Iglesia De San Francisco

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Iglesia de San Francisco (Loja, Ecuador) Iglesia de San Francisco es la iglesia de San Francisco en la localidad ecuatoriana de Loja. la Iglesia de San francisco Loja, Ecuador. Descripción La iglesia de San Francisco es una de las obras de arte religioso más apreciado en la ciudad, una amplia y acogedora instalación junto a esta se encuentra la capilla de la Virgen de Fátima. La iglesia es manejada por los hermanos franciscanos de la ciudad de Loja y mantiene culto a el Divino Niño y los ciudadanos acuden a pedir favores y a dar gracias por los milagros alcanzados. La iglesia mantiene un estilo clásico colonial, y está considerada como un museo del arte religioso por sus diversas obras de arte que encierra esta iglesia. Esta iglesia fue construida en el año 1548 por los hermanos franciscanos que llegaron a Loja con la misión de evangelizar a las personas de la ciudad de Loja. La estructura de la primera Iglesia de San Francisco fue construida en 1564 y el corregidor Pedro Javier Valdivieso la reconstruyo después del terremoto de 1749. desde entonces mantiene la imagen actual. La iglesia está ubicada en el centro, en el barrio de San Francisco (calles Bolívar y Colón) de la ciudad y pertenece a la parroquia de Sucre. Baúl de secretos históricos de Loja Altar mayor de la iglesia. Es importante conocer, además de la historia de fundación, datos acerca de la Plaza de San Francisco y los elementos que la conforman. Llamada también Plaza de la Fundación, ya que aquí se halla el monumento al fundador de Loja, Capitán Alonso de Mercadillo, colocado un 10 de agosto de 1978, en la segunda alcaldía del distinguido escritor y hombre público, Dr. Eduardo Mora Moreno. El ecuestre monumento fue elaborado por el artista lojano Daniel Elías Palacio, tío del Dr. Alfredo Palacio González, ex presidente de la república. Para el efecto, se tuvo que retirar del centro de la plaza, una clásica pileta, donde por muchas ocasiones innumerables lojanos se divirtieron, siendo la concentración todas las tardes como un tradición de pueblo. Además, según varios relatos, fue en las aguas de esta pileta que los típicos vendedores de helados de paila, enfriaron aquel dulce golosina para expenderla en aquella ciudad del recuerdo. Y es que, este sito tiene su singularidad. Es admirable la cantidad de palomas que aquí se posan, mismas que muchas de las veces son alimentadas por la gente que los visita, con granos de maíz que se los adquiere en los kioscos del sector. En frente de esta plaza, se ubica la casa más antigua de Loja, de propiedad del distinguido historiador lojano Julio Eguiguren, que data de 1825 y la cual recibió por cinco ocasiones a José María Velasco Ibarra. La relación directa que esta plaza y sus elementos tiene con el hecho de la fundación de nuestra ciudad, respecta a que, según francisco Javier Riofrío Eguiguren, fueron seis francisanos venidos del Convento de Opaca-Perú, que acompañaron en el asentamiento de Loja, siendo estos religiosos que propusieron la consagración de la nueva ciudad a la Inmaculada Concepción de María. Respecto a la Orden Franciscana en Loja, Riofrío Eguiguren dice: “La fundación de la Orden Francisca en Loja se remonta al año mismo de las conquistas de estas tierras que dominaron tierras nuevas de la Zarza y sus dependencias”. Una vez que Mercadillo estableciera la ciudad, ordenó que mientras las casas de los españoles se construyan, se levante un templo central (actual Catedral), un de franciscanos y otro de dominicos. El objetivo de esta comunidad al establecerse, fue evangelizar a pueblos paltas como los Malacatos, Calvas y Ambocas, en donde se hallaba el pueblo de El Cisne, y con este la extraordinaria devoción de Nuestra Reina del Cisne. Además, esta misma misión cumplió con las etnias amazónicas, anexas a las Gobernaciones de Yaguarzongo y Mainas. Iglesia y convento La primera iglesia, construida en adobe, inició su construcción en el año de la fundación, 1548, y se la culminó en 1564; ésta se destruyó en su totalidad a raíz del terremoto que hubo en Loja en 1749, pero fue reconstruida tiempo después por el Corregidor Pedro Javier Valdivieso. Cuando cursaba el año 1858, Loja sufrió un nuevo terremoto, en donde el templo es arrebatado nuevamente, y producto de esto, resulto la pérdida de valiosísimos documentos informativos acerca de la iglesia y el convento. Tiempo después fue restaurada, manteniéndose hasta la actualidad con estilo renacentista y neogriego. Este templó sufrió la primera restauración entre 1887 y 1930, conservando su imagen original. Y es que por esta época los fenómenos naturales no daban tregua. Ocurrió entonces un temblor, dando como resultado la caída de la torre norte de la iglesia, la cual nunca se reconstruyó. He ahí el motivo de que en la actualidad la iglesia solo posea una sola. El Convento se conforma por dos bloques, uno muy antiguo, que funcionó como “Casa de Formación” de los primeros francisanos; y otro, que fue levantado a inicios del siglo anterior y en donde residen los Padres Francisanos en la actualidad. Una imagen de San Francisco, hecha en mármol, resalta en la parte central del patio del convento. Además, también se encuentra aquí el pozo más antiguo de la ciudad, que posee 20 metros de profundidad y que aún abastece de agua al convento. La Capilla de Nuestra Señora de Fátima se construyó, adjunta a la iglesia, en 1960, con una hermosa cúpula en la parte superior. Aquí se venera imágenes como: la Virgen del Carmen, San Pío, Santa Narcisa de Jesús, el Señor del Cautivo San Judas Tadeo, siendo las más importantes San Francisco, el Divino Niño Jesús, Jesús del Gran Poder y San Antonio de Padua. Fiestas El 4 de octubre de cada año se ofician las fiestas en honor a San Francisco de Asís, Patrono de la parroquia. Vísperas muy solemnes de juegos pirotécnicos y banda de pueblo se presencian con este motivo, además de una novena predi¬cada y una eucaristía concelebrada con los Padres Dominicos. Finalmente, se ofrece un almuerzo a muchos po¬bres que acuden a las festividades. Es habitual también, que todos los miércoles se oficie una misa en honor al Divino Niño, por fieles de los secto¬res periféricos occidentales de nuestra urbe. Ya cuando finaliza la eucaristía brindan café con pan a quienes tiene asistencia. Cultores El ilustre Mons. Fray José María Masiá y Vidiella, llegó a Guayaquil en 1874, viviendo desde Lima en barco, desterrado del Perú. Se dirigió a Quito, en donde se entrevistó con el Dr. Gabriel García Moreno, presidente ecuatoriano de ese entonces, quien, el 22 de septiembre de 1876, lo designó Obispo de Loja. Y es que, fue con la invitación que Mons. Masiá realizara al organista y compositor, Presb. Guarro, para que visite Loja, que inició el cultivo de las sublimes ar¬tes musicales en la Capital Musical de Ecuador y Latinoamérica, Loja, por lo que los franciscanos son conocidos como los cultores de este arte. Es así que, fue aquí en donde se formaron grandes músicos y compositores como Fran¬cisco Rodas Bustamante, el P. Antonio Vega, el P. Pablo Echaniz, Segundo Cueva Celi, José Miguel Vaca Flores, entre otros, quienes en nuestros días son grandes figuras musicales de Loja y el país, y constan en las más grandes páginas de la historia musical lojana. He aquí las bases del edifico musical en este emporio. http://diariocentinela.com.ec/baul-de-secretos-historicos-de-loja/