visto el anillo, pero por propio egoísmo, no había impedido nada de lo ocurrido, extendió una mano Le : anda.., pasa y hablemos… Se sentaron en la mesa de la cocina delante de sendas tazas de café, se miraron a los ojos y comenzaron a hablar.. Cuando Pepa llegó a la comisaría casi a última hora de la tarde, ya no estaba en su jornada pero le habían llamado, Mariano se la llevó en volandas. Pepa se quejó: coño Mariano.., pero que pasa?. Llegaron hasta las salas de interrogatorios, dentro de una de ellas Paco y Lucas hablaban con un tipo, con pinta de loco, pelos disparados, gafas torcidas y nervioso en general. Fuera Don Lorenzo escuchaba lo que se decía dentro. El hombre de manera inconexa relataba unas supuestas pruebas que se estaban realizando en los laboratorios donde trabajaba, cuando dijo el nombre Pepa se quedó a cuadros, y al igual que estaba su suegro se concentró en el torrente de palabras. Más de media hora después. Don Lorenzo: yo creo que está loco.. Los demás asintieron. Ostias estaba hablando de los laboratorios más importantes de España, que de España, en realidad eran una filial de la matriz alemana que se extendía por todo el mundo. El técnico de laboratorio contaba pruebas con ratones y demás coballas, para después a gritos relatar que las pruebas había comenzado con humanos. Estaban prácticamente dándole carpetazo al asunto cuando Povedilla tocó a la puerta. Don Lorenzo: si..? Povedilla: ejem.., señor.., es que.., ha habido un accidente.., en la calle.. Don Lorenzo: Jose Luis!, para que nos molestas por un accidente!. Povedilla: es que.., han atropellado.. Don Lorenzo mientras se levantaba de su asiento: pero te crees que somo la brigada de tráfico??!., váyase a tomar.. Mariano se acercaba a Povedilla: anda.., mejor déjanos que estamos hablando de un caso.. Povedilla con voz bajita hacia Mariano. Mariano: Que?!!. Don Lorenzo: y ahora que pasa?. Mariano descompuesto: han atropellado al técnico del laboratorio.. Todos se miraron entre si. Lucas: la puta.. Paco: esto no me gusta nada.. Don Lorenzo se encaminó hacia Povedilla: como ha sido?. De repente la interrupción se transformó en casi un interrogatorio. Jose Luis acabó: parece un atropello accidental.. Pepa: y una mierda.., delante casi de la comisaría, a pleno día y el conductor a desaparecido.. Paco después de colgar: el coche – lo habían dejado abandonado cercda del lugar del accidente – era robado. Mariano: mierda… Mar tenía a Elena en brazos mientras hablaba por móvil con un compañero del trabajo, la niña se había dormida hacia apenas 15 minutos, escuchó la puerta se sorprendió al ver a Raquel entrando, no le había dicho que ya volvía a casa, de hecho.., creía recordar que la idea era reunirse en Madrid, seguramente algo se habría complicado. Mar: oye Fran.., acaba de llegar Raquel, dame unos minutos, y si puedo me acerco vale?. Raquel esperó a unos pocos pasos de la entrada. Mar colgó y se acercó sonriendo: holaaa..?, no te esperaba.. Raquel: problemas??. Mar le dio un pico, notó cierta frialdad, quizás venía preocupada por algo: te quedas?, o tienes que ir a la comisaría?. Raquel: me quedo.. Mar: la coges?. La pasó a la niña que seguía dormida.. , Raquel se la llevó al pecho, a Mar le pareció que se le iba el aliento. Mar: todo bien??. Raquel levantó la mirada, pareció que algo iba a decir, pero de sus labios salió: tienes que irte?. Mar : umm…, estaba hablando con Fran, tienen una urgencia, un caso complicado y… Raquel: ve.., ya me quedo yo.. Mar: si??. Raquel: claro.. Mar: vale…, se acaba de dormir – recogió rápido su bolso y salió de casa no sin antes besar de nuevo a Raquel y a su niña. Don Lorenzo paseaba por el despacho, los demás hablaban. Lucas: tenemos que infiltrarnos.. Pepa: como??, porque que yo sepa ninguno tenemos una licenciatura en químicas. Paco puso cara de saber quién podría.. Pepa: olvídalo Paco, Silvia ya no forma parte de todo esto.. Don Lorenzo: pues vamos legítimamente. Mariano: que?. Don Lorenzo: tenemos la denuncia, le damos trámite y nos presentamos allí como algo rutinario. Pepa: señor, digo yo que no veremos nada raro. Don Lorenzo: veremos.., llévate a Curtis, que se meta donde no debe, a ver como reaccionan. Pepa: ya.. o sea, que nos hacemos los polis tontos.. Don Lorenzo: él sí, tú la chica que no aguanta a su compañero de la vieja escuela y que no hace más que avergonzarla con sus métodos tan poco sofisticados.. Mar llegó a casa después de una larga operación, un post operatorio complicado y una nueva intervención de urgencia. Apenas salían los primeros rayos del amanecer, declinó una invitación a desayunar con sus compañeros, prefería volver a casa, después de todo Raquel había llegado hacía unas horas, con suerte aún podría disfrutar de unas horitas en cama. Pero se la encontró sentada en el salón con la mano apoyada en la cabeza, viendo hacia la nada. Mar se puso delante: Reich??, que pasa??, la niña esta mal??. Raquel pareció salir de su trance: duerme como un angelito, hace apenas unos minutos que he ido a verla. Mar: que pasa? – le cogió la mano. Raquel apretó su mano y vió para ella. Mar: me estás asustando??. Raquel: lo siento…, yo – bajó la cabeza.. Mar no entendía nada, se acercó más con intención de abrazarla, pero Raquel se levantó evitando el contacto. Mar: Raquel..?, - llevaba la misma ropa, ni siquiera se había descalzado, era evidente que tampoco había dormido.. Raquel: perdona.., no puedo dejar que me.., - como decirle que se sentía una mierda, que no podía permitir que la tocase o consolase, cuando ella le iba a hacer el mayor daño del mundo – tengo.., tengo… que decirte.. Se calló de nuevo pero mientras puso distancia entre ellas. Mar se lo temía, pero aún así: dime ya lo que sea.. Raquel miró para ella, decirlo no era tan fácil, y desde luego preguntarlo tampoco, pero era evidente quién de las 2 tenía más valor. Raquel: te he engañado…- bajar la mirada hubiera sido mezquino, debía aguantar ver como la cara de Mar se desencajaba, como se exteriorizaba el daño de sus palabras. Lo que no se esperaba era la pregunta que salió de sus labios. Mar: con quién? – intentaba aguantar las lágrimas, pero estas caían por sus mejillas – dímelo Reich.., si me estás diciendo que me has puesto los cuernos, me merezco saber con quién.. Raquel lo dijo: me.., encontré.., a – finalmente dijo - ..,Leonor.. La cara de Mar fue un poema, conocía ese nombre, lo temía más bien, siendo la mejor amiga de la hermana pequeña de Raquel, había vivido de cerca el drama familiar, y sabía de la herida que esa mujer le había marcado a fuego. Mar leía en la cara de Raquel, entendía ahora sus secas conversaciones de los últimos días, su aparición y su frialdad, tenía que digerirlo. Mar: te reconcome la culpa??, por eso me lo dices??, para aliviar tu conciencia…?, sal de mi vista… - pero no con ella delante. Se giró para entrar en la zona de los dormitorios. Raquel se quedó de pie, viendo su marcha, no podía estar sorprendida, sabía que eso iba a pasar, pero ni por un instante tuve en mente callarse, tenía que ser honesta con Mar y confesar lo que había hecho, y asumir las consecuencias de sus actos.., por eso en cuanto entró en casa, supo lo que iba a perder, por eso se pasó la noche en vela viendo dormir plácidamente a la niña y pidiéndole perdón por no haber sabido estar a la altura, pidiéndole perdón por el daño que le iba a hacer a su madre.. Silvia recogía su portafolios, Pepa ya se había llevado a los niños, enzo a la escuela y naia a la guardería, le sonó el móvil, era Mar. Silvia: hola??, ya pensaba que no ibais a llamar nunca.., Mar??. Mar: estoy aquí…, perdona.., te parecerá raro.., pero.., sabes si Raquel ha llamado a Pepa?. Silvia: no.., pero pasa algo?, el caso se ha complicado??. Mar: no tiene nada que ver con el caso.., se ha ido de casa.. Silvia que notaba tristeza en su voz: pero.., no entiendo nada.. Mar: yo tampoco.., llegó de madrugada y hace unas horas me dijo que me había engañado. Silvia se sentó en el brazo del sofá. Mar: me fui a la habitación porque en ese momento no podía tenerla delante y cuando he salido de nuevo no estaba, ni la maleta con la que había venido.. Silvia: cariño.., no estás bien, es evidente.., dime que quieres que haga??. Mar: llama a Pepa, por favor, que intente averiguar donde se ha metido. Silvia: le has preguntado a sus padres??. Mar: no quiero meterlos en esto.. Silvia: pero.. Mar: es entre ella y yo Silvia, los conozco, me quieren con locura, y yo no quiero que se enfaden con su hija, Silvia: enfadarse.., pues no le van a aplaudir..! – tomó aire – perdona.., no te ayudo diciendo estas cosas.., es que de verdad, admiro tu actitud.., yo es que la – se embalaba de nuevo, se calló – uf.., mira.., llamo a Pepa ahora mismo y te digo algo.. vale?. Pepa llegaba a comisaría: dime pelirroja – sonreía – no puedes vivi... Silvia la interrumpió: llama a Raquel y que te diga donde está ahora mismo!. Pepa se separó el móvil: ey?, pero que pasa?, casi me rompes el tímpano.. Silvia: que pasa??, que le ha puesto los cuernos a Mar, y se ha ido de casa. Pepa se paró en seco: no jodas.. Silvia: te crees que estoy de broma..? Pepa: es una forma de ha.. Silvia: Pepa, encuéntrala y dime algo rápido. Pepa: vale, te llamo.. Entró en comisaría, mientras marcaba el número de Raquel , apagado, se fue directa a un terminal, entró en una aplicación y puso los datos de Raquel, marcó el teléfono de Silvia. Pepa: hola, no contesta al móvil, pero sé que ha cogido un vuelo para Madrid. Silvia: y que hace en Madrid?. Pepa: y yo que sé?, mira déjame que hable con alguno de los compañeros que estaban con ella en Ciudad Real, a lo mejor me entero si tiene algo que ver con el trabajo.. Silvia: pero que trabajo, que le ha puesto los cuernos Pepa!, que se lo ha dicho ella misma. Pepa separó de nuevo el móvil: uf.., pelirroja de verdad.., que yo tampoco creo que.. Silvia: Pepa no me la disculpes.. Pepa: vale, vale.. Silvia: te cuelgo, voy a llamar a Mar. A media tarde estaba Mar en el salón de casa de Silvia y Pepa, la primera había acabado su primer día de clases y llevaba un rato escuchando el relato de Mar. Mar: no te puedo contar nada más – se limpiaba el resto de unas lágrimas. Sonó la puerta. Pepa: hola? – había tardado un poco más, porque pasó a recoger a los niños y los dejó con la tita Lola, no era un buen día para llegar felices y contentos y con ganas de abrazos y besos. Cuando llegó al salón. Pepa: hola Mar – se abrazó a ella – no he averiguado mucho más, sigue con el móvil apagado. Mar se sentó de nuevo en el sofá. Pepa: yo es que.., de verdad.., estoy alucinando.. Mar: fue con Leonor, Pepa.. Pepa no pudo contener una mueca, pero si reprimió la exclamación. Mar: al parecer se la encontró.., habrán estado recuperando.. – no pudo seguir – mierda.., no se porque me hago esto.. Silvia le apretó las manos: tú no tienes la culpa… Pepa: no tiene porque estar con ella. Silvia miró para Pepa. Pepa: no te dijo nada más?. Mar: no le di oportunidad, le dije que se sacara de mi vista, no la estaba echando de casa, pero no la podía tener delante, pero eso es lo que debió entender… Les contó lo poco que había sucedido, después Mar se fue a descansar, llevaba horas dándole a la cabeza y ya no podía más. Silvia se fue con Pepa hacia la cocina. Pepa: creo que me voy a Avila. Silvia: para que?. Pepa: seguro que está allí, no sé donde ni como se encontró a Leonor, pero si paso tal y como cuenta Mar, volvió porque la eligió a ella y a la niña.. Silvia: elegir..?.. la madre que la parió.., y ahora porque coño se ha ido a Avila. Pepa: ahí empezó toda su mierda de trauma, lo viví con ella Sil.., ha sido una incapaz emocional hasta que Mar insistió.. Silvia: pues vete ya… Pepa se recorrió la academia, incluso estuvo con algún que otro compañero de su época, ahora instructores, al final acabó en el bar con horario 24 horas, que había sido el punto de encuentro de todos los que pasaban por la academia. Y allí se encontró a Raquel, sentada en la barra. Cuando se acercaba a ella. Camarero: la conoces??. Pepa asintió. Camarero: no sé que le pasa, pero esto no lo había visto nunca antes.. Pepa se sentó en el taburete contiguo a Raquel, delante de ella un montón de chupitos, unos encima de otros, formando pequeñas construcciones, pero todos llenos, y ella viéndolos fijamente. Pepa: Ra.. – le puso la mano en la pierna - que haces??. Raquel se giró hacia ella, los ojos enrojecidos, no estaba sorprendida de verla allí: me los podría haber bebido todos sabes.., pero no me merezco perder el sentido emborrachándome.., le he hecho daño, y tengo que pasar este dolor sobria… Pepa: entonces porque lo hiciste?. Raquel: tú me lo preguntas??, que es Silvia para ti??. Todo, pensó Pepa, pero entonces.. Pepa: entonces Mar.. Raquel: es lo más importante de mi vida desde hace unos años.., pero.., no.., como puedo explicártelo sin paracer una hija de puta.., Leonor no tuvo la culpa, yo quise.., fue mi primer amor verdadero.., yo tenía una vida con ella.., no fue fácil, tú lo sabes. Si, Pepa lo sabía, conocía la historia, Raquel se la había contado un día de borrachera, las palizas, el acoso por parte de él, su feliz vida juntas. Raquel: y casi de la noche a la mañana lo perdí todo.. – uno de los chupitos entre sus manos – se alejó de mí Pepa, conscientemente, por mi bien, para que yo pudiera rehacer mi vida, porque ella se consideraba un lastre con el que yo no debía cargar. Pepa: y quisiste recuperarlo?. Raquel: no sé lo que quise, y si, quizás quise volver a donde se había parado todo.., Leo lo tiene más claro.. – respiró – me dijo que se arrepintió de haberme saludado en el mismo momento de ver mi anillo, pero ya era demasiado tarde, sabía que por puro egoísmo no iba a parar lo que iba a suceder.. Pepa: pero lo parastéis, no?. Raquel: nos sentamos a hablar y comprendimos que nuestro momento había pasado. En la mesa de la cocina fue Leo quién empezó a hablar. Leo: siento no haber tenido fuerzas para impedir que sucediera. Raquel: de verdad crees que lo podríamos haber evitado??. Leo le sonrió: no.., por eso te saludé, durante unos segundos pensé en dejarte pasar, pero egoístamente quería quitarme esta pena de encima. Raquel: pero ya no somos las mismas.. Leo: ya no… Era evidente que la locura de esos días no las llevaba a ningún lado, pero era esa segunda oportunidad que todo el mundo en algún momento hubiera deseado tener, ese “ y si “. Raquel: siento que he cerrado un círculo, pero a la vez he abierto nuevas heridas.. Leo: te pido perdón por eso, yo no tengo pareja y haberme dejado llevar no me traerá mayores consecuencias. Raquel: se lo voy a contar, no sé si querrá escucharme, pero no puedo volver a casa y mentirla… Pepa : y acaso no te escuchó?. Raquel: si, luego me dijo que me largase de su vista. Pepa: pero mira que eres imbécil.., normal que no te quisiese ver delante, pero no te estaba echando de su vida, está en nuestra casa ahora mismo esperando a que yo te encuentre. Raquel: no te entiendo.. Pepa: yo no sé si te está perdonando, o que, pero desde luego quiere hablar contigo.., y eso te aseguro que es más de lo que me ofrecería a mi Silvia.. Raquel se la quedó viendo de nuevo. Pepa tiró de ella: anda vamos.., tienes que poner de nuevo orden en tu vida.. Pepa conducía, mientras Raquel iba hundida en el asiento del copiloto, la mano derecha apoyada en la puerta y sujetando la cabeza. Pepa: duerme un poco, nos queda más de una hora. Raquel negó: no puedo.., no paro de darle vueltas a.. Pepa: a que, si no sabes lo que te va a decir?.., déjala hablar.., y luego asume si puedes lo que tenga que decirte.. Raquel: ya.. Mar y Silvia hablaban cuando escucharon de nuevo la puerta, inmediatamente Mar se puso tensa, Silvia tampoco pudo disimular cierto nerviosismo. Silvia: os dejamos solas vale?. Mar asintió. En la entrada se encontró con Raquel y Pepa. Silvia fría: te espera en el salón. Pepa al lado de Raquel hizo una mueca. Raquel: voy.. Silvia y Pepa salieron de casa. Ya en el ascensor. Silvia se giró para Pepa: yo es que….. te mato Pepa…, si me haces algo parecido, es que… Pepa se separó un poco teatralmente: pero yo que he hecho??. Silvia le dio un golpe en el pecho: nada.., pero que no se te pase por la cabeza.., que la tenemos… - le dio otro golpe. Pepa esta vez la sujetó por la mano y la atrajo hacia ella para besarla: anda pelirroja no te enfades conmigo.., que yo no he hecho nada… Silvia sabía que era así, pero es que la situación generada entre Raquel y Mar la había acelerado. Le pasó el brazo por la cintura a Pepa y se arrimó a ella, Pepa entonces paso su brazo por sus hombros. Pepa: te invito a un chocolate.. Raquel entró encogida, sin saber muy bien que decir, Mar estaba de pie esperándola. No hubo ni un segundo de tregua. Mar: te fuiste sin más. Raquel: no quiero volver a hacerte daño. Mar: y ya está?, cometes un error y me dejas??, es que acaso no me has querido ni un poquito?– comenzó a llorar. Raquel: lo que no quiero es hacerte daño de nuevo... Mar se adelantó: no te voy a dejar huir… Raquel: no puedo.. Mar la cortó: enfréntate a ello!, pide disculpas!, asume lo que has hecho!!. Raquel: es lo mejor para ti. Mar: yo pienso por mi misma, y decido lo que hacer con mi vida.., salvo que me digas que quieres irte con ella.., que no me has elegido por una promesa de lealtad o por nuestra niña.. Raquel negó. Mar: entonces que Raquel?. Raquel: no puedo explicarlo.. Mar: si que puedes, pero no quieres!, por no hacerme daño otra vez?, pues yo lo necesito!. Raquel se estaba bloqueando, no iba a hacerle daño a sabiendas. Mar: sabía que esto pasaría algún día, y tú también, y no sé que esperaba – no podía evitar que las lágrimas no resbalasen, las apartó con rabia porque no quería parecer débil - bueno sí, que no cayeses, pero que fue Raquel, un polvo?. Raquel no quería hablar de ello, no quería ahondar en el daño que le había hecho. Mar insistió: dímelo!!, la viste y te olvidaste de mí por un triste polvo!!, tan poco me querías!!. A Raquel le afectaba que pudiera pensar que lo suyo había sido una mentira y reaccionó: no fue un polvo!!, lo siento.., no fue eso.. Mar viendo que por fin empezaba: habla..!!, no te cortes..!!, me va a hacer más daño no saberlo, cuantos??, donde??. Raquel: estuve 2 días con ella.., en su casa…, la ví y lo demás dejó de existir.., volví a aquel tiempo – tragó saliva, viendo com Mar asimilaba lo que decía, pero no interrumpió su discurso - no me olvidé de ti porque tú no existías cuando creí que iba a morir, cuando creí que se moría en mis brazos.. Mar notaba dolor en su pecho, que le faltaba el aire, pero agradecía la sinceridad: y porque no te quedaste con ella?. Raquel la miró fijamente: porque eso ya no era real tampoco.., porque me dí cuenta…, nos dimos cuenta…, de que la posibilidad de un futuro se murió ese día…, algo había quedado pendiente, pero no a nosotras, sino a las chicas que eramos entonces.. Después de esto, hubo silencio. Raquel se apoyó en la pared, se mareaba, quizás eran tantas horas sin dormir, quizás era haber llegado a ese punto y ahora que.. Mar viendo su inseguridad, le tendió un puente: porque me quieres dejar entonces?? Raquel aguantaba su dolor, no tenía derecho a derramar lágrimas, no supo responder. Mar: te elegí a pesar de todo lo que llevabas contigo, asumí que no iba a ser fácil y te lo repito.., no te voy a permitir que te largues si me quieres.. Raquel negaba, la quería por supuesto que si.., pero ella merecía.. Mar se acercó: acepté todo eso para estar contigo.., así que no me hagas ser la excusa para dejarme… Mar le sujetó la cara, la mirada de Raquel estaba desenfocada. Mar: mírame.. Raquel posó unos segundos sus verdes y acuosos ojos, para de repente querer salir de allí, se sentía la peor mierda.. Mar la agarró a tiempo para evitar que se fuera.., la abrazó y notó todos sus nervios en tensión, y la besó. Raquel se moría de culpa… Mar se separó ligeramente: te estoy perdonando. La besó de nuevo. Raquel se venía abajo, se merecía tenerla entre sus brazos?, o debía apartarse porque no estaba a su altura. Mar : perdónate a ti misma… Se abrazó más a ella consciente de que era la única forma de hacer volver a Raquel, quería recuperarla porque con ella era feliz.., porque sabía que Raquel la quería y también era feliz, y porque sabía que podía perdonarle de corazón lo que había hecho. Por eso la besaba sin pensar que hacía unos días esos labios no habían sido suyos.., eso era pasado y lo estaba enterrando allí y ahora. Mar profundizó en el beso hasta que notó que Raquel respondía, que sus brazos se ceñía a su cintura y que buscaba en ella consuelo. A Raquel le dolía el corazón como si le fuese a estallar, de nuevo el miedo de estar a punto de perder algo tan bonito, de nuevo la sensación de no ser lo suficiente. Mar: háblame Raquel…, háblame.. Se separaron ligeramente, Raquel comenzó a limpiarle las lágrimas que corrían por sus mejillas. Raquel: lo siento.., de verdad.., no era yo.., no se como explicarlo… No sabía como explicar que al ver a Leo, había vuelto a ser la chica de antes, que no era la mujer casada con ella, que ella, su mujer no le había puesto los cuernos, que la adoraba, que era feliz junto a ella. Raquel: yo te quiero.., te quiero con toda el alma.. – seguía acariciando su bello rostro. Mar: pues no quieras dejarme por mi bien., porque lo que yo necesito es tenerte a mi lado. Raquel la miró intensamente, también ella la necesitaba: haré lo que me pidas., lo que sea para recuperarte.. Mar: volvamos a casa vale?, seguiremos hablando y asentando todo allí. Raquel asintió y besó a su mujer. Pepa y Silvia estaban dando un paseo, en silencio, no querían hablar de Mar y Raquel, pero al mismo tiempo ambas pensaban en ellas, así que iban en silencio. Le sonó el móvil a Silvia. Silvia: es Mar – viendo para Pepa – dime Mar – escuchó – sabes que por nuestra parte el tiempo… - esperó – aja… - nuevo silencio – vale, muy bien pues hablamos – escuchó lo que le decían – se lo digo, ya sabes que estamos para lo que necesites.. Colgó. Pepa:y bien?. Silvia: que se vuelven a Vigo. Pepa: juntas?. Silvia: si, han hablado., me ha dicho que te agradeciese que la localizase… Pepa: entonces la ha perdonado?. Silvia se encogió de hombros: eso parece.. Pepa: oye si lo ha decidido Mar, pues tendremos que alegrarnos no?. Silvia: ya.. Pepa: no la disculpo, ha hecho mal., y te aseguro que lo sabe, pero también sé que era inevitable.. Silvia: a si??. Pepa: yo me reencontré contigo.., sé lo que es.., y si me reencontrase contigo ahora, teniendo otra vida por otro lado estoy convencida de que caería.., creo en la conexión de las almas.. Silvia: entonces Mar que es?. Pepa: es otro tipo de amor, te digo que Raquel la quiere.., pero la relación con Leo la ha dejado marcada para siempre. Raquel respiró hondamente antes de entrar en casa de sus padres, Mar que iba de su mano se la apretó ligeramente. Mar: entramos?. Raquel asintió. Sus padres estaban en ese momento en el salón dando el bibe a la niña. Se saludaron y Mar acabó de darle la toma a elena, Raquel estaba a su lado acariciando la cabecita de su hija y dejando que ella le cogiera el dedo. Antonio: te ha echado de menos.., jaja. Raquel le sonrió a su padre. Carmen: ya habéis cenado..?. Raquel: no tengo hambre.. Antonio: tú?, y eso??. Si era raro, Raquel tenía siempre buen apetito. Mar: está cansada…, han sido varios días con el caso.. , ya sabéis.. Carmen: preferís que se quede la nena esta noche aquí?. Mar, miró a Raquel, para luego decirle a su suegra: pues.., si no os importa – le tocó la frente a Raquel – igual estás incubando una gripe.. Antonio: pues si la médico lo dice.., nos quedamos a nuestra nieta encantados. Carmen: Raquel cariño, ven un momento conmigo, así os lleváis algo de cena, por si luego os entra hambre. Raquel besó al bebé en la cabeza, acarició a Mar: voy.. Cuando entró en la cocina, su madre ya tenía un tupper con comida a medio llenar, cogió otras cosillas y lo estaba guardando todo en una bolsa. Al dárselo a su hija.., retuvo la bolsa, Raquel la miró Carmen miró a su hija unos segundos: cariño.., algo le has hecho a Mar.., no sé lo que es, ni tampoco quiero saberlo.., pero ella lo disimula.., así que tú aplícate haz lo mismo.. Raquel: mama.., yo.. Carmen la paró: no!!, no quiero saberlo hija.., si quieres a tu mujer haz lo que te digo. Raquel: la quiero mucho.. Carmen viendo que su hija no estaba bien, la abrazó: venga.., lo que sea ella te lo ha perdonado…. Mar sacaba los cojines de encima de la cama, viendo que Raquel estaba casi parada en medio de la habitación: que pasa?. Raquel recorrió unos pasos a ambos lados: no.., no me parece.. No sabía que hacer, que era lo correcto. Mar se plantó delante de ella: te vas a meter en cama y dormir abrazada a mí. Raquel no podía dejar de sorprenderse ante la seguridad de Mar, inició el movimiento para besarla, y ella la siguió. Tenía que demostrarle que había vuelto por lo que sentía por ella, demostrarle que no mentía cuando le decía que la quería, la abrazó, siguió besándola y con ella en brazos llegó a la cama, su mujer la había perdonado, y ella estaba decidida a que no se arrepintiese o dudase de haber tomado esa decisión. La familia Castro – Miranda salía de casa, en los brazos de Pepa, la pequeña, de la mano de Silvia, enzo. Habían conseguido coordinar los horarios para ir juntas a dejar a los críos. A pesar de que naia siempre iba media dormida, en el momento en el que su hermano la besaba despidiéndose la niña despertaba y respondía a los cariños de su hermano. Naia: chao – agitó su manita. Tanto Silvia como Pepa se sonrieron, desde que había empezado a decir esa palabra, no podían evitarlo, resultaba muy gracioso en alguien tan pequeño. Después dejaron a naia en la guardería, la despedida no era tan alegre. A veces si tenían suerte, sólo se iba en brazos de la profe con cara de pocos amigos, pero la mayoría se le escapaba alguna lágrima, sus mamas aguantaban la pena que les daba. Pero la niña tenía que empezar a despegarse del entorno familiar, por lo menos las 3 primeras horas de la mañana que tenía clases Silvia, después a la hora de la comida la recogía y por la tarde se quedaba con Lola, hasta que Silvia cumplía las 2 horas restantes. Desde la guardería Silvia se llevaba el coche a la Universidad y Pepa se cogía el metro para la comisaría. Siempre a pie de coche se daban un último beso. Pepa: te quiero. Silvia: yo también, ten cuidado. Pepa: y tú, esos universitarios son peligrosos. Silvia: ansiosos es lo que están, hace tiempo que no te pasas…. Pepa: jajaja. Silvia se metía con ella, porque al principio del trimestre, Pepa se pasó un par de veces a buscarla y resultaban sin lugar a dudas una pareja atractiva y peculiar de la que comentar, más en un lugar altamente hormonado como era un campus. Silvia: vienes a comer?. Pepa: si - le cerró la puerta del coche y la vio incorporarse al tráfico. Pepa sacó su móvil y marcó el número de Curtis. Pepa: vienes a buscarme? – espero la respuesta – ok, te espero aquí mismo. En los laboratorios. Curtis se estaban encarando con uno de los vigilantes de la entrada. Su placa encima del mostrador. Curtis: que pasa que no es suficiente autorización?. Por uno de los pasillos apareció un hombre trajeado y a su vera otro con bata blanca. Hombre: disculpen.., algún problema. Pepa: perdone señor… Curtis la interrumpió: ni perdone ni leches, somos de la policía, queremos hablar con el responsable y este memo no sólo no pasa el aviso si no que se empeña en que firmemos no sé cuantos papelitos. Hombre: Mi nombre es Herman Swaft – indicó a su derecha – mi colega, el doctor Ulrich Breun. Pepa respondió a su mano extendida. Curtis lo hizo a regañadientes: es usted con quién podemos hablar?. Herman: si me permiten saber el asunto?. Curtis: uno de sus empleados acabó aplastado ayer en.. Herman y Ulrich contrajeron el gesto. Pepa no creía que fuera oportuno revelar que había estado en la comisaría: fue atropellado por un coche que se dio a la fuga…, entre sus pertenencias había alguna documentación de su puesto de trabajo y unas notas confusas acerca de una investigación. Curtis la pisó de nuevo: están ustedes al corriente?. Asintieron. Ulrich: todos nuestros empleados tiene turnos rigurosos y cualquier ausencia inicia un protocolo, supimos del suceso a las pocas horas, pero no sabíamos nada de la documentación. Curtis: pues al parecer el pájaro estaba metido en algún tipo de espionaje. Herman cabeceó: eso es imposible.. Pepa: bueno la documentación.. Ulrich: no era de los técnicos de mayor nivel, por tanto no tenía acceso a información reservada. Curtis: reservada a quién?. Herman: bueno, que les parece si pasamos a mi despacho.. Estuvieron apenas media hora, el tiempo suficiente para que Curtis siguiera en su actitud de gañan, y los responsables de los laboratorios, viesen con buenos ojos que Pepa echase un vistazo al lugar. Pepa estuvo casi 1 hora en las dependencias por donde se movía el fallecido y sobre todo en su zona de trabajo, no encontró nada relevante, todo estaba pulcramente en su sitio, quizás demasiado. Cuando ya se despedían. Herman: como debemos actuar para recuperar la información que portaba.. Curtis le interrumpió: pero no me dijo antes que no tenía valor alguno?. Ulrich: de todas formas, es de nuestra compañía y si estábamos siendo objeto de un posible espionaje. Curtis: miren, aquí la chavala, tiene sus conocimientos informáticos, ustedes dénnos un par de semanas y nosotros les diremos quienes estaban husmeando. Herman y Ulrich intercambiaron miradas. Finalmente. Herman: por favor, no queremos perturbar el clima de la compañía. Curtis: aunque la vea muy grande, es muy silenciosa. Pepa a esas alturas empezaba a hartarse de los comentarios de su compañero. Herman: y como.., sin levantar sospechas.. Curtis: por supuesto para el resto de la gente simplemente sería un trabajo rutinario de la policia. Salieron de allí. Pepa subiendo al coche: has disfrutado eh??. Curtis llevaba una gran sonrisa: un poquito,jejejeje. Mientras Curtis conducía hacia la comisaría, hablaban de las impresiones que habían sacado. De repente. Pepa dio un pequeño salto, al tiempo que se apoyaba en el salpicadero: cuidado!!. Curtis apenas se movió: pero que pasa?. Pepa: coño Curtis que casi se te echa encima. Curtis viendo por los espejos: quien?.. Pepa: el que tienes ahora a la derecha. Curtis: ostias Pepa, si casi está en la otra manzana, vamos no me jodas.. – no entendiendo la reacción de su compañera. Pepa: te digo que lo vi encima nuestra. Curtis: pues vete a revisar esa vista morena.. Cuando llegaba a casa a comer, se encontraba a Silvia recién llegada con los niños. Pepa: hola. Silvia colgando el móvil y dándo la vuelta : nos vamos.. Pepa: eh??. Silvia sonriendo: Sara está en el hospital. Pepa: ya??. Silvia: se ha adelantado un poco.. Pepa: un poco dice, como un mes más o menos, espera.., como vamos a ir con toda la tropa?. Silvia: pues los dejamos con mi padre en casa de Lola. Pepa: cariño tu padre estará ya en el hospital a pie de puerta esperando ver a su primer bisnieto, y Lola y Paco igual. Silvia se quedó parada pensando. Pepa le cogió a naia de los brazos: anda ve tú, me quedo yo con los niños. Silvia: si?. Pepa sonriendo: si venga, pero quiero todos los detalles en tiempo real vale?. Silvia la besó: vale. Besó a los niños y se fue. Enzo siguiendo a Pepa al salón: mama.., la prima va a tener a su bebé?. Pepa dejando a naia en la alfombra: eso parece.. Enzo: y nosotros no podemos verlo?. Pepa: claro que sí, pero hoy mejor no, que van a estar los tios, el abuelo, mami.., ufff, mucha gente.. Enzo entonces preguntó: y mami no va a tener más bebés.. Pepa que estaba yendo a la terraza para ver por donde andaba Van, se quedó parada en medio de la puerta: enano, no te basta con tu hermanita la revoltosa?. La misma que tiraba de él para que se sentase con ella a jugar. Pepa se rió de la imagen y espero a que entrase Van: venga vamos a pasear al peludo. De repente le había venido como un ligero dolor de cabeza. Silvia la mantenía informada a pesar de no haber novedades desde hacía casi 2 horas, naia como era muy pequeña no se enteraba pero enzo ya con casi 5 años no paraba de preguntarle cada vez que sonaba el móvil. En Madrid había una ola de calor y como Pepa no sabía a que hora llegaría Silvia, decidió que lo mejor era llevarse a los niños a dormir con ella, así no tenía que encender el sistema de aire acondicionado por completo. En la reforma que realizaron después de comprar y unir los 2 áticos antes del nacimiento de naia, la instalación del aire se llevó buena parte del presupuesto, pero un ático en Madrid sin aire, era impensable, la particularidad que tenía el suyo era que lo podían compartimentar de manera que podían decidir las estancias que refrigeraban, y la temperatura en cada una de ellas, además de la opción de temporizador etc. A eso de la medianoche comenzaron a cerrársele los ojos, se hacía mayor, pensó mientras se daba cuenta de que se dormía.. Silvia llegó a casa bien entrada la madrugada, Van como siempre ya estaba allí a la espera de ver quién llegaba, saludó al perro que en silencio la lamió y movió el rabo acompañándola hasta dejar el bolso en el salón y luego a la habitación de los niños, estaba vacía, la extrañeza le duró unos segundos. Al entrar en la habitación de matrimonio se encontró con la estampa esperada, en la enorme cama en el lado de la barra de protección los niños, naia casi sobre la almohada y enzo medio atravesado, al otro lado Pepa con una mano sobre la pierna de enzo. La cama había sido otro punto de discusión en la remodelación del piso, Pepa la quería de 2 metros por 2, Silvia entendía que de largo necesitasen esa medida, pues el metro ochenta de Pepa era difícil de ubicar, pero 2 metros de ancho le parecía excesivo, al final la convenció y tenía que darle la razón, la mayoría de los fines de semana los niños aparecían en su habitación y acababan dormitando o desayunando con ellos allí, y hoy era uno de esos días, había espacio suficiente para ella, podría acostarse sin problemas y seguro que ninguno de los 3 se enteraría.., pero le hacía ilusión hacer una cosilla, así que se acercó a Pepa. Silvia en un susurro: felicidades tía – abuela.. Pepa sonrió al tiempo que abría un ojo adormilado: de abuela nada pelirroja.. Silvia sonrió también: mal que te pesé es así, somos las hermanas de los abuelos, así que.. Pepa se medio incorporó: que tal?? – pareció acordarse de que estaban los niños allí – espera., me los llevo a su habitación y me cuentas. Silvia: vale, así me doy una ducha que huelo a hospital. Mientras Silvia estaba en el baño, Pepa llevo a enzo y naia a su cuarto, y volvió a la habitación. Silvia se secaba el pelo, Pepa aguardaba sentada en la taza del baño. Silvia: al final fue parto natural.. Pepa: no fueron muchas horas.. Silvia: no.., de hecho dilató muy rápido, casi tuvo que parir sin epidural. Pepa puso cara de dolor. Silvia: Lucas con lágrimas salió con el niño en brazos.., y al momento se le abalanzaron Lola, Paco, papá.. Pepa sonreía: y tú no??. Silvia: confieso que si. Pepa: y que, es mono??. Silvia asintió: mucho, pequeñito, con pelusilla rubia como Sarita cuando nació, una monada.. Pepa: y al final se han aclarado con el nombre?. Silvia: Lucas dijo que en cuanto se lo pusieron en el pecho a Sara, ella le llamó Hugo.. Pepa repitió: Hugo.., me gusta.. Volvieron a la habitación y Silvia se acordó que con el móvil había hecho alguna foto, de vuelta y ya entre las sábanas se las enseñó a Pepa. Pepa:ya verás cuando lo vea enzo, no ha parado de preguntarme, de hecho una de las primeras preguntas que me hizo, era si iba a tener más hermanitos.. Silvia: no??. Pepa asintió: si.., debe ser que la marcha de su hermana no le parece suficiente. Silvia lanzó el móvil para el pequeño sofá que estaba en la esquina. Se acomodaron en la cama. Silvia viendo que Pepa se dormía: cansada?. Pepa: no se que me pasa hoy, pero se me cierran los ojos.. Silvia le dio un pico: duerme, mañana no tenemos que madrugar. Un par de horas después Pepa se despertó con la boca muy seca, se puso el pantalón corto y la camiseta y fue hacia la cocina, una vez allí se paró. Pepa: a que venía aquí?. Van apareció desde la terraza. Pepa: que haces ahí fuera Van, te vas a achicharrar. El perro gimió, iba y venía por su trampilla, y fuera tenía muchas cosas con las que entretenerse, se la quedó mirando. Pepa que entendió lo que quería, salió con él a la terraza. Vació el barreño que tenía Van para refrescarse y lo llenó con agua fría, al momento el perro se metió dentro. Pepa sonrió: se está bien eh??. Van estornudó al sacar la cabeza del agua. Pepa: no hagas mucho ruido y nada de entrar mojado en casa vale?. Van atendió las ordenes y siguió a lo suyo. Pepa volvió a la cocina y entonces le vino el porque se había levantado, cogió un vaso y bebió con avidez. Ya de vuelta en la cama, se pegó a una desnuda Silvia, y como solía pasarle, no pudo evitar acariciar su piel, primero el brazo más cercano, luego la espalda, subió hasta su nuca y le dejó un beso allí mismo. Silvia se despertó: ummm, donde estabas..? Pepa: tenía sed.. Silvia: tardabas.. Pepa: he estado con Van un momento en la terraza. Silvia: hace calor?. Pepa: mucho.. Silvia: aquí se está muy bien.. Pepa se acercó más: ya lo creo – la besó de nuevo, esta vez en mitad de la espalda, uno de los puntos erógenos de su mujer. Silvia: y ahora que tienes??. Pepa sonrió y le dio un mordisco un poco más arriba. Silvia se dio la vuelta: estás muy rara cariño.. Pepa: por?. Silvia: te duermes apenas posando la cabeza en la almohada y – vio para el techo, donde se proyectaba la hora desde el despertador – a las 5 de la mañana tienes ganas de sexo.. Pepa: antes lo hacíamos.. Silvia le dio un beso: antes.., tú lo has dicho. Pepa puso cara de pena: eso significa que ya no lo vamos a hacer más. Silvia la atrajo hacia ella: para nada… Se besaron con mayor intimidad, las caricias fueron más allá y acabaron teniendo unas buenas horas de sexo. Apenas un ligero sudor las bañaba cuando dejaban morir el último de sus orgasmos una en los brazos de la otra, Silvia encima, ambas muy juntas, besos cortos para recuperar el aliento. Pepa le hizo cosquillas: que le dices ahora a la tia –abuela?. Silvia se rió: que la quiero.. – le dio un beso, se relajó encima de ella. Pepa le acarició la espalda: que piensas..? Silvia: umm.., que estamos tan bien… Pepa puso cara interrogante.. Silvia: quiero decir.., nosotras, los niños.. ,el trabajo.. Pepa: oh.., oh.. Silvia: no te apetece tener otro..? Pepa le puso 2 dedos en los labios: después de un buen sexo no se piensa con claridad.. Silvia le dio un ligero golpe: idiota.., venga.., lo digo en serio.., sabes que llevo tiempo.. Pepa: naia acaba de cumplir 2 años… Silvia: pues eso… Pepa: te dejo unas horas sola con un bebé y ya la liamos.. Silvia: me recordó tanto a enzo y a naia, cuando eran asi de chiquititos - hizo el gesto con las manos. Pepa le recordó a su vez: naia aún es así de chiquitita.., y a pesar de ello es un terremoto.. Silvia le dio un pico: no me rindo.., te convenceré.. Curtis dejó a Pepa en los laboratorios, Ulrich tenía preparado ese día para ella una vuelta por las zonas comunes, aunque a Pepa eso no le interesaba, estaba más interesada en su pequeña oficina, y en su trabajo, pues comenzaba a pensar que el sujeto hubiese experimentando con alguna sustancia de las que manipulaba. Pero a las preguntas sobre lo que fabricaban, recibía evasivas en aras de la confidencialidad y el espionaje. Pepa recondujo la conversación por ahí: lo que sea que hacía, como de cotizado estaría… Ulrich: las patentes son nuestro principal fuente de ingreso. De nuevo una respuesta ambigua.. Regresó a la oficina, rebuscó aquí y allí, todo estaba demasiado ordenado, demasiado limpio, probetas, espátulas, mini básculas, dosificadores, todo sobre las encimeras que recorrían las 3 paredes, y debajo de ellas, cajones hasta el suelo. Le llevó un buen rato examinarlo todo, y acabó igual que había empezado, todo en su sitio, lápices, gomas, bolígrafos, post-it.., joder como podía alguien trabajar de esa forma.. No podía, esa era la cuestión, todo estaba milimétricamente situado, o no era el despacho del individuo que había entrado en comisaría, o simplemente lo habian limpiado y ordenador a conciencia, aunque esto último en apenas 24 horas era casi imposible. Decidió salir de allí, tenía que moverse por las instalaciones, si la pillaban deambulando diría que se había perdido de camino al aseo. Y justo en su interior, encontró por fin la persona que le iba a aclarar muchas cosas. Pepa saludó a la persona que estaba limpiando, se identificó y le hizo las típicas preguntas de rigor. Limpiadora: era como todos por aquí, ya me entiende, andaba en sus cosas, iba con papeles de aquí para allá, que si el laboratorio, sus oficinas, uy.., cualquiera limpiaba sin avisarle.... Pepa la interrumpió: me ha llamado la atención eso precismante, que limpio y ordenado está todo.. Limpiadora: toda la noche estuvimos trabajando para dejar esa oficina como los chorros del oro.. Pepa: y eso??. La limpiadora se encogió de hombros: pues no sé, querrían tenerla lista para otra persona.. Pepa: quitaron algo.., o pusie..? La limpiadora sonrió: de todo, se llevaron las cajoneras y archivadores usados y se sustiyeron por unos nuevos. Pepa: y lo que han retirado estaa..?? La limpiadora: lo llevamos a un almacen de objetos viejos.. De camino a la oficina, Pepa sopesó si ir directamente al almacen o utilizar los cauces reglamentarios y pedirle a Ulrich o Herman el acceso a los mismos. Decidió que lo mejor era pedirlo, ya, de forma inmediata y no darles la opción de negarse. Aunque puso reticencias Heman finalmente accedió a que Pepa revisase los muebles antiguos. Herman: se los llevaremos a la oficina. Pepa: iré con el personal de mantenimieno si no le importa.. Herman: por supuesto. Cuando estuvo en el almacen, hizo venir a la limpiadora para que le confirmase que los muebles que le estaban cargando eran los mismos, pudo ver que en su interior apenas quedaban papeles, establa claro que allí también habían tocado. Agradeció no tener que revisarlos allí mismo. Silvia estaba en el hospital aguantando la llorera que le había entrado a Sara: pero si es muy normal mujer. Lola: ya se lo he dicho yo mil veces y no hay forma. Sara: ya pero.., Lucas: serán las hormonas.. Sara medio a gritos: claro como tú de eso no tienes… Hugo había bajado de peso y como ya estaba en el límite por haber nacido sietemesino, se lo habían llevado a la incubadora, y Sara estaba en un sube baja emocional. Silvia sonrió: anda Lucas, vete a dar un aire.. Lucas accedió, estaba claro que dijese lo que dijese su chica le contestaba con un hachazo. Pepa llevaba más de 10 minutos en el hospital dando vueltas. Pepa: ostias, pero por donde coño es..? Tampoco podía ser tan difícil encontrar una habitación.. Lucas: Pepa..? – la vió girarse. Pepa se acercó: joder, menos mal.., andaba perdida por estos pasillos.. Lucas se extrañó: la habitación es por allí. Pepa: tú no vas?. Lucas negó: mejor me mantengo alejado. Le contó todo lo que había pasado. Así que cambió su rumbo inicial y decidió tomarse un café con él. Pepa no podía evitar reírse. Lucas: se supone que deberías animarme.. Pepa que seguía riendo: te lo tienes que tomar así., mírame a mí, la pelirroja me ha dicho ayer que le apetece tener otro hijo y que hago yo.., pues aquí tan tranquila viniendo a conocer a mi sobrino.. Lucas se quedó con la boca abierta: no jodas?. Pepa se recostó en la silla: estoy convencida de que algo se le activa por dentro… Lucas: y tú quieres..?, digo…, no me malinterpretes.., enzo y naia son una ricura, pero otro más.. Pepa: no te voy a negar que dan trabajo, ya lo verás.., pero también lo compensan con creces.., si quiero más..??, pues yo que sé.., en principio me parece que es un lío.., pero por otro lado la idea no me disguta.. Lucas sonrió: o sea.., que te convencerá.. Pepa se rio: no lo dudo.. Enzo: es calvo.. El niño llevaba un rato viendo las fotos que había hecho Pepa esa tarde en el hospital, cuando lo fue a ver al nido. Pepa se rió: como tú cuando naciste pequeñajo y mira ahora – le meneó el pelo que acostumbraban a dejarle un poco largo, pues lo tenía acaracolado y le quedaba muy gracioso. Silvia apareció con naia recién lavada envuelta en la toalla albornoz. Naia: eno veeen. Silvia: la señorita que escuchaba risas y quería venir a toda costa. Pepa se levantó : vamos chavalito a la ducha. Enzo estaba debajo del agua y Pepa entre cosquillas como si fuera un juego le pasaba la esponja por el cuerpo, el niño se abrazo a ella, entre risas, nervioso.., lo que hizo que Pepa desviara un poco la alcachofa de la ducha y le diese a ella. Pepa riendo: ala.., ya me he empapado. Enzo: es que me haces mucha risa.. Pepa: risa eh.. – viendo toda el agua por fuera de la ducha - mami me va a reñir.. Entonces enzo se acercó con cuidado y le dio un beso: siento mama. Pepa embobada: no pasa nada cariño – le dio ella otro beso - sabes que.., y si me haces un hueco?. Así que Pepa acabo cogiendo en brazos a su hijo y jugando con el agua que bajaba de la ducha, hubo más besos, cuanto le gustaba que fuera tan cariñoso. Cuando volvieron al salón, Silvia estaba viendo las noticias con naia en su regazo, tranquila con su chupete y jugando con el pelo de mami, medio quedándose dormida. Pepa y enzo se pusieron uno a cada lado: ya le has dado el bibe?. Silvia asintió: no sé que ha hecho hoy en la guardería pero tenía hambre, y ahora mira, agotada. Pepa acarició la cabeza de la niña: así da gusto.. , voy a preparar la cena. De camino a la cocina se giró para ver como enzo también se había pegado al regazo de su mami y le preguntaba algo relacionado con lo que veían en la tele. Silvia rodeada de los niños era una imagen muy bella. Pepa: que si pesado, que os vengáis.., sin problema.. Lucas la había llamado angustiado, después de unos días en el hospital tanto a Sara como al niño, por fin les daban el alta, había una tremenda ola de calor en Madrid y el aire acondicionado de su piso se acababa de averiar. Lucas: es un horno, Pepa, si meto allí a Sara con el bebé me mata.. Pepa le dejó hablar nuevamente. Lucas: ya he llamado a todos los técnicos de Madid, con este puto calor, están todos ocupadísimos, lo has comentado con Silvia.., no qui… Pepa le interrumpió: joder Lucas.., que ya te he dicho que si, no me des más la brasa.., que Silvia está encantada.. Le colgó. Estaba sentada en la oficina de la farmaceútica, a la que empezaba a coger mucha rabia, no sabía porque, pero entrar allí, cada vez la ponía más de mala leche, posiblemente porque estaba convencida de que perdía el tiempo. Los muebles recuperados del archivo estaban en una esquina, ya los había revisado.., bueno ahora si que lo iba a hacer, destornillador en mano se dispuso a desmontarlos. Sara de nuevo llorosa: pero mira que tener que irme a tu casa.. Silvia: cariño, que vamos a estar estupendamente, y ya verás como en unos día os arreglan el aire y pa casita. Sara: no será por lo que está haciendo Lucas.. Lola: hombre niña, que el pobre no tiene la culpa de que se haya averiado, no lo vayas a agobiar cuando llegue, que bastante angustiado está ya.. Pepa estaba sudorosa y cabreada: mierda… Nada.., cajones fuera.., puertas, laterales, todo desmontado y nada… Le pegó una patada a uno de los cajones, con frustación. Repitió: mierda.. Otra patada a otro cajón, se sentó.., y mientras lo hacía.., algo se activo en su cerebro. Pepa: ha sonado distinto….??. Se acercó a los cajones del suelo, los movió, los revisó, los golpeó con las manos, de todos sólo uno de ellos sonaba a hueco… Pepa: a tomar por culo. Se levantó, lo puso entre 2 tablas y pisó con fuerza en un lateral, la tabla rompió con facilidad, y de ella apareció un cd.. Pepa alegre: si!!. Le falto tiempo para salir de allí e irse al portátil que tenía en el coche, la alegría le duró hasta que se dio cuenta de que estaba encriptado. Pepa: de puta madre.., joder… Informó de su hallazgo. Don Lorenzo: vente para casa Pepa, ya me lo das allí. Pepa: ok. Unas horas después. Pepa: recuérdame porque he tenido yo esta fantástica idea. Silvia le dio un beso sonriendo: será por unos días.. En la casa se habían instalado en una de las habitaciones de invitados Sara, Lucas y el pequeño Hugo, y en la otra Lola y Paco, y casi casi estuvo a punto de quedarse Don Lorenzo en la habitación que compartían Enzo y Naia. Pepa no entendía en que momento la casa se había convertido en un campamento. Su hermano y su cuñada no querían dejar a su hija primeriza ni a su nieto, el abuelo tampoco al bisnieto, el único que permanecía en un rinconcito sin hacer mucho ruido era Lucas. Hasta él se acercó, cuando sonaba el timbre, cambió el rumbo. Al abrir la puerta. Pepa: no hay más habitaciones disponibles.. Rita: pero que graciosa eres Pepica. Pasaron detrás de ella, Jose Luis con la niña, Curtis y Mariano. Apenas media hora después Curtis y Mariano jaleaban a Lucas. Curtis: cuando lo vamos a celebrar eh??. Hacían un barullo importante. Silvia se acercó a Pepa: anda cariño, sácalos de aquí., que están montando un jaleo.. Así que en unos minutos se vió fuera de casa con los solteros y el padre primerizo. Mariano: venga vayamos a tomar una cerveza.. En casa todos los demás prepararon algo y cenaron con Sara y el bebé en brazos como centro de atención. Los que tenían niños como Rita, Jose Luis, Silvia, pues contaban sus primeras experiencias, Lola y Paco se reían y reconocían que ellos de muchas cosas sólo tenían el recuerdo de alguna que otra foto. El primer baño, los primeros pasos.. Don Lorenzo al hilo de eso, sacó varias fotos. Sobre la medianoche aparecieron Lucas y Pepa. Bueno más bien Lucas arrastraba a Pepa. Silvia que abrió la puerta: no me lo puedo creer. Pepa: pelirroja, te lo juro.., una cerveza.. – Lucas entró con ella - , dos si acaso..- Silvia cerraba la puerta -, tres como mucho.. Silvia le echó una mirada a Lucas. Lucas cabeceó: de verdad, como mucho nos hemos tomado 3. Don Lorenzo apareció en el pasillo: pero está borracha??. Pepa negó: mareada.., algo me ha sentado mal.. Paco se rió desde atrás: y yo que pensaba que iba a ser Lucas quién vendría borracho perdido. Pepa protestó: no me he embo.. – tuvo una arcada. Silvia: al baño Pepa! En el baño. Silvia: que fuerte de verdad.. Pepa estaba echando los higados en la taza del water, intentaba explicar de nuevo que no había bebido, pero no había manera, de nuevo las ganas de vomitar ganaban. Unos minutos después, cuando Pepa creyó que ya no tenía nada más que echar. Pepa: necesito una ducha, dios me va a estallar la cabeza.. Silvia sonriendo: anda venga, que te ayudo.. Pepa: de verdad pelirroja, que no he bebido como para esto.. Silvia le tocó la frente: tienes fiebre.. De repente se preocupó. Silvia: cariño.., a lo mejor tendríamos.. – pausa – mañana vamos al médico, vale?. Don Lorenzo y Paco hablaban en el salón sobre el cd hallado por Pepa. Don Lorenzo: sin falta Paco, quiero que se pongan cuanto antes. Paco: no se preocupe Don Lorenzo, mañana me encargo de pasárselo a la científica. Cuando vieron llegar a Silvia. Don Lorenzo: ya lo ha echado todo la descerebrada?. Silvia asintió mientras se sentaba en el sofá: se acaba de meter en cama, le duele la cabeza. Don Lorenzo viendo a su hija preocupada: cariño.., ya no está acostumbrada a beber.., le habrá dado un corte de digestión.. Silvia: ya.. Lola apareció: que tal?. Era evidente que preguntaba por Pepa. Silvia: intentando dormir.. Lola: que te pasa cielo??, ha sido un contentillo nada más.. Silvia: si me dice que no ha bebido como para ponerse así pues me preocupo.., mañana nos vamos al médico. Lola la abrazó: si os quedáis tranquilas pues mejor, pero no te pongas en lo peor vale?. Paco: claro mujer.,. le ha sentado mal y punto. Pepa llevaba un buen rato despierta, se sentía como si estuviese dentro de una atracción de feria, su estómago no aguantó más toda esa sensación de movimiento y al final acabó de nuevo vomitando en la taza del water. Silvia casi prácticamente a los pocos segundos de notar que abandonaba la cama se reunía con ella en el lavabo. Silvia: cariño.. Pepa se incorporó, se enjuagó en el lavabo, y se apoyó en él. Silvia le pasó el brazo por los hombros: dime.. Pepa: se me mueve todo.., y vuelvo a tener un dolor insoportable de cabeza. Silvia: venga.., nos vamos al hospital. Pepa: apenas son las 7. Silvia la miró con detenimiento: cuanto tiempo llevas así..? Pepa confesó: unas 2 horas. Silvia: joder Pepa.., no te puedes torturar de esta manera. Pepa: creí que se me pasaría.. – temblaba ligeramente. Silvia: anda vamos.. En la cocina se encontraron con Paco y Lucas, el primero dándole conversación al segundo mientras preparaba un biberón. Van desde la terraza asomó la cabeza, se restregó con las piernas de Pepa y medio aulló. No le prestaron demasiada atención. Paco: sigues mal??. Pepa asintió y un mareo la hizo tambalearse visiblemente. Silvia la sujetó: ey.. .., pero –viendo que por la nariz le empezaba a salir sangre – Pepa??. Pepa: que.. Van volvió a aullar. Paco enseguida le alcanzó un trapo. Silvia se lo puso en la cara. Lucas cogió al perro y lo sacó a la terraza. Pepa viendo que se teñía de rojo: Sil.. Silvia: nos vamos ya.. Paco viendo el estado de su hermana: esperad, voy con vosotras.. Lucas: os abro la puerta. Pepa no protestó, otro indicativo más de hasta que punto se sentía mal. En el ascensor Silvia sujetaba el trapo y Paco a su hermana. Al llegar al garaje. Silvia: acerco el coche – sujetó la cara de Pepa – vengo en unos segundos amor... Le apartó un poco el trapo y le dio un pico. Pepa:va.., vale.. A Pepa se le empezó a poner visión de túnel, y se agarró con más ahínco a su hermano. Paco: en nada estamos allí. Silvia en el coche maniobraba marcha atrás, Pepa la veía borrosa, entonces escuchó un fuerte ruido, sus sentidos se agitaron.., una explosión los tambaleó, otra más. El coche en llamas. Pepa gritó: Sil!!!.. – la cabeza pareció estallarle en mil pedazos. Paco la sujetaba o lo intentaba… Quiso correr hacia el coche, pero su hermano la retenía.., todo se iba apagando, apenas oía, el coche… Un nuevo grito desgarrador: Sil!!!! – veía que no salía – déjame Paco!!, el coche está ardiendo..!!!, se muere!!!…. Entonces apareció Lucas.., era Lucas??.., ya ni lo sabía.., simplemente se quería morir.., Silvia no salía del coche envuelto en llamas… Cuando Pepa recuperó la conciencia no sabía donde estaba, encima de una cama eso sí, enganchada a unas máquinas. Paco y Lola enseguida se acercaron a la cama. Pepa vio sus rostros, su angustia fue creciendo: no.. Lola se puso a llorar, se abrazó a ella. Pepa se rompió por dentro: no.., Lola… no… Apenas podía moverse, sentía que todo el cuerpo le pesaba, los brazos, las piernas quería salir de allí, pero no podía, su cuñada la abrazaba y Pepa lo único que podía hacer era llorar.., llorar y no asimilar que Silvia ya no estaba… Las horas siguientes fueron iguales, se medio despertaba.., y entonces volvían los lloros, la desesperación.., las ganas de morirse… Buscaba en los ojos de los demás una explicación pero no la hallaba, todos estaban rotos como ella….. Don Lorenzo: Pepa… Pepa estaba medio incorporada en la cama, se limpiaba las lágrimas. Don Lorenzo: tenemos… - se le quebró la voz. Pepa negó: no puedo.., no me pida que hablemos de… Los dolores de cabeza volvieron, empezó a ponerse muy tensa, y de nuevo la medicaron para evitar el ataque de ansiedad.. Don Lorenzo salió de la habitación cuando la vio que se quedaba dormida. Lola se abrazó a su padre: papa.. Don Lorenzo: no hay manera…, no consigo cruzar 2 palabras con ella antes de que se venga abajo.. Lola: es pronto.. Don Lorenzo: sus hijos la necesitan.. Lola asintió: los médicos dicen que ya no hay restos en su cuerpo.., pero… Don Lorenzo: pero esa mierda que ha inhalado la ha dejado fuera de este mundo.., no reacciona.. y tiene que hacerlo maldita sea… Habían pasado días desde la explosión, días intentando salvar a Pepa también, pues lo descubierto en el cd y en su cuerpo no dejaba lugar a dudas, la habían estado modificando, su mente, sus sentidos., el “veneno “ inoculado había corrido por sus venas y casi había acabo con ella. Pero los responsables supieron que había descubierto algo y por eso el coche bomba, decididos a acabar con ella, con quién habían acabado al final, había sido con su mujer. Y ahora la familia Miranda – Castro se había quedado con una viuda física y mentalmente quebrada, y 2 niños pequeños. Mar: las pruebas están bien.. Raquel: pues ella no lo está joder ..! – al momento se dio cuenta del tono – perdón.., no quería gritarte.. Mar y Raquel habían sido de las primeras personas con las que habían contactado después de la desgracia. En seguida Mar puso todos sus conocimientos médicos a disposición del caso y fue la interlocutora directa con sus compañeros para intentar sacar a Pepa de su estado psicótico, lo habían conseguido, pero lo que no podían era devolverle a Silvia, y eso la mantenía en un luto profundo. Todos lo habían intentado, Paco, Lola, Raquel, Don Lorenzo, incluso Sara a pesar de su propia vorágine emocional, todos querían sacarla del pozo pero Pepa no tenía fuerzas. Enzo empezaba a darse cuenta de que pasaba algo, lloraba queriendo ver a sus madres, que duro había sido contarle una mentira, pero necesitaban tiempo, era Pepa quién debía decírselo. Mar volvió a la habitación de Pepa. Siempre la abordaba de la misma forma, la excusa, sus constantes vitales. Mar: necesito comprobar tu equilibrio. La ayudó a sentarse en la cama. Mar: cierra los ojos.. Unos segundos. Mar: ábrelos… Los ojos de Pepa se llenaron de lágrimas. Cuando empezaron a resbalar por sus mejillas Mar se las limpió, Pepa ya no lo hacía. Mar le cogió las manos: no puedo hacer nada más para que mejores.., ni decir nada que te consuele.. porque no hay consuelo posible.. Pepa tragó saliva, apenas hablaba. Mar: sé que puedes con esto.., que puedes levantarte, tus hijos te necesitan Pepa, eres una madre fantástica, aunque al principio solo puedas llorar con ellos, tienen que hacerlo contigo... Mar prosiguió: enzo está también al límite, os echa de menos.. Pepa creía que no podía sentir más dolor, pero sí, parecía tener una mano que la oprimía por dentro y seguía estrujando: como…, como.. se lo digo…? Mar movió la cabeza a los lados: no lo sé Pepa.. – la abrazó con mucho cariño - habla con los sicologos , tienes que dejarles que te ayuden.. Tenía que hacerlo sí.., Mar parecía la única que conseguía entrar ligeramente en su fragilidad. Raquel lo había intentado, pero no llegaba a Pepa, en realidad desde su infidelidad no llegaba a mucha gente, Mar la primera, quería recuperar su relación, pero de vez en cuando saltaba a la defensiva, no es que Mar la controlase, pero a ella se lo parecía… La muerte de Silvia, era un shock para todos, Raquel y Mar no hablaron demasiado, simplemente hicieron las maletas, y dejaron a Elena a cargo de sus padres y se fueron para Madrid, Pepa las necesitaba. Ahora llevaban días allí y mientras Mar era útil, Raquel no lo era tanto, o eso le parecía.. La labor policial quedó resuelta en apenas una semana, los laboratorios cerrados y una pequeña parte de los responsables entre ellos Ulrich y Hans en la cárcel, el resto de los empleados tenían un trabajo legítimo, en la línea convencional de la farmaceútica. Pepa salió del hospital como una zombi, drogarla era la única solución para que sobrellevase la perdida e intentara hacer frente a lo que se le venía encima. Llegaron a casa, Pepa iba abrazada a Lola. Don Lorenzo estaba con enzo en el salón, había pasado mucho tiempo con él durante los días de ausencia de sus madres, al escuchar la puerta supo que era el momento: enzo vamos.. Ya era mayor para darse cuenta de los llantos disimulados, de las caras de preocupación, de las conversaciones a media voz o a escondidas, siguió a su abuelo. Enzo: mama…?? – se quedó medio parado al ver a su mama entrar de manera vacilante a casa. Pepa intentó aguantarse las lágrimas, pero no pudo evitar que salieran. El niño corrió hacia sus brazos y la atrapó con fuerza, sus rizos pelirrojos le devolvieron a Pepa la sensación de estar abrazando a su mujer. Estuvieron así abrazados unos minutos, nadie habló. Solo la temida y lógica pregunta de su hijo les hizo volver a todos en sí. Enzo: y mami??, donde está??. Pepa miró a su hijo,le acarició la cara. Enzo: no llores mama.. Pepa se limpió sus lágrimas. Mientras lo hacía, Enzo la volvió a abrazar: le pasa algo malo a mami.. No preguntaba, el niño tenía la certeza de que era así. Pepa lo envolvió en sus brazos y se levantó con él: si cariño.., a mami le ha pasado algo.. Se encaminó con su hijo hacia la terraza, la dejaron ir. Don Lorenzo se fue por la cocina, para acceder a la terraza, no creía que Pepa fuera a hacer una locura, pero no estaba de más echarle un ojo. Pepa se sentó en el balancín con su hijo abrazado a ella, enzo ya estaba llorando antes de que Pepa le diese la mala noticia. Pepa lo miró a los ojos llorosos: mi amor.., mami.., mami se ha ido al cielo… Enzo hipando: no…, voy …..,a…, verla más..? Pepa con la voz rota: no peque, ya no podemos.... Pepa perdió la noción del tiempo, estuvo balanceándose con su hijo en brazos hasta que cayó la noche. Lola salió a buscarlos: Pepa, deberías entrar está refrescando. Pepa como un autómata entró con su hijo dormido de agotamiento en casa, se lo llevó a su cama y allí lo arropó: donde está naia?. Lola: está con Sara, creímos que era mejor que hoy no estuviese por aquí. Pepa: gracias.., voy.., me quedo con el niño. Lola la beso en la mejilla: vale.., vengo después por si necesitas algo. Durante la noche enzo se despertó en numerosas ocasiones, llamaba a su mami, y Pepa le tenía que quitar del error de que no era una pesadilla, de que mami ya no estaba. Pero si fue duro hacer que enzo lo asimilará, con naia Pepa creyó que acabaría suicidándose, al día siguiente Sara y Lucas llevaron a la pequeña a casa. Los niños tienen un sexto sentido, en cuanto naia vió a Pepa, empezó a llamar a su mami, no hubo manera de que entendiera que mami ya no estaba, y como la respuesta de Pepa no la entendía, la niña empezó a llamar a su hermano, que en ese momento estaba con su abuelo en la terraza. Naia: eno!!!, eno!!, y mami??!!, y mami??!!. Pepa sabía el daño que esa pregunta le hacía al niño, pues a ella le estaba arrancando el alma. Naia tuvo un berrinche tremendo, huyó de los brazos de Pepa, y hasta que no encontró a su hermano y se abrazó a él no paró de patalear, gritar y llorar. Como enzo estaba con el abuelo, el abuelo pasó a ser el regazo que le dio a la niña un poco de tranquilidad, los tuvo junto a él durante horas, dándoles consuelo, desde su propio dolor. Pepa aguantó como pudo el golpe de que su propia hija no quisiera estar en sus brazos. De noche, Don Lorenzo se quedó con sus nietos, Lola y Paco ocuparon la habitación de invitados. A pesar de que la familia había insistido en que Pepa se tomase algo para descansar, no lo hizo, como consecuencia eran las 4 de la mañana y estaba dando vueltas por la casa. Van la seguía a una distancia prudencial, se había puesto a llorar en la terraza y el perro se había subido a su regazo y lamido sus lágrimas, junto a ella llevaba desde entonces. Pepa escuchó un ruido y se encontró a enzo andando por el pasillo: cariño a donde vas?. Enzo se acercó a ella, buscando sus brazos: a dormir contigo, naia está con el abuelo. Pepa lo cogió, su hijo había pensado que estaba durmiendo sola. Se lo llevó con ella para cama y el peque se acurrucó muy pegadito a ella, entendía que su mama se podía sentir sola, su hijo de apenas 5 años intentaba darle consuelo.. Un mes después. Pepa seguía con una fuerte medicación, a pesar de su oposición inicial, ella no podía sobrellevar los días, si no estaba medio drogada. Mar y Raquel se instalaron en Madrid, Lola ayudaba a Pepa, y a la vez hacía lo propio con Sara y su nieto. Don Lorenzo también estaba constantemente en su casa, el comisario había acusado mucho la pérdida de su hija, se le veía mayor para soportar todo el trajín de unos niños pequeños. La relación de Pepa con enzo era más estrecha cada día, pero lo que no conseguía era conectar del todo con naia, quién mejor la manejaba era Mar, quizás naia la había visto interactuando con Elena y le recordase a su mami, el hecho es que de la mano de Mar lo hacía todo sin rechistar. Raquel por su parte se había centrado en su faceta profesional, descargando al comisario de buena parte de la investigación y asumiendo todos los pasos que desembocaron en la detención de los responsables, el delito salpicó a muchos altos cargos de distintos departamentos, incluso las relaciones internacionales con Alemania se resintieron, todos los demás países se hicieron eco del intento de manipulación humana y el miedo de un nuevo intento germano de la dominación del mundo estuvo tambaleando la unión entre naciones. Pepa se apoyó en la encimera: gracias.., no sé como…. Estaba con Mar en la cocina, los niños dormían, y ellas compartían un café. Mar se acercó: anda, deja de darme las gracias por todo.. Pepa: si no fuera por tu ayuda.., yo no podría.. Mar: si que hubieras podido, más tarde, pero lo hubieras hecho… Pepa: tienes un alto concepto de mí.. Mar: Silvia y yo hablábamos casi a diario.., y no había día que no dijese algo bueno de ti. Pepa aguantó el recuerdo. Mar la abrazó: sé que duele, pero de verdad que lo estás haciendo muy bien.., no te dejes hundir, piensa en enzo y en naia.. Se separaron ligeramente. Pepa: naia se iría contigo encantada.. Mar le sonrió: no digas tonterías… A Pepa se le llenaron los ojos de lágrimas. Mar: ya verás como poco a poco vuelve a tus brazos. Se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla. Raquel llegó en ese momento y la escena tan íntima la descolocó: llego un poco tarde.., perdón.. Pepa y Mar se separaron, la segunda más incómoda que la primera. Mar: voy a por Elena y nos vamos.. Pepa: quieres un café..? Raquel negó: llevo varios… Silencio.., que les pasaba entre ellas.., Pepa apenas le hablaba a Raquel, y Raquel apenas encontraba temas de conversación con Pepa. Mar volvió con la niña dormida. Se fueron.. Raquel: tienes algo que contarme??. Mar se estaba preparando para meterse en cama: como que..? Lo decía sin prestar atención. Raquel: como que te estás enamorando de Pepa?. Mar se siguió colocando el camisón: no digas tonterías.. Raquel: cada vez que os encuentro a solas, o estáis abrazadas o alguien está tocando a alguien. Mar: se ha muerto su mujer lo recuerdas?. Raquel: y tú te has convertido en su gran apoyo.. Mar: esto es ridículo, no pienso aguantar una escena de celos.., no de tu parte.. Raquel: no??, por que??, por que yo sí te puse los cuernos??. Mar: no empieces con eso.., sabes…?, yo intento olvidarlo, porque te empeñas tú siempre en sacarlo?. Raquel: quizás porque siento que vivo en un continuo examen de actitud?. Mar: ya te lo he dicho varias veces, es cosa tuya, no mía.. Raquel: Pepa es perfecta… Mar se estaba cansando: dejémoslo vale?, no me apetece compararte con ella.., la verdad ahora mismo saldrías perdiendo… Raquel salió de la habitación. Mar no fue tras ella. Pero Raquel no lo dejó estar. Pepa: ya.... Estaban en la terraza, por primera vez después de mucho tiempo. Estaban las 2 sentadas, Raquel con una cerveza en la mano e intentando charlar de la vida. Aunque en realidad Pepa no le prestaba mucha atención.. Raquel le tocó el brazo: has escuchado algo de lo que te he dicho?. Pepa movió su cabeza para visionar a Raquel. Raquel repitió: mi mujer se está enamorando de ti. Pepa: no sé que decirte…, creía que estabáis bien.. Raquel soltó una risa sarcástica: de verdad Pepa, a veces pienso en cogerte alguna de tus pastillas. Pepa: no funcionan demasiado.., no olvidas del todo.. Raquel se levantó: pues entonces estoy jodida.. Pepa: yo no.., no pienso…, no siento.. Raquel: tú no eres el problema Pepa, lo soy yo.., y por eso mi mujer se acerca a ti.. Pepa calló. Raquel continuó: no paro de pelearme con ella, de no saber como manejar los comentarios o preguntas que no tienen otro sentido más que conversar conmigo, tenemos que volver a Vigo. Pepa se tensó, necesitaba a Mar, quizás no a Raquel en ese momento, pero sí a Mar. Raquel se lo notó: joder… - se separó de ella unos pasos. Negarle algo a Pepa a esas alturas era mezquino, estuvo unos minutos viendo por la terraza, al final se giró para encararla. Raquel serenamente: hice una elección, es justo que ella ahora tenga la oportunidad de hacer lo mismo.., me voy Pepa.. Y así lo hizo. Mar se enfadó: no crees que es una decisión que deberíamos tomar las 2?. Raquel ya tenía su maleta lista: sé la respuesta. Mar: es tu amiga.. Raquel: yo no puedo ayudarla…, seré honesta contigo… - hizo una pausa, para decir después– y no puedo ver como lo haces tú.., - otro silencio - pero también intento conservar un poco de dignidad, haciendo lo correcto. Mar: dejándome..?? Raquel negó: apartándome.., y aceptando las consecuencias, sean las que sean.. Porque Raquel sabía que podía estar dando el paso definitivo para romper lo que en su momento había sido una familia. No hubo beso de despedida, ni siquiera un breve abrazo, ninguna de las 2 se acercó a la otra, Mar porque estaba enfadada con la decisión que tomaba por las 2, y Raquel porque ya se estaba haciendo a la idea de que se había acabado…. El médico estaba inclinado ligeramente sobre la paciente. Médico: bien, ahora todos conservemos la calma, la paciente comienza a despertarse – se giró hacia la esquina – usted manténgase en esa esquina hasta que yo le diga que puede acercarse, los demás quédense donde pueda verlos. Los ojos de la paciente aletearon. Los pitidos de las máquinas se aceleraron, y con ellos la tensión de los familiares allí presentes, Lola cogió la mano de su marido Paco, y Don Lorenzo apretó los dientes. El médico continuó observando el despertar. Unos minutos después la paciente tenía los ojos completamente abiertos. El médico: buenos días, sabe usted donde está? La paciente, miró un poco por encima de su barbilla: un hospital??.. Médico: perfecto.. La paciente: con esta pinta que llevo no era difícil acertar.. El médico sonrió: bien, pues entonces, subamos el nivel, su nombre por favor?. La paciente: me llamo.. – vaciló – me llamo… María Jose, bueno.., Pepa me gusta más… Médico: perfecto.., Pepa pues.., sabe porque está aquí?. Pepa negó con la cabeza. Médico: y el día que es hoy?. La mente de Pepa, como si viviera un rivaibal, dio un vuelco.., se tensó, y dio una fecha. Justo la fecha que había ingresado.., de eso hacía unas semanas.. Pepa quisó moverse, apretó las sábanas, comenzaba a recordar, sangre en su naríz, al incorporarse levemente, vió a su hermano, a Lola, y a su suegro: mi mujer… El médico puso su mano sobre su hombro: dígame lo último que recuerda.. Las máquinas cada vez pitaban más y el pecho de Pepa subía y bajaba. Médico: confíe en mí…, su último recuerdo.. Pepa: estaba.., estaba en el garaje.., mi hermano me sujetaba.. Por sus mejillas corrían las lágrimas. Lola tampoco aguantaba y Paco lo hacía a duras penas. La persona de la esquina, se removió en su silla. El médico notó el movimiento e hizo un gesto hacia atrás para pedir calma. Pepa continuaba su relato: no…, no…, no me podía tener en pie.., entonces mi mujer… Pepa se cubrió la cara con las manos.. El médico la dejó unos segundos: Pepa.., escúcheme…, escúcheme con atención – esperó a que la paciente se serenase. Médico: recuerda que ha estado involucrada en un caso en unos laboratorios?. Pepa no entendiendo demasiado, respondió de forma vacilante: si.. Médico: la han estado drogando… - esperó – hace unas semanas que está aquí, los niveles de introxicación eran tan altos que entró por urgencias en un estado de delirio agudo, ha tenido varias crisis psicóticas – la dejó asimilar cuanto le decía – hemos tenido que sedarla mientras limpiábamos de su organismo todo el resto del veneno. Pepa se removió y miró suplicante a su hermano: Pacooo.. El médico llamó de nuevo su atención: Pepa.., sé que tiene recuerdos instalados en su cabeza… Pepa se volvía a poner nerviosa: no.., no.. No quería oírle. El médico insistió: esto es lo último que recuerda??. Pepa entre lágrimas y ante su insistencia le gritó: no!!!, mi mujer.., en el coche….!! Médico: y después, algo más, explosiones, ??. Don Lorenzo quisó acercarse, el médico presionaba demasiado a Pepa. Médico: escuchó unas explosiones..,?? Pepa no quería oirlo: cállase!!. – lo agarró. El médico, la dejó que lo hiciera, y siguió hablando: eran del tubo de escape de una moto.., después se desmayó.. – Pepa continuó forcejeando con él – se desmayó Pepa.., a partir de ahí, su mente fabricó episodios.., en cuanto le inyectaron los primeros medicamentos en la ambulancia, continuó con sus delirios.. Pepa luchaba, pero no tenía apenas fuerza, el médico ganaba, la presionaba contra la cama y le hablaba. Médico: escuche lo que le digo, céntrese en su último recuerdo.. Esperó a que Pepa dejase de luchar y que después se le quedase viendo. Médico: su familia está aquí con usted.. Hizo un gesto hacia atrás para que la persona, que hasta ese momento se había mantenido oculta se acercase. Médico: Pepa, todos están aquí con usted. Pepa vió aparecer una persona al lado del médico, se intentaba mantener serena, pero por sus mejillas corrían rastros de lágrimas. La mano de Pepa fue a su encuentro y detrás de ella todo su cuerpo. El abrazo, el pelo que toco su cara y el olor que entró por su nariz, le gritaron alto y claro a su cerebro que era Real. Pepa: Sil…. Silvia no dejó el mínimo espacio entre su mujer y ella, lloraba sin control, pero ahora sí de alivio.., habían sido muchos días, viendo agitarse a Pepa, imaginando las locuras que podían estar pasando por su mente. Pepa repitió: Sil.., creí.., creí.. Se negó a decirlo, quizás lo había pensado, pero no era verdad, y ahora que la tenía en sus brazos, no iba a repetir ese pensamiento.. Se separaron ligeramente, lo suficiente para que Pepa pudiese enredar sus dedos entre su melena pelirroja, acariciar su cuello, enmarcar su cara. Silvia la besó: estoy aquí cariño… … Silvia: estás bien?. Habían pasado varias horas desde el despertar de Pepa, después de las pruebas que el doctor insistió en realizar y de que Pepa abrazase también al resto de la familia, las dejaron solas. Pepa hizo una mueca infantil: dolor de cabeza. Silvia acarició su cara: es normal cariño., poco a poco se te pasará.. Se sentó con ella en la cama, bueno casi más bien se recostó a su lado, entrelazaron sus manos. Pepa: no sé como decirlo.., pero…, pero.., era tan real… Silvia se puso de lado para ver a su mujer: real era como yo te vi Pepa. Y le narró lo sucedido. “ la moto de Iván del 3º empezó a petardear y tú te volviste loca, Paco apenas podía sujetarte, Iván se acercó a a ayudarle, y tú le llamaste Lucas y empezaste a gritarles que yo me moría.., cuando yo llegué a tu lado te acababas de desmayar, volvías a sangrar por la nariz y las orejas, Iván vomitó..”. Pepa no pudo evitar medio reírse: menudo cuadro.. Silvia le dio un palo: no te rías, pobre chico, casi le da algo, a todos.., menudo susto – esto último lo dijo más quedamente. Pepa: ya.. Silvia asintió: no sabía que pensar.., la ambulancia llegó y empezaron a pincharte y tu volvías pero no reconocías a nadie, llegaron a decir que estabas ciega.. Pepa se pasó la mano por la cabeza: joder…, la mierda con la que me drogaron me ha hecho alucinar de lo lindo. Silvia: lo sé, a veces delirabas en alto.. No hablaron mucho más, mejor descansaban un poco…, para volver a casa cuanto antes junto a los niños. De madrugada Pepa se despertó, estaba sola en la habitación. La mayoría de las noches anteriores Silvia había velado por su descanso, pero después de la gran mejoría que había experimentado, habían decidido que Silvia volviese a casa. Algunos pensamientos volvieron a la cabeza de Pepa, o quizás fueron esos pensamientos los que la habían despertado, sin pensarlo cogió el móvil y marcó. Pepa: cariño…, está todo bien, solo que.., bueno…, que…, quería hablar contigo de una cosa.. La voz de una somnolienta Silvia respondió al otro lado de la línea: Pepa por dios.., tu has visto la hora que es..?..ajj.., las 4 de la mañana… Pepa: lo siento.., pero yo.., necesitaba. Silvia medio se incorporó en la cama: cariño.. ve al grano porque estoy tan dormida que… Pepa: te quiero.. Silvia retiró el teléfono de la oreja, por un momento pensó que lo estaba soñando: casi me das un susto de muerte cuando ha sonado el teléfono.. Pepa: es que… - y se quedó callada. Silvia: confirmado, mi descerebrada mujer ha vuelto totalmente.. Pepa sonrió y repitió: te quiero… Silvia: y me vas a contar que necesidad te ha dado a las 4 de la mañana de decírmelo?. Pepa: en mis delirios… Silvia la interrumpió: acabáramos.., es eso..?. Pepa: lo siento, si has escuchado algo que…, yo no sé que estaba pensando.. , yo.. Silvia: cariño, ibas de psicóticos hasta arriba.. Pepa: ya.. pero.., mi mente… Silvia: Mar ha estado contigo los primeros días.., yo le pedí que te hablase, y tú mente cariño ha hecho lo demás.. Pepa: entonces.. Silvia resopló: entonces que..? Pepa: no estás enfadada??. Silvia: esto es surrealista.. – se sentó en la cama - cariño, se te fue la pinza, dijiste tantas cosas inconexas... Pepa estaba dando vueltas por la habitación. Ante su silencio. Silvia: Pepa..?. Pepa: estoy aquí., es que, ojala te hubieras quedado esta noche.. Silvia: eso sí, por lo menos hubiéramos tenido esta absurda conversación in situ. Pepa: haría algo más que hablarlo.. Silvia meneaba la cabeza: genial, ahora toca sexo telefónico.. Pepa sonrió: como mañana no me den el alta me fugo… Silvia: no te preocupes amor, le diré al médico que necesitas urgentemente acostarte conmigo para que tu recuperación sea total. Pepa: creo que necesitaré varias sesiones.. Silvia se rió: seré convincente entonces.. Pepa: te dejo dormir ya.., te quiero pelirroja. Silvia: te quiero loca.. A la hora de la comida Pepa se encontraba en el salón de su casa cubierta por los brazos y piernas de sus hijos, hacía apenas media hora que habían llegado y enzo no había parado de preguntarle cosas y naia de estrujarla, porque las palabras por ahora no eran su fuerte. Hubo comida familiar y por supuesto sobremesa. Silvia estaba en la cocina haciendo más café. Pepa se acercó por detrás y la abrazó: me parece que en esta casa hay demasiada gente.. La hizo girar para ponerla de cara. Silvia: todo el mundo quería estar un rato contigo.. Pepa la besó: pues yo quiero estar a solas contigo.. Silvia negó con la cabeza: pues va a ser imposible.. Pepa buscó de nuevo su boca: yo creo que si nos escapamos un rato a la habitación no se darán cuenta.. Silvia se rió: no.., claro.., ni siquiera nuestros hijos que llevan colgados literalmente de ti todo el día. Pepa: ahora les he dado esquinazo.. Silvia la besó: prefiero disfrutar con más calma.. Sonó el timbre de la puerta. Pepa agachó la cabeza: más gente??.. arjj Silvia: anda ve a abrir. En la puerta estaban Mar con elena en brazos y Raquel. Pepa tímida: hola chicas. Mar: se te ve muy bien.. – se acercó y le dio un beso rápido en la mejilla – hablamos ahora, tengo que cambiar a la niña. Raquel seria se quedó viendo para Pepa. Y Pepa viendo para Raquel. Raquel se acercó, la abrazó y al oído: te vigilo, nada de quedarte mirando a mi mujer. Pepa tragó saliva, cuando Raquel se separaba vió que se estaba riendo. Raquel la pellizco el costado: ey?, que es broma, aún sigues drogada o que??. Pepa: cojones Reich.., no me hace gracia.. – se apoyó en la puerta – que vergüenza, joder. Raquel sonrió: pues si que Silvia no mentía cuando dijo que estabas paranoica con el tema. Pepa: te juro que no.. Raquel le tapo la boca: cállate, prefiero no oir de tu boca que no tienes pensamientos lascivos con mi mujer.. Pepa: gracias.., no sabría como explicarme.. Mar volvió: ya está, cógela cariño – se la pasó a Raquel – venga ahora un abrazo como dios manda. Pepa se abrazó a Mar, se separaron. Mar: te veo bien.. Pepa: gracias. Raquel agitando las manos de elena: un beso a la tita??. La niña hizo el gesto de ir hacia ella y Pepa la cogió: hola bebe.., vamos?. Se dirigieron al salón. Raquel abrazó a Mar por el costado, le dio un beso en la mejilla y avanzaron junto a Pepa. Se saludaron entre todos y Pepa se acercó con la niña a Silvia. Pepa: uy mala idea.. Silvia le quitó a la niña de los brazos: no digas tonterías , hola mi pequeñita.., mira enzo, naia.. Los niños por un momento se alejaron de su primo Hugo para saludar a la recién llegada. Ya en la terraza. Pepa observaba a Silvia con todos los peques en el puzzle almohadillado. Raquel junto con Mar también jugaba con los peques, en más de una ocasión vio que se besaban. Aitor: no me fallarás verdad?. Pepa negó con la cabeza: en menos de 2 semanas estoy en el trabajo de nuevo. Hablaban de la cobertura policial para el desfile del orgullo. Curtis: y si no voy yo contigo.. Pepa los miró: no haceis buena pareja. Curtis se atragantó con la cerveza. Aitor no paraba de reírse. Curtis: y vosotros?, él hetero y tu bollera. Pepa: muy bonito.., curt, muy bonito. Aitor: hombre tu puedes ir en la carroza de los bears. Entonces la que se atragantó fue Pepa. Raquel: chicos, chicos – dándole en la espalda a Pepa – que al final vuelve al hospital. Pepa se sentó, y Raquel hizo lo mismo en el espacio libre del banco. Pepa: se te ve muy bien con Mar. Raquel: pocas me hubieran permitido volver a casa como ella lo ha hecho.. Pepa: la mía ni de coña.. – Raquel sonrió – como lo has conseguido?. Raquel: hace unas semanas se lo pregunté – jugó con la cerveza en las manos – nos fuimos a pasar unos días a Portugal y una noche paseando reuní el valor para preguntárselo. Pepa: y bien?. Raquel: me dijo que yo lo hice posible al volver con ellas, que cuando tuve que elegir no me quedé con la mujer que había marcado mi vida hasta entonces, si no que volví a casa y no le mentí. Pepa levantó la cejas. Raquel: eso sí, me dejó muy clarito que si lo volvía a hacer que no lo iba a entender. Pepa: ya.. Raquel se recostó: no tengo la menor intención de repetirlo, la quiero para toda la vida – estaba viendo para su mujer que notó su mirada y se giró, le guiñó un ojo. Pepa: brindo por eso. Chocaron las cervezas. De noche. Silvia y Pepa se encontraron en medio del pasillo, una venía de la terraza de comprobar que no quedaba nada con lo que formase un lío Van Gogh y la otra de la habitación de los pequeños. Se sonrieron a medida que se acercaban. Pepa: pelirroja… Se abrazaron. Silvia: dime morena. Se besaron. Pepa: ducha??. Silvia sonrió: si por favor, huelo de todo.. Pepa aspiró el aroma subiendo y lamiendo su cuello: hueles de maravilla. Silvia: no mientas.. Pepa abrió el agua mientras se desvestían. Uno de los muchos aciertos con la reforma del piso, había sido la enorme ducha con asientos. Silvia encima de Pepa se dejaba enjabonar, mientras hacía lo propio con Pepa. Las manos fueron dejando las esponjas para acariciar en solitario. Sus bocas apenas se separaban. Silvia se arrimaba más a ella. Pepa: cama..? Silvia negó y sonreía a la vez: te quiero dentro de mí ahora.. Pepa besándola: te cambio uno rápido por uno lento.. Silvia volvió a sus labios: hecho.. El acuerdo quedó sellado con un nuevo beso, al tiempo que la mano de Pepa se deslizaba al punto en concreto que reclamaba Silvia. Unos minutos después Pepa salía de la ducha con Silvia en brazos recobrándose de haber llegado al climax. Cogió un par de toallas y se tumbó en la cama. Silvia se apoderó de una de las toallas: me toca.. Fue secando partes del cuerpo de Pepa y dándole besos, hasta que la tuvo a punto para devolverle el placer recibido en la ducha. Normalmente Pepa quería más, y esa noche no iba a ser la excepción, volvieron a acoplar sus cuerpos en perfecta sintonía, y esta vez se dejaron llevar juntas.. Silvia relajaba su cabeza sobre el vientre de Pepa, la cara hacia ella, mientras Pepa jugaba con su pelo. Pepa: bien?. Silvia atrapó su mano: aja.. Pepa sonrió. Unos ruidos en el comunicador las hizo girar ambas hacia la cámara que tenían en la habitación de los niños. Naia se había despertado y hacía pucheros, en unos momentos si no la calmaban despertaría a Enzo. Se levantaron las 2 de forma automática, Silvia más rápida cogió una bata y salió, Pepa se entretuvo un poco buscando un short y una camiseta. Silvia cogió a su niña en el colo: que pasa amor??. Naia hipaba: eno.. Silvia: Enzo está durmiendo amor… Pepa a su espalda: ya no.. Enzo se sentaba en su cama como un sonámbulo: que pasa mama?. Pepa se sentó con él: la peque que ha tenido una pesadilla. Silvia se acercó a ellos: ale, ya estamos todos despiertos. Naia se frotó la cara apartando las lágrimas y sonrió. Pepa no pudo evitarlo y sonrió también, le mordió un pie: que??, tienes ganas de juerga.. Naia hizo el gesto para irse a la cama con ellos. Silvia se la pasó a Pepa y la acomodó al lado de su hermano. Naia: eno..? Enzo medio dormido todavia: que..? Naia: te quero.. – se abrazó a su hermano y se acomodó. Enzo: yo también. Sus madres sonrieron ante la imagen. Silvia sentándose con ellos, peinó los pelos enmarañados de su hija – duérmete cariño.. Pepa se fijó que Enzo ya lo estaba de nuevo. Unos minutos después ambos respiraban quedamente. Pepa susurró a su mujer: la pasamos a la cuna?. Silvia asintió. Pepa cogió a naia y la pasó. Cuando volvían a su habitación. Pepa: esto va a ser muy divertido cuando haya uno más… A Silvia se la iluminó la cara y le pasó el brazo por la cadera para pegarse a ella. Pepa le besó la coronilla. Sonó el timbre inconfundible del fin de la clase. Silvia que estaba junto a la pizarra: chicos un momento – viendo como se movían algunos – ya sé que estáis deseando salir, quién quiera algún apoyo para los exámenes de las próximas semanas por favor que se quede un rato ahora y fijamos horas de tutoría. Algunos alumnos se acercaron a su mesa, mientras la mayoría salían por la puerta. Apenas unos minutos llevaba cuadrando en su calendario horas de tutoría, cuando los murmullos fuera del pasillo la hicieron levantar los ojos del papel. Una alumna volvió a entrar con la sonrisa en la cara, e igual que ella unos cuantos más. Otro que se hacía sitio comentó: esto no me lo pierdo.. Silvia frunció el ceño, pero que diablos pasaba?, entonces vio entrar a Enzo con un ramo de flores y enganchando un pico de su camisa a naia. Naia: mami!!, ven!!. Enzo: shh, no es eso.. – mientras se acercaba, visiblemente nervioso – mami.., feliz ani.., aniversaro.. – le ofreció las flores. Silvia muerta de vergüenza igual que su hijo, pues sus alumnos se pusieron a aplaudir, recogió el ramo: gracias mi niño.. Naia se echó en los brazos de su mami, sin importarle las flores. Silvia: cuidado nena, que te puedes pinchar – observando mejor, vio que las rosas no tenían espinas. Silvia abrazando a enzo: donde está mama?. Enzo: fuera.. Naia: no sales mami – explicó la niña, dando a entender que por eso habían entrado ellos. Silvia viendo para los alumnos que estaban cerca de la puerta: a ver por favor, uno de vosotros, decirle a Pepa que entre y aguante el bochorno conmigo. No tuvo que repetirlo, uno de los que estaba allí, salió y al poco entró Pepa con una sonrisa en la cara. La vitorearon. Pepa se inclinó en una pequeña reverencia: gracias, gracias – se acercó a Silvia – tenías que estar sola.. Silvia se levantó: ya.. Pepa le dio un pico. Lo que hizo que las volvieran a vitorear. Silvia: venga chicos.., no seais críos.., ala se acabó la fiesta, todo el mundo a sus cosas – viendo para los chicos que estaban cerca de la mesa – mandarme vuestras horas disponibles y cuadro las tutorías vale?. Asintieron. Mientras todos se iban. Silvia y Pepa se sentaron en la mesa, naia pidió colo y Pepa la cogió en brazos. Enzo se abrazó de nuevo a su mami: te gustó mami?. Silvia: claro que si cariño – viendo para Pepa – a ti ya no sé que decirte.. Pepa: lo que me gusta a mí dejarte sin palabras.. Silvia se tapó la cara con las manos: y delante de todos los alumnos. Pepa: eso no estaba previsto, pero es que no salías y los enanos se estaban poniendo nerviosos, por no hablar de van Gogh. Silvia: que le has hecho al perro?. Pepa se rió: nada, si estos 2 es difícil que hagan algo calculado, imagínate el perro, he intentado ponerle un lazo y que llevara el ramo pero no había manera. Pepa recordó la cara de Van, cada vez que se acercaba con el ramo y se lo colocaba encima del lomo, aquello hacía un extraño ruido de fricción y al perro no le gustaba, enzo mientras le explicaba al perro lo que era. Pero el perro veía para ellos 2, como diciendo, quién me ha visto a mí pinta de mensajero. Total, que al final Pepa pensó en los niños. Estuvieron en el aparcamiento durante varios minutos, pero enzo comenzaba a ponerse nervioso y naia más, así que decidió entrar con ellos. Pepa se llevó su parte de bochorno, pues mientras los acompañaba a la entrada de la clase, por los pasillos se cruzó a muchos alumnos y profesores compañeros de Silvia. Silvia besó a su mujer: gracias, y feliz aniversario a ti también. Pepa la abrazó: te habías olvidado?. Silvia negó: pero mi sorpresa no incluye tanta gente. Pepa levantó una ceja: quiero mi regalo ya.. Silvia: jaja.., para eso faltan unas horas. Pepa saltó de la mesa con la niña en brazos, naia grito y se rió a la vez: muy bien tropa a moverse. Antes de subir al coche, sacaron de nuevo a Van del maletero y Silvia le agradeció el que se hubiese negado a participar en la sopresa. Van la lamió contento. Pepa se quejó: si hombre, tú dile eso, ya tiene sus propias ideas, como para que no me haga ni caso. Silvia viendo para Van: en cosas de perro si eh??, pero en lo demás ni caso a Pepa. Se fueron a comer a las afueras de Madrid y luego pasaron la tarde en la Warner. Paseaban por una de las calles con su decorados de fantasía. Silvia vio para el reloj y mando un whatsapp. Pepa: se hace tarde para algo?. Silvia sonrió: digamos que los niños y Van los vamos a dejar con el abuelo. Pepa medio gritó: a que hora cierra este parque?. Silvia le dio un golpe en el brazo. Se subieron con los niños en todos las atracciones infantiles, vieron un par de espectáculos y salieron de allí con ambos niños rendidos, naia casi dormida en la silla y enzo a caballito de Pepa despidiéndose de todos los personajes. Después de una ducha rápida y prepararse salieron, no sin antes comprobar que los niños dormían plácidamente. Pepa: abuelo no se queje que le quedan los niños inconscientes. Lorenzo: agradecido Pepa, así puedo ver el futbol tranquilito. Silvia: nos vamos Papa – le dio un beso. Lorenzo: anda pasarlo bien. Silvia: aparca en Vázquez de mella. Pepa: el restaurante es por allí?. Silvia con una enigmática sonrisa: aja.. Pepa: porque me da que hay algo más?. Cuando dejaron el coche en el parking, Silvia sacó del maletero una pequeña maleta. Pepa: y eso?. Silvia la agarró por la mano: una muda.. La hizo salir del aparcamiento y se fue directamente a la entrada del hotel Oscar. Pepa: que fuerte pelirroja.., me traes a echar un pol.. Silvia la besó: shh…, primero cenamos, bailamos y ya después.. Pepa la besó a su vez: me vale el plan, aunque yo cambiaría el orden o incluso suprimiría algo.. Silvia: es mi regalo y se hace como yo digo. Cuando subieron a la habitación de la maleta Silvia sacó unos papeles. Pepa se acercó. Silvia: esto queda para el desayuno vale?. Pepa sonrió y tiró de ella: venga.., a donde me vas a llevar a cenar??. Cenaron en la terraza del Mercado de San Antón, hacía muy buena noche, así que la primera copa la tomaron en la plaza de chueca, apenas hora y media después tenían encima de la mesa invitaciones para varios locales. Pepa los agitó en el aire: pelirroja aún estamos en el mercado.. Silvia: tú crees?. Pepa: completamente.. Pasearon por las distintas calles, hasta llegar al fulanita, simplemente se dejaron llevar por la nostalgia y sus primeras salidas como pareja. Bailaron muy juntas, ya fueran canciones movidas o más lentas. Pepa: no está mal para unas carcas eh?. Silvia sonrió apretándose más a ella. A una hora prudencial volvieron para el hotel. Mientras esperaban al ascensor se besaron. Silvia: un día completito verdad?. Pepa asintió: sólo nos falta la ceremonia de clausura. Se lo tomaron con mucha tranquilidad, de recepción habían subido algo de fruta, champán y dulces. Estuvieron un rato en el balcón disfrutando de la gran luna que había esa noche, el intercambio de fresas bañadas con chocolate o regadas con champán las llevó a la cama, donde disfrutaron de la carne de cada una. Los rayos del nuevo día se filtraban por las cortinas de los ventanales, Silvia noto el tacto rugoso sobre sus labios. Silvia: fresa. – y abrió la boca atrapando la fruta, al tiempo que abría los ojos y veía a Pepa sujetándola. Pepa: buenos días princesa.. Silvia la atrajo hacia ella y se besaron: buenos días.., umm que bien he dormido.. Pepa: es lo que tiene dormir de un tirón casi 8 horas.. Silvia: entonces que hora es.?. Pepa: la 1. Silvia se tapó con las sábanas: que malas madres… Pepa se metió debajo con ella: de eso nada.., una vez al año nos lo merecemos. Silvia las destapó a ambas: si, una vez el año tenemos que hacerlo. Pepa la besó: trato. Silvia se estiró: bueno, habrá que pensar.. Pepa la interrumpió: primero vemos los papeles. Ante el gesto afirmativo de Silvia ,en un segundo salió de la cama y volvió con la carpeta y la cesta de fruta. Apoyadas en el cabecero fueron leyendo los papeles y cubriendo lo necesario. Pepa de vez en cuando preguntaba: segura?. Silvia asentía sonriendo. Pepa cuando ya habían acabado veía para su mujer con total reverencia. Silvia: que??. Pepa: nada, que te quiero, y que eres lo más grande del mundo. La besó, y una cosa llevo a la otra. Eso provocó que se retrasaran en el regreso a casa, pero lo arreglaron con Don Lorenzo invitándolo a comer. Día del Orgullo. Aitor y Pepa recorrían una vez más el trayecto que llevaría el desfile, volvían al punto de partida, cámara de fotos en mano y haciéndose pasar por un par de asistentes más, con la única diferencia de que ellos estaban trabajando desde hacía 4 horas. Un pinganillo discreto, y más discreto aún un micro, por el cual daban los partes cuando se lo solicitaban y comunicaban algo que podía ser relevante. A pesar del empeño de la Alcaldesa en poner mil y una trabas para la celebración de dicho evento, a nivel policial era un acontecimiento de lo más tranquilo. La gente que acudía simplemente venía con el sano interés de pasárselo bien. Y los únicos problemas que podían surgir, venían de los intolerantes, pero ni estos últimos conseguían deslucir la fiesta del orgullo. Curtis: llegando a mi posición.. Se le notaba nervioso, Aitor y Pepa sonrieron. Contestaron: acercándonos.. Estaban comprobando la zona donde se ubicaban las carrozas. Una de las primeras era la de los Bears, y en ella iría Curtis. Pepa en cuanto lo tuvo a su lado: que tal?. Curtis: ya estoy sudando y todavía no me he subido. Aitor: hidrátate, no te vaya a dar una lipotimia. Curtis: todo lo que hay es cerveza, como beba a su ritmo, estaré inconsciente antes de que comience. Pepa sonrió: algo raro?. Curtis se miro: a parte de mi aspecto…? Aitor: pero si te queda perfecto.. Curtis: jaja, el año que viene tú vas en una carroza. Pepa negó: no ves que tiene que llevar guardaespaldas para que le quiten los moscones de encima??. Aitor: mira quién fue a hablar, cuantos números de teléfono llevas ya??. Pepa sacó un montoncito de notas del bolsillo trasero. Los 3 se rieron. Escucharon por los pinganillos instrucciones y se despidieron para seguir. Comenzó el desfile. Aitor y Pepa dejaron pasar la carroza de Curtis y empezaron su particular desfile, subían y bajaban por un lado y otro de la calle, comprobando la actitud del público, avisando de algún que otro sujeto demasiado pasivo, alguna mochila descuidada, etc. En ningún caso ellos intervenían, para preservar su tapadera. Cuando la mitad más o menos de las carrozas ya habían llegado a Cibeles, 2 compañeros les relevaron. Aitor: donde has quedado con Silvia?. Pepa se apoyó en un banco a la altura del Prado: aquí mismo, en la mitad. Aitor: me espero a que llegue. Pepa: estoy deseando ver porque tanto empeño en que viniese de negro. Aitor miró por encima de su hombro, y vio a Silvia que se acercaba con el carro donde iba sentada naia y enzo en un acople también sentado. Aitor sonriendo: gírate y lo verás.. Pepa se movió. Silvia llevaba pantalones cortos vaqueros y camiseta de asas blanca, de su espalda sobresalían unas alas inmaculadamente blancas, Enzo iba como ella, incluso Van iba con unas pequeñas alas blancas. Por el contrario Naia llevaba una camiseta negra y se le intuían unas pequeñas alas negras. Silvia agitó un par de alas negras de tamaño adulto. Pepa: no me lo puedo creer. Cuando llegaron a su lado. Enzo se adelantó: mira mama.., vamos disfrazados.. Pepa lo cogió en brazos. Van ladró subiendo a sus piernas. Silvia besó a su mujer. Pepa: de verdad me las tengo que poner? .Silvia asintió: que tal Aitor, todo tranquilo?. Mientras se saludaban, Pepa bajó a enzo y se puso las alas. Naia reclamó atención. Pepa la sacó de la silla: hola??, porque tú y yo vamos de angeles negros??. Naia sería: no ze.. Todos se rieron.. Aitor: bueno chicas, disfrutar lo que queda, yo me piro. Llevaban un buen rato paseando y viendo las carrozas, cuando encontraron una mesa vacía en una terraza y decidieron sentarse. Pepa dando un sorbo a su cerveza: eres consciente de que como mínimo saldremos en un par de periódicos mañana verdad?. Muchas personas les habían pedido sacarse fotos con ellas o con los niños, sobre todo cuando enzo y naia iban andando de la mano seguidos en plan escolta por el perro, cosa que no duraba mucho, pues naia se cansaba enseguida. Verlos a ella tan morenita y de negro y a él tan pelirrojo y de blanco hacía que todo el mundo se derritiese y los periodistas no iban a ser menos. Silvia sonrió: tú crees?, no estamos en la concentración de la familia?. Pepa abrió mucho los ojos: lo has hecho por eso!!. Silvia: peque te ayudo?. Naia negó con la cabeza. Le habían comprado una piruleta, que en realidad era un palito que encima sostenía un pequeño bizcochito de chocolate, enzo comía el suyo con cuidado, pero la peque aunque lo imitaba no tenía la misma suerte. Pepa: y bien?- insistió. Silvia: confieso mi culpabilidad. Pepa se rió, ella también: pero que te ha dado?. Silvia: he pensado que teníamos que dar un pasito hacia adelante, para que se vea una realidad tan bonita como otra cualquiera. Pepa le dio un pico: bien hablado. Enzo: mami..? En el rato que no le habían echado un ojo a naia, el pastelito había acabado en las manos de la niña, que lo comía sin ser consciente de como se estaba poniendo. Pepa la miró: nena.., te vas a manchar toda.. Naia negó de nuevo con la cabeza y hablo con la boquita llena: noooo. Silvia sonriendo: no claro.., a ver. Le cogió con cuidado el pastel, lo puso sobre una servilleta. Pepa le pasó unas toallas húmedas: toma enzo, para cuando acabes. Enzo: yo no me mancho mama.. Pepa: un poquito sí.. – le cogió un resto de chocolate en la comisura - ves?. Se lo comió haciéndole un guiño. Silvia repasaba las manos de naia: estamos limpitas?. Naia: zi.. Silvia: vale, pues el trozo que queda te lo doy yo vale?. Naia: guenoo.. Pepa se rió: ahí va mira quién viene por ahí?. Don Lorenzo en cuanto lo vieron sus nieto agitó las manos. Enzo fue corriendo a sus brazos, seguido de naia. Silvia: cuidado nena.. Don Lorenzo llegó con ambos a cuestas: pues si que me ha costado encontraros, cada año hay más gente. Pepa: a pesar del empeño de la alcaldesa. Don Lorenzo meneó la cabeza: si tuviera los nietos tan guapos que tengo yo se le pasaba esa mala leche. Pepa: Ole! – se giró y le gritó al camarero: caña para mi suegro!. Estuvieron charlando mientras seguían pasando carrozas, los críos aguantaron sorprendentemente el paso de todo el desfile, cuando este acabó, iniciaron el camino de vuelta, entre la marea de gente que se dispersaba de camino a las distintas actuaciones que quedaban por celebrarse esa noche. De nuevo fueron objeto de fotos y miradas de admiración, y Don Lorenzo salió en muchas instantáneas cogiendo en brazos a sus nietos. Volvieron a casa realmente orgullosas de su familia. Enzo iba andando al lado de Pepa viéndolo todo con curiosidad, Naia medio dormía en el cochecito. Enzo: mami? – le cogió la mano a Silvia. Silvia: si. Enzo: esta nai enferma?. Silvia negó: por que preguntas eso?. Enzo: es que estamos en un hospital.. Pepa y Silvia cruzaron una mirada, producía vértigo constatar que su niño se hacía mayor y su cerebro razonaba e hilaba las cosas. Pepa lo acercó a sus piernas: no pasa nada cariño, todos estamos bien, pero te acuerdas de lo que hablamos ayer por la noche?. Enzo pareció pensar.. Silvia le ayudó: te preguntamos si querías tener otro hermanito. Enzo sonrió: venimos a buscarlo??. Pepa se rió: jajaja, como si fuera tan fácil verdad pelirroja?. Silvia sonreía también, ella había pasado por varios embarazos y concepciones fallidas. Silvia: no amor, aquí mami se va a hacer unas pruebas y si todo va bien mi barriga crecerá y en unos meses nacerá un bebé. Enzo se abrazó a la barriga de su mami: como Nai, ella estuvo aquí verdad?. Silvia: verdad. Pepa: y tú también estuviste. Enzo: no me acuerdo. Pepa riendo de nuevo: normal.., eras una cosita asi de pequeñita – separó unos pocos centímetros sus manos. Apenas una hora más tarde, estaban todos en el despacho de Carlos. Enzo sentado junto a Naia en una alfombra mullida con juguetes, jugaba con ella. Carlos se acomodó en su silla: vale, los resultados están bien – hizo una pausa, viendo para los críos – seguras de querer más?. Silvia y Pepa se miraron. Silvia: seguras.. Carlos: son una monada y muy buenos por lo que veo. Pepa: te puedo asegurar que la peque no es tan civilizada.. Silvia le dio un toque cariñoso: es más inquieta, como alguien que conozco. Carlos sonrió: bueno, pues yo sólo tengo una objeción – esperó a que las 2 le atendieran – en el anterior parto te hice una cesarea, y me diste un buen susto, un embarazo múltiple y con tus antecedentes puede ser de alto riesgo. Pepa se inquieto: que riesgo?. Carlos: puede no llegar a termino. Pepa: y a Silvia? Carlos: tenemos que tener cuidado llegado el parto.. Pepa empezó a negar: entonces… Silvia: venga Carlos no la preocupes de esa forma.. Pepa: Sil.., no quiero que corras ningún riesgo. Silvia: me lo voy a tomar con mucha calma.. Pepa: Carlos?. Carlos: ya la conoces – señalando para Silvia – dime que no estás en ningún operativo como en el embarazo de Naia. Pepa: prácticamente he dejado las calles, y el trabajo de campo que realizo no es de primera línea. Carlos: perfecto.., si vosotras estáis convencidas, yo lo preparo todo. Cuando salían Silvia cogió la mano de Pepa: será distinto Pepa, ya lo verás.. Cuando Pepa llegó a casa por la tarde con los niños se encontró a Lola con signos evidentes de haber llorado en el salón con Silvia. Pepa: que pasa?. Silvia hizo un gesto con la cabeza: luego te cuento. Enzo: tita.., un beso. Lola se recompuso: hola cariño, uno grande vale?. Naia: tame.., tame.., tita.. Lola después de besar a Enzo siguió con la pequeña. Pepa: bueno chicos, venga, nos duchamos y luego volvemos. Lola: déjame que te eche una mano. Silvia: vamos todas venga.. Lola era la imagen de la alegría con sus sobrinos. Pepa aprovechando que salieron a por la ropa de los críos: que le pasa?. Silvia: Lucas y Sara le han dicho que se trasladan un par de años a Mallorca, le han ofrecido dirigir un operativo a Lucas y Sara tenía pensado estar 1 año de baja, así que.. Pepa: tampoco es tanto tiempo. Silvia: se va a perder los primeros años de su nieto.. Pepa: hay aviones Sil.. Silvia: ya.., pero no es lo mismo que tenerlo casi todos los días en casa. Después del baño colectivo les dieron de cenar, y prepararon algo para ellas. Pepa: viene Paco?. Lola: iba a tomar unas cervezas con Mariano y Curtis, y ver el partido. Pepa: pues cenamos las 3 tan ricamente. Volvieron unas lágrimas a la cara de Lola. Silvia: hermana.. Lola: que me quedo sola.. Silvia: no digas eso.., a nosotras nos vas a hacer mucha falta. Pepa: Pelirroja.. Lola viendo sus miradas: que pasa?. Silvia: en unos días me voy a inseminar otra vez. Pepa: ale.., allá va el secreto de sumario. Lola: si?. Silvia: será la última vez, así que pondremos un óvulo de cada una. Lola abrió los ojos de par en par: y si vienen 2?. Silvia negando: es muy improbable, de hecho se implantan varios para que uno de ellos vaya adelante. Ya de noche, en la intimidad de su cama. Pepa: toda la familia, la comisaría y parte del Universo sabrá en unos días que estamos buscando otro embarazo. Silvia: mira que eres andaluza de lo exagerada que eres.. Pepa: apuéstate algo?. Silvia: lo que quieras.. Pepaa: te recuerdo, que hasta dentro de 2 semanas como mínimo no haremos el implante y después hemos quedado que no diríamos nada hasta pasados los 3 primeros mesesriéndose - gano fijo, Lola no agunta ni de coña. Silvia: ya veremos, vete pensando el regalo que me vas a hacer.. Pepa la besó: tú tienes menos tiempo… Lola nerviosa de un lado para otro: yo esto lo veo una locura, que se os ha perdido allí?. Silvia metía ropa en varias maletas: mira, de verdad, ahora mismo no sé si me hace ilusión, pero Pepa tiene razón, si todo va bien de aquí a 3 años no saldremos de viaje en este plan, así que. Lola: pero.. Pepa la interrumpió entrando en la habitación: Lola, no me la hagas cambiar de opinión, o dentro de 1 año te dejo a toda la prole y me la llevo igual. Lola: yo encantada.. Pepa guardando ropa: mierda.., tengo que buscar otro argumento – pensando. Silvia: anda deja de hacer el tonto y repasa la lista que ya no sé que has puesto tú y que he puesto yo. Pepa le lanzó la lista a Lola: anda no sabotees y empieza a leer. Repasaron las 3 juntas el contenido de todas las maletas, se dieron cuenta de que algunas cosas no estaban, fueron a por ellas. Silvia besó a su hermana: venga, Sara y Lucas no se van hasta dentro de 1 mes, y nosotras estaremos fuera ni 1 semana, aprovecha el tiempo con ellos que luego ya te daremos nosotras actividades. Pepa achuchando a su cuñada: muchas, y si quieres a horas nocturnas, festivas, etc.. Aterrizando en el aeropuerto. Holanda. Enzo: mira mama??. Pepa se pegó a la ventana donde estaba prácticamente incrustado el niño. Enzo: mira que cerca el agua. Pepa viendo que Silvia no se movía demasiado ya que naia estaba dormida en su regazo, pero sonreía: ves, nos lo vamos a pasar en grande. Silvia no podía negar que desde que se habían ido a Barajas, Enzo había sido un espectáculo, ya era lo suficiente mayor para apreciarlo todo, y todo le llamaba la atención. El número de fotos en la cámara ya superaba los 2 dígitos, y apenas habían aterrizado. Mientras recogían las maletas. Silvia: habrán llegado ya?. Pepa asintió: en las pantallas no veo su vuelo, así que es lo más probable. Silvia: iban para el hotel no?. Pepa se encogió de hombros: pues no lo sé.., lo tienen contratado como nosotras.. Las dudas se disiparon apenas cruzaron la zona de aduanas, mezcladas con el resto de gente que esperaba la llegada del vuelo estaban Mar y Raquel. Enzo las miró curioso: mami mira!! Mar y Raquel. Silvia sonrió: si cariño, han venido de vacaciones también. Raquel: os hemos ganado. Pepa: desde Oporto no?. Se saludaron con besos. Mar: claro, desde Vigo no hay manera. Raquel: no le saques el tema que se pone mala.. Silvia abrazando a Mar: al final no habéis traido a la peque. Mar: buff, no hubo forma, los abuelos de ambas partes se han hecho fuertes, y no han parado con mil y un argumentos.., y la verdad es que tienen razón, la niña es muy pequeñita y para ir con ella en el carro todo el tiempo. Raquel: los tenías que haber visto, se juntaron todos y no hubo forma, que la niña se quedaba en Vigo, que nosotras nos fueramos a darnos un aire. Pepa se rió: Lola tampoco nos quería dejar marchar. Silvia: pero es distinto, Enzo es mayor y ya se perdió Venecia así que este le tocaba. Raquel cogió en brazos a Enzo: pues ale, al hotel. Yendo para los coches. Raquel: por cierto Silvia, recuerdos de Gonzalo. Silvia alegre: así?, buff ya hace mucho que no hablamos. Pepa: serán recuerdos para las 2. Raquel negó: que va.., es más se sorprendió que siguieses casada con esta descerebrada. Pepa se la quedó viendo. Raquel no aguantó la risa ante la cara de enfado que se le puse a Pepa: que es broma mujer, que sí, que ha preguntado por las 2 y por los crios. Silvia se abrazó a Pepa: mira que le sigues teniendo pelusilla. Pepa se puso toda digna: es que estaba alucinando. El minubus apenas tardó media hora en llegar al hotel que estaba cerca de la Plaza Dam, no era demasiado grande, por ello una de las peculiaridades era poder desayunar en la propia habitación. En habitaciones contiguas se acomodaron, Pepa y Silvia con los niños en 2 comunicadas, de manera que cuando lo estaban preparadas ni la cuna para Naia ni la camita de Enzo, disponían de un gran espacio con el sofa cama y una mesa cercana a un ventanal, perfecta para disfrutar de los desayunos. Mar y Raquel obviamente acabaron antes de vaciar sus maletas. Llegaron a las habitaciones de las chicas. Mar: vaya.., que bonita.. Raquel que llevaba en la mano varios planos se sentó en el sofa con Enzo y Naia: toma uno para ti y otro para ti – los repartió entre los niños – venga a ver que ruta hacemos hoy?. Enzo divertido: tita.. – no sabiendo que hacer con aquel papel tan raro. Naia le daba vueltas a su mapa y señalaba. Raquel riendo miró para ella: ahh, muy bien.., si, podemos ir al parque primero. Enzo: hay un parque de verdad??. Mar se acercó: claro, aquí hay muchos. Pepa: pues yo ya tengo hambre. Silvia se unió a todos: madre mía Pepa, pero si no són ni las 12. Pepa: perfecto para un aperitivo. Raquel: pues venga en marcha. Mientras bajaban. Pepa: y dime como es que has hablado con Montoya… Raquel sonrió: conversaciones entre comisarios… El aperitivo que pretendía Pepa se retrasó, primero fueron a una tienda de bicis y se cogieron 4, en una de ellas adaptaron un asiento más para Enzo y la otra era una bici de 3 ruedas que delante llevaba un cajón donde podía ir Naia perfectamente sentada y atada y con sitio incluso para Enzo. Raquel: me dejás llevar a la peque?. Silvia: claro Reich te lo agradezco, me da a mí que no es tan ligero como nos ha dicho el de la tienda. Raquel: seguro que sí, fíjate aquí este artilugio es de lo más común. Pepa miró hacia atrás: listo?. Enzo: si mama. Pepa: muy bien, pues nosotros también estamos, por donde?. Mar echó un vistazo al mapa: por allí. Silvia: te seguimos. Como le habían prometido a los niños fueron primero al parque, hacía un día esplendido, un cielo despejado y el calorcillo justo para estar al aire libre sin pasar demasiada calor. Los peques se lo pasaron en grande y eso que como decía Enzo, los niños hablaban muy raro, pero asombrosamente se las ingeniaron para hacerse entender, e iban y venían de los columpios, y los distintos toboganes de diferentes formas. El pelirrojo y la morena destacaban en un mar de niños rubios casi albinos. El momento culminante llegó cuando Pepa silbó en baja frecuencia, lo hacia aspirando aire y eso producía un ligero chirrío que sorprendentemente los niños escuchaban sin problema, en cuanto la vieron agitó la mano para que volvieran donde estaban ellas sentadas y Enzo tomó de la mano a su hermana y se acercaron. Raquel no pudo evitar reírse: de verdad que sigue sorprendiéndome este método de Pedro el cabrero. Mar: el oído de los niños a tan temprana edad es muy sensible. Silvia: y lo vamos perdiendo a medida que crecemos. Raquel: lo que no soy capaz es de silbar así. Silvia riendo: ni yo.., me ahogo.. Pepa cogiendo en brazos a Naia: loquita estás empapada.., te lo has pasado bien?. Naia: siii, me tiré mucho, a que sí Enooo. Enzo asintió. Silvia tocó a su hijo por la zona de la nuca: tú también estas mojado peque, tenemos un cambio en la mochila verdad?. Pepa asintió: vamos entonces, así buscamos un sitio y les cambiamos esto. Callejeando encontraron una bonita terraza cerca de uno de los canales donde tomar un tentempie. Mar casi al momento de sentarse y observar la gente que iba y venia: estoy alucinando.., estamos metidas en la revista sports illustred o que pasa?. En ese momento pasaba un grupo de chicos y chicas, altos, rubios y con cuerpos de deportistas. Mar: no véis..?, bufff Raquel sonrió: cariño, es una ciudad muy turística. Silvia: Mar tiene razón, aquí hay más gente guapa por metro cuadrado que en la mayoría de las ciudades. Pasó otro grupo similar. Mar: me siento enana, aquí todo el mundo es tan alto como Pepa. Raquel se relajó en su silla: pues yo estoy muy cómoda. Mar le dio un golpecito: claro, porque con eso pelo cortito negro destacas un poquito de más. Silvia sonrió, se había dado cuenta de que Pepa y Raquel atraían más de una mirada: tú no dices nada?. Pepa: pelirrojas no he visto – le guiñó el ojo. Enzo: yo tampoco. El niño estaba jugando con su hermana pero al parecer tenía puesta la oreja en la conversación. Enzo: tengo hambre. Silvia: ahora vienen con comida. Enzo: vale. Mientras Pepa le echaba un ojo a Enzo y le cortaba su comida, Silvia le daba un potito a Naia. Raquel observando la acción: una cosa chicas, sois conscientes de que os van a faltar manos verdad?. Silvia sonrió sin dejar de darle cucharadas a la niña: mi chico grande ya come sólo Reich. Pepa: ya ves, nuestra familia es el optimismo puro. Mar: nosotras con Elena aún hacemos números. Raquel: ya te digo… Silvia: os llevamos unos años de experiencia, y os aseguro que enseguida se hacen independientes. Pepa: a que ya te vistes tú sólo?. Enzo: siii, y a veces con la ropa que elijo yo?. Raquel: sólo a veces?. Pepa riendo: di que si cariño, que mami es un poco exigente con los colores. Silvia le sacó la lengua: que él no los combine bien tiene un pase, pero que tú no lo veas?. Pepa: preciosa soy incapaz de distinguir la gama de colores y tonalidades, lo que pienso que tira a verde es marrón, lo azul marino es negro, es un follón. Raquel y Mar se rieron. Pasaban delante del Museo de Van Gogh . Enzo desde atrás llamó la atención de Pepa: mama?, porque hay una casa con el nombre de Vani??. Pepa: uuuy, a ver como te lo explico…, mejor hacemos una cosa, nos acercamos y te enseño una foto de un señor y me dices a quién se te parece si?. Enzo no se quedó muy convencido. Y seguía sin estarlo cuando Pepa se empeñaba en hacerle ver las semejanzas entre el retrato del pintor Van Gogh y su mascota. Enzo viendo el cuadro nuevamente y a Silvia: mami, Vani es más lindo.., no se parecen.. Pepa: ehh.., como que no, si tiene sus mismos pelos de locuelo? – lo cogió en brazos – o acaso no te pareces tú a mami?. Enzo: es que es mi mami., pero este señor no es un perro. Mar: desiste Pepa, la lógica de los niños es aplastante. Raquel: si te sirve de consuelo yo te entiendo.. Como el resto de los turistas se sacaron fotos con las palabras I amsterdam, y curiosearon por las tiendas de souvenirs. Lo de ir de museos decidieron dejarlo para otro momento. Yendo de calle en calle y de canal en canal se acercaron a la casa de Anna Frank. A Enzo le sorprendió la cantidad de gente que hacía cola y sobre todo la foto de la niña en blanco y negro. Enzo avisó a su mama tocándole en la espalda: mama, mama, yo quiero ver a esa niña.. Pepa: ummm…, cariño.., no es..,bueno si,, Silvia!!. El resto se paró. Silvia hablando con su hijo: a ver cariño. Intentaba razonarle que no era una atracción o una especie de casa de muñecas, sino que la historia era triste, de una niña que lo había pasado mal en la guerra, pero Enzo estaba hipnotizado con la imagen e insistía en entrar, en ver como había vivido aquella niña. Silvia: bueno, pues si quieres entrar, entramos. Pepa: como??, no.., pelirroja,, pero.. Silvia: si dice que es mayor, y quiere verlo pues entramos. Pepa: yo me quedo con naia. Raquel: yo la acompaño. Mar: cobarde.. Raquel puso mueca pero asintió: lo admito, no quiero verlo.. Ante la curiosidad de ver a un niño tan pequeño queriendo entrar en la casa, más de un turista en la cola les dejó pasar, con lo cual, la espera no fue tanta. Apenas media hora después volvieron a salir. Pepa en cuanto los vio: anda que.., mira que cuadro.. Enzo iba en brazos de Silvia llorando y Silvia seguida por Mar con lágrimas en los ojos. Pepa se acercó y el pequeño se echó a sus brazos: peque???. A Enzo le volvieron los hipos: que malos mama. Naia: enooo no llores… Pepa acunándolo: si cariño.., pero a los malos los castigaron …. Raquel a acercó a Mar: que?. Mar resopló: fuimos poco a poco allanando el terreno, pero en cuanto se dio cuenta.. Silvia cogió a Naia mientras acariciaba la espalda de su hijo: venga enzo.., que naia se asusta si te ve así. Enzo se separó un poco del pecho de Pepa. Naia le buscó la mano y el niño se la agarró. Enzo: ya se me pasa.. – se frotó las lágrimas de los ojos. Pepa: llora lo que necesites cariño… Naia: un beso y te pasa – tiró de Silvia y besuqeo a su hermano. Enzo la abrazó y se sonrió, porque había imitado a sus mamis cuando se hacían daño y les curaban con besos. Viendo que el triste momento iba pasando. Mar: no se vosotros pero yo necesito una cerveza - pausa – o varias. Raquel: preciosa conozco el lugar perfecto, seguidme… Un par de horas después salieron de aquella fábrica inmensa de Amstel. Silvia que veía a Pepa encaminarse hacia donde habían candado las bicicletas: Pepa vamos andando eh??. Pepa asintió, mientras con dificultad abría los candados: madre mía que pedal más tonto. Mar se rió: tonto sí, pero previsible, os habéis bebido todo lo que os ponían por delante. Al principio de la visita les explicaron lo que verían, y les preguntaron las modalidas, sólo ver o también probar, Pepa y Raquel dijeron que probaban, Mar y Silvia que sólo verían. Así que las primeras se pasaron buena parte de la visita bebiendo cervezas. Raquel viendo para la bicicleta: yo puedo perfectamente manejar este invento. Mar: muy bien cariño, pero vas tu solita en la bici, los niños se vienen con nosotras de la mano. Enzo veía divertido como su mama hacia ligeros movimientos erráticos: mama que haces?. Pepa le guiñó un ojo: nada cariño.., es que se me mueve ligeramente el suelo. Enzo miró para el suelo: no se mueve.. Naia lo imitó seria: No movee. Silvia: pues a mama si, por lo que ha bedido ahí dentro.. Enzo la interrumpió: yo quiero. Raquel se rió: no tienes edad peque. Pepa se acercó: anda, dame la mano y caminamos para que se me pase el mareo. Raquel: mira que eres floja.. Silvia viendo el reloj, casi las 15:00: ya es tarde.., que os parece si buscamos un sitio donde comer?. Asintieron. Fueron paseando por otros canales hasta llegar a la zona del puerto, a los niños les llamó mucho la atención el gran restaurante chino, así que esa fue la elección. Entre platos varios y comentarios se ocupaban de que los críos comiesen. Era tremendamente divertido ver las caras que ponían los peques cuando les daban a probar alguna salsa o alguna comida con una textura especial. Mar: pero que niño más aventurero..- le dio un besazo a Enzo. Enzo se rió. Silvia: le encanta probar cosas nuevas, luego ya que le gusten.. Raquel: y aquí la enana es el no por el no. Pepa que la tenía a su vera lo padecía: ya te digo. Probó de nuevo a darle un trocito de gamba, la pequeña se cerró en banda. Pepa: nada no hay manera, ni viendo comer a su hermano. Enzo intercedió: está rica Nai, prueba. La niña negó de nuevo. Rieron. Mar: no se fía. Raquel: claro, es que a veces le pones caras raras.. Enzo: es que algunos no me gustan. Silvia besó a su hijo: no pasa nada amor, a mi tampoco me gustan algunas cosas, pero haces muy bien en por lo menos probar. Pepa miró significativamente a su mujer, lo que le valió un manotazo de ella: oye…!! Silvia: eso por mente sucia que tienes. Enzo: porque mami?. Pepa iba a responder y Silvia le tapó la boca. Silvia: son cosas de mayores cariño, en unos años te lo cuenta mama sin problema. Pepa: Sil… Silvia le dio un pico: a callar y comer todo el mundo. Naia: yo no.. La salida de la niña provocó la carcajada general. Decidieron tomar la ruta de la terminal de tren y la recta hacia la Plaza Dam para volver al hotel, Naia dentro del cubículo de la bicicleta dormía derrotada. Enzo aguantaba el ritmo, todo lo nuevo le fascinaba y verlo corretear, ir y venir era un gusto, mil preguntas y mil gestos les dedicó hasta la llegada al hotel. Silvia: vamos a subir un rato, así descansa la peque. Enzo: yo quiero seguir.. Pepa: no quieres descansar un ratito con nosotras en la habitación?. Enzo: buenooo. Raquel y Mar se miraron: si queréis lo llevamos un ratito más a la plaza de aquí al lado. Silvia: no queréis descansar?. Raquel: estamos frescas, enzo nos quedamos a jugar media hora más en la plaza?. A Enzo se le ilumino la cara: valeee. Pepa le alborotó el pelo: bueno, haz caso a las tías eh?, dame un beso. El niño besó a sus mamas, que se llevaron en brazos a la dormida Naia. Pepa se había dejado caer en la cama y en el medio había puesto a Naia, le movió un brazo y una pierna, parecía que había caído de un avión. Silvia sonrió: está como un tronco.. Pepa la volvió a mover, esta vez medio de lado como si andara. Silvia riendo: deja a la niña, pobre.. Pepa riendo a su vez: si está sopa perdida, aín que me la como – la achuchó y le dio un besazo – de lo linda que es, así toda calladita. Silvia: la vas a despertar.. Pepa: ni lo mientes pelirroja, que este pequeño ser, en cuanto recupere algo de energías va a requerir toda la atención. Silvia se acomodó en la cama: por eso.., así que nosotras también a descansar. Unos minutos en silencio. Pepa: te has fijado.., Enzo se empieza a independizar.. Silvia medio adormilada: no dramatices.., que se ha quedado sólo media hora más con Raquel y Mar. Pepa también cayendo en un duerme vela: si.,si.., no hace mucho que estaba así con nosotras.. Silvia: shhh, que media hora pasa pronto. Y realmente si que pasaba. Raquel con la manos implorando: tita, tita, podemos tomarnos un helado?. Mar: mira que eres payasa – tirándole de las manos. Enzo reía. Raquel aprovechó el agarre tiró de ella y la levantó: tú también quieres?. Mar: comparto el tuyo – le dio un beso. Raquel dejó en el suelo a su mujer: vamos enzo, a por nuestros helados. Mar: os espero aquí. Se sentó en la zona ajardinada que había cerca de la plaza, hacía una tarde estupenda. Enzo había jugado con Raquel, y con otros niños que andaban por allí al pañuelo. Cuando vio que Raquel se sacaba el clínex y les explicaba a los niños, menudo lio más divertido. Otros padres y madres la ayudaron a hacer grupos con los más pequeñajos y fue todo un espectáculo verlos ir de un lado para otro. Raquel: ummm.., que bueno.., toma Le ofrecio a Mar y se sentó a su lado. Mar: estás cansado peque?. Enzo pareció pensarlo mientras se comía el helado: un poquito. Raquel viendo el reloj: bueno, nos da tiempo a tomarnos el helado con calma y a que descanses luego un rato en la habitación, te parece?. Enzo asintió. Mar tocó muy despacito en la habitación espero unos segundos, al no obtener respuesta volvió a intentarlo, unos segundos después una adormilada Pepa abrió la puerta. Mar: perdón., estabáis dormidas.., prefieres que se quede con nosotras?. Pepa abrió más la puerta: no que va., pasa hijo. Raquel: quedamos a alguna hora?. Mar vio su reloj: aún no son las 18:00, a las 19:30?. Pepa: vale si, aún quedara luz para darnos una vuelta y luego ir a cenar. Pepa: no hagas ruido enzo, mami y naia están dormidas. Enzo: tengo calor. Pepa: ven aquí. Le quitó buena parte de la ropa sudada, así no cogería frío, le puso una camiseta de asas y con el calzoncillo puesto lo hizo meterse en la cama al lado de naia, después ella lo hizo en la esquina, por precaución puso el móvil para las 19:00. Raquel: buff, necesito una ducha. Mar le tocó el pelo de la coronilla: siii, estás sudando como un pollo. Raquel se le acercó: vienes? – le dio un beso. Mar: pero te quedan energías..? – queriendo vacilarla. Raquel besó a su mujer con ansia, no hubo más respuesta. Entre más besos se metieron en la cómoda ducha y estuvieron jugando esta vez a cosas de mayores, la siesta que vino después aunque corta les sentó muy bien. Pepa: estamos?. Silvia miró a su alrededor, los niños ya estaban en la puerta queriendo salir: bolsa – señalando a Pepa – llaves de las bicis, bolso, listos. Pepa: venga enanos podemos salir. Salieron ambos disparados para tocar en la puerta de Raquel y Mar. Mar abrió a los pocos segundos: hola peques!, ya estáis listos?. Naia y Enzo a la vez: siii. Raquel apareció de detrás: y con las pilas cargadas.. Silvia: no lo dudes, no nos habéis oído?. Mar negó. Pepa: pues en la ducha eran una jauría. Silvia: con culazo incluido. Naia se tocó el trasero: dole. Pepa la levantó en brazo: no, no dole, y si no se porta usted bien, entonces no hay más duchas con Enzo. Naia la miró con cara de no entender. Silvia besó a su hija: duele cariño?. Naia asintió. Silvia: no se puede saltar en la ducha verdad que no?. Naia: resbala. Pepa: pues ahora el culo dolorido por saltarina. Mar también le dio un beso: pobrecilla. Raquel: Enzo y tú bien?. Enzo: yo no me caí. Silvia: no le dio tiempo a imitarla, ella se cayó a la primera. Raquel: pero que divertidas son vuestras duchas.. Mar que pilló el doble sentido: venga bajemos, llevas las llaves de las bicis?. Raquel las hizo tintinear: siii. Bajando las escaleras. Raquel: me han dicho en recepción que hay concierto en un par de horas cerca del parque, y un par de sitios donde cenar algo ligero. Silvia: vamos entonces no?. Asintieron. Se desplazaron nuevamente con las bicicletas y estacionaron cerca de uno de los lugares para cenar. En el primero no tenían sitio, pero en el segundo si entraban todos, eligieron la hora más tardía, así les daba tiempo a ver la mayoría del concierto. Durante el tiempo que pasaron en el parque Mar estuvo con Naia a su vera, jugaba con ella cuando la cría no estaba saltando con Enzo, o la tenía en el colo cuando la peque se cansaba. Silvia: que tal por casa?. Mar: uff, hemos hablado con nuestros padres y fenomenal, Elena se está portando muy bien y ellos nos han contado tantas monerías que ha hecho. Raquel apareció en ese instante y se sentó a su lado: hola guapa. Viendo que tenía en brazos a Naia. Raquel: en 3 días estamos de nuevo achuchando a nuestro peluche. Mar: yaaa. Silvia: mujer es normal que la eches de menos. Raquel: los abuelos no ayudan contándonos sus proezas sabes?.., pero bueno, la próxima vez nos la llevamos y listo. Silvia: claro, a partir del año, llevarlos ya no da tanto miedo. Empezaron los acordes de la música. Raquel hizo levantarse a Mar con Naia: vamos chicas, a bailar!!. Pepa: bueno nosotras casi que nos vamos para el hotel. A Naia se le cerraban los ojitos y Enzo no aguantaba mucho mejor, los bailes en el parque y la cena tardía, se habían juntado con todo lo hecho durante el día, y los críos estaban Ko. Raquel riendo: ahora mismo son walking dead de lo sobados que van – se acercó a ellos y se despidió con besos. Mar hizo lo mismo: nosotras seguimos?. Raquel asintió: si, te voy a llevar por un barrio del que me han hablado – le guiñó el ojo. Silvia: pues ale a pasarlo bien. Se despidieron con besos y abrazos. Raquel: tampoco mucho que mañana hay que salir a las 10:00 no?. Pepa: si, nosotras bajaremos sobre las 9 con los niños a desayunar. Mar: vale nos vemos entonces en el comedor. Iban de la mano por el barrio rojo, llegaron a la misma conclusión cuando lo vieron todo, donde estaba la oferta masculina?, sólo había mujeres, y si bien tampoco les gustaba demasiado esa exhibición, entendían que las condiciones en las que ejercían estaban reguladas y por tanto a salvo de las mafias que había en el resto de otros países. Mar: te invito a un café. Raquel vio el coffeshop: estás segura?. Mar: digo yo que habrá que probar algo.. Raquel sonriendo: cirujana, le recuerdo que soy representante de la ley. Mar: aquí no, anda.. No le faltó mucho más. Encontraron una mesa cerca de la cristalera que daba al canal, el local era bastante grande, había muchos turistas pero también gente de la ciudad, un trío tocaba un poco de jazz. Mar: elijo yo vale?. – y salió hacia la barra sin darle tiempo a protestar. Había mucha oferta, al final se decidió por unas magdalenas, cuyo efectos prometían altas sensaciones sensoriales. Volvió a la mesa con una bandeja, 2 capuchinos y 2 magdalenas. Raquel frunciendo el ceño: no me apetece merendar.. Mar: come.. Apenas una hora después volvían al hotel dando un paseo, no era demasiado tarde por eso se cruzaban todavía con mucho turista como ellas. Iban cojidas de la cintura y comentaban lo que veían, de vez en cuando se daban un pico o tenía algun otro gesto cariñoso la una con la otra. El mal momento que habían vivido, había quedado olvidado, Mar adoraba a Raquel y Raquel le demostraba lo mismo, así que desde hacía meses vivían una armonía perfecta. Llegaron al hotel Raquel: creo que podemos confirmar que la incursión en el coffeshop ha sido un fracaso. Entraron en el ascensor. Mar se acercó a Raquel y le dio un beso: tú crees?. Vale, ese último beso parecía haber sido más intenso. Raquel abriendo la habitación: digamos que esperaba algún subidón. Mar se acercó con ella a la cama: pues a mí si me está haciendo reacción. Raquel se rió: ya veo.., uppp – cuando cayó sobre el colchón después del empujoncito de su mujer. Mar se puso encima, se besaron. Raquel: vale, definitivamente algo si nos está afectando.. Entre besos. Mar: cogí el que prometía un encuentro sexual inolvidable. Quizás sólo fue un placebo, pero la realidad es que los roces, los besos, sensorialmente todo estaba más a flor de piel, y el climax final las llevó un poquito más alto. Pepa se recostaba en la cama, mientras Silvia salía del baño echándose crema. Pepa: la tropa esta rendida. Silvia se metió en cama: no me extraña. Pepa rebuscó en la tele. Silvia: algún programa que te interese?? – preguntó con curiosidad. Pepa: pelirroja, por dios, no me ofendas, los enanos en el limbo, tu medio desnuda y te crees que voy a perder el tiempo viendo la tele- pareció encontrar lo que buscaba. Un canal de música, soltó el mando de forma teatral, al tiempo que se ponía encima de Silvia. Silvia se rió: aprovechemos entonces.. Comenzaron a besarse. Pepa: te quiero. Silvia: y yo.. Se cedían la iniciativa de vez en cuando. Pepa: no podemos perder estos ratitos entre tu y yo. Silvia: prometido.. En medio de la noche apareció Enzo en el lado de la cama de Pepa. Enzo: mama?. Pepa abrió los ojos, ya se incorporaba, se fijó un poco más. Enzo estaba con ojos llorosos allí plantado. Abrió la ropa de cama. Pepa: ven cariño, duermes con nosotras?. Enzo se pegó a su mama. Ambos de cara Pepa: una pesadilla?. El niño asintió. Pepa le besó la nariz: no pasa nada amor, mami y yo no vamos a dejar que te pase nada a tí ni a naia, anda duerme tranquilo. Vio como el pequeño cerraba los ojos y achuchándolo un poco más a ella, se durmieron. Ya casi de mañana quién apareció en la habitación fue naia. Naia: toy sola Silvia se despertó al tiempo que Pepa. Silvia: como sola?. Pepa: enzo está aquí dormido. Silvia: y eso?. Pepa: luego te cuento. Silvia: ven aquí cariño. Naia se acercó a la cama. Silvia la cogió y la puso en medio de las 2: que hora es?. Pepa rebuscó encima de la mesilla: apenas las 8 y cuarto – se volvió de nuevo para la niña – ya no tenías más sueño?. Naia toda seria: no. Silvia: tienes hambre mi vida?. Naia: si. Pepa: pues damos por terminada la noche, porque aquí el despertador humano así lo ha decidido. La pretendida seriedad de Pepa, la niña la interpretó como una gracieta y se tiró a los brazos de su mama. Pepa: vale, vale, te perdono la media hora de adelanto - se la comió a besos y achuchones – te bañas conmigo?. La niña alegre se colgó del cuello de su mama que se levantó de la cama con ella. Silvia: despierto yo al principito. Enzo a pesar del jaleo, seguía dormido, a Silvia que estuviera durmiendo en su cama, le extrañó, pero quizás había tenido una pesadilla. Besó al crío y al oído. Silvia: te estás perdiendo un baño colectivo – le dio más besos a su hijo y empezó a hacerle pequeñas cosquillas. Apenas 10 minutos después. Silvia: Pepa!?, shhh, que vais a despertar a todo el hotel. Pepa que regaba a sus hijos con el mango de la lucha mientras ellos gritaban alegres por la tormenta de lluvia que se había inventado su mama. Pepa: perdón.. Los niños se abrazaron a las piernas de su mama, sin poder aguantar la risa. Pepa: monstruitos callaos que mami me regaña.. Naia que estaba en modo subidón: Mami ven!!!. Silvia desde fuera no pudo evitar reírse, su hija era una loquita. Silvia abrió de nuevo la mampara: shh renacuaja.. La niña se echó a su cuello riendo y detrás fue enzo, en 2 segundos la empaparon. Pepa no pudo evitar reírse: anda entra, salgo yo y voy cogiendo las toallas y la ropa. Mientras intercambiaban posiciones Silvia le robó un beso. Pepa se quedó parada: y eso pelirroja¿?. Silvia le llevó los brazos al cuello y le dio otro beso, este más consistente: porque te lo mereces.. Naia en medio de las piernas: dentro mami!!. Pepa se salió para que entrara su mujer con una sonrisa en los labios. Raquel y Mar llegaban a la zona de desayunos. Pepa viendo para ellas: que fuerte me parece.. Raquel que ya se imaginaba por donde iban los tiros: sabes que sois muy ruidosas en la ducha?. Silvia se empezó a reir. Pepa: si si, pero nosotras hemos llegado primeras y después de lavar a estos peques.. Raquel: yo también he tenido que.. Mar le dio un golpe en el brazo: shhh, cállate.. Se rieron todas. Pepa vio para su mujer: lo de esta mañana ha sido divertido, pero hay una variante que.. Silvia la interrumpió con un beso: shhh, cállate tú también y desayuna. Naia: toma mama! - le daba un trozo de tostada. Cuando iban en el tren de cercanías, Raquel se fue de paseo con Enzo por los vagones, Naia dormía en brazos de Mar, se pusieron a charlar. Mar: es normal que se haya asustado un poco no?. Pepa miraba con suficiencia. Silvia le hizo una mueca: quítate esa carita de satisfacción. Mar las veía divertida. Pepa: pelirroja, ante el peligro… Silvia: si,si, pesada.. Pepa la había estaba vacilando sobre el hecho de que enzo, hubiese buscado protección en ella. Llegaron a la granja junto a un numeroso grupo de personas, los fueron ubicando en los distintos molinos que tenía la propiedad, cuyo interior estaba reformado y adaptado para la vida moderna. Eso sí, dentro no había cobertura de móvil, y les pidieron que para que la experiencia fuera un poquito más real que los apagasen para esos 2 días. Les dieron sus ropas de granjeros y les pasaron una lista de tareas por si se querían unir a alguna. Todo era voluntario, la granja era real, por tanto las tareas también, pero con gran visión comercial por su parte, los dueños habían adaptado los molinos para recibir turistas que quisieran vivir la experiencia. Enzo y naia disfrazados de pequeños holandeses estaban monísimos. Y en cuanto supieron que podían estar en contacto con los animales fue un no parar de ir de un lado para otro. Primero fueron a los prados y estuvieron viendo a las vacas pastando, las cabras revoltosas les hicieron mucha gracias, con las ovejas que eran todo dulzura no pararon de darles abrazos y acariciarlas y ya cuando llegaron a la zona donde estaban los pollitos y los conejos se desató la locura por parte de naia. Silvia: nena??!!, tranquila cariño.. Pero la peque no daba crédito, miles de pollitos y conejos revoloteaban por unas naves inmensas. Naia saltaba, gritaba, se llevaba las manos a la boca, quería correr de un lado para otro. Raquel y Pepa la perseguían, Enzo les seguía, Mar no paraba de reírse y Silvia pedía cada dos por tres perdón por el espectáculo, pero los granjeros estaban encantados, ya que la actitud de la niña divertía a todos. El primer día fue increíble, por la tarde noche hubo un pequeño teatrillo de marionetas para los peques de la granja. Hacia muy buena noche, así que las chicas después de acostar a los niños se quedaron en los bancos de entrada del molino tomándose unos cafes. Pepa leía con atención el panfleto de lo que tocaba mañana, se lo pasó a Raquel: has visto los horarios. Raquel le echó un vistazo: bufff, esto de ser granjero es agotador. Mar que había sido la impulsora de la visita: oye…. Raquel la abrazó: me levanto, me levanto.. Silvia: a nosotras nos levantan. Pepa se acomodó entre los cojines: miedo me da, esperemos que los gallos no se escuchen aquí, porque entonces la minigranjera va a saltar como un resorte. Dicho y hecho, sobre las 6 am, empezaron los ruidos típicos de una granja, animales activándose con los primeros rayos de sol y apenas media hora más tarde una figurita meneaba la cara de Pepa. Pepa abriendo los ojos: enana, vuelve a la cama, todo el mundo duerme. Naia: los pollitos cantan!. Pepa: los pollitos.., los pollitos – atrapando a su hija y metiéndola en la cama – ven aquí. Silvia se movió: pero… Pepa la puso en medio de las 2: adivina. Silvia abriendo los ojos y tirando de ella: nena duérmete.. Naia besó a su mami y se acurrucó con ella. Pepa se acopló a ellas 2, la niña jugó durante un rato con los mechones pelirrojos de su mami, mientras mantenía un alegre parloteo con una media dormida Pepa, Silvia entre la hora que era y las caricias en el pelo se había quedado enseguida de nuevo dormida. La tregua apenas duró una hora, así que una somnolienta Pepa salió del Molino con Naia para ver ordeñar a las vacas y las cabras, como no podía ser de otra manera, en las cuadras se juntó con otros padres que también estaban allí con los más pequeños e hiperactivos. Un pelín más tarde apareció Raquel, se acercó a Pepa, que observaba desde una barandilla con Naia como ordeñaban a una cabra. Raquel: para que veas que me solidarizo contigo. Pepa puso cara de sueño y besó a su niña en la sien. Naia: yo quero ma.. – señalando como ordeñaban. De inmediato se acercó uno de los chicos e invitó a Pepa a pasar con ellos. Raquel: y yo me iba a perder esto... En realidad no se lo iba a perder nadie, porque los granjeros estaban muy preparados y grababan todas las tareas donde participaban los turistas, para luego dárselo como recuerdo. Silvia llegó con Enzo, sorpresivamente para lo que era el niño se había despertado bastante temprano, pero ningno de los 2 estaba preparado para ver la estampa que les esperaba en el establo. Raquel sentada en la barandilla, y Pepa y Naia muy cerquita de una cabra, pero lo de ordeñar se hacía harto difícil. En cuanto Naia tenía a tiro a la cabra, se lanzaba a su cara y la quería besar, estrujar y todo cuanto hacía con su perro Van Gogh, Pepa la sujetaba e intentaba razonar con ella. Pepa: nena.., con cuidado.., que no es Vani.. Enzo: mami yo quiero ir… Silvia llamó a su mujer y ayudada por Raquel lo pasó por encima de la barandilla. Enzo más cauteloso fue poquito a poco con la cabra y naia pegado a él consiguió quedarse quieta mirando mientras su hermano cogía la ubre junto con el granjero y ordeñaba. En una ocasión el granjero salpicó a propósito los pies de los críos y estos rieron con estruendo. Pepa no se movió del lado de los niños y le guiñó un ojo a su mujer. Después recogieron el fruto de su trabajo y lo metieron en una botellita, lo cerraron y los niños ceremoniosos se lo llevaron a mami. Cuando salían del establo rumbo a nuevas actividades apareció Mar. Raquel la abrazó: bella durmiente, no te voy a contar lo que hemos presenciado porque no me creerías. Silvia señaló la botella y Pepa a los críos. Mar con cara de sorpresa. Nooo??, habéis ordeñado vosotros???. Enzo y Naia gritaron como locos: SIIII TITA!!. Como los trabajos en el campo son muy cansados a media mañana se preparó en el campo una cata de productos, quesos, yogures, miel… Tiradas en las mantas dispuestas por la hierba. Pepa: estoy reventada.. Silvia le acarició la mejilla: te has levantado muy temprano. Mar: las tareas del campo son muy físicas y manuales. Raquel meneó la cabeza: no me puedo creer que lo hagan tan artesanal, nos han estado vacilando. Prepararon con sus propias manos muchas de las cosas que estaban ahora mismo degustando. Silvia: pero que bien saben.. – mientras se llevaba un trozo de pan untado en queso a la boca. Por la tarde la actividad se fue reduciendo paulatinamente, ya que a última hora partirían los turistas de nuevo hacia la capital. Los padres y madres se llevaron de recuerdo un lote de productos y los niños fotos, videos y algún que otro peluche que recordaba a los animalitos que habían estado cuidando. Durante el viaje de vuelta en el tren fueron viendo las fotos y los videos, como no podía ser de otra manera, Naia se llevaba la palma en imágenes espontaneas y estridentes. Llegaban al hotel cuando se acordaron de los móviles, mientras iban por el pasillo hacia las habitaciones sonaron varios pitidos del móvil de Pepa, y eso que a escondidas tanto Raquel como ella los encendían de vez en cuando. Pepa: pelirroja tu padre no me deja ni a miles de Kilometros. Silvia le cogió el móvil: déjame que lo llamo yo. Pepa: uy.. tenemos pelusilla de papa – se burló. Silvia le sacó la lengua. Raquel: bajamos a cenar en una horita?. Estuvieron de acuerdo. Los niños estaban en la salita de la habitación, sentados en el sofá viendo la tele, daba igual que fuera en un idioma ininteligible, los dibujos eran dibujos. Pepa iba y venía sacando ropa de la maleta y mochilas que habían llevado, Silvia había salido a la pequeña terraza para hablar con tranquilidad. Ya había pasado bastante rato cuando Pepa se percató que Silvia seguía fuera, pues si que tenía cosas de las que hablar con su padre, dispuesta a tomarles el pelo a los 2 abrió la puerta. Se preocupó en el mismo instante en que su mujer giró su cabeza pelirroja hacia ella, tenía los ojos llorosos y los restos de lágrimas todavía visibles en su rostro, el móvil estaba en la pequeña mesa al lado de la silla donde estaba sentada. Pepa se acercó y se puso de rodillas: Sil.., cariño.., que pasa??. Silvia se abrazó a ella: han encontrado…, a.., a Gonza…, muerto.. Pepa: que?? – mientras notaba como su mujer enterraba su cabeza en su pecho, no queriendo que se escucharan sus sollozos. Le dio los minutos que necesitaba para que se serenase y cuando estuvo más calmada, hizo unas pocas preguntas. Cuando, cómo, por qué..? Su padre apenas había podido contestar al cuando. Volvían a Madrid ya. Dentro del avión. Enzo iba pegado a la ventanilla, el cielo azul permitía ver con total claridad todo lo que había bajo ellos. En el regazo de Silvia, dormía Naia, y su madre con la mirada un poco perdida acariciaba el pelo largo y negro de su hija. Pepa que estaba a su lado le cogió la mano libre. Silvia giró su cabeza hacia ella, tenía los ojos llorosos. Pepa se inclinó ligeramente para besar su mejilla. No hablaron, Silvia no era capaz de hacerlo sin ponerse a llorar y no quería preocupar a los niños, Enzo se había dado cuenta de que algo pasaba, pero tampoco preguntó, se limitó a estar cerca de su mami como hacía mama. En comisaría unas horas después. Don Lorenzo: Silvia por el amor de Dios, entiéndelo!, no puedes!, tienes una excedencia. Silvia fuera de si: a la mierda la excendendia, te digo que Gonzalo no se pegó un tiro. Don Lorenzo ya no sabía como hacerla entrar en razón, miró implorante a Pepa. Con ellos estaban Mariano, Paco y Raquel. Pepa: que problema hay para que Silvia guié al médico forense sobre lo que tiene que buscar?. Se vieron entre ellos. Mariano: Decker es muy especial, igual no le gusta la intromisión. Silvia: estamos hablando de un amigo nuestro. Raquel intervino: no sólo Silvia tienen dudas del suicidio no?, además yo estuve hablando con él hace semanas, nuestras comisarias son puntos calientes y aunque asuntos internos siempre anda olfateando, a lo mejor estaba cerca de algo.. Don Lorenzo: pero que hacemos, nos presentamos en Algeciras, pedimos ver el cadáver?, la escena del crimen?. Silvia: sólo necesito ver sus huellas en el arma, y sus huellas de la mano derecha, se supone que eso ya estará en los informes. Mariano: pues le digo a Decker que entre en el sistema y las consiga. Silvia: quizás esas estén manipuladas.. Paco: joder, pues no veo como vamos a tener acceso a su cuerpo y al arma. Raquel daba vueltas a un boligrafo: buenooo, yo tenía pendiente una visita, puedo acercarme e intentarlo a través de asuntos internos, tengo buena relación con alguno de ellos. Silvia: al funeral pienso ir. Don Lorenzo soltó aire visiblemente: iremos todos y ya está. Acordaron que se haría aprovechando esa circunstancia. Ya en casa. La casa en silencio, los niños durmiendo y Silvia en la terraza con un preocupado Van Gogh lamiendo sus manos. Pepa salió al exterior, el perro fue hasta ella y volvió hacia Silvia poniendo su pata encima. Pepa se sentó a su lado y en pocos segundos Silvia se acomodó sobre sus piernas. Pepa se recostó en el mullido sofá exterior, llevando consigo el cuerpo de su mujer que tenía abrazado. Gonzalo había aparecido en la mesa del salón de su apartamento, con una botella de whisky medio vacía, una fotografía de Silvia y su pistola reglamentaria, todo bañado en un charco de su propia sangre. Nadie en la comisaría de San Antonio creía que el móvil de su muerte fuese un desamor, si, quería a Silvia, nunca había dejado de hacerlo, pero no era un hombre deprimido, ni desubicado, su nuevo destino lo había pedido él, para crecer como profesional y para buscar fuera de Madrid una relación que pudiera convertirse en una familia. Pepa susurró: confía en mi cariño, tendrás tiempo a solas para despedirte – acarició la cabeza de su mujer. Al dia siguiente en Algeciras. El tanatorio era un hervidero, fue pasando mucha gente, la familia a un lado recibía discretamente el duelo, Silvia estaba con ellos, Pepa junto con Curtis y Raquel desaparecieron a los pocos minutos de llegar. Pepa: olvídate de eso... Curtis: pero.. Pepa lo interrumpió: no vamos a dar el cambiazo, tú piensas la que se puede liar si nos llevamos el cuerpo de Gonzalo?, y nos paseamos con otro atáud por todo el cementerio para las honras fúnebres?. Aunque estaba prevista una incineración, antes se haría una misa solemne, con presencia de las fuerzas del orden en estricta formación. Raquel: tiene que ser en el momento de la incineración. Povedilla se les unió. Raquel: y bien?. Povedilla: bueno, pues, al ordenador tengo acceso, podría cambiar las horas, otra cosa es.. Raquel: perfecto, mientras vamos a la ceremonia tu cambias la hora de incineración de 2 o 3 salas. Pepa: Curtis tienes que encontrar la llave del suministro del gas y cortarla momentáneamente, que se acumulen los cuerpos, así habrá unos minutos de desconcierto. Curtis se fue con Mariano y Paco por las instalaciones, hasta que encontraron en un acceso lateral la verja que comunicaba la zona de maquinaria. Mariano iba rezando: Paco, esto.., esto me parace un sacrilegio, ahí las pobres almas achicharrándose y nosotros vamos a cortar el horno, que los pobres no van a subir al cielo en condiciones.. Paco: cállate Mariano, no me hagas imaginarme cosas raras, nosotros cortamos como nos ha dicho Pepa y a dejar pasar los minutos, después se soluciona y todo sigue su curso. Pepa volvió al lado de Silvia en el momento que recojían el féretro de Gonzalo para la misa. Por el rabillo del ojo Don Lorenzo no perdía de vista ninguno de los movimientos de sus hombres. La ceremonia transcurrió según lo previsto, Raquel no podía evitar echar un vistazo a los allí congregados, alguien había matado a Gonzalo y podía estar allí mismo. En el momento de trasladar de nuevo el féretro al interior del tanatorio fue cuando se hizo evidente que algo pasaba. Los empleados cariacontecidos pedían disculpas por la repentina avería y pedían a los familiares un poco de tiempo para resolverla, los cuerpos que esperaban para ser incinerados lo harían en las antecámaras refrigeradas de las salas de duelo. Pepa llevó a Silvia hacia la zona indicada, mientras Mariano y Curtis montaban guardia. Don Lorenzo, Paco y Raquel estaban con la familia y con los mandos superiores de la provincia. Povedilla cerca de la verja donde habían manipulado la llave de paso, se comunicó por móvil con Paco: nadie por la zona señor. Pepa salió al pasillo una vez que destaparon el féretro de Gonzalo. La pequeña habitación estaba en un riguroso silencio, Silvia había hecho el procedimiento que estaba a punto de hacer muchas veces, pero quién yacía en el ataúd era Gonzalo, por lo que le costó mantener su aplomo. Su vista de forense se fijo en todos los detalles, aunque no quisiera, ese había sido su trabajo y ahora era su campo docente, sus ojos expertos recorrieron las señales que había en la cara rígida de Gonzalo, leves marcas que indicaban muchas cosas. Le acarició la cara y retiró levemente el pelo de la frente que se le había movido, se parecía a Gonzalo, pero el rigor mortis lo había transformado en un gesto demasiado serio, incluso para él. Silvia se obligó a hacer su trabajo y busco muestras de algo sospechoso y por último recogió las huellas de la mano derecha de Montoya, tocarle le producía un escalofrío, notaba que una parte de su vida anterior se había muerto con él. Le dejó un suave beso en la frente, mientras acariciaba su cara por última vez. Salió de la pequeña habitación con un suspiro ahogado, Pepa que estaba atenta, se acercó inmediatamente a ella y la abrazó, para sostenerla, para consolarla, para lo que hiciera falta, fue con ella hacia una salida lateral, a todos les vendría bien un poco de aire libre. Cuando llevaban unos minutos en silencio en el exterior Pepa recibió el mensaje de Paco, todo en orden de nuevo. Pepa: cariño.. Silvia la miró pasados unos segundos, le dio un ligero beso a Pepa y se abrazó a su costado para entrar. Don Lorenzo consiguió por mediación de Raquel, acceso a las pruebas, junto a ella se las ingenió para recuperar las huellas del arma, siguiendo escrupulosamente las instrucciones marcadas por Silvia. No perdieron el tiempo, volvieron en el primer avión hacia Madrid y Silvia ocupó las dependencias del nuevo forense, Decker se quejó por no poder estar presente pero a nadie en la comisaría le importó. Pepa esperó al igual que el resto de forma respetuosa fuera del laboratorio, unas horas después Silvia abrió la puerta y les hizo pasar. Silvia: posiblemente le dieron algún tipo de sedante, hay leves roces en sus muñecas me imagino que para hacerle beber, pero no demasiado profundas por lo que entiendo que antes lo narcotizaron, después dejaron que el efecto del alcohol sustituyera al sedante y le obligaron a apuntarse con su propia pistola y disparar. Don Lorenzo: estás segura de eso hija?. Silvia se acercó a una pantalla y la iluminó: estas son las marcas dejadas en la empuñadura, y esta la mano de Gonzalo, la torsión de los dedos no coincide con el ángulo para pegarte un tiro, sí para sujetar de cualquier manera el arma y que parezca que lo has hecho, de esa forma se aseguran que haya restos de pólvora y sangre en su mano - se pasó cansada la mano para retirarse el pelo de la frente. Pepa estaba preocupada por ella, demasiadas horas, demasiada tensión. Raquel: nadie en Algeciras estará dispuesto a tirar de este hilo. Don Lorenzo: hay mucha mierda ahí abajo. Raquel asintió: pero no sabemos quién la esparce. Llegaron a casa acompañados de Paco, Lola se había quedado al cuidado de los niños. Lola: se han quedado dormidos hace una hora. Silvia abrazó a su hermana: gracias. Lola: de nada cariño, como estás?. Mientras las hermanas hablaban Pepa fue a ver a los peques, les dio un beso y le puso la correa a Van Gogh. Pepa pasó por el salón: no tardo. Cuando Pepa subió ya Lola y Paco se habían ido, Silvia volvía de la habitación de los niños. Pepa se acercó a su mujer, no le iba a preguntar como estaba, lo sabía perfectamente, la besó y al momento notó su necesidad. En pocos segundos cayeron en la cama. Hay noches que haces el amor con tu mujer, noches que es sexo lo que hay entre vosotras, y noches como esa donde tienes una pena interior que necesitas el consuelo de los besos y las caricias de la persona que más quieres y te quiere en el mundo. Pepa fue todo eso esa noche, colmó de atenciones a su mujer, hizo que cada climax se llevase consigo la tensión acumulada. Cuando el cuerpo de Silvia no podía más, liberó las últimas lágrimas que despedían a su antiguo novio y gran amigo. Pepa acunó a su mujer: estoy aquí amor.. Silvia estaba despierta, Pepa también. Medio cuerpo de Silvia descansaba sobre Pepa, que la tenía abrazada a sí misma. Silvia: Pepa.. Pepa: dime… Silvia levantó ligeramente la cabeza del hueco donde estaba sobre el pecho de Pepa y se miraron. Silvia: se han tomado muchas molestias para que pareciera algo que no es. Pepa asintió: lo sé. Silvia: han debido ver nuestras llamadas. Pepa sabía que Silvia y Gonzalo hablaban con regularidad, a lo mejor cada semana. Los niños no estaban bautizados, pero digamos que si tenían padrinos y madrinas simbólicos. En el caso de Enzo, lo eran el abuelo y su tia Lola y en el caso de Naia, lo eran Gonzalo y Raquel. Silvia: te acuerdas lo que siempre me decía?. Pepa sonrió: que era la razón que habías perdido.. Silvia acarició la cara de Pepa: para amar locamente a una descerebrada – suspiró – la de veces que ha estado a mi lado, recordándome porque debía atreverme, lanzarme, no pensar.. Pepa: sabía que estábamos hechas la una para la otra – recordando sonrió de nuevo – menuda cara se le puso cuando le dijiste que era como un hermano para ti y quería que fueras padrino de Naia. Silvia sonrió también: esa indignación falsa que le entraba cuando según él, lo castraba como hombre diciéndole esas cosas. Pepa: era parte de nuesta familia. Un concepto de familia que no se limitaba sólo a miembros de sangre, si no a amigos con los que podías contar donde, como y cuando los necesitases. Silvia subió al cuerpo de Pepa, la besó: gracias. Se miraron con intensidad, Pepa la sonrió: estoy a tu lado siempre.. Silvia volvió a besarla, sus piernas se acomodaron a ambos lados de Pepa, y las manos de Pepa volaron a la parte baja de la espalda de Silvia. De nuevo se necesitaban físicamente, Silvia se incorporó arrastrando con ella a Pepa, quedando sentada una sobre la otra. Pepa recorrió sus pechos con la lengua mientras su mano se dirigía al medio de sus piernas. Silvia reclamó su boca, y marcó el ritmo de los movimientos. Se movían rítmicamente subiendo el deseo entre ellas, unos minutos después un rápido movimiento de Pepa dejaba a Silvia tumbada boca arriba y a Pepa sobre ella. Pepa: me vuelves loca moviéndote así.. Silvia lo sabía, le encantaba cuando Pepa perdía el control, el amor estaba muy bien, pero sentir la excitación salvaje a pesar de los años juntas era más embriagador. Comisaría. En el despacho de Don Lorenzo guardaban silencio todos incluso el comisario. Raquel: tengo que ir, asuntos internos quiere saber porque Gonzalo me llamaba y porque nos habíamos reunido varias veces en los últimos meses. Don Lorenzo cabeceó: y que piensas decir?. Raquel estaba de pie: pues.., voy a decir abiertamente las sospechas de Gonzalo. Pepa saltó: tú estás loca!!?., los hijos de puta que mataron a Gonzalo lo sabrán. Raquel: te crees que no lo saben ya??, seguro que tenían pinchado su teléfono y a saber cuantas conversaciones han escuchado, lo que no diré es que me lo creyese. Don Lorenzo: bien, a ver si lo entiendo, vas allí, dices lo que ellos ya saben y además finges que no creías que Gonzalo estuviera sobre una buena pista. Raquel: eso es. Povedilla se removió nervioso: y si no es mucho preguntar?, cuando le pregunten por el suicidio? Raquel: pues les doy la razón de que Gonzalo no había superado su soledad. Pepa: esto no me gusta… Don Lorenzo: cojones Pepa, que nos estamos perdiendo, que no estás contando Raquel?. Pepa respondió antes que ella: si alguien ha escuchado las conversaciones sabe que tú apoyabas a Gonzalo en su investigación. Paco: entonces para que decirle a asuntos internos.. Don Lorenzo cayó en la cuenta: te los quieres sacar de encima, y a la vez, que los otros piensen que es una cruzada en solitario. Raquel levantó las manos: solo así los sacaremos de su escondite. Don Lorenzo: hasta Vigo no puedo protegerte. Raquel: los traeré pegaditos al culo hasta Madrid, querrán ver que hago a continuación, si todo es un farol, o si realmente tenemos pruebas. Paco: y si no te da tiempo subir? – esa era la pregunta que se estaba haciendo el resto. Pepa: voy contigo. Raquel negó: ni hablar. Don Lorenzo: alguien tiene que cubrirte las espaldas allí, de nada nos serviría que aparecieras tu también con un tiro en la cabeza. Paco pegó un respingo. Mariano dijo un ahogado: jesus! – por la crudeza de su jefe. Raquel: si alguien me acompaña, estamos diciendo alto y claro que no nos creemos una mierda del suicidio de Gonzalo, así seguro que nos pegan ese tiro. Raquel llamo a su mujer, apenas habían estado juntas 3 días desde la vuelta precipitada en Holanda. Estuvieron hablando varios minutos. Mar: llámame a cualquier hora vale?. Raquel: te quiero, te llamo. Mar: ten cuidado. Raquel: lo tendré. Sorpresivamente fueron los 2 días más aburridos que tuvo en mucho tiempo. La comisaría de Algeciras parecía aletargada. Asuntos internos mantuvo varias reuniones con ella y mientras esperaba entre una y otra, paseaba por los despachos, las mesas, la sala de tiro, intentando hacerse una idea del ambiente y de la gente. Por la noche se tomaba algo y volvía al hotel, no notaba vigilancia, nadie con un comportamiento extraño, nada fuera de sitio. De vuelta a San Antonio. Don Lorenzo irritado: no tenemos una mierda, estos cabrones simplemente se han sentado a esperar, que pase el tiempo.. Raquel estaba recostada sobre una silla: tenemos que reconocerlo, nos han ganado la partida, así es imposible.. Pepa: pero seguirán haciéndolo, dentro de 1 mes como mucho, la gente con la que se relacionan no entienden de periodos de vacaciones. Don Lorenzo: y que hacemos, pedimos un traslado a la comisaría de Algeciras?. Pepa: buena idea. Don Lorenzo: Pepa cojones!!, vamos cualquiera de nosotros para allí?, y ya de paso con una diana detrás de la espalda?. Raquel: bueno, nosotros no, pero Don Lorenzo, usted seguro que conoce a alguien que conoce a alguien que podría servirnos?. Don Lorenzo: infiltrar un comisario?. Paco: más libertad de movimientos no tiene nadie. Pero como suele suceder, las cosas a veces no salen como uno tiene planeado. En el aparcamiento Raquel se subía al coche de Pepa. Llamaron al móvil de Raquel, viendo la pantalla sin reconocer el número. Raquel: si??, quién es??. Unos breves minutos de conversación. Pepa interrogante viendo para ella. Raquel: eran de DHL, tengo un paquete de Gonzalo esperando a que lo recoja. Pepa: que?.. Raquel: el encargado me dijo que llegó con las instrucciones específicas de avisarme 1 semana después de su recepción. Pepa: a que hora sale el vuelo?. Raquel consultó su reloj: 2 horas. Pepa: vamos un poco justas, lo recogemos y de camino al aeropuerto vemos de que se trata. Pepa llamó a Silvia, le salió el contestador, por la hora tenía que estar en alguna clase o tutoría, le dejó el mensaje de que llevaba a Raquel al aeropuerto, le daba tiempo estar en casa para comer, pero no para recoger a los niños. La oficina de DHL estaba en una zona del centro, con acceso a un pequeño parking subterraneo que facilitaba a los usuarios bajar, recoger su paquete y salir en pocos minutos. El paquete era de considerables dimensiones, por lo que lo trasportaron en un carro. Pepa abrió el maletero. Y cuando ambas lo estaban ubicando en dicha zona, las sorprendieron por detrás, el ataque fue tan rápido e inesperado que ambas sólo pudieron forcejear unos segundos antes de inhalar algo que llevaba el trapo que les habían puesto en la cara y quedarse inconscientes. Silvia salió de clase y de camino a la tutoría comprobó el móvil que estaba en silencio. Pepa le avisaba de que no podía ir a recoger a los niños, se suponía que los recogía de camino de paso que llevaba a Raquel al aeropuerto, se imagino que como tantas otras veces se había liado en comisaría. Consultó su agenda de tutoría, podía recoger a los críos, la elaboración de la comida se retrasaría un poco. 2 mujeres insconcientes eran transportadas en el maletero de un coche, dicho coche abanadonaba Madrid.. Silvia gritaba, porque la calma la había perdido algunas horas atrás: Papa esto no es normal, Pepa no desaparece así como así, me dijo que no podía recoger a los niños, pero llegaba para comer, por dios bendito!. Don Lorenzo: hija…, no sé que decirte, estoy contigo, pero si nos ponemos a dar vueltas de un lado para otro igual es contraproducente. Así que, estaba claro que nadie en aquella sala creía que Pepa se había ido por tabaco.. Paco: señor, esto tiene que ver con Gonzalo, seguro. Don Lorenzo: ya Paco, ya.., pero la cuestión es que hacemos..? Povedilla carraspeó: señor, si me lo permite, estaba pensando yo, que.., podríamos ver las cámaras de tráfico, etc, a lo mejor damos con su recorrido. Silvia: si claro.., bien pensado Jose Luis, ven conmigo. Don Lorenzo: Silvia, discreción, no queremos levantar la liebre. Pepa se despertó aturdida y desorientada, no había demasiada luz por lo que entendía que al atardecer le quedaba poco. Estaba en un cubículo no demasiado grande, había algún que otro bulto, y alguien más con ella, consiguió darse la vuelta en el reducido espacio y así obtener más luz. Ostias!, pensó, estaba en el maletero de su propio coche, habían abatidos lo asientos posteriores y al final de sus piernas distinguió el cuerpo de Raquel, permanecía inmóvil. Le costó dios y ayuda reptar lo máximo posible para ponerse a la altura de Raquel, respiraba, fuese lo que fuese lo que les habían hecho inhalar, a Raquel le había producido mayor efecto. Pasaron los minutos, Pepa forcejeaba con su agarre en pies y manos, la mordaza en la boca la estaba asfixiando, pero no consiguía aflojar ninguna, de vez en cuando meneaba con sus piernas a Raquel, parecía que poco a poco volvía a la consciencia. Fuera seguía sin oírse nada que no fuera el rumor de una carretera lejana y los ruidos típicos del campo, mierda, a saber en que puto descampado estaban.. Pepa comenzaba a desesperarse, aunque no escuchaba nada que le hiciese pensar que quienes las habían atado estaban cerca, eso no impedía que pensase muchas otras cosas. Una de ellas era la posibilidad de que el puto coche estuviese sobre la via del tren, y si eso era así en cualquier momento se podía producir la colisión. Pepa viendo que Raquel comenzaba a moverse, la estimuló a patadas, le daba igual que se quejase, pero tenía que conseguir que se despertase y la ayudase con los agarres. A Raquel le pasó lo mismo que a Pepa, cuando abrió los ojos no supo ni donde ni como. Pepa le hacía gestos, era obvio que pretendía que ambas se ayudasen con las cuerdas y la mordaza. Estuvieron mucho rato tirando con el poco movimiento del que disponían en los dedos para liberarse, por fin, una mano de Raquel consiguió cierta holgura, y la liberó, acto seguido se quitó la puta mordaza e hizo lo mismo con las manos de Pepa y la boca. Ambas tosieron. Pepa: joder.. – no gritó, no sabía si alguien estaría cerca. Intentó ponerse de pie, pero en aquella postura se le habían dormidas las piernas. Pepa: intenta ver por la ventanilla. Mientras Raquel lo hacía, Pepa comprobaba las ataduras de las piernas. Raquel: estamos al pie de un barranco, es prácticamente de noche. Pepa: se ve a alguien?. Raquel: parece que hay unos tipos a unos metros. Pepa ya había liberado a ambas: me cago en la puta.., tenemos que pensar.. Silvia y Povedilla habían rastreado las cámaras desde comisaría siguiendo la ruta del coche de Pepa, en ocasiones lo perdían porque las cámaras no cubrían todo el recorrido, así que después de horas de visionado. Don Lorenzo: me estáis diciendo que el coche sale por la M-40 dirección Sur y ya no hay más imágenes. Asintieron. Mariano: no podemos peinar semejante zona, hay miles de posibilidades. Silvia lo sabía y la angustia crecía en su interior. Raquel se movió por el coche. Pepa: con cuidado.., si ven que se mueve el coche van a sospechar.. Raquel: lo intentó – sus piernas también estaban un poco anquilosadas. Pepa: abre la guantera, hay un botón, presiónalo. Pepa recordó que el coche tenía un sistema de ayuda en carretera, cuando se accionaba emitía una señal al 112 y estos en su aplicación recibían los números a los que llamar para hablar con los ocupantes y verificar si todo estaba bien y era una falsa alarma, si por el contrario efectivamente se había producido un siniestro, y ninguno de los móviles contestaba el GPS del coche ayudaría en la localización. Mientras Raquel volvía a la zona del maletero, vio que los individuos venían hacia el coche. Pepa ante esa información: tenemos que salir e intentar escapar, si ven que nos hemos desatado y estamos esperando tan tranquilas sospecharan. Había que ganar tiempo, no tenían ni puta idea de donde estaban, pero en unos minutos la gente que las quería si lo sabría. El móvil de Silvia empezó a sonar. Viendo que era del 112 se tensó. Silvia: dígame.., como…., espere.., espere.., repítamelo. Don Lorenzo: pon el manos libres. Todos escucharon como la voz amable de una operadora, les informaba de que tenían constancia de un aviso de avería en una determinada zona del vehículo de Pepa y preguntaban si era necesario el envío de efectivos. Don Lorenzo negó con la cabeza y Silvia se disculpó diciendo que había sido un descuido y habían accionado el dispositivo sin querer. No podían arriesgarse a que apareciera alguien y la situación en la que evidentemente se debían encontrar Raquel y Pepa empeorase. Tanto Pepa como Raquel escucharon claramente el alto que les dieron los hombres que se acercaban al coche, intentaron escabullirse por las puertas de atrás, pero fue imposible pasar desapercibidas. - A donde cojones creías que ibáis?, de rodillas!!! Raquel no reconoció a ninguno de ellos. Pepa pensó que no habían mejorado sustancialmente su situación. Habían pasado de estar maniatadas en el maletero de su coche a estar en una extensión abierta siendo encañonadas, lo único bueno es que habían conseguido enviar una señal. En la comisaría de San Antonio se precipitaron los acontecimientos, salieron a la carrera en varios vehículos. Don Lorenzo sujetó la mano de su hija: tranquila.., las vamos a encontrar. Silvia se preguntaba interiormente como, como se las iban a encontrar, recordar lo sucedido a Gonzalo le encogía las tripas. Pepa: estás loco si piensas que voy a hacer eso.. El hombre se rió: vamos a ver, creo que no me he explicado bien.. Y lo repitió. Tenían la brillante idea de que una de ellas dispararía a la otra, y la que quedase cerraría el pico para siempre, sabiendo lo que había pasado y que sus familias estarían amenazadas de por vida si se iban de la lengua. El hombre finalizó: o una de vosotras se sacrifica, o morís aquí mismo las 2 y en cuanto empiecen el resto de vuestras familias a husmear nos seguimos cargando gente, estamos???!. A ambas les habían obligado a coger las armas que estaban descargadas para que sus huellas estuvieran impresas. Ambas seguían de rodillas y relativamente cerca. Raquel: tenemos que hacerlo.. Pepa: que??, tú estás loca…! Raquel: Pepa… Pepa negó: NOO, no pienso pegarte un tiro.. Raquel: yo sí que no puedo… Pepa: pero yo sí??, no me jodas!!! Raquel: piensa por favor.., tu vida vale más.. Pepa se levantó, le dio igual que estuvieran apuntándola con armas varios hombres: ni hablar.. Raquel también se levantó, y cogió el arma que ahora sí tenía una bala en la recamara, disparar a alguno de ellos se le había pasado por la cabeza como opción, pero quedaban 3 más, que acabarían con ellas antes de que se pudieran poner a salvo, tenían que ganar tiempo y eso era lo que intentaba. Raquel: Pepa… Pepa seguía alejándose hasta que uno de ellos la paró y empujó para que volviese al círculo que formaban. Pepa lo empujó a la vez y entonces el tipo la encañonó. Raquel: Pepa!!..., - se les estaba yendo de las manos – escúchame!!. Pepa fue consciente de que le iban a pegar un tiro si no se calmaba, no sabía donde estaba.., no sabía cuanto tiempo había pasado desde que habían dado el aviso.., pero tenían que estar al llegar.., tiempo…, necesitamos tiempo… Raquel se le acercó: mírame.. – al ver que no lo hacía – Mírame!!. Pepa: no pienso hacerlo Raquel. Raquel: me lo debes.. Pepa: que??, pero que cojones te ha dado??, nos van a matar igual!! Raquel negó: te crees que si aparecemos las 2 con un tiro en la nuca nuestras familias no se levantaran en pie de guerra y esto no habrá forma de callarlo??, piensa coño!!. Unos segundos de reflexión, vale, tenía razón, matarlas a las 2 dejaría demasiados cabos sueltos y sobre apuntaría en una dirección alto y claro. Pero si una moría y la otra no se lanzaba a una investigación sin lucha ni cuartel, entonces el caso moriría en unas semanas, un ajuste de cuentas por un antiguo caso y se le daría carpetazo al asunto. Pepa aún así empezó a negar con la cabeza. Raquel se la sujetó: escúchame.., tú puedes…, sé que puedes.., recuerda la academia.., recuerda por lo que hemos pasado.., tienes que ser tú Pepa.. Pepa la veía como si estuviera viendo a una loca. Raquel: te estoy pidiendo que salves a mi familia, un tiro limpio, preciso.. Movió ligeramente una ceja, que no pasó desapercibida para Pepa. Noooo.., definitivamente estaba loca.., que pretendía… Raquel le entregó la pistola: no me avises, no lo pienses – sin previo aviso la besó y cuando se separaba en un susurro – confío en ti. El hombe se volvió a poner nervioso – vale., vale.., ya está bien de gilipolleces.. Raquel se puso a andar, la palmas de las manos le empezaron a sudar, normal, no todos los días dejabas que te pegasen un tiro.. Parecía un poco errática en sus movimientos, al final se puso cerca del desnivel que caía hacia un barranco. Pepa miraba la pistola en su mano, levantó la vista, ya apenas quedaba luz natural… Nadie aparecia a su rescate, debían estar demasiado lejos, sólo tenían esa opción para salir de allí Raquel se tocó ligeramente la sien derecha: hazlo. Y Pepa disparó.. Lo que vino después no estaba previsto, y es que esa estúpida y loca idea de Raquel no podía haber salido bien nunca. Raquel se desplomó al instante, se cuerpo con la sacudida impactó en el suelo para después precipitarse por el barranco. Uno de los hombres : me cago en la puta… Otro se acercó: donde ha caído??. El que llevaba la voz cantante: vete a ver.. - Vamos no me jodas. - Aquí hay sangre.. Pepa no estaba preparada, sangre.., tragó saliva.. - Que bajes ostia!! A regañadientes se fue deslizando, estaba hasta los huevos de que siempre le tocase a él mancharse, cuando llegó hasta el cuerpo miró la sangre en la cabeza y se dio por satisfecho. - Le ha volado la cabeza. A Pepa le fallaron las piernas, cayó de rodillas. - Perfecto!, sube.. El tipo se acercó a Pepa y le tiró las llaves de su coche – nos vamos.., recuerda el trato o volveremos. Y entonces se encendieron las luces de varios coches y unos focos, se escucharon disparos. Pepa seguía de rodillas, habían llegado…, se llevó las manos a la cabeza y grito: NOOOOOO!!!. Silvia se bajó casi de inmediato del coche, el pequeño caos que organizaron en cuanto estuvieron lo bastante cerca, sirvió para desconcertar a los policías corruptos. Don Lorenzo sujetó a su hija cuando esta vio a Pepa de rodillas inmóvil y gritando: espera.., te pueden pegar un tiro.. Y era cierto, entre unos y otros eso era como las fiestas valencianas, lo raro es que Pepa no se ponía a cubierto. Silvia se percató que Raquel no estaba, habían llegado demasiado tarde??. En cuanto la situación estuvo más o menos controlada Silvia pudo llegar al lugar de donde Pepa no se había movido. Silvia se arrodilló junto a ella: cariño… – la vista perdida de Pepa la alarmó – que ha pasado??, donde esta Raquel??. – hizo que la mirase. Pepa la miró: le he pegado un tiro.. Silvia dio un respingo. Pepa: habéis llegado tarde.. Y entonces se puso a vomitar, Silvia la ayudó, no era posible que Pepa hiciera eso, estaba en shock. Mariano y Paco dieron la voz de alarma, había un cuerpo en el barranco. Silvia abrazaba a Pepa, las 2 sentadas en el suelo, entonces.., si., si le había pegado un tiro??, pero.. Pepa temblaba. Silvia: tranquila amor.. Pepa se lamentaba: que he hecho.., que he hecho… Silvia la abrazó más fuerte: shhh, no pienses.., tranquila…, shhhh Curtis y Povedilla llegaron los primeros al cuerpo, tragaron saliva al ver sangre en la zona de la cabeza, ellos tampoco se podían creer que Pepa le hubiera pegado un tiro a su amiga, con cuidado la movieron. Povedilla y Curtis se miraron, por unos segundos no reaccionaron. Finalmente se susurraron. - respira.. Povedilla le tomó el pulso y asintió, Curtis más atrevido examino la cabeza, había sangre sí, pero no encontraba un agujero de bala. Curtis: le ha pasado rozando. Con el zarandeo de uno y otro, Raquel se quejó, poco a poco fue abriendo los ojos, tosió. Raquel: mmmm…., no me puedo haber muerto.., y ser vosotros mi primera visión en el cielo… - tenía a Curtis y Povedilla prácticamente encima de ella – salvo que esté en el infierno. Curtis la abrazó: que cielo, ni infierno, ni que leches.., vivita y coleando. Raquel interrogante: Pepa..? Povedilla: está arriba, bien.., un poco triste, ya sabe.., cree que usted a muerto. Curtis entonces se puso a gritar como un loco: está viva!, esta viva!!. Raquel se medio incorporó: anda Jose Luis, échame una mano que este se pone a dar gritos y no atiende a lo importante, que es sacarme de aquí. Silvia al escuchar los gritos de Curtis: Pepa.., Pepa., lo están escuchando..? Raquel subía delante de ellos, le dolía todo y sin embargo se sentía más viva que nunca, ella misma empezó a gritar: Pepa!!, la ostia!!, uaua!!!, mierda me duele todo – reptando los ultimos metros antes de llegar a la subida. Paco y Mariano le echaron una mano. Raquel: este golpetazo no estaba previsto la verdad, pero claro, no sabía que de la impresión me iba a desmayar – se sacudía la ropa - Pepa!!, que puñetas haces ahí en el suelo??. Entonces Pepa reaccionó, se deshizo del abrazo de Silvia, se levantó y corrió hacia ella. Pepa: me cago en tu puta madre!!! – la agarró del pecho – tu puta madre Reich!!.., el susto que me he llevado joder!!!, como…, como te pude haber hecho caso!!!, dios!!!. Don Lorenzo que al igual que los demás se había quedado en un primer término parado viendo como Pepa se abalanzaba sobre ella: porque las dois sois unas cabras descerebradas!!!, a quién se le ocurre, jugar la puta ruleta rusa.. Raquel se abrazó a Pepa: anda.., alegra esa cara, sabía que no fallarías. Pepa la apretó contra ella: claro, por eso te desplomaste. Raquel: joder.., es que da susto que te pase una bala rozando chica.. – se tocó donde tenía la herida superficial – como me quede esta raya del pelo… Se separó de Pepa y fue hacia donde estaban los arrestados, le dio un rápido puñetazo al tipo que las había amenazado. Raquel: la bala que me ha rozado a mí, la tenías que tener tú metida en el medio del cerebro, gilipollas, amenazar a nuestras familias, eres un mierda, tú y vosotros también. Le volvió a dar otro puñetazo, y los demás no se lo impidieron, porque con gusto habrían hecho lo mismo. Raquel: arrgg, que bien sienta… Estaba en casa. Silvia: te duele la cabeza??. Raquel negó pero no la movió Silvia: mi padre tenía razón, menuda ocurrencia – miró con detenimiento para ella, se acercó a un cajón de la cocina - anda toma esto, no tienes que hacerte la dura… Raquel: es para que se le pase el susto a tu mujer.. Estaban en la cocina y Pepa en la habitación arropando a los niños, o por lo menos eso creía Raquel. Pepa: tú sigue diciendo gilipolleces, que te voy a pegar un tiro pero de verdad. Silvia: se acabaron los tiros por una temporada, vamos a cenar algo y a relajarnos.., has hablado con Mar??. Raquel gruñó ligeramente: no ha sido fácil explicárselo. Silvia: de verdad.., no sé como seguimos con vosotras.. Pepa se quejó: ehh, que yo no tuve nada que ver, la de la brillante idea fue ella. Raquel: no lo voy a repetir más veces, eres la mejor tiradora de la mayoría de los cuerpos de élite, cuantos cigarrillos han volado de los maniquís??. Raquel se refería a un juego que hacían entre los mejores tiradores cuando los instructores no estaban, y que consistía en poner un cigarrillo en las orejas de un maniquí y hacerlo caer sin dañar al muñeco. Pepa: han pasado años desde entonces. Raquel: ese talento no se pierde. – se tocó la zona dañada – bueno, sólo un poquito – le sonrió. Silvia se despertó en medio de la noche, Pepa estaba viendo para el techo. Silvia: cariño… - se acercó a ella, le limpió las lágrimas de la cara- no puedes dormir... Pepa asintió. Silvia le dio un ligero beso, la abrazó: ya pasó, sé que es facil decirlo, yo no estaba allí, pero tienes que dejarlo pasar, si no te desquiciará.. En la terraza Van Gogh no le quitaba ojo a Raquel, estaba pegada al muro de la terraza, desde allí arriba la vista era bonita, hacía una noche espléndida, incluso se distinguía alguna estrella, aspiró profundamente. Le temblaron las manos cuando pulsó las teclas de su móvil. Raquel: ey.., amor., no te he despertado verdad?? Mar: no.., hace un rato que he llegado a casa, ahora mismo estamos Elenita y yo en el sofá viendo un estúpido programa. Raquel: mañana cojo el primer vuelo, trabajas?. Mar: he pedido unos días libres. Raquel: ummmm, entonces podemos irnos a.. Mar: no.., no.., te vienes directa del avión a nuestra cama, ya veremos cuando sales de ella. Raquel sonrió: tu mandas.. – el temblor disminuía.. Mar se despidió con un beso de Raquel. Raquel medio despertó: ya te vas?. Mar asintió: sigue durmiendo, te hace falta. Raquel: la peque está en la cuna?. Mar: prefieres que la lleve con tus padres?. Raquel negó: que va, yo me encargo. Una horas después, Raquel salía con Elena en su cochecito, al encuentro le salió su padre. Antonio: vas a dar un paseo?. Raquel: sí. Antonio: que te parece si vamos a dar una vuelta con el barco por aquí cerca?. Raquel: pero nos llevamos a la peque. Antonio: por mi ningún problema. Padre e hija llegaron al embarcadero y en menos de media hora salieron a la mitad de la ría, Raquel iba sentada en popa con Elena en brazos disfrutando de la brisa marina, iban a muy poquita velocidad, hacía una buena mañana, fresca pero con un amanecer realmente nítido. Su padre paró el motor y se giró para verlas. Raquel sonrió: y bien??, porque me parece que este paseo no ha sido espontáneo. Su padre se rió y se sentó junto a ellas. Antonio: sabes que me levanto muy temprano.., me encontré a Mar cuando se iba a trabajar. Raquel se puso un poco en guardia. Antonio la miró fijamente: chiquilla tienes que dejar de darle estos sustos, no eres inmortal, y a tu familia le importas tanto como al resto. Raquel: lo sé papa, no soy una suicida. Antonio: dime.., cuando le hiciste esa loca propuesta a Pepa, que seguridad tenías de que saldría todo bien?. Raquel no dudó: 99%, y el 1% que falta no se lo quitaba a Pepa, si no a mi, que debía estarme quieta en el momento del disparo. Antonio le palmeo la rodilla: vale, vale.., te apetece nadar?. Raquel: ahora??, papa, si el agua debe estar a unos 12 grados como mucho?. Su padre se había ido al interior del barco y venía con un neopreno. Raquel: que pretendes?. Antonio: que sientas la importancia de lo que te acabo de decir sobre tu familia. Raquel se puso el neopreno, después de colocar a elena dentro del cochecito. Antonio: te esperamos en el embarcadero – tocó unos prismáticos – no te pierdo de vista. Raquel saltó al agua, neopreno, gafas, y una bolla naranja fosforito para que se la viese bien, el barco se alejó suavemente de su lado, unos minutos después de aclimatarse a la temperatura comenzó a nadar. Brazada tras brazada sintió su pequeñez en medio del mar, pero también su libertad, y sobre todo su meta, llegar al embarcadero, y en el trayecto en soledad pensó en muchas cosas. Le llevó su tiempo, más de una hora nadando y cuando su padre le dio la mano para izarla al barco las fuerzas eran justitas. Antonio: todo bien?. Raquel: estupendo. Antonio: perfecto. Cuando se hubo quitado el neopreno y sacado un poco el pelo. Raquel: papa – este se volteó y ella lo abrazó – gracias. Antonio: de nada hija. Raquel llegó andando al hospital para darle una sorpresa a Mar cuando saliera de su turno, esperó pacientemente en el jardín exterior, no le avisó de que estaban allí. Mar iba comentando un caso con unos compañeros a la salida cuando vió a Raquel sentada en un banco con Elena en brazos y saludándola. Mar se acercó con una amplia sonrisa: vaya que sorpresa. Raquel se levantó y besó a su mujer: hola guapa, la peque y yo pensamos que sería buena idea ir a buscar a mami. Mar: genial, y a donde vamos?. Raquel: mmmm, cogemos tu coche y lo pensamos por el camino?. Mar: vale – contenta le dio un nuevo beso a Raquel. Había pasado una semana y Pepa seguía durmiendo mal, en comisaría hacía trabajo de oficina mientras el psicólogo no le daba el alta para el servicio, ella había sido la primera que había reconocido que si no dormía lo suficiente no podía ser competente y fiable en su trabajo. Don Lorenzo se acercó a su mesa: Pepa ven conmigo. Pepa se levantó y lo siguió, fueron bajando hasta llegar a las salas de tiro, Pepa se puso nerviosa. Don Lorenzo se buscó un cubículo y despositó su arma y la de Pepa, que custodiaba él , hasta que la inspectora obtuviese el alta. Pepa iba a decir algo, cuando Don Lorenzo le pasó los cascos: póntelos, voy a practicar un rato. Don Lorenzo hizo varios disparos sobre 3 siluetas, cuando hubo terminado las acercó y observó sus disparos: que te parece??. Pepa pudo comprobar que apenas en 2 de ellos había acertado a órganos vitales, la mayoría habían ido a parar a extremidades e incluso 3 de ellos fuera de las siluetas. Don Lorenzo: son una mierda Pepa! – lo dijo en voz bastante alta, por lo que Pepa dio un respingo – nunca he sido el mejor tirador del mundo, pero – sacudió la pistola – la llevó con confianza y si la tengo que utilizar no me tiembla el pulso, no pienso, actuo, quizás no mato al cabrón que me dispara, pero seguro que algo de daño le hago. Don Lorenzo marcó con un rotulador sus disparos, pulsó el botón y alejó las figuras. Don Lorenzo le acercó su arma: quiero que dispares donde lo he hecho yo, no quiero ver ni un nuevo agujero. Pepa lo miró con ansiedad en cuanto tuvo el arma en las manos. Don Lorenzo le gritó: no pienses!, dispara!. Pepa lo hizo, 4 tiros por cada figura, en apenas unos segundos, soltó el aire cuando acabo. Don Lorenzo acercó las figuras y examinó el resultado: te convences ahora Pepa??. Pepa también vio el resultado. Don Lorenzo: Raquel está como una puta cabra, pero desde luego sabe que eres un prodigio disparando, llevas una semana durmiendo de pena, comiendote la cabeza por lo que pudo haber pasado. Como sabía él eso?, Silvia, claro, seguramente padre e hija habían hablado. Don Lorenzo continúo: y no te das cuenta de lo obvio, hubieras acertado incluso con los ojos cerrados, Raquel lo sabía y tú tienes que convencerte de ello – tocó de nuevo las figuras – mis tiros han sido pésimos, y tú los has repetido sin error. Pepa ante la evidencia sonrió. Don Lorenzo también lo hizo: así me gusta, coño!, que verte con cara mustia no te pega nada y nos está desquiciando a todos. Pepa: a una pelirroja en particular?. Don Lorenzo: a la que más – sonrió – venga te invito a una caña y te doy la tarde libre, que mi hija se merece que su pareja la haga sonreir de nuevo. Cuando Pepa entraba en casa, escuchó a Silvia en la cocina con los peques, seguramente hacía poquito que había llegado. Silvia al verla entrar: que temprano?, ha pasado algo?. Pepa: mi jefe que me ha dado unas horas libres. Silvia preocupada: y eso?. Pepa revolvió el pelo a enzo y besó a ambos hijos: pues que he aprobado con nota una prueba de tiro que me ha realizado y me ha dicho que vaya a contárselo a mi mujercita. Silvia no pudo evitar sonreir, al tiempo que Pepa se acercaba y le daba un buen beso. Naia aplaudió. Pepa: comemos fuera?. Enzo gritó: pasta!, yo quiero pasta!. Silvia rió: claro. Toda la familia salió en tromba de casa. Pepa: enzo no lleves tan floja la correa de Van. Enzo: pero si no se va mama. Pepa: ya pero no quiero que nadie se tropiece con la correa. El niño acercó más al perro hacia él. Silvia tirada del carrito de naia. Bajaron con otro vecino en el ascensor. Vecino: hasta luego chicas, que lo paséis bien enel italiando peques. Naia y Enzo le habían contado al vecino que se iban a comer pasta, los críos eran así de abiertos y sociables. Durante el trayecto hacia el restaurante. Pepa: pelirroja – su mujer vio hacia ella – ya has pedido cita con el doctor?. Silvia negó: pensé que no era buen momento hasta que.. Pepa la interrumpio con un beso: ya todo está bien. Silvia la acarició la cara: entonces llamo mañana mismo a ver que nos dicen. Pepa le dio un pico: genial!. Pepa se tomaba un tranquilo café con Rita, hacía unos días que había vuelto a su actividad casi casi normal. Los gritos de su suegro llegaron hasta ellas. Rita: madre mía cualquier día le va a dar algo. Pepa sonrió viendo el cristal con las cortinas medio cruzadas: no sería él si no se pusiera verde de rabia cuando las cosas no salen bien. Rita: y últimamente la racha que llevamos no ha sido buena. A ambas les vino a la cabeza Gonzalo primero, y luego muchos otros casos que se habían torcido en los últimos meses. Entonces un gesto extraño de su suegro hizo que Pepa le prestará más atención si cabe, a ese gesto le siguió el silencio, un leve balanceo y una mano que se iba al pecho. Pepa soltó su café: mierda! – exclamó y salió disparada hacia la sala. Paco y Mariano que estaban dentro con otros miembros de la comisaría reaccionaron con igual rapidez. Todos juntos mantuvieron en una precaria verticalidad a Don Lorenzo, a medida que este se volvió cada vez más pálido y su respiración irregular. Pepa grito: llamar una ambulancia!!. Joder, Pepa cruzó la mirada con su suegro, preocupación vieron ambos en los ojos del otro. Paco: tranquilo señor, enseguida vienen. Mariano había salido junto a Povedilla: pero donde esta esa ambulancia!!, ay dios que la palma aquí mismo. Povedilla desencajado: no digas eso Mariano. Mariano: pero tú has visto los colores que se le han ido cambiando en la cara.., que a esta hombre no lo calla otra cosa que la muerte. Povedilla: jesus, jesus… La ambulancia llegó cuando Don Lorenzo se mantenía en una precaria consciencia. Pepa: Paco vete con él, yo voy corriendo al bar y aviso a Lola.., y luego voy a por los niños…, y después a por Silvia.., y Rita la cortó: Pepica, no te da tiempo a todo, Jose Luis y yo vamos a por los peques y se quedan con mi sabinita. Pepa: vale.., venga Paco – hizo reaccionar a su hermano que se subio a la ambulancia. Corrió hasta el bar y cuando entraba de forma tan precipitada, Lola soltó el delantal como presintiendo la mala noticia. Pepa: Lola, lo siento. Lola: es mi padre verdad?. Pepa asintió: creo que le ha dado un infarto. Lola recogiendo su bolso: si esto se veia venir.., ese ritmo no lo aguanta nadie a su edad….- con entereza salieron del bar. Pepa: te dejo en el hospital, me queda de camino y voy a buscar a Silvia.. Se le atragantó la saliva sólo de pensar en como decírselo a su mujer. A Silvia tampoco le hicieron falta muchas explicaciones cuando vio el gesto serio y preocupado de Pepa, las sorpresas que le daba su pareja cuando aparecía sin avisar, iban acompañadas de una sonrisa traviesa, y en este caso no habia rastro de ella. Pepa: cariño… Silvia aguantó las lágrimas: esta vivo?. Pepa: en la ambulancia si, por ahora sigue así. Mientras salían Pepa le contó lo poco que había pasado y Silvia preguntó que habían dicho los médicos. Silvia: y los niños?. Pepa: Rita y Jose Luis se ocuparan de ir a buscarlos a la guardería. Llegaron y a las puerta de urgencias, ambas hermanas se abrazaron y juntas entraron. Pepa se acercó a su hermano. Paco se adelantó: ha aguantado el viaje, están con él, pero no pinta bien, ay el disgusto que.. Pepa lo calló: no nos adelantemos vale?, es terco como una mula, luchará.. Horas después, el peligro inicial se mantenía, Don Lorenzo no remontaba como se esperaba, y la fatiga empezaba a hacer mella en él. Silvia y Lola estaban a su lado, turnándose, puesto que en boxes no permitían más de una persona por paciente. Ambas le animaban a aguantar, él asentía y con el poco hilillo de voz les decía que no se preocupasen. Pepa estaba en la sala de espera exterior, cuando de nuevo salió Silvia, y de nuevo se fue a sus brazos. Pepa: cariño… Silvia: no nos dejan quedarnos con él esta noche, nos teniamos que despedir. La angustia era evidente en sus ojos, y si se moría de noche… Pepa intentó revertir esos malos pensamientos: Sil.., si los médicos pensasen que algo podría salir mal os dejarían quedaros con él. Lola salió en ese momento, igual de echa polvo que su hermana. Lola: nada, no ha habido manera de que me dejasen quedarme. Paco: va a estar bien, donde mejor si no. Silvia: veniros para casa, así estaremos todos juntos por si.. No pudo acabar, Pepa la abrazó hacia ella: venga, vámonos. Pepa fue a buscar a los niños y estuvo un rato charlando con Rita: te mando un mensaje si hay alguna novedad. Rita: lo que necesites, tu me llamas y si tengo que quedarme con los niños, etc, me lo dices, que hay confianza. Pepa abrazando a Rita: gracias. Enzo estaba pensativo, Naia como siempre loca de contenta de ver a su mama y haciendo mil y una a su hermano en el trayecto en coche. Cuando subían en el ascensor, con Naia en brazos. Pepa tocó la cabeza de su hijo: peque, quieres preguntarme algo?. Enzo negó. Pepa lo conocía, y sabía que al igual que su mami, si algo le preocupaba tendía a callarse: si me lo cuentas a lo mejor te puedo ayudar??. Enzo negó nuevamente. Bueno, le daría tiempo, si eso era lo que necesitaba, revolvió su pelo. Pepa: vale, no pasa nada. Silvia hizo sus esfuerzos al igual que Lola para aguantar el tipo ante el torbellino de Naia, Enzo se mantuvo en un perfil más bajo, simplemente abrazó mucho a su mami y a si tía y luego se fue con Van Gogh a la terraza. Silvia vio para Pepa. Pepa se encogió de hombros: algo sabe seguro, pero no me lo ha contado. Silvia mantuvo la atención en Naia que la reclamaba con su genio una y otra vez. Después de un rato Pepa se la llevó a la bañera y Silvia salió en busca de su hijo. Lola se fue a la cocina con Paco, ponerse con la cena la mantendría ocupada y alejada de malos pensamientos, ya había llorado lo suyo al hablar con Sara por teléfono, Paco a su lado le daba todo su apoyo. Enzo acariciaba a Van y este le lamia, le daba la pata, le gemía con sentimiento, su dueño estaba preocupado y el perro lo sentía y de alguna manera quería reconfortarlo. Silvia se sentó cerca de ellos: hola.., que te hace Vani?. Enzo: me da mimos.. Silvia esbozó una sonrisa por la explicación de su hijo ante la actitud del perro. Silvia: mmm, le has contado lo que te pasa?. Enzo miró para su mami y asintió. Silvia: aja.., y a mí.., me lo cuentas?. Enzo reticente: tú no puedes curar al abuelo?. Era evidente que el pequeño habia escuchado algo en casa de Rita. Silvia negó, tragando un inmenso nudo que se le había formado en la garganta, de repente fue más consciente que nunca de los claros ojos azules de su niño, y el recuerdo de su madre volvió a ella, si algo le pasaba a su padre, no tendría ni ese recuerdo físico. Enzo sintiendo que ahora era su madre la que necesitaba mimos, se abrazó a ella. Silvia acogió a su hijo. Pepa fue en busca de Silvia y Enzo después de dejar a Naia a cargo del tío en la cocina. Su mujer y su hijo estaban abrazados, y Van a sus pies. Se mantuvo en silencio en la puerta, observando. Silvia de vez en cuando limpiaba sus lágrimas y hacia lo propio con las de su hijo. Enzo dijo de pronto: quiero ver al abuelo. Pepa intervino: mañana preguntamos en el hospital vale?. Sabían de antemano que los niños no podían pasar, pero mejor no darle en ese momento el disgusto. El problema vino al día siguiente, cuando se empeño en ir con ellas. Dejaron a Naia en la guardería. En el control de la UCI les informaron que su padre no había pasado muy buena noche, ellas entraron inmediatamente. Estuvieron un par de horas entrando y saliendo y escuchando al doctor, Don Lorenzo contestaba con dificultad, llevaba una mascarilla para ayudarle a respirar. Se entero que su nieto estaba fuera bastante disgustado porque no le dejaban ver a su abuelo. Lola: cuando le sale el genio Castro es terco como una mula. Lo que no le dijo a su padre eran los esfuerzos que estaban haciendo Pepa y Paco para distraerlo. Pero Don Lorenzo algo se imaginó, por el cuchicheo de las enfermeras, hasta él llegaron comentarios. - que niño más lindo, y los lagrimones por el abuelo. - Mira que tiene genio, que no se va, que quiere ver al abuelo. Lola se acercó: que pasa papa? – viendo a su padre más inquieto de lo normal y queriendo quitarse la mascarilla. Silvia también se acercó: estás mal?, que te duele?. Escucharon, pero no creyeron que hubiera dicho eso. Lola: como?. Entonces no se supo bien de donde le salió la voz. Don Lorenzo: que me traigan a mi nieto cojones!. Lola se dio un susto: papa por dios, no te alteres. Pero Don Lorenzo se quería incorporar. Con el revuelo de ellas para que no se moviera y de él que sí, llegaron algunas enfermeras y detrás el doctor. Doctor: pero hombre, no ve que está delicado?. Don Lorenzo: delicado…?, que me ha dado un infarto coño!, pero aún no estoy muerto, o me pone usted en una silla y me lleva a junta mi nieto o no respondo. No hubo forma de hacerlo cambiar de opinión y realmente tanto Silvia como Lola tampoco querían, viendo a su padre no tan apagado como en las primeras horas en el hospital. Pepa y Paco no daban crédito cuando una enfermera les dijo que fueran con ella. Pepa llevó al crío por un pasillo hasta otra pequeña sala, Don Lorenzo estaba en una silla de ruedas franqueada por sus hijas. Enzo al verlo sonrió abiertamente y fue a sus brazos: abuelo!. Pepa lo paró sin embargo: campeón.., despacio que el abuelo esta delicado. Don Lorenzo: y dale!!, que no soy una maldita planta, ven aquí muchachote. Enzo se acercó y entre Silvia y Lola le ayudaron a sentarse encima del abuelo. Don Lorenzo: que pasa, que me han dicho que estás ahí fuera refunfuñando. Enzo se abrazó a su cuello: te vas a poner bien verdad?? Hasta a Don Lorenzo se le fue la voz durante un momento, carraspeo: mañana mismo si me dejan estos inútiles ya me voy para casa. Enzo se puso loco de contento: si!!. Lola: bueno, bueno, papa no te adelantes, hay que hacer mas pruebas y después.. Don Lorenzo: pues venga que hay prisa!, que tengo que ir con mi nieto al parque. La prisa fueron 2 semanas, una pequeña operación para poner un bypass y una promesa de reposo y cuidados, no sé volvió a decir la palabra delicado, pero en la mente de todos si que estaba. Enzo siguió yendo al hospital para abrazar al abuelo y sentarse con él. Al personal sobre todo femenino se la caía la baba con el nieto, y por extensión con el abuelo. Pepa: anda que.., si al final a cuenta del niño, va a salir con novia y todo del hospital. Lo dijo delante de algunas enfermeras. Don Lorenzo se irguió: hija en que momento de debilidad acepté yo a esta descerebrada. Silvia se rió. Pepa: no se haga el duro, si tiene unos nietos que son para caerse la baba. Una enfermera le dio una caricia al pelo de Enzo: ah.., pero hay más como este angel?. Pepa negó: nooo, la peque es un diablillo. Don Lorenzo sacó rapidamente de su cartera una foto: no le haga caso, a pesar de llevar sus genes y estar chalada igual que su madre, verdad? – le hizo un pellizo a su nieto y este se rió – es un amor. Pepa le guiñó el ojo a Silvia: usted póngase bueno de una vez y venimos con ella a buscarlo. Enzo: si!!, así le enseñamos como vamos en la silla abuelo. El niño recorría los pasillos de visitas sentado en las rodillas del abuelo. Ese día finalmente llegó. Silvia y Lola estaban felices, con su padre al lado, esperaban a que firmase el alta hospitalaria y demás papeles. Doctor: bueno el protocolo de la silla como que lo dejamos. Don Lorenzo: que vamos a dejar ni que cojones, que mis nietos me quieren ver salir en este chisme – se sentó – venga hijas pa fuera!. Fuera Paco y Pepa sentados tranquilamente le echaban un ojo a los niños que esperaban jugando en la sala de visitas cercana a la salida. Pepa: oye tú estás muy contento hoy no?. Paco: pues.. claro.., que ya se acaba todo este lío del hospital..y eso.. Pepa se le quedó viendo: ya.., tú has mojado esta noche.. Paco se empezó a poner colorado y las palabras no le salían. Pepa se rió: Lola te ha dado un meneo que ni te lo crees. Paco: Pepa!!!. Pepa no podía resistirse a seguir tomándole el pelo: habrás tomado precauciones no kjaskj…, mira que si., bfffdfif Paco le tapaba la boca, Pepa se quiso separar de él, él la seguía. Naia y Enzo los veían y en ese momento salía Don Lorenzo. Don Lorenzo: pero que hacen ese par de anormales, peores que críos son. Enzo: abuelo! – dejando de prestar atención a su mama y a su tio – ves Nai como el abuelo tiene un carrito. Don Lorenzo se levantó para recoger a sus nietos en brazos. Lola: papa!, no haga excesos, a ver si vamos a tener que volver a entrar. Don Lorenzo: aquí no vuelvo en una temporada larga, venga quién me invita a una paella?. Lola: de eso nada, tú dieta blanda. Don Lorenzo: hija un poco de cuartelillo. Pepa le susurró: yo se la preparo cuando no vean las enfermeras. Silvia: Pepa…. Pepa: que..?, solo le estoy diciendo que me alegro de verlo tan recuperado. Don Lorenzo: cierto, cierto.. Paco: yo también señor, yo también. Don Lorenzo le paso el brazo por el hombro a su yerno: lo sé Paquito, lo sé., en la ambulancia creí que te daba otro infarto a ti. El día había sido largo, por la casa de Lola habían pasado gran parte de la comisaría para saludar a Don Lorenzo. Silvia mientras acomodaba la ropa de cama y se metía dentro: se puede saber la tontería que te tenías con tu hermano?. Pepa sonrió mientras entraba también en cama: simplemente corroboraba que las Castro sois sexualmente exigentes… Silvia: no??, no le has dicho eso.. Pepa asintió: tu hermanita le ha echado un polvo a mi hermano tan contenta por la recuperación de vuestro padre que lo tenía volando. Silvia se rió: mira que eres.. Pepa atrajó a su mujer: hablando de celebraciones…, tu y yo.., estos días..- negando con la cabeza. Silvia sonrió: y claro, con lo sucedido a tu hermano, te has hecho unas expectativas.. Pepa le dio un pico: buenooo…, por suerte para mí, la pequeña Castro sube conmigo a una nube más regularmente. Se besaron. Silvia: sabes que acostarme contigo y que fuera un desastre era una de mis mayores preocupaciones – le confesó. Pepa se la quedó viendo. Silvia le acarició la cara: para ti no??, quiero decir.., yo sólo había estado con hombres y el sexo no estaba mal.., pero.. Pepa la interrumpió besándola: pero conmigo es mucho mejor.. – le dedicó una amplia sonrisa. Silvia le dio un golpecito en el brazo: un poco creida tú no??. Pepa la volvió a besar: no sólo es mérito mío… Sin saber muy bien como.., Silvia ya no tenía puesta su camiseta de tiras. Pepa atrapando un pecho con su boca: me vuelves loca y yo a ti. Silvia se arqueó primero y dejó que Pepa siguiese donde estaba, para segundos después reclamar sus besos en su propia boca. Silvia: lo admito.., somos compatibles cien por cien. Se sonrieron mutuamente, les tocaba ahora a ellas celebrar la recuperación de Don Lorenzo.